La región de América Latina y el Caribe no puede enfrentar los retos plasmados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin prestar particular atención a las zonas rurales y, específicamente, al sector agropecuario. Es indispensable una transformación sostenible de la estructura productiva y social rural que contribuya a la reducción tanto de las brechas urbano-rurales como de la profunda heterogeneidad en el sector agropecuario. La evolución del empleo en este sector y sus características en términos de composición, ingresos y calidad desempeñan un papel central al respecto, más aún cuando para la mayoría de la población rural latinoamericana el sector agropecuario sigue siendo la principal fuente directa o indirecta de ingresos.
En este libro se analiza la evolución del empleo y la productividad agropecuarios de América Latina en su conjunto y de cuatro países seleccionados en un contexto económico y social relativamente favorable para la región que va de 2002 a 2012.