Universidad de Ibagu茅 Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales Programa de Arquitectura
Reflexiones sobre Restauraci贸n Arquitect贸nica Olimpia Niglio
Ibagu茅, Colombia 2012
1
ISSN 2216-0302
Notas Universitarias Reflexiones sobre Restauración Arquitectónica Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales Programa de Arquitectura Universidad de Ibagué Ibagué, Colombia Agosto de 2012
Presidente del Consejo Superior Luis Enrique Orozco Rector Alfonso Reyes Alvarado
© Universidad de Ibagué. 2012 © Olimpia Niglio, Flora Morcate Labrada. 2012
Diseño y diagramación Universidad de Ibagué
Correspondencia Universidad de Ibagué, Oficina de Publicaciones Calle 67 carrera 22. A.A. 487 Teléfono: +57 8 2709400 Ibagué-Tolima, Colombia. www.unibague.edu.co angela.castano@unibague.edu.co
La restauración del club campestre de Obregón &Valenzuela en Ibagué is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Esta obra no puede reproducirse sin la autorización expresa y por escrito de la Universidad de Ibagué. 2
Tabla de Contenido
El Patrimonio cultural y la arquitectura Acerca al concepto de valor en el patrimonio cultural………………………………………. 4 La restauración del Club Campestre de Obregón & Valenzuela en Ibagué………………….15
3
4
El patrimonio cultural y la arquitectura
Acerca al concepto de valor en el patrimonio cultural Olimpia Niglio1
La finalidad que me ha inducido a presentar la memoria con la que tengo el honor de abrir esta conferencia es someter a debate entre investigadores expertos, algunas reflexiones que son el fruto de experiencias didácticas y de investigación de estos últimos años. He tenido la suerte de desarrollar estas experiencias en diferentes lugares del mundo, en paises con otras situaciones históricas y sociales. Los coloquios en los que he participado con profesores, cuya formación ha seguido cursos diferentes del mío, me han hecho observar cómo, en un mundo siempre más homogéneo, en relación con la tutela al patrimonio construido, todavía están presentes comportamientos atados a tradiciones y a instancias culturales diferentes.
1
Olimpia Niglio es arquitecta de la Universidad de Nápoles, Federico II en Italia y doctorada en Investigación en Conservación de bienes arquitectónicos de la misma universidad. Es profesora de la Universidad eCampus en Como, Italia y ha sido Profesora invitada del programa de Arquitectura de la Universidad de Ibagué por varios años, donde coordina el curso de verano en Restauración arquitectónica. Esta conferencia tuvo lugar en el Auditorio Central de la Universidad el 9 de agosto de 2012
5
Centro de investigación para la construcción en guadua (Armenia, Colombia, 2006)
Arata Isozaki, Olimpia Niglio, Taisuke Kuroda. Instituto Italiano de Cultura de Tokyo. Octubre 2011
Estas diferencias han generado argumentos de reflexión en un sector que, justo en este momento histórico, a mi juicio, merecen una mención. Son reflexiones que en estos últimos años también se han fortalecido con las reparaciones de los daños producidos por los sismos. Las dudas conciernen principalmente a los modos de analizar el concepto de valor atribuido a un bien, material o inmaterial, y los significados que este concepto ha asumido dentro de diversas culturas y en diferentes épocas históricas. 6
La conservación de un patrimonio cultural, sea que se refiera a los bienes artísticos, arquitectónicos, ambientales o, más en general, al mantenimiento de cualquier forma de conocimiento desarrollado en el pasado, persigue objetivos constructivos cuando permite a cada individuo administrar libremente los mismos intereses culturales y ejercer capacidades similares para el desarrollo de sus conocimientos en el respeto de los valores éticos y los paradigmas proyectivos que caracterizan su época.
Artesania en la Chamba,Tolima, Colombia, 2007
Iglesia de San Sebastián, Mariquita, Colombia, 2008
Por este motivo, los criterios adoptados para la conservación de los bienes arquitectónicos de interés histórico sobrellevan los problemas sociales y los aspectos conexos a cada ecosistema humano en referencia. Se propone, por lo tanto, analizar las bases de estas referencias en los diferentes contextos que mueven criterios y establecen estrategias de intervención en los países que luego se consolidan gradualmente. El encuentro entre difrerentes civilizaciones no se inició ayer y tampoco lo hizo la globalización cultural, para algunos antropólogos definida como colonización, 7
que dio origen a una red de conexiones preferidas para el desarrollo tecnológico. Los destinos de muchas civilizaciones, aunque con menor intensidad y velocidades menos vertiginosas, ya se habían encontrado y confrontado, antes de la revolución informática de nuestra época. Es importante recordar las empresas épicas de San Juan de Pian del Carpine que partieron desde la Umbría por el Oriente en 1245 con un mensaje que el Papa envió al emperador mongol, o los más conocidos viajes de Marco Polo, al final del siglo XIII, a la corte del Kubilai Kan en Oriente a lo largo de los trayectos de la mítica Ruta de la Seda. Son estas, algunas de las experiencias que religiosos, comerciantes y embajadores afrontaron y que los llevaron a describir las costumbres culturales de los pueblos que encontraron a lo largo del viaje. Se trata de crónicas escritas cuando el conocimiento respondía a experiencias directas vividas con el soporte del interés por lo desconocido; fueron diálogos entre culturas de las raíces antiguas que se desarrollaron en tiempos bien diferentes de los actuales. El año 1492 también constituye una fecha significativa. Al principio de ese año concluyó la presencia musulmana en Europa. Con la conquista de Granada, Isabella de Castilla y Fernando II de Aragón, a quienes el Papa Alejandro VI otorgó el título de Reyes Católicos, iniciaron un proceso de unificación católica de España. En el mismo año, en Florencia falleció Lorenzo de'Medici, político y estudioso y el mecenas más importante de las artes renacentistas; fue elogiado por Voltaire quien señaló, en Le siécle de Louis XIV, la epoca florentina de Lorenzo de'Medici como una de las cuatro épocas que caracterizaron la historia europea.
8
Lorenzo de’Medici, Florencia, Italia
Isabella de Castilla y Fernando II de Aragón Reyes Católicos
Una singularidad aún más significativa está representada por la fecha del 12 de octubre de 1492 cuando falleció, en Borgo Sansepolcro (Arezzo), Piero della Francesca, figura emblemática del Renacimiento pictórico italiano. Ese mismo día, en el otro lado del mundo, el navegador genovés Cristóbal Colón, en búsqueda de una ruta por las Indias, arribó a las tierras del actual archipiélago caribeño. Así, 1492 señala el principio de una época cultural que ha puesto las bases para el desarrollo de las epocas siguientes y puede ser considerado, por tanto, la fecha más representativa del principio de intensos cambios entre civilizaciones. Un cruce de destinos entre civilización y varias culturas también interesó el extremo Oriente en los mismos años. En 1482, en las regiones del Sol Levante (Japón) se inició el período llamado Sengoku, 1482-1568, cuyos numerosos feudos se transformaron en reales señorías. El siglo XVI introdujó un profundo cambio en las estructuras del Japón que favorecieron el desarrollo del comercio en toda el área asiática. Así nacieron ciudades libres y, con ellas, llegaron las 9
culturas occidentales con sus formas religiosas, en particular, la católica. Fue este un cruce de experiencias entre culturas muy lejanas una de las otras, algunas para nada conocidas en Europa hasta el siglo XV, muy valorado como importante entre investigadores de la historia de la evolución de los diálogos interculturales. Estas experiencias pueden servir de base a una investigación sobre los atributos del concepto de valor, cuando este se aplica a la conservación del patrimonio cultural. Historia, identidad y conocimiento constituyen la base de mi presentación y se refieren a un concepto de valor que se presenta de manera bastante compleja. Este concepto no corresponde solo al término más familiar de valoración, atado a consideraciones económicas. Es fundamental considerar este término de valor en el ámbito de significados más articulados que corresponden a las actuales teorías de Jacques Godbout de la Universidad de Quebec en Canadá. (Godbout, 1993, 1996). Godbout, quien nació el 27 noviembre 1933, introduce el concepto de presente (regalo) para analizar y apropiarse de algunas teorías tomadas de la biología con las que afirma el principio fundamental de que "la esencia de las personas es la memoria" (Godbout, 1993: P.220 ). Se trata de una concepción que también encuentra su fundamento en las filosofías ético-moral taoísta y budista. Si se introduce esta afirmación como parte de la historia de la restauración en la arquitectura, la memoria del pasado se materializa con el patrimonio heredado por las generaciones anteriores, que tiene que ser transmitido a las futuras. Este, por lo tanto, es resultado de experiencias anteriores, elaboradas en contextos socio-culturales y económicos que pueden explorarse solamente para tratar de conocer y comprender las razones que las han determinado. 10
La huella de las manifestaciones pasadas está representada, por consiguiente, en el patrimonio que cada generación recibe como presente y que se transmite a través de una transacción. Esta no se condiciona a ningún principio basado en las reglas del mercado económico. En efecto, en el sector mercantil, el valor de un bien implica el reconocimiento de un valor de cambio contable que depende de la suma de dinero que el individuo está dispuesto a invertir para contar con dicho bien a cambio. El valor de cambio está fuertemente condicionado por el valor de empleo del bien y por los beneficios que la adquisición del mismo bien puede garantizar. En contraposición al valor contable, mi contribución se refiere a un concepto de valor estrechamente reforzado por las uniones que existen entre los individuos y el contexto. La realidad a la que me refiero se ubica en una posición completamente opuesta a aquel del valor contable. Es un valor que asume connotaciones diferentes según su capacidad de expresar y, sobre todo, de establecer uniones sociales. Este tipo de valor descansa en el concepto de presente como regalo y, por lo tanto, en un principio de comparación y de relación entre las personas. Jacques Godbout (1996) habla de valor de vínculo (ligazón) caracterizado por la gratuidad del cambio. Es, por lo tanto, una expresión de generosidad, de capacidad de saber donar sin solicitar nada en cambio. Un interés relacionado con este tipo de cambio se puede localizar en la capacidad, de quien recibe el regalo, de comprender el sentido que ata al individuo con el regalo mismo pues, el hecho de haber creado una relación entre el individuo y el bien donado, define así el valor de vínculo (ligazón) que no tiene ningun equivalente monetario.
11
La gratuidad del presente o regalo contribuye, por lo tanto, a definir una diferencia fundamental: el presente no busca igualdad o equivalencia en relación con un contexto económico. Por el contrario, se basa en las relaciones recíprocas que resultan posible establecer con los individuos y por su valor efectivo en el contexto social. En efecto, a diferencia del valor de cambio contable, el contexto de referencia no es aquel de los objetos genéricamente definidos sino uno social o, más bien, relacionado con la comunidad a la que pertenece. Eso significa que el mismo objeto, si es analizado desde un punto de vista económico, conserva, en sí, un valor de vínculo (ligazón) diferente. Por el contrario, el valor de vínculo (ligazón) que estamos considerando lo define el contexto socio-cultural y otras acciones que no dependen de cálculos cuantificables, pero que obedecen a otros factores que involucran aspectos sensoriales y emocionales. Las teorías de Godbout derivan de Marcel Mauss (1872-1950), sociólogo y antropólogo francés, quien, al intentar elaborar una teoría sobre el concepto de presente en cuanto a valor social, encontró válidas referencias en el estudio del comportamiento de los Maori, población de la Polinesia que llegó en Nueva Zelanda alrededor del 900 d.C. Los Maori identificaron el presente con una divinidad llamada hau, espíritu del presente. Esta referencia no pudo ser comprendida dentro de una concepción racional de tipo occidental y, por tanto, fue rechazada por los comportamientos de los colonizadores que siguieron. Por consiguiente, con respecto al valor de vínculo (ligazón) entre individuos y cosas prevaleció un tipo de unión más material, así como principios de otro tipo que influyeron antes de ser más homologados. Este fenómeno hoy se define como globalización.
12
De lo anterior se concluye que nos referimos al análisis de valor de un bien recibido como presente, sin una transacción económica; se podría considerar también heredado y atado a un contexto social y cultural al cual el bien mismo se refiere. Si se intentan elaborar las consideraciones aquí expuestas en el sector del Patrimonio Cultural y de su conservación es fácil constatar la complejidad de la disertación. Al mismo tiempo emerge la posibilidad de recorrer itinerarios de lectura que van más allá de las barreras que nosotros edificamos en detrimento de un diálogo constructivo entre diversidades culturales y en el respeto de estas complejidades. El concepto de valor de vínculo (ligazón) proporciona las bases para abrir un diálogo constructivo y de comparación entre experiencias y aportaciones metodológicas diferenciadas en relación con los principios culturales de la conservación del patrimonio y, por lo tanto, de su transmisión como presente por las generaciones futuras. La conciencia de este valor permite analizar con mayor objetividad las dinámicas que caracterizan los diferentes aportes teóricos y metodológicos posibles de descubrir no sólo entre muchas realidades geográficas sino también dentro de un mismo país entre contextos sociales y culturales diferentes. El conocimiento de la diversidad es, por lo tanto, el recurso principal y fundamental del respeto y la conservación de sí misma. Todas estas consideraciones conducen a la importancia del hombre en la determinación del concepto de valor, momento que encuentra su origen en el pensamiento de la Grecia de Péricles, más precisamente en los diálogos de Protágoras con Sócrates, cuando el primero afirmaba que "... el hombre es la medida de todas las cosas...". (Chiesara, 2010, P. 67). Por lo tanto, el conocimiento no es una experiencia absoluta sino que hace parte de cada 13
individuo. Hace parte de la costumbre de los hombres de atribuir valores a las cosas, aunque estos valores no son universales. Durante siglos, el pensamiento de Protágoras se ha interpretado de diferentes maneras. Kant (Niglio, 2012) reforzó la concepción del concepto de valor y lo confirmó como entidad autónoma no condicionada por la esfera de la universalidad. Por otra parte, en el sector de las artes y de la arquitectura, una teoría importante es la elaborada por Alois Riegl (1858 -1905) (Scarrocchia, 1995) de la Universidad de Viena, quien también sustenta que no existe un valor absoluto sino diferentes categorías de valores: artístico, antiguo, histórico, intencional (memoria). Riegl (1903: P. 10) sobre la base de una doctrina que le valió la crítica de Nietzsche y el no absolutismo, introdujo el concepto de instancia sentimental que definió como “... la gran fuerza con que el moderno concepto de monumento lleva antes su solicitud de conservación.”. Durante el mismo período, el absolutismo y la inmutabilidad de los valores han sido sustentadas por Heinrich Richert (1863 -1936), (Richert, 1910). En realidad el filósofo alemán desarrolló una filosofía de los valores que estudiaba la distinción entre las ciencias propias de la naturaleza y las ciencias del alma. Finalmente, la filosofía del Novecientos interpretó la palabra hombre de Protágoras con el término comunidad o incluso civilización, y la palabra cosas con los valores o los ideales que constituyen su fundamento. Cada colectividad es inducida a juzgar el ambiente que la circunda en relación con la mentalidad cultural de la comunidad a la cual pertenece. Si partimos de Protágoras para llegar hasta Godbout, se puede apreciar que el concepto de valor ha recorrido un camino arduo y complejo. Parece necesario, 14
en todo caso, profundizar en el análisis del concepto de valor para proveer los presupuestos necesarios para el análisis de las diferentes metodologías de la conservación del patrimonio construido. Sin estas reflexiones, cualquier proceso de conservación que se asuma de manera sectorial y estrecha no encontrará un significado válido, ya sea desde el ámbito de lo teórico, práctico u operativo. La exigencia de localizar y profundizar sobre estos valores deberá surgir de un análisis que tendrá que tener en cuenta la complejidad que aquí solamente se ha introducido. Por consiguiente, es fundamental tener en cuenta los conflictos reales que han permitido, a cada comunidad, orientar su escogencia y suministrar un significado específico a su propia vida. Referencias Riegl, A. (1903), Der moderne Denkmalkultus, ed. W. Braumüller, Wien Richert, H. (1910), Vom Begriff der Philosophie, in “Logos” I, 1910, 1, pp. 10-11; trad. it. Sul concetto di filosofia, in Filosofia, valori, teoria della definizione, Lecce, 1987, pp. 11-13. Mauss M. (1950), Essai dur le don, Presses Universitaires de France, Paris Riegl, A., La legge sulla tutela del monumenti, in G. La Monica (1982), Alois Riegl sulla tutela e il restauro, Palermo Godbout J. T. (1993), L’Esprit du don, Éditions La Découverte, Paris Scarrocchia S. (1995), Alois Riegl: teoria e prassi della conservazione dei monumenti. Antologia di scritti, discorsi, rapporti 1898-1905, con una scelta di saggi critici, Bologna Godbout J. T. (1996), Le langage du don, Éditions Fides, Montréal. Chiesara M.L. (curadora - 2010), Platone. Protagora, Edizioni BUR, Milano Niglio O. (2012), Sul concetto di Valore per il patrimonio culturale, in “Paisaje cultural urbano e identitad territorial” (Curadora, Niglio O.), 2° Coloquio Internacional RIGPAC, Ed. Aracne, Roma.
15
16
Académicas/Conservación del patrimonio arquitectónico moderno
Arquitectura y Urbanismo vol. XXXIII, No 1, 2012, ISSN 1815-5898
La restauración del club campestre de Obregón &Valenzuela en Ibagué Una experiencia académica Flora Morcate Labrada Olimpia Niglio Fachada principal del Club Campestre de Ibagué, foto: Flora Morcate, agosto 2011. Recibido: octubre 2011 Aprobado: diciembre 2011
Introducción Para una mayor comprensión de la arquitectura objeto de estudio en el Curso de Verano en la Universidad de Ibagué, se hace un recuento del desarrollo de la arquitectura moderna en Colombia, destacando la importancia alcanzada por el estudio de Obregón &Valenzuela y las características de las obras realizadas en este contexto. De igual modo se aborda la formación en restauración en la carrera de Arquitectura y los pasos dados en los últimos años, en este campo, en la Universidad de Ibagué, a través de los cursos ya realizados. Por último se resumen las principales experiencias y resultados alcanzados al desarrollar el análisis y las propuestas de soluciones para la recuperación del Club Campestre de esta ciudad.
Resumen: La restauración de la arquitectura moderna es un tema muy actual y de interés cultural y científico. Durante el Curso de Verano desarrollado en la Universidad de Ibagué Colombia, agosto 2011, fue estudiada la obra arquitectónica de Obregón & Valenzuela, el Club Campestre de Ibagué. Planeada en 1954, con el transcurso de los años ha padecido muchas transformaciones y ampliaciones que han modificado el dibujo y el estilo originario. La finalidad del curso ha sido analizar las razones que han determinado estas modificaciones y proponer soluciones para valorizar y restaurar una obra importante de la arquitectura moderna del Departamento de Tolima.
Arquitectura Moderna en Colombia. Premisa histórica Entre 1945 y 1960, desde el punto de vista político, en Colombia se produjo una vuelta al poder conservador. En el campo de la arquitectura, la arquitectura moderna y la restauración compartieron diferentes exigencias sociales y culturales, ya que algunos consideraron el desarrollo del movimiento moderno y la restauración de la arquitectura como dos procesos completamente diferentes, pero de algún modo coincidentes, sin embargo, otros valoraron solo el carácter económico de la arquitectura, su proceso productivo, prevaleciendo el criterio de la producción constructora y de la “reproducción”, todo ello condicionado por elecciones de orden político y por lo tanto del Estado que, en aquellos años, fue muy dominado por tendencias liberales. [1] Los acelerados procesos de urbanización y el avanzado proceso industrial favorecieron el consumo interior, pero todo esto también produjo inflación y aumento del costo de la vida. Con la evolución económica, cambió la condición del país que tuvo principalmente una economía basada en la exportación y el control centralizado hasta principios del siglo XX, el desarrollo subsiguiente no favoreció aquella autonomía típica de una economía burguesa y por este motivo muy débil. En estos mismos años se impuso el desarrollo de la arquitectura moderna, aunque muchos investigadores no la reconocen como una tendencia, la que se manifestó de diferentes y complejos17 modos. Todo
Palabras clave: restauración de la arquitectura moderna, conservación integrada, formación.
The Restoration of the Country Club by Obregon&Valenzuela in Ibagué. An Academic Experience Abstract: The restoration of modern architecture is a current cultural and scientific subject matter. The architectural work of Obregon & Valenzuela for the Club Campestre of Ibagué was studied at the summer course held at the Universidad de Ibague, Colombia in August 2011.. Designed in 1954, the Club Campestre of Ibagué has suffered many changes over the years and additions have altered the original design and style. The purpose of the course was to analyze the reasons for these changes and to propose solutions to enhance an important work of modern architecture in the Department of Tolima. Key Words: restoration of modern architecture, integrated conservation, education.
Académicas/ La restauración del club campestre de Obregón&Valenzuela en Ibagué: Una experiencia académica
esto coincidió con la afirmación de nuevas tendencias literarias con poetas como: Fernando Charry Lara, Jorge Gaitán Durán y Eduardo Piedra Lamus y otros artistas de la talla de Alejandro Obregón, Enrique Grau y Fernando Botero. La arquitectura moderna se evidenció como clara expresión del desarrollo industrial, tecnológico y de la ciencia, desarrollando en primer lugar el tema de la vivienda y la organización de las zonas residenciales dentro de aquellas ciudades particularmente pobladas. Las principales connotaciones del lenguaje moderno fueron la función y los aportes tecnológicos. La modularidad, la estandarización y la potencialidad en la reproducción fueron los valores prioritarios del lenguaje de la arquitectura moderna. Contrariamente al clasicismo, el lenguaje moderno favoreció formas orgánicas, dinámicas, abiertas y flexibles. Todo este proceso, fue claramente unido al desarrollo capitalista y por lo tanto económico del país. Esta modernidad arquitectónica también favoreció la creación de facultades de arquitectura. En 1942 fue abierta la Facultad de Arquitectura en la Universidad Bolivariana de Medellín, en 1948 en la Universidad de los Andes, en 1950 en la Universidad del Atlántico, en 1951 en la Pontificia Javeriana y en la Great Britain, Colombia. A partir de 1962 también fue abierta una Facultad de Arquitectura en la Universidad la Piloto, en el 1970 en la sede de la Universidad Nacional de Manizales, en el San Tomás de Bucaramanga y en la Universidad La Salle de Bogotá. Sucesivamente otras universidades como Jorge Tadeo Lozano, sede de Cartagena, la Corporación Universitaria de la Costa en Barranquilla abrieron programas y facultades de arquitectura. [2] En 1934 fue fundada la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), la que en 1942 organizó el Primer Congreso Nacional de Arquitectura, en el que se trató el tema de la reglamentación de la arquitectura y la necesidad de crear dentro del Ministerio de Obras Públicas una Dirección Nacional de Urbanismo, que debía atender en particular el problema de la vivienda. Entre 1943 y 1950 se desarrollaron muchos congresos y en 1946 la SCA también inició un trabajo para reglamentar los concursos de arquitectura. Además en 1952 fue publicado el primer número de la revista El arquitecto, cuya edición duró dieciocho años pero con escasa regularidad. [3] En 1946 salió el primero número de la revista PROA que se publicó hasta 1961. (figura 1) En 1954 fue creado en Colombia, el Premio Nacional de Arquitectura que durante la Bienal de 1962 fue adjudicado a tres proyectos: Edificio Ecopetrol del arquitecto Cuéllar Serrano Gómez (Bogotá, 1957), casa de Guillermo Bermúdez Umaña (Bogotá, 1952) y colegio Emilio Cifuentes del arquitecto Fernando Martínez Sanabria (Facativa, Cundinamarca, 1959). En los años siguientes también fueron premiados proyectos como: la Caja Agraria en Barranquilla de Fernando Martínez Sanabria (1961), la Universidad Libre en Bogotá de Rogelio Salmona y Hernán Vieco (1961), y el complejo de viviendas El Polo en Bogotá, proyecto de Rogelio Salmona y Guillermo Bermúdez (1959).
18
Figura 1. Portada del primer número de PROA Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República – Colombia.
1. MURCIA, CARLOS NIÑO. Arquitectura y Estado: contexto y significado de las construcciones del Ministerio de Obras Públicas, Colombia, 1905-1960. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1991, p. 225. 2. MURCIA, CARLOS NIÑO. Arquitectura y Estado: contexto y significado de las construcciones del Ministerio de Obras Públicas, Colombia, 1905-1960. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1991, nota n° 68, p. 241.
138 Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXIII, no 1, enero-abril, 2012, p. 137-143, ISSN 1815-5898
Flora Morcate-Labrada y Olimpia Niglio
En los años 50 del siglo XX, es interesante señalar otras obras significativas como el Country Club de Bogotá, proyecto de Jorge Arango y Obregón & Valenzuela, así como los proyectos de Rafael Obregón González de sus casas en Pradomar (Barranquilla) y en Bogotá (1949), y el Club Campestre de Ibagué (1954), proyecto de José María Obregón. [4] Rafael Obregón González nació en Barcelona (España) en 1919, era primo del maestro Alejandro Obregón. En 1943 obtuvo el título de arquitecto en la Universidad Católica de Washington, al igual que Pablo Valenzuela. Después de un prolongado viaje de estudios por Europa, regresó a Colombia para trabajar con el arquitecto Manuel de Vengoechea en algunos proyectos de viviendas, dentro de la línea del movimiento moderno. Luego, se hizo socio de la firma Obregón y Valenzuela, empresa que habían constituido los arquitectos José María Obregón, su primo, y Pablo Valenzuela. [5] La llegada de Rafael Obregón fue de vital importancia para la compañía porque puso en práctica sus grandes capacidades como diseñador, relacionista público y organizador de equipos de trabajo. La firma, en los años 50 publicó un libro sobre los primeros proyectos realizados, el que se encuentra en la Biblioteca Central de la Universidad de Texas en Estados Unidos y en él se distinguieron los proyectos realizados en Bogotá, Pereira y Cartagena [6] (figura 2). Sin embargo, las intervenciones en las ciudades, en estos años fueron muy puntuales y se basaron principalmente en los principios del documento CIAM 1932. El desarrollo de la arquitectura moderna determinó claramente un fuerte crecimiento de las principales ciudades colombianas y entre estas, además de Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Pereira, se encuentra la ciudad de Ibagué, capital del Departamento del Tolima. El “movimiento modernizador” llegó a Ibagué como un huracán, barriendo para siempre obras de arquitectura colonial y republicana de interés histórico y artístico. No existió ninguna planificación y todo fue realizado en nombre de la “modernidad”. [7] Un ejemplo es la antigua Gobernación republicana destruida para construir el nuevo edificio de la Gobernación del Tolima con un proyecto del grupo Pizano-Pradilla-Caro. (Figura. 3 y 4)
Figura 2. Country Club de Bogotá obra de dos firmas: Obregón & Valenzuela y Jorge Arango. Fuente: Obregon&Valenzuela Arquitectos, Propaganda E.A. Bosch, Bogotá. Biblioteca Universidad de Texas (USA).
Figura 3. Ibagué. La Gobernación de Tolima (1920, fuente: Archivo Banco de la República sucursal de Ibagué).
19
Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXIII, no 1, enero-abril, 2012, p. 137-143, ISSN 1815-5898
3. MURCIA, CARLOS NIÑO. Arquitectura y Estado: contexto y significado de las construcciones del Ministerio de Obras Públicas, Colombia, 1905-1960. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1991, nota n° 69, p. 241. 4. MENDOZA LAVERDE, CAMILO. La pérdida de la tradición moderna en la arquitectura de Bogotá y sus alrededores, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2004, p. 39. 5. FONTANA, MARÍA PÍA y MAYORGA, MIGUEL. Colombia. Arquitectura moderna, ETSAB-UPC Barcelona, 2004, p. 83. 6. OBREGON&VALENZUELA “Arquitectos, Propaganda E.A”. Bosch, Bogotá, s.f. 7. NIGLIO, OLIMPIA: “La Cultura de la Restauración y el movimiento modernizador en Colombia”, Experiencias y métodos de restauración en Colombia, vol. I, Aracne editor, Rome 2011, p. 17-29.
Figura 4. Ibagué. La Gobernación de Tolima, nuevo proyecto de los años 60 del siglo XX, obra de Pizano-Pradilla- Caro 1955-60, fuente: Archivo Banco de la República, sucursal de Ibagué.
139
Académicas/ La restauración del club campestre de Obregón&Valenzuela en Ibagué: Una experiencia académica
En 1954, la firma Obregón & Valenzuela se ocupó del proyecto para el edificio principal del Club Campestre de la ciudad de Ibagué. Una obra racionalista pero al mismo tiempo orgánica y perfectamente integrada con la naturaleza, pero que en el curso de los años ha tenido muchas transformaciones que han desnaturalizado su estilo originario. Con la finalidad de introducir en los estudios de conservación de obras arquitectónicas la producción moderna, fue escogida esta edificación de Obregón & Valenzuela, después de 57 años de su construcción, como objeto de estudio del curso de restauración que fue desarrollado en la Escuela Internacional de Verano de la Universidad de Ibagué en agosto de 2011, bajo la dirección de las autoras de esta memoria. Pero antes de analizar en detalle la obra de Obregón&Valenzuela resulta útil describir brevemente el desarrollo de la formación universitaria en el sector de la restauración en la Universidad de Ibagué, para comprender la difícil relación que la comunidad tiene con su propio patrimonio arquitectónico. (Figura 5).
Figura 5. Obregon & Valenzuela - Club Campestre de Ibagué. Fachadas (proyecto), 1954. Fuente: Archivo Distrital Bogotá Colombia.
La formación universitaria en el sector de la Restauración Arquitectónica en Ibagué En Colombia las universidades del departamento de Tolima no tienen una tradición académica en el sector específico de la Historia y de la Restauración Arquitectónica. No fue hasta agosto de 2006, que la Universidad de Ibagué, fundada en 1980 y denominada inicialmente como Instituto Politécnico, que con la colaboración de la Rectoría, de la Oficina de Relaciones Internacionales y del Programa de Arquitectura, se instituyó el primer curso de verano en Restauración de la Arquitectura, dictado por Olimpia Niglio, a través de un convenio de colaboración con la Universidad de Pisa en Italia. El curso tuvo como finalidad aplicar los conceptos fundamentales de la teoría e historia de la Restauración de la Arquitectura y plantear la lectura del monumento como conocimiento directo (investigación y levantamiento arquitectónico) e indirecto (diagnóstico) para afrontar e ilustrar los métodos analíticos de la conservación de la arquitectura y del arte. Como objetivos específicos, el curso de verano de 2006 tuvo como finalidad, desarrollar en el alumno la capacidad de discernir las expresiones arquitectónicas y artísticas de la Arquitectura Moderna y Contemporánea, así como la diferencia de los métodos de intervención para la conservación (estilístico, histórico, filológico, crítico, conservativo). Todos estos objetivos se han ido consolidando en los años subsiguientes, por cuanto los cursos de Restauración de la Arquitectura en la Universidad de Ibagué, han analizado el patrimonio arquitectónico colonial y republicano de la ciudad y de otras ciudades del Departamento de Tolima, como la arquitectura colonial en bahareque y tierra de Ambalema. En este sentido la Universidad de Ibagué, desde 2006, ha institucionalizado el curso de verano en Restauración, consciente de la importancia de esta disciplina en la formación académica y profesional del arquitecto. El objetivo principal de estas 20 primeras experiencias, que ya cuenta con seis años (2006-2011) ha sido Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXIII, no 1, enero-abril, 2012, p. 137-143, ISSN 1815-5898
140
Flora Morcate-Labrada y Olimpia Niglio
acercar a los alumnos y los profesionales a temáticas novedosas e importantes para el programa de Arquitectura de la Universidad de Ibagué, de gran repercusión para el desarrollo de esta disciplina, fundamental en la formación profesional del arquitecto, el que tiene que aprender a leer y analizar el presente para poder construir el futuro, protegiendo y valorizando el pasado. En agosto de 2011 el curso fue dirigido por Olimpia Niglio y Flora Morcate Labrada, destacando, la posibilidad de unir experiencias académicas de regiones con diferentes características, Italia y Cuba, lo que ha favorecido un interesante y constructivo intercambio cultural y que además ha facilitado la aplicación de herramientas metodológicas, dirigidas a la conservación de la arquitectura. En este sentido el curso de Restauración de la Arquitectura en la Universidad de Ibagué ha afrontado el estudio y el análisis del edificio principal del Club Campestre para conocer la obra completa y proceder con un proyecto de conservación y valorización. El Club Campestre de Ibagué y los resultados del curso de Restauración. Este edificio, ubicado en las afueras de la ciudad, en una zona de grandes valores paisajísticos se destaca por la excelente adaptación al medio, desarrollándose sobre la base de los códigos arquitectónicos que identifican a sus autores, clara filiación racionalista, volúmenes puros, interrelación interior-exterior, grandes superficies acristaladas y ambientes interiores en los que se conservan las características de los espacios de los años cincuenta, pisos de mármol, muebles, lámparas y el área verde interior, entre otros componentes. (Figuras 6 y 7). El paso del tiempo, la falta de mantenimiento y las modificaciones que ha sufrido el inmueble, han ocasionado deterioros sobre todo en su imagen, así como la aparición de patologías asociadas a la humedad y desperfectos de las instalaciones. El hecho de asumir en el curso un edificio moderno, para realizar la propuesta de conservación, impactó a los estudiantes, pues tradicionalmente se incide en este campo en edificaciones en los que la antigüedad es uno de sus principales atributos, sin embargo, esta experiencia les hizo reconocer los valores de la arquitectura moderna que posee el país y la ciudad en que habitan. Dado el poco tiempo con que se contaba para el desarrollo del curso, solo dos semanas, el trabajo se dividió en cuatro equipos de trabajo, abordando las siguientes áreas temáticas: 1. Análisis histórico. 2. Análisis social. 3. Levantamientos arquitectónicos. 4. Análisis de las patologías. Para estos análisis se realizaron visitas al Club Campestre de Ibagué, de los profesores con los estudiantes, así como la búsqueda de información, en los propios archivos del edificio objeto de estudio, en las bibliotecas de la ciudad, en la Academia de Historia de Ibagué y fueron concertadas y realizadas entrevistas a directivos, trabajadores y socios 21 de dicho club, estas informaciones fueron socializadas en el seminario Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXIII, no 1, enero-abril, 2012, p. 137-143, ISSN 1815-5898
Figura 6. Vista exterior del Club Campestre de Ibagué. Foto Flora Morcate, 2011.
Figura 7. Vista interior del Club Campestre de Ibagué. Foto Flora Morcate, 2011.
141
Académicas/ La restauración del club campestre de Obregón&Valenzuela en Ibagué: Una experiencia académica
realizado y posteriormente fueron presentadas por cada uno de los equipos (4) las propuestas o ideas conceptuales, que se plantearon para la recuperación del inmueble objeto de estudio. (Figuras 8-13).
Figura 10. Análisis de las expansiones de la edificación, colectivo de estudiantes, Ibagué, agosto 2011.
Figura 12. Los estudiantes en una visita al Club Campestre de Ibagué. Foto: Flora Morcate, agosto 2011.
Figura 8. Reseña histórica, realizada por uno de los colectivos de estudiantes, Ibagué, agosto 2011 Foto: Olimpia Niglio.
Figura 11. Propuesta de intervención. Colectivo de estudiantes, Ibagué, agosto 2011.
Figura 9. Propuesta conceptual de un colectivo de estudiantes, Ibagué, agosto 2011.
Figura 13. Grupo de estudiantes en una de las clases del curso de verano en la Universidad de Ibagué, agosto 2011. Foto: Flora Morcate, 2011.
22 Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXIII, no 1, enero-abril, 2012, p. 137-143, ISSN 1815-5898
142
Flora Morcate-Labrada y Olimpia Niglio
Conclusiones Las ideas desarrolladas por los equipos de estudiantes, atendiendo a las cuatro áreas temáticas abordadas, permitieron conocer la evolución histórica del edificio, desde su surgimiento, así como los aspectos socioculturales vinculados al mismo y lograron determinar los valores arquitectónicos del inmueble. Los levantamientos arquitectónicos realizados aportaron la actualización necesaria a la información de archivo encontrada, permitiendo develar su evolución en el tiempo y sus transformaciones. Las fichas de las patologías asociadas al edificio objeto de estudio, proporcionó el conocimiento de sus principales daños, para de esta manera hacer las propuestas para su erradicación. Los análisis realizados, sentaron las pautas para las propuestas realizadas que tuvieron en común el tratar de devolver una imagen clara de los códigos arquitectónicos racionalistas presentes en esta obra y en la producción arquitectónica en general de la firma Obregón&Valenzuela, las que pueden resultar el punto de partida para actuaciones futuras en dicho club, además, desarrolló las habilidades en los estudiantes para enfrentar estos análisis en otros casos de estudio, generalizando así los conocimientos adquiridos. Durante el desarrollo de este curso de verano, se logró un fructífero intercambio de experiencias en el campo de la conservación del patrimonio, a partir de las visiones de los tres países implicados en el curso: Colombia, Italia y Cuba.
Flora Morcate Labrada. Arquitecta. Doctora en Ciencias Técnicas. Profesora Titular de Teoría e Historia de la Arquitectura y el Urbanismo de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente. E-mail: flora@fco.uo.edu.cu
Olimpia Niglio. Arquitecta. Doctora en Conservación de la Arquitectura Historica. Profesora Titular de Restauracion en la Facultad de Ingeneria, Universidad eCampus, Italia. E-mail: Olimpia.niglio@uniecampus.it
23 Arquitectura y Urbanismo, vol. XXXIII, no 1, enero-abril, 2012, p. 137-143, ISSN 1815-5898
143