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Imagen 31. Fotografía oficial con motivo de la presentación de la cruz de hierro de Hanna, segunda clase
Imagen 31. Fotografía oficial con motivo de la presentación de la cruz de hierro de Hanna, segunda clase
Fuente: Mulley (2017). Para 1939 ya había alcanzado buena experiencia como piloto e instructora de los planeadores por lo que solicitó al General Von Richthofen, su ingreso a la luftwaffe, cuyos comandos de la Luftwaffe incluían la unidad de planeador. Pese a que su solicitud fue rechazada fue contratada como piloto de pruebas en el Glider Research Institute en Darmstadt, allí tuvo la oportunidad de probar los aviones Stukas Ju-87, así como los bombarderos y los cazas. En ese mismo año fue promovida a capitán de vuelo (Mulley, 2017). Un año antes había volado en el helicóptero Focke-Wulf Fw 61, en el que hizo el primer vuelo bajo techo de un helicóptero en la “Deutschlandhalle” en Berlín (Mulley, 2017). En 1940 probó para las tropas alemanas de desembarco aéreo el denominado gran DFS 230, primer planeador de asalto. También hizo pruebas con los aviones Dornier Do 17 y el Heinkel He 111 para determinar si la construcción de las aeronaves resistiría el golpeo de los cables de acero de los globos espías británicos, y así saber si la proa del avión podía romperlos sin recibir daños estructurales significativos (Mulley, 2017). Un año más tarde voló en Augsburg, para pilotear el primer avión cohete del mundo, el Messerschmitt Me 163, en 1943 fue a participar en las pruebas de la bomba volante V-1 en Peenemünde, como parte del desarrollo del avión suicida alemán (Mulley, 2017). Esta aviadora alemana, célebre por la obtención de varios récords deportivos, entre ellos 40 récords mundiales de altura y velocidad (Mulley, 2017), que le permitieron ocupar un lugar destacado dentro de la Fuerza Aérea Alemana, se distinguió por su afiliación al Partido Nazi y sus contribuciones como piloto de pruebas de la Luftwaffe (Mulley, 2017). Seis años después de todos los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, en 1951 Hanna Reitsch publicó su autobiografía titulada “volar fue mi vida”. A partir de 1954 se enSOLO PARA USO ACADÉMICO cargó de construir una red de escuelas de vuelo en planeador que le permitió continuar con su pasión por el vuelo y los planeadores hasta los últimos días de su vida. Hanna nunca expresó remordimiento por su asociación con el liderazgo Nazi y se negó a aceptar cualquier visión alternativa del mundo. Su afinidad con el partido nacionalsocialista le hizo una fanática, al punto de no haber trabajado por la verdad histórica y la reconciliación (Mulley, 2017).
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Murió el 24 de agosto de 1979 en la ciudad de Frankfurt a los 67 años de edad por problemas cardiacos. Hanna fue una mujer que estuvo muy alineada con las actividades que desarrolló el Nazismo, siempre defendió los ideales de Hitler y, pese a que nunca fue señalada por alguna acción de los nazis, manifestó sentirse orgullosa de portar la Cruz de Hierro entregada por Hitler (Mulley, 2017).
Melitta Schiller (1903-1945) El segundo caso emblemático corresponde a Melitta Schenk Gräfin von Stauffenberg o Melitta Schiller, como era conocida en la aviación (su nombre de soltera). Nació en Krotoschin, una ciudad rural históricamente dentro del reino de Polonia, para ese momento la provincia de Prusia Occidental. Melitta y su familia pertenecían a la conservadora comunidad protestante alemana (Mulley, 2017). Su padre Michael Schiller era un ingeniero civil, arquitecto y funcionario, cuya familia de Odessa se había establecido a través del comercio de pieles. Era miembro de la Junta de Obras y proveniente de una familia de comerciantes judíos. Su madre era Margarete Eberstein, descendiente de una noble familia alemana, 20 años mayor que su esposo, juntos desarrollaron un fuerte sentido de identidad nacional. Melitta provenía de una familia de cinco hermanos, los dos mayores Otto y Marie-Luise, y las dos menores Jutta y Klara, Mellita era la tercera hija del matrimonio Shciller - Eberstein (Mulley, 2017). La Primera Guerra Mundial inició en 1914 y en ese año los albores de la guerra se hicieron sentir en la casa de los Schiller, Mellita tenía para ese momento 11 años de edad, su padre tenía 53, no fue reclutado como combatiente por su edad, pero fue asignado a un campo de prisioneros de guerra rusos como censor e intérprete, una labor que le permitió obtener la Cruz de Hierro de segunda clase, pero no fue él solo quien hizo parte de la contienda mundial, su esposa y su hija mayor se ofrecieron como enfermeras (Mulley, 2017). Cuando la línea del frente de guerra llegó a 70 kilómetros de donde vivían Mellita y sus hermanas menores, fueron enviadas a vivir con su abuela en Hirschberg en Silesia, debido a que el territorio en el que vivían pasó a ser parte de Polonia. La convivencia con su abuela le permitió a Melitta compartir con su tío Ernst Eberstein, quien fue el primero en inscribirse como piloto de combate en el Servicio Aéreo Imperial Alemán, servicio por el que recibió, al igual que su padre, la Cruz de Hierro, pero en este caso de primera clase (Mulley, 2017). Para Melitta buena parte de sus influencias provenían de sus padres, hermanos y en especial su tío, por su relación con el vuelo, según Muley (2017) “una pasión por el vuelo que estaba profundamente ligada a su patriotismo de guerra, su sentido del honor y el deber y su amor por la ciencia” (p. 5). En 1919 Melitta cumplió 16 años de edad, este sería uno de los más tristes, debido a que su único hermano fue reclutado para apoyar la seguridad fronteriza como miembro de los alemanes, para ese mismo año la provincia donde vivían termino sienSOLO PARA USO ACADÉMICO do parte de Polonia, lo que le quitó a su familia el estatus de elite privilegiada, convirtiéndolos en una minoría poco aceptada, por esto Melitta decidió irse a un internado en Hirschberg para poder estudiar, allí mostró un gran interés en la física y la filosofía (Mulley, 2017). Para ese mismo año, Hirschberg ofreció un ambiente perfecto para dictar cursos en planeador, pero las mujeres fueron excluidas de la posibilidad de aprender a volar, pero en ese momento Melitta no escatimo en ir como espectadora a ver los vuelos en planeador junto con