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Estados de Ánimo

Por Rafael A. Martínez M.

No siempre tienes la motivación para hacer lo que necesitas para mejorar tu vida, por eso poco a poco te sientes más vacío e imposibilitado para vivir en bienestar. Entender que algo se debe hacer para crear nuevos estados de ánimo es el punto de partida para el cambio. Desde allí, debes buscar todo lo que requieres hacer para cambiar la vida, debes ser consciente de que la personalidad que ha prevalecido, debe dejar de existir. Debes estar dispuesto a crear una nueva identidad de ser. Cuando comprendes que debes cambiar, entiendes que ese ser predecible está llegando a su fin, dándole vida a un nuevo ser que tiene que estar lleno de inspiración por lo nuevo, repleto de pasión por la experiencia, impulsado por una visión de futuro posible. Y es que cuando deseas algo, lo creas en lo etéreo, en un nivel más elevado del que estás en ése justo momento. Es por ello que dejas de ser lo que se dañó en la densidad para empezar a vivir en modo creador, siendo que en confianza, te elevas hacia un espacio de múltiples posibilidades y ese transitar te ubica en un vacío que se va llenando del todo universal. Al practicarlo continuamente se van creando nuevas conexiones neuronales en ti, ya que la mente ha impactado al corazón y éste está vibrando tan fuerte que activa el movimiento en el cuerpo, generando todo el brillo necesario para que se refleje en el entorno. Ahora bien, para recibirlo de regreso debes estar en la misma sintonía y para esto debes vibrar con más intensidad y eso sólo lo haces habituándote a ése nuevo estado de conciencia. Debes sentir y actuar en un nivel de Conciencia mayor al que estabas, solo así concretarás la creación. Entonces verás que tu cuerpo físico es una manifestación de la perspectiva creadora de tu Yo Superior que en su proceso de evolución, va formando reflejos de su esencia para explorar la creación universal. Al habitar ése cuerpo, te desconectas de ésa esencia y te sientes separado de la creación en la medida que vas superando la infancia hacia la adolescencia y adultez. Te toca entonces activar nuevamente ésa Conexión para concretar tu transformación.

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Entiende ahora que, el bienestar y el sufrimiento están en tu interior y será siempre tu responsabilidad el que fluyan a la vida, ya que se alimentan de la fuerza de tus decisiones para concretarlos y del nivel del propio creer y confiar en lo que eres y si de algo debes estar claro es que puedes decidir conscientemente cuál estimular. Pero esta decisión no es solo un momento de empoderamiento, debes cambiar el enfoque, quítale atención al dolor o al conflicto aparentemente existente, genera la intención de conectarte con la salud, con el bienestar, con la vida plena y llena de gozo. Piensa en cómo sería tu vida sin dolor, ni molestias, ni daño. Solo tú con posibilidad de saltar, de actuar o danzar, de manifestar y avanzar. Disfruta eso. Obsérvate pleno. Y plantéatelo como un reto, una meta a alcanzar. Deja de buscar lo malo. Busca lo bueno, la luz que te hace brillar, el bienestar que te permite bien-ser. Busca lo positivo. Ahora repite: “A pesar de los miedos, tristeza, dolores y falta de atención, he logrado mirarme y elijo ser mejor cada día. A pesar de los conflictos que me han afectado, elijo seguir desarrollando mi bienestar físico, emocional y mental. Ahora confío porque me amo, me acepto, me apruebo y me respeto. Por eso sé que estoy empezando a renacer en grandeza y plenitud y elijo vivirlo. Gracias”. Elige vivirlo, siempre. Crea una imagen de ti en tu cuerpo perfecto, en tu momento de gratitud y bienestar. Y decide ir desde ése lugar en el que estás, en el daño, hacia ése momento perfecto de transformación. ¡Inspírate, vuélvete creativo, dibújalo! ¡Siéntelo! Ahora bien, no pidas cosas, el Universo no sabe dar cosas físicas. Si se trata de pareja, pide llenarte de la energía creadora del amor, de la integración perfecta y el intercambio pleno. Busca entonces llenarte de amor propio en el momento presente. Búscalo. Solo tratas de vivir fuera de tu presente y eso te va a afectar siempre. Agradece lo que tienes en este momento. Porque es lo que existe y eso lo hace perfecto. Desde ahí, se puede mejorar, sí. Pero necesitas aprovechar eso que tienes, aceptarlo y buscar ser mejor desde allí. Deja de ver lo que crees que careces. Ve lo que eres y visualízate en bienestar, salud y amor. Enfócate en alcanzar eso como meta. Elige la vida, pero que sea muy tuya. Mira siempre las opciones que tienes y elige. Lo malo, el sufrimiento o la insatisfacción son solo opciones, al mirarlas crea imágenes con la energía diferente a ellas y arma un plan para alcanzar ésa figura. Cuando te dediques a ti de lleno, dejarás de extrañar o ansiar a otros. Escribe. Toma una foto tuya, dónde sientas que estás espléndido y una sonrisa que brilla. Y arma un proyecto de bienestar alrededor de ésa imagen. Que tu meta sea verte en plenitud. Pregúntate: ¿Qué razones tengo para sentirme bien? ¿Qué razones tengo para estar sano y en bienestar? ¿Qué razones tengo para mantener estas emociones en mi vida? Encuentra respuestas que te convenzan de buscar mejorar cada vez más.

-Abg. Rafael Martínez Gerente de Operaciones CIEMGCA Asesor de Bienestar Organizacional

Elévate a un nivel de conciencia diferente al de tus dificultades. Obsérvalas, acéptalas y la energía (fe) necesaria para superarlas se dará!

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