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¿Y tú? ¿Sabes quien eres?

Por Patricia Escobedo

¿Y tú? ¿Sabes quién eres?

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Si aún no lo sabes, yo te lo voy a decir:

Eres las manos de tu madre tomando con calma tu cara y diciéndote que todo va a estar bien; eres los brazos de tu padre abrazándote para recibirte después de tu último viaje que fue largo y cansado; eres la fuerza de tus abuelos cuando te reciben en su casa después de tantos meses de confinamiento y te preparan un rico caldo de pollo con verduras, de ese que hace tu abuela con su receta secreta y deliciosa.

Eres la carcajada fuerte y sonora de tus amigos que te reciben en su casa para platicar anécdotas que sólo ustedes conocen, sentados alrededor de la sala con botanas y bebidas y mucha complicidad. Eres la mirada de tus hijos cuando los abrazas porque sacaron una buena calificación en la escuela o cuando tuvieron un aparatoso accidente y están asustados porque salió mucha sangre y se hizo una herida muy grande en la rodilla al caer.

Eres el puerto seguro de aquel alumno que es golpeado en casa y que al llegar a la escuela siente el alivio de que por unas horas nada ha de pasarle pues está con su maestra en un ambiente tranquilo y con sus iguales; en calma y con amor.

Eres la mano que acaricia con afecto a su mascota y que sabe que el cariño que existe entre ustedes es el más puro del mundo.

Eres el saludo que das en la calle a tus vecinos; con amabilidad y respeto por los años de conocerse y convivir en paz y tranquilidad.

Eres la suma del amor y complicidad de tu pareja que sabe que pase lo que pase se tienen en las buenas y en las malas y sobre cualquier adversidad pues su fuerza es sólo una.

Continuación… Eres la imagen que tus compañeros de trabajo ven en la pantalla de la computadora cuando hacen una reunión virtual de zoom y que saben que pueden apoyarse en ti si necesitan de tu ayuda, de una palabra de aliento, de un chiste para hacer más llevadero el momento o sólo una mirada cómplice.

Eres la mano cálida para tu pareja cuando tiene una dificultad en la oficina o tuvo una rencilla con su jefe y sabe qué tocando tu mano, todo se calmará y podrá recapitular para tomar las decisiones correctas, ofrecer una disculpa o volver a reinventarse para sacar adelante ese proyecto que lo trae vuelto loco y que no encuentra inspiración y salida.

Eres la mirada serena cuando las cosas salen de su cauce y tu amiga se siente perdida por la partida de su madre, que era referente en su vida y cómplice de mil batallas pero que te dejó a ti, para que la colmes de abrazos y palabras sinceras en momentos en que pensar en la trascendencia resulta tan difícil de aceptar.

Eres la alegría de los que te conocen cuando sin más ni más, sueltas un chiste en la oficina, en la casa de la vecina, en la tiendita de la esquina, en tu lugar de trabajo, en la escuela, en la sala de tu casa, en la cocina, preparando la comida, en la habitación antes de irse a dormir o en el chat de la familia; y eso altera la solemnidad y alegra, relajando el ambiente y haciendo que todo sea más llevadero y feliz.

Eres la narración de ese cuento fantástico que tanto esperan tus hijos al finalizar el día, ya con pijama y calientitos en su cama, a punto de dormir y deseando que la historia que hoy transcurra sea tan fascinante como todas las demás que les cuentas cada día con una sonrisa en los labios y un beso al finalizar la narración.

Eres la palabra que llega a tiempo cuando alguien necesita escuchar, leer o sentir algo en especial es ciertos momentos de la vida y te dicen: ¡Gracias por estar aquí y decirme esto que tanto necesitaba oír o leer, ha sido un Bálsamo para mi corazón!

Eso y más eres…

Eres la suma de todos aquellos que han tocado tu vida de mil y un maneras. Por eso, hoy te pregunto: ¿Y tú? ¿Sabes quién eres?

Profra. Patricia Escobedo Guzmán Correo Electrónico: paty_escobedo@hotmail.com Facebook: El espacio de Miss Paty Twitter e Instagram: paty_escobedo

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