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El Despertar
El Desper tar
Por José Rafael Rivero
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Desde hace algunos años, se ha venido gestando un movimiento que para muchos es considerado, otra forma de fanatismo religioso o un cliché para valerse del mismo y estar en la onda del día. Lo que si es cierto es que muchas personas han entendido que es necesario realizar algunos cambios en su estructura de vida, en lo mental, en lo físico, en lo espiritual. Esto ha conllevado a un movimiento que ha aprovechado los medios digitales como principal plataforma para la difusión de su visión, de su proceso de transformación, una suerte de experimento multidimensional en el que, a manera de un reality show, cada quien va mostrando sus resultados.
¿En qué se traduce esto?
La sociedad ha pasado por diversos momentos críticos que han marcado la realidad de la lejanía entre los diversos estratos. La clase rica y su estilo de vida relajado, sus oportunidades de continuar avanzando a través de relaciones cerradas a su círculo ya creado desde generaciones ancestrales, por una planificación y una visión basada en estrategias diversas que se apoyan mayormente en sus valores económicos y que con el pasar de los años, habiendo entendido los cambios en los procesos productivos y sociales, sabe que en la adecuación de sus estrategias se mantienen vivas sus aspiraciones de mantenerse en la cresta económica. Esto tiene un aditamento, la “comodidad económica” les permite organizar mejor su tiempo para aprender nuevas tendencias y estar al día en todos los sentidos, no sólo los que tienen que ver con sus ingresos.
Continuación…
La clase menos pudiente, trae históricamente un residual negativo en la manera de ver y hacer las cosas, por la causa que sea, pero con el tiempo de producción de ingresos como su mayor prioridad, lo que no le permite poner en su mente objetivos que lleve a este renglón social al siguiente nivel económico, mental y espiritual, o al menos a un muy alto porcentaje que debe esforzarse de más para sobrevivir.
En el medio hay una clase que ha logrado salir de la zona del miedo, en la clase menos pudiente, esa zona en la que da terror arriesgar su empleo para avanzar a un siguiente nivel de retos pero también de oportunidades. Pareciera entonces que todo se basa en una cuestión de dinero y en parte así es, pero también es cierto que todo comienza o todo se gesta en su interior, en ese paisaje oscuro y temeroso guiado por tradiciones inyectadas en el ADN que no les permite tomar otras decisiones que los lleve más allá de lo mismo de siempre. Una vez tocado el tema económico de la sociedad actual, nos vamos un poco más adentro, traspasando los límites de la piel y adentrándonos en las células individuales, en esa chispa existencial que habita dentro de cada quien. Es un viaje introspectivo de autoconocimiento, donde terminamos descubriendo nuestras limitaciones, nuestros miedos, pero también donde descubrimos tesoros escondidos en las sombras. Es allí donde nos escuchamos desde la queja y donde soñamos en algo mejor, donde aceptamos que no sabemos nada de la vida, de la existencia y de las probabilidades de ser felices como fin final de estas vacaciones en la tierra.
Y como algunos han alcanzado un mejor nivel para la observación y la escucha, los conceptos se han transformado para ellos, buscando al Ser no como un ente social sino como un Ente Espiritual, conectado a una fuente principal en la que se alojan todas las posibilidades pensadas e incluso las que van más allá de nuestra imaginación. Es así como nace, desde la necesidad de cambio, esta gesta espiritual, holística, de fe pero también de trabajo, en la que las acciones se enfocan en el bienestar, en el Hacer desde el Saber y desde el Sentir, en un equilibrio empático que va sumando intenciones y valores que antes se utilizaban como un cliché y que en la actualidad son una realidad, en parte por supervivencia, en parte por convicción que debe ser así para obtener los resultados deseados. Pero, a fin de cuentas, ¿qué es el despertar? Diversos autores tiene infinitas conceptualizaciones, de acuerdo a la tendencia en la que se movilizan, pero en términos generales tiene que ver con el Abrir los Ojos y no el ojo físico, se trata de formarse para descubrir, entender, aceptar y desarrollar esa potencialidad pura que habita dentro de cada quien, con una visión en 720° . Saber escuchar, saber conceptualizar la realidad del momento, saber comunicar, accionar sin miedo a las limitaciones, aprender continuamente, autoconocerse para conocer y aceptar a otros. Una de las premisas está presente en el autoconocimiento, nos negamos a ver y a aceptar nuestros errores, nuestras debilidades, y en el afán de taparlo todo, se tapa también el camino por el que vamos recorriendo nuestras vidas.
Cuando comienzas a aceptar con humildad lo que eres y sueltas al infinito lo que quieres, sabes que si no accionas no recibes, entonces no te sientas a esperar las oportunidades, las creas. Cambiando tu mensaje interno, cambias la manera de dirigirte a tu entorno, eso crea lazos que te permiten avanzar y el paisaje comienza a cambiar en cada intento. La sanación es uno de los resultados inmediatos, sanas tu relación con tus ancestros, contigo mismo y por ende con tu entorno y de esa manera comienzas a ver resultados en tu vida.
Despertar es empatía con el Universo, agradeciendo tu participación, aunque tan solo eres una minúscula partícula, pero que cuya interacción causa movimiento en las energías y los resultados no se hacen esperar.
¿Has tenido últimamente la sensación de ver las cosas con mayor amplitud y sin miedo a colocarle un nuevo nombre a las cosas? ¿Te has descubierto agradeciendo más de lo normal, sin que sea buscando aceptación social? ¿Cómo está tu dialogo interno, mental, entre tus células, con tus conexiones espirituales?
Allí encontrarás la respuesta para saber si ya despertaste o aún estás en fase de preparación.