7 minute read

La animación como arte, y no como un género diseñado solo para niños

“Todos los padres aman a sus hijos, pero a veces se sienten abatidos, como cualquier otra persona. Y dicen cosas que solo creen que sienten en el momento, pero con el tiempo, se dan cuenta que no era realmente lo que sentían. Y tal vez te digan cosas crueles como una carga o un cobarde, pero en el fondo… te aman” -Pinocho

Por Wilmary Giménez

Advertisement

En algún punto de mi educación universitaria, recuerdo a una profesora cuyas clases fueron de las que más disfrutaba por dos razones, sabía de cine y sobre todo sabía como enseñarnos ese tema, y en una de sus muchas clases cuando nos habló de cine animado y cómo este estaba diseñado para niños pero sin ser del todo un contenido dirigido a ellos, me hizo considerar mucho la idea de por qué el cine animado no es para niños, y en un articulo pasado llegue a la conclusión que las películas animadas son verdades hechas para que los niños las acepten. Sin embargo, Guillermo Del Toro, me hizo volver a reflexionar de un tema que creí yo estaba zanjado, en un principio me negué a ver la película de Pinocho, no porque no llamara mi atención, sino porque había visto escenas del film que me dieron bastante tristeza, y la premisa de la historia iba a ser de esas que no iba a superar. Pero un día sin más nada interesante que ver, me armé de valor y le di una oportunidad a Pinocho y efectivamente no me equivoqué, lloré mucho con la historia, pero a su vez reflexioné sobre otras cosas.

Del Toro reinventa la historia del clásico cuento de hadas “Las Aventuras de Pinocho”, el cuento que enseña que las mentiras siempre son malas sin importar el motivo por el que las digas, y que a su vez son visibles y pesadas como la nariz de Pinocho que crecía cada vez que mentía, esa es la historia que todos conocimos de niño, pero Del Toro le dio un giro más a esta historia, y eso sin destacar el excelente trabajo que hizo con el stop motion, y es que los 15 años que se tomó en la creación de esta obra audiovisual fue el tiempo justo y necesario Esta versión nos cuenta la historia de Don Geppetto un carpintero con un talento increíble para tallar la madera y amor incondicional por su hijo Carlo, hijo que solo tuvo por diez años, pues una trágico hecho causado por la guerra de ese entonces le arrebato la vida a Carlo de una forma cruel, tiempo después y en medio de su dolor por la pérdida Geppetto vuelve a tallar sobre madera de pino, pero esta vez para recrear a su hijo Carlo, sin darse cuenta que sus plegarias fueron escuchadas por los espíritus del bosque que le dieron vida a la marioneta de noble pino y para que acompañara a su padre por el resto de su vida

Ahora bien, aquí entran en análisis varios puntos y comenzaré por el primero, el tema que desde niños nos han querido enseñar pero que duele tanto o es un tema tan delicado que por miedo a dañar la “inocencia” lo disfrazan mucho, y ese tema es la muerte. La muerte que es tan natural como la vida, y el duelo que es parte de la pérdida, Geppetto perdió a su hijo y su dolor y agonía lo hizo suplicar a cualquiera que lo escuchase que le devolviera a Carlo, y a cambio la vida le dio un niño de madera con el alma prestada para hacerle compañía a un viejo solitario, un niño de madera de nombre Pinocho que amaba a su padre tal y como era, pero el cual su padre quería que se pareciese al hijo que la guerra le arrebató. Lo que me hace admirar esta historia de este magnifico cineasta es que no se va por rodeos y va al punto de una manera tan magistral que es digna de aplausos “Lo único que hace que la vida humana tenga valor y significado es que es breve y finita” y esa es la poderosa frase que enseña como la muerte es parte de la vida y que no hay que temerle como muchos piensan.

Otro punto interesante de la historia es la inocencia de los niños, por ser niños son seres llenos de inocencia y bondad que no entienden el mundo y se dejan guiar por los adultos porque en ellos radica la experiencia, sin embargo, durante el film la inocencia de Pinocho se veía interrumpida por las situaciones en las que se veía envuelto, y en la mayoría de ellos le era difícil entender porque el mundo funciona así, la primera de ellas era el hecho de que Geppetto quería que Pinocho fuera Carlo, la constante presión del hombre lo hizo querer ser alguien que no es, la segunda cuando el Conde Volpe engaña al joven Pinocho valiéndose de la necesidad del niño por querer ayudar a su padre, y que Pinocho no comprendiera del todo ese engaño, la tercera situación es cuando a raíz de su aparente inmortalidad Pinocho es encerrado en un cuartel que entrena a niños para ser soldados que peleen en guerras que los adultos arman, esta es quizás de la escenas mas crudas pues hace un contraste interesante en como una prueba de habilidades los niños la termina convirtiendo en un juego, donde Pinocho y su compañero terminan en un empate, en el que los obligan a desempatar porque en la guerra solo puede ganar uno, más nunca le explican a los niños por qué solo puede ganar uno.

Esta inocencia también se refleja en varias frases a los largo del film dichas por Pinocho, como por ejemplo cuando en un oportunidad tratando de demostrar cuan valiente es le dice a otro niño “amo la guerra” y su nariz nunca crece, es porque el niño no entiende que es la guerra y lo que conlleva, varias escenas después, al comprender el daño tan grande que hace la guerra, repite la misma frase pero esta vez su nariz crece evidenciando la mentira, lo cual demuestra que no ama aquello que hace daño y que los adultos se empeñaban en idolatrar. Pero estos actos inocentes, no solo ocurrían en la vida de Pinocho, ya que, al ser una marioneta con el alma prestada, la muerte jamás iría por él, y el conocimiento de tener vida eterna en un principio le pareció bien, pero en las conversaciones que tenía con el hada del más allá, cada vez que “moría” las palabras “La vida puede traer un gran sufrimiento. Y la vida eterna puede traer sufrimiento eterno” es el niño comprendía que tal vez vivir eternamente no era lo mejor del mundo. Y de otro personaje que no podemos olvidarnos es de Sebastián J. Grillo, aquel personaje tan querido que en el clásico cumplía el papel de ser la conciencia de Pinocho y que en esta adaptación es igual, Grillo es de los personajes más entrañables en este film y su repetida frase “Debes hacer tu mejor esfuerzo, y eso es lo mejor que cualquiera puede hacer” está llena de un gran significado y una gran enseñanza a lo largo de toda la película.

Solo queda agradecerle a Guillermo Del Toro, por regalarnos semejantes obras de artes y crear personajes tan maravillosos de los que puedes aprender cosas que jamás creías aprender, los quince años que le dedicó a la producción de esta asombrosa obra lograron demostrar lo que quería, citando sus propias palabras;

“Esta película se tardó en filmar 15 años, la mitad de mi carrera, porque quise demostrar que la animación es arte, la animación es cine y no es un género hecho para niños, sino, un medio que nos va a permitir hablar cosas profundas, dolorosas y hermosas de manera más adulta” – Guillermo del Toro.

Wilmary Jimenez Estudiante de Comunicación Social Cine - Arte – EspectáculosFarándula @marygg_09

This article is from: