PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR SEDE SANTO DOMINGO
Dirección Académica – Escuela de Enfermería
EVALUACIÓN DEL DOLOR AGUDO POSQUIRÚRGICO E INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA CON TERAPIAS COMPLEMENTARIAS EN PACIENTES ATENDIDOS EN EL HOSPITAL GENERAL SANTO DOMINGO, ENERO 2018
Trabajo de Titulación previo a la obtención del título de Licenciatura en Enfermería Línea de Investigación: Fomento, Prevención y Promoción de la Salud. Autores: GINA PATRICIA GALVÁN LÓPEZ MARIELA XIMENA PACHECO LOMBEIDA Director: MG. MARCELO EDUARDO TUTILLO CARRILLO
Santo Domingo – Ecuador Agosto, 2018
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR SEDE SANTO DOMINGO
Dirección Académica – Escuela de Enfermería
HOJA DE APROBACIÓN EVALUACIÓN DEL DOLOR AGUDO POSQUIRÚRGICO E INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA CON TERAPIAS COMPLEMENTARIAS EN PACIENTES ATENDIDOS EN EL HOSPITAL GENERAL SANTO DOMINGO, ENERO 2018 Línea de Investigación: Fomento, Prevención y Promoción de la Salud. Autores: GINA PATRICIA GALVÁN LÓPEZ MARIELA XIMENA PACHECO LOMBEIDA Marcelo Eduardo Tutillo Carrillo, Mg
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DIRECTOR DEL TRABAJO DE TITULACIÓN Verónica Karina Arias Salvador, Mg
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CALIFICADOR Jorge Luis Rodríguez Díaz, Mg
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CALIFICADOR Jorge Luis Rodríguez Díaz, Mg
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DIRECTOR DE LA ESCUELA DE ENFERMERÍA Santo Domingo – Ecuador Agosto, 2018
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DECLARACIÓN DE AUTENTICIDAD Y RESPONSABILIDAD Nosotros, Gina Patricia Galván López portador de la cédula de ciudadanía No. 1713518320 y Mariela Ximena Pacheco Lombeida portadora de la cédula de ciudadanía No. 1723270334 declaramos que los resultados obtenidos en la investigación que presentamos como informe final, previo la obtención del Grado de Licenciatura en Enfermería son absolutamente originales, auténticos y personales. En tal virtud, declaro que el contenido, las conclusiones y los efectos legales y académicos que se desprenden del trabajo propuesto de investigación y luego de la redacción de este documento son y serán de mi sola y exclusiva responsabilidad legal y académica.
Gina Patricia Galván López CI. 1713518320
Mariela Ximena Pacheco Lombeida CI. 1723270334
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AGRADECIMIENTO Por medio de este documento, al finalizar esta trabajo investigativo, quisiera dejar plasmado un reconocimiento de gratitud al Mg. Jorge Luis Rodríguez, por su gran apoyo y motivación para la culminación de mis estudios profesionales y para la elaboración de esta tesis, además, por ser más que un maestro, un amigo, que durante estos años de carrera, me supo guiar por el camino de la sabiduría, también quisiera hacer mención de agradecimiento al Mg. Marcelo Tutillo e Ing. Ángel Sabando por su dirección y apoyo ofrecido en este trabajo. A todos mis maestros y tutores, aquellos que marcaron cada etapa de mi camino universitario, y que me ayudaron en asesorías y dudas presentadas en la elaboración de la tesis. Finalmente al Hospital General Santo Domingo por la apertura brindada para la aplicación de este proyecto, a Luis Eduardo y Gisela que nos permitieron compartir de sus conocimientos e hicieron más ameno el tiempo que pasamos durante la aplicación del estudio, a cada una de las personas que laboran en el hospital que nos brindaron información, siempre con buena disposición.
Gina patricia Galván López
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AGRADECIMIENTO Este trabajo va dirigido con una expresión de gratitud: A ti Dios que me diste la oportunidad de vivir y culminar esta gran experiencia, a mis padres y hermanos por el apoyo inmenso que me han brindado, a mis maestros de la PUCESD en especial al Mg. Jorge Luis Rodríguez por su gran apoyo y motivación para la elaboración de este trabajo investigativo; al Mg. Marcelo Tutillo e Ing. Ángel Sabando por su dirección y apoyo ofrecido en este trabajo. Ximena Pacheco
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DEDICATORIA A Dios, por haberme permitido llegar hasta este punto y haberme dado salud para lograr mis objetivos, además de su infinita bondad y amor. A mis padres, por ser el pilar fundamental en todo lo que soy, en toda mi educación, tanto académica, como de la vida, por su incondicional apoyo perfectamente mantenido a través del tiempo. Gracias por todo papa y mama por el infinito cariño y amor a mis hijos, por apoyarme en mi formación, por creer en mí y brindarme su amor. A mis hijos, los protagonistas de mi vida; Cristian, Adrián, Aarón y Harold, por el tiempo que no les dediqué, por centrarme en los estudios, siendo claro ejemplo de que si te propones algo lo puedes conseguir, solo debes querer para poder, yo lo pude, ustedes pueden mucho más. Gracias por animarme a ser mejor. A mis hermanos amados: Jefferson, un hombre intachable, recto un ejemplo a seguir; Diana mi hermana del alma porque aunque estés lejos siempre estás conmigo, Joffre por animarme a seguir estudiando, por ver más allá de mis limitaciones y apostar por mí y Willy mi hermano pequeño por su apoyo incondicional, viviré eternamente agradecida con ustedes, ya que sin su apoyo jamás hubiera podido culminar mis estudios, mil gracias por confiar en mí. Mis sobrinas Josselyn y Melanie, las hijas que quise tener, mis niñas, gracias por hacerme sentir una tía feliz, mi rey David mi bebecito te amo con locura y mi a sobrino Giosue gracias por sus muestras de cariño. A mis amigos que nos apoyamos mutuamente en nuestra formación profesional y que hasta ahora seguimos siendo amigos: Mariela la mejor compañera de tesis que pude tener, Samuel mi acompañante favorito, siempre presto a ayudarme, Jhony el mejor anfitrión, por abrirnos las puertas de tu casa, Diana y Roger porque sin sus locuras nada hubiera sido igual, mis queridos Patty, Kevin y Karla por aguantarme durante todos estos años, por los buenos momentos vividos, que de alguna manera contribuyeron en la elaboración de este trabajo. Todo este trabajo es fruto de la perseverancia, lucha y sacrificio en el que ustedes han sido partícipes. ¡Por ustedes y para ustedes!... Gina patricia Galván López
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DEDICATORIA Este trabajo investigativo está dedicado en primer lugar a Dios por guiarme en mis decisiones, a mi madre Virginia por su apoyo incondicional, amor y comprensión, sin ti esto no habría sido posible, mil gracias, esto es por ti y para ti. A mi padre que a pesar de la distancia ha estado presente en los buenos y los malos momentos de mi vida. Hermanas y hermano Flor, Esthela, Mirian, Julissa y Javier por impulsarme a ser mejor cada día. A mi compañera de tesis Gina por todo su esfuerzo, cariño eres una luchadora, por compartir su conocimiento y amistad en todo este transcurso, gracias. A mis compañeros Kevin, Diana, Jhonny, Patricia, Karla, Roger y Samuel que me han brindado su mano sin pensarlo y lo más importante su amistad sincera y así como también a esas amistades que se fueron agregando a esta etapa brindado su granito de arena, Irwin gracias por la experiencia compartida, por el conocimiento y por el apoyo que sin duda impartiste, pues chicos ¡Lo logramos! Ximena Pacheco
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RESUMEN Fundamento: el dolor es uno de los factores que más afecta dentro del proceso de recuperación, influyendo en la evolución satisfactoria del paciente, mismo que produce sufrimiento físico y mental; al ser el personal de enfermería el encargado del cuidado, es responsable de identificar los factores que ponen en riesgo la salud. Objetivo: Evaluar el dolor posquirúrgico y la aplicación de terapias complementarias por el personal de enfermería. Métodos: se realizó un estudio longitudinal de enfoque cuantitativo, en los pacientes atendidos en el centro quirúrgico del Hospital General Santo Domingo, de enero a febrero del 2018. El universo de estudio estuvo constituido por 100 pacientes sujetos a cirugía ambulatoria, de los cuales 9 no cumplieron los criterios de inclusión, quedando la muestra conformada por 91 pacientes. Resultados: de los 91 pacientes evaluados, 34 pacientes equivalentes al, 37,4 % refirieron dolor en el posquirúrgico, de estos 8 fueron de género masculino y 26 del femenino. El rango de intensidad del dolor que más prevaleció fue el leve con 22 personas. De los cuales 10 manifestaron ya no sentir dolor después de aplicar las terapias complementarias, mientras que 10 usuarios se mantuvieron en el mismo rango pero con menor intensidad y los 2 restantes no presentaron mejoría. Conclusiones: se evidenció un buen manejo del dolor por parte del personal de enfermería, así mismo se demostró que la utilización de las terapias complementarias fue favorable, puesto que los pacientes manifestaron alivio, siendo el frio local el que mayor aceptación y beneficios mostró. DeCS: Atención de enfermería; Dolor posoperatorio; Eficacia; Nocicepción; Terapias complementarias
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ABSTRACT Background: pain is one of the factors that most affects the recovery process, influencing the patient's satisfactory evolution, which produces physical and mental suffering; as the nursing staff is in charge of the care, it is responsible for identifying the factors that put health at risk. Objective: To evaluate postoperative pain and the application of complementary therapies by the nursing staff. Methods: a longitudinal study of quantitative approach was carried out in the patients treated in the surgical center of the Hospital General Santo Domingo, from January to February 2018. The universe of study consisted of 100 patients subject to ambulatory surgery, of which 9 did not meet the inclusion criteria, leaving the sample consisting of 91 patients. Results: Of the 91 patients evaluated, 34 equivalent to 37.4% reported pain in the postoperative period, of these 8 were male and 26 female. The intensity range of pain that prevailed most was the mild one with 22 people. Of those, 10 said they no longer felt pain after applying the complementary therapies, while 10 users remained in the same range but with less intensity and the remaining 2 did not show improvement. Conclusions: a good management of pain was shown by the nursing staff, likewise it was demonstrated that the use of complementary therapies was favorable, since the patients showed relief, being the local cold the one that greater acceptance and benefits showed. Keywords:
Nursing
Complementary therapies
care;
Postoperative
pain;
Effectiveness;
Nociception;
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ÍNDICE CONTENIDOS 1
INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 1
2
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ............................................................... 3
3.2
Delimitación del Problema...................................................................................... 3
3.2
Formulación del Problema ...................................................................................... 4
3.2
Sistematización del Problema ................................................................................. 4
3.2
Justificación ............................................................................................................ 4
3.2
Objetivos ................................................................................................................. 6
2..1
Objetivo general. ..................................................................................................... 6
2..2
Objetivos específicos. ............................................................................................. 6
3
MARCO REFERENCIAL ...................................................................................... 7
3.2
Antecedentes ........................................................................................................... 7
3.2
Revisión de la literatura o fundamentos teóricos .................................................. 10
3.2.1
Teoría del Confort de Katharine Kolcaba. ............................................................ 10
3.2.2
Teoría que sustenta los Objetivos. ........................................................................ 13
3.2.2.1
Definición del dolor. ............................................................................................. 13
3.2.2.2
Tipos de dolor. ...................................................................................................... 13
3.2.2.3
Importancia de la valoración y el manejo del dolor. ............................................. 14
3.2.2.4
Escalas para valorar la intensidad del dolor. ......................................................... 16
3.2.2.5
Factores que influyen en el dolor postoperatorio. ................................................. 17
3.2.2.6
Abordaje farmacológico. ....................................................................................... 17
3.2.2.7
Intervenciones no farmacológicas para el manejo del dolor. ................................ 19
3.2.2.8
Evaluación de las estrategias de manejo del dolor. ............................................... 21
3.3
Marco Teórico ....................................................................................................... 21
4
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN .................................................... 24
4.1
Enfoque/Tipo de investigación ............................................................................. 24
4.2
Población / Muestra .............................................................................................. 24
xi
4.2.1
Criterios de inclusión. ........................................................................................... 24
4.2.2
Criterios de exclusión............................................................................................ 25
4.3
Operacionalización de las variables ...................................................................... 25
4.4
Técnicas e instrumentos de recogida de datos ...................................................... 27
4.5
Técnicas de análisis de datos ................................................................................ 28
5
RESULTADOS ..................................................................................................... 29
6
DISCUSIÓN ......................................................................................................... 32
7
CONCLUSIONES ................................................................................................ 34
8
RECOMENDACIONES ....................................................................................... 35
9
LISTA DE REFERENCIAS ................................................................................. 36
10
GLOSARIO .......................................................................................................... 41
11
ANEXOS .............................................................................................................. 43
xii
ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1
Operacionalización de variables ........................................................................... 26
Tabla 2
Relación de la intensidad del dolor en función al grupo etario y género .............. 29
Tabla 3
Relación de la terapia complementaria en función a la intensidad del dolor y
género
............................................................................................................................... 30
Tabla 4
Relación de la terapia complementaria utilizada y la eficacia de la misma después
del tratamiento ......................................................................................................................... 31
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ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1: Escalera de Analgesia de la OMS…………………………………………………18
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ร NDICE DE ANEXOS Anexo 1: Instrumento de recolecciรณn de datos ........................................................................ 43
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1 INTRODUCCIÓN El presente estudio investigativo trata sobre la evaluación del dolor postquirúrgico que se puede definir como la sensación y experiencia no placentera a partir de una lesión en estructuras superficiales y profundas, somáticas o viscerales, y la aplicación de terapias alternativas que se refiere al empleo de varias medidas físicas, cognitivo-conductuales para el tratamiento complementario del dolor. La investigación se realizó con el interés de conocer la intensidad del dolor de los pacientes postquirúrgicos para la posterior aplicación de terapias complementarias al tratamiento farmacológico (frío local, musicoterapia y TENS), y a su vez comprobar su eficacia y aceptación. En vista que no se ha desarrollado un estudio investigativo similar en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas se espera contribuir con este proyecto como una base para la realización de estudios posteriores. Por otra parte el presente trabajo es de enfoque cuantitativo puesto que la variable a estudio (dolor), es de carácter subjetivo, medible a través de la utilización del instrumento de medición Escala visual analógica (EVA). Además es una investigación cuasi experimental de tipo antes-después ya que se manipuló una variable independiente (dolor) y se la relacionó con un tratamiento complementario (terapias alternativas). El estudio se lo aplicó en el Hospital General Santo Domingo, con una muestra de 100 pacientes de los cuales 64 fueron mujeres y 27 hombres, todos sometidos a intervenciones quirúrgicas programadas. En el primer capítulo se describe la introducción y en qué consiste el estudio. El segundo capítulo está conformado por el planteamiento del problema, justificación y la formulación de los objetivos a desarrollar. El tercer capítulo corresponde a los antecedentes, el marco referencial, mismo que describe la teoría del confort de Katharine Kolcaba, fundamento teórico escogido, marco teórico que engloba definiciones de dolor, escalas de medición y terapias alternativas y el marco conceptual. El cuarto capítulo contiene la metodología de la investigación donde se describe el enfoque y tipo de investigación, la población a estudio y las técnicas utilizadas en la recolección de datos.
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Los resultados se encuentran detallados en el quinto capítulo así como sus análisis. El capítulo seis contiene la discusión de los resultados obtenidos, seguido de ello el capítulo siete y ocho con sus conclusiones y recomendaciones respectivamente.
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2 3.2
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Delimitación del Problema El dolor, sea este agudo o crónico, es una de las causas que más afectan a la calidad de
vida de las personas y atenta contra su dignidad, tratarlo de forma inadecuada conlleva problemas asistenciales y éticos Una inadecuada evaluación y manejo del dolor vulnera los principios éticos básicos de autonomía, beneficencia, no maleficencia y justicia (Soler, 2011). A nivel de varios países dentro y fuera de Latinoamérica incluido Ecuador, siguen presentándose deficiencias en el manejo del dolor postquirúrgico, tal es el caso de un estudio realizado en el Hospital Eugenio Espejo (Ecuador), donde se ha podido determinar que durante los dos primeros días de postoperatorio la prevalencia de dolor agudo es sumamente alta (prácticamente del 90% en ambos días) y que un importante número de pacientes presentan dolor severo y dolor insoportable (49%) en el primer día de postoperatorio. Los resultados son por tanto preocupantes y resaltan la importancia de conducir nuevas investigaciones destinadas a confirmar los hallazgos, determinar la frecuencia del problema en otras unidades hospitalarias y procurar identificar sus condicionantes (Simba & Santos, 2007). Por tanto no se debe olvidar que el tratamiento del dolor postoperatorio es un derecho del paciente y un deber del personal de salud, sin embargo a pesar de esto a nivel internacional se documenta que un 78 % de los sujetos hospitalizados y un 77 % de los pacientes quirúrgicos continúan experimentando dolor (Guevara et al., 2007). Según los reportes de la Asociación Internacional del Dolor (IASP), a pesar de los esfuerzos, más del 80% de los pacientes operados en Estados Unidos presentan dolor, lo cual constituye un problema importante, teniendo en cuenta que se realizan más de 46 millones de cirugías en pacientes hospitalizados y 53 millones de cirugías ambulatorias (Fernández y Gómez, 2011). Se carece de información sobre la evaluación del dolor agudo posquirúrgico y de la aplicación de terapias complementarias en pacientes atendidos en el Hospital Santo Domingo (HSD) en la provincia Santo Domingo de los Tsáchilas, por tanto se considera que el problema de investigación es la falta de evaluación del dolor en estos pacientes.
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Sabiendo que el control del dolor postoperatorio puede mejorar la recuperación y la calidad de vida del paciente y con el fin de contribuir de manera positiva a esta problemática, se plantean las siguientes preguntas con las cuales se espera encontrar una solución viable al problema:
3.2 Formulación del Problema ¿Padecen dolor postquirúrgico los pacientes sometidos a cirugía en el Hospital General Santo Domingo y pueden las terapias complementarias reducir la intensidad del mismo?
3.2 Sistematización del Problema
¿Es posible identificar la intensidad del dolor de los pacientes postquirúrgicos, según grupo etario y género?
¿Se puede ayudar con terapias complementarias al paciente postquirúrgico que padece dolor leve, moderado o intenso?
¿Es posible comprobar si las terapias complementarias utilizadas han sido eficaces?
3.2 Justificación Según La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (como se citó en Puebla, 2005) definió el dolor como una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real o potencial. Después de los evidentes avances que se han tenido con respecto a este síntoma desde épocas primitivas, es difícil justificar que se siga padeciendo dolor innecesario y gratuito sin que ello sea considerado un acto que atenta contra la dignidad de la persona. Aunque no existe ningún derecho humano internacional explícito al alivio del dolor, sí que existe el derecho "al más alto nivel de salud". Definiéndose como salud según la OMS al estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, dicho concepto lleva implícito fácilmente el derecho al alivio del dolor (Brennan, y Cousins, 2005). El dolor es uno de los factores que más afecta dentro del proceso de recuperación y es el menos considerado, influyendo en la recuperación satisfactoria del paciente, mismo que
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produce sufrimiento físico y mental, trastornos del sueño, efectos cardiovasculares, efectos respiratorios y retraso en la movilización (López, 2013). Al ser el personal de enfermería el encargado de llevar a cabo el cuidado del individuo, familia y comunidad, es responsable de identificar los factores que ponen en riesgo la salud. Es así que Blancas (2017) manifiesta que el adecuado tratamiento del dolor ha sido considerado como un indicador relevante de buena práctica clínica y calidad asistencial, por lo que una de las primeras medidas de mejora asistencial para reducir el dolor en un centro sanitario consiste en conocer la prevalencia de este síntoma y analizar el abordaje terapéutico realizado. En los diferentes artículos revisados se observa que la escala EVA, es la escala de valoración del dolor más conocida y aceptada, ya que intenta convertir variables cualitativas, como la percepción del dolor por el propio paciente, en variables cuantitativas que puedan, según su gradación, dar idea de la intensidad del dolor y, por tanto, nos da una idea de la analgesia necesaria. Siendo que es un instrumento de fácil manejo y que no se emplea mucho tiempo en su aplicación, es contradictorio que se sigan presentando altos porcentajes de pacientes con este síntoma, por lo que es necesario seguir trabajando en mejorar el control del dolor en pacientes postquirúrgicos, ya sea con un buen seguimiento y administración de fármacos, como también con cuidados de enfermería alternativos como complemento a la terapia farmacológica. La presente investigación se la realizará en base a la línea de investigación del fomento, prevención y promoción de la salud, establecidos por la escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo (PUCESD), enfocándose en el objetivo número 3 establecido por el Plan Nacional del Buen Vivir (PNBV) 2013-2017, mismo que propone “Mejorar la calidad de vida de la población”, la cual se puede determinar a través de una investigación que evalúe el dolor dentro de las primeras 24 horas del postoperatorio de los pacientes y a su vez contribuyendo con la aplicación de estrategias para disminuirlo y así proporcionar un servicio de salud de calidad.
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3.2 Objetivos 2..1
Objetivo general. Evaluar el dolor agudo posquirúrgico y la aplicación y eficacia de las terapias
complementarias utilizadas por el personal de enfermería en pacientes sometidos a cirugía en el Hospital General Santo Domingo 2..2
Objetivos específicos.
Identificar la intensidad del dolor mediante la escala visual analógica (EVA) en relación a grupo etario y género
Aplicar terapias complementarias según nivel del dolor obtenido
Evaluar la eficacia de las terapias complementarias utilizadas
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MARCO REFERENCIAL
3.2 Antecedentes El presente estudio surge de la revisión de diferentes investigaciones en las que se hace referencia sobre la importancia de la evaluación del dolor agudo postquirúrgico y la repercusión que este tiene en la recuperación del paciente, y sobre las terapias complementarias usadas por parte del personal de enfermería para mejorar o disminuir este síntoma. La definición del dolor es muy extensa, y depende de la época o cultura que lo defina, es así que desde hace muchos años a.C. se describía al dolor como un castigo de los dioses y/o posesión de malos espíritus, que era tratado esencialmente a base de plantas como la dormidera, coca, mandrágora, entre otras, las mismas que se aplicaban en forma de emplastes sobre las heridas, brebajes, o inhalando los vapores de estas cuando eran hervidas. El hombre del Neolítico hace más de 9.000 años atacaba el dolor desde el aspecto físico, usando además de las plantas, sangre de animales y la aplicación de frío y calor. En el siglo V a.C. Buda plantea el dolor como una frustración de los deseos y, por tanto, lo localizaban en el alma. Reconoce en el mal (el dolor) la causa de todos los sufrimientos. La primera de las cuatro verdades de su doctrina budista dice: “El dolor es universal. Nadie puede liberarse de él, desde el nacimiento hasta la muerte” (Pérez, Abejón, Ortiz y Pérez, 2005, p. 375). El dolor es una experiencia desagradable, que como hemos visto afecta a todos las personas en alguna etapa de su vida, y que a pesar del elevado desarrollo de los conocimientos sobre este síntoma, todavía hoy se trata de forma insuficiente. Actualmente la definición más acertada es la de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), que lo define como: “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño” (Loeser & Treede, 2008, p. 474). Considerando que existen grandes avances en el conocimiento de los factores que lo desencadenan, la neurofisiología, medicamentos, procedimientos para diagnóstico y tratamiento, técnicas de manejo alternativo, el desnivel entre dichos conocimientos y la aplicación práctica es un abismo, tanto si nos referimos al dolor crónico como al dolor agudo. Las causas son múltiples, la cultura, las actitudes, la educación, las disponibilidades económicas y las políticas de salud (Sousa, 2002). Entonces es hora de preguntarse si se lo está evaluando y tratando de forma adecuada, si el personal de enfermería está defendiendo los
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derechos del paciente y luchando por que estos se cumplan, sabiendo que el alivio del dolor es un derecho que tienen todos los pacientes. Es así que Díez-Álvarez et al. (2008) en el artículo “Valoración del dolor agudo postoperatorio”, cuyo objetivo fue medir el grado de satisfacción de los pacientes operados respecto al control del dolor postoperatorio y conocer los factores que determinan una analgesia postoperatoria adecuada y evaluar el valor predictivo de la escala visual analógica (EVA),en el Hospital Alto Deba de Mondragón, Guipúzcoa, España, en el que se empleó un estudio de tipo observacional, con una muestra de 237 pacientes entre abril de 2007 y abril de 2008. El 54 % de los intervenidos refirió dolor, el 98 % estuvo satisfecho con su manejo y el 95 % creyó que los analgésicos pueden aliviar el dolor mucho o totalmente. La recogida de datos se realizó en 2 fases. En primer lugar, se pasó una EVA con un valor entre 0 y 10 para medir la intensidad del dolor a las 2 h de la intervención en la unidad de reanimación posquirúrgica. En una segunda fase se recogieron los datos del cuestionario adaptado de la Sociedad Americana del Dolor, mediante una visita al enfermo a las 24 h de la intervención quirúrgica en la unidad de hospitalización. Se concluye que el control del dolor postoperatorio se lleva a cabo de forma satisfactoria. El uso de la EVA a las 2 h de la intervención permite identificar una parte importante de los pacientes que van a tener dolor. Vargas y Guzmán (2017) en su investigación “Uso de crioterapia en la herida quirúrgica, para reducir el dolor y consumo de analgésicos estándar en las 48 horas del postoperatorio, en pacientes sometidos a laparotomía media por abdomen agudo quirúrgico, en el Hospital San Francisco de Quito en el periodo de mayo a octubre del año 2016.” cuyo objetivo fue demostrar la efectividad del uso de crioterapia asociado a analgesia estándar versus la analgesia estándar postoperatoria sola, sobre la reducción del dolor postquirúrgico en las 48h del post operatorio en 6 pacientes sometidos a laparotomía media por abdomen agudo quirúrgico en el Hospital San Francisco de Quito, en el que se utilizó un estudio prospectivo, comparativo, transversal, donde la muestra estuvo constituida por 93 pacientes laparotomizados, se dividieron en 2 grupos, en el grupo de estudio de 47 pacientes se aplicó hielo a nivel de la herida quirúrgica y al grupo de control de 46 pacientes no se le aplicó. En los dos grupos se evaluó el dolor en el post operatorio y el consumo de analgésicos, que fueron convertidos a miligramos de morfina para realizar el análisis final. Resultados: El grupo de pacientes en los que se utilizó crioterapia tuvo una reducción estadísticamente significativa de la intensidad del dolor a las 24 y 48 horas. Concluyen que, aunque los pacientes refirieron sentir
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menor dolor con el uso de crioterapia junto con la analgesia, no se disminuyó la dosis de analgésico utilizada en el postoperatorio. Meier (2017) en el artículo “Análisis de la intensidad, aspectos sensoriales y afectivos del dolor de pacientes en postoperatorio inmediato”, cuyo objetivo fue evaluar el dolor de pacientes en post-operatorio inmediato en la admisión, una hora después y en el alta de una Unidad de Recuperación Post-Anestésica en cuanto a intensidad, aspectos sensoriales y afectivos en la región del Noroeste del Estado de Rio Grande do Sul, Brasil, en el que se utilizó un estudio analítico transversal donde fueron encuestados 336 pacientes mediante escala numérica y cuestionario McGill de dolor forma reducida, validado para la lengua portuguesa, el mismo que evalúa el dolor en las dimensiones sensorial, afectiva y evaluativa, se basa en las palabras que los pacientes seleccionan para describir su propio dolor, esto evalúa el dolor percibido en el momento de su aplicación y se divide en: Índice de estimación del dolor sensorial (PRI-S), Índice de estimación de Dolor Afectivo (PRI-A), Intensidad de Dolor Presente (PPI) y Evaluación Global de la Experiencia de Dolor (AGD), concluye que fue elevado el porcentaje de pacientes con dolor en el postoperatorio inmediato, desde la admisión en la unidad hasta el alta. Afirma que los resultados pueden incentivar a investigadores y profesionales de la salud a las investigaciones. Por otro lado Machado et al. (2013) en el artículo “¿Estamos controlando el dolor posquirúrgico?”, cuyo objetivo fue evaluar la percepción del dolor a las 4 h del postoperatorio de pacientes del Hospital Universitario San Jorge de Pereira, Colombia, en el que se utilizó un estudio transversal, se evaluó la intensidad del dolor a 213 pacientes en posoperatorio mediante EVA, concluyeron que el inadecuado control del dolor obliga a replantear su manejo idealmente con guías de práctica clínica y con el empleo de medicamentos analgésicos a las dosis e intervalos adecuados. Fernández (2014) en la investigación sobre “Alternativas analgésicas al dolor de parto”, con el objetivo de evaluar la efectividad y eficacia de las principales alternativas analgésicas al parto que la literatura científica nos ofrece. Se ha realizado un búsqueda sistemática dn las siguientes bases de datos: Medline, Pubmed, The Cochrane Database of Systematic Reviews y Ebsco. La búsqueda se restringió a los idiomas inglés y español, utilizando como descriptores los siguientes términos: labour, pain, analgesic alternatives. Los estudios consultados reflejan que las diferentes alternativas analgésicas como la aplicación de electroterapia, acupuntura, masoterapia o termoterapia en el parto son efectivas en grado moderado en la reducción del
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dolor, y concluyen que la aplicación de medidas analgésicas alternativas resulta de efectividad comprobada, no obstante, es necesaria la elaboración de mayores estudios clínicos con una metodología consensuada que avale la efectividad de dichas intervenciones. Por último coincidiendo con el estudio realizado por Espinosa (2013) en la tesis de grado “Evaluación del dolor agudo postoperatorio en pacientes atendidos en el Hospital UTPL (Universidad Técnica Particular de Loja) durante Julio - Diciembre del 2011”, en la ciudad de Loja, Ecuador, con el objetivo de evaluar el tratamiento del dolor agudo postoperatorio, mediante escalas de valoración del dolor tomando en cuenta el manejo farmacológico realizado para el control del mismo en pacientes del Hospital UTPL, con la finalidad de analizar el manejo que se le da y proponer un protocolo de atención. En esta investigación se utilizó un estudio de tipo descriptivo, diseño cuantitativo y trasversal, con una muestra de 74 pacientes a los cuales se les recogió la información de la historia clínica durante el postoperatorio en una ficha de observación y se evaluó el dolor posoperatorio mediato, mediante la EVA. Concluyendo que en el Hospital UTPL se realiza un eficaz seguimiento y control del dolor postoperatorio en sus pacientes, lo que contribuye a la mejora y efectividad del tratamiento del dolor.
3.2 Revisión de la literatura o fundamentos teóricos 3.2.1 Teoría del Confort de Katharine Kolcaba. Confort es un término que tiene una importante relación histórica y contemporánea con el cuidado de la salud, desde la época de Nightingale, se trata de designar un resultado deseable para el cuidado de la salud. Según Nightingale (como se citó en Raele, 2011) declaró: “Nunca debemos olvidarnos del objetivo de la observación. La observación no sirve para recopilar datos diversos y hechos curiosos, sino para salvar vidas y promover la salud y la comodidad”. Este modelo surgió tras el comprometido análisis de una amplia revisión bibliográfica existente sobre la comodidad en enfermería, a partir de dicha revisión se obtuvo cuatro contextos de confort: físico, psicoespiritual, sociocultural y ambiental (Kolcaba, 1995). Para sintetizar y elaborar los tipos de confort se unificaron tres obras de las primeras teóricas enfermeras. El alivio se realizó a partir del trabajo de Orlando, postulaba que las enfermeras satisfacían las necesidades de los pacientes. Para la tranquilidad, se usó el trabajo de Henderson, que describe las 13 funciones básicas de los seres humanos que deben
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mantenerse durante los cuidados y a partir de la obra de Paterson y Zderad se elaboró la trascendencia, obra que plantea que los pacientes superan sus dificultades con la ayuda de las enfermeras (Raele, 2011). Cuando los cuatro contextos (físico, social, psicoespiritual, ambiental), se combinan con los tres tipos de confort (alivio, tranquilidad, trascendencia), se crea una estructura taxonómica (matriz) 3 x 4 estructura de 12 celdas, las cuales representan la Gestalt total, a partir de la cual se consideran las complejidades del confort como un resultado (Kalcoba, 1991). Según Raele (2015), Kolcaba ha puntualizado cuatro conceptos en relación con su metaparadigma:
Enfermería: incluye la valoración de las necesidades de la comodidad, el diseño de las intervenciones de comodidad para satisfacer esas necesidades y la revaloración de los niveles de comodidad después de la implantación de dichas medidas, en comparación con una situación anterior la valoración y la revaloración deben ser intuitivas y/o subjetivas, como cuando una enfermera le pregunta al paciente si está cómodo, u objetivas, como cuando observa la curación de una herida o cambios en los valores analíticos o en la conducta. La valoración se consigue mediante la utilización de escalas de puntuación verbales clínicas o cuestionarios de confort con instrumentos desarrollados.
Paciente: los receptores del cuidado deben ser individuos, familias, instituciones y comunidades que necesiten cuidados de salud. Las enfermeras pueden ser receptoras de un mayor confort en el lugar de trabajo cuando se ponen en marcha iniciativas para mejorar las condiciones laborales.
Entorno: cualquier aspecto del paciente, la familia o las instituciones que la enfermera, los familiares o la institución pueden manipular para mejorar el confort.
Salud: es el funcionamiento óptimo del paciente, familia, profesional de la salud o comunidad. Así también Kolcaba presenta varios supuestos:
1.
Los seres humanos ofrecen respuestas holísticas a estímulos complejos.
2.
La comodidad es un objetivo holístico deseable que concierne a la disciplina enfermera.
12
3.
El confort es una necesidad humana básica que las personas luchan por satisfacer o ya han satisfecho Se trata de un esfuerzo activo.
4.
El aumento de la comodidad apremia a los pacientes a escoger conductas de búsqueda de la salud.
5.
Los pacientes que están autorizados a participar activamente en estas conductas se muestran satisfechos con su cuidado de salud.
6.
La integridad institucional se basa en un sistema de valores orientado a los receptores de los cuidados. La misma importancia tiene una orientación hacia un entorno holístico, promotor de la salud para familias y cuidadores. La teoría del confort consta de tres criterios: el primero menciona que si las
intervenciones son eficaces, aumentará el confort en los pacientes y familias en comparación con una intervención inicial. Las intervenciones de confort abordan necesidades humanas básicas como reposo, homeostasis, comunicación terapéutica y tratamiento, como seres holísticos. Estas intervenciones de confort habitualmente no son técnicas y complementan la prestación de asistencia técnica. Por otro lado el segundo afirma que el mayor confort de los pacientes se traduce en la mayor implicación en las conductas de búsqueda de la salud que se negocian con los receptores. El tercero menciona que el segundo criterio se traduce en una asistencia de mayor calidad, que beneficia a la institución y su capacidad de reunir pruebas para las mejores prácticas y políticas (Raele, 2011). Para la práctica clínica, Kolcaba recomienda solicitar a los pacientes que identifiquen su confort de 0 a 10, siendo 10 el confort máximo posible en su estado. Esta escala de puntuación verbal es sensible a los cambios de confort a lo largo del tiempo. Esto puede hacerse junto con una evaluación del dolor con fines de documentación. Debe entregarse y comunicarse una lista de intervenciones de confort eficaces para cada paciente/familiar (Raele, 2015). El concepto tiene importancia para la práctica y guía para la planificación y el diseño de los cuidados enfermeros en cualquier entorno. Según Goordnow (como se citó en Raele, 2015) siempre se juzga a una enfermera por su capacidad para hacer que el paciente se sienta cómodo. La comodidad es física y mental, y la responsabilidad de la enfermera va más allá del cuidado físico.
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3.2.2 Teoría que sustenta los Objetivos. 3.2.2.1 Definición del dolor. La OMS define el dolor como una experiencia sensitiva, emocional desagradable asociada a una lesión tisular real o potencial (Puebla, 2005). Por otro lado La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define esta entidad como “una experiencia sensorial o emocional desagradable de daño tisular real o potencial, o una sensación descrita de forma similar a daño tisular” (Martínez et al., 2014, p. 338). El dolor es una experiencia subjetiva que varía de una persona a otra y tiene diferentes dimensiones: sensorial, emocional, cognitiva, psicológica y de comportamiento o conductual (Rosas y Navarrete, 2014). Siendo así que la subjetividad del dolor no representaría un obstáculo ya que puede ser inferido por observaciones y operaciones especificadas por la teoría, al igual que otras condiciones vinculadas con el sufrimiento humano, como la ansiedad y la depresión, tal como lo afirman Gallego y Torres, (2014). Teniendo en cuenta las definiciones anteriores, es necesario destacar que la OMS (2012) recomienda que el tratamiento óptimo del dolor comience con una evaluación precisa y exhaustiva, que le permita al profesional sanitario tratar y aliviar sufrimientos innecesarios. Dicha evaluación debe repetirse a intervalos regulares porque la enfermedad y los factores que influyen en ella pueden cambiar a lo largo del tiempo. Así mismo menciona que las evaluaciones periódicas permiten determinar la eficacia de las diferentes estrategias terapéuticas. Siendo así que, la evaluación del dolor debe estar integrada en toda la atención clínica. La forma en que el paciente percibe el dolor es el resultado de factores biológicos, psicológicos, sociales, culturales y espirituales. Por consiguiente, su evaluación requiere un enfoque integral. 3.2.2.2 Tipos de dolor. Si hablamos del dolor en general, podemos clasificarlo según su duración, localización y etiología, comúnmente se reconocen tres categorías básicas: dolor agudo, dolor crónico no maligno y dolor relacionado con cáncer (Smeltzer, Bare, Hinkle & Cheever, 2013). El dolor agudo es aquel que se manifiesta luego de una agresión tisular, tanto si está causada por una lesión como por una intervención quirúrgica. La nocicepción del dolor tiene
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distintas localizaciones; visceral, descrito como tipo cólico o mordiente, el cual se origina en órganos abdominales, somático,
proviene de la piel, los músculos, los huesos, las
articulaciones, cutáneo, procede de la dermis, la epidermis y los tejidos subcutáneos comparado como el de una quemadura de espesor parcial, el dolor referido se origina en una zona específica, pero el paciente lo siente en otro lugar y el fantasma, es aquel dolor que se percibe en una parte del cuerpo que ya no está (Jensen, 2012). El dolor crónico es el que continúa luego del trayecto habitual de una enfermedad aguda o posterior del tiempo esperado de la curación de una lesión. Se habla de dolor crónico si la duración del dolor sobrepasa a los seis meses (Rubiales y Palmar, 2011). Mientras el dolor relacionado con el cáncer puede ser agudo o crónico. Se vincula de manera directa con el cáncer, con un resultado del tratamiento del mismo, relacionado con el compromiso tumoral, aunque también puede no relacionarse con cáncer como es el caso de un traumatismo (Smeltzer et al., 2013). Sin embargo si hablamos del dolor postoperatorio específicamente, podemos decir que en este se experimentan todo tipo de dolores tanto agudo como crónico y pueden surgir a partir de la lesión en estructuras superficiales y profundas, somáticas o viscerales. Después de una cirugía normalmente se presenta dolor agudo y si se realiza una correcta identificación del tipo de dolor, esto nos permitirá seleccionar el tratamiento más efectivo, así mismos nos permitirá valorar si podemos completarlo con terapias alternativas como ayuda para mejorar ese síndrome doloroso y de esta forma evitar que este se vuelva crónico. (Fernández y Gómez, 2011). 3.2.2.3 Importancia de la valoración y el manejo del dolor. Se aprecia que desde siempre el dolor tanto crónico como agudo es uno de los trastornos que más afecta y preocupa a las personas, siendo el síntoma que con mayor frecuencia motiva a buscar atención médica. No obstante antes se veía como algo propio y normal de una patología y /o intervención quirúrgica, por ende se prestaba menos a tención en tratarlo. En la actualidad y desde hace varios años se ha considerado al dolor como la quinta constante vital que debe ser medida al igual que los demás signos vitales, especialmente en el postoperatorio donde de antemano se conoce la causa del dolor y por tanto debería ser más fácil tratarlo, sin embrago vemos que en los distintos estudios realizados a nivel de otros países no se le está dando la importancia oportuna, dejando padecer a los pacientes de dolor y desencadenando de
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esta forma intranquilidad, angustia, sufrimiento y desesperanza en los pacientes, siendo algo que repercute de forma negativa en la recuperación pronta de la salud. Dicho esto, podemos ver que la evaluación del dolor en el ámbito clínico, ya sea para el diagnóstico, el tratamiento de la enfermedad o el dolor como tal, se debería establecer como una necesidad, que parte de un derecho del paciente. No obstante no se debe olvidar que el dolor es multidimensional, eso quiere decir que el dolor incluye sensaciones sensoriales (intensidad), componentes afectivos (descontento) y aspectos cognitivos (pensamientos relacionados a la condición). De tal manera que se debe tener en cuenta que cuando evaluamos el dolor, no solamente evaluamos las características físicas o la intensidad, sino también dentro de una atención holística se debe considerar los temores, creencias, experiencias anteriores, condiciones psicológicas y el entorno social y afectivo (Malouf y Baños, 2003). Para entender la trascendencia del DAP, y con esto entender su repercusión, debemos reconocer el alivio del dolor, como un derecho humano, siendo un signo de alerta que se puede prevenir, controlar y aliviar en la mayoría de los casos ya que la sociedad actual demanda una mayor calidad de vida, y en el concepto de calidad de vida se incluye la ausencia de sufrimiento. El alivio del dolor aumenta el confort y proporciona satisfacción a los pacientes, un adecuado control disminuye la morbilidad postoperatoria y la estancia hospitalaria, reduciéndose así los costes institucionales, siendo a la vez identidad de una buena práctica clínica y de calidad, sin embargo un mal control del dolor desestabiliza al paciente, ya sea física o psíquicamente, y se identifica como una mala calidad de atención asistencial. (Smeltzer et al, 2013). Así la American Pain Society (como se citó en Smeltzer et al, 2013) menciona el desarrollo de la carta de derechos de la atención del paciente, que describe la importancia del manejo del dolor, siendo California el único estado que cuenta con una. Misma que dice: Como una persona con dolor, tiene derecho a que su informe de dolor sea tomado con seriedad y sea tratado con dignidad y respeto por médicos, enfermeras, farmacéuticos y otros profesionales de salud, que su dolor sea valorado de forma completa y tratado con prontitud, ser informado por su prestador de servicios de salud acerca de lo que puede estar causando el dolor, tratamientos posibles y los beneficios, riesgos y costos de cada uno, participar activamente en las decisiones relacionadas con el manejo del dolor, que su dolor sea revalorado con regularidad y su tratamiento modificado si su dolor no ha cedido, ser referido a un algólogo si el dolor persiste y obtener respuestas claras y prontas a sus preguntas, tomar tiempo para decidir y rechazar un tipo particular de tratamiento si así lo decidió.(p.321)
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3.2.2.4 Escalas para valorar la intensidad del dolor. Para poder dar una atención eficiente en el manejo del dolor es necesario hacer uso de instrumentos que nos ayudan a identificar la intensidad de éste, pero no se debe dejar de lado los aspectos conductuales, afectivos y funcionales, como ya mencionamos anteriormente, ya que solo de esta forma se está dando un cuidado forma holístico (Jensen, 2012). En este caso el paciente se convierte en portavoz de su necesidad, ya que, “solo él puede describir y valorar de manera certera su propio dolor y de esta manera valorar si el tratamiento inicial es efectivo o no, pudiendo sugerirse la aplicación de intervenciones alternativas o adicionales como complemento al tratamiento farmacológico.” (Smeltzer et al., 2013, p. 239). Así mismo Gómez y Fernández (2011) mencionan que el reporte del propio paciente es la herramienta más útil en la medida en que el paciente se pueda expresar. Siempre se debe escuchar y creer lo que el paciente dice. Jensen (2012) menciona: Las escalas más utilizadas en dolor agudo son las unidimensionales:
Escala visual analógica (EVA) útil para valorar la intensidad del dolor se trata de una línea horizontal de 10cm, con ausencia del dolor en un extremo y el peor dolor posible en el otro. Se pide al paciente que identifique en la línea la intensidad de su dolor, por ejemplo si él marca la línea a 70 mm, el enfermero apuntaría un nivel de dolor de 7/10.
Escala de descripciones verbales (EDV) se usa palabras como leve, moderado e intenso para definir la intensidad del dolor, el paciente tiene que ser capaz de comprender el significado de esas palabras, la persona debe seleccionar la frase que especifique mejor el dolor que siente.
Escala numérica de intensidad del dolor la escala requiere que el paciente seleccione el número que se ajusta a la intensidad de su dolor, donde el 0 significa ausencia del dolor y el 10 el peor dolor posible; cuanto mayor es el número señalado, más intenso es el dolor, por lo común el intervalo entre 1 y 3 es un dolor leve, entre 4 y 6 moderado y de 7 a 10 intenso.
17
3.2.2.5 Factores que influyen en el dolor postoperatorio. Como ya se ha mencionado anteriormente, en el proceso del dolor postoperatorio intervienen una serie de factores, así Gómez y Fernández (2011), afirman que, va a depender del paciente, del tipo de cirugía que se realice y del manejo anestésico-analgésico que se use. a.
El paciente. Algunos de los factores que determinan el comportamiento diferente de
los pacientes frente a un mismo estímulo doloroso son: la edad, el género, umbral del dolor, creencias religiosas, experiencias previas, miedo a la adicción y a los efectos adversos de los medicamentos, así como factores psicológicos y culturales. b.
La cirugía. Factores asociados a la intensidad del DAP relacionados con la cirugía son:
Tipo de cirugía: los procedimientos más dolorosos son: cirugía de tórax, de abdomen superior, de articulaciones mayores y de huesos largos. El espasmo muscular que se presenta asociado a estas cirugías a veces es mayor que el dolor de la misma incisión.
Tiempo quirúrgico: influye en el tiempo de trauma y respuesta dolorosa, si la duración excede de 90 minutos un 10% de los pacientes presenta dolor severo y si se prolonga a 120 minutos el porcentaje llega a un 20% de los pacientes.
Tipo de incisión: la proximidad al diafragma y los músculos respiratorios se asocia con mayor severidad del dolor postoperatorio.
c.
Manejo anestésico y quirúrgico. El tratamiento del dolor preoperatorio, el manejo
anestésico en el intraoperatorio y en el postoperatorio influyen en forma directa en el grado de dolor postoperatorio. La utilización de técnicas regionales, opioides y técnicas multimodales y otras medidas preventivas son factores que disminuyen el dolor postoperatorio. El uso de opioides en el intraoperatorio, la administración de anestésicos locales y la utilización de bloqueos nerviosos continuos también están involucrados en la severidad del dolor postoperatorio. 3.2.2.6 Abordaje farmacológico. La OMS actualizó en 1982, propuso un programa mundial para mejorar el tratamiento del dolor oncológico. La escalera dividida en tres escalones, indica cómo emplear la analgesia de forma secuencial. Dependiendo de la intensidad del dolor (y no de su etiología) progresa
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desde los analgésicos no opioides, a los opioides “débiles”, y luego a los opioides potentes. Los fármacos coadyuvantes así como otros tratamientos sintomáticos pueden ser integrados en cualquiera de los escalones, así lo afirman Romero, Gálvez y Ruiz (2008).
Figura 1. Escalera de Analgesia de la OMS. Por Organización Mundial de la Salud (OMS)
De tal manera que en base a la puntuación que se obtenga según la EVA, se puede distinguir tres tipos de dolor y a cada se le dará el tratamiento analgésico según la escalera de analgesia. (Gómez y Fernández, 2011).
Dolor leve (EVA 1 a 3): puede ser tratado satisfactoriamente con analgésicos no opioides del tipo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES).
Dolor moderado (EVA 4 a 7): puede ser tratado con analgésicos opioides con efecto techo (tramadol, buprenorfina, nalbufina), ya sea en bolo o en infusión continúa; también, puede utilizarse la combinación de estos analgésicos con AINES o, de ser necesario, el empleo concomitante de fármacos adyuvantes.
Dolor severo (EVA> 7): el dolor intenso puede ser manejado con opioides potentes (morfina y fentanilo), ya sea en infusión continua, con técnicas de analgesia controlada por el paciente ACP o técnicas de anestesia regional. Además, pueden utilizarse en combinación con AINES o fármacos adyuvantes. En vista que la escalera analgésica de dolor de la OMS no tiene en cuenta la etiología,
ya que fue diseñada para el manejo de dolor crónico de pacientes oncológicos, de forma innata
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como tal, no sirve para el tratamiento del DAP, por lo tanto Romero, Gálvez y Ruiz (2008) afirman que debe sufrir algunas modificaciones para ser aplicada a otros tipos de dolor, como es el caso del DAP, en el que la intensidad y la etiología es lo que identifica o determina el tipo de fármaco analgésico a utilizar. En este tipo de dolor, los pacientes son tratados inicialmente con opiáceos (escalón más alto o tercer escalón de la escalera analgésica de dolor de la OMS) y posteriormente con analgésicos menos potentes. Por lo tanto, se propone sustituir el concepto de “escalera analgésica” por el de “ascensor analgésico”. Este concepto simula al paciente dentro de un ascensor farmacológico que puede situarse a cualquier altura de analgesia según su grado de dolor y recibir así un tratamiento más rápido e inmediato. (Romero, Gálvez y Ruiz, 2008). 3.2.2.7 Intervenciones no farmacológicas para el manejo del dolor. Los analgésicos son los medicamentos más potentes para el alivio del dolor, pero existen intervenciones de enfermería no farmacológicas que favorecen la mitigación de este síntoma, dichas medidas no son un reemplazo de los medicamentos, sin embargo pueden ser apropiadas para aliviar episodios de dolor de segundos o minutos. En casos de dolor intenso que dura horas o días, la unión de actividades no farmacológicas con analgesia puede ser la forma más acertada para disminuir el dolor (Smeltzer et al., 2013). Dentro de las terapias alternativas más utilizadas y sencillas se pueden mencionar: a) Terapéuticas térmicas. Este tipo de tratamiento con hielo y calor estimulan los
receptores no dolorosos en el lugar afectado. El hielo debe colocarse en el sitio lesionado exactamente después de la lesión o intervención quirúrgica, actúa adormeciendo las terminaciones nerviosas estimuladas en exceso, oprimiendo los vasos sobre dilatados y ayudando a entumecer la zona. Esta colocación se la debe realizar en un tiempo de no más de 15 a 20 minutos por vez y evitarlo en pacientes con compromiso circulatorio. Mientras que la aplicación de calor aumenta el flujo sanguíneo, produce una circulación curativa y liberación de endorfinas, aliviando los músculos dolorosos, dilatando los vasos en el área y ayuda a la reducción del dolor al agilizar su curación. Tanto el calor húmedo como el seco pueden aportar cierta analgesia, no debe aplicarse en una área dolorosa si es el sitio de una infección aguda no tratada. (Smeltzer et al., 2013) y (Williams y Hopper, 2009). También Berman y Snyder (2013) apoyan que un baño caliente, como la aplicación de bolsas de hielo, compresas frías o calientes, logran disminuir el dolor y contribuir la
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cicatrización de los tejidos lesionados. b) Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET). También conocida con las
siglas TENS (Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation) en la cual se emplea una pequeña unidad operada con baterías que manda impulsos eléctricos suaves a los nervios del área con dolor, misma que se coloca sobre la piel, produciendo una sensación de hormigueo, vibración o zumbido en la zona dolorosa. Adams y Armonio (como se citó Smeltzer et al., 2013) estiman que reduce el dolor al estimular los receptores no dolorosos en el mismo lugar de las fibras que difunden el dolor, este mecanismo es consistente con la teoría del control de compuerta del dolor y explica la efectividad de la estimulación cutánea cuando se aplica en el mismo lugar de la lesión. Por ejemplo, cuando se usa en un paciente posoperatorio, los electrodos se ubican alrededor de la herida quirúrgica. Se cree que la TENS activa las fibras de gran calibre que modifican la transmisión de los impulsos en el sistema nervioso central (SNC) y periférico, cerrando la puerta del dolor, induciendo el alivio, del mismo modo puede provocar la liberación de endorfinas desde los centros del SNC. Su aplicación está contraindicada en pacientes con marcapasos o arritmias o zonas de la piel con lesiones. Por lo común no se usa en la cabeza o sobre el tórax (Berman y Snyder, 2013). c) Técnicas de relajación. Se estima que la relajación músculo esquelética ayuda a
destensar los músculos tensos que apoya el dolor. Una respiración abdominal con una frecuencia calmada y rítmica, se encuentra en este grupo como una terapia simple, que consiste en una respiración lenta y cómoda, donde el paciente puede cerrar los ojos y mantener un ritmo constante mediante el conteo silencioso con cada inhalación (dentro, dos, tres) y exhalación (fuera, dos, tres). Kwekkeboom, Wanta y Bumpus (como se citó en Smeltzer et al., 2013) apoyan el uso de la relajación para paliar el dolor posoperatorio, declarando en su investigación un mayor control del dolor y una disminución de la intensidad del mismo en pacientes con cáncer que acudieron a terapias de relajación en comparación con los que no hicieron. d) Musicoterapia. Good y Sukhee (como se citó en Smeltzer et al., 2013) refieren que
es una terapia efectiva para reducir el dolor y la ansiedad, ya que los resultados de su estudio fueron favorables, obteniendo la disminución del dolor en mujeres ancianas coreanas y estadounidenses que recibieron una intervención con musicoterapias después de someterse a
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cirugía ginecológica. Por otro lado Dunn (como se citó en Berman y Snyder, 2013) menciona que esta técnica puede servir para relajar y distraer al paciente del dolor. Esto se podrá lograr mediante la utilización de reproductores portátiles de música ya que los pacientes pueden escuchar su música favorita como una distracción útil. 3.2.2.8 Evaluación de las estrategias de manejo del dolor. La enfermera es un defensor del paciente en la obtención del alivio adicional del dolor, por ello es importante la revaloración del mismo después de practicar una intervención, su eficacia se basa en la evaluación del dolor por parte del paciente. Posteriormente que se dio la oportunidad de que estas funcionaran, la enfermera pregunta al paciente la calificación de la intensidad del dolor, repite su valoración a intervalos pertinentes después de la intervención y compara el resultado con la calificación previa. Las evaluaciones guían la efectividad de las medidas para aliviar el dolor y proveen una base para continuar o cambiar el plan de atención (Smeltzer et al., 2013). 3.3
Marco Teórico Sada, Delgado y Castellanos (2011) en su estudio realizado en México “Prevalencia del
dolor postoperatorio en cirugía electiva de pacientes del hospital de especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI IMSS” afirman que a nivel hospitalario existe un gran número de profesionales de salud que piensan que el dolor postoperatorio no se puede eludir, que sufrir este síntoma es obligado debido al procedimiento quirúrgico que el paciente se ha sometido y que en muy pocas ocasiones es intolerable. También mencionan que en este país el personal ignora los tratamientos empleados y temen en particular el no poder detectar complicaciones quirúrgicas a tiempo por efectos secundarios al uso de medicamentos para el dolor, por lo tanto el paciente no cuenta con información para decidir y solicitar tratamientos que puedan aliviarlo, aceptando en muchos casos que el dolor que sufren es inevitable. Todo esto fue comprobado en su investigación realizada con el objetivo de conocer la prevalencia del dolor agudo postoperatorio, ya que son muy pocos los hospitales que cuentan con unidades de dolor o con personal capacitado para su tratamiento, la prevalencia tanto de dolor moderado, severo e insoportable fue muy alta oscilando entre un 47 % a un 64 %. Los resultados de este estudio demuestra el déficit de personal con conocimientos en el tratamiento
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del dolor aún más si estos temen los efectos adversos que pueden provocar el uso de los analgésicos opioides, por lo tanto es claramente necesario capacitar a los profesionales de salud en el manejo eficaz del dolor y en el uso de terapias no farmacológicas ya que estas no causan un efecto negativo ni comprometen la vida del paciente, siendo uno de los objetivos de nuestra investigación la evaluación de las terapias alternativas en pacientes postquirúrgicos que padecen dolor. A nivel de Ecuador el panorama es diferente, ya que si se hace uso de fármacos para aliviar el dolor agudo posquirúrgico, sin embargo se mantienen altos índices de pacientes con este síntoma después de su cirugía, así lo manifiestan Simba y Santos (2007), en un estudio realizado en el Hospital Eugenio Espejo de la ciudad de Quito, en el que estudiaron un total de 143 pacientes durante 30 días consecutivos, donde se determinó que la prevalencia del dolor a las 24 horas fue un 92.3 % y a las 48 horas un 85 %. Esta situación es alarmante y a la vez ha sido considerada paradójica, principalmente porque las características del dolor posterior a una cirugía lo vuelven óptimo para tratarlo adecuadamente, debido a que es agudo, se lo puede prever, su duración es limitada; los pacientes se encuentran bajo estricto control clínico y se dispone de fármacos efectivos para su tratamiento, donde los analgésicos opioides son la primera elección por su eficacia y en muchos casos los AINES pueden coadyuvar mucho en el alivio. Entonces partiendo de todo esto no se deberían presentar esa incidencia tan alta, esto nos lleva a preguntarnos, si hay algo que estamos haciendo mal, porque es tan difícil tratar el DAP si tenemos tanta información para poder tratarlo. En base a todos estos resultados preocupantes de dichas investigaciones, que hacen referencia a la alta la incidencia de dolor en el postoperatorio, surge la importancia del uso de terapias alternativas que juega un protagonismo especial como complemento a la terapia farmacológica, viéndose necesario demostrar si el uso de estas terapias repercute en el alivio del dolor postquirúrgico. De esta manera si las terapias tienen éxito se disminuye el uso de fármacos y con ello los efectos adversos. Ahora bien, si hablamos de Medicina Complementaria Alternativa (CAM), se puede decir que su definición es relativa y depende en gran medida de cómo y dónde se viva. De esta manera, los términos “complementaria” y “alternativa” indican el modo en que estas terapias se utilizan con relación al manejo terapéutico ofrecido por la medicina occidental. Estas terapias no farmacológicas son aquellas que se utilizan conjuntamente con la medicina convencional, algunos ejemplos son: masajes, musicoterapia, técnicas de reducción de estrés,
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acupuntura, retroalimentación, meditación, relajación, aromaterapia, yoga, terapia de arte, entre otros. Son comúnmente usadas por los pacientes oncológicos para mejorar su calidad de vida, reducir los efectos adversos derivados del tratamiento e incrementar la sensación de control y manejo sobre su enfermedad, así como aumentar su bienestar general, así lo manifiesta Martínez et al. (2014). Así mismo afirman que, a pesar de las múltiples alternativas farmacológicas analgésicas, y del importante avance de la salud en este tema, es inevitable que algunos de estos fármacos produzcan ciertos efectos adversos que resultan intolerables para el paciente, lo que conduce además a la mala adherencia terapéutica y a la prolongación del síndrome doloroso. Es por este panorama que, hoy en día, se recurre con mayor frecuencia a la utilización de terapias alternativas y complementarias para tratar encontrar en ellas, herramientas eficaces que permitan controlar ciertos factores que pueden contribuir en la génesis y mantenimiento del dolor y que no son valorados en el tratamiento analgésico convencional. Así pues, algunos autores argumentan que las terapias alternativas y complementarias abordan la situación de dolor desde sus componentes físico, psicológico, cultural, emocional, espiritual y social, lo que constituye una visión integral del ser humano. Por otro lado según Guevara et al (2005) en su artículo “Parámetros de práctica para el manejo del dolor agudo perioperatorio”, hace referencia sobre el manejo del dolor con terapias no farmacológicas, manifestando que no debe ser empleado como único recurso, ya que la evidencia que se tiene como técnica única no supera en algunos casos al efecto placebo. En concordancia con Smeltzer et al (2013), menciona que estas terapias pueden ser usadas como complemento o coadyuvante al tratamiento analgésico, nombra por ejemplo, que el uso de estrategias de relajación puede ser efectivas y ayudan en el manejo del dolor; otra alternativa sería la aplicación de calor y frío, que cambia el umbral del dolor, reduce el espasmo muscular y disminuye el dolor al nivel local. La acupuntura resulta útil en algunas situaciones cuando el dolor no es tan intenso, y la estimulación eléctrica transcutánea nerviosa (TENS) puede ser efectiva para reducirlo y mejorar la función física. Lo manifestado por estos autores apoya nuestro segundo objetivo donde nos proponemos hacer uso de las terapias alternativas como complemento al tratamiento analgésico, en dependencia de la intensidad del dolor que el paciente presente.
24
4
4.1
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Enfoque/Tipo de investigación Esta investigación, es un estudio longitudinal de enfoque cuantitativo debido a que la
variable a estudio (dolor) es de carácter subjetivo, y que mediante la utilización del instrumento de medición se traduce en un dato medible y/o observable, las mismas que se analizaron e interpretaron estadísticamente mediante la elaboración de tabulaciones y figuras respectivas; Es una investigación cuasi experimental, puesto que la asignación de la muestra no es al azar, y además el investigador manipula al menos una variable independiente (dolor), para ver su relación con una o más variables dependientes, en este caso las terapias complementarias, de diseño tipo antes-después porque se realiza una medición antes de la intervención y otra después (Martínez, Briones y Cortez, 2013). Descriptivo porque “está dirigido a determinar cómo es o como está la situación de las variables que deberán estudiarse en una población… y en quiénes, dónde y cuándo se está presentando determinado fenómeno” (Canales, 2012, p. 138).
4.2
Población / Muestra En relación a la población Hurtado y Toro (1998), definen que: “población es el total
de los individuos o elementos a quienes se refiere la investigación, es decir, todos los elementos que vamos a estudiar, por ello también se le llama universo. (p.79)”. Por otro lado según Balestrini (1997), la muestra "es una parte representativa de una población cuyas características deben producirse en ella lo más exactamente posible". (p. 128). El periodo de investigación se desarrolló durante el mes de enero del año 2018, donde la población mensual fue de 100 pacientes que se sometieron a intervenciones quirúrgicas programadas, Se aplicó un muestreo no probabilístico por conveniencia, quedando la muestra constituida por 91 pacientes, los mismos que cumplieron con los criterios de inclusión. 4.2.1 Criterios de inclusión.
Consentimiento informado previo, pacientes que estén dispuestos a participar en la investigación.
Hombres y mujeres, intervenidos quirúrgicamente igual o mayor a 9 años.
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Pacientes conscientes, orientados en tiempo, espacio y persona debido a que responderán o señalaran en la escala la presencia e intensidad del dolor.
Que se encuentren en las primeras 24 horas de su intervención quirúrgica (post operatorio inmediato), ya que en este lapso de tiempo comienzan a desaparecer los efectos de la anestesia y es uno de los momentos donde el paciente comienza a referir dichas molestias.
4.2.2
Criterios de exclusión Personas hombres y mujeres que se sometieron a cirugía menores de 9 años, pacientes
inconscientes (UCI), pacientes que no ingresaron a la sala de recuperación y todos aquellos que no desean colaborar con la investigación, ya que no cumplen con los requisitos para la utilización del instrumento.
4.3
Operacionalización de las variables Es el proceso de llevar una variable del nivel abstracto a un plano concreto.
Operacionalizar una variable es hacerla medible (Canales, 2012).
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Tabla 1 Operacionalización de variables Objetivo principal: Evaluar el dolor agudo posquirúrgico y la aplicación y eficacia de las terapias complementarias utilizadas por el personal de enfermería en pacientes sometidos a cirugía en el Hospital General Santo Domingo periodo enero 2018. Objetivo Específico:
Indicadores
Instrumento
El dolor agudo es
Vocalización
Escala visual
intensidad del dolor
aquel que se
Verbalizació
analógica
mediante la escala
manifiesta luego de
n
(EVA)
visual analógica
una agresión tisular,
Expresión
puntuación
(EVA) en relación a
tanto si está causada
facial
de 0 a 10
grupo etario y
por una lesión como
Conducta
género
por una
Acciones
intervención
corporales
Identificar la
Variable
Dolor agudo
Tipo de
Definición
variable
conceptual
Dependiente
quirúrgica (Jensen, 2012).
Aplicar terapias
Terapias
complementarias según nivel del
Independiente
Las terapias se
Musicoterapi
Fundamento
complementari
denominan como
a Frio local.
s de
as
complementarias
Estimulación
enfermería
cuando se utilizan
nerviosa
(Snyder,201
junto con
eléctrica
3)
tratamientos
transcutánea
convencionales y,
Terapias
como alternativas
combinadas
dolor obtenido
cuando se usan en lugar del tratamiento convencional. Evaluar la eficacia
Eficacia
Dependiente
Capacidad de lograr
de las terapias
el efecto que se
complementarias
desea o espera
utilizadas
(RAE, 2017)
Disminución
Escala visual
del dolor
analógica (EVA) puntuación de 0 a 10
Nota. Investigadores, Escala Visual Analógica. Elaborado por: Gina Galván y Mariela Pacheco.
27
4.4
Técnicas e instrumentos de recogida de datos Según Canales (2012) la técnica se refiere al medio a través del cual se establece la
relación entre el investigador y el consultado, mientras que el instrumento es el mecanismo que se utiliza para recolectar y registrar la información con el fin de lograr los objetivos. La técnica de recolección de datos que se usó en esta investigación fue un cuestionario tipo check list de uso exclusivo para los encuestadores, donde se registraron datos extraídos de la historia clínica como edad, sexo, tipo de cirugía, tipo de anestesia y tiempo de la intervención. Por otro lado única información que se solicita al paciente, es que identifique en la “Escala Visual Analógica” (EVA) la intensidad de su dolor. La evaluación es anónima y dentro de las primeras 24 horas del postoperatorio. Cabe recalcar que solo se evaluaron a pacientes que se sometieron a intervenciones quirúrgicas electivas (programadas) y mayoritariamente ambulatorias. La EVA, ideada por Scott Huskinson en 1976, es el método de medición empleado con más frecuencia en muchos centros de evaluación del dolor. Consiste en una línea horizontal o vertical de 10 centímetros, que representa la visión continua de la experiencia dolorosa, en cuyos extremos se encuentran las expresiones extremas de un síntoma. En el izquierdo se ubica “no dolor” y en el derecho “el peor dolor imaginable”. Su principal ventaja radica en el hecho de que no contienen números o palabras descriptivas, que puedan sugestionar al paciente, sino que es libre de indicarnos sobre la línea continua la intensidad de su sensación dolorosa. La intensidad se expresa en centímetros o milímetros (Serrano et al., 2002). La valoración será: a) Dolor leve si el paciente puntúa el dolor igual o menor de 3 b) Dolor moderado si la valoración se sitúa entre 4 y 7 c) Dolor severo si la valoración es igual o superior a 8 La EVA es un instrumento simple, sólido, sensible y reproducible, siendo útil para reevaluar el dolor en el mismo paciente en diferentes ocasiones. Su validez para la medición del dolor experimental ha sido demostrada en numerosos estudios y su fiabilidad también ha sido recientemente evaluada, encontrándose satisfactoria.
28
4.5
Técnicas de análisis de datos En el presente estudio se utilizaron diferentes softwares como: Word, donde se registró
la información recopilada durante la investigación, mientras que la tabulación de datos y el análisis estadísticos de tablas y figuras, se realizó con la ayuda del Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS versión 20), además se empleó una hoja de cálculo de Excel de Microsoft versión 8, facilitando de esta manera la tabulación y organización de los resultados. Se aplicó la estadística descriptiva cualitativa y cuantitativa, considerando además tablas de contingencia o de doble entrada en función de las variables ordinales, nominales y cuantitativas con el fin de conocer la relación entre las variables edad, género, dolor y las terapias complementarias utilizadas (frio local, musicoterapia y TENS). Cabe indicar que dicha investigación se llevó a cabo con el 95 % de confianza y 5 % de significancia.
29
5 RESULTADOS OBJETIVO 1: “Identificar la intensidad del dolor mediante la escala visual analógica (EVA) en relación a grupo etario y género”. Tabla 2 Relación de la intensidad del dolor en función al grupo etario y género Grupo etario 18 a 27 años
28 a 37 años
38 a 47 años
≥48 años
Total
Género
No dolor (0)
Leve (1 a 3)
Moderado (4 a 6)
Intenso (7 a 10)
Total
Masculino
N 2
% 2,2
N 1
% 1,1
N -
% 0
N -
% 0
N 3
% 3,3
Femenino
1
1,1
0
0,0
-
0
-
0
1
1,1
Total
3
3,3
1
1,1
-
0
-
0
4
4,4
Masculino
7
7,7
1
1,1
0
0
0
0
8
8,8
Femenino
20
22
9
9,9
5
5,5
1
1,1
35
38,5
Total
27
29,7
10
11,0
5
5,5
1
1,1
43
47,3
Masculino
7
7,7
3
3,3
1
1,1
-
0
11
12,1
Femenino
14
15,3
5
5,5
3
3,3
-
0
22
24,1
Total
21
23
8
8,8
4
4,4
-
0
33
36,2
Masculino
3
3,3
1
1,1
0
0
1
1,1
5
5,5
Femenino
3
3,3
2
2,2
1
1,1
0
0
6
6,6
Total
6
6,6
3
3,3
1
1,1
1
1,1
11
12,1
Masculino
19
20,9
6
6,6
1
1,1
1
1,1
27
29,7
Femenino
38
41,7
16
17,6
9
9,9
1
1,1
64
70,3
Total
57
62,6
22
24,2
10
11
2
2,2
91
100
Nota. Evaluaciones realizadas a los pacientes posquirúrgicos del Hospital General Santo Domingo, Elaborado por: Gina Galván y Mariela Pacheco.
Análisis e interpretación de resultados: De los datos obtenidos se observa que 57 pacientes que representan un 62.6% refirieron no sentir dolor, mientras que solo el 37.4% compuesto por 34 personas refirieron si tenerlo. De los cuales 22 personas equivalentes al 24.2% indicaron tener dolor leve (1-3); el 11% equivalente a 10 evaluados manifestaron dolor moderado (4-7) y solo 2 pacientes que corresponden al 2.2% indicaron dolor intenso. Así mismo se evidenció que el grupo etario que mayor intensidad de dolor presentó fue el adulto intermedio siendo el género femenino ligeramente más afectado.
30
OBJETIVO 2: “Aplicar terapias complementarias según nivel del dolor obtenido” Tabla 3 Relación de la terapia complementaria en función a la intensidad del dolor y género Tratamiento Complementario
Género
Frío local
Musicoterapia
Frío y musicoterapia
Musicoterapia y TENS
Frío, musicoterapia y TENS
Total
Masculino
Leve (1 a 3) N % 6 17.7%
Moderado (4 a 6) N % 1 2.9%
Intenso (7 a 10) N % -
Total N 7
% 20.6%
Femenino
10
29.4%
4
11.8%
-
-
14
41.2%
Total
16
47.1%
5
14.7%
-
-
21
61.8%
Masculino
-
-
-
-
-
-
-
Femenino
3
8.8%
-
-
-
-
3
8.8%
Total
3
8.8%
-
-
-
-
3
8.8%
Masculino
-
-
-
-
-
-
-
Femenino
3
8.8%
4
11.8%
1
2.9%
8
23.5%
Total
3
8.8%
4
11.8%
1
2.9%
8
23.5%
Masculino
-
-
-
-
1
2.9%
-
-
Femenino
-
-
-
-
-
-
1
2.9%
Total
-
-
-
-
1
2.9%
1
2.9%
Masculino
-
-
-
-
-
-
-
-
Femenino
-
-
1
2.9%
-
-
1
2.9%
Total
-
-
1
2.9%
-
-
1
2.9%
Masculino
6
17.6%
1
2.9%
1
2.9%
8
23.5%
Femenino
16
47.1%
9
26.5%
1
2.9%
26
76.5%
Total
22
64.7%
10
29.4%
2
5.8%
34
100%
Nota. Evaluaciones realizadas a los pacientes postquirúrgicos del Hospital General Santo Domingo. Elaborado por: Gina Galván y Mariela Pacheco.
Análisis e interpretación de resultados: La terapia complementaria más utilizada fue el frío local con el 61.8% que equivale a 21 personas, siendo los pacientes con dolor de intensidad leve los que mayor preferencia tuvieron por esta terapia con un 47.1% correspondiente a 16 pacientes.
31
OBJETIVO 3: “Evaluar la eficacia de las terapias complementarias utilizadas” Tabla 4 Relación de la terapia complementaria utilizada y la eficacia de la misma después del tratamiento Terapia Complementaria utilizada N Frío local
Intensidad del dolor antes del tratamiento 21
Intensidad del dolor después del tratamiento 21
Media
2,8333
1,3381
Desv. típ.
1,36137
1,23226
N
3
3
Media
1,6333
,3000
Desv. típ.
1,10151
,51962
8
8
Media
4,3750
2,0000
Desv. típ.
2,08447
1,44024
1
1
7,6000
4,3000
1
1
5,9000
2,8000
34
34
Media
3,3206
1,5324
Desv. típ.
1,88531
1,36841
F
4,914
2,612
P
,004*
,056*
Musicoterapia
N Frío y musicoterapia
N Musicoterapia y TENS
Media Desv. típ.
Frío, musicoterapia y TENS
N Media Desv. típ. N
Total
Nota. Encuesta realizada a los pacientes postquirúrgicos del Hospital General Santo Domingo. Elaborado por: Gina Galván y Mariela Pacheco.
Análisis e interpretación de resultados: Se evidencia que la terapia complementaria que mayor eficacia presentó fue la combinación de musicoterapia y frio local, siendo un total de 8 pacientes que recibieron este tratamiento, presentando una mejoría de 4,37 a 2,0 de puntuación media según EVA. Es evidente también que tanto el frio local y la musicoterapia solas o combinadas presentaron resultados favorable. Evidenciándose una importe significancia estadística después de los TNF. El TNF que menos se usó fue la TENS, pero en combinación con las otras terapias también resultó favorable.
32
6 DISCUSIÓN El adecuado manejo del dolor es un indicador de buena práctica clínica y de calidad asistencial; es esencial dentro de los cuidados perioperatorios. A pesar de todo esto su prevalencia varía, es así que Pérez, Aragón y Torres (2017) en su estudio realizado en Cádiz – España, reitera que muchos autores coincide en que, en la mayoría de sus hospitales más de la mitad de los pacientes presentan dolor de moderado-severo en las primeras 24 horas tras la intervención, información que coincide con Valentín et al (2006). En nuestra investigación se evidenció que los pacientes, manifestaron tener dolor de intensidad leve-moderado en el postoperatorio inmediato, no obstante cabe recalcar que nuestro estudio se realizó a pacientes sometidos a cirugías electivas. Al momento de valorar el dolor es importante también destacar algunos aspectos demográficos que pueden influir en su intensidad, viéndose que en varios estudios se ha intentado determinar la diferencia en la intensidad del dolor de acuerdo con el género del paciente, puesto que puede ser una variable diferencial en esta situación; en el presente estudio se observó una mayor intensidad de dolor en las mujeres; sin embargo, esta diferencia no es estadísticamente significativa. Este hallazgo se relaciona con los resultados de Moreno, Muñoz e Interial (2014), Ip, Abrishami, Peng, Wong y Chung (2009) y con la investigación realizada por González et al (2017), donde las mujeres presentan medias de intensidad de dolor postoperatorio superiores a aquellos valores reportados por los hombres, pero a la vez se contraponen a los hallazgos de, Álvarez y Manrique (2005), encontraron que el dolor predominó en los hombres. Otro aspecto demográfico que se ha asociado a la intensidad del dolor es la edad; en el presente estudio se encontró que el dolor aumenta con la edad, siendo el grupo etario adulto intermedio el más afectado, en concordancia con los hallazgos reportados por Bolibar, Catala y Cadena (2005), quienes señalan que a mayor edad mayor presencia de dolor; sin embargo los datos difieren con los resultados del estudio realizado por Moreno, Fonseca e Interial (2017), donde no encontraron asociación entre la intensidad del dolor con la edad. Mientras que en una investigación sistemática realizada por Ip et al. (2009) mencionan que la edad fue uno de los factores más importantes relacionados con el dolor postoperatorio, con frecuencia, se encontró que la edad tenía una correlación negativa con el consumo de analgésicos y la intensidad del dolor postoperatorio. La correlación negativa sugiere que cuanto más jóvenes sean los pacientes, mayor será el dolor postoperatorio o el requerimiento analgésico.
33
Al igual que nuestro estudio donde se evidencia de forma positiva el uso de tratamientos no farmacológicos como complemento al tratamiento médico en la disminución de la intensidad del dolor, así mismo manifiesta Velázquez (2012), que tanto la intervención cognitivo-conductual (relajación, distracción, masaje, musicoterapia) como los métodos físicos (TENS, vibración, aplicación de frio local) son alternativas útiles en estos pacientes con dolor en el postoperatorio y logran disminuir el consumo de medicamentos. Por otro lado y en desacuerdo con nuestro estudio Alcántara & González (2016) publican en su guía basada en los hallazgos de un panel interdisciplinario de expertos que no hay pruebas suficientes para recomendar o desaconsejar la acupuntura, el masaje o la terapia de frío como adjuntos a otros tratamientos para el dolor postoperatorio. Sin embargo la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), tiene una recomendación "débil". En mención a las terapias complementarias vemos que existe una gran significancia estadística ya sea antes o después de su aplicación. Siendo así el frio local combinado con la musicoterapia el que mayor eficacia presentó en nuestro estudio, presentando una mejoría de 4,37 a 2,0 de puntuación media según EVA. Es evidente que tanto el frio local como la musicoterapia solas o combinadas presentaron buenos resultados. Resultados similar con el estudio realizado por, Vargas y Guzmán en la ciudad de Quito, donde mencionan que el grupo de pacientes en los que se utilizó crioterapia (frio local) tuvo una reducción estadísticamente significativa de la intensidad del dolor en las primeras 24 y 48 horas después de la intervención, en la cual los usuarios refirieron sentir menos dolor con el uso de terapia de frio junto con la analgesia 11. Así mismo los resultados se relacionan con la investigación realizada por Fernández (2014) quienes mencionan que el tratamiento con crioterapia mediante la aplicación de almohadillas de gel en la zona perineal, reduce el edema y el traumatismo perineal posterior a un parto instrumental.
34
7 CONCLUSIONES
De acuerdo a los resultados obtenidos mediante las evaluaciones realizadas se concluye que existe un buen manejo del dolor por parte del personal de enfermería en la institución en la que se realizó la investigación, teniendo en cuenta que la mayoría de los pacientes estudiados no presentaron dolor.
El dolor en intensidad leve fue el más señalado y/o referido, el grupo etario con mayor incidencia fue el adulto maduro, sin embargo el género no están significativamente asociados al dolor.
La terapia complementaria más utilizada fue el frío local, de igual manera los pacientes que mayormente la demandaron fueron los que presentaron dolor de intensidad leve.
Dentro de los tratamientos complementarios usados se observa que el frío local solo o combinado con la musicoterapia fue el que mayor eficacia y aceptación presentó.
35
8 RECOMENDACIONES
Se recomienda seguir manteniendo el adecuado manejo del dolor postoperatorio debido a que esto disminuye la morbilidad y el tiempo de estadía del paciente, valorándolo de forma regular y repetida.
Igualmente se aconseja seguir utilizando la escala visual analógica (EVA) para no sugestionar la intensidad de dolor referido.
De la misma forma cuando el paciente manifieste dolor tras la cirugía, es conveniente que el personal de salud opte la utilización de tratamientos complementarios a la terapia farmacológica, para contribuir a una recuperación temprana y un mayor confort.
Asimismo se sugiere la utilización de frío local por ser la terapia que mejor resultados demostró, es de fácil aplicación, de bajo costo y muy aceptada por parte de los usuarios.
Por último se recomienda tomar este estudio como base para seguir realizando investigaciones con más número de observaciones y aplicarlo también en pacientes que son sometidos a cirugías mayores y de emergencia.
36
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de
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GLOSARIO
Adyuvante: Es una noción que procede del vocablo latino adiŭvans. Se trata de un adjetivo que califica a aquel o aquello que asiste, colabora o ayuda. En la medicina suele hablarse de terapia adyuvante, tratamiento adyuvante, fármaco adyuvante, etc.
Algologo: Médico especialista en el estudio y tratamiento del dolor (Ríos y Aldrete, 2003).
Analgesia: Ausencia de dolor en respuesta a estímulos que normalmente son dolorosos (Rubiales y Palmar, 2011).
Coadyuvante: Contribuir o ayudar a que algo se realice o tenga lugar (RAE, 2017).
Confort: Bienestar o comodidad física, psicológica y espiritual.
Daño: alteración estructural o funcional del organismo y/o cualquier efecto perjudicial derivado de ella (MSP, 2016).
Dolor agudo: Dolor producido como consecuencia directa del daño tisular (Urman y Ehrenfeld, 2014).
Dolor referido: percepción del dolor no sólo en la víscera en la que se originó es estímulo doloroso, sino en zonas alejadas (Rubiales y Palmar, 2011).
Dolor: sensación y experiencia emocional no placentarias secundarias al daño tisular o potencial (Smeltzer et al, 2013).
Eficacia: Capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera.
Endorfinas y encefalinas: Sustancias similares a la morfina producidas por el organismo, mismas que se encuentran sobre todo el sistema nervioso central y tienen el potencial de reducir el dolor (Smeltzer et al, 2013).
Escala multidimensional: herramienta que determina la intensidad del dolor, el estado de ánimo, la localización del dolor, descripciones verbales y contienen preguntas sobre la eficacia de los medicamentos (Jensen, 2012).
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Escala unidimensional: herramienta que determina un elemento de la experiencia del dolor, la intensidad (Jensen, 2012).
Holístico: Proviene de holismo que significa doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo componen (RAE, 2017).
Intuición: Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento (RAE, 2017).
Morbilidad: Proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado (RAE, 2017).
Nocicepción: Activación de la transducción sensorial en los nervios mediante energía térmica, mecánica o química que afecta las terminaciones nerviosas especializadas; los nervios transmiten información del daño tisular al sistema nervioso central (Smeltzer et al 2013).
Reacción adversa: Daño imprevisto de un acto justificado, realizado durante la aplicación del procedimiento correcto en el contexto en que se produjo el evento (MSP, 2016).
Síndrome: Conjunto de signos y síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado (RAE, 2017).
Terapias Alternativas: O tratamiento no farmacológico consiste en aplicar varias mediadas físicas, cognitivo-conductuales y del estilo de vida para el tratamiento del dolor que se dirige en el cuerpo, mente-espíritu e interacciones sociales (Snyder, 2013).
Traumatismo: Lesión de los órganos o los tejidos por acciones mecánicas externas (RAE, 2017).
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11 ANEXOS Anexo 1: Instrumento de recolección de datos
CUESTIONARIO DE SALUD El objetivo de este cuestionario es evaluar el dolor agudo posquirúrgico y la aplicación y eficacia de las terapias alternativas utilizadas por el personal de enfermería a los pacientes atendidos en el Hospital Santo Domingo. Esta información va a servir para una mejor planificación de los servicios de salud, repercutiendo en beneficio de los pacientes posquirúrgicos. Su colaboración es esencial e insustituible, por lo que le agradeceríamos rellene todo el cuestionario, siguiendo las instrucciones. ESTA INFORMACIÓN SE TRATARÁ DE FORMA ANÓNIMA Y CONFIDENCIAL. RESPONDA A TODAS LAS PREGUNTAS QUE LE CORRESPONDAN. SI TIENE PROBLEMAS O DIFICULTADES PARA COMPRENDER LAS PREGUNTAS Y DESEA MÁS INFORMACIÓN PUEDE SOLICITAR AYUDA AL ENTREVISTADOR. 1. DATOS GENERALES 1.1.
Edad _________
Sexo:
Masculino
Femenino
1.3
Tipo de cirugía
_______________________Hora:_______ Duración:_______
1.4
Tipo de anestesia
___________________________
1.5
Tipo de analgesia
___________________________
2. Escala visual analógica (EVA)
10 00
0 No dolor (0)
Leve (1-3)
Moderado (4-6)
Intenso (7-10)
44
Hora de valoración: _________ 3. Intervención no farmacológica Térmicas:
Frío
Calor
Hora: _______
Musicoterapia
Hora: _______
TENS
Hora: _______
4. Resultado
0
No dolor (0)
10 00 Leve (1-3)
Moderado (4-6)
Intenso (7-10)