20 minute read

Tabla 1. Sistematización del problema, preguntas y objetivos

2. Elaborar un taller sobre la pedagogía de la muerte.

3. Instruir al profesorado en el proceso de culturización sobre la pedagogía de la muerte.

Advertisement

Por lo expuesto como podemos observar en la tabla donde se plantea la pregunta general con la finalidad de obtener la postura del objetivo general, de similar manera se plantean las preguntas específicas que precisan la finalidad de la postura de la tesis frente a la investigación (ver tabla 1).

Tabla 1.

Sistematización del problema, preguntas y objetivos

PREGUNTA GENERAL

 ¿Cómo implementar en el profesorado las condiciones pedagógicas sobre la pedagogía de la muerte?

PREGUNTA ESPECÍFICA 1

 ¿Qué conocimientos tienen los docentes de la unidad

Matilde Hidalgo de Procel sobre la pedagogía de la muerte?

PREGUNTA ESPECIFÍCA 2

 ¿Mediante qué medios determino el grado de profundidad sobre la pedagogía de la muerte?

PREGUNTA ESPECIFÍCA 3

 ¿Cuál es la meta práctica para el desarrollo de esta temática?

OBJETIVO GENERAL

 Fortalecer en el profesorado el liderazgo educativo mediante el taller sobre la pedagogía de la muerte y su repercusión en su didáctica.

OBJETIVO ESPECÍFICO 1

 Diagnosticar la formación del profesorado en la pedagogía de la muerte.

OBJETIVO ESPECÍFICO 2

 Elaborar un taller sobre la pedagogía de la muerte.

OBJETIVO ESPECÍFICO 3

 Instruir al profesorado en el proceso de culturización sobre la pedagogía de la muerte.

2. REVISIÓN DE LA LITERATURA

2.1.Fundamentos teóricos

En este apartado, se tratará principales elementos sobre la pedagogía de la muerte hacia una orientación de conciencia pedagógica que permita una asimilación e innovación educativa transformadora en un contexto escolar, se aspira profundizar en el tema de la pedagogía de la muerte puesto que es, imperiosa la necesidad de incorporar en las aulas, un tema que en definitiva se debe aprender a enfrentarlo con la mayor naturalidad y normalidad.

De tal forma que se indagará en situaciones como por ejemplo el modo en que se ve el deceso a partir de un criterio sociológico y los precedentes de la pedagogía de la muerte en el campo educativo (ver figura 1).

FUNDAMENTOS TEÓRICOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS Pedagogía de la muerte Qué es la pedagogía de la muerte

Enfoque radical e inclusivo de la formación: Pedagogía de la muerte Educación para la vida y la muerte

Responsabilidad de los actores e3ducativos

Actitudes ante la muerte El tabú silencio o exclusión

La naturalización de la muerte en educación

El ego docente y su repercusión en el estudiantado

La muerte y su didáctica

Formación del profesorado en

pedagogía de la muerte Las capacitaciones y talleres

Aprendizaje servicio

Actividades de aprendizaje servicio interpretadas desde la pedagogía de la muerte

Evaluación de la capacitación Importancia de la evaluación docente en la pedagogía de la muerte

Acompañamiento a los docentes en la pedagogía de la muerte

Figura 1. Esquema de fundamentos teóricos. Considerando los temas a tratar en la investigación.

Elaborado por: El autor

2.1.1. ¿Qué es la pedagogía de la muerte?

Consientes que en otros países ya ha habido precursores del tema pedagogía de la muerte, educar para la muerte suscita una conciencia para la guía de vida, relevante para vivir de manera placentera y con mayor plenitud. La permisividad y la competencia de reflexión educativa facilitan normar el estudio y deliberación apacible de esta asignatura mediante la educación ordinaria impartida en cada uno de los niveles educativos. Una supuesta incorporación de la muerte en diferentes niveles educativos exigiendo al profesorado una adecuada formación pedagógica consiente y precisa (Herrán citado en Cagnolati y Hernández, 2015).

La pedagogía de la muerte brinda un espacio de exploración y dominio que permite intercambio universal de ideas y el progresivo apoyo a la educación incluyente favoreciendo la inclusión de la muerte, como elemento formativo. La Pedagogía de la muerte aspira una instrucción pedagógica específica del profesorado de todos los estudiantes probables, a partir de la enseñanza infantil hasta la enseñanza preeminente y de adultos, contemplando además a esos estudiantes que tienen la posibilidad de exponer necesidades concretas de apoyo educativo (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2015).

2.1.2. Enfoque radical e inclusivo de la formación: pedagogía de la muerte.

Referirse al tema de pedagogía de la muerte es una ciencia paradójica, que ha avanzado y profundizado de forma gradual, este tema ha ganado espacio y fuerza en los últimos años ya sea en el campo investigativo, operativo y profesional. Aunque la conciencia de la muerte sea progresiva no deja a los niños y adolescentes indiferentes sino mas bien sintetiza su significado, propone algunos enfoques del paradigma pedagógico radical e inclusivo y proporciona reflexiones relevantes de la pedagogía de la muerte en el ámbito educativo y la vida humana (Herrán citado en Cagnolati y Hernández, 2015).

Educar para la muerte no se manifiesta como una intervención pedagógica en catástrofe y desastres, mas bien es una aportunidad de formación para reafirmar la muerte como un tema de un elevado conocimiento instructivo. El enfoque extremista e inclusivo no es una elección pedagógica, sino una disyuntiva para la pedagogía, basada en un cambio extremista del observador y lo visto, orientado a una prominente dificultad, conciencia personal y social. No solamente rompe moldes, también brinda aperturas descriptivas e

interpretativas a partir de un sistema comprensivo más cabal o extenso que el de hoy, en el que incorpora (García, et al., 2020).

2.1.3. La educación para la vida y la muerte.

Si consideramos el arranque de su raíz etimológica, muerte nace del latín, mors, mortis, significando la cesación de la vida (RAE, 2018). A partir del punto de vista biológica y médica la muerte se define como un fenómeno biológico natural que involucra el cese de las funcionalidades vitales, de un organismo que fue desarrollado desde un origen y que cumplio con las faces naturales de vida (Miret citado en Castillo, 2019).

La muerte en la actualidad carece de tradición profesional en didáctica, otros actores sociales diversos al entorno estudiantil le dieron espacio de análisis o estudio. Esto quiere decir que educar para el deceso es un proceso con base en la comprensión e unión de la muerte en la comunicación educativa y la formación de educadores para ofrecer sitio a partir de su desarrollo a la evolución de los individuos como miembros y cooperadores de la raza humana, continuamente a partir de propuestas didácticas idóneas (Parra, 2017).

La pedagogía de la muerte podría conceptualizarse como una parcela de la pedagogía cuyo objeto de análisis es la educación, la enseñanza y la formación en relación con el deceso. Es un entorno didáctico y de averiguación educativa que promueve actividades educativas que integran la muerte, en dos sentidos básicos: su integración curricular o normalización didáctica y el apoyo tras situaciones de pérdida significativa y duelo a partir de la organización estudiantil y la acción tutorial (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2019).

2.1.4. Responsabilidad de los actores educativos.

Considerando como punto de partida que el fenómeno natural de la muerte es fundamental para toda la gente, se estima en especial importancia al profesorado, no sin anteriormente tener en cuenta que la existencia del componente humano en las diversas ocupaciones que hacen para un delimitado conjunto de la población cuya fase evolutiva les dificulta la comprensión de ciertos temas involucrados con el sentido de la vida y la existencia de la muerte en la misma escala de naturalidad, donde se estima que acaso el deceso no pertenece a la vida (Colomo, Gabarda y Motos, 2018).

El abordar el óbito en el campo educativo sigue siendo una temática emergente, sin tradición profesional en didáctica y pedagogía, a pesar que presenciamos y escuchamos hablar de ella a cada momento (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2015).

Por otro lado Colomo y Cívico indican que el 88% de alumnos del máster en formación del profesorado jamás habían recibido una formación específica sobre el procedimiento pedagógico de el deceso a pesar que el entorno educativo ha evolucionado de manera significativa de varios atrás hasta como la conocemos en la actualidad (citado en Colomo, Gabarda y Motos, 2018).

2.2.Actitudes ante la muerte

2.2.1. El tabú silencio o exclusión.

Según Torralba definió el tabú como la prohibición de expresar determinadas palabras que, por motivos sociales, religiosos, supersticiosos, culturales, ideológicos o de cualquier otro tipo, son consideradas incómodas o no convenientes (citado en Ramos y Gairín, 2020).

Esquerda y Agustín manifiesta que hemos creado una falsa ilución de control que deja de ser real una vez que las personas se dan cuenta de que el deceso no es controlable y tampoco evitable, para lo que es fundamental una fuerte meditación acerca de su presencia. La muerte implica sufrimiento desesperación y dolor, por consiguiente, produce una emoción que no se quiere y es por esto, se previene dialogar sobre la muerte, eludiendo pensamientos y emociones, omitiéndola de la vida diaria y convirtiéndola en un tabú. Este suceso no beneficia la preparación del criterio de muerte de una forma asertiva (citado en Ramos, Gairín y Camats, 2020).

Del mismo modo el monumental tabú que sufre el proceso de la muerte en la sociedad occidental es el enorme fundamento que afecta de manera directa en el campo profesional educativo, los expertos de la muerte ratifican que a partir de los periodos estudiantiles no se realiza ningún tipo de pedagogía sobre el óbito, pese a que haya alguien que se encuentre en proceso de duelo, con aquel vacío difícil de describir con palabras empero ineludible (Ramos, Gairín y Camats, 2020).

Desde su punto de vista Herrán (2011) después de deducir ciertos datos relevantes de por qué el asunto de la muerte, todavía en nuestros propios días preserva la condición de tabú

en la enseñanza, debido a que carece de tradición profesional en didáctica he históricamente, son otros sectores sociales diversos al colegio los que se han delegado de ella. Estas instituciones trabajan a partir de la individualidad el asunto y no lo comparten con el colegio, al carecer de tradición en ella y disponer de insuficiente preparación. De otro lado el alto nivel de tergiversación social sobre el asunto de la muerte no permite su comprensión directa, lo cual denota desconocimiento y temor.

De acuerdo al instante que fijamos el asunto de la muerte, tomando en cuenta la evolución de nuestra enseñanza, puede que sea bastante rápido o quizás bastante tarde para abordar este asunto de forma consciente. Al profesor tutor le falta formación pedagógica especifica que le faculte orientarlos, no obstante, ni docentes ni orientadores reconocen al tutor como el profesional adecuado para desarrollar una ocasional enseñanza para el proceso de la muerte, lo cual se ve reflejado en el colegio como un tabú profesional, pese a que uno de sus indicadores es su ausencia casi total en los proyectos educativos y curriculares de fase de los centros maestros (Herrán citado en Parra, 2017).

2.2.2. La naturalización de la muerte en la educación.

Se tiene que tener una concepción clara sobre la muerte, entiéndase que eso que está incluido, pasa a ser algo ya normalizado, por tal razón la muerte debería ser aceptada como parte de la vida y tal cual aceptar y entrenarse frente a este caso, de tal forma que la vida y la muerte debería integrarse como algo natural en la vida de las personas y su contestación frente a este caso fuere menos dolorosa y mejor llevadera (Nieto, 2020).

Los estudios proponen temáticas para minimizar miedos, disolver tabúes y vincular muerte, educación, enseñanza para la vida y socialización, para eso se estima fundamental la naturalización de el proceso de la muerte en la formación pedagógica de los representantes legales, padres, docentes y de la sociedad educativa generalmente. Las propuestas de innovación sobre pedagogía de la muerte revelan un interés creciente por este asunto en el profesorado, mostrando que, por su naturaleza, tiene relación con un entorno compatible con cualquier cultura y territorio. Asimismo, muestra una extensa variedad referente a enfoques o temáticas, lo que no únicamente posibilita sentar las bases de un área emergente en la pedagogía, sino aspirar a enriquecer y redefinir puntos y enfoques de nuestra pedagogía en su grupo (Herrán, 2015).

2.2.3. El ego docente y su repercusión en el estudiantado.

La acepción en el que el ego estaría constituido por caracteres específicos negativos de los docentes, percibe la limitación que actúa como una imposición de soberbia e ignorancia que se manifiesta mediante expresiones burdas. Antecedente que precede a los procesos de interiorización de pensamientos para sí impidiendo nutrir la facultad de servicio a los discentes y utilizando o nutriéndose de la capacidad del alumnado. El ego representa la personalidad, la máscara del ser, hace referencia a la perdida de lastres para la vida consiente (Herrán, 2015).

Según Ramírez, y Arrieta (2018) el ego es la porción del yo, inmadura, condicionante dependiente, identificada y liquidable que impide la evolución intensa del profesorado, lastra la conciencia y barrena la probabilidad de un pensamiento saludablemente servicial. Por su desatención educativa y social frecuentemente resulta omnipresente y olvidada, resulta incómodo dialogar de la función de duda y verdadero anhelo de aprender, en el mejor de los casos comenzando por uno mismo.

El desarrollo de la mente prácticamente es dependiente de la capacidad de darnos cuenta de la habitualidad de las cosas y de ser consciente de ellas, para desarrollar la mente hemos puesto que se debe desarrollar de primera mano el grado de conciencia, de lucidez de la mente, accionando para que el orden de datos acumulado de un objeto crezcan en amplitud y hondura con capacidad de conjunción y fluidez, en este marco el término de mala praxis plantea la realidad de negligencias, desviaciones en relación a la práctica usual, precisamente en la ejecución de las actividades profesionales (Bautista y Fernández, 2020).

2.2.4. La muerte y su didáctica

El tema de la muerte no es extraña a las escuelas y a los centros educativos, tampoco es extraña a los profesores y a los maestros con una vivencia suficiente. No obstante, se perciben falencias curriculares y ausencias en proyectos educativos institucionales, así como en la averiguación pedagógica (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2019).

Las corrientes pedagógicas contemporáneas tienden a convenir al reclamo social de una formación que posibilite a los sujetos dilucidar inconvenientes de distinto índole de manera autónoma, esto quiere decir, escalar modalidades para afrontar la averiguación de resoluciones, hallar una contestación empero a la par de tener control sobre esta, observado

que en la monumental mayor parte de los casos los inconvenientes que se muestran involucran hallar respuestas renovadas, novedosas. Las tendencias pedagógicas resultan inferidas de un marco de alusión limitado o exclusivo, peor todavía reducidos a netos elementos didácticos, descripciones decisionales que se usan en campos de educación estructuradas (Leguizamón y Paredes, 2016).

De tal manera que la pedagogía de la muerte tendría un objetivo precisamente reconocido, aumentar la probabilidad de abrir novedosas puertas para la generación del entendimiento, dar los instrumentos elementales para lograr vivir una vida estable, aprendiendo a estar en armonía con los desplaceres de la vida, ahí donde empieza la conciencia comienza además la claridad (Zambrano citado en Parra, 2017).

Las aportaciones de la pedagogía de la muerte en el profesorado y discentes producen desafíos de la sociedad de hoy, ciertos visibles y otros invisibles, una sociedad que obvia el deceso puede evadir tomar conciencia de ella con normalidad. La Pedagogía la muerte en la escolaridad, realizada a partir de la enseñanza infantil inicial, estudia la enseñanza, la educación y la formación de un entorno que puede ayudar a la obra de una sociedad más consciente, sensible y preparada frente a dichos desafíos colectivos (Álvarez citado en Ramos y Gairín, 2020).

Por este motivo se considera que es práctico y necesario disponer de un programa pedagógico de carácter preventivo sobre la finitud de los seres vivos en los niveles de escolaridad, buscar las herramientas necesarias para poder estar preparados, tanto docentes como estudiantes psicológicamente y pedagógicamente en las circunstancias de muerte y duelo (Ramos y Gairín, 2020).

2.3.Formación del profesorado en pedagogía de la muerte

2.3.1. Las capacitaciones y talleres.

Ransanz asegura que para realizar la formación para la muerte, es necesario una formación pedagógica fuerte y constante, con naturalidad concreta en la conciencia de la verdad de la finitud humana, evidenciar las posturas teóricas y epistemológicas en la plenitud del campo de la enseñanza para la pedagogía de la muerte por medio de la metodología de la averiguación documental (citado en Ramos, Gairín y Camats, 2020).

La formación profunda de los docentes en pedagogía profiláctica de la muerte en el contexto educativo resulta necesaria e imprescindible en la que destacan el valor del costo formativo de la muerte, siguiendo una secuencia coherente del principio de la investigación educativa y con el propósito de concienciar a los docentes en un sentido existencial. La interiorización del docente es imprescindible ya que permite encarar el hecho de morir examinándose a sí mismo, ya que la muerte comprende penetrar el sentido existencial de la vida donde le permitirá sentirse más sereno y confrontar la vida de una manera más plena (Ramos, Camats y Guárdia, 2018).

2.3.2. Aprendizaje servicio.

Pudiera decirse de esta matización que no cambia los recursos del aprendizaje servicio. No obstante, pienso que la acción social no es la misma, a partir de sus fundamentos y finalidades, si situamos su objeto en la optimización de la raza humana más allá de limitarlo al desarrollo local (Herrero, Herrán y Selva, 2015).

El aprendizaje servicio la conceptuamos como una metodología pedagógica activa con capacidad integradora de ocupaciones complicadas para la evolución personal y de la raza humana donde los ámbitos en el servicio de la sociedad tienen la posibilidad de realizarse en el entorno estudiantil. Esta mezcla de procesos formativos en el entorno educativo con el servicio social a la sociedad en los llamados proyectos globales favorecen que el alumnado participe activamente en su ámbito, que a la vez se necesitará de un despliegue de ocupaciones coordinadas en medio de las instituciones competidores, concretándose una etapa de preparación previa la ejecución y evaluación del plan desde la cual se realiza (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2015).

2.3.2.1. Actividades de aprendizaje servicio interpretadas desde la pedagogía de la muerte.

Tomando en cuenta la exposición de propuestas didácticas de la pedagogía de la muerte por medio del aprendizaje servicio se examina vivencias reales elaboradas con esta metodología que tienen la posibilidad de interpretarse como desarrollos de pedagogía de la muerte , a pesar que no la contemplan explícitamente en sus fines. Es coherente si por muerte se amplía la idea comúnmente manejada por la psicología (perdida, sufrimiento, óbito), logrando entrar a otras conceptualizaciones pedagógicas que posibiliten la accesibilidad curricular y metodológica (Herrán y Cortina citado en Rodríguez, Herrán y Cortina, 2015).

Las actividades donde se participa activamente en el periodo fundamental de las especies representado en la naturaleza como animales o vegetales podría ser un aprendizaje relevante de una viable pedagogía de la muerte. Constantemente se puede aprovechar las ocupaciones como punto de meditación en funcionalidad de la fase y adaptarlo a las necesidades, sobre el periodo fundamental en el espécimen humano y su interacción con la naturaleza (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2015).

2.3.3. Evaluación de la capacitación.

2.3.3.1. Importancia de la evaluación de la formación docente en la pedagogía de la muerte.

Para profundizar y realizar una práctica educativa que integre la enseñanza para la muerte, se debe considerar la formación persistente del profesorado, debido a que son los expertos que deberán afirmar una buena teoría y práctica de esta pedagogía (Imbernón y Sacristán citado en Becerra, 2019).

La formación del profesorado de manera permanente es una necesidad creciente la misma que es reconocida como un derecho y un deber ampliado en cada una de las funcionalidades que tienen la posibilidad de ejercer los profesores. Todo cambio en enseñanza debe conllevar un replanteamiento importante de la formación del profesorado, puesto que cabe señalar que no se puede modificar la enseñanza sin cambiar las reacciones, mentalidad y la forma de ejercer la profesión sin una verdadera predisposición del profesorado (González, Garza y León, 2017).

2.3.4. Acompañamiento a los docentes en la pedagogía de la muerte.

Es prescindible dotar de herramientas e instrumentos metodológicos al alumnado para que logren enfrentarse y solucionar los diferentes inconvenientes que se les presenten en su historia y su realidad. En este sentido, la muerte tiene un potencial formativo inherente para el desarrollo de competencias emocionales que permitan gestionar estas situaciones y para el consiguiente desarrollo personal (Márquez y Gaeta 2017).

Es posible educar con y para la muerte, debido a que su presencia es igual de recurrente e impredecible como el vivir, las dos se van complementando y para eso únicamente se debería replantear el sentido de lo cual trata de enseñar a partir del entorno

educativo, en especial en momentos en que debemos afrontar una muerte en una aula o un centro docente, además ofrecen contenidos nuevos que tienen la posibilidad de entenderse en diversos sentidos, para abarcar la verdad de un enfoque complejo evolucionista promotor de la enseñanza de la conciencia (Herrán y Cortina citado en Leguizamón y Paredes, 2015).

Para el proceso del acompañamiento del duelo en las instituciones educativas se ha desarrollado una metodología asentada en los principios generales de actuación: autocontrol, confiabilidad, adaptación, flexibilidad, conjunción familia-escuela- centros asistenciales de salud, donde debe existir una coherencia procedimental tanto en la actuación personal e interpersonal nutridas con características implícitas como la sinceridad, honestidad, claridad, transparencia, fluidez , objetividad, confianza y atención permanente . Propuesta metodológica que debe estar acompañada de una idealización de lapso de duelo y de habituación en la enseñanza en sus diferentes niveles y así ayudar a la elaboración de una concepción colectiva sobre la muerte en los centros educativos (Leguizamón y Paredes, 2015).

2.3.5. Predicción científica.

Este trabajo pretende fortalecer en el profesorado el liderazgo educativo mediante el taller sobre pedagogía de la muerte, un pilar importante que se debe reafirmar y fortalecer, imprescindible para la normalización del óbito a partir del cual poder conformar profesores más conscientes e instruidos en el proceso de culturización sobre la pedagogía de la muerte y el entorno del duelo. Por esto una línea futura, a nuestro comprender, es conocer dichos lineamientos, esta viable interacción entre la Pedagogía de la muerte, duelo y la preparación para que los maestros del futuro aporten resoluciones a los desafíos para los que, hasta la fecha, la sociedad presente no ha encontrado respuestas (Rodríguez, Herrán y Cortina, 2019).

Mediante la aplicación de este taller, se pretende vincular al profesorado hacia una inserción de didácticas flexibles que posibiliten la supresión de paradigmas y barreras que impida la colaboración activa de los alumnos en el entorno de la pedagogía de la muerte, ratificar la necesidad de integrar esa disciplina en el currículo estudiantil y por lo tanto en los salones de clase. En este cambio influyen puntos como el desarrollo social, tecnológico, cultural, la emergencia de nuevos o antiguos valores, el sitio que ocupa la creencia y el sentido de trascendencia, cómo el ser humano concibe la vida y sus monumentales pretensiones (Parra, 2017).

3. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1.Metodología de la investigación

Mediante esta indagación se pretende hacer conscientes a los profesores y directivos educativos sobre el valor de la formación sobre la pedagogía de la muerte y el entorno del duelo frente a las situaciones de pérdida en el campo escolar, permitiéndole al profesor de enseñanza preeminente familiarizarse con el asunto de la pedagogía de la muerte, con el propósito de dilucidar paradigmas y reducir el impacto del tabú, el miedo y la malestar que genera el reconocernos como finitos, mortales y efímeros terrenales. Además, se muestra la prueba documental que constituye a las averiguaciones, trabajo aplicativo y propuestas llevadas a cabo sobre esta temática, permitiendo alternativas curriculares.

Además posibilita detectar y explicar los postulados teóricos, expresiones episódicas y psicológicos de una pedagogía y didáctica de la muerte en la fase de la escolaridad; diseñar una iniciativa de mediación didáctica, previa o preventiva y siguiente o paliativa, que se fundamente en los maestros, edificar un campo de indagación teórico aplicado en la enseñanza del grado bachillerato, que se vio ausente el tema del óbito a partir del relacionado de la finitud; familiarizar al maestro con el asunto de la pedagogía para la vida-muerte, con el objeto de tener al alcance recursos didácticos de educación aprendizaje viables respecto a cómo abordar la temática del deceso en el campo educativo y reducir el impacto del tabú, y la malestar que genera el reconocernos como seres mortales, finitos y transitorios.

3.2.Enfoque, diseño y tipo de investigación

Este trabajo de investigación es de corte cualitativo pues procura delinear en primera instancia las competencias del profesorado en la pedagogía de la muerte, diseñado y sustentado desde una investigación documental exploratoria. como lo expresa Galeano (2004) la investigación documental es aquella que permite la comprensión de un objeto de estudio partiendo de la búsqueda, la selección, la clasificación, la organización, la sistematización y el análisis; comprendido como la construcción de conocimiento y no solo como una búsqueda de información, partir de un proceso riguroso, sistemático y controlado.

La indagación cualitativa se entiende, como uno de los muchos métodos de ver, pensar y actuar ante la verdad, puede tratarse de averiguaciones sobre vivencias vividas,

This article is from: