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• Diversidad sexual Guadalajara, sede coanfitriona de los Gay Games
from Pulso 311
2023
Miguel Ángel Muñoz Ramírez
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Un evento que reúne a la comunidad deportiva mundial definitivamente son los Juegos Olímpicos, que se llevan a cabo cada cuatro años, teniendo una sede distinta para cada ocasión. A pesar de tratarse de un evento internacional, a donde todas y todos aquellos deportistas que cumplan con los estándares pueden asistir y competir para llevarse a su casa una de las tantas preciadas medallas, en la realidad no sucede así, y la causa está en la discriminación por razones de diversidad sexual. Existe una cantidad de atletas que deciden no asistir por esta razón, ya que pertenecen a dicha comunidad y podrían ser señalados por dicha condición. Así, en 1980, el decatetla olímpico estadounidense Tom Waddell creó los Gay Games, y su primera edición se llevó a cabo 2 años después (1982), en San Francisco, EE. UU. Estos juegos se han definido como un evento deportivo y cultural sin discriminación de sexos, orientación sexual, raza, religión, nacionalidad, procedencia étnica, orientación política, capacidades atléticas, incapacidades físicas, edad o estados de salud. Los Gay Games son considerados los Juegos Olímpicos de la comunidad LGBTI+ y se realizan cada cuatro años. También, tiene las mismas categorías que las olimpiadas, pero incluyen otras disciplinas de habilidad y destreza, como el lanzamiento de dardos y boliche, baile o cheerleader.
Es importante destacar que al ser juegos de la inclusión, no es necesario pertenecer a la comunidad LGBTI+ para participar, pero sí es requisito ser mayor de 18 años.
En la siguiente tabla se muestran las ediciones de los Gay Games:
Guadalajara, coanfitriona de los Gay Games Los Gay Games son un evento con causa, pues brinda la oportunidad de dar proyección global a la comunidad LGBTI+ de México y América Latina, a través de la cultura y el deporte, pero también para unir a la comunidad y enviar al mundo un mensaje de diversidad, inclusión, solidaridad, unión y amistad. El Gobierno de Jalisco, a través de la Secretaría de Turismo, la Secretaría de Cultura, el CODE Jalisco, la Dirección de Diversidad Sexual en colaboración con la Oficina de Visitantes y Convenciones de Guadalajara, anunció que la “perla tapatía” será sede coanfitriona, junto a Hong Kong, de los Gay Games 2023, que espera reunir alrededor de 24 mil personas de más de 50 países del 3 al 11 de noviembre del 2023.
En más de 40 años de este evento deportivo y cultural internacional se llevará a cabo por primera vez en México y América Latina. El evento contará con una participación de más de 50 países y alrededor de 8 mil atletas en diversas disciplinas como: atletismo, baloncesto, lucha, natación, voleibol, clavados, softbol, waterpolo, bádminton y tenis, entre otros. El programa de actividades deportivas, culturales y turísticas se llevará a cabo en distintos sitios. Entre las sedes deportivas están: Code 1, Code Atlas Paradero, Bolerama Tapatío, Parque Metropolitano, El Cielo Country Club, Minerva Course, Unidad Revolución, Unidad Ávila Camacho, Centro Acuático y Complejo Telcel de Tenis. Para las sedes culturales están el Teatro Degollado, Exconvento del Carmen, Foro de Arte y Cultura, Museo Cabañas, Palacio de Gobierno, Museo de Arte Popular, Edificio Arronis, Red de Bosques Urbanos, Casa de las Artesanías Jaliscienses, Teatro Alarife Martín Casillas, Paseo Alcalde y Plaza Liberación (Centro Cultural Gay Games). Y en cuanto a las sedes turísticas, participan: Guadalajara, Puerto Vallarta, Costalegre, Tlaquepaque, Tequila, Chapala, Mazamitla, Tapalpa, Talpa de Allende, Mascota, San Sebastián del Oeste, Lagos de Moreno, Ruta Wixárica y Ruta Altos.
Julio Navarro
Mucho de lo que expuse en las partes 1 a 19 de esta serie aplican a los automóviles con motores a Diesel; la diferencia principal radica en la ausencia de bujías, pues el Diesel se incendia con la presión de la fase de compresión del ciclo de 4 tiempos que ya vimos. La relación de compresión en un motor de gasolina está entre 7 a 1 y 10 a 1; en los motores a Diesel está entre 14 a 1 y hasta 23 a 1. Una de las ventajas de un motor Diesel es que ofrece un mayor torque con un menor consumo de combustible, por lo que se puede obtener un mayor número de caballos de fuerza útil con el mismo volumen de cilindrada que un motor a gasolina. Las desventajas principales son la mayor robustez que requiere el motor Diesel para soportar las presiones tan grandes que se generan dentro de la cámara de combustión: los sellos de válvulas, anillos e inyectores se llevan al límite y sufren más desgaste que su contraparte de gasolina (además son más ruidosos).
Una ventaja reciente para los motores a Diesel es el uso de biodiesel, que es fabricado a partir de aceites vegetales (como los que se usan para cocinar); los primeros motores Diesel eran alimentados con aceite de cacahuates. Los motores Diesel generan pocos caballos de fuerza, pero superan ampliamente el torque de los vehículos a gasolina, como es el torque lo que genera el movimiento, y es grande, normalmente nos encontraremos estos motores en la mayoría de los camiones y tractocamiones grandes, que requieren de mucho torque para mover cargas pesadas, de 10 a 50 toneladas, o los camiones gigantes o las grúas. Más que velocidad, entonces lo que importa es el torque, pues la cantidad de caballos de fuerza no es mucha al revolucionar el motor, es por esto que los motores a Diesel no se usan en autos deportivos. Cuando un motor a Diesel empieza a funcionar, la compresión puede no ser suficiente para que la mezcla se inicie y para evitar igniciones prematuras, cuando el motor ya está caliente, se usan unas bujías de precalentamiento, se activan cuando el motor está completamente fr ío; una vez que llega a su temperatura de operación normal se dejan de usar y la mezcla se incendia con la compresión normal con ayuda del calor del motor por fricción y el calor de la combustión previa (Figura 1). La bujía precalentadora no se parece a las bujías normales, ya que no salen chispas como en los motores a gasolina, solo se calienta la superficie de la bujía. En la figura 2 muestra una bujía precalentadora. Los motores híbridos se han puesto de moda, pues generan ahorros considerables; uno de los más populares es el que ocupa gasolina y electricidad. Los motores se superponen a un eje para que se sumen los diferentes tipos de alimentación. Los más populares en México son los de la marca Honda, Toyota y algunos Audi, pero algunas marcas nuevas como Chirey o JAC. Los tipos de conducción incluyen usar solo el motor a gasolina, usar solo el motor eléctrico y una combinación de ambos. Cuando se frena un auto con este tipo de motor, se usa la energía de frenado para generar energía para recargar la batería.
Otra clase muy popular de vehículos híbridos es la que funciona con gas natural o gas LP, además de gasolina; los sistemas para usar gas pueden venir instalados de fábrica, como es el caso de Ford y muchas marcas de montacargas, o se pueden instalar después de la venta, en cuyo caso, casi cualquier vehículo a gasolina se puede convertir a gas. Los componentes básicos incluyen un vaporizador que convierte el gas LP en forma líquida a gas, el cual se alimenta a un mezclador que regula el ingreso de aire para luego pasar al múltiple de admisión. Este sistema se llama conversión a gas por aspiración o para motores aspirados, es decir, los que todavía usaban carburador. Los sistemas de conversión de gas más modernos tienen un riel de inyectores o inyectores independientes, con una computadora propia, de manera similar al sistema de inyección electrónica vista en números anteriores de esta serie. Estos sistemas son más complicados pues requieren sincronizar la computadora del vehículo con la del sistema a gas para optimizar la chispa de las bujías. Uno de los motores de gas más populares está en las plantas de energía eléctrica de respaldo. En la figura 4 se muestra un sistema de gas aspirado y, en la figura 5, un sistema de gas natural con inyectores.
Una tecnología que tuvo mucho impulso pero no llevó a nada en concreto en lo que a ventas se refiere, es el hidrógeno, es decir, motores que funcionen con celdas de hidrógeno o que lo separen del agua o de algún otro líquido para poder usarlo como un gas combustible en el motor.
Los motores eléctricos están tomando mucha relevancia ahora, con fines ecológicos, pero, más que nada porque ya no estarán disponibles las gasolinas, pues el petróleo a nivel mundial se acabará en algunas décadas. Hay muchas versiones en el mercado. Pero se ha descubierto que los motores más eficientes son los trifásicos, por tanto, la corriente directa de las baterías de litio o de otro tipo más eficiente, alimentan a un conversor electrónico para generar corriente alterna. Los procesos de recarga de las baterías son muy variables, puede ser un cargador casero como en los autos Tesla o traer el sistema de carga a bordo mediante un generador de energía eléctrica a gasolina dentro del propio vehículo como lo hace Nissan en su línea E-Power o algunos modelos de Mazda, que rescata un controvertido motor a gasolina rotativo sumamente compacto y ligero que le da 75hp de energía para alargar la autonomía del motor eléctrico, que es el único que impulsa al vehículo.
Daniela Harumy Salinas Villar (alumna de sexto semestre)
En muchas ocasiones me había encontrado a perritos en la calle, a veces les daba algo de comer, pero nunca me había llevado uno a mi casa a pesar de que siempre quise tener un perro. Un día que parecía ser como cualquier otro eso cambió. Ese día me encontraba en la calle junto a mi novio, vimos que en la banqueta de enfrente había un cachorro y le dije que fuéramos a verlo, estaba temblando, tal vez tenía nervios, después de un rato decidí llevármelo. Estuvimos con él acariciándolo y abrazándolo, mi mamá dijo que estaba muy bonito, también sabía que no podía llevarlo a casa porque me regañarían, sólo que esta vez desobedecí y lo metí a mi casa.
Estuvo durmiendo un rato, cuando despertó le di de comer (una chica que también le había dado de comer por la mañana me regaló las croquetas, ya que ella no podía quedárselo). En algún momento llegué a creer que tenía dueños y subí sus fotos a redes sociales, nunca encontramos a sus dueños. Le tuve que decir a mi abuelita que lo había metido a la casa, ella me dijo que lo sacara de nuevo. Como ya era noche, no quise hacerlo; decidí buscar una caja y meterlo ahí para que no sintiera frío. Tuve que dejarlo en un pasillo que está en el patio para ir a dormir, toda la noche estuvo llorando mucho. Al amanecer tuvimos que salir, así que lo dejamos en ese lugar. Pensé toda la mañana en qué pasaría con él, no querían que me lo quedara, así que lo mejor era darlo en adopción. Al llegar a mi casa fui a buscarlo, pero él estaba en la parte de abajo, creí que alguien lo había bajado, aunque nunca pregunté. Mi mamá y mi abuelita hablaron sobre el tema y tomaron la decisión de quedarnos con el cachorro; entonces lo bañamos y dejamos que se secara en el sol. Cuando se hizo más tarde, en una tina puse cobijas y ahí se durmió por varias horas. En esa noche le dimos sus croquetas, pero también un poco de leche, creímos que era bueno porque era un cachorro. Una de mis tías me dijo que después mi mamá se encariñaría con él; no le creí.
El siguiente día mientras nos preparábamos para llevarlo al veterinario lo volví a dejar en la azotea; mientras desayunábamos escuchamos que lloró. Mi mamá salió y vio que se había caído del segundo piso. El veterinario dijo que no le había pasado nada grave por la caída. Lo desparasitaron y vacunaron, dijeron que tenía 3 meses, así que en su registro pusieron como fecha de nacimiento el 20 de enero del 2022, ya que el 20 de abril es cuando lo encontramos. Todo parecía estar bien, dormía mucho y de repente vomitó, eso me asustó y preocupó, pensé que era un efecto del desparasitante. Más tarde volvió a pasar lo mismo, así estuvo esa tarde y durante la madrugada.
No pudimos dormir bien por estar al pendiente de él, yo tuve que ir a un curso, mi mamá lo cuidó. Pero seguía igual. Cuando llegué a casa fuimos a ver a otro veterinario. Él lo valoró y dijo que no era recomendable desparasitarlo tan pronto, lo mejor tenía que haber sido esperar unos días para ver cómo era, también nos dijo que a los perros no se les da leche. Ese día le dio un antibiótico, lo llevamos a casa y estuvo bien durante unas horas. Nos recomendó que le diéramos de comer papilla de pollo, pero no quiso. Cuando anocheció volvió a tener vómitos, no le gustaba que lo vieran vomitar, así que iba a lugares escondidos o esquinas, era muy limpio. Yo tuve que quedarme cuidándolo toda la noche.
Al amanecer seguía igual, tuvimos que volver a llevarlo al veterinario. Volvió a ponerle unas inyecciones y nos comentó que si no había mejoría tendríamos que hospitalizarlo, yo deseaba con todas mis fuerzas que se recuperara. Lamentablemente no fue así, seguía sin querer comer, tomar agua, con vómitos. Por lo que tuvimos que llevarlo al siguiente día a hospitalizar, ahí fue cuando le pusimos su nombre “Docky”. Lo volvieron a inyectar, le pusieron un suero y eso es lo que lo mantenía un poco mejor.
Durante esa semana íbamos a visitarlo a diario por las mañanas y tardes. Siempre nos decían cómo había estado, a veces había mejoría, pero a veces volvía a decaer. En uno de esos días me dio un dolor de estómago muy fuerte, no podía caminar, me puse muy mal, parecía broma, pero mi cachorro y yo estábamos enfermos de algo similar.
Un día que fuimos a verlo nos dijeron que estaba mejor y nosotros también lo notamos así. Estábamos felices porque pronto saldría y ya estaría con nosotros en casa. Preparé sus cosas para poder recibirlo bien, tenía que quedarse un día más en observación. Ese día fue importante para mí, ya que fue el evento de los Pulso Awards, estuve muy ocupada en eso, pero mi mamá sí fue a visitarlo. Cuando le hablé para preguntar cómo estaba, ella me dijo que todo estaba bien y pronto estaría con nosotros. Mi equipo ganó un premio por lo cual me sentía muy feliz. Al ver a mi mamá esa emoción bajó un poco, ella estaba muy pensativa y me dijo que estaba cansada por su tra- bajo, sabía que al siguiente día ya iríamos por Docky y estaba feliz. Regresé de mi curso, mi mamá dijo que quería hablar conmigo de algo importante, me contó lo que había pasado un día antes. Ella había ido a ver a Docky, le dieron malas noticias, el suero lo estaba manteniendo vivo y a su vez lo estaba hinchando, el veterinario lo desconectó para que se fuera acostumbrando y en un momento se dio cuenta que Docky ya no estaba respirando; lo conectó nuevamente y pudo salvarlo. Mi mamá le contó sobre las caídas, él dijo que pudo haber sido algo neurológico. Pero ya no había muchas esperanzas.
Fuimos a verlo, el veterinario nos dijo que tal vez el cariño que le diéramos lo haría sentirse mejor, él ya había intentado de todo y no había podido salvarlo. Me sentí muy triste, pero a la vez feliz de poder estar con él. Ese día estuvo muy tranquilo, comió muy bien y eso nos hizo creer que ya estaba bien, aunque también quisimos llevarlo a otra clínica y así fue.
Al siguiente día, cuando lo saqué para que hiciera del baño ya no quería caminar, solo estaba sentado. Más tarde lo llevamos con otro veterinario, nos dijo que podía ser parvovirus y nos mandó a un hospital. Regresamos a casa para contactar a más hospitales. Docky estuvo tranquilo durante el camino, al llegar a casa lo saqué a que hiciera del baño, pero ya no podía mover sus patitas solo estaba acostado. Lo llevé a su camita, durmió unos minutos, de repente vi que sus ojitos se movían de un lado a otro, lo levanté para que reaccionara y no lo hacía; mi mamá me dijo que ya no podíamos hacer nada, ya se estaba convulsionando. Lo cargó y lo abrazamos, estábamos llorando. Mi abuelita le dio gracias por haber llegado y por haber dado su vida por alguna de nosotras. Hace unos años murió un perrito que tenía y le dijeron que los perritos, en muchas ocasiones, daban la vida por sus dueños, por lo que dijo eso, ella me dijo que había sido un angelito que había llegado a salvarme de algo. Al verlo sufrir tanto, mi mamá llamó al veterinario para que lo durmiera, justamente en el momento cuando mi mamá colgó la llamada, Docky cerró sus ojitos y estiró sus patitas, ya había muerto. Lloramos más y quería hacer lo que fuera para que despertara, pero ya no podíamos hacer nada.
Entre mi mamá y mi abuelita excavaron en el jardín para poder enterrarlo ahí; mientras ellas hacían eso, yo le seguí hablando a Docky, le pedí perdón por no haberlo cuidado bien, pero también le agradecí por haber llegado a mi vida y hacerme muy feliz en esos días. Le pedí que nos mandara a otro perrito cuando él creyera que fuera buen momento, le prometí que siempre que pudiera, ayudaría a los perritos. De repente apareció una mariposa blanca y estuvo volando encima de mi cachorro, algo me hizo pensar que era él.
Después de enterrarlo, seguimos recordando, mi mamá me dijo que aprendió que un perrito de la calle no es malo, que ellos también merecen vivir bien, que un perrito con pulgas no hace daño, al contrario, da mucha felicidad. Mi tía tuvo razón cuando dijo que se encariñaría con él. Esa tarde fue muy triste, sólo recordaba sus ojitos y me dolía mucho saber que nunca más volvería a verlo.
Los días comenzaron a ser más complicados, despertaba y siempre volteaba, pero él ya no estaba, veía su camita vacía, sus cosas. Para algunas personas fue una exageración, pero ¿cómo podía sentirme después de perder al ser que me había hecho muy feliz en solo unos días? Lo extrañaba, había días en los que me sentía bien, y días en los que me sentía muy mal. Mi psicóloga me dijo que me quedara con los momentos felices, que nosotras habíamos hecho todo para salvarlo y su muerte ya no estuvo en nuestras manos.
Pasaron algunos meses y nos dieron la oportunidad de adoptar a un cachorro de una fundación, mi mamá estaba muy feliz. Yo no quería, sentí que pasaría lo mismo, seguía doliendo la muerte de Docky, no quería volver a pasar por lo mismo. Así que rechacé la oportunidad y la herida se volvió a abrir. Poco a poco fue pasando, fue entendiendo que su llegada y su muerte había sido por algo, que a todos nos dejó alguna lección. Cuando puedo les doy de comer a los perritos. Lo recordaba a diario, hasta que llegó el día en el que me sentí feliz porque lo tuve y el dolor ya no era tanto. Las ganas de tener a un perrito regresaron.
Estuve muy ocupada, por lo que no pudimos adoptar a un perrito. Creí que ya no adoptaríamos de nuevo. El día de reyes magos mi mamá me dijo que tenía una sorpresa para mí, pensé que sería una guitarra, una sudadera o unos tenis, pero llegando ¡sorpresa! Era un cachorrito, me sentí muy feliz al verlo y lo abracé. Los primeros días en casa fueron complicados porque él no se estaba adaptando, pero poco a poco lo fue haciendo y lo sigue haciendo.
A veces siento que lo sobreprotejo, pero me da miedo que le vuelva a pasar algo como a Docky. Lo cuido mucho, también juego con él. Tiene una mirada muy bonita que me recuerda a mi otro cachorrito, también me da besos y es muy cariñoso. Docky me mandó a mi nuevo perrito y le agradezco mucho. A pesar de que a veces me muerda y sea un poco travieso, lo quiero mucho y me hace muy feliz.
No quiero pensar en qué pasará cuando ya no estemos juntos, prefiero disfrutar los momentos que estoy junto a él. El pequeño Docky siempre estará en mi corazón y será por siempre mi cachorrito. Ahora nuestro angelito nos cuida desde el cielo.