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• Crónica cecehachera Itzia González Cruz

Itzia González Cruz (alumna de sexto semestre)

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El día que me enteré de que ya era parte de la UNAM estaba muy nerviosa, pues yo me veía en un bachilleres… Dio la hora y me metí a la página para poder ver mi escuela, y cuando leí que era mi segunda opción me desanimé un poco, porque sabía que mi mamá no iba a estar muy contenta, pues ella quería que me quedara en Azcapotzalco. Le dije a mi familia y todos estaban muy contentos, excepto mi mamá, ella estaba un poco decepcionada, pero tiempo después se dio cuenta de lo que había logrado.

Al entrar conocí a muchísima gente, hice amistades que hasta la fecha aún conservo. Todos me han enseñado tanto, muchos de ellos me hicieron crecer y ser mejor. Con algunas de estas personas pasé muchos momentos de diversión y de saltarnos algunas responsabilidades (decisiones que yo sola fui tomando y que más tarde que temprano traerían sus consecuencias, que en mi caso fue un cuarto año).

Al entrar en pandemia fue un alivio para mí, pues pensé que sólo sería por un breve tiempo; yo no quería seguir yendo a la escuela, porque se me hacía pesado ir en transporte público y creí que tendría un descanso. Pero qué equivocada estaba, nunca hubiera imaginado que estaríamos en aislamiento durante dos años; creo que esta me afectó un poco, pues me volví más cerrada y me alejé de mucha gente por temor a no caerles bien o a decir algo que no estuviera bien, pensaba muchas cosas que no, que sólo estaban en mi mente (y, a decir verdad, hasta el momento lo sigo haciendo).

Lo anterior hizo que yo sola me autosaboteara y limitara a hacer cosas porque no me creía capaz de hacerlas; hubo días muy difíciles en los que quería que me tragara la tierra, desaparecer; y aunque estaba consciente que sólo estaba en mi mente, era difícil no tomarles la importancia a esos pensamientos. Con esto no quiero justificar que haya descuidado la escuela, pero simplemente es el cómo me sentí durante la pandemia y las secuelas que dejó.

Durante las clases virtuales me confié y dejé de atenderlas por quedarme dormida; sinceramente se me hizo muy fácil, y como mis papás pensaban que sí entraba, no me decían nada; no pensé en las consecuencias que habría ni en lo que me estaba metiendo, porque realmente no era difícil pasar las materias, simplemente había que ser responsables, entrando a clases y cumpliendo con tareas, pero yo preferí perder mi tiempo haciendo cosas que no me iban a ayudar en nada ni a dejar nada de bueno.

A decir verdad, me arrepiento mucho de haber dejado pasar todas las oportunidades que en su momento tuve y desaproveché por irresponsable y por floja; pero cuando más sentí el arrepentimiento fue cuando muchos de mis amigos subieron a redes sociales sus capturas de en qué escuelas se habían quedado, sentí que yo me estaba quedando muy atrás y que todos estaban saliendo adelante mientras yo ni salía de la prepa; fue algo feo, pero yo sola lo provoqué, y aún no termino de enmendar mi error.

Creo que todos los alumnos somos capaces de grandes cosas, y hay muchos que aprovechan y maximizan sus habilidades, a pesar de no tener recursos buscan maneras de salir adelante; sin embargo el resto, creo, que a pesar de tener mucho potencial, no están motivados o sus intereses son otros, pensamos que otras cosas son más importantes que el estudio y es ahí donde ocurren los problemas y las consecuencias de lo que hacemos.

Mi experiencia en la UNAM ha sido mucha, he tenido grandes lecciones, y a pesar de no estar ni a mitad del camino de donde quiero llegar, he crecido como ser humano, y estoy muy contenta de la persona en la que me estoy convirtiendo o en la que me quiero convertir, pues aún me falta mucho, pero creo que estoy enfocada en lo que quiero ser; me considero buena persona, pues nunca intento herir a los otros y siempre busco el bienestar de mis seres queridos y amigos.

Si tuviera que darle algún consejo a las nuevas generaciones sería que cumplieran en la escuela, que puedan equilibrar perfectamente sus estudios con ir a fiestas (no como yo que no he tomado buenas decisiones… y hasta ahora no he mejorado mucho); les diría que no se fueran por el camino fácil y que no dejaran todo para después, que se quitaran el miedo o la vergüenza, pues no traen nada bueno y no hay nada qué temer: equivocarnos es parte del proceso y lo importante es saber cómo salimos adelante y todos los intentos que hacemos por crecer más y más, tanto como personas y como estudiantes.

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