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Las desventajas de ser viral

Jéssica de la Portilla Montaño

Imagínate que eres entusiasta de las redes sociales. Mueres por ser famosísimo, ¿y quién no? Te encantaría ser influencer, contar con miles de seguidores que le den like a cada una de tus súper geniales ocurrencias. Participas en retos no peligrosos, haces bailecitos y sincronizas tus labios con los audios de moda. Pasas horas de tu vida aprendiendo mercadotecnia digital con la esperanza de que alguna de tus publicaciones se viralice y el mundo entero y las grandes compañías te descubran. Todos, escúchalo bien: todosss querrán invitarte a comer y a viajar gratis por el planeta para que pruebes productos y servicios sin costo por el resto de tu vida, nada más porque tú eres tú. Y eres por demás fabuloso(a).

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Digamos que se pone de moda el trend “yo me gradué sin saber” en Tiktok. Se te ocurre hacer un video bien gracioso diciendo que te graduaste, no sé, que te graduaste de tal escuela primaria sin saber sacar una mugrosa raíz cuadrada. Y a todo esto, ¿para qué sirven las raíces cuadradas en la vida real?, ¿o acaso alguna vez tuviste la imperiosa necesidad de calcular una para salir de un apuro? Grabas tu video, lo publicas, y esperas tener la suerte de que alguien que no sea tu mamá lo vea. Y sí, tienes “suerte”. El humorístico video fue descubierto no solo por tu mamá y tus tías, sino por millones de personas. Te has hecho viral. El problema es que tu video llegó a manos de los directivos de tu escuela primaria. Y como que no les pareciste simpático. Te contactan para notificarte que, si no quieres que invaliden tu certificado de estudios, tienes que tomar un curso de un mes de aritmética básica y someterte a un examen...

Una situación por demás improbable, ¿cierto? ¡Pues qué crees! Eso le sucedió a catorce estudiantes venezolanos. Adultos. Justo el día de su graduación de la Licenciatura en Enfermería, tuvieron la gran ideota de hacer un video donde, uno por uno, vestidos de payaso con toga y birrete, van diciendo joyas de la literatura médica como:

—Yo me gradué sin saber inyectar.

—Yo me gradué sin saber signos vitales.

—Yo copié en todos los exámenes.

Me pregunto por qué a las autoridades de la Universidad Nacional Experimental de La Fuerza Armada (UNEFA) no les pareció agradable el asunto. Solo era una bromita... ¿Será que los militares de un Estado dictatorial no tienen sentido del humor? Cuando me enteré de este asunto, el video comunitario tenía 7 millones 800 mil vistas en la cuenta del chico “que copió en todos los exámenes”. Y deleitó a sus entonces 10 mil seguidores (ya son 12.5K) con otro video quejándose de la gran injusticia. Que como él fue el único que no quiso ofrecer disculpas ni tomar el curso de nivelación, ahora no podrá ejercer... Con toda arrogancia argumentó que estaba dispuesto a pelear por sus derechos y que la Constitución y que no sé qué. Vaya, con una intensidad que hasta me dieron ganas de levantarme en armas para defenderlo. (Ok, no.)

Los comentarios que alcancé a leer, como siempre, polarizados. No faltó los que defendieron al muchacho, quien además dijo ser el mejor promedio de su generación y que dio el discurso de graduación. Una bromita nomás, por Dios, ¿alguien por favor quiere pensar en los niños? Pero la mayoría reprobó las acciones de los profesionales de la salud. Que todo acto tiene consecuencias, que hicieron quedar en vergüenza internacional a su Alma Mater, que una vida humana puede estar en juego si mi enfermera no sabe leer signos vitales (o sea, hello: con tantas series médicas, ya medio le entendemos a los numeritos parpadeantes de los monitores). Imagínate por un instante que tu pariente está en paro cardíaco, y el paramédico o el enfermero no sabe inyectar la epinefrina…

Yo, como siempre que surgen noticias legales, pedí la opinión de mi abogado favorito. Incluso íbamos a hacer un video de dúo o dueto para su Tiktok @educacionyleyes, pero al día siguiente el muchacho que copió en los exámenes borró ambos videos. Bu. Claro que las grabaciones siguen en todas partes porque, ups: lo que sucede en internet se queda en internet. Para siempre. O casi. El chico ofreció disculpas a las personas que querían verlo triunfar (una caja de kleenex para sus papás, por favor). Y pues dice que ahora se dedicará a otra cosa. Cuántos años y cuánto dinero tiró a la basura sólo por no decir que se equivocó, incluso si lo dice únicamente para salir del problema. Ojalá aprenda a hacer limonada con los limones que él solito cosechó. No dudo que lo hayan amenazado con cárcel o algo peor. Si juega bien sus cartas podrá ser influencer o actor, como la viral quinceañera Rubí que ahora es cantante o algo por el estilo. Y ojalá los otros trece enfermeros no tengan problema en encontrar trabajo, y que ningún futuro paciente los reconozca del video. Dicen que crea fama y échate a dormir...

Bit.ly/ElTarotMx

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