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i. Antes de empezar
de los datos que necesitas y luego los ordenará según el estilo que elijas. Si prefieres usar hojas de cálculo como las de Excel (como se sugiere en la tabla de la página 70) o incluso un procesador de texto como Word, te recomendamos capturar los datos en tablas, asigna una fila a cada fuente y una columna a cada uno de los datos. Recuerda que las columnas son verticales y las filas horizontales.
Ahora ya estás lista para empezar a organizar los materiales que tienes en tu computadora. Cada vez que muevas un material a una de las carpetas, anota su nombre y dirección. Así sabrás de dónde sacaste cada cosa y no perderás tiempo tratando de averiguarlo una vez que hayas empezado a trabajar en la investigación o en la escritura del trabajo final. Al final de este capítulo, en la sección “Herramientas para el proceso de investigación” (véanse las páginas 68-71), señalamos las ventajas y desventajas de los diferentes sistemas para gestionar los datos de las fuentes. Sugerimos consultar esa sección antes de empezar a ordenar los documentos que tienes.
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¿Por qué es importante citar?
La insistencia en la labor hormiga de guardar todos los datos de las fuentes no sólo te puede quitar las ganas de titularte, también las de vivir. Justo porque sabemos que puede ser una de las partes más áridas y engorrosas del proceso, la hemos puesto casi al principio del libro. Te insistimos en que solucionarla desde un inicio y no a la mitad o al final del proceso acabará por ahorrarte tiempo, dinero y esfuerzo. Por eso ahora hablaremos un poco de por qué es importante citar.
La primera razón por la que se debe citar es para evitar que te acusen de plagio. Una acusación de plagio es muy grave, pues el plagio es un fraude y también es un robo. Aunque se pueda decir, con entusiasmo, que las ideas están en el aire, el hecho es que las ideas tienen un valor, que es básicamente el valor del monopolio de su explotación. ¿Qué quiere decir eso? Que, a menos que se especifique lo contrario, la “dueña” de una idea es quien tiene derecho a quedarse con las ganancias que esa idea produzca cuando
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oportunidad de “escuchar” la conversación que tuviste con tal o cual autora, de compartir tu gusto por ciertas formas de decir las cosas, de acompañarte en los descubrimientos, las vacilaciones y los hallazgos felices que tuviste en la ruta que seguiste al realizar la investigación.
¿Las obras de arte se citan?
Si bien casi todos los manuales de estilo contienen lineamientos para redactar las referencias a fuentes como pinturas, grabados, fotografías, películas, grabaciones de música o incluso presentaciones en vivo de danza o teatro, ninguno de estos materiales se considera a la par de los textos escritos. Es por ello que, si incluyes imágenes de la obra de otras autoras (o referencias a materiales sonoros o audiovisuales), éstas deben estar identificadas de otra manera que los textos escritos. En el caso de las imágenes puedes incluir información tanto en las notas a pie de imagen como en una lista de obra o lista de imágenes al final de la tesis. Esta cuestión puede parecer una mera formalidad, pero sus implicaciones son importantes a la hora de considerar si el arte es una forma de producir conocimiento a la par de otras que se manifiestan por escrito. El problema es complejo y tiene muchas aristas. Volveremos a este tema cuando hablemos de arte e investigación (en el siguiente capítulo, página 82), así como de los diversos formatos y estilos que puede tener tu trabajo de titulación (véase el capítulo v, páginas 138-147).
Herramientas para el proceso de investigación
Para poner un clavo puedes usar un martillo, un zapato de tacón y, si te lo propones, hasta la frente. Sin embargo, algunas herramientas son más adecuadas que otras. A continuación te proponemos algunos instrumentos que puedes usar durante el proceso de investigación.
1. Software de procesamiento de texto
¿Qué hace? Sirve para escribir. Durante todo el proceso necesitarás redactar una serie de textos, tanto para plantear la investigación como para presentar el reporte de lo que pasó. A menos que planees hacerlo en una Olivetti mecánica, tendrás que seleccionar un programa para la computadora o algún otro dispositivo. Ejemplos Word de Microsoft Office. ¿Pero hay otros? Sí. ¿Alguien los usa? Sí, algunas utilizamos otros, pero cualquiera tiene sus pros y contras. La versión de Mac es Pages y la versión en línea es Documentos de Google. Pros Word es de uso común y, seguramente, ya lo sabes usar. Aunque cuenta con una herramienta para citas y referencias, no es muy eficiente y, de todos modos, tendrías que aprender a usarlo. Pages es muy parecido a Word, pero no tiene herramienta para citas y referencias. La maravilla de Documentos es que se encuentra en línea y puedes trabajarlo en cualquier dispositivo. Documentos tiene una función para citas, pero tampoco funciona muy bien. Contras Tendrás que hacer todo paso a paso: ordenar los datos, poner las listas en orden alfabético y juntar toda la información en un solo documento (o en varios), que a su vez tendrás que ordenar en una o varias carpetas.
2. Apps para tomar notas
¿Qué hacen?
Son el equivalente digital de un cuaderno. Permiten escribir, sacar fotos, subir archivos, hacer capturas de Internet y anotaciones sobre esos materiales. Ofrecen varias formas de organización. Ejemplos Si acostumbras utilizar Microsoft, sin duda el programa por excelencia es OneNote, que tiene montones de herramientas y varios tipos de notas. Otro con muchas posibilidades es EverNote. Pero si lo que necesitas son notas simples, están Simplenote, Notas de Apple y Google Keep. Pros Pueden incluir materiales heterogéneos en una sola plataforma y relacionarlos entre sí según diversos criterios (etiquetas, stacks, etcétera). Son portátiles, pues están pensadas para que sincronices todos tus dispositivos y los materiales queden reunidos sin tener que mover archivos de un lado a otro. Contras Aunque son flexibles, no ofrecen mucho más que asociar información. Puedes hacer una lista en texto, pero sigue siendo sólo una lista en texto.
iii. El proyecto de tesis
¿Por dónde empezar?
Si has estado leyendo este libro de manera lineal, como un manual, te estarás preguntando a qué hora comenzarás la tesis. La buena noticia es que ya has hecho cosas muy importantes. Ya revisaste algunas de las formas más convenientes para registrar la información, ya creaste un sistema para ordenarla y, sobre todo, ya empezaste a hacer un análisis de cuáles son tus intereses. Pero en este capítulo tampoco empezarás a escribir la tesis. Todavía queda un par de cosas por resolver antes de que te conviertas en una tesista estrella.
En este capítulo trabajaremos en tu proyecto. Para hacer eso tendremos que ver algunas cuestiones de metodología (no te duermas, aguanta..., aguanta..., bien). En palabras menos amenazantes, te vamos a sugerir que sigas algunos pasos que facilitarán el planteamiento de un tema viable para una tesis de licenciatura y te ayudarán a hacer el plan para escribirla.
Ya sea que tengas muy claro qué quieres investigar, que todavía no tengas ni la menor idea o que se te ocurran varias opciones y no te hayas decidido por ninguna, tienes que empezar por algún lado. Es probable que, cuando te acerques por primera vez a una profesora o asesora para hablar de tu proyecto de titulación, te
ver si la tienda cumple con los criterios de Johnson. Me voy a tardar 15 minutos en ir, voy a pasar hora y media en la tienda, aplicando las pruebas descritas en los criterios de Johnson, y luego me voy a regresar. Ah y después voy a escribir todo esto y las conclusiones. Como, por ejemplo: es muy buena, es medio buena o es malísima.
Está bien, dirás, pero... ¿qué poner ahí?
Título tentativo Aquí no pongas nada. Espera a tener todo terminado, ponlo al final. Como título elige una frase que describa lo que quieres hacer de la manera más escueta posible. Por eso ninguna tesis, jamás, ha tenido un título sexy. Todas tienen títulos como “¿La tienda era muy buena? Estudio de caso de comercio al menudeo en el área metropolitana de Chilmacoya según el sistema de Johnson”.
Planteamiento del problema Para plantear un problema recuerda el ejemplo de la silla y el de las manzanas en la canasta. Esto se trata de especificar lo que ya sabes (o lo que das por sabido) como el peso y la cantidad de manzanas o la fecha de entrega de la silla. Entonces el planteamiento del problema tiene que ver con los datos que ya tienes y los que tienes que averiguar. Plantear un problema quiere decir organizar lo que se conoce de manera que permita definir lo que no se conoce para entonces averiguarlo. La solución de tu problema será la respuesta a tu pregunta (o preguntas) de investigación.
Pregunta de investigación Es la pregunta que indica cómo resolverás el problema, pero también es una forma de especificar lo que vas a investigar.
Justificación Aquí tienes que escribir cuál es la relevancia de tu investigación para la sociedad. No se trata de hablar de ti. No se trata de que nos cuentes anécdotas de tu infancia ni de cómo hablar de fotos de gatitos se volvió bien importante para ti.
Objetivos Cuando te piden los objetivos de tu proyecto, lo que quieren es que les digas qué quieres lograr y cómo piensas lograrlo. Estos objetivos se pueden dividir en objetivos generales y objetivos particulares o secundarios.
• Objetivos generales
Los objetivos generales se refieren a las metas que quieres alcanzar y responden a la pregunta “¿qué?”: averiguar si la tienda es muy buena, saber cuánto pesa la canasta, encontrar la manera más rápida de armar una silla, ver qué pasa si haces un performance con duración de seis meses, pintar una serie de 10 cuadros de paisaje. Si piensas que el objetivo general tiene que estar más detallado, puedes mencionar cómo piensas lograrlo y para qué lo vas a hacer. Los objetivos generales responden precisamente a las preguntas “¿cómo?” y “¿para qué?”, se refieren a cómo piensas alcanzar la meta y, por lo tanto, implican la elaboración de una lista de las cosas para hacerlo. Escribir objetivos generales es fácil, basta con desarrollar esta pequeña fórmula:
Verbo en in nitivo Verbo en in nitivo ¿Qué? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Para qué? ¿Para qué?
Un ejemplo
Crear
Crear Una serie Una serie de pinturas de pinturas
A partir de la memoria oral del poblado Los objetivos siempre se redactan empezando con un de San Juan verbo en infinitivo (sin conjugación en un tiempo verbal específico) porque son la lista de las cosas que harás. Aquí te puede resultar útil iniciar cada frase con las palabras
A partir de la memoria oral del poblado Para recuperar de San Juan sus mitos fundacionales
Para recuperar sus mitos fundacionales
investigación y haz los ajustes necesarios. Nunca pierdas de vista que la investigación debe gustarte y ser interesante para ti, antes que a los demás.
Ejercicios
1Constelación de origen Mientras organizaste el trabajo previo y todos los documentos que habías creado o utilizado, te habíamos sugerido ejercicios para elaborar un mapa mental con los trabajos anteriores y una lista de palabras que describiera las características de esos trabajos. En caso de que no los hayas realizado, éste es un buen momento para retomarlos (véanse los ejercicios de las páginas 46-47 en el capítulo i). Revisa las relaciones que hay entre los elementos de los mapas y la lista. ¿Cuáles son los medios, los soportes, el material o las técnicas con los que más has trabajado? ¿Cuáles son los temas, las ideas, los contenidos o las cuestiones que has abordado? ¿Cuáles son los componentes que se repiten o se relacionan entre sí? Aparte, haz una lista de intereses actuales. ¿Qué cosas te importan ahora? ¿En qué has estado trabajando en los últimos tiempos? ¿Qué tienes ganas de hacer? ¿Qué te apasiona en este momento o desde hace tiempo? Se trata de que identifiques la situación actual. Una vez que tengas ambas listas y hayas identificado los elementos que se relacionan y se repiten, tanto de tu trabajo pasado como de tus intereses presentes, escríbelos en una nueva hoja, como si fueran estrellas o nodos de una constelación. Traza las líneas de las relaciones entre ellos, de manera que puedas visualizar de qué modo forman parte de un mismo sistema de pensamiento.
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Presta atención al ejemplo del mapa de coordenadas de investigación.
Dibuja en una hoja un esquema de coordenadas como el que se presenta en el ejemplo. Completa las oraciones siguientes y escríbelas en cada coordenada del esquema.
Problema: El fenómeno de la realidad material o imaginaria que me importa es…
Estilo Estrategia
Tema 2
Tema 1
Tema principal Medio
Pregunta: Lo que yo quiero saber de él es…
Medio: Y lo descubriré mediante…
Justificación: Para comprender cómo…
iv. Metodología: trazar y seguir un camino
SSi todo ha salido bien y estás leyendo este libro como un manual, paso a paso, en este punto deberías estar muy entusiasmada por iniciar la investigación. De no ser así, revisa los capítulos anteriores porque algo se rompió en el camino.
En el capítulo anterior, mientras escribías el protocolo de investigación, tocamos el tema de la metodología o el diseño del plan. En este capítulo veremos cómo se diseña ese plan, qué debes tomar en cuenta y cómo elegir una ruta para empezar la investigación.
Para dar inicio, hay un par de cosas que debes tener resueltas: el protocolo de investigación y la elección de una tutora de tesis. Sugerimos que, si aún no tienes alguna, te des el tiempo para conseguirla. Sin ellas, hacer la tesis será como querer subir el Everest, por vez primera, sin un mapa ni una guía.
¿Cómo llegar de aquí a allá?
Cuando te invitan a una fiesta en un lugar de la ciudad al que nunca has ido necesitas dos cosas: la dirección del sitio y un plan para llegar. Cuando localizas el lugar en el mapa, empiezas a diseñar el plan: puedes saber qué tan lejos te queda, qué tipo de transporte usar y cuánto tiempo tomará el trayecto. Con esa información,
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es y qué relación tendrás con el objeto de estudio o medio para decidir qué modelo de investigación es el que más se acerca a lo que pretendes hacer. Tienes un gran abanico de posibilidades.
Conocimiento filosófico Abordaremos otro campo que es muy cercano al arte y que tiene su propia manera de producir conocimiento: la investigación filosófica. Porque, en efecto, la investigación filosófica produce conocimiento filosófico.
Al igual que la ciencia, también la filosofía busca verdades que expliquen la realidad y ambas pretenden hacerlo de forma sistemática con la mayor objetividad posible. Pero esas verdades se construyen de manera diferente: en la mayoría de los casos las ciencias parten de problemas prácticos que deben ser resueltos con procedimientos que arrojan resultados verificables, a diferencia de la filosofía que parte de preguntas cuyos resultados no son cuantificables.
Digamos que la investigación filosófica parte de un objeto de reflexión del que se desprenden preguntas sobre algún aspecto abstracto de la realidad o de la vida, como la existencia, el conocimiento, la verdad, la justicia, la belleza, etcétera; además formula una suposición o solución anticipada que responde a su pregunta inicial. Entonces, tiene base en un plan que le permite construir un proceso de diálogo con la tradición, con las corrientes, las escuelas, los modelos de pensamiento y sus enfoques, con la intención de documentar, criticar, comparar o historiar sobre una estructura conceptual. Luego sigue un proceso de reflexión e interpretación de los textos, una hermenéutica, que conlleva una serie de experimentos mentales con escenarios hipotéticos. De ese análisis surge una síntesis que se expone por medio de razones, argumentos o contrargumentos que sostienen, fortalecen o desechan la
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afirmación planteada en la hipótesis. Así, formulan con la mayor precisión y mejor interpretación posibles una tesis o explicación de alguna teoría.
Que quede claro que también los filósofos usan todos los métodos, los estilos, las técnicas o las estrategias para resolver los problemas.
Conocimiento artístico Ya vimos que las maneras de investigar tanto de la ciencia, como de la filosofía pueden aplicarse en la investigación artística, pero en ninguno de los casos significa que por ello se haga investigación científica (producción de conocimiento científico) o investigación filosófica (producción de conocimiento filosófico), porque los fines del arte (si es que los tiene) son diferentes.
Para la investigación artística no hay un método establecido que diga qué pasos se deben realizar ni en qué orden.
Ésa es precisamente una de sus mayores cualidades. Sin embargo, para los fines didácticos de este libro, en lugar de mencionar una secuencia de acciones, trataremos de referir otras de sus cualidades, sin necesidad de que aparezcan en el orden escrito:
• Una investigación artística puede nacer al identificar un problema práctico o abstracto con la intención de conocer, hacer o experimentar, así como de una intuición de búsqueda, de un gusto o goce estético. Cualquiera de éstas puede ser de tipo social o personal, estético, técnico, emocional, relacional o multifactorial sobre el pasado, el presente o el porvenir. O sea, cualquier tema podría incorporarse a una obra de arte.
v. ¡A escribir!
En los capítulos anteriores hicimos sugerencias para resolver algunos de los problemas y las dudas que se presentan a lo largo de un proceso de elaboración de tesis. Empezamos por hablar del momento en que escoges la modalidad de titulación y luego pasamos a la elaboración del protocolo de tesis y a la fase de investigación. Ahora, abordaremos la conclusión de este proceso: el momento en que te sientas a escribir.
Como hemos insistido al principio de cada capítulo, puedes seguir este texto de manera lineal y verlo como un manual o sólo consultar un capítulo o sección. Mientras que en el capítulo iii describimos cómo hacer un protocolo de tesis, en el capítulo iv tratamos las dificultades y las ventajas de hacer una tesis, entendida como un proyecto de investigación en, desde o para las artes. En otras palabras, primero hablamos de cómo planear el trabajo por medio de un protocolo y luego de cómo plantear un proyecto de tesis como proyecto de investigación. Aquí explicaremos cómo dar seguimiento al protocolo, para garantizar que la tesis cumpla con los criterios académicos que se le exigen, y cómo aterrizar la investigación en un texto.
Para empezar a escribir no hace falta haber terminado la investigación y la obra. Aunque puedes hacerlo así, no te
dificultad de escribir una tesis de arte: ¿el conocimiento está en la obra o es lo que se escribe sobre la obra? El truco para evitar este problema es no plantear la obra como el resultado de la investigación (una afirmación acerca de algo), sino como el lugar desde el cual se plantea una pregunta que se puede resolver, explicar y tratar por medio de un texto.
Lo que afirmas siempre es externo a la obra. Es en el texto donde es pertinente, ya sea una investigación basada en (la obra de) arte, una investigación sobre (la obra de) arte o bien una aproximación al arte como investigación (véase el capítulo iv, página 116). Lo que ofrecen los siguientes modelos son diferentes maneras de entender la relación entre lo que escribes (la tesis) y tu obra.
Tres modelos básicos para escribir una tesis de artes
Cuando definimos la tesis en la introducción al libro dijimos que se trataba de una disertación. Una disertación es un texto que empieza con una afirmación sobre cierto tema y luego presenta uno o varios argumentos que sustentan la validez de dicha afirmación. Al final, y a manera de conclusión, expone por qué los argumentos presentados prueban la validez de lo que se afirma y, en muchos casos, menciona también cuáles son las nuevas preguntas que surgen a partir de ello. Además de las tres partes de la disertación, la tesis tiene un cuarto componente separado del texto central. Nos referiremos a este componente con el nombre “paratextos”. Éstos son los índices, los títulos, los subtítulos, las carátulas, las dedicatorias, los epígrafes, las ilustraciones, los anexos, los diagramas, etcétera, además del aparato crítico (puedes ver la definición más adelante en las páginas 147-148). En los modelos
sólo incluiremos las partes de la disertación: el planteamiento, el desarrollo y las conclusiones, pues son éstas las que constituyen la estructura de la argumentación.
1Modelo Crítico-histórico sintético El primer modelo resuelve el problema de la relación entre la obra y el texto de la manera más tradicional posible: la esquizofrenia. Te pide que te quites la ropa mugrosa del taller y te vuelvas la crítica-historiadora o la curadora de tu propia obra. Éste es el formato más usado en las tesis de artes y corresponde, hasta cierto punto, al índice que te propusimos en el capítulo iii (véanse la páginas 97-98).
En esta configuración el texto de la tesis se relaciona con tu obra de la misma forma en que el escrito de un crítico de arte se relaciona con una obra cualquiera. La parte textual es externa a la obra y funciona como una explicación de la misma. La estructura de este tipo de trabajos es la siguiente:
i. Construcción del objeto y planteamiento del problema
Puedes empezar a construir el objeto por medio de los objetivos (cuál fue tu intención al realizar el cuerpo de obra del que trata la tesis) y la justificación (por qué piensas que el tema de la obra o el fenómeno del que se ocupa es importante). El punto de vista desde el que tu obra trata un tema puede aparecer como el problema de investigación, en la medida en que responda a la pregunta “¿por qué esta forma es la mejor para hablar de tal o cual tema?”. En este modelo consideras tu obra como algo terminado que hay que explicar. En el desarrollo mencionamos varias secciones, las cuales pueden corresponder, o no, a capítulos aparte.
ii. Desarrollo > Sección 1: Tema y marco teórico. En este apartado puedes desarrollar lo correspondiente al contenido, al tema o a
contemporáneo, pueden resultar muy confusos. A su vez, los textos más tradicionales sobre arte muchas veces abusan de las figuras retóricas, están llenos de paja y de lugares comunes.
Un consejo Nuestra recomendación es la siguiente: para que tus palabras digan “lo que quieres decir”, haz un esfuerzo por escribir como hablas. Evita los términos especializados. Si los usas, explícalos. No los definas según el diccionario, sino según la autora que les dio el sentido con que tú los estás empleando. Evita las oraciones complejas. Muchas veces estos textos no son confusos porque expresen ideas complejas, sino porque están mal escritos: la autora ha olvidado el sujeto o el verbo de una oración; el sujeto existe en tres tiempos distintos; no hay concordancia de género entre un sustantivo y un pronombre, así que no hay manera de saber de qué o de quién habla, etcétera.
Seis ideas sobre la escritura 1. Escribir es un ejercicio. Se escribe con el cuerpo, no con la mente. Como cualquier ejercicio, al principio cuesta mucho pero se vuelve más fácil con la práctica. 2. Si no sabes por dónde empezar, empieza por cualquier parte. Puedes empezar a escribir cualquiera de las secciones de tu tesis o, hablando de otra cosa hasta llegar a los temas de la tesis: cómo te sientes, qué quieres hacer, por qué te cuesta tanto escribir. Luego elimina esa parte. 3. Encuentra dónde y cómo te gusta escribir. Intenta escribir en la computadora, en un escritorio, pero también en el parque, en una biblioteca... Habrá un lugar que te
resulte más cómodo que los demás. Escribe a mano. Hay diferentes formas de escribir. No todas son las mejores para ti en todos los momentos. 4. Escribir lleva tiempo. Encuentra la manera de reservar un lapso. Puedes asignar horarios fijos o pensar en dedicarle un mínimo de horas a la semana. De todos modos, tienes que asegurarte de que cuentas con un tiempo sin interrupciones para hacerlo. 5. Pensar lleva tiempo. Estás escribiendo, tienes que detenerte a pensar o consultar algo y, cuando te das cuenta, ya pasaste media hora viendo videos de gatitos en Internet.
Considera que esas pausas son necesarias, pero intenta ponerles un límite. Puedes usar un cronómetro para medir los descansos o tener un cuaderno junto a la computadora en el que anotes otras ideas, dudas y cavilaciones. Trata de encontrar actividades definidas para esas pausas. 6. Escribir nunca sale bien a la primera. El secreto de un buen texto está en cómo lo corriges. ¿Cuántas correcciones necesita un texto para quedar bien? Por lo menos unas cuatro o cinco. Una fórmula simplificada para la corrección es la siguiente: en una primera lectura revisa la estructura general; fíjate si hay repeticiones o inconsistencias; haz una lectura frase por frase para revisar el sentido, la puntuación y la coherencia; haz una tercera lectura en busca de faltas de ortografía, repeticiones, etcétera (recomendamos que estas últimas dos lecturas las haga alguien más). En un mundo ideal harías esto dos veces, al terminar cada capítulo y al terminar todo el trabajo.
Herramientas para escribir
• El software de transcripción: si te sientes más cómoda hablando que escribiendo, puedes grabar tus ideas y luego trabajar el texto a partir de una transcripción. Existen
Epílogo La obra de arte en el flujo de las ideas
Jorge Reynoso Pohlenz
Hasta el siglo xvii el lugar para la formación de artistas visuales en muchas partes del mundo era el taller. Y el reconocimiento por parte de su gremio era lo que acreditaba que el practicante de artes había alcanzado maestría en su oficio, tras años como aprendiz de un maestro al que buscaba emular o superar. La fama del artista dependía, casi siempre, de la atención de patrocinadores ubicados en la cumbre de la estratigrafía social y en ocasiones esos patronos eran asesorados por eruditos. Si bien escribir sobre el arte, los artistas, los efectos sociales del arte, la belleza y otros temas relacionados es una costumbre en Occidente desde hace 2 500 años, la literatura sobre arte no tenía un lugar sustancial en el sistema de formación de los artistas y tampoco determinaba los criterios de sus patrocinadores.
Por supuesto que la ausencia de documentación sobre las ideas que se emitían y discutían en derredor de la producción artística no supone que el arte se produjera en un ambiente vacío de ideas y opiniones, sino que éstas no llegaron a ser transcritas, o bien, las transcripciones no pudieron subsistir, como tampoco han sobrevivido las opiniones públicas sobre las obras de arte. A partir de que las sociedades se organizaron en clases, la prioridad de los privilegiados patrocinadores de las artes era que se proyectara
Hay muy pocos testimonios directos de las ideas de los artistas sobre su práctica antes del Renacimiento. El más importante de ellos es el tratado firmado por Marco Vitruvio Polión Los diez libros de arquitectura, uno de los documentos más influyentes en el devenir del arte en Occidente. Esta obra se redactó en los inicios del periodo imperial de Roma y fue motivada por un entorno intelectual diferente al de la Atenas de Platón. Julio César y Octavio Augusto no estaban tan interesados en estimular un ámbito de reflexión y debate, sino en promover la redacción de obras literarias, testimoniales e históricas que recalcaran los valores romanos y su próspera imitación en el mundo por ellos conocido. De la obra arquitectónica de Vitruvio se conoce y queda muy poco, pero el texto que escribió o dictó ha dejado una huella duradera en la arquitectura, tanto como en la pintura, la escultura y las artes escénicas.
Más allá de servir de referencia para los creadores, Vitruvio logró proyectar un reflejo de la cultura romana, su forma de ver el mundo, sus industrias y economía. Este reflejo enlaza aspectos en apariencia tan distantes como la música, la metalurgia y la ingeniería hidráulica. En la primera parte del tratado, el autor aconseja al arquitecto no disociar la teoría y la práctica en la noción del conocimiento pleno de la obra, ya que en la relación entre teoría y praxis se sustenta la fortuna del proyecto creativo. El consejo puede ser vigente para cualquier persona involucrada con la creación artística y su estudio:
Este conocimiento surge de la práctica y del razonamiento. La práctica consiste en una consideración perseverante y frecuente de la obra que se lleva a término mediante las manos, a partir de una materia, de cualquier clase, hasta el ajuste final de su diseño. El razonamiento es una actividad intelectual que permite interpretar y descubrir las obras construidas, con relación a la habilidad y la proporción de sus medidas.
Por tanto, aquellos arquitectos que han puesto todo su esfuerzo sin poseer una suficiente cultura literaria, aunque hubieran sido muy hábiles con sus manos, no han sido capaces
de lograr su objetivo ni de adquirir prestigio por sus trabajos; por el contrario, los arquitectos que confiaron exclusivamente en sus propios razonamientos y en su cultura literaria dan la impresión de que persiguen más una sombra que la realidad.1
La modernidad y las nuevas relaciones entre el arte, la institución y la sociedad
La obra de Vitruvio sirvió de modelo para varios artistas del Renacimiento que comenzaron a escribir tratados teóricos sobre arte y estética, asumiendo una tarea que, como se comentó, estaba reservada casi siempre a los filósofos y, en la Edad Media, salvo algunas excepciones, a los teólogos. Esta tendencia se manifestó entre autores que promovían maneras nuevas de concebir y generar el arte, al tiempo que rechazaban las fórmulas, las convenciones y los juicios de la generación precedente. Por medio de sus textos, autores como Alberti, Vasari, Cellini o Palladio tomaban una postura y anhelaban promover un nuevo orden estético y fundamentarlo como una revaloración de lo mejor del pasado y lo mejor del presente, a la par que pretendían aproximar la figura del artista a la del intelectual, al distanciarla de la del oficioso artesano de una época que anunciaban superada. La modernidad se expresaba en acciones y obras, así como por medio de ideas. Algunos artistas aspiraban a adquirir un protagonismo público como creadores, pensadores y figuras relevantes en la sociedad y la historia.
La modernidad es una época distinta a la que contempló Vitrubio, en la que se concebía un ideal relativamente estático de sociedad y un modelo fijo de desarrollo de las artes. A partir del Renacimiento, muchos artistas asumieron que tenían un lugar importante en el proceso de la historia y escribieron sus ideas para explicar en qué consistía esta importancia histórica; la imprenta permitió una mayor divulgación de esas especulaciones.
La comunidad de lectores de temas sobre arte nunca ha sido proporcionalmente mayoritaria en relación con la población que