Este número de la revista explora las características que adopta el estado de bienestar, entendidas como reflejo de las perspectivas teóricas con las que se lo aborda. De varias entrevistas surge la idea de que las políticas sociales se habrían transformado en una variable dependiente respecto a prioridades de tipo económico y parámetros financieros que deben respetarse; mejor dicho, su reforma es presentada como una necesidad que surge de una serie de cambios estructurales que se presentan como incontenibles, como por ejemplo, el envejecimiento de la población europea- y de una serie de desafíos provenientes del exterior (y por lo tanto, fuera del alcance del estado), como la competencia lanzada por aquellos países que gozan de ventajas comparativas relevantes y que, en un sistema de libre mercado, pueden poner de rodillas a economías que están más atentas al contenido social que a la riqueza que producen.