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Actividades de Convivencia
Jornadas para conmemorar el día de la Paz
Con motivo del día de la paz, desde aldeas infantiles hemos querido realizar unas jornadas conmemorativas y de reflexión y trabajo, que fueran más allá de nuestro contexto más cercano, es por ello que se organizó un calendario de tres días donde se conjugaron diferentes actividades, con la participación de todos nuestros programas y que contó con la colaboración de otras entidades de diferentes ámbitos.
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A modo de resumen, las actividades que se realizaron fueron:
Mesas de debate con video fórum de profesionales internos y externos.
La conflictividad en el ámbito académico.
Mesas de debates con las familias de los diferentes programas.
Testimonios de asociaciones en acciones de paz. Conflictividad interracial.
Inauguración de La Fuente de la Aldea, como un símbolo de este día.
Presentación del Servicio de Mediación.
Acciones del voluntariado.
Realización del “Árbol de papelotes” con deseos sobre aspectos de la paz.
Actuaciones musicales.
Participación del Consejo de Jóvenes y personal educativo.
Las jornadas del día de la Paz fueron un éxito y esperamos que sea el comienzo de un nuevo hito dentro de nuestro calendario anual.
Javier Rodríguez, logopeda
En el diálogo con el otro, se debe tener en cuenta el Enfoque Intercultural. A la hora de intervenir con población migrante, promover la relación de ayuda e intercambio, fomentar la Interculturalidad es sin duda el camino a seguir para alcanzar una verdadera Inclusión.
Salem, mediador intercultural
La paz no se consigue, se fomenta
Hola de nuevo compañer@s,
En primer lugar, me gustaría agradecer de nuevo que cuenten conmigo, con nuestro gabinete para estas iniciativas, para formar parte activa de espacios de reflexión y diálogo donde me siento cómodo y me permite conectar con una parte de mí que ha formado y forma parte de mi desarrollo personal y profesional.
Por otra parte, me gustaría elogiar y felicitar a Aldeas Infantiles por este tipo de iniciativas. Espacios en el que se fomentan el desarrollo de valores y de una identidad colectiva vinculada con las buenas prácticas. Porque, desde mi punto de vista, con la paz y otro tipo de valores "intangibles”, no solo es suficiente hablar de ella y desearla sino también "ejercitarla" para que tomen presencia y protagonismo en la realidad de personas y organizaciones. Por otro lado, respecto a la paz, mi experiencia vivida en las jornadas, y las reflexiones resultantes de ella… me gustaría poner el foco en el plano intrapersonal, porque creo que es una dimensión que suele dejarse de lado cuando hablamos de comportamientos pacíficos. Muy a menudo se asocia la paz con la buena gestión de los conflictos en nuestras relaciones con los demás, en el plano interpersonal … sin embargo, creo que esa es la mera consecuencia positiva que surge de manera natural si el plano intrapersonal está "cuidado y atendido".
Ya hace algunas décadas, Mohamed Ghandi fue capaz de orientar el foco hacia lo interior cuando el contexto violento que vivía le invitaba a poner la mirada fuera, en el conflicto. En el contexto de revolución y revuelta social candente que envolvía la India allá por 1930 dijo algo así como: " quien no está en paz consigo mismo, está en guerra con el mundo entero" y creo que no le faltaba nada de razón...
A menudo, perdemos la perspectiva de que somos seres en continua relación con nosotr@s mism@s, nuestro día a día está repleto de conversaciones internas, de diálogos encubiertos... Palabras y pensamientos del hoy que suponen la “semilla” de las actitudes y las conductas del mañana. ¿Estamos habituados a escucharnos a ese nivel?, ¿normalmente disponemos de la calma y la valentía para escuchar y analizar nuestras conversaciones internas? Mi experiencia personal y profesional me dice que son momentos para lo que no solemos reservar tiempo en nuestro día a día.
En algunas ocasiones, a nivel personal he sido consciente de esas conversaciones conmigo mismo y otras muchas también he sido testigo de momentos terapéuticos en el que personas en busca de ayuda y sumidas en el conflicto interpersonal relatan conversaciones consigo mismas tremendamente destructivas. Precisamente en ese contexto y en alguna ocasión, (cuando la relación y el momento lo ha permitido), les he preguntado si permitirían que alguien les hablara como ellas se hablan a sí mismas… y en casi todos los casos me han respondido: ¡¡ni de broma!! eso no se lo permitiría a nadie!! tendría un problema importante con esa persona!! Entonces, la lógica nos invita a pensar que paradójicamente todo hace indicar que ese “problema importante” lo tienen con ellas mismas y en consecuencia con el “mundo entero” …
¿Sería posible pensar entonces que, en muchas de esas ocasiones, en la que no se es consciente de esos conflictos internos es más sencillo culpar inconscientemente al otro de esos problemas y descargar nuestra ira con el que tenemos enfrente...? yo diría que es una práctica muy extendida que poco tiene que ver con la paz. Entonces, esta reflexión me conduce hacia: y ante esto, ¿qué hacemos?, ¿cómo podemos fomentar la paz?
Mi respuesta tiene que ver con la pausa, la valentía y el diálogo. Y para ello vuelvo a citar a Ghandi cuando decía: " cuida tus pensamientos porque se volverán palabras, cuida tus palabras porque se convertirán en tus actos, cuida tus actos porque se volverán costumbre, cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter y cuida tu carácter porque definirá tu destino". Y claro… ¿de qué manera podríamos cuidar nuestros pensamientos si no nos permitimos la pausa necesaria para tomar conciencia de ellos?, ¿cómo vamos a cuidar de nosotr@s mism@s si no tenemos la valentía de escucharnos?, ¿cómo vamos a encontrar una buena solución a nuestros propios conflictos si no nos permitimos dialogar y compartir con el otro estos pensamientos para disponer de nuevas perspectivas?
Y ahora, en este momento, como no podría ser de otra manera, en un mundo donde todo está conectado con todo, se vuelve a relacionar lo intrapersonal con lo interpersonal. ¿Y por qué digo esto?
Porque creo que una buena manera de atender, tomar conciencia y cuidar nuestro mundo interno es sacarlo fuera es un buen contexto, es ponerlo en conversación, es exponerlo en el plano interpersonal. Cuando colocamos fuera todo eso (una vez nos hemos escuchado con honestidad) inevitablemente lo ponemos en otro plano, lo miramos desde una nueva mirada y damos oportunidad a la persona elegida a que nos pueda hacer de "espejo".
¡Sí, de espejo!! porque creo que otra buena manera de fomentar la paz es dominar el arte de acompañar sin juzgar. Ser capaces de devolver al otro unas palabras respetuosas y honestas que le permitan verse a sí mismos desde unos nuevos ojos, una nueva mirada que pueda inspirar un reajuste. Todo buen espejo refleja una imagen nítida pero no fuerza un “arreglo”, no juzga la imagen que refleja.
Y esto nos lleva de nuevo a la reflexión inicial: la paz necesita que hablemos de ella para que de esa manera podamos ejercitarla. La paz no se consigue, se fomenta, se construye dentro y fuera, se ejercita desarrollando el arte de escucharnos y acompañar desde la honestidad y el respeto ¿Y qué mejor manera de entrenarla entonces que poder hablar de ella en espacios de seguridad, confianza y respeto? Ese tipo de espacios donde fui invitado…
Jonay Díaz Darias Psicólogo y director del Gabinete Galatea
Jornadas de la no violencia en Aldeas Infantiles 2019
Hola, soy Michel Badji, embajador de Aldeas Infantiles de Senegal y educador voluntario de Aldeas Infantiles de Tenerife. El año pasado participé en las jornadas de la no violencia que se celebró en Aldeas Infantiles. Una jornada rica en ideas y en emociones gracias, tanto a los invitados como a los educadores de Aldeas de Tenerife, que, con sus palabras, consiguieron sensibilizar sobre un problema actual que nos afecta a todos: la violencia.
Existen diferentes tipos de violencia, pero, no podemos hablar de ella, sin saber qué es. La organización mundial de la salud la define como una forma de maltrato físico y/o afectivo así como sexual. El trato negligente, la explotación comercial u otros como los daños reales o potenciales de la salud son otras formas de violencia.
Las experiencias vivenciales de las personas que intervinieron iban más allá de las teorías y, por esta razón, nadie podía sentirse ajeno. La visualización del problema puede ayudar a transformar lo negativo en positivo. Para mí la no violencia la describo en tres conceptos que son: la comunicación, la solidaridad y convivencia. La comunicación es fundamental, es la solución de todos los problemas porque permite comprender al otro, pero también, de rectificar el mal. Hablar de diálogo tiene más sentido cuando el problema es grave.
La solidaridad es un deber social o una obligación recíproca de ayuda y de asistencia o de colaboración gratuita que existe entre las personas de un grupo o de una comunidad con un vínculo común.
La convivencia es el sentimiento de vivir en sociedad, más precisamente el compartir el mismo espacio con el otro y también comprender al otro desde sus emociones.
Michel Badji, Embajador Aldeas Infantiles Senegal.
Educador voluntario en Aldeas Infantiles Tenerife.
Convivencia en la Laguna
Buscamos espacios con todos los niños y niñas de La Aldea y adecuamos actividades enfocadas a sus gustos, intereses y necesidades. Sin embargo, en algún momento del año puede que enfoquemos grandes esfuerzos con la población más infantil de la Aldea. Por ello se motivó una convivencia con el grupo juvenil en donde le dedicamos todo el espacio que se merecen, que es mucho y lo pasamos muy bien. Durante la convivencia que organizamos durante un fin de semana pudimos elaborar comidas juntos, realizamos talleres y practicamos senderismo, video fórum y lo más importante, les preguntamos y les hicimos partícipes de la programación del ocio y tiempo libre que anhelaban.
Viaje a Gran Canaria
Siempre con la ilusión y la alegría de que los niños lo pasen bien, nuestro reto y mayor objetivo.
Desde Tenerife hasta Maspalomas, nos fuimos con un grupo de niños en una aventura fantástica y divertida. Tres educadoras y ocho niños, todos de diferentes hogares.
Durante la estancia en el hotel disfrutaron de los espacios de ocio y tiempo libre, así como de tener la oportunidad de comer lo que querían. Y estar en la piscina mucho tiempo.
Salimos un día a la playa en un bus del hotel, para dar un sentido diferente a la salida, y al regreso todos se pusieron de acuerdo para no repetir. Preferían estar en el hotel porque allí le proporcionaron todo lo que ellos querían, desayunos, medias mañanas, almuerzo y cenas. Además de tener la oportunidad de compartir y relacionarse con otros niños fuera de su entorno.
Siempre q ue viajo con otros compañeros y niños de otros hogares, me gusta porq ue así aprendo a conocer cómo trabajan mis compañeros y veo las potencialidades de otros niños con los q ue habitualmente no trabajo.
Juana, educadora
Me he sentido muy bien durante el viaje, con los compañeros, educadores y especialmente con Israel, q ue fue el niño con el q ue más contacto tuve durante el viaje. Me encantaría repetir la experiencia.
Abayomi
Nuestra aventura comienza el 23 de Julio de 2018, un grupo formado por nueve niños y tres educadoras embarcamos de madrugada con destino al Puerto de Morrojable. El trayecto fue tranquilo donde el grupo aprovechó para dormir. Una vez llegamos cogimos carretera hasta llegar a la Caleta de Fuste. Nuestra primera parada fue en un McDonald, debido al hambre que llevábamos. Luego nos dirigimos a la que sería nuestra casa durante esta semana.
Nos distribuimos en diferentes apartamentos, a mí me toco compartir con los tres chicos del grupo. Compartimos muchas anécdotas, pilladas y muchas risas.
En este viaje visitamos el zoológico donde los chicos pudieron dar de comer a las jirafas, vimos diferentes especies de reptiles y aves que causaron caras de miedo, terror y sorpresa en todo el grupo.
Otra de las experiencias fue la visita a la Isla de Lobos donde compartimos un viaje en barco, un día de baños en diferentes charcos y compartimos almuerzo a la orilla del mar.
Fue un viaje lleno de muchas risas, complicidad entre el grupo y muy buenos momentos. El poder ver las caras de alegría y convivir con los niños conociéndoles un poco más y descubrir con ellos cosas nuevas es el mejor regalo.
Viajar...un maravilloso aprendizaje
¿Qué es viajar? La inmensa mayoría de nosotros piensa que es sinónimo de explorar, descubrir, soñar...Alejarse de lo que consideramos nuestra zona de confort, nuestro entorno social y cultural, implica iniciar sí o sí una aventura, con todo lo que ello conlleva: la posibilidad de adentrarse en lo que hasta ahora para nosotros era anónimo o desconocido. Y desde que este paso se da...comenzamos a aprender.
“Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente” Mark Twain.
Como dijo Mark Twain, el viaje es malísimo para los prejuicios, para las ideas preconcebidas. Implica una nueva forma de ver las cosas. Cuando viajamos, somos lo que somos en ese momento, ya que las personas con las que nos relacionamos no conocen nuestro pasado. Es buenísimo para prevenir la intolerancia, pues sí el viajero observa lo suficiente, será capaz de percibir que las nuevas personas que están a su alrededor también lloran, ríen, comen, se preocupan... Y desde luego, es fantástico para combatir la estrechez de mente. En la vida muchas veces tomamos decisiones basadas en juicios “sin ningún fundamento real”, pero el viaje nos desvela costumbres, comportamientos y otras
formas de vivir que nos ayudan a tener una mente más receptiva e imparcial.
Con la intención de fomentar el espíritu viajero entre nuestros jóvenes, surgió en la Aldea Infantil SOS de Tenerife la idea de aventurarnos a descubrir nuevos lugares, personas y experiencias. Por fortuna, he podido compartir con dichos jóvenes estas vivencias durante los dos últimos años e intentaré transmitir alguna de ellas en los próximos párrafos.
En Julio de 2018 viajamos a la ciudad de La Alhambra, Granada.
Aunque poco experimentados en deambular por terrenos desconocidos, como cualquier viajero ávido de nuevas aventuras, poco importó el cansancio acumulado al madrugar para poder tomar el avión (algunos de nuestros compañeros de viaje no habían cogido uno nunca antes), ni tampoco el largo trayecto recorrido para poder llegar hasta allí. Nada más llegar, abandonamos nuestro equipaje y después de presentar nuestros respetos a los que tan amablemente nos ofrecían hospedaje, salimos a explorar los alrededores.
Ansiábamos ver, investigar, averiguar qué secretos escondía esa ciudad que todos habíamos oído nombrar en la asignatura de Historia, cuando nos explicaban el Al-Ándalus y la cultura Nazarí y nos hablaban de la Alhambra, monumento que mostraba su maravilloso esplendor.
Pero como suele pasar, no admite comparación alguna “lo que se cuenta” con “lo que se vive”. Preguntando a nuestros anfitriones, nos dijeron que las mejores vistas de Granada las tendríamos si hacíamos una larga y empinada caminata, pero que el esfuerzo bien merecería la pena. Y fue así como nos dirigimos hacia el mirador de San Miguel Alto, el más elevado de los miradores de Granada. Desde él se contempla una impresionante panorámica de la ciudad, del Albaicín y sus murallas, de la Alhambra y Sierra Nevada. Para llegar hasta el mismo, primero fuimos a dar a una pequeña plazoleta con una encantadora fuente (en la que por cierto nos refrescamos, ya que el calor era sofocante aún con la noche) y luego, dimos al lateral de la Ermita de San Miguel y cuando doblamos la esquina... vislumbramos por fin ese inolvidable espectáculo que quedará para siempre en nuestras retinas... Sí, no cabe la menor duda, de que realmente, valió la pena el esfuerzo.
Pero después de esta extraordinaria primera impresión, Granada aún seguía guardando asombrosos secretos por descubrir.
Para empezar, el barrio de El Albaicín, donde se encuentra la Aldea Infantil SOS de Granada, donde nos alojamos. Callejear por este barrio árabe medieval es ya de por sí una asombrosa experiencia.
Es aquí donde se encuentra el mirador más conocido de Granada, el mirador de San Nicolás, donde pudimos apreciar (para alguno de nosotros al menos, seguro que lo será de momento...) la puesta de sol más maravillosa del mundo. Pero San Nicolás es más que un mirador, es el punto de encuentro de artesanos, artistas y turistas y bien pudimos apreciarlo.
El top number one para cualquier viajero que se precie estando en Granada es visitar la Alhambra y los Jardines del Generalife, y por supuesto, lo hicimos. Durante todo un día disfrutamos de este palacio fortaleza (considerado uno de los más bellos del mundo) y de sus maravillosos
jardines. Pero para un buen viajero, cualquier ciudad da mucho más de sí. Así que además de pasear por el centro de la ciudad, la Carrera de Darro, el Paseo de los Tristes, visitar su catedral y alrededores, donde por cierto encontramos lo más parecido a un zoco árabe, también pudimos disfrutar de su gastronomía, incluyendo el famoso “tapeo”. Pero no contentos con esto, decidimos además enriquecer nuestro viaje con la experiencia de pensar y explorar de manera interactiva, lo que conseguimos visitando el Parque de las Ciencias, donde disfrutamos de lo lindo comprobando “in situ” fenómenos como la gravedad, el movimiento terrestre, realizar experimentos, visitar un planetario y un mariposario tropical. Pero no satisfechos aún, también decidimos disfrutar de la naturaleza, desplazándonos a un paraje espectacular en Sierra Nevada, donde realizamos una ruta de senderismo por los puentes colgantes de los Cahorros en el río Monachil.
Allí nadamos en las fresquísimas aguas de las pequeñas piscinas naturales que se formaban en la base de las cascadas que hay en este desfiladero. Y como todo viaje que se precie, tiene sus anécdotas, este por supuesto, también
las tiene. Porque, ¿qué sería un viaje sin un contratiempo?, ¿qué sería una aventura sin el principio de incertidumbre?... pero