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Mientras los muertos no sean nuestros, esta crisis la viviremos como melodrama

La delincuencia se disparó dejando más de 35 mil víctimas y 40 mil desaparecidos.

Mientras los muertos

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POR KAR LA FLORES

La pandemia por Covid-19 nos quiere dar una lección: las victimas no nos parecen importantes y son parte de una estadística hasta que nos toca en alguien cercano y es que, aunque vivimos conectados en un mundo con problemáticas globales, no hemos podido ser empáticos y solidarios para salir bien librados de esta crisis que, al igual que la violencia, la discriminación o la desigualdad, ha dejado millones de víctimas.

En Méx ico hemos pasado por muchos tipos de crisis y no podemos enfrentar ninguna. La más preocupante es la crisis de seguridad. 2019 fue uno de los años más violentos en cuanto a asesinatos relacionados con narcotráfico, la delincuencia se disparó dejando más de 35 mil víctimas y 40 mil desaparecidos.

La violencia en México representa una crisis humanitaria preocupante que nos pide a gritos atenderla. Las redes sociales están plagadas de anuncios buscando familiares desaparecidos, de relatos relacionados con los 7 muertos en Playa del Carmen, los 15 de un bar en Guanajuato o del fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán están acompañados con comentarios como: “el conocido de un amigo estuvo ahí” o “comparte, es el primo de mi vecino”.

La violencia en México representa una crisis humanitaria preocupante.

Muertos o historias lejanas que aparentemente nos tocaban alguna fibra sensible, pero al final, los muertos no eran nuestros muertos, se trataba de personajes sin nombre de los que todo el mundo hablaba sin ningún reparo y que alimentaban el timeline de las redes sociales y de medios de comunicación.

2020 nos recibe con la noticia de que COVID -19 estaba cobrando múltiples víctimas en diferentes países y México no sería la excepción

Los muertos esta vez si están siendo nuestros muertos, porque la crisis nos ha tocado a la mayoría y esto aún no termina

Un amigo cercano o algún familiar que tenemos que despedir a la distancia.

2019 fue uno de los años más violentos en cuanto a asesinatos relacionados con narcotráfico

2020 nos recibe con la noticia de que COVID-19 estaba cobrando múltiples víctimas en diferentes países y México no sería la excepción. Los primeros casos de la enfermedad eran documentados a detalle, cobertura completa y seguimiento en todos los medios de comunicación. La cuarentena comenzó en los centros de trabajo y escuelas, otra vez fue “el primo de un conocido” o el “vecino de un amigo”, casos lejanos que seguíamos relatando en redes sociales sin ningún tipo de reparo. Repetimos el mismo patrón social que en 2019: vivir en una crisis, pero sentirla ajena a nuestra realidad. Más de 20 mil muertos y varios meses después las víctimas ya no son tan lejanas, se trata de nuestro vecino, un amigo cercano o algún familiar que tenemos que despedir a la distancia, que nos ha enseñado, a la mala, a vivir los duelos de forma diferente y a solas.

Aunque la historia no ha sido igual de desafortunada para todos, tenemos que aprender de una vez por todas a no ser indiferentes, a no mirar las crisis desde una burbuja y creer que somos intocables, a abrazar con la palabra y a consolar sin compañía. Recordemos que la empatía es el músculo social que nos permitirá salir bien librados de cualquier tipo de crisis. Debemos tener claro quiénes son las personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y a simpatizar con el dolor ajeno. Porque los muertos esta vez si están siendo nuestros muertos, porque la crisis nos ha tocado a la mayoría y esto aún no termina.

Y tal vez cuando volvamos a salir a las calles y a abrazar a nuestros seres queridos, hayamos sido capaces de educar la mirada y de ver que la solución esta cuando hacemos comunidad y crear una sociedad más consciente, más empática y mucho más tolerante y dispuesta.

Rompamos nuestra burbuja y seamos capaces de mirar al otro con empatía, pues si esta pandemia no es capaz de unirnos como comunidad, demostremos con pequeños o grandes gestos de apoyo y respeto que esta vez si hemos aprendido algo de una crisis. P Q

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