QLJ #1 Trabajo

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Abril 2017

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trabajo CÓMO HABLAR DEL TRABAJO SI...

¿TRABAJAR PARA VIVIR O VIVIR PARA TRABAJAR?

REFLEXIÓN DE LUNES

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REDACCIÓN EDICIÓN Guillermo Vidal Fernando Vidal

Somos un grupo de amigos bastante diverso que decidió romper con la rutina y hacer algo nuevo. Nuestro objetivo es escribir algo que te entretenga de forma distendida

DISEÑO GRÁFICO Melissa Francica melissafrancica@gmail.com FOTOGRAFÍA Camila Romero facebook: sunday morning fotografía ILUSTRACIÓN Jose Vera jose.vera@outlook.com.ar

Guille Vidal Fer Vidal Cami Romero Romi Russo Robi Diaz Maca Pena Blanco Jeison Quintero Facu Rivas Euge Pena Blanco Meli Francica Fer Saliceti Jose Vera

Jeison Quintero ESTAMOS EN: QLJrevista issuu.com/quienlajunarevista

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quienlajunarevista@gmail.com

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n lo referido al trabajo pueden encontrarse los más diversos (e incluso opuestos) pensamientos. Hace más de 2000 años Confucio nos decía lo siguiente: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” La frase hoy no deja de ser vigente, sin embargo, la realidad en la nos vemos

aplicación. Es en el transitar de esta realidad que Facundo Cabral dijo una vez: “Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas”. En las siguientes páginas trataremos de mostrar, mediante diferentes voces, cómo el trabajo nos afecta a todos y que la forma en la que lo hace tiene tanto algo de individual como de colectivo. Esperamos poder sacarte una mientras estés haciendo lo que sea que estés haciendo.


Í

e c i d n L

por Romi Russo

Búsqueda

20 por Mel


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por

laborar un pequeño texto con la temática “trabajo” me resultó, desde un principio, un poco difícil de abordar. Teniendo en cuenta que puede ser analizado desde dife-

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de un amigo el punto de vista más inconsciente de él. ¿En tanto término psicoanalítico? No, simplemente como algo que se encuentra por debajo de nuestra conciencia. Puse en mi cabeza diferentes situaciones cotidianas, las cuales naturalizamos, y me imaginé cómo cada una de esas personas podría ser vista o, incluso, cómo es la imagen mental de esa persona en ese preciso instante en donde se da la situación: “sí, sos un esclavo más”. Existen diversas razones por las que trabajamos: poder, prestigio, ego, solidaridad, compensación de errores, culpa. Pero creo que esas razones, tanto las más per versas como las más nobles, siempre son disfrazadas con excusas que van desde lo material a lo moral. En función de ese estandarte, podemos dejarnos pisotear por la peor cucaracha, que ni siquiera tiene derecho a llamarse individuo.

plata para vivir”. Bueno, la respuesta es tal vez un poco simple y complicada a la vez; podemos jugar con las herramientas que nos dan y explotarlas desde adentro. Pero la única condición que se necesita para ello es encontrar realmente nuestros motores interiores, los cuales, aunque maquillemos, allí están. Ese motor, ese deseo que nos mueve, es el que debemos explorar. No necesariamente alienarnos al sistema, sino utilizar nuestra fuerza para algo más que sólo estar detrás de una computadora sumando billetes y estafas para terceros. El discurso actual nos invita a subsumirnos en él, sin dejarnos ser sujetos, negándonos nuestro ser natural. Una vez que nos descubrimos, no podemos nado alguna vez:

Rom

“Es que simplemente tienen miedo de vernos brillar, porque es nuestro resplandor, nuestra energía, la que es capaz de romper esa estructura que nos es impuesta. Sortearla dependerá simplemente de nosotros mismos.”

ganó por goleada: un discurso perfectamente armado para que lo subjetivo/ singular se vea contaminado por él. De esta forma velamos la razón inconsciente -no haciéndonos cargo de ella- y soportamos cualquier tipo de situación Me podrían cuestionar “pues bien, ¿cómo se podría vivir sin trabajar? En el sistema en el que estamos todo se paga, se necesita 5


por

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Rob


RÓMULO LINDAREZ E

n nuestra recorrida por la Biblioteca pudimos toparnos con un libro extraño de tapas ajadas que resultó ser el único ejemplar completo de “Rómulo Lindarez, vida y obra de un autor incomprendido”. Cuando exploramos en los distintos portales acerca de este escritor Google nos disparó la friolera de 0 resultados. Decidimos indagar más al respecto y solo encontramos asociado su nombre a algunos manuales de instrucciones de distintos productos pero dudábamos de que se tratase de la misma persona. Luego de consultar por diversas fuentes que será prudente no revelar, poRómulo Lindarez dedicó toda su vida a la confección de instrucciones de toda clase de productos de consumo diario. Su historia personal se nos escapa, solo se conoce su amistad con Alberán Biondi, modelo publicitario de Geniol, célebre por intentar introducir la acupuntura en la Argentina de mitad del siglo XX ..y morir desangrado.. por el mismo motivo, pero es otra historia. Fue por la amistad de ambos personajes que Lindarez ingresó al mundo publicitario y el resto es historia conocida (o no). Aspirinas, abrelatas, pastillas de Gamexane, lápices labiales, toallitas femeninas o motores V8, en la vida profesional de Lindarez no exis-

tió producto que escapara a su certera descripción docente. Demás está decir que el señor Lindarez testeaba cada producto con el que trabajaba. Cada uno de ellos. Explorando el ejemplar “vida y obra de un autor incomprendido”, encontramos una faceta desconocida de Lindarez, más desconocida que él mismo, lo cual no es poco. Lindarez fue un gran observador de la vida de su época y supo plasmarla en un diario íntimo que es la fuente principal de la biografía hallada en la biblioteca. Los grandes escritores suelen basar sus obras en las vivencias diarias. En el caso de Rómulo Lindarez, en su trabajo, el cual lo llevó a escribir toda su obra en un género nuevo, LAS INSTRUCCIONES. Esto lo convirtió en un pionero muchísimos años antes de que Julio Cortázar redactara las suyas en un clarísimo homenaje al autor de “cómo lograr un peinado masculino y re, “ las bondades que los cigarrillos Montanares le hacen a su salud” o el inolvidable “saborear sin tragar, es un consejo de Joe Bazooka”. A continuación, algunos fragmentos de sus diarios más íntimos a modo de sacar del anonimato a tan fascinante y didáctico autor que supo entender el funcionamiento de tantas cosas, excepto del olvido: 7


“Aspirinas, abreltas, pastillas de Gamexane, lápices labiales... en la vida profesional de Lindarez no existió producto que escapara a su certera descripción docente.”

INSTRUCCIONES PARA USAR UN PROFILÁCTICO: 1

) Presione con una mano en el punto indicado y con la mano contraria deslice al lado contrario.

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) tico y evite el uso de los dientes. Puede ser nocivo para su dentadura tico; asimismo el gel espermicida no es tóxico pero... sabe horrible.

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)

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aire y deslice el preservativo desde la punta del pene a la base del mismo. No al revés.

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) Es recomendable aprender estas instrucciones y evitar su lectura durante el momento del coito, por cuestiones de decoro y para evitar malos ratos.

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) Si llega a tener problemas con este producto le recomendamos adquirir varias cajas y practicar antes, en caso contrario la abstinencia es el mejor amigo de la moral y las buenas costumbres como así también de los embarazos no deseados.

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INSTRUCCIONES PARA PROVOCAR LA RISA EN EL OTRO:

1

) Debe juntarse con personas que tengan fama de “graciosas”. Los irónicos, los sarcásticos y los cordobeses son un buen comienzo. Tome nota de sus chistes y reprodúzcalos en cenas y bautizos.

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) Trate de encontrar el momento indicado para contar una ocurrencia. Es preferible evitar el chiste del negro y la rubia en un bautizo o la razón del invento del corpiño por parte de Pitágoras en una reunión de mujeres de sociedad. El humor precisa de observación y sobre todo de ubicación.

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) Cuídese de quedar como el hazmerreír y no por sus chistes. Hay una gran diferencia entre ser

En la biografía de Lindarez hay muchos ejemplos como estos pero es interesante rescatar algo que dice el autor respecto a su obra: estos años aprendí que las instrucciones de uso están hechas para ser desobedecidas a último momento... arriésguese a

ocurrente y hacerse el gracioso. Es humorista de un completo imbécil.

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) Ilústrese. Lea a los autores clásicos, acuda al teatro y vea mucha tragedia. El humor no es otra cosa que la tragedia vista desde dos pasos al costado. Sepa que el humor sano no existe, siempre habrá una víctima. Es muy divertido el tropezón de ese señor para todos, excepto para ese señor.

5

) Sufra. Padezca. Recuerde que para poder reírse de todos, es de usted mismo de quien debe reírse primero y para eso es necesario el dolor, la aceptación y la catarsis por medio de un chiste. Aprenda que si

algo que a usted le duele lo convoca a la risa usted ha trascendido como ser humano. ) Trate de no reírse de su propio chiste a menos que este lo amerite. Ante la duda acuda al punto 3.

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) El mejor modo de tomarse las cosas con humor es tomárselas muy en serio, busque un remate.

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) Busque el fracaso. Escriba sobre él. Evite el standup (punto 3) (N.de R: El género evidentemente existe desde hace mucho más tiempo del que pensamos)

cosas pueden ser totalmente iguales pero nosotros no. De eso se trata la vida.“ Y dejamos lo que para nosotros fue modo de homenaje para un autor que injustamente ha sido borrado por las arenas del tiempo:

a tirar la hoja fuertemente... porque las

Seguiremos investigando acerca del autor Rómulo Lindarez en nuestra próximas entregas.

INSTRUCCIONES PARA SER INMORTAL:

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) Encuentre una actividad y desarróllela hasta la perfección. ) Gane su lugar hasta que exista una suerte de monopolio de usted mismo.

) en todos lados.

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) Desaparezca. Piérdase en el olvido y no deje rastros. La inmortalidad solamente es posible por medio de las obras, no de las personas. Las ideas sobreviven el tiempo más que los autores. Deje un puñado de pistas erráticas o contradictorias. Desaparezca y no deje rastro, la gente se pregunta más por quiénes construyeron las pirámides que por los faraones. Obre en consecuencia. Disfrute de la paz... y las regalías.

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por

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CÓMO HABLAR DEL TRABAJO SI… o se supone que haya contenido político en este texto, pero cuando se habla de trabajar, de trabajador, de trabajo o de laburantes, resulta imposible escribir sin plasmar una atmósfera combativa, si se quiere. A menos que exprese, falsamente por cierto, mi amor incondicional y mi pasión por el trabajo que poseo. No todas las personas se desempeñan en la labor que soñaron hacer y viven de eso. Siendo así, ¿Cómo describo mi aversión por el trabajo, entendido por mí como medio de subsistencia y entendido como un medio para alcanzar la dignidad por las Doña Rosa y sus maridos del siglo pasado, sin ofenderme a mí mismo por vilipendiarlo en una época donde cientos de miles se han quedado sin él? Había empezado a escribir una lista de sentimientos aleatorios, por demás

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estoy trabajando. Así, “escuchando absurdos, peleando con idiotas”, son dos de las cosas que no siempre suceden, pero que son indeseables. Y tras escribir los versos, los leí y releí. Y puse la tele: “nuevos despidos esto”, “retiros voluntarios aquello”, “paro y reclamo del sindicato de lo otro”. Apagué la tele y mandé una puteada al éter. Es que no puedo simplemente putear contra todo lo que me representa tra10


bajar. Es lógico que un empleado con la carga horaria que poseo acabe por lanzar una maldición a su fuente de dinero. Lo puedo hacer en forma de versos para hacerlo más ameno, más “lindo” de leer. ¿Sentís más dignidad que hace unas horas, que meses atrás, que años atrás? Empezar o terminar los días Dentro o fuera de un recinto Cumpliendo mandatos verticales Escuchando absurdos, Peleando con idiotas, Perdiendo la estructura Corrompiéndonos, corrompiéndote, Cumpliendo consignas y corriendo.

Eso mismo puedo hacer, enumerar todo, absolutamente todo lo que me pasó trabajando. Una vez más, son cosas que nadie está exento de pasar pero que no pasan siempre. Puedo, sin embargo, ponerme a analizar por qué es que detesto tanto tener que estar atado a un sistema en el cual puedo sobrevivir si tengo plata para pagar la vivienda y los alimentos. Cómo evadirme de esta realidad inventando juegos mentales, usando cacofonías para estilizar un

texto prosaico que, como casi cualquiera que no esté encriptado, está escrito para ser leído por alguien más que yo o que tus familiares, quienes con frecuencia no usan conmigo la misma vara que tienen para medir al resto de la existencia, y de esa manera lograr que al lector le guste lo que lee. ¿No lo estaré haciendo ahora? Sí, puedo hacer todo esto, una “oda a la vagancia”, un burlándome de la dignidad que, se dice, el trabajo otorga a quien lo ejerce. En realidad no es dignidad lo que el trabajo te da, es plata y experiencia laboral. El dinero sirve para darme la vida que me pueda dar, incluyendo primeras necesidades y gustos supeditados a lo que gano al mes, a la semana o al día. Y la experiencia laboral sirve para ser aceptado en otros trabajos en caso de ser despedido o renunciar, por el motivo que fuere. Dicho todo esto y entendiendo al trabajo como el mal necesario de la sociedad contemporánea, el medio de conseguir papel, metal o crédito bancario para obtener sustento y objetos que lo impregnen a uno de un estatus de dignidad relativo según desde qué óptica se lo mire. ¿Qué puedo decir de quienes perdieron ese medio? ¿Qué le puedo escribir a ese matri-

monio con tres hijos que se quedó sin trabajo? ¿Qué palabras de queja puedo pronunciar frente a un tipo que hoy no sabe si come, porque no tiene una fuente de ingresos? ¿Con qué cara puedo menospreciar mi propio trabajo, si tengo amigos, parientes, clientes que sufrieron suspensiones o despidos? Todos sufrieron en carne propia el deseo del empresario contratante de “mantener los números en verde”. La mayoría de los empleadores de pequeños negocios cuentan las monedas para pagar sueldos, y es un momento penoso para ellos cuando deben deshacerse de la fuerza de trabajo de un empleado. Pero para éste último, para quien es despedido y es conciente de por qué lo despiden, sin tener que ver su desempeño, cuando hay una coyuntura que fuerza al empleador a retrotraerse, el panorama es desolador. ¿Y me estoy queriendo quejar de la carga horaria de mi trabajo? En realidad mi deseo es quejarme de la falta de éste para muchos desempleados a lrededor mio. Así que voy a ser prudente ante la situación para nada equitativa. Porque todos los trabajos tienen su lado positivo y negativo, sea cual fuere. Pero estar sin trabajo y sin un medio de subsistencia, eso no tiene ningún lado positivo. 11


por

Gu i l l

H

ace unos años me había quedado sin trabajo y estaba en la búsqueda de uno nuevo. Entre todos los avisos que inundaban los sitios web, encontré uno que llamó mi atención, decía algo como lo siguiente:

“Para prestigioso consultorio médico se busca empleado de atención. Proactivo, buena presencia y disposición. Excelente clima de trabajo, contratación inmediata...” No lo pensé dos veces y mandé mi currículum, al día siguiente me llamaron para concretar una entrevista. Ese día me puse mi mejor camisa, un pantalón de vestir y unos zapatos recién pulidos, tomé el colectivo y pensé “tengo que dar una buena impresión hoy”. Llegado al lugar, un consultorio por el centro, me recibió el dr. Negretti, quien además de ser el médico, era quien hacía la entrevista. Luego de escuchar maravillas acerca del lugar, del compromiso con la salud y con la comunidad, el señor de guardapolvo blanco culminó aclarando el sueldo neto y que este era en negro, con una jornada de lunes a viernes de 9 a 18 horas. Todo esto ocurrió al tiempo que el foco titilaba y una pequeña pero notoria cucaracha caminaba por la pared a sus espaldas. 12

Pensé “ bueno, la paga no será la mejor, pero el lugar parece tranquilo y al menos es trabajo”. Acordamos en que arrancaba mi capacitación al día siguiente y así fue. En ningún momento se me habló acerca de limpiar el vómito en la sala de espera, ni la sangre en consultorio luego de un desastre entre gasas y algodones. Tampoco imaginé que el teléfono sonaría tanto con llamadas innecesarias, sobre todo de doña Marta, la cual llamaba desde las 8 en punto para hablar acerca de un nuevo jarabe para la tos que vió a Rial promocionar en la tele. Ni hablar de sus sorpresivas apariciones con vómitos, esperandome a mí devenido en auxiliar de limpieza. Todas estas cosas se fueron convirtiendo en rutina y a la larga ya no me mojo me servía y el dr. Negretti valoraba mis esfuerzos. Alrededor de 6 meses más tardes tuve un inconveniente y me retrasé al trabajo, si no recuerdo mal, llegué 10 o 15 minutos tarde (vale aclarar que era la primera vez que ocurría desde aquella primera entrevista). Recuerdo la expresión de odio del dr. Romano, como si fuese aquella cucaracha caminando por la pared. Le dije “ disculpe Dr. se me complicó llegar a tiempo es que..” ahí mismo me interrupió con una dudosa sonrisa y soltó “No te preocupes, no pasa nada, ahora ponete a atender que hay gente esperando”. El asunto me pareció olvidado y seguí el día, la semana y el

mes trabajando como si nada. A la hora de ir a cobrar, me senté, el dr. Negretti me dió mi “recibo” de sueldo (sí, aparte de médico y entrevistador era también quién hacía las liquidaciones), el número era inferior al acostumbrado. Antes de que pudiera decir algo el tipo me interrumpió diciendo “te desconté lo del otro día que llegaste tarde, esto es salud, tenés que ser responsable, es un compromiso con la sociedad y blablablablabla” mediocres para descontar más piojos a mi piojoso sueldo. Masticando bronca salí del lugar a tomar una cerveza y pensé “ bueno, no será prestigioso, el ambiente y mi jefe serán una mierda, pero trabajo es trabajo, peor es estar desempleado”. Me sonó el celular, era mi viejo, le dije que viniera al bar así charlábamos, que había tenido un mal día. Al rato estaba ahí, conmigo en el bar tomando una cerveza, así que pasé a contarle lo sucedido. Escuchó con mucha paciencia sin decir nada hasta que terminé mi descargo y dijo “Hijo, vos no sabés lo que es trabajar, te quejás de lleno. Vos no laburás, laburar, laburaban tus abuelos”.


Cuent

-DILEMAS DE UN AUTOR ANÓNIMO-


por

Fer

BOOOOM L

a potencia del estallido me acobardó y quise replantarlo todo desde el inicio, pero casi instantáneamente mis sentidos quedaron en blanco. Había funcionado, ahora sólo quedaba esperar lo obvio. Un minuto -o quizás mil- fue lo que tardé en notar que aún estaba respirando. Por un momento, creí que sólo me había reventado el tímpano izquierdo. Ese sonido a televisión con interferencia me dejó boludo por un rato. Ni siquiera pude abrir los ojos del dolor de cabeza que tenía, pero tampoco era necesario hacerlo. Estaba hecho, de eso no había dudas. Pude distinguir el olor de la pólvora en el aire con claridad, y el calor que irradiaba el cañón recién disparado me quemó los dedos cuando palpé la mesa buscando evidencia. Pero la madera estaba seca. ¿Algo había salido mal? No era posible. La cabeza me explotaba, el corazón me latía con violencia y mis manos transpiraban como si escupieran sudor hirviendo. Pero ¿Por qué la mesa estaba limpia? Más aún ¿Por qué seguía preguntándome cosas? ¿No debería haber pasado en menos de un segundo y -Capaz viene con efecto retardado–me dije en voz alta, todavía con los ojos cerrados. Al menos, el sonido de mi voz era débil, eso tenía que ser buena señal.

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-A mí me parece que el retardado sos vos.Abrí los ojos. El muy hijo de puta sguía sentado ahí. Encima, se estaba riendo. - ¿Fallé? –la voz me temblaba, las manos también. El tipo se rió de nuevo. Miré la pared a mi derecha, estaba intacta. Revisé el tambor del revólver y el casquillo de la bala cayó vacío. O sea que el gatillo lo apreté. -¿Y? ¿Te vas a poner a llorar otra vez? Esto debería haber sido… diferente. ¡No tiene sentido! ¿Qué mierda pasó ¿Por qué…? El desencanto vino acompañado de cierto alivio, como si en el fondo hubiese deseado que pasara lo que pasó. Necesitaba calma para poder pensar mejor, para entender lo sucedido, pero esas risas burlonas no dejaban de acosarme. Me estaba sacando de quicio. - ¿Podés dejar de joderme un rato? - le grité desencajado. Mis lágrimas se dieron a la fuga. - Al menos reíte como una persona normal, no como un enfermito del Borda. Yo no te hice así de forro.-Y yo no te volví así de maricón– contraatacó. El tipo siempre encontraba la forma de dejarme sin palabras. Había salido de adentro mío, ¿Qué más podía esperar?. Además, lo de enfermito encaja mejor con vos. ¡Mirá el quilombo que armaste por tan poco!


-¿Tan poco? ¿Realmente hace falta que tengamos esta charla de nuevo? No es el momento, necesito… -Por favor, no empieces con la autocompasión. Da lástima, pero en el mal sentido. Mejor sería que aproveches el aliento para convencer al gordo que vamos a ir a ver hoy.Respiré hondo, me pasé las manos por la cara. Durante unos segundos mi cabeza repasó la secuencia como cuando se rebobina un VHS, pero la cinta sólo llegaba hasta el momento en que cerré los ojos y me apoyé el cañón en la sien. Desgraciadamente, era inútil seguir insistiendo con eso. -No voy a ir, ya te lo dije– hubo una pausa-. ¿Cómo sabés que es gordo además? ¿Desde cuándo te volví adivino? -¡Porque tiene guita para comprar comida, no como vos! –lo miré con tanta bronca, que hasta él se dio cuenta que se había pasado de la raya. Me palmeó el hombro y sonrió a modo de disculpa. Era la primera vez que teníamos contacto físico desde que nos conocimos. Una sensación de extrañeza me invadió de repente. -Bueno, vamos a ir. Pero ya sabés lo que va a pasar “Esto es una mierda”, “No te lo va a comprar nadie”, “¿Por qué no volvés cuando escribas algo de verdad?”. -¿Y yo soy el adivino? Si no lo intentás, no vas a saberlo nunca. Creí que ese era el motor que me habías dado en la historia, “el coraje ante lo desconocido”– dijo, como queriendo sonar misterioso. A mí más bien me pareció un pelotudo. -No me vengas con cuentos… Después de guardar el arma en el primer cajón de la mesita de luz, comí unas tostadas secas y me tomé unos mates con la yerba usada de ayer. Más

tarde, empecé a vestirme con el noticiero de fondo para oír el pronóstico del clima. Todavía era muy temprano para salir, había tiempo de sobra para darme una ducha. Estando abajo de la lluvia tibia, pude tranquilizarme un poco y ordenar mejor mis ideas. De verdad lo había intentado. Una cosa es decirlo y otra muy distinta es hacerlo. Sin embargo, el tiro nunca salió. O mejor dicho, salió, pero no me tocó, ni a la pared, ni a la ventana ni al hijo de puta de León. Simplemente desapareció. ¿Y ahora qué? ¿Tenía que volver a probar con la pistola? ¿O seguir intentando con el libro? Ambas opciones me parecían horribles pero, por mucho que me pesara, eran las únicas que me quedaban a esa altura del partido. Sin mucha convicción, opté por la segunda. -¿Vamos?– me preguntó León, parado al lado de la puerta. Ya estaba por abrirla, cuando me di cuenta de que me olvidaba lo más importante. - ¡El bolso, boludo! - ¡Ya sé! –respondí-. ¿Cuándo fue que te volviste tan pero tan argentino? -En el capítulo 8 del segundo tomo– me boludeó como de costumbre. Antes de levantar el bolso, miré la tapa del libro que asomaba entre carpetas hinchadas y cuadernos destartalados con bocetos y escritos. - “El Despertar del León”… qué nombre de mierda se me ocurrió ponerle. Capaz que por eso me va como me va. - ¡A mí me gusta! Dale, vamos que se hace tarde y el centro es un quilombo siempre. Fuimos a esperar el 24 que para a media cuadra del Abasto. Podríamos haber ido caminando a la editorial, pero atra-

vesar Once es un dolor de cabeza a la hora que sea. Sobre todo si esa misma mañana te la peinaste con un revólver. - ¿Te puedo pedir un favor? –me preguntó León en tono amigable. Yo lo miré de reojo-. ¿Podrías intentar imaginar otros personajes? Digo, ya que estás más pirado que una cabra. ¡Para entretenerme! A veces hablar con vos es un poco… deprimente. Pensé en su propuesta. No es que fuese decisión mía de todas formas. Uno no elige hacer este tipo de cosas de manera voluntaria, pero si nunca iba a dejar de verlo ni oírlo, al menos podía intentar darle compañía para que se distrajera. - Dale, voy a ver si puedo. Siempre y cuando no se vuelvan tan insoportables como vos no creo que vayan a darme más problemas. - ¡Es tu historia! ¡Vos elegís cómo van a ser! Chasqueé la lengua indignado. El tipo se estaba riendo de nuevo. - ¿Fue sarcasmo, no? –le pregunté. -No. Pasa que yo tengo privilegios– respondió, con las cejas arqueadas de manera suspicaz. - ¿Soy tu protagonista o no?. -

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por

Fa c

La tarea de quien se empeña En el uso de una pluma sagaz, Una guitarra valiente, Unos exquisitos pies, O un hermoso pincel, Es quizá la más noble De las causas que al ser atañen. La consigna es, nada menos, Hacer reír a su herramienta, Dejándolas plasmar mosaicos Que enmarcarán vidas grises. De transformarlas con risas En la extensión de sí Y el goce de los otros. Pero quien haga de esta tarea Su brújula y empuje Ha de saber que ahora Su vida es la de un orfebre Que busca lo áureo y lo comparte. Cualquier noche o cualquier día, Abandonarán la tutela,

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Adornarán cualquier sala, Coronarán bellos tiempos, Y hablarán de vidas grises Con los ojos del artesano. Y los pasos, los matices, Las cadencias y armonías, Las palabras y el silencio Que el entusiasta regale, Para que todos se sirvan, Que el pasmado se rebele, Que el oculto se revele, Y el necio se revuelva,

Es el designio más pétreo De quien se entrega de lleno A la extensión de sí mismo: El aspirante a artista, Se hará entonces más gris, Y los demás tendrán color Que se desprende del cuerpo De quienes han de equilibrar Los claroscuros del mundo.


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por

Fer

l amor es materia fundamental. Es la piedra angular de la vida y, consciente o inconsciente, uno acaba organizando sus planes en torno a él. El amor es, en muchos casos, el motor que pone en funcionamiento los sueños, que permite delimitar metas y concretar objetivos, pues sin él todo quedaría librado al azar: Sin amor, en cualquiera de sus formas, sería imposible avanzar. Pero el amor también tiene su lado amargo. Por mucho que uno busque evitar la dependencia nunca podrá ser alcanzada de manera absoluta, ni siquiera en la distancia o aislado del mundo entero se estaría exento de tener que suplir su ausencia. El amor es, sin lu-

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Uno podría enfermar por amor, enloquecer por amor e incluso morir por amor y, sin embargo, la mayoría decide correr el riesgo. Darle un lugar central al amor en la vida es tan peligroso como sensato, después de todo sólo se arriesga el que tiene algo que ganar. El amor construye y deconstruye por igual. Como en una máquina inmensa compuesta por piezas removibles, a veces nuestro rol no es una elección sino una necesidad compartida que, tarde o temprano, se interrumpe cuando una de las partes cede por el desgaste.

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Podrían decirse miles de cosas acerca del amor, pero es quizás la opinión más sensata declararlo un mal necesario, la mejor droga cotidiana para soportar la nimiedad existencial propia y ajena.

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HUMOR por

Jei s o


Agenda Agenda “Encuéntrame en el cupcake café”

por

Ma c

Jenny Colgan (S.A. Ediciones B )

Issy tiene 31 años y trabaja en una empresa inmobiliaria. Tiene un novio secreto ( su jefe ), una hermosa casa con una terrible hipoteca. Su círculo íntimo se compone de su amiga, Helena y su abuelo cascarrabias, Joe, que es su adoración. En un tormentoso día Issy se queda sin trabajo y sin novio, quedándose a la deriva. Impulsada por Helena y armada de las recetas de su abuelo (dueño de la mejor panadería de Manchester) decide invertir su indemnización en cumplir un reciente sueño, tener su propia tienda de cupcakes. Básicamente, esa es la trama de Encuéntrame en el cupcake café de Jenny Colgan, una novela que se lee rápido y tiene la

por

Eu g

LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS. Elenco: - Germán Tripel (como Jamie) - Luna Perez Lening (como Cathy) Dirección General: - Juan Álvarez Prado Dirección Musical: Hernán Matorra 20

particularidad de incorporar a la lectura las recetas de Joe (para los más audaces en la cocina). Lo interesante de esta novela rosa es el rol del trabajo en la vida de sus protagocado diferente. El relato de las vivencias de los persona-

un espacio de disfrute, donde, además de la tan necesaria paga, recibamos otro tipo de recompensas, ya sean ligadas a lo personal o a lo profesional. “El cupcake café” nos pasea por las altas y bajas del mundo laboral, del mismo modo que expone las relaciones entre jefes y compañeros, planteando diversas situaciones con las que podemos –o no– sentirnos

trabajo para cada uno, cómo puede sacar a relucir diversas facetas de nuestra personalidad e incluso llegar a cambiarnos. Generalmente uno asocia trabajo con algo negativo (así fue mi primera impresión respecto al de Issy) pero esto no siempre es así ya que puede brindarnos

Fuera de las convencionalidades del género, esta novela es muy llevadera y nos deja el espacio para replantearnos nuestra relación con el trabajo como aquel calabozo de tortura y encarar la rutina de forma diferente.

Se levanta el telón y nos encontramos con Cathy, iluminada, y la sombra de Jamie en una carta. A simple vista esta es otra historia de desamor contada en tiempo musical, pero no siempre las cosas son lo que aparentan. Los últimos cinco años originalmente) es una ( obra que va mucho más allá de contar una

un tanto cruel. Para Cathy se hace sumamente difícil fracasar una y otra vez, pasar la librería y ver la cara de Jamie entre los best seller. Ver cómo avanza, la estimula y hasta le consigue oportunidades que no termina de poder aprovechar poco a poco carcome su autoestima, de la misma manera que el boom de ser un suceso confunde a Jamie, le da opciones que no tenía y lo lleva a tomar decisiones desacertadas. Esta historia termina empujándolos a vivir en dos universos opuestos. La clave del éxito de la obra está en el modo particular de narrarse. Cathy nos

que arrancan en un mismo lugar terminan en extremos opuestos. La pregunta que se dispara inevitablemente al entrar en la historia es ¿Podés ser feliz si la persona que te acompaña es exitosa y vos no? A esta disyuntiva se enfrenta Cathy; mientras ella, una “prometedora actriz”, no consigue más que un par de líneas en una obra de bajo presupuesto, su marido Jamie, un novelista en ascenso, escribe y publica con éxito su opera prima. Si bien él cree en el talento de Cathy para lograr ser una Super Star y ella trata de acompañarlo en su éxito laboral, es claro que esta diferencia hace mella en la pareja. Vemos los dos caras de la moneda de una forma

Jamie, mientras que éste nos relata desde su inicio, hacia adelante. No es casual que esto suceda ya que cuentan su historia en diferentes tiempos de amor. Ese desenfue su relación. La cuestión que me queda después de terminar de verla y pensarla es ¿Podemos ver lo que al otro le esta pasando cuando uno mismo esta en un momento tan diferente?


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CINE

por

Fer

Director: Barry Jenkins Actores: Trevante Rhodes - André Holland Janelle Monáe - Ashton Sanders

RESUMEN: Relata la vida de un joven afroamericano, dentro de una Miami marginal, dividida en tres etapas: Niñez, Adolescencia y Adultez. Una búsqueda de la identidad, (con su madre principalmente), contada de una manera cruda y sensible. ANÁLISIS: Cuando la gente va al cine, lo hace con un objetivo claro, sabiendo de antemano que quiere ver o sentir, alimentándose audiovisualmente de un contenido ya contemplado, con un preconcepto. En resumen, sin sorpresa. Claramente esta se produce al esperar que sus “objetivos” nalidad completamente distinta, o un sentimiento opuesto, ya sea para bien o para mal. Aunque hay otro tipo de sorpresa: cuando no se tiene ni idea de que es lo que se encontrará al otro lado de la pantalla. Ir al cine, querer despejarse un rato con algo entretenido, que les haga olvidar por unas horas sus problemas, divertirse, lograr adentrarse en el mundo planteado. En cambio, quizás se proponen comprender aún más, analizando la narración, profundizando, sintiéndose ren mucho entre sí, pero algo tienen en común: la forma en que una película los atrapa. Aquí es donde Moonlight no pasa desapercibida. Nadie puede escapar de la sensibilidad que provoca en el espectador, de la empatía producida hasta en el más duro. Cuando las personas van esperando algo, quizás los sorprende, como quizás no, pero si la ignorancia sobre lo que se va a ver es completa, entonces la sorpresa es total.

Fui a ver Moonlight sin siquiera saber de qué iba. Me encontré con un drama que al principio pensé “es uno del montón”, para luego entrar en ese estado de concentración absoluta, convirtiéndome en parte de la misma, logrando una empatía con Chiron (el protagonista), para tratar de entender qué se le pasaba por la cabeza, el porqué de su personalidad tan abstraída y su accionar. Comprender esto lleva al director a narrarlo en tres etapas: niñez, adolescencia y adultez. Dentro de la primera se nos muestra, en planos generales, la relación caótica con su madre, quien lo cría de manera solitaria, mostrando un desapego total a su rol, subrayando esto como uno de los principales motores de la personalidad tímida y cerrada del protagonista. La aparición de Juan (un dealer que trata de convertirse en una especie de padre) en la vida de Chiron hacen que poco a poco vaya encontrándose a sí mismo, conectando su mundo con el real y así poder enfrentarlo. La vida dentro del colegio, con sus compañeros, los cuales por su personalidad, lo golpean haciéndolo sentir débil e inferior. Su madre ausente, su relación con Juan y los problemas con sus compañeros de colegio, son el eje principal de esta parte. Se lo observa poco a poco indagando sobre su identidad, tratando de aclarar quién es, todo mostrado con una gestualidad maravillosa hundiendo al espectador dentro la historia. Su principal fortaleza es el intercambio de miradas, abstrayendo la base a su intercambio expresivo, acentuada en la tercera etapa. Mientras transcurre la historia se nos van presentando sucesos que provocan en Chiron un cambio brusco, como la relación con su mejor amigo dentro de su eta-

pa de adolescente , y lo convierten en una persona aparentemente fuerte, negada a cualquier tipo de daño, con una coraza impenetrable. La sensibilidad del protagonista es lo que logra captar al espectador, quizás de manera positiva. No hay que generalizar, porque la película no trata de eso. Es la historia de una vida y su constante respuesta a ‘¿Quién soy?’. En la última etapa, probablemente la más conmovedora, se nos presenta a un Chiron cambiado, pero tras un llamado, y una vuelta a su pasado, observamos que su personalidad, en rasSu densidad (extrema en algunos casos) es necesaria para sumergir al público dentro del océano de dudas planteadas por su director. Y aquí está la principal separación entre película que “conmueve” y película que “divierte”. La carencia de diálogos es su principal f uer te. Así se acent úa la ambientación y la capacidad actoral, lograda en excelencia, ignorando que el protagonista esté interpretado por tres personas distintas, trascendiendo su esencia a lo largo de los años. Un claro ejemplo es en una de las fundo cruce de miradas, penetrando sutilmente dentro de los pensamientos de cada uno, comprendiendo la motivación de cada personaje. Profunda, dramática, conmovedora. Con gran banda sonora, sublimes actuaciones, y la historia de una búsqueda continua que llega al espectador a través de una empatía admirable. Una historia lograda, en la cual se conjugan la identidad y las problemáticas sociales de un modo soberbio.

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Andarems como lo hacen ls escritores ni rics ni quebrads vagarems por ls callejones en nuestras capas harapientas.

Patti Smith


ABRIL 2017 BUENOS AIRES, ARGENTINA


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