Conmadre Era medio día cuando un camión de Nescafé se detuvo frente al parque que tenemos aquí en la colonia, le decimos el parque hundido por que tiene como un foso grandote en medio, pero la verdad le dicen así por jodido y por jodida la colonia. El punto es que de estos camiones bajaron unos columpios y resbaladeros bien modernos, brillaba el metal cuando se reflejaban por el sol y eran de un color rojo intenso, como ese nuevo embace de café que están vendiendo, moka Andino, que en realidad todavía no lo he probado por que está bien pnche caro, la única cafeína que consumimos aquí en la casa es la de la coka cola, que ese, si se la toma el chamaco en la noche, vale madre que se duerma, queda bien prendido el huerco en la tele. Pero bueno; yo me acerqué con los del camión a preguntarles que si por qué era esto y me respondieron que por ordenes del corporativo allá en San Pedro, tenían que poner estos juegos aquí, entonces les dije “conmadre“, y les pregunté si traían café en el camión y me dijeron que no. Los chamacos se fueron luego luego a jugar con los juegos, como en el parque nunca hubo juegos de estos, nomás había una cancha de fút, pero a los más chicos como que no les gusta, pero estos juegos si les chiflaron; sabe, yo creo que tiene que ver por los colores, alguna onda psicológica con el rojo, como es el color de la sangre. Pero bueno, hablando de sangre, estaba el otro día el chamaco en el resbaladero, una monstruosidad que tiene la frase “Despiértate Cada Día Como Nuevo” en la parte de arriba, ese; pues resulta que por el uso, pues se le aflojó un tornillo que parece que no estaba bien metido; entonces se sube el chamaco, y rácatelas, se hace un rayón desde la pantorrilla hasta la nalga. Ahí voy en chinga por él y lo primero que veo es un sangrero, pero casi no distingo que pasó por que el juego está pintado del mismo color; entonces lo tomó y en medio de la llorona me lo llevo en chinga al seguro; ahí nos tienen en urgencias esperando una media hora y luego lo atienden; le cosen la herida y ya cuando deja de llorar se me acerca la doctora para hacerme unas preguntas en privado; salimos y me dice que estuvo muy seria la herida, que le hicieron muchos puntos, entonces me empezó a preguntar que si como se la hizo, que si yo le pegaba, que si fue su mamá, que si fueron sus compañeros de la escuela, y entonces yo pierdo la paciencia y le digo: -Cállate, vieja pendeja, yo cuido muy bien de mis hijos, fue el pinche juego del Nescafé. -y como que no me entendió por que se fue y ya no me dijo nada. Ya después me llevé al chamaco para la casa y él encantado de la vida por que ya no iba a ir a la escuela, todo el susto de hace una hora se le fue, nomás se ponía un poquito pálido cuando veía los puntos por que parecía que traía un ciempiés en la pierna. Ya en la casa fueron sus compañeros a visitarlo; entonces me dijo un vecino -Oye compadre, y ¿no ha pensado en tomar acciones legales? -Achinga, ¿cómo? ¿demandarlos? -Pues si, compadre, ¿No ve como le quedó la pierna al chamaco? Yo creo que puede sacar una gran feria con eso. -Pues habrá que ver, compadre, habrá que ver. A la mañana siguiente me levanté bien temprano para ir al ministerio púbico
federal y luego de unas dos horas de espera interpuse una denuncia ciudadana contra Nescafé Corporation S.A. por daño moral y físico en contra mi persona y familia, cuando terminé me fui en chinga al trabajo por que ya se me hacía muy tarde. Pasó como una semana y yo la verdad olvidé todo el asunto, nomás me fijé que un día habían arreglado el resbaladero. Otro día fuimos al seguro a quitarle los puntos, el chamaco volvió a la escuela y todo regresó a la normalidad. Entonces una mañana, de que llega otro camión de Nescafé, pero este se estaciona frente a la casa, entonces se baja un señor de traje y toca la puerta, yo le abro y le pregunto que se le ofrece. -¿Es usted el señor Álvarez? -Para servirle. -Esto es para usted. Y que me regala dos bolsótas del nuevo Nescafé, Moka Andino, y aparte una cafetera nueva de la misma marca. -De parte de la empresa le ofrecemos disculpas. Y yo nomás, todo azorillado, alcanzo a decir “conmadre“.