Vivir en Vancouver. Por Adrian Quiros. Hace un llegueé anñ o a una ciudad en la esquina inferior izquierda de Canadaé llamada Vancouver, ubicada en provincia de British Columbia, un lugar rodeado de montanñ as, playas y pueblos pintorescos y canadienses. Vancouver es una ciudad con arquitectura moderna y gente que encapsula lo mejor del mundo. Canadaé es un paíés que antes asociaba a bosques, montanñ as nevadas, hot-cakes y como el hogar de Celine Dion. La popularidad de este paíés ha ido en ascenso estos ué ltimos anñ os como destino turíéstico y de trabajo. Con una afluencia de 250,000 inmigrantes llegando cada anñ o, es normal escuchar franceé s, ingles, espanñ ol y mandaríén con una sola vuelta al centro. Su poblacioé n multicultural la hace una metroé poli muy interesante, una especie de mini-capital de distintos paíéses, que comparten puntos de vista y amor por la cerveza fríéa. Hay vibras muy buena onda en Canadaé que no sientes en Estados Unidos. Vancouver es conocida por su clima lluvioso y tardes grises, pero cuando inicia el verano la ciudad se banñ a con díéas soleados, y la gente huye a English Bay, una playa ubicada a 20 minutos del centro a tomar el sol. En otonñ o los arboles se desangran y la gente empieza a usar chaquetas para explorar Stanley Park, el tercer parque natural maé s grande de Norteameé rica, tambieé n ubicado a pocos minutos del centro. Cuando termina el otonñ o y el termoé metro baja a cero, la humedad del mar y el aire de las montanñ as propicia díéas oscuros, este es el famoso clima canadiense de chaquetas y botas; en invierno todos se suben al autobué s para ir a esquiar a Grouse Mountain, una montanñ a con un parque para esquiar en la nieve. Siempre hay algo que hacer. Sabes que estaé s en Canadaé cuando lo autobuses se disculpan cuando no funcionan. La hospitalidad canadiense no es un mito, nunca habíéa visto un paíés que aceptara la inmigracioé n tan abiertamente, aquíé se ve como algo positivo y beneficioso para la economíéa y la sociedad. La marihuana es legal (bajo ciertos condiciones). Los parques pué blicos siempre huelen a mota a hora del almuerzo. Algunos negocios permiten a sus empleados fumar churros en horas de descanso, siempre y cuando lo hagan afuera. Nunca habíéa vivido en una ciudad con opiniones tan abiertas a cosas que en Meé xico aun debatimos, pero es algo que te acostumbras de volada. Aunque no estes deacuerdo con muchas cosas, Vancouver es un sitio que nunca trata de imponer un estilo de vida o una mentalidad a sus ciudadanos.
Un problema que he visto desde que llegueé es el enorme nué mero de vagabundos, esto es debido al problema de la inflacioé n de la renta que se vive actualmente, no es aconsejable estar por Hastings o Chinatown en las noches, pero si eres de Meé xico vas a pensar que Vancouver es la ciudad maé s segura del mundo. Como ya mencioneé , la renta es un problema, los precios por pisos y cuartos son exorbitantes, si vienes por un largo periodo de tiempo lo mas probable es que termines compartiendo depa, lo cual no es necesariamente malo. Compartíé un departamento de tres recamaras con un espanñ ol, un brasilenñ o y un alemaé n y otro mexicano, gracias a Dios ninguno estaba loco. Ha sido una de las experiencias maé s divertidas y que maé s me ha dejado, particularmente en materia de maldiciones en otro idioma. El mismo edificio en el que vivo es una incubadora gigante de personas de todo el mundo que vienen a la ciudad a estudiar o trabajar. Pero te aviso de antemano que si vienes, vas a extranñ ar la comida mexicana, maé s que a tus padres. La comida canadiense no es particularmente buena, o faé cil de encontrar en Canadaé , lo maé s canadiense que he probado es el poutine, baé sicamente papas a la francesa con salsa y queso. Algo que los canadienses comen como si nosotros probaramos unas enchiladas. Y es por eso los canadienses aman la comida extranjera. Gracias a la mezcla de culturas es faé cil encontrar platillos e ingredientes de todo el mundo en supermercados. La comida hindué es popular, tambien los restaurantes chinos, y, por supuesto, los canadienses aman las taqueríéas. A la hora de comer veraé s filas gigantes afuera de las taqueríéas del centro de guü eros hambrientos de unos tacos al pastor. Resumiendo un poco, Vancouver es una ciudad fantaé stica donde siempre hay algo nuevo en cada esquina. Tiene escuelas de cine, artes, ciencia y algunas de las mejores companñ íéas tienen oficinas aquíé. Asíé que las oportunidades sobran, y seé que esas oportunidades seguiraé n creciendo a medida que pasen los anñ os. No la piensen dos veces en venir. Me quedo con la frase que me contoé un taquero de Mitras que me topeé en un mercadito sirviendo los mejores tacos de carne asada que he probado acaé : “En donde sea hay que trabajarle duro, güero”