A単o 3 No. 13
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APÓYENOS EN ESTA OBRA, Deposita siempre a nombre de: FUNDACIÓN RADIO MARÍA
Fundación Radio María Una Voz Católica siempre junto a Ti
Fundación Radio María Una Voz Católica siempre junto a Ti
Por: P. Miguel Ángel Pardillo, Religioso Pasionista
Del 1 al 7 de abril
Celebración y contenido de la
Jueves Santo
Domingo de Ramos Celebración Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Con ella se inaugura la celebración anual de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
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Contenido Se unen en este día el aspecto triunfal y el de la Pasión. Hoy suele hacerse una entrada solemne antes de la Misa y la bendición de Ramos. Es la procesión litúrgica más importante. En la Eucaristía tiene peculiar relieve la lectura de la Pasión.
Celebración Lavatorio de los pies a los Apóstoles. Institución de la Eucaristía y mandamiento del Amor. La oración en Getsemaní, el huerto de los Olivos. Condenado por Anás y Caifás, y Pilatos. Contenido Se celebra con especial solemnidad la Eucaristía, recordando que es el día en que la establece Jesús. Es el atardecer. La Comunión es la mejor forma de participación. Es el día para la reconciliación con Dios. Se expone a Jesús en el Monumento, que visitan los fieles.
Eucaristías en Radio María, Capilla Espíritu Santo EUCARISTÍAS EN RADIO MARÍA Lunes 17h00, celebra P. Ángel Miglio Todos los primeros viernes de cada mes: Sagrado Corazón de Jesús Martes 12h00, celebra P. Julián Ballesta Todos los jueves: “Jueves Eucarísticos” desde 10h00 exposición del Santísimo Miércoles 15h00, celebra P. Juan Alcaráz Sacramento del Altar. Jueves 17h00, celebra P. Manuel Valero Grupo de Oración “Diálogos de amor con María” Viernes 17h00, celebra P. Ángel Miglio Los miércoles a las 16h00. Reunión de voluntarios: Todos los segundos sábados de cada mes, a las 9h00. Informes: Telf.: 096350323 Cdla. Bolivariana Calle Andrés Bello y Av. El Libertador Mz. A Villa 9 Telf: 2390295
Sábado Santo
Celebración Día de luto para la Virgen y los Apóstoles. Se reúnen en el Cenáculo y pasan el tiempo en oración. Jesús está en el sepulcro. La Virgen espera la Resurrección.
Viernes Santo Celebración Jesús es coronado de espinas, azotado y condenado a muerte. Va al Calvario y muerte en la Cruz y es enterrado. Contenido Es un día para hacer más vivo el recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor. NO HAY MISA, sino una CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN. Se proclama la Pasión de Jesús. Se ora por todo el mundo. Se presenta la Cruz, y se besa en señal de agradecimiento por haber muerto Jesucristo por nosotros. Se comulga.
Contenido No hay celebración litúrgica en todo el día. Al anochecer se tiene la Vigilia Pascual, para velar con los que esperan la Resurrección. Se celebra la Misa con alegría. Se leen varias lecturas. Se hace la bendición del fuego, de la luz, del agua y la renovación de las promesas del Bautismo.
Domingo de Pascua Celebración Jesús resucita al amanecer. Se aparece a María Magdalena, a Pedro y a dos discípulos que van de camino. Los cristianos vivimos la alegría de saber que Jesús vive, ha Resucitado. Contenido Es la mayor fiesta del cristiano. Cristo ha resucitado y es la garantía de nuestra fe. Recordemos que Cristo vive y que se apareció a los Apóstoles.
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Por: P. Miguel Ángel Pardillo, Religioso Pasionista
Meditación de la PASIÓN Toda la vida de Jesús es de suma importancia para los cristianos, ya que en ella encontramos el modo más perfecto de vivir nuestra condición de hijos de Dios. Por eso, meditar los diversos momentos de la vida de Jesús, desde Belén a su Ascensión, es una de las mejores cosas que podemos hacer los cristianos.
La Pasión, culminación de la vida de Jesús
Desde su inicio, la vida de Jesús está enfocada a su Pasión, Muerte y Resurrección. Durante el tiempo que Jesús dedicó a predicar el Reino, en tres ocasiones anunció a sus discípulos su Pasión y Resurrección; varias veces les comentó que esperaba que llegara “su hora”, que el grano de trigo tiene que morir para dar fruto, que había venido para dar su vida por todos…
2.- La Pasión, la obra más estupenda del amor de Dios
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Jesús dice a Nicodemo que Dios quiere tanto a los hombres que les ha entregado a su propio Hijo. Jesús, a lo largo de su vida, demostró esta verdad con su enseñanza y sus milagros y lo resumió todo en la despedida a sus apóstoles: “Como el Padre me ama, así os he amado yo”. Y el evangelista San Juan comenta y resume la vida y la Muerte de Jesús afirmando: “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. Los buenos cristianos lo han entendido y lo siguen entendiendo así. San Pablo apóstol meditó mucho en la Pasión de Cristo y se gloriaba de predicar y de hablar siempre de Cristo Crucificado; él mismo da la razón diciendo: “Me amó y se entregó a la muerte por mi”. Otro gran cristiano, San Pablo de la Cruz, hizo girar toda su vida en torno a la Pasión y fundó la congregación Los Pasionistas – para que se dedique a meditar y predicar la Pasión de Cristo. Él repetía a menudo: “La Pasión es la obra más estupenda del amor de Dios”.
El apóstol San Pablo llega a decir que no hay nada en este mundo, ni la muerte siquiera, que sea capaz de hacernos dudar del amor que Dios nos tiene y lo ha manifestado en la Pasión de Cristo. Y es verdad, porque para hacernos a nosotros hijos suyos, Dios no ha estimado nada, ni siquiera la vida de su propio hijo.
3.- La Pasión, libro del cristiano
Para muchos santos y escritores la Pasión de Jesús es el libro que contiene el secreto de la más alta sabiduría y perfección cristiana. Copiamos unos párrafos del libro “Nuestra Pasión”, del Padre Pablo García, Pasionista: “San Agustín llama a la cruz “cátedra” desde donde el Salvador moribundo da sus últimas lecciones a todos los hombres sedientos de luz, de verdad y de vida”. Visitando a San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino le pide que le enseñe dónde ha aprendido doctrina tan sublime. Señalando con el dedo a Jesús clavado en la cruz, le responde: “Este es mi libro, la he aprendido aquí”. Poco antes de morir, San Felipe Benicio exclamaba, apretando entre sus manos el santo crucifijo: “Este es mi libro. Lo he estudiado toda mi vida. En sus llagas he aprendido todas las virtudes”. La Venerable Diomera escribe: “Confieso que sé poco en cuanto a leer y escribir, pero tengo un libro maestro: El Crucifijo. En él he aprendido a emplearme santamente a mí misma, a negar mi voluntad, a aspirar la posesión de mi Dios. No me cansaré de estudiarlo”.
4. La Pasión, fuerza del cristiano
La primera carta de Pedro nos aconseja: “Por tanto, dado que el Mesías sufrió en su carne mortal, armaos también vosotros del mismo principio: que uno que ha sufrido en su carne ha roto con el pecado
Narcisa de Jesús, misionera de su pueblo
Desde su inicio, la vida de Jesús está enfocada a su Pasión, Muerte y Resurrección. Durante el tiempo que Jesús dedicó a predicar el Reino, en tres ocasiones anunció a sus discípulos su Pasión y Resurrección.
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Meditación de la PASIÓN
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para vivir el resto de sus días quiso por la voluntad de Dios, no por deseos humanos”. (1 Pe. 4,11). Santo Tomás comenta la palabra “armaos”, diciendo: “Muy bien nos dice armaos, porque el recuerdo de la Pasión de Cristo es surtidor de fortaleza contra los enemigos del alma”. No hay persona que medite habitualmente en el amor que Dios nos demuestra en la Pasión de Cristo y no se anime a responder a ese amor con el propio amor. Unos textos nos pueden ayudar a ver que con frecuencia se han visto la Pasión como fuerza para la vida cristiana: “Para fortalecer a sus hijos quiere el Señor que le contemplen crucificado, fijas las miradas y afectos en sus llagas, a fin de erigir por semejante miedo sus ánimos y fortalecerlos para el sufrimiento”. (San Bernardo). “La simple recordación o meditación de la Pasión de Cristo, es de mayor provecho y fruto que si alguno ayunase por espacio de un año a pan y agua todos los viernes, y esos mismos días hiciese la disciplina hasta derramar sangre, o rezase entero el salterio de cada día”. (San Alberto Magno). “Hombre, si quieres aprovechar y crecer de virtud en virtud, de gracia en gracia y de bien en mejor, con toda la devoción que pudieres medita todos los días la sagrada pasión, porque ninguna cosa obra así en el alma santificación universal como la continua meditación de ella”. (San Buenaventura). “El medio mejor para desarraigar los vicios e implantar la verdadera
piedad, es la meditación de las penas amarguísimas de nuestro Divino Salvador”. (San Pablo de la Cruz).
5.- La Pasión, sigue hoy en los que sufren
Como hemos visto, la meditación en la Pasión, o si se prefiere, la meditación en Cristo que sufre por nosotros, es de suma importancia para los cristianos, porque es en la Pasión de Jesús, donde se manifiesta más claramente el amor que Dios nos tiene, donde mejor podemos aprender a ser cristianos, seguidores de Jesús, y donde encontraremos la fuerza necesaria para ser cada vez mejores. Pero no haríamos bien, si solo nos preocupáramos de la Pasión que sufrió Jesús en Jerusalén y no lo hiciéramos también de la Pasión que sigue padeciendo en cualquier parte, a lo mejor en tu propia casa o en la de tus vecinos; porque Jesús sigue sufriendo la Pasión allí donde alguien sufre: sigue siendo traicionando, apresado, abandonado y negado; sigue siendo acusado y condenado; burlado, golpeado, azotado y coronado de espinas; sigue caminando con la Cruz a cuestas y cayendo; y lo están crucificando; y sigue despreciado y abandonado de todos; y teniendo sed y perdonando; y dando la cara por los demás y necesitando ayuda, y consolando, y confiando en Dios, y amando hasta dar la vida… Es verdad que la Pasión primera, la de Jerusalén, es la que da sentido y valor a esta de cada día; pero también es cierto que aquella sin esta, queda incompleta. “Para que responda a la realidad objetiva y total, la Pasión hay que tratarla así: ni solo la de Jesús el primer Viernes Santo en Jerusalén, no solo la del hombre, sin referencia a Cristo Cabeza. Sería una pasión con minúscula, mutilada, muerta. Carecería de valor y de sentido”. (Nuestra Pasión, p.12). Esta Pasión total nos da la ocasión de hacer por lo que sufren a nuestro lado lo que hubiéramos querido hacer por Cristo: ser Madre que lo acompaña, la Verónica que lo limpia, las mujeres que lo compadecen y consuelan, el Cirineo que lo ayuda, el ladrón bueno que lo defiende. Y también a ser redentores como Jesús a favor de nuestros hermanos, los hombres, pues como dice San Pablo: “Ahora me alegro de sufrir por vosotros, pues voy completando en mi carne mortal, lo que falta a las penalidades del Mesías por su cuerpo, que es la Iglesia”. Saber ser como Jesús – ser cristiano es ser como Él- solo se aprende fijándose mucho en Él. Esto es lo que hace en nosotros la meditación en la Pasión, es decir, la meditación en lo que Jesús sufrió por nosotros: para mostrarnos el amor que Dios nos tiene.
El reloj de la PASIÓN Horas de la noche del Jueves Santo 7pm 8pm 9pm 10pm 11pm
Jesús lava los pies de sus discípulos. Jn. 13, 4-5. Jesús en la última cena instituye la Santísima Eucaristía. Lc. 22, 19-20. Jesús ora en el Huerto de los Olivos. Lc. 22, 39-42. Jesús entra en agonía y suda sangre. Lc. 22,44. Jesús recibe el beso de Judas. Lc. 22, 47-48.
Medianoche Jesús es conducido a Anás. Jn. 18, 12-13. 1am Jesús es presentado al Sumo Sacerdote. Jn. 18, 13-14. 2 am Jesús es calumniado. Mt. 26, 59-61. 3am Jesús es abofeteado. Mt. 26,27. 4am Jesús es renegado por Pedro. Jn. 18, 17. 25-27. 5am Jesús en la cárcel es abofeteado. Jn. 18, 23-23. 6am Jesús es presentado ante el tribunal de Pilatos. Jn. 18,28-31.
Horas del día del Viernes Santo
El reloj de la Pasión tiene por finalidad de recordar los sufrimientos de Nuestro Señor Jesús en su Pasión. Se invita a los buenos cristianos a practicar este piadoso ejercicio para mayor Gloria de Dios y salvación de las almas y por las propias intenciones particulares.
7am 8am 9am 10am 11am
Jesús es despreciado por Herodes. Lc. 23,11. Jesús es flagelado. Mt. 27, 25-26. Jesús es coronado de espinas. Jn. 19,2. Jesús es pospuesto a Barrabás y condenado a la muerte. Jn. 18, 39-40. Jesús recibe la Cruz Jn. 19,17.
Medio día Jesús es despojado de sus vestidos y clavado en la cruz. Jn. 19, 23. 1pm Jesús perdona al buen ladrón. Lc. 23, 42-43. 2pm Jesús nos entrega a María por Madre. Jn. 19,25-27. 3pm Jesús muere en la cruz. Lc. 23, 44-46. 4pm El Corazón de Jesús es traspasado por lanza. Jn. 19,34. 5pm Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su Madre. Jn. 19, 38-40. 6pm Jesús es puesto en el sepulcro. Mt. 27, 59-60.
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Primer domingo después de Pascua
Novena al
Señor
de la Divina Misericordia
“...El primer Domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pido se rinda culto a Mi Misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la Imagen concederé muchas gracias a las almas ...”. “Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi Misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi Misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión”. Del diario de Sor Faustina
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DÍA PRIMERO (comienza el Viernes Santo) Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas. Misericordiosísimo Jesús, cuya prerrogativa es tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu Piadosísimo Corazón y no permitas que salgamos jamás de él. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo. Padre Eterno, vuelve Tu compasiva mirada hacia todo el género humano y en especial hacia los pecadores, todos unidos en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Por los méritos de Su Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA - Comenzar con un Padrenuestro, Ave María y Credo, y luego, con la ayuda de las cuentas de un rosario: - Al inicio de cada decena decir: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero”. - En cada cuenta pequeña de las decenas decir: “Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. - Al terminar las cinco decenas, repetir tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Responder:Ten misericordia de nosotros y del mundo entero” (se repite tres veces). Jaculatoria final: Expiraste Jesús, pero tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de tu Misericordia inundó todo el mundo. Oh Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, inunda el mundo entero, derramando sobre nosotros Tu última gota. Oh Sangre y Agua que brotaste del Sacratísimo Corazón de Jesús, como fuente inagotable de misericordia. R/. Confiamos en tí (3 veces). DÍA SEGUNDO Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron
fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad. Misericordiosísimo Jesús, de quien procede toda bondad, multiplica Tus gracias sobre las religiosas consagradas a tu servicio, para que puedan hacer obras dignas de misericordia; y que todos aquellos que las vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el cielo. Padre Eterno, vuelve Tu mirada misericordiosa hacia el grupo elegido de Tu viña (hacia las almas de sacerdotes y religiosos); dótalos con la fortaleza de Tus bendiciones. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están unidos, impárteles Tu poder y Tu luz, para que guíen a otros en el camino de la salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. DÍA TERCERO Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura. Misericordiosísimo Jesús, del tesoro de Tu misericordia distribuye Tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en el seno de Tu Compasivísimo Corazón y no permitas que salgamos nunca. Te imploramos esta gracia en virtud del más excelso de los amores; aquel con el que Tu corazón arde tan fervorosamente por el Padre Celestial. Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada hacia las almas fieles, puesto que guardan el legado de Tu Hijo. Por los méritos y dolores de Su Pasión, concédeles Tu bendición y tenlos siempre bajo Tu tutela. Que nunca claudiquen en su amor o pierdan el tesoro de nuestra santa fe, sino que, con todos los Ángeles y Santos, glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. DÍA CUAR TO Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia. Piadosísimo Jesús, Tú que eres Luz del género humano, recibe en la morada de Tu corazón lleno de compasión, las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, o que no te conocen. Que los rayos de Tu
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gracia los iluminen para que también, unidos a nosotros, ensalcen tu maravillosa misericordia, y no los dejes salir de la morada de Tu corazón desbordante de piedad. Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada a las almas de aquellos que no creen en Tu Hijo, y a las de aquellos que todavía no te conocen, pero anidan en el Compasivo Corazón de Jesús. Aproxímalos a la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellos, ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. DÍA QUINTO Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión. Misericordiosísimo Jesús, que eres la Bondad misma, no niegues la luz a aquellos que Te buscan. Recibe en el seno de Tu Corazón desbordante de piedad, las almas de nuestros hermanos separados. Encamínalos, con la ayuda de Tu luz, a la unidad de la Iglesia, y no los dejes marchar del cobijo de Tu Compasivo Corazón, todo amor; haz que también ellos lleguen a glorificar la generosidad de tu misericordia. Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las almas de aquellos que han malgastado Tus bendiciones y abusado de Tus gracias, manteniéndose obstinadamente en el error. También a ellos da cobijo el Corazón misericordioso de Jesús; no mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y los dolores de la Pasión que sufrió y que aceptó por su bien. Haz que glorifiquen Tu gran Misericordia por los siglos de los siglos. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia.
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DÍA SEXTO Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes. Misericordiosísimo Jesús que dijiste: “aprended de Mí, que soy
PROMESA DE JESÚS MISERICORDIOSO A SUS DEVOTOS “En esta pintura, Mi mirada es la misma que sobre la Cruz, PROMETO que no se perderá el alma que la venere”. “Yo, el Señor, la defenderé y protegeré como a mi Propia Gloria”. “Le PROMETO también y le ASEGURO la victoria sobre sus enemigos, en particular a la hora de la muerte”. “Cualquiera que haya guardado en su casa, con devoción y amor Mi Divina imagen, será preservado del castigo”. “Preservaré a las ciudades y casas en las que esté esta imagen”. “Protegeré a las personas que veneren esta imagen y confíen en Mi Misericordia”. Bendeciré a las familias donde se exponga Mi imagen”. “Convertiré a los pecadores que ahí habiten, ayudaré a los buenos a perfeccionarse, a los tibios a volverse fervorosos”. “Bendeciré sus intereses, y los ayudaré en TODAS sus necesidades espirituales y materiales”: “Esta imagen traerá beneficios espirituales a quienes la propagan, y producirá transformaciones inmediatas y resplandecientes en aquellos que me acojan con amor y agradecimiento”. INDULGENCIA PLENARIA En semana Santa, se concede indulgencia plenaria el Jueves Santo,Viernes Santo, Sábado Santo y en la Vigilia Pascual. También el domingo después de Pascua, llamado de la Misericordia Divina, establecido por el Papa Juan Pablo II a raiz de las revelaciones de Jesús a Santa Faustina Maria Kowalska. manso y humilde de corazón”, acoge en Tu Corazón desbordante de piedad a todas las almas mansas y humildes, y las de los niños pequeños. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, pues se recrea en ellas muy particularmente. Son como un ramillete de florecillas que despidien su perfume ante el trono de Dios. El mismo Dios se embriaga con su fragancia. Ellas encuentran abrigo en Tu Piadosísimo Corazón, oh Jesús y entonan incesantemente himnos de amor y de gloria. Padre Eterno, vuelve Tu mirada llena de misericordia hacia estas almas mansas, hacia estas almas humildes y hacia los niños pequeños acurrucados en el seno del corazón desbordante de piedad de Jesús. Estas almas se asemejan más a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar Tu Trono, Señor. Padre de misericordia y bondad,
Novena al Señor de la Divina Misericordia
Te suplico, por el amor que Te inspiran estas almas y el gozo que Te proporcionan: bendice a todo el género humano, para que todas las almas a la par, entonen las alabanzas que a Tu misericordia se deben por los siglos de los siglos. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. DÍA SÉPTIMO Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron mi pasión y penetraron más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte. Misericordiosísimo Jesús, cuyo Corazón es el Amor mismo, recibe en Tu Corazón piadosísimo, las almas de aquellos que de una manera especial alaban y honran la grandeza de Tu misericordia. Son poderosas con el poder de Dios mismo. En medio de las dificultades y aflicciones siguen adelante, confiadas en Tu misericordia; y unidas a Ti, oh Jesús, portan sobre sus hombros a todo el género humano; por ello no serán juzgadas con severidad, sino que Tu misericordia las acogerá cuando llegue el momento de partir de esta vida. Padre Eterno, vuelve Tu mirada sobre las almas que alaban y honran Tu Atributo Supremo, Tu misericordia infinita, guarecidas en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Estas almas viven el Evangelio con sus manos rebosantes de obras de misericordia, y su corazón, desbordante de alegría, entona cánticos de alabanza a Ti, Altísimo Señor, exaltando Tu misericordia. Te lo suplico Señor: muéstrales Tu misericordia, de acuerdo con la esperanza y confianza en Ti depositada. Que se cumpla en ellos la promesa hecha por Jesús, al expresarles que durante su vida, pero sobre todo a la hora de la muerte, aquellas almas que veneraron Su infinita misericordia, serían asistidas por Él, pues ellas son su gloria. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. D Í A O C TAV O Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del Purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu
poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren, ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia. Misericordiosísimo Jesús, que exclamaste ¡misericordia!, introduzco ahora en el seno de Tu Corazón desbordante de misericordia las almas del purgatorio, almas que tanto aprecias pero que, no obstante, han de pagar su culpa. Que el manantial de Sangre y Agua que brotó de Tu Corazón, apague las llamas purificadoras para que, también allí, el poder de Tu misericordia, sea glorificado. Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que padecen en el purgatorio y que Jesús acoge en Su Corazón, desbordante de piedad. Te suplico, por la dolorosa Pasión que sufrió Tu Hijo, y por toda la amargura que anegó Su sacratísima Alma: muéstrate misericordioso con las almas que se hallan bajo Tu justiciera mirada. No los mires de otro modo, sino solo a través de las heridas de Jesús, Tu Hijo bien amado; porque creemos firmemente que Tu bondad y compasión son infinitas. Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia. DÍA NOVENO Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia. Piadosísimo Jesús, que eres la Piedad misma. Traigo hoy al seno de Tu Compasivo Corazón a las almas enfermas de tibieza. Que el puro amor que Te inflama encienda en ellas, de nuevo, la llama de tu amor, y no vuelva el peso muerto de su indiferencia a abrumarte con su carga. ¡Oh, Jesús!, todo compasión, ejerce la omnipotencia de Tu Misericordia, y atráelas a Ti, que eres llama de amor viva y haz que ardan con santo fervor, porque Tú todo lo puedes. Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que, a pesar de todo, Jesús cobija en el seno de su Corazón lleno de piedad. Padre de Misericordia, te ruego, por los sufrimientos que Tu Hijo padeció, y por sus tres largas horas de agonía en la Cruz, que ellas también glorifiquen en el mar sin fondo de Tu misericordia, Amén. Terminar con la Coronilla de la Divina Misericordia.
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P. Marco Bayas O .C.M. Director Editorial Radio MarĂa Ecuador
Mayo, mes para redescubrir...
El rostro materno de
MarĂa
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El Concilio Vaticano II al afirmar que María es figura de la Iglesia, no quiere equipararla a las figuras o tipos del Antiguo Testamento; sino ver que en ella se cumple de modo pleno la realidad espiritual anunciada y representada. La Virgen es figura de la Iglesia, no en cuanto prefiguración imperfecta, sino como plenitud espiritual. La Constitución Dogmática Lumen Gentium (LG) del concilio Vaticano II, presenta a María como “miembro muy eminente y del todo singular de la Iglesia” y la declara “prototipo y modelo destacadísimo en la fe y en el amor” (n. 53). San Pablo usa el vocablo “tipo” para indicar la figura sensible de una realidad espiritual. En el paso del pueblo de Israel a través del Mar Rojo vislumbra un “tipo” o imagen del bautismo cristiano; y en el maná y en el agua que brota de la roca, un “tipo” o imagen del alimento y de la bebida eucarística (cf. 1 Cor. 10,1-11). El paso del mar Rojo es un acontecimiento salvífico de liberación, pero no un bautismo capaz de perdonar los pecados y de dar vida nueva. El maná no contenía nada de la realidad de la Eucaristía, Cuerpo del Señor, y tampoco el agua, que brotaba de la roca tenía ya en sí la Sangre de Cristo, derramada por la multitud. El libro del Éxodo, hazaña de Yahvé en favor de su pueblo, no constituye la redención espiritual y definitiva, que llevará a cabo Cristo en el Misterio Pascual. San Pablo recuerda: “Todo esto es sombra de lo venidero; pero la realidad es el Cuerpo de Cristo” (Col. 2,17). Lo mismo afirma la Carta a los Hebreos, que presenta el culto de la antigua alianza como “sombra y figura de realidades celestiales” (Heb. 8,5). El Concilio al afirmar que María es figura de la Iglesia, no quiere equipararla a las figuras o tipos del Antiguo Testamento; sino ver que en ella se cumple de modo pleno la realidad espiritual anunciada y representada. La Virgen es figura de la Iglesia, no en cuanto prefiguración imperfecta, sino como plenitud espiritual. Luego de afirmar que María es “tipo de la Iglesia”, el Concilio añade que es “modelo destacadísimo” de ella, y ejemplo de perfección que hay que seguir e imitar, pues, supera a la de todos los demás miembros de la Iglesia. El Concilio añade que ella realiza esa función “en la fe y en el amor”. Sin olvidar que Cristo es el primer modelo, María, ayuda al cristiano a entablar una relación auténtica con Él. Las funciones de “tipo y modelo de la Iglesia” hacen referencia a la maternidad virginal de María, y ponen de relieve el lugar que ocupa en la obra de la salvación. Esta estructura fundamental del ser de María se
refleja en la maternidad y en la virginidad de la Iglesia. San Pablo explica la relación esponsal entre Cristo y la Iglesia: “Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada” (Ef. 5, 25-27). El Concilio recoge las afirmaciones del Apóstol: “la Iglesia en la Santísima Virgen llegó ya a la perfección”, mientras que “los creyentes se esfuerzan todavía en vencer el pecado para crecer en la santidad”. (LG 65). Se subraya la diferencia entre los creyentes y María. Estos reciben la santidad por medio del bautismo, María fue preservada de toda mancha de pecado original y redimida anticipadamente por Cristo. Los creyentes a pesar de estar libres “de la ley del pecado” (Rom. 8, 2), pueden caer en la tentación y la fragilidad humana se sigue manifestando en su vida. “Todos caemos muchas veces”, (Sant. 3, 2). La Virgen Inmaculada, por privilegio divino, constituye una excepción a esa regla. (LG 65). Los miembros de la Iglesia estimulados por la Virgen, “modelo de todas las virtudes”, la contemplan y escuchan el mandato de Cristo: “Sed, perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt. 5, 48). María es la toda santa. Representa para la comunidad de los creyentes el modelo de la santidad auténtica que se realiza en la unión con Cristo. Unida, como María a la cruz del Redentor, la Iglesia, a través de las dificultades, contradicciones y persecuciones que renuevan en su vida el misterio de la Pasión de su Señor, busca constantemente la plena configuración con él. La Iglesia vive de fe, reconociendo en “la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor” (Lc. 1, 45). Su ejemplo anima al pueblo de Dios a practicar su fe, a profundizar y desarrollar su contenido, conservando y meditando en su corazón los acontecimientos de la salvación. María se convierte en modelo de esperanza para la Iglesia. Al escuchar el mensaje del Ángel, la Virgen orienta su esperanza hacia el Reino que Jesús fue enviado a establecer. La Virgen permanece firme al pie de la cruz de su Hijo, a la espera de la realización de la promesa divina. Después de Pentecostés, Ella
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El rostro materno
de María
sostiene la esperanza de la Iglesia perseguida, es la Madre de la Esperanza, que estimula y guía a sus hijos, sosteniéndolos en las pruebas diarias y en medio de las vicisitudes de la historia. En María la Iglesia reconoce el modelo de su caridad. En la primera comunidad cristiana, descubrimos que la unidad de los corazones, en la espera de Pentecostés, está asociada a la presencia de la Virgen Santísima (Hech. 1, 14). Gracias a la caridad irradiante de María se conserva dentro de la Iglesia la concordia y el amor fraterno. De ahí que los fieles deban: a) Adquirir un conocimiento completo y exacto de la doctrina de la Iglesia sobre la Virgen María, para discernir la devoción verdadera y la doctrina auténtica que abra el camino para comprender la belleza de la Madre; b) Alimentar un amor auténtico hacia la Virgen, que se exprese en formas genuinas de veneración y se traduzca en “imitación de sus virtudes” (LG 67) y un decidido empeño en vivir según los mandamientos de Dios y de hacer su voluntad (Mt. 7, 21; Jn. 15, 14); c) Desarrollar la capacidad de comunicar ese amor con la palabra y la vida, la piedad mariana debe ser promovida y cultivada. Con la formación Mariológica, el empuje de la fe y el empeño del estudio, se conseguirá: - En el campo intelectual, la verdad sobre Dios y sobre el hombre, sobre Cristo y sobre la Iglesia, se profundiza y se sublima por el cono-
cimiento de la “verdad sobre María”; - En el campo espiritual, la formación y ayuda al cristiano a acoger e introducir a la Madre de Jesús “en todo el espacio de la propia vida interior” (Redemptoris Mater, 45); - En el campo pastoral, la Madre del Señor es sentida fuertemente como una presencia de gracia por el pueblo cristiano. En este tiempo de gracia y bendición, celebremos a María con la vivencia de algunas actitudes: Ofrecimiento de flores a la Virgen: Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho; nada mejor que orar el Rosario, jardín de rosas, diariamente. Reflexionar en los principales misterios de la vida de María: Esforzar mente, imaginación y corazón para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Meditar las actitudes de María en: La Anunciación; La Visitación a Isabel; El Nacimiento; La Presentación; La pérdida y el hallazgo de Jesús en el templo; Las Bodas de Caná; María al pie de la cruz… Recordar las apariciones de la Virgen: Y el mensaje de amor para nosotros sus hijos, en cada una de ellas: En Fátima, Portugal; En Lourdes, Francia; En el Tepeyac, México; En la Rue de Bac, Francia. Meditar en los cuatro dogmas Marianos: Su Inmaculada Concepción; Su Maternidad Divina; Su Perpetua Virginidad; Su Asunción a los Cielos.
Oración a María Auxiliadora
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Enséñame, Oh María Auxiliadora, a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros, en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí, en la deslealtad de aquellos en quienes confié. Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar mis pequeños sufrimientos, de tal modo que sea yo el único que los padezca. Enséñame a sacar provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no me
endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no irritable; que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico. Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje en el camino hacia la vida eterna. Amén. Bajo tu amparo nos refugiamos Santa Madre de Dios, no desatiendas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo mal y peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.
Congregación de las Hermanas, Santa Marianita de Jesús.
Nuestra Iglesia Mons. Marcos Pérez, Obispo de Babahoyo
Santa Mariana de Jesús, Heroína Nacional Hermanos, el 26 de mayo celebramos a nuestra primera santa ecuatoriana, santa Marianita de Jesús, la Azucena de Quito. La historia de Mariana de Jesús de Paredes es muy breve. Proveniente de una noble familia de origen español, en cuyo árbol genealógico se entremezclan Andalucía y Castilla, nace en Quito en 1618. Prodigio de piedad, por la precoz madurez de su espíritu, alrededor de los diez años se liga con los votos de pobreza, castidad y obediencia; se ve que el esqueje arrancado del tronco ibérico era fuerte y la tierra del Nuevo Mundo, generosa. El ejemplo de los misioneros la arrebata, le enciende el alma y la llena de altísimos deseos, que se concretan en fervorosas oraciones, en contemplaciones extraordinarias y otros dones místicos, simultaneados con tales austeridades que su sola enumeración causaría profundo estupor. Víctima de amor primero, acaba sus días como holocausto de caridad en 1645, ofreciendo su vida por su pueblo. Y cuando la tierra dejaba de temblar y la peste se disolvía en el aire, ella exhalaba el último suspiro entre deliquios inefables, pero revestida siempre de ásperos cilicios. No tenía más que veintiséis años. A ella, amados hijos, os encomendamos, mientras que, con verdadera efusión de nuestro afecto paternal, os bendecimos, rogándoos que llevéis también nuestra bendición a vuestras patrias y a vuestros hogares, como prenda del amor del Vicario de Cristo.
Mons. Marcos Pérez Caicedo nació en Daule (Guayas), el 14 de julio de 1967. Ingresó al Seminario Mayor de Guayaquil, en donde realizó los cursos de Filosofía y Teología. Es licenciado en Teología por la Universidad de la Santa Cruz, de Roma. Fue ordenado sacerdote diocesano el 19 de marzo de 1992. Fue nombrado Obispo Auxiliar de Guayaquil por el Papa Benedicto XVI el 10 de junio de 2006 y recibió la ordenación episcopal el 22 de julio del mismo año. El 10 de febrero de 2012 el Santo Padre Benedicto XVI lo nombró Obispo de la Diócesis de Babahoyo y tomó posesión el 16 de marzo. S. S. Benedicto XVI distingue a trece sacerdotes de la Arquidiócesis de Guayaquil Los clérigos a ser reconocidos como prelados de honor de la Iglesia Universal son: Carlos Cuadrado, José Heissenberger y Helmut Nagorziansky; los clérigos a ser reconocidos cono capellanes de honor del Iglesia Universal son: Roberto Pazmiño, Mario Pazmiño, José Giner, Othmar Staheli, Cornelio Kiely, Plácido Muñoz, Jorge Andrade, Mariano Merchán, Lothar Zagst y Stanley Henriques.
17 Mons. Carlos Cuadrado
Mons. Helmut Nagorziansky Mons. Roberto Pazmiño
Mons. Jorge Andrade
P. Camilo de Jesús Parroquia “San Juan Apóstol”
Pentecostés
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A los 50 años del Concilio Vaticano II es urgente una espiritualidad del Espíritu Santo, una actualización y renovación permanente del Pentecostés personal El beato Juan Pablo II en su ministerio evangelizador tenía un No olvides cada eje central, una insistencia en su día, cada momento predicación, un afán para que su Palabra en el poder del Espíritu invocarlo. ¡ATRÉVETE! Santo tocara e hiriera el cora“Ven Espíritu Santo zón del hombre. Su llamado universal, que no es otro que el de fluye en mi corazón Cristo resuena con toda fuerza y de mi toma absoluta en nuestra tierra: “Aperite Pory radical posesión. tas Redemptori”. ¡Sí! el Redentor toca, pero la decisión de abrir la Por Jesucristo tiene usted, la tiene el hombre. Nuestro Señor, Amén”. Dentro del Don de la libertad con la que Dios lo ha dotado. Este incansable llamado, es extensión y prolongación de la oración que su Santidad Juan XXIII promulgaba ante la apertura del Concilio Vaticano II: “Espíritu Divino, enviado por el Padre en el nombre de Jesús estás presente en la Iglesia y la diriges infaliblemente… Renueva en nuestros tiempos tus maravillas, cual en un nuevo Pentecostés y concede a la Santa Iglesia que, perseverando con María Madre de Jesús, unánime y constante en la oración y asimismo conducida por el bienaventurado Pedro, amplifique el Reino del Divino Salvador Reino de verdad y justicia, Reino de amor y de paz. Así sea”. Esta portentosa oración define que Pentecostés es siempre nuevo, que se actualiza cada día, que el Espíritu Santo está presente permanentemente en la Iglesia, como el Alma que le da vida. Como el Agua y el Fuego que la purifica y renueva, manteniéndola Inmaculada y Santa. Como el Viento que la empuja ágil y segura por los mares de la humanidad superando borrascas, leviatanes y tempestades, persecuciones y humillaciones, Iglesia que no naufraga y sin miedo ni cobardía por el poder y la efusión del Espíritu Santo llega a los puertos del corazón de los hombres, llamándoles a la conversión: “Aperite Portas a Christus” ¡Abridle, Abridle, las puertas a Cristo! Pentecostés es eternamente
nuevo, por eso la Iglesia es siempre joven. Llama el Concilio hoy a sus 50 años a experimentar y a que le permita al Espíritu Santo que fluya y que actualice en ti de una manera personal el Don, el Poder, la Unción y el Carisma del Bautismo. ¡Vamos, vamos es hora de que vitalmente recibas tu Pentecostés personal! Para que adquieras un camino definitivo, estable y conveniente de una espiritualidad de Espíritu Santo. Cuyas características son: Una vida de alabanza, de adoración y acción de gracias. Una relación directa, orante y meditada con la Palabra de Dios. Llevar una vida Eucarísticamente fiel. Vivir con una conciencia de resucitado e Hijo de Dios. Una apertura dócil, disponible y obediente a los dones y carismas. Tener convicción de que eres Iglesia: la Iglesia está en tu corazón, tú estás en el corazón de la Iglesia. Ser fiel como María de pie ante la cruz de tus dificultades, adversidades y tribulaciones. Vivir en unidad, comunión y solidaridad con toda la diversidad carismática de la Iglesia, en servicio desinteresado y amor al prójimo. Estar apisonado en la roca de Pedro fiel a la Tradición, a la Palabra de Dios y al Magisterio de la Iglesia. Ser discípulo y a la vez Apóstol con un compromiso de palabra y de obra con la misión de la Iglesia. Todo bautizado ha de ser discípulo y misionero. No desanimarte ante los escándalos del mundo sino con la Virgen Madre, Señora de Pentecostés perseverar hasta el final. Buscar la santidad como la plenitud de una vida consagrada en el Espíritu Santo, solamente a Dios. El Espíritu Santo que como Maestro de Sabiduría ungió el Concilio Vaticano II es el mismo Espíritu que hoy te quiere ungir a ti. ¡El Concilio Vaticano II no es teoría, es vida, es el Espíritu Santo quemando permanentemente con sus lenguas de fuego a la Iglesia! ¡Ábrele la puerta a Cristo, no temas, el es tu Pentecostés personal, entrégale tu corazón y sabrás lo que es estar lleno del Espíritu de Dios y tu vida se transformará en un Pentecostés permanente, personal y eclesial!
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Que es la
SEMANA SANTA te enseña...
Durante la Semana Santa, vivimos momentos muy importantes de la vida de Jesús, su Muerte y Resurrección.
Domingo de Ramos Jesús entró en Jerusalén y toda la gente lo aclamó como Rey. En las misas actuales se reparten palmas para recordar como hace muchos años aclamaron a Jesús como Rey. Estas palmas se queman y sus cenizas se utilizan el Miércoles de Ceniza del próximo año.
Jesús fue hecho prisionero, golpeado, condenado a muerte, obligado a cargar una cruz, crucificado hasta morir por nuestra salvación.
Recordamos a la Santísima Virgen María que sufrió mucho en este día porque su Hijo, que era inocente, había muerto. Jesús está en la sepultura. El Sábado por la noche se celebra en la Iglesia, el rito del fuego nuevo y de la luz. Se bendice el fuego y el cirio pascual.
Jesús celebró la última cena con sus discípulos e instituyó la Eucaristía.
Es el día más importante y más feliz, porque celebramos la Resurrección de Nuestro Señor Jesús, al resucitar, Él nos salvó y nos abrió las puertas del cielo. La palabra Pascua significa “Paso” y celebramos el paso de Jesús de la muerte a la vida eterna.
“La Hora Feliz de la Abuela que Vuela” de 4 a 5pm. en el dial 88.1 FM Radio María.