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Editorial

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asaron la conmemoración por los 40 años del golpe de 1973 y la celebración de los 25 años del plebiscito de 1988 que le impidió a Augusto Pinochet continuar en La Moneda. Quedó, sin duda, una ciudadanía más informada y consciente, un país que valora la democracia y condena en forma casi unánime las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el país. También que no deben existir privilegios y los autores de esos crímenes, al menos, no pueden estar en un penal de lujo, como era el que reunía a Contreras y compañía en Peñalolén.

CARTA DE NAVEGACIÓN 3 Editorial / Cartas

4 Diálogos

6-7 Entrevista

Destacable decisión presidencial, la de cerrar ese recinto, con todos los costos que ello implicaba para Sebastián Piñera, quien no tuvo temor para señalar, desde la derecha, a los cómplices activos y pasivos de los crímenes de la dictadura. Se abre, como siempre tras una catarsis colectiva, un periodo de reflexión pero no de olvido, que permita avanzar hacia una sociedad mejor, más democrática y tolerante. Fundamental –entonces– es recoger las experiencias del pasado para aprender de ellas y educar a las nuevas generaciones con el criterio del Nunca Más.

BUZÓN COPESA Y 3TV Señor Director: Lamentable la decisión de Copesa de suspender, dicen momentáneamente, su canal de TV. Si bien era más poder para el duopolio que conforma el holding de Álvaro Saieh con El Mercurio de Agustín Edwards, al menos era una opción más en la pantalla abierta, cada vez más saturada de basura y centrada en la brutalización de la ciudadanía. Ojalá, en breve, podamos contar con nuevos proyectos –como el que usted dirige– que nos ayuden a ampliar el pluralismo y la libertad de expresión.

8 Infografía

9-12 Portada

14-15 Opinión de Alberto Mayol

Antonio F. Maturana PUNTA PEUCO Señor Director: Como soy un insaciable, ahora sólo espero ver el traslado de los reos rematados de Punta Peuco a una cárcel de Alta Seguridad para que sigan cumpliendo sus penas de por vida. Sé que es mucho pedir a Piñera que lo haga, ya hizo suficiente, pero el próximo gobierno no podrá excusarse en que no están las condiciones. ¡Hoy sobran! Cristián Acevedo R.

16-22 Observatorio Económico

23 En Vitrina

24-26 Entrevista Alice Munro

27 libros

28 Vinos

29 Butaca

30 Última Palabra / Marta Blanco

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JUSTICIA O ¿JUSTICIA? Señor Director: Cuando la justicia tarda no es justicia. Tampoco lo es cuando distintos jueces, de primera instancia, Apelaciones o Suprema, condena, ratifica, anula, sobresee, prácticamente con las mismas pruebas. La sociedad no entiende y desconfía de todo el proceso. Viene ocurriendo con mucha regularidad que el máximo tribunal es, finalmente, quien modifica fallos, tanto condenatorios como absolutorios. ¿Qué ocurre? Es hora de que la Justicia capacite a sus miembros para que la suerte de muchos chilenos no se convierta en una verdadera lotería. Juan Carlos Calcagno H.

contacto@elperiodista.cl • Director: Francisco Martorell • Colaboradores: Francisco Aravena, André Jouffé, José Ignacio Silva, José Higuera, Nicolás Levi, Alex Araya, Montserrat Martorell (Turismo) y Udo Gonçalves. • Columnistas: Marta Blanco, Francisco Chahuán, Alberto Mayol, Daniel Ramírez y Elicura Chihuailaf. • Corresponsales: Ricardo Parvex (Francia), Carlos A. Suárez (Argentina), Marco Zelaya (Bolivia), Juan Gasparini (Europa), Mate Guerra (Bélgica), Patricio de la Barra (Brasil), Sergio Martínez (Canadá) y Luis Garrido (Suecia). • Diseño: Aldea Multimedios. • Valor suscripción: $ 20.900 (anual) en todo el país. suscripciones@ elperiodista.cl • Publicidad: Ilsen Colón, comercial@elperiodista.cl • Impresión: Grafica Andes • Representante Legal: Francisco Martorell Cammarella.

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DIÁLOGOS DE CAFÉ

A la venta sitio www.bachelet.cl Si usted ingresa hoy, incluso, se encontrará con un aviso que asegura que la marca (el apellido de la ex Presidenta) sólo es superada por Coca Cola y que para saber su precio debe comunicarse con info@bachelet.cl. Lo curioso es que el sitio, entre junio de 2004 y mayo de 2009 perteneció a la ex Presidenta, quien no pagó su renovación, situación que fue aprovechada por el músico, educador y líder para Chile de la Fundación “Todos Podemos Ayudar”, Alfredo Zalaquett Urrutia, quien lo inscribió a su nombre el 24 de agosto de 2010, cinco meses después de que Bachelet dejara La Moneda. Actualmente hay más de 40 registros en Nic Chile que contienen el apellido de la candidata de la Nueva Mayoría y otras 8 solicitudes en trámite.

Piñera subió bonos en Europa Seis periodistas de Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca, Austria y Suiza, que cubren el sector económico y escriben para diarios de Europa, EEUU, Asia, Australia y el mundo árabe, estuvieron algunas horas en Pudahuel, luego de visitar Brasil y dejaron privadamente algunas impresiones sobre Chile que vale la pena reproducir. En lo que refiere a su tema específico coinciden en que la economía nacional está “floja”, sin posicionamiento a futuro y que no puede vivir sólo del cobre, menos seguir ligando su moneda a los ingresos de un área que no es una industria. Respecto a lo político, en general, mostraron su satisfacción por la decisión de Piñera, a quien calificaron de “valiente”, por cerrar Cordillera y “sacudirse” del pinochetismo. Según estos periodistas, antes se veía con “interés” el modelo chileno, pero gracias al destape por los 40 años del Golpe, muchos colegas europeos comenzaron a mirar con detención a Chile, concluyendo que las privatizaciones no fueron tales sino ventas encubiertas y que los beneficiados –sus amigos– fueron simples administradores de empresas que no supieron de riesgos. “Empujaron un modelo sin industrias y que abría mercados nuevos ‘obligatorios’: salud, AFP, educación, etc”. Otro aspecto interesante es que, según dicen, muchos dirigentes de derecha de Europa “cerrarán fila” con el Presidente Piñera y piensan invitarle a seminarios en el viejo continente una vez que deje La Moneda para levantarlo como figura de la derecha latinoamericana.

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Ningún Quila está con Marcel Una foto de Marcel Claude con el Quilapayún de Eduardo Carrasco, tomada luego de una presentación en Iquique, fue ampliamente difundida por las redes sociales, dando la impresión que el grupo apoyaba la candidatura del abanderado Humanista. Los músicos, sin embargo, aclararon en facebook y twitter que la instantánea fue tomada en “un restaurante donde coincidimos por casualidad”, que no tenía su respaldo y “menos ahora que se está haciendo uso de esta foto para hacernos aparecer como apoyándolo”. Aclaran, eso sí, que no se abanderizan con ningún candidato “porque hay diversas opiniones dentro de nuestro grupo y las respetamos. En todo caso, ninguna es favorable a Claude. Una campaña presidencial no debería estar echando mano a estas artimañas para hacerse valer”. Desde Francia, el director artístico del Quilapayún en París, Rodolfo Parada, hizo público su apoyo a Michelle Bachelet.


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ENTREVISTA

Propuesta uruguaya de regular la marihuana

“La alternativa es más tráfico” Julio Calzada es el funcionario que llevó adelante la idea del Presidente del Uruguay, José Mujica, de supervisar la producción y venta de cannabis. Por qué la desregulación actual significa más producción y fondos para el crimen. La oposición de los de siempre. POR TOMÁS ELIASCHEV*

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u perfil bajo y hablar pausado contrastan con el rol de estrella que tuvo en la 11ª Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas. Julio Calzada Mazzei, titular de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay, fue la figura más requerida del encuentro organizado en Argentina por la asociación civil Intercambios. No es para menos, se trata del funcionario que está detrás del proyecto del presidente José Mujica para regular la producción y distribución de cannabis, entre otras cuestiones que lo ponen a la vanguardia de la discusión internacional por la ampliación de libertades. •¿Qué repercusiones internacionales encuentran ante las iniciativas que están tomando en materia de drogas? Hemos encontrado interés y sana curiosidad en general, tanto de periodistas como de organizaciones de la sociedad civil y de algunos gobiernos. No ha habido ningún tipo de presiones, excepto los organismos de fiscalización de las Naciones Unidas, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes y la Convención de Viena, que han

planteado sus reparos a esta iniciativa. Es algo natural, es lo que han hecho todos estos años. •¿Qué nivel de aprobación tiene la iniciativa en Uruguay? Es la ley que ha tenido más audiencias públicas. Hemos hecho más de 30 debates en todo el país, con ciudadanos, organizaciones sociales, partidos. La vocación del presidente es abrir una discusión lo más amplia posible. Eso ha planteado, eso estamos haciendo. A nivel parlamentario, lamentablemente, han sido pocos los sectores de la oposición, salvo los que son favorables, que han participado del debate. Estamos ante un tema complejo, donde intervienen un conjunto de factores que no tienen una respuesta sencilla ni única. Hoy lo que tenemos es una propuesta elaborada por el gobierno que da cuenta de la globalidad del problema, desde nuestro punto de vista. Puede tener sus aspectos débiles, sus errores. Pero no tenemos ninguna propuesta alternativa de la derecha, de la oposición. La alternativa es más de lo mismo. Es más producción, más consumo, todo desregulado, por lo tanto más fondos negros que se lavan en el mercado legal, más tráfico de armas, todo esto relacionado con mayores desvia-

ciones hacia otras formas de criminalidad, como puede ser la trata de personas o el tráfico de órganos. No se pueden esperar resultados diferentes si se sigue haciendo lo mismo, como decía Einstein. •¿Qué se proponen con la nueva ley de drogas? Queremos resultados diferentes en materia de política de drogas. Avanzar en todos los aspectos, desde una integralidad. En primer lugar, los aspectos que tienen que ver con el derecho. En Uruguay el consumo no está penalizado y sí todos los actos preparatorios para el consumo. Para el caso de la marihuana queremos solucionar esta incongruencia, que ha sido largamente planteada por las organizaciones sociales que se mueven en el mundo cannábico. Además, hacemos una fuerte apuesta a conceptualizar que el uso problemático de drogas es un problema de salud pública, no un problema criminal, en acuerdo con un conjunto de actores, como sectores académicos, organizaciones no gubernamentales. En tercer lugar, para desarmar las estructuras que hacen posible la existencia del narcotráfico, hay que desarticular las estructuras económicas. Tenemos un mercado de 30 a

40 millones de dólares en Uruguay que hacen sustentable el narcotráfico y que se diversifica en otras acciones criminales. Se ha intentado la interdicción, confiscación de bienes, acciones que sin duda contribuyen a aumentar el riesgo que tiene realizar este tipo de tarea; pero todo lo que se ha hecho no ha logrado que estas organizaciones claudiquen, se desmoronen o se eliminen. Lo que sucede, en todo caso, es que algunas se desarticulan pero después es como si fueran hongos: eliminas una y crece otra al lado. Esto pasa tanto con las organizaciones criminales como con los lugares de expendio.


•¿Cómo va a ser la regulación del cannabis? En Uruguay tenemos 75 mil personas que consumen marihuana por lo menos una vez al mes, otras que lo hacen 3 o 4 veces. Estas personas, si no cultivan, no tienen otra que vincularse con el mercado ilegal. En una evaluación primaria, como mucho, debe haber mil 500, dos mil autocultivadores o personas interesadas. Puede haber hasta 5 mil o 10 mil, según dicen las organizaciones cannábicas, es la hipótesis más optimista. Es el 8 por ciento del mercado total anual, que es de 120 mil personas. Tenemos que dar una

“Se ha intentado la interdicción, confiscación de bienes, acciones que contribuyen a aumentar el riesgo que tiene realizar este tipo de actividad; pero no hemos logrado que estas organizaciones claudiquen, se desmoronen o se eliminen” respuesta global, nuestra propuesta es que el Estado regule, no que genere una empresa pública. No planteamos esto, esto no va a ser realizado por empleados públicos, sino que el Estado lo va a controlar dando licencias para la producción. Una persona que sabe cómo plantar flores, cómo se maneja

un invernadero, cómo se cultivan estas plantas, se puede presentar para que se le otorgue una licencia. Si se reúnen condiciones, como estar habilitado en la oficina de hacienda, pagar los impuestos, se le da una licencia y entonces podrá producir hasta determinada cantidad de sustancia. Este se la va a

tener que vender a un licenciatario de acopio y distribución, que se va a ocupar de guardar y distribuirla. Para la venta se van a tener otras licencias de expendio. Así, cerramos un circuito en el que no hay relaciones comerciales entre actores, partimos de la base de precios controlados, no vamos a una libre competencia; pero esto no es un monopolio, el Estado en realidad no produce, no distribuye, no vende. Es un circuito cerrado de producción, acopio, distribución y expendio en el cual no se producen relaciones mercantiles. *Revista Veintitrés

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INFOGRAFIA

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FUENTE:INE


PORTADA

¿Qué es el perdón? No se puede perdonar otra cosa que lo que se ha sufrido en carne propia. Nadie puede perdonar por los que ya no están. Por ello queda siempre un fondo imperdonable, irredento. El perdón es un don perfecto pero es un imperfecto don, porque es incompleto. Esta es la paradoja del perdón. POR DANIEL RAMÍREZ*

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ay cosas difíciles en filosofía. Intelectualmente, y porque despiertan reacciones muy fuertes, evocan imágenes, momentos, historias difíciles. Se trata una red de significaciones compleja, donde es fácil confundirse. La filosofía no puede nada contra las reacciones afectivas pero tal vez puede ayudar a comprender. Y en ello las palabras son importantes. Cuando se evoca el perdón es porque hay falta moral, delito, abuso, daño, crimen. Desde los antiguos libros se habla de eso: Caín y Abel. Falta (o pecado), luego venganza, ley del Talión, castigo, condena. Y también una serie de situaciones que vienen a agregarse: excusa, arrepentimiento, confesión, perdón, redención, amnistía, etc. Las sociedades civiles se constituyen

con la idea de que un tercer término –la justicia–, es fundamental para evitar la cadena interminable de la venganza, tan estudiada por los etnólogos. Para ello se escriben códigos, se dictan leyes, se nombran magistrados. Se supone que todo crimen debe ser juzgado imparcialmente y castigado proporcionalmente. Pero hay épocas terribles, días de ira, conflictos, guerra civil o genocidio, como el siglo XX ilustró con su record siniestro. La historia pone a seres falibles de sabiduría limitada, como son los individuos humanos, en situaciones extremas donde las barreras morales se pierden. El odio, alimentado por ideologías, por prejuicios y propaganda, intensificado por miedo, hace su obra y se desencadena lo inhumano. Y como el ser humano es “inteligente”, la violencia se vuelve sistema.

Tiempo de asesinatos, tortura, desapariciones, privación de libertad, exilo, despojo, calumnia, humillación, injusticia y exclusión, mentira generalizada. Luego la historia avanza, el tiempo pasa. Y hay que seguir. La justicia se pone en marcha pero insuficiente, tardía y difícilmente; poco a poco se reconquista la memoria pero las heridas continúan abiertas. ¿Por qué? Así aparece el tema del perdón. Extraño y difícil. Primero diferenciemos algunos términos. Perdón no es lo mismo que excusa, aunque nos excusamos por empujar a alguien. Las faltas excusables no necesitan ser perdonadas. Etimológicamente excusa viene de “ex-causa”, es decir una causa exterior, que ha venido a mezclarse en el hecho. El chofer que produjo

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un accidente luego de ser encandilado justo cuando el terreno estaba deslizante, es responsable del accidente, pero al menos dos causas exteriores intervienen en el hecho. Tiene ex-cusas… Los jueces lo saben. Y por lo mismo puede haber “disculpa” (apartar la culpa). Pedir disculpas es generalmente mostrar las excusas. Pero la falta moral grave, la que da problemas, es la que es imputable al agente solo, plenamente autónomo e integralmente causa de lo que ha hecho y con la clara voluntad de hacerlo. Los actos puedan ser calificados entonces de inexcusables. Cualquiera puede decir no a una orden, detener un potenciómetro, decir que el prisionero se ha desmayado. Nadie está obligado a seguir escrupulosamente con un plan siniestro hasta el fin, hundiéndose en la crueldad. No se puede exigir el heroísmo, pero todo el mundo puede ayudar en algo a atenuar la máquina, declararse enfermo, retirarse, luego hablar, contribuir a la verdad. Cuando se ve que nada de esto ha sido intentado, estamos ante lo inexcusable. Peor aun cuando se es responsable de toda una cadena de estos hechos. La justicia debe seguir su curso, reforzada, rigurosa. Pero ella misma es incapaz de castigar esos actos proporcionalmente, porque están fuera de toda proporción. ¿Para qué hablar entonces de perdón? ¿Cuándo se puede aplicar? ¿Y qué es el perdón? Es imposible explicar eso sin entrar en el centro mismo de la filosofía. Se trata del tiempo. Ocurre que los seres humanos somos no solo inteligentes, hablantes o sociales (definiciones clásicas) sino principalmente seres de la temporalidad. Vivimos en la consciencia del tiempo; en el presente que viene del pasado y se dirige al futuro. Todo lo humano se juega en estas tres dimensiones. Solo tenemos percepción del presente, pero del pasado tenemos la memoria, las huellas, a veces las heridas, del futuro tenemos las expectativas, los deseos, también los miedos y la esperanza. Toda una gama de sentimientos tiñe de matices nuestra vivencia del tiempo. Algunos ejemplos: la nostalgia es la percepción del pasado a través de lo bueno que se ha perdido; el orgullo es un pasado visto a través de un logro de valor; la culpabilidad: el pasado bajo el cristal de lo que no deberíamos haber hecho; el miedo: la percepción del fu-

“La historia pone a seres falibles de sabiduría limitada, como son los individuos humanos, en situaciones extremas donde las barreras morales se pierden” turo en relación un mal que amenaza. La gratitud: el sentimiento de haber recibido un gran bien; el rencor: el pasado a través de la ofensa sufrida. Estas coloraciones afectivas son omnipresentes. Es fácil ver que las tonalidades de ánimo respecto al pasado extienden su manto hacia el presente: la culpabilidad respecto a hechos pasados tiñe de vergüenza al yo en el presente, el rencor pasado cubre de resentimiento el presente. Es evidente asimismo que tales presentes proyectan hacia el futuro sus sombras: la vergüenza genera el proyecto de ocultarse o disimularse, el resentimiento el deseo de venganza. El rencor tiñe la percepción de

todo lo demás. De una cierta manera su filtro oscuro cubre la luz del mundo. Por ello la mediación del tercer término, la justicia, es importante. Los hechos y las palabras, la verdad compartidas por terceras personas e instituciones reconocidas, pueden permitir ir retirando el manto y los filtros que el pasado interpone entre el presente y el futuro. Algunas veces –los textos antiguos lo ilustran– las personas pueden ir transfigurando su coloración interior. Por ejemplo la culpabilidad puede generar arrepentimiento, que es ya una manera activa de considerar su pasado vergonzoso. Un deseo de reparación aparece tímidamente. Pero existe lo irreparable, lo irremediable. Nada puede devolver la vida asesinada. Jóvenes que murieron en el frío de subterráneos oscuros, después de innumerables sufrimientos, en la soledad total y el abandono, sabiendo que terminarían en una fosa perdida o en el fondo del mar. ¿Para qué sirve el remordimiento de quien ha perpetrado horrores innombrables? Por ello el arrepentimiento, la penitencia y el perdón han sido en general temas religiosos. Esas cosas son de Dios. So-


brepasan lo pensable por el ser humano. Lo inexcusable puede ser vivido como imperdonable. La categoría jurídica de lo imprescriptible (crímenes contra la humanidad) viene a confirmar lo irreductible del exceso de lo inhumano. ¿Qué es en ese contexto el perdón? En las primeras líneas, hablamos de los sentimientos de nuestra existencia temporal, sobre todo los que tiñen el presente y el futuro con la marca del pasado, como la culpa y el rencor. Y evocamos lo inhumano y lo inexcusable, que marcan de manera indeleble períodos de la historia. Un tal pasado pareciera más bien un destino. Y aquí está el gran problema metafísico: el pasado no lo podemos cambiar, es inamovible, lo hecho, hecho está; es completo como una esfera: todo lo ocurrido ocurrió; es eterno: lo ocurrido nunca podrá no haber ocurrido. La libertad se ve así gravemente disminuida. El futuro también tiene su falla angustiante: es totalmente impredecible. Ninguna predicción se cumple con exactitud, salvo coincidencia. Entre el pasado inamovible y el futuro impredecible, la ac-

“No se puede exigir el heroísmo, pero todo el mundo puede ayudar en algo a atenuar la máquina, declararse enfermo, retirarse, luego hablar, contribuir a la verdad” ción de ese ser falible y finito que es el hombre, debe tener lugar. ¿Cómo puede apenas hacerse algo, si por un lado no podemos prever en absoluto sus consecuencias, y por el otro éstas serán totalmente definitivas? Sin embargo tenemos dos antídotos, frágiles pero reales, a esas dos corrosivas condiciones metafísicas: a la inalterabilidad del pasado podemos oponer el perdón y a lo impredecible del futuro podemos oponer nuestra capacidad de hacer promesas (1). Si lo que fue hecho es inexcusable y el daño incomparable, ¿estamos condenados, los unos a la culpa (a veces secreta)

y los otros al rencor? En estas experiencias el pasado se yergue como destino entre el presente y el futuro, bloquea el venir del porvenir e impide el pasar del pasado. Si bien lo que ocurrió no puede alterarse, lo que podemos cambiar –claro no es fácil ni frecuente– es la incidencia del pasado sobre el presente. La persona que se sabe culpable de lo inexcusable vive en una obscura mezcla de remordimiento y mentira, su presente está enfermo de pasado. Lo mismo quien vive en el rencor, el resentimiento y el deseo de venganza. Enteramente ligados a su acto y a sus estatus de criminal, uno y al de victima el otro. Algunas veces, si el primero reconoce sus actos, inicia un movimiento hacia la víctima, esta puede, si lo desea, iniciar uno hacia el culpable. Hasta dónde puede llegar tanto un movimiento como el otro, es imposible decirlo. Pero tanto el ofensor como el ofendido recuperan una parte de sus estatus de persona humana, no enteramente criminal, no enteramente víctima. Volvamos a la pregunta que dejamos: ¿Qué es el perdón? Coma la palabra lo indica, perdón es un don (donación, regalo); la partícula “per” tiene la misma función que la palabra per-fecto: es decir acabado, completo. “Per” es lo que abre el paso hacia lo perfecto. El per-dón es un don perfecto. Evidentemente se trata de una libertad absoluta de quien ha recibido el daño, no puede ni encargarse ni constituir obligación. No se puede perdonar otra cosa que lo que se ha sufrido en carne propia. Nadie puede perdonar por los que ya no están. Por ello queda siempre un fondo imperdonable, irredento. El perdón es un don perfecto pero es un imperfecto don, porque es incompleto. Esta es la paradoja del perdón. Sin embargo, por el sufrimiento vivido en su propio cuerpo, por la pérdida de seres queridos y por la dignidad pisoteada, no es necesario seguir sufriendo las consecuencias para siempre. Las religiones saben que el perdón libera de una parte del fardo del pasado sobre el presente. Pero como no todo es posible para el hombre, se le deja una parte a Dios (2). No se puede obligar a perdonar (no sería un don perfecto). Pero ello implica, y he aquí lo difícil, que no se puede tampoco prohibir. Imaginemos que para alguna de las víctimas, una transformación interior puede haber comenzado, motivada o no

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por un acto de verdad de alguien que ha cometido lo irreparable. Sería una gran tristeza que por une ambiente colectivo y por campañas de comunicación, ese proceso fuera inhibido. Por ello, la consigna “ni perdón ni olvido” contiene una contradicción. Primero: si hubiera olvido (por represión, autocensura o amnesia), no habría nunca perdón. Para perdonar hay que recordar, hay que reconocer la falta y la deuda como tales para poder considerarla. El perdón es una modalidad de la memoria y no del olvido. La consigna “Sin justicia no hay perdón”, por su parte es infundada: si el perdón es un don absoluto, no puede tener condiciones. La justicia debe seguir su curso. Ni el perdón debe interrumpirla (3), ni la justicia condicionar al perdón; son mundos aparte. Institucional, colectiva y al servicio de la sociedad, objetiva (si posible) y fría, la justicia es mediación, tercer término, objetividad. Personal, individual, subjetivo, el perdón es un acto íntimo, inmotivado, gratuito y totalmente libre. Siempre de persona a persona, el perdón no resiste leyes ni decretos; es extra-judicial, extra- político. La intimidad de una consciencia que considera una persona como tal (separándola de su acto), puede producir esa liberación parcial. Un acto sincero, una palabra de verdad, un proceso, un reconocimiento, todo ello puede sin duda facilitar el movimiento hacia el perdón, pero como dijimos, no puede obligarlo. De la misma manera, la ausencia de estas condiciones no debe prohibirlo ni puede impedirlo.

“La consigna ‘Sin justicia no hay perdón’ es infundada: si el perdón es un don absoluto, no puede tener condiciones. La justicia debe seguir su curso” Una cosa es lo que las sociedades necesitan para la paz civil, justicia, memoria, reflexión, historia, a veces incluso amnistías, leyes… otra cosa es lo que necesita una consciencia adolorida y encerrada en el sufrimiento. Nadie debería aconsejar siquiera el perdón, sin embargo cuidémonos de impedir por necesidades colectivas y políticas, el surgimiento de esa experiencia estrictamente libre, individual, profunda e improbable, si ella surgiera. Se trata de cuidado, de curación (no se puede saber si habrá sanación) de la memoria enferma; tanto de un culpable como de una víctima. La posibilidad, frágil y escasa, de restituir un orden inmaterial pero esencial en la experiencia temporal humana: que el futuro aparezca como futuro y no como proyección del pasado. Y que el pasado aparezca como pasado y no como sombra sobre el presente. Cuidar la memoria y avanzar, para quien sea posible, no significa infidelidad a los caídos; el objeto del perdón, como dijimos, no es el olvido sino el recuerdo, liberado de una parte del dolor, esa que

bloquea el flujo de la vida temporal. El objeto del perdón, allí donde la excusa no puede con lo inexcusable, es la libertad interior. Quienes cayeron en el precipicio del mal, no volverán. Pero su recuerdo puede ser fuente de otra cosa que el fondo y la obscuridad de los abismos. Tal cual como el deseo de vida iluminó sus existencias, la gratitud de haberlos conocido, de haberlos sucedido en el tiempo, de habitar el mundo por el cual ellos lucharon, puede enviarnos una luz nueva. Lo perdido no puede recuperarse, pero en lugar de dejar un vacío, sitios eriazos de la memoria, tenemos a veces la libertad de permitir nuevos brotes, tal vez incluso grandes árboles puedan crecer. Cuando el daño es grande, cuanto más grande puede ser el coraje y la generosidad. En todo naufragio humano siempre hay algo que permanece intacto. Eso merece una atención discreta (lejos de cámaras, debates y bulla) y nuestro mayor respeto. La leve y lúcida vibración del amor podrá regar, pero en silencio, las flores improbables del futuro. *Doctor en filosofía (La Sorbonne). (1) Hannah Arendt formula esta sorprendente reflexión en «The human condition» (1953), en español: La condición humana. (2) Incluso Jesús, pide a su padre celestial el perdón de sus verdugos (“porque no saben lo que hacen”), no dice yo los perdono (Lucas, 23). (3) Salvo montajes muy particulares como el de la “Comisión Verdad y Reconciliación”, deseada por Nelson Mandela y Desmont Tutu en Sudáfrica, que substituye a la justicia, interrumpiendo el proceso antes de la condena.


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OPINIÓN

Concertación: la superación de Hamlet La Concertación ha sido más prudente, más pragmática, ha leído más al otro príncipe que el personaje de Shakespeare. Y montó una obra, pero no para conquistar la verdad, sino para la diversión del respetable público. POR ALBERTO MAYOL*

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na transición a la democracia no sólo supone el paso desde una institucionalidad dictatorial a una democrática. Requiere además que esta última sea relevante. Una débil puede implicar habitar en un escenario de crisis o que la sociedad quede expuesta a una fachada por sobre un escenario real desinstitucionalizado. Al menos desde un punto de vista epidérmico, es difícil sostener la idea de una crisis constante en los veinte años de gobiernos de la Concertación, considerando los gloriosos resultados del PIB y la aparentemente sólida democracia de los acuerdos. Queda como más probable la segunda tesis, la que declara a la institucionalidad una fachada, esto es, la conversión por parte de la Concertación del interés público en escenificación dramática del interés específico de ciertos grupos. Lo cierto es que la denuncia, ya obvia y añeja, de los poderes fácticos en los años noventa, sólo refleja la magnitud y las edades geológicas del problema. La renaciente democracia chilena, luego del plebiscito y en la era concertacionista, no logró configurar una institucionalidad democrática relevante, esto es, no consiguió generar la arquitectura institucional que reemplazara en la coordinación de acciones políticas a los flujos decisionales de aquellos poderes cuya concentración es impropia en democracia y que operan por el costado de las rutas diseñadas para la conservación del poder en el pueblo como soberano. Durante los años noventa, el poder de la prensa de derecha creció y el empresariado comenzó a ‘mercurializar’ el espectro comunicacional; durante los noventa el poder de los empresarios creció, a niveles insólitos y además en proporción con su también creciente riqueza; en los años noventa el poder de la Iglesia creció y se transformó en un órgano institucional

de mediación en los conflictos sociales y, específicamente, en los que redundan de los conflictos de clase, lo que equivale a decir que reemplazó al Estado en una de sus funciones más relevantes. Si es que hay un consuelo, se puede citar uno, que es el creciente alejamiento del mundo militar (cuarto poder fáctico) respecto a la esfera civil. Esta labor, sin embargo, nunca fue terminada. Y quedó grabado como poderosa señal no sólo la impunidad de Pinochet, sino además la defensa que la Concertación hizo como gobierno cuando estaba detenido en Londres. No en vano hemos estado viendo las cárceles-resort de los violadores a los DDHH, recintos hechos por la Concertación. En cualquier caso y aunque sea lleno de notas al pie, el poder militar fue el único poder fáctico que se redujo durante la transición. No obstante, el conteo general es deplorable: 3 de los 4 poderes fácticos crecieron en su poder y lo hicieron significativamente durante la transición. Y los tres poderes que lo hicieron, produjeron

ese efecto en el marco de una consolidación radical del gran empresariado financiero como figura histórica del momento (que corresponde a los poderes fácticos de los medios y del empresariado por supuesto) y como expresión de la debilidad estatal resultante del Estado subsidiario y de la democracia de los acuerdos. En este marco es que campeó la Iglesia católica, en forma de muro de contención de los conflictos sociales (la democracia de los acuerdos de los partidos sólo permitía mitigar problemas entre políticos y no había capacidad operativa frente a la sociedad) y en forma de Hogar de Cristo, pues ante la mutilación de la justicia social, la Iglesia trajo a escena la prótesis de la caridad. El alma golpista tuvo en su seno la preocupación por la tasa de ganancia, al tiempo que un objetivo claro de la dictadura fue la configuración de un mercado de capitales y una burguesía suficientemente consolidada en su única variable relevante: la acumulación de capital (aunque para ello se haya tenido que construir una intrincada trama de poder, es ésta la variable decisiva, siendo la Roma a la que todos los caminos llevaban). Satisfacer el interés de esa acumulación se tornó estado de sitio y ley de seguridad interior del Estado. La inversión extranjera debía reemplazar en nuestra alma al deseo sexual. Cada tratado de libre comercio sería más importante que cambiar la Constitución dictatorial. El crecimiento económico del país debía ser la variable crítica de nuestra propia felicidad individual. Todo ello fue consumado durante la transición. La diferencia entre la dictadura y la transición fue que en dictadura los poderes necesariamente eran fácticos y toda institucionalidad existía en la medida de la capacidad de su imposición arbitraria, mientras que durante la transición los poderes fácticos se autonomizaron de la institucionalidad y la dejaron a ella en forma de escenificación dramática, puesta en escena para


la legitimación, en forma de democracia de los acuerdos y tratados internacionales de libre comercio; mientras la realidad pasaba por otros caminos, mientras era evidente que lo conveniente “para Chile” no era sino lo conveniente para un grupo específico que concentró la capacidad de inversión, las utilidades y se deshizo de impuestos, exigencias ambientales y problemas logísticos, que pasaban a ser ‘asuntos país’ con miras a estratégicas decisiones para su solución. Esto no equivale a decir que la transición fuese igual o peor que la dictadura. El hecho que se haya escenificado la democracia supone necesariamente un mínimo de verosimilitud y un esfuerzo por ocultar las zonas oscuras del orden social. Y ese esfuerzo se agradece. La realidad es tan dura que siempre necesitamos alguna ficción, incluso una mentira, para vivir. La crisis institucional que se ha puesto de manifiesto desde 2011 no es en realidad nueva. Durante toda la transición no ha habido institucionalidad. No puede haberla cuando los poderes fácticos aumentan su poder. Sólo ha existido la escenificación de la institucionalidad, lo que significa (siendo honestos) que el poder de los fácticos fue mayor porque además podían cubrir su ilegítima acción con el oropel de la corrección normativa y de las instituciones republicanas. El interés particular se había trocado interés general. Por eso, la actual crisis de legitimidad se puede resumir en que el me-

“El conteo general es deplorable: 3 de los 4 poderes fácticos crecieron en su poder y lo hicieron significativamente durante la transición” canismo ideológico que permitía convertir los poderes fácticos en liturgias políticas, terminó por desgastarse en su totalidad. Lo que se ha caído no son las instituciones, sino la fantasía de que estaban de pie. Nuestra transición es, en este sentido, un fracaso. Como desarrollo de instituciones democráticas, como desarrollo político, como desactivación de los poderes fácticos; nuestra transición ha fallado. A 15 años del triunfo del No en el plebiscito, resuena una ironía: la salida institucional de la dictadura termina su camino con instituciones marchitas. Pero visto de otro modo, quizás la explicación exista y baste simplemente mirar desde otro punto: el diseño de salida institucional de una dictadura, cuando ha sido elaborado por los mismos dictadores, no puede terminar en democracia. Siempre hay que sospechar de la oferta del perro para cuidar la carnicería. Hamlet montó una obra de teatro que repetía la historia del asesinato de su padre. La montó para mostrársela a su padrastro, a quien consideraba el asesino. Según

su reacción, podría quedar en evidencia la dolorosa trama de su existencia. La idea es brillante, pero Hamlet está también poseído por la locura y su plan no es maquiavélico, sino más bien emotivo: quiere la verdad. La Concertación montó una obra de teatro para evitar el ajusticiamiento del asesino padre dictatorial. La montó para mostrársela al pueblo, las víctimas. Según la reacción que tuviera el pueblo, podría ser posible una democracia de acuerdos que evitase el conflicto con el padre asesino y que permitiera vivir con él en armonía. La idea es brillante y su plan es racional: la Concertación sólo quería tranquilidad. Hamlet fracasa, la Concertación triunfa. Hamlet morirá en la tragedia, la Concertación morirá adornada de poder y palacios. Hamlet nació en medio del poder y los palacios. Y podría haberse quedado cómodamente de príncipe si hubiese aceptado su realidad: su padrastro mató a su padre y su madre se casó con el asesino. Pero quiso acabar con la injusticia y develar la verdad. El príncipe de Dinamarca era muy inmaduro. La Concertación ha sido más prudente, más pragmática, ha leído más al otro príncipe. Y montó una obra, pero no para conquistar la verdad, sino para la diversión del respetable público. La alegría estaba tan lejos y, en cambio, la comedia estaba tan cerca. *Académico Universidad de Santiago de Chile.

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* Ph.D en Economía, Georgetown University Director Magíster en Economía, Universidad Alberto Hurtado / Georgetown University Académico de la Universidad Alberto Hurtado ** PhD en Economía, Georgetown University M. A. en Economía ILADES-Georgetown University Académico de la Universidad Alberto Hurtado

Sin reformas el desempleo no podrá seguir bajo Por Lucas Navarro* y Mauricio Tejada**

De acuerdo al último Employment Outlook de la OCDE publicado en julio1, Chile es uno de los pocos países del grupo que ha logrado reducir el desempleo desde que comenzara la crisis financiera internacional de 2008. En efecto, según la OCDE, la tasa de desempleo pasó de 8 % en promedio en los tres años previos a la crisis de 2008 a 10 % en 2009, para –luego de la recuperación– alcanzar valores cercanos al 6,5 % desde fines de 2012. Una situación similar se estima para 2014, lo que posiciona a Chile como uno de los países líderes en su capacidad de recuperación después de la última debacle económica. El informe, además,formula tres afirmaciones: (a) estas tasas de desempleo se encontrarían por debajo de la tasa de desempleo de equilibrio de largo plazo (en torno a 8 %), (b) la legislación laboral chilena es rígida en relación al promedio de países del grupo, y (c) no ha habido reformas en el mercado de trabajo en los últimos años. Frente a este escenario, la inquietud natural es indagar sobrecuán verdaderamente notable es esta recuperación del mercado laboral chileno, que incluso exhibe actualmente tasas de desempleo inferiores a las previas a la última recesión que experimentó el país. Este dato resulta aún más llamativo si se compara la dinámica de la tasa de desempleo después de la crisis reciente con la experimentada luego del episodio recesivo inmediatamente anterior: la denominada crisis asiática de 1998. En efecto,si bien la economía se recuperó rápidamente en términos de crecimiento de actividad, la mayor tasa de desempleo post crisis asiática se mantuvo en niveles persistentemente altos por muchos años. Es posible que el contexto económico y diferentes respuestas de política, tanto fiscal como monetaria, expliquen el disímil comportamiento de la tasa de desempleo en ambas crisis, como asimismo los bajos niveles actuales de dicha tasa. Lo que no se puede, sin embargo, es afirmar que su comportamiento actual sea resultado de un mercado laboral que funcione mejor, ya que no se han realizado reformas importantes en materia laboral, una condición necesaria para sostener una tasa de desempleo baja en el largo plazo. Para entender mejor la dinámica del desempleo se requiere considerar cómo es afectada por la creación y destrucción de empleo. En este contexto, las contrataciones generan un flujo de salida del desempleo mientras que los despidos producen un flujo de entrada al mismo. Luego, la diferencia entre estos dos flujos determina el cambio en el número de desempleados entre dos momentos del tiempo. En términos técnicos, son las tasas a las cuales los trabajadores encuentran y pierden trabajo, respectivamente, las que explican el nivel de desempleo. Entender cómo funcionan estos dos márgenes es relevante, ya que puede tener importantes implicancias de política. O sea, no es lo mismo que en una rece-

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sión el número de trabajadores en paro aumente porque crece la tasa de destrucción de empleo, a que lo haga porque se creen menos puestos de trabajo. Estos factores no sólo afectan la tasa sino también su incidencia: por ejemplo, un menor número de contrataciones implica que los desocupados o cesantes tardarían más tiempo en encontrar trabajo. El análisis de la dinámica del desempleo desde la perspectiva presentada es de gran interés en Europa y Estados Unidos2. En esta nota, seguimos una metodología utilizada para estimar las tasas de creación y destrucción de empleo a partir de los datos de la Encuesta de Ocupación y Desocupación del Gran Santiago entre el primer trimestre de 1997 y el segundo trimestre de 20133 . La motivación del ejercicio es estudiar cómo la creación y destrucción de empleo afectaron la tasa de desempleo durante las dos últimas recesiones que experimentó la economía chilena, esto es, la crisis asiática de 1998 y la crisis financiera internacional de 2008. El Gráfico 1 muestra la evolución indexada de la tasa referida durante los veinte trimestres posteriores al comienzo de cada crisis (primer trimestre de 1998 y segundo trimestre de 2008, respectivamente). Los datos del gráfico señalan un impacto cualitativamente similar de ambas situaciones dentro de los cuatro trimestres posteriores al shock recesivo, pero una notable divergencia en la evolución del desempleo a partir del quinto trimestre postshock. En efecto, aun 20 trimestres después del inicio de la crisis de 1998, el desempleo se encontraba en niveles persistentemente superiores a los pre-crisis, mientras que los datos más recientes muestran una notable caída en la misma tasa. Los Gráficos 2 y 3 muestra el índice de la tasa a la cual se consigue y se pierde un puesto de trabajo en 1998 y 2008, respectivamente. Se observa que en los trimestres inmediatos posteriores a cada crisis la tasa de destrucción de empleo aumentó y la tasa de encuentro de empleo disminuyó. Esto significa que los dos márgenes, de menor creación y mayor destrucción, fueron importantes para explicar el aumento del desempleo en cada una de las coyunturas. Lo que llama la atención es la notable diferencia en la evolución posterior de estos indicadores, pasado el efecto

inmediato de ambas crisis. La crisis asiática derivó en una mayor tasa de destrucción de empleo y una menor tasa de creación de empleo, efectos que persistieron durante los veinte trimestres posteriores a la recesión. Estos dos factores explican que la tasa de desempleo se mantuviera en niveles elevados durante los cinco años posteriores a la crisis asiática. Por su parte, las tendencias luego de 2008 fueron un aumento en la tasa de encuentro de empleo y una disminución de la tasa de pérdida de empleo, las que explican los bajos índices actuales. ¿Qué explica esta dinámica post crisis tan dispar? En primer lugar, el shock recesivo y crecimiento previo en los tiempos de las crisis asiática fueron mayores a los correspondientes a la última crisis financiera, aunque las series de crecimiento económico posteriores a la debacle son relativamente similares. Adicionalmente, las respuestas de política monetaria y fiscal y el contexto nacional e internacional fueron bien diferentes en ambas crisis. En relación a 1998, las tasas de interés subieron sensiblemente, lo que pudo haber frenado la recuperación, según algunos. Además, el salario mínimo fue ajustado a niveles compatibles con aumentos esperados de productividad que no sucedieron, lo cual también pudo haber afectado la creación de empleo. Con la última crisis financiera, en cambio, el gobierno implementó una serie de políticas laborales para proteger el empleo. A eso se agrega el excepcional momento del sector cuprífero y el efecto de reactivación que podría haberse producido luego del terremoto de inicios de 2010. Lo que definitivamente no explica que el desempleo actual se encuentre en niveles bajos es que el mercado laboral funcione efectivamente mejor, ya que no ha habido reformas de magnitud que lo mejoren. Por el contrario, el informe de la OCDE destaca que los costos de destrucción de empleo en Chile son muy elevados por causa de la política de indemnizaciones por años de servicio. Sí es claro que el país se encuentra en una posición inmejorable para plantearse una modernización de la legislación laboral que reduzca la tasa natural del desempleo. De no hacerlo, será difícil de creer que las tasas de desempleo actuales hayan llegado para quedarse, tal como lo sugiere la OCDE en su informe4.

1 OECD (2013), OECD Employment Outlook 2013, OECD Publishing. 2 Para el caso chileno, se destaca el trabajo de Macarena García y Alberto Naudón (2012), “Dinámica Laboral en Chile”, Documento de trabajo 659, Banco Central de Chile. El trabajo usa datos de la Encuesta Nacional de Empleo entre 1993 y 2009. 3 VerRobertShimer (2012), “Reassessing the Ins and Outs of Unemployment”, Review of Economic Dynamics 15(2), 127-148. 4 VerademásGuichard, S. y Rusticelli (2011), “Reassessing the NAIRUs after the Crisis”, OECD Economics Department, Working Papers, No. 918, OECD Publishing.

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*PhD in Economics, Texas A&M University Académico de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad Alberto Hurtado

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Temporada de tifones en China: ¿y si nos resfriamos? Por Pablo Gonzalez M.* Julio, agosto y septiembre son, típicamente, meses complicados para China por los fuertes vientos cargados de humedad, conocidos como tifones, que azotan al país. Este año, a las nubes habituales se sumó otra, pero proveniente del campo económico. Aunque las primeras observaciones permiten descartar las posibilidades de una baja en la actividad china que pudiera poner en riesgo a sus socios comerciales y a la economía mundial, los efectos del tifón sobre un sistema que ha crecido sostenidamente en las últimas dos décadas a tasas cercanas –y, en algunos periodos, mayores– a los dos dígitos implicará un ajuste en las proyecciones de mediano plazo para Chile y una planificación ejemplar a nivel microeconómico. En la última década, y en especial durante los últimos años, la economía china ha sido motorizada por un proceso de inversión que logra explicar casi el 50 % del crecimiento de este país y que ha sido dirigido a través del sistema financiero hacia grandes conglomerados estatales, con condiciones envidiables de tasas indirec-

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tamente subsidiadas. En efecto, una oferta cautiva de depósitos hacia el sector financiero y con tasas reguladas en bajos niveles es lo que permitió generar disponibilidad de fondos prestables en condiciones muy convenientes, sin mayores restricciones y/o evaluación de los proyectos. Los riesgos sobre el sistema financiero chino, con una cartera de crédito que podría evidenciar problemas -y la posibilidad de crear sobrecapacidad dadas las condiciones de la economía mundial-, motivaron la decisión de las autoridades económicas de ese país de comenzar a limitar el crédito para inversión. A partir de entonces, la demanda por inversión debiera reducirse al compás de las limitaciones al crédito (aunque no existen indicios de una menor demanda hasta el momento) y así dejar paso para que sea el consumo el componente que lidere el crecimiento del gigante asiático. Pero el cambio no es tan simple: aquella tendencia a crecer por encima del 10 % parece ya historia y las proyecciones de mediano plazo de distintos actores, orga-

nismos multilaterales y de las propias autoridades chinas hablan de un aterrizaje hacia un 7 % o 7,5 %. En definitiva, debiéramos esperar una economía china que siga virando desde la inversión hacia el consumo (con menor dependencia del crédito) y con un incremento de la participación del sector servicios, el cual ya ha superado al sector industrial manufacturero en cuanto a participación dentro del PIB. ChILE, ¿dóndE EstAmos? Casi en forma contemporánea al auge de los commodities, nuestro país avanzó hacia la liberalización del comercio con el gigante asiático. hacia fines del año 2005, se firmó el tratado de Libre Comercio, el cual fue ampliado en 2008 con el Acuerdo de Comercio de servicios (vigente desde el año 2010) y el aún pendiente Acuerdo de Inversiones del año pasado, que espera aprobación parlamentaria. En el año 2012, China exportó productos por más de 190.000 millones de dólares e importó globalmente por algo más de 170.000 millones de la misma moneda. su actividad co-


mercial con el resto del mundo ha crecido en los últimos cinco años al ritmo que lo ha hecho su economía, manteniendo el superávit de balanza comercial. Cabe mencionar que, en este contexto y según cálculos del Departamento de Estudios de la Dirección de Economía del Ministerio de Relaciones Exteriores, las compras globales chinas de cobre y sus manufacturas alcanzan a explicar apenas el 3,1 % de sus importaciones. En el año 2012, el intercambio ChileChina totalizó casi 33.000 millones de dólares, confirmando el crecimiento explosivo de las relaciones comerciales con el país asiático desde la firma del Tratado de Libre Comercio de 2005. De los 18.218 millones de dólares que Chile exportó a China, prácticamente el 87 % corresponden a envíos de cobre y otros productos de la minería. Para ser aún más preciso: en el año 2012, 14.067 millones de dólares (poco más del 77 % de las exportaciones totales) se originan en los envíos realizados por un grupo de 13 empresas del sector minero. Por lo tanto, hablar del comercio con China y de la relación de este país con las perspectivas para la economía chilena implica concentrarse en los procesos productivos de este selecto grupo de firmas. La relativamente calma desaceleración que se espera para la economía china genera escenarios diversos para la economía chilena. Analicemos cada uno de ellos. Por un lado, el giro en el motor que propulsa el crecimiento chino desde la inversión hacia el consumo, sumado a los indicios que las autoridades económicas chinas han dado respecto a mayores libertades a inversores privados (no extranjeros), instalan un ambiente propicio para las exportaciones no mineras, varias de las cuales no presentan complementariedad con la producción china. Aquellos otros sectores en donde la relación de complementariedad pudiera ser mayor estarán sujetos también al comportamiento de la economía mundial. El comercio exterior chino depende crucialmente de la recuperación de las economías europea y norteamericana, principales destinos de su

producción industrial. En el primer caso, si bien los indicadores de corto plazo permiten avizorar un respiro, la falta de cambios profundos tanto a nivel macroeconómico como de reformas micro mantienen las dudas sobre una recuperación con efectos de mediano plazo, al menos. Al otro lado del Atlántico, el cuadro parece ser mejor y más sólido, aunque por ahora los indicadores hablan de una lenta recuperación, a la cual la Reserva Federal aún teme perturbar. LA PosibiLiDAD DE un REsFRío un trabajo realizado por Lehmann, Moreno y Jaramillo en el año 2007 (“China, precios de commodities y desempeño de América Latina: algunos hechos estilizados”. Documento de Trabajo nº 424 del banco Central de Chile,) demostraba que los países proveedores de materias primas e insumos básicos adelantaban el ciclo de la economía china en, aproximadamente, uno o dos trimestres. En otras palabras, las actuales condiciones de Chile reflejarían, en cierta forma, lo que podemos esperar que ocurra con la economía china en el corto plazo. Los distintos informes del banco Central de Chile, como el iPoM, por ejemplo, han ido reflejando esa realidad, con correcciones sistemáticas a la baja en las proyecciones de crecimiento para nuestra economía. La baja probabilidad de una caída abrupta de la economía china hace pensar que, en general, el sector minero no debiera sufrir considerablemente. Los plazos de sus proyectos de inversión y las operaciones en el sector requieren de tiempo y no es lógico aventurar una sobrerreacción a este acomodamiento del país asiático hacia mayor sanidad financiera, en línea con tendencias de largo plazo sostenibles. Quizás aquellas explotaciones más maduras y/o con costos variables elevados serían las primeras en resentirse. En otro sentido, el cambio hacia el consumo como impulsor del crecimiento puede generar una mayor demanda en el mercado mundial por petróleo y otras energías, con consecuencias directas sobre los costos de producción en Chile y el costo de la vida. A

su vez, la contracara dada por la disminución en las tasas de inversión resentiría el precio del cobre, consecuencia que ya se ha evidenciado parcialmente en los mercados internacionales. En definitiva, China sigue creciendo a menores tasas, es cierto, pero en sintonía con lo que podría considerarse sostenible en el largo plazo y con una cuota de prudencia y reacción frente a la cartera de deudores de su sistema financiero, reduciendo sustancialmente la probabilidad de un ajuste repentino. Pero ese cambio generará ajustes en las demandas por commodities que quizás no estén en línea con las necesidades chilenas. Tal como lo expresamos anteriormente, los países proveedores de insumos, como lo es Chile respecto de China, se adelantan en el ciclo. La caída en el precio del cobre, que desde hace unos meses es evidente, anunciaba lo que posteriormente se ha conocido sobre la actividad económica chilena. El precio del metal, que representa casi el 90 % de nuestras exportaciones y que se concentran en un pequeño grupo de empresas, seguirá siendo el principal termómetro para el futuro económico de Chile. Más gráfico aún: los autores del banco Central antes mencionados estimaron que una caída de 1 % en la producción china podía generar variaciones en torno al 2,9 % en el precio internacional del cobre. En ese contexto, nuestro ojo está puesto en las posibles mejoras de productividad que tendrían que acometer aquel selecto grupo de empresas, en particular aquella que es la principal exportadora del país: Codelco. En este escenario de crecimiento moderado de China, los costos de producción en la minería se tornarán fundamentales. Lamentablemente sobre este tema no se han escuchado propuestas de los candidatos presidenciales, que sí se han expresado respecto a las grandes transformaciones en otros ámbitos que la sociedad demanda, pero quizás olvidando que una buena porción de los fondos para esos cambios provienen de un sector un tanto olvidado en la discusión pública.

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*M.A. en Economía, Georgetown University Magíster en Filosofía de las Ciencias, Universidad de Santiago Académico de la Universidad Alberto Hurtado **Ph.D. en Economía, University of California at Los Angeles Académico de la Universidad Alberto Hurtado

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crecer hay que invertir: el imPacto macro de los Precios de la energía sobre la economía chilena1 Por Fernando Fuente H.* y Carlos J. García**

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Los severos aumentos de precios en el sector energético a los que ha estado sometida la economía chilena podrían estar operando, en conjunto, como importantes shocks negativos sobre el crecimiento del país. Esta presunción hace interesante y necesario cuantificar los impactos de cambios en los valores de la energía sobre el desempeño económico en los últimos años. Sin aún llevar a cabo ninguna modelación formal del problema, la evidencia parece clara. Desde 2004, el PIB de la economía mostró una importante desaceleración, incluso antes de la crisis financiera de 2008, la cual coincidió con significativos aumentos del costo de la energía explicados por diferentes hechos: primero, la crisis del gas con Argentina a partir de 2004; segundo, los fuertes incrementos en el precio del petróleo y el carbón desde 2006; tercero, los retrasos en el desarrollo de los proyectos de generación eléctrica, y, por último, la presencia de hidrologías secas en los últimos años, lo que incrementa directamente los costos de generación. Desde una perspectiva analítica, nuestras mediciones recientes indican efectivamente que no sólo los shocks del petróleo han sido relevantes a nivel macroeconómico durante estos años, sino también los shocks de la energía en general, expresada en los precios eléctricos, los cuales dependen también del precio del petróleo (para generar en los períodos de demanda de punta del sistema eléctrico), del precio del carbón y del gas natural en menor medida, así como de otros fenómenos que afectan a la oferta, como las sequías y los retrasos en la construcción de nuevas plantas generadoras. En términos cuantitativos, los economistas suelen medir los impactos de los precios a través de las “elasticidades”, es decir, la sensibilidad de respuesta de una variable económica ante modificaciones en otra variable (por ejemplo, los precios). Específicamente, se puede obtener el cambio en términos porcentuales de la variable que interesa analizar (como el PIB), originado en un cambio de un 1 % en el precio. De

esta manera, es fácil cuantificar el impacto de un aumento del precio de la energía sobre la economía, ya que sólo basta multiplicar cualquier aumento (o reducción) en el precio de la energía por estas elasticidades para obtener el impacto final en el producto. En el contexto de los conceptos descritos, nuestras mediciones indican que las elasticidades del precio del petróleo sobre el PIB son de -0,08en el corto plazo (tres años). Por su parte, las elasticidades del precio de la energía eléctrica son también significativas, aunque menores que las elasticidades del precio del petróleo, ya que asciendena - 0,03 para el PIB. Estos comportamientos numéricos obedecen a la siguiente lógica: los precios de la energía incrementan directamente los costos de producción de bienes intermedios de toda la economía, lo cual aumenta la inflación y reducen la producción (PIB). Lo anterior el resultado común de un shock de oferta, es decir, una contracción de la economía que convive con una mayor inflación. Es relevante destacar que las magnitudes que hemos encontrado, en términos de las elasticidades antes presentadas, son similares a las obtenidas en estudios internacionales, con lo cual se comprueba la importancia de estos shocks energéticos en la explicación del ciclo económico chileno. La aplicabilidad de los conceptos antes vertidos es evidente cuando se constata que el Banco Central de Chile –en su Informe de Política Monetaria de Septiembre de 2013–, señala que el precio del petróleo caerá en un 11 % en el período 2014-15 comparado con el de 2013, junto al hecho de que la agencia gubernamental de energía de Estados Unidos (EIA) supone precios estables entre 2015 y 2016. Utilizando las elasticidades de corto plazo antes mencionadas, se concluye que esta caída de 11 % contribuirá con un mayor PIB de 0,88 % en todos estos años (lo cual se obtiene al multiplicar 11 % por 0,08). No obstante lo indicado, en un sentido completamente distinto, el panorama que se relaciona con

la energía eléctrica es preocupante. En efecto, si el precio llegara a subir en un 30%, por la manifiesta escasez de inversiones de los últimos años –que se expresa en costos marginales del sistema sistemáticamente altos–, en los próximos tres años se tendrá un menor PIB de 0,9 % (0,03 multiplicado por 30 %). En otras palabras, todas las buenas noticias que se esperan por el lado del petróleo se desvanecerán a causa de un escenario eléctrico más pesimista en los próximos años. Así, todos los pesos que los chilenos se ahorrarán por los menores precios de los combustibles serán empleados para cubrir las alzas de la energía eléctrica. Esta situación representa un llamado de atención a la necesidad de enfrentar el problema de las inversiones en generación eléctrica en el futuro cercano, ya que la circunstancia descrita se volverá a repetir en la medida en que no se realicen nuevos proyectos en tecnologías de base para la producción de electricidad en Chile.

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1 Detalles de la investigación se pueden obtener directamente en el sitio WEB de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado: http://fen.uahurtado.cl/wp-content/ uploads/2010/07/version-final-paper-en-energia.pdf

Observatorio Económico

Decano: Jorge Rodríguez Grossi Fono Facultad: 2889 7366 e-mail: jrodrigu@uahurtado.cl fen.uahurtado.cl Producción OE: Escuela de Periodismo UAH

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FACULTAD DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS MAGÍSTER · Executive MBA · Magíster en Economía Master of Arts in Economics (Doble grado con Georgetown University) · Magíster en Gestión de personas en las Organizaciones DIPLOMADOS · Dirección y Gestión de Empresas · Consultoría y Coaching · Gestión de Personas · Evaluación Económica y Social de Proyectos. · Gestión de la Innovación y la Tecnología (Doble Certificación con Notre Dame University) · Metodología Six Sigma - Formación Black Belt (Doble Certificación con Notre Dame University) · Estrategia y Gestión de la Responsabilidad Social Empresarial CARRERAS DE PREGRADO · Ingeniería Comercial · Ingeniería Comercial para Profesionales (Continuidad de estudios) · Contador Auditor Vespertino (Continuidad de estudios) ADMISIÓN 2013

Más información: Erasmo Escala 1835, Santiago. Teléfonos: 562 - 889 7360 / 889 7369 www.fen.uahurtado.cl Síguenos en:

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EN VITRINA ¿Chocolate o travesura?

M&M’S, Snickers, Milky Way y Twix se visten de miedo Sorpréndete esta noche de Halloween con el irresistible sabor de M&M’S ®, recárgate de energía con SNICKERS®, disfruta de los deliciosos MILKY WAY® y TWIX®. Los mejores chocolates del mundo se visten de miedo con sus escalofriantes y entretenidas nuevas presentaciones. ¡Celebra Halloween con estos chocolates espeluznantemente deliciosos!

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Bambino

Nuevas “mantas de juego” Bambino te sorprenderá con las lindas mantas de juego, infaltables para las salidas al parque o la playa. Ahora las podrás encontrar con nuevos diseños. Están confeccionadas en polar con un reverso impermeable, que protegen de la humedad del pasto, es liviana y cómoda para llevar, y posee un tamaño familiar, de 130 x 150 cms. Son fáciles de lavar y guardar. Vienen en dos lindos diseños y las puedes encontrar en supermercados Jumbo y en Walmart a lo largo del país, en www.bambino.cl y en www.tinyzone.cl, a un valor referencial de $9.990.

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Un Malbec de excelencia Unas semanas antes de su estreno en Chile y el mundo, el excepcional Millamán Limited Reserva Malbec 2012 recibió Medalla de Oro en la última versión de la Competencia Internacional de Malbec en Francia, donde compitió con 150 malbecs de 10 países. Con 15 años de historia, Viña Millamán sobresale por poseer viñedos desde el año 1934 en el Valle de Curicó, y ser uno de los pocos productores de Zinfandel en Chile. A un valor de $ 6.200 la botella, Millamán Limited Reserva Malbec 2012 se puede adquirir www.emporioterramater.cl (teléfono: 24380035), y en la Sala de Ventas de los fundos Caperana (Balmaceda 4900, Isla de Maipo) y en Peteroa, ubicado en Sagrada Familia, Curicó.

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ENTREVISTA

Alice Munro, Premio Nobel de Literatura 2013

“Ya no sirvo para una vida normal: he escrito tantos años que no sé hacer nada más” La autora canadiense, que se convirtió en la mujer número 13 en obtener el máximo galardón de las letras, concedió esta entrevista en 2009 para el diario español La Vanguardia, una de las pocas que ha dado en los últimos años y que El Periodista reproduce para sus lectores. POR JUANA LIBENDINSKY

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lice Munro, la escritora canadiense varias veces candidata al premio Nobel, que declaró no hace mucho que dejaba la escritura, cuenta que le resultó imposible comportarse como una señora normal sin obligaciones y que para combatir el aburrimiento se puso de nuevo a escribir. ‘La vista desde Castle Rock’, que ahora edita RBA, una colección de relatos en la que reconstruye la historia de su familia bajo la forma de ficción, debía ser su última obra, pero se arrepintió. Munro es una de las dos celebridades que esconde Clinton, un pequeño pueblo perdido de Ontario. La otra es una vaca de dos cabezas que fue embalsamada y se muestra en el museo local. A pesar de su fama de esquiva, no sólo con la prensa sino con cualquier festival literario que quiera honrarla, Munro – “nuestra Chéjov”, para los canadienses – resulta ser una señora de lo más sociable cuando uno la visita en sus tierras. “¡Alice, querida!”, la saludan los comensales y los dueños del único restaurant propiamente dicho de este pueblo donde Munro reside con su segundo marido, el geólogo Gerald Fremlin. Sin embargo, y a pesar de que claramente la disfruta, Alice Munro no tiene demasiado tiempo para la vida comunal: tras sacudir el ambiente literario y a sus de seguidores de todo el mundo con el anuncio de que ‘La vista desde Castle Rock’ sería su último libro, ha vuelto a escribir. “Juro que lo intenté”, suspira mientras pide media ración de wok vegetal. “¿Has notado el sobrepeso de la mayor parte de la gente por aquí? Es un verdadero problema y no lo entiendo, porque es gente de campo muy trabajadora, nada sedentaria”, dice coqueta, consciente de su figura perfecta. Antonio Muñoz Molina la definió como una mujer que, cerca de los 80, no es que haya sido una belleza sino que lo es. “Cuando dije lo de abandonar –insiste, vestida con sedas orientales– sinceramente lo

creía. El trabajo me estaba resultando demasiado duro y pensé que me había llegado la hora de llevar la vida de una señora normal. ¡Y lo hice! Por unos seis meses. Salí a almorzar con amigas, me dediqué a la jardinería, a la caridad. Fue horrible. Después me di cuenta de que ya no sirvo para una vida normal: he escrito tantos años que no sé hacer nada más”. En efecto, Munro, nacida en un pueblo cercano en 1931, en una familia de granjeros emigrados de Escocia, estrictos presbiterianos, escribe desde su adolescencia. A los 20 y poco estaba casada con su primer marido, con dos bebés, un tercero en camino y una carrera literaria avanzada. “Mirá, los bebés finalmente dormían la siesta, quisieran o no, y entonces yo me ponía a escribir. No estaba pensando en ellos. Estaba pensando en mí. Quizá habrían sido más felices si yo les hubiese dedicado más tiempo y menos a mi literatura, no lo sé. Pero para mí no era una opción, sentía que tenía que luchar por ese espacio propio donde no era ni mujer ni madre. Hoy todavía me escapo al mismo sillón donde desarrollo mi vida espiritual. Pero, claro, ya no soy joven. Un tema duro para artistas y escritores es que los poderes intelectuales o creativos se debilitan. ¿Qué hace uno entonces si no escribe? Yo no pude encontrar la respuesta”, subraya. Desde entonces su producción ha sido notable y es la eterna candidata al Nobel. Munro tiene en su haber una docena de libros de cuentos cortos, entre los que se destacan ‘Amistad de juventud’, ‘El amor de una mujer generosa’, ‘El progreso del amor’, ‘Secretos a voces’, ‘Escapada’, ‘Las lunas de Júpiter’, y ‘Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio’, es autora además de un ciclo de cuentos encadenados, ‘Lives of Girls and Women’, y de cuentos que publican ‘The New Yorker’, ‘The Paris Review’ y ‘Atlantic Monthly’. Su próximo libro, adelanta, se llamará ‘Demasiada felicidad’. “Ya tengo casi todos los cuentos listos, espero que los lectores no los

encuentren demasiado lúgubres. No los pensé de esa manera. Pero por lo que yo sé de la vida, siempre es dura”, subraya. El título responde a una frase de Sonia Kovalevski, célebre matemática y novelista rusa del siglo XIX. “Estaba buscando en la enciclopedia otra cosa –confiesa– y encontré la historia de esta mujer, que me fascinó. Murió apenas pasados los 40 años, después de una vida trágica y dura porque, si bien todos la festejaban por ser tan brillante y linda, no le dejaban enseñar en casi ningún lugar de Europa por ser mujer. Murió por una enfermedad tonta, cuando justo había logrado comprometerse con el hombre que le iba a permitir seguir siendo matemática. De ahí sus últimas palabras: “Demasiada felicidad”. •¿Es muy distinta la escritura de cuentos de la de novelas? No tengo la menor idea. Adoraría escribir ahora una novela, pero el cuento resulta la forma en la que me siento cómoda. Yo siempre pensé que iba a ser novelista. Me decía que cuando mis chicos fuesen grandes y yo tuviese más tiempo para escribir novelas, iba a hacerlo. El cuento estaba puramente determinado por el largo de las siestas de mis hijos. Pero después resultó que ésa fue la manera en la que aprendí a escribir y ya no pude hacer otra cosa. Igual debo aclarar que las novelas que más me gustan son las cortas. Mi marido está releyendo el ‘Ulises’, libro grueso si los hay, y todas las noches, cuando me lee un poquito en voz alta, yo pienso, “Qué audaz que soy, cómo tengo el coraje de llamarme escritora cuando alguien escribió esa maravilla”. Pero supongo que hay que seguir adelante con lo único que uno sabe hacer, ¿no? •Llama la atención al leerla la complejidad de los temas que despliega detrás de una prosa aparentemente simple. Escribo sin pensar si hay un tema de fondo, pero sé que una idea sólo me interesa si tiene alguna complejidad moral, si tiene varias aristas. No es que me guste crear personajes que estén reflexionando sobre problemas mo-


rales, pero sí marcar cómo de las decisiones que uno toma, de las rutas que se elige, uno se puede arrepentir tiempo después. Al mismo tiempo pienso que hay momentos en la vida en los que hay que ser egoísta en un grado tal que, luego, de mayor, uno pueda condenarlo. De eso trata ser humano •¿Y hasta qué punto son autobiográficas estas historias complejas que escribe? ‘La vista desde Castle Rock’ es básicamente autobiográfica. Me parecía que volver a mis orígenes para la que creía que sería mi obra final era cerrar prolijamente el círculo y me gustaba la idea de aprovechar el hecho de que mucha gente había escrito en mi familia. Eso me permitía disponer de buenos testimonios. Hubo una revolución en el protestantismo en Escocia, que puso mucho énfasis en la lectura individual de la Biblia. Por eso, a pesar de ser campesinos, mis antepasados tenían cierta cultura literaria, iban anotando lo que veían y llevaban diarios de viaje. Por supuesto, jamás hicieron ficción. Escribir sobre lo que uno pensaba hubiese sido visto como una forma de vanidad. •¿Y usted lleva algún tipo de diario? Jamás. No me sobra energía literaria. Siempre me sorprendió que Virginia Woolf tuviese tiempo para llevar un diario además de escribir novelas y ensayos. No puedo entender cómo se las arreglaba. Claro que las mujeres inglesas de esa generación tenían servicio doméstico, algo que en Canadá nunca existió. Woolf de hecho escribió mucho sobre su mucama, sobre las peleas y enfados que tenía con ella. Pero en Canadá esto era impensable, la gente trabajaba todo el día –hombres y mujeres– en pequeños campos que no eran muy generosos. Mi gente es muy diferente de los americanos porque no eran ambiciosos, eso estaba muy mal visto. Había una fuerte ética del trabajo pero no para hacer dinero, que era considerado vulgar, sino como parte

“Escribo sin pensar si hay un tema de fondo, pero sé que una idea sólo me interesa si tiene alguna complejidad moral, si tiene varias aristas” de un puritanismo. Era una cuestión de honor vivir en una casa vieja, pero nunca tener que pedirle nada a nadie. En mi familia no eran fundamentalistas religiosos, pero cualquier cosa que llamase la atención hacia uno mismo era considerado un pecado terrible. •Usted es extraordinariamente hermosa y seguro que llamaba la atención de joven. ¿Eso también era condenado? -Ya no lo soy, estoy llena de arrugas, debería tomar medidas al respecto pero leí que se acaba de descubrir algo terrible sobre el bótox y puedo ver a mis ancestros presbiterianos diciéndome que si uno es vanidoso y trata de llamar la atención, cosas muy malas le van a pasar. De joven no entraba para nada en los cánones de belleza de la época. Era a fines de la década del 40 y la moda era ser una cosita adorable, frívola y divertida, y yo era demasiado seria. No me sentía superior por saberme más inteligente que las otras chicas. Sufría por no ser popular y, en casa, hasta se burlaban de mí por no tener novio. Pero no me desesperaba porque sabía que yo iba a salir de allí y que me vida iba a ser distinta. •¿Se imaginaba que iba a ser “nuestra Chéjov” para los canadienses? Uff. Eso es muy fuerte, obviamente es un honor, pero me gustaría que todo el mundo dejase de llamarme así. No puedo decir que Chéjov me haya influido porque es como Shakespeare, ha influido en toda la literatura. Si tengo que buscar conexiones personales,

en cambio, empezaría con Eudora Welty. He leído sus cuentos una y otra vez, pero debo tener cuidado de no imitarla porque su encanto está atado a un lugar y un tiempo determinados. También amo a Katherine Anne Porter... Muchos dicen que usted es su equivalente en el Ontario rural. Si uno es un buen escritor, creo que la voz tiene que ser única. Y quizá haya una conexión entre nosotras porque ambas escribimos sobre gente de campo, pero ella era de la clase media alta, no era uno de los nuestros. Esto no quiere decir que no pudiese escribir maravillosamente sobre el ambiente rural pobre, pero yo lo hago desde otra perspectiva. •¿Se siente más bien heredera de Katherine Mansfield? Amo a Katherine Mansfield, la leí muy joven, cuando estaba embarazada de mi primer bebé, y cada tres o cuatro años releo sus cuentos. No sé cuánto afectó mi forma de escribir porque todo lo que uno lee deleitándose finalmente lo afecta. Realmente admiro esa manera que tiene de ir hilvanando distintas historias de una manera que parece muy fácil y natural, pero que con seguridad fue increíblemente difícil. Es una de mis escritoras favoritas, una inspiración. •¿Qué cree que hubiese pensado Chéjov de conocerla? ¡Qué bonita idea! Mientras hacía la investigación sobre esta mujer matemática no podía dejar de pensar si Chéjov, de conocerme, se hubiese enamorado de mí. Creo que no. A los hombres no les gustan las mujeres como yo. La matemática esta, por ejemplo, tenía una hermana de una gran belleza que quería ser escritora y pronto vendió un cuento a una revista editada por Dostoievski. Dostoievski inmediatamente quiso conocerla y le propuso matrimonio, a lo cual ella se

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ENTREVISTA

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negó. Si bien su vida fue trágica y triste, yo creo que ella entonces ya sabía que, de aceptar a Dostoievski, siempre sería la mujer de Dostoievski y nada más. Dos semanas después del rechazo, Dostoievski se casó con su estenógrafa, es decir, con una mujer que siempre encontraría la palabra perfecta para él. Pero Chéjov, claro, se casó con una actriz que llevaba su propia fama a cuestas, así que quizá yo hubiese sido la indicada para él. •Usted escribe básicamente sobre mujeres fuertes, ¿siente que puede ponerse en la cabeza de los hombres también? No puedo ponerme en la cabeza de los hombres por una simple razón: nunca voy a poder sentir, como ellos, que lo más natural sea que todo gire alrededor de mi trabajo y mis intereses. Una mujer de mi generación no podía ni pensarlo. Recuerdo una reciente entrevista al escritor irlandés William Trevor, a quien yo admiro mucho. El periodista contó, como si tal cosa, cómo la mujer de Trevor entró con una bandeja con té y masitas mientras ellos hacían la nota. ¡Ese egoísmo para mí es impensable! Yo escribo en un costado de la mesa, atiendo el teléfono si suena. Supongo que para tu generación será distinto, pero para la mía, esa parte de la mente del hombre, esa seguridad de que lo que hace es importante, siempre va a ser inalcanzable. •¿Ve las series televisivas sobre mujeres actuales? ¿Qué opina? ‘Mujeres desesperadas’ me resulta ofensiva por el grado de riqueza que exhibe. De nuevo, el presbiterianismo me lleva a condenar ese tipo de despliegues. También vi ‘Sex and the City’, hay un capítulo en el cual la protagonista, de una belleza menos convencional, una abogada, ve a un hombre en la ventana del edificio de al lado y empieza a desnudarse para él, pensando que él estaba montando un show para ella también. Pero luego se lo cruza en el supermercado y resulta que él es gay y que toda la escena de seducción se la estaba haciendo para el muchacho que estaba en la ventana de un piso superior. Es una historia que dice bastante sobre cómo nos enamoramos de alguien por su sonrisa y su cuerpo bonito y no sabemos leer las señales de que todo está en nuestra cabeza. Pero el resto de la serie me pareció bastante predecible, basada en esa idea de encontrar un hombre que lo sea todo, un matrimonio que lo tenga todo: intelecto, sexo, amor. Y eso es imposible. La solución es encontrar un buen balance, pero cuando uno se enamora, no ve esto. Supongo que yo soy una romántica, pero a la vez soy una persona muy analítica y ambas cosas no van bien juntas. Para las generaciones anteriores, que podían mantener separados los in-

“No me sobra energía literaria. Siempre me sorprendió que Virginia Woolf tuviese tiempo para llevar un diario además de escribir novelas y ensayos” tereses románticos y sexuales, todo era más fácil que para las generaciones actuales. •¿Eso es lo que les enseñaba a sus hijas? En realidad, lo único que traté de inculcarles fue que no pusieran todas sus esperanzas, todos sus sueños, en un hombre, lo cual es triste e hipócrita porque yo nunca seguí esa regla. •¿Es feliz cuando está escribiendo? No lo sé. ¿Una patinadora profesional es feliz cuando está patinando? Es un trabajo duro, pero es lo que sabe hacer. Sé que soy feliz cuando me viene una idea y puedo ponerme a trabajar de manera estructurada, y sé también que no soy muy buena tomando vacaciones o haciendo fiaca. Entonces, en mi tiempo libre lo que hago es ir manejando por el campo con mi marido, que es geólogo y geógrafo, identificando cosas del paisaje. Ésa es una ocupación concreta, muy buena para mí, y además mis libros tienen mucho sobre el campo y los paisajes, así que siento esos paseos como parte de una investigación previa a la escritura. Saber que esas excursiones después me van a servir para mi literatura hace que me relaje y las disfrute como algo que un poco cuenta como trabajo, que así está justificado, con lo cual vuelvo a esta marca que

me dejó el presbiterianismo, supongo. •¿Qué conoce de la literatura latinoamericana o en castellano? Conozco y he leído bien a Borges porque todo el mundo lo ha hecho. También al español Javier Marías, porque armó en una isla una orden de escritores y a mí me nombró la duquesa de Ontario, qué gracia. He mantenido correspondencia con él y me gusta su forma de escribir fría. Conozco mucho a Alberto Manguel y he leído a Vargas Llosa, García Márquez. Pero de todos los países latinos el que más me fascina es Brasil. Amo a Elizabeth Bishop, una escritora estadounidense, que vivió durante su infancia en Canadá y escribió sobre Brasil. Cuenta historias en las que a los personajes se les rompe el auto o tienen problemas matrimoniales. A mí, que Brasil me parecía el colmo de lo exótico, me encantaba pensar que podía haber allí gente corriente con vidas y problemas corrientes. •¿Tiene algún placer secreto? No sé si es porque a mi edad me sigo rebelando contra la educación puritana, pero amo la ropa, amo salir de shopping y tener un almuerzo como éste que sea una excusa para arreglarme en medio del campo. Piense que durante treinta años yo cociné para mi familia. Cuando nadie mira, devoro ‘Vogue’, pero me molesta ver los precios, me parecen indecentes. Antes, cuando podía, me escapaba a Toronto a ver escaparates. ¡Ay, qué vergüenza! No sé si Eudora Welty se la pasaría pensando en este tipo de cosas. Al menos estoy segura de que Katherine Mansfield sí lo hacía, y ya les conté que fue una gran inspiración.


NO DEJES NUNCA DE LEER

El mono se presta POR JOSÉ IGNACIO SILVA A.

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n Notas de un ventrílocuo (Alfaguara, 2013), Germán Marín se pone a tono con los tiempos que corren. No es que se insinúe que Marín, uno de los mejores narradores chilenos que van quedando, se haya estancado en un pozo de anacronismo deGermán Marín sabrido, sino que también ha ensayado un “Notas de un formato que está en boga por estos días; el ventrílocuo” dietario, la libreta de apuntes. Ed. Alfaguara, Bajo el superficial juego de la ventriloSantiago, 2013, quía, Marín propone un pacto de lectura 143 págs. distinto, un new deal de la otredad a partir del cual nos presenta sus notas sueltas, su en las que se transparenta la hartura del conjunto de apartados y el lector condona ventrílocuo. Por ejemplo: “El cura de la la fragmentación, el popurrí temático, las parroquia también podía ser un ventrílodigresiones. Así, estas notas chapotean en cuo, recogido detrás de la rejilla del conla crónica urbana, el comentario libresco, fesionario, apuntando las palabras que el cine, la reflexión íntima, la apostilla soltaba el penitente”; cierta tendencia al sobre los tiempos que corren. La libreta aleccionamiento o al aforismo: “Inver–cuyo escaso valor literario siempre es tiré cierta afirmación advertido por los escritores, como sucede “Estas notas chapotean usada: las mentiras quedan, los mentirosos también con Mario en la crónica urbana, desaparecen”. Pero esLevrero– permite esa tamos hablando de un versatilidad temática el comentario libro de Germán May temporal, ante la que libresco, el cine, la rín, donde también hay no hay que rendir mubastantes pasajes que chas cuentas, y Marín reflexión íntima, la valen la pena, espela aprovecha bien, vaapostilla sobre los cialmente aquellos en lidando la entrega de impresiones sueltas. tiempos que corren” los que el autor tiene a bien reflexionar sobre Por momentos este su propio oficio, esto es el de escritor, o libro se acerca a Todo Santiago, de Rorecuerda a sus compañeros de ruta. berto Merino, puesto que el autor habla En perfecta concordancia con los días de un tiempo que se fue, en un lenguaje que corren, 40 años han pasado desde que que casi ya no existe, haciendo en más Marín debutó en la escena editorial chide una ocasión arqueología santiaguina. lena con Fuegos artificiales (editado por El ventrílocuo recuerda diversos teatros Quimantú, sello aniquilado por la dictadesaparecidos, esquinas mutadas, boites dura también hace cuatro décadas), por legendarias. lo que no parece inadecuado que el autor Dicho lo anterior, este libro de notas al marque su propia efeméride con un libro azar tiene un rendimiento desigual. Hay cargado de memoria. apartados breves que no llevan a mucho,

René Ramírez Dicker

Prensa (A)Callada La investigación periodística que dio origen a este libro, que relata los esfuerzos tras el golpe por informar a través de órganos de prensa clandestinos, es el resultado de una tesis de grado de la escuela de Periodismo de UDLA-Universidad de las Américas. En sus 150 páginas el autor da a conocer esas publicaciones y los riesgos que enfrentaron aquellos que las hicieron entre toque de queda, estado de Sitio y mucha represión.

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VINOS Información de Tours Teléfono: 0752354920 Email: turismo@vinasantacruz.cl Twitter: @vinasantacruz Gerente Comercial: Emilio Cardoen Venta directa (precios de bodega en Santiago y regiones) 56-2 22219090 ventas@vinasantacruz.cl

Viña Santa Cruz

Celebra su décimo aniversario con vino Premiun El desafío que enfrentó Viña Santa Cruz de superarse a sí misma y dar origen a un producto superior a Tupu, de mayor calidad y exclusividad, llevó a la creación de “Santa Cruz”, vino que imprime un nuevo sello a la empresa, dando cuenta de su potencial vitivinícola.

S

anta Cruz, un Petit Verdot en 90% entra a la categoría de vinos Icono, con sus 24 meses reposado en barrica de Roble Francés, además ya descansado 14 meses en botella. Esta primera cosecha del 2010, que se lanza precisamente cuando la Viña cumple una década de existencia, alcanza así su tiempo perfecto para degustarlo. Se trata de un vino de alta gama y que se suma a la línea de vinos Santa Cruz, que especializada en productos Premium, llega hoy a lograr lo mejor de sus tierras en Lolol, Colchagua. Sus líneas Chaman y Tupu, reconocidas en el mercado nacional son un fiel exponente de su calidad y muestra de la cultura Americana. El Santa Cruz viene a hacer de esta marca,

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una más fuerte y potente, tanto en su D.O. (Denominación de Origen) como en su vitrina Turística. Puntuado con 92 puntos en la guía Descorchados de Patricio Tapia, este vino llega a romper con lo clásico y los invita a llenarse el paladar con algo nuevo, el Petit Verdot, una cepa diferente y potente que los llenara de nuevos aromas y tanisidades únicas. En una presentación más tradicional y artesanal, la botella sellada con lacre da cuenta de la calidad, exclusividad y distinción de esta nueva línea que permite a Viña Santa Cruz ingresar a competir en una nueva categoría, con una partida inicial de sólo mil 800 botellas, convirtiendo a Santa Cruz en una edición limitada “El desafío era crear un vino mejor que Tupu, entonces este debía ser en base a petit verdot, que era de gran calidad”, señala Sven Bruchfeld, Enólogo de la viña, quien presentó el vino compuesto en un 90% por esta variedad y un 10% en Carménère, donde si bien, petit verdot fue concebido inicialmente en el intento de mejorar mezclas, hoy aparece en Santa Cruz como protagonista. Viña Santa Cruz abierta al público todos los días del año los invita a conocer sus vinos, su magia y sus únicos elementos que

la hacen ser una viña con Cuerpo y Alma. Ubicada en el valle de Colchagua, entre Santa Cruz y Lolol, sus instalaciones y entorno ofrecen una oportunidad única al visitante de conocer el proceso del vino y aprender de su historia y de los pueblos originarios de la región. Dependiendo del tour que elija, los hay para todos los gustos, podrá hacer un viaje en teleférico, visitar aldeas indígenas y conocer sobre su cultura, degustar, ir a la bodega, recorrer la galería del Terroir y la Muestra Histórica del Vino o, simplemente, con una copa de vino en la mano observar el cielo desde los distintos telescopios que se encuentran en el observatorio. También hay trekking y paseos en bicicletas. Tour astronómico ancestral Comienza con un recorrido en teleférico a las aldeas indígena del cerro Chamán donde podrá aprender sobre las culturas Mapuche, Rapa Nui, Aymara y la importancia de la astronomía en sus vidas y costumbres. Luego comienza la observación de las estrellas a través de los diferentes telescopios que se encuentran en el observatorio del cerro Chamán. Incluye una copa de vino (Dos horas/16 mil pesos)


BUTACA

Cartelera Elysium En el año 2154, existen dos clases de personas: los muy ricos, quienes viven en una impecable estación espacial hecha por el hombre, llamada Elysium; y los demás, quienes viven en una sobrepoblada Tierra en ruinas. La Secretaria Delacourt (Jodie Foster) no se detendrá por nada, para preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de Elysium. Eso no impide, sin embargo, que la gente de La Tierra trate de entrar por cualquier medio. Max (Matt Damon) acepta arriesgar su vida en una misión que podría traer igualdad a estos mundos polarizados.

Bullock y Clooney en órbita

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ntes de que termine octubre se estrenará en Chile Gravity (Gravedad), una película de acción y drama dirigida por Alfonso Cuarón, en la cual se invirtieron más de 100 millones de dólares y cuyo objetivo es atraer público, como lo está haciendo en el resto del mundo donde ya se presentó. El director que en 2006 sorprendió con Hijos de los hombres recurrió a los probados rostros de Sandra Bullock y George Clooney (aunque antes quiso a Angelina Jolie o Natalie Portman y Robert Downing Jr para el papel) para narrarnos una historia que se desarrolla a bordo del transbordador espacial Explorer. Muy arriba en el cielo, a la ingeniera médica Ryan Stone (Bullock), junto al astronauta Matt Kowalsky (Clooney),

les corresponde reparar los componentes de comunicación del telescopio espacial Hubble. En medio de la tarea y luego de una prueba rusa antisatélites, cuando ambos realizan una caminata espacial, la nave será alcanzada por una lluvia de basura que acaba con toda la tripulación y deja a la pareja sola y perdida en el espacio. Ellos, entonces, deberán luchar durante una hora y media para evitar que la basura, a su regreso de la vuelta a la tierra, los aniquile. Una cinta liviana, hecha para entretener y que ojalá pueda ser vista en 3D. No será un clásico pero si mantendrá al público (que gusta de este tipo de película) extremadamente interesado. Los efectos especiales y la fotografía, sin duda, serán protagonistas de los Oscar en el 2014.

La Cacería Después de atravesar un duro divorcio, Lucas tiene una nueva novia, un nuevo trabajo y está de a poco reestableciendo la relación con su hijo adolescente. Pero las cosas se complican. Es sólo una historia, una mentira cualquiera. Y mientras la nieve cae y se prenden las luces de Navidad, la mentira se dispersa como un virus. El escándalo y la desconfianza se van de control, y la pequeña comunidad se ve envuelta en un estado colectivo de histeria, mientras Lucas pelea una lucha solitaria por su dignidad, y por su vida. La ley del silencio Narra la historia de un padre soltero cuya cómoda y burguesa vida se ve sacudida cuando su pasado se vuelve en su contra: Jason Sinai (Robert Redford), quien también utiliza el alias de James Grant, es un prófugo de la guerra de Vietnam y ex-militante del grupo social revolucionario Weather Underground -conocido por sus actividades violentas- perseguido por el FBI desde hace 30 años, tiempo en el que ha vivido oculto y que ahora amenaza con descubrir un ambicioso y joven periodista (Shia LaBeouf).

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ULTIMA PALABRA

La TV y sus desmanes ESCRIBE MARTA BLANCO

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s una gran pérdida haber transformado la imagen viva y directa de la televisión en un servicio espurio que se dedica a vender tonterías. Las noticias no son tan destacables, desde luego. Las de Chile hace años que no nos dicen nada nuevo, repiten durante el día lo mismo, se convierten en una pulga en la oreja hasta el agobio y los buenos programas los ponen y los sacan de oído, según las ganas del director de turno. Es la impresión que dejan. Así he perdido Napoleón, que fue interrumpido sin avisar ni antes ni después, y a Isabel de Castilla tiemblo que la hagan evaporarse en nombre de los pueblos originarios. Así de simplones son los argumentos, cuando los hay. En cuanto a Dowton Abbey, ya me la sé de memoria. Si no fuera porque el castillo es Highclere, el de la familia Carnarvon, el lord que financió las excavaciones que dieron a luz –vía Howard Carter– a Tut-ank-Amón, no habría soportado tanta majadería de amores y zorros y mozos y criadas, y niñas chifladas y otras no tanto. En fin, guerras y la historia prendida a sus coletas, pero todo a punto de desaparecer en cualquier instante. Soledad Onetto bien en su readquirido papel de mujer ancla. No debería ensayar otros ángulos. La TV está reventando a sus rostros, a sus periodistas, a sus espectadores. Juega al gato y al ratón con quienes no produzcan escándalos ramplones. Dan vergüenza los programas donde tantos “bonitos” populares cuentan unos amores malísimos, aburridos, sin estética ni ética, asuntos muy medievales, no hay nada nuevo bajo el sol. Sigo viendo Al Sur del Mundo y todo lo que se relacione con los Gedda. Son programas muy bien hechos, muy respetuosos y respetables. El país nuestro es bonito y desconocido y va bien que nos lo muestren si no podemos ir a esos lugares inaccesibles.

“El silencio es oro, dice el refrán. En Chile, es litio y oro y plata y nitrato. Aquí se dicen tonterías al por mayor con desparpajo. Por eso, guardarse la lengua a buen recaudo puede ser carta ganadora” Pero en materia de contemporaneidad estamos harto mal. Las mujeres chilenas tienen el muslo gordo y el entendimiento corto (habría dicho Shopenhauer), pero no pueden desastrarse en pantalla tal como lo hacen. Con zapatos Letizia, faldas a medio muslo (y tenemos tan poco muslo, ¡válgame Dios!), más encima con corte imperio que les acorta el talle, parecen gatitas disfrazadas de suricatos, pero gordos. ¡Y se pintan como puerta egipcia! ¿No miran la televisión europea, americana, asiática?

Hace años que las mujeres no se ponen esas bocas ni esos ojos de Cleopatra ni esas uñas multicolores ni esos vestidos en declive, tan chuecos que pareciera, al mirarlas, que nos vino un ataque de vértigo de Menier. Los canales universales, que nos venden películas, abusan de las horas sin piedad. Veinte minutos de cómo lavarse el pelo, tomar leche, beber algún trago que compita con el terremoto, recetas de cocina bien penosas. Las de Carlitos von Mulenbrock son todas iguales. Junte de un cuanto hay, métalo en la moledora, píquelo, sáltelo en el no se cuánto fry y saque un revoltijo frío o caliente que ofrece como si estuviera en La Tour D’Argent. ¡No, pues! No pasa la prueba gourmet. Hace falta volver a escuchar a quienes conversaban en pantalla. No gritaban ni lloraban ni se peleaban. Conversaban. En Chile ya no se conversa ni en la cama, ni en el sofá, ni en la mesa a las horas de comida, ni en el parlamento. No se conversa no más. Madame Bachelet pilló el secreto y por lo tanto no hace ni el esfuerzo. No dejo de encontrarle razón. El silencio es oro, dice el refrán. En Chile, es litio y oro y plata y nitrato. Aquí se dicen tonterías al por mayor con desparpajo. Por eso, guardarse la lengua a buen recaudo puede ser carta ganadora. En cuanto a la Televisión, lloremos por ella. No sirve para nada. El famoso debate fue como un grupo de boy scouts y monjas novicias ensayando palabras. Todo pésimo. ¿Qué fue de este país, que tenía tanta gracia, tanto hombre inteligente, tanta mujer graciosa (no divertida), que estaba lleno de libros y música docta y de buenos comentaristas? Salvo a algunos, por supuesto. Pero me los callo o los asesinarán los envidiosos de una cuchillada en el entrecote. Más encima, este país anda envidioso. Se fue a la punta del cerro, a donde el diablo perdió el poncho, al fondo sin fondo del Pacífico. Qué se yo. Pero Chile, el país respetuoso de los chilenos, ese ya no está entre nosotros.


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