La Educación Nuestra Palabra | 28 Abril 2012 La educación es el proceso de preparación de una persona para poder afrontar los retos que la vida le presenta. Pero en el futuro inmediato, los niños y las niñas en Honduras parece que no podrán superar dichos retos puesto que su preparación educativa se presenta seriamente afectada por decisiones políticas de algunos grupos que en lugar de eficientar el sistema educativo se aprovechan del mismo. Así lo ha dejado de claro el ministro de educación, Marlon Escoto, al denunciar que los diputados se han encargado de nombrar activistas como maestros, personas que no están preparadas para impartir el pan del saber en las aulas condenando a la población escolar a recibir una pésima enseñanza. El ministro de educación tiene la cosa muy clara: la secretaría que asumió rectorar es una “papa caliente”. Ya lo sabía, pero en apenas siete semanas se ha encontrado con un entramado de corrupción que jamás se lo pudo imaginar. Los señalamientos más fuertes, por ahora, van directamente contra los diputados del Congreso Nacional quienes hasta un equipo de futbol tenían con jugadores que cobraban sueldos como maestros. El doctor Escoto lo sabe, lo que ha denunciado en sus primeras de cambio es apenas la primera capa de un grano de pus que representa una podredumbre dentro del Estado hondureño. El sistema educativo está podrido, y así como está no solo no podrá sacar del oscurantismo a la niñez y la juventud, sino que la hundirá más en la mediocridad y la capacitará para seguir siendo reproductora de caudillos y de políticos corruptos y serviles. De acuerdo a Marlon Escoto, de los cerca de 70 mil maestros que tiene el sistema, 6 de cada 10 ingresaron por la puerta trasera a la secretaría de educación, todo gracias a la recomendación de los potentados diputados. Si estos datos fuesen ciertos, nos encontramos ante un grano de pus que está infectando a todo el cuerpo social hondureño. Confiamos que estas denuncias que hoy hace el ministro Escoto no sean como “llamarada de tuza”. Si sus denuncias se quedan en papel mojado y si el propio Ministro se acobarda ante diversas presiones que ya están aflorando, y si los sectores sociales no presionamos porque se haga frente a los hechos denunciados, estaríamos siendo testigos de otro episodio más de la impunidad en Honduras. El Ministro de educación ha comenzado a tocar la infección del sistema educativo. Se necesita del compromiso decidido de los gremios magisteriales, de los padres y madres de familia, de los propios estudiantes y de toda la sociedad, para que se llegue a fondo con el tema educativo. Ojalá que en esta ocasión se aborde de frente al sistema educativo del país. Confiemos que en esta ocasión llegaremos hasta el fondo de este problema. Por el bien de la educación, por el bien de toda la sociedad hondureña.