テ[bito Revista de literatura
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テ[bito Revista de literatura
Nテコmero 3 / 2014
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Ámbito, 3 Colaboradores: Olga Luis Rivero, Arnaldo Jiménez, José Luis Ochoa, Mario Domínguez Parra, Miguel Ángel Galindo, Irán Infante, Víctor Manuel Pinto, Jesús Montoya, Eliseo Villafañe, Camilo Fernández Cozman, Rafael Calero Palma, Luis Eduardo Ayala Páez, Francisco Ruiz, Jesús J. Bravo S, Sebastian Arismendi. Dirección y edición: Rafael Ayala Editorial: Sebastian Arismendi Todos los textos de este tercer número de la revista Ámbito fueron incluidos bajo la autorización expresa de sus autores. Ilustración de portada: Poema visual de Joan Brossa. Revista editada en Guárico, Venezuela.
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Editorial La Sensibilidad Poética Se habla mucho del poeta como un individuo misterioso, detallista y sensible. Es fotógrafo de imágenes escritas y oyente de los gritos silenciosos de su ciudad y de su interior. „"La poesía nace del dolor. La alegría es un fin en sí misma" dijo Jorge Luis Borges una vez, en su efecto, aquella persona que se dedique a este arte debe pagar un precio: sensibilizarse más allá de sus cinco sentidos. Aquellos versos y prosas nacen de manera espontánea, bajo emociones fuertes, sobre experiencias vividas y añoranzas que descansan. La poesía hiere un poco, cicatriza y luego reconforta pero nunca destruye. El poeta ofrece pedazos de sus sentimientos destilados en una cuartilla, el lector solo interpreta y siente el mensaje, el resto solo queda infiltrado en el subconsciente. Ámbito nos sorprende en su tercera edición destacando en primera instancia la poesía, aquella que aun persevera bajo tiempos oscuros y situaciones donde el poeta o poetisa se ve desamparado y perdido pero, seguiremos escribiendo, pintando los fragmentos de nuestras almas en versos, siendo sensibles. Cachalote (Sebastian Arismendi)
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Poesía
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Olga Luis Rivero (España, 1958). Autora de los poemarios “Las Lunas del Jaguar”, Ed. Sosa Campos. Tenerife 1998. 2ª ed. El Vigía editora, 2002; “En la Ola de Zarzas Gemas”, Ed. Socaem, 1989; “Verano”, Ed. Benchomo, 2003, “Gran Rojo”, Ed. Baile del Sol, 2003, Poetische anthologie, El Vigía editora, 2009, y “El Enero”, Ed. Idea, 2010. Publicó en los Cuadernos de Arte y Cultura Aquel Viejo Noray (Ed. Benchomo), El Buey de las Estrellas (Ed. CCPC). Codirigió la revista literaria Menstrua Alba (Ed. Cabildo Insular de La Palma) junto a los poetas Antonio Arroyo, Francisco Guerrero y Roberto Cabrera. Colabora en las revistas canarias: La Teja de Bogotá, Taramela, Fetasa y La Página, y en revistas internacionales como Poesía o Lúnula. Participa en las antologías del Ateneo Obrero de Gijón, Asturias y de la Universidad de Valencia, Venezuela; Plenilunio, antología de poetas canarias 2003, colección El mirador 2010 y Once mensajes en una botella 2011.
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(Poemas del libro inédito Encendido) Ya fui lobo y ahora secreto Amor que siempre pudre la nieve de los montes Obsequio raro del exótico éter Al fondo de tu memoria el frío y su navaja callejera Un día te vas a enamorar de los caballos Tanto como del mar cantante Sólo porque ansías el agudo grito de las aves reverdecen las sedas el aire Nos dejaron sin sirenas más felices entonces que ahora En la última mesa volvieron las fuerzas del alegre almuerzo a sumirse en frutos palpitantes
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Ya fui nada y ahora la mujer que alcanza el primer avi贸n en ralent铆 la blancura del deseo de lo bello fundamental ligero en su transformaci贸n burlando sobre nubes el disfraz que todo lo vest铆a de nocturna oscuridad
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Cuando todo era un fruto que se podía morder por cualquier sombra Yo era aquella muchacha de atrás que floreció en desiertos de piedra y luz y amaba las águilas, las músicas que sus alas dejaron en el cielo Cuando el azul latía en su lengua o el naranja apretado asomaba el tacto oscuro marino de los cangrejos y las rocas Vistos los pilares del aire al atardecer los pies de pájaros fugaces posar Todo el tiempo levitando
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Mientras del profundo Ăndigo comĂa sus dedos un ojo de perla del rosa nĂĄcar del cielo
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Morir del sol en los pájaros encontrados, conocer las formas, la ley, el acuerdo. No era mi intención esclarecerme en el tiempo, ni el jolgorio ni la lujuria irrealizable de metáforas irrealizables en su ombligo de cerrojo indivisible. No eran las espuelas que olvidan al más necesitado en el espejo, eran las arañas que dormían junto a su cara cada noche aferrándose a sus sueños, al cabecero de forja fría.
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Otra vez destejer el fondo marino encendido de peces, volver a comenzar porque el humo juró volver a su hoguera, el duende a su lámpara. Reyes volvieron a reinar, Alicias a crecer, flores a la nuca del almendro, los tréboles de nuevo envejeciendo al otro lado de las casas. Deshilachar los animales al galope, las ciudades, lo que la boca muerde apetitosa, la presentida forma del desierto en un jazmín, las uñas de la venus y su amante, el talado árbol sin mirada, los brazos nuevos que aún no han sido besados, la rosa que empezó ayer a engalanarse al mediodía, los chicos del pasado que no quieren sentarse, estarse quietos bajo tierra.
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Para las manos el mejor regalo es una rienda el galope de las pupilas el pelo que oculta los pájaros el azar del vuelo Así la sed flotará en el seno de la sed en el mundo de los despiadados que al fin darán las últimas patadas Cabalga la llanura extensa sin senderos la pasión sin miedo y el aullido ardiendo
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como palo de tea La antorcha la cola de caballo el malancรณlico espacio a nuestra espalda Lo mรกs feo del que se inclina Todo queda atrรกs en los ojos de las gallinas
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Arnaldo Jiménez (Venezuela, 1963). Poeta, narrador y ensayista. Es licenciado en educación en la especialidad de Ciencias Sociales por la Universidad de Carabobo. Maestro de aula desde el 1991. Es miembro del equipo de redacción de la Revista internacional de poesía y teoría poética: Poesía del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo, así como de la revista de narrativa Zona Tórrida, de la misma Universidad. En poesía ha publicado: Zumos (2002). El silencio del agua (Recopilación y notas. Poemas y dibujos creados por niños y niñas, 2007) Tramos de lluvia (2007) y Caballo de escoba (2011). En narrativa ha publicado: Chismarangá (2005), El nombre del frío, cuento infantil ilustrado por Coralia López Gómez (Editorial Vilatana CB, Cataluña, España, 2007), con el cual representa a Venezuela en la colección Cercamón de la mencionada editorial. Orejada (2012) y El silencio del mar (2012). En ensayo ha publicado: La raíz en las ramas (2007), La honda superficie de los espejos (2007), y el libro de aforismos Cáliz de intemperie (2009). Recibió la orden Juan Antonio Segrestaa en el 2008. Mención especial en el concurso nacional de cuentos Salvador Garmendia 2010. Finalista en el concurso nacional de cuentos Guillermo Meneses 2011. Mención especial en el concurso nacional de poesía Festival mundial de poesía 2011. Finalista en el concurso de microcuentos, Cada loco con su tema, México,2012. Premio nacional de poesía Rafael María Baralt 2012. Premio nacional de poesía Stefanía Mosca 2013.
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su ausencia se cocina en el fuego manso de las hornillas de la casa y el sabor de los dĂas que pertenecen a las migajas del pan conjugan este devenir de harina en nuestros cuerpos mi alma es atraĂda por los restos de la convivĂŞncia
20 sobre el lomo del alma se llevan los asuntos que no se han perdido una dolencia de luz esta sala un abrevadero de confesiones poco a poco la vida se va poniendo sola pero da la impresi贸n de que siempre est谩 comenzando a llover y la familia se queda adentro espantando la repentina oscuridad de la casa
21 los padrenuestros suceden las acacias el monte de la lluvia crece sobre un nombre estropeado pasos de ir pasos de llegar muchas miradas de pรกjaros mi abuela duerme
22 el coraz贸n de tu voz palpita en la cocina donde ha pasado gran parte de su vida entre el llanto que provoca tanta cebolla masticada y el sabor del cilantro sobre la nata espesa de tu destino
(De Tramos de lluvia, 2007)
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José Luis Ochoa (Venezuela, 1965). Es poeta, ensayista, psiquiatra y docente universitario. Ha publicado los poemarios “De Viajes y Encuentros” (1994), “Poemas” (México, 1994), “Cantos hiperrealistas” (1997). Fue ganador del Premio de Poesía Fernando Paz Castillo, otorgado por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) en 1992 con “De Viajes y Encuentros”. Sus poemas y ensayos han aparecido en diarios y revistas literarias nacionales y extranjeros. Su obra poética ha sido incluida en varias antologías de poesía venezolana. Fue miembro del Grupo Literario Eclepsidra. Es profesor de la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY) y forma parte de Maltiempo Editores, grupo literario y editorial de Barquisimeto, Estado Lara, lugar en el que reside desde hace más de 16 años. Actualmente trabaja en un libro titulado Redención.
24 MIRA LO QUE HACE EL AMOR te lleva de la mano y te pierde enceguece nuestros ojos corazones con su luz de sol feroz con la sombra de luna amante que nos duerme entre sus brazos enlutados. Mira lo que hace el amor como en aquel día de la infancia -ya ausente ya recuperadanos liberó entonces de esa primera muerte un castigo en la voz de la conciencia: “has matado al animal hermano -el pájaro azuladoen su carne verás la mancha inclemente de tu culpa. Ahora vagarás con tu amor con tu bestia -siempre a cuestascomerás sus huesos sus vísceras la sangre por ti derramada fundirás con la tuya y vendrá entonces la purificación” Así ocurrió nuestro encuentro inicial Amor que todo lo trastocas niño que envías tus dardos de licores eres este mal que consume que enajena. Bien mío ¿por qué nos mantienes cautivos y ya no dejas ningún respiradero?
25 Ahora mira lo que hace este amor escucha los recuerdos de aquella última cita cuando hablábamos de la poesía secreta de nuestra memoria en ruinas y su cicatriz enamorada que sólo decía “yo te adoro yo te adoro yo te adoro”.
26 VIAJE HACIA LAS RUINAS DEL VOLCÁN A Ernesto Suárez, en el recuerdo de aquel paseo por Tenerife. Esa tarde caminábamos sin una ruta clara hacia los restos antiguos del volcán con las espaldas marcadas por el sol de noviembre nosotros viajeros arrojados de su desierto íntimo al destino que llevaba a la ciudad de las ruinas a la tierra de la ceniza y el viento. Con un aleteo en las almas de aquel tiempo todo era un andar sin pausa ni sosiego tras las rocas renegridas del paisaje tantas veces recordado en los relatos míticos de nuestra novela familiar. “El fuego debió ser abrasador en las pieles indefensas” pensamos en la modorra de aquel día. ¿Qué buscábamos en las calles polvorientas qué voces remotas queríamos oír en el interior de esas piedras casi mágicas? “La memoria de los caminantes es un martilleo un golpe sordo que acompaña insistente los senderos de quienes viajan extraviados de sí mismos” decíamos cuando éramos sólo sombras pálidas de aquello que nos reflejaba: esa luz generosa de la tierra natal abandonada.
27 Entonces deseamos sentirla en toda su bondad rescatarla de tanto ultraje como niños aventureros que descubrieran la estrella azul de la primera mañana y del primer amor. Luego nos sentamos en silencio al borde de los acantilados y tocamos la textura de la arena con reverencia tal si invocáramos a los viejos dioses protectores del lugar. Así envueltos en el sonido que venia del mar dejado atrás en la huida fuimos arrojados a la arena que nos cubría en la frontera entre los cuerpos cansados y la ciudad seductora que llamaba con su canto de sirenas. “Ya es el tiempo de unir nuestros pedazos con los retos dispersos del lugar al fin recuperado con las piedras rotas de la infancia milenaria herida por el volcán que una vez vivimos en toda su erupción” comentamos en voz baja cuando reiniciamos el viaje hacia el sitio de los orígenes hacia el hogar fiel.
(De Ruinas vivas, 2013)
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Mario Domínguez Parra (España, 1972). Traductor, ensayista y poeta. Es autor del libro de poemas Apolonía (Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea, 2006). Maureen Alsop y Joseph Mulligan han traducido poemas de este libro al inglés; Anna Niarakis y Ati Solerti han traducido también poemas de este libro al griego moderno. Como traductor, ha publicado los siguientes libros: Rastreadores del fin, «Ιχνηλάτες του τέλους», de N.G. Lykomitros (Ediciones Idea, 2011), edición bilingüe; Reyezuelo aparición, Apparition Wren, de Maureen Alsop (Ediciones Idea, 2011), edición bilingüe; Escritos breves, Shorter Writings, de James Joyce (Madrid, Ediciones Escalera, 2012) edición crítica bilingüe; «Ποιήματα/Poemas», de Eleni Nanopulu (Atenas, Endymión, 2012), edición bilingüe; Kew Gardens y otros relatos, de Virginia Woolf (Barcelona, Ara Llibres, 2012), edición bilingüe; El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde (Ara Llibres, 2012), edición bilingüe; El secreto del Padre Brown y otro relato, de G.K. Chesterton (Ara Llibres, 2012), edición bilingüe; La carta robada y otro relato, de Edgar Allan Poe (Ara Llibres, 2012), edición bilingüe; La célebre rana saltarina del condado de Calaveras y otros relatos, de Mark Twain (Ara Llibres, 2012), edición bilingüe; La sombra de Sirio, de W.S. Merwin (Madrid y México, Vaso Roto Ediciones, 2013), edición bilingüe. Rising Sun, de Miguel Ángel Galindo (Nueva York, La Ovejita ebooks, 2013), edición bilingüe (traducción de este libro de poemas al inglés). Mantiene el blog http://logotejnikimetafrasi.wordpress.com/
29 Αρχή / Τέλος (Fragmento del libro inédito Peripatus Infestans) La urdimbre de este texto obedecerá a los armazones evolutivos de una criatura. Cada bloque de escritura devendrá, desde el encuentro del narrador con una amenaza de contagio, nueva criatura que no podrá librarse de su amenaza, pues la tendrá dentro. La vida de cada criatura tras el contacto y la irremisible infección no es importante, y no interesa a la estructura del texto. La cúspide de cada bloque es la formación de dicha criatura. Las conclusiones para dichas metamorfosis: no hay. Interesa sobre todo el proceso por el que el narrador puede llegar a transformarse en tales engendros por medio de amenazas que no existen salvo en su mente, y la influencia que esa
30 inexistencia ocasiona en su comportamiento. Los modelos provienen de la evolución de diversos animales y organismos, moldes que devendrán materia en la creación lingüística de diversas metamorfosis con apariencia de ciencia. La única pretensión es la de sátira continua hacia las paranoias del narrador, que introducen en el tubo de ensayo sus propias experiencias y que hacen suya la frase de Xallal ud-din Rûmi: «Yo soy de cierto mi propio acechador»1. * Hay un momento en que la causa fisiológica de las amenazas inexistentes puede haberse evaporado del cuerpo. Por tanto en un epílogo 1
Traducción de Leonor Calvera.
31 se analizará todo el texto a la luz de esta nueva situación física. La luz del texto pasa a ser recuerdo en vez de sensación inmediata o paralela al proceso de escribirla. Es un texto de despedida, de rotura del sello físico y mental de un yo baqueteado («Mi yo miserable, dividido»2: Danilo Kiš) por humores propios y ajenos, invasores, que ocupan y adquieren la forma de mi cuerpo para mejorarlo, y que por contra lo convierten en una criatura sellada que nota anclajes de ponzoña al mínimo contacto con cuerpos ignotos en los que identifica un sello espurio y contagioso. A partir del instante en que el fluido de Asclepio penetra en mi cuerpo, el mundo se convierte progresiva2
Traducción de Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pištelek.
32 mente en ilógica materia de sellado, dividida en cuerpos que extienden el eu-deletéreo fluido. Al ser un texto de despedida, tengo la impresión de necesitar algún fluido redentor que pueda separar mi cuerpo de estas páginas, que me cure de esta escritura, que este escrito deje de moldear sus vocablos que hablan de mi cuerpo e infectan mi manera de observar el movimiento de los cuerpos, de mi cuerpo que ya no es ese cuerpo.
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Miguel Ángel Galindo (España, 1973). Poeta y ensayista. Es autor de los siguientes libros: Caballos eróticos. Editorial Pilar Rey. La Palma. 1992; Batir la tierra. Colección Nuevas Escrituras Canarias. Nº 25. SOCAEM. Las Palmas de Gran Canaria. 1993; Cementerio de Animales. CIJ. Puerto de La Cruz. Tenerife. 1993; Animales curvos. Editorial El Sureño. Tenerife. 1995; Los Castigadores. Colección Mínimum. Islas Canarias. 1998; Raíl sobre fondo negro de Chicago. Editorial Pilar Rey. La Palma. 1998; Frozen Dove Hotel. Editorial Baile del Sol. Islas Canarias. 2000; Hécate. Editorial Pilar Rey. La Palma. 2000; Satélites de Vaticie. Ediciones Bromera. Valencia. 2000; Fabricando Hormigas. Editorial Benchomo. Islas Canarias. 2001; Poema Sucio. Editorial Baile del Sol. Islas Canarias. 2004; Allevatio. Edición KA. Ayuntamiento de San Miguel de Abona. Tenerife. 2006; La carne & los lirios. Ediciones Idea. Islas Canarias. 2007. Su último libro, Rising Sun, ha sido traducido al inglés por Mario Domínguez Parra.
34 Me he bañado en aguas que desbrazan santos He bautizado otros cuerpos, bocas sororales Mulas viradas a provincias, hijas que juraron convertirse En casas pintadas de verde pero que jamás volvieron. Los ahogados del Neretva han asaltado el poema: No hay tormenta en el carme. No hay llenera de corazones Palias quietadas. Sólo queda un viejo archivero que escarba En la tierra, que se despelleja a orillas de un espejo. Borro de la faz & de las anunciaciones La embastada sangre de los Lágida.
35 Niño con reliquia, esplende en maderas Tus anotaciones sobre Yērushalayim Inscrita. Los órficos te dictarán los acertijos Cómo embracilar a los culpados Mientras afilas el machete de la última epifanía en la Tierra. La imagen de la búsqueda es excesiva: Hoy han degollado al joven saltatrás. Su lentitud es mi postración. Aún recuerdo con qué entusiasmo aprehendió a afeitarse Lágrimas, uncias acuñadas En las misteriosas provincias del negrero.
36 Neretva Aquí, en las pobrezas tendidas del Neretva, un confalón Bellaquea deliciosas milgranas, flota sobre refucilos de feria Roba triles de carreras a los coletos que esvaran la nieve. Tú besas la boca del polonés de quince & su sabor Te saca a palidecer resisas, jueras a degüello. Puntas del trigo espigan pasibles ánimas al aire, filmes Arden como maleza, limallas que suben al cielo tubular. Acaso nadie reza pétalos en la casa de Purcell, nadie grita. Los órficos han sido despojados, hucheados Fusilados delante de sus propios hijos. Una obscura inscripción dirá lo de siempre, los cielos Que te maldicen, las ciudades en llamas Un perro de piedra que se ríe de la otra Alemania Cenizas Que nos han expulsado de la memoria.
37 Un poema nos congrega en la fuente El olor a champas fusca las moradas del poderdante Rebato que llegaste a ser, esparveles Objetos sagrados, años. La razón, peste con la que tocas mis labios Me recuerda que tú serás el hijo & yo Adornado con exasperadas manuellas Cruzaré las lindes, aventaré de mi cuerpo la nosología Piel que renacerá mañana como ceremonia. Huiré a los corrales & quemaré el foliolo del santo La razón que menuza los agrás Este sueño inmundo que quebrajas Cual garza debandada, corralada en piezas superiores.
38 Inscripciones En el pozo antiguo Se eteriza la sobriedad de un lingüista Que después de hacerse viejo vuelve a los orines A respirar rojuras, mueras que conquistaran ciudades Miedos que prohíjan a quienes turban al mardano de dios. Las piedras dan sentido al linaje de siglos. Quienes inscribieron su secretísimo dolor Hoy matan, carnerean, sollan el puñal de los Ámalos, Montescos vacíos, sin piel, sin falsías, sin puños ni aterros Drapean el paño del amor muerto para que los fierros & Sus rocerías rebaten abalarios, loguer de toda una vida Corazón destrozado por el corazón, nubes sobre tercerolas Fundados panamás de los años en los que el pozo Ungía al terral & a los inscriptores si fueran aire Sintaxis.
(De Rising Sun, 2013)
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Irán Infante (Venezuela, 1981). Poeta y narrador. Ha publicado algunos de sus escritos en el papel literario “PEZDEPLATA”, el suplemento literario “Criba”, en la revista digital de literatura y otras artes “Letra Muerta” (Chile), revista literaria digital “Palabras Diversas” (España), Cuadernos de creación “Palimpsesto2punto0” (España) y los poemarios “Delirios nocturnales” (Fundación Editorial El Perro y la Rana, 2011), “Epitafio nocturno” (Ediciones Madriguera, 2012), Ad Noctum (Negro sobre Blanco Editores, 2013), Resquicio fórmico (Negro sobre Blanco Editores, 2013) y ANGST (Negro sobre Blanco Editores, 2013). Participo en la III Jornada de Creación Literaria UC (2011) y en la Antología Poética Venezolana Siglo XX (Negro sobre Blanco Editores, 2012). Ganador del tercer lugar en el II Concurso Por una Venezuela Literaria en homenaje a Andrés Eloy Blanco (2012).
40 “Y heme aquí devorado por tu olvido” Hesnor Rivera Picoteándome el corazón para ensanchar la noche dormida en las pupilas para ver mi sombra evaporarse con las palpitaciones del vacío
41 En tu bocanada de purgatorio el reloj-elefante se arrastra hasta el segundo después de las 2 a.m declinando el té de una Alicia delectada y un gato de Cheshire ahorcado con su propia sonrisa. Entonces ¿Qué dirás si picoteamos tu ombligo esquizofrénico tu silueta-tormenta tus alas-apocalipsis y morimos sobre tu sexo-trinitaria?
42 Lebensgefahr II Soy la esquizofrenia que fornica en tu lenguacerdo necr贸polis hundida en tu sexo-amapola Abrazos blancos cabalgan el grito llenan mis pulmones caminos muertos Sofoca el vac铆o redentor un cristo inverso zoloftcuerpo agujas parlantes Nosotros paradojas espasmos pesadillas ahorcadas entre los labios versificaci贸n del ser dioses blancos me purifican crucificado eres noche hermafrodita hazme sexo derrotado Lebensgefahr! Lebensgefahr!
43 Te regalo estos cuerpos-jardines relojes detenidos en el moho de dioses tristes y te siembro mi vacĂo en la punta de los dedos donde mi osamenta es vuelo
(De ANGST, 2013)
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Víctor Manuel Pinto (Venezuela, 1982) Poeta, editor, y profesor universitario. Licenciado en Educación, Mención Lengua y Literatura por la Universidad de Carabobo, donde cursa un Doctorado en Ciencias Sociales, Mención Estudios Culturales, y una Maestría en Literatura Venezolana. Jefe del Dpto. de Literatura de la Dirección de Cultura de la UC, donde dirige la revista POESÍA y es Coordinador del Encuentro Internacional POESÍA Universidad de Carabobo. Ha publicado los libros: Aldabadas (2005), Mecánica (2006), Caravana (2010), Voluntad para no matar (2011) y Poemas reunidos 2005 – 2011 (2012). Ha obtenidos varios premios nacionales e internacionales por su trabajo poético. Poemas suyos han sido traducidos al árabe, alemán, inglés, portugués, e italiano. Blogspot personal: http://victormanuelpinto.blogspot.com/
45 Uno Desde arriba del cuerpo comienza el dominio o la salida. Ninguna mirada desde lo alto nos abarca sin la observación de nuestra pequeñez. Ahora siento: Toda la calle es una imagen que me duerme en los objetos, en los deseos: Zapatos, carnes, colchones... Así, hasta la noche, tirado en cruz, mirando al cielo: - tapado por un techo y más arriba - tapado por las nubes y más arriba - tapado por la imagen de una cruz que me rige. Desde arriba del cuerpo, con paciencia, para entrar y salir.
46 Sus albañiles: Con cualquier palabra la voz trabaja: Deprecia el amor: sincero / falso / de madre / de mentira / ¿real? Lo mismo si alma: inmortal / imaginaria / ¿real? Lo mismo si vida: de rico / de pobre / dura / ligera / ¿real? Devalúa y se obesa, vuelve grasa al sentido fibroso: - voz: tengo hambre / sueño / miedo - voz que dictó la imaginación - voz que erigió: casas de bloques rojos habitadas por hombres iguales a mí: Obedientes a esa voz.
47 Alcohol 30 años tarde más se balancea ahora con la piel de gallina de la presión sanguínea por el suelo lleno de pegostes: de tragos secándose de orine secándose cuando amanece el olor y se es el último y el vaso dice que se es el primero: del trabajo / de la familia con el puño sobre la mesa. Escupe y escupe y pide un cigarro con uno en la boca, pide un vaso con otro lleno que se echa en la nuca y es hielo hasta en la saliva cayendo en hilo por la tensión baja. Señalándose a golpes un yo soy en el pecho hasta ponerse roja tras la camisa la piel muy roja con venas tensas la cara bajo el sol. 30 años así: y pierde la gracia su balanceo, y pierde lo grácil su baile solo.
48 DUEÑO Una casa grande que me defina y hasta me separe del hombre que la construye entre piedras y arena: - una casa en recompensa a mi paciencia - una casa en pago a mi bondade Es mío este pedazo de tierra. El sudor cae en el ojo y pica, el pico cae abriendo el suelo y tiene sed o jadea, levantando con fuerza el esqueleto a favor de una casa impropia: - él puede con la mezcla - él puede con los bloques - él puede con las cabillas No es tuya la culpa, le diste: paga / agua / comida. Siéntate quieto mira tu esfuerzo levantarse por su fuerza.
49 Percepción No quiero saber si lo que miro es el verdadero tamaño de la piedra. Si aún le falta crecer con el viento o por el viento disminuye la dimensión de su masa. Sólo quiero una piedra para sentarme a ser un hombre tranquilo. Desunir el puño de cosas que endurecen mis manos. Encontrar este momento de la piedra: sin futuro ni pasado.
50 Esfuerzo Escucharé mi voz desde abajo. Con la oscilación sobre ella de una mirada que surge de lo turbio a la quietud. El movimiento de una flor al viento: sí o al moverse en la prisa de la brisa: no El hombre danza de tantas formas y no escucha la amargura que recubre la lengua en la ira, el tartamudeo en la garganta cuando sin juicio obedece a lo duro en su entrepierna. Mía no es la palabra apenas el volumen, escuchar mi propio volumen mientras abro los ojos.
(De Quieto, 2014)
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Jesús Montoya (Venezuela, 1993). Estudiante de Letras mención Lengua y Literatura Hispanoamericana y Venezolana de la Universidad de Los Andes – Estado Mérida, Venezuela. Fue invitado por la Casa Nacional de Letras Andrés Bello a la octava edición del Festival Mundial de Poesía en la ciudad de Caracas como representante del estado Táchira, así mismo, un par de meses después le otorgan el tercer lugar en la mención de poesía en el concurso Explosión Cultural Bicentenaria en el ámbito nacional en conjunto con Josué Calderón y Fernando Vanegas por el poemario Once poemas en los cuadernos de noviembre (Caracas, 2011). Es cofundador del grupo literario Los hijos del lápiz. Fue invitado al Festival de Poesía de Maracaibo (Zulia, 2012). Obtuvo una mención de honor en el primer Concurso Literario Internacional “Casa de la UNCO” (Chile, 2012). Mención de honor en el concurso literario: Homenaje a José “Pepe” Barroeta convocado por la Universidad de Los Andes (Mérida, 2012).
52 Hermano, estoy conmovido, río en la hora más callada de la madrugada porque todas mis acciones son irremediables, te juro que es conmovedor, hermano, ya busqué el viaje exacto que me devolvió hasta mis sueños, ya atravesé las multitudes con los ojos de un fantasma, ya huí desalentado entre la brisa del sur, ahora no me queda nada. Vago por el mundo enamorado de la múltiple forma de los rostros que preservan la esperanza. Hermano, entiende, estos ojos no se fatigan por el llanto, déjame mostrarte la aventura de mi vida. Ven, en ella soy solitario pero aún tengo tu recuerdo. Ven, poseo la risa del loco alucinado que esperabas. Ven, dentro de mí siento la lluvia. Ven, tengo la gracia del loco reventándome el rostro su mueca al despertar absurda perseguida abriéndome hacia los árboles para encontrar la claridad que guarda su canto. Hoy la vida me sucede diferente.
53 Ven, ahora estás más lejos. Ven, estoy completamente solo. Ven, hay una imagen que me destruye por completo y no consigo amarla. Ven, hoy veo esa imagen más allá de la ilusión con un ansia inevitable que me arroja hacia el pasado. Ven, estoy desnudo junto al cielo azul brillante y como un genio desconocido me paseo por los bosques por la humanidad al pie de las montañas. Ven, el canto es sabio y me pinta el cuerpo espléndido en toda mi expresión en toda la maravillosa voz que me traiciona. Hermano hermanito el poeta se traiciona y yo tengo el cuerpo intacto y las gafas rotas y me están comenzando a crecer rosas en los labios por la maldita esperanza que me acompaña a toda hora en los rincones más inhóspitos de esta ciudad que es una cicatriz inmensa y violenta como la marcha veloz de los carros en esta avenida donde me tambaleo en plena rumba
54 mi única intención es traicionarme porque el poeta se traiciona en la felicidad ardiente y yo estoy aquí y este momento es parecido a la felicidad y sé que volverá otro poema que el aire y la magia del olvido traerán hasta mí porque este poema es uno de los nuestros porque es bendito y solitario pero qué importa uno sabe que todo mal poema comienza cuando uno no se consigue por ningún lado en él y yo veo tus ojos y los míos rompiéndose enteritos en este inmenso calvario helado donde la noche dejó de ser una promesa y cariñosamente nos envolvió en su secreto hermano hermanito el poeta se traiciona eso me lo dijo un borracho de esos que nos trae la parranda que uno no se puede sacar de la cabeza porque uno los ama veo los carros pasar y su luz me cubre los ojos estoy impaciente en mi propio e inútil desenfreno con el alma viajando sin saber a dónde va hermano vuelve a ver mis manos están hermosas
55 son cosas de las noches frías como la indecisión y los árboles grandes que las aceras devastaron estoy siendo golpeado por la infinita locura y el cielo y las horas son altas y mi cuerpo se destruye hermano hermanito mi último amor fue transparente y ahora arde en mi memoria ahora que el horror temblará en mi pecho me voy a morir y mi luz se cargará la piel del mundo en su esplendor en su esplendor en su esplendor oculto soy un ser que gira y tiembla y perdona en el verano no sé por qué tengo esta imagen fiel que en mi interior me acompaña redoblando los latidos de mi corazón al andar fíjate fíjate en mis ojos ahora son distintos más grandes y nostálgicos desciendo
56 por la calle y la poesĂa sabe lo que siento ahora ahora.
(De Primer viaje, 2014)
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Eliseo Villafañe (Venezuela, 1996). Estudiante de Letras Mención Lengua y Literatura Venezolana e Hispanoamericana. Representó a Venezuela en el Encuentro de Poesía Internacional Juvenil en Francia. Dicta talleres de creación literaria. Es fundador del Círculo de Jóvenes Poetas Barineses. Colabora asiduamente en distintas publicaciones de divulgación regional e internacional.
58 LADIABLA55 Ella está a un extremo de la iglesia junto a su padre machista latinoamericano y su madre machista latinoamericana Yo estoy en la puerta mirando los adornos donados por un país europeo y oxidados Mientras todos rezan y se agachan Lloran y levantan sus manos en alabanza Suena la batería y las congas en adoración Y las hormigas se alborotan en las paredes Yo apunto con mi cámara en su cara Ella sonríe y me guiña el ojo Luego saca de su bolsillo un celular y se toma un selfie con Cristo crucificado detrás Cuando sus padres están distraídos tomando la hostia y confesando sus pecados me pasa un papelito arrugado con su nombre perfumado con, adiviné rápido, perfume de oliva Mis compañeros, crucifijo en el cuello
59 vírgenes, reúnen dinero para ir al Vaticano y ser aceptados por su círculo de amigos dicen que no debo distraerme Me arrodillo a rezar pero entre mis manos tengo el teléfono Ellos creen que estoy rezando pero realmente estoy enviando una solicitud de amistad a LaDiabla55
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Crítica
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Camilo Fernández Cozman (Perú, 1965). Es Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua y profesor de la Universidad de San Marcos, de la Universidad San Ignacio de Loyola y de la Universidad de Lima. Ha sido conferencista en Madrid, Salamanca, Burdeos, Roma, Florencia, Siena, Bérgamo, Bolonia, Rímini y Zurich. Ha publicado "Las ínsulas extrañas de Emilio Adolfo Westphalen" (ensayo,1990), "Ritual del silencio" (1995), "Las huellas del aura. La poética de J.E. Eielson" (1996), "Raúl Porras Barrenechea y la literatura peruana" (2000), "Rodolfo Hinostroza y la poesía de los años sesenta" (2001), "El cántaro y la ola. Una aproximación a la poética de Octavio Paz" (2004), "La soledad de la página en blanco" (2005), "La poesía hispanoamericana y sus metáforas" (Murcia, 2008), "Mito, cuerpo y modernidad en la poesía de José Watanabe" (2009), "La poesía es como el aroma" (Buenos Aires, 2009), "Casa. Cuerpo. La poesía de Blanca Varela frente al espejo" (2010), "Sujeto, metáfora, argumentación" (2011) y "César Moro, ¿un antropófago de la cultura?" (2012). Blogspot personal: http://camilofernande.blogspot.com/
62 CÉSAR MORO Y LA POESÍA SURREALISTA EN FRANCÉS César Moro escribió gran parte de su obra poética en francés. Concibió, en español La tortuga ecuestre (19381939), en cuyo título el autor textual “pone en relación dos órdenes: lo animal, lo acuático, terrestre y lo construido (en tanto connota estatua) y aéreo, lo que plantea una zona de indeterminación, de entrecruzamiento de elementos que alteran lo real”. Sin embargo, fue en la lengua de Baudelaire donde Moro produjo sus textos más significativos, razón por la cual se trata de un fenómeno de bilingüismo: un hispanohablante que emplea creativamente el francés con fines literarios y para internacionalizar la literatura peruana porque este idioma poseía un enorme prestigio en el contexto vanguardista. Recordemos que Vicente Huidobro, uno de los representantes del creacionismo, también empleó el francés y escribió buena parte de su poesía en dicha lengua. Como Moro, Huidobro concibió la posibilidad de un nuevo público lector y la posibilidad de insertarse en la discusión sobre la vanguardia artística como fenómeno internacional. Por su parte, César Vallejo escribió algunas obras de teatro y textos de crítica teatral en la lengua de Rimbaud; así, pudo polemizar con los adalides de la dramaturgia contemporánea. Moro escribió Le Château du grisou (1939-1841), Lettre d’amour (1942), Pierre des soleis (1944-1946), Amour à mort (1949-1956), Trafalgar Square (1953), Derniers poèmes (1953-1955), entre otros. Su poesía se nutrió de la imaginación onírica y manifestó la idea de que la vigilia era un fenómeno de interferencia, poniendo de relieve la predilección por el mundo de los sueños a través de una serie
63 interminable de imágenes, donde es posible observar un fragmentarismo vanguardismo y un cuestionamiento del paradigma modernista. Ello implicó la asunción de una modernidad periférica a través de una crítica de la racionalidad instrumental y de un paroxismo verbal, donde el exceso sea visto como la posibilidad de un diálogo entre el hombre y la naturaleza sobre la base de un uso lúdico del lenguaje. Pienso que Lettre d’amour es un poema fundamental porque permite abordar el funcionamiento de los cuatro elementos (el aire, el fuego, la tierra y el agua), la vigilia como fenómeno de interferencia, la simbología cromática y la posibilidad de llegar a un nombre sagrado, el cual reconcilie a la poesía con el discurso mítico y el ritual cosmogónico. Nombrar significa ordenar los entes del universo y clasificar las distintas formas de experiencia. Y no es posible concebir una cultura sin la clasificación como procedimiento cognitivo. La simbología cromática En Lettre d’amour hay una simbología cromática. El negro es el color más relevante, pues revela el brillo del cuerpo del ser amado que supera con intensidad a la noche: “tu brilles d’une noirceur plus noire que la nuit”. Asimismo, el resplandor “du noir sur noir éclatant ardemment” manifiesta el deseo erótico. No cabe duda de que la sensación cromática aquí se ha tornado en un indicio de un erotismo profundo que posibilita la fusión de los cuerpos.
64 Otro color esencial en el poema es el azul que se asocia con la luminosidad y el brillo: “d’une lumière bleue et pailletée”. El paisaje se configura de la siguiente manera: una noche muy oscura y los pies del ser amado brillan provistos de una luz azul. Si se toma en cuenta la alusión a “nids” y, en la siguiente estrofa, a “ciel”, entonces resulta pertinente considerar que el azul se vincula al cielo y a la posibilidad de convertir el lecho del amor en el cielo supremo. También tenemos el color rojo en la siguiente metáfora: “Un fil d’eau dansant devant le rideau de velours rouge”. Se trata de una “metáfora orientacional” porque establece, desde una óptica cognitiva, una organización espacial: hay un objeto que danza delante de una cortina de terciopelo rojo. En efecto, el rojo aquí simboliza el triunfo del fuego (=el deseo) sobre los otros elementos y el profundo vínculo que se instaura entre la música y la representación teatral del acto erótico frente a unas butacas vacías. El nombre sagrado El yo poético se esfuerza por deletrear un nombre sagrado: “ce nom naguère adoré/ je mets toute mon adresse à l’épeler”. Se trata de toda una travesía por aprehender las sílabas y letras de aquella palabra divina que motiva un fervor de profunda raigambre “religiosa”. Sin embargo, dicho nombre (que evoca el cuerpo del ser amado) evidencia innumerables transformaciones alucinantes, por lo tanto, posee una connotación mítica en el poema porque conlleva la búsqueda de la palabra del origen que permite ordenar los distintos objetos del universo.
65 Se trata, sin duda, de un término que motiva una profunda adoración en el hablante lírico. Buscar dicho nombre significa reconciliar al poema con el discurso mítico y el ritual cosmogónico. El mito implica una relación sagrada con los objetos del mundo y el empleo de un lenguaje que, alejándose de todo empobrecedor racionalismo, se acerque a la poesía y configure un universo de relaciones intersubjetivas donde el hombre se reintegre creativamente a la naturaleza y rechace la dictadura de la racionalidad instrumental. En ese contexto aparece el ritual cosmogónico. Frente a la crisis del paradigma de ciencia después de la Primera Guerra Mundial, los surrealistas reemplazaron el método científico por la escritura automática y así crearon sistemas de formación de universo basados, a veces, en los cuatro elementos fundamentales (aire, fuego, tierra y agua) y en la fluencia interminable de imágenes oníricas, expresión suprema de libertad frente a la racionalidad instrumental. La búsqueda de un nombre por parte del yo poético, en Lettre d’amour, significa que el hombre se reconcilia con el mito y formula una cosmogonía: el universo se formó cuando el hombre se dio cuenta de la necesidad de comunicarse con sus semejantes y para ello buscó afanosamente las palabras como si éstas fueran seres humanos que dicen, al oído, su mensaje infinito.
CÉSAR MORO, UN GRAN POETA SURREALISTA César Moro es un gran poeta surrealista. No resulta fácil escribir poesía de tanta calidad en una lengua ajena.
66 Generalmente el uso del código literario exige al hablante un dominio de los aspectos prosódicos y rítmicos del idioma hasta percibir las eufonías y disonancias de este último. Moro aprendió algo tardíamente el francés, pero al final bregó con la sintaxis y la fonética de esta lengua hasta llegar a dominarlas y ofrecernos poemas que, con el paso del tiempo, han quedado como monumentos de la literatura latinoamericana. Por eso, sería digno de elogio leer la poesía de César Moro en una noche de lluvia, frente al mar, y cuando asoma, leve y majestuosamente, el alba.
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Rese単a
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Rafael Calero Palma (España, 1970). Es Doctor en Filología Inglesa por la Universidad de Granada. Ha publicado el ensayo Charles Bukowski, estética de un salvaje indecente (Ediciones Osuna, Armilla, Granada, 1999); y los poemarios Los poemas del frío (Ediciones Osuna, Armilla, Granada, 2000), Desorden (Ayuntamiento de Salobreña, 2002), Hablando de amor con el cobrador del frac (Editorial Alhulia, Salobreña, 2004), El amor es un helado de fresa derretido en el asfalto (Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 2006) y La mirada del jazz (Editorial Alhulia, Salobreña, 2006) un libro en el que el artista Colin Bertholet plasma en imágenes los textos del poeta. También ha participado en la antología Versos para un fin de milenio (Ayuntamiento de Motril, 2001) y en el libro fotográfico-literario Salobreña, la bella y la bestia (Ayuntamiento de Salobreña, 2003). Sus artículos y reseñas sobre Paul Auster, John Fante, Gerald Brenan, Edgar Neville o Langston Hughes han visto la luz en revistas literarias como El Maquinista de la Generación. Blogspot personal: http://mimargenizquierda.blogspot.com/
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Versos entrelazados: la poesía de Luis Eduardo Ayala Páez Me llegan desde la otra orilla del océano los poemas que conforman Azul Lejano, el libro del poeta Luis Eduardo Ayala Páez, con toda seguridad, una de las jóvenes voces poéticas más interesantes de la poesía que se vive, que se respira, que se escribe, en estos días, en su país, Venezuela. No me queda más remedio que admitir que estos poemas me han deslumbrado con su intenso olor a mar, a fruta fresca, a pasión desenfrenada, en definitiva, a vida. Y es que no se me ocurre una palabra que defina mejor los versos, las palabras, los poemas del autor zaraceño que la palabra vida. Versos sencillos que deslumbran, precisamente, por poseer la cualidad de las cosas sencillas. Y fíjense que digo sencillos, y en ningún caso, me refiero a ellos como simples. Porque estos versos pueden ser cualquier cosa, pero nunca simples. Versos que se empapan de vida, que destilan vida, que nos muestran vida, que nos regalan, a los que tenemos la suerte de poder leerlos, vida. En la poesía del poeta venezolano se oyen, a veces nítidos a veces lejanos, los ecos de los grandes poetas de la lírica escrita en nuestro idioma, ese vehículo común que nos une mucho más de lo que nos puedan separar las enormes distancias. Así, en mi opinión, la huella de la poesía de Federico García Lorca sobrevuela muchos de los poemas de este libro. Y es que el poeta de Fuentevaqueros se hace cuerpo en muchos de estos poemas, donde la pasión, el desgarro, nos transportan a muchas de las mejores páginas del poeta español. O las del maestro de poetas Don Antonio
70 Machado, en esos versos donde Luis Eduardo canta a la naturaleza, a las cosas simples de la naturaleza: un árbol, una gota de rocío, la luz de una estrella que brilla a lo lejos. También se hace patente en estas páginas el paso firme, seguro, siempre esperanzador, de Pablo Neruda, así como la de una de las grandes voces de la poesía escrita en el continente americano, aunque este caso, fuera más al norte, y en la lengua de Shakespeare. Me estoy refiriendo, como no, a Walt Whitman, el bardo americano por excelencia, y padre de toda la poesía moderna. Los poemas de Azul Lejano resuenan en el cerebro como disparos de escopeta. Breves, concisos, deslumbrantes. Y te dejan en la boca un regusto como a desasosiego que perdura en el paladar mucho después de cerrar el libro. Por eso aconsejo a todos cuantos tengan ocasión de disfrutarlos que no dejen de hacerlo. Porque dentro de un tiempo se hablará mucho y muy bien de este poeta. Decía T. S. Eliot que el gran objetivo de un poema es que los lectores usen las palabras del poeta para explicarse su propia existencia, para apropiarse de algo que ya, de antemano, les pertenecía. Algo que sin duda, consiguen los poemas de Luis Eduardo Ayala Páez. Un placer leerlo. Háganme caso.
Salobreña (Granada, España), Junio 2012
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Entrevista
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Entrevista a Francisco Ruiz por Jesús J. Bravo S Francisco Ruiz es estudiante de Comunicación Social en la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo. Ganador del primer lugar mención narrativa en el II Concurso Por una Venezuela Literaria con su primera novela “El Abrazo del Mar”, certamen promovido por la casa editora Negro Sobre Blanco. También debo decir que es mi compañero de aulas en la universidad. De mirada penetrante, encogido de hombros, Ruiz nos cuenta sobre su vida y su libro. Pareciera que estuviese de luto, viste un pantalón negro y camisa de cuadros también oscura, se acerca con la mirada baja, le recibo con un apretón de mano y le invito a tomar asiento. Me dice que se siente nervioso, le digo que no se preocupe. “¿Ya eso está grabando? ¿Qué quieres que te cuente?”, dijo mientras se sentaba y me miraba fijamente, nos pusimos en contexto y lancé mi primera pregunta. ¿Estudiaste otra carrera antes de estudiar Comunicación Social? No una carrera. Hice un curso de inglés pero no lo terminé. ¿Eres de Maracaibo? Eso me lo han preguntado mucho (sonríe un poco y se toma las manos), tengo el acento un poco neutro, supongo que por eso la pregunta. Sí, soy de aquí, nací en El Saladillo, más “maracucho” y me mato. Pero mi mamá, que años después resultó ser mi abuela, era de ascendencia Italiana. ¿De tu infancia? Rara. Tuve una niñez difícil, quizá mi familia no lo crea así. Fui el menor de cuatro hermanos pero ellos me llevaban casi veinte años de diferencia, detalle que siempre me pareció
73 extraño. Mi mamá era muy matriarcal y la educación en casa era muy rígida. A mi papá nunca lo conocí o al menos eso pensaba, el argumento era que él había muerto pocos meses después de yo nacer. El caso fue que mis hermanos fallecieron, sólo me quedó una hermana. ¿Tal cual en la novela? Tal cual, aunque en la novela lo transfiguré. Mi hermana y yo cuidamos a mi madre en una época muy dura, episodio que inspiró en gran parte el libro. Decía que ella fue mi abuela y no mi madre porque hace poco descubrí que mi hermano mayor en realidad era mi padre biológico, pero eso lo mantuvieron oculto. Lo descubrí ya cuando todos ellos habían fallecido. Parece muy de novela pero así sucedió. Y la relación con tu padre, ¿cómo era la relación entre ustedes? No puedo decir que nos tratábamos como hermanos, mucho menos como padre e hijo porque yo no sabía que éramos tales. Era una relación distante (…) Es más, para decírtelo claro: estoy seguro de que le fui igual de indiferente. Mi familia era un poco disfuncional. Vivíamos regimentados como en un ejército y eso trajo muchos conflictos entre ellos, al punto de dejar de hablarse. Recuerdo que, siendo yo un niño, a veces durante la cena salían platos volando y todo porque escogían esa hora para arreglar asuntos pendientes Tú sabes que las casas de El Saladillo tenían las puertas bastante altas, de dos hojas como los ventanales. En la casa donde vivía, una de las hojas de la puerta de entrada quedaba cerca de una esquina, de modo que al abrir la puerta de par en par formaba un escondite. Ahí me escondí una vez cuando comenzaron una disputa y me quedé dormido, esperando a que pasara la tormenta. Cuando me encontraron, me
74 despertaron dándome una pela porque me buscaron por horas sin saber dónde estaba. Tu contacto con la literatura ¿cómo se da? Bueno todo este escenario me forjó el carácter débil. Nací sin problemas pero por los miedos desarrollé una discapacidad para hablar. Tartamudeaba un poco y se da cuenta mi abuela porque mi maestra del segundo grado le comenta. A raíz de eso, empiezo a practicar un ejercicio que vi en la tele. Comencé a leer con un lápiz debajo de la lengua, leía hasta los frascos de shampoo y por eso aprendí a leer bien y a hablar sin problemas hasta que me topé con un libro que me marcó: “El Conde de Montecristo” de Alejandro Dumas. Por eso mi contacto con los libros, no escribo porque haya nacido un niño prodigio ni nada por el estilo. ¿Todo eso por motivación propia? No, para nada. La pena fue la que me llevó a ese ritual. A mí me ridiculizaban mucho en el colegio porque hablaba mal, a veces, ni hablaba para que no se burlaran. Toda mi vida me ridiculizaron. Se levanta del asiento y se apoya en el espaldar de la silla. Continúa: Yo recuerdo que en tercer grado, más o menos, la maestra se ponía con nosotros a cantar las canciones de niños, que si el gato y el ratón y o el elefante del circo. Yo pensaba: “que estupidez”. A esa edad tenia esas expresiones, a lo mejor por la lectura. Te tocó crecer más rápido. Sí, es que yo pasaba tanta vergüenza que por eso leía mucho, para hablar mejor, era muy tímido. No es que fuera un niño genio, es que leer te abre la mente, ayuda mucho. En mi caso me volvió algo analítico. Tampoco lo razono todo. Fui buen
75 estudiante hasta que llegué al bachillerato. Repetí el cuarto año y creo que lo hice a propósito, por rebeldía supongo. Luego conocí a una chica y me dio pena ser mal estudiante. Se sienta de nuevo pero esta vez se pone más cómodo en su silla. ¿Puedes contarme sobre Helena? ¡Ay! Dios… Se queja y cubre su cara con sus manos. Respira profundo. Exhala. Es un recuerdo de muchacho y la figura que inspiró el personaje de Alicia, la protagonista de mi novela. La conocí en el último año del bachillerato, ella era la nueva. Fue mi tabla de salvación, la única persona a quien inspiré respeto, nunca se burló de mi problema para hablar. Me motivaba a escribir cualquier cosa. Con ella me sentía bien, jamás me vio con ojos de crítica. Teníamos una relación muy bonita. Pura. No pasábamos de 16 años. En ese tiempo las relaciones eran muy distintas a como lo son ahora. Tampoco soy tan viejo pero hace 20 años atrás todo era muy distinto. No había Internet y los adolescentes de 13, 14 años, no veían pornografía como los de hoy, había más inocencia. Infortunadamente, ella desapareció de mi vida pero dejémoslo hasta ahí. todavía hoy pienso que no encontraré a alguien como ella.
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A テ[bito
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