RESEÑA HISTÓRICA DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA NATIVIDAD, PATRONA DE LA VILLA DE MÉNTRIDA. I. GÉNESIS Y PRECEDENTES Históricamente, desde los inicios mismos de la devoción de Méntrida a su Patrona, Nuestra Señora de la Natividad, tras su legendaria aparición en la dehesa de Berciana en el siglo XIII, su sagrada imagen ha sido objeto de sucesivas muestras de especial fervor y afecto, que han puesto de manifiesto la honda gratitud de los mentridanos hacia su abogada y protectora a lo largo de los siglos. En ocasiones muy señaladas, ha sido la voz unánime del pueblo la que, con su soberana decisión, ha hecho patente su agradecimiento comprometiendo votos y otorgando títulos a tan entrañable símbolo de su particular piedad, que han sido refrendados generación tras generación, como prueba palpable de su perenne compromiso de fidelidad. Así ocurrió, por citar tan sólo el evento más reciente, con motivo de la celebración del segundo milenio del nacimiento de Cristo, cuando, para conmemorar la sagrada maternidad de la Virgen, sus devotos mentridanos ofrecieron a su Patrona el título de Alcaldesa Honoraria Perpetua, en un sobrio y emotivo acto que tuvo lugar en la plaza de la villa en la tarde del 24 de abril del año 2000, el mismo día en que hacía cincuenta años se había presentado al pueblo la nueva imagen de la Virgen en su recién estrenado trono de plata, tocada con su flamante corona. Antes de que el nuevo milenio consumiera su primera década, cuajó en la feligresía mentridana la aspiración de lograr para la venerada imagen de su Patrona la honorífica coronación canónica, reservada para imágenes singularmente representativas de una trayectoria de devoción muy arraigada en el pasado y con proyección dinámica en la permanencia de la fe. Así, la imagen de nuestra Patrona pasaría a formar parte de la selecta docena de imágenes toledanas enaltecidas con la distinción de su coronación canónica. Nuestra imagen, coronada al menos desde el siglo XVI, al transformarse en efigie revestida, en que cobra el aspecto con que actualmente la conocemos, ostentará a partir de ahora su corona con el reconocimiento oficial de la Iglesia, en correspondencia a las virtudes que atesora, en tanto que objeto sagrado de culto venerado desde tiempo inmemorial, y, por encima de todo, como referente de un valioso legado capaz de aglutinar a todo un pueblo y servirle de exponente colectivo de compromiso para con Dios. Así pues, desde un punto de vista histórico, la coronación canónica diocesana de nuestra Virgen de la Natividad va a suponer un hito más de cuantos jalonan el amplio itinerario recorrido al amparo de la Madre de Dios por sucesivas generaciones de mentridanos, de manera perseverante y fructífera, desde sus remotos orígenes hasta nuestros días. Desde esta perspectiva, esta nueva distinción no sólo implicará un honroso reconocimiento a nuestra venerada imagen, sino también a cuanto simboliza y representa en clave del legado cultural que alimenta desde tiempo inmemorial.
II. TRAMITACIÓN Y DESARROLLO DEL PROYECTO La iniciativa requiere una prolongada tramitación ante la autoridad diocesana, que es, a la postre, quien ha de valorar el cumplimiento de los requisitos estipulados al efecto y, finalmente, otorgar la distinción. Este reto recaerá plenamente en la Hermandad de la Virgen, cuya Junta Rectora será quien asuma, como propio y en representación de la comunidad parroquial, la misión de llevar a buen puerto el proyecto. Con el propósito de concitar los mayores apoyos en la tramitación y desarrollo del mismo, la Junta Rectora acuerda crear una Comisión Organizadora, en la que invitará a integrarse representantes de instituciones y colectivos dispuestos a participar de forma activa en la organización y puesta en marcha del proyecto. RESEÑA HISTÓRICA DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA NATIVIDAD
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Comisión Organizadora La Comisión Organizadora, presidida por Luis López Tordesillas, Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen, quedó formada por su Junta Rectora (el capellán, Juan Carlos López Martín; el vicepresidente, Esteban Herradón Vaquero; el secretario, Esteban León Vaquero; el tesorero, Santiago Montero Vaquero, y los vocales Sergio Moral Sánchez, Carlos Juzgado Prado, Luis Miguel González Pérez, Américo Vespucio Rodríguez Moral, Francisco Sastre Fernández y Francisco Javier López Cruchet) y una representación del grupo de Camareras de la Virgen (Elena Jiménez López, Camarera Mayor, y Rosalinda Montero Vaquero), junto con una delegación de la Corporación Municipal (José Sánchez Moral, alcalde, y los concejales Pascal Lopes Bonafi y Alfonso Arriero Barberán), los tres últimos presidentes de la Hermandad (Lorenzo Casares Alonso, Enrique Gutiérrez Fernández y Miguel María Sánchez Cruchet) y, en calidad de asesores culturales, Jesús García Cuesta y Juan Manuel Magán García, respectivamente capellán y secretario de la Hermandad en épocas pasadas. Se constituyó el día 4 de octubre de 2013, en la casa parroquial. Su misión, programar, coordinar y supervisar todos los actos que se llevaran a cabo con motivo de la coronación canónica de la imagen de la Virgen de la Natividad, así como recabar los apoyos y la cooperación necesarios para su puesta en marcha y desarrollo, propiciando la máxima participación y colaboración de las asociaciones e instituciones locales. Con el fin de agilizar las tareas, se crearon cinco comisiones coordinadoras, encargadas de diversos aspectos concretos relativos al programa de actos: 1. Infraestructuras (Esteban Herradón, Luis Miguel González, Sergio Moral, Américo V. Rodríguez, Pascal Lopes y Alfonso Arriero). 2. Movilidad (Paco Sastre, Carlos Juzgado, Javier López, José Sánchez y Pascal Lopes, con la colaboración de la Policía Municipal y Protección Civil). 3. Cultura (Esteban Herradón, Esteban León, Santiago Montero, Yolanda Solís, Miguel Mª Sánchez, Jesús García y Juan Manuel Magán, con la colaboración de las Asociaciones del municipio). 4. Protocolo (Luis López, Juan Carlos López, Esteban León, Santiago Montero, Carlos Juzgado, Javier López, José Sánchez, Lorenzo Casares y Miguel Mª Sánchez). 5. Liturgia (Luis López, Juan Carlos López, Esteban León, Elena Jiménez, Rosalinda Montero, Pedro Gómez, Mari Nati Simal y Daniel Pérez). En la primera reunión, se informó del encuentro mantenido con el Arzobispo de la Archidiócesis, que recibió a la Junta Rectora de la Hermandad en el Palacio Arzobispal de Toledo, el día 6 de septiembre de 2013. En dicha reunión se trasladó de manera oficial la petición de coronar canónicamente a la imagen de la Virgen de la Natividad. La solicitud tuvo una positiva acogida por parte del señor Arzobispo, quien explicó los trámites protocolarios que debían realizarse, requiriendo la máxima austeridad en el desarrollo del evento y que la ocasión se aprovechase para promover alguna acción social solidaria, como manifestación de la caridad cristiana. En la reunión se informó que la fecha elegida para la ceremonia de la coronación era el sábado 3 de mayo de 2014, y que el sitio designado para el evento era el Campo de Fútbol Municipal. También se habló sobre la tramitación que debía realizarse para formalizar la solicitud de la coronación canónica de la Imagen, encargando a Jesús García Cuesta y a Juan Manuel Magán García el preceptivo informe histórico. En sucesivas reuniones de las diferentes comisiones, se llevaron a cabo los preparativos y la planificación detallada de las actividades requeridas en torno a la celebración del evento, de todo lo cual se dio cuenta en una reunión de la Comisión Organizadora que tuvo lugar en la casa parroquial el día 13 de marzo de 2014.
Cabildo Extraordinario de la Hermandad Entre los requisitos establecidos para la tramitación de la otorgación del privilegio de coronación canónica a nuestra imagen, uno primordial exigía la manifestación expresa del Cabildo de la Hermandad, respaldando la solicitud. El trámite tuvo lugar en la tarde del viernes 20 de diciembre de 2013, congregándose al efecto en la Ermita de la Virgen un total de 64 hermanos. Sometida la propuesta a la consideración del Cabildo, quedó aprobada por unanimidad. RESEÑA HISTÓRICA DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA NATIVIDAD
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En aquel mismo Cabildo Extraordinario se informó por la Junta Rectora sobre los preparativos que se llevaban a cabo con motivo de la organización del evento, dando cuenta a los presentes de la constitución de la Comisión Organizadora encargada de supervisar todos los trámites, así como de los detalles respecto del desarrollo de la ceremonia de la Coronación. Se explicó que el día previsto para el evento sería el sábado 3 de mayo de 2014, indicando que el lugar elegido para la ceremonia es el Campo de Fútbol Municipal, donde se tenía previsto instalar un escenario con una carpa de grandes dimensiones para cobijar el altar, la imagen de la Virgen y el resto de imágenes y estandartes de las parroquias invitadas al efecto. Igualmente, se informó con detalle sobre el calendario y horarios señalados por la Comisión Organizadora para los diferentes actos litúrgicos previstos en el desarrollo del evento. Por otra parte, se propuso por la Junta Rectora de la Hermandad la remodelación de la carroza de la Virgen, incorporando a su estructura unos adornos para la peana del trono, unas bandas laterales y cuatro candelabros, todo ello repujado en plata. Se planteó como un regalo de los devotos de la Virgen a la Imagen, con motivo de su coronación canónica, por lo que se sugirió que el gasto originado se sufrague mediante donativos. Votada la propuesta, fue aprobada con 62 votos a favor y una abstención. También se informó que la corona que se emplearía para la ceremonia sería la misma que habitualmente se utiliza en las solemnidades, a la que se va a incorporar un medallón con las armas de la villa en su parte frontal, y otro en la parte posterior con la indicación del año de la coronación. Finalmente, se procedió en el referido Cabildo a la presentación del cartel anunciador del evento, así como el logo y el sello del mismo, obra de José Antonio Moreno Domene.
Decreto arzobispal accediendo a coronar canónicamente a la imagen de la Virgen Completados los trámites contemplados en la normativa respecto de la coronación canónica de imágenes de la Virgen, el arzobispo diocesano extendió el correspondiente decreto por el que se dispone “que la imagen de Nuestra Señora de la Natividad, venerada en la villa de Méntrida, sea coronada canónicamente”. El documento, suscrito por el Primado de España, Braulio Rodríguez Plaza, en Toledo, con fecha 20 de enero de 2014, festividad de San Sebastián Mártir, titular de nuestra parroquia, y diligenciado por José Luis Martín Fernández-Marcote, canciller - secretario general del arzobispado, subraya la especial devoción que Méntrida tributa a su Patrona, fomentada y mantenida desde siglos remotos. Y, para concluir, recalca que el efecto esperado de su coronación ha de contribuir “a que los fieles cristianos de esta parroquia imiten a la Madre de Dios en sus virtudes, amando a los hermanos, dando testimonio de su fe y ayudando a los más necesitados”. La publicación de este decreto puso punto final a la tramitación oficial, centrándose a partir de entonces todos los esfuerzos en completar las tareas asignadas a las distintas comisiones coordinadoras, para que todo estuviera a punto el día de la coronación y que el programa de actividades culturales se pusiera en marcha en el calendario adecuado. Las comisiones de Infraestructuras y Movilidad agilizaron los preparativos referidos a los espacios que servirían de escenario a los actos centrales de la Coronación, el adecentamiento del Campo Municipal de Fútbol y del recorrido de la procesión, la preparación de las zonas de aparcamiento y los accesos a los mismos, la organización de los operativos necesarios para garantizar la seguridad y el normal desarrollo de los actos, la preparación de un servicio especial de atención a los participantes, el diseño de un plan de actuación para Protección Civil… Cometidos, todos ellos, que precisaron de la conjunción de numerosos esfuerzos y la participación muy activa de mucha gente. También la comisión de Protocolo abordó los objetivos asignados, cursando las preceptivas invitaciones y elaborando un programa detallado para el desarrollo de las diferentes fases de los actos de la coronación. Igualmente, la comisión de Liturgia se puso manos a la obra, organizando al detalle el programa de las procesiones de traslado al lugar de la ceremonia de la coronación y del posterior regreso al templo parroquial, así como todos y cada uno de los pormenores referidos a la RESEÑA HISTÓRICA DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA NATIVIDAD
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eucaristía y al ceremonial de la coronación, con la edición de un folleto especial sobre el particular. Por su parte, la comisión de Cultura, como antes se apuntaba, llevó a cabo la programación cultural que discurriría a lo largo de las semanas previas y en la jornada misma de la coronación, encajando en un apretado calendario todas y cada una de las colaboraciones prestadas por la totalidad de las asociaciones, a las que se sumaron también diferentes instituciones locales y personas particulares. De todo ello quedó constancia en la web de la Hermandad [www.mentridanatividad.com].
III. PROGRAMACIÓN CULTURAL La programación de actos culturales ha pretendido, fundamentalmente, que la coronación canónica de nuestra Virgen de la Natividad perdurara en el recuerdo de la memoria colectiva singularmente grabado, como un evento de especial significado para Méntrida. Además, desde su constitución, la comisión de Cultura se propuso que el programa de actos sirviera para anunciar y preparar el acontecimiento, asumiendo igualmente el objetivo de actuar como plataforma para la colaboración y participación activa del mayor número de gente posible, abriendo vías de cooperación entre los diversos colectivos y entidades del pueblo para, entre todos, contribuir a la divulgación y promoción del rico patrimonio cultural generado en torno al culto a la Virgen de la Natividad. Desde esta perspectiva, se organizó y desarrolló un ambicioso programa que ha girado en torno a tres ejes. El primero de ellos, orientado a exponer diferentes muestras de nuestro patrimonio cultural, se materializó en cinco actividades. Una exposición de mantos de la Virgen, compuesta por una selección de ocho mantos de los siglos XVIII al XX. Una muestra de fotografías de la Virgen, con reproducciones de su imagen entronizada, correspondientes a diferentes etapas históricas; entre ellas destacaba la fotografía original que procesionó en la romería de 1937. La proyección de un video elaborado al efecto, recogiendo una colección de diapositivas con escenas de las fiestas abrileñas de los años 1979 a 1992. La realización de tres dioramas representando varios episodios de la aparición de la Virgen, a cargo de la Asociación Belenista de Méntrida. Y una visita guiada al Camarín de la Ermita, con explicación pormenorizada de sus pinturas murales. El segundo eje, centrado en el objetivo de difundir la historia de la devoción a la Patrona y el significado de la coronación canónica de su imagen, se materializó en diversas homilías en las misas de las semanas previas al evento y, además, en los siguientes actos. Un ciclo de conferencias en la Ermita, en el que participaron D. Jesús García Cuesta, que disertó sobre la acción mediadora de la Virgen de la Natividad en la historia de Méntrida; D. Juan Manuel Magán García, que habló sobre la evolución de la propia imagen de la Virgen y de su iconografía en el discurrir de los siglos; y D. Francisco Sastre Maganto, que explicó el significado del rito de la coronación canónica, además de evocar su particular trayectoria en la devoción a la venerada imagen, en relación con su servicio sacerdotal, al celebrar sus bodas de oro sacerdotales. Incluimos en este mismo eje el vibrante Pregón de la Coronación, declamado en la Ermita en la noche del Primero de Mayo por Francisco Segura, que destiló poesía de principio a fin y rezumó por todos sus poros esencias de fervor mariano, arrancando reiteradas ovaciones del público asistente. Además, se aprovechó la edición del Libro de Fiestas para incluir diversos artículos centrados en la referida temática, con aportaciones relacionadas con la historia de la devoción a la Virgen de la Natividad (“La imagen de la Virgen aparecida en Berciana”, de Juan Manuel Magán; “La realeza de María, simbolizada en la mujer coronada del Apocalipsis” y “Méntrida agradece a la Virgen de la Natividad su protección ante el cólera morbo”, de Jesús García Cuesta), o bien con vivencias y testimonios personales en torno a la devoción a la Virgen (“Sentimientos pasados y presentes de una mujer mentridana”, de Vicenta Montero, “Homenaje a la madre mentridana”, de Javier López; “Testimonios, año 1948”, de Andrés Fernández; “Don Ángel Morán, fiel devoto de la Virgen de la Natividad”, de Francisco Simal; “Nuestra Reina y Madre, coronada”, de Francisco Maganto; “Ante tu coronación, Virgen de la Natividad”, de autor anónimo), completado con poemas alusivos firmados por Tomás Mayoral, Luisi Cuadrado, Juan Francisco Gutiérrez y José Alberto Toribio. En este mismo ámbito divulgativo de la
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historia de la imagen de la Virgen se inscribe la actividad desarrollada por los más pequeños del pueblo (alumnos de la Guardería Municipal “Jorge Arellano” y del Colegio Público “Luis Solana”), que han realizado entre todos una colección de seis grandes paneles con la historia de la aparición de la Virgen, para decorar la ermita de Berciana; en esta actividad han colaborado tanto el propio colegio, como su Asociación de Madres y Padres de Alumnos. El tercer eje tenía como misión la celebración popular del acontecimiento, de ahí que se desarrollara mediante propuestas festivas de muy distinto cariz. Así, por ejemplo, en honor a la Virgen se han llevado a cabo diferentes torneos deportivos, en colaboración con el Polideportivo Municipal, la Asociación de Pensionistas “San Marcos” y el Campo de Tiro; conciertos de música, con actuaciones de la Coral “Villa de Méntrida” que ofreció en la Ermita un recital conjunto con el Coro del Colegio Público “Luis Solana”, así como las actuaciones ante la Patrona, en el templo parroquial, de la Banda de la “Unión Musical Mentridana” y del Coro “Amigos del Rocío”. También en este ámbito popular hay que registrar la sesión de teatro ofrecida por la Asociación Fénix de Teatro y Cultura, que representó “La Gioconda”, y varias exposiciones de artesanía (Manoli Mora), trabajos de punto de cruz (Mª Antonia Franco y Agustina Vaquero) y pinturas (Asociación “Unión Vecinal de Méntrida”). Y, como broche, el ya tradicional concurso de dulces típicos mentridanos, a cargo de la Asociación de Mujeres “Amanecer”, centrado esta vez en las “rosquillas bañás”. Antes del concurso y degustación se hizo la presentación del libro “Los dulces de la Romería. La repostería tradicional mentridana”, del que es autor Juan Manuel Magán, y cuya elaboración colaboró muy especialmente la Asociación de Mujeres “Amanecer”. La implicación en el desarrollo del programa de actos culturales ha supuesto la movilización de la práctica totalidad de los recursos humanos disponibles en la localidad, registrándose una participación muy notable del vecindario. Aunque varias propuestas culturales quedaron sin materializarse, el programa resultó suficiente para cumplir los objetivos marcados desde la comisión Cultural. A destacar, también, que las exposiciones realizadas se hicieron en el nuevo espacio disponible en la remozada vivienda del ermitaño, que ha abierto por primera vez sus puertas con motivo de este singular acontecimiento. En suma, el programa cultural llevado a cabo ha resultado toda una cadena de ofrendas en honor de la Virgen, de un especial significado simbólico, que a su vez ha traducido un homenaje de gratitud y reconocimiento a las generaciones pretéritas, que con tenacidad han contribuido históricamente a perpetuar en Méntrida tan enraizada y fructífera devoción a la Madre de Dios, transmitiéndonos generosamente este valioso legado, el mismo que han de heredar las generaciones venideras, con la ayuda de Dios.
IV. LA CEREMONIA DE LA CORONACIÓN La jornada del 3 de mayo de 2014 pasará a los anales de la Historia de Méntrida como una de las fechas más memorables; digna de recordar, principalmente, por el profundo significado que conlleva el acto que lo justifica, pero también por la ejemplaridad en que transcurrió el evento, a satisfacción plena de todo el pueblo. Fueron muy copiosas las emociones y muy abundantes los detalles dignos de plasmar en esta crónica. Nos ahorraremos buena parte de todo ello, en aras a evitar prolijidad, e iremos a lo más enjundioso y esencial. En esta categoría, a juicio de los cronistas, hemos de empezar por reseñar lo chocante que para sus devotos resultó ver por vez primera a nuestra Patrona salir del templo parroquial sin ceñir su corona… Las camareras le habían puesto una sencilla diadema de flores para recoger el velo. Causaba impresión ver a la imagen asomarse al atrio de aquella guisa. Nuestras retinas ni las de muchas generaciones que nos precedieron jamás captaron aquella extraña sensación. Era, indudablemente, un momento irrepetible. Sin duda el rito así lo requería. Novedad era, igualmente, la inusitada algarabía que se registró a la salida del templo instantes antes de comenzar la procesión, donde se agolpaba una nutrida representación de una treintena de RESEÑA HISTÓRICA DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA NATIVIDAD
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parroquias de nuestra diócesis y de la vecina diócesis madrileña de Getafe, que acudieron a rendir pleitesía a la Patrona de Méntrida en tan memorable jornada. Cada una, visible a través de los estandartes y cetros de sus cofradías y hermandades, la mayoría de las cuales comparten con nuestra Hermandad de la Virgen muy parejas trayectorias de devoción y tradiciones seculares de enorme arraigo popular. Y tras los estandartes, una comitiva de cinco imágenes marianas vecina: la de Santa María del Fresno, de la parroquia de S. Pedro Apóstol, de Aldea del Fresno; la de Santa María del Alberche, de la parroquia de Calalberche; la de la Virgen del Perpetuo Socorro, de la parroquia de Santa Catalina, de Villamanta; la de la Purísima Concepción, de la parroquia de San Miguel Arcángel, de Escalona; y la de la Virgen de la Poveda, de la parroquia de Santiago Apóstol, de Villa del Prado. Todos, vecinos e invitados, aguardaban expectantes el inicio de la procesión. La banda de la Unión Musical Mentridana puso en el aire la Macha Real en el instante mismo en que la imagen de la Virgen atravesó el umbral del pórtico. Como es habitual cada vez que la Natividad sale de la parroquia, la mayordomía le saluda sable al pecho, rindiendo honores, mientras bailan sus danzantes junto al atrio el paloteo de la Marcha Real. La mezcolanza de músicas se envuelve en el repicar de las campanas y en el estallido de los cohetes en las alturas, dibujando una pintoresca estampa sonora de un sabor genuinamente mentridano. Concluido el ritual del saludo a la Madre, se ordena el cortejo procesional, que encabeza la cruz parroquial flanqueada de los ciriales, seguidos por el vistoso grupo de majorettes, desfilando a los sones de su banda de cornetas y tambores. Inmediatamente detrás, discurre el séquito de representantes de las parroquias vecinas invitadas al acto, que, una a una, van pasando frente a la Patrona, estacionada en el atrio, junto a la cual se hallaban la Junta Rectora y Grupo de Camareras de su Hermandad. Después, representando a la feligresía parroquial, discurrieron los estandartes del resto de hermandades de nuestra parroquia (la de la Soledad y San Sebastián, la del Santísimo Cristo de la Piedad, la de San Juan Bautista -Mancebos y Doncellas-, y la del Santísimo Sacramento, junto con un grupo de mujeres con peineta y mantilla, acompañados todos por la banda de la Unión Musical Mentridana. Después, se incorporaron al recorrido las cinco imágenes marianas visitantes, completando un selecto séquito representativo de la adhesión al acto por parte de nuestra iglesia diocesana y la de nuestra inmediata vecina madrileña. En el momento de incorporarse al cortejo, las voces de Mari Nati Simal y de Pedro Gómez indicaban por megafonía algunos datos significativos de cada uno de los colectivos participantes en la procesión y de los símbolos que les identificaban. Precedida por el estandarte de su Hermandad, la Virgen de la Natividad emprendió la marcha con las solemnidades y agasajos de rigor, escoltada por su Mayordomía, guiada por sus danzantes al son del baile de procesión, y conducida por la Junta Rectora y Grupo de Camareras de la Hermandad. Tras Ella, el clero y la justicia, presidiendo el cortejo el obispo auxiliar diocesano, D. Ángel Fernández Collado. El recorrido de la procesión discurrió por calles y avenidas nunca antes transitadas por la Virgen, hasta finalizar en el Campo Municipal de Fútbol, escenario elegido para la celebración de la coronación. Todo el suelo del itinerario estaba salpicado de romero y cantueso recién cortado, proporcionando una estela de dulces aromas al paso de la carroza. Una carroza recién remozada, guarnecida en sus bandas laterales y peana con finas labores de repujado en plata, para realzar la solemnidad de la ocasión, al igual que el manto que acababa de estrenar, obsequio de gratitud de una devota que por mucho tiempo le sirvió como camarera. Desde lo alto de la carroza, la imagen de la Patrona concitó la mirada de cuantos la acompañaban y de quienes, a su paso, cruzaban sus miradas con la suya, en un respetuoso diálogo de afecto y devoción, reconociendo en su figura uno de los valiosos símbolos de unión y concordia del vecindario, en el que confluyen hondos sentimientos comunes entre generaciones, desde los inicios mismos de nuestra particular historia.
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Una vez en el destino, ubicado en la otrora dehesa del Caño, siempre escoltada por el capitán y el alférez de su Mayordomía, la Virgen ocupó un lugar destacado en el improvisado presbiterio cobijado por una enorme carpa, en sitio desde el cual se extendía frente a sus ojos el caserío, con la simbólica intención de ser coronada con su mirada puesta en sus gentes, dando frente a su hogar, observando al detalle y guardando en su corazón la apacible mirada de su pueblo, amalgama enjundiosa de plegarias, gratitudes y alabanzas. En las vallas de las tribunas campeaban los seis murales pintados por los escolares del pueblo, con escenas de la legendaria aparición de la Virgen en Berciana, contribuyendo a rememorar el germen que dio origen a la ancestral devoción de Méntrida a su Virgen de la Natividad, cuyo fruto maduro estaba a punto de cosecharse. El número de asistentes al acto superaba los dos millares de mentridanos, acompañados por más de un centenar de gentes venidas de pueblos de nuestra provincia y de la de Madrid. La respuesta a la convocatoria fue notable. Y, tal vez lo más importante, la inmensa mayoría de los presentes habían acudido a la celebración no solo como testigos privilegiados de tan singular acontecimiento, sino en calidad de activos participantes y entusiastas colaboradores en los múltiples actos programados en la preparación del evento. Porque es menester recalcar que todo el proceso del desarrollo del proyecto, como anteriormente se insinuó, se planteó y se llevó a cabo como una empresa abierta a la participación activa de todo el vecindario, de modo que el hecho histórico que se estaba celebrando era la culminación de muchos esfuerzos bien coordinados. De acuerdo con el horario previsto, en torno a las once de la mañana (hora y media después de que arrancara la procesión) dio comienzo la Eucaristía, presidida por el Arzobispo Primado de España, D. Braulio Rodríguez Plaza, con quien concelebrara su obispo auxiliar y una docena de sacerdotes, entre los que se encontraban los mentridanos José Ignacio Martínez y Francisco Maganto, y el antiguo cura párroco Jesús García Cuesta. En la homilía, las palabras reposadas y afables del señor arzobispo instruyeron a los asistentes sobre el significado y la trascendencia de la coronación canónica de nuestra Patrona, dedicando la parte medular de su plática a pormenorizar las repercusiones que aquel histórico acto debía tener para los devotos de la Virgen de la Natividad; tanto en el plano individual, reforzando su compromiso para con Dios, como en el plano colectivo, revitalizando su vivencia compartida de la fe, mediante la profundización en los valores evangélicos que, de modo tan especial, encarna la figura de la Virgen. Acabada la prédica, tuvo lugar la emotiva ceremonia de la coronación. A escasos diez minutos del mediodía, la Camarera Mayor, Elena Jiménez, y el Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen, Luis López, entregaron la corona al Arzobispo. Por acuerdo de la Hermandad, la corona elegida para la ocasión fue la misma que la Patrona estrenó el año 1950, aquella que lució la actual imagen de la Virgen, tallada aquel mismo año. La corona, semanas antes, había sido primorosamente restaurada, incorporando en su frontal las armas de la villa y añadiendo en su parte posterior una pequeña cartela con la fecha de la coronación. Tras bendecirla, el Primado ciñó la corona sobre la cabeza de la sagrada efigie de la Patrona, instante en que todos los presentes irrumpieron en un prolongado y alborozado aplauso, al tiempo que se escuchaba el Himno Nacional. El sencillo rito culminó con la incensación de la imagen y con una breve oración de acción de gracias. Se palpaba en el ambiente un sentimiento compartido de gratitud y felicitación, al ver cumplido el ansiado anhelo de ver reconocido de modo a la vez tan solemne y sobrio el protagonismo de la Virgen de la Natividad como faro y guía de la vivencia de la fe de nuestras gentes, así en el pasado como en el presente. Un reconocimiento solemne, por la relevancia histórica que conlleva. Un reconocimiento sobrio, en consonancia con la grandeza de la humildad que identifica a la Esclava del Señor. En el ambiente que envolvía el incienso de la ceremonia y las voces acompasadas de la Coral, parecía flotar un sentimiento común de todos los presentes, perfectamente harmónico con las palabras mismas de María: Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.
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El resto de la celebración continuó en sintonía con esta misma cita evangélica, felicitando a la Virgen porque el Poderoso ha hecho obras grandes a través de Ella. Y entre ellas, aunque no la más valiosa, la de hacer perdurar en las generaciones mentridanas, desde sus mismos orígenes, el cimiento de la fe, sabiéndonos hijos de la misma Madre, punto de encuentro y de unión entre todos. Acabada la eucaristía, tomó la palabra el párroco, Juan Carlos López Martín, para dar gracias a Dios por los bienes que para la parroquia reporta y reportará la coronación canónica de la Patrona; y para hacer público reconocimiento a cuantos han cooperado para hacer realidad, a plena satisfacción, de este anhelo tan ansiado. Terminó con unas palabras también de gratitud a los que, provenientes de otras localidades, nos acompañaron en ocasión tan señalada. En tono jubiloso y festivo, se formó de nuevo la comitiva para emprender el regreso al templo parroquial. Desandando el camino recorrido, la procesión llegó a las puertas de la parroquia pasada la una y media. Allí tuvo lugar el postrer homenaje a la Patrona por parte de su Mayordomía y Danzantes. Rematado el bandeo, los danzantes guiaron a la Virgen hasta el interior de la iglesia al son de las castañuelas y de la música de la dulzaina y el tambor, siendo los sargentos quienes empujaron la carroza. Las naves del templo, abarrotadas de gente, rezumaban entusiasmo y satisfacción. Todo había resultado a complacencia de todos. Perfecta y digna de encomio la organización, de principio a fin, asumida con loable responsabilidad por la Hermandad. Generosa y entregada la labor de cuantos intervinieron, de una u otra forma, en el desarrollo de los actos; desde quienes asumieron tareas relacionadas con las infraestructuras necesarias (difícil reseñar a todos sin olvidar a alguno), hasta quienes se encargaron de atender a los asistentes (cuerpos de seguridad, Protección Civil, grupo de voluntarios…), así como quienes colaboraron a realzar con su actuación la brillantez de las ceremonias, especialmente a los Sargentos y Danzantes, pero también a los componentes de la Coral “Villa de Méntrida”, de la banda de la “Unión Musical Mentridana” y del grupo de Majorettes y banda de Cornetas y Tambores. Todo se conjugó a la perfección, para dar como resultado una celebración de la que todos nos podemos sentir orgullosos, porque entre todos lo hicimos posible. Hasta las condiciones atmosféricas contribuyeron, proporcionando un día espléndido, radiante de luz y con un cielo que parecía sumarse a la fiesta ofreciendo, a modo de inmenso palio, un majestuoso toldo azulado. De todo ello se hizo eco el señor arzobispo en la intervención con la que cerró la jornada. De reconocimiento y felicitación fueron las palabras que pronunció desde el altar mayor, celebrando el acierto con que se desarrollaron los actos y dando su enhorabuena a cuantos habían sumado esfuerzos para lograrlo. Tuvo también palabras de ánimo, exhortando a perseverar en la devoción a la Virgen de la manera ejemplar con que lo hicieron las generaciones pasadas; e hizo votos para que el título honorífico que para nuestra Virgen de la Natividad supone su coronación canónica, sea acicate para todos y cada uno de sus devotos, en orden a procurar, día a día, conocer mejor a la Virgen, amarla más e imitar su ejemplo en la vivencia del Evangelio, y tenerla en adelante como Reina y Madre de todos, para mayor gloria de Dios.
Jesús García Cuesta Juan Manuel Magán García
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