Sistemas Silvopastoriles TNC-CDGC

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The Nature Conservancy Calle 67 No. 7 - 94 Piso 3 Bogotá, Colombia

Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá Carrera 11 Calle 19 esquina Florencia, Caquetá, Colombia

Proyecto: ACTIVACIÓN PACTO CAQUETÁ –PaCAutores: Área Técnica C.D.G.C.

Esta revisión fue financiada por The Nature Conservancy

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“La implementación de sistemas silvopastoriles en métodos de producción bovina puede contribuir a mejorar el bienestar, la eficiencia productiva y reproductiva de los hatos ganaderos, a través de la generación de microclimas que permiten a los animales estar cerca o en el rango de termoneutralidad ideal para la composición racial; y de esta manera reducir los impactos negativos sobre el consumo voluntario, la producción, la reproducción y la salud de los animales que genera el estrés calórico en los diferentes agroecosistemas tropicales.”

Este producto es resultado del proyecto “ACTIVACIÓN PACTO CAQUETÁ” el cual es apoyado para el Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá, por The Nature Conservancy –TNC3


Contenido Presentación........................................................................................................................................ 6

PACTO CAQUETÁ, Cero deforestación y reconciliación ganadera ...................................................... 7 Cero deforestación .......................................................................................................................... 9

Reservas Naturales de la Sociedad Civil -R.N.S.C. ........................................................................... 9 Mercadeo ........................................................................................................................................ 9

Denominación de origen “Queso del Caquetá” ........................................................................ 10 Marca colectiva QC® ................................................................................................................. 10

Modelo endógeno de Sistemas Silvopastoriles (SSP) ................................................................... 10

SISTEMAS SILVOPASTORILES ............................................................................................................. 11

De donde venimos ........................................................................................................................ 12 Importancia de los sistemas silvopastoriles para la ganadería en el trópico................................ 14

Beneficio del componente arbóreo como modificador del forraje bajo su influencia y como forrajero .................................................................................................................................... 14 Beneficio del componente arbóreo como aporte de ingresos adicionales a la actividad ganadera.................................................................................................................................... 17

Condiciones ambientales y su efecto en la producción bovina .................................................... 17

Sistemas con árboles y su efecto en la reducción del estrés calórico....................................... 19 Sistemas silvopastoriles y generación de servicios ambientales .............................................. 22

La ganadería extensiva y la deforestación ................................................................................ 23

Clima, biodiversidad y recurso hídrico .......................................................................................... 24

Regulación climática.................................................................................................................. 24

Conservación del recurso hídrico .............................................................................................. 24

Silvopastoreo y biodiversidad ................................................................................................... 27

Incremento en la producción y calidad de las pasturas ............................................................ 29

Algunos modelos de sistemas silvopastoriles ................................................................................... 30

Cercas vivas ................................................................................................................................... 31 División de praderas ...................................................................................................................... 34

Condición de sobre pastoreo de algunas praderas ................................................................... 34

Rehabilitación de la pradera ..................................................................................................... 34

Características de la división de praderas y del pastoreo rotacional intensivo ........................ 35

Ventajas y desventajas .............................................................................................................. 35 Aspectos a considerar para obtener un buen manejo de la pradera ....................................... 36

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Carga animal .............................................................................................................................. 37 Presión de pastoreo .................................................................................................................. 37

Sistemas silvopastoriles con manejo de la sucesión vegetal ........................................................ 38 Sistemas de corte y acarreo .......................................................................................................... 39

Arboles dispersos en potreros ...................................................................................................... 41

Multiplicación de los Sistemas Silvopastoriles .................................................................................. 43

Limitantes para el desarrollo de los sistemas silvopastoriles ....................................................... 43 Matriz de comparación de los sistemas silvopastoriles descritos en el Caquetá ......................... 45

Gráficas 1. 2. 3. 4. 5. 6.

Pilares del Pacto Caquetá ………………………………………………………………………………………. Tasa de deforestación Colombia 2014 ………………………………………………………………...... Objetivos de las RNSC ……………………………………………………………………………………………. Productos protegidos con denominación de origen ………………………………………………. Marca Colectiva “QC” ……………………………………………………………………………………………. Localización de los bovinos bajo la cobertura arbórea y en áreas de potrero abierto en tres horas del día en la zona de Cañas (Costa Rica)……………………………….. 7. Beneficio de los árboles en la regulación del clima ………………………………………………… 8. Funciones benéficas del árbol ……………………………………………………………………………….. 9. Secuencia de pastoreo ………………………………………………………………………………………….

8 9 9 10 10 20 24 26 35

Tablas

1. Efectos benéficos de la sombra en sistemas de producción bovina ….……………………. 20 2. Temperatura ambiente promedio y humedad relativa promedio tomada en tres horas del día, en sistemas silvopastoriles y áreas de potrero abierto en la zona de Cañas (Costa Rica) …………………………………………………………………………………………….. 21 3. Manejo de la división sostenible de praderas (pastoreo rotacional) ………………………...... 36

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Presentación

Pareciera que todos los procesos naturales en el planeta, principalmente aquellos ligados al agua, se alteran constantemente por la participación del hombre, quien se afana por alcanzar las nuevas metas de sin tener en cuenta la sostenibilidad ambiental.

De acuerdo con Boff (1999), el efecto más adverso que se ha constatado se relaciona con la aplicación y adopción progresiva de métodos intensivos, focalizados exclusivamente en un objetivo productivo, sin tener en cuenta el sustento natural de los sistemas de producción. Debido al uso irracional del suelo y del agua, los recursos naturales que son necesarios para impulsar el desarrollo agropecuario, experimentan un deterioro acelerado, que pone en peligro la satisfacción de las necesidades más vitales de las generaciones futuras, con sus consiguientes riesgos para la estabilidad ecológica, social, política y económica de los países en vías de desarrollo.

En el Caquetá la producción ganadera se ha basado en el uso de gramíneas forrajeras en monocultivos. Este “desierto verde” pierde cada día su valor nutritivo y su disponibilidad. El suelo se degradó y se afectó de manera irreparable al bosque y al agua. La producción de carne y leche es el principal motor económico del Caquetá, pero las fincas aquejan bajos niveles de productividad y rentabilidad, así como por la generación de efectos ambientales negativos. Si bien es cierto que hoy, el monocultivo de uso ilícito, la explotación petrolera y la minería criminal, son altamente responsables de procesos de deforestación, fragmentación de paisajes, pérdida de biodiversidad y degradación, la ganadería no evade su responsabilidad histórica ante esta desfavorable realidad.

Por esta razón el Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá ha liderado la implementación y puesta en marcha del PACTO CAQUETA –Cero deforestación y reconciliación ganadera-, como una apuesta endógena (desde los ganaderos) para hacer parte activa de la solución, que parte del retorno de área al bosque, mediante la incorporación de árboles y arbustos en las diferentes modalidades de sistemas silvopastoriles, como una práctica indispensable para la sostenibilidad ambiental, social y económica de la producción animal. En la presente revisión bibliográfica se valoran algunas de las potencialidades que se pueden obtener con el uso de sistemas silvopastoriles, con el propósito de hacer un análisis y evaluación que conduzca finalmente a la escogencia de un modelo particular, que a manera de propuesta desde el PACTO CAQUETÁ, sirva de piloto replicable para su adopción y uso, redundando en el incremento de la producción animal por la vía del mejoramiento de la calidad de las pasturas, el incremento en el aprovechamiento del árbol, y en el favorecimiento de los indicadores de biodiversidad de la flora y fauna, calidad del agua y características fisicoquímicas y biológicas de los suelos.

La presente revisión, se logra gracias al desarrollo del proyecto REACTIVACIÓN DEL PACTO CAQUETÁ (PaC), financiado por The Nature Conservancy (TNC), en la definición de un nuevo esquema productivo competitivo, que benéfico para el medio ambiente permita eficiencia y sustentabilidad.

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PACTO CAQUETÁ, Cero deforestación y reconciliación ganadera

El pacto Caquetá es una apuesta desde el gremio ganadero regional, en vocería de la sociedad civil, con el propósito sustantivo de dar inicio a un trabajo colectivo de concientización y generación de tareas frente al desarrollo sostenible para el mantenimiento del entorno ecológico y la recuperación y conservación de la biodiversidad del Caquetá en todos sus niveles: genético, de organismos, poblacional y de ecosistemas, conscientes de que, estas actividades de conocimiento, restauración, conservación y mejor uso que se emprenderán hoy, serán vitales para la potencialización de nuestro desarrollo humano y la construcción de un mejor territorio para heredar a nuestros hijos.

Este Pacto surge como respuesta a las graves presiones que se han generado en el Caquetá sobre sus recursos, que se expresan en la ampliación de las áreas intervenidas, procesos de deforestación y praderización, intensificación de actividades extractivas como la pesca y la minería, la amenaza por los proyectos y concesiones mineras y petroleras, el establecimiento de los cultivos de uso ilícito, la extracción legal e ilegal de madera, entre otras, todas con efectos adversos a múltiples niveles.

Una prueba de este proceso de degradación es la disminución de cerca del 30% del total de área boscosa entre el 2002 y el 2010. Precisamente, para el año 2010 la cobertura de bosques del Caquetá se estima en 6.586.859 hectáreas equivalentes al 5,7% del territorio continental colombiano y al 0,8% de toda la bioregión amazónica. Disminuido potencial, toda vez que entre 1990 y el 2010 se talaron en el Caquetá 698.564 has. de bosques (casi 3 veces el área del municipio de Florencia), equivalentes al 9,4% del área original. Pero la amenaza continua, en el 2011 el departamento con la mayor tasa de deforestación de la región fue el Caquetá, siendo la extracción incontrolada de sus recursos, la expansión de la frontera agropecuaria y los cambios drásticos en el uso del suelo, con fines legales o ilegales, las principales causas de esta lamentable pérdida. De acuerdo con las cifras oficiales para Colombia, 5 departamentos concentraron el 61% de la deforestación en el año 2014, ocupando el Caquetá el vergonzoso primer lugar con un total de 29.245 hectáreas, que equivalen al 20,84% del total de la deforestación nacional. Dado que todo es una enorme red de relaciones, la regulación tanto del clima como del ciclo del agua dependen de la estabilidad y conservación de la selva, como quiera que son justamente la evaporación y la transpiración vegetal los flujos que determinan estos vitales servicios ambientales del bosque. En este sentido, las alteraciones al sistema boscoso terminan generando grandes impactos frente a la dinámica hídrica y climática, siendo la deforestación nuevamente la acción que genera el mayor impacto frente a la conservación del recurso hidrobiológico.

En medio de este escenario, el gremio ganadero no pretende, ni más faltaba, desconocer su responsabilidad histórica como factor depredador del bosque natural. Y es que la deforestación iniciada a principios del siglo pasado, reconocida como una de las principales causas de la degradación de nuestro ecosistema, fue principalmente ocasionada por el bum de la ganadería extensiva como actividad económica importante y promisoria para estas regiones de frontera agropecuaria dinámica. El resultado de ese proceso es la hoy llamada ''potrerización de la Amazonia'', fenómeno que hace referencia a la pérdida de la cobertura boscosa de esta región, ocasionando un grave impacto en términos de la pérdida de los servicios ecosistémicos propios de este bioma, el empobrecimiento de los suelos y, consecuentemente, bajos indicadores productivos de cualquier actividad implementada en una región cuya vocación es justamente boscosa. 7


El Pacto Caquetá comprende a los bovinos en el papel que deben jugar como “convertidores catalíticos móviles propulsados por energía solar” con potencial para restablecer la fertilidad en áreas degradadas. A lo largo de millones de años de evolución, los bovinos explotaron y moldearon ambientes naturales diversificados, por lo tanto la biodiversidad y su conservación debe hacer parte de su presente y su futuro. Los resultados demuestran que es factible lograr la restauración ecológica de zonas degradadas mediante el diseño inteligente de sistemas de producción ganadera adaptados al contexto ambiental y social del Caquetá.

Los ganaderos, mediante el PACTO CAQUETA, han asumido un compromiso con el territorio, tras la decisión de hacer un manejo inteligente de la naturaleza, partiendo del reconocimiento que existe un mayor potencial biológico y económico de la ganadería como actividad productiva, a partir de la adopción de metodologías sostenibles que permitan, entre otros: la restauración ecológica del suelo, mayor rendimiento por unidad de área pudiendo así devolver espacio al bosque, el incremento de la biodiversidad y la producción y conservación de los servicios ecosistémicos, tales como protección de cuencas, disminución de la erosión, mejoramiento del paisaje y captación de CO2. En el objetivo de iniciar la reconciliación de la ganadería para integrar la producción bovina a los componentes biofísicos amazónicos del Caquetá, logrando una ganadería amigable y en equilibrio con la naturaleza, el Pacto posee los siguientes cuatro pilares estratégicos: Gráfica 1. Pilares del Pacto Caquetá

Fuente: Pacto Caquetá –Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá.

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Cero deforestación

Con el propósito fundamental de controlar la problemática de degradación del bosque que ilustra la siguiente gráfica: Gráfica 2. Tasa de deforestación Colombia 2014

Fuente: Ministerio de Medio Ambiente

Reservas Naturales de la Sociedad Civil -R.N.S.C.

Como pilar del Pacto, estas herramientas son predios que, por decisión autónoma de sus propietarios, es convertido en una reserva natural para la protección de un ecosistema o hábitat natural bajo parámetros de conservación, restauración y producción sostenible. El Artículo 109 de la Ley 99 de 1993, define una RNSC como “la parte o el todo del área de un inmueble que conserve una muestra de un ecosistema natural y sea manejado bajo los principios de la sustentabilidad en el uso de los recursos naturales, cuyas actividades productivas y usos se establecerán de acuerdo a reglamentación, con la participación de las organizaciones sin ánimo de lucro de carácter ambiental”. Las RNSC se encaminan al logro de los siguientes objetivos: Gráfica 3. Objetivos de las RNSC.

Mercadeo

Fuente: Pacto Caquetá

En el apoyo a la integración vertical y desde un abordaje de cadenas de valor, el Pacto desarrolla actividades en carne y leche. 9


Denominación de origen “Queso del Caquetá” Gráfica 4. Productos protegidos con denominación de origen

Fuente: Comité Dptal de Ganaderos del Caquetá

Marca colectiva QC® Gráfica 5. Marca colectiva “QC”

Fuente: Comité Dptal de Ganaderos del Caquetá

Modelo endógeno de Sistemas Silvopastoriles (SSP)

La propuesta del Pacto Caquetá es realizar estudios de evaluación que permitan tener un piloto, que a manera de modelo permita la solución a las necesidades de implementación de los sistemas silvopastoriles a la ganadería regional. La presente revisión está encaminada a recopilar información de los modelos adaptables a la región, de acuerdo con sus especiales características de clima, hidrografía, suelo y recursos naturales.

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SISTEMAS SILVOPASTORILES

Los sistemas de producción bovina en el país tienen gran importancia económica, esta actividad se realiza en una amplia área del territorio nacional y en diferentes agroecosistemas. La mayoría de los sistemas ganaderos en el departamento del Caquetá (como en todo el país), se desarrollan bajo condiciones extensivas, donde predomina el monocultivo de gramíneas y la ausencia de la cobertura arbórea, producto de conceptos, tecnologías y costumbres o “forma de hacer mis cosas”, que, en la actualidad, están siendo reevaluadas. Estas tecnologías han generado problemas ambientales como degradación del suelo, contaminación de las aguas y emisiones de gases con efecto invernadero (Navas, 2007). Buena parte de estas técnicas en la ganadería no tienen en cuenta las condiciones agroecológicas donde se encuentra la finca, condiciones que muchas veces tampoco son tomadas en cuenta para la selección de los animales, la conservación de alimentos, el establecimiento de prácticas de manejo, etc. Las tecnologías que no son validadas según las condiciones del agroecosistema pueden generar en muchos casos indicadores productivos, reproductivos y económicos negativos, que como en el Caquetá, se reflejan en la baja productividad y rentabilidad de la actividad. Actualmente, la ganadería en nuestro país tiene gran potencial para acceder a mercados internacionales los cuales, además de valorar la calidad del producto (carne y/o leche, genética, etc.), tienen en cuenta aspectos relacionados con el bienestar animal, la conservación de los recursos naturales y aspectos sociales, razones de peso para reevaluar las tecnologías y rediseñar los sistemas ganaderos. El Caquetá es un territorio amazónico tropical, en el cual se encuentran varias y bien delimitadas zonas agro-ecológicas que difieren entre sí en características como suelos, topografía, vegetación, condiciones ambientales (precipitación, temperatura, humedad relativa, evapotranspiración, etc). El desarrollo de tecnologías a partir del análisis sistémico de estas particulares condiciones hace que los animales puedan expresar su potencial genético mejorando la rentabilidad de las fincas.

Los sistemas silvopastoriles a través del uso del árbol -como componente productivo- permiten mejorar la productividad ganadera, mitigar los efectos negativos ambientales generados por las técnicas tradicionales, mejorar el bienestar de los animales e incrementar la productividad general de la finca. De hecho, el desempeño del animal se ve afectado en el sistema de producción doble propósito Caqueteño basado en grandes áreas de pastoreo sin cobertura arbórea, debido al estrés calórico que puede reducir la producción (leche y/o carne) y reproducción (Hahn, 1999). Los animales pueden presentar estrés calórico por altas temperaturas, pero también se observa como consecuencia del “delta témico” o diferencia de temperaturas entre las 24 horas del día, que puede rebasar incluso los 20 grados centígrados durante un mismo día, afectando la zona de termoneutralidad de los animales. En cualquiera de los casos el estrés calórico puede afectar la salud y productividad e incluso llegar a incrementar la mortalidad en los hatos. En general, el uso de árboles en los sistemas ganaderos tiene múltiples funciones; fuente de alimentación animal, recuperación de la fertilidad del suelo, regulador del balance hidríco, fijador de CO2, entre otros; pero un efecto muy importante es la generación de microclimas en los potreros a través de las copas, permitiendo a los animales reducir el estrés calórico.

En el Caquetá los cultivos prevalecientes son gramíneas del genero Brachiaria en diferente estado de degradación, con contenidos de proteína que varían entre 6 y 13% según la especie y las 11


condiciones edáficas y climáticas del lugar de establecimiento (Vega et al., 2006), además de gramíneas nativas como la Guaduilla (Homolepis aturensis), por lo que la alimentación basada solamente en estos pastos presenta deficiencias tanto en el contenido de proteína como en el de energía (Cipagauta, citado por Hurtado y Guayara, 2013). El silvopastoreo es una práctica agroforestal, específicamente diseñada para la producción de árboles de uso múltiple y ganado. Éste es el resultado de la introducción o mejoramiento deliberado de forraje en un sistema de producción forestal, o dicho de otra manera, la introducción deliberada o mejoramiento de árboles en un sistema de producción de forrajes. En otras palabras, es el manejo de árboles, ganado y forrajes en un sistema integrado (Aldana, 2005). Existen diferentes alternativas para la incorporación de árboles en los sistemas ganaderos, entre los cuales se pueden nombrar: a) las cercas vivas, b) árboles dispersos en potrero, c) bancos forrajeros, d) pastoreo en plantaciones forestales o frutales, e) pasturas en callejones y cortinas rompevientos. Además, estos arreglos pueden incluir sistemas de dos, tres o más estratos, formados con especies herbáceas, arbustivas y arbóreas, seleccionadas según un objetivo específico (producción de forraje, madera, leña, sombra, etc.) que determinará el manejo y la densidad de siembra (Navas, 2007). En Colombia, se puede apreciar pastoreo en bosques naturales, pastoreo en plantaciones forestales para madera, pastoreo en huertos, pastoreo en plantaciones de árboles con fines industriales, pastoreo en plantaciones de árboles frutales, praderas con árboles y/o arbustos forrajeros en las praderas, sistemas mixtos con árboles o arbustos multipropósito para corte, cercas vivas, pastoreo en bancos forrajeros de leñosas perennes (Mahecha, 2003).

En el piedemonte amazónico Caqueteño, la ganadería como actividad económica se basa en sistemas extensivos de libre pastoreo, que en concordancia con el desequilibrio nutricional y la degradación de los suelos presenta bajos parámetros productivos (FEDEGAN, citado por Hurtado y Guayara, 2013).

De donde venimos

De acuerdo con Enrique Murgueitio Restrepo; la ganadería se inició en América aprovechando los ecosistemas de sabanas naturales presentes en varias regiones del Caribe, la Orinoquia y la Pampa argentina. Poco a poco avanzaría acompañando los desmontes de los bosques de los ecosistemas secos y húmedos así como las laderas de las montañas y los altiplanos. Con el tiempo los animales de pastoreo fueron determinantes para consolidar el modelo político y económico de control del territorio a través de la propiedad privada, que luego pasó de las colonias ibéricas a las repúblicas y perdura hasta nuestros días de diferentes maneras (Murgueitio 2003). El uso del fuego se aplicó como estrategia de manejo para repeler la sucesión vegetal y también como herramienta de transformación de bosques nativos y para la transformación de millones de hectáreas, y fue definitivo la difusión de gramíneas africanas como el puntero (Hyparrhenia rufa), Gordura o Yaraguá (Melinis minutiflora) y Guinea (Panicum máximum). La ganadería basada en pastoreo ha realizado el mayor cambio en los paisajes rurales hasta llegar a una escala continental y debe reconocerse como un proceso de enormes repercusiones ambientales y sociales (Bennett y Hoffmann 1992). En América tropical el mayor uso de la tierra de los agroecosistemas en la actualidad se encuentra en pasturas, llegando en algunos países a ocupar entre el 60-80% del área. El incremento de esta actividad se ha realizado en la mayor parte de los

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casos sobre la reducción de ecosistemas naturales especialmente bosques tropicales y de montaña y en menor proporción de humedales. La elevada tasa de deforestación en los países tropicales tiene efectos locales como la degradación de los suelos y la pérdida de su productividad y a escala regional genera pérdida en la capacidad de regulación hídrica y contaminación de los principales ríos. En el contexto global el mayor impacto se encuentra en la pérdida de biodiversidad al perderse o reducirse los ecosistemas de bosque del neotrópico, caracterizados por su alta riqueza de especies de flora y de fauna. También el cambio de uso de la tierra hacia pasturas contribuye con emisiones de CO2 y otros gases (CH4) hacia la atmósfera.

Durante los últimos años gran parte del área boscosa fue deforestada para promover la ganadería extensiva en América Latina (Kaimowitz 2001). Por ejemplo en Colombia entre 1960 y 1995 los bosques naturales y de otros usos se redujeron de 94,6 a 72,4 millones de hectáreas mientras la ganadería se incrementó de 14,6 a 35,5 millones de hectáreas (Instituto A. Von Humboltd, 1998) y es posible que en los últimos años esta cifra llegue a 44 millones de hectáreas. En América Central en la actualidad el área en pasturas representan un 46% del total (18,4 millones de Has.), siendo uno de los más importante usos de la tierra (Szott et al 2000). Pese a que el área de pasturas en América tropical sigue en incremento, la producción de carne y leche de bovinos, la especie que más se utiliza en la región, evidencia un bajo crecimiento de productividad, expresado en: i. baja carga animal, ii. bajos índices de producción por animal (litros de leche o Kg. de carne) y por hectárea, iii. reducida contribución a la capitalización y al empleo rural. En vastas regiones la ganadería se practica en suelos inapropiados, lo que promueve la degradación ambiental como en las regiones de trópico húmedo bajo (selva Amazónica y otros) y en las regiones de montañas (Andes del norte y laderas de América Central). La capacidad de carga de las pasturas ha disminuido, debido a que una alta proporción (> 40%) están degradadas por el manejo inadecuado y especies inapropiadas (Szott et al 2000). Un fenómeno similar ocurre en grandes áreas de Suramérica. La reconversión social y ambiental de la ganadería es una urgencia y una prioridad para la región (Murgueitio 2000). Aunque es deseable el ordenamiento del territorio con la reducción de áreas de pastoreo extensivo, en la práctica no parece haber avances en ningún país dado el complejo panorama de crisis económica, política e institucional, así como la ausencia de alternativas para sustituir esta actividad que es realizada por diferentes tipos de actores sociales, algunos de ellos con poder de decisión política local. Por otra parte, la ganadería puede incrementar significativamente sus contribuciones económicas y sociales y los sistemas silvopastoriles son fundamentales para el proceso de cambio. Estos pueden tener -además de la actividad pecuaria- otros usos complementarios como son la producción de madera y frutos; la contribución a un microclima más benigno, la oferta de hábitat para la fauna silvestre, la regulación hídrica en cuencas hidrográficas y una mayor belleza del paisaje. Para Ospina, los sistemas silvopastriles, son una mezcla de árboles, cultivos y ganado que en conjunto hacen una práctica agroforestal que busca proporcionar una mayor disponibilidad y calidad de biomasa forrajera para una adecuada alimentación del animal y un mayor confort, todo esto con el ánimo de ser más amigable con el medio ambiente y hacer de este un sistema que vaya en pro de mejorar las condiciones del suelo y sobre todo sostenible en el tiempo.

Son muchos los beneficios que un sistema silvopastoril trae no solo para el ganadero si no para el hábitat de la zona, mejorando de una manera radical las condiciones ecológicas dentro del sistema 13


productivo. Los efectos beneficiosos de los árboles sobre los suelos incluyen mejoras en la estructura y en las propiedades químicas del suelo como el pH, la capacidad de intercambio catiónico y el contenido de nutrientes, maximizando la oferta de forraje para los ganados.

Es hora de aplicar una ganadería con una visión moderna, que se reconcilie con el medio ambiente, mejorando las condiciones de muchas zonas afectadas, y, logrando que las condiciones de nuestros ganados y fincas, reconviertan la producción de carne y leche de manera más ecológica y de esta manera, mucho más competitiva.

De otro lado, Mahecha (2002) determina que los sistemas extensivos para la ganadería en el trópico están caracterizados por una baja eficiencia en el uso del suelo, sumado a un gran deterioro ambiental a causa de problemas como la deforestación, las quemas, la erosión, la pérdida de la biodiversidad y la inequidad social, factores que han hecho que la ganadería bovina sea vista como un sector productivo que atenta contra la sostenibilidad ecológica mundial. En Colombia el 70% de la ganadería bovina se encuentra bajo sistemas de producción extensivos. Por lo tanto, es necesario contemplar alternativas que permitan solucionar los problemas relacionados con su actual sistema de producción. El silvopastoreo es una alternativa importante.

Existen diversos tipos de sistemas silvopastoriles para ser incorporados en la ganadería Colombiana. Entre más complejo sea el sistema o entre mayor número de ellos se tengan en la explotación, mayores serán los beneficios que brinden. En el establecimiento de un sistema silvopastoril y en los beneficios que pueda prestar una vez establecido, es necesario tener en cuenta el tipo de especies forrajeras a utilizar, su susceptibilidad al tipo de suelo, a las condiciones climáticas, a la sombra y la densidad apropiada para utilizar. Los sistemas silvopastoriles representan una opción estratégica para la ganadería en Colombia. Se debe continuar en la ardua labor investigativa con el fin de disminuir cada vez más los factores que limitan su implementación.

Importancia de los sistemas silvopastoriles para la ganadería en el trópico

La importancia de los sistemas silvopastoriles puede verse reflejada al analizar el beneficio que desempeña el componente arbóreo sobre la actividad ganadera y sobre el medio ambiente. En los sistemas silvopastoriles, es preciso considerar los beneficios de los árboles como forrajeros (al ser consumidos ellos mismos), como modificadores del forraje bajo su influencia, como modificadores del ambiente para los animales y de la producción animal, y, como aportanters de ingresos adicionales de la actividad ganadera.

Beneficio del componente arbóreo como modificador del forraje bajo su influencia y como forrajero

La introducción de árboles leguminosos en potreros, permite mejorar la calidad del forraje de la pastura asociada, conservando altos valores de proteína, comparado con el forraje del pasto en sistemas de monocultivo con total exposición al sol. Además, puede incrementar la cantidad total de forraje para los animales dependiendo de factores como el manejo que se le haga a los árboles, la densidad arbórea y la cobertura de copa utilizada, las especies forrajeras involucradas, la condición del pasto y la región analizada. De igual forma, estabiliza la producción forrajera, especialmente cuando se produce sequía, y, de acuerdo con la especie de árbol asociado, puede 14


proveer forraje a través del follaje o frutos, lo que permite un mejor manejo y un aumento de la eficiencia ganadera. Corroboración con datos e información Algunas investigaciones que permiten evidenciar los aspectos mencionados son: a. Estudio realizado en la Reserva Natural El Hatico, Valle del Cauca, de caracterización de un sistema silvopastoril de Cynodon plectostachyus, Leucaena leucocephala y Prosopis juliflora, durante un año de influencia del Fenómeno del Niño. Sse encontró una menor producción de pasto debajo de los árboles de Prosopis (23 t MS/ha/año) que fuera del límite de la copa de los árboles (27 t MS/ha/año); sin embargo, la producción promedia de pasto en el sistema (25 t MS/ha/año) fue mayor, comparada con la encontrada por Ramírez (16), en monocultivo de Cynodon plectostachyus (21 t MS/ha /año), en la misma explotación, en el año anterior, sin influencia del fenómeno del niño y con aplicación de 400 kg de urea/ha/año. Además, el contenido de proteína y la digestibilidad in vitro promedia del pasto en el sistema (12% y 64.7%, respectivamente), en pastoreos cada 42 días, fueron mejores que la mayoría de reportes de la literatura con manejo del pasto en monocultivo con este ciclo de rotación. También hay que tener en cuenta que al resultado encontrado de disponibilidad de forraje aportado por el pasto en el sistema silvopastoril (25 t MS/ha/año), hay que sumarle el aporte forrajero de la Leucaena leucocephala (4.3 t MS/ha/año) y el aporte de los árboles de Prosopis (0.4 t MS/ha/año) a través de las vainas que caen al suelo y son consumidas por los animales en las dos cosechas del año; es decir, el sistema ofreció a los animales 29.9 t MS/ha/año comparado con las 21 t MS/ha/año que ofreció el monocultivo de gramínea en el año anterior y bajo las condiciones citadas. En este trabajo también se destacó la mayor estabilidad en producción y calidad del forraje de la Leucaena que el pasto, lo cual se consideró como benéfico para la asociación comparado con lo observado en monocultivo. b. Bolívar y colaboradores, demostraron las bondades de la asociación de árboles de Acacia mangium en pasturas de Brachiaria humidicola, en el trópico húmedo de Panamá, en sistemas de baja densidad (420 árboles/ha). Se evaluó el efecto del árbol maderable Acacia mangium sobre la productividad y calidad forrajera de pasturas de Brachiaria humidicola en un suelo ácido con alta saturación de aluminio. La B. humidicola tuvo menor concentración de proteína cruda (3.2% vs 4.6%) y solubilidad (52% vs. 58%) en monocultivo que en asocio. El rendimiento total de forraje del pasto en asocio fue 28% mayor que en monocultivo (2.562 kg MS/ha en el sistema silvopastoril y 1.834 kg MS/ha en el monocultivo). En la época seca, la biomasa muerta del pasto representó el 60% de la biomasa total en monocultivo, pero solo el 30% del pasto en asocio. La relación hoja:tallo fue mayor en asocio. Con este trabajo se concluyó que la integración de A.mangium en baja densidad en sistemas silvopastoriles con B. humidicola, mejora el rendimiento y el valor nutritivo de las pasturas. c. Giraldo en la Hacienda La Candelaria de la Universidad de Antioquia, en el Municipio de Caucasia, obtuvo una producción de forraje de B. humidicola de 2.535 kg MS/ha con un contenido de proteína cruda de 7.42% en sistemas silvopastoriles de Acacia mangium sembrados en baja densidad, comparados con el monocultivo de B. humidicola en donde la producción de forraje fue de 2.197 kg MS/ha con un 5.94% de proteína cruda. Se evidencia aquí el beneficio del componente arbóreo como modificador del ambiente para los animales y su efecto en la producción animal. Las condiciones climáticas afectan al 15


animal, pudiendo ser éstas negativas (concepto de estrés) disminuyendo la eficiencia productiva de los animales. Las temperaturas extremas y sus variaciones bruscas son las que más daño producen al animal, siendo, como en el Caquetá, la combinación de alta temperatura y humedad la más perjudicial. La inclusión de árboles en los potreros permite el suministro de sombra para los animales y de esta forma la protección contra factores climáticos como la lluvia y la radiación.

Muchos estudios hablan del confort que le brindan los árboles a los animales en los sistemas silvopastoriles, inclusive se tienen reportes de observaciones de campo en donde el ganado sigue comiendo en horas calurosas cuando el potrero está abastecido de árboles de forma homogénea en el potrero, mientras que disminuyen el pastoreo en sistemas de monocultivo.

Algunos estudios han cuantificado el efecto fisiológico de los sistemas silvopastoriles. Uno de los estudios al respecto fue realizado por Escobar, Hernández, Giraldo y Mahecha, en la Hacienda la Candelaria de la Universidad de Antioquia, con el fin de evaluar el efecto del micro ambiente (parámetros ambientales: temperatura, humedad relativa e intensidad de luz) generado por un sistema silvopastoril de Acacia mangium y Brachiaria humidicola, durante la época seca, sobre el consumo de forraje y sobre algunas constantes fisiológicas (frecuencia respiratoria y temperatura rectal). Se evaluaron 10 vacas Cebú gestantes, entre el quinto y sexto parto, peso promedio de 480 kg, durante dos períodos de seis días c/u. Cinco vacas ocuparon un potrero arbolado y las restantes un potrero sin árboles. La temperatura rectal y la frecuencia respiratoria fueron mayores en las vacas que ocuparon el potrero testigo durante las horas evaluadas. Se encontró una temperatura rectal de 38.8 ºC en los animales en el monocultivo y de 38.5 ºC en el sistema silvopastoril, en las horas de la mañana, incrementándose la diferencia en las horas de la tarde en donde la temperatura encontrada fue de 39.3 ºC y 38.7 ºC, respectivamente. En cuanto a la frecuencia respiratoria, esta fue mayor en los animales que se encontraban en el monocultivo (29.07 respiraciones/ minuto en la mañana y 35.47 respiraciones/minuto en la tarde) comparado con la de los animales del sistema silvopastoril (26.45 respiraciones/minuto en la mañana y 30.32 respiraciones/minuto en la tarde). De igual forma, en los animales del monocultivo, se encontró un menor consumo de forraje que en los animales del sistema silvopastoril (2.10 y 2.24 kg MS/ 100 kg PV, respectivamente). Los resultados del estudio anterior sumado a una mayor disponibilidad, calidad y estabilidad de la producción de forraje reportada en los sistemas silvopastoriles, muestran porque la mayoría de investigaciones realizadas en estos sistemas, han encontrado un efecto positivo sobre la producción bovina.

En cuanto a producción de leche, Mahecha et al, en estudio realizado en un sistema silvopastoril de Cynodon plectostachyus, Leucaena leucocephala y Prosopis juliflora, reportan una producción promedia durante un año, en vacas Lucerna, de 11 litros/vaca/día. Aunque la investigación no evaluó comparativamente la producción de leche respecto al monocultivo, el manejo de capacidades de carga de 4.5 animales/ha en este sistema silvopastoril en el año 2000, comparadas con 3.5 animales/ha que se manejaban en el año 1996 en la misma finca en sistemas de monocultivo de pasto estrella bajo fertilización nitrogenada, reflejan las bondades del sistema en producción de leche/ha, el cual pasó de producir 7436 a 17.026 litros de leche/ha/año. Referente a la producción de carne, en la Hacienda El Caucho de la empresa Inversiones Planeta Rica S.A., ubicada en el Municipio de Planeta Rica, han venido integrando en los últimos años árboles maderables como Ceiba Tolúa, Eucalipto y Acacia mangium, en las pasturas destinadas a la ceba de ganado. Los resultados encontrados hasta el momento, en la ceba de toretes, muestran ganancias

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entre 528 y 748 g/animal/día, de acuerdo al tipo de sistema silvopastoril. Así mismo, se han encontrado ganancias de peso de 619 g/ animal/día en novillos Cebú comercial en silvopastoreo de Eucalipto tereticornis y Panicum maximum, bajo una densidad de siembra de 3 m x 1.50 m y una altura de árbol promedia de 5 metros. Estos resultados comparados con el promedio factible de encontrar en la zona, en condiciones de pastoreo de monocultivo en época seca (200-400 g/animal/día), reflejan el potencial de uso de estos sistemas en ceba. Así mismo, en la hacienda el Caucho, se planteó una investigación con la Universidad de Antioquia en la que se analizó de forma comparativa la ganancia de peso, y la calidad y disponibilidad del forraje del pasto en el monocultivo y en sistemas silvopastoriles de Ceiba Tolúa, en condiciones de sequía. Los resultados de esta investigación permitirán ampliar el panorama de uso de estos sistemas en la zona.

Beneficio del componente arbóreo como aporte de ingresos adicionales a la actividad ganadera.

En evaluaciones realizadas sobre los costos en la infraestructura de una empresa ganadera en la región del Chaco Suramericano, encontró que éstos inciden en forma decisiva en las empresas ganaderas, calculándose que sólo el capital en alambrados de un establecimiento ganadero típico representa el 60% del capital normal de mejoras. Estos costos se pueden disminuir notablemente con el aprovechamiento de las entresacas o podas de especies arbóreas involucradas en sistemas silvopastoriles, sobre todo si se considera que la instalación de un alambrado utilizando postes y varillas del lugar cuesta sólo el 50% de un alambrado construido con maderas de otras zonas (fletes, intermediarios, etc.). A pesar que en Colombia aún no está generalizada la cultura de uso de madera de las podas o entresacas de los árboles de los sistemas silvopastoriles, es necesario considerar que los árboles pueden cumplir una labor importante en la infraestructura de la ganadería y en un potrero pueden ser empleados como cercas vivas para alambrados permanentes o provisionales, así como la instalación de cercas eléctricas; este uso podría hacer disminuir los costos de definición de los potreros. Otro aporte muy importante de los árboles a la infraestructura de un establecimiento ganadero, es la provisión de madera para la construcción de bretes, mangas, galpones, vivienda rural, etc. Otros aspectos como la producción de madera y la captura de carbono, se visualizan como potenciales para incrementar los ingresos de la ganadería en Colombia bajo sistemas silvopastoriles.

Condiciones ambientales y su efecto en la producción bovina

De acuerdo con Navas Panadero, la producción es el reflejo de la eficiencia en todos los procesos que se dan en el sistema, y ésta debe ser medida a través de indicadores productivos, reproductivos, económicos y ambientales. Las condiciones climáticas presentes en la finca deben ser consideradas para la toma de decisiones como la genética de los animales, los planes sanitarios, la alimentación y manejo en general. Estas condiciones pueden limitar el aprovechamiento de algunos de los recursos utilizados. La selección de razas o cruces busca mejorar la producción, utilizando los recursos existentes en la finca; para ello es necesario brindar bienestar a los animales de manera que puedan expresar su potencial genético. 17


El bienestar animal es un aspecto que ha tomado gran importancia en la apertura de nuevos mercados que exigen condiciones más naturales en los procesos productivos. Las condiciones climáticas en que viven los animales pueden limitar su desempeño productivo y reproductivo, incluso pueden ser un factor de riesgo para la presentación de enfermedades. Los bovinos son animales homeotermos, es decir, que tienen un rango de temperatura ambiente o zona confort en el cual pueden vivir, producir y reproducirse adecuadamente. La zona confort o zona de termoneutralidad varía según el tipo de raza o composición racial del animal. Razas Bos taurus presentan rangos entre 5 y 20° C (Cowan et ál.,1993), mientras que en razas Bos indicus, el ideal está entre 10 y 27°C. Las áreas de producción que proporcionen una zona de termoneutralidad, hacen parte del bienestar, ya que bajo estas condiciones el animal no tiene problemas en la liberación del calor corporal, no interfiere con las funciones fisiológicas, metabólicas y puede expresar todo el potencial genético (Fraser et ál., 1990; Hötzel et ál., 2000). Los animales disipan el calor corporal mediante mecanismos como conducción, convección, radiación y evaporación; si estos mecanismos no son suficientes se inician cambios fisiológicos como la reducción del consumo voluntario de alimento y cambios metabólicos (secreción hormonal). Si aún estos mecanismos no son suficientes para controlar la termorregulación, el animal puede morir (Fraser et ál., 1990; Johnson, 1987). La temperatura es el principal factor en el estrés calórico, y está asociada con la humedad relativa y la radiación solar, que afectan la disipación de calor del animal al ambiente (Johnson, 1987). En ecosistemas húmedos este efecto es mayor y por ello se deben analizar estas variables a lo largo del año para determinar épocas críticas que pueden limitar el desempeño de los animales (Navas, 2008). La aclimatación es un proceso que se ha utilizado para que animales con buena genética se adapten a condiciones ambientales diferentes a su lugar de origen. Este periodos puede durar semanas o meses (Cunninghan y Acker, 2000). En algunos casos, los animales que se pueden adaptar a las nuevas condiciones sobreviven, pero no siempre expresan todo el potencial genético, ya que presentan una reducción en el nivel de producción, reproducción y son más susceptibles a problemas sanitarios como parásitos. Un adecuado plan de alimentación se refleja en el nivel de producción y salud del animal, por lo que se deben balancear las raciones y garantizar un adecuado manejo de los forrajes que garantice altos aportes de nutrientes y buena digestibilidad. La producción de forraje y la suplementación de los animales demandan recursos económicos que muchas veces no se ven reflejados en el desempeño de los animales, debido a la reducción del consumo voluntario causado por el estrés calórico. Los procesos digestivos como la fermentación ruminal producen calor metabólico, el cual no puede ser eliminado de forma eficiente por el animal que presenta estrés calórico. Una respuesta fisiológica al no poder liberar este calor interno es reducir el consumo voluntario. Alnaimy et ál. (1992) mencionan que la reacción más importante de los animales a las altas temperaturas es la disminución en el consumo de materia seca. El estrés calórico genera cambios en la fisiología del animal, ratificado por Kennedy (1995) y Linn (1997), quienes hacen referencia a la reducción en la motilidad intestinal y de la tasa de pasaje ruminal. También hay cambios en el comportamiento: se reduce el tiempo de pastoreo y el tiempo de rumia, limitando el desempeño de programas de mejoramiento genético y planes de alimentación a partir de monocultivos de pasturas mejoradas. En sistemas de producción bovina, la reproducción es un aspecto fundamental. Se han desarrollado diversas técnicas y tecnologías para mejorar la eficiencia reproductiva de los animales, pero en

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ocasiones estas tecnologías no dan los resultados esperados; una de las causas puede ser las condiciones climáticas que afectan el desempeño de los animales (estrés calórico). Cowan et al (1993) encontraron que en condiciones tropicales, temperaturas menores a 5° C y superiores a 30° C afectaron los índices productivos y reproductivos. En programas de inseminación artificial es relevante la detección del celo, no obstante, las altas temperaturas están asociadas con la corta duración y baja intensidad de éste (Aréchiga et ál., 1998). En algunas regiones el mayor porcentaje de montas se presenta en las horas más frescas que corresponde a la noche, esto hace que se reduzca la eficiencia del método de detección de calores. El efecto negativo sobre la reproducción causado por el estrés calórico empieza a partir de los 29° C, y las altas temperaturas están asociadas con cese de la ovulación (Hemsworth et ál., 1994), menor desarrollo embrionario, interferencia con la espermatogénesis y disminución de la calidad del semen (McDowell, 1972).

Sistemas con árboles y su efecto en la reducción del estrés calórico

Los sistemas silvopastoriles, principalmente, se han establecido con el objetivo de proporcionar forraje a los animales, desconociendo otro tipo de beneficios como el mejoramiento de la fertilidad del suelo a través del ciclaje de nutrientes y la fijación de nitrógeno realizada por algunas especies, regulación del balance hídrico al conservar agua y reducir la evaporación, fijación de CO2, diversificación de la producción (madera, leña, frutos, entre otros) y reducción del estrés calórico de los animales a través del efecto de la sombra. El uso de árboles en sistemas de producción tropical tiene un efecto positivo en la reducción del estrés calórico al generar microclimas en las áreas de pastoreo, los cuales permiten a los animales mantenerse en ambientes con temperaturas dentro o cerca de zona de termoneutralidad. Bajo la copa de los árboles se ha encontrado reducciones de temperatura entre 2 a 9° C con relación a la encontrada en áreas abiertas (Wilson y Ludlow, 1991; Reynolds, 1995). La cobertura arbórea interfiere parcialmente en el paso de la radiación solar hacia los animales reduciendo el incremento calórico (Weston, 1982), este efecto además protege a los animales en zonas donde hay predisposición a problemas de fotosensibilidad (Djimde et ál., 1989). El efecto de la sombra puede favorecer la eficiencia de las vacas productoras de leche, las cuales toleran menos el calor debido a la gran cantidad de calor metabólico que producen, generado por el elevado consumo de materia seca para mantener el alto nivel de producción y al incremento de su tasa metabólica. Los sistemas silvopastoriles, a través de la producción de sombra, reducen el estrés calórico, Pezo e Ibraim (1998) mencionan tienen efectos positivos sobre el consumo voluntario, la producción de carne y/o leche, la reproducción en el hato y la sobreviviencia de los animales. Este efecto es mayor en animales de razas Bos taurus las cuales tienen menor tolerancia a las condiciones tropicales.

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Tabla 1. Efectos benéficos de la sombra en sistemas de producción bovina

Fuente: Pezo e Hibrahim, 1998.

Los efectos benéficos de la sombra mejoran la eficiencia de los recursos de la finca; la producción de forraje de calidad y la suplementación estratégica son mejor aprovechados al incrementar el consumo voluntario, los tiempos de pastoreo y la rumia. Betancourt et ál. (2003) encontraron incrementos en el tiempo de pastoreo de 4,7% en áreas de alta cobertura arbórea en comparación con áreas de baja cobertura, mientras que Robinson (1983) demostró que en fincas con sistemas extensivos la presencia de árboles en los potreros aumentó las horas que los animales dedicaban a pastorear. Navas (2003) encontró que la mayoría de los animales (65%), se concentra bajo la copa de los árboles en las horas del día de mayor temperatura para reducir el estrés calórico, mientras que en las horas más frescas de la mañana y tarde se ubican en áreas de potrero abierto. Los microclimas que forman los sistemas silvopastoriles ayudan a que los animales puedan incrementar el tiempo de pastoreo y luego busquen áreas de cobertura arbórea para iniciar los procesos de rumia y, de esta manera, poder disipar el calor metabólico producto de la fermentación. Gráfica 6. Localización de los bovinos bajo la cobertura arbórea y en áreas de potrero abierto en tres horas del día en la zona de Cañas (Costa Rica).

Fuente: Navas 2003

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El incremento en el consumo de materia seca de calidad permite que los animales llenen sus requerimientos nutricionales y expresen su potencial para producir. Betancourt et ál. (2003) mencionan que la producción de leche de animales bajo sistemas con alta densidad de árboles se incrementó en 29% en comparación con animales que pastoreaban potreros con baja cobertura arbórea, los autores lo atribuyen a la reducción en el estrés calórico y a la mayor cantidad de follaje y frutos en los primeros potreros, en otros trabajos se encontraron incrementos superiores a 15% en producción de leche en animales que se pastoreaban en sistemas silvopastoriles, comparado con animales que estuvieron a pleno sol (Souza et ál., 2000). Los periodos de sequía en el trópico se caracterizan por altas temperaturas y forrajes de baja calidad que son poco aprovechados por los animales, los cuales en algunos casos pierden peso en estas épocas. Restrepo (2001) encontró en la época seca mayores ganancias de peso (2 a 5%) en animales que pastoreaban potreros con alta densidad de árboles, que aquellos que estaban en zonas de baja cobertura, esto se puede atribuir, en parte, a mayores tiempos de pastoreo y rumia producto de la reducción del estrés calórico. El efecto de los árboles sobre el estrés calórico depende de la calidad de la copa, del tipo de sistema silvopastoril y del porcentaje de cobertura arbórea en los potreros. Estas consideraciones son importantes para diseñar sistemas que cumplan esta función sin afectar la productividad de las pasturas, las cuales se pueden ver afectadas cuando la cobertura arbórea es baja y los animales se concentran en pocos individuos afectando el crecimiento de pasto bajo el árbol, por acúmulo de materia orgánica o compactación del suelo; por el contrario, árboles con copas muy densas pueden afectar el crecimiento de la pastura al reducir el paso de la luz solar. Navas (2003) encontró diferencias de temperatura, bajo la copas de árboles de diferentes arreglos silvopastoriles (árboles en grupo, árboles individuales y cercas vivas) y áreas de potrero abierto en las horas del día de mayor temperatura ambiental, se observan diferencias de 3,6 ° C, 2,9 ° C y 1,7 ° C menos respectivamente, con relación a las áreas de potrero abierto. Sistemas de árboles en grupo o ruedos de bosque tienen un efecto mayor sobre la reducción de la temperatura. Tabla 2. Temperatura ambiente promedio y humedad relativa promedio tomada en tres horas del día, en sistemas silvopastoriles y áreas de potrero abierto en la zona de Cañas (Costa Rica).

Fuente: Navas 2003.

El mismo estudio analizó el efecto en la reducción de temperatura de tres especies de árboles (Guazuma ulmifolia, Cordia alliodora y Tabebuia rosea) establecidos como árboles dispersos en potreros, con calidad de copa diferente. S e encontraron diferencias de 3,3° C, 3,7° C y 1,6° C menos respectivamente, bajo la copa de los árboles que en áreas de potrero abierto. 21


Se puede observar que las especies de árboles con copas más densas tienen mayor efecto sobre la reducción de la temperatura.

Sistemas silvopastoriles y generación de servicios ambientales

No se puede esperar que una actividad productiva, que históricamente se ha realizado a partir de una base extractora, como son los monocultivos de pasto, pueda ofrecer beneficios ambientales comparables con la biodiversidad de los ecosistemas naturales del trópico. Sin embargo, como sistema de producción, la ganadería pudiera tener mayores potencialidades para realizar contribuciones al manejo de la naturaleza, si la comparamos con otros sistemas. En América Latina existen sistemas de producción que demuestran la importancia de tener sistemas ganaderos tropicales compatibles con los conceptos del desarrollo sostenible (Ibrahim et al. 2006), y que sean amigables con el manejo de la diversidad biológica. Los beneficios proporcionados por las prácticas agroforestales pueden ser espaciales y temporales. El alcance global de algunos de ellos, como el secuestro de carbono y la biodiversidad, demuestra la necesidad imperiosa de introducir la agroforestería como herramienta fundamental para la producción animal en el trópico, a partir de la implantación y generalización de tecnologías adaptables al cambio climático. En la actualidad, a nivel internacional, existen centros de investigación, gobiernos y entidades financieras que tienen como prioridad la evaluación y valorización de alternativas silvopastoriles en el trópico. Desde esta perspectiva, los SSP desarrollan los siguientes servicios ambientales:  Incremento de la producción y calidad de las pasturas  Restauración de suelos degradados  Mejoramiento de los recursos hídricos  Secuestro de carbono y de gases con efecto invernadero  Conservación de la biodiversidad. Los árboles en potreros generan bienes y servicios que benefician a la productividad, a la retención y mejora de suelo. También son directamente aprovechables por el productor y su familia como sombra, fruta, madera, etc. Por otro lado, los árboles en los SSP ofrecen Servicios Ambientales (SA) como la regulación climática, la conservación de la biodiversidad, la regulación y protección del recurso hídrico (agua), que benefician a la sociedad a nivel mundial, nacional o regional.

El cambio de uso de bosques a pasturas disminuye los contenidos de carbono en el suelo, debido a aumentos de temperatura que aceleran los procesos oxidativos de compuestos orgánicos. También, prácticas tradicionales como quemas, labranza convencional y disturbios en los ecosistemas como el desmonte y el subsiguiente cambio del suelo, aumentan la actividad microbial y los procesos oxidativos. Al desmontar el bosque y pasar a pasturas, se pierde considerable cantidad de carbono edáfico, siendo mayor la pérdida en pasturas degradadas, al pasar en los primeros 20 cm de suelo de 42.0 t C ha-1 en bosque a 34.5 t C ha-1, y a 35.2 t C ha-1 en pasturas productivas. Se ha estimado que en el cultivo con pasturas de los suelos de bosques tropicales, se reduce el contenido de carbono en cerca del 20%. Esta disminución del contenido de carbono orgánico del suelo (COS), conduce a pérdida de fertilidad e incremento en la emisión de gases de efecto invernadero. El incremento de la cobertura de vegetación, como la conversión de pastura pura a sistemas silvopastoriles incrementa la cantidad de carbono almacenado. Se tienen reportes que la

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reforestación, la agroforestería y la protección de bosques, de 300 a 600 mil. Hectáreas en los trópicos, podrían conservar y almacenar entre 36 a 71 Pg de carbono, durante más de 50 años.

Por otro lado, teniendo en cuenta que los sistemas silvopastoriles permiten mejorar la calidad de la dieta y la producción bovina, el uso de sistemas silvopastoriles podría ser una alternativa para disminuir las emisiones de metano en la ganadería bovina. Montenegro y Abarca, consideran que cuando los bovinos son alimentados con forrajes de baja calidad nutritiva, se presentan deficiencias en nutrientes esenciales para los microorganismos ruminales, por lo que la eficiencia en el crecimiento de éstos en el rumen es baja. Bajo estas circunstancias, la producción de metano podría representar entre el 15 y el 18% de la energía digestible. La corrección de estas deficiencias nutricionales podrían reducir las pérdidas a valores cercanos al 7%.

La ganadería extensiva y la deforestación

La producción de bovinos con pasturas extensivas compite con otros usos del suelo y está gradualmente cambiando el paisaje, presentando desde hace varios años un grave proceso de deforestación asociado a esta actividad, lo que ha afectado las condiciones y la calidad de los recursos naturales locales. La falta de árboles, bosques, selvas y de cobertura arbórea en general está causando varios y profundos problemas ecológicos (fenómenos climáticos extremos, erosión del suelo, contaminación del agua, disminución de la biodiversidad, entre otros) y por consecuencia económicos y sociales. Una alternativa para ayudar a solucionar los problemas ecológicos y de producción causados por la ganadería extensiva son los Sistemas Silvo-Pastoriles (SSP) que combinan las pasturas con plantas leñosas (árboles, arbustos y palmas), que son llamadas plantas arbóreas o simplemente árboles.

Las plantas arbóreas en los SSP ofrecen varios beneficios a los productores ganaderos y sus familias: • Mejoran la productividad del suelo (especialmente las plantas leguminosas que fijan nitrógeno y cuyas hojas, al descomponerse, sirven de abono para mejorar el suelo de los potreros). • Proveen forraje de alto valor nutritivo. Como regla general, los árboles leguminosos proporcionan proteínas, y los frutales y palmas aportan calorías. • Abastecen forraje durante la época seca. Algunos árboles ofrecen hojas y frutas. • Ofrecen productos útiles para el autoconsumo o para la venta en el mercado local como: alimentos, medicinas, estacas, postes, tutores, leña, carbón, madera. La oferta de productos maderables elaborados dentro de los potreros puede contribuir a evitar la deforestación de bosques o selvas, así también, aumenta el número de animales silvestres que encuentran más refugio y alimento aprovechando la vegetación nativa y los potreros arborizados. A los servicios ambientales que están ofrecidos hacia el exterior del sistema productivo, se les reconoce que tienen un valor llamado “externalidad”, con el que se recompensa a los productores

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que apoyan en su provisión. Las “externalidades” son efectos beneficios para la sociedad causados por el quehacer de agricultores y campesinos. Estos servicios son tan necesarios que cada vez hay más mercados internacionales y nacionales para su compra–venta.

Clima, biodiversidad y recurso hídrico Regulación climática

En los últimos años ha incrementado el interés mundial por el cambio climático que se debe a la presencia de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera, de los cuales, el bióxido de carbono (CO2) es el responsable principal del aumento de la temperatura ambiental así como de las irregularidades en la cantidad y localización de las lluvias. Hay dos tipos de solución a este problema que pueden ser aplicadas al mismo tiempo. a. Mitigación: Contribuir a la captura y almacenamiento o transformación de los GEI, como la captura de CO2 por los árboles, o la disminución del gas metano por el ganado. b. Adaptación: Cambiar nuestro estilo de vida, produciendo y viviendo con menos emisiones y gasto energético.

Los árboles son capaces de capturar CO2 de la atmósfera, almacenarlo como carbono (C) en su madera y así contribuir a la regulación climática. La cantidad de carbono almacenado o fijado en los SSP depende principalmente de la densidad y el tamaño de los árboles. De acuerdo con la posición expresada en las reuniones mundiales (por ejemplo la del Protocolo de Kioto) sobre cambio climático, el carbono fijado es el que se está tomando en cuenta para los PSA a escala mundial. Grafica 7. Beneficio de los árboles en la regulación del clima

Fuente: presente documento

Conservación del recurso hídrico

La disminución del área de los bosques y selvas, causada principalmente por el aumento de zonas destinadas a usos productivos, impacta a la diversidad de plantas y animales (Biodiversidad). Sembrar árboles en los potreros es una buena alternativa para conservar la biodiversidad. 24


El uso y protección de árboles locales contribuye a conservar el recurso genético, además, los árboles son un medio para proteger y alimentar a otras plantas y animales pues sirven como hábitat a la fauna silvestre. Muchos árboles tienen diferentes funciones biológicas y ofrecen varios servicios a la biodiversidad, por ejemplo: resguardar en su follaje a diversas especies de animales y proveer de néctar, polen, semillas y frutos. Por estas razones se recomienda que los sistemas productivos deban tener varias especies de árboles cumpliendo con la mayoría de las funciones ecológicas necesarias para ofrecer buen servicio a la conservación de la biodiversidad. Los principales criterios para la conservación de la biodiversidad relacionados con los árboles son: • Maximizar la diversidad arbórea y estructural (diversas alturas y edades) del sistema productivo. • Incluir especies nativas, especialmente las que producen flores, frutos, o recursos importantes para la vida silvestre. • Minimizar las podas en el manejo

A pesar de la importancia de algunos usos como bosques ribereños, cercas vivas y pasturas con alta densidad arbórea, en la provisión de servicios para la biodiversidad los SSP no deben ser considerados como sustitutos de la conservación de los bosques naturales. La incorporación de árboles en los sistemas productivos, como en los potreros, es sólo una herramienta complementaria para la protección y conexión de los bosques todavía existentes.

En el trópico húmedo, aun cuando la precipitación pluvial es alta, no provoca muchas escorrentías que puedan lavar los bosques o terrenos de cultivo ya que al estar cubiertos por árboles, tienen buena infiltración provocando poca escorrentía superficial. Al contrario, en los suelos sin buena cobertura arbórea se observa mayor frecuencia de eventos extremos que son caros y difíciles de revertir: escasez de líquidos, inundaciones y sedimentación de las corrientes de agua. Adicionalmente, con la severa deforestación se presenta un declive del nivel en los nacimientos y corrientes de agua; así como disminución en el porcentaje de lluvia. Esto pasa porque la cantidad de árboles influye en la regulación del ciclo hidrológico. La función que hacen es la siguiente: absorben el agua por las raíces para usarla en el proceso de fotosíntesis y después la transpiran de nuevo por las hojas. En este proceso interceptan el agua de la lluvia con sus copas, y apoyan a la infiltración y a la disminución del escurrimiento del agua y la erosión. Como conclusión, hay que recordar que la cobertura arbórea afecta el suministro de agua para uso doméstico, para la agricultura y la industria: •en la recarga de acuíferos (cantidad). •en la calidad de los cuerpos de agua cuenca abajo por los sedimentos. •en la disminución de desastres potenciales, cárcavas y eventos extremos.

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Grafica 8. Funciones benéficas del árbol

Fuente: Navas 2003

Entre los resultados benéficos de los sistemas con árboles (Ríos et al. 2007) se halla el mejoramiento de las micro presas, al facilitar la infiltración del agua y la recarga de los acuíferos. Sin embargo, el servicio ambiental hídrico es el menos estudiado en la actividad ganadera (Beer et al. 2003). Estudios de Nepstad et al. (2002) señalan que durante una severa temporada de seca en Brasil, la disponibilidad de agua, a una profundidad de 2 - 8 m, disminuyó de 380 mm en el bosque a 310 mm en la pastura degradada. La disminución en la disponibilidad de agua en el suelo de la pastura degradada significa que el ecosistema almacena menos precipitación con respecto al bosque, y existe menor filtración a los acuíferos o escorrentía sub-superficial a los arroyos en la época lluviosa. Al final de la época seca, el bosque puede almacenar, adicionalmente, 770 mm de agua en los primeros 8 m del suelo, comparados con los 400 mm en la pastura. Esto significa que, en el paisaje con dominancia de pasturas, la escasez de agua puede convertirse en un punto crítico, especialmente en las regiones áridas o semiáridas. Las fincas ganaderas con sistemas silvopastoriles de árboles dispersos en las pasturas, bancos forrajeros y cercas vivas, contribuyen a disminuir el efecto de la contaminación de las aguas (Auquilla 2005), aumentan su capacidad de retención en las praderas, ayudan a la infiltración y protegen el suelo, los manantiales y las quebradas. Por ello, la planificación de las fincas ganaderas, en función de la protección de los recursos existentes, puede contribuir a regular y conservar los recursos hídricos mediante la arborización, la adopción de sistemas silvopsatoriles y las prácticas de conservación de suelo. Otros estudios, realizados por el proyecto GEF Silvopastoril en Esparza (República de Costa Rica) demuestran que la escorrentía fue significativamente más alta en las pasturas degradadas (42 %), con respecto a los bancos forrajeros con leñosas perennes (3 %), bosques secundarios jóvenes (6 %) y pasturas con alta densidad de árboles (12 %). Esto significa que los usos de la tierra con alta cobertura arbórea, en las condiciones donde se realizó el estudio, son beneficiosos para la captura de agua. Cárdenas et al. (2007) refieren que la implementación de bosques riparios en fincas ganaderas, así como la protección de las fuentes de agua del ganado, conducen al mejoramiento de las condiciones biológicas y químicas del agua. La presencia de árboles afecta la dinámica del agua de varia formas: actuando como barreras, las cuales controlan la escorrentía; como cobertura, la cual reduce el impacto de gota, y como mejoradores del suelo, incrementando la infiltración y la retención de agua.

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Pasturas bien manejadas con bajas presiones de carga animal, mantienen una buena cobertura a través del año siendo muy eficientes en la captación de agua. Las investigaciones demuestran que bajo acciones planificadas la intervención de los ecosistemas podría mejorar la permanencia de uno u otro recurso.

Silvopastoreo y biodiversidad

En la actualidad se construye información sobre la importancia de los sistemas silvopastoriles en la conservación de la biodiversidad. La conversión de bosques en pasturas amenaza la sobrevivencia de muchas especies. Sin embargo, el efecto en la biodiversidad de los bosques podría ser menor, si los productores mantuvieran especies forestales o rodales de árboles en las pasturas, ya que estos sirven como productores de semillas y como fuentes de hábitat y alimento para los animales (Kabir y Webb 2009).

El manejo y las condiciones medioambientales de los sistemas silvopastoriles ejercen una marcada influencia en la actividad y diversidad de los organismos del suelo. En estos sistemas, tienen gran importancia la disponibilidad de alimentos, la variabilidad en su composición, en términos de la riqueza florística, y los demás factores edáficos y culturales. Esto demuestra que en los ambientes con mayor complejidad biológica se pueden crear condiciones que favorecen el mejoramiento de las características del suelo, como resultado de la actividad de los organismos presentes en él.

Diversos autores han informado tendencias similares. a. Sadeghian et al. (1999) encontraron mayor actividad biológica en suelos de un bosque secundario, al compararlos con cultivos vecinos de caña de azúcar. La caña presentó valores más bajos, cuando se sometió a la quema antes de la cosecha. b. La introducción de árboles en las pasturas puede crear condiciones favorables mediante el aporte de materia orgánica, el reciclaje de nutrientes, el mejoramiento del contenido de humedad en el suelo y la disminución de la temperatura (Wilson 1996). Sin embargo, esto depende, entre otros aspectos, de la densidad, altura, arquitectura y fenología de la especie arbórea. c. Algunas modalidades silvopastoriles, como los linderos, las cortinas rompevientos, las cercas vivas u otras plantaciones forestales, en línea a lo largo de las orillas de las pasturas, son sistemas diseñados por el hombre, y muchas veces modificados por la naturaleza. La conexión de estos sistemas en forma de corredor influye en el movimiento de los animales y en la dispersión de las plantas (Casasola et al. 2009). De esta forma, pueden tener funciones de biocorredores importantes en paisajes agrícolas, caracterizados por ecosistemas fragmentados que aumentan la biodiversidad. d. Estudios realizados por Alonso et al. (2007) demostraron un aumento significativo en la riqueza de especie y el índice de diversidad biológica de Shannon, a medida que se desarrolló un sistema silvopastoril Leucaena-Guinea, en la macrofauna del suelo, las aves y los insectos asociados al sistema. Este resultado se relacionó con la diferencia que se obtiene con los sistemas silvopastoriles en el número de estratos vegetales y con la presencia de un estrato medio de arbustos de Leucaena, que conjuntamente con el tiempo de explotación del sistema, propiciaron un aumento de la productividad total del sistema, la diversidad vegetal y, por tanto, del número de especies asociadas. Sin embargo, los sistemas silvopastoriles con árboles dispersos parecen limitados para lograr este objetivo, debido a que el libre pastoreo de los animales elimina regularmente la regeneración natural, en especial en plantas que dependen de la acción del viento para su dispersión. 27


e. Las aves (89 especies diferentes) usan los árboles como hábitat y son los vectores más importantes para la diseminación de las semillas de estas especies, especialmente cuando la cortina esta conectada con el bosque. Estos sistemas silvopastoriles son un apoyo potencial considerable para la conservación de especies forestales dentro de este paisaje agrícola (Harvey 2003). f. Se puede considerar que los sistemas silvopastoriles pueden desempeñar una función importante en la implementación exitosa del corredor biológico mesoamericano, debido a que los pastos cubren un área mayor en esta región. Sin embargo, la información disponible acerca de su contribución a la conservación de la biodiversidad es escasa. Se refiere, sobre todo, a la regeneración de especies forestales y al movimiento de la fauna. Se espera que los corredores proporcionen camino, fuente y hábitat para las especies nativas y exóticas de la fauna (Lang et al. 2003). El inventario de las especies de plantas y fauna en los diferentes corredores de un paisaje son esenciales para su diseño y manejo exitoso. g. En estudio realizado en el departamento del Caquetá, se comparó la fauna del suelo en dos sistemas de producción: 1) gramínea nativas y 2) gramíneas + leguminosas arbóreas. Después de 3 años, los potreros con asociación, presentaron 59 grupos taxonómicos de macro-invertebrados a nivel de familia y un total de 913 individuos por unidad de muestreo, mientras que los potreros en monocultivo de gramínea en un estado intermedio de degradación, presentaron valores máximos de 30 y 305 individuos, respectivamente. h. En Cuba, en dos sistemas de producción: 1) lechería en sistemas silvopastoriles y 2) lechería en monocultivo de C. nlemfuensis, se encontró una mayor cantidad de organismos en el suelo en los sistemas que tenían sistemas silvopastoriles (300 individuos/m2) en comparación con el monocultivo (170 individuos/m2). De igual forma, en otro estudio realizado en un sistema silvopastoril de A.mangium + B. humidicola, se encontró un mayor contenido de hongos endo-micorrízicos y lombrices, en el sistema silvopastoril comparado con el monocultivo.

Los sistemas silvopastoriles no sólo contribuyen a incrementar la diversidad de endofauna, como se mencionó anteriormente, sino que también permiten incrementar la diversidad de aves. Cárdenas, realizó un estudio de comparación de la composición y estructura de la avifauna en diferentes sistemas de producción (forestal, agrícolas y silvopastoriles) en la Reserva Natural El Hatico, Valle del Cauca. Los sistemas silvopastoriles fueron los que presentaron una mayor riqueza y diversidad de especies de aves, especialmente el sistema silvopastoril de frutales. Se registraron 17 especies de aves en los monocultivos de Aaña de Azúcar con quema, 27 especies en un bosque de Guadua, 35 especies en un relicto de bosque seco, 43 en un sistema silvopastoril de pasto estrella (Cynodon plectostachyus) con árboles de varias especies arbóreas con predominio de Prosopis juliflora, 46 en un sistema silvopastoril similar al anterior pero con un estrato adicional de vegetación arbustiva (Leucaena leucocephala) y 56 en un sistema silvopastoril antiguo que combina árboles frutales, maderables y ornamentales. En total se registraron 133 aves pertenecientes a 39 familias. Se destaca la presencia de Tiránidos (atrapamoscas). De igual forma, otros autores han reportado que el silvopastoreo aumenta la diversidad faunística fomentando los depredadores, especialmente insectos y aves que atacan plagas, siendo el ecosistema menos susceptible a estos en comparación con el monocultivo. En Magangué (Bolívar) y Santa Ana (Magdalena), se tienen reportes de observación, en los cuales se indica que el mión de los pastos o salivazo (Aeneolamia sp.) y el chinche (Blissuss sp.), afectan menos las praderas arborizadas que las praderas “limpias” con monocultivos de pastos, especialmente el Colosoana (Bothriochloa pertusa (L.) A. camus), y cuando se presentan estos 28


ataques de plagas, se favorece la germinación de las semillas de los árboles y las leguminosas en general, compensándose el ecosistema y volviéndose menos susceptible a otro ataque.

Incremento en la producción y calidad de las pasturas

En los sistemas silvopastoriles, la producción total de biomasa es usualmente mayor que en los monocultivos. Sin embargo, las interacciones que se producen entre los componentes de estos sistemas durante la explotación pueden determinar su capacidad productiva. Esta varía según sea la modalidad del sistema silvopastoril.

Giraldo y Vélez (1993) señalaron que la producción de biomasa de los SSP dependerá, entre otros factores, de las especies seleccionadas, de la densidad del componente arbóreo, del arreglo espacial y del manejo aplicado. Un grupo de investigaciones (Primavesi y Primavesi 2006) acerca de la producción de biomasa en sistemas con árboles indicaron que el nivel de competencia es un elemento importante en el manejo de los pastizales, si se pretende lograr la estabilidad de sus componentes vegetales. Esta se refleja en la composición botánica y en otras expresiones biológicas, como el crecimiento y el rendimiento. Este hecho se reitera al evaluar sistemas silvopastoriles con el uso de especies arbóreas diferentes y un sistema de monocultivo de gramíneas. En estas condiciones, Devendra e Ibrahim (2004) señalaron que los sistemas con árboles tienden a diferenciarse de los que poseen pasto sin asociar, con rendimientos más estables en el pasto asociado. La composición botánica, al igual que en otros sistemas, es un indicador que influye en la productividad de los sistemas silvopastoriles. Su evolución en el tiempo puede estar relacionada con algunos principios de explotación del sistema, entre los que se pueden mencionar la adecuada selección de las especies, el control de la sombra mediante la poda y el manejo de la carga animal, de acuerdo con la disponibilidad del sistema. La aplicación de estos elementos, en la mayoría de los casos, trae consigo mayor persistencia, estabilidad y productividad de la gramínea asociada en el sistema. Otro elemento que puede influir en la producción de biomasa se relaciona con la densidad y las especies de árboles con que se explota el sistema silvopastoril. Molina et al. (2001), al comparar densidades de Leucaena leucocephala, de 0, 6 000 y 10 000 plantas/ha, encontraron que los mejores rendimientos se obtuvieron con la mayor densidad. En este caso, se alcanzó una producción en Panicum maximum vc Mombaza asociada a Leucaena, de 37.2 t MS ha/año que excedió en 30 % la de Cynodon plectostachyus, asociado con Leucaena y Prosopis. En trabajos realizados por Acciaresi et al. (1994) para evaluar diferentes densidades arbóreas (625, 416, 312, 250 y 0 árboles/ha) se informó que, en la producción forrajera, la penetración de la luz disminuye al aumentar la densidad de árboles. Así, la producción de forraje fue menor en el tratamiento donde hubo mayor cantidad de árboles. Estos autores concluyeron que la calidad y cantidad de la radiación solar fue, aparentemente, el factor limitante fundamental en el crecimiento del pasto. En los sistemas silvopastoriles, el efecto de la sombra y de la asociación con leguminosas arbóreas muestra resultados variables en la literatura, en lo que respecta a la calidad del forraje. Samarakoon et al. (1990) señalan que la sombra causa un pequeño aumento en los porcentajes de digestibilidad de varias especies de gramíneas; Castro et al. (1999) refieren que los reduce, y Norton et al. (1991) informan que no se produce alteración. Investigaciones realizadas por Alonso et al. (2005), en el Instituto de Ciencia Animal (ICA) de Cuba, señalan que durante la evolución del sistema silvopastoril Leucaena-Guinea hubo un marcado

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efecto en el porcentaje de MS de la gramínea en todos los años de siembra, independientemente del comportamiento estacional que presenta este indicador en las gramíneas tropicales (Herrera 2003). En la medida que avanzó el tiempo de explotación del sistema silvopastoril, el porcentaje de MS del estrato herbáceo fue menor (P < 0.001) y reflejó estabilidad estacional, en ambos períodos climáticos, con mayor tiempo de explotación del sistema. La disminución en el porcentaje de MS durante la evolución del sistema puede ser reflejo del aumento en el período vegetativo, y de una maduración más tardía del pasto bajo sombra (Carvalho et al. 2001). Estos resultados evidencian las bondades de la integración de especies de gramíneas mejoradas con árboles leguminosos en sistemas silvopastoriles y demuestran que en el silvopastoreo LeucaenaGuinea el porcentaje de PB en la gramínea se incrementa con el tiempo de explotación del sistema. El aprovechamiento de la fijación biológica del nitrógeno atmosférico a través del árbol, y el aporte que realizan ambos componentes a la hojarasca, son algunas de las causas de este incremento, que puede obtenerse en otras asociaciones.

Castro et al. (1999) señalaron que el efecto de la sombra aumenta la concentración de N y, consecuentemente, los tenores de PB del pasto. Mahecha et al. (1999) plantearon que el contenido de proteína bruta de la gramínea (C. plectostachyus) en monocultivo es muy inferior al que se encontró cuando se asoció con Leucaena o Algarrobo (Albizia lebbeck). Estos autores destacaron que la gramínea asociada alcanzó contenidos de proteína similares a cuando se fertilizó con 400 kg de N/ha/año. Se ha informado además, que la fibra bruta disminuye en el pasto guinea, cuando se asocia en sistemas con árboles durante el período poco lluvioso (Fassbender 1993), y se relaciona directamente con el efecto de la sombra. Diversos estudios que utilizan estos sistemas indican mejoras en la fertilidad del suelo, eficiente reciclaje de los nutrientes e incremento en la producción de biomasa del pasto base y total, con la consiguiente mejora de la calidad nutricional de la pastura asociada (Crespo 2008). Sin embargo, el efecto evolutivo del silvopastoreo en la composición bromatológica del pasto base es un aspecto poco abordado (Alonso 2004).

Algunos modelos de sistemas silvopastoriles

Los árboles que son sembrados en potreros ofrecen una diversidad de usos y servicios. Para esto es necesario prestar atención en el diseño de los SSP pensando en el mediano y largo plazo así como su posterior manejo. Además de mejorar la producción ganadera, hay que pensar en varios aspectos: producir alimentos para la familia, para venta, conservar los recursos naturales, o crear empleo.

La integración de diferentes componentes en un agroecosistema agrícola intensivo (Sistemas Silvopastoriles) se presenta como una alternativa sostenible, debido al aprovechamiento de las interacciones entre componentes agrícolas, pecuarios y arbóreos. Además de promover un mejor uso del suelo, reducir el uso de insumos externos por la utilización eficiente de productos orgánicos y propiciar el reciclaje continuo de nutrientes, como base para buscar la competitividad de los productos resultantes. El pago de incentivos por la generación de servicios ambientales podría cambiar la perspectiva hacia el uso y el manejo de las especies arbóreas en los sistemas ganaderos, debido a su efecto en la conservación de los agroecosistemas. Una estrategia ganadera basada, únicamente, en el incremento de la producción, sin preocupación por la preservación o incremento de los recursos naturales, podría enfrentar problemas graves de 30


sostenibilidad a mediano plazo, y asimismo una dependencia cada vez más marcada de los insumos externos. Los sistemas de pago de servicios ambientales pueden contribuir a una producción ganadera más productiva, sostenible, diversificada y competitiva.

De acuerdo con Murgueitio, los SSP son fundamentales para el proceso de reconversión de la ganadería, llamado a incrementar significativamente sus contribuciones económicas y sociales. El interés sobre los sistemas se basa en las multiples opciones existentes para combinar arregloe en el espacio y el tiempo con variados atributos. A continuación se describen algunos de los elementos característicos de los sistemas silvopastoriles que han sido estudiados e implementados en forma empírica por los ganaderos en el departamento del Caquetá

Cercas vivas

Las cercas vivas son plantaciones de especies forestales que se establecen para dividir potreros o linderos, establecer barreras rompevientos, proteger fuentes de agua, suelos, cultivos o pastizales o contribuir al mejoramiento de la ecología local. Dichas cercas pueden instalarse de dos formas, en líneas simples o dobles, siendo las cercas simples, líneas de árboles dispuestos en los linderos y, las dobles, aquellas que se emplean para aprovechar mejor el terreno o alcanzar una mayor protección, por ejemplo, contra el viento, olores u otros factores (Trujillo, 2008). Establecer árboles de manera productiva no solo significa establecer una plantación compacta en un arreglo silvopastoril agroforestal, también es posible obtener madera comercial a partir de la plantación de cercas vivas. Las cercas vivas pueden dividirse en dos categorías básicas: cercas con postes vivos, y barreras vivas o setos. Las cercas con postes vivos son hileras únicas de plantas leñosas que están espaciados y que regularmente son descopadas. Se usan en vez de los postes de metal o madera para sostener alambre de púas u otros materiales. El propósito primario de las cercas vivas es controlar el movimiento de los animales y de la gente. Sin embargo, han demostrado ser sistemas muy diversos, y de bajo riesgo, que proveen numerosos beneficios a los productores agropecuarios. Además de su función principal (servir como barrera), las cercas vivas pueden proveer leña, forraje, alimentos, actuar como cortinas rompevientos y enriquecer el suelo, dependiendo de las especies que se utilicen. Además, es una actividad fácil, productiva, mejora la finca, valoriza la tierra, diferencia linderos, da sombra y disminuye el mantenimiento de las cercas (Reyes & Martínez, 2011).

Para CIPAV, son plantaciones lineales manejadas con diferentes espaciamientos y alturas, se plantan 3 o 4 por metro, a una distancia de 33 o 25 cm, entre sí. La altura final de la cerca se puede controlar con las podas, cuando se deja cerrar el seto desde abajo no dejando espacios abiertos. Es recomendable podar las plántulas antes de ser plantadas, para estimular el brote de ramas laterales, que son las encargadas de no dejar espacios abiertos en las partes bajas. La poda se realiza cortando la yema terminal a unos 2 a 4 cm., no es necesario podar las ramas laterales. Una segunda poda se puede hacer cuando las plantas hayan alcanzado 60 cm. El uso principal de los setos es para cercas, en algunos casos llega a reemplazar los postes para cerca y el alambre de púas, con especies que presentan espinas o aguijones. Los setos pueden actuar como cercas vivas bien sea por sí solos

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o respaldados con hilos de alambre de púas (u otro material de cercado). También constituyen una plantación de árboles y una cortina rompevientos. Los árboles pueden servir como fuente ocasional de forraje mediante la poda y como fuente de leña, frutas y medicinas (Corpoboyaca, 2016).

Las cercas vivas más recomendables son las multi-estratos, ya que presentan diversidad de especies y usos de los árboles, lo que garantiza una variedad de productos para el autoconsumo y hasta para la venta. Además, son más adecuadas para los animales silvestres porque constituyen un puente o corredor para su desplazamiento de un lugar a otro de la finca. También, ofrecen lugares seguros para sus nidos y proporcionan alimentos durante todo el año. Sin embargo, en una finca, se puede combinar las cercas vivas simples con las multi-estratos, para reducir la competencia con el pasto y generar ingresos adicionales. Además, para establecer cercas vivas multi-estratos, es importante considerar la orientación con respecto al sol y el diseño dentro de la finca. La orientación más recomendable es de Este a Oeste para reducir el efecto de sombra de la copa de los árboles sobre el pasto. Con el diseño de las cercas vivas, se buscará construir un corredor estratégico que facilite el desplazamiento de los animales silvestres dentro de la finca (Villanueva et al. 2005). Para decidir cuales especies de árboles son las más indicadas para una finca, es importante considerar los siguientes criterios: 1) Utilizar especies nativas o adaptadas a la zona: clima, suelo y pendiente. 2) Seleccionar las especies de acuerdo a los productos de interés para la finca y del mercado. 3) Disponer del material a utilizar para la propagación (semilla sexual, plántulas o estacas). 4) No utilizar especies tóxicas para los animales domésticos y silvestres. 5) Ser preferiblemente de uso múltiple (madera, leña, forraje y frutos). 6) No ser afectadas por las grapas utilizadas para pegar el alambre de púas. 7) Combinar especies con valor económico y ecológico. 8) Tener valor para la conservación de biodiversidad.

Es así que para la instalación cuando la cerca es nueva, se colocan postes muertos cada 10 ó 15 m y luego se plantan los estacones cada 1 ó 2 m. En cercas muertas ya establecidas, las estacas son plantadas a la misma distancia y el alambre de púas es amarrado al estacón con algún tipo de cuerda o piola durante los primeros tres a seis meses mientras los estacones logren enraizarse. Luego de este período, el alambre puede ser prendido con grapas. Por otro lado el establecimiento de una cerca viva representa un costo menor (16%) al de una cerca muerta. En este caso los postes muertos son adquiridos en la finca; cuando son comprados, el costo de la cerca muerta puede ser tres o cuatro veces mayor. Además, la vida útil de una cerca viva es mayor que la de una cerca muerta, lo cual resulta en un ahorro de dinero a futuro. Esta razón explica porque en los últimos años los productores están utilizando menos las cercas muertas; además, en algunas regiones de alto consumo de leña, los postes muertos corren riesgo de ser aprovechados por las comunidades vecinas (Villanueva et al. 2008).

Para CIPAV, las cercas vivas son estructuras lineales utilizadas en la división de los potreros y en la delimitación de fincas o predios en el sector rural, en las cuales se emplean árboles y/o arbustos para soportar el alambre de púas o eléctrico. También son utilizadas especies que debido a su conformación impiden el paso de los ganados y del hombre, como la piñuela Bromelia plumieri o aquellos piro resistentes como el Cactus Gris (Ereus griseus). Sirven además para conservar especies nativas locales de árboles y arbustos. Las cercas vivas y las barreras rompevientos desempeñan un importante papel en la conservación de la biodiversidad, hábitats para las aves, pequeños mamíferos e insectos, follaje, semillas y frutos para la alimentación de los animales silvestres y del ganado, protección contra la intemperie,

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producción de leña y maderas, además que funcionan como líneas de conectividad o corredores biológicos por los cuales circulan pequeños mamíferos, aves y plantas y son reguladores del microclima. Las cercas vivas y las barreras rompevientos se pueden conformar con especies forestales, frutales y forrajeras que además aporten ingresos adicionales al productor. Estos arreglos agroforestales ayudan a mantener la humedad del suelo, mejoran su estructura, incrementan su fertilidad al aportar materia orgánica y nitrógeno por parte las especies leguminosas, evitan la pérdida de suelo por escorrentía y por acción de los vientos y contribuyen al control de la erosión. Las barreras rompevientos se asemejan a las cercas vivas y están conformadas por varias filas de árboles y arbustos en varios estratos, que se orientan de tal forma que queden perpendiculares al flujo de los vientos. El fin primordial de las barreras rompevientos es disminuir el efecto negativo de los vientos sobre las pasturas, los cultivos y sobre la salud animal. Los beneficios que prestan a la ganadería se pueden resumir en el aumento en la calidad y cantidad de forraje, animales más tranquilos que consumen mayor cantidad de forraje, evita el enfriamiento en épocas de fríos intensos y mejora la pérdida de calor cuando las temperaturas son altas. Los cultivos se benefician al disminuirse el efecto desecante de los vientos, la erosión eólica, la evapotranspiración, mejora la distribución de la humedad en el suelo, se facilita la polinización de las flores y se obtienen cosechas de mejor calidad y en mayor cantidad. Las barreras pueden además hospedar predadores que son controles de plagas tanto para los cultivos como para los pastos. La utilización en forma masiva de estas estructuras puede ocasionar un cambio en el microclima local diurno y nocturno, disminuyendo la intensidad de las heladas, pues durante el día impiden la entrada del aire frío y la energía que absorben las plantas provoca la elevación de la temperatura y en la noche impide la entrada de las corrientes de aire frías.

Las barreras deben establecerse con especies de madera flexible, de copas no muy grandes, raíces profundas y que conserven las hojas durante todo el año, en especial durante la época en que son más fuertes los vientos, y que además tengan una densidad de follaje homogénea desde el extremo superior a la base de la barrera. Para obtener una mayor área protegida, se busca que los árboles de la línea central sean de rápido crecimiento y tengan una altura mayor a 20 m. En la línea media se ubican árboles de hasta 15 m de altura y en la línea externa arbustos de hasta 5 m. Una barrera debe permitir el paso de aproximadamente el 50 al 60% del flujo de los vientos (permeabilidad), de lo contrario se produciría una gran turbulencia que ocasionaría daños mayores en los cultivos, potreros y animales, que los que se intentan evitar con su utilización. Un perfil inclinado de la barrera disminuye la turbulencia en lo alto de ésta y aumenta el área protegida. La distancia protegida puede ser unas 20 veces la altura de la barrera, pero en ello también influye la velocidad de los vientos y la permeabilidad de esta. No se deben permitir espacios en la barrera, pues por allí entraría el viento incrementando su velocidad. Algunas especies recomendadas para el establecimiento de barreras vivas son: Leucaena (Leucaena leucocephala), indio desnudo o cholo pelado (Bursera simaruba), matarratón (Gliricidia sepium), guandul (Cajanus cajans), Eucalipto (Eucalyptus sp), tilo (Sambucus peruviana), entre otras. El empleo de cercas vivas es una actividad tradicional en muchas regiones de Colombia, las cercas vivas hacen parte de los diferentes sistemas silvopastoriles, lo que contribuye de manera significativa a mitigar el impacto de la ganadería en la zona y se constituye en pieza clave en la conservación de la biodiversidad de la zona en medio de sistemas de producción homogéneos.

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Su función principal es la de separar los animales de un potrero a otro, también sirve como refugio para aves, insectos, y demás organismos diversificando la fauna de la zona algo muy importante si consideramos que estos árboles puedan albergar depredadores de plagas que afectan al pasto, y una de las más interesantes quizás es la de su habilidad de fijar nitrógeno al suelo ayudando al pasto a crecer de una manera más rápida. Por estas razones y muchas otras es que dentro de la explotación es ampliamente aplicado este tipo de sistema y creemos fielmente en sus beneficios en el ganado y en la pradera. Entre las especies más utilizadas se encuentran: El matarratón (Gliricidia sepium), La leucaena (Leucaena leucocephala), El urapán (Fraxinus chinensis). Especies maderables como: El ocobo (Tabeubia rosae), El cedro (Cedrela odorata), El ciprés (Cupresuus lusitanica), La teca (Tectona grandis), El nogal (Cordia alliodora)

División de praderas

Buscando aumentar los días de recuperación del potrero y tratando de darle una mayor eficiencia en la disponibilidad de forraje, se decidió poner en práctica la división de varios potreros que estaban muy grandes para lograr una mejor utilización del área pastoreable. En potreros grandes o sin divisiones que posibiliten la rotación de los animales, la disponibilidad de forraje disminuye con el tiempo, el clima incide con mayor fuerza de impacto, y el estado general del potrero se va perdiendo, por la menor cantidad de biomasa ofertada a todo lo cual se debe sumar los efectos negativos y acumulativos del sobrepastoreo.

Condición de sobre pastoreo de algunas praderas

Un verdadero problema común de las fincas, es el estado en que se encuentran sus potreros, en una condición de sobrepastoreo, lo cual afecta la producción de leche, los niveles de fertilidad, y llevando a un grado de deterioramiento cada vez mayor de las propiedades físicas y químicas del suelo. Por lo anterior, es necesario ajustar la capacidad de carga, los tiempos de ocupación y descanso de la pradera, para que de esta forma se empiecen a mejorar las condiciones de los potreros y se les pueda ofrecer mayor cantidad de forraje, y de esta manera pensar en el éxito de la explotación tanto en producción como en sostenibilidad.

Rehabilitación de la pradera

La rehabilitación de una pradera (potrero) consiste en la restitución de su capacidad productiva por unidad de área y por animal, hasta alcanzar niveles técnicos y económicos aceptables. El término rehabilitación presupone la recuperación de las especies forrajeras deseables, tanto en presencia como en vigor y calidad dentro de las praderas. En muchas zonas del Caquetá se notan signos de erosión, por lo que es importante intervenir estas zonas para prevenir un mayor deterioramiento de la estructura del suelo. Para mejorar la oferta forrajera en los potreros, entre algunas de las estrategias que disponibles, se deben adoptar:  Utilización de un sistema silvopastoril, buscando de esta manera ofertar la mayor cantidad de biomasa por Kg /Ha/año.  Ajustar capacidad de carga, tiempos de ocupación y descanso.  Mejor uso de la rotación, otorgándole a la pradera el suficiente tiempo de recuperar todos sus nutrientes incluyendo los de reserva.

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 Análisis de suelo y de acuerdo a los resultados elaborar un plan de fertilización apropiado.  Realizar controles mecánicos, culturales y químicos que ayuden al control de la compactación, de las malezas y de las gramas naturales dentro de la pradera.

Entre otras cosas el manejo de la rotación debe de ir en pro de contribuir a una mejor respuesta de la pradera en su producción de forraje verde, mejorando las condiciones químicas y físicas del suelo, favoreciendo la sostenibilidad en el tiempo de la productividad.

El objetivo básico del manejo de la división de potreros es controlar los recursos -tanto vegetal como animal-, de tal forma que se pueda obtener y mantener una alta eficiencia en el sistema de producción por medio de la utilización óptima de las praderas y la productividad máxima de los animales.

Características de la división de praderas y del pastoreo rotacional intensivo

El pastoreo rotacional intensivo consiste en cosechar (pastorear) un área determinada en un período de tiempo relativamente corto, antes de que los animales sean cambiados a una nueva área. Involucra el uso de períodos cortos de pastoreo intensivo (una alta presión animal) con períodos largos de descanso donde la pradera se recupera. La siguiente figura ilustra una secuencia de pastoreo y descanso en un número determinado de potreros. Estas divisiones pueden ser establecidas de manera permanente o temporal. El caso más extremo, en el cual el forraje es racionado diariamente usando cercos temporales (cercos eléctricos), es el pastoreo en franjas. Gráfica 9. Secuencia de pastoreo

Fuente: presente documento

Ventajas y desventajas

Con esta tecnología se proporciona forraje de mejor calidad, se permite la recuperación de las plantas, se incrementa la producción de forraje y se controla el consumo y raciona el alimento. El pastoreo rotacional intensivo presenta grandes ventajas sobre el pastoreo continuo, incluyendo la producción más estable durante la estación de crecimiento y durante la sequía, mayor potencial de rendimiento, alta calidad forrajera disponible, disminución de los problemas de erosión, fertilidad de suelo controlada y una utilización del forraje más uniforme. 35


Entre las desventajas, se puede señalar que requiere una elevada inversión inicial, y alta presión de asistencia técnica oportuna, así como capacitación y formación del personal de campo.

Tabla 3: Manejo de la División Sostenible de Praderas (pastoreo rotacional) Descriptor

Período de pastoreo Período de recuperación Período de rebrote

Intervalo entre pastoreos

Observaciones

Puede variar de 1 y hasta 7 días En teoría, entre más rápido sea consumido el forraje (1 o 2 días) es mejor, pero consideraciones prácticas, como la cantidad de subdivisiones, carga animal y mano de obra, pueden extender el período de pastoreo de 3 a 4 días o hasta una semana Dependerá de la época del año y las condiciones climáticas que prevalezcan. Varía de acuerdo con las condiciones climáticas, estación del año, frecuencia y severidad de pastoreo En condiciones de clima templado, con riego, el período de rebrote varía de 2 a 4 semanas Variará de acuerdo con la estación del año, la severidad de pastoreo, la temperatura y humedad del suelo En el trópico el intervalo entre pastoreos variará de acuerdo con la estación del año y con las tasas de crecimiento y, puede ser: para la época de lluvias: de 10 a 28 días; mientras que durante la época seca: de uno a varios días, dependiendo de la duración de la sequía y las condiciones de la pradera (básicamente de la masa de forraje) Es la suma del período de pastoreo y descanso

Ciclo de pastoreo Número de potreros en el Determinados por el tiempo transcurrido entre defoliaciones sucesivas, y la proporción entre los períodos de descanso y de pastoreo. sistema La figura ilustra la forma en que se puede manejar una pradera el pastoreo intensivo, de manera que se consuma lo que el animal requiere. Como se puede observar la intensidad de pastoreo se puede controlar aun en potreros pequeños. Fuente: Presente documento

Aspectos a considerar para obtener un buen manejo de la pradera

Para determinar el número de animales que pueden ser alimentados en un momento determinado es necesario conocer la producción promedio de forraje por hectárea por año, y como se distribuye a lo largo del mismo. Si se desea iniciar un plan rotación sin tener datos de la producción de la finca, es necesario iniciar con la estimación (aforos) de la cobertura de forraje y disponibilidad de forraje. Cobertura de forraje Describe la masa promedio de forraje en la finca en un tiempo determinado. Se refiere a la cantidad de masa de forraje por unidad de superficie que se encuentra en la parte superficial del suelo, expresada en kg de materia seca (MS)/ha. Generalmente se expresa en kg de MS en base verde/ha. Esta puede ser medida antes (pre-pastoreo), durante o después (post-pastoreo). El forraje postpastoreo es llamado materia seca residual.

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Disponibilidad de forraje Se refiere a la cantidad de forraje destinada al ganado y es calculada dividiendo la masa prepastoreo entre el número de animales por unidad de superficie. Puede ser expresada como kg MS/ha/día o como kg MS/kg peso vivo/día. Cobertura promedio de forraje Puede ser usada para describir los cambios en la cantidad de forraje presente en la finca a través del tiempo. Para su cálculo se requiere: estimar la cantidad de forraje presente en cada potrero, multiplicar la cantidad de forraje/ha por el área efectiva de cada potrero, sumar la cantidad de pasto presente en cada potrero y dividirla por el área total de pastoreo efectivo.

Carga animal

La carga animal, se define como el número de animales que pastorean en una superficie dada y por un tiempo determinado y se expresa comúnmente como la cantidad de unidades de gran ganado (UGG) por ha, entendiéndose una UGG como una vaca adulta de 450 kg con becerro al pie, o bien su equivalente. Para calcular la carga animal, se debe considerar la cantidad de forraje disponible, requerimiento diario de forraje por animal y el grado de utilización.

Ejemplo: Se considera que una Unidad de Gran Ganado (UGG), necesita consumir alrededor del 3 % de su peso vivo de forraje en base seca (MS), para llenar sus requerimientos de mantenimiento y producción. 450 Kg x 3% = 13.5 kg de forraje (MS) por día 13.5 Kgs x 365 días = 4, 928 kg MS por año

Cantidad de forraje producido en una pradera = 3, 000 kg MS/ha Intensidad de pastoreo del 70 % 3, 000 x 0.70 = 2,100 kg MS/ha disponible por año. Entonces,

Carga animal= 2,100 kg MS UA año / 4, 928 kg MS ha año = 0.43 UA ha.

Esto es, que con la producción de forraje de una hectárea, es posible mantener sólo el 0.4 de una UGG/año , lo cual, se puede expresar también a la inversa, o sea, que se necesitan 2.35 has/año para mantener una UGG.

Mediante el cálculo de la carga animal, se busca encontrar un equilibrio entre la cantidad de forraje producido por unidad de superficie y el óptimo aprovechamiento de éste, por el ganado. Es necesario considerar, que la cantidad de forraje disponible a través de año, estará en función a la estacionalidad, esto es, a la variabilidad en precipitación, temperatura y horas luz, principalmente. Entonces será necesario realizar ajustes en el número de ganado en pastoreo en función a esta variabilidad.

Presión de pastoreo

Cuando se relaciona la carga animal con el rendimiento, se habla de presión de pastoreo, la cual se define como el número de animales presentes por unidad de forraje disponible. La presión de pastoreo, se puede expresar también como kg de peso vivo (PV) por 100 kg de forraje disponible o 37


su recíproco, que es la oferta de porciento de materia seca por cada 100 kg de peso vivo del animal. Esta última definición describe lo que se conoce comúnmente como Asignación de Forraje. Se considera una presión de pastoreo alta, cuando la disponibilidad de materia seca por 100 kg/PV día es de 3.0 kg o menos. Cuando la disponibilidad es de 6.0 kg o más de materia seca por 100 kg PV día, se considera una presión de pastoreo baja.

Sistemas silvopastoriles con manejo de la sucesión vegetal

Clements (1916) ofreció una primera teoría clara acerca del fenómeno de sucesión en plantas. Este autor, definió la sucesión vegetal como una secuencia de reemplazo de comunidades de plantas, en un proceso unidireccional y determinístico que involucra la convergencia de las comunidades hacia un estado de equilibrio, o “clímax”, cuyas características son controladas exclusivamente por el clima regional. El manejo de la sucesión vegetal en áreas pastoriles se hace mediante la abolición de formas indiscriminadas de eliminar las plantas que aparecen como invasoras de las praderas, como quemas, deshierbas mecánicas y aplicación generalizada de herbicidas; luego la vegetación nativa y los animales (varias especies son diseminadas por el ganado después de ser consumidas) contribuyen eficazmente a consolidar el sistema. De acuerdo con los trabajos escritos por Enrique Murgueitio, la primera etapa puede durar entre tres y seis años dependiendo de las condiciones de humedad, suelos, bancos de semillas y proximidad a bosques nativos. Se realizan podas selectivas y entresacas de madera hasta conformar de dos a tres estratos de vegetación compatibles con los pastos. Además de la reducción de costos de mantenimiento y fertilizantes, el ganadero obtiene productos como postes, madera, varas delgadas, leña; el ganado consume frutos y follajes y en la finca se reduce la erosión y la fauna silvestre encuentra nuevas oportunidades de hábitat y lugares para su reproducción.

Por su distribución tan amplia y la asociación directa con los sistemas ganaderos se destaca el árbol de guayabo Psidium guajava, que produce una de las frutas neotropicales con mayores contenidos de vitamina C y minerales. Aunque al momento de la conquista española ya estaba ampliamente distribuido en América tropical (Patiño 2002), la ganadería bovina facilitó su expansión hacia diferentes ecosistemas del continente porque es consumida tanto por los animales domésticos como los silvestres especialmente las aves. En América equinoccial los árboles de guayaba crecen desde el nivel del mar hasta los 2100 msnm en suelos variados y climas con precipitaciones pluviales anuales entre 800 y 6000 Mm. La dispersión de la guayaba en pastizales se realiza principalmente a través del estiércol bovino y se han realizado varias investigaciones que permiten manejar esta asociación que tiene rangos de densidad entre 10 hasta 350 árboles/Ha, de tal manera que pueda producir mayor volumen de frutas, más cantidad de madera para postes y otros usos locales sin el detrimento de la actividad pecuaria. También se ha comprobado el efecto benéfico de la guayaba como catalizador de la sucesión vegetal en potreros (Calle 2003, Moreno y Torres 1999, Somarriba 1985 y 1986). Otro árbol multipropósito muy importante para sistemas silvopastoriles con manejo de la sucesión vegetal es el género Crescentia de la familia Bignoniácea. Se reconocen seis especies de las cuales las más difundidas son Cujete en América del Sur y Calata en América Central. El Totumo, Jícaro, Tapara o Güira (“Calabash Tree”) es nativo de América tropical y actualmente se encuentra de Latinoamérica desde México hasta Argentina incluyendo las islas del Caribe. También

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ha sido introducido en África y Asia (Gentry A 1980). Se considera de gran importancia en el trópico seco y en regiones con tendencia a la desertización por su resistencia a la sequía aunque también tolera sitios húmedos. Es aceptado por su tolerancia a una gama amplia de suelos desde fértiles a pobres y compactados, así como a la habilidad de crecer en condiciones tanto heliófilas como de sombra abundante. En América ecuatorial el rango de adaptación altitudinal oscila entre el nivel del mar hasta los 1400 msnm. Aunque el follaje es escaso, el mayor producto útil es su fruto que varía de redondo hasta alargado con tamaños entre 4 hasta 25 centímetros de diámetro (Arango J, 2004) y pesos por fruto entre 423 y 1500 gramos. La producción de frutos es variable pero alta, oscilando entre 27 a 92 frutos por árbol por año y 16,2 hasta 81,2 Kg. por árbol por año (Roncallo et al 1996). La aceptabilidad cultural del pericarpio seco es muy alta en todos los países ya que se emplea como recipiente para todo tipo de utensilios caseros, instrumentos musicales y artesanías variadas. Las semillas son utilizadas en Nicaragua y otros países centroamericanos para alimentación humana y a la pulpa se le atribuyen principios curativos razón por la cual se utiliza en medicina tradicional y como ingrediente de productos comerciales como jarabes para la tos. En producción pecuaria, las semillas y la pulpa con un contenido medio de proteína cruda, azúcares y minerales, son utilizadas ampliamente para alimentación de todo tipo de animales domésticos como bovinos, caprinos, ovinos, aves de corral y peces. Se destaca la capacidad de regeneración natural cuando los frutos son consumidos por el ganado quien escarifica las semillas en el tracto digestivo. Estas germinan en las excretas dando origen a nuevas plantas que crecen en medio de los pastizales tolerando el pisoteo, el ramoneo de los animales y aún el fuego frecuente en las épocas de sequía.

Otro grupo más numeroso de especies arbóreas y arbustivas presentes en la sucesión vegetal de áreas de pastoreo son investigadas o utilizadas por los productores en la actualidad en varios países de la región, como en los bosques secos del sureste de Brasil (Minas Geaies) donde se estudia la regeneración de pastizales con especies de árboles nativos como la Bolsa de Pastor (Zeyhera tuberculosa) y la Aroeira (Myracrodruon urundeuva) con resultados alentadores en los parámetros químicos del suelo comparado con el monocultivo de pasto Brachiaria brizantha (Viana et al 2002). Pero la sucesión vegetal en sistemas ganaderos tiene aspectos negativos que se han estudiado muy poco. Por ejemplo el incremento de hábitats con vegetación arbórea y arbustiva en la matriz del paisaje puede incrementar la presencia de especies no deseables para los ganaderos como los vampiros, las larvas de moscas de la piel (Dermatobia - Haematobia) y los ofidios venenosos. También los productores en varias regiones de trópicos bajos denuncian la presencia de plantas tóxicas para animales que deben combatir; cuando son lianas o bejucos que se enredan en los árboles, muchas veces son eliminados. El mismo proceso de la vegetación puede continuar con el tiempo avanzando hacia una estructura y composición forestal sobre los pastizales, algo que la mayoría de los productores no está dispuesto a dejar que suceda, razón por la cual se hace necesario incrementar las investigaciones futuras para determinar estados óptimos de combinación entre vegetación y praderas.

Sistemas de corte y acarreo

Son cultivos intensivos donde se asocian especies herbáceas, arbóreas y arbustivas de alto valor nutricional, con el fin de obtener forrajes de excelente calidad, ricos en proteínas, minerales, azúcares, fibra y vitaminas para la alimentación animal.

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Son por lo general superficies pequeñas –de uno o varios tipos de plantas leñosas con alto valor forrajero– sembradas en altas densidades. Dependiendo del número de animales a alimentar se pueden dedicar una o más áreas del terreno, denominadas Bancos Forrajeros, o Bancos Mixtos (si contiene mezcla proteína y energía). Los forrajes producidos en un banco se cortan, acarrean y suministran a los animales durante todo el año. Estos forrajes se suministran frescos, o se pueden secar para obtener harinas o se pueden ensilar. Preferiblemente se asocian con especies para el consumo humano, también con árboles frutales y palmas. El objetivo de los bancos es proporcionar forraje con alto contenido de proteínas, de buena digestibilidad y que, además, brinde materia seca durante todo el año. También, se pueden utilizar como suplemento alimenticio pero son especialmente importantes en la época cuando el pasto escasea (tal es el caso del pico de lluvias en el Caquetá). Hay dos tipos de bancos con respecto al tipo de forraje que cultivamos: los de proteína y los de energía. Los bancos de proteína son útiles para la rápida engorda y para la producción de leche y energéticos cuando los forrajes contenidos tienen altos niveles de energía, como pastos de corte y caña de azúcar, sin embargo existen los bancos mixtos que son aquellos donde se combinan tanto forrajes proteicos como energéticos. Si el forraje de la especie utilizada contiene más del 15% de proteínas cruda, el sistema se denomina “banco de proteína” y si además presenta altos niveles de energía digerible, recibe el nombre de “banco mixto energético-proteínico”.

A pesar de que los árboles producen gran cantidad de alimento, muchos pierden sus hojas en la época de secas. Para no desperdiciarlo, podemos podar y conservar el forraje para aprovecharlo en la época de escasez; como heno que se elabora en pleno sol cuando no hay humedad, o ensilarse. Entre los métodos de conservación de forrajes –y uno de los más utilizados por los productores en la finca– está el ensilaje, cuya finalidad principal es conservar el material vegetativo para su uso posterior y conservar una calidad nutricional similar a la del forraje antes de ser ensilado. La aplicación más importante que se le da al ensilaje y que justifica, en gran medida, su uso en la alimentación del ganado bovino y ovino radica en que: • Permite la conservación de los excedentes de forraje y su utilización en la etapa crítica de escasez de este, principalmente en la época de sequía. • Se aumenta la productividad del hato ganadero al disponer de una mayor cantidad de alimento de mejor calidad nutritiva. • Se equilibra el contenido de nutrientes en la dieta de los animales, al conservar forrajes de mayor calidad nutritiva o permite el uso de aditivos que mejoran su calidad nutricional. • Podemos usar diversos materiales para ensilajes, entre ellos las hojas de muchos árboles forrajeros (Uribe et al. 2011; Secretaria de agricultura, ganadería, desarrollo rural pesca y alimentación, S.F; Aldana & Quijada, 2005; Comision nacional forestal, 2010).

De acuerdo con Enrique Murgueitio, los sistemas de corte y acarreo están difundidos por todo el mundo en desarrollo, en especial en condiciones de predios pequeños, regiones montañosas o con dominio de la agricultura, en especial en países y zonas con alta población humana. Los sistemas de corte de Morera (Morus sp) para alimentar gusanos de seda son milenarios en la China y otros países asiáticos (Sánchez 1999). En varios países de América Latina existe una importante trayectoria de investigación, transferencia y los trabajos empíricos con ganaderos y comunidades campesinas sobre sistemas de corte y acarreo para alimentación no solo de bovinos sino de otras especies domésticas de animales que incluyen

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cerdos, equinos, cabras, ovejas, búfalos, conejos, cuyes, aves criollas (gallinas, patos, pavos), peces y gusano de seda. Las especies mejor conocidas por los investigadores son Gliricidia sepium, Trichanthera gigantea, Morus sp, Erythrina poeppigiana,E berteroana, E edulis , E fusca, Boehmeria nivea. Otras especies se están investigando en los últimos años: Thitonia diversifolia, Cratylia argentea, Malvaviscus penduliflorus, Spondias purpurea, Cajanus cajan y Urera caracasana (Argel y Lascano 1999, Benavides et al 1994; Escobar et al 1996, Gómez et al 1997; Ríos 1999). Las máximas densidades conocidas para bancos de leñosas, un millón de plántulas por hectárea, se registran para el Marango (Moringa oleífera) un árbol originario del Himalaya introducido en el pacífico de Nicaragua (Foidl et al 1999). Este trabajo ha abierto una perspectiva novedosa en la transformación de árboles con potencial forrajero en plantas herbáceas de alta producción dada las distancias de cultivo tan reducidas, para ser empleado en pequeñas áreas que podrían ser minifundios o producción urbana y suburbana.

Los policultivos para corte obedecen a la combinación de la tradición campesina de asociar cultivos con la inclusión de especies forrajeras para corte - acarreo y a la preocupación de los investigadores por evitar los riesgos de los monocultivos y probar las mezclas de forrajes en la alimentación (Rosales 1999). Las modalidades son heterogéneas, desde una simple asociación de dos arbustivas en un solo estrato Gliricidia sepium con Morus spp; dos arbóreas en dos estratos Erythrina edulis con Trichanthera gigantea; una gramínea de corte con una arbórea Axonopus scoparius con T gigantea, hasta la combinación de varias especies de plantas para fines forrajeros con árboles productores de madera fina (Murgueitio 2000).

Arboles dispersos en potreros

Los árboles dispersos son aquellas especies arbóreas que el productor ha plantado o retenido deliberadamente dentro de un área agrícola o ganadera y se han dejado cuando se “limpia” o se prepara un terreno para que provea un beneficio o función específica de interés del productor. Son significativos para sombra, alimentos para los animales y generar ingresos (sobre todo si son especies de interés comercial o de consumo) (Raintree y Warner 1986). Además de esto es importante mencionar que el estrés calórico en verano es casi mínimo y se protege la capa vegetal del potrero con este sistema. En este sistema silvopastoril se han encontrado densidades promedio de árboles por potrero que van de 8,6 a 42 árboles ha. (Harvey et al. 1999, Zamora et al. 2001, Villanueva, 2001, Esquivel et al. 2003). Son un sistema Silvopastoril compuesto de especies leñosas (árboles, arbustos o palmas) que el productor ha plantado específicamente o se han retenido voluntariamente como una derivación de remanentes del bosque original o como resultado de la sucesión vegetal sin arreglo espacial definido, dentro de un área comprendida como agrícola o ganadera, cuyo objetivo es la producción de carne y/o leche, obteniendo además otros productos derivados de la actividad tales como madera, postes, leña, frutos, semillas (Ibrahim et al; citado por Facundo & Fajardo, 2014).

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Los árboles para sombra proporcionan lugares en donde el ganado puede resguardarse durante días calurosos. Bajo la sombra de los árboles la temperatura es 2-3°C menor que la temperatura ambiente. Es importante el efecto de la sombra para cuando se trabaja con ganado no adaptado al trópico y con animales de un alto potencial genético. Adicionalmente la sombra contribuye a reducir la carga calórica absorbida por el animal y a disminuir la incidencia de cáncer en piel y otros desórdenes de fotosensibilidad (Aldana, 2005).

Para el establecimiento de este sistema de árboles dispersos en potrero, se permite el desarrollo controlado de diferentes especies arbóreas o arbustivas que aparecen en los potreros sin que hayan sido sembradas por el hombre, donde las semillas han sido trasportadas por animales, el agua o el viento. Se seleccionan los árboles o arbustos valiosos de acuerdo con su uso: madera, leña, frutos para alimentación humana y/o animal, forrajeros, leguminosos o que dan sombra. También para la protección de fuentes de agua y zonas frágiles. Se pueden tener hasta 200 árboles/ha (Uribe et al. 2011). En los últimos años se ha observado que en terrenos que tienen entre 25 y 30 árboles por hectárea el ganado produce mejor: los novillos ganan más peso y las vacas producen en promedio 1.5 litros más leche. De igual manera, la presencia de especies arbóreas ofrece forraje y frutos de buena calidad, especialmente durante la época seca. Otro de los múltiples beneficios del cultivo de árboles tiene que ver con que su tronco es fuente de leña y que sus hojas son materia prima para casas (comisión nacional forestal, 2010).

Estudios realizados en Colombia concluyen que los árboles aislados en potreros es una estrategia apropiada para acelerar el enriquecimiento de la vegetación en pastizales puesto que la regeneración natural bajo árboles aislados en potreros fue cinco veces más abundante y tres veces más rica en especies que la detectada en potreros abiertos sin cobertura arbórea. Los potreros con una mayor cobertura de árboles tienen incidencia en el bienestar animal, pues contribuyen de manera positiva a reducir el estrés calórico e incrementar la producción animal. Los árboles en los potreros de las prácticas de SSP cumplen un papel importante en la conservación de especies de aves y murciélagos en paisajes tropicales fragmentados al proporcionar refugio, sitios de descanso, anidación y alimento, además de contribuir con el desplazamiento a través de una matriz hostil para alcanzar un parche de bosque en el paisaje. Los árboles dispersos en potreros favorecen la permanencia de especies silvestres en paisajes fragmentados (Gutierrez et al. 2012). Una práctica muy extendida entre los ganaderos consiste en dejar crecer o sembrar de forma dispersa árboles, arbustos y/o palmas en los potreros. Para esto se escogen plantas leñosas, dependiendo del tipo de suelo y de las necesidades como productores, pensando en los diversos servicios y productos que proporcionan y en los resultados que se obtienen a un corto, mediano y largo plazo.

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Multiplicación de los Sistemas Silvopastoriles

La ganadería de pastoreo con especies domésticas (bovino, equino, ovino y caprino) tiene cinco siglos en América tropical y ha demostrado ser un mecanismo impresionante para la transformación de ecosistemas tropicales boscosos y de paso multiplicar un modelo socioeconómico donde el negocio de compra y venta de la tierra puede ser más rentable que los ingresos de la actividad pecuaria. En las últimas cinco décadas, al uso del fuego se ha sumado las gramíneas africanas seleccionadas y algunas mejoradas, más agresivas y mejor dotadas para la producción en condiciones tropicales. También los herbicidas y los equipos mecanizados hacen parte de las herramientas para mantener e incrementar los sistemas ganaderos convencionales caracterizados por el desprecio a los bosques nativos y a los árboles en las mismas áreas de pastizales. Pero la crisis ambiental, social y política de la región puede ayudar a construir un nuevo paradigma de desarrollo rural en el que se retomen las investigaciones y las alternativas tecnológicas empíricas para realizar la reconversión ganadera regional con las opciones representadas en un número significativo y creciente de sistemas silvopastoriles, diferentes y complementarios, que permiten una intervención integral sobre los paisajes rurales.

Como parte de la Agroforestería, los silvopastoriles deben ser estudiados y promovidos por sus aportes técnicos y ecológicos. El reciente desarrollo de los servicios ambientales en el ámbito internacional y en las zonas densamente pobladas de América Latina están generando nuevas oportunidades para la reconversión ganadera dado que esta ocupa buena parte de los agroecosistemas. Por fortuna, en la región del Caquetá y dentro de su sistema productivo doble propósito, se avanza con una herramienta endógena y desde los mismos ganaderos, que es el PACTO CAQUETÁ, y de la mano de él, grupos de investigadores avanzan demostrando que los sistemas generan externalidades ambientales positivas, todo de cara a la imperiosa necesidad de incrementar la productividad pero teniendo en cuenta la protección del suelo y la regulación y cuidado de las fuentes hídricas. La multiplicación masiva de los sistemas silvopastoriles dependerá en el futuro inmediato de procesos amplios de capacitación, transferencia tecnológica e inversión de capital que debe ser aportado por la propia comunidad de productores y de la sociedad beneficiaria de los servicios ambientales (local, regional e internacional). El desarrollo de pagos por estos servicios puede actuar en forma diferencial para estimular la inversión y su mantenimiento, por lo que estos mecanismos debieran ser una preocupación de primer nivel para los hacedores de la política pública ganadera a todo nivel. Así mismo, la generación de incentivos y facilidades de inversión, mediante el estímulo directo para la vía de diferenciales tasas, periodos y subsidios, serán mecanismos que permitan el verdadero desarrollo de los sistemas y sus beneficios.

Limitantes para el desarrollo de los sistemas silvopastoriles

A pesar de los múltiples beneficios que ofrece el uso de sistemas silvopastoriles para la ganadería bovina, aún existen factores que limitan su implementación, los cuales han incidido en que su uso no sea el esperado. Entre los principales factores se encuentran: 43


a. Creencia que el pasto escasea debajo de los árboles

El temor de algunos ganaderos en implementar sistemas silvopastoriles en sus fincas, ha estado fundamentado en parte por la creencia general que el pasto escasea debajo de los árboles. Este factor puede ser cierto en sistemas de alta densidad arbórea o cuando se utilizan árboles con una cobertura de copa muy amplia, muy tupida o árboles de baja altura, lo cual dificulta la penetración de los rayos del sol hacia la pastura asociada. De igual manera, puede verse deteriorada la pastura asociada cuando se utilizan especies forrajeras que son susceptibles a la sombra. Giraldo, reporta los resultados encontrados en la hacienda la Candelaria de la Universidad de Antioquia, en donde la producción de forraje del pasto Brachiaria humidicola disminuyó en un 7.6% al pasar de un sistema de baja densidad de Acacia mangium (2.511 kg MS/ha) a un sistema de alta densidad (2.311 kg MS/ha). Así mismo, Mahecha et al, encontraron que la disponibilidad de Panicum maximum asociado a árboles de Eucaliptus tereticornis, disminuyó en la época seca en un 66% en sistemas que incluían árboles de 10 m de altura respecto a sistemas con árboles de 5 m, mientras que la proteína cruda disminuyó en un 59% (9.2% vs 3.76%, respectivamente). b. Período de espera en el establecimiento de árboles en potreros. La principal limitante para el establecimiento de sistemas silvopastoriles es el largo período de tiempo requerido para poder pastorear los potreros recién establecidos, sin comprometer la sobrevivencia de los árboles. Generalmente se recurre al transplante de árboles provenientes de vivero y a la espera a que alcancen una altura y desarrollo que evite su daño por el ramoneo de los animales, altura que en promedio es alcanzada entre los 6 y los 12 meses dependiendo de la especie de árbol utilizada. Bajo las condiciones de escasez de forraje y costos de producción en la ganadería colombiana, es difícil que un ganadero saque de pastoreo sus potreros por un período de tiempo tan largo. Por lo tanto, algunas investigaciones han planteado alternativas que permiten enfrentar esta limitante. Botero y Ruso, recomiendan que mientras los árboles alcanzan tal desarrollo, el forraje de la cobertura inferior se debe y puede cosechar en forma manual o mecanizada. También pueden sembrarse especies espinosas de árboles, en donde las plantas jóvenes no son ramoneados por los animales en pastoreo (Acacia farnesiana, Pithecellobium dulce, etc). Existe también la posibilidad de establecer sistemas silvopastoriles con asocio de cultivos en la fase inicial, en sistemas denominados Agrosilvopastoriles. Los sistemas silvopastoriles pueden sembrarse simultáneamente y desde el inicio, con varios ciclos de cultivos trimestrales en rotación, de cereales como arroz secano, maíz, sorgo, millo; oleaginosas como soya, maní, ajonjolí; legumbres como caupí, canavalia, mungo, fríjol de abono; o frutos como sandia o patilla, zapallo o ayote, cidra o chayote, melón, etc. También pueden sembrarse simultáneamente y desde el inicio con un cultivo anual o bianual como yuca, ñame, pina, guandul, plátano, etc. Al cosechar el último cultivo se siembran las especies herbáceas (gramíneas puras o asociadas con leguminosas herbáceas), como cobertura del estrato inferior del sistema silvopastoril. Botero, reporta que en la estrategia de establecimiento de sistemas silvopastoriles a través de cultivos agrícolas, se logra obtener dinero en efectivo mientras se establecen los árboles, y se permite a los árboles crecer lo suficiente para no ser dañados por el ramoneo de los animales al iniciar el pastoreo del sistema.

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Matriz de comparación de los sistemas silvopastoriles descritos en el Caquetá

Tabla 4. Matriz de comparación de los sistemas descritos en el Caquetá Funcionabilidad primordial

Dividir potreros o linderos, establecer barreras rompevientos, proteger fuentes de agua, suelos, cultivos o pastizales, contribuir al mejoramiento de la ecología local.

Cercas vivas

División de praderas

Sistemas silvopastoriles por sucesión vegetal

Sistemas de corte y acarreo

Sobre el suelo: -Mantiene humedad -Mejora su estructura. -Incrementa su fertilidad (aporta materia orgánica y nitrógeno por parte las especies leguminosas) -Evita la pérdida de suelo por escorrentía y por acción de los vientos -Contribuye al control de la erosión. El pastoreo rotacional intensivo consiste en cosechar (pastorear) un área determinada en un período de tiempo relativamente corto, antes de que los animales sean cambiados a una nueva área. Involucra el uso de períodos cortos de pastoreo intensivo (una alta presión animal) con períodos largos de descanso donde la pradera se recupera.

Variaciones

Desventajas

Ventajas

1. Cercas con postes vivos. 2. Barreras vivas o cetos.

-Leña, forraje, alimentos. -Cortinas rompeviento. -Constituyen un puente o corredor para desplazamiento de animales silvestres.

-Exigencia de podas de formación. -Competencia con el pasto. -Material adecuado para propagación. -Deben establecerse con especies de madera flexible, de copas no muy grandes, raíces profundas y que conserven las hojas durante todo el año.

Fácil, productiva, mejora la finca, valoriza la tierra, diferencia linderos. Produce sombra y disminuye el mantenimiento de las cercas.

-División simple. -División sostenible. -Pastoreo rotacional intensivo. -Con SSP semi o intensivo.

Grandes ventajas sobre el pastoreo continuo: -Producción más estable durante estaciones de sequía o inverno. -Mayor potencial de rendimiento -Alta calidad forrajera disponible -Disminución de la erosión. -Utilización del forraje más uniforme

-Elevada inversión inicial -Alta presión de asistencia técnica oportuna -Capacitación y formación del personal de campo

-Forraje de mejor calidad. -Recuperación de las plantas. -Incremento de la producción de forraje –Control al consumo y racionalización el alimento.

Control de: -Quemas -Deshierbas mecánicas -Aplicación generalizada de herbicidas

-Podas necesariamente selectivas. -Entresacas costosas -Incrementa la presencia de especies no deseables (vampiros, larvas de moscas de la piel y ofidios venenosos. -Plantas tóxicas. -El mismo proceso de la vegetación puede continuar avanzando hacia una estructura y composición forestal sobre los pastizales. -Altísima presión de mano de obra para mantenimiento. -Altos costos de instalación y conservación.

Genera productos como: -Postes -Madera -Varas delgadas -Leña.

Secuencia de reemplazo de comunidades de plantas, en un proceso unidireccional y determinístico que involucra la convergencia de las comunidades hacia un estado de equilibrio.

Son cultivos intensivos donde se asocian especies herbáceas, arbóreas y arbustivas de alto valor nutricional, con el fin de obtener forrajes de excelente calidad, ricos en proteínas,

Beneficios complementarios

-Banco de energía -Banco de proteína -Banco mixto energéticoproteínico.

Faculta la producción de ensilaje (conservar el material vegetativo para su uso posterior).

El ganado consume frutos y follajes. Reduce la erosión. La fauna silvestre encuentra nuevas oportunidades de hábitat y lugares para su reproducción.

Los forrajes producidos en un banco se cortan, acarrean y suministran a los animales durante todo el año.

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minerales, azúcares, fibra y vitaminas para la alimentación animal.

Arboles dispersos en potreros

Compuesto de especies leñosas (árboles, arbustos o palmas) que el productor ha plantado específicamente o se han retenido voluntariamente como una derivación de remanentes del bosque original o como resultado de la sucesión vegetal sin arreglo espacial definido.

Fuente: Presente estudio

-Limitantes en la post-cosecha (henos y ensilajes) -Árboles que aparecen en los potreros sin que hayan sido sembrados (donde las semillas han sido trasportadas por animales, el agua o el viento). -Regeneración natural -Siembra directa de especies deseables

Productos derivados del sistema tales como: -Madera, -Postes, -Leña, -Frutos, -Semillas

Se han de seleccionar con criterio técnico y suficiencia de conocimiento, los árboles o arbustos valiosos de acuerdo con su uso.

En asociación con especies para el consumo humano, también con árboles frutales y palmas. -Provee beneficio o función específica de interés del productor -Son significativos para sombra, alimentos para los animales y generar ingresos. -Mayor productividad animal. -La sombra contribuye a reducir la carga calórica absorbida por el animal y a disminuir la incidencia de cáncer en piel y otros desórdenes de fotosensibilidad -Permanencia de especies silvestres en paisajes fragmentados.

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COMITÉ D EPARTAMENTAL DE G ANADEROS DEL C AQUETÁ

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