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Mihkailwitl, Muertos y Cosecha
from Identidades 17
Agencias
Hoy día, en nuestro país la celebración del día de muertos parece ser más un espectáculo que una conmemoración, por eso conviene “recordar cuál es la naturaleza del Día de muertos”, afirma el investigador Iván Pérez Téllez: “En muchas regiones indígenas de México esta festividad coincide con el fin del ciclo agrario, es decir, es el tiempo de la cosecha del maíz, es, con todo, una época de abundancia.
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Los nahuas de la sierra norte de Puebla, por ejemplo, lo viven así y disponen los mejores alimentos para recibir y convidar a sus difuntos de todos los frutos producto de su trabajo. Se trata, claramente, de la festividad más importante del ciclo ceremonial nahua, no tiene paragón, ni Navidad ni Año Nuevo poseen esa relevancia en esta parte final del año, como sí ocurre para la sociedad nacional no indígena. El Mihkailwitl, o la fiesta de los muertos, cierra notoriamente el ciclo agrícola masewal, que inició meses atrás con la bendición de semilla de maíz, el día 2 de febrero, durante la celebración de la Virgen de la Candelaria.
El país posee claramente muchos rostros, sin embargo la sobreexposición, y la idea de uniformidad que se promueve a través de los grandes desfiles, las catrinas o altares descomunales, resulta pernicioso pues promueve una idea deslavada —y edulcorada— de esta festividad de raigambre indígena.
El Mihkailwitl nahua nos revela, por su parte, una cosmología donde los muertos tienen una existencia real —en su propio dominio: el mundo de las almas—, y donde esta festividad es sólo una parte del gran engranaje ritual masewal, asimismo revela una concepción singular de la noción persona nahua según la cual nuestros difuntos tienen una existencia real posterior a la muerte, de ahí que se les espere año con año.
Lo tradicional (arriba) y lo edulcorado (abajo)