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Aguas Profundas, nuevo horizonte

Aguas Profundas:

Un horizonte geológico de largo plazo

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Fluvio Ruíz Alarcón

En su Reporte de Resultados al Primer Trimestre de 2021, Pemex informó que, tras varios años de una tendencia a la alza de sus costos de producción, estos cayeron en 20.7% entre el cierre del 2019 y el de 2020, cuando habrían pasado de 14.1 a 11.15 dólares por barril producido. Esto pondría a Pemex por encima de lo que ocurre a nivel mundial, donde en ese mismo período se observa una reducción promedio del 10%. Ahora bien hay que hacer notar que incluso con esa disminución en su costo promedio de producción, este sigue siendo muy superior a los 6.10 dólares por barril producido que su régimen fiscal le permitió deducir en 2020 para el pago del Derecho de Utilidad Compartida en aguas someras (donde se encuentra el 80% de su producción). Esto muestra la necesidad de revisar los límites de deducción en la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos pues de otra manera, Pemex seguirá sin poder deducir la mayor parte de sus costos de producción. Por otro lado, de acuerdo a la consultora Rystad Energy, en el mercado petrolero internacional, el movimiento a la baja de los costos de producción, inició a raíz de la caída de los precios ocurrida entre 2014 y 2015, la cual obligó, por un lado, a innovar tecnológicamente y mejorar la eficiencia de los procesos y, por el otro, a una disminución negociada de los precios unitarios por servicios para mantener la rentabilidad de las operaciones. A manera de ejemplo, la misma consultora señala que, entre 2014 y 2018, los costos de producción promedio mundiales en aguas profundas, cayeron un 30% y se espera que entre 2018 y 2020, lo hagan en un 16% adicional. Este proceso debería hacer reflexionar a Pemex sobre la voluntad, expresada en su Plan de Negocios y reiterada recientemente por su Director General; de restar importancia e incluso abandonar el desarrollo de la que, inevitablemente, es la futura frontera geológica de México. El argumento central es que luego de varios años de inversión, no se ha producido una gota de petróleo. Esta postura, además de desconocer la naturaleza de largo plazo de la industria, omite que los esfuerzos exploratorios de Pemex dieron lugar al descubrimiento, entre otros, del yacimiento Trión para cuyo desarrollo nuestra petrolera se asoció con la australiana BHP Billiton, misma que desembolsó 1,250 millones de dólares como pago por participar con Pemex. La necesidad de satisfacer la demanda interna de hidrocarburos en el futuro, hará inevitable que se desarrolle el horizonte geológico de las aguas profundas, por lo que sería un grave error en el largo plazo, cesar los esfuerzos exploratorios, de formación de recursos humanos, mejoramiento de capacidades de gestión e impulso a la investigación, innovación y asimilación tecnológica en este campo. De seguir por la ruta de una visión inmediatista, de corto plazo; nos estaríamos condenando a que, cuando tengamos que incursionar de lleno en aguas profundas, lo hagamos en forma subordinada con operadores trasnacionales, por no contar con recursos humanos suficientes, capacidades de gestión adecuadas, desarrollos tecnológicos propios o ni siquiera el conocimiento de nuestro potencial petrolero.

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