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Las Inquietantes figuras de Tassili

Orígenes del arte Inquietantes figuras de Tassili

Javier Pulido Biosca

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Ubicada en el sudeste de Argel, la meseta de Tassili es un área montañosa en pleno desierto del Sahara. Su punto más alto es Adrar Afao, con 2 mil 158 msnm y la ciudad más cercana es Djanet, 10 km al sudoeste. Tassili es un macizo montañoso situado en el centro del Sahara, con una extensión de 800 km. de largo por poco más 60 km. de ancho, que recorre la frontera de Argelia con Libia. “Tassili”, en la lengua de los tuaregs, significa “meseta de los ríos”. De hecho, gran parte del Tassili se encuentra atravesada por wadis, ríos secos que recorren el territorio, y dan idea de lo que fue la región en tiempos remotos.

¿EGIPCIOS EN EL TASSILI?

Este parque natural se considera Patrimonio de la Humanidad desde 1982 por la Unesco. Existen catalogadas 15 mil pinturas prehistóricas aunque es posible que en su totalidad asciendan a 80 mil. En 1956 Henry Lothe dirigió la primera expedición francesa para estudiar las pinturas. Tras tres campañas en las montañas del Tassili publicó un libro en donde refería que, junto a representaciones propias de la cultura aborigen, existían otras pinturas con marcado estilo egipcio. Esta afirmación causó desconcierto en los ambientes académicos, una polémica que quedó saldada cuando surgió la información de que el dibujo de las “señoritas con cabeza de pájaro y aureus” resultaba ser un fraude, y que debió ser pintado por un miembro de la expedición para gastar una broma. Esta ha sido una de las inquietudes principales respecto de este importante sitio referido al paleolítico, pues han sido localizadas varias pinturas que se perciben

como antecedentes de lo que después llegó a ser Egipto.

Estas datan de entre 8 000 a 5 000 a.C. y constituyen una de las primeras manifestaciones de arte prehistórico. El más antiguo inicio de la capacidad humana para representar simbólicamente su mundo. Es, además de el inicio el arte, el inicio de lo humano propiamente dicho que lo define la capacidad para la representación simbólica. Según Heródoto, hubo tres vías de comunicación en la época prehistoria africana, todas ellas terminaban en Abydos, la ciudad santa del Nilo. La primera comunicaba la Gran Sirte con las islas del Egeo. La segunda, o ruta del Atlas, entre el Asia Menor y las altas mesetas de Numidia y Mauritania, yendo hasta las columnas de 9

Hércules. La tercera, y más antigua, fue la ruta tropical, entre el Ponant (poniente) y Egipto (oriente).

La condesa Marcelle Weissen-Szumlanska, geóloga, botánica, etnóloga y arqueóloga, que participó en excavaciones en Namibia, se propuso investigar la veracidad de la tercera ruta marcada por Heródoto, para lo que organizó una expedición que recorrería aquellos caminos milenarios, siguiendo los restos dejados en forma de pinturas, relieves y asentamientos.

Esta ruta fue llamada “la ruta de los grandes nómadas”; pero también en Egipto aparecen inscripciones que la denominan “camino de los muertos”, debido a que marcaba el lugar de enterramiento de sus antepasados. El mapa de África de acuerdo a Heródoto explica los misterios que encuentra este historiador y explorador y consigna el dato de que estos habitantes de Libia eran dados a los rituales de encantamiento en una antigüedad, pues ya a la época de Heródoto él mismo dice que ya no practican encantamientos para lograr la cacería de animales (Ver: Heródoto, La Historia, libro IV).

ARTE, SIMBOLISMO Y PODER

Las pinturas rupestres de Tassili son las más antiguas en la historia hasta ahora conocida, remiten al final del periodo paleolítico, aunque sus rasgos figurativos hacen creer que los autores de estas figuras tuvieron mayor dominio de las técnicas del que tuvieron los autores de pinturas rupestres posteriores, pertenecientes ya al neolítico, localizados en las cuevas de Altamira y otras en España y Francia. Sin que esto sea un inconveniente para plantear la pregunta antropológica sobre el grado de desarrollo de estas culturas, si debemos hacer dos observaciones: Por un lado, estas representaciones pictóricas deben ser vistas fuera del encasillamiento en los conceptos de arte que tenemos hoy en día. Aunque las pinturas rupestres de Tassili se estudian como parte de la historia del arte, hay que hacer muchas salvedades para considerarlas como obras artísticas. También tenemos que entender que estas pinturas tenían un uso ritual que no se reducía a ser rituales propiciatorios de la caza, la pesca o la fertilidad. Entrañan una representación de poderes, de personajes con poder, extrañas vibraciones de flujos energéticos que eran vistos bajo estados mentales privilegiados.

De aquí que surjan con una vida impresionante desde las piedras, por lo que llegan a impresionar fuertemente a los habitantes de las culturas más recientes, como la de Heródoto que los ve como expertos encantadores, aún familiarizado este historiador con los misterios de Eleusis.

Y así causan la misma admiración ante culturas carentes de rituales dedicados a la fuerza interna, como la predominante en el siglo XXI, pues llaman a eso que para muchos es desconocido, pero que se percatan de que existe.

Así, el simbolismo del poder interior, prevalece desde los inicios de la prehistoria humana y llega a estas épocas que tienen casi muerto eso que ha dado vida al universo, por lo que resultan obras aún más interesantes y apetecibles.

El edificio “Triangle”, donde fallecieron calcinadas 129 trabajadoras en huelga el 8 de marzo de 1908 en Nueva York.

Figuras de líneas energéticas pintadas en las paredes de las cuevas de Tassili.

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