Cuatro características ecológicas de los suelos de pinar Ramiro Aznar Ballarín, diciembre de 2007 Ecología del Suelo, UCM Resumen En el presente trabajo se ha realizado una caracterización de diferentes aspectos ecológicos de los suelos de pinar. Por una parte se ha visto que la funcionalidad de este peculiar sistema se ve más afectada por factores abióticos que por factores bióticos. La descomposición de los materiales más representativos de la hojarasca (lignina, celulosa, etc.) están influenciados por diferentes factores (evapotranspiración, precipitación, etc.) y en general, el proceso completo de la descomposición de acículas de pino se realiza lentamente debido a la alta concentración de materiales difícilmente biodegradables. Se ha visto que la concentración de algunos de estos compuestos secundarios varía en el suelo según la profundidad y respiración del sustrato, así como de la biomasa microbiana. Sus funciones son principalmente defensivas, inhibitorias o alelopáticas dependiendo de la especie de estudio. Se ha estudiado la dinámica de los pinares ante episodios de fuego, ya que son perturbaciones necesarias para la persistencia de algunas especies de pino e incluso para la diversidad del sistema. Por último se ha revisado la filogenia de esta estirpe, concluyendo que los rasgos seleccionados por el fuego (persistencia de los propágalos, capacidad rebrotadora, etc.) se han adquirido de forma paralela a lo largo de la evolución. Palabras clave: acículas, hojarasca, descomposición, comunidad microbiana, compuestos secundarios, fuego. Introducción Los componentes superficiales y subterráneos (“aboveground and belowground”) de los ecosistemas se han considerado tradicionalmente como compartimentos aislados. En estos últimos años se ha empezado a demostrar el importante papel representado por la retroalimentación entre dichos componentes en el control de los procesos y propiedades ecosistémicas (Wardle et al., 2004). El suelo presente en los pinares es un ecosistema idóneo para el estudio de estas teorías. Existen multitud de estudios ecológicos sobre pinares en nuestro país, desde los de Nicolás y Gandullo (1967, 1969) hasta llegar a la serie de Regiones de Procedencia (Alía et al., 1996; Gil et al., 1996; Prada et al., 1997). A pesar de ello son meramente descriptivos o únicamente de interés geobotánico. Es necesario irse hasta latitudes eurosiberianas (concretamente Finlandia) donde han estudiado al detalle la ecología del Pinus sylvestris ya sea comparándolo con otras especies (Kanerva et al., 2007; Smolander et al., 2006; Suominen et al., 2003), creando microcosmos (Nieminen y Setälä, 2001; Liiri et al., 2002) o incluso llevando a cabo un experimento a través de un transecto climático por toda Europa (McTiernan et al., 2003). Estos y otros trabajos similares han demostrado que podemos encontrar diferente estructura de la comunidad microbiana bajo pinares que bajo otras formaciones arbóreas (Priha et al., 2001; Niemi et al., 2007). Dicha comunidad influye directa e indirectamente en el proceso de descomposición de la hojarasca constituída mayoritariamente por acículas. Este tipo de hojas presenta unos elevados niveles de compuestos de lenta tasa de descomposición, ralentizando las etapas más tempranas de este proceso (Kainulainen y Holopainen, 2002). Entre estos constituyentes se encuentran los compuestos orgánicos secundarios (monoterpenos, sesquiterpenos, etc.), moléculas de alto interés ecológico debido a su función defensiva (Phillips et al., 1999) o como partícipes estimuladores de episodios de incendios (Margalef, 1999). Este último fenómeno es necesario estudiarlo desde un punto de vista filogenético dentro del género Pinus, ya que aunque se conoce su profunda modificación del suelo: combustión de la materia orgánica, aumento del pH, cambios en los organismos edáficos, erosión, etc. (Alcañiz et al., 1996), no se conoce su papel seleccionador en el curso de la evolución de dicha estirpe. Debido al extenso tema ante el que nos encontramos, la caracterización ecológica que vamos a realizar se va centrar en la estructura de la comunidad microbiana, fúngica y faunística, la dinámica de descomposición de la hojarasca, la importancia ecológica de los compuestos orgánicos secundarios y la evolución sufrida por esta estirpe debido a los incendios.
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