JUAN DESPUÉS DE PATHMOS by Ramón Iván Suárez Caamal

JUAN DESPUร S DE PATHMOS

Aarรณn Bautista Caamal

Ediciones Nave de Papel

NOTA INTRODUCTORIA Hablar del Apocalipsis es referirse a uno de los libros proféticos de la Biblia. Para lograrlo incluyo temas de la historia contemporánea que construye este templo. De esta manera cada poema adopta su propia realidad y construyo “lo que es y lo que era y lo que habrá de venir”.

MI FIN Toco la Ouija: me responde. Veo al Cordero en llamas, pienso en Babilonia. Me rĂo de la fuerza del pecado, de la debilidad del bien. Toco la tabla, dice que llegĂł el fin. No lloro, me alegro.

VARA DEL JUICIO Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Apocalipsis Cap.1 Ver. 1

Con una vara mediré el Paraíso. Soy Juan. Oigo la vida sin cauce alguno: el bordado de tinta que amarga el silencio.

JUAN EN PATHMOS En toda noche hay un sueño. Es ahí dodne la escalera sube y baja. Veo la tranquilidad. En ese instante los padres de mis padres cantan y encuentro mi espíritu aceptado. Toma, Juan, ve y mide el silencio; también queremos que sopeses las piedras de la entrada al Edén. Mide los caminos para que así tu espíritu se alargue y no me muera en las palabras del Altísimo. Ve y pesa tus sueños junto con tus pesadillas, pero no olvides medir el día de la llegada del Omega. No confíes en el alma, oye tu instinto, y con esta vara mide a los pecadores y a los puros.

CASTIGANDO MIS CALUMNIAS Y oí el número de los sellados: 144.000 sellados de todas las tribus de Israel. Apocalipsis Cap. 7 Ver. 4

Vi descender del cielo cinco ángeles, traían con ellos el poder de castigar la tierra. El primero detuvo el viento que colmado de mentira conduce a la verdad. El Segundo me dijo quiénes y cuántos eran los siervos manumisos. El tercero me mostró un libro. No estaban mis letras, murieron 144 000 espíritus blancos, 144 000 espíritus de fuego. El cuarto sacó la marca con la que destruirá este papel.

El quinto se acercĂł al sol y le encerro su cabellera en oscuridad; las calumnias cegaron mis venas mi arrepentimiento llegĂł a la frente de la PoesĂa.

ANTICRISTO La ira es la gaviota de este mar inmundo. El aire pasea en mi derrota, mi creaciĂłn no fue en vano. SembrĂŠ la mentira. Mi muerte se incendia en el olivo.

EL FÜRHER REFLEXIONA 1 Cómo alejarme de las sombras, cavar mi tumba, resucitar en este Har-Magedón, llegar a ser Divino, malvado, destruir al Creador, al Otro. Cómo hablar de ellos en uno mismo, cómo olvidar que están en mí. 2 Alzo la mano y aún la verdad emana la mentira, bendigo a todos los fieles y marco a mis discípulos. Alzo la mano y me libro del pecado, condeno a los débiles, resucito al Anticristo. Alzo la mano y sé que he muerto.

PROFECÍA Degollaré al cordero más prudente con una espada de tristeza, escucharé las palabras de Daniel y beberé la sonrisa de mi alma. Soy la Bestia de Siete Cuernos. Tomaré la sangre del Cordero y la pondré en el cáliz del pecado, abrevaré en él y la luna será esta súplica.

ENCRUCIJADA ¿Por qué adorer a un dios? ¿Para qué llorarle? ¿Por qué negarlo? ¿Para qué orar? ¿por qué crucificarlo? ¿Para qué destruirlo? ¿Por qué adorar a otro? ¿Por qué no ser un Dios?

CONTRICCIร N Veinticuatro Tronos son las letras amargas de mi voz. Se me ha permitido hacer guerra en el papel; soy metรกfora hecha obsesiรณn mis palabras, una blasfemia para toda escritura. Padre, perdona estas mentiras.

RESURRECCIÓN Mi número es 666 la Bestia de estas palabras. He perdido mi creencia, las plagas inundan mi alma, resucitaré al tercer día. Las ciudades cayeron, mis ojos han perdido la tercera parte de su fuego. Mi muerte huye a Babilonia, miento diciendo la verdad. Las puertas se abren a las necesidades de mi espíritu. En toda poesía haré mi voluntad.

DIÁLOGOS CON LOS HIJOS DE LA MUERTE Los besos de la muerte fueron clavados en pétalos oscuros. Alguien dijo que al silencio lo devoraron; no lo creo. El trueno que cae del incienso también murió… Mi madre teje los segundos mientras los perros caen en las caricias de los presagios. Nada hay en las cenizas, los gorgojos reviven en los dientes de los muertos, el cascabel anuncia su arribo. Los rezos y los elogios detienen la notas del arpa. Ahí está Gozer. Mi padre renace después de leer el Libro Negro. —El silencio se vuelve heladez. —Oye los quejidos de un gato. —Quizá no te das cuenta que la voz se hizo palabras y que los sueños están escritos en los ojos.

No entiendes, el fin ha llegado. Abraza la araña cada una de sus redes. Rompe sus miradas, escúpeles blasfemias. El fin se acerca y, yo, ángel que sueña y habla con su hermano, escucho tus cantos. Mis ataques se marchan; lo único permanente, las letras que inundan tu inconciencia. Hoy me deleito con lágrimas. Mañana solamente serán telarañas que la muerte deja. Soy hijo de la Muerte, inmortal es el grito. ¿Pr qué salimos del espejo? Algo pasa en el calendario: hoy es martes y mañana será lunes. El miércoles no llega. —Háblame.

No dejes que entren en este jarrĂłn. Hagan que la melodĂa permanezca. Por favor, madre, deja de tejer los segundos. Ahorca el sentir, Soy hijo de la Muerte.

NO ENTIENDO A LA LLUVIA Huyo de la lluvia, improviso conjuros para evadirla. Es tarde, los pájaros y las cigarras la aclaman. Toco puerta tras puerta; en ese rincón hay una. Esta es la entrada a mi sangre. No entiendo qué es la lluvia, nunca la he deseado. Soy un fiel cazador de cigarras y pájaros, depredador de llantos. No permito que el ruido me invada pues la infancia aún está en mí.

SOMBRA DE UNA PIEDRA Cada vez que exprimo una piedra le saco amargura. Todas las bestias nos comenos entre sí, quizá somos abominables. Ya no tenemos a la bella Andrómeda, no le amarrarán cadenas. Nuestro verdugo se acerca. Escucho sus pasos. A mi cadaver se lo llevan las hormigas, alguien lo enterró bajo un naranjo, mis huesos arden, mi alma grita. No soy criatura del espejo.

ESCAPAR DE LA VIDA El cuervo se envuelve en la noche, se despoja de su pureza, canta el ritmo de la muerte, baila junto al diablo. Bebe de mi sangre. Sé que se aproxima, —por eso quiero escribir poesía— para hacerme un antifaz. Quiero escaparme de su música y su olor. Corro hacia las palomas; ellas también se visten de cuervos y enmudecen. Alguien me persigue, vuelvo a correr, tropiezo, entrego mi alma.

EN MIS SUEÑOS ENCUENTRO UN ESPEJO Sé que el demonio aún es joven para ordenar la noche. También que en el amanecer cuando todo es silencio alguien le muestra la luz a una piedra. El silencio es largo; los aleteos, breves. Al navegar en mis sueños despedacé un espejo. Todavía no amanece, el demonio aún es joven para ordenar la noche…

QUIERO ESCRIBIRLE A LA MUERTE No hallo un trueno que incendie este papel. Alguien en el fondo de una iglesia gime la triste sombra de un canto gregoriano. Mi casa se vuelve ruido, agua. Mis sueĂąos se encienden.

DESCUBRIMIENTO Muerte: somos el vaso que toma tu forma.

Aarón Bautista Caamal Bacalar, Quintana Roo (1985). Estudia su educación secundaria. Escribe poesía. Textos suyos aparecieron en la revista Viceversa de circulación nacional. Tiene una sección electrónica llamada Bakhalal en la página de Nueva Alejandría en Argentina.

JUAN DESPUÉS DE PATMOS Se terminó de imprimir el 1 de mayo de 1998 en Bacalar, Quintana Roo, México. La edición consta de 500 ejemplares.