POETAS SIN FRONTERAS JUNIO 2018

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Poetas sin Fronteras Junio 2018 AĂąo 5 Ejemplar No. 48


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Escribiré sobre tu piel… América Guerrero González. Cosoleacaque, Veracruz, México Escribiré sobre tu piel… con mi mejor caligrafía, lo que tenga que escribir: la historia de amor jamás escrita, la pasión, la entrega. Escribiré sobre tu piel… pautada, notas de una canción de amor, describirán: el momento más feliz… la algarabía de las primaveras buscando nido, trinos del pájaro azul… la fluidez de los ríos: Pánuco, Papaloapan, Coatzacoalcos, Escribiré sobre tu piel… el sol, la luna de enero, su mar Nibium, Aristarco su cráter mas brillante, el planeta rojo. Conjunciones, galaxias… el Universo. Mil luciérnagas alumbrarán: “Las letras que olvidé” Mi nombre con letra escarlata, con tinta indeleble, para que no me olvides.


Escribiré sobre tu piel… el aroma de árboles, rosas, azucenas, alhelíes, gardenias, orquídeas… Escribiré sobre tu piel… la primera mirada, el primer verso, el primer beso, la primera cita, la primera vez… Tu juventud, tu sonrisa, la sonrisa de Brian y de Camila.


La Partida Bertha Laraf Veracruz, México Cuando el viento pasa la luna te abraza Cuando duele el alma Y la cometa te calma. Cuando entonces piensas Que cambió tu vida Cuando de manera intensa En su justa medida Un murmullo te pía Con zumbido de día Cuando suena incesante Tus manos peregrinas Se posan temerosas Inquietantes temblorosas El silbato de alerta Para salvar la partida Sientes que él te llama La piel se te enchina algo desde dentro te grita ¡despierta!


ROSAS EN EI AIRE Blanca Azucena Gavassa Cinco saltos-Rio Negro-Argentina

Caminando entre sauces llorones y el frescor de sus verdes llevando en mis manos dos rosas amarillas. Mis pasos eran lentos, pero allí nomas estaba el puente sobre el rio que ondulaba su vaivén como caricias de espuma. Solté las rosas al aire, querían detenerse dejando su aroma ante mis ojos húmedos, porque con ellas se iba mi adiós a aquel amor que no pudo ser. Adiós para siempre, así era la letra de una voz cercana que sonaba en mi alma como un tango en la noche estrellada, que titilaba al compás de un adiós. Los pétalos cayeron como danza en abrazos en el rugir de las aguas, que se perdían llevando aquel amor a un rincón de la tristeza.


Antes que cante el gallo Carina Andrea Nadale Los Cóndores- Córdoba Argentina Lo negué tres veces, condena por no atender mis súplicas cuando postrada ante Él, poco le importaron mis promesas. Lo traicioné con ídolos y talismanes. Elegí a Barrabás, entregué al cordero y me lavé las manos. Así, claudicó ante el peso del madero, lo perturbó el tropiezo y en la caída, diez cardenales grabaron su cuerpo. Mientras la brutalidad del látigo le desgarraba la piel, lo coroné de espinas. Estigmas de metal en los extremos, óxido en la desnudez de su costado. Lo negué una vez, aún así la luz gloriosa del Padre guía mis pasos, un camino de vitrales derrama sus colores de vida eterna, labran mi patio las luciérnagas y brota, generosa, el agua viva del mineral sediento. Lo negué dos veces, aún así el Hijo multiplica los panes y rebosa el cáliz. Una lluvia fresca perfumada de rosas y olivo restaura la herida. Lo negué tres veces, aún así el Espíritu Santo vuelve mi cruz más ligera y me asiste para mover la roca. En la misericordia y la paz escucho las letras que componen mi nombre. No celebro su regreso, el Salvador nunca se ha ido; en el Domingo de Pascuas caracolas de incienso mueven la aldaba, se abren las puertas del Reino, he vuelto al rebaño y en la claridad, resucito.


La Diosa de la lluvia Carina Andrea Nadale Los Cóndores- Córdoba Argentina Brianna O´Connell tenía 86 años cuando falleció. Oriunda de Irlanda, no tenía familiares ni amigos que la reclamaran. Su única riqueza consistía en un dije de diamantes y zafiros que jamás sacaba de su cuello. La señorita O´Connell sufría delirios místicos asociados, probablemente, a alguna patología mental que los psicólogos y psiquiatras no lograban definir. Los neurólogos tampoco daban un diagnóstico certero, las imágenes del cerebro de la mujer no presentaban ningún tipo de irregularidad, tampoco los análisis de fluidos corporales. Desde hacía tres años, Brianna vivía en “El Remanso”, una residencia para la tercera edad enclavada en una localidad costera. La señorita O´Connell parecía estar hecha de agua, sus ojos eran de un celeste muy claro y la piel salpicada de pecas parecía un lienzo arrugado tan blanco como las nubes. Tenía una trenza de canas que le llegaba hasta la cintura tras caer por su hombro derecho. Era enjuta y desgarbada, su voz, un susurro de brisa entre los árboles. Siempre hablaba de su pasado en Irlanda, del viaje en barco y de sus primeros años en Argentina. Pero eran las anécdotas que parecían sacadas de cuentos de hadas las que hacían dudar de su cordura. Entre tantas historias se destacaba una, Brianna aseguraba ser descendiente de Deva, la diosa celta del mar, las emociones y los sentimientos. Según la leyenda, Deva se enamoró de un humano, ese amor duró sólo una noche tras la cual, la Diosa regresó a las profundidades para cumplir con sus deberes y lloró tanto que salinizó las aguas. Aunque no figura en el mito, Brianna afirmaba que de esa unión nació una niña que dio origen a un antiguo linaje cuyos integrantes, al morir, se convertían en Ángeles de la lluvia.


La anciana se había encariñado con una enfermera de “El Remanso”. Le narró cientos de historias, la muchacha sonreía mientras escuchaba con atención cada una de ellas, algo de toda esa locura la atraía inexplicablemente. -Alanna -le dijo una vez la señorita O´Connell a su fiel cuidadora. –Tu nombre significa “niña”. Eres mi elegida, como no tengo descendencia tú heredarás mi colgante, él atraerá hasta ti al amor verdadero, otro descendiente de la poderosa Deva. Recuerda que ella siempre se pone del lado de aquellos que privilegian el amor por sobre todo lo demás, pídele lo que sea y si viene de tu corazón te lo concederá. Nunca te saques el colgante, ese hombre que has esperado durante años llegará a ti a través de él. A partir de ese momento Brianna la instruyó en lo que todos llamaban mitos y leyendas pero que para ella eran una realidad. Un escribano elaboró el pequeño testamento donde constaba que el dije de piedras preciosas pasaría a manos de Alanna una vez fallecida su dueña, la joya tenía gran valor comercial, pero su poder iba más allá del dinero y ambas lo sabían. La temporada de sequía se extendió más de la cuenta ese año, los Ángeles encargados de administrarla en cantidad y frecuencia se habrían enojado por alguna razón ¿o se habrían olvidado? En la soledad de su casa Alanna recitaba en voz alta la oración de la lluvia cuando la llamaron por teléfono para informarle que la señorita Brianna O´Connel había muerto. Le causó profunda pena porque era la persona más buena y cariñosa que había conocido. Cuando llegó al asilo se dirigió hasta el cuarto de la anciana y encontró una muchedumbre agolpada en su interior, todos estaban perplejos observando la cama mojada y un charco gigantesco de agua en el suelo, el cuerpo de la mujer había desaparecido misteriosamente. La joven tomó el colgante que estaba sobre la cama, lo estrujó entre sus manos y el cielo se oscureció de repente, la lluvia bendijo los alrededores sedientos. Esa misma noche Alanna cumplió con el ritual para que la Diosa del mar cumpliera su deseo más profundo.


Huellas en la noche Isidoro A. Gómez Montenegro Cosoleacaque, Veracruz, México Que la ambigüedad sin fin perle tu frente. Que el sueño vigilante abra la puerta, cierre con llave… a piedra, para que no entren sombras, ni grillos desafinados. Prefieres la nada a ser huella en la noche o pálida sombra. Río, sueño, lágrimas donde cantan barcos. Gritan, suenan… calaveras de vaho adormecen. Floreces en terrible fuego. Verte quisiera; adivinar si en tu corazón; lóbrega llama hay. En húmeda niebla flotan tus ojos. Hora diurna, larga espera… Una sílaba tuya espero. Verte quisiera. Dormida yaces como reina, apacible ribera de reposo. Rayos de sol… Recibe la luz de éste verano, la armonía del tiempo. Añorar crea ausencia de la nada. Recobrar quisiera la caricia olvidada. De orbita, de fatiga. Del Universo y sus frases apagadas.


Contigo si James Coonor México Toda mi voz y todas mi letras Se hacen poemas,luz y sonido durmiendo Contigo A la luz de nuestro atardecer Comprendemos lo mucho Que vale el tiempo... Que vale un momento... Estando juntos se calla el silencio Me siento en el pensamiento Colgados tu y yo del aire Dibujando siluetas en las nubes Miramos un mundo distinto Que la fantasía nos regaló Y amamos sin tiempo... Y ya volamos sin alas Vamos sumando silencios Si tú no estás dentro... Escribiendo nuestros nombres En el firmamento... Toda él tiempo Todo el amor Toda la Luz Toda la vida desde que te vi Soñé vivirla contigo…


MARÍA LUZ OLIVARES ALDANA José Luis Ayala Veracruz, México ¡Mujer que irradia luz! ¡Poeta del amor y luz! ¡Arena de tiempo tu luz! ¡Tu tinta y letra es luz! De mirada profunda y pasión en corazón, versas la inspiración y le cantas a la vida. ¡Eres música en dualidad! ¡Invitación a la Libertad! ¡Un arpa al tañer cuerdas! ¡Verso y magia en palabras! ¡Amor en pétalos de rosas! Cuando al piano tocas música, mueves almas y de felicidad las llenas ¡amor y luz son tus notas! ¡Luz inspirada en bella Luna! ¡Luz tomada de rosas rojas! ¡Luz de sueños y búsquedas ! ¡De poemas de amor y fortuna! Grande es tu nombre ¡oh Luz! ¡como día, sol, luna y estrellas! ¡Tú pluma escribe cosas bellas! ¡Que los ángeles te llenen de luz!. Derechos reservados La laguna Ver. Mcpo. Medellín. Ver. Mex. 19 de mayo del 2018


"Amor o capricho" José Manuel Ambrocio Veracruz, México ¿Tormentos de amor?, no los quiere nadie, sin embargo, existen, son tangibles, amargos e innecesarios a todas luces, todas las veces. ¿Y la tranquilidad? ¿Donde queda?, esa paz interior tan buscada, tan anhelada, que cuando existe, fluye en una marea de amor sereno, maduro, tranquilidad que a la primera señal de maltrato, huye y se esconde dentro nuestro, para protegerse. ¿Es que acaso no podemos ofrecer amor sin lastimar? sin que los celos, infundados o no, nos muerdan el alma, haciendo de los sueños, jirones, cuál frágiles nubes, en días de mal tiempo. Es hora de aceptarlo, de no postergar más la decisión, es el momento de decir adiós, tiempo de saber que no somos capaces de querer, sin lastimar a quien decimos amar...


EL ÚLTIMO POEMA LOLA VARA Cris Marino Argentina No me rindo/ no me pidas que te olvide/ ni que pierda aquel deseo/ de navegar en tus besos/ en abrazos que no han muerto/ en eternas madrugadas que se acortan sin espectros. No me pidas... que mi mundo sea recuerdo/ que escriba por tanta ausencia. Que sufra / el vacío de palabras/ desterrando los intentos / ni dejar que se escurran las caricia sobre el cielo/ ni que deje de observar las sombras desordenadas confundidas en batallas de miradas y deseos. No...no lo pidas/ porque no podré cambiar el rumbo de todos mis sentidos. Aunque éste sea el último poema donde te diga " Te quiero". No me pidas que te olvide/ no puedo...


Heridas Lourdes Lagardery Puerto Rico Llevo en el alma tantas heridas, la mayoría de ellas han cicatrizado pero una todavía sangra profundo, esa no ha cerrado. La pena inmensa de haberte perdido no se compara a nada por lo que he pasado, solo la muerte podrá cicatrizar esta herida, mi corazón aún llora, Madre porque me has dejado. La perenne huella de tu frío beso está marcada en mí, cuando esa triste noche te cerré los ojos, y te vi partir...


La luna y tú Lucila Reyes González México Te mire a lo lejos y de entre las nubes apareció la luna Admire el doble esplendor, tu reflejo y de ella en la laguna corrí a ti, el césped oculto mis pasos y la noche apagó mis locos latidos. Al acercarme a ti y refugiarme en tus brazos cerré los ojos abrí los labios y me deje llevar por el calor de tus besos iluminó esa mirada tuya llena de embeleso proyectando amor se posó en tu faz preciosa tu respirar acaricio mi piel me estremecí en tus brazos. Locos de mi corazón te sentí desfallecer con tanta, tanta pasión el deseo lleno tu ser y la luna callada, y tú cabalgabas por mi piel la luna callada vio como me hacías tu mujer. no dijo nada pero sé que algo debía querer. calla luna y sigue mostrándome lo que es el querer.


ME DUELES MÉXICO Lucila Reyes González México Como me dueles México querido, me duele, que no levantes la frente me duele el dolor de mis amigos, me duele ver a tantos indolentes. Me duele tu pobreza y tu gente, la corrupción y los feminicidios, me duele y me hace impotente: las injusticias, tantos homicidios. Duele que te digan que eres flojo, cuando no tienes oportunidades, te dan de comer frijol con gorgojo, ¿el dinero? con las autoridades. Duele el egoísmo y la traición, duelen ignorancia e impunidad, Aprovecharemos esta ocasión; podemos vencerlos con facilidad. Vamos México, te necesitamos, para acabar con el mal gobierno, si lo hacemos todos lograremos, ya no vivir más este infierno. Queremos que se haga transparencia Que los ricos paguen sus impuestos Que sea honrada la policía queremos justicia a nuestros muertos Queremos un sueldo mínimo mejor, queremos estar bien, trabajar en paz; queremos un país lleno de amor; queremos vivir, ¡no exigimos más!


El tiempo en el andén María estela rodríguez Argentina El tren se fue, y ahí quedaron en el andén. No saben que es ese lugar, la mirada perdida, pensando, quien sabe qué. El olvido, la tristeza resbalan por su arrugada piel. Nadie usa reloj,- ¿Un reloj?- ¿y para qué? Si los días son todos iguales y las noches también. Su mundo interior es, solo de ellos los recuerdos, las vivencias, pasan por su mente como en un negro corcel. Caen las hojas del calendario y la vida ya se les fue, hojarasca que el tiempo amontona en un rincón del andén.


ESE BESO Marlon Pío Domingo Rosales Maldonado. Veracruz, méxico Decir “te quiero” con la voz velada, mi monte, mi canción, mi mar templado, y en mi frente un beso desvelado que me brinda tu boca enamorada. Un beso así no quiere decir nada, ceniza de amor, no lava hirviente, que en amor hay que estar siempre presente, mañana, tarde, noche y madrugada. Lo nuestro es amor para qué engañarnos, lo nuestro es navegar sin encontrarnos, a la deriva, amor. a la deriva. Lo nuestro es un amor de gran locura sin miedo de morir en la aventura, sangre en el corazón, candela viva…


OCASO Marta Díaz Argentina Tengo esta edad de haber amado mucho o poco. No sé! Un lugar sin nombre habita en el espejo -imantado capricho del destinoanunciando la hora del ocaso. Fui el perdido eslabón en la cadena del silencio. Hoy una torre de Babel se erige entre mis labios y está pronta a caer. Una a una las palabras rotas las que nunca nacieron las que fueron génesis y epitafio quedarán sembradas como escombros entre las estrías de mi piel.


MIMOSA Mónica Cifuentes Veracruz, Ver. México Como casi todas las noches corría y daba un salto a la enorme cama en donde mi padre se encontraba leyendo casi dispuesto a dormir, con la mirada cansada después de un largo día de trabajo. Acomodada en su brazo me decía casi susurrando de manera muy dulce __mami ya es tarde ve a tu cama__ Acariciando mi largo cabello cambiaba de inmediato su mirada al escuchar mi voz en tono suplicante pidiendo un cuento para poder dormir. Quitaba sus lentes, asentaba su libro de inglés a un lado del buró, levantaba un poco la almohada y se incorporaba. De pronto esas palabras mágicas que al escucharlas esbozaban una gran sonrisa en mi rostro Ésta era una vez... Así comenzaban diariamente los cuentos inventados por mi padre. Describía cada detalle, personas, flores, aromas, paisajes, animalitos, etc. Disfrutaba tanto, interactuar con él, haciendo preguntas, eso lo hacía más divertido y emocionante, emitía sonidos tratando de imitar a los personajes. Después de unos minutos transcurridos empezaba a bostezar. Ya dormida, papá me tomaba en sus brazos, me llevaba a mi cama en donde sentía de inmediato desprenderme de él, pero era más mi sueño, me acomodaba para dormir no sin antes sentir su tierno beso en mi frente y escuchar un "hasta mañana mami" Los cuentos de mi padre parecían no tener final, inventaba tantos capítulos como él deseara alargarlos y la mayoría de las veces me dormía a medio relato, aún deseando escuchar el final e intentar mantener los ojos abiertos, pero el sueño me vencía. Cierro mis ojos y vienen a mi mente un sin número de recuerdos, incluso los más tristes...


Esperar Octavio Ponzanelli México El tiempo pasa rápido mientras los pasos se hacen lentos, la mente … la mente repleta de información, de sueños cumplidos y de batallas ganadas, de tropiezos, de caídas, de golpes, de fracasos…… de experiencias…. de sabiduría La voz mas débil, la palabra mas fuerte, la mirada nublada pero la visión clara, el oído cerrado pero la mente abierta. La piel marcada pero la expresión noble, la mano temblorosa pero el saludo firme. Se han sembrado las semillas, han crecido, han floreado, han dado frutos, la encomienda ha terminado. El sendero ya se ha caminado, la huella se ha dejado, las lágrimas han salido, las sonrisas se han brindado. El reto se ha cumplido, ahora solo se necesita sentir la cercanía, los abrazos, los besos, y esperar…. seguir viendo y esperar ….. compartir y esperar ….. amar y esperar …. descansar, pensar, disfrutar y esperar …. amar y esperar … esperar y esperar …… esperar


DE ARENAS Y DE VIENTOS. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). Argentina Allá, en el último confín donde fija su morada el pensamiento, donde nacen los sueños y hace el amor con la musa el sentimiento. Allá, donde también aparecen los infiernos, en mi andar de rumbos desparejos, suelo llegar hambriento y desvelado buscándole un lugar a mis deshielos. Mire donde mire, un desierto lunar de soledad y de silencio envuelve mi pensar y siento. Siento tan lejos todo que por momentos, digo: “¡Y si me vuelvo!”. ¡Pero no! Me quedo. Me quedo y empiezo a buscar la luz que mezquina el alba, cuando ese mar de arena y polvo se revuelve y vive, por el asma insipiente que le prodiga el viento. Voy medio ciego. Mis brazos extendidos y mis manos con sus dedos abiertos, temiendo caer, te buscan. Con el raro temor con que se teme al cielo, al hombre y a los truenos, yo te presiento. Adrenalina. Se mezclan la ansiedad y el miedo. Ansiedad por ver tus ojos bellos y miedo. Miedo por no poder mirarte de frente. Porque tu imagen quedará, trashumante en el tiempo y yo también seré de arena y polvo a merced del asma de los vientos, perdido en mis desiertos. Y si por esas te encuentro, mi dulce Señor, yo te aseguro que mis ojos y mi pecho darán flores de color y yo seré todo pensamiento.


CUANDO SE VAN… Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). (Derechos Reservados). Argentina Sueño…Sueño…Sueño… Una bandada de gaviotas revolotean sobre mí. ¡Tantos años con ellas viví cerca del mar!. ¡Tantas veces las vi volando cerca! que soy nada más que un horizonte: todo cielo, todo agua y todo sal. Sueño… Sueño…Sueño… Sus alas abiertas acariciando espacios, atravesando nubes… Libertad. Me despierto. Los días pasaron… Solo veo que en bandada, como llegaron una vez, hoy se me van. ...Y como cuando el Sol abandona los inviernos, siento frío. Sueño…Sueño…Sueño… y la maestría irreverente de su vuelo me hace mal .


EL DÍA. Osvaldo Pettinicchio (Daniel Vattimo). Argentina Despertó en aquel Domingo transgresor de Luna y nube, pensó que aún no había nacido. Se calzó sus lentes pequeños, antiguos como su origen y camino desnudo. Desnudo de la cantata cotidiana que te pone la existencia. Luego la nieve, donde los pájaros no abundan. Donde solo algún cuervo demorado por su presa, lo mira, desgarrando epílogos de vida . Sus pies hierven de frio, enmudecidos de movimiento alguno. Allí, confirmó que aun no había nacido. Las paredes de hielo de una cumbre eterna, de un blanco casi monosílabo, manoseado de grises y marrones de montaña conmovieron sus ojos fruto rojo oscuro y brotaron sus lágrimas de miel sobre la tierra. Las manos acariciaron por fin sentencias de luz y cielo, sobre un pentagrama con notas de sonidos de árboles y ventiscas, de alambrados brillantes como cuerdas de guitarra. Nace el Día…


FUE TODO PARA MÍ Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Revisando mis cosas antiguas, encontré una caja llena de recuerdos de mi primer amor: En ella había una foto, su foto, la de mi amor; algunos poemas que le hice, otros de autores que nos gustaban y que nos leíamos; el libro la dama de las camelias y un casette con las melodías que nos agradaban, nuestras canciones. El recuerdo de lo vivido llego de golpe a mi memoria. Como una catarsis del alma, sin pensarlo, profané la virginal hoja, plasmando en ella el recuerdo de mi historia de amor, aquel amor de adolescentes que regreso desde el fondo del pasado y en mi memoria se ha quedado. Por el umbral del corazón ha regresado un viejo amor… Viene desde el fondo del pasado, se quedó aquí a mi lado. Recuerdos del primer amor: fotos, canciones, poemas y el libro “La dama de las camelias”. Llegó por el umbral del corazón llenándome de ilusión con una mezcla de dolor. Recuerdo nuestros momentos cuando niños enamorados escribimos nuestra historia una historia llena de sentimientos… Con los cuerpos llenos de pasión nos exploramos en la cama;


y henchidos de amor en el corazón nos endulzamos el alma. Nuestro amor fue de locura… Fue locura de todo sueño infantil, principio sin final, sublime amor juvenil con desenlace fatal. Ella fue todo para mí. Fue mi noche, fue mi día; el alfarero de mi fantasía… Mi mejor poesía… Fue mi novia, fue mi vida… Fue todo para mí. Recuerdo que en nuestra cueva inventamos caricias nuevas en aquellas vacías paredes desnudas de cosas pero llenas de amor… Pasábamos frío, pero nuestros cuerpos se daban calor. Juntos luchamos contra todos en las malas y en las buenas, juntos siempre ganábamos, pero un día, un triste día de invierno juntos perdimos, fuimos derrotados. Ella se fue…


Fue todo para mí… Fue mi paz y mi tormento, mi norte, mi barlovento, mi mitad, mi complemento, fue mi amante, fue mi guía… Fue todo para mí. Hoy recordando mi primer amor entre fotos, canciones, poemas y el libro “La dama de las camelias estoy triste llorando de dolor, como un sueño en la arena mi llanto se pierde en la niebla.

Ahora te amo en silencio, sin medida, sin pausa sin tiempo, callado soñando con tus besos, viviendo pensando que algún día tal vez te veo. Sin ti se paró el reloj, la rosa es una espina, amor, por ti me muero, te amo en silencio y entre mis recuerdos. Ella fue todo para mí. Fue mi noche, fue mi día; el alfarero de mi fantasía…


Mi mejor poesía… Fue mi novia, fue mi vida… Fue todo para mí Fue mi paz y mi tormento, mi norte, mi barlovento, mi mitad, mi complemento, fue mi amante, fue mi guía… Fue todo para mí. Pero se fue… Se me fue… Se me fue de entre mis manos. Se me fue de este mundo que habitamos. Se me fue en nuestro presente llevándose mi futuro y dejándome nuestro pasado. Se me fue porque… Porque no pude competir contra la muerte.


MI ANGEL ESPECIAL Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Anoche en mi estro nació este soneto, la musa que lo inspiro es mi Rosa de Bagdad.

Similimente la tua gran beltade, Ch´esempio é di quel ben che´l ciel fa adorno. Mostroci in terra dall´ Artista eterno. Miguel Ángel. La belleza de tu rostro me impulsa al cielo pues no hay otro que se compare en la tierra; y vivo y asciendo, después de librar la guerra del amor; y una vez más veo tu rostro y vuelo. Tus bellos ojos moros, único consuelo de este pecador al librar la eterna guerra del amor por alcanzar el cielo en la tierra, y no vivir en el spleen de un eterno duelo. No puedo apartar la mirada de tu rostro porque reconozco en tus ojos moros la luz mostrándome el camino divino hacia Dios. Si al acercarme, la belleza de tu rostro cubre mi extasiado cuerpo con un fino capuz, es el amor, tú, el Ángel enviado por Dios.


NIÑA DEL MAR Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Para mi amada Rosa de Bagdad Niña del mar, corazón calado de marismas, crepúsculo de viento coronado, piel con veleidades de amaranto tu vientre azul de azules alas me pide el mar, el mar, el mar eterno. Bajo el velamen blanco de tu enagua un fruto obscuro, dulce, agraz, salobre ofrece sus trombas y pleamar. Niña del mar, te surco, arpono, te requiebro y en el Egeo te convoco; te bogo, nado, te buceo, enhebro en algas tu orgasmo, te inflamo en espuma. A solas en mis olas olvídate de todo, del mundo, del amor, del viento, del ocaso, olvídate de todo, no de mí. Niña del mar, tu oleaje rosa de los polos beso, lamo tu acantilado candorosa rosa sumisa… Y en mi remo te encajas, bramas, lloras en quemantes vórtices de estrellas de agua en veraniegas noches persas y en tardes soleadas venecianas.


Niña del mar, corazón calado de marismas, olvídate de todo, del mundo, menos de mí. Surquemos el mar viento en popa en un trirreme, más allá de las columnas de Hércules; circunnaveguemos la azuleidad del mar hacia la noche sin fin una, mil veces en la azul edad. CAPITÁN NEMO Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Para mi amada Rosa de Bagdad Quiero hacer un largo viaje de tu cabellera a tus pies. ¡Soy el capitán Nemo! Voy por tu cabellera obscura y misteriosa, túpida cual selva indú, diez tigres son mis dedos Mompracem llenos de luz. Me deslizo a tu cuello cisne de Chaikovsky, con poesía de Bukowsky; mis labios dejan su sello.


Subo a tus Alpes suizos, escalo el monte Jungfrou y el gran pico Dufour, tiendo puente entre ellos… Tienen delgadas huellas que sólo yo conozco. Desciendo a tu comarca gala, bebo tu champagne y degusto tu escargot en medio de tu ombligo. Voy a tu selva negra ¡Oh que musgo gigante! Y una cueva, ¡Scabiosa de fuego humedecida! Experto espeleólogo te exploro y cincelo, ¡Sí! Tu centro de la tierra.

Rodeo el Mediterráneo, navego en tu derriere con ritmo dionisiaco, escucho el canto atávico de tu gran Abisinia. Por columnas dóricas deshilando en espiral la rueca del destino o durmiendo en el viaje la diáspora bacanal de mi largo camino voy pagando mi peaje.


Y llego a tus rodillas de redonda dureza como las Rocallosas del nuevo continente. Y desciendo, desciendo, hacia tus pies resbalo. En las ocho aberturas de tus dedos agudos me precipito al vacĂ­o llenando su oquedad con mis dedos obtusos, amoroso contingente de mi viaje onĂ­rico.


Y… (YE GRIEGA) Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Para mi amada Rosa de Bagdad Al sol o a la luna, en Y griega te voy abrir las piernas. Y te voy a amar boca abajo besando la salobre arena. Y te voy a amar boca arriba con caricias de brisa marina. Me perderé en una esponja de musgo y ámbar, de alga y coral. Y en tu oscura y profunda vulva fuego de amor, daré vida. Áster nostrum, tu mar se agota cuando se esconde, entero en mí. Revolcándose en la arena en una gota en Y griega.


DESEOS Pío Domingo Rosales Sena. Veracruz, México Para mi amada Rosa de Bagdad Como quisiera despertarte con un beso cada día, sonreírte y vestir tu cuerpo ebúrneo con el alma mía. Recorrer tu continente egregio, sinuoso y alabastrino con trote de hidalgo, con mi andar hacerte sendero y un reino. En cada noche que pase inventar un camino nuevo y al remanso de tu vientre quedarme tranquilo y… sueño. Tengo que volverte andar quitar tu vestido entero rescatar tu olor primero y ponértelo de nuevo para volverte a navegar, en él me vacío y lluevo. Como quisiera ser tu sombra lunar, meterme en tus sueños, bañarte de amor, colmarte de besos gigantes pequeños… Ser tu nube de gas que te empuje a subir más y más que te aleje del suelo que te clava en el cielo y… me besarás. Inventar tu voz, darte nombre como invento una tonada, su melodía, amor, describirá el color de tu mirada. Yo nací cuenqueño y como la guitarra tengo alma de juglar tú eres mi guitarra al caminar, la canción que he de cantar eres mis poemas, mi tierra y mis deseos hecho realidad.


ANACREÓNICA Pío Domingo Rosales Sena. Veracruz, México Para mi amada Rosa de Bagdad Albas columbas tus egregios pechos, cráter nacarado de amor retumba. Tus pechos sonríen con mis labios en ellos, emanando ambrosía de joya y patena. ¡Oh cúpulas firmes divina y terrena donde el sol exprime su médula tierna! Ánforas de leche, calostro y deseo… nadie sospeche que son mi Teseo. Hijas del jengibre, del agua y la greda, colinas del tigre despierto en mi lengua. Pecho o linar que amo


eros y razones firme alzan mi ramo fundiendo corazones. La fiebre atrae el canto de un pájaro viajero que suelta su llanto en tu pecho placentero. La fresca balanza de tus albos senos son una alabanza de tu cuerpo pleno. Amable doncella, ¡Ay!, ¡ay! ¿A dónde me llevas? ¡Eva o Lilit, o ambas! Tú eres mi tierra! TODO ESTÁ EN CONTRA, SEÑOR Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Todo está en contra ¡Pero tengo fe! Escucharé sereno la sentencia; ¿Fue laudable la forma en que luché? ¿No soy merecedor de tu clemencia? Habla, Señor… ¡Tu siervo está de pie! Este amor escondido me hiere, esta pasión oculta me mata, mi corazón se agita y se dilata ansioso de saber si ella me quiere ¡Sentencia Señor haber que sucede!


He vuelto a vivir, he despertado del letargo que causa el sufrimiento, me parece increíble, pero siento que nunca había como ahora amado. Habla, Señor… ¡Estoy desesperado! Sólo espero una seña, una sonrisa, una caricia cálida en la mano. ¡No quiero ser solo su Cyrano! Deseo ser el amor que se eterniza que llega a su vida cual fresca brisa. Habla, Señor… ¡Si no me ama, ni modo! Será natural, porque ella tiene todo: Romanticismo, juventud, belleza, amplitud de criterio y fortaleza que lleva al éxito de cualquier modo. Si me ama, Señor, ¡La hare soñar! Sabré hacerla feliz, con embeleso su cuerpo… todo… habré de acariciar y en éxtasis de amor he de lograr una entrega total en cada beso.


SI HOY VUELVES A MI VIDA Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Veinte años sin ti en un mundo loco, vacío e irreal viví, veinte años no son pocos. ¡Esto no es baladí! Esta noche, vestida toda de blanco te vi, cual ángel terrenal en tus ojos hay un nuevo sol, caminas celestialmente vienes junto a mí y mi noche gris se aleja de aquí. No hay nada mejor que volverte a ver; no hay nada mejor que el roce de tu piel; no hay nada mejor que tener tu sabor conmigo otra vez. Cada momento será especial, días sin prisa, tardes de paz… Nostalgia de tanta inocencia llega a mi corazón y nace esta canción


ángel del amor, ánge terrenal vestida de blanco. El amor es un misterio, después de veinte años esta noche nos unió. Pensaré que somos grandes, pensaré que somos dos… Yo en tu cuerpo… Tú en el mío y en un solo corazón. Grita al mundo, rompe el aire hasta que muera tu voz. El amor es un misterio y que importa solo a dos. Rodaremos por las calles gritaremos tú y yo: ¡El amor es un misterio!, ¡En tus ojos hay un nuevo sol, en mis ojos la luna del amor! Si hoy vuelves a mi vida no es que estés perdida, no es casualidad… El amor es una guerra que sé que he de ganar para conquistarte para enseñarte a amar. Sabiendo que tus besos matan


moriré de amor hoy, sabiendo que tus besos matan no hay nada mejor, sabiendo que tus besos matan llevaré de tu piel en mi piel el sabor, sabiendo que tus besos matan moriré de amor hoy. VEINTE AÑOS Pío Domingo Rosales Sena. Veracruz, México Veinte años ha quedado fuera de tu vida, veinte años y aún sigue enamorado; ha habido otros nombres, nombres sin rostro que acrecentaron el dolor de su herida. Tienes un amor que te da su vida, pero tu corazón no tiene alegría; hoy, encuentras el amor del pasado ese que hace veinte años se fue un día. Se fue porque aún eras una niña y tu familia lo alejó de tu lado. Hoy el destino se lleva tu morriña al encontrar el amor como un hado. Veinte años te busco y te busco por doquier, te busco entre las gentes de las calles, te busco entre la gente que transita por los montes, praderas y los valles. Veinte años y por fin te encontró. Hoy tus ojos le dijeron que aún lo quieres;


hoy sus labios te besaron sin besarte y el fuego enamorado de amarte creció y creció aún más, y empieza a extrañarte. Tus ojos le gritan tu dolor, él no te da alegrías ni amor; tus ojos le piden ternura, que reboce tu corazón con su dulzura. Veinte años y por fin te ha encontrado vestida toda de blanco, ¡Radiante! Se vieron solo un instante y juró no apartarse de tu lado. Veinte años han pasado y aún sigue enamorado. Veinte años que loco apasionado guardo en su boca el beso robado. Hoy, como amante estará a tu lado borrando el salobre sabor de sangre de tus labios, alejando la huella amarga de resabios dándote amor y quedando rendido, cautivado como – yo – hace veinte años.


SOY EL SEGUNDO EN TU VIDA Pío Domingo Rosales Sena Veracruz, México Soy el segundo en tu vida pero el primero a la vez; el que te abrió con ternura y que te hizo mujer; el que te brinda la calma que habías perdido ayer; el que te llena el alma y te acaricia la piel. Soy el segundo en tu vida pero el primero a la vez; el que libera cadenas y te brinda todo su ser; el que te hace corcel cuando corres en él; el que te piensa con el corazón y te ama con la razón. Soy el segundo en tu vida pero el primero a la vez; el que vive en tu pensamiento y te llena de ilusión; el que te colma de besos llenándote de amor, solo amor; el sístole y el diástole del latido de tu corazón. Soy el segundo en tu vida pero el primero a la vez; el que te hizo niña hoy que eres mujer; Soy el segundo en tu vida pero el primero a la vez; soy el segundo en tu vida ¡Sí! Pero en verdad soy tu primera vez.


Mi eterno agradecimiento A todos los colaboradores de esta edición

Ramón de Jesús Hernández Olivares Director y Editor

Claudia Elizabeth Castillo Velasco Vocal I


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