TEXTOS PARA PAPÁ

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Poetas sin Fronteras Textos para Papá Junio 2018 Año 5 Ejemplar No. 50


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Y te fuiste así, sin una despedida, haciendo grandes esfuerzos para respirar, yo te hubiera dado mi vida, pero la muerte fue más fuerte, te logro llevar, no solo hoy te recuerdo, estas siempre presente en mi pensar, porque para mí y mis hermanos fuiste un Padre Ejemplar... Lourdes Lagardery Puerto Rico

Calentemos los motores, dijo el padre sonriendo mientras miraba a su hijo que no podía creerlo, saldría en bote con papá a pescar, lo que no sabía es que él sería quien lograría pescar el más grande pez para llevar a casa esa tarde y celebrar juntos el Día del Padre, con ese hombre que hacía mucho no veía.... José Rafael Rivero Venezuela


"Vivo" José Manuel Ambrosio Veracruz, México No todos podremos hablar bien de nuestro padre, quizá porque nos haya tocado uno omiso, que huyó de nuestro lado y compromiso. O bien podemos recordar y brindar palabras de elogio a aquel gran hombre, ahora occiso. Yo, prefiero correr a su lado, llenarlo de abrazos y cariños, volver mi cara al cielo, y dar gracias a las alturas, por tenerlo al lado mío, vivo... Cuando la primavera con su paleta de colores había logrado imponerse a la pálida escarcha del invierno, tu elegiste trepar por una estrella. Esa que me prometiste cuando te preguntaba, ¿cuántas son? Y tú solo respondías "sin cuenta”. Desde entonces te busco por las noches en cada primavera, hasta que una titila, entonces mi alma se ilumina, porque sé que ese es tu guiño. Mari Bustos de Bargas Córdoba argentina


Día del padre James Coonor Agua Dulce, Veracruz Doy gracias a Dios por ser padre... a ti que dije contigo aprendí a ser padre, aun en los años primeros de mi juventud... a ti que desde niño impregnaste orgullo, energía, vitalidad de toro a mi vida... a ti que al ver tu gesto y rostro de bebe, supe que Dios me hizo de nuevo para mejorar, llenaste de alegría y travesuras nuestra casa... a ti mi niña, hermosa todo lo que pude soñar, amor, ternura, sonrisa que nunca se apaga, fuerza de mi padre en ti.. a ti que aun en la distancia, eres luna que espera, siempre con tu chispa, tu calidez y con tu cariño, para mí...a ti y a ti… que me adoptaron como padre, viendo las cosas bellas al verlos crecer, paz ternura amor, alegrías y tristezas... solo puedo decir...con la ternura del amor paterno, con una lagrima en los ojos... Gracias y gracias a Dios, por permitirme escuchar de tu labios... te amo papi, eres el mejor... aunque sé que no lo soy...


SANANDO MI ALMA Que estúpido se puede llegar a ser cuando se es adolescente, cuando supones que los menores son niños y los adultos son viejos, cuando la verdad absoluta está únicamente en tu cerebro con una capacidad de razonamiento privilegiada. Cuando la mayoría de las acciones son erradas. De todos esos errores, casi todos irreparables, sobresale uno: el distanciamiento con mi padre por más diez años. Tiempo que, ahora entiendo, no podré recuperar, desperdiciado de mi vida que hoy me enfrenta con la imagen de un hombre maduro, cansado, enfermo, pero con mucho amor para sus hijos y muchas ganas de vivir y ver crecer a sus nietos. Culpa que me perseguirá toda mi vida y que entiendo es muy posible que uno de mis hijos me haga pagar. Cuanto daño nos hizo a los dos, cuantas veces necesité su presencia en mi vida: mi graduación de la universidad, mi boda, el nacimiento de mi primer hijo. Ahora me pregunto cuántas veces le hice falta yo a él, no estuve a su lado el día que murió mi abuelo, ese día en especial mi presencia en el velorio del abuelo, era para “mi viejo” un dolor sumado al luto por la pérdida de su padre. Mil veces estuvimos en el mismo evento sin dirigirnos la palabra, bodas, fiestas familiares,


velorios… mil veces él se acercó a mí a saludarme, mil veces respondí con un frío “hola” que seguro le ardía en lo más profundo de su alma. Tenía 18 años cuando salí de su casa, en la madrugada, escondido como un ratero, dejándole una carta, que, sin necesidad de usar malas palabras, resultó ser lo más grosero que he escrito, lo más insultante y más denigrante que puede decírsele a alguien. Misma carta que el guarda y que cuando la leo en su casa, sin que él lo sepa, me hace llorar de vergüenza. En ese momento era mi verdad, y esa “verdad” vivió en mi alma hasta que mi hijo mayor cumplió dos años, para entonces, yo tenía 29, un título universitario, una esposa y un hijo, pero también tenía una gran ausencia, un abismo oscuro que solo mi viejo pudo iluminar con su luz. La vida me dio otra oportunidad de tener a mi padre, de ser su hijo de nuevo. Hoy, el hombre de 69 años, vive en Tlaxcala, yo, de 44 vivo en el sur de Veracruz, nos separan 5 horas de carretera, distancia que mi viejo recorre feliz conduciendo para ver a sus nietos, a su nuera y… a mí, que me ha recibido en su vida, sin reproches, sin preguntas, sin pedir cuentas de mis actos y sin guardar ningún rencor. Hoy me acoge en su vida como al hijo prodigio, el mismo hijo que, parafraseándolo, lo hizo llorar sangre. Aun hoy, resuelve mis problemas, me aconseja y me apoya en mis decisiones. Que diferente seria mi presente si hubiera aceptado todo lo que él siempre me brindó y que rechacé. Hoy puedo gritar abiertamente ese reprimido “PAPÁ TE AMO” que escondí debajo de mi orgullo, hoy, soy libre de besarlo y abrazarlo, de disfrutarlo y amarlo, de agradecerle y dedicarle mi vida. Ahora, con mi cabello, escaso y entrecano, con las marcas del tiempo en mi rostro, puedo estar feliz de tener un físico muy similar al suyo, de portar su nombre y de llevar su sangre. Octavio Ponzanelli


México

PADRE Marta Díaz Deán Funes, Córdoba, Argentina. Del libro "Estigmas en vuelo", edición 2017 Hoy soñé contigo, Padre. Mi alma errante, en el paraíso tropezó con una estrella, y ahí te vi, sentado en una nube, fumando un jockey, con la mirada extraviada en el infinito. Tu corazón me sonrió desde ese cielo, Padre, y comprendí que debía despertar.


A MI PADRE Día del padre, Junio 2001 Hola papá, tal vez te extrañe que te escriba, pues nunca antes lo había hecho, aunque no por falta de ganas, ya que mil veces estuve a punto de hacerlo, y terminaba estrujando y destruyendo el papel, mientras me maldecía a mí misma por no tener el valor para hacerlo. Y si nunca lo hice, fue quizá por pena o por temor a tu rechazo, sé que hemos estado un poco distanciados por las diferencias que tuvimos hace tiempo, ya ni siquiera recuerdo con certeza cuál fue la verdadera causa que originó esto, sólo tengo trozos de recuerdos muy confusos, pero todos terminan en lo mismo; en un abismo insalvable entre tú y yo, o como un muro que por años no nos ha permitido ser lo que somos; padre e hija. Sin embargo hace ya algún tiempo que he venido pensando, y buscando en mi subconsciente, la


respuesta a mis dudas y he descubierto que tú y yo no somos tan diferentes, al fin y al cabo soy tu hija, y fue necesario que yo me convirtiera en madre para que me diera cuenta de ello, de lo mucho que me importas, y todo lo que significas para mí, pero en estos tiempos en que las brechas generacionales se hacen tan profundas, en los que decir te quiero se considera una debilidad que un orgullo mayor no puede permitir, he caído en la trampa y ocultado mi sentir hacia ti, tras una máscara de indiferencia. Hoy, mientras contemplaba el rostro sereno de mi pequeñita, sentí una emoción inexplicable, y de pronto pasaron ante mí, una serie de imágenes ya olvidadas de aquellas noches interminables en que sentado a mi cabecera, velabas mi sueño, en mis días de enfermedad, cuando aquellos ataques convulsivos casi me llevaban a la muerte, al volver la conciencia, casi siempre era tu rostro lo primero que veía. Recuerdo también, las tardes en que te esperaba al regresar de tu trabajo, cansado y sudoroso después de una larga jornada en la que desde los primeros rayos de luz al amanecer, hasta las primeras sombras de la noche, dejabas derramado tu sudor cual si fuera sangre regando los campos, para que la tierra agradecida te premiara con el alimento tan preciado para tus hijos, y no obstante tu cansancio, aún tenías fuerzas para extender los brazos y acunar a un hijo en cada uno de ellos, jamás decías palabras de cariño, pues nunca te enseñaron a hacerlo, pero en tus actos que hasta hoy comprendo, mostrabas todo ese amor del que ser humano puede ser capaz de sentir por el fruto de su sangre. Siempre has sido pobre, dicho esto en sentido económico porque no tuviste oportunidades, pero luchaste siempre desde niño, por mantener tu buen nombre trabajando honradamente para no tener nunca de que avergonzarte. Nos has enseñado a tus hijos el valor de


la honradez , el respeto, y que cualquier trabajo por más humilde que sea, dignifica a quien lo realiza si lo hace con empeño. ¡El trabajo no se come a uno, uno se come el trabajo y el que no trabaja no come! ¡Un hombre vale en la misma medida en la que respete y haga respetar su propia palabra, y nada hay mejor en la vida que conservar tu buen nombre! ésa fue siempre tu enseñanza y prometo se la transmitiré a tus nietas, porque no hay mejor legado que pueda dejársele a un hijo, que enseñarlo a trabajar como medio de obtener cualquier cosa que pudiera desear, por eso puedes considerarte rico, pues los valores morales que nos has inculcado valen más que todo el oro del mundo. También recuerdo papá, que muchas veces no te respondí como debía, y fui merecedora de tu dura disciplina, y por ello llegué a pensar que no me querías, y sin embargo hoy he llegado a comprender que tu inmenso amor de padre, te llevaba a castigarme, para obligarme a seguir por el sendero correcto. Y cuando te negaste a que tuviera una educación mejor, me revelé a tu voluntad, y decidí en contra de ella y por mis propios medios que podría hacerlo sin ti; y eso te dolió aún más, luego entendí que no era que no quisieras una mejor educación para mí, era sólo que tenías miedo de no poder pagarla y tener que dejar a mis hermanos sin comer para lograrlo, pero yo no pedía dinero, pedía sólo tu aprobación y apoyo, pues no me asustaba trabajar para lograrlo, y te lo demostré esos años en que tu y mi madre se fueron dejándonos solos a mí y a mis hermanitos, de cuyas penurias no quiero hablar, porque no es el caso ahora, pero sí que cuando regresaron de su aventura, o de su lucha como pudiera llamarse, tu incomprensión me dolió mucho, y fue la gota que derramó el vaso, y se levantó un muro que nos separó definitivamente cuando decidí irme a buscar suerte teniendo apenas quince años, pero una voluntad férrea e indoblegable.


Completamente decidida a demostrarte que no necesitaba de ti, me marché a buscar mi vida y cuán equivocada estaba porque sí te necesitaba pero nunca quise reconocerlo. Necesitaba al menos tus palabras de aliento y saber que te sentías orgulloso de mis logros. Años más tarde me enteré de cuántas lágrimas derramaste y cómo le pedías a Dios que me ayudara, supe también lo orgulloso que te sentías cuando llegaban informes de lo que iba logrando, tal vez todo lo que hiciste fue porque sabías que retándome, sacaría el coraje para demostrarte lo que sería capaz de hacer, y esa era la mejor ayuda que podías darme. Hoy, que veo a mis hijas y pienso en su futuro, el corazón me ha hecho entender todas estas cosas, que antes no había comprendido, y he decidido luchar para que la historia no se repita de esa misma forma, quiero enseñarles todo lo bueno que obtuve de ti y mi madre y dejar de lado cualquier sentimiento negativo. Esperando que algún día ellas puedan llegar a comprender, igual que yo ahora lo hice, que no hay padres malos que no quieran a sus hijos; es más bien que hay padres e hijos que a veces no llegan a comprenderse, hasta que llegan a estar en igualdad de condiciones. JULIO 3 de 2006 Papá... hoy terminé de pasar en limpio esta carta que escribí para ti hace años, que por desgracia pasé demasiado tiempo esperando a tener el valor para entregártela, quizá porque sentía pena de que conocieras mis sentimientos, pues en el fondo, hasta en eso nos parecemos, nunca me ha sido fácil expresarme excepto a través de la palabra escrita, pero ahora veo que ya es demasiado tarde, ya no podrás leerla, y nunca sabrás lo orgullosa que me siento de ti, de cómo enfrentaste la adversidad, como sin quejarte soportaste todo el dolor que te aquejó durante años con tu terrible enfermedad.


Nos diste una gran lección de valentía, dignidad, amor y empatía. Sólo espero que hayas escuchado el grito desesperado de mi corazón cuando por fin de mis labios salió la frase que tantas veces retuve en la punta de mi lengua: ¡Te quiero mucho papá! Falleciste hace 4 días... esta carta ya no podrá ser leída por ti, pero sé que un día no muy lejano, Dios me permitirá estar nuevamente junto a ti, para decírtelo y abrazarte fuertemente, agradeciéndote por haberme dado el privilegio de ser tu hija, y la enorme dicha de llamarte padre. Con todo el amor, tu hija: Guadalupe Espinoza Lagunas Tijuana, México


VIEJO... Osvaldo Pettinocchio Argentina Te pido perdón por las veces que no salí a buscarte. Cuando te fuiste fue un golpe fuerte a mi alma. Recuerdo en mis manos, puñados de tierra seca, sin riego, como en una muerte transitoria. Pero las lluvias llevarían el húmedo recado a tu entorno frágil y ausente. Regando la flor solitaria y las noches ciegas. Recuerdo tus gestos y tu palabra breve. Tu necesidad de decir, enmudecida. Te fuiste y por momentos no supe encontrarte. Tal vez hoy, aún necesite tu abrazo, tu palabra...

tengo un padre muy especial el cual me educó con mucha disciplina enseñándome los verdaderos valores. Él siempre me dio su confianza y así mismo confiaba en mi y eso para mi valía mucho. Gracias a Dios esa confianza sigue intacta. Bendiciones papi y gracias por todo tu apoyo y aceptación para mi desarrollo especial y ayudarme a superarme rompiendo las barreras de mis condiciones. Fuiste y eres el mejor consejero y oyes entendiendo sin criticar y juzgar. Gracias por tanto amor y comprensión para mi persona y para mis hermanos. Eres un excelente padre y te amaré por siempre. También a mi esposo porque ha sido un hermoso padre para mi hijo y entre los dos lo hemos educado con amor. Bendiciones y feliz día del padre. Marisol Sotomayor Puerto Rico


A mi padre Revisando mi libreta de recortes encontré una de las últimas cartas escritas por mi padre QEPD. En 1992 apenas alcanzaba a dibujar la letra con mucha dificultad. Hoy padre mío necesito tu cotidianeidad, tu congruencia con lo que pensabas, te recuerdo con realidad y esperanza. Cierro los ojos, te imagino dándonos amor cuando llegabas de trabajar y estábamos dormidos mi hermana y yo, entorno los ojos y te veo como siempre, sencillo, con amor, con un libro en la mano. Recuerdo cuando atisbaba a tu cuarto, estabas siempre leyendo o corrigiendo algún artículo, perfeccionándolo, quitándole palabras de más, o poniéndole otra que diera la misma idea. ¡Cuánto te tardabas en escribir un artículo! En mi imaginación sublime veo tus dos trajes, tus camisas blancas de manga larga, todo listo para los viajes, cada vez mas frecuentes. Cuando te jubilaste te acompañé a México, paseábamos por San Juan de Letrán, veíamos las librerías, íbamos a las librerías de viejo de la Guerrero. Un día sacaste un libro de un anaquel y me dijiste: Hay que ser muy bueno para publicar un libro, la SEP sólo edita 500 libros a buenos autores y los obsequia. Al remembrar todas estas cosas no las disfruto como quisiera porque también veo tu perfil en el catafalco.


Nuestras últimas conversaciones cuando tenías 79 años, me levantaba temprano y ya estabas forrando algún libro, esperando a que diera el sol en la ventana de la sala, donde te sentabas para poder leer, una de esas veces me diste un abrazo, te llevé al circo, casi tuve que cargarte para sacarte del taxi. La tristeza me invadía al ver que fuiste perdiendo la vista, te negabas a usar bastón o la silla de ruedas. Finalmente el cáncer y los años te dejaron postrado en una cama ortopédica, mis hijos Isidoro y Jorge te fueron a ver, yo no podía verte así, aunque siempre negaras el dolor, a mí me dolían las llagas de tu cuerpo. Después de tantos años aceptaste mi gusto por la poesía, me contaste que habías conocido al poeta Pablo Neruda en una visita a casa del Lic. Lombardo Toledano, también que en un viaje a Moscú te hiciste amigo de Abel Quezada quien compartía tus pensamientos. Ellos partieron primero que tú, al igual que tus camaradas Heberto Castillo, Lombardo Toledano, Alberto Lumbreras. Las veces que visité nuestra casa en Cd. Madero, las enredaderas trepaban, recorrían las celosías de entrante. Mis manos tienen memoria, saben donde se encuentra cada uno de tus libros, de cada librero. No has muerto padre mío vives aquí en mi memoria, en estas líneas que hoy guardo para mis hijos, para mis nietos y ellos harán lo propio. La tribuna quedó vacía, la Olivetti aún conserva una hoja amarillenta que quedó a la espera que dejaras caer en ella la palabra, tus palabras de peso que ni el tiempo, ni el aire, ni la lluvia diluirá. Te confieso que el brillo y el amor de mi madre nunca opacó tu figura paterna. “La vida de mi padre se fue extinguiendo, como las lágrimas de una vela, predicó entre los hombres la solidaridad humana, lo que los cristianos llaman caridad (mal entendida) En cualquier paraje que te encuentres sé que estás bien, mientras la greda caía sobre las lozas, llovían flores sobre su tumba como premio a su insigne vida”. El 31 de diciembre de 1997 fue al encuentro con Dios. Isidoro A. Gómez Montenegro. México


MI PADRE ¿Alguna vez les hablé de mi padre?... Seguro que sí...muchos lo conocieron. Era un hombre muy amable...amigo de todo el mundo. Tan humano... llenos de defectos aunque de sus virtudes se destacaba. Con el aprendí a contar cuentos...vivir aventuras de circos...comer buenos quesos...plantar juntos chupetines para tener árboles...madrugar a los animales para que hagan gimnasia...creer que el charquis era de una pobre vaca que se quiso escapar y quedó atrapada en los alambrados...que los Reyes Magos sufrieron mucho esfuerzo para traerme una hamaca...que el Niño Dios llegaría en medio de la tormenta... Que tomar mate cocido con pan por las noches hacían tener buenos sueños...que ser pobre era de los privilegiados... Cómo no amar a ese hombre que hasta el último pensaba en cuidarme. Me esperaba por las mañanas para que no me pase nada. Ahora está allí donde los ángeles y el viento juegan a ser nubes... Su muerte no ha sido en vano...él sus órganos ha donado y es seguro que esas vidas son como mi padre agradecidos...alegres...amigos de todo el barrio(él no se fue...mi viejo está por todos lados) En los hijos que son mis tan amados hermanos...en mi madre que en


su corazón lo lleva siempre...en los vivos recuerdos de mi querida infancia...en esas mentiras piadosas para que hoy sea la mujer que enfrenta adversidades. Mi padre sin darse cuenta fue mi mejor escuela, aunque muchas veces conmigo renegaba...es que en tanto éramos parecidos que en el amor no nos detenía a pensarnos. Hoy es el vivo recuerdo en nuestra casa porque el amor que él nos dió no nos quita nadie... Descansa en paz que aquí sigues vivo en nuestros corazones...aunque mis ojos se nublen de lágrimas levanto mi copa y en un abrazo de sueños sigo diciendo cuánto te amo. ZIRA LUZ AIMÉ TUCUMÁN - ARGENTINA


Sentir que es un soplo la vida… La vida fluye como los ríos y nadie puede bañarse dos veces en la misma agua. Rabindranath Tagore. Si es un soplo la vida como dice la canción… Aspiré, aspiré, aspiré, hasta sentirme en las tibias aguas del Golfo, en el líquido amniótico, en el primer momento difícil de mi vida. Primogénita como soy llegué al mundo con mucho dolor de mi madre. En cambio traumático, pasé de las tibias aguas, al rugiente mar. No muy lejos del lugar donde nací canta el Río Pánuco, me arrulló. No pasó mucho tiempo, escuché una voz que decía: _ Mírela es la más grandota del cunero, pesó 5,250 Kg. ¡Es hermosa! Hubo un silencio prolongado… por fin una voz masculina contestó con un mohín en los labios, _ ¡Es vieja! _ dijo. Se fue, no lo volví a escuchar hasta mucho después. Pasaron los años… lentos, largos, amargos, de orfandad, de niñez triste, solitaria, compadecida, nómada, sin puerto seguro, ni playa placentera. Aún escucho silbar el viento, lloran al crujir las ramas, veo la desolación que deja cada ciclón. ¡Árboles gigantes caídos!, arroyuelos que corren por la pendiente. Frío, mucho frío, frío que cala en un alma tierna. Una noche desperté… la fiebre calcinaba mi cuerpo, lo vi allí, sentado


en una silla, no recuerdo si estaba sobrio o fue una alucinación mía, pero sí, me llevó como un anuncio de cerveza o algo así, vagamente recuerdo, tenía luces de colores en forma elíptica. Bendije mi enfermedad que lo acercaba hasta el rincón donde dormía. Agradecí a Dios ese momento, hacía mucho que no lo sentía tan cerca de mí, ¡Bendita enfermedad!, lo trajo hasta el rincón; mi refugio. Columbro a través del caleidoscopio su figura haciendo poses de beisbolista profesional ante el espejo, llegan a mi oído las notas de la radio que dice: Sentir que es un soplo la vida… le gustaban los tangos, veo su dedo índice hacer cabriolas en el aire, escribe la canción en taquigrafía, a la velocidad de la música. Que cruel es la memoria no me deja seguir recordándolo… se va desvaneciendo con el polvo del olvido. La vida… ¡Ay la vida! la percibo más por sus olores a veces son mejores que sus sabores; cómo la canela que huele mejor de lo que sabe. El olor a café y el deseo de un pan caliente, me lleva hasta la casa de los abuelos. La madurez ha templado mi terquedad, ahora me permite ver la vida a través de un cristal color de rosa. América Guerrero González. México


"Te extraño" Mónica Cifuentes Veracruz, México ¿Qué si te extraño? Extraño verte, más no sentirte, pues te siento cada vez que el viento toca mi rostro y alborota mi cabello. Te siento cuando llueve, cuando las gotas que caen me acarician. Te siento cuando el sol me roza con sus rayos con la misma calidez que tus manos tibias me sostenían, dándome esa seguridad que solo tú me hacías sentir. ¿Te extraño? Si, más no como un ser inerte, pues tu recuerdo hoy, está más vivo que nunca.


Bueno pues, yo nunca me paso por aquí, pero por motivos del día del padre lo hago. Este día, aunque muchas veces lo pasé desapercibido, hoy quiero hacerle un homenaje a la persona que ha hecho posible todo lo que soy ahora. Ni qué decir de mi padre, un excelente pianista, esposo y padre, que me ha hecho feliz estos doce años de vida. Me hizo tener ese amor a la música que ahora tengo, el amor al teatro y a los libros. Podría contar todas las aventuras que hemos tenido juntos, pero no me alcanzarían los caracteres ni el tiempo. Quiero despedirme solamente deseándole un feliz día del padre a Quillo, mi papá, porque sí, estoy orgullosa de ser su hija. Quillo: solamente quiero seguir disfrutando todas las actividades que hacemos juntos por mucho tiempo más. Atte: Betty ❤️ Cesar Luna Herrera Veracruz, México (texto de su hija de doce años de edad)


Papá - abuelo. Omar Martinez Meza. Ecuador Ser consentidor, bien protector, sabes dar amor con ejemplo, te doy bendiciones desde todo templo. Tus experiencias te hacen sabio, llevas con ternura avió, brindas caricias sin interés, das consejos embebido de albores. Papá-abuelo vives en mi retina, estas presente con tú golosina, compartes momentos inolvidables, todo lo vuelves en huellas imborrables. El amor es filial, que brota natural, contigo no hay ni habrá castigo, Papá -abuelo llévame siempre contigo. Solo poesía para tus ojos. (Picardia y sal).


"Un trago de cerveza para no perder la costumbre" Y la pluma tiembla, empiezo así... No me has hecho falta para conocer de la vida, ni para aconsejarme de quién enamorarme. No estuviste en mis logros aunque no se acabarán mientras Dios me preste vida. Pero como expresó lo que nunca tuve? Lo que nunca conocí? Me enseñaron a respetarte, a valorarte, a nunca pero nunca juzgarte!!! Era una inocente que no entendía por qué era yo quien iba a tu casa y no estabas en la mía? Porque no deseabas estar con tu niña? Que te lo impedía? Solo la muerte debería evitarlo. La abuela que gran mujer; recuerdo que llevó como otras tantas ocasiones a tu lado, tomando el autobús tomándome de la mano y en la otra yo llevaba esa cajita de moño azul que tanto cuidaba que no fuera maltratada por la bolsita de plástico!! Ella no apartaba su vista de mí al mirar tanta dedicación. Pero no fue suficiente para que regresaras a casa, no entendía que ya tenías formado una, pensaba en cuál había sido mi error? Los años fueron pasando; pasando palabras que nunca fueron


dichas. Espera!! Si hemos festejado el dĂ­a del padre..! đ&#x;˜€Si, sentada a tu lado y gritando emocionado por tu equipo favorito đ&#x;˜” como otras veces solo con preguntas bĂĄsicas como en sesiĂłn terapĂŠutica. Un trago de cerveza para no perder la costumbre, otro mĂĄs , otro mĂĄs y sueltas a decirme lo que siempre he necesitado: "hija te quiero un chingo y perdĂłname". CuĂĄn diferente serĂ­a darles otro valor o sentido a esas palabras de "te quiero" en mi cumpleaĂąos o simplemente sin motivo alguno, tan solo por ser tu hija. Un trago de cerveza para no perder la costumbre y finalizĂł estĂĄs lĂ­neas y deseo que Dios te bendiga. Karla Flores Herrera MĂŠxico


AMOROSA AMALGAMA. Santa Velia Flores Barrón Sabinas, Coah. México. No te veo, pero te siento, mi mente te extraña, mi corazón te guarda, en cada arteria respiras, con cada uno de mis suspiros. Recuerdo aquella tu frase, que un día dijiste: *como las flores de alicoche y las blancas azucenas cuando mi padre nació yo ya era sangre en sus venas*. Así habitas en mi y yo en Ti, como amorosa amalgama, ahora lo pienso que Dios nos amó tanto y de manera especial que nos quiso regalar hasta el mismo día de nacimiento. Somos la misma gota de sangre, compartiendo 21 Junio, y hasta séptimo lugar para nacer tu de tu madre y yo de la mía. Que mas le puede pedir, y agradecer a esta vida que me cobijó con tu amor, de una manera intensa. Por eso recalco que por siempre de alma a alma y hasta la eternidad.... ....te pienso.


"El señor" Patricia C. Cervantes D Veracruz, México

A mi padre El señor que canta por las noches, y madruga como el sol, el que al tocar su guitarra le da a mi vida color... El Sr que versa galante, y de oficio agricultor, ese de botín y sombrero, mi mayor inspiración. A ese señor hoy le entrego todo mi amor y pasión, y que sepa el mundo entero que sin papel ni tintero soy la hija del señor , el me regaló la vida y el talento de mi voz... por eso escribo orgullosa... Ese señor es mi padre y por el mi vida doy.

Miles de estrellas inundan la mirada, sólo una se reflejo en mis pupilas, sé que eras tú, papá donde me agradecías por recordar el día del Padre… y lo sentí en mi alma que nos abrazábamos hasta el cielo. Feliz día Papá!!!!!

Maruca Rodini Argentina


“Mi viejo querido" Estela Foderé Derechos reservados Ciudad de General Roca, Río Negro, Argentina No tenías el paso cansino. No te pesaban los años existidos. Caminabas por la vereda esbelto, imperante y altivo. Acomodabas tu gorra con elegancia; escondías tímidamente el bastón, saludabas con amplia sonrisa, y todos te rendían pleitesía. Tus manos ajadas llevabas en la bolsa, con pícara sabiduría, los manjares anhelados que el médico había prohibido. ¿Por qué habrías de privarte de degustar con ansias los placenteros sabores que reinaban en tus postreros días? Sentado en el sillón del jardín contemplabas el viejo limonero que tus manos plantaron un día, y con regocijo olías y acariciabas el precioso fruto amarillo. Estaba hasta la madrugada la luz encendida de tu habitación. Te pasabas leyendo libros no leídos, devorando las páginas con la avidez de un niño.


No querías dilapidar los tiempos, ni dejar pasar momentos, perdiendo sabidurías no conocidas: temías que tus ojos se rindieran un día. Platicabas apurado, sin detenerte, relatando tus vivencias pasadas y las recalcabas una y otra vez, para que no quedasen en el olvido. Era como si de pronto temieras que con 90 años, el silencio te invadiera. A veces callabas, perdida tu mirada, tu mente vagaba por recuerdos vividos. Así eras mi viejo, mi padre querido.


EL CAMPEÓN Claudia Elizabeth Castillo Velasco Veracruz, México Él es el mejor. ¡Sin duda un ganador! Y vive en mi corazón, ¡mi papá es un campeón! Lucha todas las batallas, me hace sonreír, ¡sé que puedo ser feliz! ¡Cuando a casa ha de venir! Lo quiero demasiado, adoro volar entre sus brazos. ¡Al crecer quiero ser así! ¡Es mi ejemplo a seguir!


EL PROTECTOR Claudia Elizabeth Castillo Velasco Veracruz, México Por cada consejo y cada regaño, te agradezco padre mío, porque me estabas enseñando, que la vida es un desafío. Tu mi amado protector, que trabajas día y noche por amor; y el pan en la mesa nunca faltó ¡eres admirable por tu ardua labor! Te amo tanto padre mío, porque tu esfuerzo es reconocido, todo lo que soy y seré es bendecido, ¡porque con tus manos tú lo has construido!


MI SUPER HÉROE Claudia Elizabeth Castillo Velasco Veracruz, México El más poderoso de todos, con brazos fuertes y abrazos vigorosos. Mi papá es un super héroe, ¡simplemente el mejor de todos! Tiene super memoria, me ayuda en mis tareas, matemáticas, química, cívica y ética. También es muy veloz, llegando a casa para ver el futbol. Se sabe los mejores chistes y cuenta cuentos como nadie… ¡Él es tan extraordinario!, que yo lo admiro mucho, y mamá lo ama sin pensarse. Estoy tan orgullosa de él, quiero que me dure muchos años. Si algo le pido a Dios, es que viva cien años, y podamos festejar cada cumpleaños. Le agradezco tanto a mi padre, que sus superpoderes crezcan y siga siendo mi aliado, para cuidarme y procurarme… ¡en este mundo él es mi ídolo anhelado!


Gracias Papá Lucila Reyes González México Por los consejos que me has dado por qué has sido buen amigo, por toda la paciencia conmigo, por qué me has amado. Te quiero, de corazón lo digo los rencores se han borrado, lo malo quedo en el olvido, tu presencia, hoy la bendigo. Quédate más tiempo a mi lado déjame quererte mucho más, hoy tanto te he disfrutado, que no quiero dejarte jamás.


ROJO (Acróstico) Juan Guerrero México Recio gran hombre, Ostentoso y generoso, Jocoso ante la adversidad, Otro como tú no hay a decir verdad.


Un Ángel sin alas Mi padre fue a todo dar no había fin de semana en que no la pasáramos bien ya sea en casa o yendo algún lugar le gustaba bailar le gustaba cantar y la casa se convirtió en un lugar bohemio cada domingo un evento, era el ejemplos de la democracia muchas decisiones se sometían a votación pero él tenía la última palabra y nos hacía sentir que participábamos y que se tomaba en cuenta nuestra opinión si tenías algún problema te daba dos o tres opciones de lo que podía suceder pero al final decía la decisión la tienes tú chaparrita no sé por qué me decías chaparrita de cariño era un hombre muy culto y que compartía su sabiduría después de que partió una fecha muy marcada un 31 de enero hacía mucho frío y Aparentemente no se ve pero siempre está presente en mi vida. Sé qué funge en el cielo como un Ángel sin alas. Bertha Lara Flores Veracruz, México


El faraón Ma. Guadalupe Martínez Bernal México Indalecio es un hombre de cabello chino, mirada penetrante y voz firme. Le gusta la música, los libros, la filatelia, los cigarros y el refresco de cola. Tiene siempre una respuesta a mis preguntas. A veces me sorprende con sus regalos espontáneos o narraciones inverosímiles. Dice que en la secundaria le apodaban: Inda el santo. A él le gusta autonombrarse: Faraón. Sí que lo es; para mí tiene cualidades admirables. Lo quiero, es único. Gracias padre, gracias por esos refranes y dichos populares que repites. Aquí vienes conmigo, esa ausencia física desde hace 20 años me abraza a tu memoria. Ser hija del faraón es alegría.


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