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Nadie puede autoproclamarse
Los judíos y católicos tiene el Pentecostés, en el Catolicismo se celebra en esta fiesta de Pentecostésla bajada del Espíritu Santo. He 2,1-4: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, […]. Tanto sacerdotes judíos como los obispos y sacerdotes católicos usan el incienso, que simboliza las oraciones subiendo a la presencia de Dios, acompañada del único sacrificio y definitivo Jesús sacramentado en el Pan y Vino o Jesucristo Eucaristía. 2 Cró: 13,11: Cada mañana y cada tarde ofrecemos a Yahvé victimas consumidas por el fuego y le presentamos el incienso aromático; los panes ofrecidos están sobre la mesa pura […].
Nadie pue de autoproclama rse
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Pastor, evangelistas, Apóstoles, Obispo, Presbíteros, Diáconos o Profetas, además, el tema de la sucesión apostólica. 1.- Algunos hermanos separados se auto llaman evangelistas y esto es falso porque solo han existidos cuatro (4), evangelistas y se le dice así debido a que ellos escribieron los cuatros (4), Evangelios, dichos evangelistas son a saber: San Mateo (Leví), Apóstol, San Marcos, San Lucas y San Juan Apóstol. Y en las Biblias tanto católicas como protestantes aparecen referenciados como Evangelio según: San Mateo.
San Marcos.
San Lucas.
San Juan.
2.- Otros hermanos separados se llaman a si mismos apóstoles y pastores, pero los únicos Apóstoles que existieron fueron quince (15): 1.- San Pedro (Simón o Simeón), 2.- San Andrés su hermano, 3.- Santiago (Jacobo), el mayor, 4.- San Juan su hermano; 5.- San
Felipe, 6.- San Bartolomé (Natanael), 7.- Santo Tomás, 8.- San Mateo (Leví), 9.- Santiago (Jacobo), el menor, 10.- San Judas Tadeo su hermano,11.- San Simón el Cananeo o Celote, 12.- Judas Iscariote el traidor, 13.- San Matías, 14.- San Pablo y 15.- San Bernabé. Sin embargo, los únicos sucesores de los Apóstoles, que no se auto denominan a ellos mismos Apóstoles son los llamados Obispos; dichos Obispos además, son puestos por el Espíritu Santo como verdaderos Pastores para cuidar y apacentar a la Iglesia, en consecuencia los que se auto designa como pastores son falsos pastores. Lista de los primeros doce (12), Apóstoles en: Mt 10,2-4: Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé (Natanael); Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó. Elección de Apóstol número trece (13), Matías. He 1,15-26: Uno de esos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos […] y dijo: "Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David, habla de Judas, […]. En el libro de los Salmos está escrito: Que su casa quede desierta y nadie la habite. Y más adelante: Que otro ocupe su cargo. Es necesario que uno de los que han estado en nuestra compañía durante todo el tiempo que el Señor Jesús permaneció con nosotros, desde el bautismo de Juan hasta el día de la ascensión, sea constituido junto con nosotros testigo de su resurrección". Se propusieron dos: José, llamado Barsabás, de sobrenombre el Justo, y Matías. Y oraron así: "Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de los dos elegiste para desempeñar el ministerio del apostolado, dejado por Judas al irse al lugar que le correspondía". Echaron suertes, y la elección cayó sobre Matías, que fue agregado a los once Apóstoles. El Apóstol número catorce (14), San Pablo en 1Co 1,1. 1Co 1,1: Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, […], El Apóstol número quince (15), Bernabé en He 14,3-4. He 14,3-4: A pesar de todo, Pablo y Bernabé prolongaron su estadía y hablaban con toda libertad, confiados en el Señor que confirmaba el mensaje de su gracia, dándoles el poder de realizar signos y prodigios. Los habitantes de la ciudad se dividieron en dos bandos, uno en favor de los judíos y otro en favor de los Apóstoles.
Los ve rdade ros Pastore s de signados por Dios
En He 20,28; se ve claramente como el Espíritu Santo ha puesto a los Obispos como verdaderos Pastores de la Iglesia Católica, por esa razón nadie puede autoproclamarse pastor así diga que fue por una revelació n divina. He 20,28: Cuiden de sí mismo y de todo el rebaño en el que el Espíritu Santo los ha puestos como obispos […] pastoreen la Iglesia del Señor […]. Incluso la misma cita en la Biblia Reina Valera de los hermanos separados afirma que los Obispos son los que apacientan a la Iglesia y los que la apacientan valga la redundancia son en realidad los verdaderos pastores, en consecuencia, los Obispos son los auténticos pastores de la Iglesia. Cita de la Reina Valera, He 20,28: Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, Nadie puede atribuirse así mismo el ser Pastor. El ser Sacerdote o Pastor nadie puede atribuírselo por si mismo, tiene que ser llamado por Dios como lo fue Aarón (Heb 5,1-6; Lev 8,1-9.12-14.30.34, Éx 28,1; Éx 30,30), sus hijos (Lev 8,1-9.12-14.30.34, Éx 28,1; Éx 30,30), descendientes (1Sam 2,2728), la tribu de Leví (Éx 32,25-29; Dt 18,1 y Heb 7,11-24), Jesús (Heb 5,1-6 y 2Sam 8,18), sus Apóstoles (Mc 3,13-19), Obispos (He 20,28 y 1Tim 3,1-7), Presbiterios o Sacerdotes (He 20,17; He 21,18; 1Tim 5,17 Ti 1,5 y Stgo 5,14), y Diáconos (He 6,5-6 y 1Tim 3,8-13) . Heb 5,1-6: Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados. […]. Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón. Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy”. Como también dice en otro lugar: “Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec”.
3.- Otros hermanos separados se dicen así mismos profeta, pero Jesús testifica que el último de los profetas fue Juan el Bautista (Lc 16,16), por lo que no hay actualme nte profetas. Lc 16,16: La Ley y los Profetas llegan hasta Juan. Desde entonces se proclama el Reino de Dios, y todos tienen que esforzarse para entrar en él. La misma cita en la Biblia Reina Valera de los hermanos separados asegura idénticamente lo ya referido arriba. Cita de la Reina Valera, Lc 16,16: La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerza n por entrar en él. Sin embargo, lo que si existe es el don de profecía y el don de apostolado entre otros muchos dones del Espíritu Santo. 4.- Finalmente otros hermanos separados se designas a ellos mismo como presbiterio y diáconos, pero los únicos que puede instituir Presbiterios (Sacerdotes), y Diáconos eran los Apóstoles y sus sucesores los Obispos. Timoteo era Obispo, porque podía imponer las manos. 1Tim 5,22: No impongas a nadie las manos a la ligera, pues te harás cómplice de los pecados de otros.
Los Apóstoles imponían las manos para dejar a sus pastores sucesores, es decir, a los Obispos, como lo hizo San Pablo Apóstol con Timoteo. 2Tim 1,6: Por eso te invitó a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos.
Tito era Obispo porque podía designar presbíteros (sacerdotes). Ti 1,5: Te deje en Creta para que solucionaras los problemas existentes y pusieras presbíteros en todas las ciudades, de acuerdo con mis instrucc io nes. La sucesión apostólica es la transmisión, mediante el sacramento del Orden Sacerdotal, de la misión y la potestad de los Apóstoles a sus sucesores, los Obispos. Gracias a esta transmisión, la Iglesia se mantiene en comunión de fe y de vida con su origen, mientras a lo largo de los siglos ordena todo su apostolado a la difusión del Reino de Cristo sobre la tierra.
Gracias al sacramento del Orden, los Obispos y Presbíteros actúan, en el ejercicio de su ministerio, en nombre y en la persona de Cristo cabeza; los diáconos sirven al Pueblo de Dios en la diaconía (servicio), de la palabra, de la liturgia y de la caridad. La sucesión apostólica, en esta parte Jesús escoge a sus pastores, los del Nuevo Testamento o Alianza, con lo que le dio estructura a su Iglesia Católica, puesto que llama y elige a los que quiso y lo llamo Apóstoles, a su vez los Apóstoles imponiendo las manos designaban Obispos, Presbítero (sacerdotes), y Diáconos, que son los sucesores legítimos de los Apóstoles. Mc 3,13-15: Jesús […] llamo a los que quiso […]. Así instituyo a los doce […] y para enviarlos a predicar […]. Jn 15,16: […] he sido yo quién los eligió a ustedes […]. Por otro lado, los Apóstoles designaron los diferentes grados del Orden Sacerdotal o Episcopal de la Iglesia Católica, dichos Apóstoles instituían mediante la imposición de las manos a: Obispo, Presbítero (sacerdote, cura o padre), y Diácono, en este sentido, se hace referencia a los obispos en la 1Tim 3,1, 1Tim 3,1: Si alguie n aspira al cargo de obispo. Como también se menciona a los presbíteros en Ti 1,5. Ti 1,5: Te deje en Creta para […] y pusieras presbíteros en todas las ciudades, de acuerdo con mis instrucc io ne s.
Y finalme nte, se hace alusión a los diáconos en 1Tim 3,8.
1Tim 3,8: Los diáconos también han de ser respetables […]. Desde este ángulo, los Apóstoles son los únicos que imponían la mano para hacer bajara al Espíritu Santo y pasaron ese poder a sus sucesores, los Obispos. He 8,14-19: […]. los apóstoles […], les enviaron a Pedro y a Juan. […]. Les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. […]. Simón […]. Les ofreció dinero; Denme a mi también ese poder, de modo que a quién yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo. En ese punto de vista, los Apóstoles imponían las manos para dejar a sus pastores sucesores, es decir, a los Obispos, como lo hizo San Pablo Apóstol con Timoteo y Tito. 2Tim 1,6: Por eso te invitó a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos.