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Evangelio de San Juan (Jn

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (Jn)

Al Evangelio de Juan se le ha denominado evangelio espiritual, es el más teológico y es una meditación profunda sobre Jesucristo, el autor es Juan Apóstol, el discípulo que Jesús más quería, escrita entre los años 95 a 100 del siglo I d.C, y publicada posterior a la muerte de dicho Apóstol, muestra como Cristo crucificado vive y da su Espíritu Santo, por lo demás, trata de la existencia desde la eternidad de Cristo Jesús. El nombre de Juan significa Dios da gracia. Finalmente, este evangelio fue escrito en arameo lengua semítica y quizás dirigido a las comunidades cristianas católicas de Samaria.

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Jesús es la palabra o verbo de Dios y existía desde el principio, antes de la creación,

esa palabra era la luz del mundo y a la vez Dios.

Jn 1,1-9: En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. […]. Ella era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, y llegaba al mundo.

Jesús es la palabra que no fue recibida por el mundo ni por la mayoría de los habitante s

del pueblo judío de entonces, pero quienes si lo recibieron son hijos de Dios. Jn 1,10-13: Ya estaba en el mundo, este mundo que se hizo por Ella, o por El, este mundo que no lo recibió. Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les dio capacidad para ser hijos de Dios.

Jesús la palabra se encarnó y se hizo hombre verdadero e Hijo único de Dios Padre.

Jn 1,14: Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre él Hijo único; en él todo era don amoroso y verdad.

Jesucristo Dios Hijo es el único que ha visto a Dios Padre.

Jn 1,18: Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios Hijo único nos lo dio a conocer; él está en el seno del Padre y nos lo dio a conocer.

La virgen María intercede al rogar por los novios de la boda de Caná antes Jesús porque se quedaron sin vino para la celebración.

Jn 2,1-10: Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino.” Jesús le respondió: "Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora." Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan lo que él les diga.” Había allí seis recipientes de piedra, […], de unos cien litros de capacidad cada uno. Jesús dijo: “Llenen de agua esos recipientes.” Y los llenaron hasta el borde “Saquen ahora, les dijo, y llévenle al mayordomo." Y ellos se lo llevaron. Después de probar el agua

convertida en vino, el mayordomo llamó al novio, […]. Y le dijo: […] tú has dejado el mejor vino para el final.”

El verdadero tercer templo de Dios, es el cuerpo de Jesús, que será destruido pero Dios Hijo lo reedificará en tres días al resucitar y no es como dicen algunos hermanos separados que el pueblo judío construirá un tercer templo.

Jn 2,18-22: Los judíos intervinieron: “¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que haces?” Jesús respondió: "Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días." Ellos contestaron: “Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?” En realidad, Jesús hablaba de ese Templo que es su cuerpo. […].

Para entrar en el reino de los cielos es necesario bautizarse, de esa manera se renace desde arriba y no especifica que debe hacerse de adulto, esto no excluye a los niños.

Jn 3,3-6: Jesús le contestó: “En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba.” Nicodemo le dijo: “¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre?” Jesús le contestó: “En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu” . En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir en Mc 10,14: "Dejad que los niños se acerquen a mí,

no se lo impidáis", permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo. Asimismo, el Papa Benedito XVI, declaro durante su pontificado que la idea del “Limbo”, no era compatible con la fe católica del amor y misericordia de Jesús para con los niños, por lo tanto, los niños que mueren sin Bautismo no tiene ese destino y por no ser dogma de fe católica fue eliminado como idea la existencia del Limbo.

Jesús vino a salvar a la humanidad.

Jn 3,17-18: Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, […].

Jesús juzgará a la humanidad porque es Dios Hijo y hay que honrarlo en ese sentido,

como consecuencia, decir que Jesucristo no es Dios es deshonrar tanto al Padre como al Hijo. Jn 5,22-23: Del mismo modo, el Padre no juzga a nadie, sino que ha entregado al Hijo la responsabilidad de juzgar, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre […].

Jesús resucitará a sus discípulos que hayan muertos para que tenga la vida eterna,

puesto que no habrá juicio para ellos, siempre que hagan su voluntad, al amar a Dios sobre todo y al prójimo como, asimismo. Jn 5,24-29: […]: El que escucha mi palabra y cree en el que me ha enviado, vive de vida eterna; ya no habrá juicio para él, porque ha pasado de la muerte a la vida. Sepan que viene la hora, y ya estamos en ella, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la escuchen vivirán. […]. Y además le ha dado autoridad para llevar a cabo el juicio, porque es hijo de hombre. No se asombren de esto; llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán mi voz. Los que obraron el bien resucitarán para la vida, pero los

que obraron el mal irán a la condenación.

Las profecías de la Sagradas Escritura dan testimonio de Jesucristo.

Jn 5,39-40: Ustedes escudriñan las Escrituras pensando que encontrarán en ellas la vida eterna, y justamente ellas dan testimonio de mí. Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener vida.

La carne de Jesús es verdadero pan de vida y la sangre de Dios Hijo da la vida eterna, este es el sacramento de la Eucaristía, Pan y Vino consagrado por un Obispo o Sacerdote Católico, en ella está la presencia real de Jesucristo.

Jn 6,32-35.41.48-58: Jesús contestó: “En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo." Ellos dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan.” Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. Los judíos murmuraban […]. Y decían: "Conocemos a su padre y a su madre, ¿no es cierto? Él no es sino Jesús, el hijo de José. ¿Cómo puede decir que ha bajado del cielo?" Yo soy el pan de vida. […]: aquí tienen el pan que baja del

cielo, para que lo coman y ya no mueran. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El

que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.” Los judíos discutían entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer carne?” Jesús les dijo: […]. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna,

y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera

bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. […].

Jesús pregunta a los Apóstoles si quieren abandonarlo

Jn 6,66: A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle. Jesús preguntó a los Doce: “¿Quieren marcharse también ustedes?” Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. […]” .

Los parientes de Jesús no creían en él durante su vida terrena sino posteriormente

cuando resucitó, por lo demás, la palabra hermano en arameo designa a otros familiare s, pero para indicar que si eran hermanos consanguíneos debería decir, los hijos de su madre, por ello no son hermanos. Jn 7,3-5: Sus hermanos le dijeron: “No te quedes aquí, vete a Judea para que tus discípulos de allí vean las obras que realizas. Si uno quiere sobresalir, no actúa a escondidas. Tú, que haces maravillas, date a conocer al mundo.” Sus hermanos hablaban así porque no creían en él.

Jesús vino a salvar a los pecadores, por eso no condena a la mujer adúltera, pero le pide que no peque más.

Jn 8,3-11: Los maestros de la Ley y los fariseos le trajeron una mujer que había sido sorprendida en adulterio. […] y le dijeron: “Maestro, esta mujer es una adúltera y ha sido sorprendida en el acto. En un caso como éste la Ley de Moisés ordena matar a pedradas a la mujer. Tú, ¿qué dices?” Le hacían esta pregunta para ponerlo en dificultades y tener

algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra […]”. Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con la mujer, que seguía de pie ante él. Entonces se enderezó y le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?" Ella contestó: “Ninguno, señor.” Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.”

Jesús se aplica asímismo, el nombre de Dios “Yo Soy”, es decir, Yahvé y habla de ser levantado en la cruz.

Jn 8,24-25.27-28.58: “[…]. Yo les digo que si ustedes no creen que Yo soy, morirán en sus pecados." Le preguntaron: “Pero ¿quién eres tú?” Jesús les contestó: "Exactamente lo que acabo de decirles. […]. Ellos no comprendieron que Jesús les hablaba del Padre. Y añadió: "Cuando levanten en alto al Hijo del hombre, entonces conocerán que Yo soyy que no hago nada por mi cuenta, sino que sólo digo lo que el Padre me ha enseñado”. Contestó Jesús: “En verdad les digo que antes que Abrahán existiera, Yo soy. ”

La Iglesia Católica volverá a ser la única, puesto que todos los cristianos se unirán bajo

el cayado de un solo pastor y Jesús dio su vida por las ovejas de su rebaño y tuvo el poder para dar su vida y recobrarla, no obstante, quienes se queden en el estado del Cielo (Iglesia santificada o glorificada), o se purifique en el estado del Purgatorio (Iglesia purgante o penitente), desde ya pertenecen a la única Iglesia de Jesucristo, a la Iglesia Católica, es decir, a su corral o redil.

Jn 10,11-18.27-28: Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. […]. Yo […] conozco a los míos como los míos me conocen a mí, lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas. Tengo otras

ovejas que no son de este corral. A esas también las llevaré; escucharán mi voz, y

habrá un solo rebaño con un solo pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para retomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego. En mis manos

está el entregarla y el recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre. Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Nunca perecerán y nadie las arrebatará jamás de mi mano.

Dios Padre y Dios Hijo un solo Dios, aquí Jesús afirma claramente que es de la misma

naturaleza del Padre y los judíos lo entendieron muy bien, puesto que por ello querían matarlo, apedreado por blasfemia. Jn 10,30-34: Yo y el Padre somos una sola cosa. “Entonces los judíos tomaron de nuevo piedras para tirárselas. Jesús les dijo: "He hecho delante de ustedes muchas obras hermosas que procedían del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?” Los judíos respondieron: “No te apedreamos por algo hermoso que hayas hecho, sino por insultar

a Dios; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.”

Jesús es la resurrección y la vida porque él es Dios Hijo

Jn 11,25-26: Le dijo Jesús: “Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”

Jesús es el camino, la verdad y la vida porque con Dios Padre está en comunión y ellos junto al Espíritu Santo forman un solo Dios y El Espíritu Santo guiará a la Iglesia Católica.

Jn 14,6-26: Jesús contestó: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al

Padre sino por mí. […]. Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. […]. Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes, el Espíritu de Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque está con ustedes y permanecerá en ustedes. […]. En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre

les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.

El Espíritu Santo guiara a la Iglesia Católica por los caminos de la verdad

Jn 16,13: Y cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, los guiará en todos los caminos de la verdad. […].

Jesús pide al Padre la gloria que como Dios Hijo tiene él desde la eternidad

Jn 17,5.11: Ahora, Padre, dame junto a ti la misma Gloria que tenía a tu lado antes que comenzara el mundo. […]. Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros.

Jesús quiso una sola Iglesia al igual que Cristo y El Padre son uno, está es la Iglesia Católica, fundada por Cristo en el siglo I de la era cristiana.

Jn 17,20-21: No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquellos que creerán en mí por su palabra. Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

La Virgen María madre de todos los creyentes en Jesucristo, dicho de otro modo, madre de todos los cristianos católicos y de toda la humanidad, esto incluye a los hermanos separados, aunque por ahora ellos no la reconozcan como tal. Jn 19,26-27: Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería,

dijo a la Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a

tu madre.” Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.

El Agua bendita del bautismo y la sangre de la Eucaristía, es decir, el vino consagrado y el agua bendita bautismal que salen de corazón abierto de Jesús a través de la llaga de su costado derecho.

Jn 19,34: […] uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y Aquél sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también ustedes crean.

Los Apóstoles son bautizados al recibir el Espíritu Santo y Jesús instituye el sacramento

del perdón de los pecados, puesto que a quienes los Apóstoles y sus sucesores Obispos y Presbíteros (Sacerdotes), perdones los pecados les quedan perdonados, pero a quienes se los retengan les quedan retenidos. Jn 20,19-23: Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!” Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor. Jesús les volvió a

decir: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.”

Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.

San Tomás el incrédulo reconoce a Jesús como Señor y Dios, bienaventurados los que crean en Él sin verlo.

Jn 20,24-29: Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “Hemos visto al Señor.” Pero él contestó: “Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.” Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos. Les dijo: “La paz esté con ustedes.” Después dijo a Tomás: “Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree.” Tomás exclamó: “Tú eres mi Señor y mi Dios.”Jesús

replicó: “Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!”

San Pedro es el jefe de la Iglesia Católica y primer Papa del cristianismo católico, por ello apacienta a las ovejas y a los corderos del rebaño de Cristo, referido de otra forma,

pastorea a los Obispos, Sacerdotes, Diáconos y al pueblo de Dios.

Jn 21,15-17: Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero.” Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos.” Le preguntó por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Pedro volvió a contestar: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero.” Jesús le dijo: “Cuida de mis ovejas.” Insistió Jesús por tercera vez: “Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.” Entonces Jesús le dijo: “Apacienta mis

ovejas.”

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