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Carta a los Gálatas (Gál o Ga

Gálatas (Gál o Ga)

La carta a los Gálatas se escribió en el año 54 del siglo I d.C,y en esta carta San Pablo

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advierte a los cristianos católicos de origen pagano guardarse de los falsos profetas sobre todo de volver a la ley mosaica, a la circuncisión y al judaísmo.

No se debe seguir un evangelio diferente al enseñado por los Apóstoles y la Iglesia Católica.

Gál 1,6-9: Me sorprende que ustedes abandonen tan pronto a Aquel que según la gracia de Cristo los llamó y se pasen a otro evangelio. Pero no hay otro; solamente hay personas que tratan de dar vuelta al Evangelio de Cristo y siembran confusión entre ustedes. Pero aunque nosotros mismos o un ángel del cielo viniese a evangelizarlos en forma diversa a como lo hemos hecho nosotros, yo les digo: ¡Fuera con él! Se lo dijimos antes y de nuevo se lo repito: si alguno viene con un evangelio que no es el que ustedes recibieron, ¡fuera con él! ¡Anatema! Gál 2,1-10: Después de catorce años […]. fui para exponerles el evangelio que

anuncio a los paganos. Me entreviste con los dirigentes en una reunión privada, no sea que estuviese haciendo o hubiera hecho un trabajo que no sirve […]. Santiago, Cefas y Juan reconocieron la gracia que Dios me ha concedido. Estos hombres, que son considerados pilares de la Iglesia, nos estrecharon las manos […].

Tradición

Gál 1,11-12: Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué

no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Las divisiones y sectarismos viene de lo puro humano, por ello no se puede dividir el cuerpo de Cristo, es decir, su Iglesia Católica. Gál 5,19-21: Es fácil reconocer lo que proviene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas; culto de los ídolos y magia; odios, ira y violencias; celos, furores, ambiciones, divisiones, sectarismo y envidias; borracheras, orgías y cosas semejantes. Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.

Hay que estarorgulloso de la cruz, signo de los cristianos católicos y de Jesucristo.

Gál 6,14: En cuanto a mí, no quiero sentirme orgulloso más que de la cruz de Cristo Jesús, nuestro Señor. Por él el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.

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