Las revistas inglesas en Hispanoamérica independiente por Eugenia Roldan Vera

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Lectura y formación de identidades: las' revistas inglesas en Hispanoamérica

independiente

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Eugenia Roldán Vera Universidad Humboldt, Berlín

Resumen En este trabajo analizo la lectura hispanoamericana de las revistas inglesas. publicad35 por la casa editorial "Ackermann" en la década de 1820, con afguna referencia a otras publicaciones extranjeras. Sostengo que la lectura de estos textos constituyó un espacio cultural en el cual se confrontaron y definieron diversos aspectos de las identidades sociales, políticas, nacionales y continentales en formación en los años inmediatamente posteriores a la independencia política de las ex-colonias españolas. En el curso del artículo exploro algunas de las dimensiones teóricas y metodológicas de la historia de la lectura y de sus posibilidades para la historia social y cultural del período post-colonial.

Palabras clave Identidad, lecturas, independencia, revistas. Abstract This work analyzes the Hispano-American reading of the Engfish magazines published by the publishing house "Ackermann" it did .1820, with some reference to other foreign publications. lt maintains that the reading of these texts constituted a cultural space in which diverse aspects of the social identities were confronted and defined, political, national and continental in formation in the immediately later years to the political independence of the Spanish ex-colonies. The author explores some theoretical and methodologic dimensions of the history of the reading and its possibilities for the social and cultural history of the post-colonial periodo

* Versiónabreviada del capítulo "Post-Colonial ldentities" de mi libro TheBritishBookand Spanish American lndependence.

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1. Las revistas de Ackermann Entre 1823 y 1843 una serie de revistas de origen inglés circuló a lo largo y ancho de prácticamente todas las "ex-colonias español~s americanas continentales, desde México, Centroamérica, Colombia y Venezuela, hasta Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Se trataba de las revist¡,¡spublicadas en español por la casa editorial londinense de Rudolph Ackermann ("Ackermann & Co." a partir de 1831) las cuales alcanzaron una red de difusión sorprendente para la época o, por lo menos, para lo que se conoce acerca de las redes de distribución editorial de entonces. Las revistas Variedadeso Mensagerode Londres(182325), Museo universal de ciencias y artes (1825-26), Correo literarioy político de Londres (1826), El Instructor,o Repertoriode historia,bellas letras y artes (1834-41) y LAColmena (1842-45) eran parte de un ambicioso proyecto editorial iniciado y dirigido desde 1823 por Rudolph Ackermann para países de habla hispana. Además de las revistas, durante la década de 1820 Ackermann publicó más de 70 libros, la mayoría de ellos con carácter educativo, entre los que destaca una conocida serie de Catecismosde todo tipo de materias no religiosas (científicas, técnicas y humanas). Aunque las revistas fueron una iniciativa personal de Ackermann y fueron financiadaS por él, en la publicación de los catecismos y de otros de los libros hubo cierto patrocinio de diplomáticos hispanoamericanos en Londres tales como Vicente Rocafuerte, Vicente Borja Migoni y Bemardino Rivadavia. Las revistas eran de contenido misceláneo y estaban dirigidas idealmente a "todo" tipo de público; como sus títulos lo indican, sus temas iban de lo estrictamente literario a lo geográfico, lo administrativo, lo técnico y lo científico, y también incluían importantes secciones ilustradas sobre modas femeninas y mobiliario ingles. Todas estaban cuidadosamente impresas y contenían litografías de gran calidad. Sus artículos eran en parte originales y en"parte traducciones adaptadas de artículos aparecidos en revistas inglesas entre ellas, el Repositoryof Arts, Literature, Commerce, Manufactures, Fashions and Politics que la misma casa Ackermann publicaba para el público inglés (1809-1829). Los redactores eran en su mayoría españoles radicados en Inglaterra, algunos exiliados políticos, de orientación liberal, contratados por Ackermann: Joseph Blanco White, Pablo de Mendíbil, José Joaquín de Mora y Ángel de Villalobos. Las revistas también publicaban textos de latinoamericanos que vivían en Londres, así como algunas contribuciones de lectores de ultramar. El sorprendente alcance geográfico de la distribución de estas publicaciones en el período inicial de relaciones comerciales con Gran Bretaña se explica por diversos factpres que en este trabaja no pretendo desarrollar. Baste señalar que en ese fenómeno tuvieron que ver, entre otros factores, la concepción comercial de esta empresa editorial, la vinculación de la misma con otro tipo de negocios en las ex-colonias (empresas mineras y de colonización agrícola), los vínculos personales del editor Rudolph Ackermann con personalidades políticas de alto nivel y con comerciantes extranjeros en la región y las características mismas de las publicaciones.' Estos aspectos, aunque imprescindibles para comprender I Un estudio comprensivo de la empresa editorial de Rudolph Ackermann aparece en el primer capítulo de mi libro The British BookTrade and Spanish American lndependence.

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aspectos fundamentales de la circulación de las revistas, se tratan aquí sólo tangencialmente y con respecto al tema de su lectura. Y dado que el grueso de las publicaciones de Ackermann se produjo en la década de 1820, mi análisis se concentra fundamentalmente en su recepción durante ese período. 2. Lectura e identidades Este estudio parte de la premisa de que la lectura individual o colectiva, en silencio o en voz alta es una actividad en la cual las percepciones del lector acerca del material impreso son incorporadas a ciertos marcos cognitivos, a través de los cuales se da sentido a lo que se lee. Tales marcos cognitivos provienen de las experiencias anteriores del individuo y están condicionados social y culturalmente.z Aún la lectura más me¿ánica genera algún tipo de asociaciones mentales con experiencias pasadas; evoca alguna situación, algún lugar, alguna persona, algún sueño o una idea cualquiera. En este sentido la lectura no es nunca, estrictamente hablando, "pasiva". Las teorías de la recepción y específicamente de la lectura s'ostienen que la lectura tiene lugar en el contexto de un cierto "horizonte de expectativas" del lector; de ahí que el significado de un texto se construya en la interacción entre el texto en sus formas materiales y discursivas y el lector con sus expectativas e ideas anticipadas acerca del texto.3 La lectura, entonces, como cualquier proceso de transmisiÓn de conocimiento, implica respuestas, resistencias y/o negociaciones. En la lectura tienen lugar procesos de identificación y diferenciación del lector con respecto al autor, a los personajes, a los lugares o a los conceptos presentados en un libro, procesos a través de los cuales el lector se da sentido a sí mismo y a lo que lo rodea.4 A partir de estas consideraciones es posible estudiar las formas en que un cierto grupo de lectores, situados social e históricamente, interactúan con los materiales impresos a que son expuestos. En el caso del tema que me ocupa, una de las preguntas históricamente relevante, es de qué manera los lectores hispanoamericanos de los primeros años de vida independiente, en el proceso mismo de lectura de revistas extranjeras, estaban definiendo rasgos de su identidad en el nuevo orden. Aunque sin duda las reacciones individuales de los distintos sujetos con acceso a la letra impresa fueron muy variadas, en mi estudio sobre las experiencias de lectura de las publicaciones inglesas me concentro en aquello que todas las experiencias registradas tienen en común: la percepción fundamental de las personas de encontarse en un momento único de transición transición, política, económica y cultu2

La noción de que el lector está situado socialmente, y de que los significados de los textos se hacen en

el contexto de "comunidades interpretativas" de lectores ha sido desarrollada, entre otros, por Stanley

FishenIsThereaTextinThisClass?

.

Véase, por ejemplo: De Certeau, The Practice of Everyda, Ufe; 'Wolfgang Iser, The Act of Reading: A Theory of Aesthetic Response; Hans Robert Jauss, Toward an Aesthetic of Reception. }

4 Entre los estudios históricos y sociológicosque han analizado el vínculo entre la lectura y la formadónde identidades sociales pueden nombrarse los siguientes: Cathy N. Davidson, Revolutionand the Word, John P.Klancher, The Makingof EnglishReadingAudiences, 17901832), and James Secord, Victorian Sensation.

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ral y de que el acceso mismo a estas publicaciones constituía uno de los novedosos signós del cambio. Así, en la lectura de estas revistas tenía lugar (en mayor o menór medida) un proceso de confrontación y definición de los individuos acerca de su propio rol en un momento de cambio, ya fuese como miembros de un grupo social, como ciudadanos de un régimen político particular, como miembros de una comunidad lingüística, o como habi~ tantes de una ciudad, región, país o continente. Es importante aclarar que en mi trabajo utilizo una noción amplia del concepto de "lectura". Por este término me refiero no sólo a la actividad silenciosa de seguir con la mira~ da las líneas de un texto y convertidas en algo personalmente inteligible, sino también a otras formas de interacción del individuo con el texto que están presentes en todo proceso de recepción. Entre ellas incluyo el acto de esctJchar una lectura en voz alta hecha por otro (lectura colectiva), el uso escolar de un libro o revista, y la posesión de un objeto impreso sin que ello implique necesariamente que su "poseedor" entre en contacto intelectual con el texto mismo. 3. En busca de los lectores El rastreo de los lectores reales (no los implícitos en el texto ni los ideados por los auto~ res) es sin duda el aspecto más desalentador para quien intenta decidirse a emprender una historia de la lectt.~ra,dada la dificultad que existe para encontrados y para dar sentido sus escasos testimonios sin caer en una sobre~interpretación más bien especulativa. Más aún, estos testimonios personales de lectura pertenecen casi siempre a miembros de grupos selectos de la población, aquellos individuos cuyos escritos fueron considerados, por una u otra razón, dignos de ser conservados, y no dan una idea más amplia de la recepción social de un determinado texto. Sin embargo, como lo sugiere un buen número de trabajos recientes en este campo, la identificación del elusivo lector no es imposible y existen distin~ tas vías más o menos alternativas para llegar a él. 5.

Las listas de suscriptores de una revista constituyen la primera forma de rastreo de sus lectores. Sin embargo, dado que la suscripción no fue el mecanismo característico de las revistas inglesas en la década de 1820 (más tarde sí lo sería), es necesario empezar a rastrear a los lectores potenciales en los lugares físicos donde éstas se vendían. Gracias a su amplia red de distribución, las revistas de Ackermann se podían encontrar en una gran cantidad de librerías. Ackermann mismo abrió dos librerías propias (a través de su hijo George Ackermann), una en la ciudad de México y otra en Guatemala. Aunque de corta duración (1826~ca. 1830), ambas contaban con un amplio surtido de sus propias publicaciones y de otros libros producidos en Europa (en varios idiomas), así como de grabados, instrumentos , Algunos trabajos clásicos que proponen distintas formas de estudiar la lectUra y los lectores son los de Roger Chartier, 'Labourers and Voyagers: From the Text to the Reader', y The Order of Books;así como los de Roben Darnton, The ForbiddenBest-SeUers ofPre-ReoolutianaryFrance,'History ofReading', y'Readers Respond to Rousseau: The Fabrication of Romantic Sensitivity', en Roben Darnton, The Great Cat Massacreand Other EssaysinCulturalHistory.

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musicales y científicos, aditamentos para pintura y dibujo, además de ofrecer servicio de pedidos importados específicos. Durante las décadas de 1820 y 1830 las publicaciones de Ackermann también podían adquirirse, en la ciudad de México, en las librerías de Mariano Galván, Recio y Bossange; en Guatemala, en la casa personal de José Cecilio del Valle; en Buenos Aires, en los establecimientos de Ramón Larrea, Manuel José Galup6 y el de la Calle del Perú num. 100;7 en Santiago de Chile, en los almacenes de Manuel Huici e Iglesias; en Cuzco, en la imprenta del periódico El Sol de CUZCO;8 en Lima, en la librería de García; en Caracas, en la tienda del escocés Robert Hill, y en San José de Costa Rica, en la imprenta "La Paz".~ay también referencias de lectura o uso escolar de publicaciones de Ackermann en las ciudades colombianas de Bogotá, Antioquía, Santa Marta, Cartagena, Caracas and La Guaira; en San Juan (Provincias Unidas del Río de la Plata), y en LllSerena (Chile). En Europa, las revistas y libros de Ackermann se podían comprar en el propio establecimiento de Rudolph Ackermann en Londres, el "Repository of Arts", y en las librerías de Vicente Salvá en esa misma ciudad y en París.10 En México los lectores podían suscribirse a las revistas de Ackermann en las oficinas del periódico El Águila Mexicana (si bien Ackermann no dependía del mecanismo de la suscripción para la producción de las publicaciones) .11 Aunque estos datos no permiten saber precisamente quiénesleyeron las publicaciones de Ackermann, sí dan una idea de la posibilidad de acceso a ellas. Básicamente las revistas eran accesibles en centros urbanos, tanto en las principales librerías como en establecimientos de carácter más informal como los almacenes y puestos callejeros donde se distribuían los impresos locales. El estrato social de los lectores de las revistas puede inferirse a partir de una consideración del preciode laspublicaciones.Variedades costabaalrededorde dospesoscon seisreales y el Con-eoy el Museo, más baratos, de uno a dos pesos en los distintos países.u Esta difeCrónica

politica

":Jliteraria

de Buenos

Aires,

5 abril

182 7 .

Ibid, 31 agosto 1827. El Sol de Cuzco. 24 diciembre 1825. La imprenta de este periódico emprendió además una edición local del Catecisnw de geografía de Ackermann. para la producción de la cual recibía suscripciones en una droguería de Cuzco. 9

Molina. Elquequieraditlertirse,pp. 667.

Catálogo de tlarioslibrosespañoles que se hallan de tienta en la librería de D. VICenteSaltlá. 124 Regent Street (Londres, 1825?); Catálogo de los libros antiguos ° escasos. castellanos, portugueses. lenwrines en griego. laún, inglés. francés e italiano. que se hallan de tienta en la librería Hispano-Americana de los SS. D. VICenteSaltlá e Hijo, establecida en París, en la calle de ~ichelieu. no. 60 (París, Imp. de L.E. Herhan, 1834); Catálogo de los librosmodernos. la mayor parte españoles ":J de algunos otros articulos que se hallan de tienta en la libreríaespañola de los SS. D. VICenteSaltlá e Hijo, establecida en París, en la calle de Ulle. no. 4 (París, Imp. de Bacquenois, 1836). 10

11

Estos mecanismoseran a menudo bastante ventajosas para los lectores: por ejemplo, lassuscripciones

a Variedades se recibían en El Águila Mejicana sin necesidad que los suscriptores abonaran nada por adelantado; únicamente debían dar su nombre y dirección y habían de pagar al momento de recibir las.revistas. Águila Mejicana, 14 abril 1824. u Catalogue of Ackennann's Publisher ofBooks and Printsfar the Year 1830, pp. 1316.

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rencia de precio obedecía a la intención de que estas dos últimas revistas, menos orientadas hacia las vistas geográficas y las modas (y por tanto con menor necesidad de litografías a color como la elegante Variedades),y con un mayor contenido de tecnología y conocimientos practicos en general, llegaran a un público más amplio. n En palabras de su redactor, José Joaquín de Mora, el objeto del Museo era "la propagación de todos los conocimientos útiles y aplicables a la agricultura, al comercio, a las artes productivas; en fin, a todos los ramos que pueden influir en la prosperidad de las naciones y de los particulares... Nuestro deseo es que estos trabajos merezcan hallar tan favorable acogida en el palacio del opulento, como

en la cabaña delpobre."I~ Sinembargo,considerandoque el ingresomensualde un artesano propietario en Hispanoamérica era de alrededor de 25 pesos, resulta difícil pero no imposible pensar que éste usaría el dinero de uno o dos días de trabajo para comprar un ejemplar del Museo (el cual, decididamente, sería mucho más difícil de adquirir para sus empleados, trabajadores no propietarios que ganaban de 5 a 6 pesos al mes).15Menos inaccesibles serían las publicaciones para losgrupos medios intelectuales (maestros, burócratas yoficiales de mediano rango del ejército), cuyo ingreso mensual iba de 25 a 75, mientras que el de las élites políticas y económicas rebasaba los 100 pesos.16 Con todo, es preciso recordar que estas publicaciones eran de periodicidad trimestral, y que por lo tanto un ejemplar de 100 páginas como Variedadescostaría más o menos lo mismo que una suscripción mensual a un diario de noticias. En este sentido, la disposición a comprar una revista inglesa dependería principalmente del valor que el comprador le confiriese a la misma y éste, como veremos, era alto por lo que una relación automática entre ingresos y precios no es un indicador suficiente. Por otra parte, una forma muy común de tener acceso a parte de la información de las elegantes revistas de Ackermann era a través de la lectura de periódicos locales, mucho más baratos, que con frecuencia reproducían sus artículos y los de otras publicaciones extranjeras. Así, por ejemplo, el Mercurioperuano, que costaba un real (o 2 pesos la suscripción mensual) incluía artículos del Museo Universalde Cienciasy Artes; el diario Oriente de Jalapa (México), cuya suscripción costaba 1 peso 4 reales al mes, copiaba artículos de Variedadesy el Museo as en cuanto llegaban al puerto de Veracruz; la revista semanal El Iris de la ciudad de México, cuyo precio era 1Y2reales (o 2 pesos la suscripción cuatrimestral), reproducía artículos del Correo. También el periódico chileno El Uberal, y los mexicanos El Sol, El Águila Mexicana, El Correo de la Federación,El Mercurio de Veracruz y El Veracruzanolibrereprodujeron material de Variedades,Museo y Correo. Esta difusa circulación del material de las revistas inglesas, favorecida por una ausencia de reglas de protección internacional a los derechos de impresión, amplió la base de los lecu Crónica políticay literariade Buenos Aires, 31 agosto .1827.

,. "Prefacio"alMuseoUnillersaldeCienciasyArtes, tomo 1,1825.

.

.. Sonia Pérez Toledo, Los rojos del trabajo: los artesanos de la ciudad de México, 17801853, México, Universidad Autónoma Metropolitana lztapalapa El Colegio de México, 1996, p. 227. .6

Precios tomados del Catalogueof Ackennann's PublisherofBooksand Printsfor the Year1830,p. 1316.

Safford, The Ideal of the Practical, p. 357.

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tores potenciales de las revistas. Estos incluirían a la mayoría de la escasa población urbana con capacidad de lectura (mayoritariamente blanca o mestiza), politizada y decididamente más estimulada a adquirir prensa y folletería a partir del interés que generaron las guerras de independencia y la posterior conformación política de los nacientes países. Además, en .vista de las formas de sociabilidad y de las prácticas de lectura colectiva de que se tiene noticia, teóricamente una capa de población no letrada pero interesada en la prensa podía llegar a conocer algo del material impreso.17 Asimismo es necesario considerar a los redactores de los periódicos y revistas hispanoamericanos como lectores en primera instancia de las publicaciones extranjeras. Su rol es clave en el proceso de recepción de las revistas en dos sentidos: tanto como seleccionadores de los materiales a reproducir, como en su función de multiplicadores de los mismos y su consecuente influencia en la formación de opinión pública. La mera selección de los artículos, así como los comentarios editoriales añadidos, proporciona indicadores muy valiosos sobre este grupo de lectores reales perfectamente estudiablesa pesar de que en la mayoría de las ocasiones sus nombres sean desconocidos por el predominante carácter anónimo de los escritores de prensa en ese período. Otro factor a considerar en nuestro intento de definir el público lector son los canales informales de difusión del material impreso, principalmente la circulación de mano en mano. Ésta era seguramente la forma dominante de circulación en el período, aunque desgraciadamente es la más difícil de documentar. Para hacerlo todo tipo de fuentes tangenciales pueden servir: correspondencia privada, diarios personales, documentación de correos, anotaciones en las propias revistas, entre otras. Es una investigación que requiere mucho tiempo y, hasta cierto punto, ayuda de la casualidad. En el caso particular de las publicaciones de Ackermann, por ejemplo, se sabe que Domingo Faustino Sarmiento se hizo de ellas por mano de un miembro del gobierno local de San Juan, que él a su vez las pasó a un regidor del ayuntamiento y que posteriormente in~rodujo algunas de ellas a Santiago de Chile. lB Por su parte, en la correspondencia del pensador y político hondureño José Cecilio del Valle hay innumerables referencias a i~tercambios de revistas y periódicos entre ellos los de Ackermann con sus conocidos en México, Chile, Inglaterra y Francia.19 Estos dos ejemplos son seguramente la punta del iceberg de una red informal muy amplia de intercambio de impresos en este período. . También conviene tener en cuenta la existencia de este tipo de revistas en las bibliotecas de instituciones de educación media y superior fundadas en la década de 1820. El Liceo de Chile, el Instituto Nacional de Chile y la Universidad de Santo Tomás en Costa Rica, por lo menos, contaban con ejemplares de las revistas de Ackermann. Estas institu17

Aunque sobre este tema se ha investigado poco, un punto de partida es la serie de ensayos publi-

cados en Fran~ois 18

Xavier Guerra,

Annick

Lempériere,

et al., Los espacios públicos en Hispanoamérica.

Domingo F.Sarmiento, Recucrdos de provincia (1B50), Buenos Aires, Losada, 1995, p. 23 7B.

l.José

Cecilio del Valle a Ackermann

(Guatemala,

25 marzo 1B26), en Cartas autógrafas,

ra de los libros...', 25 July, 1B25. UCL Bemham Mss., caja 12, ff. 34B; correspondencia María del Barrio, enero 1B27 a julio 1B31, en Cartas autógrafas, p. 153310.

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p. 322; 'Factu-

entre del Valle y José

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ciones, como otras de su'tipo/ habían-sido creadas para la formación de las nuevas élites polí.. ticlis'd¿iacuerdo córt'eléspíritti liberál de la'décadade 1820, conOn currículum "moderno" en el cjue en principio sé'daria 1fuásJénfasiSa 1o's'conocimientos técnicos:y prácticos:.y se ' '" " , intentáifa un a:tej~mi¿rttO'de'laeducadótilescoláSti¿acolonial. r De la'asociación de'est'~srevistas 'con el proyecto liberaMeta década de 1820 ~a cuenta el hecHo de que un imPortanté número derpromientes'figürás políticas de la épóca contara con colecciones de las publicaciones de Ackermann én susbibliotecás, ()se'I~firieran a ellas en s'tÍ~eScritos.Así; 'ehtrelos que'dejáibntestimonio de haber estádo' en contacto con estos textos se ctientan Jósé Matía' Luis Mora, y José María del Barrio en .México; Vkénte Rbcafuerte (páttocinador de la publicación de la seHede Catecismos)en Londres, México y Ecu:idor; José'Cedlid¡del Valle en Guatemala; José'Manuel'Osejo én Costa Rica; Simón Bolívar, Francisco de' Paula Santander, Manuel' José Hurtado y José Antonio Páez en la Gran Colomoia; Bernardino Rivadavia (quien también ayudó en sus distribución) y Domingo Faustino Sarmiento en Argentina, y JoséVictorino Lastarria en Chile. Este tipo de lectores, al igual que los anónimos'redactores de 'periódicos hispanoamericanos, revisten una especial importancia debido a su carácter especialmente receptivo de la información cbnteniClaen las publicaciones, así como su posibilidad de "re-transmitida" tras un proceso personal de asimilación y elaboración en sUspropios escritos. Todo lo anterior constituye un conjunto valiosos aunque dispersos indicios acerca de los lectores de las revistas inglesas, cuyas formas'peculiares de lectura y apropiación de las publicaciones se analizan en la siguiente sección. 4~lectUras en el nuevo orden Para dotar de sentido a las experiencias de lectura abajo examinadas, es necesario ante todo situadas en el contexto de los cambios en el imaginario político, social y económico de la primera década de vida independiente, e indicar cómo estos cambios afectarían el "horizonte de expectativas" de los lectores. Et"ordenrepresentativo que resultó del tránsito de régimen colonial a republicano (con algún efímero intento imperial de por medio), así como con la incorporación de las nac~ones a la economía mundial tras el fin (ofietal) del monopolio comercial español; vinieron acompañados de un discurso político y social novedoso en muchos aspectos. Se pueden ident~ficar dos nociones características de este discurso que peñnearon fuertemente la construcción de las nuevas identidades: una comprensión distinta de la participación en la vida política y una percepción de acercamiento a una porción del mundo hasta entonces negada, la porción ttec4entemente denominada como "el concieno de las naciones civilizadas" (la Europa occidental no española). Con respecto al primer aspeCto,la "universalización" del concepto de ciudadanía (aplicable a todos los varones propietarios) y ~e igualdad ante la ley en derechos y obligaciones, implicaba a todos enJa tarea de gobernar alpafs: eligiendo a sus representantes a través del voto, ásumiendo cargos políticos, cumpliendo con las leyes designadas por los legisladores elegidos, obedeciendo a las autoridades elegidas, e

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incluso participando en la discusión abierta de las propuestas de gobierno y administración tareas constitutivas de la "opil}.iónpública" moderna. También las mujeres, aunque carentes de derecho a votar y ser votadas, debían tener un nuevo papel en el ámbito doméstico (o escolar) para la formación de sus hijos (o alumnos) como ciudadanos. Esta nueva idea de la participación política hacía al individuo y no a la corporación o al grupo étnico colocarse directamente frente al Estado y relacionarse con él a la vez como "gobernante" y como "gobernado". Asimismo, esta noción de participación política veía acompañada de una nueva necesidad de legitimación de los grupos recién arribados a posiciones de poder en el orden representativo: la autoridad de estos grupos exigía una definición de su función en términos republicanos. Por otra parte, la percepción (ciertamente inexacta) de que los países hispanoamericanos podían, por primera vez, tener un contacto largamente denegado con "el mundo exterior" y aspirar a incorporarse aél, constituía otro tipo de noción participativa.. La prensa hispanoamericana de la década de 1820 da cuenta de esta percepción en sus,editoriale5, en su inserción (comentada) de innumerables artículos sobre asuntos europeos, y en su constante reproducción de material tomado de periódicos ingleses, franceses y de otros países americanos.lo La apertura al comercio directo con otras potencias vino acompañada de la impresión de que las naciones hispanoamericanas tenían, por primera vez, acceso al conocimiento político, científico y tecnológico que parecía tanto haber contribuido al progreso y civilización de los países ricos. Esta doble noción de participación en nuevas formas de organización política y en una nueva configuración geopolítica mundial permeó el proceso de construcción y definición de identidades en el período post-independiente. En mi opinióri, la lectura de revistas extranjeras fue uno de los múltiples escenarios en que tal imaginario político fue traducido a las experiencias concretas de sus receptores, y como tal merece ser estudiada. El siguiente análisis de las experiencias de lectura está planteado a la luz de estas dos consideraciones, concentrándose primero en las experiencias que tienen que ver con la noción de participación en el mundo "civilizado"y después en aquellas que se refieren a la participación en la vida política. a} El acceso a la civilización

En una carta dirigida a Simón Bolívar,Rudolph Ackermann describió el objetivo de sus publicaciones: "difundir en los nuevos estados de la América los conocimientos útiles, el buen gusto en las letras y artes, y los principios más puros de la moral, sin tocar niguna controversia religiosa ni discutir ningún partido politico".ll En esos términos hacía el editor

'" Véase por ejemplo María Eugenia Claps, "La producción hemerográfica que los españ~les exiliados en Londres dedicaron a Hispanoamérica: el caso de México (1824-27)"; Montserrat Galí Boadella, "El universo político-cultural de dos periódicos veracruzanos: El Mercurio de Veracruzy El Oriente de Jalapa, 18247", en Suárez de la Torre (coord.), Einpresa'Ycultura, pp. 599615. 21 Rudolph Ackermann a Simón Bolívar(London, 18 March 1828). Bolívar 'Ysu época, vol. 1, pp. 1089. Revista Summa Historiae Año 1, N° 1

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publicidad a SllStrabajos en sus propias Variedades, CorreoyMuseo, y también en esos términos fueron entusiastamente acogidas por sus lectores. Si a Ackermann le interesaba "difundir" los "conocimientos útiles" y "el buen gusto", sus lectores en Hispanoamérica se sentían más que necesitados de tal difusión y altamente honrados de recibida. Y aunque las obras de Ackermann llegaron a ~erobjeto de alguna crítica política, en general su recepción estuvo alejada de las controversias políticas y religiosas. El editor y los redactores de las revistas se asumían claramente como proveedores de conocimiento, y los lectores hispanoamericanos como receptores del mismo. Un componente esencial de esta relación asimétrica era la percepción, compartida por ambas partes, de que durante tres siglos de dominación española América había vivido en un oscurantismo intelectual, y que por fin ahora podía tener acceso a otro tipo de ilust~ación pro. veniente

de zonasmás "iluminadas"del mundo. Blanco White, redactor de Variedades,

an~nciaba la publicación del Museo en estos términos: Obra más útil.. .sería difícil concebir para unos pueblos separados de la parte más adelantada del mundo, que habiendo vegetado por siglosen el pupilaje más opresivo, y bajo la férula del gobierno más ciego de Europa, empiezan a gozar de una especie de.edad viril, retardada hasta ahora por la opresión de sus tutores.

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En los relatos de los lectores de esta década se percibe efectivamente su entusiasmo por el acceso a la ilustración que significaba la libre entrada de publicaciones extranjeras. José María Luis Mora en México hablaba de la fascinación que ejercían sobre la población estas obras, sobre las cuales ".. .el común de losmexicanosse ha arrojado...para introducirsepor su conductoen un nuevo mundo de conocimientos,y saciarlasedde aprendercosasmás necesariasy agradables que las que enseñaban nuestros mayores en sus recónditas aulas". 23 Los testimonios de la venta de obras de Ackermann son también reveladores en este sentido. En mayo de 1827 José Cecilia del Valle reportaba cauteloso que en el establecimiento de Ackermann de la ciudad de Guatemala "han vendido muchos libros, y tienen todavía bastantes [;1no es rápido el consumo de ellos, pero no cesa de haberlo".y.esprohabk que sea mayor a proporción que se va generalizando el gusto". De la primera remesa de revistas y libros de Ackermann en Bogotá, la Gaceta de Colombia decía: "se han vendido inmediatamente: el almacén donde se espendieron no podía recibir el golpe de gentes que ansiaban por comprarlos", de donde el articulista derivaba: "esta ansiedad prueba el deseo de los colombianos por lustrarse y adquirir los conocimientos de que les tenía privados el antiguo régimen.. . ,,24.Por su parte, el Águila Mejicana hablaba así en mayo 1825 de la tienda de Ackermann en la ciudad de México:

En todos estos días pasados ha sido grande la afluencia de curiosos y compradores que ha habido en el despacho del Sr. Ackermann frente a la Profesa. 2' Variedades, 4 julio 1824, p. 378. '3 El Observador de la República Mexicana, 13 junio 1827. ,. Gaceta de Colombia, 14 agosto 1825.

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Ocasionalmente hemos visto en dicho despacho grande variedad de objetos de particular gusto, tanto en el ramo de librería, como de dibujo, de instrumentos de artes y otras curiosidades. Establecimientos de esta naturaleza son muy útiles a un país que se acaba de abrir al comercio extranjero, porque por su conducto se ponen en nuestro conocimiento los progresos de las artes en Europa, y adquirimos algunos objetos que nos son necesarios en materia de buen gusto, recreo y comodidad.25 "Ilustración" y "buen gusto", las dos deseadas cualidades con las que más a menudo se asociaban las revistas de Ackermann, eran un signo de "civilización". Los pueblos civilizados, según un artículo del Mercurio Peruano,eran aquellos en los que había "suavidades de modales, diversiones que el buen gusto aprueba, comodidades refinadas, trato urbano y decoroso"26,y para llegar a ser uno de ellos era necesario cultivarse. Una vez terminada la etapa de las guerras de independencia, el "deseo" de los americanos españoles era, según lo puso la Gaceta de Colombia al comentar la llegada del primer número de Variedades:"emplearse en el adelantamiento de las artes y ciencias que son el adorno de las sociedades humanas, y la fuente más pura de sus placeres".27Las revistas misceláneas, al ofrecer una ligera y amena combinación de conocimientos enciclopédicos y artículos de "buen gusto", constituían entonces una oportunidad para la educación e incluso la re-invención personal en el nuevo orden. No fue sin embargo el contenido de las revistas de Ackermann lo que en primera instancia hizo que fueran consideradas un vehículo de acceso a la civilización, sino más bien otros dos factores no textuales: su procedencia inglesa y su bella apariencia física. La misma Gaceta de Colombiaafirmaba que la nueva revista Variedadeso Mensagerode Londresserviría de "intérprete al entendimiento humano" entre la América española y "la capital de Inglaterra, que bien pudiera llamarse capital del mundo (por ser el centro del comercio del

género humano)".28 Londresera, para muchos,"laprimeraciudad del antiguo [mundo]", que a través de estas publicaciones enviaba sus "luces al nuevo mundo".2CJylas revistas se identificaban mucho más por el nombre "inglés" de su editor (que en realidad era alemán emigrado a Inglaterra) que por los nombres españoles de sus redactores. Signo de civilización y buen gusto inglés era también el cuidado tipográfico de las revistas, que siempre merecía elogios en la prensa hispanoamericana. En realidad, la calidad de la impresión y de las litografías a color (de cuya técnica Ackermann fue pionero en Europa), no tenía comparación posible con lo que se empezaba a producir localmente en las nuevas repúblicas,30lo Águila Mejicana. 10 octubre 1825. Art. 'La civilización y la ilustración', en Mercurio Peruano, 1 March 1832. 27 Gaceta de Colombia, 8 mayo 1823 28 .Gaceta de Colombia, 8 mayo 1823. 2Y Del Valle aJ.J. de Mora, Guatemala, 3 de julio de 1826, en Cartas autógrafas, p. 328-31. La pobre calidad de las primeras litografías hechas en México (El Iris, 1826), que eran principalmente sobre modas femenimas, las hace parecer dibujos infantiles comparada con las ilustraciones equivalentes 25 26

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Lectura y formación de identid4des: las revistas inglesas en Hispanoamérica...

que hacía casi inevitable que las cualidades físicas de las revistas fuera asociadas con ideas de progreso y superioridad. Si las revistas eran presentadas y recibidas como una oportunidad para educarse e ilustrarse a sí mismo, su mera posesión constituía propiamente un signo de ser civilizado. La percepción de ser sociedades jóvenes, deseosas de acceder al círculo de las naciones civilizadas es recurrente en testimonios de la época. Así lo describió el embajador de Colombia, Manuel José Hurtado, al propio Ackermann: Los varios números de su Variedadesque leí en América me han proporcionado gran placer... [Su revista] disemina sentimientos liberales entre una nación que apenas comienza a tener existencia política, y que se muestra a sí misma digna de civilización.31 Esta especie de confirmación de ser civilizado o del deseo de "civilizarse", al contacto con las revistas era independiente si éstas se leían o no. Un testigo peruano contemporáneo comentaba que las revistas de Ackermann, como otras publicaciones importadas, las habían comprado "sóloalgunosmilitares... y aun eso, sólo cuando se les ofrecían cubiertosde ricaspastas".32Este comentario resulta además sugerente.porque indica que el afán de mostrarse ilustrado, manifiesto en la compra de estas publicaciones, era importante para la propia legitimación de un grupo político emergente en la década de 1820 como los militares. Convertidos en dirigentes políticos a través de una carrera iniciada en las guerras de independencia, muchos de esos gobernantes carecían de una educación ilustrada, y en algún momento se vieron en necesidad de justificar su posición ante otros miembros de las élites dirigentes criollas con credenciales intelectuales. En este sentido, el caso del general venezolano José Antonio Páez, forjado en las guerras de independencia y presidente de su país en dos ocasiones (18315, 183943) es representativo: Páez, quien en su autobiografía se refirió con gran estima al valor que los textos y revistas de Ackermann habían tenido para Sudamérica, parece haberse valido de las revistas misceláneas y los catecismos de Ackermann para su propia ilustración una vez que llegó a ser una figura política prominente, con el fin de suavizar un poco su percibida falta de conocimientos

y buen gusto.

3J

de Variedades. Durante las tres o cuatro primeras décadas posteriores a la independencia los editores hispanoamericanos solían mandar imprimir sus productos más lujosos en el extranjero, ya que la tecnología y los recursos humanos locales eran muy limitados en comaración con los de Francia, Inglaterra o Estados Unidos. ), Manuel José Hurtado a Ackermann (8 abril 1824), citada en Ackermann a Bottiger (Londres, 4 March 1828), Sachsische Landesbibliothek, Staars-und-universitatsbibliothek Dresden. JZ Jacinto de Salas y Quiroga, 'Estado político y comercial de la República Peruana', Revista de Madrid, 1, 1838, p. 225 (citado en Vicente Llorens, Uberales y románticos: una emigración española en Inglarerra (18231834), 3 ed. (Madrid, Castalia, 1979) p. 156. ))

Antonio Páez, AutobiografíadelGeneralPáez. 2 vols. (Nueva York,Hallet y Breen, 1869), vol. 2, p.

188; Edgar Vaughan,Joseph Lancaster en Caracas (18247), y sus relacionescon el übertador Simón BoUvar. . . ,

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Lectura., formación de identidades: las revistas inglesas en Hispanoamérica...

Una bella publicación también podía tener una función de legitimación entre las clases criollas pudientes, aquellas con capacidad de consumir los productos lujosos que comenzaban a llegar de Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Una revista empastada y finamente ilustrada podía ser el equivalente a un piano inglés nunca tocado puesto a la entrada de la casa de una familia que se considerara "decente": "a la vez un certificado de civilización y una confinnación de gusto y refinadas maneras". 34 Para los ojos de la época, una revista de Ackennann podía incluso estar más emparentada con un producto de lujo importado que con una hoja volante de sátira política. Esto tenía que ver también con los poco usuales mecanismos de distribución que el editor inglés utilizó para la circulación de sus revistas. Por ejemplo, en Caracas, las revistas de Ackennann se vendían. en el almacén del escocés Robert Hill, y eran exhibidas a los clientes aliado de los siguientes productos:' "vino de costa, moscatel, vino común gn~ve,aguardiente francés, aceite de comer, aceite de lámpara, vinagre, frutas en aguardiente, queso holandés, jamones, velas, tapas de corcho, algunas medias de mujer, y pañuelps comunes, varios juegos de losa de china algunos de ellos ricamente adornados, platos é~!-mes tanto hondos como chatos de varios tamaños, algunas nuevas piezas de muebles... cristá~ cortados y dorados, floreros dorados, y otros artículos elegantes".35 'En este período, en que la productividad de la economía estaba limitada por la dinámica de importación-exportación heredada de la colonia, las categorías sociales estaban no tanto definidas por la relación de .los individuos a los medios de producción, sino por sus patrones de consumo.36Las diferencias sociales eran detenninadas por la cantidad y hi calidad de los bienes y servicios que la gente consumía, de ahí que la posesión y ostentación de productos extranjeros fuera para las clases pudientes una fonna de reafinnar su esta tus. En este sentido, para las damas de familias de riqueza heredada o recién adquirida, el conocimiento de las moc:bs inglesas y francesas era muy importante, y para ello la lectura de Variedadespodía ser de gran utilidad. El viajero inglés William Bullock da cuenta del cambio en la moda de las mujeres de la alta sociedad de Xalapa, Veracruz, después de que él mismo les mos~róilustraciones de mo~s de Ackennann. Bullock narra que la primera vez. que pasó por la ciudad de Xalapá~n 1822, se reunió con un grupo de personas, hombres y mujeres, de las familias,másJicas del lugar,el cual mostró gran curiosidad por los relatos del viajero y por sus posesiones. "Nada les causó más placer escribe que un volumen de las ilus2 vols. (Caracas, Ministerio de Educación, 1987), vo\. 2, p. 219. Ma\colm Deas, 'Venezuela, Colombia, Ecuador', in SpanishAmericaAfter lndependence,Leslie Bethel, ed. (Cambridge, Cambridge Universiry Press, 1987) p. 20738; 21723. ).1Thomas Krüggeler, 'Changing Consumption Patterns and Everyday Life in Two Peruvian Regions: Food, Dress, and Housing in the Central and Southem Highlands, 18201920, in Orlove (ed.) , The AlluTe ofthe FOTeign,p. 3166; p. 43. );

Anuncios del almacén de Roben HiII(en Calle de Carabobo num. 40) en ElColombiano,17mayo, 14

junio, 2 agosto, 9 agosto, 27 septiembre y 4 octUbre 1826. .. David Bushnell y Neill Macaulay, The Emergence of Latin America in the Nineteenth Century, 2 ed.

(Oxford,OxfordUniversiryPress, 1994),p.52.3. RevistaSumma Historiae Año 1,N° J

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Lectura

'Y formación

de identidades:

las revistas

traciones de las modas de Ackermann, que llevaba conmigo". volvió a pasar por Xalapa, y esto fue lo que encontró:

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inglesas en Hispanoamérica...

Seis meses después Bullock

A mi regreso a Xalapa, me sorprendió inmediatamente el cambio que había tenido lugar en la apariencia de muchas de las mujeres durante mi corta ausencia. En lugar de su apariencia universal en negro, como antes, muchas se veían ahora a la última moda de Inglaterra con muselinas blancas, calicos estampados, y otras manufacturas de Manchester o Glasgow; y el paseo público en la tarde de un domingo o un día festivo presentaba una apariencia de alegría hasta entonces desconocida. Al preguntar sobre la causa de este cambio, se me informó que éste se debía principalmente a los volúmenes de modas de Ackermann que traje conmigo de Inglaterra, y a la llegada de una dama inglesa, cuyo guardaropa recientemente importado había hecho una rápida visita por las casas más respetables de la ciudad, a partir de la cual lasbellas mujeres habían adoptado sus costumbres.38 El pintoresco relato da cuenta de una de las dimensiones significativas de las revistas extranjeras: la p'ublicidad de productos importados. Bullock, cuyo libro estaba explícitamente destinado a atraer inversionistas y comerciantes ingleses a México, cierra la anécdota invitando a sus compa1riotas incrementen sus exportaciones de telas a México, donde "larevoluciónen el vestidoy la moda será probablementetan grandecomo la política".Agrega que "seríauna buena especulaciónparanuestroscomerciantesenviaralgunosespecímenesbellos y bienvestidosde nuestrasmujeresconpatronesde costura:nuestrasmuselinasy telasestampadas encontrarian gran demanda", pero aclara que "unos cuantos números de las modas de Ackermann probablemente contribuirian a producir el mismo efecto". 39

Los recurrentes testimonios acerca de las transformaciones en las modas de las mujeres de las clases pudientes de este período sugieren que en la actitud de cambiar el vestuario a la española por la moda de países considerados más avanzados existía también un deseo de presentarse como personas más cultas y civilizadas. Por ejemplo, en Arequipa, Perú, las mujeres de la alta sociedad de las décadas de 1830-40 intentaban combinar en formas tan poco convencionales que algunos calificaban de ridículas elementos ingleses, alemanes y franceses con los tradicionales trajes y peinados españoles, como una forma de imitar el comportamiento de consumo de las mujeres de Lima; al quererse parecer a las mujeres de la capital del Perú, las arequipeñas buscaban mostrar que tenían "costumbres civilizadas".-40 17William Bullock, Six Months Residencc and Travels in Mcxico, edito facsim., Washington, N.Y., 1971. p. 55. (Mi traducción). Por lo temprano de la fecha, presumiblemente se trataba de ilustraciones de la revista

de Ackermann en inglés.el Repositnry ofAm. I<!Búllock,

p.484-5.

'" lbid. ..., Krüggder, 'Changing Consumptiun Patterns...', p. 41.42. En otras situaciones se pueden encontrar dimensiones culturales de otra índole en los cambios de la moda. tales como las demostraciones del patriotismo. A principiosde las décadasde 1810y 1820.lascriollasrespetablesde BuenosAires buscaban vestir-

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Lectura y formación de identidades: las revistas inglesas en Hispanoamérica... "

B) La participación política y la formación de oPinión pública

A pesar de que el contenido de lásievistas de Ackermann abundába en temas científicos, técnicos, geQgráficos,poéticos ycÜriosid:ides de diferet\tes culturas, lo que más reproducían los perió<hcoshispanoamericanos eran los artÍculos que tenían que ver con las polfticas públicas. Los artftulos eran' apropiados podas redactores de los periódicos con una doble intención: por un lado, proporcionar una instiuccíón general a sus conciudadanos; por el otro, y sooretoQp, formar opiniones calificadas sobre política económica, comercial, educativa, agraria y ádn\inistrativa. Losartículos tomados de revistas inglesas eran investidos de suficiente autori9ad para justificar una u otra postura, e incluso para intentar influir en los debates.i:Jel6~::'congresoslocales y federales/l' Artículos del Museo, Correo y Variedades titulados""Sociedades par~ la promoción de las Artes", 'i\gricultura como la base del desárrpÜ(fd~I\:>aís", "EcOij.omfapolftica", '''Leyes que restringen el comercio", "Ideas sobre"hd:>alaroa.del comercio", "Sociedad de artesanos", "Comercio en Gran Bretaña" eran c~ngtari:tdnente reproducidos en los periOdicos mexicanos El Sol, El Águila

-

Mejicana,El Correo dela Federacióny El Veracruzanolibre, en el Mercurio peruano y en el chileno Redactorde la' edUcacióÍí, entre otros. EFartículo Museo Universal, sobre . "Caminos", deld. la importancia de las buenas comunicaciones para elprogreso económico, fue copiado por todos los periódicos mexicanos menCionados. En'el Sol el artíCulo ádquiría un tono prescriptivo para una circunstanciá~tocal; en un momento en que el gobierno local la ciudad de México estaba discutiendola,cO!1strucción de uncarhino que atravesaríala Alameda.Al final del artículo, el redactot: del periódico insertaba el siguiente comentario: "El Ayuntamiento de estaciudad pué/k'Q.prove¿harse sin duda alguna de los PrinciPiosasentadosen esteartículo, y experimentarcompeRiiítementeen la Alameda toda su utilidad". 42 En un artículo posterior El Solvolvería a referirse a este te;lto; esta vez recomendándoselo a los diputados del congreso federal quienes en ese momento estaban debatiendo polfticas de construc-

ción nacional de caminos.43

.

Otra publicación de Ackermann que, no obstante su estilo sencillo y con fines instructivos, fue sugerida por un periódico como orientación para definir polfticas parlamentarias fue el Catecismo de agricultura. La Gaceta de Colombia, en un artículo contestatario a la rival Gaceta de Cartagena sobre la polftica agrícola, refería: "... Suplicamosal autordelcargoque . lea enun cuarto dehora el catecismodeagricultura publicadoporAcketmann y aprenderáde qué modoel legislativo,y no el legislativo,vivifican y animan la agricultura. ,..... se de la forma más distinta posible con el fin de no aparecer cQmo "antirevolucionarias"¡ década asociada

de 1830, lo importante con los Unitarios,

era no utilizar grandes

enemigos

del gobierno

sombreros

del presidente

de estilo francés, Manuel

JI1ástarde, en la

pues ésta era una moda

de Rosas. Raquel

Prestigiacomo

y Fabián Uccello, La pequeña aldea: vida cotidiana en ,BUenosAires: 1800-1860 (Buenos Aires, Eudeba,

1999),p. 16.

'.

4.:En este sentido analiza María Eugenia Claps la apropiación de las publicaciones inglesas en la prensa mexicana de la década de 1820, en su tesis "La producción hemerográf~ca". n El Sol, 1 octubre 1825, p.435. n El Sol, 19 diciembre 1825,p. 7~2, .. Gaceta de Colambia, 11 septiembre 1825. Revista Summa HistOriae Año 1, N° J

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Lectura 'J formación de identidades: las revistas inglesas en Hispanoamérica...

La autoridad conferida por la prensa hispanoamericana a estas publicaciones, aún para niveles de decisión parlamentarios se debía, nuevamente, a su proveniencia inglesa. De nada importaba que los redactores de las revistas fueran españoles pocos lo sabían, el valor principal atribuido a las revistas tenía que ver con su carácter de mensajeras entre Inglaterra y las nuevas repúblicas. El Redactorde laeducaciónde Santiago de Chile, destina~ do a la promoción de la instrucción pública, comenzaba su primer número con una nota tomada del Museo Universalsobre la necesidad de formar sociedades de promoción de la instrucción pública. En esa nota se hablaba asíde las sociedades en Inglaterra: En Inglaterra se ha propagado esta honrosa afición mucho más que en losotros países de Europa, sea porque la sabiduría de las instituciones ofrece más grarantía y seguridad a los hombres reunidos, sea porque el genio especulador de los ingleses les ha hecho conocer más palpablemente las ventajas de la acumulación de sus recursos. Cualquiera que sea la causa,los efectos son portentosos.45 En el acto de reproducir y comentar artículos extranjeros en sus páginas con intenciones didácticas, las publicaciones hispanoamericanas de la década de 1820 estaban partici~ pando en la formación de la opinión pública de sus países. Pero el diálogo de imaginarios motivado por la prensa extranjera no se restringía a discusiones al interior de las sociedades hispanoamericanas o a una confrontación entre lo local y lo británico; las revistas de Ackermann trataban sobre asuntos de otras partes del mundo y en ocasiones esto generaba respuestas del lado hispanoamericano. Un acontecimiento llamativo, frecuentemente recogido por la prensa hispanoamericana, fue la guerra de independencia de Grecia. El Correoliterariopublicó en 1826 un extracto de la relación del italiano Joseph Pecchio sobre su experiencia en la guerra de Grecia extracto que fue luego reproducido por El Iris de la ciudad de México.46 Este relato fue leído con tanto interés por José Cecilio del Valle, que el centroamericano se sintió motivado para escribirle directamente a Pecchio y solicitarle un ejemplar de su libro: Las [relaciones] del hombre de letras que hizo a la Grecia un viaje penoso para conocer los lugares donde pensó Platon y habló Demostenes son muy interesantes para quien ama la patria antigua de las ciencias y artes. En el Correo literario'YpolitiCO~ Londreshe visto el extracto de su Grecia en la primavera de l~25; y su lectura m~ ha inspirado el deseo.de leer la obra íntegra. Yome tomo la libéitad de pedir a V. un exemplar. Unido con su carta tendrá en mi biblioteca el lugar que merece.47 El interés suscitado por lá independencia de Grecia del imperio otomano (y por la romántica figÚrade Pecchio) es revelador de un sentimiento de identificación de los lecto~ El Redacrorde la educación, num.l, 7 octUbre 1825. .. Ellris, num. 36, 19julio 1826, p.184-6

4S

.7

Del ValleaJoseph Pecchio, Guatemala. 3 abril 1827.en Cartasautógrafas,p. 428-31.

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ReVistaSumma Historiae Año 1,W J


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Lectura 'Yformaci6n de identidades; las revistas inglesas en' Hispanoamérica..,

res hispanoamericanos con otros países con los que creían compartir una experiencia similar. Al proveer otras referencias geopolíticas y culturales, la lectura de revistas inglesas abría la posibilidad de que lectores cultivados como del Valleparticiparan de una cierta opinión pública internacional, y en este espacio se buscaban también elementos de definición de las nuevas nacionalidades. Lo que casi no aparece en este diálogo entre lo internacional y lo nacional a través de la lectura es España: a pesar de que referencias a la ex-metrópoli aparecían comúnmente en las publicaciones de Ackermann, éstas rara vez eran transcritas en la prensa hispanoamericana. Yciertamente las referencias que más brillan por su ausencia son las que provienen del propio pasado de los países hispanoamericanos más allá.de las guerras de independencia de las cuales las revistas de Ackermann no decían prácticamente una palabra. En suma, se puede decir que en el acto de leer los individuos estaban participando en un proceso activo de creación de conocimientos (públicos) a partir de la crítica, la discusión y el debate. Sin embargo, la procedencia británica de las revistas que motivaban estas reacciones hacía,de este proceso de producción de conocimientos un fenómeno asimétrico. Aunque los leCtores no eran en modo alguno "pasivos", la dinámica de su relación con los redactores de las revistas inglesas tenía un carácter más o menos subordinado. Este fenómeno es digno de ser estudiado con mayor atención, para lo cual la siguiente sección se concentra en el estudio de un solo lector, el centroamericano José Cecilio del Valle, cuya lectura asidua de publicaciones extranjeras y la cantidad de testimonios que dejó al respecto constituyen una fuente especialmente valiosa. 6. José Cecilio del Valle y la producción subalterna del conocimiento Desde el primer número de Variedades,Ackermann invitaba a sus lectores hispanoa. . mericanos a contribuir en su publicación: Si la obra hallare favor de parte de los que en aquellos países hablan la lengua española, se empeñará en continuarIa sin interrupción, y de modo que merezca la buena acogida de sus lectores. El propietario los convida al mismo tiempo a tomar parte en los artículos que más les agraden, favoreciéndolo en caso que se continúe la obra, con sus producciones, ora literarias, ora científicas, ora de cualquier otro género que no se oponga al plan con que se ha emprendido.48 Nadie respondería a este llamado con tanto entusiasmo como el hondureño José Cecilio del Valle, quien habría c:leenviar a Ackermann un número de textos motivados por la lectura de sus revistas, textos que fueron pUInualmente publicados por el editor. Del Valle envió contribuciones no sólo a las revistas de Ackermann, sino 'también a otras inglesas y francesas, al tiempo que intercambiaba información con un buen número de autores de estas naciones. . ... Citado en el Águila Mejicana. 14 abril 1824 .

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Lectura 'Yformación

de identidades;

las revistas inglesas en Hispanoamérica...

Tras haber leído el Catecismo de geogra/ia de Ackermann, del Valle publicó en el periódico local que él editaba, El Redactor, un aitículo sobre los datos que, en su opinión, faltaban en el manual en el capítulo sobre Centroamérica. Más tarde, del Valle escribió directamente a Ackermann y al redactor del catecismo, José Joaquín de Mora, y les envió copia de su texto para que la insertaran en sus publicaciones. La carta de del Valle a Ackermann dice así;

El capítulo América Central que era el más interesante para mí fue el que fijó mas mi atención. Yosentí inmediatamente que el Sr. Mora, autor de obra tan útil, no tuviese sobre algunos puntos noticias más exactas de esta república. Manifesté mis sentimientos en el periódico que he publicado con el título de RedactorGeneral. .. en el artículo que salió a luz el7 de [diciembre]... y para dar alguna idea del suelo en que he nacido y cuyafelicidades el objeto primerode misdeseosenvío a V. la Descripción de esta República; el Prospecto de su Historia: el Arancel provincial de los derechos de importación y exportación; y el Proyecto de una Expedición Científica. Sucesivamente remitiré otros manuscritos o impresos para que haya conocimientos más extensos de esta nación. Deseo su correspondencia y la de sus dignos colaboradores, y sírvase V.ofrecerles mi afectuosa consideración. Un hombrt!ilustrado es para mí e~primer hombre.49" Tanto A¿kermann como Mora agradecieron calurosamente la información enviada por del Valle y pronto aparecieron en el Correoliterariolos artículos de éste titulados "Prospecto de la historia de Guatemala" (refiriéndose a un libro que del Valle planeaba publicar en su país) y "Datossobre Guatemala; enviadosa Londresen 1~25 para corregirlas inexactitudes del 'Catecismo de geografía', publicado por el Señor R. Ackemtann". soEstos artículos venían precedidos de una introducción muy elogiosa sobre del Valle, a quien se calificaba de poseer "un entendimiento cultivado por excelentes estudios, una lectura escogida, y una instrucción profunda, particularmente en aquellos ramos que más pueden contribuir a la prosperidad y a la ilustración del país a que ha heclw tan grandes servicios". Más adelante, las nuevas ediciones del Catecismo de geografía publicadas por Ackermann incorporarían también algo de este material. Por otra parte, las nuevas ediciones que de este catecismo se iban haciendo en los distintos países hispanoamericanos tendrían como principal característica la adición de

información geográfica e histórica sobre el propio lugar de la reedición. SI Así como hizo con Ackermann y Mora, del Valleenvió sus escritos a innumerables editores y autores europeos. A los editores de la Biblioteca Americana, revista que publicaba ungrlipo de hispanoaméricanos exiliados en Londres, les envió un texto sobre "Noticias y 49Del Valle a Ackermann. Guatemala, 25 marzo 1826. en Careas autógrafas. p. 322- 23. . 50 Correo literario 'Ypolítico de Londres. num. 4. 1 octubre' 1826, p. 333. Reimpresos en Obras de José Cecilia del Valle.José del Valle y Jorge del Valle Matheu (comps.), 2 vols. (Guatemala, Tipografía Sánchez &DeGuise, 192930),p. 95 108. SI Véase Roldán Vera. The British Book Trade and Spanish American Independence. cap. 6.

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Lectura y fonnación ck identidades: las revistas inglesas en Hispanoamérica...

datos que puedan dar nombre a Guatemala" para que lo ir1cluyeran~n su publicación. S2 y al editor de la francesa Revue Encyclopédique,su "Exposición sobre la libertad de comercio", "Memoria sobre agricultura, industria y comercio" y un "Aviso sobj:epremios".53Del Valle también entabló correspondencia intelectual con George A. Th~mpson autor de varias obras sobre América y traductor de The Geographicaland HistoricalDictiOTlilryof America and the West IndiesS4,co'n Vicente Rocafuerte (durante su misión diplomática en Inglaterra), el abade de Pradt, Jean Baptiste Say, Álvaro Florez Estrada y Alexander von Humboldt. A todos ellos les envió ejemplares de su Redactor donde se encontraban los artícul~s que le envió a Ackermann, además los siguientes: "Descripcftsn de la República de Centroamérica", "Noticia de los cinco estados que forman Centroamérica y de la Constitución de cada uno de ellos", "Discurso sobre la importancia de la República Centroamericana para mantener el equilibrio y asegurar la paz en las "tras de América", "Descripción de Suchitepeques, departamento de Guatemala"; \"Descripción de Quetzaltenango, departamento de Guatemala", "Arancel provincial de ¡os derechos de importación y exportación," "Proyecto de una Expedición cientifica" y "Pensamientos sobre el Congreso de Panamá", entre otros. Ss Finalmente, a la Sociedad de Instrucción Elemental de París, de la que era Socio, le mandó una Memoria sobreEducación y le pidió a cambio.que le enviaran uno o dos ejemplares de libros elementales que hubieran publicado en francés, que él traduciría "para la instrucción de estos pueblos", al tiempo que les sugirió la creación de una "Biblioteca popular", o colección de libros elementales, patrocinada por la Sociedad.

56

¿Por qué se preocupaba tanto del Valle en enviar esta información específica sobre Centroamérica a los que consideraba los más importantes autores europeos? Una primera mirada a este intercambio de textos e información sugiere que la relación entre autores y lectores en esta época podía ser, a pesar de las dificultades impuestas por las lentas comunicaciones de la época, interactiva, esto es, en dos direcciones. Los autores presentarían algo que, como en el modelo histórico del circuito de la comunicación propuesto por Robert Darnton, ejercería cierta influencia sobre los lectores de ultramar, quienes a su vez contri52 Mencionado en del Valle a Vicente Rocafuerte, Guatemala, lo. julio 1825, en Cartas autógrafas,p. 313-15. 53 Del Valle a Mr Julien, director de la Revue Encyclopédique, Guatemala, 29 octubre 1831, en Cartas autógrafas, p 530-31.

54

The Geographicaland HistoricalDictionaryof Americaand me WestIndies,containingan entiretransla-

tion of the Spanish Work of...A. de Alcedo [publicado originalmente en Madrid, 1786-89J, with large additions... by G.A. Thompson, 5 vols London, James Carpenter etc., 1812-15. Thompson también es autor de: Narrative of an Official Visit to Guatemala from Mexico, London, J. Murray, 1829; Hand Book to the Pacific amI California, Describing eight Difierent TOutes,by Sea, Central America, Mexico, and the Territories of the United States, Particularly with Reference to the PoresFrequented by the Steamers of the Royal Mail Steam Packet Company, London, Simpkin & Marshall, 1849. ss Cartas autógrafas, passim. 56

.Del Vallea la Sociedad de Instrucción Elemental de Paris, Guatemala, 19 octubre 1829,en Cartas

autógrafas, p. 421-22.

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Lectura

y formación

de identidades:

las revistas

inglesas en Hispanoamérica...

buirían con su propia aportación de vuelta a los autores y afectarían su producción poste-

Fior.S7 Estoindicaría,en priricipio,que la recepciónamericanade las lecturaseuropeasno fue pasiva sino que generó reacciones, r~spuestas y contribucion~s. Sin embargo, un estudio más cuidadoso del tipo de textos que del Valle enviaba; y de los términos en que lo hac;ía,indica que esta relación entre autores y lectores tenía una dinámica peculiar, y una que resulta esencial para comprender las nociones de identidad nacional y continental que se iban gestando en estos años formativos. En tod.9slos casos en que del Valle enviaba algún texto, solicitaba a su destinatario que incorporaran los datos que él proporcionaba a sus obras. Él deseaba ver más información sobre Centróámérica en lo que recibía de Europa. Como le escribía a Thqmson: "Celebro vivamenteque se haya decididoa llenarmisdeseosenriqueciendosu apreciableDiccionariocon un suplemento de artículos relativos a esta RepúbUca... Yotendré la sati$faccíón deliciosa de leer su abra, y ver a mi Patria [en ella] con todo el honor que merece" .S8 Del Valle, al proporcionar esta

información complementaria, contribuía al mejoramiento de esas obras generales. Pero él, por más ilustrado y erudito que fuera, nunca podría escribir una obra con el mismo carácter instructivo y de guía que la que tenía una procedente de los centros de la civilización. En vista de la "juventud" de las naciones hispanoamericanas, era imposible que en ellas se escribieran este tipo de otras: "Vivoen una repúblicaquecomienzaahoraáformarse.No esposible enviar de ~lla lo que puede remitise de Babilonia la grande". S9 En su opinión, lo único que los hispanoamericanos podían hacer era absorber lo que venía de los centros del conocimiento, y contribuir con información local para que lo que se escribiera sobre Hispanoamérica fuera más preciso y más completo. Como escribió al director de la RévueEncyclopédique: Para que los [raciocinios] del nuevo mundo sean exactos es preciso que el antiguo le comunique sus luces. Este es mi deseo más ardiente. Yoquisiera que la comunicación de la Europa y la América fuera más estrecJ'la,más frecuente y mas extensa. Los planetas más cercanos al Sol son los más iluminados.6O

.

0, como decía Andrés Bello, un lector y autor hispanoamericano radicado en Londres, el centro mismo de producción del conocimiento: "[En América las ciencias] existencomo los vegetales exóticos de un herbario, privadas del principio de vida, sin el cual no pueden echar raíces, florecer ni dar fruto. ,,61Era necesario "trasplantar" las ciencias desde Europa, "tomar prestado" el conocimiento de los países civilizados, ".. .hasta que llegue la éPoca dichosa, en que la América, a la sombra de gobiernos moderados, y de sabias instituciones sociales, rica, floreciente, 57

Este modelo aparece en Darnton, The Forbidden

Best-seUers,

p. 183.

ss Del ValleaG.A. Thomson. Guatemala, sin fecha,en Cartas auiógrafas,p. 3 n -12. 59

lbid.

60

Del Vallea Mr Julien, director de la RevueEncyclopédique,Guatemala, 29 octubre 1831, en Cartas

.

auíógrafas,p.530-31. 61 Reseña de Andrés Bello sobre el libro de Felipe Senillosa, Programa de un curso de geometría (Buenos Aires, 1825), en Repertorio Americano, abril 1827. p. 298.

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Lecrura 'Yformación

de identidades:

las retlisras inglesas en Hispanoamérica...

libre, vuelva con usura a la Europa el caudal de luces que hay le pide prestado, desginos,

reciba

el incienso

del mundo".

y llenando sus altos

61

Los americanos, en su situación de inferioridad, podían pedir a los pensadores del viejo mundo que escribieran obras adecuadas para ellos, a cambio de las cuales podrían recibir todo honor y protección de los americanos, como lo dijo del Valle a Florez de Estrada: "Deseo que todo Sabio de Europa que dedique sus talentos á designar el Plan que deben seguir las Repúblicas de América

en sus relaciones interiores y exteriores.. sepa que indudablemente

será pro-

tegido por los Gobiernos. ,,63 O al abate Pradt: "...la obra que haría más honor a mi Patria seria la

que se dignase escribir V.sobre esta república. j Con cuánta gratitud la leeríamos todos los hijos de

estesuelo!,164 Másaún, losamericanospodíanpedirel tipo de obra que necesitaban, ydefinir qué características debía tener para que les fuera de mejor utilidad. Así exhortaba Valle a Florez Estrada, autor de un compendio de economía política, a que elaborara una teoría que, con ayuda de la información que él le enviaba, tuviera más orientaciones prácticas para los países hispanoamericanos: Si hay poquísimos, especialmente en estos países, que estudien metódicamente los principios de economía política, son aún más raros los que saben aplicados a los casos respectivos que ocurren. Leen la Cartilla de Say ó los Elementos de Mill: hablan en los corrillos o tertulias. Pero colocados en un destino o llamados a una discusión, se ven muy embarazados, y no atinan en las aplicaciones o son equivocadas las que hacen. Yoquisiera que V.que ha querido reunir en un libro lo más útil que se ha escrito en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania, diese más importancia a sus trabajos uniendo con la teoría indicaciones oportunas de lo que conviene hacer á los Estados americanos para su riqueza y prosperidad. Su obra tendría entonces doble precio en el nuevo mundo, y su alma gozaría la satisfacción de haber señalado el camino á Sociedades nacientes que necesitan guia ó preceptor.6S Para Valle, el tipo de conocimiento que los americanos necesitaban más que ninguna otra cosa, eran estas teorías aplicadas. Lasrevistas, las cartillas, los manuales, y los compendios eran ideales para Hispanoamérica porque que simplificaban las cosas y les decían, específicamente, cómo debían poner las leyes en práctica para el mejoramiento de sus vidas: Las ciencias derivan su gloria de la aplicacion de sus principios a las necesidades de los hombres y pueblos. El comercio marítimo, la navegación, los viajes, la geografía son los títulos grandes de la Astronomía. Yaes antigua en muchos puntos la Física 61 Párrafo final del 'Prospecto' de Bello a la BibliotecaAmericana (1823) y al RepertorioAmericano . (1826).

., Del Valle a Álvaro Florez Estrada, Guatemala, 7 octubre 1828, en Cartas autógrafas, p. 399-402. .. Del Valle al Abate de Pradt, Guatémala, 8 octubre 1826, p. 321. os

Del Vallea FlorezEstrada, Guatemala, 9 junio 1827,en Cartasautógrafas,p. 401-402.

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Lectura y formación de identidades; las revistas inglesas en Hispanoamérica...

de Nollet. Pero su método será eternamente ú~il.Manifiesta primero los fenómenos: los explica después; y hace últimamente aplicaciones a los usos de la vida. No habría en lapoblación inmensa de ignorantes uno solo que despreciase las ciencias si aplicando la Teoría a la práctica se la hiciese sentir toda su utilidad.66 Así como insistía en enviar información sobre la población y la historia de Centroamérica para que los grandes pensadores hicieran l~s teorías que luego le sirvieran de guía a la propia Centroamérica, del Valle también fomentaba la exploración científica de la región para que los grandes naturalistas y geógrafos recabaran información y muestras biológicas o minerales que luego les servirían para elaborar las grandes teorías científicas. Del Valle, como tantos criollos ilustrados, sostuvo una intensa correspondencia con Alexander von Humboldt, lo que contribuyó no poco a su sentido de orgullo patriótico en relación con la naturaleza física.67Lo interesante en esto es la reproducción del mismo esquema de subordinación del conocimiento americano, tanto en las ciencias humanas como en las físicas.Como lo expresó en una carta aJosé Joaquín de Mora: Hay inmensidad en los recursos naturales de esta república. Es felizsu posición geográfica: son fecundas las tierras, diversas las temperaturas, prodigiosa la vegetación, ricas las montañas, grande y majestuosa la naturaleza. Pero todavía no la ha cultivado la mano poderosa del arte. No tenemos hombres, y falta la ilustración que da vida a los pueblos.68 En la dinámica de la producción del conocimiento, América proveía la información, los datos, y Europa la teoría, la ciencia. América era la de la naturaleza rica, la de las revoluciones políticas, la de las transformaciones sociales. Pero, en esta visión, América no podía pensar acerca de sí misma, y por eso debía ser Europa la que, incorporando y procesando la información recibida de ultramar, elaborara las interpretaciones generales que sirvieran de guía y lección a las nuevas repúblicas hispanoamericanas. 6. Conclusión En este trabajo he manejado la idea de que la discusión intelectual generada por la entrada de libros y revistas extranjeros constituyó un espacio para la formación de nociones de identidad social, nacional e internacional en Hispanoamérica al comienzo de la vida independiente. En estos años, la discusión estuvo centrada en la confrontación de los países recién liberados y "abiertos" al mundo, con aquellos polos geográficos que se considera.. Ibid. 67 Una introducción al ampliamente estudiado tema de la relación entre Humboldt y la élite criolla americana al tiempo de la independencia es Thomas E Glick. 'Science and Independence in Latin America (with Special Reference to New Granada)', Hispanic American Historical Review 71:2 (1991). p. 307 -334. 68 Del Valle aJ.J. de Mora. Guatemala. 3 julio 1826. en Cartas autógrafas, p. 328-29.

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Lectura 'Yformación

de identidades:

las retJistas inglesas en Hispanoamérica...

ban el centro de la civilización, o, en menor medida, con otras regiones alejadas en las que ocurrieran procesos susceptibles de comparación con lo que estaba viviendo Hispanoamérica. En esta primera confrontación, la relación con España y el pasado histórico de las propias naciones representaba poco para la conformación de nación deseada. La percepción general de lo extranjero lo inglés como lo civilizado, hacía que la lectura de obras procedentes de estas regiones pudiera servir para justificaciones personales de pertenencia a cierto grupo social o político, exigidas por los cambios en en el nuevo orden representativo. Por otra parte, las experiencias de lectura analizadas sugieren que la conformación de estas nuevas identidades está íntimamente relacionada con las dimensiones epistemológicas de los mecanismos de transmisión y producción de copocimiento. La difusión de ideas procedentes del extranjero a través del medio impreso fue indudablemente un proceso activo, que generÓ reacciones y respuestas de sus lectores. Pero en el carácter mismo de estas respuestas se estaba reproduciendo la situación de subalternidad del papel de las naciones hispanoamericanas en la producción de conocimiento. América era la naturaleza, los datos; Europa el pensamiento, la teoría. En el marco de este peculiar proceso de transmisión y apropiación del conocimiento, las identidades individuales y colectivas surgieron definidas con respecto a y subordinadas a otros centros geQgráficoso intelectuales. Como las contribuciones de Valle lo indican, lo nacional, lo americano, lo Centroamericano, se podía definir sólo en el hueco que lo europeo dejaba, era simplemente lo que faltaba a las grandes teorías de los europeos para ser completas. Las naciones americanas, así, surgían a la vida independiente con una entusiasta percepción de sí mismas... como colonias. Bibliografía Chartier, Roger

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