SEQUILAO
ENTRE PASATIEMPO Y HERRAMIENTA ARTESANAL: ASPECTOS DE LA ENSEÑTNZA DEL DIBUJO EN EL DIECINUEVE(I) Por Natalia Majluf P ontificia
Unia er si d a d
Católica del Perú A pesar de que su obra es todavía mal conocida, el renombre de algunos pintores del siglo pasado - Gil de Castro, Laso, Masias, Merino y Montero - todavía domina el paisaje de la historia del arte peruano de esa época. Estos nombres flotan, aislados el uno del otro, en un vacío histórico de proporciones. De los demás artistas, de las discusiones estéticas, de la crítica, de la iconografía, de las instituciones que ayudaron a promover las artes, se sabe poco o nada. En estas circunstancias resulta difícil poder imaginarnos el significado que tuvieron sus obras en el medio limeño. Comprender la resonancia o la efectividad de sus propuestas implica emprender una historia de la recepción de esas obras durante el diecinueve. Lo que nos interesa es acercarnos al conocimiento de cómo se fue constituyendo un público de arte, y de entender cuáles eran las ideas y las opiniones generalizadas sobre la práctica artística. Para responder a esta interrogante se podría recurrir al estudio de la crítica; pero la discusión pública sobre temas de arte es muy limitada en la primera mitad del diecinueve, y aunque se popularizó hacia finales de siglo, su estudio debe esperar nuevas investigaciones. Además, el crítico
suele ser un profesional con una educación especializada; sus opiniones no necesariamente reflejan ideas generalizadas o comunes. Queda otra posibilidad, la de analizar la formación artística que recibía un ciudadano medianamente educado. Es esta última vía de análisis la que quisieramos acometer en este ensayo. No intentaremos analizar la enseñanza del dibujo entre los artistas profesionales, tan sólo intentaremos ilustrar cómo se enseñaba y cómo era comprendido el dibujo entre el gran público limeño. En el Perú de finales del siglo dieciocho, la enseñanza artística se limitaba a la enseñanza profesional, y aunque los gremios artesanales y el sistema de aprendizaje en el taller de un maestro subsistirán como instituciones pedagógicas hasta bien entrado el siglo diecinueve, éstas comenzarán a competir con nuevas modalidades de enseñanza que surgen al finalizar el dieciocho. En este sentido, la 'Escuela de Diseño' que abre el pintor sevillano José del Pozo en Lima en 1791 constituye un hito en el desarrollo de la enseñanza artística en el Perú. El siguiente fragmento de la noticia de la apertura de esa escuela, publicado en el Mercurio Peruano, habla por sí solo: El tiempo destinado para