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MOTOR
from Re-vista 227
Mirón, pantalla, submarino y elefante: cuatro efectos que debes evitar en un vehículo
La palabra efecto asociada a la seguridad vial se utiliza muy a menudo. El objetivo suele ser el de alertar a los usuarios de la vía de posibles riesgos inminentes derivados de la conducción para evitar que nos pillen por sorpresa. El término «efecto» se ha ido utilizando para cada vez más situaciones, perdiendo algo de efectividad a la hora de poder recordar. Por eso, quizá sea hora de repasar alguno de los efectos más relevantes. El efecto mirón ya es un viejo conocido. El efecto mirón lleva con nosotros muchos años. Se trata de aquel comportamiento que implica reducir la velocidad cuando se produce un incidente cercano en carretera con el objetivo de observar con detalle qué ha ocurrido. En muchas ocasiones y, sobre todo, cuando tiene lugar en autovía o autopista, el efecto mirón se da no solo en el sentido de la marcha, sino también los carriles por los que se transita en sentido opuesto. Este efecto va más de la observación natural consecuencia de la propia conducción y mucho más allá del deber de las siglas PAS. Y es que el efecto mirón persigue satisfacer la curiosidad. Con el tiempo y las nuevos dispositivos, el efecto mirón se ha agravado. Algunos conductores no solo disminuyen la velocidad de paso, sino que toman fotografías o vídeos de lo sucedido. Este resulta un caso más de los usos desafortunados de las nuevas tecnologías. Dada de la gravedad de esto, la DGT nos sigue recordando las repercusiones peligrosas de actuar así, causando retenciones o incluso pudiendo provocar siniestros. El efecto pantalla. Hay efectos que no dependen del conductor en sí, sino de factores externos. El efecto pantalla ilustra esto y se refiere a las consecuencias negativas que el viento puede causar en carretera. Eso sí, mantiene la misma premisa que el resto de efectos, pues se suele dar de forma sorpresiva. Ocurre cuando perdemos el control de la dirección del vehículo durante un breve lapso de tiempo y damos un volantazo inintencionado por culpa de la fuerza del viento. Puede pasar cuando salimos de un túnel o cuando rebasamos a vehículos de gran tamaño, como autobuses o camiones. La DGT aconseja estar pendientes y, si es preciso, girar ligeramente el volante hacia el lado contrario al que sopla el viento. De este modo podremos prevenir complicaciones, como que la imprevista ráfaga nos lleve de forma involuntaria al carril contrario durante unos segundos.
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Un elefante y un submarino para concienciar sobre el cinturón. Dos de los efectos con más poder visual son los conocidos como efecto submarino y efecto elefante. Ambos responden a la necesidad vital de utilizar los sistemas de retención y hacerlo de forma correcta. La Fundación MAPFRE nos explica en qué consiste el efecto submarino y por qué es tan peligroso: “(…) es la causa de llevar el cinturón de seguridad holgado y no ir de forma correcta al volante. Pongamos un ejemplo, vienes de la playa y colocas una toalla para no mojar el asiento. De repente, notas como tu cuerpo comienza a deslizarse por el asiento. El efecto submarino se produce cuando el cuerpo no está bien sujeto por el cinturón de seguridad, presiona el asiento hacia abajo y comienza a deslizarse debajo de la banda abdominal del cinturón de seguridad”. Según la Fundación MAPFRE, este efecto incrementa el riesgo de impacto contra el volante o el salpicadero, que se produzcan lesiones internas en el abdomen o que el cuerpo se cuele por debajo del cinturón con un consecuente golpe y posible traumatismo en las piernas.
El efecto elefante, por su parte, proviene de un anuncio francés que rezaba «No viaje con un elefante en el asiento trasero” para referirse al

GANDÍA MOTOR peligro de que los pasajeros de los asientos traseros no se abrochen el cinturón. De salir despedidos contra el conductor en caso de impacto este equivaldría al de chocar contra un elefante. La DGT ha ido recuperando esta consigna para concienciar sobre el uso total del cinturón. Y es que se ha constatado que en 2018 el 23% de los fallecidos en siniestros no usaba el sistema de retención. No todos los efectos son peligrosos. Los efectos de los que os hemos hablado suponen un riesgo al volante. Sin embargo, la palabra en sí no se utiliza de forma única para concienciar sobre peligros, sino también para recomendar comportamientos más cívicos. Tal es el caso del efecto pasillo. Consiste en dejar paso a los vehículos de emergencia al detectarlos, apartándonos hacia izquierdo o derecho de la calzada en función de por donde se circule.
Como se puede comprobar ya existen bastantes efectos relacionados con la conducción y la seguridad vial y, con todo, no sería de extrañar que pronto veamos alguno más de cara a seguir trabajando por la concienciación.
Autor: Jaime Ramos Fuente: circulaseguro.com