Las representaciones sacras de Lorquí. Una transición incompleta al Paso-Escena Francisco García Marco Emilio José Marco Gomáriz La Semana Santa de Lorquí es pródiga en representaciones teatrales. Es más, podríamos decir que estas son su esencia, no solo por su antigüedad, sino, sobre todo, por la intensidad emocional con la que se viven. Al mismo tiempo, en el momento presente, las mismas forman parte inseparable del discurso procesional, ya sea como prólogo, ya sea como epílogo de los desfiles. The Holy Week in Lorquí is generous in theatrical performances. Moreover, we could say that these are its essence, not only because of their antiquity, but, above all, because of the emotional intensity with which they are lived. At the same time, nowadays, they are an inseparable part of the processional discourse, either as a prologue or as an epilogue of the parades.
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stas representaciones no han derivado en la configuración final de un paso procesional narrativo y/o descriptivo, sino que se mantienen como puro teatro en el que las imágenes son los actores principales. Estas representaciones son tres: Encuentros Dolorosos y Bendición de Ntro. Padre Jesús Nazareno, la noche de Jueves Santo; el Santo Desenclavamiento, Viernes Santo Noche, y el Encuentro Glorioso la mañana del Domingo de Resurrección. Si seguimos un orden cronológico debemos comenzar con los Encuentros Dolorosos y la Bendición de Ntro. Padre Jesús Nazareno. Los mismos acontecen al final de la procesión de Jueves Santo, cuando el reloj del templo parroquial marca la transición a la madrugada del Viernes Santo. Tienen lugar en la plaza de la Libertad, a los pies del imafronte parroquial, y, en los mismos, participan todas las imágenes que, previamente, han desfilado en la procesión, excepción hecha de la imagen del Stmo. Cristo del Perdón. Son estas ceremonias del Jueves Santo sobre las que tenemos menos constancia documental. No obstante, la génesis de las imágenes protagonistas (Ntro. Padre Jesús Nazareno y Stma. Virgen de los Dolores) está, íntimamente, unida a este acto. La imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno “nació” preparada para la “Bendición” desde el mismo taller de Francisco Salzillo. La movilidad de su brazo derecho y la estructura metálica que la permiten siempre han estado en la estructura interna de la imagen. Además, la peana de la imagen y el trono procesional antiguo (al menos desde 1897) tienen las aperturas necesarias para la prolongación de las estructuras metálicas que permitían la representación. Junto a estas evidencias materiales tenemos otras espacio-temporales. Estas son la configuración o renovación de las estaciones del Vía Crucis en las décadas finales del Setecientos y la celebración de una procesión matutina el Viernes Santo hasta 19551. Al mismo tiempo, tenemos el hecho cierto de que ambas imágenes llegaron con el fin de completar un discurso pasional existente, pero incompleto, en el que el Desenclavamiento se celebraba desde 1698. La representación concreta la desconocemos pero intuimos que debía ser parecida a la celebración en otros lugares del antiguo Reino de Murcia2. Dicho todo esto, la ceremonia actual ilorcitana consta de tres actos consecutivos, aunque diacrónicos. El primero es el Encuentro de Ntro. Padre Jesús Nazareno con la Sta. Mujer Verónica. El segundo acto es el encuentro de Ntro. Padre Jesús Nazareno con
1. Decretum Genérale Quo Liturgicus Hebdomadae Sanctae Ordo Instauratur de la Sagrada Congregación de Ritos, del 16 de noviembre, que trasladó los oficios de Semana Santa a la tarde. 2. LOZANO SANTA, 1794: pp. 134-135: “Algunas pequeñas ermitas o pasos del Vía Crucis llegan hasta la eminencia (Cabezo de Los Pasos), (…).
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