editorial CONSEJO DE REDACCIÓN LA ESENCIA ARREBATADA
L
as incertidumbres se cuelan en la vida condicionándola. Problemas sociales e inquietudes inexistentes hace apenas unos pocos años forman parte de la realidad actual. Nuevos conflictos se unen a los ya existentes sumergiendo el discurrir de la humanidad entre senderos oscuros e inquietantes. La respuesta a todo ello es contundente y eclosiona, como remembranza perpetua, un año más: Jesús Resucitado. Sobre este pilar imperturbable los cristianos construimos nuestro día a día y en Semana Santa, como desde hace siglos, hacemos pública muestra del convencimiento en estos misterios redentores que salvan al Mundo. El Reino de los Cielos, o mejor dicho, hacer tangible el Reino de los Cielos constituye nuestra monumental aportación a la humanidad. Solo la contundencia de esta afirmación en la Verdad es la que justifica y apremia al discurrir público por las calles de Murcia de nuestras procesiones. El hábito penitencial y los pasos adquieren entonces su sentido pleno. Dentro del cortejo son los grupos escultóricos los que condensan este discurso evangélico dónde se recuerda la Pasión. Como los misterios de un magno retablo, irán atravesando lentamente la ciudad sobre los hombros de los estantes. En ellos el Señor, la Virgen, los discípulos o los sayones, irán desgranando, como un gigantesco teatro, el relato sacro que, cada año, se proclama en las iglesias desde los púlpitos. Este es el fundamento de la Fe de los nazarenos. Fieles a su cita, los conjuntos escultóricos ideados por Bussy, Salzillo, Sánchez Lozano o Hernández Navarro, entre otros, irán transcurriendo por las arterias urbanas para que toda Murcia sea testigo del milagro. Este año, además, un milagro renovado pues junto a los pasos acostumbrados un nuevo grupo hará su irrupción. En efecto, este 2022 el Expolio tallado por Ramón Cuenca Santo completará el, ya insuperable, discurso narrativo de los cortejos. Es por ello momento de volver la vista atrás y, desde esta edición de Cabildo, asomarnos al discurso históricoartístico de esta tipología fundamental del arte hispánico. La contundencia de las tallas policromadas arrojará la luz de sus policromías contribuyendo al efecto caleidoscópico de nuestra manifestación secular. Y la Primavera, con sus azahares blancos sobre el verde esperanzado de los cítricos, será testigo de todo ello, dispersando la esencia de la Vida nueva sobre las adversas grisallas de las heridas humanas. Que el Señor en su plenitud, como en los pasos, traiga a los corazones el relato latente y eterno de la Verdad. Un diáfano mensaje que, por encima de todo, se sobreponga sobre aquellas inquietudes que nos ciernen. Que la ciudad entera sea testigo del triunfo efímero de la belleza que durante estos días nos devolverá su esencia arrebatada. Que así sea.