MARÍA, CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS

UNA OPORTUNIDAD PARA ABRIR CAMINO

Ana Belén Lozano Gálvez Cabo de Andas del paso María, Consuelo de los Afligidos

Aunque el sentimiento nazareno me ha acompañado a lo largo de mi vida, nunca tuve en mente la inquietud de abrir camino en el papel que juega la mujer dentro de la Semana Santa. También es cierto que jamás he tenido la sensación de estar limitada por el hecho de ser mujer, aunque el panorama era bien distinto a la percepción que yo tenía, ya que la mujer ha tenido un papel muy reducido en el mundo cofrade durante muchos años, por suerte no tiene nada que ver con el panorama actual.

Aún recuerdo la ilusión que me hizo cuando la Archicofradía del Stmo. Cristo de la Sangre, abría a la mujer la posibilidad de participar como celadora en su cortejo procesional. Han sido pasos que poco a poco han ido normalizando la figura de la mujer en las distintas Cofradías. Pero donde tuve la oportunidad de sembrar mi semilla y con ella contribuir enriquecer la Semana Santa fue en la Cofradía del Stmo. Cristo de la Salud, Cofradía a la que pertenezco desde hace años. Su presidente, Jose Isidro Salas, fue quien me llamó, conocedor de mis inquietudes, cariño y dedicación por la Semana Santa, y en noviembre del 2014 me propuso sacar un nuevo trono, el primer trono femenino. En aquel momento encabezar un proyecto como ese me pareció una locura, una idea arriesgada pero a la vez muy atractiva. En un principio mi cabeza solo pensaba en una larga lista de pros y contras que me encontraría con la puesta en marcha de este proyecto, así como la incertidumbre de cómo comenzar a darle forma a esa idea para sacarla hacia delante y desde luego, meditando la decisión de si debería o no aceptar la propuesta. Terminó siendo un reto para mí y el inicio de un sueño, que posteriormente se haría

realidad, y que implicaría sin lugar a dudas un avance importante en la participación de la mujer dentro de los tronos de nuestras Cofradías.

Tras largas semanas de meditar, valorar y contando con el apoyo incondicional de mi marido, pilar fundamental para mí, decidí comprometerme y embarcarme en esta andadura.

Una vez aceptada, la idea del conjunto también la teníamos, pero había que darle forma, y para ello empezamos varios miembros de la Junta de Gobierno de la Cofradía a buscar a un escultor que le diese forma a aquella idea que no sabíamos cómo materializar. Pero pronto la ilusión empezó a vencerse y decaer. En cuanto se dio a conocer la noticia que se iniciaba un nuevo proyecto para la Semana Santa, que sería el primer trono femenino, empezaron a aparecer detractores que pusieron todo su empeño echar por tierra toda la información relacionada con este nuevo trono. Tengo que reconocer que aquello me pilló de sorpresa, no llegaba a entender que punto exactamente de la noticia era el que había desatado la polémica. Cuantos tronos nuevos se habían creado en años anteriores y nunca había oído ese ataque de críticas por cada detalle que se conocía. Para mí resultó ser un pulso que terminé por aceptar y superar, y que lejos de hundirme me hizo fuerte, me dio más ganas de trabajar para conseguir sacar el proyecto adelante. Tengo que aclarar, que una vez pasado ese bache inicial, el resto del tiempo fueron meses de mucho trabajo donde no volví a escuchar ni un solo reproche.

Fueron 3 años difíciles para avanzar en cada detalle, pero sobre todo y más importante, lo más complicado para mí fue conseguir la dotación de personas. En un trono masculino, encuentras nazarenos para cargar entre los propios compañeros de tu paso en las distintas Cofradías donde participas, pero mujeres que carguen prácticamente no habían. Con lo cual la búsqueda se complicaba mucho ya que no había un lugar donde buscarlas. Tuve que recurrir a un despliegue de ocurrencias para poder captar la atención de nazarenas murcianas que tuvieran la inquietud de cargar un paso.

La idea más insólita y desde luego poco corriente, fue hacer una campaña de crowdfunding. La finalidad de este tipo de campañas es conseguir liquidez a través de pequeñas aportaciones de mucha gente. El resultado de mi crowdfunding, no fue obtener el capital que me faltaba, fue mucho mejor, porque conseguí la gente que no tenía para completar la dotación. Con lo cual, aunque el objetivo era distinto, la respuesta resultó ser más que buena.

El día que firme el contrato de realización de las imágenes fue un momento importante y muy significativo para mí por las implicaciones que conllevaba. Lo recuerdo como si fuese ayer, el 26 de septiembre del 2015 en la plaza de Gracia en Granada. Aquel momento fue baño de realidad. Firmaba el contrato de realización de las imágenes cuando la dotación del trono en aquel momento eran 5 personas de las 50 que actualmente lo componen. Ahora cuando lo pienso, desde luego fue un paso arriesgado que no volvería a repetir en esas circunstancias. Era el inicio de la cuenta atrás, ya que a partir de ese momento

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había una fecha de salida en procesión y una gran cantidad de puntos por resolver.

Fueron meses de mucho trabajo y esfuerzo, noches en vela, angustia, muchas horas, días y fines de semana robados a mi familia, pero que hoy, echando la vista atrás, doy por buenos y compensados. Porque independientemente de la satisfacción de haberlo conseguido, de ver mis imágenes en la calle, de que formen parte de esta Semana Santa. Esta andadura me ha hecho enriquecerme como persona, me ha enseñado a afrontar contratiempos con serenidad, me ha dado una familia nueva, mi familia nazarena que tanto me ha ayudado y hoy son parte de mi vida.

No quiero terminar este artículo sin dar las gracias a dos personas fundamentales en mi formación como Cabo de Andas, Fernando Esteban y Antonio Noguera, Cabos de Andas del Cristo de la Salud. Porque hicieron suyas mis inquietudes, estuvieron a mi lado en cada ensayo y porque con ellos di mi primer toque como Cabo de Andas.