Tal dia como hoy, José Javier Esparza

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Tal día como hoy Almanaque

de la historia de

España



José Javier Esparza

Tal día como hoy Almanaque

de la historia de

España


Primera edición: noviembre de 2016

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www. conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). © José Javier Esparza Torres, 2016 © La Esfera de los Libros, S.L., 2016 Avenida de Alfonso XIII, 1, bajos, 28002, Madrid Tel.: 91 296 02 00 www.esferalibros.com ISBN: 978-84-9060-850-0 Depósito legal: M. 33.405-2016 Diseño y maquetación: Dímeloengráfico www.dimeloengrafico.es Impresión: Anzos Encuadernación: De Diego Impreso en España-Printed in Spain


ร ndice

Prรณlogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Enero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Febrero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Marzo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Abril. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 Mayo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329 Julio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 Agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455 Septiembre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 519 Octubre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 581 Noviembre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 645 Diciembre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 707

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Aurora, 9-4-1992.


Prรณlogo



Prólogo Cada día tiene su afán (y el de España es inmenso)

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iene razón Luis Suárez cuando dice que España es una de las cinco grandes naciones que han construido la Historia Universal, con Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. Eso no quiere decir que las otras naciones no tengan historia –y bellísima muchas veces– ni hayan aportado nada al mundo, no. Eso quiere decir, simplemente, que el concepto de universalidad nace precisamente por la acción de estas cinco naciones en la Historia: son ellas las que han alumbrado ideas, descubrimientos e invenciones que han dado al mundo la conciencia de ser tal y el sentimiento de formar una unidad. Basta pensar en el descubrimiento de América o en la circunnavegación del globo. Y esto, por cierto, lo hicieron españoles. Hoy nos miramos y nos vemos pequeños, como enanos que corretean en un mundo de gigantes. Pero lo que los españoles llevamos en la mochila, con nuestras proezas y nuestras miserias, es más bien lo otro. Hay que saberlo. Por eso este libro. La Historia se hace día a día y cada día tiene su afán. Ningún día se parece a otro y, no obstante, todos dejan su huella, como un eco, en los días posteriores, en todos y cada uno de los días de nuestras vidas. Para cualquier amante de la Historia es estremecedor pensar que tal día como hoy, en este día gris de nuestra agenda, marcado por la misma

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rutina de siempre, fue sin embargo cuando Colón descubrió América, o cuando los bárbaros invadieron España, o cuando Isabel II partió al exilio o cuando Cortés entró en Tenochtitlán. Así nuestras vidas son, en el fondo, como colores nuevos aplicados sobre una pintura más antigua, y basta rascar un poco en el lienzo para descubrir que la capa más vieja permanece sobre la tela, hablándonos y, aún más, revelándonos el secreto de quiénes somos. Hoy nos llamamos españoles porque antes, tal día como hoy, otros hicieron España. Hoy hablamos nuestra lengua de un modo determinado porque antes, tal día como hoy, alguien escribió una Gramática. Hoy habitamos en nuestra ciudad porque antes, tal día como hoy, alguien la pobló por primera vez. Todos esos «alguien» no desaparecieron en la nada, sino que siguen ahí, hablándonos, aun cuando habitualmente no percibamos su presencia. En el fondo toda existencia, individual o colectiva, es la suma de otras existencias anteriores. Sobre esa herencia construimos nosotros nuestra propia trayectoria. Otros vendrán mañana a pisar sobre la misma huella que nosotros dejamos. El día que perdamos la conciencia de esa continuidad, habremos extirpado una dimensión fundamental de la condición humana: la historicidad. Este almanaque de la Historia de España pretende ser un instrumento para no perder esa dimensión. Es un recordatorio de quiénes somos y de dónde venimos. El formato de calendario intenta ofrecer algo más que una sucesión de efemérides más o menos completas (¡nunca ninguna estará completa!), algo más que una lista de hechos importantes o de jalones en el camino. Este calendario imposible, donde el paso de un día a otro nos mueve tres o cuatro siglos en el tiempo, nos acerca la idea de que la Historia, de algún modo, siempre está teniendo lugar. La destrucción del sentido cronológico hace aparecer un sentido diferente, propiamente transhistórico, donde Churruca convive con la Beltraneja y Cánovas con don Pelayo. ¿Qué tenía esa gente en común? Algo muy importante: nosotros, hoy. 12


La Historia no es una sucesión de ciclos repetitivos, aquellos «ciclos desconsolados» que deploraba Agustín de Hipona. Es verdad que la libertad humana construye la Historia. Pero tampoco es una línea que empezó alguna vez, quizá ya olvidada, y ha de llevarnos a alguna meta desconocida –preferentemente, bella– por un camino siempre nuevo; porque los hombres, en el fondo de sí, son siempre lo mismo, e idénticas son sus pasiones y sus razones. Ni ciclo ni línea, pues. Más bien podemos imaginarnos el flujo de la Historia como el hilo que gira en torno a un ovillo: no podemos dejar de ser lo que somos, y por eso siempre damos vueltas sobre lo mismo, pero, de igual manera, tenemos en nuestras manos la herramienta de la libertad, de modo que cada giro puede ser sustancialmente distinto al anterior. El conocimiento de la Historia sirve, también, para saber qué dirección evitar y cuál otra tomar, y en esa experiencia se enriquecen los pueblos y los individuos. Esta disquisición puede parecer banal, pero no es intempestiva cuando vemos cómo tanta y tan poderosa gente se empeña, todos los días, en hacernos olvidar quiénes somos. Por supuesto, la selección de acontecimientos que aquí presentamos es perfectamente discutible. El criterio general ha sido escoger aquellos hechos que más han marcado nuestra construcción como realidad histórica y que más han determinado nuestra existencia presente. Eso, por cierto, afecta no solo a la España peninsular, sino también a la huella española en América y Asia. Con toda seguridad se habrán quedado en el tintero mil hechos y mil personajes que habrían merecido algún desarrollo. En compensación, todo lo que aquí aparece es trascendental, y no solo las grandes batallas o los grandes movimientos políticos, sino también los no menos grandes genios de las artes o el pensamiento. Leerlos con su día y su año ayuda a situarlos en el tiempo y, sobre todo, a situarnos a nosotros en su estela.

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Retomemos la idea de Suárez: España es una de las cinco naciones que han construido la Historia Universal. Léase este almanaque como un dietario posible de la vida de España. De nuestras vidas, al fin y al cabo.

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Enero

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de enero Nace Rodrigo Borgia, papa Alejandro VI

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al día como hoy del año 1431 nacía en la localidad valenciana de Játiva Rodrigo de Borgia (en realidad, Borja), que será papa como Alejandro VI y tendrá un papel crucial en la Historia de España. Los Borja eran un viejo linaje aragonés cuyos primeros antecedentes se rastrean en la conquista de Valencia en el siglo xiii. La familia –un verdadero vivero de talentos– ascendió hasta llegar al papado de Roma en la persona de Alonso de Borja, pontífice con el nombre de Calixto III en 1455. Con Calixto marchó a Roma su sobrino Rodrigo Llançol y Borja, que italianizó su apellido como Borgia: ese es nuestro hombre. Protegido por la influencia familiar y aupado en una inteligencia extraordinaria, Rodrigo supo ascender en la Curia en un tiempo en el que el papado era una institución mucho más política que religiosa. Ordenado sacerdote en 1451, cuatro años después ya era obispo y en 1456 fue nombrado cardenal para enseguida hacerse cargo de la vicecancillería de la Iglesia. ¿Nepotismo? Por supuesto, pero también una habilidad descomunal para la diplomacia, la intriga, la administración y el juego a largo plazo en una Iglesia que actuaba habitualmente como juez y parte en los grandes conflictos internacionales. De hecho, muerto su tío Calixto, todos los papas siguientes mantendrán a Rodrigo en su puesto de vicecanciller. En calidad de tal, amañó la bula para legitimar 17


el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, un asunto que sería decisivo para la historia posterior. Rodrigo de Borja llegó al papado en 1492, el año de los prodigios, con el nombre de Alejandro VI. No era, ciertamente, un hombre santo, pero pocos en la Curia lo eran. Mientras garantizaba a su numerosa progenie un buen pasar –se le atribuyen nueve hijos–, Alejandro neutralizaba las ambiciones francesas sobre Italia, reorganizaba la maltrecha salud de los estados papales, arbitraba los conflictos de Nápoles –con ventaja para el lado español– y delimitaba los derechos de España y Portugal en el nuevo mundo descubierto al otro lado del Atlántico. Nombró al primer vicario apostólico en América, el catalán Bernardo de Boil, y subrayó la obligación de evangelizar a los indígenas. Él fue quien concedió a Isabel y Fernando el título de «Reyes Católicos». Alejandro VI, Rodrigo Borgia, murió después de un banquete en 1503. Sus hijos César y Lucrecia serán incapaces de consolidar el poder de los Borgia en Italia, pero de otro de sus vástagos, Juan, duque de Gandía, saldrá nada menos que San Francisco de Borja.

Otros hechos * 15 40: En Cuzco, Perú, el conquistador Pedro de Valdivia parte hacia Chile.

* 1820: En Las Cabezas de San Juan, Sevilla, el general Rafael de

Riego, al mando de un ejército que debía acudir a América para sofocar las insurrecciones independentistas, se subleva para que el rey Fernando VII acate la Constitución de 1812.

* 1913: En Madrid, el líder conservador Antonio Maura, amenazado por la izquierda, criticado por los liberales y acosado por la oligarquía, renuncia a su escaño y a la jefatura del partido.

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de enero La toma de Granada

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al día como hoy, 2 de enero de 1492, tras diez años de guerra, las tropas de los Reyes Católicos entraban en Granada, el último estado islámico de la península. El rey nazarí, Boabdil, rendía la ciudad y negociaba con Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, las condiciones de la capitulación. Pocos días más tarde, el 6 de enero, los Reyes Católicos harán su entrada triunfal en las calles granadinas.

El Reino nazarí de Granada había sobrevivido a la hecatombe musulmana de Las Navas de Tolosa, en 1212, por un azaroso cúmulo de circunstancias: deshecho el poder almohade en Al-Ándalus, las grandes familias moras se las arreglaron para salvar los muebles a favor de la orografía, que protegía el espacio granadino, y ante el desinterés de los reinos cristianos, que en la época atendían más a sus propios problemas. Así pudo crecer un floreciente reino que abarcaba desde las sierras de Málaga y Cádiz hasta Almería y desde Sierra Morena hasta el Mediterráneo. Vasallos de Castilla unas veces y de Aragón otras, y al mismo tiempo en estrecho contacto con los señoríos musulmanes del norte de África, la oligarquía nazarí (de Nasr, el nombre del fundador) construyó un auténtico emporio de riqueza. El siglo xiv fue su momento de apogeo. Después, las guerras de poder entre los grandes clanes locales empezaron a desgarrar el reino. La decadencia ya no tendría vuelta atrás. 19


Para Isabel de Castilla y Fernando de Aragón la toma de Granada será una obsesión permanente. Después de una larga y compleja combinación de política y guerra, el reino nazarí había terminado cayendo bajo sus propias querellas internas. Los últimos compases del conflicto fueron en realidad una larguísima negociación sobre los términos de la capitulación. Una vez lograda, la conquista será un acontecimiento de alcance universal. No solo fue decisiva para la Historia de España. Toda Europa la vivió, en aquel mismo momento, como una noticia formidable, uno de esos sucesos que hoy llenarían horas de radio y televisión, portadas y portadas de periódicos. En Roma se celebraron grandes solemnidades religiosas que culminaron con una gigantesca procesión de tres días, presidida por el papa. La santa sede otorgó a los reyes de España el título de reyes de Jerusalén por esta gesta. En el reino de Nápoles, la victoria cristiana fue conmemorada con una obra teatral cuyos personajes alegóricos eran la Alegría, el Falso Profeta Mahoma y la Fe. En Londres, en la abadía de Westminster, el Canciller de la Corona, ante una enorme multitud convocada por las campanas, anunció solemnemente la victoria de los cristianos sobre los musulmanes. Así desaparecía el último reducto de poder musulmán en España desde aquel lejano año de 711. La Reconquista había terminado.

Otros hechos * 15 5 3: En Lima, virreinato del Perú, abre sus puertas la Universidad de San Marcos, la primera de América.

* 1762: Inglaterra declara otra vez la guerra a España.

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de enero El general Pavía disuelve la I República

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al día como hoy, 3 de enero de 1874, la guardia civil irrumpía en las Cortes y disolvía la I República española. Ha pasado a la leyenda la figura del general Pavía, capitán general de Castilla la Nueva (Madrid), entrando a caballo en el Congreso. En realidad Pavía jamás entró a caballo. Ni siquiera a pie. El militar se limitó a enviar a una dotación de la Benemérita, lo cual fue suficiente para derribar a un gobierno tan débil que su presidente, Eduardo Palanca, había tenido que ser llevado a rastras al parlamento, porque no quería aceptar el cargo. La I República había nacido en febrero de 1873 tras la renuncia al trono de Amadeo de Saboya, el rey de lance elegido por los generales que promovieron la revolución liberal de 1868. Si el gobierno revolucionario había sido un caos y el reinado de Amadeo una caricatura, la I República será una casa de locos. Con cuatro presidentes en menos de un año, España se debatía entonces entre la guerra carlista y la amenaza cantonalista, que estaba despedazando al país. El capitán general de Madrid, Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque, gaditano de cuarenta y seis años, un militar de izquierdas que había hecho carrera a la sombra de Prim, advirtió al poder de que si los federalistas se hacían con el Gobierno tendría que intervenir, porque la ruptura de la unidad nacional estaba asegurada. Los federalistas se hicieron, en efecto, con el control del poder y Pavía, 21


apoyado por todo el ejército y la mayoría de la población, cumplió su palabra: envió una nota al presidente de las Cortes, Salmerón, ordenándole que «desalojara el local». Salmerón se negó y la guardia civil hizo acto de presencia. Los diputados abandonaron entonces el hemiciclo. Una vez disueltas las cortes, Pavía mandó llamar al general Serrano y a Sagasta, jefes de los partidos, y puso el poder en sus manos. Serrano instauró una república unitaria bajo un gobierno de corte autoritario que aún duraría otro año. Después, en 1875, vendría la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII. En cuanto al general Pavía, su intervención le había hecho tan popular que se presentó a diputado por Madrid y obtuvo el 90 por ciento de los votos. Le aguardaba todavía una brillante carrera política y militar: senador vitalicio en las Cortes de la monarquía restaurada, capitán general sucesivamente de Cataluña y, nuevamente, de Castilla la Nueva (donde sofocó el levantamiento republicano de Villacampa), presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina y finalmente, en 1892, capitán general. Pavía murió en 1895.

Otros hechos * 18 31 : Se inaugura la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, la

única de su género en España y en América, aprobada el año anterior por Fernando VII. Durará tres años.

* 1938 : La guarnición nacional de Teruel se rinde a las tropas republicanas en la batalla de Teruel. Será la única capital de provincia recuperada por el Frente Popular en toda la guerra.

* 1979: El Gobierno español de Adolfo Suárez firma con la Santa Sede un nuevo concordato, en sustitución del de 1953.

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de enero Muere Benito Pérez Galdós

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al día como hoy, 4 de enero de 1920, moría en Madrid a los setenta y seis años de edad Benito Pérez Galdós, uno de los nombres fundamentales de la literatura española y figura eminente de la novela del siglo xix.

Galdós había nacido en 1843 en Las Palmas de Gran Canaria, hijo de un coronel del ejército que llenó su imaginación infantil con historias de la Guerra de la Independencia. Enamorado perdidamente de una prima suya, sus padres decidieron enviarle a estudiar a Madrid, y desde entonces se afincó en la capital de España. Inició la carrera de Derecho, que no concluyó, y pronto empezó a escribir en periódicos. En 1870 publicó su primera novela: La fontana de oro, pero la obra que le consagró fueron los Episodios nacionales, una larga e intensa crónica de la España del xix que comenzó a publicarse en 1876 y seguiría apareciendo hasta 1912. Los Episodios nacionales son cuarenta y seis novelas históricas repartidas en cinco series que reconstruyen toda la España decimonónica. Obra irregular y heterogénea, sin embargo constituye un material de primer orden para conocer la vida nacional en aquel periodo. Dotado de una prodigiosa capacidad de observación y de una memoria visual sobrehumana, Galdós se convirtió en el perfecto retratista de la España de su tiempo. Sus grandes novelas sociales –Miau, Fortunata y Jacinta, Marianela, Nazarín– son el dibujo minucioso de un 23


tiempo y un país. Hombre de ideas izquierdistas, participó en la vida política, pero sin compromisos. Sagasta le hizo diputado por Puerto Rico en 1886, pero jamás pisó su circunscripción. Teóricamente era republicano y progresista, pero sus amigos eran de derechas: Pereda, Pérez de Ayala, Menéndez Pelayo… Académico de la Española desde 1897, su nombre se barajó para el Nobel en 1912. Galdós obtuvo muy pronto el reconocimiento del público, pero era un administrador calamitoso. A sus problemas con su primer editor, que terminaron en los juzgados, se añadió su carácter esencialmente manirroto. Terminó empeñándose con todos los usureros de Madrid; los cuales, por supuesto, jamás cobraron sus deudas. Más de 30.000 madrileños acompañaron a su cadáver hasta el cementerio madrileño de La Almudena.

Otros hechos * 1 493: Cristóbal Colón zarpa de La Española (actual República Dominicana) después de su primer viaje. Está persuadido de haber llegado a las Indias por occidente.

* 18 5 7: Se inaugura el ferrocarril Mataró-Arenys de Mar. El primer ferrocarril se había creado nueve años antes entre Barcelona y Mataró.

* 1904: El Gobierno Maura crea el Centro de Ensayos de

Aerostación, bajo la dirección de Leonardo Torres Quevedo. Es el nacimiento de la aeronáutica en España.

* 1969: Tratado de Fez: España reconoce la soberanía marroquí sobre Ifni a cambio de derechos de pesca en aquellas aguas.

* 1977: Promulgación oficial de la Ley de Reforma Política, paso clave en la transición desde el régimen de Franco a la democracia parlamentaria.

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de enero Abdicación de Ramiro II de León

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al día como hoy, 5 de enero del año 951, abdicaba el rey de León Ramiro II, el último gran monarca de la casa asturiana. Hijo de Ordoño II y nieto de Alfonso III Magno, Ramiro pertenecía al linaje que había obrado el milagro de la supervivencia del viejo reino de Asturias, el solar de la Reconquista, que desde el año 910 había trasladado su capital –y su nombre– a la vieja ciudad legionaria: el reino de León. Ramiro había subido al trono en el año 931 después de un complejo proceso donde no faltó la sangre. Ocurrió que la corona de Ordoño II no fue para los hijos del rey, sino para su hermano Fruela II. Pero este murió al año siguiente (de lepra) y entonces los hijos de Fruela y los de Ordoño tuvieron que pelear por la corona. Ganaron los Ordóñez, que se repartieron el reino: León para Alfonso, Galicia para Sancho y Portugal para Ramiro. Ahora bien, Sancho murió y sus tierras pasaron a Ramiro. Y enseguida Alfonso, deprimido por la muerte de su esposa, abdicó en nuestro personaje. Para desdicha de la cristiandad, tanto los hijos de Fruela como el propio Alfonso, arrepentido de su decisión, no dejarían de conspirar para recuperar lo perdido. Hubo guerra. Y ganó Ramiro. Ramiro II tuvo que hacer frente entonces a un enemigo mucho más poderoso: Abderramán III, el califa cordobés, que envió incesantes ejércitos contra la frontera cristiana. Ramiro supo ganarse la alianza de 25


navarros y aragoneses e hizo frente a Abderramán en Simancas, una de las batallas más importantes de la Edad Media española, donde las armas cristianas desarbolaron a las musulmanes infligiéndoles una feroz derrota. Aquella victoria permitió a León llevar la frontera hasta la cuenca del Tajo. Era el año 939. El resto fue gobernar: Ramiro II levantó un nuevo palacio en León, reorganizó la administración, creó una red de monasterios para vertebrar el territorio e incluso domó los afanes independentistas del conde de Castilla, Fernán González. Un gran rey. Corría enero de 951 cuando Ramiro II, enfermo de muerte, abdicó. Murió muy poco después: según las fuentes cristianas, ese mismo mes de enero; según las fuentes moras, algo más tarde, en junio. Así lo cuenta la crónica de Sampiro: «Murió de enfermedad propia y descansa en un sarcófago junto a la iglesia de San Salvador, próximo a la tumba que hizo construir para su hija, la infanta Elvira. Reinó diecinueve años, dos meses y veinticinco días». Con Ramiro II desaparecía el último gran monarca del linaje asturiano. Inteligente, enérgico, piadoso, hábil político, buen estratega, había llevado la herencia asturleonesa a su cénit. A partir de su muerte, en aquel invierno de 951, todo cambiaría.

Otros hechos * 15 43: Fray Bartolomé de Las Casas desembarca en San Francisco de Campeche, México.

* 15 48: Nace Francisco Suárez, «doctor eximius», cumbre de la teología y la filosofía.

* 17 4 4: Nace Gaspar Melchor de Jovellanos, político y escritor, nombre clave de la Ilustración en España.

* 1813: Las Cortes de Cádiz declaran abolida la Inquisición en España y en América.

* 1936: Muere Ramón María del Valle-Inclán. 26


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de enero Cristóbal Colón funda La Isabela

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al día como hoy, 6 de enero de 1494, nacía formalmente la ciudad de La Isabela, primera digna de ese nombre que los españoles levantaron en el Nuevo Mundo. Fue en la isla de La Española durante el segundo viaje de Cristóbal Colón. El primer asentamiento, el Fuerte Navidad, había sido destruido por los ciguayos del cacique Caonabó. Había que buscar un nuevo emplazamiento: lejos de Caonabó, para evitar complicaciones, pero cerca de los yacimientos de oro; cerca del mar, para poder instalar un puerto, y a la vez cerca de la montaña y la selva, para que no faltara caza; sobre todo, tenía que estar cerca de las tierras de los indios amigos, los del cacique Guacanagarí. Durante un mes nuestros exploradores recorrieron la costa norte de la isla en busca del emplazamiento idóneo. No fue fácil: donde había grandes ríos y buenos puertos, las tierras eran bajas y pantanosas, con poca piedra para construir y de mala defensa ante cualquier ataque.

A mediados de diciembre de 1493, los nuestros empezaron a perder la esperanza. Para colmo de males, una terrible tempestad cubrió los cielos de La Española. La tormenta, sin embargo, iba a resultar providencial. Buscando refugio en la costa, los españoles descubren exactamente lo que están buscando: un buen puerto natural bajo una peña

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donde perfectamente podría elevarse una fortaleza; tierra adentro, una ancha llanura de tierras fértiles colmadas de vegetación; en las proximidades, dos ríos que procurarían un abastecimiento permanente de agua. Era el sitio adecuado para levantar una ciudad. La tripulación desembarcó a toda prisa los pertrechos. Había que ponerse a trabajar: repartir solares, trazar calles, situar plazas. Se reservó un sitio para la iglesia. Otro para el hospital. Y otro lugar bien pensado para guardar las municiones de la armada. Repartidas las tierras, cada cual empezó a hacerse su casa lo mejor que pudo. Las casas públicas –la iglesia, el hospital, etc.– se levantaron con piedra y tapias de barro y cantos. También de piedra se hizo la casa del almirante. Y las otras viviendas se construyeron con el ingenio de cada cual: madera, paja, barro… Por los restos arqueológicos sabemos que no fue poca cosa: doscientas viviendas. En poco más de un mes, los españoles edificaron la primera ciudad española del Nuevo Mundo. A la ciudad le faltaba un nombre. ¿Cómo llamarla? La pregunta tenía fácil respuesta. ¿A quién debían todos los allí presentes su mayor devoción de fieles súbditos de la Corona? A la reina Isabel de Castilla. Por eso se llamó La Isabela. Su primer alcalde fue Antonio de Torres, marino y armador, amigo de Colón. Como cabeza del consejo de gobierno actuará el fraile catalán fray Bernardo de Boil.

Otros hechos * 1 416: Fernando de Trastámara, Fernando I de Aragón, abandona el partido de los papas de Aviñón en el cisma que divide a la Iglesia de Occidente.

* 158 7: Nace Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares.

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de enero Nace Abderramán III, primer califa de Al-Ándalus

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al día como hoy, 7 de enero de 891, nacía en Córdoba Abderramán III, que llegaría a ser el primer califa independiente de la dinastía Omeya.

¿De dónde había salido este Abderramán? De una mezcla singular de sangre árabe y española. Treinta años atrás, en 860, el príncipe Fortún Garcés de Pamplona había sido llevado a Córdoba en calidad de rehén; con él viajaba cautiva su hija Oneca. Esta Oneca fue entregada en matrimonio al entonces príncipe Abdallah. Oneca tuvo un hijo de Abdallah: Muhammad. Oneca volverá a Pamplona, pero Muhammad se quedará en Córdoba. Pasará el tiempo y este Muhammad, medio omeya y medio pamplonés, se casará con otra cautiva cristiana: la concubina Muzayna. De Muzayna nace Abderramán. Cuando Muhammad muera asesinado en una de las innumerables intrigas de la corte, Abderramán, nieto de pamplonesa, hijo de cristiana, será designado como sucesor. Abderramán III llegará al trono con veintiún años y reinará durante casi medio siglo. No es difícil hacer su retrato psicológico: criado en un auténtico lago de sangre, asesinado su padre, ejecutado su tío, había crecido en un mundo que se desmoronaba. Estudioso y reservado, enérgico e introvertido, inteligente y duro, Abderramán era muy consciente

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de la situación caótica del emirato, desgarrado por luchas territoriales, con los gobernadores locales convertidos en poder autónomo y, para colmo, un levantamiento cristiano en el interior, el de Omar ben Hafsún. El nuevo emir multiplicará las campañas militares con una áspera mezcla de ferocidad y diplomacia. Sus tropas asolarán Andalucía, Extremadura, Levante y Toledo, siempre con esa combinación de crueldad y generosidad que le permitirá ganarse tanto el temor como la sumisión de los antiguos rebeldes. En 929, sin enemigos vivos en Al-Ándalus, Abderramán se proclamará califa, poniéndose en pie de igualdad con los califas de Damasco como enviado de Alá. Córdoba vivirá su mayor esplendor. Un gran personaje, pues, Abderramán III. Pero también un tipo de una crueldad sin límites. En cierta ocasión hizo quemar el rostro de una concubina porque le rechazó un beso. A otra, por idéntico motivo, la hizo decapitar en el harén; el verdugo se llevó como premio las perlas que cayeron del collar roto de la desdichada. Es el mismo Abderramán que hizo decapitar ante la corte a su hijo Abdallah porque había conspirado contra él. El mismo que, fastidiado por unos esclavos negros, los hizo colgar de las palas de una noria hasta que murieron ahogados. Y el mismo que encaprichado de un mozalbete cristiano cautivo, Pelayo, sobrino del obispo de Tuy, quiso violarle; como Pelayo se negó, Abderramán le mandó matar. Hoy veneramos a este muchacho como San Pelayo.

Otros hechos * 15 36: Muere Catalina de Aragón, reina consorte de Inglaterra, esposa de Enrique VIII, hija de los Reyes Católicos.

* 1720: Nace José de Gálvez, gran político y jurista, hermano del héroe Bernardo de Gálvez.

* 1936: Alcalá-Zamora disuelve las Cortes y convoca elecciones para el 16 de febrero.

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