outlet

Arrancar con valoración del concejal En los años 70 aparecieron en Estados Unidas unas pequeñas tiendas de fábrica a través de las que daban salida a los productos que no vendían durante la temporada. Más de tres décadas después estas “factory outlet” tienen una gran aceptación en España. Estas tiendas comienzan a formar grandes espacios comerciales a partir de los años 80, cuando comienza a utilizarse ya el actual término “outlet”.

Según el estudio de la consultora MS&F Associates, indica que el fenómeno llega a España en la década de los 90 e indica que la compañía pionera en el mercado es MainOutlet, que levanta el primer centro de estas características en la localidad madrileña de Las Rozas, en 1992.

En los últimos años, los outlet han dejado los espacios de las afueras de las grandes ciudades y comenzaron a instalarse en el centro compitiendo con el resto de establecimientos. Frente a este problema aparece en los últimos años un nuevo canal exclusivo que permite comprar productos de outlet a través de Internet. Son los clubs privados de compra, que están obteniendo un gran éxito y que cada vez incorporan más marcas entre sus productos.

Cuando los comercios acumulan demasiados productos de temporadas anteriores los outlets permiten “recuperar el dinero” que invirtieron y conseguir espacio para renovar la mercancía. “Más que sacar un beneficio se busca vender los productos atrasados y recuperar el dinero que has gastado, incluso un poco menos”, explica Sergio González, propietario de una peletería en la capital gallega y que participa por primera vez en la feria celebrada en la ciudad.

Con la ropa que no se vende, hay gente que trabaja en mercadillos e intentan comprar la ropa que no se vende a un precio reducido, algo que nos parece una falta de respeto para las marcas gallegas que tenemos, de determinado prestigio.

Otra de las opciones para deshacerse de productos atrasados es venderlos a las personas que trabajan en mercadillos a un precio reducido. Sin embargo, los propietarios de los comercios prefieren evitar esta fórmula por “respeto para las marcas gallegas”, como es el caso de la peletería compostelana.

En estos momentos de crisis, este negocio es uno de los menos afectados. Las tiendas venden menos y así llegan más productos a los outlets que los consumidores podrán adquirir a precio rebajado. Según asegura Sergio González “es perfecto para la crisis, habrá muchos mercados a los que les solucionará el problema”. Aunque “siempre se vende en un outlet es una iniciativa muy buena en estos momentos”, reconoce Antonio Louzán, el propietario de una tienda de artículos de regalo.