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dependientes de la AOD en 1990, y promedio de ALC

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Uruguay

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% 40 35 30 25 20 15 10 5 0 1990, la mayoría de los países dependientes de la ayuda recibieron flujos de AOD mayores que el nivel local de ingresos fiscales, o similares a este; desde entonces, el nivel de estos últimos adquirió mayor importancia que la AOD. Por tanto, al analizar las diferentes fuentes de financiamiento para el desarrollo, los flujos relativos de AOD disminuyeron paulatinamente en comparación con las fuentes públicas de ingresos nacionales. Esto ha ocurrido incluso si los niveles de ingresos fiscales se mantienen bajos en comparación con los de los miembros de la OCDE.

Gráfico 5.1. Ingresos fiscales y AOD en los seis países de América Latina y el Caribe más dependientes de la AOD en 1990, y promedio de ALC

(1990, 2000 y 2016)

AOD neta como % del INB Ingresos fiscales como % del PIB

C AL a agu car Ni ndur as Ho liv ia Bo lic e Be do r S al va El Guatemal a C AL a agu car Ni ndur as Ho liv ia Bo lic e Be do r S al va El Guatemal a C AL a agu car Ni ndur as Ho liv ia Bo

1990 2000 2016 lic e Be do r S al va El Guatemal a

Nota: AOD neta recibida como porcentaje del INB e ingresos fiscales como porcentaje del PIB. La AOD neta consiste en pagos de préstamos hechos en términos preferenciales (netos de reembolso del principal) y subsidios otorgados por organismos oficiales de los miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), por instituciones multilaterales y por países no afiliados al CAD. Esto incluye préstamos con un componente de subvención de por lo menos 25%. Fuente: OCDE, www.oecd.org/dac/stats/idsonline, la base de datos Global Revenue Statistics (2018) y los Indicadores de Desarrollo Mundial del Banco Mundial. 12 https://doi.org/10.1787/888933992895

A medida que la cooperación internacional evoluciona para responder mejor a la realidad actual, la AOD, si bien en cantidades menores, puede aún contribuir a catalizar el cambio en los países de ingresos medios. Esto es cierto en particular en ALC, que es mayoritariamente una región de ingresos medios y medios altos. Más que dejar de necesitar la ayuda en sí, los países en desarrollo superan la dependencia de esta, lo cual es una diferencia fundamental. La dependencia de la AOD puede debilitar el desarrollo de las instituciones y las capacidades internas de los países en el largo plazo. Existe un acuerdo ampliamente generalizando en que depender de la ayuda oficial es, en últimas, perjudicial para el desarrollo del país (Glennie, 2008).

Sin embargo, a pesar de ser bajos, los niveles de AOD, en comparación con el PIB y con los gastos gubernamentales que se aprecian en ALC, pueden fomentar el progreso. Estudios específicos de los países han demostrado este punto particular. Por ejemplo, en la evaluación de la ayuda entregada a Colombia se encontró que en ciertos campos —como el medioambiente, las instituciones y el sistema productivo, así como los problemas relacionados con el combate a la desigualdad, los desplazamientos internos y las violaciones a los derechos humanos— la utilización selectiva de la ayuda para financiación, conocimientos expertos y experiencias compartidas constituyó un factor determinante para lograr mejores resultados en materia de desarrollo (Wood et al., 2011).

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