Ángel González

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Homenaje a Ángel González La luz a ti debida: 10 años sin Ángel 12 de enero de 2018 19:00 h. Salón de Té Teatro Campoamor

(…) Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo, fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo mar y toda tierra, fértiles vientres de mujer, y cuerpos y más cuerpos, fundiéndose incesantes en otro cuerpo nuevo… (Áspero mundo, 1956)

(Oviedo, 6 septiembre 1925 – Madrid, 12 enero 2008)


“No sé si ustedes conocen a Ángel González. Su palabra revela una mezcla de filósofo clásico y de anciano del lugar, de superviviente estoico que lo ha visto todo y lo cuenta todo, mientras pide una última copa para no dar por terminada la noche que de manera inevitable se pierde ya por la grieta rojiza del amanecer. Detrás de su barba blanca esconde un mentón demasiado corto y una vida demasiado larga.”1

Por raro que parezca Me hice ilusiones. No sé con qué, pero las hice a mi medida. Debió de haber sido con materiales muy poco consistentes. (Nada grave, 2008)

“Por lo que se deduce de sus propias palabras, en verso y en prosa, yo diría que Ángel era ante todo un inconformista, y en eso tenía toda la razón. Era un hombre comprometido social y políticamente, un poeta de la conciencia, de la concienciación. No estaba de acuerdo con el mundo; un hombre de su sensibilidad y convicciones no podía estarlo, no podía ser testigo mudo e impasible ante tantos estragos, tanta ignominia.”2

Su infancia estuvo marcada por la muerte prematura de su padre (él no había cumplido dos años) y una Guerra que le arrebató a su hermano, obligó a otro a exiliarse e impidió a su hermana ejercer como maestra por sus ideas republicanas.

“Mientras saltaba por los árboles, las tapias y los tejados de su barrio, el viento frío del norte arrastró nubes oscuras, ramas quebradas, papeles de periódico con noticias alarmantes, revoluciones, golpes de Estado, guerras, victorias y derrotas, descargas de fusiles, tiros de gracia y horas de silencio conmovido”3 Vista cansada No achaques a tu edad este desinterés, la indiferencia –casi desdén– con que hoy miras la vida. No culpes a tus ojos fatigados. La fatiga no está es los ojos que miran, está en todo lo que ven. (La primavera avanza, 2010)

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GARCÍA MONTERO, Luis. Mañana no será lo que Dios quiera. Madrid: Alfaguara, 2009, p. 9 RIVERA, Susana. Una “equievocación” de Ángel González. En: GONZÁLEZ, Ángel. La primavera avanza. Visor: Madrid, 2010. 3 García Montero, p. 10 2


“Cuando su madre y su hermana Maruja llevaron a Ángel por primera vez hasta la puerta del Grupo Escolar, no tardaron en sentir la compañía sigilosa de Pedro González Cano y de Manuel Muñiz. Nada más salir de casa, en cuanto doblaron la esquina para dirigirse a la calle Fray Ceferino, el padre y el abuelo empezaron a caminar tras ellos, manteniendo una animadísima conversación sobre acontecimientos pedagógicos de larga y corta distancia. Las peripecias inmediatas, la entrada en el colegio, el resquemor del niño al ingresar en un tiempo y un espacio desconocidos, los asuntos del gran día por fin llegado desembocaban en un mar de ilusiones lejanas, en el que iban a navegar a la vez el futuro laboral del alumno, el progreso de las humanidad y las dudas inevitables sobre el azar de los destinos particulares. Ángel había cumplido ya siete años y era imposible retrasar más su escolarización”. 4

En un acantilado solitario, una noche de junio, a la luz del plenilunio, presencié un episodio extraordinario. A mi vera, dos sirenas de cuerpo adolescente y larga caballera surgieron de las aguas de repente y empezaron a hablar de esta manera:…. (Sirenas, 2011)

Il.: Valeria Docampo

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García Montero, p. 89


“Ángel conoció por primera vez la verdad de su ciudad al verla en ruinas. Antes no había sentido la necesidad de fijarse en ella. Salir de Oviedo después de los días de encierro fue como entrar en una enciclopedia llena de palabras borradas. Tomaba conciencia ahora de que las calles estaban ahí para que él las observara con cuidado, sílaba por sílaba, prestándole atención, sin dejarse engañar por la prisa y la rutina de los paisajes familiares. Cada ventana, cada puerta, cada esquina, cada balcón, cada detalle era importante, porque todo podía desaparecer venirse abajo, ser devorado por las llamas o las explosiones. Las órdenes de los bandos militares se habían mezclado con las palabras de los comercios. Los ruidos callejeros de los coches y las persianas habían desaparecido bajo el terremoto de las explosiones, y ahí estaba él, mirando por primera vez con atención su ciudad, justo en el momento de perderla. La casa blanca de la calle Uría levantaba sus heridas hasta el cielo, se mantenía en pie con una desolación de mordeduras violentas en la fachada de mármol. La catedral era un pedregal de lápidas, vigas y escombros…”5

En 1943 enfermó de tuberculosis, se recluye en Páramo del Sil, y allí se aficionó a la lectura de poesía y también comienza a escribir él mismo poemas.

Leo poemas Leo poemas al azar, leo casi sin pensar en lo que leo. Cuando me encuentro un verso triste, siento en el alma como una caricia. No es que me alivie la tristeza ajena; es que me siento menos solo. (Nada grave, 2008)

“Me gusta decir que escribo poesía a partir de algunas ocurrencias. La palabra inspiración, tan grata para muchos, me resulta pretenciosa, porque alude a ciertos indeseables interferencias de los dioses en los trabajos humanos: una especie de soplo divino fecunda la inspiración del poeta” 6 5 6

García Montero, p. 160 Guía para un encuentro con Ángel González. Tribuna Ciudadana, 1997, p. 7


Estudió Derecho y Magisterio en la Universidad de Oviedo. En 1950 se traslada a Madrid para estudiar en la escuela oficial de Periodismo. Poeta de la llamada Generación de los 50. “Se dice que Ángel González es el poeta de la experiencia o, para hablar con más rigor, uno de los poetas de la experiencia, ya que por esta denominación se viene entendiendo un grupo que casi coincide con la generación del medio siglo o de los años cincuenta, aunque no necesariamente. Yo creo que a nuestro poeta, experiencia aparte, hay que añadirle otro ingrediente, sin el cual queda incompleto: es el ingrediente de la cotidianidad. (…) Se dice también que la poesía de Ángel es comprometida. Si nos referimos al compromiso social yo sostengo que es una poesía comprometida con el hombre”7

El conformista Cuando era joven quería vivir en una ciudad grande. Cuando perdí la juventud quería vivir en una pequeña ciudad. Ahora quiero vivir (Poemas, 1996)

“¿Cuándo le sale al poeta lo poeta? ; ¿en qué momento le nace la poesía por dentro?, ¿advierte el poeta, en cierto momento, que ya lo es? ¿Se trata de un milagro instantáneo o de un proceso de dolorosa maduración o maceración? Los amigos no sabíamos que en Ángel se estaba cociendo suavemente la poesía; Ángel es un poeta que se va haciendo muy lentamente, que se cuece despacio”8

En 1954 aprueba las oposiciones para ingresar en el Cuerpo Técnico de Obras Públicas y lo trasladan a Sevilla, pero al año siguiente pide excedencia y se marcha a Barcelona donde ejerció algún tiempo de corrector en editoriales y establece contactos con poetas como Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma.

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BENITO ARGÜELLES, Juan. Reflexiones sobre Ángel González. En: Guía para un encuentro con Ángel González. Tribuna Ciudadana, 1997 8 TAIBO I, Paco Ignacio. Ángel en Páramo. En: Guía para un encuentro con Ángel González. Tribuna Ciudadana, 1997


En 1956 publica su primer poemario Áspero mundo con el que obtuvo un accésit del Premio Adonais.

Algunos de sus poemas ya fueron seleccionados para la antología Veinte años de poesía española (1939-1959) preparada por Josep María Castellet en 1960.

Vuelve a Madrid a trabajar en la Administración y conoce al grupo de escritores madrileños de su generación: García Hortelano, Gabriel Celaya, Caballero Bonald.

En 1972 se marcha a Nuevo Mexico para dedicarse a la docencia, permanecerá en Estados Unidos hasta su jubilación en 1993 como profesor de Literatura Española Contemporánea. “Yo creo que Ángel González, a partir de su fervorosa dedicación a la enseñanza de la poesía española del siglo XX, se ha ido convirtiendo en un poeta con un ojo puesto en el pasado inmediato y otro en el siglo XXI, es decir, un bifocal de la conducta literaria concebida como un trabajo de expurgo y predicciones” 9

Entre los PREMIOS recibidos:  Premio Antonio Machado en 1962  Premio Princesa de las Letras 1985  Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 1996

En 1996 es elegido miembro de la Real Academia de la Lengua Española donde ocupó el sillón “P” mayúscula. Está considerado uno de los máximos representantes de la denominada poesía social. Su poesía tiene una componente importante de crítica social con la ironía como un recurso destacado.

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CABALLERO BONALD, José Manuel. En Madrid New México. En: Guía para un encuentro con Ángel González. Tribuna Ciudadana, 1997


La verdad de la mentira Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas, y una voz cariñosa le susurró al oído: –¿Por qué lloras, si todo en ese libro es de mentira? Y él respondió: –Lo sé; pero lo que yo siento es de verdad. (Nada grave, 2008)

Su obra Poesía             

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Áspero mundo. Adonais, 1956 Sin esperanza, con convencimiento. Colliure, 1961 Grado elemental. Ruedo Ibérico, 1962 Palabra sobre palabra. Poesía para todos, 1965 Tratado de urbanismo. El Bardo, 1967 10(Bibliotecas José Mª Laso Prieto, Luis Arce) Palabra sobre palabra (opera omnia). Seix Barral, 1968. (Biblioteca san Lázaro) Breves acotaciones para una biografía. Inventarios profesionales, 1971 Procedimientos narrativos. La isla de los ratones, 1972 Muestra corregida y aumentada de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan. Turner, 1977 (Biblioteca Ciudad Naranco, Luis Arce) Prosemas o menos. Ediciones de Pablo Beltrán de Heredia, 1985 (Bibliotecas Ciudad Naranco, Luis Arce) Deixis en fantasma. Los cuadernos de la librería Hiperión, 1992 Otoños y otras luces. Tusquets, 2001 (Bibliotecas san Claudio, Lorenzo Rodríguez Castellano) Nada grave. Visor, 2008 (póstumo) (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano, Sara Suárez Solís, san Claudio, Tudela Veguín, Vallobín, José Mª Laso Prieto, Villa Magdalena, san Lázaro)

En las bibliotecas hay los títulos que se señalan, pero no siempre tienen que coincidir las ediciones


Porvenir Te llaman porvenir porque no vienes nunca. Te llaman: porvenir, y esperan que tú llegues como un animal manso a comer en su mano. Pero tú permaneces más allá de las horas, agazapado no se sabe dónde. … Mañana! Y mañana será otro día tranquilo Un día como hoy, jueves o martes, cualquier cosa y no eso que esperamos aún, todavía, siempre. (Sin esperanza con convencimiento, 1961)

Antologías            

Poemas. Cátedra, 1980 (Bibliotecas Lorenzo Rodríguez Castellano, san Claudio, Trubia, Sara Suárez Solís, José Mª Laso Prieto, san Lázaro, Luis Arce) Una antología. Autocares Luarca, 1985 (Biblioteca Lorenzo Rodríguez Castellano) A todo amor, 1988 (Biblioteca José Mª Laso Prieto) Ángel González. Júcar, 1989 Luz, o fuego o vida. Universidad de Salamanca, 1996 Lecciones de cosas y otros poemas, 1998 101 + 19 = 120 poemas. Visor, 2000 (Bibliotecas san Claudio, Vallobín, Ciudad Naranco, La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano) La música y yo. Visor, 2002 (Biblioteca José Mª Laso Prieto) Antología temática: la música ateológica del eros. Diputación Provincial de Málaga, 2002 (Biblioteca Ciudad Naranco) Antología poética. Alianza, 2003 (Bibliotecas Lorenzo Rodríguez Castellano, Sara Suárez Solís, san Lázaro, Luis Arce) Realidad casi nube. Aguilar, 2005 La primavera avanza. Cátedra, 2009 (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano, Sara Suárez Solís, san Claudio, Vallobín, José Mª Laso Prieto, Villa Magdalena, san Lázaro)


Estudios y otros      

Juan Ramón Jiménez. Júcar, 1974 (Biblioteca La Corredoria) Aproximaciones a Antonio Machado. Universidad Autónoma Nacional México, 1982 (Biblioteca Luis Arce) 50 años de periodismo a ratos y otros poemas. Nobel, 1998 (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, Sara Suárez Solís, san Claudio, Trubia, Tudela Veguín, Vallobín) Antonio Machado. Alfaguara, 1999 (Biblioteca Ciudad Naranco) La poesía y sus circunstancias. Seix Barral, 2005 (Bibliotecas Ciudad Naranco, Lorenzo Rodríguez Castellano, José Mª Laso Prieto) Sirenas. Valeria Docampo (ilustraciones). Veintisiete Letras, 2011

Para saber más sobre Ángel González          

ALARCOS LLORACH, Emilio. Ángel González, poeta: (variaciones críticas). Universidad de Oviedo, 1969 (Biblioteca Luis Arce) Ángel González: verso a verso (homenaje). Caja de Ahorros de Asturias, 1987 (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, José Mª Laso Prieto, san Lázaro, Luis Arce) ALARCOS LLORACH, Emilio. La poesía de Ángel González. Nobel, 1996 (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, Lorenzo Rodríguez Castellano, Sara Suárez Solís, José Mª Laso Prieto, Vallobín, Luis Arce) Guía para un encuentro con Ángel Gonzalez. Tribuna Ciudadana, Luna de Abajo, 1997 (Bibliotecas Ciudad Naranco, Lorenzo Rodríguez Castellano, Villa Magdalena) Palabras sobre Ángel González: adhesiones al homenaje organizado por Tribuna Ciudadana. ALSA, 1997 (Biblioteca La Corredoria) Ángel González en la Generación del 50: diálogo con los poetas de la experiencia. Tribuna Ciudadana, 1998 (Biblioteca san Claudio) Ángel González: tiempo inseguro. Edición de Susana Rivera. Litoral, 2002 (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, san Claudio, Trubia, Sara Suárez Solís, Vallobín, José Mª Laso Prieto) Palabras con Ángel (homenaje). Asociación de Escritores de Asturias, 2008 (Biblioteca Villa Magdalena) GARCIA MONTERO, Luis. Mañana no será lo que Dios quiera. Alfaguara, 2009 (Bibliotecas Ciudad Naranco, La Corredoria, Sara Suárez Solís, san Claudio, Trubia, Vallobín, José Mª Laso Prieto, Villa Magdalena, san Lázaro) PAYERAS GRAU, M. El sueño de la realidad: poesía y poética de Ángel González. La Página, 2009 (Biblioteca san Claudio)

Para ver todas sus publicaciones: http://www.cervantesvirtual.com/portales/angel_gonzalez/su_obra_bibliografia/


El poema de los 82 años Ha pasado casi un siglo. Soy un señor muy antiguo. O mejor, lo que queda de un señor: unos restos desvaídos, algún gesto que pretende ser cortés. Es poco, pero algo es. Dicen que el agua pasada no mueve molino. Pero el río de la vida que pasó sigue moliéndome vivo, hecho polvo enamorado del agua, del agua aquella, cuyo murmullo lejano aún oye mi corazón. (Nada grave, 2008)


La luz a ti debida Sé que llegará el día en que ya nunca volveré a contemplar tu mirada curiosa y asombrada. Tan solo en tus pupilas compruebo todavía, sorprendido, la belleza del mundo –y allí, en su centro, tú, iluminándolo. Por eso, ahora, mientras aún es posible, mírame, mírarte; mete todo tu asombro en mi mirada, déjame verte cuando tú me miras también a mí, aombrado de ver por ti y a ti, asombrosa. (Otoño y otras luces, 2001)


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