Alejandro Casona

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Alejandro Casona (Besullo,1903 – Madrid,1965)

Dramaturgo, maestro, hijo de maestros, nieto de herreros. “Alejandro Casona fue autor teatral por vocación y escritor por naturaleza” (ARCE, 1988, p. 6)

Clubs de Lectura: “Lectura Libre” y “Lena Ribera” Inicio curso 2019-2020


ÍNDICE SU VIDA Y OBRA

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OBRAS

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ALGUNAS DE SUS OBRAS

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FLOR DE LEYENDAS (1933) LA SIRENA VARADA (1934) NUESTRA NATACHA (1936) LA DAMA DEL ALBA (1944*) LOS ÁRBOLES MUEREN DE PIE (1949) LA CASA DE LOS SIETE BALCONES (1957)

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BESULLO (BISUYU)

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LORENZO RODRÍGUEZ CASTELLANO

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DOCUMENTOS CONSULTADOS

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Su vida y obra “Decir Alejandro Casona es decir Asturias. No es esta una afirmación gratuita. Se asienta en la vida y en la obra del autor. La circunstancia de nacer en esta región le ha modelado la personalidad con características indelebles y le ha marcado un cauce expresivo muy peculiar, netamente asturiano: ironía, lirismo, ternura, realismo e ilusión” (PALACIO, 1963)

Alejandro Rodríguez Álvarez, verdadero nombre de Alejandro Casona, seudónimo que eligió en honor a la casona del maestro de su pueblo natal, nació en Besullo, aldea de montaña en el concejo de Cangas de Narcea, el 23 de marzo de 1903, tercer hijo del matrimonio de profesores formado por Gabino Rodríguez y Faustina Álvarez. Primer varón tras Teresa y Matutina, después nacerían José y Jovita. En esta aldea viviría sus primeros 5 años de vida, “y ese tiempo le permitió conocer un campo preñado de lirismo y realismo, en experiencia vigorosa que va a acompañarle de por vida” (RUIZTILVE, 2003, p. 33)

“Según Melquiades Cabal, Alejandro vino al mundo en una panera, propiedad de su tía Jovita, especialmente preparada para la asistencia al parto. (…) Los que mejor conocieron a Casona dicen de él que era, fundamentalmente, un asturiano. Y no podía ser de otra manera quien había nacido en una panera, entre arados y azadones, olor de vacas y manzanas, de establo mullido con helechos y brezos, de castañas, maíz y centeno. El ayer de una fuerte raza, que guarda las tradiciones de un pueblo milenario”. (GARCÍA ÁLVAREZ, 2007, p 9) Casona estuvo marcado por esa infancia que él siempre recuerda como feliz y que aparecerá en muchas de sus obras. “Yo fui niño feliz en una aldea donde me rodeaban tres superlativos maravillosos: la Casona, donde nací y de la cual tomé mi nombre, el Corralón con su muralla gigantesca, y el Portón, que era la ferrada puerta central de la muralla. Cuando volví ya hombre, mi Casona seguía siendo una amplia y severa casa solariega, muy lejos del castillo que mi corazón recordaba; la muralla era una tapia de apenas dos metros de altura, y el rastrillo palacial una sencilla puerta de clavos. Claro está que mi talla era otra. Pero lo que mi aldea entera había disminuido era mucho más de lo que había crecido yo”. 1 “Soy de una familia pobre, y los niños aldeanos no tienen juguetes; pero yo tengo un juguete sensacional, fabuloso, en la infancia: un castaño. Era un castaño al que llamaban “La Castañarona”. Usted sabe que cuando se le da el nombre femenino quiere decir allí más grande”. 2 1 2

CASONA; Alejandro. Mi Casona y el Rubicón. En: Índice literario, 14 mayo de 1949 Entrevista diario Pueblo en 1962


Su infancia sigue por diversos lugares asturianos a los que su padre o madre fueron destinados: Villaviciosa a partir de 1908, Miranda (Avilés) en cuya “escuela blanca de cal, alegre de ventanas, con un recoleto jardín de arbustos y sus arriates de hortensias” (RUIZ-TILVE, 2003, p. 37) ejerció su madre. Sus padres, por razón de oficio y para tener dinero, tenían que vivir separados, y los niños y niñas iban turnándose con uno con otra. Su madre fue la primera mujer que ostentó el título de Inspectora de Enseñanza Primaria. Llega a Gijón en 1910, ciudad en la que empieza el Bachillerato en el Instituto Jovellanos para seguir en Palencia a donde se trasladan en 1916 en el Instituto General y Técnico. Lo termina en Murcia ciudad a la que llegan un año después, donde permanece hasta 1922 y en la que cursa estudios de Magisterio en la Escuela Normal y asiste a clases del Conservatorio. “Gijón para mí fue un descubrimiento sensacional: el mar, la vida urbana, los tranvías”. En 1922 se traslada a Madrid donde completa sus estudios en la Escuela Superior del Magisterio obteniendo el título de Inspector de Enseñanza Primaria con la memoria final sobre “El diablo en la literatura y en el arte”. Poco después pronunciaría una conferencia sobre el mismo tema en Oviedo, en el Ateneo, en la calle Marqués de Santa Cruz: “Vida y milagros del diablo”, en la que asistía entre otros un profesor de literatura que sale admirado y al que el padre le recuerda que le había suspendido literatura en Murcia. La primera publicación de Casona de la que se tiene noticia es La empresa del Ave María, romance histórico premiado en unos juegos florales de Zamora y aparecido en la revista Polytechnicum de Murica en 1920. “En Madrid, en una pensión de la calle Toledo escribiría en colaboración con Salvador Ferrer Colubert su primera pieza teatral –de la que no se tiene más noticia que el testimonio del coautor recogido por Rodríguez Richart en 1961-. La obra en cuestión, de un solo acto, se titulaba El otro crimen”. López Alfonso Frecuenta tertulias literarias en Madrid y se siente admirador de Valle Inclán y Machado. Publica su primer libro en 1926 el poemario modernista con gran influencia de Rubén Darío El peregrino de la barba florida un recorrido ficticio realizado por el propio apóstol Santiago hasta su tumba y relatado en verso que acaba de ser reeditado (julio 2019) en Avilés gracias al patrocinio de la Asociación Astur Galaica e impulsado por el párroco de Miranda, José Manuel Feito.


Otra vez el diablo, escrita un par de años antes, queda finalista en el concurso para escritores jóvenes convocado por ABC en 1928 “La inclinación poética y la sensibilidad de espíritu de Alejandro pueden haber sido heredados de su madre, que según quienes la conocieron adoraba la poesía y tenía un alma de excepcional sensibilidad, aunque siempre se negase a publicar lo que su hija Matutina llamaba con ternura “sus cuentos maravillosos”. (DÍAZ CASTAÑÓN, 1990, p. 52) Ese mismo año es destinado al Valle de Arán, se casa con Rosalía Martín, compañera de estudios en Madrid con la que tendrá su única hija, Marta, que nace en 1930. Durante los tres años que permanece aquí, escribe La sirena varada (1934); El crimen de Lord Arturo, adaptación de la obra de Wilde, que se estrena en 1929 en Zaragoza; La flauta del sapo (1930) libro de poemas escritos entre 1928 y 1930 llenos a evocaciones de la infancia y en el que estrena su seudónimo formado por 25 poemas con influencia clara ya de Machado; e incluso crea un grupo de teatro infantil: El pájaro pinto para el que escribe algunas obras como El lindo don gato o A Belén, pastores. Muñeira (La flauta del sapo) Teníamos un molino todo pintado de azul. El molinero, yo. La molinera, tú. ¡Ay, juventud! En vez de moler trigo molíamos amapolas. De canciones y besos llenábamos la tolva. ¡Ay, juventud! No era molino harinero, que era molino de risas. En las noches de verano ¡qué bien molía! ¡Ay, juventud!... molinera mía, mi molino azul….

Cuento La noche de San Juan escrito en esta época y lugar también: https://touspatous.es/biblioteca/literatura/casona/nochesanjuan.pdf

“Pasé tres años felices en el valle de Arán. Aquella vida obligatoriamente en silencio constante me hizo rodearme de libros, permanecer sentado junto a la chimenea con fuego. La casa era confortable y en ella tuve algo tan importante para el estudio como lo es la intimidad” (DÍAZ CASTAÑÓN, 1990, p. 57)


Con la proclamación de la República en 1931 y ya con plaza en Madrid tras superar por oposición una plaza de Inspección Provincial de Madrid, le encargan dirigir el Teatro del Pueblo o Teatro ambulante dentro del programa de Misiones Pedagógicas que habían tenido su origen en el pensamiento de Manuel Bartolomé Cossio en 1892 con la intención de llevar la escolarización y la cultura a toda la población. Estaría cinco años al frente de este proyecto. Para el Teatro del Pueblo compuso dos piezas cortas Sancho Panza en la ínsula y Entremés del mancebo que casó con mujer brava y también tradujo a Moliere y adaptó proverbios españoles. Casona estaba convencido de que al teatro había que llevar las inquietudes y los problemas del mundo. “Yo he llevado el Teatro del Pueblo, formando parte de las Misiones pedagógicas, por más de 500 pueblos de España”. “Del 18 de mayo al 23 de mayo de 1932, Casona, (…) desarrollan una Misión en Degaña. Del 13 al 21 de agosto de ese mismo año fijan su centro de acción en Besullo, aunque visitan otros pueblos cercanos.(…) Un año después, en el verano de 1933, vuelve Casona a su pueblo natal con otro equipo. “Dejó la Misión un gramófono y discos, una biblioteca grande y seis escolares en los pueblos de alrededor y se repartieron 300 ejemplares de la Constitución”. Y en 1934, siempre en verano, el mismo Casona volvería a dirigir una nueva semana de misiones. Los besullenses recuerdan muy gratamente aquellas visitas” (DÍAZ CASTAÑÓN, 1990, p. 84) En 1932 recibe el Premio Nacional de Literatura por Flor de leyendas una colección de relatos para niños y adolescentes que venía escribiendo desde 1928. “Se trata de un libro de lecturas literarias, atento a la escala de intereses del niño, y guion de sus educación y cultura estéticas”.

En 1933 recibe el Premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid por La sirena varada estrenándose la obra al año siguiente en el teatro español, supuso el gran triunfo teatral de Casona.


Con el estadillo de la Guerra Civil, la vida cambió para Casona. El 17 de febrero de 1937 abandona definitivamente España. Ya en Francia y habiendo rescatado a su mujer y a su hija gracias a Cruz Roja Internacional, con el puesto de director artístico en la compañía Artigas-Collado toma rumbo hacia Méjico en el buque Iberia en busca de lo que llamaría tantas veces “la otra orilla del idioma”. Tras recorrer Méjico, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Perú, Chile fija en julio de 1939 su residencia en Argentina, en Buenos Aires. Sus obras se estrenarán con gran éxito a lo largo de estos años en los teatros de estas ciudades americanas. Hace teatro, da conferencias, escribe artículos, trabaja para el cine, dirige programas de radio, especialmente intenso este trabajo en la década de los cuarenta. De esta época son: Prohibido suicidarse en primavera (1937), Sinfonía inacabada (1940), La dama del alba (1944), La barca sin pescador (1945), Los árboles mueren de pie (1949), La llave en el desván (1951), Siete gritos en el mar (1952), La tercera palabra (1953), La casa de los siete balcones (1957), Carta a una desconocida (1957). Durante todo este tiempo Casona escribe mucho, estrena mucho y cosecha muchos éxitos. Sus comedias llenaron los teatros y empresarios y primeras figuras de la escena quieren estrenar sus obras. A partir de 1941 comienza Casona a dedicarse con intensidad al cine y al teatro, casi siempre como guionista. En la década de los cincuenta el teatro de Casona llega a toda Europa, desde Portugal hasta Rusia, excepto a España. En 1962 regresa a España para el estreno en el teatro Bellas Artes de Madrid el 22 de abril su obra de La dama de alba fijando en esta ciudad su residencia a partir de 1963, “He vuelto cuando la nostalgia, el hambre y la sed de España no me dejaban ya vivir físicamente fuera de ella… Un hombre desterrado es un hombre traducido. Necesita su tierra, su aire, sus raíces para vivir verdaderamente”. Su última obra, entre consagrado por unos y criticado por otros, sobre todo los más jóvenes, se estrenó en 1964 El caballero de las espuelas de oro. Casona ha sido un asturiano universal, sus obras se han traducido a la casi totalidad de idiomas y representadas en casi todos los países de Europa y América y en algunos de Asia y África. Los ingredientes de su teatro son poesía, humor, humanidad, mezcla de realidad y fantasía, ternura, pedagogía con tres temas fundamentales en toda su obra: Dios, muerte y amor. Algunos críticos se han quedado con una lectura más simple, nos parece, de sus obra y lo han tildado con un sentido peyorativo de hacer un teatro de evasión. Torrente Ballester a esto comentaba que “resulta irrisible que un teatro así haya podido alguna vez clasificarse en serio como de evasión” (GARCÍA ÁLVAREZ, 2007, p. 20).


Cierto que su teatro no es un teatro social al uso, pero si plantea en su obra preocupaciones sociales que tienen un carácter realmente universal, los problemas que plantea son comunes a todos los pueblos. Casona escribe, como Lorca, un teatro poético, de inconformismo con la realidad que vive, aunque este segundo ha tenido más suerte con la crítica que el autor asturiano al que lo han acusado de teatro mediocre, dulzón, piezas de museo…., incluso tachándolo de reaccionario. Aunque su obra es sobre todo teatral, no se puede olvidar otros géneros que cultivó el escritor como el relato, el artículo periodístico, teatro infantil, poesía, guiones de cine o charlas radiofónicas. En total Casona escribió 21 obras teatrales, siete comedias en un acta, cinco farsas infantiles, tres adaptaciones, una ópera, cinco libros en prosa, tres poemarios, veintinueve guiones de cine e incontables charlas radiofónicas (solamente en 1960 dio más de 300 charlas en la Radio Nacional minera de Chile) y artículos periodísticos. Reproducimos el texto de dos de sus charlas. (CASONA, Alejandro. Teatro infantil; Artículos periodísticos; Charlas radiofónicas; Flor de leyendas. Hércules-Astur, 1988).






Sus dos profesiones, maestro y autor de teatro, se unen en su TEATRO INFANTIL cuyo propósito, en palabras del autor, era “alimentar el alma y la sensibilidad de los niños, desde una de las escuelas más eficaces: el teatro” (ARCE, 1988, p. 10) Casona escribió las cinco obras infantiles con un claro compromiso ético y estético, consciente de lo difícil que resulta el escribir obras de teatro para niños. -

El lindo don Gato, primera de las obras en la que recurre a la mímica, la música y la coreografía para dar vida al célebre romance. Pinocho y la infanta Blancaflor, farsa El hijo de Pinocho, farsa A belén, pastores, un retablo navideño El gato con botas, comedia en cinco estampas inspirada en el cuento de Perrault.

Durante los años que duró su exilio, casona escribió y publicó ARTÍCULOS regularmente en diversos diarios y revistas latinoamericanas, especialmente argentinas. Los temas desarrollados en los mismos son de lo más variado: de actualidad, triviales, siempre con una acertada mezcla de imaginación, ternura e ironía.






Muere el 17 de septiembre tras una operación de corazón siendo instalada su capilla ardiente en el Teatro Lara y enterrado en el cementerio de La Almudena.

“Podría decirse que Casona representa, además de otras muchas cosas, lo mejor de un tiempo y un país que vino siendo injustamente condenado a un olvido nada inocente.” (ARIAS ARGÜELLES-MERES, 2010)

Uno de los ideales de Casona ha sido la sencillez, no solo como aspiración artística sino como concepto de vida también, y así lo deja claro desde sus primeras obras: “¡Salud, maestro el sapo, poeta de rodillas! Da humildad a mi verso; la humildad de cristal con que miráis lo eterno de las cosas sencillas el sapo y los filósofos: meditando en cuclillas” (Poema del sapo. En La flauta del sapo)


Obras La obra de Casona rompió los moldes estilísticos establecidos en el teatro predominantemente naturalista de la época, e introdujo materiales nuevos para conformar sus personajes, tales como la investigación psicológica y la fantasía. La gran preocupación del autor fue dotar en todo momento de una dimensión poética a su teatro. Según palabras de Armiño “La médula del teatro de Casona está constituida por dos características esenciales: la realidad y la fantasía que, aunque parezcan oponerse de modo absoluto, logran, en este dramaturgo, una complementariedad que las engloba y que caracteriza sus piezas con las idealización del mundo y de los conflictos y tensiones del ser humano. Porque la mayoría de las piezas se articulan en torno a estos dos núcleos….” (ARMIÑO, 2003, p. 9)

Teatro: ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! !

El crimen de Lord Arturo, Zaragoza, 1929 La pinga parada, Madrid, 1934 El misterio de María Celeste, Valencia, 1935 Otra vez el diablo, Madrid, 1935 El mancebo que casó con mujer brava, Madrid, 1935 Nuestra Natacha, Barcelona, 1935 Prohibido suicidarse en primavera, México, 1937 Romance en tres noches, Caracas, 1938 Sinfonía inacabada, Montevideo, 1940 Pinocho y la Infantina Blancaflor, Buenos Aires, 1940 Las tres perfectas casadas, Buenos Aires, 1941 La dama del alba, Buenos Aires, 1944 La barca sin pescador, Buenos Aires, 1945 La molinera de Arcos, Buenos Aires, 1947 Sancho Panza en la Ínsula, Buenos Aires, 1947 Los árboles mueren de pie, Buenos Aires, 1949 La llave en el desván, Buenos Aires, 1951 A Belén pastores, Montevideo, 1951 Siete gritos en el mar, Buenos Aires, 1952 La tercera palabra, Buenos Aires, 1953 Corona de amor y muerte, Buenos Aires, 1955 La casa de los siete balcones, Buenos Aires, 1957 Carta de una desconocida, Porto Alegre, 1957.

Cine: ! ! ! ! ! !

Veinte años y una noche, 1941. Estudios Filmadores Argentinos En el viejo Buenos Aires, 1941 La maestrita de los obreros, 1941. Estudios Filmadores Argentinos Concierto de almas, 1942. Estudios San Miguel Su primer baile, 1942. Estudios Filmadores Argentinos Cuando florezca el naranjo, 1942. Estudios San Miguel


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Ceniza al viento, 1942. Estudios Baires Casa de muñecas, 1943. Estudios San Miguel Nuestra Natacha, 1936 (versión Española), 1943 (versión Brasileña) y 1944 (Estudios San Miguel) El misterio de María Celeste, 1944. Estudios Sonofilm La pródiga, 1945. Estudios San Miguel. Producciones Enelco) y 1964 (versión Española) Romance en tres noches, 1950. Producciones Bedoya Los árboles mueren de pie, 1951. Estudios San Miguel Si muero antes de despertar, 1951. Estudios San Miguel No abras nunca esa puerta, 1952. Estudios San Miguel Un ángel sin pudor, 1953. Estudios Andes Films Siete gritos en el mar, 1954. General Belgrano

Poesía: ! ! !

La empresa del Ave María, 1920 El peregrino de la barba florida, 1926 La flauta del sapo, 1930.

Ensayo: ! ! ! !

El diablo en la literatura y en el arte, trabajo de fin de estudios, 1926 El Diablo. Su valor literario principalmente en España Vida de Francisco Pizarro, biográfico Las mujeres de Lope de Vega, vida y teatro

Narrativa: !

Flor de leyendas


Algunas de sus obras

Flor de leyendas (1933)

Terminada en 1932, pero en la que trabajaba desde 1928, se publica en 1934 con ilustraciones de Rivero Gil y a un precio de 2,50 pesetas por la editorial Espasa-Calpe. Una de sus aportaciones a la prosa narrativa por la que fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1932. Significó su consagración como autor, la crítica lo elogió de forma unánime y se editó en numerosos países. En un principio la obra estaba formada por once narraciones, en años posteriores se añadieron tres más: Villancico y pastores, Tristán e Iseo y La muerte de Balder. Es una obra imaginativa, sencilla y con un claro interés didáctico. Siempre había tenido Casona una preocupación especial por la literatura infantil, él decía que los libros infantiles deberían de dejar de ser anodinos, aburridísimos, y sin interés para pequeños y que debían convertirse en “verdaderas golosinas para su espíritu” (DÍAZ CASTAÑÓN, 1990, p. 48)

“Yo creo que en España nunca se había abordado las verdaderas exigencias de la literatura infantil con aplicación escolar. Se echaba de menos, a mi entender, los correspondientes españoles de una Selma Lagerlöf, de un James Barrie, de un Rabindranaht Tagore. Aquí la literatura infantil solo se concebía de estas tres maneras: como un pastel insípido y reblandecido, como una antología –algo que no empieza ni acaba– o acogiéndose al fácil recurso de contar argumentos. Al parecer, he acertado en mi concepción de que el niño es una entidad tan respetable, que no puede ofrecérsele una seudoliteratura acéfala y amerengada” (entrevista Heraldo de Madrid, 3 de enero de 1933) El prólogo del libro es una declaración de principios pedagógicos: “un libro de lecturas literarias, atento a las escala de intereses del niño, y guion de su educación y cultura estéticas”.


No son leyendas creadas por el escritor, ni recogidas del pueblo; se trata de leyendas claves de la historia de la literatura, de los grande mitos que Casona ofrece de otra forma, una síntesis de esos textos conservando la esencia pero dándoles una nueva forma. El amor del autor por lo fantástico y mágico es algo muy frecuente en su obra y que él solía atribuir a su origen asturiano, a aquellos cuentos de muertos y aparecidos que solía contarle su nodriza, aunque curiosamente en este tomo no se recogen leyendas de la tradición oral. Según uno de sus sobrinos, Casona, estaba pensando en otro tomo donde incluiría esta tradición. Según el autor con estas leyendas pretende tener en cuenta las diversas fases psicológicas e intelectuales del niño: !

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En la primera fase el niño se apasiona por el mito, lo maravilloso, lo fantástico que se corresponde con el ciclo primitivo de las cosmologías: o El anillo de Sakuntala, basada en el poeta hindú Kalidasa al que la tradición sitúa en la corte de Vikramaditya y que a su vez estaba influenciado por el Mahabharata y los Purana, aunque él le dio su propia forma y poesía. Una leyenda que cuenta la historia de una joven que vive en un bosque sagrado, Sakuntala, su encuentro con el rey Duchmanta que le regala el anillo de esposa, pero que debido a una maldición ella pierde lo que hace que en su encuentro el rey no la conozca. Solo años después y al encontrar el anillo el rey, vuelven a reencontrarse y puede conocer a su hijo. o Nala y Damayanti, también de origen hindú, Casona sigue fiel el texto del Mahabharata. Casona convierte esas aventuras del poema sánscrito en un poético relato de amor entre Nala un rey bueno pero castigado por su hermano y los dioses y Damayanti la joven princesa. o La muerte del niño Muni, sacada del Ramayana, Casona se centra en la muerte del rey Dasaratha, padre de Rama al que había desterrado a un bosque, que en la hora de su fin recuerda la muerte injusta que provocó al hijo de un “muni”, un asceta. o Las mil y una noches, la historia de la joven Sherazada que se ofrece como esposa del enfurecido sultán Schariar al que logra ganar con sus preciosos cuentos como el del pájaro que habla, el árbol que canta y el agua de oro. o Lohengrin, de la leyenda del Caballero del Cisne basado en un poema del s. XIII. Elsa es acusada de haber matado a su hermano. Más tarde, según se va formando una personalidad, sueña con la aventura, lo heroico, la acción, corresponden las leyendas que componen la literatura épica: o Héctor y Aquiles, de la Iliada, el hijo de la diosa y de pies ligeros Aquiles, héroe griego y Héctor el héroe de Troya o Los Nibelungos, la leyenda medieval germánica de la que Casona recoge tres pasajes de la leyenda de Sigfrido: la muerte de su padre Sigmundo, el nacimiento del propio Sigfrido y su amor por Crimilda. o El cantar de Roldan, la leyenda épica por excelencia medieval proveniente de tierras francesas.


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o El destierro de Mio Cid, el primer cantar de nuestro poema épico, el rey Alfonso I otorga un plazo de 9 días a Mio Cid para que salga de sus tierras. o Tristán e Iseo, basada en la leyenda de Tristán e Isolda cuenta la a historia de amor que no pudo ser en la vida y se unieron más allá de la muerte. o Guillermo Tell, el héroe nacional de Suiza libertador de su patria. o La leyenda de Balder, de origen escandinavo, especialmente poemas noruegos sobre los nibelungos. Los cantos de estos poemas formaron el libro llamado Eddas. Casona recoge el que habla de la leyenda de Balder, el joven dios de la luz hijo de Odín que tiene un horrible sueño Finalmente al niño le integra el símbolo y la alegoría, es la literatura de ejemplos: o Dioses y gigantes, vienen de las antiguas leyendas escandinavas. Villancico de pasión, un relato apócrifo sobre el nacimiento y pasión de Cristo en la que el protagonista es el buen ladrón.

“La importancia del libro descansa en que, no siendo originales los motivos, resulta una labor original. Se nos da en breves páginas la esencia de cada una de esas voluminosas obras, sin que advirtamos pérdida de matices si siquiera el estilo. Al concluir de leer cada una de estas síntesis, creemos haber leído la obra originaria en toda su extensión. Conservan todas su esencia emocional. Digo más: en algunos casos, la emoción gana con la síntesis”. 3 Casona en sus leyendas, escoge los momentos y personajes más significativos o bellos, aquellos que pueden servirle para su finalidad pedagógica o estética.

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SUÁREZ FERNÁNDEZ, Constantino. El Españolito, 1890-1941


La sirena varada (1934)

Fue el primer gran triunfo teatral de Casona, escrita en el Valle de Arán y rechazada en numerosas ocasiones en Madrid por diferentes empresarios, de hecho, no llegaría al teatro hasta ganar con el ella el Premio Lope de Vega en 1833 creado por el Ayuntamiento de Madrid. Fue representada por primera vez el 17 de marzo de 1934 en el teatro Español con Margarita Xirgu recibiendo elogiosas críticas. “La noticia me cogió dentro de un tranvía. Eran las nueve de la noche. Yo iba a mi casa. Compré el heraldo de Madrid. Había crisis política en aquellos días y los periódicos venían con grandes titulares. Hojeé el periódico…En esto, allá dentro, en las páginas interiores, me veo la noticia: el premio Lope de Vega para La sirena varada. Me quedé aturdido. Luego me dieron impulsos de tremolar el periódico y empezar a dar voces. “¡Mi obra! ¡Es mi obra! ¡Una obra mía!. Me tiré del tranvía y me quedé allí, en la calle, sin saber qué hacer, quieto, confundido durante mucho tiempo. Por fin, como no sabía qué otra cosa hacer de momento, pensé: ¡Bueno! ¿Y para qué me he bajado yo del tranvía? Esperé otro, subí y me fui a casa a contárselo a mi mujer” (Crónica de Madrid, 6 de mayo de 1934)

La sirena varada está concebida y desarrollada en torno al binomio realidad-fantasía con un choque entre lo que existe en el subconsciente y la realidad de fuera. Un grupo de personajes pretende escapar de una realidad a la que consideran decepcionante a un lugar nuevo, libre, diferente.


Nuestra Natacha (1936)

A finales de 1935 la Compañía de Pepita Díaz y Manuel Collado estrenan la obra en Barcelona donde permaneció en cartelera hasta febrero de 1937. En el verano de 1936 se estrena en Madrid y en el verano de ese año llega a teatro Dindurra de Gijón y al Palacio Valdés de Avilés. Esta obra causó escándalo, algunos se empeñaban en ver en la obra una política de izquierdas, cuando, en realidad, es una defensa de una educación diferente. Se puede decir que en esta obra Casona lleva al extremo sus ideas a través de la protagonista, Natacha, que pone de relieve la responsabilidad social del individuo “Vivir es trabajar para el mundo” “De Nuestra Natacha se han escrito muchas tonterías, se han hecho bandera de acá y de allá. ¡No es bandera!... era simplemente una obra joven, llena de fe. Quizá un poco evangélica, un poco inocente, un poco romántica, pero de cosas muy auténticas y verdaderas; donde está el teatro de los estudiantes, la residencia, los problemas de la coeducación, esas especies de penitenciarias que eran los reformatorios…¡En fin! Todo ello estaba hecho con un nobilísimo afán, no de hacer demagogia ni buscar ovaciones, sino tocar una llaga de la pedagogía española, que es evidente que estaba al alcance de todo el mundo y nadie había tocado”. (Entrevista en el diario Pueblo, 16 de agosto de 1962) En esta obra, comedia en tres actos el segundo dividido en tres cuadros, Casona refleja temas de su interés a través de los estudiantes (Mario, Flora, Lalo, Rivera, Aguilar, Somolinos, Natacha), del rector don Santiago; de las educandas y educandos del Reformatorio (Marga, Juan, Fina), el conserje, y del otro lado la Marquesa y la señorita Crespo y Sandoval que tiene que estar aquí aunque cree en la labor de Natacha. !

Tema de educación con las ideas de la Institución Libre de Enseñanza que representa Natalia Valdés, Natacha, joven que acaba de doctorarse en Ciencias


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de la Educación, la primera mujer que lo logra, con gran honor, pero que tiene un pasado triste de niña en un reformatorio, y a la que el patronato del Reformatorio de las Damas Azules, su antigua casa, ofrece el puesto de directora y que ella acepta solo si le dejan actuar con libertad. “NATACHA. – ¿Qué condiciones me ofrece el Patronato? SANDOVAL. – Las que usted señale. Aquí traigo una hoja con su nombre. El sueldo está en blanco. NATACHA. – No se trata de eso. Pongamos el mínimo que hayan tenido las directoras anteriores. Lo que yo necesitaría es contar con una plena libertad de iniciativa en cuánto al régimen anterior. Nunca aceptaría dar un solo paso en contra de mis convicciones”. (p. 202) Frente a la violencia, el autoritarismo Natacha propone una educación basada en el respeto, la libertad y la comprensión. La importancia de creer que otra educación es posible, en la igualdad de oportunidades de las personas, en la igualdad de género, se habla ya de coeducación, representado sobre todo en la colonia educativa que constituyen. La necesidad de que los estudios sean útiles. El amor al teatro, que llegue a todas las personas, el teatro de estudiantes emulando el teatro del pueblo de las Misiones Pedagógicas. Se refleja también el tema de extensión universitaria “cuando acabamos de poner en marcha una Federación seriamente preocupada por los problemas escolares y estamos organizando nuestras clases para obreros” (p. 176) Podemos incluso ver la necesidad de dar vida a pueblos, aldeas abandonados, aquella finca de Lalo, un estudiante de medicina de 30 años, rico, que llora por aprobar, que su afán es vivir, pero que esconde un alma generosa y trabajador y que acaba siendo un poeta. “Yo lo que quiero es beberme hasta el último trago de mi juventud. Estudiar no basta; hay que vivir ¿Y qué vivís vosotros? Libros, conferencias, traducir revistas profesionales. Hala, de prisa, a terminar la carrera. Solo veis el mundo por esa ventana. Pero la vida es más ancha; si le volvéis la espalda ahora, ¡pobre juventud la vuestra!” (p. 179) Y por supuesto el amor, el abuso de poder (violación de una niña por unos ricos), la sociedad injusta y el siempre presente humor de Casona.

Alejandro Casona decía que Nuestra Natacha es la significación de la más bella de las realidades españolas últimas: la nueva generación estudiantil, palpitante de ímpetu y espumas, con sus gozos juveniles y más generosas preocupaciones sociales, lanzada a redimir el mundo de los pobres por medio de la alegría, la cultura y el trabajo. (DÍAZ CASTAÑÓN, 1990, p. 107)


La dama del alba (1944*) “La dama del alba es mi obra más querida, porque en ella he pintado con amorosa fidelidad la tierra en que nací, las costumbres que rodearon mi infancia, los hombres que me enseñaron a hablar y a sentir. Estos campesinos no son “criaturas literarias” inventadas por la fantasía. Los he conocido todo lo que un ser humano puede conocer a puede conocer a otro; he sentido su calor, sus tristezas y sus alegría, sus fatigas y sus trabajos. Lo mismo que en la obra los niños “juegan con la Muerte”, esos hombres y mujeres de mi tierra están tan acostumbrados a enfrentarla diariamente en las montañas y en las minas, que acaban mirándola con toda naturalidad, como a una viajera que cumple su misión y sigue luego su camino”.4 “A mi tierra de Asturias, a su paisaje, a sus hombres, a su espíritu” (dedicatoria del autor en la obra)

“La dama del alba es una maravillosa encarnación artística de la que Casona describirá más tarde como “un sentido y sentimiento de tierra que exacerba notablemente el destierro”, viene decirnos el profesor J.A. Blaseiro. Ahí tenemos, pues, el principal factor determinante de la génesis de la obra: la profunda nostalgia de Asturias que sentía Casona, enamorado de su tierra natal, en la lejana Argentina”. (RODRÍGUEZ RICHART, 1989, p. 19)

Una familia llora la muerte de su hija Angélica en el río, aunque nunca se ha encontrado su cuerpo. Un día aparece Adela, una joven que intentaba suicidarse y que salva Martín, el viudo y llena de nuevo la casa de alegría y amor, aunque parece que no va a tener futuro. Martín esconde un profundo secreto, sabe que su mujer no está muerta, se marchó con otro galán. Y mientras, La peregrina charla con el abuelo, los niños juegan y se celebra la fiesta de San Juan. 4

CASONA, Alejandro. La Dama del Alba. Ed. Centenario. Oviedo. Hércules Astur, 2003, p. 21


Es considerada por la mayoría de la crítica la mejor obra de Casona. Fue estrenada por Margarita Xirgu en el papel de La peregrina el 3 de noviembre de 1944 en el Teatro Avenida de Buenos Aires, siendo desde este momento un gran éxito.

El tema central de la obra es la muerte como compañera y amiga, la Peregrina, que visita más veces de las que quisieran la casona y conversa con el abuelo y hasta juega con los niños y a la que parece no gustar su oficio, ella siempre obedece no decide. Una visión muy poética de la muerte. Temas secundarios: el amor, el suicidio, el adulterio, la vida de la familia, los niños, fiestas y el raro sustitución de personalidad. El tema de los niños es muy recurrente en el autor, tienen un papel simbólico, con su inocencia y juegos logran vencer a la Peregrina, la Vida puede a la Muerte. Son 18 personajes en total los que aparecen en la obra, pudiendo decir que los principales son: la Madre, el Abuelo, Telva, Martín, Dorina, Falín, Andres, la Peregrina y Adela. Abuelo. Hazle caso a tu hermana Andrés: ¿Por qué? Soy mayor que ella Abuela: Pero ella es mujer Andrés: ¡Siempre igual! Al gato le gusta comer en la mesa y no le dejan; a mí me gusta comer en el suelo, y tampoco.


Se desarrolla en un lugar de las Asturias de España, en una casa de labranza cerca de un pueblo pequeño que bien se podría identificar con Besullo, “Su lugar de acción es mi aldea natal, sus personajes son los pastores y campesinos con quien me crie, sus canciones son las primeras en que aprendí a cantar y sus palabras, entre poemáticas y refraneras, son las del viejo castellano astur que tienen resonancias de buen abuelo” (Alejandro Casona, Ínsula, 1962) No hay un tiempo concreto en la obra, pero podría ser la fecha de su primera representación 1944, aunque también podría ser también antes. “En un lugar de las Asturias de España. Sin tiempo. Planta baja de una casa de labranza que trasluce limpio bienestar. Sólida arquitectura de piedra encalada y maderas nobles.”. Se puede decir que La dama de alba es una obra esencialmente poética desde su concepción, su personaje principal, la Peregrina o la atmósfera que se crea siempre casi mágica y etérea, hasta el lenguaje con un uso frecuente de sinestesias, tropos retóricos, que consisten en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales, por ej.: soledad sonora, verde chillón, dulce fatiga, ternura lenta, …. “La dama del alba queda ahí como una ejecutoria ejemplar, como una muestra señera, que será muy difícil igualar, de cómo se hace poesía en el teatro” (RODRÍGUEZ RICHART, 1989, p. 20) Esta obra señala la cumbre en la producción dramática de Casona, es la preferida, como dijimos, de su autor y junto a Los árboles mueren de pie, su mayor éxito comercial, la más universal de cuantas ha creado. “En la Dama hay mucho de mi infancia y por entero el corazón” decía el autor desde radio París en 1956 sobre la obra. Como anécdota fue acusado por un diario argentino de plagio del libro titulado Leyendas asturianas. La obra está dividida en cuatro actos, algo poco frecuente en el teatro de Casona que solía dividir sus piezas en tres actos, pero común en el teatro naturalista. Todos los actos transcurren en el mismo espacio, la casa de labranza, aunque en diferente tiempo y además no son o no representan algo cerrado, su estructura es abierta.


Los árboles mueren de pie (1949)

Se estrena el 1 de abril de 1949 en el Teatro Ateneo de Buenos Aires por la compañía Luisa Vehil. “Escrita y estrenada den la Argentina, la comedia lleva asomada a una de sus ventanas una rama verde de jacarandá, el árbol que siembra de azules y lilas los jardines porteños. Fuera de eso, sus personajes pueden vivir, cantar y sufrir en cualquier rincón del mundo, sin geografía determinada” decía Casona en su estreno en España en 1963. La obra se divide en dos partes, la primera que coincide con el primer acto, presenta la institución ambientada en un marco impersonal en que el espectador es transportado a un mundo de evasión, irrealidad y fantasía. En la segunda parte, formada por los actos segundo y tercero, se vive una acción real. Se juega con la fantasía y la realidad, y desde la primera escena, estamos antes una ejemplificación del teatro dentro del teatro. Una oficina e el espacio del primer acto en el pululan extraños personajes, disfraces, caras, y en la que aparecen Isabel y el señor Balboa que acuden porque parece que allí los ayudarán y que no saben ni entienden donde están, hasta que Mauricio, el director les cuenta y les ayuda. “Todo lo que estamos presentando aquí solo puede ocurrir en un teatro o en una filmadora de películas o en un circo” En el segundo y tercer acto se simula para alegrar a la abuela la llegada de su nieto y su mujer, la fantasía de una cartas que no se escribieron, la vida que no era real frente al “otro” que es el nieto de verdad. “¿Por qué encerrar siempre la poesía en los libros y no llevarla al aire libre, a los jardines y a las calles?”


La casa de los siete balcones (1957) En la Casa de los Siete Balcones, solar de mayorazgos en una pequeña villa del norte español. “ Estrenada en Buenos Aires en 1957 nos lleva de nuevo a la Asturias rural cuyos personajes viven el drama rural y se enfrentan con pasión por un tema clave: el dinero. Rivalidades familiares, ambiciones que llevan a la violencia y la muerte y en la que curiosamente, ya que es poco habitual en el teatro de Casona, el mal y el egoísmo triunfan. El amor romántico y esa mezcla de idealidad y realidad está claramente representado por el personaje de Genoveva y frente a ella la mujer fuerte Amanda, criada y amante con claras influencias de Galdós “Pero yo que piso firme aquí abajo, nunca he conseguido entenderle nada” dice sobre Uriel. Ramón, el amo de la casa, viudo pasa por momentos difíciles, a punto de perder la que es la casa solariega de su mujer. Busca que su cuñada, Genoveva, le diga donde tiene escondida el dinero y joyas, cuñada que vive con la esperanza de una carta que llegue de América de su novio, bajando al puerto cuando no hay mar y escuchando misa mayor un viernes porque cree que es domingo, y la única que parece entenderse con Uriel, su sobrino. Uriel es un joven “un alma completamente sana, a la que le falta la palabra” que no habla, solo con su madre y abuelo fallecidos a los que quiere acompañar. Amanda criada y amante, se impone y quiere ser la señora. German. – Mis enfermos me necesitan para charlar. Genoveva. – ¿Charlar? Germán. – Ya es lo único que creo. Primero se empieza con los ungüentos caros, después se ensaya con las yerbas, y al final descubres que lo mejor sigue siendo la palabra. El caso es no estorbar y dejar que se curen tranquilos.


Besullo (Bisuyu) “Después de la Villa lo es Besullo, cuyo templo parroquial fue antiguo Monasterio de benedictinos comprendido en regia donación de D. Alfonso el Magno y Dª Gimena a la iglesia de Oviedo y a su obispo Gomelo en 905 y por la condesa Mumadonna, viuda del gobernador Gundemaro Pinñoliz, en 1036. Localidad trabajadora y desahogada, tiene mazos e industrias de utensilios caseros y de labranza. Allí está la antigua casa de los Llano Flórez”.5 Dice Madoz 6 “Besullo, en la provincia de Oviedo, Ayuntamiento de Ayande y feligresía de San Martín de Besullo. Situado en la margen izquierda de río Aranga y con buena ventilación, aunque cercado de montes, clima húmedo, pero sano. Comprende los lugares y caseríos de Besullo, Bayo, Cerecedo, Comba, Cubo de Puerto, Tiediel, Forniellas, Fuentes, Irrondo, Noceda, Otriello ó Lutriello, Pondal, Pontones, Posada, Sanabuega, San Román y San Segundo, que reúnen sobre 120 casa de mediana construcción. La iglesia parroquial (San Martín) fue antiguo convento de benedictinos y el patronato, hoy real, se ejercía por la corona y el suprimido convento de Corias. Hay cinco ermitas propiedad del vecindario y el cementerio en nada perjudica a la salud pública. El término confina con el de San Pedro del las Montañas y el de San Juan de Araniego; le baña el mencionado río Arganza, al cual se unen diversos arroyuelos que tienen origen en las vertientes de los montes y fuentes que se hallan en ese término. El terreno es de buena calidad con monte arbolado de robes y castaños y algunos prados de pastos; sus caminos son locales y están abandonados, el correo se recibe por la capital del partido. Producciones: maíz, centeno, patatas, trigo, castañas, lino, legumbres, hortaliza y alguna fruta; cría ganado vacuno, lana y de cerda. Hay caza y pesca. Industria: la agrícola y se hallan en decadencia sus fábricas de sartenes,. Calderos y utensilios de labranza. Población 111 vec. 532 almas”. Parroquia del concejo de Cangas de Narcea con una población de 200 habitantes en 91 casas (datos 2013) con una extensión de 20,06 km2 y a 540 m. de altitud. Según https://www.pueblosdeasturias.es/cangas-del-narcea/besullo/besullo la población sería de 100 personas en 45 casas. 5

BELLMUNT Y TRAVER, Octavio, CANELLA YS ECADES, Fermín. Asturias: su historia y monumentos, bellezas y recuerdos... Tomo II, p. 206. Gijón, 1897. Disponible en la Biblioteca Virtual del Principado de Asturias: https://bibliotecavirtual.asturias.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=2395

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MADOZ, Pascual. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España. Asturias. Edición facsímil. Valladolid: , 1985, p. 83


“Escondido entre la Peña del Gato y el Pico del Gurugú ocupando la cima de una colina verde. Cerca de la aldea corren los arroyos Arganza y Pomar. Se llega desde el propio Cangas por una carretera de 17 km. Que trepa entre colinas, bosques y praderías. Un pueblo con ribetes de villa surgió en aquel apartado paraje”, así lo describía Juan Antonio Cabezas en 1956 en su guía de Asturias: Asturias, biografía de una región. Dolores Medio en su guía Asturias en 1971 decía “No abandone el viajero Cangas del Narcea sin visitar el pueblo de Besullo, en peregrinación sentimental o, o si prefiere, literaria. En este pueblo nació Alejandro Rodríguez Álvarez, “Casona”, el dramaturgo asturiano universalmente conocido, que, tras un largo exilio en la Argentina, volvió a morir en su patria en fecha aun relativamente reciente. No necesita presentación ni comentario este autor tan íntimamente unido a nuestro teatro actual. Sí diremos, que en algunas de sus obras, como “La dama del alba”, se reflejan leyendas y costumbres de esta tierra y la bella melancolía de su paisaje, que Casona llevó siempre en su alma. Es Besullo, por otra parte, un pueblo pintoresco por su paisaje y porque en él viven aislados de su fe, pero al mismo tiempo en pacífica comunicación con sus vecinos, un grupo de familias protestantes, venidas a estas tierras en el año 1868”. El pueblo surgió en torno a un monasterio benedictino del siglo X del que procede la actual iglesia parroquial de San Martín de una sola nave con bóveda de cañón, de origen románico reformada enteramente entre 1890 y 1900. Tierra de vaqueiros, ferreiros y cuna del protestantismo en Asturias al instalarse en 1871 una comunidad de protestantes (Casa Xuacón) que tuvieron que soportar numerosas presiones pero que lograron una convivencia más o menos pacífica con la fe católica dominante en aquel momento y cuyo origen parece ser lo tienen los viajes de los ferreiros para vender sus productos. En enero de 2014 fallecía Dina Rodríguez, de 81 años de edad, la última descendiente de aquellos pastores evangélicos. Pero sobre todo esta aldea llena de hórreos y paneras se conoce por ser la cuna de Alejandro Casona cuya casa natal se conserva, no así la llamada “casona”, construida por Lorenzo Llano Flórez en 1897, y durante mucho tiempo lugar de las Escuelas Nacionales en las que su padre daba clases y que quedó en ruinas tras un incendio en 2006 (noticia en: https://www.elmundo.es/elmundo/2006/06/03/cultura/1149325680.html ). Cerca de ella se encuentra la casa natal de Casona, a veces confundida con la primera. “Nada de particular tiene que la casona fuese tenida por los hijos de la maestra como su segunda casa, dotada como estaba de múltiples estancias, con galerías y “siete balcones”, panera, hórreo, pajar, cuadras y capilla, con un gran corralón llano, cosa infrecuente en el pueblo, y una huerta continua, inclinada sobre el río Arganza, con el pequeño cementerio enfrente, capaza de evocar misterios y leyendas, y el molino y el batán adivinados al fondo. La estructura de la casa, innumerables veces reformada, primero para escuela y ahora distribuida en varias viviendas y dependencia, en nada puede recordar hoy su primitiva factura. La capilla, que nunca mencionada por Casona, quizás porque ya en su tiempo había perdido esa función, es ahora almacén de aperos y cosecha, y aunque mantiene la nobleza de sus muros exteriores, ha perdido parte de su ábside…” (RUIZ TILVE, 2003, p. 22)


“En mi aldea, de niños teníamos un granero apenas separado de la casa por una corraliza –olor de vacas y manzanas, de establo mullido con helechos y brezos– en el cual uno de mis tíos, herido en una guerra lejana …. (¡Cuéntanos otra vez lo de Filipinas, tío! –Una noche, los tagalos….) guardaba una preciosa silla de montar semejante a un cofre antiguo con sus tachones dorados, sus estribos de zueco y su alto arzón de plata, colocada sobre un tronco con cuatro patas como la albarda de Sancho sobre las cuatro estacas de Ginesillo. Teníamos además un viejo castaño que apenas podíamos abrazar entre cuatro, y un burrito de ojos azules, y una entrada secreta a una ermita abandonada. Pero entre tantos tesoros ninguno me fascinaba tanto como aquel caballo ausente en el que podía galopar horas y horas de sueño. Jinete en aquella silla emprendía los más fabulosos viajes, tenso en los zuecos claveteados de oro; y allí empecé a descubrir en mí los primeros síntomas de un mal del que ya no iba a poderme curar jamás. Que solamente me gusta viajar lejos, sin importarme la época y el país, pero lejos”. Los mazos parece tener su origen en el mundo romano, aunque fue en el medievo cuando se extendieron, en el siglo XVIII esta actividad era predominante en Besullo. Cuenta también con la capilla de Nuestra señora de las Veigas reconstruida a principios del XIX y la capilla de la Magdalena sobre una roca de difícil acceso, El Castietso. “El pueblo de Besullo, muy mermada ahora su población estable, mantiene sin embargo la armonía de sus caserío, con muchas casas restauradas, la mayoría de ellas respetando forma y materiales tradicionales y un talante cordial en sus gentes que parece heredado del espíritu hospitalario que hizo a la “casa de Narcés” acogeré bajo su techo a la peregrina. (…) Ahora aquellas fraguas que dieron vida industrial a Besullo están quietas y silenciosas. De las cuatro que hubo no queda ninguna en actividad. El Mazu d’Abaxu, cercano a la capilla de la Virgen de las Veigas, dejó de funcionar hace cuarenta años y fue restaurado `posteriormente siendo arrasado por un incendio. Se tiene el proyecto desde la Consejería de Cultura, de su reconstrucción, como símbolo de un tiempo y una forma de vida que fue muy importante”. (RUIZ TILVE, 2003, p. 23-24)







Lorenzo Rodríguez Castellano

“Besullo no puede dejarse de lado si queremos entender a Rodríguez Castellano. Desde los últimos años del siglo XIX este pueblo del concejo de Cangas del Narcea va a ser un hervidero de maestros nacionales, inspectores de enseñanza y otras gente de estudio entre las que estarían los hermanos Caridad y Juan y Lorenzo Rodríguez castellano. Detrás de este proceso se encuentra el protestantismo, fe que adoptan en el último tercio del siglo XIX varias casas de Besullo. Los protestantes favorecerán la enseñanza implantando una escuela y ayudarán a los niños mejor dotados a estudiar fuera, pero, además, su ejemplo se extendió al resto de vecinos que pronto comprendieron los beneficios de la instrucción e hicieron lo posible para que sus hijos pudieses estudiar. La persona más destacada de este ambiente será el dramaturgo Alejandro Rodríguez Álvarez, “Alejandro Casona” (nacido en Besullo en 1903), también maestro e inspector de primera enseñanza. Sin embargo, la Guerra Civil y la represión franquista se cebó con muchos de estos enseñantes de Besullo, que pagaron toda esta formación con el exilio, la expulsión del magisterio e incluso con su propia vida”7 Lorenzo Rodríguez castellano nace en Besullo el 24 de septiembre de 1905, poco después que Alejandro Casona, de hecho este autor dedica uno de sus libros a una de sus hermanas “A Caridad que entiende de libros y de espíritu” y otro de sus hermanos, Juan, fue autor de numerosos trabajos sobre literatura y de forma especial sobre el teatro de Casona. 7

LÓPEZ ÁLVAREZ, Juaco. Semblanzas de don Lorenzo Rodríguez Castellano: Don Lorenzo, “amigo de los míos”. En: Don Lorenzo……, p. 40


Lorenzo fue el último de siete hermanos, de la familia de Xuan Ferreiro, en el barrio de Cornipando, en una de las casas que profesaban el protestantismo. Sus padres Doroteo y Matilde se dedicaban a la fabricación de utensilios de hierro y a las labores del campo, en una casa buena, con propiedades. Su padre además fue pastor de la iglesia protestante y su hermana mayor, caridad, fue maestra de la escuela de esta iglesia. Asiste a la escuela rural del pueblo demostrando ya su afán por saber. A los trece años se va a Madrid a estudiar bachiller en el colegio “El Porvenir”, institución muy progresista en los métodos de enseñanza (con coeducación y sistemas curriculares muy modernos) vinculada a la Iglesia Evangélica Española. Más tarde estudiaría Filosofía y Letras en La Universidad Central donde se doctoró con premio extraordinario en 1931. Trabajó en el proyecto de la elaboración del Atlas lingüístico de la Península Ibérica dirigido por Tomás Navarro e iniciado por Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos. Con la guerra Tomás se lleva todos los documentos al exilio hasta que son devueltos en 1951 haciéndose cargo de los cuestionarios de nuevo Rodríguez Castellano junto a Sanchis Guarner publicando el Atlas, el primer tomo, en 1962. Con la guerra don Lorenzo es trasladado a Valencia donde es nombrado bibliotecario de la primera Casa de Cultura que se inaugura en el país, a la vez que sigue ejerciendo de profesor. En 1939 regresa a su pueblo natal e inicia en él, a la vez que da clases de latín en un colegio de Luarca, la preparación de las oposiciones para el ingreso en el Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios consiguiendo plaza en 1944. Su hermana Caridad había sido bibliotecaria en la Embajada Americana en Madrid. En Luarca conoce a Adela Palacio Gros con la que contrae matrimonio en julio de 1945 pasando a residir en Oviedo donde nacieron sus hijas Aurora Isabel y Matilde Elena. En 19468 fue nombrado director del Centro Coordinador de Bibliotecas de Asturias, del que fue responsable hasta la fecha de su jubilación en 1976 ejerciendo una importante labor como propulsor y propagandista de la lectura pública. También fue Director de la Biblioteca Pública de Oviedo creada en 1942. Los Centros Coordinadores habían sido creados en 1940 a través de una Orden Ministerial del Ministerio de Educación con el fin de aunar esfuerzos en el ámbito bibliotecario del estado, las provincias y los municipios. El Centro Coordinador de Asturias estuvo dirigido por Ignacio Aguilera, director de la Biblioteca Universitaria hasta 1946 cuando llega don Lorenzo, y se separa así la lectura pública del ámbito universitario. A partir de 1976 lo dirigirá José Ramón Barraca hasta la desaparición de estos organismos en 1984. 8

Fecha según Biografía en la enciclopedia Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Lorenzo_Rodr%C3%ADguez-Castellano, en el libro de la exposición señala 1944.


A partir de su nombramiento como director del Centro Coordinador su participación en la vida intelectual de Oviedo fue intensa y permanente. Fue miembro fundador y de número del Instituto de Estudios Asturianos y llegó a ocupar la vicesecretaría, la jefatura de publicaciones y la dirección de la biblioteca. En el desaparecido Café Peñalba comparte tertulia, entre otros, con Emilio Alarcos, Álvaro Galmés, Jesús Neira, Martínez Cachero, Constantino Cabal, profesores todos de Universidad o eruditos. Podría parecer extraño que a un hombre progresista y republicano, educado en el protestantismo, se le dejara el cargo del restablecimiento de la lectura pública en Asturias, simplemente se debió a que iba asociado al ingreso en el Cuerpo de Bibliotecarios.

Su primera función y labor fue la de crear y ampliar bibliotecas públicas en la región. Asturias entre 1869 y 1936 contó con más de 350 centros bibliotecarios, de los cuales muchos desaparecieron o se cerraron con la guerra civil y además sus fondos, tras la guerra, fueron depurados por las recién creadas Comisiones Depuradores que tenían la misión de cuidar las lecturas de la gente. Estos fondos apartados “libros infierno” llegaron al centro Coordinador donde su director, Lorenzo Rodríguez Castellano, los cuida y mima, crea una sección especial depositada en el Palacio de Toreno y que hasta la llegada de la democracia solo tenía una consulta muy restringida. Actualmente los custodia la Biblioteca de Asturias formado la sección “Infierno”.


“Primero: Obras pornográficas de carácter vulgar sin ningún mérito literario. Segundo: Publicaciones destinadas a propaganda revolucionaria o a la difusión de ideas subversivas sin contenido ideológico de valor esencial. Tercero: Libros y folletos con mérito literario o científico que por su contenido ideológico puedan resultar nocivos para lectores ingenuos o no suficientemente preparados para la lectura de los mismos. Los pertenecientes a los dos primeros grupos serán destruidos y los del tercero guardaos en cada biblioteca en un lugar no visible ni fácil acceso público” (Orden, 1937) En 1938 una nueva Orden decía que este tercer grupo se llevara a Bibliotecas Universitarias excluidas del acceso al público. Desde el Centro Coordinador Lorenzo Rodríguez Castellano hace una importante campaña de creación y mejora de bibliotecas públicas en Asturias, lleva a cabo campañas de extensión cultural y de animación a la lectura. Decía Jesus Neira: “Hay que destacar, en primer lugar, su labor frente al Centro Coordinador de Bibliotecas. La red de municipios asturianos se pobló de bibliotecas públicas que se convirtieron en centros silencioso de difusión cultural. D. Lorenzo fue el gran motor. Él participó activamente, apasionadamente, en su creación, en su enriquecimiento, en la selección de las obras. Se puede decir que gracias a sus criterios de selección la cultura española y universal apenas quedó interrumpida para los lectores asturianos”. (Don Lorenzo…, p. 25)

Una de las mayores preocupaciones de Rodríguez Castellano fue la profesionalización del personal de las bibliotecas, en aquellos momentos, solo el personal de las bibliotecas de Oviedo, Gijón y Avilés eran bibliotecarios de carrera (hay que decir que hoy casi se sigue igual, con la idea que para bibliotecas vale cualquiera) para lo cual organiza cursos bibliotecarios para los encargados de las bibliotecas municipales e incluso cursillos para alumnado de bachiller e intenta aplicar técnicas de organización y gestión avanzadas traídas de sus viajes a bibliotecas europeas. Como curiosidad citamos algunas normas que redactó en diversos reglamentos: “Los lectores varones permanecerán en la Biblioteca con la cabeza descubierta y tanto éstos como las mujeres y los niños dejarán las madreñas a la puerta” “Para ser admitido al préstamo deberá proveerse de la TARJETA DE LECTOR y comprometerse a abonar la cuota que se estipule al efecto, la cual no podrá ser superior a DOCE pesetas anuales”. “El préstamo de libros NO podrá ser concedido a personas que padezcan enfermedades contagiosas”… (Don Lorenzo…, p. 26) Redacta también varios informes sobre la situación de las bibliotecas en Asturias y varios planes bibliotecarios como el primero conocido de 1954 Plan intensivo de creación de bibliotecas municipales que presenta a la Diputación Provincial de Oviedo en el que presenta el funcionamiento de 30 centros ya la necesidad de crear otros 20. En 1957 presenta el Plan bibliotecario para la provincia de Oviedo en el que propone la creación de seis bibliotecas fijas, treinta agencias de lectura, cuarenta bibliotecas viajeras, así como la adquisición de un bibliobús con unos gastos presupuestados de 930.000 pesetas. En la década de los 60 redactará más planes similares intentando que toda la población asturiana tenga posibilidad de un servicio bibliotecario.


Se queja muchas veces D. Lorenzo de la poca ayuda que prestan ciertos Ayuntamientos, especialmente en las cuencas, para tener o mejorar sus bibliotecas “ya que la culpa de que ello sea así, esto es, de que las bibliotecas están mal instaladas, se debe a que la colaboración de los Ayuntamientos de estas zonas ha sido siempre escasa y prestada de mala gana. Los regidores de estos municipios, parece que no veían con buenos ojos la labor del Centro Coordinador” (D. Lorenzo…, p. 28) En 1965 redacta el Plan Bibliotecario para las zonas mineras e industriales de esta provincia, y en 1972 el Esbozo de un Plan Bibliotecario para Asturias en el que prevé ya la instalación de bibliotecas de barrio en las grandes ciudades. Además de su labor como bibliotecario, a partir de 1948 vuelve a retomar estudios sobre filología y fonética. A lo largo de la década de los cincuenta publica sus más importantes estudios lingüísticos como La variedad dialectal del Alto Aller (1952), Aspectos del bable occidental (1953) por la que recibe el premio Luis Vives del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).También recibe la encomienda de la Orden de Alfonso X el Sabio por su labor profesional. Esta doble faceta de bibliotecario y lingüista le llevaron a recorrer los pueblos más recónditos de Asturias a la vez que asistía a grandes congresos Internacionales tanto los vinculados con la filología como con bibliotecas.


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MASIP, Antonio. Algo sobre Lorenzo Rodríguez Castellano. En: Don Lorenzo…, p. 50)


Documentos consultados

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ARCE, Evaristo. Introducción y notas. EN: CASONA, Alejandro. Teatro infantil; Artículos periodísticos; Charlas radiofónicas; Flor de leyendas. Hércules-Astur, 1988. ARIAS ARGÜELLES-MERES, Luis. A propósito de Alejandro Casona. [en línea] La Nueva España, 26 de marzo de 2010. Disponible en: https://www.lne.es/opinion/2010/03/26/proposito-alejandrocasona/892315.html ARMIÑO, Mauro. Prólogo. En: CASONA, Alejandro. La dama del alba; La sirena varada; Nuestra Natacha. 29ª ed. Madrid: EDAF, 2006. 84-7166-736-3 ARMIÑO, Mauro. Prólogo. En: CASONA, Alejandro. Prohibido suicidarse en primavera; La casa de los siete balcones. 13ª ed. Madrid: EDAF, 2003. CASONA, Alejandro. La Dama del Alba. Ed. Centenario. Oviedo. Hércules Astur, 2003. 84-86723-36-1 DIAZ CASTAÑÓN, Carmen. Alejandro Casona. Oviedo: Caja de Ahorros de Asturias, 1990 Don Lorenzo Rodríguez-Castellano y el Centro Coordinador de Bibliotecas de Asturias : exposición Día del Libro 2009. Comisarios de la exposición, Carmen Prieto Álvarez-Valdés y Ángel Mato Díaz. Oviedo: Consejería de Cultura y Turismo, 2009. GARCÍA ÁLVAREZ, Mª Cristina, GONZÁLEZ COBAS, Modesto. Introducción. En: CASONA, Alejandro. Flor de leyendas; Vida de Francisco Pizarro. 23ª ed. Madrid: Espasa-Calpe, 2007. 978-84-670-2185-1 LÓPEZ ALFONSO, Alfonso. Alejandro Casona: biografía. [en línea] TOUS PA TOUS: Sociedad canguesa de amantes del país. Disponible en: https://touspatous.es/author/alfonsolalfonso/ PALACIO, Adela. Presencia de Asturias en la obra de Alejandro Casona. [en línea] Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, nº 48 (1963), p-. 155-201. Disponible en: https://touspatous.es/wpcontent/uploads/2010/03/adela_palacio_048-13.pdf RODRÍGUEZ RICHART, José R. Introducción. CASONA, Alejandro. La dama del alba. 9ª ed. Madrid: Cátedra, 1989. RUIZ-TILVE, Carmen. CARLON RUIZ, Francisco. La naturaleza de Besullo en “La dama del alba” de Alejandro Casona. Oviedo: Real Instituto de Estudios Asturianos, 2003. 84-89645-70-1


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