El cristiano contemporáneo john stott

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Pqro ser un "crislionoconlempor6neo"es precisoosegurornosde que nuestro presenteest6 enriquecidofonto por nuesfroconocimientodel posodo como por nuestro expectotivo en cuonto ol futuro. Estelibro es un ensoyo sobre el moneio cristionodel fiempo, sobre el modo en que se esperoque vinculemos el posodo, el presentey el futuro en nuesiro monero de pensor y en nuestro mqnarc de vivir. 2Podemospreseryorintocto lo identidod hist6ricsdel cristionismo - hocer honor ol posodo - sin ol mismo tiempo lonzornoso lo derivo y oporlomos de nuestroscoel6neos?Por ofro lodo, ic6mo podemos desorrollor uno odecuodo humildod onie el fuiuro no reolizodo- hocer honor ol futuro sin monifestorsuficienciodebido o nuestrogrodo ociuol de progreso?Estos son los inierrogonlesque se plonteon en lo Introducci6ny en lo Conclusi6n respectivomente.Entre ocerco los investigociones de lq influencioque eiercen sobre nosotros el posodoy el futuro encontromosveintirln copitulosdedicodoso los responsobilidodes cristionosocluoles.El crisfiono contempor6neo es lo conlinuoci6n de l-s fe crisfiona frente o los desofios confemporfineos, en el sentido de que este 0ltimo libro exploro osuntosrelocionodoscon lo 6tico sociol,mienlros que el primero esl6 relocionodocon cuestionesde doctrino y discipulodoboio cincoospectos:el Evongelio,el discipulo,lo Biblio,lo iglesio y el mundo. Todoslos copifulosconstituyenun inlenfo de hsblor menos y "escuchorcon ombos oidos", o fin de logror un doble obietivo: evitor los peligros opueslosde lo infidelidody lo folto de pertinencio,y proclomqr lo Polobrs de Dios ol mundo de Dios eficozmenteen el dio de hoy. Lo Guio de estudio focilitor6el uso de esfo importonte obrq o nivel personoly comunilorio.

ISBN 0-A0ag-0335-1

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO John Stott ,

CON GUIA DE ESTUDIO


© 1995 Nueva Creaci6n filial de Wm. B. Eerdmans Publishing Co. 255 Jefferson Ave. S.E., Grand Rapids, Michigan 49503, EE. DU.

Nueva Creaci6n, Jose Marmol 1734 - (1602) Florida Buenos Aires, Argentina Titulo original: The Contemporary Christian © 1992 Inter-Varsity Press Traducci6n de David R. Powell Reservados todos los derechos All rights reserved Impreso en los Estados Unidos Printed in the United States of America

Indice Abreviaturas principales

9

Prefacio

11

Introducci6n: El entonces y el ahora EI cristianismo hist6rico y contemponmeo Intentos de modemizar a Jesus Elllamado a escuchar con ambos oidos

15 15

Parte I: EI evangelio

29

1. La paradoja humana La dignidad humana La depravaci6n humana La paradoja resultante

31 33

2. La libertad aub~ntica El aspeeto negativo: liberados de El aspeeto positivo: liberados para

43 45 49

3. Cristo Ysu cruz La Palabra de Dios La cruz de Cristo El poder del Espiritu

55 56

4. La pertinencia de la resurrecci6n "Que significa la resurrecci6n? "Realmente tuvo lugar la resurrecci6n? "Par que tiene importancia la resurrecci6n?

67 68

19 23

Library of Congress Cataloging-in-Publication Data Stott, John R. W. [Contemporary Christian. Spanish] EI cristiano contemponineo : con gufa estudio / John Stott. p. em. Includes bibliographical references. ISBN 0-8028-0935-9 (pbk. : alk. paper) I. Christian life. 2. Theology. 3. Time - Religious aspects - Christianity. 1. Title. BV4501.2.S78618 1995 230 - dc20 95-40218 CIP

ex libris eltropical A menos que se indique 10 contrario las citas de la Biblia corresponden ala versi6n de Reina-Valera revisada en 1960. Las lineas de la canci6n de la p. 20 pertenecen a Getsemani (1 Only Want to Say) de la 6pera rock Jesucristo Superestrella. Letra de Tim Rice. Musica de Andrew Lloyd Webber. © 1969 por MCA Music Ltd., divisi6n de MCA Inc. ReprOOucido con el generoso permiso de Tim Rice. Tiene copyright internacional. Reservados tOOos los derechos. ,L~ canci6n en la p. 225 es Love Changes Everything de Aspects ofLove. Muslca: Andrew Lloyd Webber. Letra: Don Black y Charles Hart. © 1988 The Really Useful Group Ltd. Todos los derechos para los Estados Unidos los controla R. & H. Music Co. Tiene copyright internacional.

5.

Jesucristo es Senor La convicci6n teol6gica EI compromiso radical

37 40

57

65

75

77 83 84 87


Parte II: El discipulo

95

6. EI oido atento Escuchar aDios Escuchamos unos a otros Escuchar al mundo

97 99 101 105

7. La mente y las emociones La mente Las emociones La mente y las emociones

13. La exposici6n de la Palabra Dos convicciones Dos obligaciones Dos expectativas

199 200 203 208

Parte IV: La iglesia

211

109 109 115 120

14. Desafios seculares a la iglesia La busqueda de trascendencia La busqueda de significaci6n La busqueda de comunidad

213 214 219 223

8. Guia, vocaci6n, y ministerio La guia La vocaci6n El ministeria

123 124 126 134

9. EI primer fruto del Espiritu El amor, el gozo y la paz El amor en acci6n El amor es el fruto del Espiritu

141 141 145 147

15. La evangelizaci6n por medio de la iglesia local Diversas formas de evangelizaci6n La iglesia debe entenderse a si misma (la teologia) La iglesia debe organizarse (las estructuras) La iglesia debe expresarse (el mensaje) La iglesia debe ser ella misma (la vida)

229 230 231 235 240 242

Parte III: La Biblia

153

16. Dimensiones de la renovaci6n de la iglesia La verdad Lasantidad La misi6n La unidad

247 251 252 253 255

10. Perseverar en la Palabra Afirmarse en la Palabra Perseverar en la Palabra Predicar la Palabra

155 157 159 164

17. Los pastores de la iglesia El modelo sacerdotal El modelo pastoral

261 263 269

11. Responder ala Palabra El discipulado maduro La integridad intelectual El progreso ecumenica La evangelizaci6n eficaz La humildad personal

167 167 170 174 176 178

Parte V: EI mundo

281

12. La trasposici6n de la Palabra El problema hermeneutico Nuestro propio encierro cultural El condicionamiento cultural de la Biblia Ejemplos de trasposici6n cultural

179 180 182 186 190

18. La singularidad de Jesucristo Argumentos a favor del pluralismo La singularidad de Jesucristo Jesus es Senor Jesus es Salvador Jesus es nuestro

285 287 293 295 297 300

19. Nuestro Dios es un Dios misionero El Dios del Antigua Testamento

309 313


El Cristo de los Evangelios El Espiritu Santo de Hechos La iglesia de las Cartas La culminaci6n de Apocalipsis

20. La mision holistica La evangelizaci6n y la responsabilidad social La base biblica para esta colaboraci6n Consideraci6n de cinco objeciones Algunos ejemplos de esta colaboraci6n

21. La cristologia de la mision La encamaci6n de Cristo (el modelo) La cruz de Cristo (el costo) La resurrecci6n de Cristo (el mandato) La exaltaci6n de Cristo (el incentivo) El don del Espiritu de Cristo (el poder) La parusia de Cristo (la urgencia)

Conclusion: EI ahora y el todavia no El reino que ha venido y el reino venidero La revelaci6n, la santidad y la sanidad La iglesia y la sociedad

Guia de estudio

315 316 318 320 323 324 328 334 337 341 342 345 349 350 352 355 359 361 365 370 375

Principales abreviaturas Versi6n autorizada (del rey Jaime) de la Biblia (1611). La Biblia de las Americas (Fundaci6n Bfblica Lockman, 1986). La Biblia para Latinoamerica (Paulinas, 1972). Sagrada Biblia, traducci6n de Francisco Cantera Burgos y Manuel Iglesias Gonzalez (BAC, 1975). El camino a la luz (NT; Sociedad Bfblica Internacional, 1979, 1985). CL GNB The Good News Bible (NT 1966, 4ta. edici6n 1976; AT 1976). \LPD Ellibro del pueblo de Dios (Ediciones Paulinas, s/£). LXX El Antiguo Testamento en griego seglin la Septuaginta, siglo III a.c. \J NBE Nueva Biblia Espanola, traducci6n dirigida por Luis Alonso Schokel y Juan Mateos (Ediciones Cristiandad, 1975). NEB The New English Bible (NT 1961, 2da. edici6n 1970; AT 1970). NIV The New International Version (Nueva Versi6n Internacional de la Biblia en ingles) (1973, 1978, 1984). REB The Revised English Bible (1989). RSV The Revised Standard Bible (NT 1946, 2da. edici6n 1971; AT 1952). RV The English Revised Version of the Bible (1881-85). RVA Versi6n de Reina y Valera actualizada (Editorial Mundo Hispano, 1982, 1989). RVR Versi6n de Reina y Valera rev. en 1960 (Sociedades Bfblicas Unidas). RV77 Versi6n de Reina y Valera rev. en 1977 (CLIE). lSBA Sagrada Biblia, de Serafin de Ausejo (Editorial Herder, 1964). TDNT Theological Dictionary of the New Testament, ed. G. Kittel y G. Friedrich, traducido al ingles por G. W. Bromiley, 10 tomos '~~M~ (Eerdmans, 1964-76). ~ La Santa Biblia, «versi6n moderna» de H. B. Pratt (1893; ed. rev., Sociedad Bfblica Americana, 1929). Dios habla hoy, «versi6n popular» (Sociedades Bfblicas Unidas, ~VP 1966, 1979). AV BA \" BLA CI


Prefacio

S

er «contemporaneo» es vivir en el presente, y movernos con los tiempos, sin ocuparnos necesariamente ni del pasado ni del futuro. Para ser un «cristiano contemporaneo», sin embargo, es preciso asegurarnos de que nuestro presente este emiquecido, en la medida mas plena posible, tanto por nuestro conocimiento del pasado como par nuestra expectativa en cuanto al futuro. La fe cristiana 10 exige. El Dios en el cual confiamos y al cual adoramos es «el AHa y la Omega ... el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso»,l en tanto que el Cristo Jesus con el cual estamos comprometidos es «el mismo ayer, y hoy, y por los siglos».2 De modo que este libro es un ensayo sobre el manejo cristiano del tiempo, sobre el modo en que se espera que vinculemos el pasado, el presente y el futuro en nuestro modo de pensar y en nuestra farma de vivir. Estamos enfrentados a problemas principales. El primero es la tension entre el «entonces» (pasado) y el «ahora» (presente), y el segundo la tension entre el «ahara» (presente) y el «todavia no» (futuro). La Introduccion presenta el primer problema. Planteo el interrogante sobre si es posible, verdaderamente, hacer honor al pasado y a la vez vivir en el presente. zPodemos preservar intacta la identidad historica del cristianismo, sin al mismo tiempo lanzarnos a la deriva y apartarnos de nuestros contemporaneos? zPodemos, ademas, comunicar el evangelio en terminos modernos y atractivos, sin al mismo tiempo distorsionarlo e incluso destruirlo? zPodemos ser autenticos y al mismo tiempo mantener la necesaria frescura, 0 sera preciso escoger? La Conclusion presenta el segundo problema, a saber, la tension entre el «ahara» yel «todavia no». Planteo el interrogante sobre la medida en que nos es dable explorar y experimentar ahora todo 10 que Dios ha dicho y hecho mediante Cristo, sin introducirnos indebidamente en la zona de 10 que aun no nos ha sido revelado. 11


PREFACIO

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

Alternativamente, lc6mo podemos desarrollar una adecuada humildad ante el futuro no realizado, sin manifestar suficiencia debido a nuestro grado actual de progreso? Entre estas investigaciones acerca de la influencia que ejercen sobre nosotros el pasado y el futuro encontramos veintilin capitulos dedicados a las responsabilidades cristianas actuales. Entiendo que El cristiano contemportineo es una obra que sirve de continuaci6n de La fe cristiana frente a los desafios contemportingos, en el sentido de que este ultimo explora asuntos relacionados con la etica social, mientras que el que ellector tiene en sus manos esta relacionado con cuestiones de doctrina y discipulado bajo los cinco encabezamientos siguientes: «El evangelio», «El discipulo», «La Biblia», «La iglesia», y «El mundo». Nohagoninglin intento de ser sistematico, y menos exhaustivo. En cambio, he elegido una cantidad de asuntos que se encuentran en la vanguardia de los debates actuales, 0 que son de importancia segun mi propio entendimiento. Ademas, si bien este libro no es, por cierto, una colecci6n antojadiza de ensayos y sermones, buena parte de los materiales presentados aqui han sido utilizados en conferencias y exposiciones en diferentes partes del mundo. Ademas del tema del tiempo, y de las relaciones entre el pasado, el presente, y el futuro, hay un segundo asunto que recorre este libro. Se refiere a la necesidad de hablar menos y escuchar mas. Por cierto que los cristianos tienen la reputaci6n de ser locuaces. Muchos de mis lectores recordaran la descripci6n que hace E. M. Forster en A Passage to India sobre la experiencia de la anciana senora Moore en una de las famosas cuevas Marabar, especialmente ese mon6tono pero terrorifico eco «bum». Ya adentro estaba a punto de desmayarse. Ahora que estaba afuera estaba tratando de escribir una carta. Sin embargo, una extrana sensaci6n de desesperaci6n comenz6 a inundarla, cuando «subitamente, en el borde de su mente, apareci6 la Religi6n, el pobre cristianismo parlanchin, y ella comprendi6 que todas esas palabras divinas, desde «Sea la luz» hasta «Consumado es» no pasaban de ser un «bum».3 Va sin decir que las palabras de Dios son mucho mas sustanciales que los ecos que resuenan en una cueva, por cuanto son palabras de verdad y de vida, palabras que la senora Moore no queria reconocer. No obstante, 10 crucial es escucharlas con reverente atenci6n y no asfixiarlas con nuestra propia locuacidad prematura. 12

En particular, como se indica en el subtitulo de este libro, creo que hemos sido llamados a la dificil y penosa tarea de «e.scuchar con ambos oidos». Vale decir que hemos de prestar cmdadosa atenci6n (aunque por supuesto con diferentes grados de respeto) tanto a la antigua Palabra como al mundo moderno, con el fm de relacionarlos entre si mediante una combinaci6n de fidelidad y sensibilidad. Todos los capitulos constituyen, por cierto, un intento de escuchar con ambos oidos, si bien estoy seguro de que algunos 10 logran con mayor exito que otros. Es mi firme convicci6~, sin embargo, que s6lo si podemos desarroll.ar. est~ capaCldad, podremos evitar los peligros opuestos de la mfId~lIdad y la falta de pertinencia, y podremos hablar la Palabra de DlOS al mundo de Dios eficazmente en el dia de hoy. Deseo expresar mi especial gratitud al estudiante Todd Shy~ mi ayudante actual, quien ha recorrido labori~samen~e.todo el lIbro en borrador y ha hecho muchas sugeshones uhles; a Steve Andrews, uno de mis anteriores ayudantes, por su meticulosa tarea de preparar los indices; a David Stone por su ha~ilidad par~ componer la guia de estudio; y a Frances W~ltehead, ml omnicompetente secretaria, por haber mecanograflado en forma inmaculada un manuscrito mas. N avidad, 1991

John Stott

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INTRODUCCI6N

EI entonces y el ahora

L

as expresiones mismas, «el cristiano contemporaneo» y «cristianismo contemporaneo» (como, por ejemplo, en el «Institute for Contemporary Christianity»a) les parece a muchos una contradiccion terminologica. lComo se Ie puede llamar «contemporaneo» al cristianismo? lAcaso no se trata de una fe antiquisima? lAcaso su Fundador no viviD y murio casi dos milenios atras? lAcaso no es el cristianismo una pieza de epoca, un ejemplar de museo, una reliquia antigua del pasado remoto, carente de actualidad para los hombres y mujeres modemos? Mi proposito en este libra consiste en intentar dar respuesta a estas preguntas, y demostrar que existe algo que se llama «cristianismo contemporaneo». No se trata de una nueva version del cristianismo que estamos empenados en inventar, sino del cristianismo original, historico, ortodoxo y biblico, que con sensibilidad procuramos relacionar con el mundo modemo.

Cristianismo historico y contemporaneo El modo de comenzar consiste en reafirmar, sin pedir disculpas, que el cristianisrno es una religion historica. Desde luego que toda religion puede afirmar que es, en alguna medida, «historica», porque todas surgieron en un contexto historico particular y vuelven su mirada hacia su fundador (p. ej., el Buda, Confucio, o Mahoma), y / 0 a una sucesion de maestros precursores. El cristianismo, sin embargo, hace una afirmacion mas fuerte todavia de ser historico, porque no se apoya solamente en una persona historica, Jesus de Nazaret, sino en ciertos acontecirnientos historicos que se relacionan con el, especialmente su nacimiento, su muerte y su resurreccion. Tambien son acontecimientos,

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EL ENTONCES Y EL AHORA

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

mas que personas, los que hacen que el judaismo sea historico. El Antiguo Testamento presenta a Yahve no solo como «el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob» sino como el Dios del pacto que hizo con Abraham, y que renov6 con Isaac y Jacob; no s6lo como el Dios de Moises, sino como el Redentor responsable del exodo, que procedio a renovar el pacto una vez mas en el monte Sinai. Los cristianos, por 10 tanto, estan por siempre ligados de coraz6n y de mente a estos acontecimientos hist6ricos y decisivos del pasado. Se nos exhorta constantemente en la Escritura a volver la mirada hacia ellos en actitud de agradecimiento. Mas min, Dios hizo provision deliberadamente para que su pueblo hiciera memoria de sus actos salvlficos en forma regular. Lo que la Pascua represent6 para el exodo, como festival anual en celebracion de la salvacion operada por Dios, la Cena del Sefior representa para la muerte expiatoria de Cristo, permitiendonos recordarla regularmente y celebrar sus grandes beneficios. Es de este modo, entonces, que mediante la palabra y el sacramento, el pasado se vuelve nuevamente presente. Los origenes historicos del cristianismo constituyen una gran bendici6n. Nos proporcionan un fundamento solido. Nuestra fe no esta edificada sobre leyendas, cuentos de hadas, 0 aun mitos, sino sobre acontecirnientos reales. Al propio tiempo, no obstante, estos acontecirnientos constituyen un probkma, porque ocurrieron hace tanto tiempo. La gran brecha entre el entonces y el ahora, el pasado y el presente, 10 historico y 10 contemporaneo, resulta desconcertante en alguna medida. Quienes pertenecen a la generaci6n mas joven nos dicen que no les interesa la historia. Ella no hace sino provocarles un bostezo largo y despectivo. A ellos solo les interesa el ahora, dicen, no el entonces. Se asemejan a HuckleberryFinn, cuando la viuda de Douglas Ie relat6 por primera vez la historia de Moises y los juncos: Estaba yo impaciente por saber todo 10 que podia acerca de el; pero al fin me dej6 entrever que hada un tiempo considerable que Moises estaba muerto; de modo que ya no me interese mas en el; porque no les doy ninguna importancia a las personas muertas. 1 Hace mas de veinte afios que me persigue una conversacion que tuve sobre este tema con dos hermanos, asunto que he relatado detalladamente en I Believe in Preaching. 2 Eran estudiantes uni16

versitarios, quienes me dijeron que habian repudiado la fe ~e ~us padres, en la que habian sido criados. Un? de ell~s era agn?stlco en ese momento, el otro ateo. Les pregunte por que. LNo crelan ya en la verdad del cristianismo? No, ese no era su problema, contestaron. Su dilema no era deterrninar si el cristianismo era verdadero, sino si era pertinente. LComo podia serlo? El cristianismo, prosiguieron, era una religion palestn:a p:imitiva. Habia surgid~ en el seno de una cultura palestina pnffiltlva. De modo que, Lque tenia para ofrecerles a ellos, que vivian en un mundo .m?d~rno y emocionante, con viajes espaciales, trasplantes qUlrurgicos e ingenieria genetica? iResultaba totalmente inaplicable! Esta irnpresi6n, de que el cristianismo es algo remoto, obs~leto y carente de actualidad est<i muy difundida. El,mun?o ha cam?Iado de manera dramatica desde los tiempos de Jesus, y sigue camblando a una velocidad cada vez mas sorprendente. La gente rechaza el evangelio, no necesariamente porque crea 9-ue:s falso, sino porq~e no encuentra resonancia en ella. LPuede la IglesIa superar el desafIo de la modernidad? LO ha de sufrir el ignorninioso destino de l~s dinosaurios, igualmente incapaz de adaptarse a un medlO cambiante, para terrninar extinguiendose? . Como respuesta a esta impresion generalizada de que .el cnstianismo esta irremediablemente pasado de moda, es preClso que volvamos a afirmar nu~tra convicci6n cristiana fundamental de que Dios sigue hablando a traves de 10 q~e .ha dicho. ?u. Pala?ra no es un fosil prehist6rico que se ha de exhibir e,n una vItrma, sm~ un mensaje viviente para el mundo contemporaneo. Su lugar esta en la plaza y en el mercado, no en el museo. Mediante su antigua Palabra Dios se dirige al mundo moderno, porque, como 10 ha expresado J. I. Packer, «la Biblia ,e~ Dios pre.di~ando»: Incluso aceptando las particularidades histoncas de la BiblIa,Ylas mrnensas complejidades del mundo moderno, hay todavia una corresondencia fundamental entre ellos, y la Palabra de Dios permanece P • 3 como lampara a nuestros pies y lumbrera a nuestro cammo. Al mismo tiempo, el dilema sigue presente. LPuede real~en!e «modernizarse» el evangelio? LEs factible esperar que la IgleSia aplique la fe hist6rica al escenario c~ntemporaneo, la Palabra al mundo, sin traicionar 10 primero 0 alIenar 10 segun~o? LP~ede el cristianismo retener su autentica identidad y al ffilsmo tlempo demostrar su pertinencia, 0 sera inevitable sacrificar una u otra? LEstamos obligados a escoger entre refugiarnos en el pasado y 17


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

convertir el presente en un fetiche, entre recitar viejas verdades que s~ han ~u~lto anticuadas e inventar nociones nuevas pero ~spunas? Qmzas el mayor de estos dos peligros sea el que la iglesia mtent~ reelabo~ar la fe de tal modo que socave su integridad y la haga ureconoClble para sus heraldos originales. Me propongo enfocar e~te. problema a continuaci6n; el resto dellibro esta dirigido de dlshntos modos al problema complementario de la pertinencia. En 1937 se pub~ic6 ellibro .d~l estudioso de Harvard, Henry J. Cadb~r'y, The Penl of Moder~lzmg Jesus. Reconocia que el loable proPOSltO de los «modermzadores» de Jesus tenia como fin «interpretarlo en terminos que parezcan reales, es decir, modernos y aceptables para la mentalidad moderna».4 Pero con frecuencia el :esu~tado 10 falseaba, y en especial se perdia de vista el caracter Judmco de su personalidad del primer siglo. Como los soldados q~~ se mofaron de Jesus, «10 desnudaron y Ie vistieron una capa illlhtar color e.scarlata», y luego de mofarse de el «Ie quitaron la capa y Ie pusleron sus propios vestidos», asi tambien nosotros vestimos a Jesus con «nuestra clase de ropa», invistiendolo de «nuestros propios pensamientos».5 Con todo, el deseo de presentar a Jesus de un modo que apele a nue.s;ra generaci6n es obviamente acertado. Esta era la preocupaClOn de Bonhoeffer en la carcel: «Lo qUlli(Ile preocupa incesantemente -Ie escribi6 a su amigo Eberhard Sethge en 1944- es la pregunta ... Lquien e~ real~ente Cristo para nosotros hoy?»6 Es sin dud~ una pregunta mqmetante. Pero al contestarla, la iglesia ha tendldo, en todas las generaciones, a desarrollar imagenes de Cristo que se desvian del retrato pintado por los autores neotestamentarios. Helmut Thielicke hab16 con claridad sobre esto: «Vez tras vez la figura de Jesus ha sido horriblemente amputada», a fin de agrada; el gusto de cada epoca. A traves ?e toda l~ .h~~toria de ~a iglesia Jesucristo ha sufrido un proceso de. r.epetid~ cruCIfiXIOn. Ha sldo azotado y herido y encerrado en la pnslOn de mnumerables sistemas y filosofias. Tratado como un cuerpo de ~octrina, ha sido l~teralmente sepultado en tumbas conceptuales y CU?lerto con losas a fm de que no pudiese levantarse y perturbamos mas '" jPero he aqul el milagro, que de esta sucesi6n de tumbas conceptuales Cristo Jesus ha resucitado vez tras vezF

18

Intentos de modernizar a Jesus He aqui una muestra de los muchos intentos realizados por la iglesia para ofrecer un cuadro contemporaneo de Cristo. Se vera que algunos han tenido mas exito que otros en cuanto a mantenerse fieles al original. Pienso primeramente en Jesus el asceta que inspir6 a generaciones de monjes y ermitanos. No era marcadamente diferente de Juan el Bautista, porque el tambien vestia una capa de pelo de camello, usaba sandalias 0 andaba descalzo y masticaba langostas con evidente deleite, mientras que, por otra parte, renunci6 a las delicias de la mesa y los goces de la creaci6n de Dios. Resultaria dificil reconciliar este retrato con las criticas de sus contemporaneos de que era «un hombre comi16n, y bebedor».8 Luego estaba Jesus el palido galileo. Es del emperador ap6stata Juliano, aquel que intent6 reinstalar a los dioses paganos de Roma despues de que Constantino los habia remplazado por el culto a Cristo. De el se afirma que dijo en su lecho de muerte en el 363 d.C.: «Has vencido, oh galileo.» Sus palabras fueron popularizadas por Swinburne, poeta del siglo XIX, en las lineas: Has vencido, oh palido jilileo; El mundo se ha vuelt~s con tu aliento.

Esta imagen de Jesus fue perpetuada en el arte y en los vitrales medievales, con una aureola celestial y semblante incoloro, los ojos elevados hacia el cielo y pies que jamas llegan a tocar el suelo. En contraste con las presentaciones de Jesus como una figura debil, sufriente y derrotada, estaba Jesus el Cristo c6smico, muy apreciado por los dirigentes de la iglesia bizantina. Frente a los barbaros que avanzaban, 10 representaron como el Rey de reyes y Senor de senores, el pantocrator, creador y soberano del universo. Pero, exaltado par encima de todas las cosas, glorificado y reinando soberanamente, parecia estar ausente del mundo real, e incluso de su propia humanidad, tal como esta fue revelada en la encarnaci6n y en la cruz. En el extremo opuesto del espectro teo16gico, los deistas de los siglos XVII Y XVIII pertenecientes al periodo de la Ilustraci6n, construyeron a su propia imagen un Jesus el maestro del sentido comun,9 totalmente humano y no divino. El ejemplo mas dramatico 19


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

EL ENTONCES Y EL AHORA

es la obra de ese versatil genio Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos entre 1801 y 1809. Rechazando 10 sobrenatural co~~ incompatible .c~n la raz6n, dos veces public6 su propia edlclOn de los Evangehos, llamando a la primera The Philosophy of Jesus of Nazareth (La filosofia de Jesus de Nazaret), en 1804, y a la segun.da The Life, and Morals of Jesus of Nazareth (La vida y la morahdad de Jesus de Nazaret), en 1820. Ambos libros eliminan sistem~ticamentetodos los milagros y misterios. Lo que queda es una gUIa para el hombre comun que quiera conocer a un maestro de moralidad, puramente humano. E~trando en el siglo XX, se nos presenta una gran variedad de OpC1?nes. Dos ~e las mas conocidas deben su popularidad a obras muslcal~s. Esta el Jesus th~ clown of Godspell (Jesus el payaso del Evangeho)"que se p~sa el hemp? c~ntando y bailando. Capta algo de la alegna de Jesus, pero prachcamente no toma en serio su misi6n. ~lg~ semejant~ eSJesus Superstar (Jesus superestrella), un pe:~onaJe celebre deslluslOnado, que en algun momento sabia qUIen era, pero que en Getsemani ya no estaba seguro: Entonces estaba inspirado; Ahora estoy triste y cansado.

Lue?o viene ese extraordinario inv~o, Jesus el fundador del camerczo moderno. Me refiero a un libro 1n\1lado The Man Nobody Knows (1925; El hombre que nadie conoce), que durante dos anos est,:vo a la cabeza de los libros de mayor venta en los Estados Umdos. Su autor, Bruce Barton, era un norteamericano dedicado a la pUb!icida~i, que.se rebe16 contra el Jesus anemico y «afeminado» de s~ epoc~mfant~l cuando concurria la Escuela Dominical. Represento a Jesus no solo como un hombre que hacia vida al aire libre, ~usculoso y bronceado, simpatico, sociable y jovial, sino como un h?er ~otado de una tremenda convicci6n, cuya vida toda fue una hlstona de logros, que a la vez resaltaba en su ensenanza los secretos del exito comercial. El capitulo 6 se titula: «El fundador de la actividad comercial moderna.» LPor que? Pues porque -escribe B~r.ton- a la edad de s6lo doce anos Jesus se describi6 a si mismo dlclendo que ~eb~a «ocupa:se de los negocios de su Padre» (!). Se Ie ha atnbUIdo a Jesus habilidad comercial como tambien exitos empresariales. ~unque parezca sorprendente, es George Bernard Shaw el que, mdudablemente con ironia, nos presenta a

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un Jesus el economista. «Decididamente -escribi6-- piensese 0 no que Jesus fuera Dios, hay que reconocer que era un economista politico de primera clase», quien entre otras cosas recomend6 la distribuci6n equitativa. lO Pero diversos escritores han expresado un completo desacuerdo entre si en cuanto al caracter de su concepci6n econ6mica. Por un lado esta la visi6n de Jesus el capitalista, el promotor de la libre empresa, la inversi6n y la conservaci6n, de modo que T. N. Carver, podia afirmar en su The Economic Factor in the Messiahship ofJesus (1922), que «en las ensenanzas de este joven judio se exponen explicitamente todos los rasgos esenciales del sistema econ6mico moderno».ll Por otra parte esta Jesus el socialista. Cito como ejemplo a Arthur Scargill, elegido presidente del Sindicato Nacional de Mineros en Inglaterra en 1981. Durante una entrevista con la prensa en esa epoca, dijo que era cristiano y que Ie gustaban los viejos himnos de Moody y Sankey, siendo su himno favorito «Oh que amigo nos es Cristo». Cuando se Ie exigi6 que dijera si aceptaba el Credo, primero eludi6 una respuesta y luego declar6lo siguiente: «Si creo en el cristianismo, en este sentido: Creo que Jesucristo era de hecho un socialista.»12 Con frecuencia Fidel Castro se ha referido a Jesus como «un gran revolucionario», y se han hecho muchos intentos de representarlo como Jesus elluchador par la libertad, miembro de la guerrilla urbana, el Che Guevara del primer siglo, con bigote negro y ojos relampagueantes (como en el Evangelio segun Mateo, de Pasolini) cuyo gesto mas caracteristico consistia en volcar las mesas de los cambistas y echarlos del templo con un latigo. Tal vez el intento mas sostenido de pintar a Jesus en terminos revolucionarios sea el de la novela de Upton Sinclair, They Call Me CarpenterP Sobre el altar en la Iglesia de San Bartolome, en Nueva York, habia un vitral con la figura de Cristo, que cierto dia adquiri6 vida, descendi6 y comenz6 un ministerio publico en la ciudad. «LQuien eres?» Ie preguntaba la gente. «Me llaman Carpintero», contestaba. De modo que se convirti6 en el «Sr Carpintero», y mas tarde en el «Profeta Carpintero», porque sus palabras y sus acciones en Nueva York trazaban un paralelo con las de Jesus en Palestina. El tambien fue tentado (se Ie ofreci6 un contrato por 1.500 d6lares por semana como astro cinematografico); resucit6 a un nino atropellado y muerto por un autom6vil, y reuni6 alrededor de si a otros nifios; sanaba a los enfermos y los lisiados; rescat6 a «Maria

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Magna» de su vida de prostitucion y se para en la parte posterior de un carnian con el fin de arengar a la multitud acerca del amor y la justicia. Pero cuando cito las denuncias de Amos a los ricos ociosos, cuando se identifieo con los huelguistas en un acto masivo de protesta, cuando censuro a los empleadores por alienar a los obreros de 10 que producian, y cuando durante un servicio en la Iglesia de San Bartolome dirigio una diatriba contra los teologos y los doctores en teologia (<<jAy de ustedes los episcopales, hipocritas»), el periodieo local Times 10 acuso de ser un anarquista bolchevique y de «ocultar la doctrina de Lenin y Trotsky bajo un manto de revelacion cristiana».14 Paso su ultima noche en un aposento alto en el cuartel general socialista. Y finalmente la muchedumbre, encolerizada por este «Profeta Rojo Fanfarron», 10 capturo, Ie echaron galones de pintura roja sobre la cabeza, 10 pusieron de pie sobre un carro y 10 llevaron por las calles gritando, «jEh! jeh! jel Profeta bolchevique!» Arrojado por la ventana de un teatro, salio ileso, volvia corriendo a la Iglesia de San Bartolome, entro de un salto por la ventana ... jY he aqui que no habia sido mas que un sueno! Por las dudas alguien llegara a la conclusion de que solo imaginativos escritores de ficcion han intentado esas reconstrucciones de Jesus, ofrezco como mi ejemplo final un serio estudio academico titulado Jesus the Magician. Pienso que con justicia puede ser .considerado como otro intento de retratar a Jesus en ropaje anhguo-moderno, en el sentido de que se trata de un modo conveniente y contemporaneo de eliminar los milagros. Por cierto que resulta signifieativo que el editor mas reciente de este libro sea l~ Aquarian Press. ~a tesis del profesor Morton Smith es que, si bIen en los Evangehos los seguidores de Jesus 10 pintan como el ~ftico Hijo de Dios, en cambio sus opositores mas antiguos 10 Vler?n como un mago. Documentos del tercer siglo, que segun so.sh.ene el profesor Smith fueron suprimidos y destruidos por los cnstIanos, demuestran (declara) que Jesus fue a Egipto siendo joven, «donde se hizo experto en la magia y fue tatuado con si~bolos magicos 0 encantamientos»; que regreso a Galilea y «se hlZO famoso por sus proezas magieas»;15 y que finalmente vinculo ~ sus seguidores consigo mediante la comida que instituyo, «rito me~uivocamente magico».16 Las pruebas -concluye Morton Smlth- ofrecen «un cuadro coherente de la vida y obra de un mago».F

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Esta seleccion de trece retratos diferentes de Jesus ilustra la perenne tendencia a modelar a Cristo con un atractivo modemo. Comenzo ya en la era apostoliea, ya que Pablo tuvo que advertir a la gente acerca de los falsos maestros que predieaban «a otro Jesus que el que os hemos predicado [los apostoles]».lB Maravilla el ingenio con el cual estas personas han desarrollado las representaciones de Jesus que hemos considerado. Sin embargo, todas elIas resultaron ser anacronicas. Cada una de las generaciones 10 vistio de sus propias ideas y aspiraciones, y 10 creo a su propia imagen. La motivacion era correcta (la de pintar un retrato contemporaneo de Jesus), pero el resultado estaba equivocado en alguna medida (el retrato no era autentico). El desaffo que tenemos por delante consiste en presentar a Jesus a nuestra generacion de un modo que sea tanto historico como contemporaneo, tanto autentico como atractivo, nuevo en el sentido de «fresco» (neos), no en el sentido de constituir una novedad (kainos).

Elllamado a escuchar con ambos oidos La razon principal de todas las traiciones del autentico Jesus esta en que escuchamos con exagerada deferencia la moda contemporanea en lugar de prestar atencion a la Palabra de Dios. La exigencia de ser pertinentes se vuelve tan imperiosa que sentimos la necesidad de capitular ante ella, cualquiera sea el costo. Estamos familiarizados con este tipo de presion en el mundo comercial, donde la gente que se ocupa del «marketing» determina el producto de la firma, descubriendo 10 que tiene salida, 10 que el publico quiere comprar. A veces pareciera como si las fuerzas del mercado fueran las que mandan en la iglesia tambien. Nos inclinamos ante los caprichos modemos, esclavizados por la ultima novedad; incluso nos volvemos idolatras, dispuestos a sacrificar la verdad en el altar de la modernidad. Es entonces cuando la busqueda de la pertinencia degenera y se transforma en la avidez por la popularidad. El extremo opuesto a la irrelevancia es la acomodacion, 0 sea, la capitulacion de una mentalidad enfermiza y carente de principios ante el Zeitgeist, el espfritu de la epoca. Thielicke estaba obsesionado con este peligro, porque no podia olvidar la forma en que durante el Tercer Reich de Hitler los llamados «cristianos alemanes» aceptaron, e incluso defendieron, los mitos raciales de los nazis.

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Insistia, par consiguiente, en que la verdadera teologia «siempre incluye un debate entre el kerygma y el entendimiento que uno mismo tiene de una era, ... entre la etemidad y el tiempo». Mas todavia, en este debate «la fe cree cantrariamente a [algol, tanto como en» algo; nace de una reacci6n consciente a las ideas corrientes. 19 Asi, Thielicke escribe sobre la «estructura polar» de la teologia, siendo un polo «una base superiar y eterna derivada de la revelaci6n», y el otro «constelaciones especificas del espiritu de la epoca».20 «La fe -insiste- ha de ser siempre una aventura ... comprende no un 'parque' sino un 'no obstante' frente a la realidad de 10 humano.»21 Tambien Peter Berger, soci610go cristiano, tiene algunas cosas pertinentes que decir en cuanto a la necesidad de pisar con cuidado entre la irrelevancia y la acomodaci6n: Me gustaria que quedase claro una vez mas que no estoy diciendo que los cristianos no deberian escuchar las ideas de otros, ni tomar en serio 10 que ocurre en su medio cultural, ni participar en las luchas politicas del momento. Lo que me preocupa no es la postura de escuchar en si misma, sino la de escuchar con adulaci6n acritica si es que no con intenci6n idolatrica; la de escuchar, por asi decirlo, boquiabiertos, maravillados, con ojos desorbitados. 22

«Me parece -sigue diciendo Peter Berger- que es hara de decir sencillamente, 'jBasta!' a la danza en tomo a los becerros de oro de la modemidad.»23 Mas importante que la pregunta: «LQue tiene el hombre modemo para decirle a la iglesia?» es esta otra pregunta: «LQue tiene la iglesia para decirle al hombre modemo?»24 El pueblo de Dios vive en un mundo que con frecuencia resulta poco amistoso y a veces activamente hostil. Vivimos constantemente expuestos a la presi6n que procura lograr que nos acomodemos, que nos conformemos. Pero en toda la Escritura se oye el Hamado a un vigoroso no conformismo y se hacen oir advertencias para los que ceden ante la mundanalidad. En el Antiguo Testamento el Senor Ie dijo a su pueblo despues del exodo: «No hareis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni hareis como hacen en la tierra de Canaan, a la cual yo os conduzco, ni andareis en sus estatutos. Mis ordenanzas pondreis por obra...»25 Pero, el pueblo Ie dijo a Samuel: «Constiruyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.»26

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Posterionnente Ezequiel tuvo que reprenderlos par su idolatria: «Vosotros decis: Seamos como las naciones, como las demas familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra.»27 Algo similar ocurria en los dias del Nuevo Testamento. A pesar de los claros mandamientos de Jesus, «No os hagais ... semejantes a eHos»,28 y de Pablo, «No os confonneis a este siglo»,29la tendencia constante del pueblo de Dios era, y sigue siendo, portarse «como los gentiles»,30 hasta que no parece haber practicamente nada que distinga a la iglesia del mundo, al cristiano del no cristiano, en cuanto a convicciones, valores 0 nonnas. 31 Gracias a Dios, sin embargo, que siempre ha habido algunas almas nobles que se han plantado finnemente, a veces solas, y se han negado a transigir. Pienso en Jeremias en el siglo VI a.c., yen Pablo en su epoca (<<me abandonaron todOS»),32 en Atanasio en el siglo IV yen Lutero en el XVI. C. S. Lewis escribi6 su tributo a Atanasio, el que sostuvo la deidad de Jesus y la doctrina de la Trinidad, cuando toda la iglesia estaba resuelta a seguir al heretico Arrio: «Es gloria suya el que no se moviera con los tiempos; es recompensa suya el que ahora pennanece cuando esos tiempos, como 10 hacen todos los tiempos, han pasado.»33 De manera que hoy estamos decididos a luchar con el objeto de presentar el evangelio de tal modo que haga frente a los dilemas, temores y frustraciones modemos, pero estamos igualmente decididos a no comprometer el evangelio biblico con el fin de lograrlo. Algunas piedras de tropiezo son intrinsecas al evangelio original y no pueden eliminarse, ni siquiera suavizarse, con el fin de hacerlo mas aceptable al gusto contemporaneo. El evangelio contiene algunos rasgos tan extrafios al pensamiento modemo que siempre resultara «insensatez» para los intelectuales, par mas que procuremos (justificadamente) demostrar que ofrece «palabras deverdad y de cordura».34 La cruz constituira siempre un ataque al fariseismo humano y un desafio a la autocomplacencia humana. Su «escandalo» (piedra de tropiezo) sencillamente no puede eludirse. Mas aun, la iglesia se hace oir mas autenticamente por el mundo no cuando hace sus pequenas y vergonzosas componendas prudenciales, sino cuando se niega a hacerlas; no cuando se ha vuelto indiferenciada del mundo, sino cuando su luz distintiva brilla mas fulgurantemente. De este modo los cristianos, que viven bajo la autoridad de la revelaci6n de Dios, por mas ansiosos que esten por comunicarla a 25


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otros, manifiestan una vigorosa independencia mental y espiritual. Esto no es terquedad, por cuanto estamos dispuestos a escuchar a todos. Pero estamos resueltos a ser fieles y si fuera necesario a sufrir por serlo. El mensaje de Dios a Ezequiel nos sirve de aliento: «No les temas '" Les hablaras ... mis palabras, escuchen 0 dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.»35 Por 10 tanto, tenemos que aplicar la Palabra, pero no manipularla. Debemos hacer todo 10 que podamos para asegurar que ella se haga oir en nuestros dias, pero no expurgarla con el objeto de asegurar una pertinencia fingida. Nuestro Hamado es a ser fieles y pertinentes, no a manifestar inclinad6n por seguir 10 que esta en boga meramente. LC6mo podemos, entonces, ser conservadores y radicales simultaneamente, conservadores en 10 que atane a guardar la revelad6n de Dios y radicales en nuestra cabal aplicaci6n de la misma? LC6mo podemos desarrollar una mente cristiana que este modelada por las verdades del cristianismo hist6rico y biblico, y que al mismo tiempo este al tanto de las realidades del mundo contemporaneo? LC6mo podemos relacionar la Palabra con el mundo, entendiendo al mundo a la luz de la Palabra, e incluso entendiendo la Palabra a la luz del mundo? Tenemos que comenzar con un doble rechazo. Nos negamos a dejamos absorber tanto por la Palabra que nos escapamos hacia ella y no permitimos que ella enfrente al mundo, como tambien a dejamos absorber tanto por el mundo que nos conformamos a el y no 10 sometemos al juicio de la Palabra. El escapismo y la conformidad son errores opuestos, pero ninguno de ellos es una opci6n cristiana. En lugar de este doble rechazo se nos llama a escuchar con ambos oidos, a escuchar tanto a la Palabra como al mundo. Es una perogrullada decir que tenemos que escuchar la Palabra de Dios, excepto quiza para decir que necesitamos escuchar a Dios con mas expectativa y humildad, dispuestos a que el nos enfrente con una palabra perturbadora, no deseada. Resulta menos grato que se nos diga que tambien tenemos que escuchar al mundo, porque las voces de nuestros contemporaneos pueden adoptar la forma de agudas y estridentes protestas. Unas veces pueden ser de tono quejumbroso, otras atractivo, y otras mas de tono agresivo. Estan tambien los gritos angustiados de los que sufren, y el dolor, las dudas, la ira, la alienaci6n y hasta la desesperaci6n de los que estan apartados de Dios. No estoy sugiriendo que debamos escuchar aDios y a nuestros semejantes de la misma manera 0 con el mismo grado de

deferencia. Escuchamos la Palabra con humilde reverencia, ansiosos por entenderla y resueltos a creer y obedecer 10 que alcanzamos a entender. Escuchamos al mundo con una actitud criticamente alerta, igualmente ansiosos por entenderlo y resueltos, no necesariamente a creerle y obedecerlo, sino a comprenderlo y procurar gracia para descubrir en que forma se relaciona con el el evangelio. A todos nos resulta dificil escuchar. LPero, sera cierto que por alguna raz6n (tal vez porque nos creemos llamados a hablar 10 que Dios ha hablado) los cristianos son menos capaces de escuchar que otros? Nuestro simbolo es mas bienla lengua que el oido. Sin embargo, deberiamos haber aprendido la lecci6n que nos han dejado los locuaces consoladores de Job. Comenzaron bien, porque cuando oyeron acerca de los males de Job abandonaron sus casas y fueron a visitarlo. Cuando llegaron y descubrieron que apenas podian reconocerlo, debido a las ulceras que 10 desfiguraban, lloraron, se rasgaronlas vestiduras, se echaron polvo sobre la cabeza y luego se quedaron sentados en tierra a su lado durant~ siete dias. Durante toda esa semana no Ie dijeron nada, porque vleron cuan grande era su sufrimiento. En realidad na.die dijo n~da, sencillamente porque no habia nada que deClr. Uno hublese deseado que siguieran como comenzaron y que se hubieran quedado con la boca cerrada. En cambio, sacaron a relucir su ortodoxia convencional (que todo pecador sufre por causa de sus propios pecados), del modo mas frio e insensible ~ue pudie:a imaginarse. Enrealidad, no escucharonlo que Job tema para deClr. Se limitaron a repetir su propia farfulla inoportuna y despiadada, hasta que al final Dios los reprendi6 por no haber hablado rectamente acerca de el. Estamos familiarizados con el concepto de «doblepensar», es decir, pensar sin sinceridad), expresi6n acunada por George Orwell en su famoso libro Mil novecientos ochenta y cuatro. Denota la habilidad para albergar en forma simultanea enla mente dos creendas 0 puntos de vistas conflictivos. Este «doblepensar» es la especialidad de los propagandistas inescrupulosos. P~~o el «doblehablar» es un concepto aun mas escandaloso. Es la hablhdad para decirle una cosa a una persona y algo enteramente diferente a alguna otra persona, e incluso para expresarle cosas mutuamente contradictorias a la misma persona. Este modo de obrar es el p~n diario de los hip6critas, de los mentirosos consumados. EncamblO,

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la idea de «escuchar con ambos oidos» (el «dobleoir») no contiene ningun elemento de contradicci6n interna. Es la facultad de escuchar dos voces al rnismo tiempo, la voz de Dios por medio de la Escritura, y la voz de los hombres y mujeres que nos rodean. Con frecuencia estas voces se contradicen entre si, pero nuestro prop6sito al escuchar a ambas es descubrir de que manera se relacionan entre S1. El escuchar con ambos oidos es indispensable para el discipulado cristiano y la rnisi6n cristiana. S6lo mediante la disciplina de escuchar con ambos oidos resulta posible llegar a ser un «cristiano contemponineo». Porque entonces vemos que los adjetivos «hist6rico» y «contemponineo» no son incompatibles, aprendemos a aplicar la Palabra al mundo y proclamamos buenas noticias que son tanto verdaderas como nuevas. En suma, vivimos en el «ahora» a la luz del «entonces».

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PARTE

I

Elevangelio E

1cristianismo no se nos presenta como una religi6n, y menos todavia como una religi6n entre muchas, sino como las buenas noticias que Dios tiene para el mundo. Esto supone que el evangelio tiene tanto origen divino (viene de Dios) como pertinencia humana (se ocupa de nuestra situaci6n). En consecuencia, antes de que podamos formular la pregunta: «LQue es el evangelio?», es preciso que obtengamos una respuesta satisfactoria a la pregunta que l6gicamente la precede: «LQue es un ser humano?» El capitulo 1 (<<La paradoja humana») es un intento de hacer justicia a 10 que ensefta la Biblia y 10 que avala nuestra propia experiencia, a saber, la gloria y la vergiienza de nuestra humanidad, tanto nuestra dignidad como criaturas hechas a la imagen de Dios como nuestra depravaci6n como pecadores sujetos a su juicio. Luego el capitulo 2 presenta 10 que tradicionalmente se llama la «salvaci6n» en funci6n de una «autentica libertad». Los capitulos 3 y 4 se ocupan de los temas centrales relacionados con la muerte y la resurrecci6n de Jesus, resurrecci6n que asegur6 nuestra libertad. Primeramente intento resolver las cinco objeciones principales al evangelio del Cristo crucificado, y luego las negaciones corrientes a la posibilidad de la resurrecci6n corporal. Sostengo que la importancia neotestamentaria de la resurrecci6n de Jesus depende de la creencia tradicional de la iglesia de que fue un acontecimiento 29


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que incluia el que fuera levantado de entre los muertos y que su cuerpo fuese transformado. En el capitulo 5 (<<J esucristo es Senor») pasamos revista a las trascendentes consecuencias, tanto para la fe como para la vida, de esta afirmaci6n aparentemente inocente. Radical por cierto es el discipulado que toma en serio el senorio de Cristo.

CAPITULO UNO

La paradoja humana

U

na pregunta que se plantea y se contesta dos vecesen el Antiguo Testamento es: «LQue es el hombre?» (0 sea «LQue significa que alguien sea humano?») . Y en ambas ocasiones la pregunta expresa sorpresa, incluso incredulidad, ante el hecho de que Dios se digne prestar tanta atenci6n a su creaci6n humana. Porque somos insignificantes en comparaci6n con la vastedad del universo, como tambien impuros por contraste con el fulgor de las estrellas, incluso nada mas que una «larva» y un «gusano».l Hay cuando menos tres razones principales por las que adquiere importancia esta pregunta. Hablando personalmente, preguntar: «LQue es el hombre?» equivale a preguntar: «LQuien soy yo?» 5610 asi podemos dar satisfacci6n tanto al antiguo adagio griego gnothi seauton, «con6cete a ti mismo», como a la preocupaci6n occidental moderna con el descubrimiento de nuestro verdadero ser. No hay campo mas importante para la busqueda 0 la investigaci6n que el de nuestra propia identidad personal. Mientras no nos hayamos descubierto a nosotros mismos no podemos descubrir ninguna otra cosa plenamente, ni adquirir verdadera madurez personal. El clamor universal que se oye es: «LQuien soy yo?» y: «LSignifico algo?» Se dice que Arturo Schopenhauer, el fi16sofo del pesimismo, estaba sentado cierto dia en el Tiergarten en Frankfurt, con aspecto andrajoso y desalinado, cuando el guardian del parque 10 confundi6 con un vagabundo y Ie pregunt6 asperamente: «LQuien es usted?» Ante esta pregunta el fi16sofo respondi6 con amargura: «Ojala 10 supiera.» Profesionalmente, cualquiera sea nuestro trabajo, inevitablemente nos vemos obligados a servir a orros. Los medicos y las enfermeras tienen pacientes, los maestros y los profesores tienen alumnos,

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los abogados y los asistentes sociales tienen c1ientes, los comerciantes tambien tienen clientes, y los miembros de las camaras legislativas tienen ciudadanos a quienes deben responder. La forma en que tratamos a las personas en nuestro trabajo depende casi exclusivamente de c6mo las consideramos. Politicamente, es discutible la opini6n de que la naturaleza de los seres humanos haya sido uno de los puntas principales de la diferencia entre las visiones rivales de Jesus y Marx. ~:nenen los seres humanos un valor absoluto par el cual han de ser respetados, a es s6lo relativo su valor frente al estado, raz6n par la cual pueden ser explotados? Dicho de manera mas sencilla, Lson las perso~as servidoras de la instituci6n, a es la instituci6n la que debe servlr a las personas? Como 10 ha expresado Jo~ S. Whale, «l~s ideologias .,. son en realidad antropologias»; son dlferentes doctrmas sabre el hombre. 2 La critic a cristiana a las respuestas contemporaneas a la pregunta: «LQUe es el hombre?» es que el~as tienden a s:r .ingenuas en su optimismo, a demasiado negattvas en su peslffil~mo, en cuanto a la condici6n humana. Generalmente los humarustas seculares son optimistas. Si bien creen que el homo sapiens no es otra cosa que el producto de un proceso evolucionista accidental, creen, no obstante, que los seres humanos siguen evolucionando, que tienen un potencial ilimitado y que algu.n dia se haran car~o de su propio desarrollo. Pero esos optimistas no taman en seno, en la medida necesaria, el rasgo de perversidad moral y de egocentrismo del ser humano, que ha retrasado constantemente el progreso y que ha llevado a la desilusi6n a los reformadores sociales. Los existencialistas, par su parte, tienden a ser extremadamente pesimistas. Dado que no hay Dios, dicen, ya no h~y ,,-al?res, id~a~es, ni niveles morales, 10 cual par 10 menos parecena 10g1CO. Y SI bIen de algun modo tenemos que adquirir valor para ser, nuestra existencia no tiene ningtin sentido ni prop6sito. En ultima instancia, todo es absurdo. Pero estos pesimistas pasan par alto el amor, el gozo, la belleza, la verdad, el heroismo y el sacrificio personal que han enriquecido la historia humana. La que necesitamos, par 10 tanto, para citar a J. S. Whale nuevamente, es «ni el optimismo facH del humanismo, ni el tenebroso pesimismo de los cinicos, sino el realismo radical de la Biblia».3

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La dignidad humana El valor intrinseco otorgado a los seres humanos por la creaci6n se afirma desde los primeros capitulos de la Biblia en adelante. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y senoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, yen todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios 10 creo; varon y hembra los creo. Ylos bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y senoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, yen todas las bestias que se mueven sobre la tierra.4

Lleva ya mucho tiempo el debate acerca del significado de la «imagen» 0 «semejanza» divina en los seres humanos, y en que radica su superioridad. Keith Thomas reuni6 una cantidad de pintorescas sugestiones en su libro Man in the Natural World. s Sefiala Thomas que el ser humano fue descrito por Arist6teles como un animal politico, por Thomas Willis como un animal que se rie, por Benjamin Franklin como un animal que hace herramientas, por Edmund Burke como un animal religioso, y por James Boswell, el gastr6nomo, como un animal que cocina.6 Otros escritores se han centrado en algun rasgo fisico del cuerpo humano. Plat6n dio preponderancia a la postura erecta, de modo que los animales miran hacia abajo, mientras que solamente los seres humanos miran hacia el cielo, mientras que Arist6teles agreg6 la peculiaridad de que s6lo los seres humanos son incapaces de mover las orejas. 7 A un medico de la epoca de los Estuardo en la Gran Bretafia Ie impresionaron grandemente nuestros intestinos, debido a sus «circunlocuciones, enroscamientos, y retorcimientos anfractuosos», en tanto que en las postrimerias del siglo XVIII Uvedale Price llam6 la atenci6n a la nariz: «El hombre es, entiendo, el Unico animal que tiene una marcada proyecci6n en el centro del rostro.»8 Los estudiosos que conocen la historia del antiguo Egipto y la antigua Asiria, sin embargo, destacan el hecho de que en esas culturas el rey 0 el emperador era considerado como la «imagen» de Dios, a quien representaban en la tierra, y que los reyes hacian erigir imagenes de si mismos en sus provincias para simbolizar el 33


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

LA PARADOJA HUMANA

alcance de su autoridad. Desde esta perspectiva, Dios el Creador concedia una especie de responsabilidad real (0 por 10 ~enos virreinal) a todos los seres humanos, indicandoles que «se~orea­ sen» sobre la tierra y sus criaturas, «[coromi.ndolos] de glona y de honra» para que 10 hicieran.9 A medida que se desenvuelve el relato de Ge~e~is 1 resulta claro que la imagen 0 semejanza div~~a es 10 que. dIsbngue a los se.r~s humanos (la ctispide de la creaClon) de los amma~es ~cuya creaClOn se registra antes). Se entiende que hay una contmmdad ent~e los seres humanos y los animales. Por ejemplo, comparten el «ahento de vida»10 y la responsabilidad de r~producirse.ll Pero habia paralelamente una discontinuidad radIcal entre ellos, en ~l hecho de que s6lo de los seres humanos. s~ di.c; que son «semeJantes a Dios». Este enfasis en la singular dIstmclOn entre seres hu~anos y animales aparece recurrentemente a 10 largo de la Escntura. El argumento adopta dos formas. Deberiamos avergonzarn~s, tanto cuando los seres humanos se comportan como animales, descendiendo a su nivel, como cuando los animales se comportan como seres humanos, obrando mejor por instinto qu,e 10 qUE: obramos nosotros por elecci6n. Como ejemplo de 10 pnmero, m hombres ni mujeres han de ser «tan torpes» como pa:a portars.e como «bestias», 0 «como el caballo, 0 como el mulo, sm ~~t;ndI­ miento».J2 Como ejemplo de 10 segundo, se nos censura .dIClendonos que los bueyes y los asnos evidencian mas. capaCl~ad. para reconocer a su amo que nosotros,13 q;t~ las aves n;tgratona~ t~e~:n mas capacidad para regresar a su habItat despues de un vIaJe, y que las hormigas son mas indu~triosas y m~s p:udentes. 15 Volviendo a los primeros capitulos de GenesIs, todo el trato de Dios con Adan y Eva presupone la singularidad de estos seres entre sus criaturas. Se dirige a ellos de tal modo que se da por supuesto que tienen entendimiento; les dice cuMes son los fruto~ que I?ueden comer y cuales no, dando por sentado que pueden d~scerrnr e7'-tre un permiso y una prohibici6n, y elegir entre ellos. DIOS planto un huerto y luego puso a Adan en el «para que 10. ~abrara y 10 guardase»,16 iniciando de este mod.o una co~aboraclOn re~pons,a­ ble y consciente entre ellos en el culbvo de la berra. Los creo :a.ron y hembra, anunci6 q~e «no [e.ra] b';1eno» que el ho~br.e VIVIese en soledad, instituyo el matnmomo para el cumphmiento del amor entre ellos, y bendijo la uni6n. Dios tambien «se paseaba en el huerto, al aire del dia», deseando disfrutar de su compania,

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Ylos ech6 de menos cuando se ocultaron de el. No sorprende, por consiguiente, que este conjunto de cinco privilegios (entendimiento, elecci6n moral, creatividad, amor, y comuni6n con Dios) se menciona en forma regular en la Escritura y que se siga reconociendolo en el mundo contemporaneo como la caracteristica tinica y distintiva de nuestra «humanidad». Para empezar, esta nuestra propia conciencia de racionalidad. No se trata solamente de que podamos pensar y razonar. Tambien pueden hacerlo, podria decirse, las eomputadoras. Pueden efectuar ealculos sumamente fantasticos, y efectuarlos mucho mas rapidamente que nosotros. Tienen, ademas, una forma de memoria (pueden almacenar informaci6n), y una especie de habla (pueden comunicar 10 que elaboran). Pero sigue habiendo algo (jgracias a Dios!) que no pueden haeer: no pueden dar origen a pensamientos nuevos; s6lo pueden «pensar» 10 que se les ha alimentado. Los seres humanos son pensadores originales. Mas todavia: en contraste podemos hacer (el autor y ellector) 10 que estamos haciendo en este mismo momento; podemos ubicarnos fuera de nosotros mismos, contemplarnos, y evaluarnos, preguntandonos quienes y que somos. Tenemos conciencia de nosotros mismos, y podemos ser autocriticos. Por otra parte, somos incesantemente inquisitivos en cuanto al universo. Cierto es que, como Ie dijo un cientifico a otro, «astron6micamente hablando, el hombre es infinitesimalmente pequeno». «Asi es -respondi6 su colega- pero entonces, astron6micamente hablando, el hombre es el astr6nomo.» Luego, esta nuestra capacidad para efectuar elecciones morales. Los seres humanos son seres morales. Aun cuando la conciencia refleja la crianza y la cultura, y por 10 tanto es falible, no obstante permanece en guardia dentro de nosotros, a modo de centinela, advirtiendonos que hay diferencia entre el bien y el mal. Por cierto que es mas que una voz interior. Representa un orden moral fuera de nosotros y por encima de nosotros, hacia el eual nos sentimos obligados de tal modo que experimentamos una fuerte tendencia a hacer 10 que percibimos como 10 eorrecto, y sentimientos de culpa cuando hacemos 10 que ereemos incorrecto. Todo nuestro vocabulario moral (mandatos y prohibiciones, valores y elecciones, la obligaci6n, la conciencia, la libertad y la voluntad, el bien y el mal,la culpa y la vergiienza) les es indiferente a los animales. Cierto es que podemos adiestrar al perro para que aprenda 10 que Ie esta permitido y 10 que Ie esta prohibido. Y cuando desobedece y se

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aleja arrastrandose debido a un movimiento refh~jo, pode~os describir la accion como si fuese de «culpa». Pero en nmgun sentldo se trata de culpa: todo 10 que sabe es que se 10 va a castigar. Tercero, estan nuestros poderes de creatividad artistica. No se tra~a solamente de que Dios nos llama a cumplir una m~yordo~ua responsable sobre medio ambiente natural y a compartlr con ella tarea de someterlo y desarrollarlo para el bien comun, s~o que nos ha proparcionado habilidades innovadoras por medlO de la ciencia y el arte para poder hacerlo. Somos «criaturas creadoras». Es decir, como criaturas dependemos de nuestro Creador. No obstante, habiendo sido creados a semejanz~ de nuestro Creador, el ha puesto en nosotros el deseo y la ca~aCldad de ser cre.adores tambien. De manera que dibujamos y pmtamos, constrmmos y esculpimos, sofiamos y danzamos, escribimos poesia y hacemos musica. Tenemos capacidad para apreciar 10 que es hermoso a los ojos, al oido y al tacto. . En cuarto lugar, esta nuestra capacidad para ent~blar relaclOnes d: amor. Dios dijo, «Hagamos al hom?re a nuestra Imag~n ... Y creo Dios al hombre a su imagen ... varon y hembra los creo.» Si bien debemos tener cuidado de no deducir de este texto mas de 10 que realmente dice, por cierto que es legitimo decir que la pluralidad en el seno del Creado~ (<<Hagamos, al hombre») se expreso en la pluralidad de s,us c:laturas (<<varon y, he~bra los creo»). Esto se hizo todavia mas eVldente cuando J~sus oro por su propio pueblo, «para que todos sean uno; CO~? t~, oh Padre, en miyyo en ti».J7Y esta unidad en el amor es dlstmtlva de los seres humanos. Par supuesto que todos los animales aparean, muchos de ellos forman fuertes lazos de pareja, la mayoria se ocupa de sus crias y algunos son gregarios. Pero el amar que une a los se.r~s humanos entre si es mas que un instinto, mas que una perturbaclOn a nivel de las glandulas endocrinas. El amor ha i~sp~rado las ~as grandes obras de arte, el mas noble her~ism?,la mas. fma devoClOn. Dios mismo es amor y nuestras expenenClas relaclOnadas con el amor son un reflejo esencial de nuestra semejanza a el. Quinto, esta nuestra insaciable sed de Dios. Todos los seres humanos tienen conciencia de una realidad personal ultima, realidad personal que buscamos, y solo en relacion con la cual sabemos que hemos de encontrar nuestra plenitud humana. Aun cuando estemos huyendo de Dios, instintivamente sabemos que ~o tenemos otro lugar de descanso, ningun otro hogar al cual acudu. 36

Sin el estamos perdidos, como seres abandonados y extraviados. El mayor anhelo de nobleza que podemos expresar se afirma en nuestra capacidad innata para conocer a Dios, para mantener una relacion personal con el, para amarlo y adorarlo. De hecho, cuando estamos de rodillas delante de nuestro Creador somos realmente humanos. En estas cosas, entonces, radica nuestro caracter distintivamente humano: en la capacidad que Dios nos ha dado para pensar, elegir, crear, amar y adorar. «En el animal-por el contrario, escribio Emil Brunner- no vemos el menor comienzo de una tendencia a buscar la verdad por la verdad misma, a crear algo bello por amor a la belleza, a promover la justicia por amor a la justicia, a reverenciar 10 Santo por amor a su santidad ... El animal no sabe nada 'mas alIa' de su esfera inmediata de existencia, nada en base a 10 cual mida 0 someta a prueba su existencia ... La diferencia entre el hombre y la bestia abarca toda la dimension de la existencia.»18 Con razon Shakespeare hizo que Hamlet exclamara en su panegirico: «jQue obra tan maravillosa es el hombre! jCucin noble su razon! jCUan infinitas sus facultades! Sus formas y movimientos jCUan expresivos y admirables! jSUS actos como los de los angeles! Su inteligencia jCUan parecida a la de un dios! jLa gloria del mundo! jEl modelo de los seres [animados]!»19 jComo desearia detenerme alli, porque podriamos vivir el resto de la vida solazandonos en intachable autoestima! jPero no! Hay otro lado, un lado mas oscuro de nuestro ser humann, del cual somos perfectamente conscientes, y al cual Jesus mismo se ocupo de llamar la atencion.

La depravaci6n humana He aqui algunas palabras de Jesus: Y llamando a SI a toda la multitud, les dijo: Oidme todos, yentended: Nada hay fuera del hombre que entre en el, que Ie pueda contaminar; pero 10 que sale de el, eso es 10 que contamina al hombre ... Porque de dentro, del coraz6n de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fomicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engafio, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. 20

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Jesus no ensenaba que la naturaleza humana fuera fundamentalmente buena. Con seguridad que creia la verdad veterote~tamen­ taria de que la raza humana, var6~ y h.embra, fue ~ec~a a la ~agen de Dios, pero tambien creia que dicha Imagen habia sido arrumada. Ensenaba el valor de los seres humanos, entre otras cosas dedicandose a su servicio, pero tambien ensenaba acerca/d~ nuestra indignidad. No negaba que podemos dar «buenas dadl~as.>~ a otros, pero agregaba que al hacerlo no escap~mos.a la .descnpclOn de «malos».21 Y en los versiculos citados arnba hlZO Im:portantes afirmaciones acerca de la extensi6n, la naturaleza, el ongen, y el efecto del mal en los seres humanos. Primero, ensen6 el alcance universal de la maldad h~mana. No esta?a describiendo al segmento criminal de la sOCledad, 0 alg~n individuo 0 grupo particularment~~egra~ado. Por e~ contrano, estaba conversando con fariseos rehglOsos, Justos y refmados, a la vez que hizo generalizaciones acerca «del h?mbre» y de «l~s hombres». No cabe duda de que con frecu~ncia es la 9~nte mas recta la que tiene mayor conciencia de su propia de~adaclOn. Como ejemplo tomemos a Dag Hammarskjold, secretano general d~ las Naciones Unidas entre 1953 y 1961. Se trataba de un SerVI?~: publico profundamente dedicado, a quien W. H. Auden descnblO como «un gran hombre, bueno y ador~ble». Sin embargo,. ~u opini6n en cuanto a si mismo era muy dl~erente. ~n. ~u colecClOn de escritos autobiograficos titulada Markmgs, escnblO sobre «esa tenebrosa contracorriente del mal en nuestra naturaleza», de tal manera que hasta podemos convertir nuestro servicio a favor de otros en «el fundamento para lograr la vital preservaci6n de nuestra . autoes t'Ima». 22 propta / . Segundo, Jesus ensenaba la naturaleza egocentnca de la maldad humana. En Marcos 7 enumer6 trece ejemplos. Lo que todos estos tienen en comun es que cada uno c?nstituye una a~irmaci6n del yo, ya sea contra el pr6jimo (el asesmato, el. adulteno, el robo, el falso testimonio y la codicia -quebr~ntaIDle~tos ~e la segunda mitad de los Diez Mandamientos- estan todos mclmdos), 0 c~ntra Dios (<<el orgullo y la vanagloria» estan bien ~efinid.os en .el Antiguo Testamento como negaciones de la soberama de DlOS e, lI~cluso, de su misma existencia). Jesus sintetiz6 los Diez MandaIDlentos en funci6n del amor aDios y al pr6jimo, y todo pecado es un~ forma de rebeli6n egoista contra'la autoridad de Dios 0 contra al blenestar de nuestro pr6jimo. 38

Tercero, Jesus ensenaba el origen interno de la maldad humana. Su fuente no ha de buscarse en un entorno malo 0 en una educaci6n deficiente (aun cuando ambas cosas pueden ejercer una influencia poderosamente condicionante enla gente joven y susceptible), sino mas bien en nuestro propio «coraz6n», nuestra naturaleza heredada y torcida. Casi podria decirse que Jesus nos introdujo al freudianismo antes que Freud. Por 10 menos, 10 que eillamaba el «coraz6n» es aproximadamente equivalente a 10 que Freud llam6 el «inconsciente». Se asemeja a un pozo muy profundo. La espesa capa de barro en el fondo generalmente queda oculta e incluso insospechada. Pero cuando los vientos de una emoci6n violenta agitan las aguas del pozo, esa capa de basura de aspecto sumamente horrible y pestilente se levanta desde las profundidades y sale a la superficie: la ira, el odio, la lujuria, la crueldad, los celos, y la venganza. En los momentos mas sensibles nos sentimos pasmados ante nuestra capacidad para obrar el mal. Los remedios superficiales no resultan eficaces. En cuarto lugar, Jesus hablaba del eJecto corruptor de la maldad humana. «Todas estas maldades de dentro salen -dijo- y contaminan al hombre.»23 Los fariseos consideraban que la contaminaci6n era algo fundamentalmente externo y ceremonial; les preocupaban las comidas limpias, las manos limpias, y los recipientes limpios. Pero Jesus insistia en que la contaminaci6n es interna y moral. Lo que nos hace impuros a la vista de Dios no es la comida que ingerimos (que entra en el est6mago) sino el mal que sale de nosotros (de nuestro coraz6n). Todo aquel que ha captado el minima destello de la santidad de Dios se ha visto imposibilitado de aguantar la escena, debido a la conmoci6n que Ie ha producido el contraste con su propia impureza. Moises escondi6 el rostro por miedo de mirar a Dios. Isaias exclam6 con horror ante su propia inmundicia y extravio. Ezequiel se sinti6 deslumbrado, casi enceguecido, a la vista de la gloria de Dios, y cay6 al suelo de bruces. 24 Encuanto a nosotros, auncuando jamas hayamos vislumbrado el esplendor del Dios Todopoderoso como esos hombres, bien sabemos que no estamos en condiciones de entrar en su presencia ni en el tiempo ni en la eternidad. Al decir esto, no hemos olvidado la dignidad humana con la que comenz6 este capitulo. Pero es preciso que hagamos justicia a la propia evaluaci6n de Jesus en cuanto al mal en nuestra condici6n humana. Es universal (en todo ser humano sin excepci6n), 39


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egocentrico (rebeli6n contra Dios y el pr6jimo), interior (sale del coraz6n, nuestra naturaleza caida) y contaminante (nos hace impuros y por 10 tanto inaceptables ante Dios). Nosotros, que fuimos creados por Dios semejantes a el, hemos sido descalificados para vivir con Dios.

La paradoj a resultante He aqui, por consiguiente, la paradoja de nuestra humanidad: nuestra dignidad y nuestra depravaci6n. Somos capaces de manifestar la mas sublime nobleza y la mas baja crueldad. En un momenta determinado podemos comportarnos como Dios, a cuya imagen fuimos creados, y en el siguiente como bestias, de las que deberiamos diferenciarnos completamente. Los seres humanos son los inventores de los hospitales para el cuidado de los enfermos, de las universidades para la adquisici6n de sabiduria, de los parlamentos para el justo gobierno del pueblo, y de las iglesias para el culto aDios. Pero tambien son los inventores de las camaras de tortura, de los campos de concentraci6n y del arsenal nuclear. jExtrana y desconcertante paradoja! ... jnobles e innobles, racionales e irracionales, morales e inmorales, semejantes aDios y bestiales! Como 10 expres6 C. S. Lewis en boca de AsIan: «Procedeis del senor Adan y de la senora Eva. Y esto es suficiente honor para que el mas pobre de los mendigos levante la cabeza, al mismo tiempo que es la vergiienza mayor para hacer que se doblegue la espalda del mayor emperador que haya en la tierra.»25 No conozco una descripci6n mas elocuente de la paradoja humana que la que ofreci6 Richard Holloway, actualmente obispo de Edirnburgo, en la Conferencia de Renovaci6n Cat6lica celebrada en Loughborough en abril de 1978: Este es mi dilema... -dijo- soy polvo y cenizas, fragil y descarriado, un conjunto de reacciones de comportamiento predeterminado ... plagado de temores, acosado por las necesidades ... la quintaesencia del polvo y al polvo he de volver ... Sin embargo, hay algo mas en mf ... Sere polvo, pero polvo perturbado, polvo que suefia, polvo que tiene extrafias premoniciones de transfiguraci6n, de una gloria en reserva, un destino preparado, una herencia que alglin dfa sera mfa propia ... De modo que mi vida esta estirada en una penosa dialectica entre cenizas y gloria, entre debilidad y transfiguraci6n. Soy un misterio para 40

mf mismo, un enigma exasperante ... esta extrafia dualidad de polvo y gloria. Enfrentados al horror de su propia dicotornia, algunas personas cometen el desatino de imaginar que pueden resolver la situacion por si mismas, eliminando el mal y liberando el bien que hay en su ser. La expresi6n chlsica, tanto de nuestra ambivalencia humana como de nuestras esperanzas de salvaci6n por nuestros propios medios, la dio Robert Louis Stevenson en su famoso cuento The Strange Case ofDr Jekyll and Mr Hyde (El extrano caso del hombre y la bestia; 1886). Henry Jekyll era un acaudalado y respetable medico, propenso a practicar la religi6n y la filantropia. Pero adquiri6 conciencia de que su personalidad tenia otro lade, mas oscuro, de tal modo que se vio «condenado a experimentar una profunda duplicidad de vida». Descubri6 que «el hombre no es verdaderamente uno, sino verdaderamente dos». Entonces comenzo a sonar que podria resolver el problema de su dualidad si s6lo ambos lados de su personalidad podian ser «alojados en identidades separadas», siguiendo ellado injusto un camino, y el lado justo otro. De modo que prepar6 una droga por medio de la cual podia asumir el cuerpo deforme y la personalidad perversa de Hyde, su alter ego, por medio del cual dio rienda suelta a sus pasiones: el odio, la violencia,la blasfemia, e incluso el asesinato. Al principio Jekyll mantenia el control de sus transforrnaciones, y se jactaba de que el momenta que el mismo 10 decidiera podria librarse de Hyde para siempre. Pero gradualmente Hyde adquiri6 ascendencia sobre Jekyll, hasta que este comenz6 a convertirse en Hyde involuntariamente, y s6lo mediante un gran esfuerzo lograba reasumir su existencia como Jekyll. «Poco a poco iba perdiendo el control de mi yo original y mas sano, y quedando lentamente incorporado a mi segunda y peor existencia.» Finalmente, pocos momentos antes de ser descubierto y arrestado, se suicid6. La verdad es que cada Jekyll tiene su Hyde, al que no puede controlar y quien amenaza apoderarse de el. De hecho, la incesante paradoja de nuestra naturaleza humana arroja mucha luz tanto sobre nuestra vida privada como sobre nuestra vida publica. Perrnitaseme ofrecer un ejemplo de cada una. Comienzo con la redenci6n personal. En raz6n de que el mal esta tan profundamente atrincherado dentro de nosotros, la salvaci6n por nuestros propios medios es imposible. De modo que nuestra 41


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necesidad mas urgente es la redencion, vale decir, un nuevo comienzo en la vida que no ofrezca tanto purificacion por la contaminacion del pecado como un nuevo corazon, incluso una nueva creacion, con nuevas perspectivas, nuevas ambiciones y nuevos poderes. Y dado que fuimos hechos a la imagen de Dios, dicha redencion es posible. NingUn ser humano es irredimible. Por cuanto Dios vino a buscarnos en la persona de Jesucristo, y nos persiguio, incluso hasta la desolada agonia de la cruz, donde ocupo nuestro lugar, llevo sobre si nuestros pecados, y murio nuestra muerte, con el fin de que nosotros fuesemos perdonados. Luego se levanto de la tumba, ascendio al cielo y envio al Espiritu Santo, el que puede ingresar en nuestra personalidad y transformarnos desde adentro. Si hay alguna noticia mejor que esta para la raza humana, yo por mi parte jamas la he oido. Mi segundo ejemplo sobre la paradojica situacion humana se relaciona con el progreso social. Es evidente el hecho de que tanto hombres como mujeres -incluso personas sumamente degradadas- retienen vestigios de la imagen divina con la que fueron creados. Esta es la razon por la cual, en general, todos los seres humanos prefieren la justicia y no la injusticia, la libertad y no la opresion, el amor y no el odio, la paz y no la violencia. Este hecho observable a diario eleva nuestras esperanzas de un cambio social. La mayoria de las personas alienta visiones de un mundo mejor. El hecho complementario, sin embargo, es que los seres humanos estan «torcidos por el egocentrismo» (como solla definir el pecado original el arzobispo Michael Ramsey) y esto ofrece llmites a nuestras expectativas. Los seguidores de Jesus son realistas, no utopicos. Es posible mejorar la sociedad (y el registro historico de la influencia social cristiana ha sido notable), pero la sociedad perfecta, que sera el lugar «donde mora la justicia» solamente,26 debe esperar hasta el regreso de Jesucristo.

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CAPITULO DOS

La libertad autentica na de las mejo.res formas de co~partir el evangelio con los hombres y mUJeres de hoy conslste en presentarlo en funcion de la libertad. Por 10 menos tres argumentos pueden usarse si se adopta este acercamiento. Primero, la libertad es un tema sumamente atractivo. La universal rebelion contra la autoridad, que comenzo en la decada de 1960, aparece como sinonima de una busqueda universal de libertad. Para muchas personas se trata de una obsesion, y dedican la vida a bus.carla. Para alg,una~,se trata todavia de la libertad en el plano naczonal, la emanClpaclOn de un yugo colonial 0 neocolonial. Para otras son los derechos civiles, porque protestan contra la discrirninacion ra~ial,. re~giosa, 0 etn~c~, y exigen proteccion para las opiniones ~ontanas.A otras mas mteresa la busqueda de la libertad economica, ~bertad frente al hambre, la pobreza, y el desempleo. Al mismo tiempo, a todos nos preocupa la cuestion de nuestra libertad personal. Incluso los que se de?ican de manera mas vigorosa a hacer campaftas a fav?r ~e las otras libertades que he mencionado (nacional, civil, y ~conoffilca) frec.uentemente saben que elias mismas no son personas liberad~s. No ~lempre pueden ponerles nombres a las tiranias que las opnmen. Sm embargo, se sienten frustradas, insatisfechas y sin un sentido de verdadera libertad. En una entrevista con el muy exitoso novelista John Fowles, publicada bajo el titulo de «A Sort of Exile in Lyme Regis», Daniel Halpern Ie pregunto: «LHay alguna escena particular del mundo que a usted Ie gustaria desarroliar en su tarea como escritor? LAlgo que sigue siendo importante para usted?» «La libertad --eontesto John Fowles-; si, como se logra la libertad. Eso me obsesiona. Todos mis libros son sobre ese tema.»l Segundo, el termino libertad es un gran vocablo cristiano. A Jesucristo se 10 presenta en el Nuevo Testamento como el

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LA L1BERTAD AUTENTICA

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supremo libertador del mundo. «El Espiritu del Senor esta sobre mi -afirm6, aplicandose a si mismo una profecia veterotestamentaria- por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de coraz6n; a. pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en hbertad a los oprimidos; a predicar el ano agradable del Senor.»2 Sea que. Jesus haya querido que se entendiese los pobres, los cautivos, los ciegos y los oprimidos como categorias materiales 0 espirituales, 0 ambas (la cuesti6n sigue siendo acaloradamente debatida), 10 cierto es que las buenas nuevas que les proc1am6 eran de «libertad». Mas adelante en el curso de su ministerio publico agreg6 la siguiente promesa: «Si el Hijo os libertare, sereis verdaderamente libres.»3 Luego el ap6stol Pablo se convirti6 en el campe6n de la libertad cristiana y escribi6 asi: «Estad:. pues, firmes .en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estels otra vez sUJetos al yugo de esc1avitud.»4 Para quienes la cuesti6n de la «salvaci6n» forma parte de una jerga religiosa sin sentido, que ademas provoca perplejidad, el tema de la «libertad» ofrece un excelente sustituto. Cuando Jesucristo nos salva nos hace libres. Tercero, el asunto de la libertad muchas veces se entiende mal. Inc1uso los que mas fuerte y sostenidamente vociferan acerca de la libertad no siempre se han detenido a analizar de que estan hablando. Un ejemplo notable 10 constituye el orador marxista que estaba expresandose elocuentemente en una esquina acerca de la libertad que todos disfrutariamos despues de la revoluci6n. -Cuan?o obtengamos Ia Iibertad -exclam6-- todos ustedes podnin fumar Clgarros como ese- senalando a un caballero rico que pasaba. -Prefiero mi cigarrillo- grit6 un provocador. - Cuando obtengamos la Iibertad -prosigui6 el marxista, haciendo caso omiso de Ia interrupci6n, a Ia vez que se entusiasmaba con el tema- podnin conducir autom6viles como ese- senalando un Iujoso Mercedes que pasaba. -Prefiero mi bicicleta- grit6 el provocador. : asi continu6 el dialogo hasta que el marxista ya no pudo tolerar mas al atormentador. Volviendose hacia el, Ie dijo: -Cuando consigamos Ia Iibertad, usted hani 10 que se Ie diga.

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El aspecto negativo: liberados de LQue es, por 10 tanto, la libertad? Es inevitable que una definici6n exacta cornience en forma negativa. Es preciso que identifiquemos las fuerzas que nos tiranizan y de este modo inhiben nuestra libertad. S6lo entonces podemos comprender por que Cristo puede liberamos. Primero, Jesucristo nos ofrece libertad frente a la culpa. Debemos estar agradecidos de que actualmente se haya iniciado una reacci6n en contra de la insistencia de Freud en que los sentirnientos de culpa son pato16gicos, sintomas de enfermedad mental. Es indudable que en algunos casos 10 son, especialmente en ciertas c1ases de enfermedad depresiva; pero no toda sensaci6n de culpa es c~lpa falsa. Por ~l contrario, un numero creciente de psic6logos y pSlcoterapeutas, mc1uso aunque no hagan ninguna profesi6n de ser cristianos, nos esta diciendo que debemos tomar en serio nuestras responsabilidades. El fallecido doctor Hobart Mowrer de la Universidad de Illinois, por ejemplo, entendia la vida humana en terrninos contractuales y veia al «pecado» como una violaci6n de c?n~rat? por la que se debia hacer restituci6n. Desde luego que la Blbha slempre ha recalcado nuestras obligaciones como seres hu~anos, a la vez que nuestros fracasos al intentar cumplirlas. En particular, nos hemos colocado a nosotros primero a despecho del amor y la autoridad de Dios y a despecho del bienestar de nuestros pr6jimos. Para valemos dellenguaje cristiano directo, no solamente somos pecadores sino pecadores culpables y nuestra conciencia nos 10 dice. Segun una de las expresiones ingeniosas de Mark Twain, «El hombre es el unico animal que se ruboriza ... 0 que necesita hacerlo.»5 Ah?ra bien, nadie es libre si no ha sido perdonado. Si yo no estuvlera seguro de la misericordia y el perd6n de Dios, no podria mirar a nadie a la cara, como tampoco (y mas importante) aDios. Querria escapar y ocultarme, como 10 hicieron Adan y Eva en el huerto del Eden. Porque fue en el Eden, no en Watergate, donde se invent6 por primera vez el mecanismo denorninado «encubrirniento». Por cierto que no me sentiria libre. Poco tiempo antes de fallecer, en 1988, en un momenta de sorprendente candor, Marghanita Laski, una de nuestras mas conocidas humanistas y novelistas seculares, dijo por televisi6n: «Lo que mas les envidio a ustedes los cristianos es el perd6n; yo no tengo nadie que me perdone.» 45


LA L1BERTAD AUTENTICA

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«Sin embargo -como desean proclamar los cristiano.s a los cuatro vientos, haciendo eco al salmista penitencial- en DlOS hay perd6n.»6 En su amor para con los pecadores ~omo n?sotros,.~ios entr6 en nuestro mundo en la persona de su HIJO. Hablendo VIVldo una vida de perfecta justicia, se identific6 en su muerte con nuestra injusticia. Carg6 con nuestro pecado, nuestra culpa, nuestra muerte, en lugar nuestro, con el fin de que nosotros fuesemos perdonados. De manera que la libertad comienza con el perd6n. Recuerdo a un estudiante en una universidad en el norte de Inglaterra, que se habia criado en vinculaci6n con el espiritismo, pero que fue llevado por un compaftero de estudios a una reuni6n cristiana, donde escuch6 el evangelio. Durante el fin de semana siguiente la batalla por su alma comenz6 en serio, hasta que (tal como 10 escribi6 el posteriormente) Ie pidi6 con desesperaci6n a Jesucristo que 10 salvara. Entonces, prosigui6, Jesus «realmente se me acerc6. Senti un amor real y verdadero; no 10 puedo describir. Fue pura belleza y serenidad. Ya pesar del hecho de que yo no sabia nada acerca de la salvaci6n y el pecado, y ni siquiera sabia 10 que estas palabras significaban, simplemente supe que habia sido perdonado ... me sentia increiblemente feliz.» En segundo lugar, Jesucristo nos ofrece liberaci6n de nuestro propio yo. Hablando en cierta ocasi6n con unos creye~te~judios~ Jesus les dijo (y asi esta escrito): «Si vosotros permaneClerels en mi palabra, sereis verdaderamente mis discipulos; y conocereis la verdad, y la verdad os hani libres.» Inmediatamente se sintieron indignados. LC6mo se atrevia a decir que de algun modo ellos necesitaban ser liberados? «Linaje de Abraham somos -objetaron- y jamas hemos sido esclavos de nadie. LC6mo dices m: Sereis libres?» Jesus respondi6: «De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.»7 De modo que si la culpa es la primera esclavitud de la que es preciso que seamos librados, el pecado es la segunda. LY que significa eso? Al igual que el termino «salvaci6n», la palabra «pecado» pertenece al vocabulario tradicional del cristianismo. «Yo no soy pecador», dice con frecuencia la gente, porque pareciera asociar el pecado con delitos especificos de caracter sensacional como el asesinato, el adulterio y el robo. Pero el termino «pecado» tiene una connotaci6n mucho mas amplia que esto. Yo mismo puedo recordar la revelaci6n que fue para mi descubrir,

especialmente a traves de la enseftanza del arzobispo anglicano William Temple, que cuando la Biblia utiliza la palabra «pecado» se refiere, en primer lugar, al egocentrismo. Porque los dos grandes mandamientos de Dios son, primero, que Ie amemos a el con todo nuestro ser y, segundo, que amemos a nuestro pr6jimo tal como nos amamos a nosotros mismos. El pecado, por consiguiente, consiste en invertir este orden. Consiste en ponernos a nosotros mismos en primer lugar, virtualmente proclamando nuestra propia autonomia, colocando a nuestro pr6jimo en segundo termino, cuando asi nos resulta conveniente, y a Dios en algu.n lugar del trasfondo. El que el egocentrismo sea un fen6meno mundial en la experiencia humana resulta evidente por la rica variedad de palabras que se pueden formar en combinaci6n con «auto-»:, autocomplacencia, autodeterminaci6n, autodisciplina, autoestima, autonomia, autosuficiencia, etc. Mas todavia, el egocentrismo se convierte en una terrible tirarna. Malcolm Muggeridge hablaba y escribia con frecuencia sobre «el oscuro calabozo de mi propio ego». iY que calabozo oscuro resulta ser! Vivir enfrascados en nuestros propios intereses y ambiciones, sin ocuparnos de la gloria de Dios 0 el bien de los demas, es como vivir relegados a la mas estrecha e insalubre de las prisiones. Pero Jesucristo, quien se levant6 de la muerte y esta vivo, puede liberarnos. Tenemos la posibilidad de conocer «el poder de su resurrecci6n».8 0, para expresar la misma verdad con palabras diferentes, el Jesus viviente puede entrar en nuestra personalidad por su Espiritu y cambiarnos completamente. Desde luego, no es que sostengamos que somos perfectos, sino que por el poder de su Espiritu, que mora en nosotros, por 10 menos hemos comenzad~a experimentar una transformaci6n que convierte nuestro egocentrlsmo en la actitud opuesta. La personalidad cerrada que teniamos comienza a abrirse ante Cristo, como una £lor se abre ante el sol naciente. Tercero, Jesucristo nos ofrece libertad frente al temar. El mundo antiguo al cual se incorpor6 Jesus vivia atemorizad? l??r los P?~eres que, se creia, habitabanlas estrellas. Aunhoy la relIgIOn ~radlclOnal de las tribus primitivas esta plagada de espiritus malevolos. que tienen que ser aplacados. La vida de muchos hombres y m~Jeres en el dia de hoy esta igualmente dominada por el temor. Estan los

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temores comunes que siempre han perseguido a los seres humanos: el temor a las enfermedades, a las desgracias, a la ancianidad y a la muerte, juntamente con el temor a 10 desconocido, a 10 magico, y a la extincion nuclear. La mayoria de las personas ha sido victima en algunas ocasiones de temores irracionales, y resulta extraordinario descubrir cuantas personas cultas abrigan temores supersticiosos. Tocanmadera, se cruzan los dedos, llevanamuletos y se niegan a sentarse a comer si los comensales son trece, por tratarse de un numero que trae mala suerte. Por esta razon muchos de los hoteles de varios pisos en los Estados Unidos saltean ~l ~umero. trec:. Al subir por el ascensor y observar el panel md1cador llummado, se descubre que los numeros pasan del 10 al11, del 11 al12 y luego al14. jEs que hay gente demasiado supersticiosa como para dormir en el piso numero trece, y no parece darse cuenta de que sigue siendo el numero trece aunque se Ie llame catorce! Por 10 que hace a nosotros en la Gran Bretafia, segtin una re.c,iente en~uesta publica, si bien nueve decimas partes de,la poblaclOn todav1a cree en un Dios de algun tipo, dos veces mas adultos leen semanalmente el horoscopo como si fuese su Biblia. . ~ualqu~er grado de temor trae consigo una medida de para11S1S. Nad1e que tenga miedo es libre. Mas todavia, el temor es como los hongos: crece mas rapido en la oscuridad. Es fundarnen~al, por 10 ta~to, que saquemos los temores a la luz y los ana11cem?s, espeClalmente a la luz de la victoria y la supremacia de Jesucnsto. Porque el que murio y se levanto ha sido tambien exaltado a la diestra de su Padre, y todo ha sido colocado «bajo sus pies».9 Por 10 tanto, Ldonde estan las cosas que anteriormente nos hacian tener miedo? Estan bajo los pies del Cristo triunfante. Cuando las vemos alIi, su poder para aterrorizarnos queda anulado. El tem~r y la lib~rtad son mutuamente incompatibles. Un joven conf;renc1ante afncano. me dio una ilustracion apropiada de esto. Habmmos estado cons1derando la necesidad de que los cristianos mostraran un mayor grado de interes en la historia natural como parte de la creacion de Dios. «Antes de hacerme cristiano -respon~i6- les tenia miedo a muchas cosas, especialmente a las se~p1entes. Pero ahora me resulta dificil matarlas porque me dele1ta verlas. Le agradezco a Dios que ahora sea realmente libre.» 48

EI aspecto positivo: liberados para Hasta aqui hemos relacionado las tiranias que impiden que seamos libres con los tres hechos principales en la experiencia de Jesus: su muerte, su resurreccion, y su exaltacion. Hay liberacion de la culpa por cuanto el murio por nosotros, liberacion del ego por cuanto tenemos la posibilidad de vivir en el poder de su resurreccion, y liberacion del temor por cuanto el reina, con todas las cosas sometidas bajo sus pies. Es un serio error, no obstante, definir la libertad en terminos puramente negativos, aun cuando los diccionarios procedan de esa manera. SegUn un diccionario, la libertad es «la ausencia de impedimento, restriccion, reclusion, represion», en tanto que, segtin otro, ser libre es «no ser esclavo, ni prisionero, ni verse limitado, ni restringido, ni impedido». Todo aspecto negativo, sin embargo, tiene su contrapartida positiva. El verdadero grito de libertad no es solo para ser librado de alguna tirania, sino tambien con el fin de tener libertad para vivir una vida plena y significativa. Una vez que un pais ha sido liberado de un regimen colonial, esta libre para descubrir y desarrollar su propia identidad nacional. Una vez que la prensa queda libre del control y la censura estatal, esta libre para dar a conocer la verdad. Una vez que una minoria racial se desembaraza de la discriminacion, esta libre para disfrutar de su autoestima y su dignidad. Cuando un pais no es libre, 10 que se Ie niega es su independencia como nacion; cuando la prensa no es libre, 10 que se Ie niega es la verdad, y cuando una minoria no es libre, 10 que se Ie niega es su autoestima. LEn que radica, por 10 tanto, la libertad positiva de los seres humanos? En 1970 el arzobispo Michael Ramsey predico una serie de cuatro sermones en la Universidad de Cambridge, que posteriormente fueron publicados bajo el titulo de Freedom, Faith and the Future. En el primero planteo el siguiente interrogante: «Sabemos de que queremos liberar a los hombres. LSabemos acaso para que queremos liberar a los hombres?» Luego se dedico a responder su propio interrogante. La lucha en pro de aquellas libertades «que mas palpablemente agitan nuestras emociones» (por ejemplo, liberacion frente a la persecucion, al encarcelamiento arbitrario, al hambre y la pobreza desestabilizantes) invariablemente deberia llevarse a cabo «en el contexto de la cuestion mas radical y revolucionaria de la liberacion del hombre de su yo y para la gloria de Dios» .10 49


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Es esta cuestion de aquello para 10 cua1 somos 1iberados por Cristo 10 que debemos investigar. El principio es e1 siguiente: La verdadera libertad es libertad para asumir nuestro verdadero yo, tal como Dios nos hizo y quiso que fuesemos. lComo se puede aplicar este principio? Hemos de comenzar con Dios mismo. lHa considerado usted alguna vez el hecho de que Dios es el linico ser que disfruta de libertad perfecta? Podrfa argumentarse que Dios no es libre. Porque su libertad no es abso1uta, por cierto, en el sentido de que pueda hacer abso1utamente cua1quier cosa que se Ie ocurra. La Escritura misma nos dice que no puede mentir, tentar 0 ser tentado, 0 tolerar e1 mal,u No obstante, la libertad de Dios es perfecta en el sentido de que esta libre para hacer abso1utamente cualquier cosa que resuelva hacer. La libertad de Dios es libertad para ser siempre totalmente el mismo. No hay nada arbitrario, temperamental, caprichoso 0 impredecible en 10 que a el toca. Dios es constante, invariable, inmutable. La verdad es que 10 fundamental que la Escritura dice que «no puede» hacer (no puede porque no quiere), es contradecirse a si mismo. «El no puede negarse a si mismo.»12 Hacerlo no serfa ser libre, sino aceptar la autodestruccion. Dios encuentra su libertad en ser 10 que el mismo es, en ser su verdadero ser. Lo que es cierto del Dios Creador tambien 10 es de todas las cosas y seres creados. La libertad absoluta, 1a libertad ilimitada, es una ilusiOn. Si se trata de algo imposible para Dios (porque 10 es), por cierto que sera absolutamente imposible para su creacion. La libertad de Dios es libertad para ser el mismo; nuestra libertad es libertad para ser nosotros mismos. La libertad de toda criatura esta limitada por la naturaleza que Ie ha dado Dios. Tomemos los peces. Dios creolos peces para que viviesen y prosperasen en el agua. Sus agallas estan adaptadas para absorber oxigeno del agua. El agua es el linico elemento en el cual el pez encuentra su caracter de tal, su identidad como pez, su plenitud, su 1ibertad. Cierto es que esta limitado al agua, pero en esa limitacion esta su libertad. Supongamos que tenemos un pez tropical en casa. No vive en un moderno tanque rectangular y debidamente aireado, sino en una de esas antiguas peceras esfericas para pececillos dorados. Y supongamos que ese pez nada girando y girando en esa bendita pecera, hasta que encuentra intolerable su frustracion, decide apostar a la libertad y salta para escapar de su prision. Si de alglin modo logra saltar y caer en

un estanque en el jardin, aumentara su libertad. Sigu~ estando ~n el agua, pero tiene mas agua en la cual desplazar.se; Sl, en camblO, cae sobre la alfombra, 0 sobre un sendero de hOfffilgon, por supuesto que su intento de escapar no significa libertad, sino muerte, para el pez. . lQue diremos, entonces, sobre los seres humanos? SIlos peces fueron creados para vivir en el agua, lpara que han sido creados los seres humanos? Creo que tenemos que contestar que, si el agua es el e1emento en el cual10s peces descubren su naturaleza como tales, luego el elemento en el cuallos seres humanos descu",:ren su caracter humano es e1 amor, las re1aciones de amor. Morns West ofrece un notable ejemplo de esto en su 1ibro Children of the Sun, que relata la vida de los scugnizzi, los ~os abar:donados, de la calle, en Napoles, y el amor del Padre Mano BorellI po~~llos. «~ay algo en nosotros (es decir los napolitanos) -Ie dlJO Mano, a Morris- que nunca cambia. Nec~sitamos el.amo~3c~mo .e! pez ~eceslta el agua, asi como el ave tiene neces1dad del arre.» SlgulO explicando que cada uno de los scugnizzi que el conoda «habia abandonado su casa porque ya no habia amor para el». . Pero no son solamente los niflos de 1a calle los que henen necesidad de amar y ser amados, y los que descubren que 1a vida significa amor. Todos necesitamos 10 mismo. En el amor nos encontramos a nosotros mismos y nos realizamos p1enamente. Aun mas, la razon de que esto sea asi no es dificil de descubrir.. Es que Dios es amor en su ser esencial, de modo que cuando nos h1Z0 a su propia imagen, nos dio la capacidad para amar como ama el. No es fruto del acaso, por 10 tanto, el que los dos grandes mandamientos de Dios se refieran a amarle a e1 y a amarnos unos a otros: ese es nuestro destino. Una existencia verdaderamente humana es imposib1e sin el amor. Vivir es amar y sin el amor nos marchitamos y morimos. Como 10 expreso Robert Sout~well: e1 poeta cato1ico romano del siglo XVI: «No es cuand~ resp1ro, smo cuando amo, que vivo.» Probablemente estaba haCIendo eco a la observacion de Agustin de que el alma vive donde ama, no donde existe. El amor verdadero, sin embargo, marca limites a1 que ama; porque el amor consiste esencia1.me~te.en dar de s1. Y esto. nos lleva a una sorprendente paradoJa cnshana. La verdadera hbertad es la libertad para que yo sea mi verdadero yo, tal como me hizo Dios y quiso que fuese. Y Dios me hizo para amar. Pero amar

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es darse, darse uno mismo. Por 10 tanto, a fin de que yo sea el que debo ser, tengo que negarme a mi mismo y darme. Con el fin de ser libre, tengo que servir. Con el fin de vivir, tengo que morir a mi propio egocentrismo. Con el fin de descubrirme a mi mismo, tengo que perderme en el acto de amar. La verdadera libertad es, por ende, exactamente 10 opuesto de 10 que muchos piensan. No es liberaci6n de toda responsabilidad para con Dios y los demas, con el objeto de vivir para uno mismo. Eso seria esclavitud a mi propio egocentrismo. En cambio, la verdadera libertad es liberaci6n de mi propio y necio yo, con el fin de vivir responsablemente en amor para con Dios y los demas. El problema es que la mente secular no puede aceptar esta paradoja cristiana de la libertad a traves del amor. Verbigracia, Franc;oise Sagan, la novelista francesa, fue entrevistada poco antes de cumplir los cincuenta anos en 1985. Dijo que estaba perfectamente satisfecha con su vida y que no tenia nada que reprocharse. -LHa tenido la libertad que ha querido? -51. -Luego limito su afirmacion: --Dbviamente era menos libre cuando estaba enamorada de alguien ... Pero nadie esta enamorado todo el tiempo. Aparte de eso ... soy libre.

La consecuencia estaba a la vista: el amor inhibe la libertad. Cuanto mas se ama, tanto menos libre se es, y viceversa. Presumiblemente, por 10 tanto, la forma de ser completamente libre es evitar todos los compromisos de amor, en realidad dejar de amar completamente.14 Pero Jesus ensen6 10 opuesto en uno de sus epigramas favoritos, epigrama que pareciera haber citado de diferentes maneras y en distintos contextos. La versi6n Reina-Valera de 1960 dice asi: «Todo el que quiera salvar su vida, la perdeni; y todo el que pierda su vida por causa de mi y del evangelio, la salvara.»15 Yo solia imaginar que Jesus se referia a los martires que entregan su vida por el. Ypor cierto que el principio que esta enunciando los incluye. Pero la «vida» de la cual esta hablando, que puede ser salvada 0 perdida, no es nuestra existencia fisica (zoe) sino nuestra alma 0 ser (psyche). Quizas se podria, consiguientemente, parafrasear el epigrama de Jesus en los siguientes terminos: «Si insistes en aferrarte a ti mismo, y en vivir para ti mismo, y te niegas a soltarte, 52

te perderas. Pero si estas dispuesto a prodigarte en amor, entonces, en el momento del abandono total, cuando imaginas que todo esta perdido, se realiza el milagro y te descubres a ti mismo y tu libertad.» 5610 el servicio sacrificado, la entrega del yo en amor a Dios y a los demas, constituye la perfecta libertad. La autentica libertad, por 10 tanto, combina 10 negativo (liberaci6n de) con 10 positivo (liberaci6n para). 0, dicho de otro modo, combina liberaci6n de la tirania con libertad bajo autoridad. Jesus ilustr6 esto en una de sus mas conocidas invitaciones: Venid a mi todos los que estais trabajados y cargados, y yo os hare descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazon; y hallareis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es facil, y ligera mi carga. 16

En realidad aqui tenemos dos invitaciones, a las que corresponde una misma promesa. La promesa es de «descanso», 10 cual pareceria incluir la noci6n de libertad. «Yo os hare descansar», dice Jesus (versiculo 28). Luego, «hallareis descanso para vuestras almas» (versiculo 29). LA quien, sin embargo, Ie promete descanso? Se 10 da primero a los que acuden a el, «trabajados y cargados», por cuanto el les aligera la carga y los deja en libertad. Se 10 da, en segundo lugar, a los que toman su yugo sobre si y aprenden de el. Asi, el verdadero descanso se encuentra en Cristo Jesus nuestro Salvador, quien nos libra de la tirania de la culpa, el ego, y el temor, y en Cristo Jesus nuestro Senor, cuando nos sometemos a su autoridad docente. Porque su yugo es facil, su carga ligera, y el mismo es «manso y humilde coraz6n».

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CAPtTULO TRES

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1evangelio es un mensaje de buenas noticias sobre la libertad. Ese fue mi tema en el capitulo anterior. Esto, sin embargo, dicho por si solo, da lugar a un enfasis desequilibrado. Porque 10 que anuncia el evangelio, de conformidad con el Nuevo Testamento, no es solo 10 que Cristo ofrece a la gente en el dia de hoy, sino 10 que hizo una vez en la historia para que dicho ofrecimiento fuese factible. El evangelio apostolico vincula el pasado con el presente, el entonces con el ahora, el acontecimiento historico con la experiencia contemporanea. No solo dec1ara que Jesus salva, sino que murio por nuestros pecados y que fue levantado de la muerte, con el fin de salvarnos. El evangelio no se predica si se proclama el poder salvifico y se omiten los hechos salvificos, particularmente la cruz. En el presente capitulo hemos de reflexionar sobre una de las maximas afirmaciones de Pablo acerca del origen, el contenido y el poder del evangelio, y en especial acerca dellugar central que ocupa la cruz de Cristo. Hennanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras 0 de sabiduria. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicacion fue con palabras persuasivas de humana sabiduria, sino con demostracion del Espiritu y de poder, para que vuestra fe no este fundada en la sabiduria de los hombres, sino en el poder de Dios. 1

En este texto esencialmente trinitario, se destacan tres lecciones principales en tQrno a la evangelizacion. ElIas se relacionan con la Palabra de Dios, la cruz de Cristo y el poder del Espiritu.

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La Palabra de Dios El evangelio es la verdad que procede de Dios. Lo que Pablo proclamo ante los corintios no era, dijo, «excelencia ... de sabiduria» (0 «sabiduria superioP>, CL), es decir, sabiduria humana, 0 sabiduria del mundo/ sino la palabra de Dios 0 la sabiduria de Dios, la que aqui llama el «testimonio» (martyrion) de Dios, 0 el «misterio» (mysterion) de Dios. Los vocablos griegos son similares, y 10 que surge de los manuscritos en conjunto es que la situacion esta bastante equilibrada. Mas alin, ambos terminos aparecen en el curso de los dos capitulos iniciales de esta carta: martyrion podria vincularse con 1.6, en tanto que mysterion podria vincularse con 2.7, mas adelante. Cualquiera sea la lectura correcta, el sentido es el mismo, a saber, que el mensaje de Pablo provenia de Dios. Si «testimonio» es 10 correcto, luego se trata de «la certificada verdad de Dios» (NEB). Si «misterio» (CI) es 10 correcto, luego se trata de «la secreta verdad de Dios» (GNB; d. NBE). En cualquier caso, el evangelio del apostol es la verdad de Dios. Es aqui donde debe comenzar toda verdadera evangelizacion. Nosotros no hemos inventado nuestro mensaje. No acudimos a la gente con nuestras propias especulaciones humanas. Mas bien, s.omos ~ortadores de la palabra de Dios, depositarios del evangeho de DlOS, mayordomos de los secretos revelados de Dios. Aun mas, el estilo adoptado por Pablo era compatible con su mensaje. No llego a los corintios ni can «excelencia de palabras» 0 «elocuencia» (d. NBE) ni con «sabiduria superior» (v. 1). Por 10 que hace al contenido, renuncio a la presuntuosa sabiduria humana, sometiendose humildemente, en cambio, a la palabra de Dios acerca de Cristo (v. 2). En cuanto a su estilo, renuncio a la soberbia retorica humana, confiando humildemente, en cambio, en el poder del Espiritu Santo (vv. 3-5). Como 10 expreso C. H. Hodge en su comentario, no vino «como orador ni como filos0fO».3 Ruego allector no me malentienda. No hay justificativo alguno aqui ya sea para un evangelio sin contenido 0 para un estilo sin forma. A 10 que Pablo renunciaba no era ni a la sustancia doctrinal, ni a la argumentacion racional, sino solamente a la sabiduria y la retorica del mundo. Esto 10 sabemos porque en Hechos 18 Lucas nos cuenta como habia sido el ministerio de evangelizacion de Pablo en Corinto. Primero, «discutia [0 «razonaba», VM] en la sinagoga todos los dias de reposo, y persuadia a judios y a griegos» 56

(v. 4). Luego, permanecio alIi durante dieciocho meses «ensefuindoles la palabra de Dios» (v. 11). En consecuencia, podia sintetizar su predicacion en Corinto diciendo que «[persuadia] a los hombres».4 Se ocupaba de ensefiar la verdad, como tambien de convencer a la gente respecto a la verdad. De ningtin modo estamos autorizados, por 10 tanto, a invitar a la gente a acudir a Cristo cerrando, sofocando 0 suspendiendo sus facultades mentales. No. Dado que 10 que Dios ha creado son seres humanos racionales, espera que hagan uso de la mente. Por cierto que jamas podran creer sin la iluminacion del Espiritu. Si no media esto, toda nuestra argumentacion sera inutil. «Empero escribio Gresham Machen- por el hecho de que la argumentacion sea insuficiente no se sigue que sea innecesaria. Lo que hace el Espiritu Santo con el nuevo nacimiento no es convertir a la persona en cristiana a pesar de las evidencias, sino por el contrario, quitade la niebla que Ie empafia los ojos y lograr que de credito a las evidencias.»5 Asi, pues, el evangelio es la verdad que procede de Dios, que se nos ha encomendado. Nuestra responsabilidad consiste en presentar el evangelio tan clara, coherente y convincentemente como podamos, y, al igual que los apostoles, en argumentar en favor de el del modo mas persuasivo que podamos. Y todo el tiempo, al hacer esto, debemos confiar en que el Espiritu Santo de la verdad disipe la ignorancia de las personas, supere sus prejuicios y las convenza de la verdad tocante a Cristo.

La cruz de Cristo Pasamos ahora al versiculo 2: «Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.» Algunos interpretan mal estas palabras, entendiendo que Pablo escribio «sino a Jesucristo crucificado», y llegan a la conclusion de que su tema unico era la cruz. Lo que Pablo realmente escribio, sin embargo (y 10 que resulta consecuente con la descripcion que hace Lucas en Hechos en cuanto a sus labores de evangelizacion), era que se habia propuesto no saber nada «sino a Jesucristo>~ (centrando su mensaje en el) «y (especialmente, aunque no excluslvame~te)a este crucificado». "Y la resurreccion de Cristo, entonces? POl' Clerto que ocupaba un lugar importante en la predicacion de los apostoles. Con todo, ellos no la entendian ni la proclamaban como un

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hecho aislado 0 independiente, sino en relacion con la cruz. Porque la resurreccion no era solo 10 que siguio a la muerte de Jesus; era la revocacion del veredicto humano sobre el y la reivindicacion publica del proposito divino con su muerte. Notemos ahora que, antes de llegar a Corinto, Pablo tomo la decision de concentrar su atencion en Cristo al predicar, y especialmente en la cruz: «Me propuse», «determine» (VM), «decidi» (NBE), proceder as!. Es esta resolucion la que tenemos que investigar; wor que tuvo que adoptarla? La reconstruccion popular de la situacion es muy conocida. Pablo llego a Corinto de Atenas. Su sermon ante los filosofos atenienses (expresa esta teoria) habia sido un fracaso. No solo habia sido un sermon demasiado intelectual, sino que Pablo no habia predicado el evangelio. Habia centrado su atencion en la creacion en lugar de ocuparse de la cruz. Como resultado, no hubo conversiones. Asi que, camino de Atenas a Corinto, Pablo se arrepintio del evangelio distorsionado que habia predicado en Atenas y resolviolimitar su mensaje en Corinto a la cruz. Confieso que la primera vez que escuche exponer esta teoria, hace ya muchos afios, me la trague entera con anzuelo, linea, y plomo. Desde entonces, sin embargo, he tenido que rechazarla, por cuanto no resiste el examen. Primero, la mision de Pablo en Atenas no fue un fracaso. Por el contrario, «algunos creyeron, juntandose con el; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Damaris, y otros con ellos».6 Segundo, en el relato de Hechos Lucas no insinua siquiera que pensaba que el sermon ateniense de Pablo fuera un error; por el contrario, 10 registra como modelo de la predicacion del apostol ante los intelectuales gentiles. Tercero, es practicamente seguro que Pablo llego a predicar sobre la cruz en Atenas, por cuanto proclamo «el evangeliD de Jesus, y de la resurreccion»,7 y no se puede predicar la resurreccion sin la muerte que la precedio. Desde luego que, teniendo en cuenta su auditorio gentil, Pablo comenzo situacionalmente con la idolatria y la creacion, antes que con las Escrituras del Antiguo Testamento; pero no se detuvo alIi. El sermon que registra Lucas no pudo haber llevado mas de dos minutos para exponerlo; y es probable que Pablo haya extendido considerablemente este bosquejo. Cuarto, 10 cierto es que Pablo no cambia su tactica en Corinto. Como en Atenas, asi tambien en Corinto, Lucas 10 presenta continuando con la discusion, la ensefianza, y la persuasion. 8

lCuaI fue, entonces, la decision de Pablo? Detras de toda decision drastica yace alguna indecision previa, una situacion en la que se presentan varias opciones y nos vemos oblig~dos a elegir, decidiendo por una de ellas a expensas de las otras. EVldentemente, por 10 tanto, detras de la decision de Pablo de predicar solo a Cristo, y especialmente la cruz, yacia alguna alternativa, tal vez una tentacion, ya sea a predicar a Cristo sin la cruz, 0 a no predicar a Cristo en absoluto, sino mas bien la sabiduria del mundo. lPor que, entonces, habria de constituir esto una tentacion para Pablo cuando viajaba de Atenas a Corinto? Seguramente que no era su imaginado fracaso en Atenas, sino mas bien su temor a la recepcion que 10 esperaba en Corinto. lQuienes eran, por 10 tanto~ esos corintios que podian intimidar a Pablo de este modo, haCIendo que se sintiera receloso al ir a visitarlos (<<con debilidad, y mucho temor y temblor», v. 3), y que sintiese la necesidad de tomar una decision tan firme en relacion con ellos? Al formular y responder estas preguntas, descubriremos a la vez las principales objeciones contemporaneas al mensaje de Cristo y su cruz. De hecho, veremos por que es que nosotros mismos tenemos que adoptar resueltamente una decision identica en nuestros dias. (a) La objeci6n intelectual, 0 el disparate de la cruz. Pablo ya habia tenido que enfrentarse a las burlas intelectuales en Atenas. Los filosofos 10 habian insultado llamandolo spermologos, 0 sea «recolector de semillas». Esta palabra se aplicaba literalmente a las aves que se alimentan de carrofia y, por extension, a los vagabundos que vivian de los desperdicios que encontraban en las ca~les. Metaforicamente denotaba a los maestros que trasmlten unicamente ideas de segunda mano. Los atenienses adoraban en el santuario de la originalidad;9 despreciaban 10 que estaba pasado de moda y 10 obsoleto. Los filosofos se burlaron cuando se menciono la resurreccion. lO «Se reian de el» (VM). Evidentemente se echaron a reir. Lucas no nos dice como reaccionaron cuando Pablo les predico acerca de la cruz. Pero Pablo sabia que era «para los judios ciertamente tropezadero, y para los gentiles 10cura».lI Para el judio incredu~o era inconcebible que el Mesias muriera «en un madero», es deCIr, sometido a la maldicion de Dios.J2 Para el gentil incredulo era ridiculo suponer que un dios, uno de los inmortales, muries~. <:=elso, el cinico del siglo II, fue mordaz en su critica a los cnstlanos

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por este motivo. Imaginaba, escribio Origenes, que «al adorar a aquel que -<:omo 10 expreso el- fue hecho prisionero y sometido a la muerte, actuamos como» otros que realmente adoraban a los muertos.B Corinto no habia escapado a la arrogancia intelectual de Atenas. Estas ciudades solo se encontraban a unos 75 kilometros de distancia entre si en linea recta. La primera carta de Pablo a los corintios proporciona muchos indicios de que el orgullo intelectual era uno de los principales pecados de la iglesia de Corinto. Esta era la situacion respecto a la cual Pablo tomo la decision de renunciar a la sabiduria del mundo a cambio de «la locura de la cruz». Le esperaban escarnio y desprecio. Pero el sabia que «10 insensato de Dios es mas sabio que los hombres».14 Incluso en el dia de hoy se desprecia profundamente el mensaje de la cruz. La doctrina biblica y evangelica de la expiacion (que Cristo murio en lugar de nosotros, como nuestro sustituto, la muerte que mereciamos afrontar nosotros) es blanco de ataques como tambien de mofa. Se dice de ella que es «primitiva», «forense», «injusta», «inmoral» y «barbara». A. J. Ayer califico a las doctrinas aliadas del pecado y la expiacion de «intelectualmente detestables y moralmente monstruosas».15 Y un teologo liberal contemponlneo ha descrito aspectos de mi propia presentacion en The Cross ofChrista como «insostenible», «ininteligible», «no solo inexplicable sino tambien incomprensible».lComo hemos de responder a esta bateria de epitetos negativos? No negamos que algunas de las formulaciones evangelicas han resultado desequilibradas y poco biblicas. Toda vez que tenemos que presentar a Cristo Jesus en el papel de una tercera persona, que intervino para rescatarnos de un Dios airado, hemos sido culpables de ofrecer una parodia que merece ser condenada, por cuanto es Dios quien amo al mundo y Dios quien tomo la iniciativa de enviar a su Hijo a morir por nosotros. Pero la iniciativa que tomo Dios llevo a que Cristo fuese «[hecho] pecado» y «hecho ... maldicion» por nosotros,16 y este tipo de lenguaje despierta a menudo una extraordinaria hostilidad emocional. De alIi la tentacion de recortar el evangelio del Cristo crucificado, a fin de eliminar los rasgos mas objetables y procurar hacerlo mas aceptable para los sensibles paladares modernos. Con razon el apostol suena casi violento cuando expresa su decision de no saber otra cosa sino solo a Cristo Jesus, y especialmente su cruz. Se trataba de una eleccion entre la fidelidad y la popularidad.

(b) La objeci6n religiosa, 0 la exclusividad del evangelio. Si Pablo encontro a Atenas «entregada a la idolatria» (0 «llena de idolos», VM),17 no es probable que haya encontrado a Corinto menos idolatrica. Se sabe que en alglin momenta tuvo por 10 menos dos docenas de templos, cada uno de ellos dedicado a una deidad diferente. Incluso hoy siguen en pie, entre las ruinas de Corinto, siete columnas macizas del antiguo templo dedicado a Apolo. Y detras de la ciudad se levanta, a casi 600 metros de altura, el rocoso Acrocorinto, en el que se encontraba en una epoca el templo a Afrodita. De modo que los corintios, como los atenienses, eran «muy religiosos».18 Homaban a muchos dioses, que se toleraban unos a otros en medio de una amistosa coexistencia. Los corintios no habrian planteado ninguna objecion si los evangelistas cristianos se hubieran conformado con agregar a Jesus a su ya bien provisto panteon. Pero e1 apostol Pablo tenia en vista un objetivo muy diferente cuando visito la ciudad. jQueria que Corinto, con todos sus habitantes y todos sus dioses, se inclinara y adorara a Jesus! Llego a Corinto con la firme intencion de no saber nada «sino a Jesucristo, ya este crucificado». Bien sabia, como les escribio mas tarde, que habia «muchos 'dioses' y muchos 'senores'» que competian para granjearse su lealtad. Pero, por 10 que a el concernia, «solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para el; y un Senor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de el»,19 y no estaba dispuesto a transigir. Entendia que con su visita habia concertado el compromiso matrimonial de ellos con Cristo y sentia un santo celo para con ellos. «Os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo ---escribi6--. Pero temo que como la serpiente con su astuc.ia engano a ~va, vu~str~s sentidos sean de alguna manera extravlados de la smcera fIdehdad a Cristo.»20 Cristo Jesus no acepta compartir su gloria con Apolo, con Afrodita, ni con nadie. . La situacionreligiosa del mundo no ha camblado grandemente. Cierto es que los antiguos dioses de Grecia y Roma han sido desacreditados y abandonados hace ya mucho tiempo. P:ro nuevos dioses han surgido en su lugar, y otros cultos anttguos han experimentado un resurgimiento. Como resulta?-~ de los mode~os medios de comunicacion y las facilidades para vlaJar, muchos pa~ses estan volviendose crecientemente pluralistas. Lo qu~ l~ gente ~~ere es un sincretismo facil, una tregua en la competenCla mterrehglOsa,

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una mezcolanza con 10 mejor de todas las religiones. Pero nosotros los cristianos no podemos dejar de sostener la singularidad y el cankter final de Jesucristo. Sencillamente no hay ninguna otra persona como el: su encarnacion, expiacion, y resurrecci~n no tienen paralelos. En consecuencia, el es el solo y tinieo medlador entre Dios y la raza humana. 2J Esta afirmacion de exclusividad produce un'fuerte (por no decir amargo) resentimiento. Muchos la consideran insoportablemente intolerante. No obstante, la afirmacion de la verdad nos obliga a sostenerlo, par grande que sea la ofensa que ocasione. Desarrollo este tema en el capitulo 18. (c) La objeci6n personal, 0 la humillacion del orgullo humano. Comun a todas las religiones, excepto el cristianismo, es la halagadara nocion (expresada de distintas maneras) de que los seres humanos somos capaces, si no de lograr nuestra propia salvacion, par 10 menos de contribuir sustancialmente a ella. Esta doctrina de la autosalvacion conduce de modo extraordinario a realzar la autoestima. Apela a nuestro soberbio ego; nos libra de la vergiienza de vernos humillados ante la cruz. Los corintios no eran excepcion; constituian un pueblo vanidoso. Sentfan un gran orgullo por su ciudad, que habia sido bellamente reedifieada por Julio Cesar en el 46 a.c., despues de haber sido destruida por una rebelion un siglo antes; estaban orgullosos parque Augusto habia promovido a Corinto par encima de Atenas, como capital de la nueva provincia de Acaya; estaban argullosos de su comercio, de su opulencia, de su cultura, de los juegos istmicos y de su celo religioso. Entonces se hizo presente este insolente misionero cristiano, este mequetrefe, este pequeno y repulsivo ser, calvo, cejijunto, y patizambo, que parecia no sentir ningtin respeto par la distinguida ciudad. Se atrevio a decirles que ni su sabiduria, ni su riqueza, ni su religion los podian salvar; que en realidad no podian salvarse ellos mismos; que no tenian escapataria del juicio de Dios, que ni siquiera podian colaborar con su propia salvacion mediante acciones realizadas por ellos mismos; que fue par ese motivo que Jesucristo murio por ellos; y que sin la mediacion de el perecerian. lQuien se creia este hombre que los insultaba de este modo? Se trataba de una pasmosa humillacion para un pueblo soberbio. El mensaje de la cruz constituia una piedra de tropiezo para los engreidos judios y para los engreidos gentiles por igual. Conrazon la respuesta principal al evangelio en Corinto provino de los niveles

bajos de la sociedad: «No sois muchos sabios seglin la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles.» En cambio, 10 necio,lo debil, 10 vii y 10 menospreciado, los que sabian que no ternan nada que ofrecer, escogio y llama Dios. 22 Hasta el dia de hoy no hay nada que excluya a la gente del reino de Dios mas que el orgullo. Como 10 expreso Emil Brunner, en todas las demas religiones «el hombre se salva de la humillacion final de saber que el Mediador [a saber Jesucristo] es quien tiene que soportar el castigo en su lugar ... No es desnudado [el hombre] en forma absoluta y total.»,23 Pero el evangelio nos desnuda totalmente (no tenemos vestiduras en las cuales presentarnos delante de Dios), y nos declara en bancarrota (no tenemos moneda alguna con la cual podamos comprar el favor del cielo). (d) La objeci6n moral, 0 el llamado al arrepentimiento y a la santidad. Corinto era un flareciente centro mercantil que comandaba las rutas comerciales entre el norte y el sur por tierra, yentre oriente y occidente por mar. De modo que la ciudad estaba repleta de mercaderes, viajeros y marineros. Por ser extranos en una ciudad extrana, ejerdan poca contencion moral. Ademas, Afrodita, conocida por los romanos como Venus, la diosa del amar, reinaba sobre la ciudad desde su templo, alentaba la promiscuidad sexual entre sus devotos y proporcionaba mil prostitutas que recorrian las calles por la noche. Carinto era la Feria de las Vanidades del mundo antiguo. Por otra parte, el verba griego korinthiazomai significaba «practicar la inmoralidad». Dificilmente podia esperarse que una ciudad desvergonzadamente inmoral como Corinto diera una buena acogida al evangelio, con su llamado al arrepentimiento, sus advertencias de que los sexualmente disolutos no heredaran el reino de Dios,24 y su insistencia en que despues de la justificacion viene la santificacion (aumento de santidad) y, despues de la santificacion, la glorificacion (cuando el mal sera abolido). Al mundo moderno no Ie resulta mas atractivo que al mundo antiguo eillamado del evangelio al autocontrol. Le gusta decir que ya no hay cosas tales como los absolutos morales; que la moralidad sexual no es mas que una cuestion de tradiciones sexuales; que la contencion es mala y el permisivismo bueno, y que el cristianismo con sus prohibiciones es enemigo de la libertad. (e) La objeci6n politica, 0 el senorio de Jesucristo. Habia mucho fervor politico -incluso fanatismo- en el imperio romano.

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Los procuradores romanos leales tendian a alentarlo y obraban drasticamente al sofocar cualquier intento de rebeli6n. Debemos tener presente que Jesus mismo fue condenado ante un tribunal romano por el crimen politico de sedici6n, por afirmar que era rey en competencia con el Cesar. De modo similar, Pablo y Silas fueron acusados en Filipos de ensefiar «costumbres que no nos es licito recibir ni hacer, pues somos romanos»,25 mientras que en Tesa16nica se dijo que «contravienen los decretos de Cesar, diciendo que hay otro rey, Jesus».26 LEran ciertas 0 falsas estas acusaciones? Eran ambas cosas. Desde luego que ni Jesus ni los ap6stoles jamas promovieron rebeliones armadas contra Roma. No eran celotes. Pero si proclamaban que Jesus habia anunciado el reino de Dios, que a su reino debia rendirsele pleitesia por encima de toda lealtad menor, que dicho reino habia de esparcirse por todo el mundo y que el rey vendria a tomar el poder y a reinar. Sonaba decididamente sedicioso. Por cierto que 10 era, si el termino «sedicioso» significa negarle autoridad indiscutida al estado y acordarsela al Cristo de Dios. Aun hoy 10 Unico que un regimen autoritario no tolera es que se Ie niegue la total sumisi6n que ambiciona obtener. Los cristianos se sujetan conscientemente al estado en la medida en que la autoridad que Dios Ie ha dado sea usada para promover el bien y castigar el mal; pero nos negamos a ofrecerle culto. Adoramos a Cristo, aquel a quien Ie ha sido dada toda autoridad en el cielo y en la tierra. Porque el muri6 y resucit6 con el fin de ser Senor de todo y de todos. He aqui entonces las cinco objeciones que se suelen plantear al evangelio de Cristo y su cruz, y que Pablo pensaba que habria de enfrentar en Corinto. El sabia que su mensaje de Cristo crucificado seria considerado intelectualmente una locura (incompatible con la sabiduria), religiosamente exclusivista (incompatible con la tolerancia), personalmente humillante (incompatible con la autoestima), moralmente exigente (incompatible con la libertad), y politicamente subversivo (incompatible con el patriotismo). No es de extrafiar que Pablo se sintiera «debil y temblando de miedo»27 (0 «debil, temeroso y vacilante», LPD), y que reconociera que tenia que tomar una decisi6n. Por un lade se trataba de una decisi6n negativa consistente en renunciar a la sabiduria del mundo, vale decir, a todo sistema que se ofrece como alternativa al evangelio, y por otro lade una decisi6n positiva a proclamar

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unicamente a Jesucristo y especialmente su cruz. Esa misma alternativa se nos presenta en la actualidad. Es la elecci6n entre la sabiduria del mundo, que para Dios es necedad, y la locura de la cruz, que para Dios es sabiduria.

El poder del Espiritu Seguramente que algunos cristianos contemporaneos, al oir la confesi6n de debilidad de Pablo, de su temor y temblor, 10 habrian reprendido. «Pablo -dirian- no tienes por que sentir miedo ni vacilar. jDominate, y cobra valor! LAcaso no sabes 10 que es ser Ileno del Espiritu? Deberias sentirte fuerte, confiado y valiente.» Pero Pablo no temia admitir que tenia miedo. Cierto es que era duefio de un intelecto poderoso y una personalidad fuerte, y que habia dedicado estos poderes a Cristo. Pero al mismo tiempo era fisicamente debil y emocionalmente vulnerable. Seglin la tradici6n, su aspecto no impresionaba grandemente. Sus criticos decian que era de «presencia corporal debil» y de «palabra menospreciable».28 De modo que no tenia un aspecto exterior atractivo como tampoco 10 tenia su palabra. Agregado a esto, al parecer alguna enfermedad (el asi Ilamado «aguij6n en la carne»)29 Ie habia afectado la vista y, ademas, 10 habia desfigurado. 30 Por 10 demas, era consciente de la impopularidad de su evangelio, de la oposici6n que despertaria en Corinto, y, en consecuencia, del costa de ser fiel al mismo. LEn que, entonces, puso su confianza? Nos 10 dice en 1 Corintios 2.4-5. Su confianza no estaba en «palabras persuasivas de humana sabiduria» 0 en «los discursos de los que saben hablar y conquistar a sus oyentes» (BLA). Es decir, no depositaba su confianza ni en la sabiduria ni en la elocuencia del mundo. En lugar de la sabiduria del mundo predicaba a Cristo y su cruz (vv. 1-2), y, en lugar de la ret6rica del mundo, ponia su confianza en la poderosa demostraci6nque el Espiritu Santo proporciona a la palabra. Porque s6lo el Espiritu Santo puede convencer a las personas de su pecado y su necesidad, abrirles los ojos para que yean la verdad del Cristo crucificado, doblegar su soberbia voluntad para que se sometan a el, liberarlas para que crean en el, y obrar en ellas el nuevo nacimiento. Esta es la poderosa «demostraci6n» que el Espiritu Santo agrega a las palabras habladas con debilidad humana. Este tema del «poder [que] se perfecciona en la debilidad» es un elemento vital en la correspondencia corintia de Pablo. En las dos

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cartas que se han conservado el ap6stol destaca ~l.hecho de qu~ es a traves de la debilidad humana que el poder dlvrno opera meJor. Insinua que Dios deliberadamente hace que su pueblo sea debil, y que se conserve asi, con el objeto de demostrar que el poder. es suYO.31 Pablo agrega, inc1uso, que el principio se aplica tanto a DlOS como a nosotros, por cuanto su poder esta a disposici6n para salvar mediante su propia debilidad en la cruz. , .. En 1 y 2 Carintios el mismo tema del poder a traves de la.de~ll~­ dad se repite con tres variantes. Primero, tenemos unmens~Je debll y ridiculo (Cristo y la cruz). Segundo, 10 proc1amanpredlcadores debiles y locos. Tercero, 10 aceptan los pobres y neClOS. De modo que Dios escogi6 un instrumento debil (Pablo) para hacer lle?ar el mensaje (la cruz) a personas debiles (la c1ase obrera de Corrnto). LPor que? «A fin de que nadie se jacte en su presencia», y a fin de que el que si se jacta «se jacte de conocer al Sefior».32 Los primeros cinco versiculos de 1 Corintios 2 ofrecen, quiza, la afirmaci6n mas noble y mas rica sobre la evangelizaci6n en todo el Nuevo Testamento. Ellos nos dicen que el evangelio es la verdad de Dios acerca de Cristo y su cruz en el poder del Espiritu. Asi, el evangelio no es especulaci6n humana sino revelaci6n divina; no es sabiduria popular, sino Cristo y su despreciada cruz; que no nos llega por medio de la presi6n de la propaganda 0 la personalidad, sino por el Espiritu Santo. El evangelio v~ene de Dios, se centra en Cristo y en el crucificado, y es autentlcado por el Espiritu Santo. Esta es la evangelizaci6n trinitaria del Nuevo Testamento.

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a afirmaci6n cristiana mas fantastica de todas es que Jesucristo se levant6 de entre los muertos. Nos obliga a extremar al maximo nuestra credulidad. Los seres humanos han intentado con toda suerte de ingeniosidad tanto desafiar la muerte como negarlao Pero s6lo Cristo afirma haberla vencido, es decir, derrotado en su propia experiencia y privado de su poder sobre otros. «Yo soy la resurrecci6n y la vida -declar6--. El que cree en mi, aunque este muerto, vivini. Y todo aquel que vive y cree en mi, no morira etemamente.»l Y tambien: «Yo soy ... el que vivo, y estuve muerto; mas he aqui que vivo par los siglos de los siglos .... Y tengo las llaves de la muerte y del Hades» (es decir, tengo autoridad sobre ellos).2 Mas todavia, los primeros cristianos ya tenian esta misma confianza. Esto resulta claro tanto por su valiente y gozosa disposici6n para morir por Cristo, como por los primeros ejemplos de predicaci6n de los ap6stoles. Poco despues de Pentecostes,nos dice Lucas, las autaridades judias en Jerusalen estaban resentidas «de que [los ap6stoles] ... anunciasen en Jesus la resurrecci6n de entre los muertos».3 La medula de sus sermones sigue el mismo patr6n: «a este ... matasteis ... al cual Dios levant6 ... de 10 cual todos nosotros somos testigos».4 Pablo, por su parte, no se desvi6 de esto,5 de tal modo que los fil6sofos atenienses, escuchandolo en la plaza publica, llegaron a la conclusi6n de que estaba promocionando dos deidades extrafias, porque oian sus repetidas referencias a Iesous y Anastasis (resurrecci6n).6 Luego, cuando posteriormente entreg6 a los corintios un bosquejo del evangelio original que el mismo habia recibido,

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se concentro «primeramente» (por ser 10 mas importante) en la muerte, sepultura, resurreccion y apariciones de Jesus. 7 Esos primeros seguidores de Jesus parecen haber tenido mucha elaridad y confianza en cuando a su resurreccion. . Tres interrogantes principales surgen como consecuenCla de la afirmacion de que Jesus se levanto (0 fue levantado) de entre los muertos. Primero, Zque significa esto (interrogante semantico)? Segundo, zrealmente ocurrio (interrogante historico)? Tercero, ztiene importancia (interrogante sobre la pertinencia)?

El interrogante semantico adquirio notoriedad publica en la decada de 1980 debido a unas observaciones provocativas de David Jenkins, obispo de Durham. Estas fueron interpretadas, por 10 menos por la prensa popular, como una escandalizadora negacion de la resurreccion de Jesucristo. Es preciso ser justos para con Jenkins, sin embargo. El se describe como un obispo «creyente», no como un obispo que tiene «dudas». Insiste en que dio respuesta «sin titubeos», «afirmativamente», y «de completa buena fe», a las preguntas que se Ie hicieron cuando fue consagrado obispo. Cierto es que en sus libros anteriores afirmaba elaramente las doctrinas de la persona divinohumana de Jesus y de la Trinidad. Asi, en sus Conferencias Bampton de 1966 tituladas The Glory ofMan [La gloria del hombre], escribio: «Dios y el hombre son realidades diferentes que, en Jesucristo y como Jesucristo, estan en perfecta union.»8 Ademas, en sus Conferencias Edward Cadbury en 1974, dictadas en la Universidad de Cambridge, intituladas The Contradiction of Christianity (La contradiccion del cristianismo), en las que exploraba 10 que significa ser humano, hablo sobre la Trinidad como «la necesaria y legitima interpretacion de la experimentada y percibida historia de Dios, Jesus y el Espiritu».9 Jenkins tambien deelara que cree en la resurreccion de Jesucristo. A comienzos de noviembre de 1984, hizo la siguiente deelaracion a su sinodo diocesano: «Si creo en la resurreccion de Jesucristo de entre los muertos .... Todo el que diga que no creo en la resurreccion ... es un mentiroso. Esto debo decirlo ardiente y categoricamente.» No va a convencer a la gente, sin embargo, meramente valiendose de un lenguaje fuerte y un tanto

destemplado. Sigue siendo preciso insistir en la pregunta semantica: ZQue significa? zEn que sentido cree en la resurreccion? Durante el servicio en York Minster, en el cual fue consagrado obispo, se Ie pregunto: «zAcepta usted la doctrina de la fe cristiana tal como la ha recibido la Iglesia de Inglaterra?» Esas ultimas nueve palabras son de vital importancia. Suponen una distincion entre dos modos posibles de «aceptar» la doctrina cristiana. Uno podria llamarse «tradicional», a saber, la aceptacion de la doctrina en la misma forma en que la ha recibido y entendido la Iglesia de Inglaterra sobre la base de la Escritura y de los credos. El otro podria denominarse «idiosincrasico», a saber, la aceptacion de la doctrina en la forma en que el individuo siente que puede aceptarla, 10 cual puede constituir una amplia desviacion de la ensefianza biblica y de 10 que se entiende tradicionalmente. Jenkins debe haber contestado «si» a la pregunta en este ultimo sentido, por cuanto no cree que la resurreccion ineluia la transformacion del cuerpo de Jesus, que es 10 que la Iglesia de Inglaterra siempre ha creido y ensefiado. Mas aun, Jenkins hizo una caricatura de este punto de vista en 1988 cuando deelaro que el Sefior resucitado no era «ni un cadaver ni un espiritu», como si estuviesemos acorralados por esa alternativa. zQue luz podemos arrojar sobre el interrogante semantico? zQue se entiende en el credo por la resurreccion de Jesucristo? zDe que manera hemos de pensar acerca del Sefior resucitado? Quizas sea uti! que aelaremos 10 que no creemos, antes de ocuparnos de afirmar 10 que si creemos. Primero, el Sefior resucitado no es simplemente una influencia que sobrevive. Por una parte, no hemos de pensar que Cristo simplemente sobrevivio a la muerte, como si fuese un espiritu. «Mirad mis manos y mis pies -dijo-. Yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espiritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.»10 Por otra parte, la «resurreccion» no significa la mera supervivencia de una influencia. Muchos dirigentes que en el curso de su vida han ejercido influencia sobre el corazon y la mente de sus contemporaneos, siguen viviendo despues de la muerte en el sentido de que la memoria de su ejemplo ofrece constante inspiracion. Esto fue asi indudablemente en el caso del Che Guevara. Tuvo un extraordinario nueleo de seguidores. Sartre 10 describio una vez como «el hombre mas completo de su epoca». A los treinta y

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lQue significa la resurrecci6n?


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nueve anos de edad (antes de haber sido muerto en la selva) ya habia sido medico, escritor, economista, banquero, teorico de la politica y luchador guerrillero. Ya en vida se convirtio en leyenda, en un heroe popular. En todas las aulas cubanas. se cant~ba: «Seremos como el Che.» Y despues de su muerte su mfluenCla se hizo mas grande todavia. Proveyo al marxismo la ima?~~ de un santo y martir secular. Durante anos los muros de los edlflClOs que nucleaban a estudiantes ostentaron las palabras «iEl Che vive!»ll Algo semejante ocurri6 cuando falleci6 el arzobispo Makarios de Chipre en agosto de 1977. Sus seguidores 1?inta~on con aerosol en los edificios publicos las palabras «iMakanos Vlve!» lEs esto todo 10 que quieren decir los cristianos cuando afirman que «Jesus vive»? Algunos parecieran no decir mas que esto; vale decir, que Jesus ejerce su poder y despliega su amor por el ~undo. Otros sostienen algun tipo de existencia personal y contmua de Jesus, de modo que «me acompana por las angostas sendas de la vida y me habla». Mas la tremenda afirmacion del Nuevo Testamento no es que «vive», sino que «ha resucitado». La resurreccion se vuelve experiencia para nosotros solo porque fue primeramente un hecho que en verdad inaugur6 un nuevo orden de la realidad. Segundo, el Senor resucitado no es un cadaver vuelto a la vida, al que se Ie ha practicado la resucitacion. Resurrecci6n no es sin6nimo de resucitacion en ninguno de los dos usos de estos terminos. «Resucitacion» puede significar ya sea el reavivamiento de un paciente que ha entrado en coma, 0 volver a la vida a alguien 9-ue ha sido declarado clinicamente muerto. En este segundo sentldo se registra en los Evangelios que Jesus llev6 a cabo tres resucitaciones durante su ministerio publico. «Levanto de entre los muertos» (es decir, restablecio a esta vida) a la hija de Jairo, al hijo de la viuda de Naill y a Lazaro. Estos tres estaban muertos, pero fueron devueltos a esta vida por Jesus. La lastima que expresa C. S. Lewis por Lazaro es comprensible: «Ser traido de vuelta y tener que realizar nuevamente todo el transito de la muerte resultaba bastante duro.»12 Pero la propia resurrecci6n de Jesus no fue una resucitaci6n en ninguno de los dos sentidos. Por una parte, no fue reanimado por haber experimentado un desvanecimiento 0 por haber entrado en coma, porque hacia unas 36 horas ya que estaba muerto. Por otra parte, no fue devuelto a esta vida, con la necesidad de morir

nuevamente. Con todo, se supone popularmente que es esto 10 que creenlos cristianos encuanto a la «resurrecci6n»; es decir, que el cuerpo se reconstituye milagrosamente a partir de las identicas particulas de las que esta compuesto actualmente, y que luego reasume esta vida vulnerable y mortal. Por el contrario, Jesus fue levantado a un nuevo plano de existencia en el que ya no era mortal sino que estaba «vivo por los siglos de los siglos».J3 En estas dos primeras negaciones concordamos con el obispo de Durham. La resurrecci6n no fue «un truco de prestidigitacion realizado con unos huesos», y el Senor resucitado no es «ni un cadaver ni un espiritu». Lo tragico es que, al utilizar este lenguaje mas bien sensacional, el obispo dio la impresi6n de que los creyentes cristianos tradicionales estan obligados a aceptar una u otra de estas opciones. Sin embargo, cualesquiera sean las nociones populares que pueden haber alentado algunas personas, la fe de la iglesia nunca se ha limitado a considerar al Senor resucitado ni como una influencia espiritual 0 fantasmal mas bien eterea, ni como un cadaver que ha sido traido de vuelta a esta vida. En tercer lugar, el Senor resucitado no es una fe reanimada en la experiencia de sus discipulos. Esta era la reconstruccion «desmitologizada» de Rudolf Bultmann. Comenz6 declarando que la resurreccion de Jesus fue «obviamente ... no un hecho del pasado historico»'lPor que Ie resultaba esto tanobvio a Bultmann? Porque «un hecho historico que envuelve la resurrecci6n de entre los muertos es absolutamente inconcebible». Pero dado que la iglesia en todas las epocas parece haber tenido muy poca dificultad en concebir 10 que Bultmann dictamin6 como inconcebible, len que consistia su problema? Yacia en la «incredibilidad de un hecho mitico como la resucitaci6n de un cadaver, por cuanto eso es 10 que significa la resurrecci6n». Lo que resulta verdaderamente increible, sin embargo, no es la resurrecci6n de Jesus, sino la incomprension de Bultmann, que la confundio con una resucitacion. lComo, entonces, interpreto el el «mito» de la resurreccion de Jesus? De este modo: «Si el hecho de la Pascua de resurreccion es en algun sentido un hecho hist6rico adicional al hecho de la cruz, no es otra cosa que el nacimiento de la fe en el Senor resucitado ... Todo 10 que la critica historica puede establecer es el hecho de que los primeros discipulos llegaron a creer en la resurreccion.» En otros terminos, la Pascua no fue un hecho, sino una experiencia; no fue la resurreccion objetiva e historica de Jesus

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de entre los muertos, sino una recuperacion subjetiva y personal de la fe en el corazon y en la mente de sus seguidores. 14 Cuarto, el Senor resucitado no es simplemente una personalidad expandida (0 ampliada). Esto, sin embargo, pareceria expresar 10 que cree David Jenkins. En 1969 escribio asi: «La resurreccion significa que Oios actuo para reafirmar a Jesus en su persona, en sus logros y en su constante influencia.»15 En una declaracion posterior sostuvo su conviccion de que Jesus «se levanto de entre los muertos», y prosiguio a explicar esto afirmando que «la misma vida, poder, proposito, y personalidad que fueron suyos realmente continuaban ... en la esfera de la historia, de manera que el constituia una presencia y una posibilidad resucitada y viviente».16 En otra parte ha hablado de la resurreccion como una «explosion» de la personalidad de Jesus. De hecho, se refiere constantemente a la «personalidad» de Jesus, y concibe la resurreccion como la «afirmacion», 0 «liberacion», 0 «explosion» de la misma. Por 10 tanto, la resurreccion fue una especie de acontecimiento, aun cuando no incluia su cuerpo. El doctor Jenkins cree en un «estar resucitado» y un «estar vivo» de Jesus, si bien su personalidad no esta actualmente encarnada (excepto en la iglesia). Quinto, el Senor resucitado no constituye meramente una experiencia viviente del Espiritu. Probablemente el tratamiento mas completo del tema de la resurreccion en anos recientes sea The Structure of Resurrection Belief por Peter Carnley, obispo anglicano de Perth, en Australia occidental. AI igual que Jenkins, destaca el hecho de que deberiamos pensar en la resurreccion como una experiencia presente, mas bien que como un hecho del pasado, y especialmente como una experiencia del Espiritu. En su capitulo inicial deja aclarada su posicion esceptica. Asevera que Pablo en ninguna parte alude ala tumba vacia, ni siquiera en 1 Corintios 15.3-8, y que las llamadas apariciones no fueron objetivas. Argumenta que ophthe (<<aparecio») significa no tanto percepcion por medio de la vista (una aparicion visible), sino mas bien la recepcion de una nueva revelacion (una aprehension intelectual), 0 cuando mas una mezcla de las dos, con el enfasis en la segunda. 17 . Luego vienen tres largos capitulos en los que el arzobispo Carnley sostiene que no hubo, en efecto, ningun acontecimiento posmortem; el verdadero acontecimiento pascual fue la apropiacion de la fe por parte de los discipulos. 18 Consiguientemente, desde el capitulo 5 en adelante ya no se refiere a «la resurreccion» (un hecho) 72

sino al «Cristo resucitado» (una experiencia). Porque la fe pascual «comprende una experiencia posmortem de encuentro con el Cristo resucitado», a quien se conoce como el Espiritu. 19 Y el modo en el c~alllega~os a reconocer al verdadero Espiritu de Jesus es que el slgue mamfestando hoy en la comunidad cristiana el mismo amor generoso que demostro en la cruz.20 Pero, por ingenioso que resulte este intento de reconstruccion, no se puede decir que haga justicia a los datos del Nuevo Testamento, como espero demostrar enseguida. Sexto, y en contraste con las cinco propuestas precedentes, el Senor resucitado es una persona transformada. Las pruebas que aducen los Evangelios son que, antes y despues de la resurreccion, Jesus es la misma persona con la misma identidad (<<Yo mismo soy»),21 pero que la resurreccion Ie otorgo un cuerpo transformado, transfigurado, glorificado. La resurreccion fue un acto dramatico de Dios, por medio del cual detuvo el proceso natural de la descomposicion y la desintegracion (<<No permitiras que tu Santo vea corrupcion»),22 rescato a Jesus del reino de la muerte y transformo su cuerpo en un nuevo vehiculo para su personalidad, dotada de nuevos poderes y poseyendo inmortalidad. «Creo en la resurreccion -ha dicho el doctor Jenkins- en exactamente el mismo sentido en que san Pablo creia en la resurreccion.»23 LPero como puede decir esto [Jenkins] cuando no cree en la resurreccion corporal? Es en razon de 1 Corintios 15. Este gran capitulo tiene dos partes, de las que la primera se relaciona con los hechos (vv. 1-34) y la segunda con la naturaleza (vv. 35-58) de la resurreccion. En la primera parte las apariciones de Jesus despues de la resurreccion parecieran ser flsicas; pero en la segunda parte se dice que «se siembra cuerpo animal [«natural», VM; «material», VP; «fisico», RSV), resucitara cuerpo espiritual» (v. 44). LComo, entonces, hemos de armonizar las dos mitades de 1 Corintios 15 entre si? Algunos entendidos se aferran a la expresion «cuerpo espiritual» e insisten en que las apariciones despues de la resurreccion en los versiculos 5-8 se han de entender a la luz de ella. Segtin el Nuevo Testamento en su conjunto, sin embargo, el proceso de asimilacion deberia ser en el sentido contrario, y la naturaleza del «cuerpo espiritual» se ha de interpretar de modo tal que no contradiga las evidencias de que el Jesus resucitado tenia cuerpo fisico, material. Estas pruebas no se encuentran solo en los 73


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relatos de los Evangelios relativos a la tumba vacia (que los eruditos liberales tienden a descartar como si fuesen, segun su parecer, demasiado tardfos como para ser confiables), sino en los primeros sermones de Pedro y en los primeros versfculos de 1 Corintios 15. Me ocupare de estos ultimos. Cuando Pablo hizo su declaracion del evangelio, del que afirma que es tanto el evangelio original, que el mismo habfa «recibido» (v. 3), como el evangelio universal, que todos ellos y el crefan (v. 11), hizo cuatro afirmaciones, a saber: que «Cristo murio ... fue sepultado ... resucito al tercer dia ... y aparecio». Dos aspectos de la resurreccion de Jesus quedan claros sobre esta base. Primero, que fue un acontecimiento objetivo, hist6rico. De hecho, resultaba fechable; ocurrio «al tercer dfa». David Jenkins 10 ha llamado «no un acontecimiento, sino una serie de experiencias». Pero no: se convirtio en una serie de experiencias solo porque primero fue un acontecimiento. Y en la providencia de Dios las palabras «al tercer dia» dan testimonio de la historicidad de la resurreccion de Jesus, asf como las palabras «bajo Poncio Pilato» en el Credo de los apostoles dan testimonio de la historicidad de sus sufrimientos y su muerte. Segundo, la resurreccion fue un hecho fisico: tenia que ver con el cuerpo. El argumento, ahora, es que los cuatro verbos (murio, fue sepultado, resucito, aparecio) tienen todos el mismo sujeto, a saber, «Cristo», como persona historica y ffsica. Esto resulta indudable en el caso de los dos primeros. Fue su cuerpo el que murio y fue sepultado. La presuncion natural, por 10 tanto, es que el mismo Cristo historico y ffsico es el sujeto de los otros dos verbos, 0 sea, que resucito y luego aparecio. Requerirfa un alto grado de gimnasia mental sostener que, sin advertencia alguna, el sujeto cambia en el medio de la oracion; que si bien su cuerpo murio y fue sepultado, solo su personalidad resucito y fue vista, y que de hecho resucito mientras segufa sepultada. No, por cierto; dado que su cuerpo fue sepultado, tiene que haber sido su cuerpo el que resucito. Esto pr?b~~lemente explica la ~encion de su sepultura en algunos pnmltlvos sermones apostolicos. 24 Resulta totalmente gratuito, a la luz de 10 anterior, sostener que el apostol Pablo ignoraba el hecho de la tumba vacia. Es cierto que cuando el cuerpo muerto y sepultado de Jesus fue «levantado» se transformo como parte del proceso. No estamos en presencia de una resucitacion (en la que fue levantado corpo74

ralmente pero no transformado), ni de unhecho de supervivencia (en el que fue transformado en espiritu, pero de ninguna manera resucitado corporalmente), sino de una resurreccion (enla que fue levantado y simultaneamente transformado).

lRealmente tuvo lugar la resurrecci6n? Aceptemos que los apostoles, incluido Pablo, efectivamente creyeron en una resurreccion y una transformacion literal y ffsica de Jesus, en unmomento determinado.LTenfanrazon? LPodemos nosotros, que vivimos en el sofisticado mundo contemporaneo de la astroffsica, la microbiologfa, y la ciencia de la computacion, creer tambien en la resurreccion? iSi, podemos y debemos! Muchos millones de personas 10 creen. Se han escrito varios libros con el fin de sistematizar las pruebas de la resurreccion. 25 Esta es una parte importante de la apologetica cristiana. Todo 10 que puedo intentar aquf es una simple sfntesis de las principales lfneas evidenciales. Primero, esta la desaparici6n del cuerpo. Todos estan de acuerdo en que la tumba de Jose estaba vacia, incluso los que niegan los relatos de los escritores de los Evangelios; los rumores de la resurreccion jamas habrian podido adquirir credibilidad si la gente hubiera podido visitar la tumba y encontrar el cuerpo todavia en posicion. De modo que el cuerpo habia desaparecido. El interrogante siempre ha sido: «LQue paso con el cuerpo?» No se ha encontrado ninguna respuesta satisfactoria sobre su desaparicion, excepto la de la resurreccion. No podemos aceptar que Jesus solo se haya desmayado en la cruz, que luego se haya reanimado en la tumba, y que posteriormente saliera de ella por sf mismo. Por un lado, primero el centurion y mas tarde Pilato se aseguraron de que Jesus estaba muerto. Por otro, cuando efectivamente salio, dio a quienes 10 vieron la impresion de que habfa vencido a la muerte, no de que casi habfa sido vencido por ella y que aparecia ahora como un hombre seriamente enfermo que necesitaba tratamiento hospitalario. LSeria, entonces, que las autoridades (romanas 0 judfas) deliberadamente retiraron el cuerpo, con el fin de impedir que los discipulos divulgaran el rumor de que habfa resucitado? Resulta diffcil creer esto ya que, cuando los apostoles comenzaron a proclamar a «Jesus y la resurreccion»,26 las autoridades podrfan

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haber detenido inmediatamente el nuevo movimiento haciendo aparecer el cuerpo, en lugar de 10 cual echaron mano a la violencia. En este caso, lacaso los discipulos robaron el cuerpo como parte de ,:n fraud~, con el fin de enganar a la gente, haciendole creer que habla resuCltado? Esta es una teoria imposible, porque estaban p~eparados para sufrir y morir por el evangelio y nadie esta dlspuesto a convertirse en martir por una mentira que el mismo ha fraguado. Ninguna explicaci6n sobre la tumba vacia resulta aceptable, excepto que Dios 10 resucit6 de entre los muertos. Segundo, esta la reaparici6n del Seiior. Porque si el cuerpo de Jesus desapareci6 de la tumba donde fue colocado, por otra parte Jesus mism.o apareci6 r:petidas veces durante un periodo de aproXlmadamente selS semanas. Se afirma que se mostr6 a ciertos individuos (p. ej., Maria Magdalena, Pedro y Jacobo), a los Doce, tanto con Tomas como sin el, y en una ocasi6n «a mas de quinientos hermanos a la vez», la mayoria de los cuales todavia vivia cuando Pablo escribi6 esto alrededor del 54 d.CY Y, por consiguiente, se les habria podido repreguntar. No se pueden descartar estas apariciones posteriores a la resurre~ci6n como inventos, ya que no cabe duda alguna de que los apostoles realmente creianque Jesus habia resucitado. Los relatos no fueron inventados. Pero tampoco se trataba de alucinaciones. Rudos :pescadores como Pedro, Jacobo y Juan no eran personahdades como las que serian susceptibles de dichos sintomas de desorden mental. Mas todavia, la gran variedad en cuanto a momenta, lugar, circunstancias y personas relacionados con las apariciones, juntamente con la reacci6n inicial de incredulidad de la g~nte, ha~en que l~ ~eoria de la racionalizaci6n de la esperanza sea ~sosteruble. La uruca alternativa a las invenciones y las alucinaClOnes es la de las apariciones validas y objetivas. Tercero" esta el s~rgimiento de.la iglesia. Algo sucedi6 que transformo a los apostoles y los Impuls6 a iniciar la misi6n al mundo ~ntero. Cuando muri6 Jesus, quedaron apesadumbrados, cor:fundldos y asustados. Pero en un lapso inferior ados meses saheron de ,donde se hab,ian ocultado, llenos de jubilo, confianza y valor. lQue hecho podna dar cuenta de esta dram<itica transformaci6n? S6lo la resurrecci6n, junto con la experiencia de Pentecostes, que se produjo poco despues. De ese punado de desilu-

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sionadas personas, sin prestigio alguno, ha surgido una comunidad universal que abarca un tercio de la poblaci6n del mundo. Requeriria una buena dosis de credulidad, incluso de cinismo, creer que todo el edificio del cristianismo se haya levantado sobre la base de una mentira, por cuanto Jesucristo nunca se habria levantado de entre los muertos. La desaparici6n del cuerpo, la reaparici6n del Senor, y el surgimiento de la iglesia constituyen, conjuntamente, un s6lido fundamento para creer en la resurrecci6n.

,Por que tiene importancia la resurreccion? Lo que tenemos que preguntarnos en cuanto a la resurrecci6n no es solamente si aconteci6, sino tambien si realmente tiene importancia el que haya sucedido. Porque si aconteci6, aconteci6 casi 2000 afios atras.lC6mo es posible que un evento de tan remota antigiiedad tenga alguna importancia para nosotros en el dia de hoy? lPor que sera que los cristianos hacen tanta alharaca sobre esto? lNo es, acaso, intrascendente? No 10 es; 10 que sostengo ahora es que la resurrecci6n resuena al unisono con nuestra condici6n humana. Tiene un mensaje para nuestra necesidad, como no 10 tiene ni podria tenerlo ningun otro suceso distante. Es el principal soporte de nuestra seguridad cristiana. En primer lugar, la resurrecci6n de Jesus nos ofrece certidumbre en cuanto al perd6n de Dios. Ya hemos visto que el perd6n es una de nuestras necesidades basicas y uno de los mejores dones de Dios. Se dice que el director de un gran hospital mental ingles ha dicho: «Podria dejar salir a la mitad de mis pacientes manana mismo si pudiera darles seguridad en cuanto al perd6n».28 Es que todos tenemos uno 0 mas secretos que nos perturban, recuerdos de cosas que hemos pensado, dicho, 0 hecho por los cuales sentimos profunda vergiienza en nuestros mejores momentos. La conciencia nos regana, nos condena, nos atormenta. Varias veces durante su ministerio publico Jesus hab16 palabras de perd6n y de paz, y en el aposento alto se refiri6 a la copa de la comuni6n como su «sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisi6n de los pecados».29 De este modo vincu16 nuestro perd6n con su muerte. Ypor cuanto en toda la Escritura la muerte va siempre ligada al pecado como su justo merecimiento (<<la paga del pecado es muerte» VO 5610 puede haber querido decir

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que iba a morir en nuestro lugar la muerte que nosotros mereciamos morir, con el fin de que nosotros fuesemos librados y perdonados. Eso es 10 que dijo. lPero c6mo podemos saber que tenia raz6n, que mediante su muerte 10gr6 10 que dijo que habia de lograr, y que Dios acept6 su muerte en nuestro lugar tomandolo como «un sacrificio, una oblaci6n y una satisfacci6n plenos, perfectos, y suficientes por los pecados de todo el mundo»? La respuesta esta en que si hubiera permanecido muerto, si no se hubiera levantado de la muerte en forma visible y publica, jamas 10 habriamos sabido. Mas bien, sin la resurrecci6n tendriamos que llegar a la conclusi6n de que su muerte fue un fracaso. El ap6stol Pablo vio esta l6gica daramente: «Si Cristo no resucit6, vana es entonces nuestra predicaci6n, vana es tambien vuestra fe.» Repite una vez mas que «si Cristo no resucit6, vuestra fe es vana; aun estais en vuestros pecados. Entonces tambien los que durmieron en Cristo perecieron.»31 Las terribles consecuencias de que no haya resurrecci6n sedan que los ap6stoles son falsos testigos, que los creyentes no han sido perdonados y que los cristianos que murieron perecieron. Pero el hecho es, continua Pablo, que Cristo fue levantado de los muertos, y al haberlo resucitado Dios nos asegura que aprueba esa muerte en la cualllev6 nuestros pecados, que no muri6 en vano y que quienes confian en el reciben un perd6n pleno y gratuito. La resurrecci6n convalida la cruz. Segundo, la resurrecci6n de Jesus nos ofrece seguridad en cuanto al poder de Dios. Necesitamos el poder de Dios en el presente, tanto como su perd6n en cuanto al pasado. lRealmente puede Dios cambiar la naturaleza humana, que pareciera ser tan ingobernable, a fin de que quienes son crueles se vuelvan buenos, que los egoistas sean desprendidos, que las personas inmorales adquieran control sobre si mismas, y que los amargados se vuelvan amables? lPuede acaso tomar personas que estan muertas a las realidades espirituales, y darles vida en Cristo? iSi, claro que puede! Puede darles vida a los que estan espiritualmente muertos y transformarnos a la semejanza de Cristo. Pero estas son grandes afirmaciones. lSe podran probar? S6lo debido a la resurrecci6n. Pablo ora pidiendo que los ojos de nuestro coraz6n sean iluminados, a fin de que conozcamos «la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos». Y con el prop6sito de ayudarnos a captar la medida de su poder, no s6lo nos proporciona Dios ilurninaci6n interna por 78

medio de su Espiritu, sino que nos ha dado una demostraci6n externa, publica y objetiva en la resurrecci6n. Esto es a~i porque el poder que esta a disposici6n de nosotros hoy es el ffilsmo poder que «oper6 en Cristo, resucitandole de los muert~s ...»32 La resurrecci6n aparece asi como la prueba suprema en la histona del poder creativo de Dios. Corremos constantemente el peligro de trivializar el evangelio, de rninirnizar 10 que Dios puede hacer por nosotros y en nosotros. Hablamos de hacernos cristianos como si no fuese otra cosa que comenzar una hoja nueva, de hacer unos cuantos ajustes superficiales a nuestros patrones corrientes de comportarniento y de :~l­ vernos un poco mas religiosos. Pero lueg~ raspemos.l~ super~lcle, saquemos el barniz y ... joh sorpresa! ... baJo la superflcle segu~mos siendo la rnisma persona pagana e irredenta, que no h~ cambmdo. Es que el convertirse y hacerse cristiano de confofffildad con el Nuevo Testamento es algo mucho mas radical que eso. Se trata de un acto decisivo de Dios. Es nada menos que una resurrecci6n de la muerte de la alienaci6n y el egocentrismo, y el cornienzo de una vida nueva y liberada. En una palabra, el rni~~o Dios del po~~r sobrenatural, que resucit6 a Jesus de la muerte fislca, puede tarnblen resucitarnos a nosotros de la muerte espiritual. Y sabemos que puede resucitarnos a nosotros porque sabemos que 10 resucit6 a el. Tercero, la resurrecci6n de Jesus ofrece certidumbre en cuanto al triunfa final de Dias. Una de las principale~ diferencias .e~,tre las religiones e ideologias del mundo se relaclOn~ con la VISIon que tienen estas del futuro. Algunas no ofrecen nmguna esperanza, sino que se hunden en la desesperaci6n existencial. Bertrand Russell, cuando era todavia un joven de s6lo treinta anos, expres6 su convicci6n de que ningtin fuego, ningtin heroismo, ninguna intensidad de pensamiento y sentimiento puede preservar la vida individual mas aHa de la tumba; que todos los esfuerzos de las edades, toda la ~evoci6n, toda ,la inspiraci6n, toda la brillantez meridiana del gen~o humano, estan destinados a la extinci6n en la dilatada muerte del sistema solar, y que todo el santuario de los logros del hombre de.ben inevita~lem~nte ser sepultados debajo de los escombros de un umverso en romas.

Otros piensan en la historia en terminos mas bien circ~lares y no lineales, como un interminable cido de reencarnaClOnes,

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sin alivio alguno, salvo la no existencia del nirvana. Los marxistas siguen prometiendo una utopia en la tierra, pero esta visi6n ha perdido credibilidad. Los humanistas seculares suenan con la toma del control de su propia evoluci6n, pero, en tanto que esto requeriria la manipulaci6n genetica, el sueno degenera y se convierte en pesadilla. Los cristianos, por otro lado, sienten confianza en cuanto al futuro y nuestra «esperanza» cristiana (que es una expectativa segura) es tanto individual como c6smica. Individualmente, aparte de Cristo el temor a la muerte y la disoluci6n personal es practicamente universal. Para nosotros en Occidente, Woody Allen tipifica ese terror. En el se ha vuelto una obsesi6n. Cierto es que todavia puede hacer bromas al respecto. «No es que tenga miedo de morir --dice en son de mofa-; simplemente no quiero estar alIi cuando suceda.»34 Pero fundamentalmente esta muerto de miedo. En un articulo que apareci6 en la revista Esquire en 1977 dijo: «Lo fundamental por detras de toda motivaci6n y toda actividad es la constante lucha contra la aniquilaci6n y contra la muerte. Deja absolutamente estupefacto con su terror y les resta toda significaci6n a los logros de cualquiera.» Jesucristo, no obstante, rescata a sus discipulos de este horror. No s6lo superaremos la muerte, sino que seremos levantados de ella. Se nos habra de proporcionar cuerpos nuevos como su propio cuerpo de resurrecci6n,35 con poderes nuevos y jamas sonados. 36 Porque a nuestro Senor se 10 llama tanto las «primicias» de la siega37 como «el primogenito de entre los muertos».38 Ambas metatoras ofrecen la misma certidumbre. El fue el primero en resucitar; todo su pueblo Ie seguira. Tendremos un cuerpo como el de el. «Asi como hemos traido la imagen del terrenal [Adan], traeremos tambien la imagen del celestial [Cristo].39 Sin embargo, nuestra esperanza en cuanto al futuro es tambien c6smica. Creemos que Jesucristo va a volver en medio de una espectacular magnificencia, con el fin de hacer que la historia alcance su plenitud en la eternidad. No s6lo levantara a los muertos, sino que regenerara el universo;40 hara nuevas todas las cosas.41 Estamos persuadidos de que la creaci6n toda va a ser liberada de su presente esc1avitud a la descomposici6n y la muerte; que los gemidos de la naturaleza son los dolores de parto que prometen el nacimiento de un nuevo mundo,42 y que habra un nuevo cielo y una nueva tierra, que seran la habitaci6n de la justicia.43

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De modo, entonces, que la esperanza viviente del NU~vo Testamento es una expectativa impresionantemente «matenal»: ta~t? para el individuo como para el cosmos. Al creyente C~JII~O ~dlVl­ duo se Ie promete, no la supervivencia meramente, ill slqUler~ la inmortalidad, sino un cuerpo resucitado y transformado. El destino del cosmos no es un «cielo» etereo, sino un universo re-creado. lHay alguna prueba, empero, de esta sorprendente aseveraci6n de que tanto nosotros como nuestro mundo han de ser totalmente renovados? 'Si la resurrecci6n de Jesus es el fundamento de ambas expectativa~! Ella provee una prueba s6lida, visible, tangible y publica del prop6sito de Dios de completar 10 que ha comenzado, de redimir la naturaleza, de damos nuevos cuerpos en un mundo nuevo. Como 10 expres6 Pedro, Dios «nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrecci6nde Jesucristo.de los muertos»,44 puesto que la resurrecci6n de Jesus fue el COmIenzo de l~ nueva creaci6n de Dios. No es suficiente creer que la personahdad, la presencia y el poder de Jesus se perperuan. Es preciso que se:p~­ mos que su cuerpo fue resucitado, porque el cuetyo de resurrec~lO~ de Jesus fue la primera porci6ndel ordenmatenal que ~e r~dl~l­ da y transfigurada. Es la senal divina de que el resto sera redlmIdo y transfigurado alglin dia. 45

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De manera que la resurrecci6n de Jesus nos ofrece la se~ridad del perd6n, del poder y del triunfo final de Dios. Nos permIt: enfrentar nuestro pasado (por mas raz6n que tengamos de sentun?s avergonzados por eI mismo), con la c??fianza puesta en el perdon de Dios, por medio de aquel que muno por nuestros pecados y fue resucitado; enfrentar nuestro presente (por fuertes que .s:an nuestras tentaciones y pesadas que sean nuestras responsab~hda­ des), con la confianza puesta en la suficiencia del pod~r de DlOS, y enfrentar nuestro propio futuro (por inci:rto qu: el mIS~O pueda aparecer), conla confianza puesta en el tnunfo. ~ma.l de DlOS, de 10 cualla resurrecci6n es la prenda. La resurreCClOn, Justamente por cuanto fue un acto decisivo, publico y visible de Dios dentro del orden material, nos ofrece la firme certidumbre en un mundo que de otro modo no ofrece seguridad.

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CAPITULO CINCO

Jesucristo es Senor

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1evangelio apost6lico se extendi6 mas aHa del hecho y la significaci6n de la cruz y la resurrecci6n, para ocuparse de su prop6sito: «Para eso muri6 Cristo y volvi6 a la vida: para ser Senor tanto de los muertos como de los viVOS.»l En efecto, es bien sabido que el credo cristiano mas primitivo, mas corto y mas sencillo de todos era la afirmaci6n de que «Jesus es Senon>. Quienes reconocian su senorIo eran bautizados y recibidos en la comunidad cristiana. Porque se reconocia, como escribi6 Pablo, por una parte, que «si confesares con tu boca que Jesus es el Senor, y creyeres en tu coraz6n que Dios Ie levant6 de los muertos, seras salvo»,2 y, por otra parte, que «nadie puede llamar a Jesus Senor, sino por el Espiritu Santo».3 A primera vista puede parecer extraordinario que dos vocablos griegos, Kyrios Iesous 0 «Senor Jesus» (porque no hay ningun verba conectivo en ninguno de los dos verslculos citados en el parrafo anterior), pudiesen servir como base satisfactoria para identificar y recibir a alguien como un cristiano genuino. LAcaso no son totalmente inadecuados? LAcaso no es este un ejemplo de reduccionismo teo16gico de la peor clase? La respuesta a estas dos preguntas es «No», por cuanto las dos palabras de que se trata, que parecen constituir una minima confesi6n cristiana, estan prenadas de significado. Tienen enormes consecuencias tanto para la fe,Jcristiana como para la vida cristiana. En particular, expresan, en primer lugar, una profunda convicci6n teo16gica en cuanto al Jesus hist6rico y, en segundo lugar, y en consecuencia, un compromiso personal y radical con el. En el presente capitulo me propongo explorar esta convicci6n y este compromiso.

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La convicci6n teo16gica Tal vez el mejor modo de investigar los matices doctrinales que tiene llamar a Jesus «Senor» sea analizar nuevamente Filipenses 2.9-11. Estos versiculos constituyen la culminacion de 10 que a veces se denomina carmen Christi, «el cantico de Cristo». Es probable que Pablo este citando palabras de aIgu.n primitivo himno cristiano acerca de Cristo. Al hacerlo, Ie acuerda su «imprimatur» apostolico. Declara Pablo que Cristo, si bien compartia la naturaleza de Dios y estaba en una relacion de igualdad con el, no obstante se vacio a si mismo de su gloria y se humillo para servir, haciendose obediente hasta la muerte en la cruz (vv. 6-8). Sigue diciendo: Par 10 cual Oios tambien Ie exalt6 hasta 10 sumo, y Ie dio un nombre que es sabre todo nombre, para que en el nombre de Jesus se doble tada rodilla de los que estan en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y tada lengua confiese que Jesucristo es el Senor, para gloria de Dios Padre (verslculos 9-11).

Como himno cristiano, usado por la iglesia y refrendado por el apostol, indica 10 que los cristianos primitivos pensaban acerca de Jesus. Se destacan tres puntos. Primero, Pablo acord6 a Jesus un titulo que correspondia aDios. Es decir, se refirio a el como «Senor». Cierto es, desde luego, que kyrios se empleaba con diversos significados en diferentes contextos. A veces no significaba mas que «senor», como cuando Maria Magdalena penso que el Jesus resucitado era el hortelano,4 y cuando los sacerdotes Ie pidieron a Pilato que asegurase la tumba.s Pero cuando 10 usaban los disdpulos de Jesus en relacion con el, kyrios era mas que una formula cortes para dirigirse a alguien: era un titulo, como cuando Ie llamaban «el Senor Jesus» 0 «el Senor Jesucristo». Esto queda claro a la luz del Antiguo Testamento. Cuando se tradujo el Antiguo Testamento al griego en Alejandria alrededor del 200 a.c., los devotos eruditos judios no sabian como resolver la cuestion del sagrado nm;nbre Yahve 0 Jehova. No se atrevian a pronunciarlo; no se sentian libres para traducirlo, como tampoco transliterarlo. De modo que se valieron de la parMrasis ho kyrios (<<el Senor»), en su lugar, razon por la cual «Yahve» sigue apareciendo en muchas versiones como «el Senor». Los amantes de la numerologia biblica tendran interes en saber que ella aparece

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6.156 veces en esta version griega, la Septuaginta. Por 10 menos esto es 10 que he leido en alguna parte; no me he ~entidoinclin~~o a comprobarlo, ni he tenido la paciencia necesana que requenna. Lo que resulta realmente asombro~o es q~e lo.s seguido~es de Jesus, sabiendo que por 10 menos en cuculo~ Judmcos ~o kyrzos era el titulo tradicional de Yahve, Creador del uruverso y DlOS del pacto de Israel, no tuvieron escrupulos en usar el mismo titulo para referirse a Jesus ni vieron algo anormal en el hecho de hacerlo. Equivalia a decir que «Jesus es Dios». En segundo lugar, Pablo transfiri6 a!esus un te~to que corr~spon~ia a Dios. En Isaias 45.23 Yahve se expreso por medlo de un soliloqUlo: Por mi mismo hice juramento, de mi boca sali6 palabra en justicia, y no sera revocada: Que a m! se doblara tada rodilla, y jurara toda lengua.

Pues bien Pablo, 0 el escritor del himno que esta citando, tiene la audacia d~ sacar este texto dellibro de Isaias y darle una aplicacion nueva, atribuyendolo a Jesus. El corolario es inevitable. El homenaje que seg1in el profeta se Ie debia a Yahv~, seg~n el apostol se ~e debe a Cristo; tambien seria un homenaJe uruversal yabarcana «toda rodilla» y «toda lengua». Un ejemplo similar es el uso neotestam~ntariode Joel 2.32. El profeta habia escrito que «todo aquel que U;vocare el nomb,re d~l Senor (es decir, Dios), sera salvo». En el dla de Pentecostes, sm embargo, Pedro usa esta promesa en relacion con Jesus, instando 6 a sus lectores a creer en Jesus y ser bautizados en su nombre. De modo semejante, Pablo escribio mas tarde que el Senor Jesus «es Senor de todos, es rico para con todos los que Ie invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Senor, sera salvo.? Por 10 tanto, el poder salvifico de Yahve, destinado a Israel, se ha c~nv~r­ tido en el poder salvifico de Jesus, destinado a los creyentes, JUdlOS y gentiles por igual. . . ' Tercero, Pablo exigi6 para Jesus el culto debldo a DlOs. ComoqUlera que interpretemos la confesion verbal de que el es Senor, el do?~ar las rodillas delante de el no puede ser sino culto de adoraCIOn. Ademas en el Nuevo Testamento se ora al Senor Jesus en forma regular, ~specialmente cuando Pablo vincula conjuntamente a «Dios nuestro Padre» con «el Senor Jesucristo», como .l~ fu~nte de la gracia y como el objeto de sus peticiones. 8 Tamblen v.lene a la memoria Hebreos 1.6: «Adorenle todos los angeles de DIOS.»

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Se da por sentado en los documentos neotestamentarios, que la gracia procede de Cristo y que se Ie debe dirigir oraci6n y tributarle culto. Mas todavia, la cristolatria (el culto dirigido a Cristo) precedi6 ala cristologia (el desarrollo de la doctrina sobre Cristo). Pero la cristolatria es idolatrica si Cristo no es Dios, como 10 via claramente Atanasio en el siglo IV cuando discutia contra la herejia arriana segun la cual Cristo era un ser creado. Aqui tenemos, entonces, tres importantes datos que aparecen en el himno cristiano citado por Pablo. Los cristianos de los primeros tiempos daban a Jesus un titulo que correspondia aDios (<<Senor»), Ie aplicaban textos referidos a Dios (en relaci6n con la salvaci6n que el otorga y el homenaje que se Ie debe), y Ie ofrecian el culto destinado aDios (hincando las rodillas). Estos hechos son incontrovertibles, y resultan mas asombrosos por cuanto no son artificiales y surgen de modo practicamente casual. Mas aun, es digno de destacar que los escritores neotestamentarios no abrigaban dudas al hacer la audaz identificaci6n de que Jesus es Dios, porque no tenian necesidad de abrigarlas. Pablo defendi6 el evangelio de la justificaci6n por la gracia mediante la fe, y esto denodadamente, porque se estaba negando la doctrina. Pero no discuti6la cuesti6n del senOrlO divino de Jesus (la doctrina de que «s6lo hay ... un Senor, Jesucristo»),9lo cual debe significar que no era un tema que se debatiera. De manera que ya a pocos anos de la muerte y la resurrecci6n de Jesus, su deidad formaba parte de la fe universal de la iglesia. La confesi6n de que «Jesus es Senor» da lugar a una segunda inferencia teo16gica, a saber, que es Salvador ademas de Dios. La tradici6n en algunos circulos evangelicos lleva a distinguir netamente entre Jesus Salvador y Jesus Senor, e incluso a sugerir que la conversi6n abarca la idea de confiar en el como Salvador, sin necesariamente tener que rendirse ante el como Senor. Lo que esta por detras de esta ensenanza es bueno, 0 sea, el deseo de preservar la doctrina de la justificaci6n por la fe sola, y no dar entrada a la justificaci6n por obras (obedeciendo a Cristo como Senor) por la puerta posterior. No obstante, esta posici6n no es defendible biblicamente. No s6lo es Jesus «nuestro Senor y Salvador», uno e indivisible, sino que su senorlo abarca su salvaci6n, y en realidad la anuncia. Es decir, su titulo «Senor» es simbolo de su victoria sobre todas las fuerzas del mal que han sido puestas debajo de sus pies. La posibilidad misma de nuestra salvaci6n se debe a

esta victoria. Justamente debido al hecho de que el es Senor, puede tambien ser Salvador. lO No puede haber salvaci6n sin senorio. Las dos afirmaciones, «Jesus es Senor» y «Jesus salva», son virtualmente sin6nimas.

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El compromiso radical La palabra kyrios podia usarse, como hemos visto, como una simple designaci6n respetuosa. Pero era mas frecuente emplearla con respecto a los propietarios, ya sea de tierras, bienes rakes 0 esclavos. La posesi6n conllevaba el control total y el derecho a disponer de los bienes. Entendiendo esto Pablo, Pedro, y Santiago comenzaban sus cartas designandose a si mismos «esclavos de Jesucristo». Sabian que ellos habia comprado al precio de su sangre y su vida, y que, en consecuencia, pertenecian a el y estaban totalmente entregados a su servicio. El hecho de esta propiedad personal por parte de Cristo y de este compromiso con el ha de aduenarse de todos los rincones de la vida de sus discipulos. TIene cuando menos seis dimensiones. Prirnero, tiene una dimension intelectuaL Comienzo con la mente porque es la ciudadela central de nuestra personalidad y es ella la que en realidad gobierna nuestra vida. A pesar de ella, con frecuencia es el ultimo baluarte que se rinde al senorio de Jesus. La verdad es que en realidad nos gusta pensar por nosotros mismos y dar a conacer nuestras propias opiniones; y si esas opiniones chacan con la ensenanza de Jesus ... jtanto peor para ell Pero Jesucristo quiere tener autoridad sobre nuestra mente. «Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi,» dijoY Con seguridad que sus oyentes judios 10 entendieron de inmediato, porque comUnmente hablaban del «yugo de la Tora» (la ley), a cuya autoridad se sometian. Ahora Jesushablaba de su ensenanza como un yugo. Sus seguidores habian de convertirse en sus alumnos, sus discipulos, para someterse a su instrucci6n, a fin de aprender de el. No ternan por que temer esto, porque, por un lado, el mismo era «manso y humilde de coraz6n», y, por otro, su yugo era «facil», a la vez que, sometidos a su disciplina, que era ligera, encontrarian «descanso» para su alma. En otros terminos, encontraremos el verdadero «descanso» sometiendonos al yugo de Cristo (no resistiendolo), y la verdadera libertad sometiendonos a su autoridad (no descartandola). Mas tarde el ap6stol Pablo escribi-


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ria algo semejante, cuando expreso su decision de «[llevar] cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo».12 El cristiano contempora.neo, que esta ansioso por responder sensitivamente a los desafios del mundo moderno, no ha de desechar, sin embargo, la autoridad de Jesucristo con el proposito de lograrlo. Los discipulos no tienen libertad para estar en desacuerdo con su divino maestro. Lo que creemos acerca de Dios, acerca del hombre (varon y mujer) hecho a su imagen, acerca de la vida y la muerte, el deber y el destino, la Escritura y la tradicion, la salvacion y el juicio, y muchas otras cuestiones, 10 aprendemos todo de el. Hay una urgente necesidad en nuestros dias, en los que abundan las especulaciones mas desenfrenadas y extranas, de reasumir la posicion que nos corresponde, a sus pies. «Quien obedece plenamente al precepto de Jesus -escribio Dietrich Bonhoefferquien acepta sin protestas su yugo, ve aligerarse la carga que ha de llevar, encuentra en la dulce presion de este yugo la fuerza que Ie ayuda a marchar sin fatiga por el buen camino. El precepto de Jesus es duro, inhumanamente duro, para el que se resiste a el. Pero es suave y ligero para el que se somete voluntariamente.»13 Segundo, el compromiso radical para con Jesucristo tiene una dimension moral. En derredor de nosotros las normas morales se van desmoronando en el dia de hoy. La gente se siente insegura porque no sabe si quedan normas morales absolutas 0 no. El relativismo ha impregnado el mundo y esta introduciendose en la iglesia. Hasta algunos creyentes evangelicos interpretan malla Escritura en relacion con el tema de la ley. Citan las conocidas afirmaciones del apostol Pablo de que «Cristo es el fin de la ley»14 y «no estais bajo la ley»,15 cierran los ojos al contexto, y las interpretan mal dandoles el sentido de que la categoria de la ley ya ha sido abolida, que ya no estan obligados a obedecerla, sino que estan libres para desobedecerla. Pero Pablo tenia en mente algo enteramente distinto. Estaba refiriendose al camino de la salvacion, no a la senda de la santidad. Estaba insistiendo en que para nuestra aceptacion delante de Dios no «[estamos] bajo la ley, sino bajo la gracia», puesto que somos justificados por la fe sola, no por las obras de la ley. Pero seguimos estando bajo la ley moral para la santificacion. Como decia insistentemente Lutero, la ley nos empuja hacia Cristo para ser justificados, pero Cristo nos manda de vuelta a la ley para ser santificados.

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El apostol se expresa con toda claridad acerca dellugar de la ley en la vida cristiana. Insiste en que tanto la obra expiatoria de Cristo como la presencia del Espiritu que mora en nosotros tienen como fin nuestra obediencia a la ley. LPor que mando Dios a su Hijo a morir por nuestros pecados? Respuesta: «Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que ... andamos ... conforme al Espiritu.»16 LY por que ha puesto Dios a su Espiritu en nuestro corazon? Respuesta: Con el fin de escribir su ley alliY En consecuencia, la promesa veterotestamentaria de Dios sobre el nuevo pacto podia expresarse tanto en terminos de «dare mi ley en su mente, y la escribire en su corazon»18 como en terminos de «pondre dentro de vosotros mi Espiritu, y hare que andeis en mis estatutos».19 De modo que Jesucristo nos llama a obedecer. «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, sera amado por mi Padre, y yo Ie amare, y me manifestare a el.»20 La manera de demostrar nuestro amor por Cristo no es mediante grandes exclamaciones de lealtad, como Pedro, ni cantando sentimentales «coritos» en la iglesia, sino obedeciendo sus mandamientos. La prueba del amor es la obediencia, dijo el, y la recompensa del amor es una autorrevelacion de Cristo. En tercer lugar, el compromiso cristiano tiene una dimension vocacional. Dicho de otro modo, incluye la obra de toda una vida. Cuando decimos «Jesus es Senor» estamos comprometiendonos con toda una vida de servicio. No deberiamos titubear cuando decimos que todo cristiano esta llamado al ministerio, vale decir, a invertir su vida en el ministerio. Si allector Ie parece que es esta una declaracion rara y extrana, probablemente sea porque esta pensando en la palabra «ministerio» como sinonima del ministerio pastoral ordenado. Pero el ministerio pastoral es solamente uno de muchos ministerios. Lo que quiero decir es que todos estamos llamados a un ministerio 0 servicio (diakonia) de algun tipo. La razon por la que es posible decir esto es que somos segui~ores de uno que asumio «forma de siervo»,21 insistio en que «no VITIO para ser servido, sino para servir»,22 y que agrego: «Yo estoy entre vosotros como el que sirve».23 Por 10 tanto, si sostenem~s que seguimos a Jesus, resulta inconcebible que nos pasemos la vIda de otro modo que no sea sirviendo. Y esto significa que. t~nemos que ver nuestra actividad 0 profesion en funcion de serVIClO. Nuestr~s tareas diarias tienen que constituir la principal esfera donde Jesus

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ejerce su senorio sobre nosotros. Por encima y mas alla de nuestro empleador, deberiamos estar en condiciones de discernir a nuestro Senor celestial. Entonces estaremos trabajando «como para el Senor y no para los hombres», por cuanto «a Cristo el Senor [servimos]».24 En noviembre de 1940 la ciudad de Coventry en Inglaterra fue arrasada por un bombardeo aereo, incluyendo su catedral del siglo XlV. Despues de la guerra las ruinas de la antigua catedral fueron conservadas, mientras se construia a la par una catedral nueva. Desde epocas medievales la catedral tenia una serie de capillas para diversos gremios (p. ej., para los herreros, los paneros, los merceros, y los tintoreros), ubicadas alrededor de sus muros como simbolo de las estrechas relaciones entre la iglesia y las artesanias. Estas capillas fueron destruidas, pero en su lugar se han levantado «lugares de santificaci6n» alrededor de los muros en ruinas, como expresi6n del sentido de la oraci6n «santificado sea tu nombre»: En la industria, Dios este en mis manos yen mis manufacturas. En las artes, Dios este en mis sentidos y en mis creaciones. En el hogar, Dios este en mi coraz6n y en los objetos de mi amor. En el comercio, Dios este en mi escritorio y en mis transacciones. En las curaciones, Dios este en mi capacidad y en mi palpaci6n. En el gobiemo, Dios este en mis planes y en mis decisiones. En la educaci6n, Dios este en mi mente y en mi crecimiento. En la recreaci6n, Dios este en mis miembros y en mi ocio.

Cuarto, el senorlo de Cristo tiene una dimension social. Esto quiere decir, en parte, que los seguidores de Jesus tienen responsabilidades tanto sociales como individuales; por ejemplo, para con la familia, la empresa, el vecindario, el pais y el mundo. Pero quiere decir mas que esto. Hay un sentido en el cual confesar que «Jesus es Senor» equivale a reconocerlo como Senor de la sociedad, incluso de aquellas sociedades, 0 segmentos de la sociedad, que no reconocen expHcitamente su senorio. Considere el lector el siguiente dilema que nos plantea el Nuevo Testamento. Por una parte, se nos dice que Jesus es el Senor. Ha derrocado y despojado a los principados y potestades, triunfando sobre ellos en la cruz. 25 Dios 10 ha exaltado ubicandolo a su diestra y poniendo todas las cosas debajo de sus pies. 26 En consecuencia, el Senor puede afirmar que toda la autoridad Ie ha sido dada a e1,27 Por otra parte, seguimos luchando

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contra los principados y las potestades de las tinieblas. Habran sido derrotados, incluso privados de su poder; pero siguen activos, ejerciendo influencia y actuando inescrupulosamente.28 El ap6stol Juan va mas lejos todavia cuando declara que «el mundo entero esta bajo el maligno».29 En realidad, este dilema se sintetiza muy bien en el Salmo 110.1, citado por Jesus y varios escritores del Nuevo Testamento: «Jehova dijo a mi Senor: Sientate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.» En esta breve declaraci6n, contenida en un solo versiculo, se representa al Mesias tanto reinando a la diestra de Dios como esperando que sus enemigos sean derrotados. LC6mo podemos reconciliar estas dos perspectivas? LQuien es Senor, Jesus 0 Satanas? LReina Cristo sobre sus enemigos, 0 esta esperando que se rindan? La unica respuesta posible a estas preguntas es «ambas cosas». Tenemos que distinguir entre 10 ~ue es de jure (por derecho) y 10 que es de facto (de hecho 0 en reahdad). De jure Jesus es Senor, por cuanto Dios 10 ha exaltado allugar mas excelso. De facto, sin embargo, Satanas gobierna, dado que aun no ha reconocido su derrota ni ha sido destruido. LDe que modo afecta nuestro discipulado esta tensi6n? Dado el hecho de que Jesus es Senor por derecho propio, es decir, por designaci6n divina, no podemos aceptar ninguna situaci6n que 10 niegue. Anhelamos que aquel que es Senor sea realmente reconocido como Senor; esta es nuestra tarea evangelizadora. Pero aun en una sociedad que no reconoce especificamente su senorio, todavia nos interesa que prevalezcan sus valores; que los derechos humanos y la dignidad humana les sean acordados a las personas de todas las razas y religiones; que se les de el honor que les corresponde a las mujeres y a los ninos; que se aseguren los beneficios de la justicia a los oprimidos; que la sociedad se vuelva mas justa, compasiva, pacifica y libre. LPor que? LPor que nos preocupan estas cosas? Porque Jesus es Senor de la sociedad por derecho, y porque el se preocupa por ellas. Esto no tiene por objeto darle nueva vigencia al antiguo «evangelio social» delliberalis~o teol6gico, que cometi6 el error de confundir una sociedad soHClta con el reino de Dios. Mas bien se trata de tomar en serio el concepto verdadero de que Jesus es Senor de la sociedad, y por ello procurar que esta Ie sea mas acepta. . Durante su conferencia inaugural en la apertura de la Umversidad Libre de Amsterdam en 1880 Abraham Kuyper, que luego 91


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fue Primer Ministro de los Paises Bajos, dijo: «No existe una sola pulgada en toda la extension de la vida humana sobre la cual Cristo, que es Soberano sobre todas las cosas, no exclame ' jMia!'» De modo semejante, David Gill de New College, Berkeley, California, ha escrito como sigue: «Jesus es Senor no solamente de la vida interior, de la vida del mas alIa, de la vida familiar y de la vida de la iglesia, sino de la vida intelectual, de la vida politica ... de todos los dominioS.»30 En quinto lugar, el compromiso radical con Cristo tiene una dimension politica. Es preciso que recordemos que Jesus fue condenado tanto por una ofensa politica como por una ofensa religiosa. En el tribunal judio se 10 encontro culpable de blasfemia porque se describio a si mismo como el Hijo de Dios, en tanto que en el tribunal romano fue condenado por sedicion porque se describio a si mismo como rey, y Roma no reconocia otro rey que el Cesar. De este modo, las declaraciones de Jesus tenian inequivocas resonancias politicas. Su afirmacion de que hemos de dar «a Cesar 10 que es de Cesar, y aDios 10 que es de Dios»31 puede haber sido expresada de manera deliberadamente enigmatica. Pero por cierto que sugeria que hay areas en las cuales Dios es Senor, en las que Cesar no debia meterse. Los primeros cristianos enfrentaban un constante conflicto entre Cristo y el Cesar. Durante el primer siglo los emperadores evidenciaban una megalomania que crecia constantemente. Hacian erigir templos en su honor y les exigian homenaje divino a sus subditos. Estas pretensiones entraban en conflicto en forma directa con el senorio de Cristo, a quien los cristianos honraban como rey;32 mas aUn, como «el soberano de los reyes de la tierra».33 Plinio, el gobernador de Bitinia de comienzos del siglo II, describio, en una carta dirigida al emperador Trajano, el hecho de que hacia presentarse ante el en el tribunal a aquellos cristianos que sospechaba que Ie eran desleales, y dejaba ir unicamente a los que estaban dispuestos a «ofrecer una invocacion con vino e incienso a tu imagen (0 sea a la del emperador)>>.34 Pero, lcomo podian los cristianos decir «Cesar es Senor» cuando habian confesado que «Jesus es Senor»? Se dejaban llevar a la carcel y a la muerte antes que negar el senorio de Cristo. La deificacion del estado no termino con el imperio romano. Aun hoy hay regimenes totalitarios que exigen de sus ciudadanos una lealtad incondicional que los cristianos decididamente no

pueden ofrecer. Los discipulos de Jesus han de respetar al estado, y dentro de ciertos limites someterse a el, pero se niegan a ofrecerle culto y otorgarle el apoyo acritico que ambiciona recibir. En consecuencia, hay ocasiones en que el discipulado exige la desobediencia. En efecto, la desobediencia civil es una doctrina biblica, porque hay cuatro 0 cinco ejemplos notables de ella en la Escritura. 35 Surge naturalmente de la afirmacion de que Jesus es Senor. El principio esta claro, aun cuando su aplicacion puede someter a los creyentes a agonias de conciencia. El principio es que debemos someternos al estado, porque su autoridad deriva de Dios y sus funcionarios son ministros de Dios,36 hasta el punto donde la obediencia al estado nos llevaria a la desobediencia a Dios. En ese punto nuestro deber cristiano consiste en desobedecer al estado con el fin de obedecer aDios. Porque si el estado hace mal uso de la autoridad que Dios Ie ha dado, y piensa que puede imponer 10 que Dios prohibe 0 prohibir 10 que Dios manda, tenemos que decirle «No» al estado a fin de decirle «Si» a Cristo. Como 10 expreso Pedro: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres».37 En palabras de Calvino: «La obediencia al hombre no debe convertirse en desobediencia a Dios».38 Permitaseme ofrecer un ejemplo relativamente reciente de Sudafrica. En 1957 Hendrik Verwoerd, entonces Ministro de Asuntos Nativos, anuncio el «Proyecto de reforma de las leyes nativas», cuya «clausula eclesiastica» hubiese impedido toda asociacion racial en «iglesias, escuelas, hospitales, clubes, 0 en cualquier otra institucion 0 lugar de entretenimiento». El que era arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo en ese momenta era un bondadoso erudito de nombre Geoffrey Clayton. Decidio, juntamente con sus obispos, bien que con renuencia y temor, desobedecer. Escribio al Primer Ministro para decirle que si el proyecto lIegaba a convertirse en ley, el se veria «imposibilitado de obedecerla 0 de aconsejar a otros clerigos y a otras personas que 10 hicieran». A la manana siguiente murio, quiza por efecto del dolor y la tension de la amenazada desobediencia civil. El proyecto fue modificado, pero de un modo malicioso que imponia penas a los fieles negros antes que a los lideres eclesiasticos. Cuando se convirtio en ley, en todas las iglesias anglicanas se leyo una carta llamando a los clerigos y a la feligresia a desobedecerla. Sexto, el compromiso con Cristo tiene una dimension global. Sostener que «Jesus es Senor» es reconocer su senorio universal.

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Por cuanto Dios ha «super-exaltado» a Jesus,39 como podriamos traducir hyperypsoo -vocablo que no aparece en ninguna otra parte en el Nuevo Testamento y que hasta puede haber sido acufiado por el propio Pablo-. Significa que Dios 10 ha elevado «a las mas excelsas alturas».40 Ademas, el prop6sito de Dios al hacerlo era que toda rodilla se doble delante de el y toda lengua 10 confiese como Senor. No estamos libres para limitar de modo alguno la repetida palabra «toda». Por consiguiente, si el deseo de Dios es que toda persona reconozca a Jesus, tambien ha de ser nuestro deseo. Los hindues hablan del «Senor Krisna» y los budistas del «Senor Buda», pero nosotros no podemos aceptar estas pretensiones. 5610 Jesus es Senor y no tiene rivales. No hay incentivo mas grande para la misi6n mundial que el senorio de Jesucristo. La misi6n no es una impertinente interferencia en la vida privada de otros, ni una opci6n prescindible que se puede rechazar, sino una deducci6n inevitable del senorio universal de Jesucristo. Las dos palabras que forman la declaraci6n Kyrios Iesous resultaban bastante inofensivas en una primera aproximaci6n. Pero hemos visto que tienen ramificaciones insospechadas. No solamente expresan nuestra convicci6n de que Cristo es Dios y Salvador sino que indican a la vez nuestro radical compromiso con el. Las dimensiones de este compromiso son intelectuales (al someter a nuestra mente al yugo de Cristo), morales (alaceptar sus normas y al obedecer sus mandamientos), vocacionales (al dedicar nuestra vid~ a su servicio liberador), sociales (al procurar penetrar la sOCledad con sus valores), politicas (al rechazar la idolatria de cualquier instituci6n humana) y globales (al extremal' el celo por el honor y la gloria de su nombre).

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PARTE

II

£1 discipul0

P

asamos ahora del «evangelio» al «disdpulo». Porque si el Cristo crucificado y resucitado es nuestro Senor, nosotros somos sus siervos; si el es nuestro maestro, nosotros somos sus alumnos. El discipulado cristiano (es decir, el seguir a Cristo) es una multifacetica responsabilidad. Mi elecci6n de cuatro aspectos de la misma podria describirse como fortuita, excepto en el sentido de que todos ellos tienden a ser menospreciados y aun pasados por alto. Comienzo con «El oido atento» dado que, si bien todos nuestros 6rganos corporales han de ser consagrados y presentados aDios (inc1uidos los ojos y los labios, las manos y los pies), es posible sostener que los oidos son los mas importantes. Todo disdpulo verdadero es un oidor. El capitulo 7 (<<La mente y las emociones») no s6lo nos recuerda que nuestro Creador nos ha hecho personas tanto racionales como emocionales, sino que explora algunas de las relaciones mas significativas entre estos dos componentes de la personalidad humana. En el capitulo 8, bajo el titulo de <<Cuia, vocaci6n y ministerio>>, reflexionamos sobre el hecho de que el discipulado conlleva la idea de servicio, y consideramos la manera en que discernimos la voluntad de Dios y eillamado de Dios en nuestra vida. Para el capitulo final de la Parte II he reservado un analisis del primer fruto del Espiritu, que es el amor. Su primada en 95


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el discipulo cristiano esta bien expresada en elLibro de oraci6n comun, que 10 describe como «ese mas excelente don de la caridad, el vinculo mismo de la paz y de todas las virtudes, sin el cual todo aquel que vive es reputado muerto delante de Dios».

CAPiTULO SEIS

EI oido atento

U

no de los ingredientes mas importantes del discipulado cristiano -ingrediente sumamente descuidado- es el cultivo de un oido atento. El que no sabe escuchar no resulta ser un buen discipulo. El ap6stol Santiago 10 dijo con c1aridad. Sus severas expresiones sobre la lengua como «un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno morta!»1 son muy conocidas; en cambio, no hace una critica semejante sobre el oido. Nos insta a no hablar demasiado, pero pareceria dar a entender que nunca podremos escuchar demasiado. He aqui su exhortaci6n: Mis amados herrnanos, todo hombre sea pronto para oir, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.2

jQue 6rgano maravilloso es el oido humano creado por Dios! En comparaci6n con el, la computadora mas compleja (se ha dicho) es «tan torpe como una hormigonera». Por supuesto que 10 que a veces llamamos aida no es mas que el aida externo u oreja, esa temilla camosa allado de la cabeza que adquiere una variedad de formas y tamanos. De alIi un canal de unos dos centimetros y medio conduce al timpano, detras del cual se encuentra el aida media, donde los tres huesecillos mas pequenos del cuerpo (conocidos popularmente como el yunque, el martillo y el estribo) amplifican el sonido veintid6s veces y 10 trasmiten al aida interna, donde realmente se lleva a cabo la audici6n. Su componente principal es el tuba en forma de caracol denominado c6c1ea. Esta contiene miles de microsc6picas celulas, semejantes a pequenos pelos, cada una de las cuales esta templada para una determinada vibraci6n. AlIi las vibraciones se convierten en impulsos electricos que trasmiten el sonido al cerebro para su interpretaci6n a 10 largo de 30.000

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circuitos de nervios auditivos, suficientes como para satisfacer las necesidades del servicio telefonico de una ciudad de regular tamano. El oido humano ha sido aclamado como un «triunfo de la 'miniaturizacion'».3 Cuando se piensa en 10 polifacetico y sensible que es este organo, creado por Dios, resulta sumamente lamentable que no Ie demos mejor usa y que no desarrollemos mas nuestra capacidad para escuchar. No estoy pensando solamente en la musica, en el canto de los pajaros, y en el reclamo de los animales, sino tambien en el valor de la conversacion para nuestras relaciones. La sordera involuntaria es un impedimento penoso; la sordera deliberada es tanto un pecado como una estupidez. Este es uno de los principales temas de la pelicula Vuelo a la libertad, de Alan Parker, basada en la novela de William Wharton. La clave de la pelicula parece ser la linea publicitaria cerca del final, en la que se afirma que «ya nadie escucha a nadie». La pelicula se refiere a la amistad de dos adolescentes varones en Filadelfia, Alberto y Birdy, que prospera a pesar de la extrana obsesion de Birdy con el vuelo de las aves. Son reclutados y llevados a Vietnam, donde ambos son alcanzados por una explosion. A Alberto Ie tienen que hacer cirugia para repararle el rostro desfigurado, mientras que Birdy sufre trastornos psicologicos, se recluye en un silencio impenetrable, y 10 derivan a un hospital para casos mentales. Se encoge en su celda como un pajaro enjaulado y desde alIi mira constantemente hacia la ventana enrejada, sonando escapar. Los dos hombres necesitan con urgencia apoyarse mutuamente tras las crueles consecuencias de la guerra, pero no pueden comunicarse. Con todo, lIega el momento en que por fin logran quebrar el aislamiento y se restablece la amistad entre ellos. Pero la situacion en que sucede esto es un mundo hostil en el cuallas personas no se relacionan entre si: una madre indiferente, una novia incomprensiva, una guerra sangrienta e inutil, y un psicoterapeuta al que Ie faltan tanto discernimiento como compasion. Alberto y Birdy se escuchan mutuamente una vez mas, pero parecen ser las excepciones en un mundo en el que «ya nadie escucha a nadie». Eillamado de Santiago a ser «pronto para oir» no es algo que nos resulte faci! aceptar. Somos muchos los habladores compulsivos ... jY especialmente los predicadores compulsivos! Preferimos hablar antes que escuchar, ofrecer informacion antes que confesar nuestra ignorancia, criticar antes que aceptar la crftica. LPero quien

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soy

yo para hablar as~? Yo ~smo he sido tan culpable en este

S~nh?o como el que m~s. 9~llero compartir con ellector una expenenCla de hace unos vemticmco anos, que tuvo un valor formativo para~. Era un .lune.s por la manana en Londres. El personal que trabaJaba en la Iglesia de All Souls estaba realizando su reunion seman~l, y yo dirigia. Los demas estaban hablando sobre algo que no me..mteresaba. mayormente (ya no recuerdo 10 que era), y me averguenza declf que me habia distraido. Subitamente Ted Schroder, a quien con justicia se podria describir como «un impulsivo joven neocelandes con ideas coloniales» en esa epoca y qu~ hoy es un intimo y apreciado amigo, me espeto: «jJohn, no estas esc~chando!» Yo me ruborice, porque el tenia toda la razon, y f{:sulta mtolerablemente descortes no escuchar cuando alguien esta hablando. Mas todavia, las tensiones que estaban dandose en las relaciones entre los miembros del equipo en ese entonces se debian en buena medida a que yo no escuchaba como debia. De modo que me arrepenti, y muchas veces he orado pidiendo gracia para ser un mejor oidor. LA qUie~, entonces, hemos de escuchar? Primero y principalmente aDIOS.

Escuchar aDios Una de las claras verdades acerca del Dios de la revelacion biblica es que se trata de un Dios que habla. A diferencia de los idolos paganos que por estar muertos son mudos, el Dios viviente ha ~abla~o y sigue haciendolo. Los idolos tienen boca pero no hablan; el.no hene boca (por cuanto es espiritu), pero habla. Y dado que DlOS habla, es preciso que escuchemos. Es este un tema constante del Antiguo Testamento en sus tres secciones principales. Tomemos la Ley: «...amando a Jehova tu Dios, atendiendo a su VOZ.»4 Y la litera~ura sapien.c,ial en los E~critos: «jOh si obedecierais hoy su voz». Ha~ tamblen, muchos eJemplos en los Profetas. Por ejemplo, la «r~beldla» de Israel, de la que Dios se quejo ante Jeremias, era preClsamente la de que «no quiere oir mis palabras».6 La tragedia mherente a esta situacion es que 10 que hacia que Israel fuese un pueblo especial, distintivo, era justamente que Dios Ie habia hablado y 10 habia lIamado. Sin embargo, se negaba a escuchar y a responder. El resultado trajo como consecuencia el juicio: «Asi como el clarno, y no 10 escucharon, tambien ellos c1amaron, y yo no

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escuche, dice Jehova»? De la misma manera, Dios mand6 a su Hijo, diciendo, «Escucharan ami Hijo,» en cambio de 10 cuallo mataron. Aun hoy Dios habla, si bien hay alguna medida de desacuerdo en cuanto a la forma en que 10 hace. Personalmente no creo que Dios nos hable hoy en dia de manera directa y audible, por ejemplo como 10 hizo con Abraham} con el nifto Samue19 0 con Saulo de Tarso cerca de Damasco. lO Tampoco deberiamos afirmar que nos habla «cara a cara, como habla cualquiera a su companero»,l1 por cuanto de esta relaci6n intima que Dios tuvo con Moises se dice especificamente que fue algo unicoY Por cierto que las ovejas de Cristo conocen la voz de su Buen Pastor y 10 siguen,13 porque esto resulta esencial para nuestro discipulado, pero no se nos promete que su voz ha de ser audible. LQue diremos, entonces, sobre los mensajes indirectos de parte de Dios por medio de profetas? Desde luego que tenemos que rechazar toda afirmaci6n que haya en la actualidad profetas comparables con los profetas biblicos. Porque ellos constituian la «boca» de Dios, eran 6rganos especiales para la revelaci6n, cuya ensenanza pertenece al fundamento sobre el cual se edifica la iglesia. 14 Bien puede existir, sin embargo, un don profetico de tipo secundario, como cuando Dios otorga a algunas personas un discemimiento especial respecto a su Palabra y su voluntad. Pero no hemos de atribuirle infalibilidad a tales comunicaciones. En lugar de ella deberiamos evaluar tanto el caracter como el mensaje de quienes afirman que hablan de parte de Dios. 15 El principal modo en que Dios nos habla hoy es a traves de la Escritura, como 10 ha reconocido la iglesia en todas las generaciones. Las palabras que Dios pronunci6 por medio de los autores biblicos, que en su providencia hizo que se escribiesen y se preservasen, no son letra muerta. Uno de los ministerios propios del Espiritu Santo es lograr que la Palabra escrita de Dios sea «viva y eficaz», ala vez que «mas cortante que toda espada de dos filos».16 De manera que jamas debemos separar la Palabra del Espiritu 0 al Espiritu de la Palabra, por la simple raz6n de que la Palabra de Dios es «la espada del Espiritu»,17 el arma principal que emplea para llevar a cabo su prop6sito en la vida de las personas. Es esta confianza la que nos permite pensar que la Escritura es a la vez texto escrito y mensaje viviente. Asi, Jesus podia preguntar: «LQue esta escrito?»18 y, «LNo habeis leido?»,19 mientras que Pablo pudo preguntar: «LQue dice la Escritura?»,2° casi como si la estuviera 100

personificand~. En otras palabras, la Escritura (10 cual quiere decir l,a Pa~abra ~scnta) se p~ede leer 0 escuchar, y 10 que dice es 10 que el.(DlOs) ~l~e por medlO de ella. Por medio de su antigua Palabra

DlOS se dmge al mundo modemo. Habla por medio de 10 que ha hablado. . A~em2~s, Dios n?s llama a escuchar «10 que el Espiritu dice a las Iglesias:> por medlO de la Escritura. La tragedia esm en que incluso en el dIa. de hoy, como en los dias del Antiguo Testamento, con frecuenCla la gente no puede 0 no quiere escuchar aDios 0 sencilla.mente no Ie interesa escucharlo. La falta de comunicac[6n entre DlOS y nosotros no se debe a que Dios este muerto 0 mantenga silen~i,o, s~o al hecho de que nosotros no estamos prestando aten~lO~. SI se corta la comunicaci6n durante una conversaci6n telefomca, no llegam?s inmediatamente a la conclusi6n de que la persona en el otro telefono ha muerto. Por cierto que no' es la linea la que ha dejado de funcionar. ' ~~ misma ~ituaci6n, la de sentir que se nos ha cortado la comunicaClon con DlOS, se da con frecuencia entre nosotros los cristianos. LAcaso no es esta.la causa principal del estancamiento espiritual qu~ a,veces expenmentamos? jHemos dejado de escuchar aDios! QUlZa ya .no tenga~~s un momento diario a solas para la lectura de la Blbha y la oraclOn. a en el caso de que 10 sigamos haciendo, tal ~ez se trate de algo mas bien rutinario que de una verdadera reahda~, porque ya no esperamos que Dios nos hable. En ese caso es p!eCISO que ado~temos la actitud de Samuel y digamos: «Habla [Senor], que tu Slervo escucha.»22 Como el siervo del Senor deberiamos poder decir: «Todas las mananas me hace estar atento' para 9-ue escuche d6cilmente.»23 Deberiamos emular a Maria d~ Betanla, «la cual, sentandose a los pies de Jesus, oia su palabra».24 Por .supuesto que tenemos que ser activos tanto como contemplahvos, tenemos que t:abajar ademas de orar, tenemos que ser Martas tanto como Manas. Pero, Lno habremos permitido que la Marta. que hay en nosotros haya anulado a la Maria? .Habremos descUldado 10 que Jesus llam6 «la buena» opci6n?25 L

Escucharnos unos a otros En este s~gundo aspecto de la actividad de escuchar, el principio es claro: La Idea de comunidad gira en tomo a la comunicaci6n. Es s6lo cuando nos hablamos y nos escuchamos unos a otros que se 101


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desarrollan y maduran las relaciones, mientras que euando dejamos de escuchamos mutuamente, decaen. En ellibro de Proverbios se pone el acento de manera marcada en la necesidad y el valor de escuchamos unos a otros: Por ejemplo: «El necio cree que todo 10 que hace esta bien, pero el sabio atiende los consejos.»26 De manera semejante, «el oido que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morara».27 Ademas, «el coraz6n del entendido adquiere sabiduria; y el oido de los sabios busca la ciencia».28 Aqui, entonces, tenemos exhortaciones a escuchar los consejos, las amonestaciones, y la instrucci6n, juntamente con la dec1araci6n de que quienes asi proceden son sabios. Mas todavia, esta necesidad de escuchar se aplica a todas las esferas de la vida, inc1uido el hogar, ellugar de trabajo, el estado, y la iglesia. Primero, se aplica al hagar. Si bien casi siento la necesidad de pedir disculpas por decir algo tan tradicional, los nmos y los j6venes deben escuchar a sus padres. «Qye, hijo mio, la instrucci6n de tu padre, y no desprecies la direcci6n de tu madre,»29 porque el hecho es que los padres tienen mas experiencia y por ella generalmente mayor sabiduria, que 10 que sus vastagos quieren admitir. Mark Twain tuvo la sinceridad de admitirlo. «Cuando tenia catorce afios -dijo- mi padre era tan ignorante que apenas podia aceptar tenerlo cerca al viejo. Pero cuando llegue a los veintiuno, ime sorprendi6lo que habia aprendido ese viejo en siete afios!»30 Pero si los hijos tienen que escuchar a sus padres, los padres tienen que tener la humildad de escuchar a sus hijos, porque de 10 contrario jamas llegaran a comprender sus problemas. Esto es asi porque el mundo en el que estan creciendo sus hijos es tremendamente diferente del mundo de su propia juventud. 5610 escuchandose mutua y pacientemente es posible traspasar la barrera generacional. Luego, los esposos necesitan escucharse mutuamente. Los fracas os matrimoniales casi siempre vienen precedidos de fallas en la comunicaci6n. Cualquiera sea la raz6n (negligencia, fatiga, egocentrismo 0 la presi6n de las obligaciones), los esposos ya no se ocupan de escucharse el uno al otro. Asi se van distanciando entre si y aumentan los males entendidos, las sospechas, los agravios y los resentimientos, hasta que resulta demasiado tarde -aun euando de hecho nunca es demasiado tarde-para comenzar a escuchar una vez mas.

Segund~, escuchar es esencial en ellugar de trabajo. Esto es algo

que

pareCle~a

reconocerse ampliamente, dado que el arte de

e~cuc~~r se mcluye hoy en los libros y en los seminaries sobre la d~recc~on de empresas. Por ejemplo, esta The Language of Effective ~lstenmg por ~rthur Robertson, fundador y presidente de Effective Com~unlcation and Development Inc. 31 Se trata de un libro

norteamencano de autoayuda, basado en la convicci6n de que el «escuc~ar ~~ forma efecti~a es la habilidad numero uno para la comunlcaClOn, que se reqUlere para tener exito en la vida profesional y personal».32 . El ~rte de esc.uc~ar resulta particularmente importante ante slt~aclOnes confhctIvas. Cada vez que hay una disputa laboral, es caSI seguro q.ue ambas partes puedan presentar su caso en forma raz~nabl:. Nmguna d~ las partes adopta una posici6n totalmente egOl~ta ~l totalmen~e msensata. La esencia de la conciliaci6n, por conslgUlente, conslste en persuadir a los dos lades a que se escuchen mutuamente. Se han producido varios ejemplos lamentables de esto en Ingl~terraen afios recientes. Los empresarios y la ~;rza laboral (en ocaSlOnes con la participaci6n del gobiemo tamb.len) se han enfrentado, con huelgas y piquetes por un lado, despI~os por el otro, y amargas recriminaciones por ambos lados. ~an. sldo casas de una casi total y mutua sordera y falta de entendlmlento. La gente prefiere gritarse mutuamente en lugar de escuc~arse mutuamente. Sin embargo, 5610 cuando ambos lades estan dlspuestos a sent~r~~juntos, a deponer sus prejuicios y a escuchar, surge alguna poslblhdad de reconciliaci6n. Tercero, el mismo principio es aplicable al estado. Si la democracia es gobierno con el consentimiento de los gobemados, entonces los gobernados tienen derecho a ser escuchados. De. ot~o modo, no es posible suponer que hayan dado su consentImlento. En 1864, poco antes de la finalizaci6n de la guerra civil ~orteamericana y antes de que el congreso adopt~ra la de~lmotercera enmienda por la que se abolia la esclavltud, Harnet Beecher Stowe entrevist6 a Abraham Lincoln y .lu~go escribi6:. «Rodeado de toda suerte de exigencias confhchvas, de traldores, de timoratos indecisos de hombres p.rovenientes de los. estados fronterizos, de ho~bres perteneClentes a los estados hbres, de abolicionistas radicales y de conservadores, Lincoln ha escuchado a todos, ha sopesado las palabras de todOS... »33 Supongo que la disposici6n para escuchar todos los

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matices de opini6n es condici6n sine qua non del arte del buen estadista. Cuarto, es cierto en la iglesia. La historia eclesiastica constituye un largo y mas bien deprimente registro de controversias. Generalmente, han sido importantes cuestiones teol6gicas las que han estado en juego. No obstante, no pocas veces estas cuestiones se han visto exacerbadas por la falta de voluntad 0 la incapacidad para escuchar. Yo mismo he tratado de poner en pnictica la regIa de no participar en un debate teol6gico sin primero escuchar a la otra persona, 0 leer 10 que el 0 ella haya escrito, 0 preferiblemente ambas cosas. Algunos amigos evangelicos me acompaftaron para encontrarnos con el obispo John Robinson despues de la publicaci6n de Honest to God a, con cinco colaboradores de The Myth of God Incarnate (El mito del Dios encarnado) despues de su publicaci6n, y con el obispo David Jenkins despues de sus observaciones provocativas acerca de la resurrecci6n. Por supuesto que no sostengo que los desacuerdos se superen por medio de dichos dialogos, pero por 10 menos se reducen los malentendidos y se preserva la integridad personal. Esto es aUn mas evidente en el caso de los debates evangelicos domesticos. Cuando nos mantenemos apartados, y el unico contacto consiste en arrojarnos granadas de mana unos a otros a traves de la zona desmilitarizada, formamos mentalmente una caricatura de nuestro «oponente», jcompleta, con cuernos, pezuftas y cola! En cambio, cuando nos encontramos, nos sentamos alrededor de una mesa y comenzamos a escuchar, no s610 resulta evidente que nuestros opositores no son demonios despues de todo, sino en realidad seres humanos normales, y aun hermanas y hermanos en Cristo, y en consecuencia aumentan las posibilidades del entendimiento y el respeto mutuos. Mas aUn, cuando no solamente escuchamos 10 que dicen otros, sino 10 que esta por detras de 10 que dicen, y en particular que es 10 que tienen tanto interes en salvaguardar, con frecuencia descubrimos que 10 que nosotros queremos salvaguardar es 10 mismo que ellos. 34 No quiero decir que esta disciplina sea facil. Esta lejos de serlo. La tarea de escuchar con paciente integridad ambos lados de una discusi6n puede ocasionar un agudo dolor mental. Ella exige la interiorizaci6n del debate hasta que uno no s610 capte sino que sienta la fuerza de ambas posiciones. Pero este es otro

El mundo contemporaneo reverbera insistentemente con gritos de odio, frustraci6n y dolor. Con harta frecuencia, sin embargo, hacemos oidos sordos a estas voces angustiadas. Primero, esta el dolor de quienes nunca han oido el nombre de Jesus 0 que, habiendo oido hablar de el, no han llegado a conocer10 aUn y que, sumidos en su alienaci6n y soledad, sienten un horrible dolor. Nuestro habito evangelico en tales casos consiste en apresurarnos a presentarles el evangelio, a subir a la plataforma y a declamar nuestro mensaje con poco interes en la situaci6n culturalo en las obvias necesidades de las personas. En consecuencia, con mayor frecuencia de 10 que querrfamos admitirlo, ahuyentamos a las personas e incluso aumentamos su alienaci6n,

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aspecto del concepto de «escuchar con ambos oidos», por el cual abogo en este libro. Es quiza a los pastores a quienes Dios ha encomendado el ministerio de escuchar. Bonhoeffer escribi6 sobre esto con su acostumbrada perceptividad: El primer servicio que uno debe a otro dentro de la comunidad consiste en escucharlo. Asf como el comienzo de nuestro amor aDios consiste en escuchar su palabra, asf tambien el comienzo del amor al pr6jimo consiste en escucharlo. EI amor que Dios nos tiene se manifiesta no solamente en que nos da su palabra, sino tambien en que nos escucha. Escuchar a nuestro hermano es, por tanto, hacer con ella que Dios ha hecho con nosotros. Ciertos cristianos, yen especial los predicadores, creen a menudo que, cada vez que se encuentran con otros hombres, su unico servicio consiste en «ofrecerles» algo. Se olvidan de que el saber escuchar puede ser mas util que el hablar... ...La cura de almas se distingue fundamentalmente de la predicaci6n en que a la misi6n de hablar se aiiade la de escuchar. Se puede escuchar a medias, convencido de que, en el fondo, ya se sabe todo 10 que el otro va a decir. Esta es una actitud impaciente y distrafda de escuchar que desprecia al pr6jimo, y en la que no se espera otra cosa sino el momento de quitarle la palabra. ...Los cristianos ... han olvidado que les ha sido encomendado el ministerio de escuchar por aquel que es «el oyente» por excelencia, que quiere hacemos partfcipes de su obra. Debemos escuchar con los oidos de Dios para poder hablar con la palabra de Dios. 35

Escuchar al mundo


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porque presentamos a Cristo de un modo insensible, torpe yaun irrelevante. Es evidente que «al que responde palabra antes de oir, Ie es fatuidad y oprobio».36 Lo mejor es escuchar antes de hablar, procurar metemos en el mundo intelectual y sentimental de la otra persona, luchar por entender cuales son sus objeciones al evangelio y compartir con ella las buenas nuevas de Jesucristo de un modo que responda a su necesidad. Esta humilde, escrutadora y desafiante actividad se denomina con justicia «contextualizaci6n». Pero resulta esencial agregar que contextualizar el evangelio no es en modo alguno manipularlo. La evangelizaci6n autentica obliga a «escuchar con ambos oidos», porque los testigos de Cristo estan ubicados entre la Palabra y el mundo, con la consiguiente obligaci6n de escuchar a ambos. Escuchamos la Palabra con el fin de descubrir una cantidad creciente de las riquezas de Cristo. Y escuchamos al mundo con el fin de discemir cuales son las riquezas de Cristo que mas se necesitan y c6mo presentarlas de la mejor forma posible. Esto pone de manifiesto la naturaleza y el prop6sito del dialogo entre las creencias. El dialogo no es sin6nimo ni sustituto de la evangelizaci6n. El dialogo es una conversaci6n seria en la que estamos preparados para escuchar y aprender, a la vez que para hablar y ensenar. Es, por 10 tanto, un ejercicio de integridad. «Es una actividad por derecho propio -escribi6 Max Warren-. Es en su misma esencia un intento de 'escuchar' mutuamente, de escuchar con el fin de entender. La comprensi6n es su recompensa.»37 Ademas, Max Warren sabia de que estaba hablando, como nos 10 dice en su autobiografia: Mi recuerdo mas temprano es el de la danzante luz del fuego del hogar, y de mi madre leyendome. Yo estoy mirando las llamas yescuchando. Debo haber tenido tres 0 cuatro aflos de edad ... Mucho antes de que pudiera leer estaba aprendiendo a escuchar, quiza la lecci6n mas valiosa que jamas haya aprendido ... Lo que es mas, la lectura ha sido siempre para m! un modo de escuchar. Los libros han sido siempre «personas» para mf, no simplemente la persona del autor sino mas bien ellibro mismo hablando, mientras yo escuchaba. 38 En segundo lugar, esta el dolor de los pobres y los hambrientos, los desposeidos y los oprimidos. 5610 ultimamente muchos estamos tomando conciencia de la obligaci6n que la Escritura siempre ha

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impuesto al pueblo de Dios, de ocupamos de la justicia social. Deberiamos prestar mas atenci6n al clamor y los lamentos de los que sufren. Quiero compartir con ellector un versiculo biblico que hemos descuidado, y que por dicho motivo tal vez deberiamos subrayar. Contiene solemnes palabras de Dios para los integrantes de su pueblo que estan desprovistos de conciencia social. Se trata de Proverbios 21.13: «El que cierra su oido al clamor del pobre, tambien el clamara, y no sera oido.» Hacer oidos sordos al que nos habla es una clara senal de falta de respeto. Si nos negamos a escuchar a alguien, estamos diciendo que consideramos que no vale la pena escuchar a esa persona. Pero hay una sola persona a la cual debieramos negamos a escuchar, con el argumento de que no vale la ren~ escucharla,. y es.a persona es el diablo, juntamente con sus emisanos. La esenCla misma de la sabiduria consiste en ser un oidor perspicaz y discriminador, y elegir cuidadosamente a quienes escuchamos. Dejar de obrar asi fue el error de nuestros primeros padres en el huerto del Eden. En lugar de escuchar las verdades de Dios, dieron credito a las ~entiras de Satanas. jY a menudo nosotros somos tan tontos que termmamos copiandoles! Pero no deberiamos escuchar al diablo cuando nos habla, ya se trate de mentiras 0 de propaganda, difamaci6n 0 chismes, basura o insultos. «El que no hace caso de la injuria es prudente.»39 Lo mismo vale para las cartas an6nimas. Es posible sentirse muy ma~ en estos casos, porque generalmente son groseras. zPero por que hemos de tomar en serio las criticas de un corresponsal que no tiene el coraje necesario para dar a conocer su identidad? Un buen relata que ilustra esto es el que se cuenta de Joseph Parker, que fue ministro del City Temple en Londres a fines del siglo pasado. Al subir a su alto pulpito un domingo por la manana, una dam~,en la galeria Ie arroj6 un trozo de papel. Al levantarlo descubno qU,e contenia una sola palabra: «jEstupido!» El doctor Parker.co~ento: «He recibido muchas cartas an6nimas en el curso de mi VIda. En otras ocasiones han sido textos sin firma. jHoy por primera vez he recibido una firma sin texto!» Si sistematicamente nos negamos a escuchar todo 10 que n? sea verdadero, injusto, descortes 0 impuro, deberiamos al ~msmo tiempo escuchar atentamente las instru~cione~ y los conseJos, las criticas, las amonestaciones y las correCClOnes, Juntamente con las 107


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opiniones, las preocupaciones, los problemas y los infortunios de otras personas. Porque, como bien se ha dicho, «Dios nos ha dado dos oidos, pero solo una boca, por 10 que evidentemente quiere que escuchemos dos veces mas que 10 que hablamos.» El dedicar tiempo a escuchar aDios y a nuestros semejantes comienza como una senal de cortesia y respeto, prosigue como un medio de mutua comprension y de profundizacion de las relaciones, y por sobre todo constituye un auh~ntico indicio de humildad y amor cristianos. Por 10 tanto, queridos hermanos y hermanas, «todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse» (VP).

CAPITULO SIETE

La mente y las emociones

E

1discipulado cristiano incluye la totalidad de nuestra personalidad humana. Hemos de amar al Senor nuestro Dios con todo nuestro corazon, alma, mente y fuerzas. 1 Nuestra mente ha de ser renovada/ nuestras emociones purificadas,3 nuestra conciencia irreprensible 4 y nuestra voluntad rendida ante la voluntad de Dios. 5 El discipulado exige que todo 10 que sabemos acerca de nosotros mismos sea puesto en manos de todo 10 que sabemos acerca de Dios. Sin embargo, de todos los diversos componentes que constituyen nuestra humanidad como seres creados, los escritores biblicos se ocupan preferentemente de la mente y las emociones. De modo que pasamos a considerar cada uno de estos elementos separadamente, y luego ambos en cuanto se relacionan entre S1.

La mente Se cuenta de dos mujeres que conversaban en un supermercado local. Una Ie dijo a la otra: -l,Que te pasa? Pareces estar muy preocupada. -Por cierto que 10 estoy -eontesto su amiga-; no puedo dejar de pensar en la situacion del mundo. -iPues -dijo la primera- tienes que tomar las cosas mas filos6ficamente, y dejar de pensar! Es un concepto bastante sabroso, este de que la manera de volverse mas filosofico sea dedicarse a pensar menos. Con todo, estas damas no hacian sino reflejar la atmosfera antiintelectual modema, que ha dado origen a ese terrible par de conceptos caracterizados por la insensatez y el sinsentido. En oposicion a esta tendencia es preciso escuchar las instrucciones del apostol Pablo: «Hermanos, dejen ya de pensar como nmos.

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Sean nmos s6lo en cuanto a la malicia, pero sean adultos en cuanto a la mentalidad»6 (0 «el modo de pensar», RVR). Es notable que el ap6stol haya comenzado con las mismas palabras (<<dejar de pensar») usadas por una de las mujeres en el supermercado, s610 que el agrega «como nmos». Cierto es que Jesus nos dijo que nos volvieramos como nifios, pero no quiso decir que deberiamos copiar a los nifios en todo. De modo semejante, Pablo nos insta a ser nifios, mas aun, «infantes» 0 «bebes», en cuanto al mal (cuanto menos sofisticados seamos en relaci6n con el mal, tanto mejor); pero en cuanto al modo de pensar, agrega, hemos de crecer, adquirir madurez. Toda la revelaci6n bfblica apoya este Hamado de Pablo. Primero, el uso responsable de la mentegloriftca anuestro Creador, porque el es (entre otras cosas) un Dios racional, que nos hizo seres racionales a su imagen, que nos ha dado en la naturaleza y en la Escritura una revelaci6n racional doble, y que espera que utilicemos la mente para explorar 10 que ha revelado. Toda la investigaci6n cientifica esta basada en la convicci6n de que el universo es un sistema inteligible, inc1uso significativo; que existe una correspondencia fundamental entre la mente del investigador y la informaci6n que se investiga, y que dicha correspondencia tiene racionalidad. En consecuencia, «un cientifico enfrentado a una aparente irracionalidad no la acepta como definitiva ... Sigue luchando a fin de encontrar algun modo racional mediante el cual pueda relacionar los hechos entre si ... Sin esa apasionada fe en la racionalidad ultima del mundo,la ciencia vacilaria, se estancaria y finalmente moriria... ».7 No es por mero accidente que los pioneros de la revoluci6n cientifica hayan sido cristianos. Creian que el Dios racional habia estampado su racionalidad tanto sobre el mundo como sobre eHos mismos. De este modo todos los cientificos, sean conscientes de ello 0 no, «procuran descubrir 10 que Dios ya ha pensado», como 10 expres6 Johannes Kepler, el astr6nomo aleman del siglo XVII. Los que estudian la Biblia con responsabilidad tambien «procuran descubrir 10 que Dios ya ha pensado». Porque Dios nos ha proporcionado en la Escritura una revelaci6n mas clara y mas plena todavia de si mismo. El «ha hablado», para comunicar sus pensamientos en palabras. En particulat~ ha dado a conocer su amor para con los pecadores y su plan para salvarnos por medio de Jesucristo. 110

.Es que Dios entonces, nos ha creado como personas raciona(., . ld ? les, y nosotros hemos de negar este rasgo esen~Ia. e su creaClOn. LEs que se ha tomado el trabajo ~~ revelarse a ~1 mlsmo, y nosotros hemos de descuidar esa revelaclOn? No, por Clerto; el uso correcto de la mente no significa abdicar ante nuestra responsabilidad y echarnos a dormir, ni proclamar la autonomia de la raz6n h~mana (como hicieron los lideres de la Ilustraci6n! er~g~os .asi en }ue~es de los datos proporcionados por la revelaclOn dlvma, smo m~s bIen ubicarnos humildemente frente a ellos para estudlarlos, interpretarlos, sintetizarlos y aplicarlos. S6lo asi podemos glorificar a nuestro Creador. Segundo, el uso responsable de la mente enr~~uece nuestra vida cristiana. No estoy pensando ahora en la educaclOn, la cultura y el arte, que enaltecen la calidad de la vida humana, ni en n~estr~ discipulado en particular, ninglin asp~cto de~ cu~l es poslble SI obnubilamos la mente. «Repasando ml expenenCla como pastor durante unos treinta y cuatro afios -€scribi6 Martyn Lloyd-Jonespuedo dar testimonio, sin el menor titubeo, de que la gent~ q~e con mayor frecuencia se ha visto perturbada en .su. expenenCla espiritual es aquella a la que Ie ha faltado entendlmlento. No. es posible separar estas cosa~. A~d~reis m~~ en la es~er~ de la vIda practica y en la de la expenencIa SI no tenelS entendlmlento verdadero.»8 Quisiera ilustrar esto en relaci6n con la fe. Es sorprer;dente comprobar cuantas personas suponen que la fe y la razon son incompatibles. Pero 10 cierto es que estas jamas aparecen enfrentadas en la Escritura. Se contrastan la fe y la vista,9 pero no la fe y la raz6n. Es que segun la Escritura la fe no es cre~ulidad,. ni superstici6n, ni «una creencia i16gica ~n la ocur:encIa de 10 1~­ probable»,l0 sino una reposa~a y,medltada ~onfianza en el D~os que es conocido por su confiablhdad. Consldere el lector IsaIaS 26.3-4: 'f

y

Ttl guardanis en comp1eta paz a aque1 cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jeho~a perpetuamente, porque en Jehova e1 Senor esta 1a forta1eza de los slglos.

En estos versiculos el concepto de confiar en Dios y el.d~ a:plicar 1a mente a su persona en forma perseverante son smon~os; 10 razonable de confiar en e1 radica en el hecho de que el es 11 1


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una fortaleza inamovible, y la recompensa que corresponde a la fe es la paz. S610 al reflexionar sobre el cankter inmutable de Dios crece nuestra fe. Cuanto mas percibamos su firmeza y constancia, tanto mas firme y constante se vuelve nuestra propia fe. o tomemos la necesidad de la gUla divina. Son muchas las personas que consideran esto como una altemativa que puede remplazar al pensamiento humane, incluso como un recurso conveniente para ahorrarse el trabajo de pensar. Esperan que Dios proyecte sobre su pantalla interior respuestas a sus interrogantes y soluciones para sus problemas, de modo que puedan evitarse la tarea mental. Desde luego, Dios esta en libertad de hacerlo; es probable que en algunas ocasiones 10 haga. Pero la Escritura nos indica que debemos insistir en que el modo normal en que Dios nos gUla es racional, no irracional; 0 sea, mediante los procedimientos mentales que el ha creado en nosotros. El Salmo 32 aclara esta cuesti6n. El verskulo 8 contiene una maravillosa promesa triple en cuanto a la gUla divina. En dicho verskulo Dios dice: «Te hare entender, y te ensefLare el camino en que debes andar; sobre ti fijare mis ojos» (<<te aconsejare con mis ojos puestos en ti», BA). Pero, lcomo ha de cumplir Dios su promesa? El verskulo 9 continua: «No seais como el caballo, 0 como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti.» Si juntamos la promesa y la prohibici6n, 10 que nos esta diciendo Dios es esto: «Prometo guiaros y mostraros el camino. Pero no espereis que os gUle como se gUla a los caballos y los mulos (a saber, mediante la fuerza, no mediante la inteligencia), por la simple raz6n de que vosotros no sois ni caballos ni mulos. A ellos les falta el 'entendimiento', pero a vosotros no. Mas aUn, yo mismo os he dado el precioso don del entendimiento. jUsadlo! Entonces os guiare por media de vuestra mente.» Tercero, el usa responsable de la mente fortalece nuestro testimonio evangelizador. Buena parte de la evangelizaci6n modema constituye un asalto a las emociones y la voluntad, sin ningUn reconocimiento similar del valor de la mente. Pero eillamado evangelizador que hacemos jamas deberia pedirle a la gente que anule 0 suspenda sus facultades mentales. Por cierto que el evangelio nos exige que adoptemos una actit.ud mental humilde, pero tambien que abramos la mente a la verdad divina. 112

El que este sea el modo de obrar de Dios resulta ,claro si analizamos la practica de los ap6stoles. Vimos en el capItulo 3, q~e en Corinto Pablo renunci6 a la sabiduria del mundo y a la retonca de los griegos,11 pero que no renunci6 al contenido doc~rinal e.n su predicaci6n, ni al despliegue de argumentos. En Cormto mlsmo Lucas dice que Pablo «discutla» con la .~ente y trat.aba d~ «pe.r~ suadirlos» 12 mientras que en Efeso ofreclO conferenClas y dlSCUtIO , - 13 diariamente en una sala secular de conferencias d urante d os anos. Desde luego que su confianza estaba pu;~ta en el EspIritu Santo. Pero, siendo el EspIritu de verdad, el Esplr~tu Santo lleva a la gente a depositar fe en Cristo como consecuen~ta de las pruebas ~ no a pesar de ellas. Existe una urgente ne~e~ldad en nuestros .dla~ ,d~ incluir la apologetica en nuestras actIvldades de evangehzaclOn, es decir debemos defender el evangelio ademas de proclamarlo. Es pre~iso que en toda nuestra actividad de evangelizaci6n declaremos como 10 hizo Pablo ante Festo: «Hablo palabras de verdad y c;rdura.»14 Por otra parte, con segur~dad que L?~os llama a algunos hombres y mujeres de nuestra propta generaclOn, como 10 ha hecho en el pasado, a dedicar el intelec~o que.~lles ha dado a la tarea de llevar a cabo «la defensa y confirmaclOn del evangeliO».15 ASI pues, es necesario que nos ~.rrepintam.os del culto a la insensatez y de todo residuo de anhmtelectuahsmo 0 de perez~ intelectual, de los que seamos culpables. Estas cosas s.on negatIvas, entorpecedoras y destructivas. Son un in~~lto a DlOS, y a l~s cristianos nos empobrecen, a la vez que deblhtan nuestro testimonio. El usa responsable de la mente, por otra part~, glo~ifica a Dios, nos enriquece a nosotros y fortalece nuestro testimOnIO en el mundo. Con todo, pareceria necesario mencionar dos limita~iones, I?or cuanto existen dos «ismos» que, si no estamos en guardIa, podnan darse como consecuencia de este enfasis en la mente; a saber, ~l elitismo y el intelectualismo. El eli~ismo e~ e~te contexto tender!a a limitar la actividad del pensamlento cnstIano a ~na 'peque~a minoria constituida por personas con estudios universltanos. D~na la impresi6n de que solamente un grupo selecto, tal vez exclus1~0, de intelectuales es capaz de usar la mente. Sin embar~?, es pr~C1so que nos opongamos firmemente a esta grotesca noc~?n. Es ~le~to que los cristianos han sido los pioneros de la e.~ucaCl~n y qu~elen que todo el mundo adquiera la mejor educaClOn poslble a fm de 113


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desarrollar su maximo potencial. Pero la educacion formal no es indispensable para el desarrollo del pensamiento cristiano. Porque todos los seres humanos han sido creados con racionalidad a la . ' ll~agen de ~.io~, y son capaces de aprender a pensar. Hace algunos anos me dmwa a un grupo de ch§rigos en Liverpool y dije algo sobl:e la ne~esldad de ~sar la mente que Dios nos ha dado. Apenas h~bl~ t~rmmado, algmen se levanto y objeto el que yo limitara el cnstIamsmo a los intelectuales y excluyera a las clases trabajadoras, entre las que esa persona ejercfa su ministerio. No fue necesario que yo Ie respondiera, porque de inmediato varios obreros de los barrios pobres se pusieron de pie, rojos de ira. «Usted esta insultando a la clase obrera,» Ie dijeron al que habia hablado primero. «Puede ser que no hayan tenido tanta educacion como usted, pero son tan inteligentes como usted e igualmente capaces de p~nsar.» Nuestra tarea, por 10 tanto, es alentar a todo el pueblo de DIOS a pensar, y no crear una elite intelectual. El segundo peligro es el intelectualismo, la tendencia a alentar un cristianismo que es excesivamente cerebral e insuficientemente visceral. Es decir, es todo cerebro, sin agallas. Pero a fin de instal' a la g~nt~ a usaI' la mente, n,0 es n~cesario instarla a suprimir los sentImlentos. Con frecuenCla les dlgO a nuestros estudiantes en el In.sti.tut~ for Contemporary Christianity (Instituto para el CnS~lanISmO contemporaneo), en Londres, que no estamos dedlca~os ala. tarea de «criar renacuajos». Un renacuajo es un pequeno organIsmo con cabeza enorme y casi nada mas. POl' cierto que circulan algunos renacuajos cristianos. Tienen la cabeza hinchada de salida teologla, pero eso es todo 10 que tienen. Nada de eso: a nosotros nos interesa ayudar a la gente a desarrollar no solo una mente cristiana, sino tambien un corazon cristiano un , . .., ' espmt~ crIstiano, una conClencia cristiana y una voluntad cristiana; en realIdad de verdad, a convertirse en personas cristianas totales profundamente integradas bajo el senorlo de Cristo. Esto ha d~ incluir las emociones. .Ellibr~ de Chaim Potok, The Chosen,16 y la pelicula basada en el mlsmo, llustran esto adecuadamente. Potok relata el caso de dos jovenes judlos que se criaron en Brooklyn, Nueva York, durante y despues de la Seg~nda Guerra Mundial. El padre de Danny Saunders era un estncto rabino hasldico, mientras que el p~~l~e ~e ~ue~an Malter era un escritor que militaba en la tracl!clOn JudIa lIberal. En el curso de la amistad de los dos 114

muchachos, estas dos tradiciones entraron en conflicto. A 10 largo de la mayor parte del libro el rabino Saunders nos sorprende porque, si bien es una persona muy humana, jamas Ie habla a Danny salvo cuando esta ensenandole sobre la base del Talmud. En cambio, mantiene entre ellos un «extraflo silencio».J7 El misterio solo encuentra explicacion hacia el final dellibro. El rabino Saunders dice que Dios 10 ha bendecido con un hijo brillante, «un muchacho con una mente que es como una joya». Cuando Danny apenas contaba cuatro anos, su padre 10 encontroleyendo un libro y se asusto porque su hijo «devoro» ellibro. En el relata se describian los sufrimientos de un judio pobre, no obstante 10 cual Danny habia disfrutado la lectura. «No habia alma en mi Daniel de cuatro anos, solo habla mente. Era una mente en un cuerpo sin alma.»18 De manera que el rabino exclamo ante Dios: «LQue me has hecho? LUna mente como esta necesito para un hijo? Un corazon necesito para un hijo, un alma necesito para un hijo, compasion ... justicia, misericordia, fortaleza para sufrir y aguantar el dolor. jEso es 10 que quiero de mi hijo, no una mente sin un alma!»19 De modo que el rabino Saunders siguio una antigua tradicion hasidica y crio a su hijo en el silencio, porque entonces «en el silencio entre nosotros [el hijo] comenzo a oil' que el mundo 1I0raba».20 En la escena final de la reconciliacion entre padre e hijo, el rabino dice que Danny tuvo que aprender «a traves de la sabiduria y el dolor del silencio que una mente sin un corazon no es nada».

Las emociones Es probable que mis lectores no sospechen que soy una persona emocional. Porque soy uno de esos peces frios que se denominan ingleses, descendiente de recios escandinavos y rudos anglosajones, sin chispa alguna del fuego celta 0 latina en la sangre. Con esa ascendencia, se supone que debe ser timido, reservado e incluso callado. Ademas, me eduque en un colegio privado ingIes basado en la filosofla de «no flaquear ante la adversidad». Es decir, no habla que ceder a las emociones; antes bien, la tradicion exigla mantenerse imperturbable. Me ensenaron las varoniles virtudes del valor, la fortaleza y la autodisciplina, y se me advirtio que, si alguna vez lIegaba a sentir alguna emocion, no debla evidenciarlo baj0 ninglin concepto. j Las lagrimas eran estrictamente para las mujeres y los nmos, no para los hombres! 115


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Pero luego se me presentola persona de Jesucristo. Aprendi con gran sorpresa para mi que Dios, cuya «impasibilidad» significaba, en mi concepto, que era incapaz de sentir emociones, habla (si bien en h~rminos humanos) de su candente ira y su vulnerable amor. 21 Descubrf tambien que Jesus de Nazaret, el ser humano perfecto, no era ningun asceta privado de emociones y poco comunicativo. Todo 10 contrario, lei que se habia dirigido a los hipocritas con enojo, que vio a un rico y joven dirigente y 10 amo, que podia regocijarse en su espiritu y derramar gotas de sangre como producto de su agonia espiritual, que se sentfa constantemente movido por la compasion, y que, incluso, llego a derramar lagrimas de dolor en publico en dos oportunidades. De todo esto resulta claro que no debemos suprimir las emociones, por cuanto cumplen una funcion esencial en nuestro caracter como seres humanos y, por 10 tanto, en nuestro discipulado cristiano. Primero, hay lugar para las emociones en la experiencia espiritual. El Espiritu Santo es el Espiritu de verdad, como hemos visto. Pero su ministerio no se limita a iluminar la mente y a ensenamos acerca de Cristo. Tambien derrama en nuestro corazon el amor de Dios. 22 De modo similar, da testimonio juntamente con nuestro espiritu de que somos hijos de Dios, porque nos ensena a decir «jAbba, Padre!»23 y a exclamar con gratitud «mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos lIamados hijos de Dios.»24 Ademas, aun cuando todavia no hemos visto a Cristo, ya Ie amamos y confiamos en el, y por ella nos alegramos «con gozo inefable y glorioso».25 Existen, por supuesto, muchas variedades de experiencia espiritual, y no debemos tratar de estereotiparlas, insistiendo en que todos han de tener exactamente la misma experiencia. No obstante, todos los cristianos, por 10 menos de tanto en tanto, tienen sentimientos de profundo dolor como tambien de profunda gozo. Por otra parte, «gemimos dentro de nosotros mismos», en solidaridad con la creacion caida, agobiados por nuestra propia naturaleza caida y anhelando la redencion definitiva. 26 Por otro lado, nos regocijamos en el Senor, henchidos de gratitud por el gran amor con que nos ha amado. En segundo lugar, hay cabida para las emociones en el culto publico. Se nos dice en Hebreos 12.22-24 que cuando nos reunimos para la adoracion, no nos limitamos a «ir a la iglesia», es decir,

concurrir a un edificio. Porque ya nos hemos «acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo». Nos hemos acercado «a la comparua de muchos millares de angeles, a la congregacion de los primogenitos que estan inscritos en los ~i.elos». Nos ~emos acercado «a Dios el Juez de todos, a los espmtus de los Justos hechos perfectos, a Jesus el Mediador del nuevo pac~o,.y a la sangre r~ciada que habla mejor que la de Abel». El reconoc.l~mento de ,esta dl~en­ sion cosmica transforma el culto de adoraclOn. En algun dommgo en particular quiza solo un puftado del pueblo de Di~s se haya reunido, y, para colmo, tal vez un grupo muy heterogeneo. Pero luego recordamos, como 10 expresaba el Libro de Oracion de ~ 928, que nos hemos reunido «en la presencia d:l.Todopoderoso. ?lOS y de toda la compania celestial». Y en el serVlCIO de la comunlOn nos juntamos expresamente «con los angeles arcangeles, y co~ toda la comparua del cielo», para alabar el glonoso no~bre de Dl.0S. Es decir, somos transportados mas alIa de nosotros mlsmos, hacm una realidad invisible y eterna. Nos sentimos profunda mente conmovidos por las glorias sobre la~ cuales hablamos y c.~ntamos, y nos inclinamos ante Dios en huml1de y gozosa adora~lOn:, Tercero, hay lugar para las emociones en la predlcaclOn del evangelio. El apostol Pablo se valio de su caI:'acidad n:ental, co.mo hemos visto. Creia en la verdad de su mensaJe. Se tomo el trabaJo y el tiempo necesario para defenderlo, explicarlo, discutirlo y proclamarlo en su plenitud. Pero el mod? en,q~e desenvolvia a~te la gente todo el plan de Dios nunca fue fno 0 ando. Por el contran~, escribio que Dios «nos encargo a nosotros la palabra ~e la reconCl: liacion. Asi que, somos embajadores en nombre de Cnsto, como SI Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos. en ~ombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.»27 Pablo no se sahsfaCla con una simple declaracion del contenido del evangelio; se dedic~b~, a rogarle al pueblo que respondiera al mismo. A la exposlclOn sistematica agregaba un urgente llama do personal. Y ,co~ frecuencia, agregaba, su proclamacion iba acompanada de lagnmas. 28 Algunos predicadores son impecab~es~anto en doctrin~co.mo en diccion, pero jamas serian capaces de mclinarse sobre el pul~l~o con lagrimas en los ojos para implorar a la gente que se reconcilie co~ Dios. Otros procuran excitarse hasta lIegar a un e.s~~do de frenesl, para luego suplicarle a la gente que haga ~a deCiSIon, pero nu~ca ofrecen una declaracion coherente y convmcente del evangeho.

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zPor que hemos de irnos a los extremos? Lo que hace autentico a un predicador es la combinaci6n de la verdad y las lagrimas, de la mente y las emociones, de la raz6n y la pasi6n, de la exposici6n y el Hamado. Porque «zQue es la predicaci6n?» pregunt6 el doctor Lloyd-Jones, y se adelant6 a responder su propia pregunta: «jEs la l6gica encendida! iEs la raz6n expresada elocuentemente! zSon contradicciones estas? Desde luego que no. La raz6n concerniente a esta Verdad ha de ser poderosamente elocuente ... La predicaci6n es esa teologia que nos Hega por medio de un hombre encendido.»29 Cuarto, hay lugar para las emociones en el ministerio social y pastoral. En esto, como en todas las cosas, Jesus mismo es nuestro modelo perfecto. Observemoslo al lado de la tumba de Lazaro, frente a frente con la realidad de la muerte. Segun la Escritura, la muerte es un extrano elemento foraneo que se ha introducido en el mundo de Dios, que no forma parte de su prop6sito original ni de su prop6sito ultimo. La Biblia dice que la muerte es un «enemigo», de hecho, «el postrer enemigo que sera destruido».30 zC6mo, entonces, habra de reaccionar Jesus cuando sea enfrentado por este archienemigo de Dios y de la raza humana? Sorprendentemente, reaccion6 con dos emociones violentas. Primero, se sinti6 movido a ira 0 indignaci6n. En Juan 11.33 y 38 se nos dice que «se estremeci6» (RVR), «se turb6» (BAmg), se sinti6 «profundamente triste y conmovido» (VP), «se reprimi6 con una sacudida» (NBE), 0 «lanz6 un suspiro profundo» (CI). El verbo griego enebrimesato (versiculo 33) significa que «resopI6» 0 «buf6»; es un termino que se usa literalmente en el caso de los caballos, y, metaf6ricamente, para expresar indignaci6n. 31 C. K. Barrett en su comentario sobre Juan 11 escribe: «No cabe la menor duda de que embrimasthai supone enojo.» B. B. Warfield fue mas lejos: «Lo que nos dice Juan ... es que Jesus se aproxim6 al sepulcro de Lazaro no en un estado de incontrolable dolor sino de irreductible ira.» zPor que? Porque vio «10 malo de la muerte, su caracter antinatural, su 'violenta tirania', como 10 expresa Calvino.» Jesus «arde de ira contra el opresor de los hombres ... Lo sobrecoge la furia; todo su ser se resiente y se perturba ... La muerte es objeto de su ira, y mas alIa de la muerte aquel que tiene el poder de la muerte, y al que el ha venido a este mundo con el fin de destruir.»32 Luego se nos cuenta de una segunda respuesta emocional de Jesus, a saber, el dolor y la compasi6n. En siete ocasiones en los

Evangelios Jesus fue «movido a. miseric.ord.ia», por ejemRlo para con los hambrientos y las multItudes sm hderazgo, la vlUda de Nain los que suman de lepra y un pordiosero ciego. Y en Juan 11 leem~s que «Jesus 1l0r6» (versiculo 35); ya no lagrimas de ira ante la realidad de la muerte, sino lagrimas de simpatia para con las acongojadas hermanas. zAcaso no resulta hermoso ver a Jesus, cuando esta frente a la muerte y el dolor, tan profundamente conmovido? Sentia indignaci6n frente a la muerte y compasi6n para con sus victimas. Primero «resop16» (vers1culo 33) y luego «1l0r6» (versiculo 35). Hablando personalmente, siento un gran anhelo de ver mas indignaci6n cristiana para con el mal que impera en el mundo, y mas compasi6n cristiana para con sus victimas. Pensemos en la injusticia social y la tirania politica, en la in~ensible muerte de f.:tos humanos en la matriz, como si no fuesen mas que pedazos de teJ1do, o en la dnica perversidad de los traficantes de drogas y de pornograffa que hacen su fortuna sobre la base de la debilidad de los demas y al costo de su ruina. Si tenemos en cuenta que estos y otros males son aborrecibles para Dios, zno deberia su pueblo reaccionar contra ellos con ira? ZY que diremos de las victimas de la maldad del hombre: los pobres, los hambrientos, y los que no tienen hogar; los chicos de la calle, abandonados por sus padres; los nmos que atin no han nacido y que corren p:ligro en el se.no ~e una sociedad egoista; los prisioneros por motIvos de conClenCla que son torturados, y los alienados y perdidos que ~amas ~an. oido el mensaje del evangelio? zD6nde esta nuestro sentIdo de mdlgnaci6n? zD6nde esta la compasi6n de Jesus, que se ha de expresar en acci6n practica para con los que sufren? . . No se en que medida Bob Geldof profesa ser cnstIano, pero su conciencia y su empuje social son suficientes para avergonzar a muchos que nos llamamos cristianos.zQue fue 10 que .ocurri?, por 10 tanto, que transform6 al «zarrapastroso cantor pop ulandes» en el «santo Bob», el idolatrado heroe que alert6 al mundo en cu~to al holocausto por hambre en Africa? Mientras seguia el informatIvo televisado sobre el hambre en Etiopia hacia fines de 1984, experiment6lo que podriamos llamar una «co.n~;rsi6n secular». Las personas que vio en su pantalla de teleVISIon estaban «t~ encogidas por la inanici6n que paredan seres de otro pl~eta». «Me senti asqueado, enfurecido y encolerizado -ha.. dlCho34 pero mas que todo eso, senti una profunda verguenza.»

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De esta experiencia nacieron los programas «Band Aid», «Live Aid» y otras iniciativas, que reunieron muchos millones de libras esterlinas. zQue fue 10 que 10 motivo? Fue una combinacion de «lastima y hartazgo».35

La mente y las emociones Hasta aqui hemos considerado el intelecto y las emociones separadamente, y hemos visto que ambos ocupan un lugar indispensable en el discipulado cristiano. No debemos ser ni cristianos tan emocionales que nunca pensemos, ni cristianos tan intelectuales que nunca tengamos sentimientos. No debe ser asi; Dios nos ha hecho como seres humanos, y los seres humanos son por creacion tanto racionales como emocionales. Pero, zcomo se han de relacionar entre si la mente y las emociones? Hay dos relaciones particulares en las que la Escritura pone el acento y en las que la mente ejerce el papel principal. Al mismo tiempo son complementarias, en que la primera es restrictiva y la segunda positiva. Primera y restrictivamente, la mente controla las emociones, 0 asi deberia ocurrir. Siempre ha habido quienes insisten en la expresion irrestricta de las emociones humanas. A Baco, por ejemplo, a quien los griegos identificaban con Dionisio, se Ie rendia culto en orgias con vino, baile y sexo. En nuestros dias el freudianismo popular, que no ha entendido totalmente 10 que Freud quiso decir por «represion», ha ensenado el peligro de reprimir las emociones. Y algunas formas de existencialismo han agregado impetu a estas ideas al instamos a descubrir nuestra autenticidad mediante el recurso de ser y expresamos a nosotros mismos. Pero de ninguna manera podemos los cristianos seguir estas ensenanzas y dar rienda suelta a nuestras emociones. Porque toda nuestra persona ha sido manchada y torcida por el pecado heredado, y esto incluye las emociones. Las emociones son ambiguas porque nosotros somos ambiguos. Algunas son buenas, pero otras malas, y tenemos que aprender a discriminar entre elias. Tomemos la ira. La admonicion «airaos, pero no pequeis»36 reconoce que hay dos clases de ira. Esta la ira justa, como la que Dios mismo experimenta hacia el mal, y esta la ira injusta (contaminada por el orguUo, la envidia, la malicia, el despecho y la venganza), que es una de «las obras de la came» (0 «de nuestra

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naturaleza pecadora», CL).37 Consiguientemente, cuando se despiertan dentro de nosotros sentimientos de ira, seria muy desacertado ceder a elios en forma acritica. En cambio deberiamos dirigimos a nosotros mismos en estos terminos: «jUn momento! zQue es esta ira que comienza a arder dentro de mi? zSe trata de ira justa 0 injusta? zSe trata de ira dirigida contra la maldad, 0 simplemente de mi vanidad ultrajada?» o tomemos el amor. zQue deberiamos decirle a un hombre casado que confiesa que se ha enamorado de otra muje.r, que no puede evitarlo, que se trata de «algo real» y qu~ hene que divorciarse de su esposa? Creo que tendriamos que deCIrle: «jEspere un momento! Usted no es una victima impotente ante sus emociones. Usted ha aceptado un compromiso de por vida con su esposa. Usted tendria que sacarse a esta otra mujer de la mente y puede hacerlo si quiere.» En estos dos ejemplos, uno de ira y otro de amor, hay una admision de que ambas emociones pueden estar manchad~s por el egocentrismo, y que nunca deberiamos ceder.ante elias.sm primeramente hacernos una serie de preguntas mdagatonas. En ambos casos, la mente tiene como fin actuar como censor de las emociones. Segundo y positivamente, la mente estimula las emociones. Cuando reflexionamos sobre la verdad el corazon se enciende y comienza a arder. Piense ellector en los disdpulos en el camino a Emaus en el dia de la pascua. El Senor resucitado se les unio en el camino y les explico, con el apoyo de la Escritura, que el Mesias tenia que sufrir antes de ingresar en la gloria. Mas tarde, despues que los hubo dejado, se dijeron el uno al otro: «ZN~ ardia nuestro corazo,n en nosotros, mientras nos hablaba en el cammo, y cuando nos abna las Escrituras?»38 Este ardor intemo en el corazon es una profunda experiencia emocional, pero 10 que 10 causo fue la ensenanza biblica de Jesus. Nada hay que haga arder el corazon como las nuevas perspectivas de la verdad. Como 10 expreso F. W. F~?er, «1a te~logfa profunda es el mejor combustible para la devoclOn; s~ enClende con facilidad, y una vez que se ha encendldo arde prolongadamente. »39 Consideremos, tambien,la conocida declaracion de Pabl~ de que «el amor de Cristo nos constrme».40 Literalmente, «nos enClerra» 0 «no nos deja ninguna eleccion» (NEB), de manera que nos ven:~s obligados a vivir la vida para el. Pero, zde que manera nos constnne

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o apremia el amor de Cristo? lSera que nos sentimos arrollados emocionalmente al pie de la cruz? jSi y no! Si, en el sentido de que no podemos contemplar la cruz sin sentimos conmovidos por ella. Pero no, si suponemos que la mente no representa ninglin papel en el proceso. Porque 10 que Pablo escribe es que «el amor de Cristo nos constrme, pensando esto...». A traves de ciertas convicciones el amor de Cristo ajusta sus brazos alrededor de nosotros. En pocas palabras, porque hemos recibido la vida que tenemos d~l ~risto crucificado y resucitado comprendemos que tenemos que Vlvrr para el. Cuando reflexionamos sobre esta logica, los fuegos del amor dentro de nosotros se convierten en llamas. Podemos mencionar un ejemplo mas. En el area de la responsabilidad social es esencial que pensemos claramente, como tambien que sintamos profundamente. Un analisis frio de la injusticia es necesario, siempre que conduzca a una ira encendida y a la accion. Es importante, por 10 tanto, mantener la mente y las emociones juntas, permitiendo que la mente controle y a la vez estimule las emociones. Creo que fue el obispo Handley Moule quien ofrecio el siguiente consejo a fines del siglo pasado: «Tened cuidado tanto de una teologia sin devocion (es decir, la mente sin el corazon) como de una devocion sin teologia (es decir, el corazon sin la mente).»

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CAPITULO OCHO

Guia, vocaci6n y ministerio

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i Dios tiene un proposito para la vida de su pueblo, y si es posible descubrir su proposito, entonces nada deberia ser mas importante que discernir y cumplir dicho proposito. :or cierto que el apostol Pablo indica que esta era su expectahva. «Somos hechura suya -afirmo- creados en Cristo Jesus para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviesemos en ellas.»1 Por 10 tanto, si hay buenas obras que Dios ha planeado y concebido para nosotros, presumiblen:ente desde antes que nacieramos, por cierto que debemos aven~uar cua!es son. Con razon Pablo escribio mas adelante en la mlsma carta: «No seais insensatos, sino entendidos de cua! sea la voluntad del Senor.»2 En la carta a los Colosenses, compafiera de la anterior, Pablo tambien oro para que fuesen «llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduria e inteligencia espiritual»,3 y menciono la forma en que Epafras estaba siempre «rogando encarecidamente ... en sus oraciones» por ellos, a fin de que estuviesen «firmes, perfectos y completos en todo 10 que Dios quiere».4 Cada vez que hablamos sobre la necesidad de descubrir la voluntad de Dios para nuestra vida, es practicamente seguro que en el curso de la conversacion surgiran tres palabras: «guia», «vocacion», y «ministerio». Cada una de ellas tiene ~u pro?i~ significado distintivo. El termino «guia» supone que DlOS esta dlspuesto a dirigirnos, «vocacion» da la idea de que el nos ll~n:a, y «ministerio», que el quiere que dediquemos la vida al serVlClO. Al mismo tiempo, 10 que es comun a los tres conceptos es q~e en cada caso la iniciativa parte de Dios, y que cada uno de ellos hene tanto un aspecto general (que se aplica en igual medida a todos) y u~ aspecto particular (que es diferente para cada cual). Esto resultara mas claro a medida que avancemos.

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La guia A veces decimos con un suspiro: «Si solo tuviese ocho vidas ...». Hay un mito segtin el cuallos gatos tienen siete vidas, pero nosotros los seres humanos solamente tenemos una y no podemos duplicarnos ni hacer replicas de nosotros mismos. De alIi la urgencia de descubrir la voluntad de Dios para la sola y tinica vida que nos ha dado. Pero antes de que estemos en condiciones de descubrir la voluntad de Dios, resulta esencial trazar una distincion entre su voluntad «general» y su voluntad «particular». A la primera se la llama asi porque se trata de su voluntad para la generalidad de su pueblo; es la misma para todos en todas partes y en todos los tiempos. A la voluntad particular de Dios se la llama asi, en cambio, porque se trata de su voluntad para determinadas personas, en lugares y en momentos determinados. Su voluntad general es que seamos «hechos conformes a la imagen de su HijO».5 La semejanza a Cristo es la voluntad de Dios para todos los suyos; no varia de un disdpulo a otro. Su voluntad particular, por otra parte, se refiere a cuestiones tales como la eleccion de las actividades espedficas para toda la vida, a la eleccion de la pareja para toda la vida, y a como deberiamos gastar las energias y el dinero, como tambien al disfrute de las vacaciones. Estas cosas han de ser diferentes para cada cua!. Solo si hemos hecho esta distincion esencial entre 10 «general» y 10 «particular» estamos en condiciones de repetir la pregunta anterior sobre la manera de descubrir la voluntad de Dios. Su voluntad general nos ha sido revelada en la Escritura. No es que la Escritura contenga ingeniosas soluciones para los complejos problemas ~ticos del siglo XX, sino que contiene principios que se pueden aphcar a ellos. Hablando en general, es correcto decir que la voluntad de Dios para el pueblo de Dios se encuentra en la Palabra de Dios. La voluntad particular de Dios no se ha de encontrar en la Escritura, sin embargo. No niego que ocasionalmente Dios parece haber guiado a ciertos individuos por medio de vers1culos espedficos arrancados de su contexto. Pero debe agregar que 10 ha hecho solo por condescendencia, debido a nuestra debilidad. Porque la Escritura no constituye una antologia de textos inconexos, sino ~na revelacion historica acumulativa. No tenemos ninguna hbertad para pasar por alto su significado original con el fin de

obligarla a hablarnos. Pero 10 que la Biblia si contiene son principios que resultan pertinentes ante interrogantes determinados. Tomemos como ejemplo el matrimonio. La Escritura ofrece orientacion general y resuelve algunas cuestiones por adelantado. Nos dice que el matrimonio es un buen proposito establecido por Dios para los seres humanos, y que la solteria es la excepcion, no la regIa; que uno de sus propositos principales al instituir el matrimonio es el de la compania mutua, de modo que esta es una cualidad importante a buscar en un futuro conyuge; que el cristiano solo tiene libertad para casarse con alguien que tambien sea cristiano, y que el matrimonio (como que es un compromiso para toda la vida, de canicter amoroso, monogamo y heterosexual) es el linico contexto ordenado por Dios para las relaciones sexuales. Estos principios ordenadores generales estan daramente establecidos en la Biblia. Pero la Biblia no Ie va a decir a nadie si Dios 10 esta llamando a casarse 0 a quedarse soltero 0 soltera, 0 (si se casa) quien deberia ser su conyuge. lComo, entonces, se pretende que hemos de descubrir la voluntad particular de Dios, si no nos 10 adara por medio de la Escritura? Dado que Dios es soberano y libre, no cree que tengamos la libertad de estereotipar la respuesta. Pero yo he encontrado que los cinco terminos siguientes constituyen una guia segura. Primero, ceder. Esta palabra es una conocida senal caminera, mediante la que se instruye al conductor de un vehiculo para que de prioridad a otros vehiculos. De la misma manera, nosotros debemos ceder ante el proposito de Dios, 0 hacer lugar al mismo. La voluntad no rendida aDios es el mas serio de los obstaculos para descubrir la voluntad de Dios. Si Dios no revela su sabiduria a quienes no estan dispuestos a aceptarla, tampoco revela su voluntad a quienes no estan dispuestos a cumplirla. Por cierto que no; en cambio, «guia par su camino a los humildes; jlos instruye en la justicia!»6 Segundo, orar. Una rendicion difusa no basta; tambien hace falta la oracion sostenida y expectante. «Pedid, y se os dara», enseno Jesus; «no teneis 10 que deseais, porque no pedis,» agrego Santiago? Nuestro Padre celestial no cria mal a sus hijos. No nos da a conocer su voluntad a menos que realmente la queramos conocer y expresemos nuestro deseo en oracion. Tercero, hablar. Si bien uno de los puntos fuertes del cristianismo protestante radica en su insistencia en «el derecho allibre examen», no debemos imaginar que esto significa que debamos adoptar todas

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nuestras decisiones solos. Por el contrario, Dios nos ha dado unos a otros en su familia. De modo que tenemos que ser 10 suficientemente humildes como para hablar con otros, incluidos nuestros padres, con el fin de procurar su consejo, por cuanto «la sabiduria esta con los que admiten consejos».8 Que nuestras decisiones sean decisiones grupales, tomadas responsablemente en la rica confratemidad en la que Dios nos ha colocado. Cuarto, pensar. Si bien hemos de ceder, orar y pedir consejo, en ultima instancia nosotros tenemos que tomar la decision final. Como vimos en el capitulo anterior, Dios contrapesa sus promesas de guia con su prohibicion de que nos compOltemos como caballos y mulos que no tienen entendimiento. 9 No debemos suponer que el cumplira su promesa de guiamos ya sea valiendose de una brida (vale decir, por la fuerza) u ofreciendonos corazonadas irracionales, sino mas bien por medio de la mente que nos ha dado, cuando en toda situacion que se nos presente consideramos cuidadosamente los pro y los contra. . Quinto, esperar. Es un error apresuramos 0 manifestar impaciencia con Dios. A Dios Ie llevo unos dos mil anos cumplir su promesa a Abraham en el nacimiento de Cristo. Le llevo ochenta anos preparar a Moises para su obra de toda la vida. Le lleva unos veinticinco anos formar a un ser humane maduro. De modo, entonces, que si tenemos que tomar una decision para una fecha determinada, no tendremos mas remedio que tomarla. Pero de 10 contrario, y si el camino a seguir sigue siendo incierto, es mas prudente esperar. Pienso que Dios nos dice 10 que Ie dijo a Jose (y Maria) cuando los mando a Egipto con el nmo Jesus: «Permanece alla hasta que yo te diga.»10 En mi propia experiencia, se cometen mas errores cuando nos precipitamos a la accion que cuando la postergamos.

«Vocacion» es una de muchas palabras biblicas que con el paso de los anos ha cambiado su significado y se ha vaciado de contenido. En el uso popUlar se refiere a nuestro trabajo 0 a la carrera que seguimos. «LCual es tu vocacion?» es un modo mas bien grandilocuente de preguntarle a alguien a que se dedica; y «formacion vocacional» significa preparacion para alguna ocupaci6n particular. En el usa biblico, sin embargo, el termino

«vocacion» tiene una connotacion mucho mas amplia y noble. El enfasis no esta en 10 humane (10 que hacemos nosotros) sino en 10 divino (10 que Dios nos ha llamado a hacer). Porque «vocacion» es un vocablo latino cuyo equivalente en castellano es «llamamiento», «llamado». En el Nuevo Testamento el verba griego «llamar» aparece unas 150 veces, y en la mayoria de los casos en relacion con el llamamiento de Dios a los seres humanos. En el Antiguo Testamento Dios llama a Moises, a Samuel y a los profetas; en el Nuevo Testamento Jesus llama a los Doce, y mas tarde a Saulo de Tarso. Hoy, si bien no somos profetas ni apostoles, sigue llamandonos a su servicio. Es un hecho maravilloso el que Dios se preocupe por nosotros a tal punto que nos llama personal e individualmente. En consecuencia, Dios es «aquel que os llama»;l1 y nosotros somos los «que conforme a su proposito [somos] llamados».12 La pregunta que se nos plantea es esta: LAque, segun la Escritura, nos llama Dios? LCual es nuestra vocaci6n divina? Como respuesta a esta pregunta acerca de la «vocacion», tenemos que hacer una distincion similar a la que hicimos en relacion con la «guia», a saber, entre nuestro llamamiento «general» y nuestros «llamamientos» particulares. Eillamamiento general es el de todo el pueblo de Dios, y, por consiguiente, igual para todos. Eillamamiento particular es el de cada uno, y por 10 tanto es diferente. Todos participamos deillamamiento general de Dios; cada cual ha recibido un llamamiento particular y diferente de parte de Dios. Eillamamiento general de Dios no es tanto a hacer algo (una tarea) como a ser algo (una persona). Si bien es cierto que nos llama a cumplir tareas diferentes, como hemos de ver en seguida, primeramente nos llama a algo alin mas significativo, 0 sea, a ser discipulos de Jesucristo, a vivir una vida nueva en su nueva sociedad en el mundo. De modo que si alguien nos pregunta: «LCual es su llamado?», la primera respuesta correcta deberia ser: «Soy llamado a ser de Jesucristo.»13 De hecho, somos llamados a hacer nuestras y disfrutar todas las bendiciones que Dios ha reunido en la persona de Jesucristo: «Sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendicion».14 LCual es, entonces, esta bendicion? Tiene m uchas facetas. Primero, somos llamados a la comuni6n con ]esucristo. Esto es basico. Su invitacion sigue siendo «Venid ami» y «Seguidme». Porque «fuisteis llamados [por Dios] a la comunion con su Hijo

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Jesucristo nuestro Seftor».15 Como Cristo llamo a los Doce para que estuviesen «con el»,16 asi tambien nos llama a nosotros a conocerle ya disfrutar de su comunion. La vida etema consiste en conocer a Dios y a su Cristop y nada hay que pueda ocupar ellugar de esta relacion fundamental con el. Segundo, somos llamados a libertad. «Vosotros, hermanos -escribio Pablo a los galatas --a libertad fuistei~ llamados.»18 La c1ase. ~e libertad a la que aludia el ap6stol aqui es libe~~d de la c~ndenaClon de la ley por medio del perdon y la aceptaclOn que DlOS obra en nosotros en la persona de Cristo. Se trata de libertad de la culpa y de la conciencia de culpabilidad, de libertad de acceder a Dios como sus hijos e hijas adoptivos. No es, sin embargo, libertad para pecar, o libertad para no cumplir responsabilidades sociales. Todo 10 contrario, Pablo sigue diciendo: «Solamente que no useisla libertad como ocasion para la came, sino servios por amor los unos a los otros (literalmente, «sed esc1avos los unos de los otros»).» Es la paradoja que ya hemos visto de que es solo mediante el servicio que nos hacemos libres. Tercero, somos llamados a la paz. «Y la paz de Dios gobieme en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo.»19 La referencia a «un solo cuerpo» nos da la clave sobre 10 que queria decir Pablo. No se refiere aqui a la paz men~~l, ~el corazon 0 de la conciencia, sino a la paz (shalom) de la reconcihaclOn entre nosotros en la comunidad del reino de Cristo. Nuestro llamamiento consiste en pertenecer no solamente a Cristo, sino tambien al pueblo de Cristo. Cuarto, somos llamados a la santidad,2° 0 «llamados a ser santoS».21 Por cuanto Dios es el mismo santo, nos llama a nosotros a ser santos tambien. 22 Lamentablemente, la palabra «santidad» les sugiere a muchos la falsa imagen de esa gente piadosa con asp:cto anemico y mirada vacia, que pareceria haberse borrado de la vIda. Pero la verdadera santidad es un parecerse a Cristo que se vive en medio de la vida real. Quinto, somos llamados a testificar. «Mas vosotros sois ... pueblo adquirido por Dios, para que anuncieis las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable.»23 Pedro esta contrastando 10 que eramos una vez con 10 que ahora somos. Viviamos en las tinieblas, pero ahora vivimos en la luz. No eramos pueblo, pero ahora somos el pueblo de Dios. No habiamos sido objetos de la misericordia, pero ahora S1. La deduccion logica es 128

que de ninglin modo podemos acaparar dichas bendiciones para nosotros solos. Habiendo sido llamados a vivir bajo la luz divina, inevitablemente somos llamados a lograr que esa luz brille. En sexto lugar, somos llamados a sufrir. «Si haciendo 10 bueno sufris, y 10 soportais, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados.»24 Pedro escribia cuando la hostilidad de Neron hacia los cristianos iba en aumento y las tormentosas nubes de la persecucion se amontonaban ominosamente en el horizonte. En cualquier momenta podia desencadenarse la tormenta.lComo debian reaccionar en ese caso los cristianos, si sufrian injustamente? La respuesta de Pedro fue directa. Eran llamados a seguir el ejemplo de Cristo de no devolver mal por mal. A muchas personas les sorprende que el sufrimiento injusto forme parte inevitable deillamamiento del cristiano. Pero Jesus mismo nos alerto al respecto. «Si el mundo os aborrece, sabed que a mi me ha aborrecido antes que a vosotros .... Si a mi me han perseguido, tambien a vosotros os perseguinin.»25 septimo, somos llamados a participar de La gloria. Eillamamiento cristiano es un «llamamiento celestial».26 «Pero despues que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, Dios los hani perfectos, firmes, fuertes y seguros. Es el mismo Dios que en su gran amor nos ha llamado a tener parte en su gloria eterna en union con Jesucristo.»27 El sufrimiento y la gloria aparecen constantemente unidos en el Nuevo Testamento. A traves del sufrimiento Jesus entro en su gloria, y sera igual con nosotros. Si compartimos el sufrimiento de Cristo, tambien compartiremos su gloria. 28 Asi, el llamamiento de Dios no es para esta vida solamente; tambien es para compartir la eternidad con el en el nuevo universo. He aqui, entonces, los siete aspectos deillamamiento general. Dios llama a todos a participar de Cristo, de la libertad, la paz, la santidad, el testimonio, el sufrimiento y la gloria. Mas simplemente, es un llamamiento a pertenecer a Cristo en el tiempo y en la eternidad, a amamos unos a otros en la paz de su nueva comunidad, y a servir, dar testimonio y sufrir en el mundo. Este el significado fundamental de la «vocacion cristiana». Es la misma para todos, y se nos exhorta a vivir una vida que sea digna de ella,29 Si eillamamiento general (que es igual para todos) consiste en ser libres, santos, y semejantes a Cristo, el llamamiento particular (que es diferente para cada uno) se relaciona con los detalles 129


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altamente individuales de nuestra vida. Considere ellector la ensefianza paulina: «Cada uno en el estado [literalmente, el «llamamiento»] en que fue llamado, en el se que?e.»30 Nota~os de inmediato los dos sentidos en los que usa el apostolla nOClOn del «llamamiento». Las palabras «en que fue llamado» se refiere~ a la conversion de la persona cuando oye y obedece el llamaIlliento general de Dios. «El estado» (<<llamam~ento») «en» ~l cual se encontraba, por otra parte, es una referenCla a su llamaIllient~particular en el momento de su conversion. Este estado se consldera como algo a 10 cual Dios nos ha «llamado», y algo que Dios n,os ha «asignado».31 El principio general que establece el apostol, repitiendolo tres veces,32 es que debemos «quedamos» en el. Ofrece tres ejemplos: el estado domestico (casado 0 soltero), el. estado cultural (judio 0 gentil) y el estado social (esc1avos 0 lIbres). Para entender la ensefianza paulina, es necesario que comprendamos el fondo y el contexto. Al parecer los conversos corintios encontraban tan nueva la vida en Cristo (una «nueva criatura»),33 tan emocionante y tan radicalmente diferente de su estado no reg~ne­ rado anterior, que se imaginaban que nada de 10 qu~ hublera pertenecido a la vieja vida podia conservarse; todo tema que ser repudiado. , Tomemos el ejemplo del matrimonio. Aho:a que pert~nec~~n a Cristo parecian preguntarse, Lcomo p~dl~ una o~l~gaclOn contractual anterior a la conversion segmr slendo valIda con posterioridad a la conversion? LNo seria «inmunda» esa relacion ?34 Pablo contesta que «No». LPor que no? Porque la providenda de Dios abarca tanto la vida anterior como la posterior a la conversion. El matrimonio, si bien se llevo a cabo antes de que se hideran cristianos, formaba parte del «llamamiento» en el cual se encontraban cuando Dios los llama. Por 10 tanto, no tenian libertad para repudiarlo. Transformarlo por la grada de Dios, si; pero rechazarlo, no. . Tenemos que ser sumamente cautelosos al aplIcar esta ensefianza. Pablo propone aqui una regIa general, no una regIa. de cankter absoluto. Por ejemplo, el mismo no se habia mantemdo dentro del fariseismo cuando fue llamado a ser apostol de Cristo. De modo semejante, los Doce abandonaron la actividad de la pesca y la de recoger los impuestos cuando fueron llamados al aJ:>0stolado. Y Pablo dice aqui que si el esc1avo puede obtener su lIbertad, deberia hacerlo.35 Nosotros tambien debemos estar preparados para

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la posibilidad de que Dios nos llame a algo diferente. A 10 que Pablo se oponia era a las acciones irreflexivas e imprudentes, al cambio por el solo hecho de cambiar, y especialmente a la nodon de que nada anterior a la conversion, y nada fuera de la religion, tuviese valor alguno para Dios. De la Escritura nos volvemos a la historia y a las ensefianzas de los reformadores y los puritanos en esta area. Los reformadores insistian en que todo cristiano, hombre 0 mujer, tiene un «llamamiento» divino. Reaccionaron contra las ensefianzas del catolicismo medieval de que los obispos, los sacerdotes, los monjes y las monjas tenian un llamamiento superior porque era «religioso». Los reformadores rechazaron esto como «clericalismo», porque separaba a los c1erigos dellaicado, y como «dualismo», porque separaba las actividades «sagradas», como la oracion, de las «seculares», como las de ocuparse de la casa 0 ganarse la vida. Afirmaban que a Dios Ie interesa la totalidad de la vida, y que ser granjero, artesano, magistrado, 0 ama de casa constituia un llamamiento divino tanto como ser «sacerdote» 0 «pastor». Lutero insistia mucho en esto: Aquellos a los que ahora se les llama «espirituales», es decir, los sacerdotes, los obispos, 0 los papas, no son diferentes de otros cristianos ni superiores a ellos, excepto que a ellos se les ha encargado la administradon de la palabra de Dios y los sacramentos, 10 cual es su trabajo y fundon. Pero «los sastres, los zapateros, los albaniles, los carpinteros, los codneros, los mesoneros, los granjeros y todos los artesanos temporales» tambien han sido «consagrados» como los sacerdotes, cada cual para «el trabajo y la ocupadon de su gremio». Mas todavia, todos han de beneficiarse de (y servir a todos los demas con) su propio trabajo 0 fundon, de tal manera que muchas clases de trabajo se realicen para el bienestar corporal y espiritual de la comunidad, asi como todos los miembros del cuerpo se sirven unos a otros (1 Co. 12.14-26).36 Ademas, «el servir a Dios no esta vinculado con una 0 dos actividades, como tampoco esta limitado a uno 0 dos llamamientos, sino que se distribuye a todas las actividades y todos los llamamientos».37 «Pero 10 que quiero hacer es mantener una distinci6n

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entre llamamientos y cargos 0 funciones, de modo que todos pueden ver a que han sido llamados por Dios y cumplir las obligaciones de su cargo con fidelidad y sinceridad en el servicio de Dios.»38 Calvino ensenaba algo similar: Dios manda que cada uno de nosotros en todo cuanto intentare tenga presente su vocacion ... Par temor de que nosotros con nuestra temeridad y locura revolvamos cuanto hay en el mundo, ha ordenado a cada uno 10 que debia hacer. Ypara que ninguno pase temerariamente sus limites, ha llamada a tales maneras de vivir, vocaciones. Cada uno, pues, debe atenerse a su manera de vivir, como si fuera una estancia en la que el Senor 10 ha colocado, para que no ande vagando de un lado para otro sin proposito tada su vida ... De ahi brotara un maravilloso consuela: que no hay obra alguna tan humilde y tan baja, que no resplandezca ante Dios, y sea muy preciosa en su presencia, 39 con tal que con ella sirvamos a nuestra vocacion.

Facil .seria criticar este tipo de ensenanza. Los reformadores y los puntanos eran gente de su propia epoca y cultura, como noso~ros 10 somos d~ la nuestra. Ternan ellos una vision estatica y medlev.al d~ la sOCledad. En su reaccion contra los aspectos revolucIOnanos de algunos aspectos de las ensenanzas anabautistas, tendieron a ser demasiado resistentes al cambio. Algunas veces llegaron muy cerca de las embarazosas lineas del himno «Todas las cosas radiantes y hermosas» (<<All Things Bright and Beautiful»): El rico en su castillo, el pobre a su puerta, Dios los hizo, al elevado y al modesto, y organizo su condicion.

Un siglo despues, y del otro lado del Atlantico, Cotton Mather, el puritano de Harvard, escribio A Christian at his Calling (1701). En el mismo ensenaba que todo cristiano tiene dos llamamientos: «un llamamiento general» (<<servir al Senor Jesucristo...») y «un llamamiento personal» (<<un empleo particular por medio del cual se distingue su utilidad en el vecindario»).41 Mas min, los dos llamamientos deberian perseguirse equilibradamente, porque «el cristiano en sus dos llamamientos es un hombre en un barco remando hacia el cielo ... 5i se ocupa de uno solo de sus llamamientos, sea el que fuere, impulsa el remo de un solo lado del barco, y hara poco progreso hacia la playa del etemo estado de bendicion.»42

jPor cierto que no deberiamos usar las ensenanzas biblicas acerca del «llamamiento» para resistir los cambios sociales! P.ablo en el primer siglo, los reformadores en el XVI y los puntanos en el XVII parecen estar bastante alejados de nosotros hoy. ~ Cua! es, por consiguiente, el principio subyacente, que Pablo ensenaba ! que los reformadores y los puritanos recuperaron, al que n~ce~ltamosaferra~os nosotros en el dia de hoy? Pienso que es el slg':l.1ente. Nuestra vIda toda pertenece aDios y es parte de su lla~~,mlento, tanto a~tes de la conversion como aparte de la relIgIOn. No debemos lmaginar que Dios se intereso en nosotros ~ar primera vez cuando nos convertimos, 0 que ahara se interesa slmplemente en la pequena seccion religiosa de nuestra vida. Cons~deremos nuestra vida antes de la conversion. LCual era el llamaffilento en el que militabamos cuando Dios nos llamo? 5i en el ~omento de la conversion nos ocupabamos de cuidar parientes anClanos, no debemos abandonarlos ahora. 5i eramos estudiantes, no tenemos libertad para abandonar los estudios y dejar de concurrir al colegio 0 a la universidad. 5i habiamos firmado un co~trat~ con,alguien, no tenemos ningtin derecho a dejar de cumplIrlo. 51 teruamos talento musical, artistico, atletico, 0 si eramos inteligentes, cuando Dios nos llamo, no debemos proceder a repudiar estas buenas cosas que un Creador bueno nos dio. Formaban parte de la providencia divina a la cual habiamos sido llamados y que ella nos habia asignado. La soberarna de Dios se extiende y abarca ambas mitades de nuestra vida. Dios no comenzo a obrar

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Los puritanos desarrollaron aun mas este tema. William Perkins, por ejemplo, que tuvo un ministerio muy influyente en Cambridge, escribio A Treatise of the Vocations or Callings ofMen (publicado en 1603). He aqul una muestra de su tesis: La accion del pastor que guarda las ovejas ... es una obra tan buena delante de Dios como 10 es la accion del juez que pronuncia sentencia, o la del magistrado que gobiema, 0 la del ministro que predica. Asi, entonces, vemos que existen buenas razones para buscar la manera en que cada hombre haya de usar correctamente su llamamiento particular.40


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en nosotros y por nosotros en el momento de la conversi6n, s~o cuando nacimos; inc1uso antes de que nacieramos, en la herenCla genetica, como tambien mas tarde en el tempera~ento,la personalidad, la educaci6n y las habilidades. Y 10 que DIOS ~os hlZO y. nos dio antes de que llegasemos a ser cristianos, el ffi1~m~ redl~e, santifica y transforma a partir de alIi. E~ste una cont1r:~ldadvItal entre la vida que vivimos antes y despues de la con~ersIOn: Porque si bien somos una nueva persona en Cristo, segmmos slendo la misma persona que eramos por efecto de la creaci6n: esa persona ala cual Cristo ha hecho nueva. . ., Consideremos ahora la vida que vivimos aparte de la relIgIOn. El Dios al cual muchos de nosotros adoramos es exageradamente religioso. Pareceria que nos ima~~amo~~ue a el s6lo Ie inte:~sa~ los libros los edificios y los servlclos relIgIOsos. Pero no es asl. a el Ie intere;amos nosotros, nuestro hogar, familia y amigos; nuestro trabajo y nuestros entretenimientos; 10 que somos como ci~dad~os y miembros de la comunidad. De manera q,:e la soberama de !:?IOS se extiende a ambas mitades y a ambas seCCIOnes de nuestra VIda. No debemos marginar aDios, 0 tratar de eliminarlo de la secci6n no religiosa de nuestra vida. Debemos recordar que nuestra vocaci6n (es decir, eillamamiento de Dios) inc1uye todas estas cosas. En elIas hemos de servir y glarificar aDios.

Si nos preocupa descub:ir hacia d6nde n~s, esta conduciendo Dios (guia) y a que nos esta llamando (vocacIOn), podemos estar seguros de que esto estara relaci0r:a~o c~n la :nane,ra e~ que mejor podamos servirle (ejercer el mlmsteno). Aun mas, allgual que con las palabras «guia» y «vocaci6n», con l~ p.a~abra «ministerio» es preciso que distingamos entre un slgmfIcado amplio y otro mas restringido, entre una aplicaci6n general y una aplicaci6n particular. .. . Aqui tenemos tres afirmaciones en torno al ffilnIsteno. Primero todos los cristianos sin excepci6n alguna son llamados al ministerio; ~as todavia, a dedicar su vida toda al ministerio. El ministerio no es privilegio de una pequena elite, sin~.el de todos los disdpulos de Jesus. Ellector habr.a ~ota?-o que no ?-IJe que .todos los cristianos son llamados a un ffilnIsteno en partIcular, smo al ministerio, la diakonia, el servicio. Le hacemos el peor servicio a la

causa cristiana cada vez que nos referimos al pastorado como «el ministerio». Porque debido a nuestro uso del articulo definido damos la impresi6n de que el pastorado es el Unico ministerio que existe, asi como los c1erigos medievales consideraban el sacerdocio como la Unica vocaci6n que existe (0 por 10 menos la mas «espiritual»). Yo me arrepent! de esta perspectiva, y por 10 tanto de este lenguaje, hace unos veinticinco anos, y ahara invito a mis lectores, si fuera necesario, a que se unan a mi en actitud de penitencia. En el dia de hoy, toda vez que alguien dice en mi presencia que «Fulano de tal va a ingresar en el ministerio», siempre pregunto inocentemente: «LAh, si? LA cuM ministerio se refiere?» Y cuando mi interlocutor, muy probablemente, responde: «AI ministerio pastoral», presento mi reproche sutil: «jY entonces, Lpor que no 10 dijo?!» El hecho es que el vocablo «ministerio» es un termino generico: Ie falta especificidad mientras no Ie agreguemos un adjetivo. Vuelvo a mi primera proposici6n de que todos los cristianos sin excepci6n son llamados al ministerio. LC6mo es que puedo hacer una aseveraci6n tan dogmatica? A causa de Cristo Jesus. Su senorio sobre nosotros tiene una dimensi6n vocacional, como vimos en el capitulo 5. Puesto que el es «el siervo» por excelencia, que se dio a si mismo sin reservas al servicio de Dios y los seres humanos, seria imposible ser disdpulo suyo sin procurar seguir su ejemplo de servicio. El predic6 el reino, san6 a los enfermos, aliment6 a los hambrientos, se hizo amigo de los desamparados, se puso dellado de los oprimidos, conso16 a los doloridos, busc6 a los perdidos y lav6los pies de sus ap6stoles. Ninguna tarea Ie resultaba demasiado exigente y ninglin ministerio demasiado indigno, como para que el no 10 cumpliera. Vivi6 su vida y muri6 su muerte dedicado a un servicio total y absolutamente desprendido. LNo hemos de imitarlo? El mundo mide la grandeza por el exito; Jesus la mide por el servicio. En segundo lugar, hay una gran variedad de ministerios cristianos. Esto es asi porque el vocablo «ministerio» significa «servicio» y existen muchos modos diferentes en los cuales podemos servir a Dios y a la gente. Hechos 6.1-4 proporciona una base biblica firme para esta convicci6n. Una disputa etnica 0 cultural estaba despedazando a la iglesia de Jerusalen. Los «judios griegos» se quejaban contra los «judios hebreos» de que se estaba discriminando a sus viudas en 10 relativo a la distribuci6n diaria de alimentos. Mas todavia, los ap6stoles se vieron envueltos en

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esta disputa; el problema estaba ocupando buena p~rte de su tiempo y amenazaba con distraerlos de su papel de predlca~oresy maestros para el cual habian sido comisionados ~or J~sus. !?e manera que, sabiamente, citaron a una reuni6n de la 19les~a y dlJeron: «No es justo que nosotros dejemos la pal.a~~a de .olOS: para servir (diakonein) a las mesas.» Entonces se Ie pldlO a la IglesIa que eligiese siete hombres para esa respo~s~bilidad, mientr.a,s que, agregaron los ap6stoles, «nosotros perslstIremos en la oraClon y en el ministerio (diakonia) de la palabra.» Es esencial que notemos que tanto la distribuci6n de al~n.:'-ent?s como la ensenanza de la palabra reciben el nombre de ffilllisteno (diakonia). De hecho, ambas actividades c~n~titu~an ~i~isterio cristiano, podian ser consideradas como ffilllisteno cn,s~ano de tiempo completo y requerian personas llenas del Espmtu para llevarlas a cabo. La Unica diferencia entre elIas era que una era un ministerio pastoral, y la otra social. No era que una de elIas se pudiese considerar un «ministerio» ~ l~ ot~a no; como. tampoco que una fuese espiritual y la otra un ffilllisteno secular~ ill tampoco que una fuera superior y la otra inferior. t~ata~a slmplemente de que Cristo habia llamado a los Doce al ffilllisteno de la palabra, y a los Siete al ministerio de las mesas. . Cuando yo era joven, me crie creyendo que las dlferentes vocaciones 0 ministerios formaban una jerarquia 0 pinlmide. Ubicado en forma precaria en la cuspide de la pifi:lmide estaba el misionero 0 la misionera transculturales. El era nuestro heroe, ella nuestra heroina. Se me ensen6 que si yo estaba realmente decidido a hacer algo por Cristo, indudablemente me uniria ~ sus fil~s ~n ultram~r. Si no 10 estaba en esa medida, me quedana en ffil tierra y sena pastor. Si tampoco aspiraba a tanto, probablem~nte seri~ ~edico 0 maestro, mientras que si optaba por el comerclO, la polItIca, 0 los medios de comunicaci6n, no andaria lejos de ser un ap6stata (!). Ruego al lector que no entienda mal esto., C~nstituye un maravilloso privilegio ser misionero 0 pastor, Sl DlOS nos llama a serlo. Pero es igualmente maravilloso ser abogado, industrial, politico, gerente, trabajador social, e.sc~itor ~e 9uiones para televisi6n, periodista, 0 ama de casa cnstIano, Sl DlOS nos llama a serlo. Seglin Romi;lnos 13.4 el funcionario estatal (sea legislador, magistrado, 0 polida) es tan «ministro de Dios» (diakono~ !he?u) como el pastor. Es la jerarquia 10 que debemos rechazar, la prraffilde 10 que tenemos que demoler.

s:

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Por supuesto que sigue habiendo una urgente necesidad de misioneros de la clase adecuada, hombres y mujeres que se caractericen sobre todo por su humildad; por ejemplo, la humildad necesaria para arrepentirse del imperialismo cultural y para identificarse con otra cultura; la humildad necesaria para trabajar sometidos alliderazgo de la iglesia nacional; la humildad necesaria para ocuparse de las acuciantes necesidades (tanto sociales como espirituales) de la gente, y la humildad necesaria para confiar en el Espiritu Santo como el principal comunicador. 43 La evangelizaci6n mundial se mantiene a la cabeza de la agenda de la iglesia, y la quinta secci6n de este libro esta dedicada a ella. Tambien se necesitan, grandemente, pastores para ensenar la palabra de Dios. Los capitulos 13 y 17 se ocupan de este ministerio. Al mismo tiempo, hay una clamorosa necesidad de hombres y mujeres cristianos que entiendan su actividad cotidiana como su principal ministerio cristiano y que esten resueltos a penetrar en el entomo secular en el cual se desenvuelven para dar a conocer a Cristo. Se necesitan cristianos en el comercio y la industria que especifiquen «el servicio al publico» como la primera meta de su declaraci6n «misionera», que lleven a cabo osados experimentos en el tema de las relaciones laborales, en la participaci6n del obrero, en la participaci6n en las ganancias, como asimismo que acepten la responsabilidad de efectuar una «auditoria social» anual a la par de la auditoria financiera anual. Se necesitan politicos cristianos que identifiquen las principales injusticias en la sociedad, se nieguen a acomodarse a elIas y se propongan lograr cambios legislativos, aunque esto lleve mucho tiempo. Tambien se necesitan economistas cristianos que encuentren la manera de controlar la inflaci6n y de reducir el desempleo, simultaneamente. Se necesitan directores cinematograficos que produzcan no s6lo peliculas obviamente cristianas 0 de evangelizaci6n, sino peliculas sanas que enaltezcan indirectamente los valores personales y familiares, honrando y glorificando de este modo a Cristo. Se necesitan mas medicos cristianos que, en cooperaci6n con los te6logos morales, enfrenten los desafios contemporaneos de la etica medica y desarrollen formas de mantener la visi6n caracteristicamente cristiana de la persona humana y la familia humana. 137


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Se necesitan dedicados maestros cristianos, tanto en las escuelas cristianas como en las seculares, que consideren que es un privilegio servir a sus alumnos de tal modo que los ayuden a desarrollar el pleno potencial concedido divinamente. Ademas, se necesitan mas trabajadores sociales que, en su preocupaci6n por los discapacitados mentales 0 corporales, los nifios sometidos a abusos, los drogadictos, las victimas del sida, y otros, combinen el tratamiento medico y la atenci6n social mas actualizados con el amor cristiano, la oraci6n del creyente y el apoyo de la iglesia. . Tercero, es probable que el ministerio particular al cual nos llama Cristo este determinado por nuestros dones. Es decir, el factor principal al decidir la actividad para toda la vida probablemente sea la clase de persona que seamos por efecto de la creaci6n y la redenci6n efectuadas por Oios. Oios no es un creador que obra al acaso; no nos ha dado los dones naturales con el fin de que los desperdiciemos. Tampoco es un redentor que obra al acaso, que nos ha dado dones espirituales para malgastarlos. En lugar de esto, Oios quiere que discernamos cuales son los dones que nos ha dado, que los cultivemos y los ejerzamos. Por cierto que no quiere que nos sintamos frustrados (porque nuestros dones no tienen utilidad), sino mas bien realizados (porque nuestros dones son empleados utilmente). Me parece perfectamente compatible con las doctrinas cristianas de la creaci6n y la redenci6n, que razonemos con nosotros mismos de la siguiente manera: «Soy una persona unica. (Esto no es presunci6n. Es un hecho. Si cada copo de nieve y cada hoja de hierba es unica, Lcon cuanta mayor raz6n 10 sera cada ser humano?) Mi caracter Unico se debe a mi constituci6n genetica, a la personalidad y el temperamento que he heredado, a mi ascendencia, crianza y educaci6n, a mis talentos, inclinaciones e intereses, a mi nuevo nacimiento y a mis dones espirituales. Por la gracia de Oios soy 10 que soy. LC6mo puedo, entonces, siendo esa persona unica que Oios me ha hecho, entregarme al servicio de Cristo y a la gente, de tal modo que nada de 10 que me ha dado se malgaste, y todo 10 que me ha dado sea utilizado?» Es posible que haya excepciones a este principio, pero tengo la impresi6n de que se trata de la pregunta acertada que uno tiene que hacerse. Y asi, procurando de esta manera evaluarnos honestamente, sin orgullo ni falsa modestia, es posible que

descubramos que nuestros padres y amigos, que son los que mejor nos conocen, sean tambien los que mas puedan ayudarnos.

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Las tres palabras que hemos venido considerando (guia, vocaci6n y ministerio) se relaciona~ todas con la v?lunt~~ de Oio~ I;'ara nuestra vida y c6mo descubnrla. Al conclmr, qmsiera antIClpar dos temores que pueden alentar mis lectores, para intentar aliviarlos. Primero, no hay por que temer la voluntad de Oios suponiendo que de seguro ha de ser algo dificil de cumplir. iAlgunos parecieran imaginar que cuanto mas desagradables se presenten las perspectivas, tanto mas seguro es que elIas sean justament~ la voluntad de Oios! Pero Oios no es un ogro, resuelto a arrumarnos la vida; es nuestro Padre, dedicado a asegurar nuestro bienestar y decidido a darnos s6lo aquello que es para nuestro bien. «Pues si vosotros, siendo malos, sabeis dar buenas dadivas a vuestros hijos, Lcuanto mas vuestro Padre que esta en los cielos dara buenas cosas a los que Ie pidan?»44 Podemos estar seguros de que la voluntad de Oios es «buena ..., agradable y perfecta».45 Segundo, no hay por que te~er que nunca v~mos.a descubrir la voluntad de Oios. No hay razon para que nos mqmetemos 0 nos preocupemos, para provocar un estado de tensi6n nerviosa, 0 para pasar noches de insomnio debido a la ansiedad..Aunq~e parezca extrafio, uno de mis primeros recuerdos de la mfanCla, cuand~ seguramente no tenia mas de seis 0 siete afios de edad, es de ffil madre entrando en mi dormitorio cotidianamente para darme las buenas noches. Yo la atormentaba con la angustiada y persistentemente repetida pregunta: «Mama, Lque voy a,ser cuan~o se~ ?rande?» Ella contestaba diciendome que no tema por que afhgirme, porque a su debido tiempo 10 iba a sab:r: ahora, mas.de se~enta afios despues, con el beneficio de la VISIOn retrospectIva, se que ella tenia raz6n y que todas esas preocupaciones infantiles e.ran innecesarias. Tenemos amplias razones para confiar que es posible descubrir la voluntad de nuestro Padre, ademas de saber que su voluntad es buena. El tiene las maneras y los medios necesarios para mostrarnos 10 que quiere que hagamos. La .condi.ci6n fundamental es que nosotros mismos queramos discermr su voluntad, con el fin de llevarla a la practica.

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CAPiTULO NUEVE

EI primer fruto del Espiritu

E

n este capitulo invito allector a reflexionar sobre un texto biblico que ha llegado a significar mucho para mi. Todos los dias durante quiza veinte afios, me 10 he citado a mi mismo durante mi momento devocional matutino y he orado para que se cumpla en mi vida. Cuando se me pregunta cuM es mi texto favorito, generalmente menciono este. Me parece a mi que contiene verdades que son de enorme importancia para todo el pueblo de Dios. Es este: Mas el fruto del Espiritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe [«fidelidad», RV77], mansedumbre, templanza [«dominio propio», RV77]; contra tales cosas no hay ley.!

A partir de estos versiculos pienso que podemos legitimamente derivar cinco afirmaciones acerca del amor.

El arnor, el gozo y la paz La primera verdad es que el amor es la gracia cristiana preeminente: «el fruto del Espiritu es amon>. Cierto es que Pablo enumera un puftado de nueve cualidades, a las que conjuntamente denomina el «fruto» del Espiritu; pero el amor ocupa el primer lugar. Oimos hablar mucho acerca del Espiritu Santo en estos dias (ya no es mas la persona «descuidada» de la Trinidad), y muchas personas afirman haber experimentado manifestaciones espectaculares de su poder, pero el primer fruto que mora en nosotros no es el poder, sino el amor. Resulta saludable que nos hagamos la siguiente pregunta: ;"Cual es la principal marca distintiva del cristiano? ;"Cual es el sello que autentica que la persona es hija de Dios? Diferentes personas ofrecen respuestas diferentes a estas preguntas. 141


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Algunas personas contestan que 10 que distingue al cristiano genuino es la verdad, la ortodoxia, las creencias correctas, la lealtad a las doctrinas de la Escritura, los credos universales y las confesiones nacidas de la Reforma. iClaro! La verdad es sagrada. La sana doctrina es vital para la salud de la iglesia. Se nos insta a «[pelear] la buena batalla de la fe»,2 a «[guardar] el buen deposito» de la religion revelada,3 a «[estar] firmes, y [retener] la doctrina» de los apostoles 4 y a «[contender] ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos».5 No debemos olvidar nunca estas solemnes exhortaciones. No obstante, «si ... entendiese todos los misterios y toda ciencia, ... y no tengo amor, nada soy».6 Ademas, «el conocimiento envanece, pero el amor edifica».7 De modo que el amor es superior al conocimiento. Otros insisten en que el sello distintivo del discipulo genuino es la fe. «Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley.»8 Como dice Lutero en uno de sus escritos, la justificacion por la fe es «el principal articulo de toda la doctrina cristiana», aquello que «realmente hace al verdadero cristiano».9 Y Cranmer agrego la contrapartida negativa: «Esta (a saber la doctrina) quienquiera que la niegue no ha de ser considerado un cristiano verdadero.»10 0 para citar una declaracion evangelica moderna, la justificacion por la fe es «el corazon y la medula, el paradigma y la esencia, de toda la economia de la gracia salvadora de Dios».J1 Estoy de acuerdo. La sola fide, «por la fe sola», que fue la consigna de la Reforma, tambien ha de constituir nuestra consigna. Con todo, «si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy».12 El gran apostol de la fe tiene bien claro que el amor es superior a la fe. Un tercer grupo destaca la experiencia religiosa como el sella distintivo del cristiano, a menudo un tipo particular y peculiar de experiencia, que se entiende que debe darse en todos. Y este grupo tambien tiene razon hasta cierto punto. Una relacion de primera mana 0 directa con Dios por medio de Cristo es esencial. El testimonio interno del Espiritu es algo real. Existe 10 que puede llamarse el «gozo inefable y glorioso»,13 y por cierto que, comparado con «la excelencia del conocimiento de Cristo Jesus», todo 10 demas es perdida. 14 A pesar de ella, «si yo hablase lenguas humanas y angelicas» y «si tuviese [el don de] profecia» (y sostengo que tengo comunicacion directa con Dios), «y no tengo amor, nada soy».15 De manera que el amor es superior a la experiencia. 142

Una cuarta y final categoria de personas, inclinadas a 10 practico, recalca el servicio como el sello que distingue al pueblo de Dios, especialmente el servicio a los pobres. jClaro que si, una vez mas! Sin las buenas obras la fe es cosa muerta. Dado que el propio Jesus fue defensor de los pobres, tambien deben serlo sus discipulos. Si vemos que hay gente con necesidad y tenemos los ~edios para resolverla, pero no nos compadecemos de esa gente, Lcomo hemos de sostener que tenemos el amor de Dios en .t;~sotroS?16Gr~cias a Dios por el renovado enfasis en esta «opclOn prefe.renClal.» 0 preocupacion prioritaria por los pobres. No obstante~ «SI reparties~ todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y SI entregase ffil cuerpo para ser quemado -tal vez en un heroico gesto de sacrificio-- y no tengo amor, de nada me sirve».J7 De manera que el amor es superior al servicio. Para sintetizar, el conocimiento es vital, la fe indispensable, la experiencia religiosa necesaria y el servicio esencial, pero Pablo Ie da precedencia al amor. El amor es 10 mas ~ra?~e que hay en el mundo. Porque «Dios es amor»18 en su ser mas mtimo. El Padre, el Hijo y el Espiritu estan eternamente unidos unos a otros en un amor que 10 da todo de S1. De modo que aquel que es amor, y que ha dedicado a nosotros ese amor, a su vez nos llama a nosotros a amarle a el y a los demas. «N.0s~tros ama~~s, porque el n~s amo primero.»19 El amor es la pnnClpal, la ~aXlma, la preemmente, caracteristica distintiva del pueblo de DIOS. Nada hay que pueda desplazarla 0 remplazarla. El amor es supremo. Segundo, el amor proporciona gozo y paz, porque «el fruto. del Espiritu es amor, gozo, paz». No cabe duda de que la secuenCla es significativa. El ser humano vive buscando el gozo y la paz, aunque generalmente valiendose de una palabra mas secular, «felicidad». Thomas Jefferson, antes de ocupar la posicion de tercer Presidente de los Estados Unidos, estaba tan convencido de que «la busqueda de la felicidad» constituia un inalienable derecho humano que la incluyo en la Declaracion de la Independencia y la declaro una «verdad evidente». Pero los cristianos se sienten obligados a agregar que los que buscan la felicidad jamas la encuentran. El gozo y la p~z son bendiciones sumamente escurridizas. La felicidad es una qUlmera, un concepto ilusorio. En el momenta en que estiramos el brazo para alcanzarla se nos escapa y desaparece en el aire. Es que el 143


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gozo y la paz no son metas adecuadas: son productos subsidiarios del amor. Dios nos los da, no cuando los buscamos por sf mismos, sino cuando nos dedicamos a buscarlos a el y a otros con amor. Reviste canicter urgente el que demos testimonio de esta verdad en el mundo contemporaneo, en el cualla «autorrealizaci6n» hace furor, y cuando el «movimiento en pro de la potencialidad humana» sigue adquiriendo vigor. En su perceptivo libro Psychology as Religion/o [La psicologia como religi6n], que lleva el subtitulo de The Cult of Self-Worship [El culto de la autoadoraci6n], el doctor Paul Vitz de la New York University comenz6 analizando las cuatro principales «auto teorias» de esa decada: Erich Fromm (quien sostenia que el vicio es la indiferencia hacia uno mismo, y la virtud la autoafirmaci6n), Carl Rogers (cuya terapia «centrada en el c1iente» apuntaba a ayudar al cliente a convertirse en una persona integrada, aut6noma, mediante la «autoestima incondicional»), Abraham Maslow (quien enfatizaba la «autoactualizaci6n» creadora) y Rollo May (quien, bajo la influencia del existencialismo, recalcaba la decisi6n y el compromiso como los medios para lograr que la persona sea ella misma). Estos cuatro escritores, que a1canzaron la cuspide en la decada de 1970, eran todos autoconfesados humanistas seculares. Creian en el ser humano, no en Dios. Han tenido muchos seguidores que los han popularizado, y el enfasis basico en la autoestima y la autoactualizaci6n parece haber invadido todos los segmentos de la sociedad. El doctor David Wells comenta que «a mediados de la decada de 1980 nada menos que un 87,5% de 10 que se publicaba en los Estados Unidos buscaba satisfacer los intereses y apetitos del movimiento que buscaba la soluci6n en los propios esfuerzos del individuo».2l Cierto es que hay un aceptable y sana tipo de autoafirmaci6n, que equilibra la negaci6n de uno mismo a la que Jesus llam6 a sus discipulos. Pero no se trata de la afirmaci6n acritica e irrestricta del yo por parte del humanista, por cuanto ella se ve grandemente limitada por el reconocimiento de nuestra propia pecaminosidad. Los creyentes cristianos pueden apoyar s6lo aquellos aspectos del yo que derivan del hecho de haber sido creados a imagen de Dios (p. ej., la racionalidad, la responsabilidad moral y la capacidad para amar), mientras que al propio tiempo debenrechazar (es decir, negar y repudiar) todos aquellos aspectos del yo que derivande la caida y de nuestra propia condici6n caida personal (p. ej., el egoismo, la codicia, la malicia, la hipocresia y el orgullo). Estas

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formas cristianas de autoafirmaci6n y negaci6n de uno mismo estan muy lejos de ser expresiones de una preocupa~i6n, y menos ~e una obsesi6n, por la propia persona. Esto es aSI porque no ~stan dirigidas hacia la propia persona sino hacia Dios. Son parte mtegral de nuestro culto de adoraci6n a Dios como nuestro Creador y nuestro Juez. Sin embargo, algunos escritores cristianos han intentad~sostener que el cristianismo mismo gira en torno a la autoestlIl~.a~ 9-ue debemos dejar de concentrarnos en el pecado, la culp~, e~ JUlClO y la expiaci6n, y presentar la salv~ci6n ~omo el descubr}ffilento del yo, ya que es esto 10 que Jesus qUlSO declf cuando aprobo el segundo mandamiento, urgiendonos implicitamente a amarnos a nosotros mismos, a la vez que a nuestro pr6jimo. Pero la :erdad e~ ~u~ no es asi la cuesti6n. En la Escritura el amor a uno ffilsmo es smommo de pecado y no la senda para alcanzar la libertad. Adema~, el amor de tipo agape equivale al sacrificio ~el yo en bu~ca.~e ~ervlf a.otros. Por su misma naturaleza es imposlble que este dmgldo haCla uno mismo. lC6mo podemos sacrificarnos p~ra servirnos ~ r;osotros mismos? Es una imposibilidad. La sola Idea resulta ndlcula. El modo de obrar de Jesus es 10 opuesto, como vimos en el capitulo 2 sobre «La libertad autentica». Jesus ensefi6 la gran paradoja de que s6lo cuando nos perdemos a nosotros mismos nos hall~~os, s6lo cuando morimos a nosotros mismos aprendemos a VIVlf, y s6lo cuando servimos a otros nos hacemos verdaderamente libres. a volviendo a Pablo en G:i1atas, s6lo cuando amamos se dan en n~sotros el gozo y la paz. La busqueda egoista de I? felicidad siempre termina en el fracaso ..Pero cu.a~do nos olvldamos de nosotros mismos en el desprendldo servlclO del amor, entonces el gozo y la paz se hacen presentes a torrentes en nuestra vida, en forma de bendiciones incidentales, no buscadas.

£1 arnor en acci6n Tercero, el amor da como resultado la acci6n. Si bien el amor es el primer fruto del Espiritu, al q~~ Ie siguen. ~ediatame.nte. el gozo y la paz, vienen a continuaclOn «la paClenCla, la bemgrud~d, la bondad». El amor no es puro romance, y mucho menos erotlsmo. Ni siquiera es puro sentimiento 0 emoci6n. Suena abstracto, pero conduce a actitudes positivas y acciones concretas, como ser la «paciencia», la «benignidad» y la «bondad». Y, como creo que

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escribi6 Dostoyevsky, «el amor en acci6n es mucho mas terrible que el amor en suefios», porque el amor busca siempre el verdadero bienestar de otros, cualquiera sea el costa personal. La «paciencia» (makrothymia) es una cualidad negativa. Con frecuencia se traduce «longanimidad», «clemencia», por cuanto denota la paciencia para con las personas antes que para con las circunstancias. Incluye la indulgencia para con los que son exigentes 0 molestos. Jamas olvida «toda [la] clemencia» de Cristo para con nosotros. 22 La «benignidad» (jrestotes) y la «bondad» (agathosyni!) son ambas cualidades positivas. La primera es la benevolencia, la generosidad de pensamiento, el desear el bien de otras personas, mientras que la segunda es la beneficencia, la generosidad en los aetos, el hacer realmente por elIas el bien que queremos hacerles. Pareceria correcto, entonces, discernir una progresi6n en estas tres gracias cristianas. La paciencia soporta la malicia de otros y se niega a vengarse. La benignidad convierte la tolerancia en buena voluntad, no deseando el mal de la gente, sino deseando su bien. Y la bondad convierte en acci6n todo 10 que se desea, tomando la iniciativa para servir a la gente mediante hechos concretos. Estas tres cualidades son caracteristicas y resultados del amor, por cuanto, como escribe el ap6stol en otra parte, «el amor es sufrido (makrothymei), es benigno (jresteuetaz)>>,23 y hemos de «[servirnos] por amor los u~os a los otroS».24. Poco valor tiene que hagamos nobles declaraclOnes de amor haCla la raza humana: es preciso que nos ocupemos de la gente de carne y hueso en situaciones reales. Entonces «la paciencia, la benignidad, y la bondad» del amor seran puestas a prueba. Cuart?,. el amor recibe el contrapeso del autocontrol, porque «el fruto del ~SPlfltu es ... fe, mansedumbre, templanza» (0 «dominio proplO», RV77, RVA). Estas tres cualidades parecen ser matices diversos r~la~i?nados c?n el dominio propio. La «fidelidad», (RV77) es la confIablhdad en areas tales como las referidas a cumplir las promesas 0 lIevar a cabo las empresas. «Mansedumbre» es la traducci6n de prautes, que a veces se vierte «humildad» (VP). Pero no se trata de una especie de docilidad 0 humildad c?n~e.scendiente,desganada 0 carente de principios. Por cierto que slgnlflca ser suave, humilde y considerado para con los demas pero para este fin a menudo sera preciso contener nuestras fuerza~ 146

y canalizar las energias. La tercera palabra, «templanza» (<<dominio propio» en RV77 y RVA), es egkrateia, «termino que expresa el poder o el sefiorio que uno tiene sobre si mismo 0 sobre algo»,25 Incluye la idea de disciplinar los instintos, dominar el caracter 0 temperamento y la lengua, y refrenar las pasiones. Pero, lpor que he dicho mas arriba que el autocontrol 0 dominio propio hace «contrapeso» al amor? Porque el amor es desprendido, y el desprendimiento y el autocontrol se complementan mutuamente. Porque, lc6mo podemos darnos a los demas si no aprendemos primeramente a dominarnos 0 controlarnos a nosotros mismos? El yo tiene que ser dominado antes de que pueda entregarse al servicio de los demas. Resulta sumamente significativo, por 10 tanto, que las nueve cualidades del fruto del Espiritu comiencen con la autoentrega y terminen con el autocontrol.

El amor es el fruto del Espiritu La quinta verdad que surge de este gran texto es que el amor que hemos venido considerando (que es preeminente, que proporciona gozo y paz, que lIeva a la acci6n y que es equilibrado 0 contrapesado por el dominio propio) es el fruto del Espiritu, vale decir, la consecuencia natural de la obra sobrenatural del Espiritu Santo en nosDtros. En el contexto, Pablo traza un contraste entre «la carne» y «el Espiritu», entre «las obras de la ley» y «el fruto del Espiritu». Se hace necesario que nos detengamos a considerar algunas definiciones. Al usar la palabra «carne» Pablo no quiere decir el suave tejido de la piel y los musculos que recubren nuestro esqueIeto 6seo, como tampoco el cuerpo humano en si (error que suele hacer la gente cuando habla de la codicia y la inmoralidad sexual como «los pecados de la carne»), sino mas bien nuestra naturaleza heredada, caida y torcida, con su inclinaci6n al mal, sus deseos corruptos y sus egoistas exigencias. Por «Espiritu» Pablo no quiere decir el halito que anima nuestro cuerpo, ni ellado espiritual de los seres humanos en contraste con ellado material, sino el Espiritu Santo mismo, quien ingresa en nuestra personalidad cuando nos arrepentimos y confiamos en Jesus, y cuya presencia permanente en nosotros es la ~arca ~e identidad cristiana,26 como tambien el secreto de la santtdad cnstiana. 147


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He aqui, por 10 tanto, los dos protagonistas de la lucha que Pablo describe. Por una parte, esta «la came», nuestra naturaleza caida y egocentrica, y por la otra «el Espiritu», la morada personal del Espiritu de Dios. Pablo nos habla acerca de tres conceptos en tomo al conflicto entre estas fuerzas. Primero, los deseos de la came y del Espiritu son deseos activos. «Porque el deseo de la came [0 «naturaleza pecadora», CL] es contra el Espiritu, y el del Espiritu es contra la came; y estos se oponen entre si.»27 Asi, tanto la carne como el Espiritu tienen deseos vivos, activos, energicos y fuertes. La razon que me lleva a destacar esto es que a 10 largo de la historia de la iglesia ha habido grupos perfeccionistas que han ensefiado que despues del nuevo nacimiento la naturaleza caida queda inerte y desactivada, incluso muerta. Pero la Escritura no esta dellado de quienes asi piensan. El mandato «no satisfagais los deseos de la came [0 naturaleza pecadora]»,28 y la declaraci6n de que «el deseo de la came es contra el Espiritu»,29 dejarian de tener sentido si la naturaleza caida, pecadora, ya no tuviera deseos. Por cierto que no: la vida cristiana es una vida de conflicto incesante con el mundo, la came y el diablo. Segundo, los deseos de la came y los del Espiritu son deseos opuestos. Existe entre ellos un encarnizado antagonismo. «El deseo de la came es contra el Espiritu, y el del Espiritu es contra la came; y estos se oponen entre si.»30 Como 10 expreso el obispo J. B. Lightfoot en su comentario sobre Galatas, «entre el Espiritu y la came no solo no hay ninguna alianza; hay una mortal, interminable e inveterada enemistad».31 Mas todavia, los deseos opuestos de la came y el Espiritu adquieren relieve en el contraste entre «las obras de la came»32 y «el fruto del Espiritu».33 Aquellas son sumamente desagradables. Pablo enumera quince «obras» de esa clase. Parecerian agruparse en cuatro categorias: pecados sexuales (la inmoralidad y la lascivia o libertinaje), pecados religiosos (la idolatria y la hechiceria; esta ultima consiste en secretos intentos de robar poderes divinos 0 demoniacos par medio de la magia), pecados sociales (ocho, que incluyen la malicia, los celos, los arrebatos, las luchas y las ambiciones egoistas) y pecados personales (la borrachera y las orgias). Es un horrendo catalogo de actividades en las que la gente se empefia, erigiendose contra Dios y los demas. Las nueve manifestaciones del fruto del Espiritu,34 que ya hemos considerado, ofrecen un hermoso contraste. De hecho, resultaria 148

dificil imaginar un contraste mayor. Aqui ~en~mos la piedad en lugar de la impiedad, el gozo y la paz autenhcos en lugar de la busqueda del placer pecarnin?s?, la beni~dad y ~a bondad por oposicion a la malicia y la envldIa, el dOmIDlo proplO antes que la autogratificacion. En tercer lugar, Pablo insiste en que los.deseo.s de la came ~ ~os del Espiritu son deseos controlables. Es posible, dIce, que el ESI?mtu adquiera el predorninio y subyugue a la came, que ,el amor tnunfe sobre el egoismo y que la bondad venza al mal. LComo? El secreta radica en que adoptemos la actitud que corresponde tanto ante la came como ante el Espiritu. La actitud que debemos adoptar ante la naturaleza caida deb~ria ser una actitud de franco repudio. Porque «los que son de Cns~o han crucificado la came con sus pasiones y deseos».35 Vale declf, hemos tornado a esa perversa, repugnante y evasiva cosa que llamamos «la carne», y la hemos clavado a la cruz. Este fue nu~s~ro arrepentimiento inicial. La crucifixion proporci?n~ la dramatica imagineria que necesitamos para hablar del drashco rechazo de toda forma de maldad. La crucifixion no conduce a una muerte rapida ni facH: se trata de una ejecuci~~ 9-ue produce un dolor prolongado. Pero es decisiva; no hay pOSIblhdad alguna de escapar de ella. Nuestra actitud para con el Espiritu Santo, por otro lado, ha .de ser de una incondicional rendicion. Pablo se vale de vanas expresiones para referirse a esto. Hemos de «[andar] en el Espiritu» ser «guiados por el Espiritu», y «[comportamos] ... de acuerdo co;' el Espiritu» (CL).36 0 sea que hemos de permitir q~e el Espiritu ejerza la soberania que es suya por derecho, y segulf sus Justas indicaciones. De esta manera, tanto nuestro repudio de la came como nuestra entrega en manos del Espiritu se han de rep.etir cotidianarr:te~te, por decisivos que hayan sido nuestro repudlO y entrega ongu;ales. En palabras de Jesus, debemos «[~0rr:tar nuestra] cruz cad,a.ma;; y seguirle.37 Tambienhemos de segmr slendo llenos del Espmtu, al abrir diariamente nuestra personalidad delante de el. 19ualrnente, tanto el repudio como la rendicion 0 entrega se deben ~r elaborando paulatinamente en los disciRlinados habitos ~e la vIda. Son los que «[siembran] para el ESpirItU»,39 los que slega~ el fruto del Espiritu. Y «[sembrar] para el Espiritu» signifi~a culh:ar las c~sas del Espiritu, por ejemplo, mediante el usa sablO del dm del Senor, 149


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la disciplina de la diaria oraci6n y lectura de la Biblia, la participaci6n regular en el culto de adoraci6n en la celebraci6n de la Cena del Senor, el cultivo de amistades cristianas, y la cooperaci6n en el servicio cristiano. Un principio inflexible en relaci6n con todo 10 que se vincula con Dios, tanto en la esfera material como en la moral, es que cosechamos 10 que sembramos. Se trata de una regIa invariable. No puede ser modificada, porque «Dios no puede ser burlado».40 Por consiguiente, no debemos sorprendernos si no cosechamos el fruto del Espiritu cuando nos pasamos el tiempo sembrando para la carne. l Creiamos que podiamos enganar 0 trampear a Dios? Cambiemos la metafora. Recuerdo haber leido hace anos acerca de una persona que visit6 las montanas del sur de la California. Se encontr6 con un viejo habitante de la montana, cuyos dos perros vivian peleandose. El visitante Ie pregunt6 cua! de los dos perros salla vencedor generalmente. El hombre sigui6 ~asticando su tabaco un buen rata en silencio, y luego contesto: «Aquel al que mas alimento.» Asi es; la nueva natur~leza obtend~a la victoria contra la naturaleza vieja en la medIda en que ahmentemos a la nueva y dejemos que la vieja pase hambre. No hay mas que una persona, en la larga historia del mundo, en la que el fruto del Espiritu haya jamas madurado hasta alcanzar la perfecci6n. Esa persona es Jesus de Nazaret. De hecho, las nueve manifestaciones del fruto enumeradas por Pablo pueden considerarse como un retrato del propio Jesucristo. El am6 como nadie jamas ha a~ado, al entregar su vida por sus enemigos. Hablaba tanto de «ffil gozo» como de «mi paz»,41 Se mostr6 maravillosamente paciente para con sus torpes ap6stoles. Fue invariablemente bondadoso y se dedic6 plenamente a las buenas obras. Al mismo tiempo fue sist~maticamente confiable y siempre cordial, en verdad «manso y hUffillde de coraz6n»,42 Por otra parte, ejerci6 un perfect? dominio sobre si mismo, de tal manera que, «cuando Ie maldeClan, no respondia con maldici6n».43 doctor Kenneth Moynagh, que trabaj6 como misionero medICO durante muchos anos en Matana, Burundi, sintetiz6 una vez el fruto del Espiritu, con su enfasis en el amor, de la siguiente forma:

El gozo es el arnor exultante, y la paz es el arnor en calma; La paciencia, el arnor duradero ante toda tribulaci6n y prueba. La benignidad, el arnor que cede a todo 10 que no es pecado, La bondad, el arnor en acciones que nacen del Cristo que llevarnos adentro. La fe son los ojos del arnor abiertos para ver al Cristo viviente; La rnansedurnbre, el arnor que no pelea, sino que se inc1ina ante el Calvario. La ternplanza, el arnor regulado y sujeto al control de Cristo, Porque Cristo es el arnor en persona, y el arnor, Cristo en el alma.

Es mas, si el froto del Espiritu equivale a la semejanza a Cristo, la semejanza a Cristo es el prop6sito personal de Dios para todo su pueblo. Es su prop6sito eterna, «porque a los que conoci6, tambien los predestin6 para que fuesen hechos conformes a la imagen de su HijO».44 Luego, es su prop6sito hist6rica, dado que «nos vamos transformando ensu imagen,cada vez con mas gloria».45 Ytercero, es su prop6sito escata16gica. Si bien «min no se ha manifestado 10 que hemos de ser», sin embargo, «sabemos que cuando el se manifieste, seremos semejantes a el, porque Ie veremos tal como el es».46 La Unica manera de entender los desenganos y las frustraciones de la vida, la soledad, el sufrimiento y el dolor es verlos como parte de la disciplina de nuestro amoroso Padre, resuelto a asemejamos a CristO.47 A veces se me pregunta, quizas en alguna entrevista periodistica, en alglin programa radial, 0 en televisi6n, si a mi edad me queda alguna ambici6n. Ahora siempre contesto: «Si, mi suprema ambici6n es (y confio que sera asi hasta morir) que llegue a asemejarme un poquito mas a Cristo.»

!H.

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PARTE

III

La Biblia

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s presentamos este Libro, 10 mas valioso que ofrece « este mundo. Aqui hay sabiduria; esta es la ley real; estos son los oraculos vivos de Dios.» Con estas palabras, pronunciadas durante el servicio de coronacion, el Presidente de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia entrego un ejemplar de la Biblia a la Reina Isabel, que acababa de ser coronada. Puede resultar tentador desechar tales manifestaciones con respecto a la Biblia como vana retorica, si no fuera que sucesivas generaciones de cristianos las han encontrado verdaderas. La Escritura nos ha dado luz en la oscuridad, fortaleza en la debilidad, consuela en momentos de tristeza. No nos resulta dificil apoyar la experiencia del salmista de que las palabras de Dios «deseables son mas que el oro, y mas que mucho oro afinado; y duIces mas que miel, y que la que destila del panal».l Siendo esto asi, ha sido penoso observar que en las ultimas decadas en Occidente se Ie ha quitado a la Biblia la posicion de reconocida autoridad, no solo en la nacion, a sino tambien en la iglesia. Poca esperanza hay de una profunda reforma nacional 0 de una renovacion en la iglesia, a menos que la Palabra de Dios vueIva a ser respetada y leida ampliamente, y que se vuelva a prestar atencion a sus ensenanzas. 153


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

La Parte III de este libro es mi pequena contribucion para alcanzar esa meta, por cuanto hablo sobre la urgente necesidad de responder a la Palabra de Dios, de perseverar en ella, de interpretarla y exponerla. CAPITULO DIEZ

Perseverar en la Palabra

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ema sostenido de los autores del Nuevo Testamento es que el pueblo de Dios debe mantenerse firme. Por una parte, debemos ofrecer resistencia a la presi6n intelectual y moral del mundo contemponineo, y rechazar todo intento de hacer que nos adaptemos a las modas del momento. No hemos de permitirnos tropezar, resbalar y caer en ellodo de la relatividad, 0 dejar que seamos arrancados de las amarras y arrastrados por la inundaci6n. Por otra parte, y en 10 positivo, se nos insta a perseverar en la verdad que hemos recibido, a asirnos firmemente de ella como una segura agarradera en la tormenta, y a mantenernos firmes sobre este fundamento. He aqui algunos ejemplos de esta c1ase de exhortaci6n por tres de los principales colaboradores del Nuevo Testamento. Pablo: «Asi que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habeis aprendido, sea por palabra, 0 por carta nuestra.»! Hebreos: «Por tanto, es necesario que con mas diligencia atendamos a las cosas que hemos oido, no sea que nos deslicemos.»2 Juan: «Lo que habeis oido desde el principio, permanezca en vosotroS.»3 «Cualquiera que se extravia, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene aDios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo.»4

Comtin a estas citas es el reconocimiento de que los ap6stoles habian ensefiado 0 transmitido ciertas verdades 0 doctrinas las cuales, en consecuencia, habian sido aprendidas 0 recibidas por la iglesia. Este cuerpo de doctrina constituia ahora un dep6sito sagrado que debia guardarse. 5 Dicho cuerpo tenia valor normativo. La iglesia debe permanecer en el y sostenerlo, sin retroceder respecto a el, y sin ir mas aHa del mismo, no sea que 10 contradiga.

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PERSEVERAR EN LA PALABRA

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

Parte del encargo final que Ie hace Pablo a Timoteo desarrolla este tema. Con el fin de captar su pleno significado, es preciso que tengamos el texto mismo ante nosotros. Se trata de 2 Timoteo 3.1-4.8. 3 lDebes saber esto: que en los postreros dias vend ran tiempos peligrosos. 2Porque habra hombres amadores de sf mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impios, 3sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de 10 bueno, 4traidores, impetuosos, infatuados, amadares de los deleites mas que de Dios, Sque tendran apariencia de piedad, pero negaran la eficacia de ella; a estos evita. 6Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 7Estas siempre estan aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. sy de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moises, asi tambien estos resisten a la verdad; hombres carruptos de entendimiento, reprobos en cuanto a la fe. 9Mas no iran mas adelante; porque su insensatez sera manifiesta a todos, como tambien 10 fue la de aqueI1os. IOPero tu has seguido mi doctrina, conducta, proposito, fe, longanimidad, amor, paciencia, llpersecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquia, en leonio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Senor. 12y tambien todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesus padeceran persecucion; 13 mas los malos hombres y los enganadores iran de mal en peor, enganando y siendo enganados. l4Pero persiste tu en 10 que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido; 1Sy que desde la nmez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvacion por la fe que es en Cristo Jesus. 16Toda la Escritura es inspirada par Dios, y uti! para ensenar, para redargiiir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 4 1Te encarezco delante de Dios y del Senor Jesucristo, que juzgara a los vivos y a los muertos en su manifestacion y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3Porque vendra tiempo cuando no sufriran la sana doctrina, sino que teniendo comezon de oir, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartaran de la verdad el oido y se volveran a las fabulas. sPero ttl se sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

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6Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida esta cercano. 7He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. sPor 10 demas, me esta guardada la corona de justicia, la cual me dara el Senor, juez justo, en aquel dia; y no solo a mi, sino tambien a todos los que aman su venida.

Afirmarse en la Palabra La exhortacion de Pablo a Timoteo se dio en el contexto del tipo de sociedad en el cual vivia (3.1-13). Se trataba de una sociedad que no mostraba ninguna simpatia con el evangelio. Por otra parte, no era posible reformular el evangelio con el fin de amoldarlo a las ideas y normas imperantes. Por el contrario, Pablo era consciente de la radical incompatibilidad entre la Palabra y el mundo. «Debes saber esto -Ie escribi6-- que en los postreros dias vendran tiempos peligrosos.» Es importante comprender que con «los postreros dias» el apostol no aludia a la epoca futura que precederia inmediatamente al regreso de Cristo, ya que en el vers1culo 5 Ie dice a Timoteo que «evite» a la gente de venia describiendo. lComo podia Timoteo evitarla si ni siquiera habian nacido? Claro que no; «los postreros dias» desde la perspectiva del Nuevo Testamento comenzaron con Jesucristo. Fue el quien los inicio.6 Los dias postreros son, por consiguiente, estos dias, los dias en los que vivia Timoteo y en los que tambien vivimos nosotros; es decir, toda la era que se extiende entre la primera y la segunda venida de Cristo. lCuales son las caracteristicas de los postreros dias? Tres de ellas parecerian destacarse, segUn la descripcion de Pablo. La primera es un amor mal encaminado. De las nueve marcas distintivas que enumera el apostol (vv. 2-4), resulta notable que seis de ellas tienen que ver can el amor. «Habra hombres amadores de si mismos, avaros ... sin afecto natural [«sin amor», BAl, ... aborrecedores de 10 bueno ... amadores de los deleites mas que de Dios.» En realidad la expresion «sin afecto natural», 0 «sin amor», debe entenderse con el significado de «sin verdadero amon>. Porque la gente de que se trata no es gente totalmente carente de amor: se aman a si mismos, aman el dinero y aman el placer. Pero estos son ejemplos de un amor mal encaminado u orientado. El propio yo, el amor y el deleite son objetos impropios del amor humano. Hasta se vuelven idolatricos cuando desplazan aDios dellugar que Ie 157


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corresponde como aquel al cual debemos amar con todo .nuestro ser. Sin embargo, hoy en dia vemos por todas I?artes eJem~l~s de amor mal orientado. La concentracion en uno nusmo, la avanCla y el hedonismo imperan por doquier, en tan~o que el p,~~mer y el segundo mandamientos, sobre amar a DlOS y al proJ~~o, se descuidan. Mas alin, cuando el amor de las personas se dmge hacia objetos equivocados, se malogran todas las relaciones que las vinculan. Se vuelven «vanagloriosos, soberbios: blasfemos, desobedientes ... ingratos, ... implacables, calummadores» (vv.2-3). La segunda caracteristica de nuestra epoca podria den?minarse religion vacua. A nuestros contemporaneos se los descnbe como que tienen «apariencia de piedad, pero [niegan] la eficacia de ~lla» (v. 5). Puede parecer increible que personas que se caractenzan por el amor a si mismas sean al propio tiempo religiosas. Pero asi es. De hecho, es posible que la religion, que tiene como fin expresar el culto aDios, se pervierta y se convierta en un medio de expresar el egocentrismo, un medio para inflar el yo. EI nombre que Ie corresponde a esta desviacion enfermiza es hipocresia, y Jesus lanzo invectivas contra ella.? La religion asi practicada no es mas que «forma» sin «poder», manifestacion exterior sin realidad interior. Es tambien enemiga del evangelio, porque el cristianismo nominal endurece a la gente en contra del verdadero cristianismo. Tercero, los dias postreros se distinguen por el culto a la mente abierta. Pablo escribe aqui sobre personas que «siempre estan aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad» (v. 7). Se sientan en la cerca y se niegan a bajar hacia uno de los lados. Su consigna es la tolerancia. Resueltas a evitar el dolor de llegar a conclusiones concretas, convierten en fetichismo la idea de mantener la mente abierta. No aguantan 10 que C. S. Lewis llamaba «el tiranico cenit de la revelacion»;8 prefieren invariablemente el ocaso de la libre cogitacion. Han pasado por alto la distincion que ha senalado ultimamente Allan Bloom entre dos clases de «apertura»: «la apertura a la indiferencia ... y la apertura que nos invita a la busqueda del conocimiento y la certidumbre».9 Esta ultima es un aspecto de la cristiana virtud de la humildad, en que reconoce que su entendimiento es provisional e incompleto, y siempre busca aumentarlo. La primera, por el contrario, no solo resulta insultante para la verdad sino que es personalmente peligrosa. Como 10 expreso un obispo de la Iglesia

Episcopal Norteamericana, nos expone al peligro de que nuestras mentes esten tan abiertas que se nos derrame la masa encef,Hica (!). Estas son, entonces, tres de las caracteristicas de nuestro tiempo, que la Escritura critica tajantemente y nos recomienda evitar. Hemos de amar aDios y al projimo y no orientar mal nuestro amor hacia el yo, el dinero 0 el placer. Hemos de valorar la realidad yel poder de la religion por encima de sus formas externas. Ydebemos sometemos humildemente a la revelacion divina en lugar de cultivar un agnosticismo laxo e insipido. De modo que Pablo invita a TImoteo a ser diferente del mundo que 10 rodea. Despues de haber caracterizado estas impias tendencias, Pablo escribe dos veces su de, 10 cual significa «Pero tU», 0 «Pero en cuanto a ti» (vv. 10 y 14). Estas palabras sirven al apostol para presentar a TImoteo dos exhortaciones sobre la necesidad de ofrecer resistencia al temperamento que impera en el mundo, y a ponerse firme en contra del mismo. La primera exhortacion se centra en 10 que Tunoteo ya ha llegado a conocer acerca de Pablo (vv. 10-13): su «doctrina» 0 ensenanza, su «conducta» 0 modo de vivir, su «proposito», juntamente con su «fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos». Timoteo habia sido testigo del ministerio de Pablo, 10 habia comp'robado con sus propios ojos, incluida la oposidon y persecudon a las que habia sido sometido en Antioquia, leonia y Listra (v. 11). Porque el hecho es que «todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesus padeceran persecudon» (v. 12), debido a que «los malos hombres y los enganadores», que rechazan el evangelio, «iran de mal en peor» (v. 13). Asi, el apostol contrapone el bajo nivel del mundo a su propia doctrina y conducta. Ambas cosas eran irrecondliablemente antagonicas entre S1. De alIi la persecudon que tuvo que afrontar Pablo. Si TImoteo queria mantenerse firme, poniendose del lado de Pablo y en contra del mundo, resultaba indudable que tambien tendria que sufrir.

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Perseverar en la Palabra La mendon que hace Pablo de «los malos hombres y los enganadores», enganados que a su vez enganan, y que irian «de mal en peor» (v. 13), lleva a su segundo su de, «Pero encuanto a ti».


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Esta vez, en lugar de limitarse a considerar su ensenanza, su conducta, y sus padecimientos en el pasado, cosas que Tlffioteo habia llegado a conacer, proyecta tambien la mirada h~cia el ~turo: «Pero persiste ill en 10 que has aprendido y te persuadlste, sablendo de quien has aprendido» (v. 14). Los maestros de los cuales Tlffiooteo habia aprendido son probablemente su madre y su abuela en prlffier lugar, quienes Ie habian ensenado el Antiguo Testame~to desde la infancia (v. 15, do 1.5) y, en segundo lugar, el apostol, cuya «doctrina» (v. 10) TImoteo conoda, y que para nosotros ha sido conservada en el Nuevo Testamento. De modo que Pablo contrasta dos conjuntos de maestros: por un lado los impo~tores y enganadores del versiculo 13, y por el otro la madre de Tlmoteo y su mentor (el propio ap6stol), quienes Ie habian ensenado las Escrituras. Es preciso que nosotros, los que vivimos en el siglo XX, prestemos atenci6n a las mismas instrucciones. No debemos ser como canas arrasadas por el viento. No debemos inc1inarnos ante las tendencias que prevalecen en la sociedad, tales como su avaricia, su materialismo y su relativismo, como tambien su rechazo de todas las normas absolutas de la verdad y del bien. En cambio, debemos perseverar fielmente en las Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamentos. Pero, lpor que? lQue es la Escritura para que tenga que ocupar un lugar tan importante en nuestra vida? El ap6stol procede a recalcar tres aspectos fundamentales de ella. Primero, ia Escritura puede instruirnos para ia saivaci6n (v. 15, VP). Su prop6sito primario es pnlctico. Es una guia mas que un libro de texto, mas bien un libro de salvaci6n que un libro de ciencia. Esto no es 10 mismo que decir que las descripciones biblica y cientifica del mundo estan en conflicto, sino antes bien que son complementarias. Es mas, el prop6sito de Dios en la Escritura no es revelar cosas que pueden descubrirse por el metodo cientifico de la observaci6n y la experimentaci6n, sino revelar verdades que estan mas alIa del alcance de la ciencia; en particular el modo en que Dios obra la salvaci6n por medio de Cristo. Por eso Jesucristo mismo es el centro de la revelaci6n biblica, por cuanto ella da testimonio de epo Como 10 ha expresado J.-J. von Allmen, «el coraz6n de la Escritura (10 que la sintetiza y la hace vivir) 0 la cabeza de la Escritura (...10 que la explica y la justifica) ... es Cristo Jesus. Leer la Biblia sin llegar a conocerlo a el es leerla mal, y predicar la Biblia sin proc1amarlo a el es predicarla 160

falsamente.»l1 Porque la Escritura nos instruye para la salvaci6n, nos instruye en cuanto a Cristo, mediante la fe en el cual se recibe la salvaci6n. Mas todavia, la raz6n para amar la Biblia esta en que ella nos habla acerca de Cristo. Es el cuadro, el retrato de Cristo que nos ofrece Dios. Segundo,ia Escritura ha sido inspirada por Dios. La antigua versi6n de Reina-Valera de 1909 dice «inspirada divinamente», mientras que la RV77mg tiene «dada por el aliento de Dios», pero el equivalente preciso de la expresi6n griega (theopneustos) es una combinaci6n de la palabra Dios y la forma verbal del vocablo para aliento. Esto indica que la Escritura es la Palabra de Dios, hablada por Dios 0 salida de la boca de Dios. La sugerida combinaci6n de boca, aliento y palabra demuestra que el modelo de inspiraci6n que se tiene en mente es la del habla humana, por cuanto esta es la comunicaci6nentre mentes. Confrecuencia nos guardamos «10 que tenemos en mente» y no 10 decimos. Pero cuando hablamos, vestimos los pensamientos de la mente con las palabras de la boca. Observamos tambien que el texto reza: «toda la Escritura es inspirada por Dios» (vo 16). Por su parte, algunas versiones (p. ej., NEB; d. SBA, NBE) traducen la c1ausula de este modo: «Toda Escritura inspirada es util...». Pero es practicamente seguro que esta traducci6n es incorrecta. Da a entender que si toda Escritura inspirada es util, tiene que haber otras Escrituras que no son inspiradas y que, por consiguiente, no son utiles. Sin embargo, en primer lugar, el concepto de «Escritura no inspirada» es una contradicci6n termino16gica: la palabra «Escritura» significa simplemente escrito inspirado. Segundo, estas versiones omiten, sin garantia suficiente, la pequena palabra kai, que significa «y» 0 «tambien». Ella demuestra que Pablo no hace una sola afirmaci6n (<<toda Escritura inspirada es util») sino dos (<<toda Escritura es inspirada y [ademas] utH»). Por cierto que nos resulta utH precisamente porque es inspirada por Dios. No obstante, no debemos expresar malla doctrina de la inspiraci6n. Cuando Dios hab16, no hab16 al vado. Tampoco escribi6 documentos para dejar que fuesen descubiertos al acaso, como sostenia Joseph Smith (el fundador de la iglesia mormona) con respecto a sus tablas de oro. Dios tampoco dict6 la Escritura a secretarios fortuitos, como creen los musulmanes que Ala dict6 a Mahoma el Coran en arabe. No es asi; por el procedimiento de la inspiraci6n queremos decir que los autores humanos, aun cuando 161


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Dios les hablaba a ellos, a la vez que hablaba por medio de ellos, estaban ellos mismos activamente dedicados a realizar la correspondiente investigacion historica, como tambh~n la reflexion teologica y la composicion literaria. Porque debemos tener en cuenta que buena parte de la Escritura esta constituida por relatos historicos, y que cada autor tiene su propio enfasis teologico y su estilo literario particular. La inspiracion divina no descarto la cooperacion humana, como tampoco elimino la contribucion peculiar de cada autor. De manera que «inspirada par Dios» no es 10 Unico que la Escritura dice sobre si misma, par cuanto la boca de Dios no fue la unica boca que participo en su produccion. La misma Escritura que dice que «la boca de Jehova 10 ha dicho»12 dice tambien que Dios hablo «por boca de todos sus profetas».B (De que boca proviene, entonces, la Escritura? (De la de Dios, 0 la del hombre? La Unica respuesta biblica es la siguiente: «de ambas». En efecto, Dios hablo par medio de autores humanos de tal modo que las palabras de el eran simultaneamente las de ellos, y las palabras de ellos eran simultaneamente las de el. Aqui tenemos la doble paternidad de la Biblia. La Escritura es tanto la Palabra de Dios como palabras de seres humanos. Mejor todavia, es la Palabra de Dios por medio de las palabras de seres humanos. Es indispensable que mantengamos unidas las dos paternidades. Algunos teologos, antiguos y modemos, catolicos y protestantes, han apelado a las dos naturalezas de Cristo como analogia. Si bien el paralelo no es exacto, resulta iluminador. Asi como en la persona de Cristo (que es Dios y hombre) no debemos afirmar su deidad de tal modo que neguemos su humanidad, ni afirmar su humanidad de tal modo que neguemos su deidad, sino mas bien afirmar ambas realidades en igualdad de condiciones, negandonos a permitir que 10 uno contradiga 10 otro, asi tambien, en el caso de la doctrina de la Escritura, no debemos afirmar que es la Palabra de Dios de tal modo que neguemos que se trata de palabras de seres humanos (10 cual es fundamentalismo), ni afirmar que se trata de las palabras de seres humanos de tal modo que neguemos que es la Palabra de Dios (10 que cual es liberalismo), sino mas bien afirmar que es ambas cosas a la vez, negandonos a permitir que la una contradiga a la otra. De manera que por una parte Dios hablo,14 determinando 10 que queria decir, pero sin ahogar la personalidad de los autores humanos. Por otra parte, hablaron seres

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h~ma~os,15 haciend? uso libremente de sus facultades, pero sin dlstorslOnar la doctrma que Dios hablaba por intermedio de ellos. ~? pod~mos ~omamos la libertad de declarar que esta combinaClOn es ImpOSlble. Proceder asi, ha escrito el doctor J. I. Packer seria indicativo de ' una falsa doctrina de Dios, aquf particularmente de su providencia ... Porque ella supone que Dios y el hombre se encuentran en una relacion tal entre sf que no pueden ambos ser agentes libres en la misma accion. Si. el hombre acma li?remente (e. d., voluntaria y espontaneamente), DlOS no 10 hace, y Viceversa. Las dos libertades sedan mutuamente excluyentes. Pero las afinidades de esta idea son con el defsmo, no con el tefsmo cristiano.... La cura para este modo falaz de razonar consiste en c~ptar la ~dea bfblica de la operaci6n concursiva de Dios en, con y medIante el hbre obrar de la propia mente del hombre. 16

La manera en que entendemos la Escritura afectara el modo en que la le.amos. En particular, su doble patemidad exige un doble acerc~ffilento.Dado que la Escritura constituye la Palabra de Dios, debe~1amos leerla como no leemos ningtin otro libro: de rodillas, humlldemente, reverentemente, en actitud de aracion, buscando que el Espiritu Santo nos ilumine. Pero como las Escrituras son tambien palabras de seres humanos, deberiamos leerlas como leemos todo otro libro, empleando la mente, pensando, co~siderando y reflexionando, a la vez que prestando atencion ~Uld.~,d~sa a sus caract:ris~i~as literari~s, historicas, culturales y l~f?UlStICas; Esta co~bmaclOn de humllde reverencia y reflexion cntIca no solo no es lmposible: es indispensableY Te~cero, l.a Escritura es {[til (vv. 16-17). Ella puede hacer mas que mstrUlrnos para la salvacion (v. 15); es tambien «util para enseflar, para redargiiir, para corregir, para instruir en justicia>: (v. 16). _En otras palabras, es provechosa tanto para l,a .doctrma (ensenar la verdad y corregir el error) como para la et~ca ~censurar el pecado y adiestrar para la vida recta), or.le~tandonos de este modo hacia la fe y el comportamiento cnstianos en forma creciente, hasta hacemos hombres y mujeres de Dios, «enteramente preparados para toda buena obra» (v. 17). De estas maneras la Biblia cumple un papel esencial en nuestro crecimiento hacia la madurez en Cristo, como hemos de considerar mas plenamente en el proximo capitulo. Por oposicion a los errores de «los malos hombres y los engafladores», Timoteo debia

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perseverar en la Palabra de Dios, tanto las Escrituras veterotestamentarias como la doctrina de los apostoles. jGracias aDios por la Biblia! Dios no nos ha dejado librado.s a la necesidad de andar a tientas, buscando el camino en la oscundad: nos ha provisto de luz para indicarnos la senda. No nos ha abandonado, de modo que tengamos que andar a la deriva en mares borrascosos: la Escritura conforma una roca en la cual podemos estar £irmes. Nuestra resolucion deberia consistir en estudiarla, creer en ella y obedecerla.

Predicar la Palabra Ni Timoteo ni ninguna otra persona tiene la libe~tad nec:saria para monopolizar la Escritura, por'J.u~ ella no ~s propl~dadpnvada de nadie; constituye propiedad publIca. Hablendo sldo dad~ por Dios, pertenece a todos. Su Palabra ha sid? hablada c~n el fm de que sea trasmitida. De modo que el. ~1?ostol, C?nSClente. de la presencia de Dios y de la futura apanclOn de Cnsto par~ Juzgar (4.1), Ie hace a Timoteo el siguiente encargo: «Que predlques la Palabra» (v. 2) .TIene que proclamarla como un heraldo 0 pregonero en la plaza del mercado. Debe hacerlo osadamente, en for:n;a urgente y pertinente, corrigiendo, censurando y alentand~, se~un la condicion y la necesidad de la gente, y «con toda paclenCla y doctrina» (v. 2). Esto era tanto mas necesario, agrego Pablo, dado que se acercaba el momento en que la gente «no sufrira la sana doctrina». En cambio de ello, padeciendo una extrana condicion patologica, denominada «comezon de oir», escucharan a maestros que les diran 10 que quieren oir, antes que la verdad que Dios quiere trasmitirles (vv. 34). jPero la falta de deseo de algunos de escuchar la Palabra ?-e Dios no es razon para que dejemos de predicarla! Por el contrano, Timoteo debia perseverar, sin perder la cabeza, aguantar la oposicion y cumplir su ministerio fielmente, como evangelista a la vez que como maestro (v. 5). Una de las mayores necesidades de la iglesia contemporanea es la de la exposicion biblica hecha conscientemente desde el pulpito (ver mas adelante, capitulo 13). La.i~orancia, ~asta de los rudimentos de la fe, es amplia. Muchos cnshanos son mmaduros e inestables. Y la razon principal de este triste estado de cosas es la pobreza en cuanto a predicadores biblicos responsables,

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sistematicos, y equilibrados. El pulpito no es el lugar para ventilar nuestras propias opiniones, sino para dar a conocer la Palabra de Dios. La exhortacion del apostoillega a su culminacion en los vers1culos 6-8. En una carta anterior, escrita alrededor de dos anos antes, se ha descrito a si mismo como un «anciano».18 Ahora escribe que el momenta de su partida ha llegado. En realidad, el derramamiento de su vida como un acto de libacion ya "ha comenzado (v. 6). Repasando su carrera apostolica, puede decir que ha peleado la buena batalla, ha acabado la carrera y ha guardado la fe (v. 7). No deplora nada. Probablemente esta encarcelado en la prision mamertina subterranea de Roma, de la que no espera salir libre. Con los ojos de la mente ya ve el relumbron de la espada del verdugo, y mas alIa todavia «la corona de justicia» que «en aquel dia» Jesus, el Juez justo, dara tanto a el como «a todos los que aman su venida» (v. 8). Es esta sensacion, de que su ministerio toca su fin, 10 que 10 mueve a exhortar a Timoteo a mantenerse firme en la Palabra, a perseverar en ella y a trasmitirla a otros. Espero que no se considerara que hablo en forma demasiado personal si digo que entiendo y siento la conmovedora intensidad de las palabras de Pablo, aunque por supuesto no pretendo compararme con el. Pero mientras escribo estas palabras, he celebrado recientemente mi septuagesimo cumpleanos, los estatuidos «setenta anos».19 Habiendo llegado a esta edad, no espero vivir mucho mas. Cada nuevo dia es un regalo adicional que acepto, agradecido, de las manos de Dios. De modo que es natural que me haga la siguiente pregunta: lDonde estan los TImoteos de la proxima generacion ? lDonde estan los jovenes evangelicos, ho~fues y mujeres, resueltos a mantenerse £irmes en la Escritura por la gracia de Dios, negandose a dejarse arrastrar por los arrasadores vientos de la moda, decididos a perseverar en ella y a vivir de conformidad con ella, relacionando la Palabra con el mundo con el fin de obedecerla, y que se sienten comprometidos a trasmitirla, entregandose al ministerio de la exposicion biblica responsable?

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CAPfTULO ONCE

Responder a la Palabra

E

1concepto de la revelaci6n divina y de la necesidad de que nos sometamos a ella no es s610 eminentemente razonable sino tambien practicamente sano. Es razonable porque se reconoce asi que el Dios infinito esta totalmente mas alIa de sus criaturas finitas y que jamas habriamos llegado a conocerle si el mismo no hubiese tornado la iniciativa de darse a conocer. Al mismo tiempo es saludable porque la sumisi6n a la autorrevelaci6n de Dios en Cristo y en el pleno testimonio biblico acerca de Cristo, lejos de inhibir la salud y el crecimiento de la iglesia, en realidad resulta indispensable para ellos. Mi tesis en este capitulo es que la Palabra de Dios, cuando se la recibe y se responde a ella, representa un papel central en la fe y la vida del pueblo de Dios. Ofrezco cinco ejemplos de ello.

El discipulado maduro Primera, la sumisi6n a la autoridad de la Escritura es fa manera de obrar de un discipulado madura. No digo que es imposible ser discipulo de Jesus sin tener una opini6n elevada de la Escritura, porque es evidente que no es este el caso. Hay genuinos seguidores de Jesucristo que no son ÂŤevangelicosÂť, cuya confianza en la Escritura es limitada, incluso minima, que se apoyan con mas confianza en las tradiciones del pasado y en la ensefianza actual de la iglesia, 0 en su prapia raz6n 0 experiencia. No deseo en absoluto negar la autenticidad de su profesi6n cristiana. Sin embargo, me aventura a agregar que el discipulado de tales personas no puede sino empobrecerse como consecuencia de su actitud hacia la Biblia. Un discipulado cristiano pleno, equilibrado y maduro es imposible cuando quiera que los discipulos no se someten a la autoridad docente de su Sefior tal como esta contenida en la Escritura. 167


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RESPONDER A LA PALABRA

Porque, Lque es el discipulado? Es unestilo de vida multifacetico, una amalgama de varios ingredientes. En particular, incluye la adoraci6n, la fe, la obediencia y la esperanza. Todo cristiano esta llamado a adorar a Dios, a confiar en el, a obedecerle y a mirar hacia el futuro con confiada esperanza. Pero todo esto se da como respuesta a la revelaci6n y se ve seriamente perjudicado si no media la confiable y objetiva revelaci6n divina. 1. La adoraci6n. Todo cristiano adora. Tanto en publico como en privado, reconocemos la responsabilidad que tenemos de ofrecerle culto de adoraci6n al Dios Todopoderoso. Pero, Lc6mo podemos adorar a Dios a menos que sepamos quien es el y que clase de culto de adoraci6n Ie agrada? Sin este conocimiento es practicamente seguro que nuestros intentos de adorar degeneren y se conviertan en idolatria. En el mejor de los casos remedariamos ese famoso altar que Pablo encontr6 en Atenas y que tenia la siguiente inscripci6n: «A UN DIOS NO CONOCIDO».! Pero los cristianos no somos atenienses agn6sticos: debemos amar al Senor nuestro Dios con toda la mente 2 y adorarle «en espiritu y en verdad».3 LQue significa, por 10 tanto, adorar aDios? Consiste en «[gloriamos] en su santo nombre»,4 es decir, en actitud de adoraci6n deleitamos en saber quien es el de acuerdo con el caracter que nos ha sido revelado. Pero antes de que podamos gloriamos en el nombre de Dios, tenemos que conocerle. De alIi que sea positiva la lectura y la predicaci6n de la Palabra de Dios en el culto publico, y la meditaci6n biblica en los momentos devocionales privados. Estas cosas no son ajenas a la adoraci6n: constituyen el necesario fundamento para ella. Dios tiene que hablamos antes de que nos sintamos en libertad para hablarle nosotros. Tiene que decimos quien es el antes de que nosotros estemos en condiciones de ofrecerIe 10 que somos nosotros, mediante un culto de adoraci6n aceptable. El adorar aDios es siempre una respuesta a la Palabra de Dios. La Escritura nos dirige de un modo maravilloso, a la vez que enriquece la adoraci6n. 2.w fe. Si todo cristiano es un adorador, todo cristiano es tambien un creyente. En efecto, la vida cristiana es una vida de fe. «LD6nde esta vuestra fe?» pregunt6 Jesus a los Doce cuando expresaron temor, y los exhort6 diciendo: «Tened fe en Dios».5 Pero, Lque es la fe? Ella tambien es una respuesta a la revelaci6n divina. No podemos confiar en un Dios que no conocemos, asi como tampoco podemos adorar a un Dios desconocido. 168

Considere ellector el Salmo 9.10: «En ti confiaran los que conocen tu nombre, por cuanto ttl, oh Jehova, no desamparaste a los que te buscaron.» Si la adoraci6n consiste en «gloriamos» en Dios, teniendo en cuenta quien es el (su «nombre»), luego la fe consiste en «confiar» en el teniendo en cuenta de quien se trata. De manera que la fe no es ingenuidad ni credulidad. No es algo i16gico 0 irracional. Todo 10 contrario: la fe es confianza razonada. Se apoya en el conocimiento, el conocimiento del nombre de Dios. Su caracter razonable surge de la confiabilidad del Dios en el cual se confia. Jamas resulta irrazonable confiar en Dios, dado que no existe ninguna otra persona mas confiable. La fe crece, por consiguiente, en la medida en que reflexionamos sobre el caracter de Dios (quien nunca miente) y sobre el pacta de Dios (quien se ha comprometido con su pueblo). Pero, Lc6mo podemos descubrir su caracter y su pacto? S610 leyendo la Biblia, en la que estas verdades gemelas han sido reveladas. De modo que cuanto masmeditamos en la autorrevelaci6n de Dios en la Escritura, tanto mas rica se volvera nuestra fe, mientras que sin la Escritura nuestra fe tendera invariablemente a debilitarse y flaquear. 3. La obediencia. Jesus llama a sus discipulos a vivir una vida de obediencia, a la vez que de adoraci6n y fe. Pero, Lc6mo hemos de obedecerle, a menos que conozcamos su voluntad y sus mandamientos? Desprovistos de un conocimiento de aquella como de estos, la obediencia seria imposible. «Si me amais, guardad mis mandamientos,» dijo.6 Ademas: «El que tiene mis mandamientos [es decir, los conoce, los atesora, y los conserva en la mente y en la memoria], y los guarda, ese es el que me ama.»7 Una vez mas, entonces, la Biblia resulta indispensable para alcanzar la madurez en el discipulado. Porque alIi aprendemos los mandamientos de Cristo y, por ende, damos el primer paso necesario para llegar al conocimiento de su voluntad y cumplirla. 4. La esperanza. La esperanza cristiana consiste en una confiada expectativa con respecto al futuro. Ninglin cristiano puede ser cinico 0 pesimista. Por cierto que no creemos que los seres humanos lograran jamas concretar el proyecto de la Utopia en esta tierra. Aun cuando tenemos poca confianza en los logros humanos, tenemos en cambio una gran confianza en los prop6sitos y el poder de Dios. Estamos plenamente seguros de que el error y el mal no tendran la ultima palabra. Por el contrario, en ultima instancia 169


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Muchas personas seguramente negarian de inmediato esta afirmaci6n e incluso sostendrian 10 contrario. No pueden entender

c6mo puede haber cristianos aparentemente inteligentes a fines del siglo XX que sean tan ingenuos como para creer en la inspiraci6n y la autoridad de la Biblia. Estiman que comprometerse a sostener la verdad y la confiabilidad de la Escritura es algo insostenible. Por ella acusan a quienes 10 hacemos de una falta de integridad intelectual. Nos acusan de oscurantismo, esquizofrenia mental, suicidio intelectual y otras condiciones horrendas. De estos cargos, sin embargo, nos declaramos «inocentes». Insistimos en que nuestra convicci6n en cuanto a la Escritura nace de esa rnisma integridad de la que nuestros criticos dicen que carecemos. La «integridad» es la cualidad de la persona integrada. En particular,los cristianos integrados estan en paz, no en guerra, consigo mismos. En lugar de ser conscientes de una dicotomia entre nuestras diversas creencias, 0 entre nuestras creencias y nuestro comportarniento, de tal modo que nos sintamos «despedazados» interiorrnente, hay en nosotros arrnonia interior. Somos «de una pieza», 0 enteros.LCuaI es el secreta de esta integraci6n? No hay principio cristiano mas integrador que la afirrnaci6n que consideramos en el capitulo 5: «Jesucristo es Senor». Pertenece a la esencia misma del discipulado cristiano el que confesemos su senorio con los labios, y el que 10 entronicemos como Senor en nuestro coraz6n. Aceptamos el yugo facil de su autoridad docenteo Procuramos llevar «cautivo todo pensarniento a la obediencia de Cristo».n Y cuando Jesus es Senor de nuestras creencias, opiniones, ambiciones, norrnas morales, valores y estilo de vida, entonces somos cristianos integrados porque asi la «integridad» caracteriza nuestra vida. Solamente cuando el es Senor es que nosotros podemos consideramos completos. Pero Jesus nuestro Senor se someti6 el rnismo a las Escrituras del Antiguo Testamento. En su conducta etica, en su comprensi6n de la rnisi6n que Ie tocaba y en sus debates publicos con los lideres religiosos contemporaneos, su principal preocupaci6n fue siempre la de ser fiel a la Escritura. «LQue dice la Escritura?» preguntaba. Ella fue siempre su tribunal final de apelaci6n. Es mas, indic6 su expectativa de que sus disdpulos siguieran su ejemplo en esto. Ademas, tome las medidas necesarias para que se escribiesen las Escrituras del Nuevo Testamento, al elegir, llamar, preparar y cornisionar a los ap6stoles para que fuesenlos maestros de la iglesia. Por otra parte, esperaba que la iglesia se sometiera a ellos. «El que a vosotros oye, ~ rni me oye», dijo.12 Como consecuencia de esto,

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triunfanin la verdad y la justicia. Jesucristo va a regresar rodeado de fortaleza y esplendor, los muertos seran levantados, la muerte abolida y el universo liberado de la descomposici6n y revestido de gloria. Pero, Lc6mo podemos estar seguros de estas cosas? No hay ninguna base obvia para alentar esta confianza. El mal prospera. Los malos salen con la suya en su maldad. Los problemas mundiales parecen no tener soluci6n. Y el nebuloso hongo de la explosi6n nuclear sigue amenazante en el horizonte. LAcas~ n~ hay mas razones para desesperar que para tener esper~nza?S~, ~Sl seria ... jsi no fuera por la Biblia! Es la Biblia la que desplerta, dmge y nutre la esperanza. Porque la espera~za cristia~a es ~lgo muy distinto del optirnismo secular. Es conflanza en DlOS, ahmentada por las promesas de Dios. «Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesi6n de nuestra esperanza,» ~xhorta el autor de ~e~reos,a sus lectores. LPor que? «Porque flel es el que prometlO.» Jesus rnismo dijo que volveria. «Entonces veran al Hijo del Hombre, que vendra en las nubes con gran poder y gloria ... y vereis al Hijo del Hombre ... viniendo en las nubes del cielo.»9 Son promesas como estas las que estimulan nuestra esperanza. «Seg{m sus promesas» vislumbramos un mundo nuevo, en el cual reinara la justicia. lO Aqui, entonces, tenemos cuatro ingredientes basicos del discipulado cristiano: la adoraci6n, la fe, la obediencia, y la esperanza. Los cuatro serian irracionales si no hubiera una base objetiva en la revelaci6n divina, a la cual responden. El culto de adoraci6n es una respuesta a la revelaci6n del nombre de Dios; la fe 10 es a la revelaci6n de su caracter y su pacto; la obediencia 10 es a la revelaci6n de su voluntad y sus mandarnientos; y la esperanza 10 es a la revelaci6n de su prop6sito y sus promesas. Y el nombre, pacto, mandamientos y promesas de Dios estan ~odos en ~a Escritura. Por eso la Escritura tiene una fundamentallmportanCla para el crecirniento cristiano y la surnisi6n a su autoridad es el modo de alcanzar la madurez en el discipulado.

La integridad intelectual Segundo, la sumisi6n a la autoridad biblica es la manera de alcan-

zar la integridad intelectual.


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la sumision a la Escritura por los discipulos cristianos es parte integral de nuestra sumision a Jesus como Senor. EI discipulo no es superior a su maestro. No es posible, por 10 tanto, que intentemos acomodarnos a una sumisionselectiva. Resultaria inherentemente ilogico, por ejemplo, estar de acuerdo conla doetrina de Jesus sobre Dios, pero estar en desacuerdo con su perspectiva en cuanto a la Palabra de Dios. De ninguna manera; la sumision selectiva no es sumision autentica. Esto proporciona la clave que necesitamos en relacion con la manera de encarar los problemas que encontramos en la Biblia. Porque al afirmar la inspiracion y autoridad de la Escritura no niego que existan problemas. Existen problemas textuales, literarios, historicos, cientificos, filosoficos, culturales, teologicos y morales. Los fenomenos observables de la Escritura (que vemos de manera inductiva) parecerian a veces entrar en conflicto con nuestra doctrina relativa a la Escritura (que sostenemos de manera deduetiva, infiriendola de la actitud y la ensenanza de Jesus).lQue es 10 que deberiamos hacer, en consecuencia, con los problemas? lComo podemos resolverlos con integridad? Es preciso que recordemos que todas las doetrinas cristianas ofrecen problemas, sin excluir las doctrinas centrales de Dios (su ser, su creacion, su soberania, su providencia y su justicia), de Jesucristo (el que sea una persona con dos naturalezas, su obra de expiacion, su resurreccion, su reinado aetual y su futuro regreso) y del Espiritu Santo (su actividad en la iglesia y el mundo). a tomemos el amor de Dios. Se trata de una doetrina cristiana fundamental. Todo cristiano, sin excepcion, cree que Dios es amor (el cat6lico romano, el ortodoxo, el reformado, elluterano, el episcopal, el independiente, el pentecostal); si 10 negara, no seria cristiano. Pero los problemas que surgen en tome a esta creencia son enormes; por ejemplo, el origen y la difusion del mal, el sufrimiento de los inocentes, los «silencios» de Dios y los «aetos» de Dios, la vastedad del universo y la aparente insignificancia de los seres humanos individuales. Suponiendo que se nos acerca alguien con un problema o un dilema personal (tal vez el nacimiento de un nino discapacitado, un desastre natural 0 una tnigica desgracia), y nos hace el siguiente desafio: «lPor que me tiene que ocurrir esto ami? lComo es posible que Dios sea amor si permite esto?» lC6mo reaccionamos? lDecimos que, con el fin de preservar nuestra

integridad intelectual, debemos suspender la creencia en el amor de Dios hasta que hayamos resuelto el problema? jEspero que no! Tampoco escondemos el problema debajo de la alfombra para tratar de olvidarlo. Por cierto que no. Al contrario, ademas de luchar con el interrogante sobre como deberiamos responder pastoralmente al que nos ha consultado, luchamo~ con el pro~len:a en la mente y en el corazon. Meditamos sobre el ffilsmo a conClenCla, leemos sobre el tema, hablamos con otros y oramos buscando la respuesta. Y asi comienza a surgir algun grade de luz en relacion con el problema. Con todo, parte de la perplejidad ocasionada persiste. LQue otro paso podemos dar, entonces? Pienso que el modo de actuar con integridad intelectual consiste en resolver que vamos a. ~etener la convicci6n en cuanto al amor de Dios, a pesar de las dlftcultades residuales, en ultima instancia debido a una sola raz6n, a saber, que Jesus nuestro Senor la enseno y la e~ibio. Para e~pezar, P?r Jesus llegamos a creer en el amor de DlOS; por la ffilsma razon debemos seguir haciendolo. Es igual con los problemas relacionados con la Biblia. Tenemos que aprender a enfrentarlos como enfrentamos los probl:mas en torno a otras doetrinas cristianas. Si alguien se nos aproxlma con un problema biblico (alguna discrepancia, por ejemplo,. entre la teologia y la ciencia, 0 entre dos relatos de los Evangehos, 0 un dilema moral), Lque hemos de hacer? No deberiamos (bas~dos en un concepto erroneo de la integridad) suspender la creenCla en la verdad de la Escritura hasta que hayamos resuelto el problema. Tampoco deberiamos archivar el problem.a (posponiendo indefinidamente su desafio), u ocultarlo debaJo de la alfombra (escondiendolo permanentemente, incluso de nosotros mis~os). Mas bien, deberiamos luchar a conciencia conel problema mediante el pensamiento, la discusion, y la oracion. ~l proceder asi, algunas de las dificultades se aclararan total 0 parClalmente. Pero luego, a pesar de las que permanezcan, debemos sos~ene~ 10 que cree~os toeante a la Escritura sobre la base de que Jesus ffilsmo 10 enseno y 10 exhibi6. Si un critico me dice: «Usted es oscurantista, porque cree que la Biblia es la Palabra de Dios a pesar de los problemas,» actualmente Ie devuelvo el cumplido y Ie digo: «Pues bien, si a usted Ie parece, 10 soy. Pero en ese caso usted tambien es oscurantista po~que cr~e en el amor de Dios a pesar de los problemas.» En reahdad, sm embargo, creer una doetrina cristiana a pesar de sus problemas,

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debido al reconocido senorio de Jesucristo, no es oscurantismo (preferir las tinieblas a la luz) sino fe (confiar en aquel que dijo ser la luz del mundo). Es mas que fe; es la sobria integridad intelectual de confesar a Jesus como Senor.

El progreso ecumenico

Indudablemente que se ha de considerar entre las mayores calamidades de nuestro siglo el que las iglesias esten de este modo separadas unas de otras ... y que la sagrada comunion de los miembros de Cristo, que muchos confiesan con su boca, solo pocos buscan sinceramente ... De esto se sigue que estando los miembros tan esparcidos, el cuerpo de la iglesia yace ensangrentado. Esto me afecta tan profundamente, que, si alguien viese que puedo ser de algun~ utilidad, no dudaria en cruzar diez mares en pro de este asunto, SI ello fuese necesario ... En efecto, si hombres eruditos llegaran a procurar un solido acuerdo cuidadosamente elaborado segun la regIa de la Escritura, un acuerdo por el cuallas iglesias separadas pudieran unirse entre si, pienso que por mi parte no deberia ahorrar ninguna dificultad o peligro. 15

En tercer lugar, la sumisi6n ala autoridad de la Escritura es la manera de encauzar el progreso ecumenica, vale decir, el medio por el cual se puede asegurar una aproximaci6n aceptable entre las iglesias. Ahora bien, comprendo que algunos de mis lectores no tengan la menor intenci6n de lograr algun progreso ecumenico. Es posible que ellector tenga (imagino aqui) sospechas acerca de todo el movimiento ecumenico, como tambien acerca del Consejo Mundial de Iglesias, al que ha dado origen. Lo que ve es (si bien siempre resulta enganoso generalizar) su tendencia al indiferentismo doctrinal, su intento de reinterpretar la misi6n cristiana en funci6n de la acci6n sociopolitica, y su inclinaci6n hacia el sincretismo y el universalismo, ante los desafios de otras creencias religiosas. Por cierto que entiendo sus inquietudes, porque yo las comparto. Hay muchas cosas en el ecumenismo contemporaneo que ocasionan perplejidad y aun aflicci6n. jNo podemos aceptar de manera acritica todo 10 que emana de Ginebra! No obstante, tambh~n me preocupa la condena lisa y llana de la actividad ecumenica por parte de un amplio sector de la comunidad evangelica. Tengo claro que no podemos sencillamente desechar a todo el sector no evangelico de la cristiandad como si no existiera, 0, dado que existe, considerarlo como no cristiano y decidir que no vamos a tener nada que ver con el mismo. Ademas, Jesus nuestro Senor or6 pidiendo que su pueblo fuese uno, con el objeto de que el mundo creyese,13 y su ap6stol Pablo nos insta a ser «solicitos en guardar la unidad del Espiritu en el vinculo de la paz».14 Por supuesto, hay lugar para el desaliento entre nosotros en cuanto a la forma que deberia adoptar la unidad cristiana. Pero deberia ser posible que nos pongamos de acuerdo en que la competencia entre diferentes iglesias es impropia, y que alguna forma de unidad visible de la iglesia es una meta deseable. En su respuesta a una carta de Thomas Cranmer, arzobispo de Canterbury, en 1552, Calvino escribi6 asi:

La carta de Calvino a Cranmer es significativa, no s610 en raz6n del fin que perseguia (la uni6n de iglesias separadas), sino, ademas, debido al medio que proponia (acuerdo segun la regIa de la Escritura). Porque la unidad que Cristo mismo anhela para su iglesia es indudablemente unidad en tomo a la verdad. Su oraci6n registrada en Juan 17 vincula claramente los dos ~onc~ptos~co~? veremos en el capitulo 16. Ademas, dado que la IgleSIa esta edlflcada sobre el fundamento de los ap6stoles y los profetas, con Cristo mismo como principal piedra del angulo,16 con seguridad que no habra de crecer en tamano 0 estabilidad si se descuida, y mucho menos si se socava, el fundamento. Y en su posici6n oficial el Consejo Mundial de Iglesias esta de acuerdo con esto. La definici6n aceptada por la entidad en cuanto a «la unidad que busca~os» (1961) habla de «una sola comuni6n plenamente compromehda, que sustenta una sola fe apost61ica, que predica.un solo eva~gelio, que parte el linico pan», y que comparte una VIda corporahva de oraci6n, testimonio y servicio. 17 Lo de «una sola fe apost61ica» nos ha llegado, desde luego, por el Nuevo Testamento, y no se puede ni se debe consider~r ninguna uni6n de iglesias que se desvie de esta re?la. En pa.rhcular, uno de los mayores obstaculos para la umdad ha sido siempre que no se ha distinguido entre la Escritura'y la tradici6n. Jesus mismo traz6 una clara distinci6n entre la Escn~r~ documentada y la tradici6n oral de los ancianos; subordmo esta a aquella, y hasta lleg6 a rechazar la tradici6n ~omo «mandamientos de hombres», con el objeto de que la Escntura, 18 E . como Palabra de Dios, ocupase el lugar supremo. sta ffilsma

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distincion es la que hace falta en el dia de hoy. Sin embargo, un ejemplo de la razon por la cual han fracasado algunos proyectos de unidad eclesiastica es la tendencia de las iglesias anglicanas 0 episcopales a insistir en un punto de vista particular del «episcopado historico», como si fuera indiscutible. Podemos entender las razones historicas que se esgrimen para esto, y yo mismo querria defender lma forma episcopal de gobiemo como un ideal pastoral que concuerda con la Escritura y que es propicio para la salud de la iglesia. Pero no es posible insistir en esto como algo indispensable, ya que pertenece a la tradicion de la iglesia y no es un requisito impuesto por la Escritura. Si solo pudieramos concordar en que la Escritura es «la Palabra escrita de Dios» (articulo XX del anglicanismo), que elia es suprema en su autoridad -autoridad que esta por encima de todas las tradiciones humanas, por venerables que sean- y que debe permitirsele reformar y renovar la iglesia, dariamos de inmediato un salto hacia adelante en las relaciones ecumenicas. La reforma de conformidad con la Palabra de Dios es indispensable para la unificacion.

Cuarto, la sumision a la autoridad de la Escritura es la manera de llevar a cabo una evangelizaci6n fiel y eficaz. Mi argumentacion hasta aqui ha sido domestica y eclesiastica, porque hemos estado pensando en el discipulado y la integridad personales, y en las relaciones entre las iglesias. En todo momento el mundo alIi afuera se debate en una gran confusi6n y oscuridad. LTiene la iglesia alguna luz para esta oscuridad, alguna palabra de esperanza para este tan confundido mundo modemo? Una de las tragedias de la iglesia contemporanea es que justamente cuando el mundo pareciera estar dispuesto a escuchar, con frecuencia la iglesia pareceria tener poco 0 nada que decir. Es que la iglesia misma esta confundida: comparte la perplejidad actual, en lugar de ocuparse en resolverla. La iglesia se siente insegura; no tiene seguridad en cuanto a su identidad, su mision y su mensaje. Balbucea y tartamudea, cuando deberia estar proclamando el evangelio con audacia. De hecho, la principal razon de su decreciente influencia en Occidente es su fe decreciente.

Es imposible recuperar el ritmo en la evangelizacion sin una recuperacion del evangelio mismo, las buenas nuevas. Porque la evangelizacion, segtin su definicion mas simple, consiste en «compartir el evangelio». De modo que la evangelizacion biblica es imposible sin un evangelio biblico. En todo el mundo muchas iglesias consideran la decada del ano noventa como «la decada de la evangelizacion». Esto suena muy bien. Pero nunca nos pondremos de acuerdo en cuanto a 10 que queremos decir con el termino «evangelizacion» si nos negamos a considerar el contenido del «evangelio». En realidad, la evangelizacion tiene que definirse en funcion del evangelio. Deberiamos poder ponemos de acuerdo en que el testimonio cristiano es esencialmente testimonio acerca de Cristo, y en que el unico Cristo autentico que existe es el Cristo del testimonio apostolico. Los apostoles fueron los testigos originales, los testigos oculares; nuestro testimonio, por vital que sea, siempre ha de ser secundario con respecto al de elios. Nosotros no tenemos autoridad alguna para corregir 0 modificar el evangelio. Mas bien, nuestro llamamiento consiste en preservarlo como mayordomos, proclamarlo como heraldos y defenderlo como abogados. . . En su libro sobre la evangelizacion, titulado Go and Make DISCIples (Id y haced disdpulos), David Read, quien durante muchos anos fue ministro de la Madison Avenue Presbyterian Church, en Nueva York, escribio: «Quienes gustamos de visitar otros paises conocemos ese solemne momenta cuando en la frontera nos damos con un funcionario aduanero quien ... nos mira con ojos acerados y pregunta 'LUene algo que dec1arar?' Hasta ahora no he tenido nunca el temple necesario para contestar 'Si, como ministro del evangelio, es mi deber declarar que Jesucristo es su Senor y Salvador'.» De manera que David Read denomina su capitulo final: «Lo crucial: LUene usted algo que declarar?» Es la falta de conviccion acerca del evangelio, escribe, 10 que hace que «la mayoria de nosotros ... seamos evangelistas renuentes».19 Estoy de acuerdo. Creo que no hay ninguna posibilidad de que la iglesia tome en serio su tarea de evangelizaci6n ~ men?s que primero recupere su confianza en la verdad, la pertmenCla, y el poder del evangelio, y comience a emocionarse nuevan:en.te ante la tarea. Para esto, sin embargo, tendra que volver a la Blbha en la que ha sido revelado el evangelio.

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La evangelizaci6n eficaz


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La humildad personal Quinto,la sumisi6n a la autoridad de la Escritura es la manera de alcanzar la humildad cristiana personal. Nada hay que sea mas detestable en los que manifestamos seguir a Jesucristo que la arrogancia, y nada hay que sea mas apropiado 0 atractivo que la humildad. Ademas, un elemento esencial de la humildad cristiana es la buena disposici6n para escuchar y recibir la Palabra de Dios. Quiza la necesidad mas grande de todas nuestras necesidades sea la de volver a ocupar nuestro lugar: a los pies de Jesucristo, humilde, silenciosa y expectantemente, con el prop6sito de escuchar atentamente su Palabra, creerla y obedecerla. Porque no tenemos la libertad de no creer en el 0 no obedecerle a el. La cuesti6n decisiva que tenemos ante nosotros, y que tiene ante si la iglesia toda, es la determinaci6n de si Jesucristo es Senor (como decimos que 10 es) 0 no. La cuesti6n esta en determinar si Cristo es Senor de la iglesia (con derecho a ensenar y mandar en ella) 0 si la iglesia tiene el senorio sobre Cristo (con derecho a modificar y manipular su ensenanza). En la actual crisis de autotidad en el mundo y perdida de autoridad en la iglesia, mi suplica es que volvamos a una humilde sumisi6n a la Escritura como Palabra de Dios, y que 10 hagamos en raz6n de una humilde sumisi6n a Jesucristo como Senor, aquel que se someti6 humildemente a la Escritura en su propia fe, vida, misi6n, yensenanza. Al proceder asi, encontraremos la manera de llegar a un discipulado maduro y ala integridad intelectual, la manera de unir a las iglesias y de evangelizar el mundo, y la manera de expresar una adecuada humildad ante nuestro Senor Jesucristo. Esto es 10 que quiero decir cuando hablo de 10 «saludable» que resulta someternos a la autoridad de la Escritura.

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CAPITULO DaCE

La trasposici6n de la Palabra

C

ada vez que tomamos un ejemplar de la Biblia y 10 leemos, incluso en alguna traducci6n contemporanea tal como la versi6n popular denominada Dios llega al hombre, somos consci~ntes de que retrocedemos dos milenios 0 (en el caso del AntIguo Testamento) mas todavia. Viajamos hacia atras en el tiempo, mas alIa de la revoluci6n del microchip, la revoluci6n electr6nica, la revoluci6n cientifica y la revoluci6n industrial, hasta que nos encontramos en un mundo extrano que dej6 de existir hace mucho tiempo. En consecuencia, la Biblia nos resulta rara, ~uena arcaica, parece obsoleta y despide olor a humedad. Nos sentimos ter:tados a preguntar con impaciencia: «~Que puede tener para deClrme a mi ese libro viejo?» . . Nuestro sentido de 10 incongruente cuando leemos la Blbha, y la consiguiente dificultad que con frecuencia experimentamos para recibir alguna comunicaci6n significativa de ella, no se deben principalmente al paso del tiempo en si mismo (del siglo I al XX), como tampoco a la mera distancia (del Oriente ~edio a Oc~iden­ te), sino a las diferencias culturales que han ocaslOnado el tIempo y ellugar tan remotos. De hecho, se nos presentan dos problemas diversos pe~o complementarios. El primero es el problema de nuestro P~OplO encierrro cultural, y el segundo es el problema del condl~lOna­ miento cultural de los autores biblicos. Esto es, tanto los escntores como los lectores de la Escritura son hijos de su propia cultura, productos (y por 10 tanto hasta cierto punto prisioneros) de las culturas particulares en las cuales se criaron. Consecuentemente, siempre que leemos la Biblia hay un choque de cultur~s en~re el mundo biblico y el mundo moderno. Tanto 10 que DlOS dIce como 10 que nosotros oimos estan condicionados por 10 cultural. Este hecho claramente afecta la interpretaci6n que hacemos 179


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de la Escritura; en el curso de nuestro analisis tendremos que preguntamos si al mismo tiempo afecta la autoridad de la Escritura.

La hermeneutica biblica, es decir, el arte 0 la ciencia de interpretar la Escritura, se ha convertido en los ultimos anos en una preocupacion prioritaria de los entendidos. Mas aun, todos los cristianos que leen la Biblia se dan con la cuestion de como entenderla acertadamente. El problema surge de las extremas peculiaridades culturales del antiguo texto y del interprete modemo. Cada cual tiene un «horizonte» distinto, un punto de vista 0 perspectiva limitado, y 10 que se requiere es 10 que Hans-Georg Gadamer llamo una «fusion» de los horizontes. «La comprension tiene lugar ---escribe el doctor Tony Thiselton en su clasico y compendioso estudio titulado The Two Horizons 1- cuando dos conjuntos de horizontes entran en relacion el uno con el otro, a saber, los del texto y los del interprete.»2 A la primera tarea del inh~rprete en este proceso Gadamer la llama «distanciamiento». Es decir, tenemos que reconocer «10 pasado del pasado», desprendemos del texto y dar lugar a su propia integridad historica, sin inmiscuirnos en ella y sin decidir prematuramente de que manera se aplica a nosotros. Una cuidadosa exegesis del texto exige estudiarlo en sus propios terminos culturales y lingiiisticos. Pero ese es solo el comienzo. Si en primer lugar tomamos distancia del texto, seguidamente procuramos adentramos en el. «Tiene que entablarse un dialogo actual con el texto -escribe Tony Thiselton- a la vez que un distanciamiento critico del mismo.»3 Dado que el interprete tambien forma parte de un contexto preciso y particular, si bien diferente del que representa el texto, esto no resulta facil. Se requiere un alto grado de imaginacion, de empaHa, si hemos de ingresar en ese mundo ajeno. «La exegesis historica es esencial, pero no es suficiente. Necesitamos tanto el distanciamiento como una apertura al texto que desemboque en el progreso hacia la fusion de los horizontes.»4 Esto conduce a una activa interaccion 0 dialectica entre texto e interprete. Por mas que nos dediquemos a distanciamos del texto, dificilmente podemos dejar de aportar al mismo nuestras presupo-

siciones y nuestra propia agenda de problemas y preguntas. Puede que la Escritura responda a elIas. Pero, en razon de que ella tiene su propia agenda, puede que no 10 haga. En cambio, puede que nos desafie a retiramos a fin de reformular esas preguntas, incluso a remplazarlas por otras mejores. Luego volvemos con nuestra agenda nueva, y asi prosigue el dialogo entre nosotros. Esto forma parte de 10 que se llama «el circulo hermeneutico», si bien algunos estudiosos europeos y latinoamericanos han preferido la expresion «espiral hermeneutica» porque el movimiento es progresivo y hacia arriba.s Durante la decada del ano sesenta algunos eruditos alemanes, especialmente Emst Fuchs y Gerhard Ebeling, ex alumnos de Bultmann, fueron mas alIa todavia en la elaboracion de una «nueva hermeneutica». Rechazando la objetividad como algo imposible de alcanzar, sobre la base de que no podemos saltar y alejamos de nuestra propia particularidad para aproximamos a la del autor biblico, enfatizaron la necesidad de dejar hablar al texto. Seglin la teoria dellenguaje de esta escuela, su proposito no es tanto trasmitir «conceptos» sino provocar un «evento» (un «evento de lenguaje»), en el que se intercambian los papeles del texto y del interprete, y este escucha en lugar de hablar. Pareceria estar claro que estos posbultmannianos fueron demasiado lejos. Negando que el texto biblico tiene un significado accesible, objetivo, se entregaron a una subjetividad incontrolada. Lo que les decia el texto podia no tener relacion alguna con 10 que realmente significaba. Sin embargo, hay un valor permanente en 10 que estos eruditos buscan. Toman en serio el abismo cultural existente entre el pasado y el presente. Reconocen la particularidad historica independiente, tanto del texto como del interprete, y procuran elaborar una dialectica entre ellos. La antigua hermeneutica ponia en nuestras manos un conjunto de reglas universales de interpretacion, que aplicabamos al texto; a la nueva hermeneutica Ie interesa abrir lugar para que el texto nos aplique su mensaje a nosotros. La antigua hermeneutica se concentraba en el texto como su objeto: nos ubicabamos por encima del mismo, 10 estudiabamos, 10 escudrmabamos, Ie aplicabamos nuestras reglas y practicamente nos haciamos cargo de su control. La nueva hermeneutica, sin embargo, se concentra en el texto como sujeto: el texto se ubica por encima de nosotros y nosotros nos sentamos timidamente «debajo de el», como solian expresarlo los

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El problema hermeneutico


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refonnadores. El texto se dirige a nosotros, nos enfrenta, nos desafia y nos cambia. Este es, entonces, el peligro de una nueva polarizacion entre 10 «antiguo» y 10 «nuevo». Cada uno de dichos acercamientos resulta peligrosamente desequilibrado sin el otro. Debemos tener presente que el texto es tanto objeto como sujeto. Dialogamos con el texto, y este dialoga connosotros. Pero mientras estos dos proc:sos se desarrollan, debemos insistir en que el objeto y el sUJeto constituyen el mismo texto y tienen el mismo significado. Volvamos ahora a los dos problemas culturales y consideremoslos separadamente.

Todo ser humano que haya existido ha sido una criatura de su propia cultura. Cultura es un termino conveniente con el cual denotar el complejo de creencias, valores, costumbres y tradiciones que cada generacion recibe de la precedente y trasmite a la que Ie sigue, y que liga a los miembros de la sociedad entre s1. Todos hemos bebido de la fuente de nuestra herencia cultural juntamente con la leche de nuestra madre. La manera en que pensamos, juzgamos, actuamos, hablamos, nos vestimos, comemos, trabajamos y jugamos esta determinada, en buena medida, por la cultura, y generalmente no nos damos cuenta hasta que punto la crianza cultural nos ha esclavizado. De ahi el gran valor de los viajes, porque entonces aprendemos a escucharnos a nosotros mismos a traves de los oidos de otra cultura y a mirarnos a traves de los ojos de otra cultura. Recuerdo bien mi primera visita a los Estados Unidos, hace unos 35 anos. Despues del primer mensaje que pronuncie en tierra americana, una dama me dijo: «Me gusta mucho su acento ingles.» lAcento? lYO? Por supuesto que ella tenia acento norteamericano, pero lacaso yo no hablaba el ingles tradicional, conocido como «el ingles de la Reina»? Mi habla constituia la norma; la de ella era una desviacion, 10 anormal. Luego, no mucho despues, estuve en Manila, y un muchachito filipino de solo unos ocho anos de edad se me acerco, levanto la cabeza, me miro a la cara y comento atrevidamente: «jUsted si que habla raro!» Tenia razOn. Hablo raro. Pero tambien hablan raro ellector y todos los demas.

La cultura incluye no solo los puntos de vista, los valores, las nonnas morales y las costumbres generales de la sociedad, sino tambien aquellos que corresponden al sexo,la edad y la clase social particular de cada cual. Todos ellos afectan la manera en que leemos la Biblia. Por ejemplo, lcomo puedo yo, como hombre, leer la Escritura de la misma manera que una mujer que ha sido herida por el chauvinismo masculino? lO como puedo yo, como anciano, oir en la Escritura 10 que oyen los jovenes cuando la leen ellos? Finalmente, lcomo puedo yo, como miembro de la sociedad pudiente, realmente escuchar 10 que dice la Escritura acerca de los pobres? Hombres y mujeres, viejos y jovenes, blancos y negros, africanos y asiaticos, capitalistas y socialistas, empleados y desempleados, miembros de la clase media y miembros de la clase obrera: todos leen la Escritura de manera diferente. Nuestros anteojos tienen lentes culturales. Es tan diffcil que resulta casi imposible leer la Biblia con genuina objetividad y apertura, como tambien que Dios atraviese las defensas culturales de manera que pueda decirnos 10 que quiere decirnos. En lugar de ello, nos acercamos a leer la Biblia con nuestra propia agenda, nuestros propios prejuicios, interrogantes, preocupaciones, intereses y convicciones, y, a menos que tengamos sumo cuidado, los imponemos al texto biblico. Con sinceridad podemos orar en los siguientes terminos antes de comenzar a leer: «Abre mis ojos, y mirare las maravillas de tu ley»,6 y, sin embargo, puede persistir la falta de comunicacion, porque incluso esa oracion introductoria, si bien es cierto que procede del Salterio, resulta sospechosa, ya que determina el tipo de mensaje que queremos oir. -Por favor, Senor, quiero ver «maravillas» en tu palabra hoy. Pero Dios puede responder: -lQue te hace pensar que tengo «maravillas» para mostrarte? La verdad es que tengo algunas cosas bastante «perturbadoras» para mostrarte hoy. lEstas preparado para recibirlas? -Ah, no, Senor, no, por favor -balbuceamos como respuesta-. Acudo a la Escritura solo para ser consolado; en realidad no quiero que me desafie 0 me perturbe. En otras palabras, acudimos a la Biblia con la agenda formulada unilateralmente, con las expectativas preestablecidas, con la decision tomada, estipulando de antemano 10 que queremos que Dios nos diga. Luego, en lugar de oir el tronar de su voz, todo 10

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Nuestro propio encierro cultural


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que recibimos son los reconfortantes ecos de nuestros propios prejuicios cultura1es. Y Dios nos dice, como Ie dijo a su siervo por medio de Isaias: «Sordos, oid, y vosotros, ciegos, mirad para ver. {Quien es ciego, sino mi siervo? {Quien es sordo, como mi mensajero que envie?»7 Por ello el deprimente catalogo de la infidelidad de la Iglesia. POCLlS veces en su larga historia ha estado la iglesia sensitivamente sintonizada con la Palabra de Dios. Mas frecuentemente ha sido exactamente 10 que tenia prohibido ser, a saber, conformista.8 Se h~l dejado moldear mas por el mundo que por la Palabra. En lugar de ofrecer un desafio al statu quo con los valores del reino de Dios, lo ha aceptado. En lugar de resistir los avances del secularismo, se ha rendido ante ellos. En lugar de rechazar el sistema de valores y e1 estilo de vida del mundo, los ha asimilado. La iglesia se ha acomodado a la cultura predominante, se ha encaramado en todas las corrientes de moda, y ha canturreado todas las melodias populares del momento. Cada vez que la iglesia obra de este modo, lee la Escritura a traves de los ojos del mundo y procura dar una explicacion razonable para su propia infidelidad. {Es injusto esto? Creo que no. Considere el lector algunos ejemplos del pasado. La historia eclesiastica esta repleta de puntos culturales debiles de la Iglesia. {Como es, me pregunto, que la conciencia cristiana no solamente aprobaba sino que llego a ensalzar esas terribles cruzadas medievales, como formas de mision que glorificaban a Cristo, de tal modo que los caballeros cristianos de Europa con reluciente armadura saHan a recuperar los lugares sagrados arrebatandolos por la fuerza de manos del islam? Fue un impio disparate que los musulmanes no hayan olvidado nunca, y menos perdonado, disparate que sigue obstruyendo la evangelizacion del mundo musulman, especialmente en el Oriente Medio. {O como es que se pudo llegar a emplear la tortura en el nombre de Jesucristo para combatir la herejia e imponer la ortodoxia, de tal manera que se aplicaban los torniquetes a algun pobre disidente hasta que capitulara? Casi se la podria caracterizar como «evangelizacion pm medio de la tortura». jY todo esto en el nombre del Principe de Paz! (0 como es que, si bien los franciscanos organizaron misiones en el siglo XIII Y los jesuitas en el XVI, las iglesias protestantes estaban tan centradas en si mismas que virtualmente no tuvieron misiones hasta la epoca de los pietistas, dos siglos despues de la

Reforma? Aun asi, hacia fines del siglo XVIII, cuando William Carey propuso una mision a la India, fue recibido con esta replica con aires de superioridad: «Sientese, joven; cuando Dios quiera convertir a los paganos, 10 hara sin su ayuda 0 la mia.» (Acaso el que 10 criticaba no habria leido nunca la Gran Comision? Por ultimo, (como es que la cruel degradacion de la esclavitud y del comercio de esclavos no fue abolida en el llamado mundo occidental y cristiano hasta 1800 anos despues de Cristo? (0 como es que el prejuicio racial y la contaminacion ambiental se han reconocido ampliamente como los males que son, solo con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial? Tal es el cata1ogo de algunos de los peores puntos debiles que han estropeado el testimonio de la iglesia a 10 largo de los siglos. Ninguno de ellos puede defenderse a partir de la Escritura, aunque se han hecho tortuosos intentos en ese sentido. Todos ellos se deben, mas bien, a una lectura enganosa de la Escritura, 0 a una falta de deseo de someterse a su autoridad. La tradicion enceguecio al pueblo de Dios. Este tenia otras agendas; no tenia la intencion 0 el animo de escuchar aDios. (Que diremos, entonces, de nuestra propia ceguera contemporanea? Resulta relativamente facil criticar a los antepasados por la suya; es mucho mas dificil tener conciencia de la nuestra. (Que vera la posteridad como el principal punto debil de los cristianos al final del siglo XX? No puedo anticiparlo con ningun grado de seguridad, porque desde luego yo mismo comparto tambien la misma miopia. Pero sospecho que estara relacionado con dos areas principales. Primero, pareceria que nosotros los cristianos que vivimos en el rico Atlantico norte todavia no hemos sentido suficientemente lainjusticia de la persistente desigualdad economica entre el norte y el sur, cosa que capto la atencion del mundo sobre la base de los dos Informes de la Comision Brandt, NorthSouth (1980) y Common Crisis (1983). Aparte de asuntos macroeconomicos relacionados con el comercio y el desarrollo, pareceria que no hemos permitido que la situacion afecte nuestro estilo de vida. Mientras mil millones de personas viven en la indigencia, desprovistas de necesidades basicas para sobrevivir, y mientras alrededor de 10.000 personas mueren por hambre diariamente, sin contar la inanicion masiva provocada por condiciones de escasez, lno deberia oirse la voz cristiana de protesta con mas fuerza y estridencia? l Yno deberiamos seguir simplificando nuestro propio

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t'10 de vida econ6mico, no porque imaginemos que esto resolveni

No s6lo los lectores de la Biblia son producto de una cultura particular; tambien 10 fueron los autores biblicos. Y Dios tuvo en

cuenta este hecho cuando quiso comunicarse con su pueblo. Es decir, cuando hab16, no us6 su propio lenguaje (si es que tiene alguno) ni se expres6 en funci6n de su propia cultura celestial; porque una comunicaci6n de esa naturaleza habria resultado ininteligible para los seres humanos en la tierra. Tampoco se vali6 Dios de maximas libres de influencia cultural anunciadas desde un claro cielo azul. Todo 10 contrario: decidi6 humillarse a si mismo a fin de hablar en las lenguas de su pueblo (el hebreo clasico, el arameo y el griego popular), y en el seno de las culturas del antiguo Cercano Oriente (el Antiguo Testamento), el judaismo palestino (los Evangelios), y el helenizado Imperio Romano (el resto del Nuevo Testamento). Nada de 10 que Dios dijo se expres6 en un vado cultural; todas sus palabras se pronunciaron dentro de un contexto cultural. Desde luego que los contextos culturales en que se escribi6 la Biblia nos resultan extraftos. Pero no debemos resentirnos por esto, porque nos causa problemas. Mas bien deberiamos regocijarnos ante la condescendencia divina, de que Dios se haya inclinado para ponerse a nuestro nivel a fin de revelarse en terminos lingliistica y culturalmente apropiados. Esta verdad se aplica tanto a la encarnaci6n de su Hijo, quien tom6 cuerpo humane, como a la inspiraci6n de su Palabra hablada en lenguaje humano. No obstante, nos vemos tambien ante el siguiente interrogante: LC6mo puede una revelaci6n divina dada en terminos culturales transitorios tener validez permanente? LC6mo puede una revelaci6n dirigida a una situaci6n cultural particular tener aplicaci6n universal? LAcaso el condicionamiento cultural de la Escritura no limita su pertinencia, incluso su autoridad, para nosotros? LNo deberiamos decir con David Edwards: «Admito que mucho de 10 que hay en la Biblia ... esta culturalmente condicionado, y por consiguiente atrasado»?9 LEs l6gica esta deducci6n? Mi respuesta a David Edwards consiste en concordar en que la Biblia es un libro culturalmente condicionado (como es el caso de todos los libros que jamas se hayan escrito, jincluido el suyo y el mio!), y al mismo tiempo negar que por dicho motivo este necesariamente atrasado. LComo, entonces, hemos de manejar el elemento cultural en la Escritura? El principio, como 10 veo yo, puede plantearse mediante una ilustraci6n cotidiima. Poca dificultad tenemos para distinguir entre

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:~ ;roblema, sino porque nos permitira compart~r mas, a nivel p.er-

sonal, y expresar adecuadamente nuestro sentldo de compaslva solidaridad con los pobres? En mi opini6n, un segundo punto debil, por 10 me~os de los cristianos evangelicos, pareceria ser el fracaso corpor~tlvo ~e ~o condenar como inmoral e indefendible todo armamentlsmo mdlscriminado tanto el uso de armas at6micas, bio16gicas y quimicas, (por ser in'discriminadas por naturaleza) ~omo el uso indis~rimi­ nado de armas convencionales. Por Clerto que debenamos denunciar esto como algo incompatible con la teoria de la «guer~a justa» y aun mas con el pacifismo cristiano. En 19?5 la IgleSIa Cat6lica Romana conden6 tales armas como «un cnmen contra Dios y el hombre mismo». Luego vinier~n l?s ~ro~unciamientos ecumenicos, que declaraban que la guerra mdlscnmmada resultaba «crecientemente ofensiva para la conciencia cristiana». Pero la voz evangelica, con notables excepciones, se ha mantenido irresponsablemente silenciosa. .., . El primer paso hacia la recuperaci6n de la mtegndad cnstlana sera el humilde reconocimiento de que nuestra cultura nos enceguece, nos ensordece y nos adormece. Ni vem~s 10 que deber~a­ mos ver en la Escritura, ni oimos la Palabra de DlOS como debenamos hacerlo, como tampoco sentimos la ira de Dios para con la maldad. Es preciso que dejemos que la Palabra de Dios nos exhorte, perturbando nuestra seguridad, socavando nuestra aut<;>C0mplacencia, penetrando los esquemas protectores del pensaffilento y el comportamiento y combatiendo nuestra resistencia. No es imposible que Dios haga esto. Una vez que tomemos conciencia de 10 fuerte que puede ser la cultura como barrera que impide la comunicaci6n entre Dios y nosotros, nos pondremos ~n actitud de alerta ante el problema. Entonces comenzaremos a pedrrIe que abra nuestros ojos, destape nuestros oidos y de un sacud6n a nuestra torpe conciencia hasta que veamos, oigamos y sintamos 10 que (por medio de su Palabra) Dios nos ha estado diciendo todo el tiempo.

El condicionamiento cultural de la Biblia


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una persona y la ropa particular que el 0 ella viste en ese momento. La mayoria de las personas tiene varios conjuntos de ropa en la casa. Algunas veces se visten de gala, para un casamiento 0 una fiesta tal vez, 0 se ponen la vestimenta nacional tipica. En otras ocasiones se ponen ropa mas sobria, como cuando asisten a un funeral. Ocasionalmente se visten con ropa anticuada para concurrir a una fiesta de disfraz 0 de fantasia. Tambien esta la ropa para el trabajo, la ropa deportiva y la ropa para dormir. En otras palabras, generalmente hay una variedad en el ropero. Pero la persona que viste la ropa sigue siendo la misma. La ropa cambia; la personano. Ahora bien, asi como distinguimos entre las personas y su ropa, tambien tenemos que distinguir entre la esencia de la revelaci6n divina (10 que ensena, promete 0 manda) y la vestimenta cultural en la que se dio originalmente. Por anticuado que sea el entorno cultural, el mensaje esencial tiene validez permanente y universal. La aplicaci6n cultural puede cambiar; la revelaci6n no. Por 10 tanto, cuando estamos frente a un pasaje biblico cuya ensenanza esta obviamente envuelta en ropaje cultural antiguo (porque se refiere a costumbres sociales que son obsoletas, 0 por 10 menos ajenas a nuestra propia cultura), Lc6mo hemos de reaccionar? Tenemos tres opciones. La primera posibilidad es el rechazo total. «Dado que se trata de una cultura atrasada -podriamos decir- esta ensenanza no es pertinente. No tiene nada que decirme. Bien podria tomar un par de tijeras, sacar este pasaje de la Biblia, y arrojarlo a la papelera.» iNo estoy recomendando este procedimiento! La segunda posibilidad, opuesta a la anterior, es el literalismo rigido y falto de imaginaci6n. Elliteralista dice: «Dado que este texto forma parte de la Palabra de Dios, debe conservarse y seguirse tal como esta, sin modificaci6n. Tanto la sustancia como su expresi6n cultural tienen igual autoridad. Desechar cualquiera de las dos seria adulterar la Palabra de Dios y equivaldria a ser culpable de un incipiente liberalismo.» Tampoco recomiendo este procedimiento. Hay un tercer y mas apropiado modo de proceder, que se denomina trasposici6n cultural. Aqui el procedimiento consiste en identificar la revelaci6n esencial en el texto (10 que Dios dice en el), separarla de la forma cultural en la que eligi6 expresarla, y luego volver a expresarla en apropiados terminos culturales modernos. «Trasposici6n» es un termino adecuado para esta practica,

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dado que la conocemos por los contextos musicales en que se emplea. Trasponer una pieza musical es adaptarla a otra clave, distinta de aquella en la cual fue originalmente escrita. Trasponer un texto biblico es insertarlo en una cultura diferente de aquella en la que fue dado originalmente. En la trasposici6n musicalla melodia y la armonizaci6n se mantienen sin cambio; s610 la clave es diferente. En la trasposici6n biblica la doctrina de la revelaci6n se mantiene; s610 se cambia la expresi6n cultural. Los misioneros transculturales ilustran la necesidad de la trasposici6n cultural, aun cuando tienen que luchar con la dialectica entre tres culturas. Su tarea consiste en tomar la esencia del evangelio, que fue revelada primeramente en el entorno cultural de la Biblia y que ellos han recibido en su propia cultura, y trasponerla a la cultura del pueblo al que procuran alcanzar, sin por ella falsificar el mensaje 0 hacerla ininteligible. lO Esa, por 10 menos, es la teoria. En la practica, con frecuencia los misioneros han llevado consigo 10 que Rene Padilla llam6 en el Congreso de Lausana, en 1974/ un «cristianismo-cultura». En otras palabras, exportaron, con el evangelio, su propia herencia cultural. Recuerdo la sorpresa que experimente en el curso de mi primera visita al Africa occidental y sus iglesias. Vi agujas g6ticas que se elevaban incongruentemente por encima de los cocoteros, y obispos africanos traspirando profusamente en el calor tropical, porque llevaban vestimenta eclesiastica de la epoca medieval europea. Oi cantar melodias de himnos occidentales acompanadas con instrumentos occidentales, iY lenguas africanas tratando de dominar el ingles de la epoca jacobina e incluso de la epoca isabelina! Claro que es facil criticar, y/ si nosotros hubiesemos estado en la situaci6n de los primeros misioneros, probablemente habriamos cometido el mismo error. No obstante 10 cua!, esta imposici6n de formas culturales occidentales constituye un serio desacierto. Lo que se requiere, en cambio, es 10 que Stanley Jones en la India llamaba la «naturalizaci6n» del evangelio/ ll 10 que significa la trasposici6n a formas culturas aut6ctonas. Observando nuevamente las tres opciones que hemos presentado, quizas podriamos decir que el «rechazo total» consiste en arrojar al bebe con el agua del banD; que el «literalismo rigido» consiste en preservar tanto al bebe como el agua del banD; mientras que la «trasposici6n cultural» consiste en preservar al bebe pero cambiar el agua del bano.

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Ejemplos de trasposici6n cultural La Biblia se ocupa tanto de la doctrina como de la etica, tanto de la creencia como del comportamiento, y en ambas areas la trasposici6n cultural resulta necesaria. Tomemos primero la ensefianza doctrinal 0 teo16gica de la Biblia. Parece obvio que debemos aprender a distinguir entre la verdad que se afirma y los terminos culturales enlos que la presenta; entre el significado (la revelaci6n) y el medio (su comunicaci6n). En conexi6n con esto tenemos que hacer frente al desafio planteado por el programa de «desmitologizaci6n» de Bultmann. Su posici6n puede resumirse en tres puntos sin mucha distorsi6n, que se relacionan respectivamente con los autores bfblicos, sus lectores modernos, y los comunicadores teo16gicos. Primero, el marco intelectual de los escritores biblicos era precientifico y, por consiguiente, «mitico». Por ejemplo, concebian al cielo arriba y al infierno abajo, en un universo de tres plataformas, de modo que imaginaban a Jesus, literalmente, «descendiendo al infiemo» y «ascendiendo al cielo». Segundo, si a los modernos hombres y mujeres de ciencia se les presenta hoy el evangelio (kerigma) en terminos vinculados con una oscura cosmologia, de seguro que 10 rechazaran como algo francamente increfble. Tercero, la tarea de los te6logos consiste, por 10 tanto, en eliminar los elementos miticos de la ~iblia, 0 sea «desmitologizar el kerigma», porque el proposito del mlto es hablar, no de acontecimientos hist6ricos, sino de una realidad trascendente. Aceptemos de entrada el espiritu del segundo punto mencionado arriba. Nuestra preocupaci6n prioritaria es como comunicar el kerigma a gente con mentalidad moderna, de modo que les resulte crefble. Con el fin de lograrlo, tenemos que proclamar la verdad biblica, pero sin necesariamente emplear terminologia biblica. Podemos (y debemos) trasponer la verdad revelada y emplear modos modemos de expresion. .Con respecto al primer punto de Bultmann, sin embargo, yo mlsmo no estoy nada convencido de que los autores bfblicos eran ~an literalistas como el imagina. Por cierto que se valieron de la lmagineria del universo de tres plataformas, por cuanto formaba parte de su marco intelectual. LPero es que realmente afirmaban esto? Yo creo que no. Tomemos el Salmo 75. Se dice que, cuando la 190

tierra tiembla, Dios «[sostiene] sus columnas» .12 De modo que aqui tenemos la tierra (la plataforma central) que descansa sobre columnas. Pero en el mismo salmo Dios manda a los inicuos que no levanten su «cuemo» porque se 10 va a quebrar,13 y advierte que en su mana tiene un «caJiz» con «vino fermentado, lIeno de mistura», que esta pronto a derramar para que 10 beban los inicuos. 14 Ahora bien, nadie (y menos que nadie el salmista) creia literalmente que a los inicuos les salen cuemos 0 que Dios sostiene una copa de vino en su mano. Por 10 tanto, si estos son ejemplos de imagenes dramaticas y poeticas,lno resulta gratuito insistir en que las columnas de la tierra debian entenderse literalmente? Los escritores del Antiguo Testamento afirmabanque Dios ejerce un control soberano sobre el mundo al decir que sostiene sus columnas, sin comprometerse con el concepto de una cosmologia basada en tres plataformas. Afirmaban el poder de Dios sobre el mal refiriendose a la destrucci6ndel primitivo monstruo Leviatan por parte de el,15 sin comprometerse con el mito babi16nico de la creacion. Tambien afirmaban la revelaci6n general de Dios por medio de la naturaleza diciendo que el sol se desplaza por el cie10,16 sin comprometerse con las ideas precopernicanas del universo. Estas formas de pensamiento y habla, sea que las lIamemos «imagineria», «poesia» 0 «mito», eran corrientes en el antiguo Cercano Oriente. Los escritores veterotestamentarios se valian de elIas con el fin de trasmitir conceptos acerca de Dios como Creador y Sefior, sin afirmar la verdad literal de la imagineria 0 mitologia que empleaban. Esto nos lIeva al tercer punto de Bultmann. Deberiamos estar de acuerdo con la necesidad, en alglin grado, de «desmitologizar», si 10 que se quiere decir con esto es la necesidad de trasponer la verdad de un conjunto de imagenes a otro, como acabamos de ver. Pero Bultmann va mucho mas lejos que esto, especialmente enrelaci6n con el Nuevo Testamento. Intenta reconstruir el kerigma (especialmente la muerte, la resurrecci6n y la parusia de Jesus) cuando disuelve estos hechos hist6ricos convirtiendolos en un «significado» que no es hist6rico. Asi, seglin Bultmann, cuando los apostoles decian que «Cristo muri6 por nuestros pecados», no se referian a ninglin sacrificio literal para lIevar los pecados, sino que afirmaban el amor de Dios y nuestra propia experiencia existencial de ser crucificados con Cristo. Cuando dedan que «resucito», no se referian a un evento sino a una experiencia, a saber, 191


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que resucito en la propia fe reanimada d~ ellos. y cuand~ d~cian U e viene otra vez a juzgar, no se refenan a un aconteclITuento .. , ble q futuro, sino a undesafiopresente a tomaruna deClslOnresponsa por Cristo hoy. . , La cuestion fundamental, sin embargo, consiste en determmar si las afirmaciones de que Cristo murio, resucito, y ha de volver, eran modos deliberadamente miticos de hacer referencia a cosas que no eran hechos histori~os, 0 si fueron acontecimie~tos reales que formaban parte del kengma, que se proclamaba; La mterpretacion natural del kerigma apostohco es que los apostoles estaban procurando proclamar hechos en la carrera te~re~a de Jes~s ~u.e eran tanto historicamente verdaderos como teologIcamente sigruficativos. Es legitimo, por 10 tanto, distinguir entre el signifi~ado y.~l medio, entre 10 que se afirma yel modo en que s~ ha~~ la afIrmaclOn,. :ntre la revelacion de la verdad y su comurucaClOn. Pero tamblen es esencial preguntar si las palabras y .las, imagenes. empleadas son literales 0 miticas. La derrota de Leviatan es un mIto; la muerte, la resurreccion, y la venida de Jesus pertenecen ~ la his,toria. ~a intencion del autor generalmente ayuda a determmar cual es cual. Pasamos ahora a tres ejemplos de trasposicion cultural en el terreno etico. Comenzare con un ejemplo bastante facil, para que captemos firmemente el principio y su aplicacion, a saber, el lavamiento de los pies. Despues que Jesus hubo lavado los pies de los Doce en el aposento alto, volvio a su l~gar, y dijo: «Si yo, el Sefior y el Maestro, he lavado vuestros pIes, vosot~os tambien debeis lavaros los pies los unos a los otroS.»17 En los dlas de Jesus ellavado de los pies era una practica cultural comlin. Si hubiesemos sido invitados a comer en la casa de un amigo, habriamos caminado descalzos 0 con sandalias por las calles polvorientas, y, al llegar, un esclavo nos habria lavado los pies. Hoy, sin embargo, por 10 menos en Occidente, la cultur~ ha cambia~o radicalmente. Vamos a visitar al amigo en automovl1 0 por medlO del transporte publico. Al llegar, por cierto que no hay ninglin esclavo que nos reciba y nos lave los pies. En su lugar, el due~o 0 la duefia de casa probablemente nos hara un pregunta: «~QU1eres lavarte las manos?» ~Como, por 10 tanto, vamos a manejar un texto en el que se manda realizar un reciproco lavado de los pies? Pensemos en las tres opciones. LSeguiremos el camino del rechazo total, sobre la base de que ellavamiento de los pies no se practica

en nuestra cultura? No. LObedeceremos literalmente el mandato de Jesus, para 10 cual nos acercaremos a las personas y les pediremos que se quiten los zapatos y las medias a fin de que podamos lavarles los pies? No. Aunque los menonitas y algunas iglesias africanas y asiaticas tienen un lavamiento de pies ritual como parte de su servicio de comunion, parece estar claro que la referencia de Jesus estaba vinculada con una costumbre social, y no con una ceremonia religiosa. Nos queda, finalmente, la tercera opcion, la de la trasposicion cultural. Preguntamos que se proporna Jesus, cuM era la esencia de sus instrucciones. No hace falta ir muy lejos en busca de la respuesta. Les estaba ensefiando que si nos amamos los unos a los otros, debemos servimos los unos a los otros, y que ninglin servicio sera demasiado sudo, servil 0 denigrante como para que 10 efectuemos. Por 10 tanto, si no podemos lavarles los pies a la gente, podemos gustosamente lustrarles los zapatos, 0 lavarles los platos, o inc1uso higienizar el inodoro. Nada resultara superior a nuestra dignidad. Todo aquello que en nuestra cultura se considere ocupaci6n desagradable y de baja categoria, eso justamente sera nuestro privilegio hacer por amor. Un segundo ejemplo que demuestra la necesidad de la trasposicion cultural se relaciona con la comida ofrecida a los idolos. 18 La cuesti6nera resolver si estaba permitido que los seguidores de Jesus comieran came de animales que, antes de ser puesta a la venta en la carniceria, habia sido ofrecida en alglin sacrificio idolatrico. Los nuevos corwersos, recientemente rescatados de la idolatria pagana, ternan problemas de conciencia y no se sentian libres para comer dicha came. LAcaso no se contaminarian y comprometerian su fe si cornian came ofrecida a los idolos? Pablo sosterna claramente que no era asi. Los idolos no eran nada, decia. No hay mas que un Dios, el Padre, y un solo Sefior, Jesucristo. 19 De modo que no veia ninguna razon que Ie impidiese comer came ofrecida a los idolos. Su conciencia era «fuerte», es decir, habia sido bien educada. Pero luego estaban los creyentes «debiles», a quienes habia. que tener en cuenta. La «debilidad» de ellos no era cosa voluntana en ellos, sino cosa de su conciencia, que no estaba suficientemente educada y, por 10 tanto, era exageradamente escrupulosa. Si P~blo co~ia came ofrecida a los idolos en presencia de ellos, podnan senhrse tentados a seguir su ejemplo, contrariando su propio criterio, en cuyo caso la conciencia de tales personas se veria perturbada.

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Consiguientemente, por deferencia para con los cristianos debiles, Pablo se excusaba de corner. La lectura de esta acalorada controversia en el Nuevo Testamento resulta muy extrana en nuestro propio contexto, por 10 menos en Occidente. En nuestra cultura no existen templos paganos donde se sacrifican animales a los idolos, como tampoco hay mercados donde podamos comprar carne que ha sido previamente ~sa?~ en cultos idolcitricos. Pero por 10 menos se mantienen. dos prmClplOs, que fueron asentados por Pablo y que son pertme~tes para el pueblo cristiano en toda cultura en el dia de h?y. El pnm~~o es que la conciencia es sagrada. Por cierto que reqmere educac~o~,,Pero, aun cuando sea debil, no debe ser violada. La «?,bJeclOn de conciencia», no solo al servicio militar sino tamblen en. otras situaciones, se permite en aquellos paises que han con~Cl?-o la influencia del cristianismo. En segundo lugar, el amor liffilta l~ libertad. Pablo tenia libertad de conciencia para comer~ pero se n:go a si mismo esta libertad por amor a los que se hublera~ sentido ofendidos si 10 hada. Estos dos principios pueden aphcarse en muchos contextos culturales diferentes en el di.a de hoy. .. , El tercer ejemplo es el mas discuti~le. ~e reflere a la posIcIon y los papeles de la mujer. Se han escnto hbros enteros sobre. e.s;e tema; aqui solo pretendo considerar hasta que punto la trasposlclon cultural puede resultar apropiada y util en:sta esfera. Conoc:mo~ tanto las prohibiciones paulinas, que la mUJer no debe «ensen~r ill ejercer dorninio sobre el hombre»,20 com.o su~ mandatos, qU,e ~lce~ que la mujer debe usar velo y mantener silenclO en el culto publico. La pregunta que plantean estos textos es e.sta: lSon todas, elIas instrucciones de validez permanente y unIversal? lO sera que contienen algunos elementos culturales, qu~, nos podrian ~ermitir una dosis de flexibilidad en la interpretacIon y que reqmeren el usa de la trasposicion para adaptarlas a nuestra prop~a cul~ra? Mi respuesta a estas preguntas exige que hagamos dos afirrnaclOnes en primer lugar, y luego, que formulemos o~ras dos preguntas. _ La prirnera afirrnacion es que los sexos son 19uales. Esto se ensena en Genesis 1.26-28. Hombres y mujeres son igualmente portadores de la imagen divina y comparten. i,gualment~ ~l dorninio ter~enal. Ademas, si son iguales por creaClon, son mas l~ales t,?davIa (de ser esto posible) por redencion. Porque en Cnst~ Jesus «no hay varonni mujer».22 Es decir, somos absolutame~tel~,ales en valor, dignidad y relacion con Dios. La segunda aflrrnaclOn es que los 194

sexos son complementarios. Esto 10 ensena Genesis 2.18-24. 19ualdad no significa identidad. Tampoco supone necesariamente una completa intercambiabilidad de papeles. Mas todavia, dentro de esta complementariedad Pablo sostiene el principio del «liderazgo» (0 «jefatura») masculino. Lo derivo de los hechos de la creacion en Genesis 2, a saber, que la mujer fue hecha despues del hombre, a partir de el y para el. Y evidentemente no encontraba ningun conflicto entre esto y Galatas 3.28. Yo rnismo no me siento en libertad para estar en desacuerdo con el apostol Pablo 0 para descartar su ensenanza como rabinica, cultural 0 equivocada. Por el contrario, Pablo la arraiga en la creacion, y 10 que la creacion ha establecido ninguna cultura puede destruir. A partir de las dos afirmaciones paso a las dos preguntas. Primero, lque significa «jefatura»? No creo que encontremos la respuesta analizando la etimologia de la palabra griega kefale, «cabeza», 0 considerando su uso en el griego secular, donde algunas veces puede significar «fuente». El significado de una palabra en la Escritura 10 deterrnina menos su origen 0 su usa en otros contextos que su usa en el contexto biblico. Siendo esto asi, Efesios 5.21-32 sale en nuestro auxilio, por cuanto alH Pablo usa «cabeza» para trasrnitir la idea de responsabilidad antes que de autoridad. Sostiene que la jefatura del esposo (y por consiguiente, tal vez, la jefatura masculina en general) se ha de modelar tanto en la jefatura o liderazgo de Cristo con respecto a la iglesia (que 10 llevo a entregarse por ella) como en nuestra relacion con nuestro propio cuerpo (10 cual nos impulsa a alimentarlo y cuidarlo). En ambos casos «jefatura» significa sacrificio y servicio. Se trata de una «jefatura» relacionada con el cuidado, no con el control. Su proposito no es inhibir, y menos todavia aplastar, sino facilitar, crear condiciones de amor y seguridad en que las mujeres se sientan libres para ser elIas rnismas y desarrollarse libremente. Segundo, lcomo se aplica el concepto delliderazgo 0 la «jefatura»? lProhibe la ordenacion u otras formas de ministerio? En 1 Corintios 11 Pablo exige que las mujeres usen velos en el culto publico y se refiere al velo como un simbolo de autoridad, como 10 era en esos tiempos. Lo sigue siendo en algunas culturas, pero no en Occidente. jEl uso de sombreros en la iglesia es un buen ejemplo de mala trasposicion, porque los sombreros de las mujeres occidentales tienden a simbolizar liberacion mas que sumision! lQUe diremos, entonces, en cuanto al requisito del silencio? 195


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Lo que yo creo es que los comen tarista s no han tornad o nota suficientemente de que Pablo traza un doble contraste cuand o escribe: «La mujer aprend a en silencio, con toda sujecion. Porqu e no permi to a la mujer ensenar, ni ejercer domin io sobre el hombr e, sino estar en silencio.»23 El prime r contra ste es entre autori dad y sumision; pareceria ser perma nente porqu e es creacional. El segun do contra ste es entre ensena r y guard ar silencio. LEs posibl e que el silencio, como el velo, fuese un simbo lo cultur al de sumis ion al lidera zgo mascu lino en el prime r siglo, cosa que no es necesa riamen te obliga toria hoy? Por cierto que la situac ion ha cambi ado consid erable mente . Actua lmente en mucha s cultur as las mujere s son tan cultas como los hombr es. Y en la actual idad la tarea de la ensen anza, ahora que el canon del Nuevo Testam ento ha sido compl etado, reviste mucho menos autori dad. Asi que yo me pregun to: supon iendo que una mujer ensene a los hombr es bajo la autori dad de la Escrit ura (sin preten der tener autori dad ella misma ), con espiri tu apacib le y humil de (sin preten der darse impor tancia indebi damen te) y como miemb ro de un equipo pastoral de la que un hombr e fuese ellider , LPodrian tal vez estas tres condic iones permi tir que ensene a los hombr es, sin ejercer sobre ellos ningu na autori dad impro pia y sin infring ir el princi pio del lidera zgo 0 jefatur a mascu linos? LSeria este un legitim o ejemp lo de traspo sicion cultur al? Mi respue sta tentativa a mis propia s pregun tas es esta: «Si, pienso que s1.» Me doy cuenta de que para alguno s esto puede no ser mas que una teoria irrelev ante, dado que en varias denom inacio nes y en mucha s partes del mund o la ordena cion de mujere s ya es parte de la realida d. Pero por 10 menos espero que este claro en cuanto a 10 que he tratado de hacer. Esto es, identificar y preser var la esencia de la revelacion de Dios (en este caso la relacion creacional entre los sexos), y a la vez procur ar discer nir los simbolos cultur ales del siglo XX que sean apropi ados para expresarla. Concl uyo este capitu lo mas bien largo con dos palabr as tranquiliz adoras en torno a la practica de la traspo sicion cultur al. Prime ro, la trasposicion cultur al es apropi ada solo donde el texto biblico contie ne dos niveles de discurso: primer o, ensen anza doctrinal 0 etica, y, segun do, su expres ion cultur al 0 social; prime ro (por ejemplo) el manda to a amarn os y servirnos los unos a los otros, y segun do el lavam iento de los pies. La traspo sicion cultur al es

impos ible donde no hay mas que un nivel de discurso: no se 10 puede usar pa.ra justificar el rechaz o de 10 que ensena , prohib e 0 mand a la Escntu ra. Tome mos como ejemp lo el intent o de justifi car la practi ca ho~osexualmedia nte el recurso de declar ar que las prohib icione s bibhca s estan condic ionada s cultur almen te. La argum entaci on que emple an alguno s pensad ores liberales se desarr olla asi: «Aceptamos ~~e alguna s forma s de compo rtamie nto homos exual fueron prohib idas por Moises en el Antigu o Testamento y por Pablo en el NU~~o. Pero ellos se referian a practicas cultur ales particu lares en Le~I~I~o a la prostit ucion ritual que forma ba parte de la anti~a relIgIo n ca~anea de la fertili dad, y en las cartas de Pablo al ~omp?rtaffilentos~xual promi scuo juntam ente con la corrup cion Juveml. No se refena na las relaciones tiernas, amorosas, fieles entre dos hombr~s adulto s 0 dos mujeres adulta s. Adem as, Moises y Pa.blo tenI~n un conoc imien to sumam ente limita do de la pSIcos exuah dad huma na; nosotr os sabem os mucho mas que ellos. De :rI';0do entonc es que, dado que las prohib icione s biblicas se rela~IOnaban con tabue s cultur almen te especi ficos, no son una pertI~~ntes para nosotr os y no se puede decir que prohib an relac.IOn ~omosexual compr ometi da que es equiv alente a un matnm omo heterosexual.» Per~ este es un argum ento especioso que tiene que ser rechazad? fIrmemente. El hecho es que la razon de las prohib icione s biblIcas ~e la condu cta homos exual no era cultur al, sino creacional. Su,rgIeronde la definicion biblica del matrim onio que Jesucristo aprobo personal~e~te:«Por ~anto, dejara el hombr e a su padre y a su madre , y ~e .umra a su mUJer, Y seran una sola carne».24 En otras palabr as, la umca cl.ase de matrim onio 0 compa nerism o sexual que cont~~pla ~a. Escnt ura es la monog amia hetero sexual , que es tamble n el umco contex to aproba do por Dios para la experi encia de la «una sola carne». De maner a que 10 que limita las relaciones sexu~les al matrim onio hetero sexual y prohib e todas las demas rela~lOnes no es l.a. ~ultura sino la creacion. Ningu n intent o de reahza r la trasposiclOn cultur al seria acepta ble en este punto . . Se~ndo, la traspo sicion cultur al no es la punta de la cuna del hber~hs.mo;No es un modo conve niente mente respetable de eludir pasaJes mcom odos de la Escritura media nte el recurs o de dec1arar que son cultur almen te relativos. No es un modo sofisticado de rechaz ar la autori dad biblica. No. Si optam os por el rechaz o total,

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ue no odemos obedecer la Palabra de Dios. ?i, e.n por ~~~~b~zamos)aposicion delliteralismo rigido, la obedlenCla cam l~e artificial y mecanica. Solamente cuando trasponemos la :~~:;anza de la Escritura, vistiendola de ropaje cUltural,~od~f' stra obediencia se vuelve contemporanea. El proPOSltO. e.a nue . 'o'n cultural no es la desobediencia, sino la obedlencla traspOSlCl significativa.

CAPITULO TRECE

La exposici6n de la Palabra

E

ste capitulo se ocupa de la predicacion, y al comenzarlo soy consciente de la necesidad de esc1arecer tres puntos preliminares. El primero es de caracter personal. Hay algo fundamentalmente anomalo en el hecho de que un predicador pretenda predicarles a otros predicadores acerca de la predicacion. Escribi algo similar hace diez aftos en la Introduccion a I Believe in Preaching [Creo en la predicacion]. No he cambiado de opinion en el interin. Porque, lque se yo que ustedes no sepan? Todos hemos predicado, leido y escuchado sermones hasta el cansancio. Por cierto que no pretendo tener ninguna experiencia particular. Aun hoy, con frecuencia, cuando estoy en el pulpito me siento frustrado ante las dificultades de la comunicacion. Pocas veces, si alguna vez, bajo del pulpito sin sentir la necesidad de confesar mi relativo fracaso y de orar pidiendo gracia para hacerlo mejor la proxima vez. De modo que espero que esto sirva para ubicarnos en un mismo nivel. Todos tenemos luchas en este privilegiado, pero a la vez problematico, ministerio. El segundo punto es de caracter social. Se refiere a la extendida desilusion con la predicacion. lAcaso no es un anacronismo, un medio obsoleto de comunicacion, una forma muerta de arte, ÂŤuna reliquia sagrada, un objeto dudoso, de piel arrugada y huesos secos, encerrado en un relicario de gratos recuerdos, todavia incrustado con las joyas de un glorioso pasadoÂť?l l Quien quiere escuchar sermones en el dia de hoy? La gente esta drogada por la television, manifiesta hostilidad hacia la autoridad, cansancio y cautela para con las palabras. Cuando comienza el sermon, la gente se vuelve rapidamente impaciente, inquieta, y evidencia aburrimiento. No podemos dar por sentado que la gente quiere oimos; tenemos que luchar para captar su atencion.

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En tercer lugar, y hablando pastoralrnente, a pesar de que reconocemos los problemas, debemos.l?erse.verar: Ya que, la salud de.~a iglesia depende de la predicaclOn. Sl es Clerto que, como I? ~:hlo Jesus haciendo suyo el Deuteronomio, «no s6lo de pan» VlVlran los seres humanos, «sino de toda palabra que sale de la ~oca .de Dios»,2 10 es igualmente con respecto a las iglesias. Las .lgleslas viven, crecen y prosperan por efecto de la Pa~a?:a de DlOS; languidecen y se marchitan sin ella. Los bancos dlflcllmente puedan elevarse por encima del pulpito; los bancos ~~n general~ente reflejos de 10 que es el pulpito. Esta es la lecClOn que ensena la historia. «lAcaso no esta claro -ha preguntado Ma:tyn .L1oydJones- que los periodos y las eras de,cadentes en la hlstor~a d~}a iglesia han sido siempre aquellos penodos cuando la predlcaclOn ha dec1inado?»3 Estoy seguro de que tiene raz6n. En ~!ecto, podemos verlo ilustrado en el mundo hoy. Si bie~ nos.regoCl]amos con las estadisticas sobre el crecimiento de las IglesIas, tenem~s que admitir con vergiienza que frecuentemente se trata de creClmiento sin profundidad. Hay una gran s~perficialidadpor to.~as partes. Y yo, por mi parte, estoy convenCldo, p~r la obser:v~clOn, de que el bajo nivel generalizado de la vida que Vlven los cn~tiar:?s se debe mas que ninguna otra cosa al bajo nivel de la pred~CaCl?n cristiana. Por cierto, el Espiritu Santo es el que :en~eva la IglesIa, pero la espada del Espiritu es la Palabra de DlOS. N~ h?y nada mas irnportante, me parece a mi, para la vida el crecmuento, la salud y la profundidad de la iglesia contemporanea que la recuperaci6n de una predicaci6n biblica seria. Permitaseme procurar hacer la defensa del caso a ~a:,~~ de la predicaci6n biblica. Comienzo directamente con una dehruclOn que consta de 25 palabras.

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Predicar es abrir y exponer el texto inspirado con tal fidelidad y sensibilidad que se oye la voz de Dios y la gente la obedece.

De esta definici6n de la predicaci6n podemos deducir se.is fo~nlU­ laciones: dos convicciones acerca del texto biblico, dos obligaclOnes a abrirlo y exponerlo, y dos expectativas en cuanto a resultados.

Dos convicciones La primera convicci6n acerca del texto biblico .es la de que se trata de un texto inspirado. «Predicar es abnr y exponer

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el texto inspirado.» Para la predicaci6n autentica es indispensable tener un punta de vista elevado con respecto al texto biblico, porque se trata de un texto distinto de cualquier otro, unico por su origen, caracter y autoridad. Nada hay que socave la predicaci6n tanto como el escepticismo con respecto a la Escritura. Sin desarrollar una sostenida defensa de esta afirmaci6n, tengo la esperanza de que ellector me acompafiara en la consideraci6n de tres palabras que van juntas en nuestra doctrina de la Escritura, a saber, «revelaci6n», «inspiraci6n» y «providencia». La «revelaci6n» describe la iniciativa que tom6 Dios para darse a conocer. Es un termino que humilla. Presupone que en sus infinitas perfecciones Dios esta totalmente mas alIa del alcance de nuestra mente finita. Nuestra mente no puede penetrar la mente de el. No tenemos la capacidad necesaria para leer sus pensamientos. De hecho, sus pensamientos son tanto mas altos que nuestros pensamientos como los cielos son mas altos que la tierra. s Consecuentemente, no sabriamos nada acerca de Dios si el no hubiera elegido hacerse conocer. Sin la revelaci6n no seriamos cristianos en absoluto sino atenienses, y todos los altares del mundo tendrian la inscripci6n «AL DIOS NO CONOCIDO».6 Pero nosotros creemos que Dios se ha revelado a si mismo, no s6lo en la gloria y el orden del universo creado, sino en forma suprema en Jesucristo, su Palabra encamada, y en la Palabra escrita, que ofrece un testimonio amplio y diferenciado sobre su persona. La «inspirad6n» describe el modo que Dios eligi6 para revelarse a si mismo, a saber, hablando con los autores biblicos y por medio de ellos. Como ya hemos visto, no fue un procedimiento de dictado que los redujo a maquinas, sino un proceso dinamico que los trataba como personas en posesi6n activa de sus facultades. Muchos de los autores biblicos eran historiadores, y buena parte de la Escritura es historia. Para ello se dedicaron a la investigaci6n e hicieron uso de diarios personales, registros y archivos. A la vez eran te6logos, cada cual con su propio enfasis doctrinal; y escritores, cada cual con su propio vocabulario, genero y estilo literario. Estos fen6menos de la investigaci6n hist6rica, la preocupaci6n teo16gica y la composid6n literaria, no eran incompatibles con el proceso de la inspirad6n, como tampoco fueron ahogados por dicho proceso. Dios hab16 por medio de ellos de tal modo que las palabras habladas eran simultanea y paralelamente suyas y de ellos.

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E t es la doble paternidad de la Escritura, sobre la que hemos r:fl:xionado oportunamente en el capitulo 10. . ., La tercera palabra es «providencia». Esta es la amorosa prevIsIon y providencia de Dios por la cual disp.uso que las palabras que pronuncio fuesen primeramente escntas (para formar 10. que llamamos la «Escritura») y luego conservadas a 10 largo de los slglos (de modo que estuvieran a disposicion de todas las gente~ ~n todos los lugares y en todos los tiempos, para su salvaclOn y su enriquecimiento). ., . ' 7 La Escritura es, por conslgUlente, la «palabra escnta de DI0S», su modo de darse a conocer en forma oral y escrita, product~ d~ ,la revelacion, la inspiracion y la providencia. Esta prime~a conVlCClOn es indispensable para los predicadores. Si Dios no hUble;-a hablado, nosotros no nos atreveriamos a hablar, porque no tendnamos n~da que decir, excepto 'p0r 10 .que hace a nuestras proI: las especulaciones, conoCldas y tnlladas. Pero dado que D~os SI ha hablado nosotros tambien tenemos que hablar, comumcando a otros 10 ~ue el nos ha comunicado en la Escri~ra. ~as a~, jnos negamos a guardar silencio! Com~ 10 ~x~reso A~os: «51 habla Jehova el Senor, Lquien no profehzara?» 0 dara a conocer su Palabra. De modo semejante escribio Pablo, citando el Salmo 116: «Crei, por 10 cual hable.»9 Es decir, hablamos porque creemos 10 que ha hablado Dios. " . ., Me apiado del predicador que sUb,e al pulpItO sm ~lbha en las manos, 0 con una Biblia que no es mas que retaz~s y Jlrones, y no la Palabra de Dios. El tal no puede exponer la Escntura, porque no tiene ninguna Escritura que exponer. No pued~ habl~r, J:orque no tiene nada que valga la pena decir. Pero s~blr al pulpItO con la confianza de que Dios ha hablado, que ha dlspuesto que 10 que ha hablado sea escrito, y que tenemos este texto inspirado en nuestras manos... jah! entonces si que la cabeza comienza a. ~nc.ion~r, el corazon a agitarse, la sangre a fluir y los ojo~ a adqumr vlVaCldad ante la pura gloria de tener la Palabra de DlOS en las manos y en los labios. La segunda conviccion es la de que ~l text? inspirad~ es tambien parcialmente un texto cerrado. 51 predlcar es «abnr y exponer el texto inspirado», luego tiene que ,ser un te~to p~r­ cialmente cerrado, porque de otro modo no sena necesano abnr10. Y de inmediato creo que yeo allector hervir con indignacion protestante. «LMe quiere usted decir -me dice- que la Escritura 202

esta parcialmente cerrada? LNo cree usted, con los reformadores del siglo XVI, en la "perspicuidad" de la Escritura (que tiene ella una cualidad transparente, 0 clara y sencilla)? LAcaso no pueden incluso las personas simples e incultas entenderla por si mismas?» Si, por cierto; gracias por sus preguntas. Puedo responderlas con un resonante «Si». Pero 10 que con toda justicia me esta diciendo requiere aclaraciones. La insistencia de los reformadores en la perspicuidad de la Escritura estaba relacionada con su mensaje central, a saber, el evangelio de la salvacion por la fe en Cristo crucificado. Dicho mensaje es tan claro y senci110 como la luz del dia en la Biblia. Pero no sostenian que todo en la Escritura es igualmente claro y senci110. LComo podrian hacerlo cuando Pedro escribio que algunas cosas en las cartas de Pablo eran «difkiles de entender»?10 jSi un ap6stol no siempre entendia a otro apostol, no seria modesto de nuestra parte sostener que no vemos ninguna dificultad! En consecuencia, la iglesia necesita «pastores y maestros» que expongan 0 abran las Escrituras, y el Cristo ascendido sigue proporcionando estos dones a su iglesia,u El relato del eunuco etiope ilustra adecuadamente esta necesidad de maestros humanos. Mientras iba sentado en su carruaje, leyendo Isaias 53, Felipe Ie pregunto: «LEntiendes 10 que lees?» LContesto el etiope: «Pues claro que 10 entiendo. LNo crees tu en la perspicuidad de la Escritura?»? No, 10 que dijo fue: «LY como podre [entender], si alguno no me ensenare?»12 Con toda razon Calvino comenta la humildad del etiope y la contrasta con los que, «pagados de si mismos» debido a su confianza en su propia capacidad, son demasiado orgu11osos para someterse a la ensenanza de otros. Este es, entonces, el caso biblico a favor de la exposicion biblica. Comprende dos convicciones fundamentales, a saber, la de que Dios nos ha dado en la Escritura un texto que es tanto inspirado (dado que tiene origen y autoridad divinos) como, hasta cierto punto, cerrado (difkil de entender). Por 10 tanto, ademas del texto, Dios proporciona ala iglesia maestros para abrir y exponer el texto, explicandolo y aplicandolo a la vida de los oyentes.

Dos obligaciones Mi definicion de 10 que es la predicacion pasa de dos convicciones ados obligaciones a tener en cuenta al exponerla. «Predicar es 203


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abrir y exponer el texto inspirado con ... fidelidad y sensibilidad ...». La raz6n principal de que el texto bfblico este parcialmente cerrado, y que sea dificil de entender, se debe al ancho y profundo abismo que se extiende entre el mundo antiguo, en el cual Dios hab16 su Palabra, y el mundo moderno, en el cualla escuchamos nosotrOS. Este abismo cultural, del que nos ocupamos en el capitulo anterior, tambien determina la tarea del expositor bfblico y plantea las dos obligaciones principales, a saber, la fidelidad a la antigua Palabra y la sensibilidad ante el mundo moderno. Primeramente viene el llamado a la fidelidad. Tenemos que aceptar la disciplina de la exegesis, es decir, la tarea de ubicarnos con el pensamiento en la situaci6n de los autores bfblicos, sumergirnos en su historia, su geografia, su cultura y su lengua. Esta tarea ha sido honrada desde mucho tiempo atras con el nombre de «exegesis hist6rico-gramatical». El ignorar esta disciplina, u ocuparse de ella de un modo indiferente 0 descuidado, es inexcusable, porque denota desprecio por la forma en que Dios eligi6 expresarse. jCon que esmero, con que meticuloso y responsable cuidado deberiamos estudiar nosotros mismos, a la vez que exponer ante otros, las palabras mismas del Dios vivo! Es mas, el peor error que podemos cometer es meter nuestros pensamientos del siglo XX en la mente de los autores bfblicos (10 cual es «eisegesis»), manipular 10 que escribieron ellos con el fin de hacerlo coincidir con 10 que nosotros queremos que digan, y luego sostener que tenemos su apoyo para nuestras opiniones. Ca1vino, adelantandose siglos a su tiempo, entendi6 bien este principio. «La primera tarea del interprete -€scribi6- es dejar que su autor diga 10 que realmente dice, en lugar de atribuirle 10 que pensamos nosotros que deberia decir.»13 Unos 300 afios mas tarde, Charles Simeon de Cambridge enunci6 el mismo principio en una carta a su editor: «Mi empefio consiste en extraer de la Escritura 10 que hay alii, y no en introducir en elia 10 que podria ~aber .alii.»14 En nuestros dias necesitamos con urgencia tanto la mtegndad como el coraje para trabajar con esta regIa basica, para d~rles a los a,:tores b~licos la libertad de decir 10 que realmente dicen, por anttcuada e Impopular que sea su ensefianza. En segundo lugar, la predicaci6n bfblica requiere sensibilidad para con el mundo moderno. Si bien Dios hab16 al mundo antiguo en su l?rol?i.a lengua y cultura, quiere que su Palabra sea para todos. Esto slgruflCa que el expositor es mas que un exegeta. E1 exegeta 204

explic~ e1 significado original del texto; el expositor va mas alia y 10 aphca al mundo contemporaneo. Por 10 tanto, tenemos que esforzarnos por entender este mundo rapidamente cambiante en e1. cua1 Dios nos ha lia~ado a vivir; por escuchar sus muchas y discordantes voces, sus mterrogantes, sus protestas y sus gritos de dolor; y p?: sentir en alguna medida su desorientaci6n y su desesperaclOn. Porque todo esto forma parte de nuestra sensibilidad cristiana. . He aqui, entonces: las dos obligaciones que elliamado a predicar Imp?r:e. a los expositores bfblicos: la fide1idad (a la Palabra) y la sensIbIhdad (para con el mundo). No debemos falsificar la Palabra con el fin de asegurar una pertinencia falseada, ni ignorar al mundo c~n e1 fin de asegurar una fidelidad falsa. No hemos de cumplir mnguna de las dos obligaciones a expensas de la otra. La co~bi~aci6n de fidelidad y sensibilidad hace al predicador autenttco. Pero, al ser algo dificil, es tambien algo que raramente se da. La falia caracteristica de los predicadores conservadores es la de ser bfblicos, pero no contemporaneos. La falia caracteristica de l?s predicadores liberales es la de ser contemporaneos, pero no bfbhcos. Muy pocos son los predicadores que logran ser ambas cosas simultaneamente. En la practica, al estudiar el texto tenemos que hacernos dos pr~guntas precisas y hacerlas en el orden que corresponde. La pnmera es: «lQue significaba?», y la segunda: «lQue dice?» Al p1antea~ ~stas dos preguntas, el interes comienza con el significado ongmal del texto, cuando primero fue expresado verbalmente o por escrito, y luego pasa a su mensaje contemporaneo, 0 sea, a 10 que significa para la gente hoy. No debemos confundir estas dos preguntas, ni ubicarlas en un orden equivocado ni dejar de hacer ambas preguntas en ultima instancia. La primera pregunta, «lQue significaba?», tambien podria for~u~a~se de.est: otro modo: «lQue significa ahara?», por cuanto el sigruficado mtrmseco del texto no varia. Sigue significando hoy 10 que significaba cuando primero fue escrito. En su conocido libro Validity in Interpretation, E. D. Hirsch, anteriormente profesor de ingles en la catedra Kenan de la Universidad de Virginia, Estados Unidos, reafirma la «sensata creencia de que un texto significa 10 que su autor queria que significara».15 Se queja de la «exclusi6n del autor» de los textos legales, bfblicos y literarios. El resultado es pura subjetividad. En circulos legales «el significado de una ley es

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e 1 q Ue .Ie dan los J'ueces del momento»; en la exegesis biblica 1 .,

bultmanniana «el significado de la Biblia es ~n~ nue:a reve aCIOn dada a cada generacion sucesiva», y en teona hterana un texto es «10 que significa para nosotros hoy».16 De hec~o, en algun~s departamentos universitarios de literatura se sostlene h~y e~. dia que «un texto es infinita~ente impenetrable» porque «Slgruflca» cosas diferentes para diferentes personas. Pero este es un usa enganoso de las palabras «significar» y «s~gnific~do:> .. El profesor Hirsch insiste en que solo el autor determma el slgnIflCado ?e un texto, y que «excluir al autor original como el q~e deter~na el significado» es «rechaz~r el linico pr~ncipio nor~~tlv~7convmcente que podria darle vahdez a una mterpretacIOn». De mod?, entonces, que el «significado» de un texto es 10 que el autor .quena decir al escribirlo, y, por consiguiente, es permanente, ffilentras que su «significacion» es la manera en que afecta a diferentes personas y el modo en que se relaciona con diver.sos co~textos, y, por 10 tanto, es variable. Is Hay un mund~ d~ ~lferenCla ~nt~e.la expresion de Bultmann, de que «un texto SI!?IU~I~a 10 que sigrufica para mi», y la de Hirsch, de que «un texto slgnIflCa 10 que el autor queria que significara». De manera que el significado del texto se ha de buscar y encontrar en las palabras mismas, las palabras empleadas por el autor, y no en los pensamientos y sentimient?s del lector. ~om? 10 ha expresado el profesor David Wells, haclendo suyo el. enfasis de B. B. Warfield: «El significado no se ha de buscar por enClma del texto, detras de el, mas alIa de el 0 enel interprete. El significado se ha de encontrar en el texto. El lenguaje del texto determina cual es el significado que Dios quiere que entendamos.» Esto es asi J?orque «las palabras tienen significados ... Ninguna lengua permite que el significado £lote libremente separado de las palabras e~pleadas ... A menos que las palabras y su significado vuelvan a UIUrse e.r:,la practica hermeneutica, no podemos tener acceso a la revelacIOn mas que en un sentido mistico».19 , La segunda pregunta que tenemos que hacerle al texto es: «lQue dice?» 0 sea, habiendo discemido su significado original (que fija el autor), tenemos luego que reflexionar sobre su mensaje contemporaneo (de que manera se aplica a la gente hoy). Aqui entra la sensibilidad espiritual. Tenemos que aumentar nuestro conocimiento del mundo moderno: sus presuposiciones y preocupaciones, su mentalidad y animo, su cultura volatil y sus 206

decadentes niveles morales, sus valores, metas, dudas, temores, pesares y esperanzas, y no menos su obsesion con el propio ser, con el amor y la muerte. Solamente entonces estaremos en condiciones de discernir el modo en que la Palabra que no cambia Ie habla a este mundo cambiante. Nada me ha ayudado mas a lograr esto que el grupo de lectura de profesionales jovenes que se ha reunido conmigo en Londres cada seis semanas aproximadamente durante los ultimos veinte anos. Al final de cada sesion nos ponemos de acuerdo sobre que libro 0 pelicula vamos a ver para la proxima reunion. Elegimos, principalmente, libros y pelfculas que expresen perspectivas no cristianas. Luego nos preguntamos: (1) lCuales son las principales cuestiones que plantea a los cristianos? y (2) l Como se relaciona el evangelio con personas que piensan y viven asi? En otras palabras, Ie hacemos la segunda pregunta al texto biblico: «lQue dice?» Si captamos el significado original del texto biblico, sin pasar a ocupamos de su mensaje contemporaneo, nos rendimos ante el anticuarianismo, que no tiene relacion alguna con las realidades presentes del mundo modemo. Si, por 10 demas, comenzamos con el mensaje contemporaneo del texto, sin primeramente haber aceptado la disciplina de descubrir su significado original, nos rendimos ante el existencialismo, que no tiene relacion alguna con las realidades pasadas de la revelaciOn. En lugar de esto, debemos hacer ambas preguntas, primero siendo fieles en procura de conocer el significado del texto, y luego siendo sensibles en la tarea de procurar discernir su mensaje para el dia de hoy. Mas aun, no hay atajos para lograr esto. No hay mas que el duro trajin del estudio, enprocura de familiarizamos tanto conlas Escrituras en su plenitud como con el mundo modemo en toda su variedad. Se trata, de hecho, de otro caso de la disciplina de «oir con ambos oidos», que consiste en escuchar humildemente 10 que dice la Escritura y crfticamente 10 que dice la modernidad, con el fin de relacionar la una con la otra. Este modo de escuchar es una indispensable condicion preliminar para la predicacion. El 18 de noviembre de 1991, el dia en que Terry Waite fue liberado despues de haber sido retenido como rehen durante casi cinco afios en el ubano, se pidio a varias personas que habian sido rehenes anteriormente, y cuya liberacion el mismo habia negociado, que hicieran alglin comentario. Uno de ellos fue una mujer, Jean Waddell, que habia servido como misionera en Iran. «Es un buen comunicador --dijo-, escucha.» 207


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Dos expectativas Luego de las dos convicciones acerca de la Escritura, y de las dos obligaciones al exponerla, vienen, como consecuencia, dos expectativas. Si realmente abrimos y damos a conocer el texto inspirado con fidelidad y sensibilidad, lque es 10 que podemos esperar que ocurra? Primero, esperamos que se oiga la voz de Dios. Esta expectativa surge de la creencia de que el Dios que ha hablado en el pasado tambien habla en el presente a traves de 10 que ha hablado. Una expectativa de esta naturaleza, que a traves de su antigua Palabra Dios se dirige al mundo moderno, esta, sin embargo, en situaci6n de decadencia en el rna de hoy. Como ha dicho Langmead Casserley, erudito miembro de la Iglesia Episcopal Norteamericana, «hemos ideado un modo de leer la Palabra de Dios, de la que jamas sale palabra alguna de Dios». Cuando llega el momenta del sermon, los fieles juntan las manos y cierran los ojos, haciendolo con grandes demostraciones de piedad, tras 10 cual se acomodan para disfrutar el acostumbrado adormecimiento. Es mas, el predicador alienta esto con su modo y su voz adormecedora. iQue diferente es cuando tanto el predicador como la gente esperan que Dios hable! Toda la situaci6n se transforma y se electriza. Los fieles traen su Biblia consigo, y cuando la abren, se sientan en el borde del asiento ansiosamente, a la espera de 10 que Dios quiera decirles. Se trata de una representaci6n de la escena en la casa de Cornelio, el centuri6n, cuando lleg6 Pedro. Cornelio Ie dijo: «Ahora, pues, todos nosotros estamos aqui en la presencia de Dios, para oir todo 10 que Dios te ha mandado».20 lPor que no va a experimentar una congregaci6n cristiana el mismo grado de expectativa en el dia de hoy? El predicador mismo puede alentar esta actitud. Se prepara cuidadosamente, de tal modo que evidentemente espera que Dios Ie de un mensaje. Ora fervientemente antes de salir de la casa camino de la iglesia, y ora de nuevo en el pulpito antes de predicar, para que Dios hable a su pueblo. Lee y expone el texto con gran seriedad de prop6sito, sintiendo profundamente 10 que dice. Luego, cuando ha terminado, ora nuevamente y experimenta una quietud y una solemnidad manifiestas en la presencia del Dios que ha hablado.

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La segunda expectativa es que el pueblo de Dios 10 obedezca. La Palabra de Dios siempre exige una respuesta de obediencia. No hemos de ser oidores olvidadizos, sino hacedores obedientes, de la Palabra de Dios.21 En todo el Antiguo Testamento oimos el lamento divino: «iOh si hoy escuchareis su VOZ!»22 Dios seguia enviando sus emisarios al pueblo, «mas ellos hadan escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlandose de sus profetas, hasta que subi6la ira de Jehova contra su pueblo, y no hubo ya remedio».23 lC6mo, entonces, deberia responder el pueblo? lQue clase de obediencia se requiere? La respuesta es que el contenido de la palabra expuesta determina la naturaleza de la reacci6n que se espera. Lo que hacemos como respuesta a la Palabra de Dios depende de 10 que el nos diga por medio de ella. Consideremos algunos ejemplos. Si, en el texto explicado y mediante dicho texto Dios habla acercade si mismo y su propia y gloriosa grandeza, nosotros respondemos humillandonos delante de el en adoraci6n. Si, en cambio, habla acerca de nosotros, de nuestra indocilidad, de nuestra inconstancia, de nuestra rebeli6n y nuestra culpa, entonces respondemos adoptando una actitud de penitencia y confesi6n. Si habla acerca de Jesucristo, aquel que muri6 para llevar nuestros pecados, y fue levantado de los muertos para demostrarlo, respondemos con fe, asiendonos a este Salvador venido del cielo. Si habla acerca de sus promesas, nos proponemos heredarlas; si habla acerca de sus mandamientos, nos proponemos guardarlos. Si Dios nos habla acerca del mundo, y su colosal necesidad espiritual y material, entonces nace en nosotros su compasi6n, tanto para predicar el evangelio como para servir a los necesitados. Si, por otra parte, Dios nos habla a traves de su Palabra en cuanto al futuro, la venida de Cristo y la gloria posterior, entonces se inflama nuestra esperanza y nos proponemos ser santos y estar ocupados sirviendo hasta quevenga. El predicador que se ha metido profundamente en el texto, que )ha captado y desarrollado su tema dominante, y se ha sentido el mismo conmovido por su mensaje, se ocupara de hacerlo resaltar ;en la conclusi6n y de darles a los oyentes la oportunidad p~a reaccionar al mjsmo, a menudo en silenciosa oraci6n, en tanto cada persona es impulsada por el Espiritu Santo a tomar la decisi6n de obedecer de un modo apropiado.

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Esta es, entonces, la definici6n de la predicaci6n que me aventura a ofrecer allector. Contiene dos convicciones (que el texto biblico es un texto inspirado que, no obstante, tiene que ser abierto y expuesto); dos obligaciones (que debemos abrirlo y exponerlo con fidelidad al texto mismo, y con sensibilidad para con el contexto modemo); y dos expectativas (que por medio de la exposici6n y la aplicaci6n de la Palabra escrita Dios mismo ha de hablar, y que su pueblo oini su voz y Ie respondeni con la debida obediencia). Es un enorme privilegio ser expositor biblico, vale decir, ocupar el pulpito con la Palabra de Dios en las manos y en la mente, con el Espiritu de Dios en el coraz6n, y con el pueblo de Dios ante la vista, con la expectante esperanza de que la voz de Dios sea oida y obedecida.

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PARTE

IV

La Iglesia

J

uan Wesley tenia razon cuando describio al cristianismo como una religion esencialmente «social», y agrego que convertirlo en una religion «solitaria» equivaldria a destruirlo. Esto no es 10 mismo que negar que ofrece salvacionindividual y que llama al discipulado individual; es mas bien afirmar que la iglesia se encuentra en el centro del proposito de Dios. Cristo se dio a si mismo por cada uno de nosotros, se nos dice, no solo «para redimirnos de toda iniquidad» sino tambien para «purificar para si un pueblo propio, celoso de buenas obras».l El problema que experimentamos, toda vez que pensamos en la iglesia, se refiere a la tension entre el ideal y la realidad. El ideal es hermoso. La iglesia es el pueblo elegido y amado por Dios, su propio y especial tesoro,la comunidad del pacto con la que se ha comprometido para siempre, dedicada en forma continua a adorar aDios y a extenderse hacia el mundo en actitud misericordiosa; un refugio de amor y paz, y un pueblo peregrino encaminado hacia la ciudad eterna. Pero en la realidad, nosotros, los que sostenemos que constituimos la iglesia, somos con frecuencia un heterogeneo conjunto de individuos mas bienzaparrastrosos, semicultos y semisalvos, sin inspiracion para el culto de adoracion, que ademas nos peleamos constantemente entre nosotros, mas preocupados en subsistir que en cumplir la mision, que marchamos por la senda forcejeando y tropezando, y que constantemente


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necesitamos ser reprendidos y exhortados, para 10 cual tanto los profetas del Antiguo Testamento como los apostoles del Nuevo Testamento tienen a disposicion abundante material. Como consecuencia de esta distincion entre el ideal y la realidad, las opiniones de la gente respecto a la iglesia varian enarmemente. Por un lado, P. T. Forsyth podia escribir que «la iglesia de Cristo es el producto mas grande y mas excelente de la historia humana ... 10 mas grande que hay en el univerSO».2 Par otro, Thomas Arnold escribio: «A la iglesia, como ahora se presenta, ningun poder humano puede salvarla ... Cuando pienso en la iglesia, podria sentarme, suspirar y morirme .»3 Lo que me propongo en la Parte IV de este libro es centrar la atencion en el ideal, en 10 que Dios quiere que sea su iglesia, manteniendo a la vista al mismo tiempo la realidad, de modo que podamos con mas facilidad tomar conciencia de los cambios que se deben hacer. Los primeros dos capitulos son complementarios, ya que en el capitulo 14 consideramos el desafio que el mundo plantea a la iglesia, y en el capitulo 15 la mision de la iglesia en el mundo. En el capitulo 16 se vera que la necesaria renovacion de la iglesia induye, como oro Jesus, no un area solamente (p. ej., su unidad y su espiritualidad), sino todas las areas de su vida. Y con este fin los que hemos sido ordenados para el ministerio pastoral de la iglesia tenemos que ser renovados nosotros mismos, segun el proposito de Dios para con nosotros, tema que nos ocupa en el capitulo 17.

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CAPITULO CATORCE

Desafios seculares a la iglesia

U

na de las necesidades mas grandes en la iglesia hoy es una . sensitiva toma de conciencia del mundo que nos rodea. 51 somos verdaderos servidores de Jesucristo, tendremos los ojos abiertos (como 10 hizo el) y puestos en las necesidades humanas, como tambien los oidos alerta para escuchar los gritos de angustia. Yresponderemos de manera misericordiosa y constructiva (una vez, mas como 10 hizo el) al dolor de la gente. Esto no quiere decir que en todo sentido dejemos que «el mundo fije la agenda para la iglesia», como solla decirse en la decada de 1960,0 que sigamos al mundo como un perrito a su amo. Por.tarnos asi seria confundir servicio (aquello que es nuestro llamaffilento) con servilismo (10 que no es), e interpretar la sensibilidad (que es una virtud) en funci6n del conformismo (que es un vicio). No; 10 primero y 10 principal es que tenemos que declarar y hac~r 10 que Dios nos ha mandado declarar y hacer; no debemos rendlf un homenaje obsecuente al mundo. Al propio tiempo, a menos que escuchemos atentamente las voces de la sociedad secular, que nos esforcemos por entenderlas, y que seamos capaces de sentir con la gente en medio de su frustraci6n, ira, perplejidad y desesperaci6n, llorando con los q,:e lloran careceremos de autenticidad como los discipulos de Jesus de N;zaret. En cambio, correremos el peligro (como se ha dicho con frecuencia) de contestar preguntas que nadie hace, de ~ascar donde no hay comez6n, de ofrecer product.os que no t~enen demanda; en otras palabras, de ser totalmente 1rrelevantes, Justamente 10 que con frecuencia ha sido la iglesia en el curso de su larga historia. 213


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En este capitulo quisiera presentar allector la triple busqueda de los hombres y mujeres modernos y secularizados, la triple busqueda que, de hecho, es la triple y universal aspiraci6n humana, que el prapio Jesucristo hace nacer en las personas, que s6lo el puede satisfacer y que plantea a la iglesia el desafio de presentar a Cristo en su plenitud al mundo.

La btisqueda de la trascendencia Hasta no hace mucho «trascendencia» se consideraba un termino mas bien oscuro, cuyo usa estaba limitado a instituciones de formaci6n teo16gica. AlIi los estudiantes aprendian la distinci6n entre «trascendencia» (con el significado de que Dios estaba por encima y fuera del mundo creado) e «inmanencia» (con el significado de que Dios estaba presente y activo en el). Hoy en dia, sin embargo, casi todos tienen alguna noci6n de la trascendencia, porque ha sido popularizada por el furor de la «meditaci6n trascendental». La busqueda de la trascendencia es, por consiguiente, la busqueda de la realidad ultima, mas alIa del universo material. Es una protesta contra la secularizaci6n, es decir, contra el intento de eliminar a Dios de su propio mundo. Es un reconocimiento de que los seres humanos no viven «s6lo de pan», por cuanto el materialismo no puede satisfacer al espiritu humano. Considere ellector algunos ejemplos de la desilusi6n actual con el secularismo y la persistente busqueda de la trascendencia. Primero, esta el reciente colapso del euro-marxismo. No estoy pensando ahora en el socialismo como ideologia politico-econ6mica, sino en el marxismo clasico, como filosofia que niega la existencia de Dios. Al marxismo se 10 present6 originalmente como un sustituto para la anticuada fe religiosa. Pero los conversos fueron pocos e infrecuentes. Como afirm6 el can6nigo Trevor Beeson acerca de la Europa oriental en la decada de 1970, «las doctrinas basicas del comunismo no han convencido la mente, ni han satisfecho las emociones de la intelectualidad ni del proletariado. Por otra parte, la vida religiosa ha desplegado una notable ductilidad y, lejos de desaparecer, en muchos casos ha desarrollado nueva vitalidad y poder».! Solzhenitsyn dijo algo similar en 1983, espedficamente acerca de la Uni6n Sovietica. Llam6la atenci6n a algo que los lideres sovieticos no esperaban que ocurriera:

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que en un pais donde las iglesias han sido niveladas, donde un ateismo triunfante ha hecho desmanes incontroladamente durante dos tercios de siglo, donde el clero esta totalmente humillado y privado de toda independencia, donde 10 que queda de la iglesia como instituci6n es tolerado s6lo enbeneficio de la propaganda dirigida a Occidente, donde hasta hoy se manda a la gente a los campamentos de trabajos forzados debido a su fe, y donde, dentro de los campamentos mismos, los que se reunen a orar en la epoca de la pascua son encerrados en celdas de castigo, ellos (a saber los lideres sovieticos) no podian imaginar que, sometida a la fuerza arrolladora comunista, la tradici6n cristiana pudiera sobrevivir en Rusia. Pero quedanmuchos millones de creyentes; es s6lo la presi6n extema 10 que les impide hacerse oir. 2

La segunda esfera en la que se nota que la gente esta desilusionada con el secularismo es eI desierto del materialismo occidental. El secularismo no satisface mas al espiritu humano, ni en su atuendo capitalista ni en su atuendo comunista. Theodore Roszak es un elocuente exponente norteamericano de su vaciedad. El significativo subtitulo de su libra Where the Wasteland Ends es Politics and Transcendence in a Post-Industrial Society (La politica y la trascendencia en una sociedad posindustrial).3 Roszak lamenta 10 que llama la «coca-colonizaci6n del mundo».4 Sufrimos ~scri­ be- «una claustrofobia psiquica dentro de la cosmovisi6n cientifica»,s en la que el espiritu humano no puede respirar. Critica a la ciencia (la seudo ciencia, creo que quiere decir) por su arrogante pretensi6n de explicarlo todo, su «espiritu desprestigiador»,6 y el que haya «desarmado los misterios». «Porque 10 que puede medir la ciencia es s6lo una porci6n de 10 que el hombre puede conocer.»7 Este mundo materialista de ciencia objetiva, sigue diciendo, no es por lejos «10 suficientemente espacioso» para nosotros. 8 Sin la trascendencia «la persona se encoge».9 Su receta (la recuperaci6n de la «imaginaci6n visionaria» de Blake) es miserablemente inadecuada; pero su diagn6stico indudablemente da en el blanco. Los seres humanos saben instintivamente que no se puede encerrar la Realidad en un tuba de ensayo, 0 untar en un portaobjeto para realizar un examen microsc6pico, 0 aprehender mediante la fria observaci6n cientifica indiferente. La vida tiene otra dimensi6n, una dimension trascendente, y la Realidad es «espantosamente vasta».l0 En tercer lugar, la busqueda de la trascendencia se ve en la epidemia del abuso de las drogas. Hay, desde luego, una cantidad de 215


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interpretaciones diferentes d~ este f~t;0meno pr<icti.camente mundial. No se trata de expenmentaclOn puramente mocente, ni siempre de una timid a protesta contra las costumbres convencionales, como tampoco de un intento de escapar de las duras realidades de la vida. Es, tambien, una busqueda genuina de una «autoconciencia superior», inc1uso de una realidad objetiva y trascendente. Como prueba de esto podriamos tomar el caso de Carlos Castaneda, cuyos libros se hicieron extremadamente populares hacia fines de la decada de 1960 y la primera mitad de la decada de 1970. Afirmaba Castaneda que un indigena yanqui de Mexico, lJamado Don Juan, 10 habia iniciado. Le enseno que hay dos rnundos de igual realidad, el mundo «ordinario» de los seres humanos vivos, y el mundo «no ordinario» de los diableros 0 hechiceros. «Lo que importa aprender es como Hegar a la grieta entre los dos mundos y como ingresar en el otro mundo ... Hay un Jugar donde los dos mundos se solapan. AHi esta la grieta. Se abre · 11 L V se cierra como una puerta ante e1Vlento.» a persona que pasa ~l otro mundo de la realidad no ordinaria es «el hombre de conocimiento»; es esencial que tenga un «aliado», es decir, «un poder capaz de transportarlo mas aHa de las front~r,as de si mis~o»Y Y los dos aliados principales son datura, tamblen Hamada «hlerba de Jimson» 0 «hierba del diablo», que es de signo femenino v confiere poder, y un hongo Hamado humito, que es masculino Vproporciona extasis. La hierba se bebia 0 se absorbia por la piel, ~l hongo se fumaba. Los resultados eran la «divinizacion», el vuelo corporal 0 la ausencia de corporalidad, la adopcion de cuerpos alternativos y la posibilidad de ingresar en los objetos 0 de pasar a traves de eHos. El cuarto ejemplo de la busqueda de la trascendencia es la proliferaci6n de cultos religiosos esotericos. A la par del resurgimiento de religiones antiguas y la fascinacion que siente la juv.entud occidental con el misticismo oriental, se ha prodUCldo el surgimiento de religiones nuevas. Por 10 menos 800 han aparecido en Inglaterra desde la II Guerra Mundial,B y Alvin Toffler ca1cula que 1.000 cultos 0 sectas de esta c1ase han conquistado alrededor de tres millones de seguidores en los Estados Unidos. 14 Uno de los mas alarmantes fue el movimiento encabezado por Jim Jones del People's Temple en San Francisco, en el que casi mil de sus seguidores murieron en «Jonestown», la colonia en la selva guyana, en 1978, en su mayoria en un suicidio masivo con veneno ingerido 216

por boca. Un editorial de The Economist advertia que «ha comenzado una busqueda a tientas enprocura de nuevas formas de experiencia espiritual», y agregaba: «En esa busqueda de Dios, resulta demasiado facil, en su lugar, caer inesperadamente en brazos de Satanas.»15 Peter Berger, el sociologo, ha proporcionado una explicacion similar: «La actual onda del ocultismo (inc1uido su componente diabolico) se ha de entender como resultante de la represion de la trascendencia en la conciencia moderna.»16 La mas espectacular de todas las tendencias religiosas recientes es el surgimiento del movimiento de la Nueva Era. Es un grotesco surtido de creencias diversas, de religion y ciencia, de fisica y metafisica, de panteismo antiguo y optimismo evolucionista, de astrologia, espiritismo, reencarnacion, ecologia y medicina alternativa. Uno de los llderes del movimiento, David Spangler, escribe en su libro Emergence: The Rebirth of the Sacred que «desde muy corta edad» el mismo era «consciente de una dimension extra» en el mundo que 10 rodeaba, la que a medida que el iba creciendo paso a identificar como «una dimension sagrada 0 trascendental». «El renacimiento del sentido de 10 sagrado -agregaocupa el centro de la nueva era.»17 Aqui tenemos, entonces, los cuatro elementos evidenciales contemporaneos de que el materialismo no satisface al espiritu humann, y de que, en consecuencia, la gente busca otra realidad, una realidad trascendente. La buscan en todas partes: a traves del yoga, de la meditacion trascendental (MT) y las religiones orientales; a traves del sexo (10 que Malcolm Muggeridge solla Hamar «el misticismo del materialista»), a traves de la musica y las demas artes, a traves de una autoconciencia superior inducida por las drogas, a traves de las sectas 0 cultos modernos, de las especulaciones de la Nueva Era, de peligrosos experimentos con 10 oculto y a traves de las fantasias de la ciencia ficcion. La reaccioncristiana inmediata a este complejo fenomeno deberia ser de compasion. Porque de cierto que entendemos Jo que esta pasando, y por que, en las palabras del apostol Pablo ante los filosofos atenienses, los hombres y las mujeres buscan aDios «palpando», como ciegos en la oscuridad, buscando a tientas a su Creador, quien los tiene inquietos hasta que encuentran descanso eneLJ8 Expresanla busqueda humana de la trascendencia. Richard North, corresponsal ambientalista de The Independent, proporciona un ejemplo contemporaneo de eHo: 217


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Un enorme numero de personas sencillamente necesita adorar algo. Pero para adorar hay que encontrar algo fuera de uno mismo, que sea mejor que uno mismo. Dios es una idea apropiada para ello. Tambien 10 es la naturaleza. Todos estamos enamonindonos del medio ambiente como extension, as! como tambien en remplazo del hecho de habemos desenamorado de Dios. 19

La busqueda de la trascendencia es un desafio a la calidad del culto publico de la iglesia. LOfrece ella 10 que la gente anhela, el elemento de misterio, el «sentido de 10 numinoso», en lenguaje biblico «el temor de Dios», en lenguaje modemo la «trascendencia»? Mi respuesta a mi propia pregunta es que, con frecuencia, no. La iglesia no siempre se destaca por la profunda realidad de su culto de adoracion. En particular, nosotros los que nos llamamos «evangelicos» no sabemos mucho sobre como adorar. La evangelizacion es nuestra especialidad, no la adoracion. Pareceria que tenemos poco sentido de la grandeza y la gloria del todopoderoso Dios. No nos inclinamos ante el sobrecogidos y maravillados. Tenemos la tendencia a ser arrogantes, petulantes y vanagloriosos. No nos preocupamos mucho por la preparacion de los servicios de adoracion. A veces son flojos, mecanicos, rutinarios y aburridos. Otras veces sonfrivolos, cuando no bordean la irreverencia. iCon razon los que buscanla Realidad confrecuencia nos ignoran! Es preciso que volvamos a escuchar la critica biblica de la religion. Ninglin libro, ni siquiera los de Marx y sus seguidores, se expresa de manera mas mordaz sobre la religion vacia, que la Biblia. Los profetas de los siglos VIII Y VII a.c. hablaron claramente, en sus denuncias, del formalismo y la hipocresia del culto israelita. Luego Jesus aplico esa critica a los fariseos de su dia: «Este pueblo de labios me homa, mas su corazan esta lejos de ml.»20 Y esta denuncia de la religion por los profetas del Antiguo Testamento y por parte de Jesus se aplica a nosotros y a nuestras iglesias hoy en dia, aunque nos resulte incomodo reconocerlo. Hay muchos aspectos de nuestro culto de adoracion que no son mas que ritual sin realidad, forma sin poder, entretenimiento sin temor, religion sin Dios. LQUe es 10 que se necesita, entonces? He aqui algunas sugerencias. Primeramente, nos hace falta una lectura y una predicacion de la Palabra de Dios tan fieles que por medio de

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ellas se oiga su voz viva, dirigiendose al pueblo una vez mas. Segundo, hace falta una administracion de la Cena del Senor tan reverente y expectante que (aqui elijo con cuidado las palabras) haya una Real Presencia de Jesus el Cristo, no en los elementos, sino entre su pueblo y alrededor de su mesa; Jesucristo mismo presente objetiva y realmente, que sale a nuestro encuentro, listo para darse a conocer por medio del rompimiento del pan y deseoso de entregarse por nosotros, para que en nuestro corazan nos alimentemos de su persona por medio de la fe. Tercero, hace falta un ofrecimiento de alabanza y oracion tan sincero que el pueblo de Dios diga con Jacob: «Ciertamente Jehova esta en este lugar, y yo no 10 sabia,»21 y los incredulos presentes caigan de rodillas y adoren aDios, exclamando: «Dios esta entre vosotroS».22 En sintesis, es una gran tragedia que los hombres y mujeres modemos, que buscan trascendencia, se vuelvan hacia las drogas, el sexo, el yoga, los cultos esotericos, el misticismo, la Nueva Era y la ciencia ficcion, en lugar de volverse hacia la iglesia, en cuyos servicios de adoracion siempre se deberia experimentar la verdadera trascendencia y gozar de un intimo encuentro con el Dios viviente.

La busqueda de significaci6n Mucho hay en el mundo modemo que no solo ahoga el sentido de la trascendencia, sino que tambien reduce (e incluso llega a destruir) la significacion personal,la creencia de que la vida tiene algtin significado. Se pueden mencionar tres tendencias. Primero, tenemos el efecto de la tecnologia. La tecnologia puede resultar liberadora, desde luego en la medida en que libere a la gente de la rutina domestica 0 industrial. Pero puede tambien deshumanizar terriblemente, cuando hombres y mujeres comienzan a sentir que ya no son personas sino cosas, «identificadas no por 'nombre propio' sino por unnumero de serie perforado en una tarjeta que se ha disenado para que viaje por las entranas de una computadora».23 Segundo, tenemos el reduccionismo cientifico. Algunos cientificos de diversas disciplinas arguyen que un ser humane no es sino un animal (el «mono desnudo» del doctor Desmond Morris, para ser mas precisos){ 0 nada mas que una maquina programada para

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responder automaticamente ante determinados estimulos externos. Fueron decIaraciones como estas las que llevaron al fallecido profesor Donald MacKay a popularizar la expresion «nadamasqueismo» como explicacion de 10 que se quiere decir con el concepto del «reduccionismo», y a protestar contra toda tendencia a reducir a los seres humanos a un nivel mas bajo que 10 plenamente personal. Desde luego que el cerebro es una maquina, un mecanismo altamente complejo. Y la anatomia y la fisiologia humanas son las del animal. Pero este cuadro no ofrece una descripcion completa de 10 humano. Hayen nosotros algo mas que cuerpo y cerebro. Cuando la gente afirma que no somos «nada mas que» esto 0 aque110, comete un serio y peligroso error. Tercero, el existencialismo tiene el efecto de reducir el sentido de significacion de la persona. Se podria decir que los existencialistas radicales difieren de los humanistas en general, por su decision de tomar en serio su ateismo y enfrentar sus terribles consecuencias. Dado que (en opinion de ellos) Dios esta muerto, todo 10 demas ha muerto con el. Dado que no hay Dios, ya no hay valores, ni tampoco ideales; no hay leyes morales ni normas de conducta, no existen propositos ni significados. Y si bien yo existo, no obstante, no hay nada que me de a mi ni a mi existencia alguna significacion, excepto tal vez la decision que tomo de buscar el valor necesario para ser. El significado se encuentra solamente en despreciar mi propia falta de significado. No hay otro modo por el cual pueda autenticarme a mi mismo. Por tristemente heroica que suene esta filosofia, deben ser muy pocas las personas capaces de realizar la proeza de prestidigitacion de simular tener significacion cuando saben que no la tienen. Porque la significacion es basica para la supervivencia. Esto es 10 que Viktor Frankl encontro cuando, siendo joven, paso tres anos en el campo de concentracion de Auschwitz. Noto que los internados con mayores posibilidades de sobrevivir eran «aquellos que sabian que les esperaba una tarea por realizar».24 Posteriormente lIego a ser Profesor de Psiquiatria y Neurologia en la Universidad de Viena, y fundador de la llamada «Tercera escuela vienesa de psiquiatria». Planteo como postulado que, ademas de la «voluntad de placer» de Freud y la «voluntad de poder» de Adler, los seres humanos tienen una «voluntad de significado». En efecto, «la busqueda por parte del

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hombre del sentido de la vida constituye una fuerza primaria».25 De modo que d:sa~r?l1oloque llamola «logoterapia», empleando logos, no con el sIgnifIcado de «palabra» ni «razon», sino de «significado». «El vacio existencial-escribi6-- [es] la neurosis masiva de ~ue~t:0 ti~mpo»,26 es decir, la perdida del sentido de que la vida es sIgru~I~a~va. A veces les pr~guntaba a sus pacientes: «lPor que no se SUlCIdo?» (juna pregunta mcreible para que se la haga un medico a un paciente!). Contestaban que habia algo (tal vez el trabajo, o el casamiento, 0 la familia) que hacia que la vida valiera la pena para ellos. Entonces el profesor Frankl comenzaba a construir sobre la base de esa circunstancia. La falta de significado lleva al aburrimiento, al alcoholismo, a la delincuencia juvenil y al suicidio. Comentando la obra de Viktor Frankl, Arthur Koestler escribio: Una tendencia inherente al hombre es salir a la busqueda de significados que pueda cumplir y de valores que pueda poner en pnktica ... Miles y miles de j6venes estudiantes estan expuestos a un adoctrinamiento ... que niega la existencia de valores. El resultado es un fen6meno mundial: mas y mas pacientes se agolpan en las clinicas con la queja de una vaciedad interior, el sentido de una total y definitiva falta de significado para la vida. 27

Segun Emile Durkheim, en su estudio cIasico sobre el suicidio, el numero mas grande de suicidios son ocasionados por la anomia, 10 que se podria traducir como «falta de normatividad», o «falta de significado». Y el suicidio «anomico» ocurre cuando ~lguien no tiene metas en la vida 0 persigue una meta malcanzable, ya sea el poder, el exito 0 el prestigio. «Ningun .ser humano puede ser feliz, y ni siquiera existir, a menos que sus necesidades sean suficientemente proporcionales a sus medios.»28 Si la busqueda de la trascendencia constituia un desafio a la calidad del culto de la iglesia, la busqueda de significacion constituye un desafio a la calidad de la docencia de la iglesia. Millones de personas no saben quienes son, ni si tienen alguna significacion o valor. Por ella, el urgente desafio para nosotros consiste en decirles quienes son, e ilustrarlos acerca de su propia identidad; es decir, enseftar sinretaceos toda la doctrina biblica acerca del ser humano: su depravacion, si, pem tambien (yen este contexto por sobre todo) su dignidad. Vease el capitulo 1.

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Los cristianos creen en el valor intrinseco de los seres humanos, en raz6n de nuestras doctrinas de la creaci6n y la redenci6n. Como 10 vimos en el capitulo 1, Dios hizo al hombre var6n y mujer a su propia imagen, y les encomend6 la mayordomia responsable de la tierra y sus c~iaturas. N.os ha dotado de facultades racionales, morales, soclales, creahvas y espirituales, que nos hacen parecidos a el y diferentes de los animales. Los seres humanos son seres semejantes a Dios. Como resultado de la caida esa semejanza se ha visto distorsionada, por cierto, pero no ha. sido totalmente destrui~a. Mas .~od,a~ia, «de tal manera ama DlOS al mundo» que entrego a su HIJO umco para nuestra redenci6n. La cruz es la principal prueba publica del valor que Dios nos ha asignado. La doctrina cristiana sobre la dignidad y el valor de los seres humanos adquiere la mayor importancia en el dia de hoy, no s610 por amor a nuestra propia autoimagen y dignidad, sino mas todavia por el bien de la sociedad. Cuando los seres humanos son desvalorizados, todo en la sociedad de descompone. Se humilla a las mujeres y se desprecia a los nmos. Se considera una molestia a los enfermos, y a los ancianos una carga. Se discrimina a las minorias etnicas. Se oprime a los pobres y se les niega la justicia sociaL El capitalismo pone de manifiesto su rostro mas horrible. Se explota la mano de obra en las minas y en las fabricas. En las carceles se les da un trato brutal a los criminales. Se suprimen las opiniones opuestas. La extrema derecha inventa el campo de concentraci6nnazi en Belsen, mientras la izquierda inventa el Gulag. A los incredulos se los abandona de tal modo que viven y mueren perdidos. No hay libertad, ni dignidad, ni franca alegria. La vida humana no parece valer la pena, porque deja de ser humana. Pero cuando al ser humano se 10 valora como persona, debido a su valor intrinseco, todo cambia. Hombres, mujeres y ninos son todos honrados y valorados. Se cuida a los enfermos, y a los ancianos se les permite vivir y morir dignamente. Se escucha a los disidentes, se rehabilita a los presos, se protegen las minorias y se libera a los oprimidos. A los obreros se les ofrecen salarios justos, condiciones decentes de trabajo y una medida de participaci6n tanto en la administraci6n como en los beneficios de la empresa. Y el evangelio llega a los confines de la tierra. LPor que? Porque la persona cuenta. Porque todo hombre, mujer y nino, tiene valor y

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significaci6n como ser humano hecho a la imagen y semejanza de Dios.

La busqueda de comunidad La moderna sociedad tecnocr<itica, que destruye la trascendencia y la significaci6n, tambien resulta destructiva para la comunidad. Vivimos en una era de desintegraci6n social. A la gente Ie resulta crecientemente dificil relacionarse entre S1. De modo que seguimos buscando aquello que nos elude: el amor en un mundo sin amor. Invoco como testigos a tres personas muy diferentes. La primera es la Madre Teresa. Nacida en Yugoslavia, se traslad6 a la In~a cuando s6lo tenia diecisiete anos de edad. Luego, despues de dedicar alrededor de veinte anos a la docencia, abandon6 su profesi6n con el fin de servir a los mas pobres entre los pobres de Ca1cuta. Ese mismo ano (1948) se hizo ciudadana de la India y dos aflos mas tarde fund6 su propia orden, las «Misioneras de la caridad». De modo que la India ha sido su hogar desde hace mas de sesenta anos, y, como consecuencia, la suya es una visi6n y una voz autenticas del Tercer Mundo. Esto es 10 que ha escrito con respecto a Occidente: Hoy la gente tiene hambre de arnor, de amor eomprensivo, 10 eual es ... la Uniea respuesta a la soledad y la gran pobreza. Por ello, nosotros [vale deeir las hermanas y hermanos de su orden] podemos aeudir a pafses eomo Inglaterra, Estados Unidos y Australia, donde no hay ha~bre de pan. Pero hay gente que sufre una terrible soledad, una !emble desesperaci6n, un terrible odio, porque se siente no querida, Impotente, desesperanzada. Han olvidado e6mo sonrelr, han olvidado la belleza del toque humano. Estan olvidando 10 que es el arnor humano. Necesitan a alguien que los eomprenda y los respete. 29

Recuerdo que cuando lei este analisis sobre el mundo occidental, me senti un tanto indignado y 10 considere una exageraci6n. Pero con el tiempo he llegado a una opini6n diferente. Creo que es acertado, por 10 menos como generalizaci6n. Mi segundo testigo es Bertrand Russell, el brillante matematico y fil6sofo, y a la vez un ateo inflexible. Russell escribi6 con emotivo candor en el pr610go de su autobiografia:

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, ~~ gobemado mi vida: el deseo de vivir, la busqueda del conOClmlento y una insoportable lastima para con los sufrientes de la humani?ad. Est~s pasiones, como grandes vientos, me han arrastrado de aqUl p~ra alia, siguiendo una direcci6n descarriada, sobre un profundo oceano de angustia, hasta alcanzar la vera ~sma,de l~ desesperaci6n. He buscado amor, primero, porque proporclOna extaslS ... Lo he buscado, luego, porque alivia la soledad, esa terrible soledad en la que la te~bloro,sa conciencia propia se asoma por el borde del mundo haCla el fno, inconmensurable, e inanimado abismo...30

dida (que desde hace siglos es la forma tradicional en Africa, Asia y sectores de America Latina). Pero otros repudian las antiguas instituciones del matrimonio y la familia, en un intento (vano e insensato, creen los cristianos) de encontrar asi la libertad y la espontaneidad del amor. Todo el mundo anda a la busqueda del sentido de comunidad genuina, y de autenticas relaciones de amor. La letra del musical de Andrew Lloyd Webber, Aspects of Love [Aspectos del amor] 10 dice todo: El amor, el amor 10 cambia todo: las manos y las caras, la tierra y el cielo. El amor, el amor 10 cambia todo: la forma en que vives y la forma en que mueres. El amor puede hacer que vuele el verano o que una noche parezca toda una vida. 5i amor, el amor 10 cambia todo; ahora tiemblo ante tu nombre. Nada en el mundo jamas volvera a ser igual.

Woody Allen es mi tercer testigo. La mayoria de las personas piensa de el como un comediante (vendia chistes a la prensa cuando todavfa estaba en la escuela secundaria), pero «dentro del payaso hay un actor tragico».31 A pesar de toda su aclamada celebridad como autor, director y actor, no parece haberse encontrado nunca consigo mismo ni con nadie. Describe el acto sexual como «dos psic6patas bajo una misma colcha». En su pelicula Manhattan (1979) tiene una salida en la que dice que piensa que la gente deberia «aparearse para toda la vida, como palomas 0 cat6licos», pero no parece poder seguir su propio precepto. Confiesa q~: en todas sus peliculas «se ocupa de esa mayor de todas las dlflcult~des: las relaciones de amor. A todos les pasa esto. La gente 0 esta enamorada, esta a punto de enamorarse, esta saliendo de un enamoramiento, 0 esta buscando amor, 0 el modo de evitarlo.»32 5u bi6grafo terrnina su retrato con las siguientes palabras: «Lucha, como nosotros seguramente luchamos, para encontrar la fuerza para fundar una vida en un amor. Como dice el personaje en Hannah and Her Sisters [Ana y sus hermanas], 'Quiza los poetas tengan raz6n. Tal vez el amor sea la Unica soluci6n...' .»33 Aquf tenemos tres personas de trasfondo, creencias, temperamento y experiencias muy distintos que, sin embargo, estan de acuerdo entre sf acerca de la primordial importancia del amor. Hablan en nombre de la raza humana. Todos sabemos instintivamente que el amor es indispensable para nuestra naturaleza humana. El amor es aquello que da sentido a la vida. Por ello, la gente 10 busca por todas partes. Por 10 menos desde la decada del ano sesenta, algunas personas han comenzado a liberarse del individualismo occidental para experimentar con estilos comunitarios de vida. Otros tratan de remplazar la familia nuclear (que es la tradicional en Occidente) por la familia exten-

El tercer desafio del mundo, por 10 tanto, se relaciona con la calidad de la confraternidad de la iglesia. Proclamamos que Dios es amor y que Jesucristo ofrece verdadera comunidad. Insistimos en que la iglesia forma parte del evangelio. El prop6sito de Dios, decimos, no es meramente salvar individuos aislados y perpetuar su soledad, sino edificar una iglesia, crear una sociedad nueva, incluso una nueva humanidad, en la que se han abolido las barreras raciales, nacionales, sociales y sexuales. AUn mas, esta

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El amor, el amor 10 cambia todo: los dias son mas largos, las palabras significan mas. El amor, el amor 10 cambia todo: el dolor es mas profundo que antes. El amor transformara completamente tu mundo y ese mundo durara para siempre. 5i amor, el amor 10 cambia todo, te proporciona gloria, te produce vergiienza. Nada en el mundo jamas volvera a ser igual.


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nueva comunidad de Jesus se atreve a presentarse como la verdadera sociedad altemativa que ec1ipsa los valores y las normas delmundo. Es una pretensi6n impresionante. Pero la tragedia esta .e~ que la iglesia ha fracasado sistematicamente :n .cuanto a ,VI.VIr de acuerdo con sus propios ideales. Su entendlffilento teologlCo del llamado que Ie toca puede ser impecable. Pero, hablando comparativamente, hay poca aceptaci6n, poca preocup~ci6ny poca gen~­ rosidad entre nosotroS. La gente que anda a la busqueda del sentldo comunitario deberia entrar a raudales a las iglesias, especialmente si ellas ofrecen experiencias grupales peque:fi.as. En cambio, generalmente la iglesia es justamente,ellugar donde me~lOs se les ocurriria averiguar, tan segura esta la gente que allI no va a encontrar amor. Mel White, el escritor y realizador cinematografico cristiano, se propuso investigar las causas del tragico suicidio masivo en Jonestown en la selva guyana en 1:78, y publi~6 sus co~c1usiones en un libro y una pelicula denomInados DeceIved. «L.Como udo ocurrir7 -se pregunt6-- LQue podemos hacer para ImpedIr que ocurra de nuevo7» Al hablar tanto con desertores como con sobrevivientes, descubri6 con sorpresa que «las victimas de !ones eran de nuestras iglesias» (el titulo del primer capi~lo del lIbro), per~ que alli no encontraron amor. Jean Mills, por eJemplo, que deserto despues de siete a:fi.os, dijo: «Me desilus~one ~anto en tod~s las iglesias a las que concurri, porque a nadle Ie mteresaba ffil persona.»34 Y Grace Stoen, cuyo marido TIm, abogado, lleg6 a ocupar el segundo lugar de liderazgo en el People.'s TemI: le en San Francisco, dijo: «Asisti a la iglesia hasta los dleclOcho anos de edad ..: y nadie jamas me ofreci6 amistad.» Enel People's Temple, encamblO, segun Jean Mills, «todos parecian tener tanto interes y eran tan amorosos. Nos abrazaban y nos hacian sentir aceptados ... y nos decian que ... querian que volvieramos.»35 Este descubrimiento llev6 a Mel White a enumerar, en su ultimo capitulo, titulado «It Must Not Happen Again» [No debe ocurrir otra vez], ocho re.s?luci.ones. La primera es esta: «Hare 10 posible para hac~r que ffil IglesIa sea una comunidad mas amorosa para sus mlembros y para los extra:fi.os en nuestro medio».36 Seria injusto, sin embargo, que fuesemos enteramente negativos ennuestra evaluaci6nde la iglesia contemporanea. Porque hay comunidades cristianas en todo el mundo donde existe un

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verdadero amor, sacrificado, servicial y generoso. Donde florece esa c1ase de amor cristiano, su magnetismo es casi irresistible. E1 obispo Stephen Neill 10 expres6 bien: Dentro de la comuni6n de aquellos que estan ligados entre sl por la lealtad personal a Jesucristo, la relaci6n de amor alcanza una intimidad y una intensidad desconocidas en otras partes. La amistad entre los amigos de Jesus de Nazaret es poco probable en otro tipo de amistad. Esta deberia ser la experiencia normal en el seno de la comunidad cristiana ... Que en las congregaciones cristianas existentes sea tan rara es una medida del fracaso de la iglesia en general de vivir a la altura del prop6sito que tuvo para ella su Fundador. Donde se la experimenta, especialmente por encima de las barreras de raza, nacionalidad y lengua, es una de las pruebas mas convincentes de la incesante actividad de Jesus entre los hombres. 37

He aqui, entonces, una triple busqueda en la que estan empe:fi.ados los seres humanos. Si bien es posible que no la articulen de este modo, creo que podemos decir que al buscar la trascendencia estan tratando de ~contrar aDios, al buscar significado estan tratando de encontrarse a si mismos, y al buscar el sentido de comunidad estan tratando de encontrarse con su pr6jimo. Y esta es, justamente, la busqueda universal de la humanidad: la busqueda de Dios, del pr6jimo y de nosotros mismos. Mas aUn, 10 que sostiene la iglesia cristiana (confiadamente por cierto, aunque espero que humildemente tambien) es que el que busca halla: en Cristo y en su nueva sociedad. La busqueda secular contemporanea constituye, me parece a mi, uno de los desafios mas grandes -y una de las mas grandes oportunidades- que jamas se Ie hayan presentado a la iglesia: jque la gente esta abiertamente dedicada a buscar justamente 10 que Jesucristo ofrece! EI unico problema es determinar si la iglesia puede renovarse tan radicalmente, por el Espiritu y la Palabra de Dios, que ofrezca una experiencia de trascendencia por medio de su culto de adoraci6n, de significado por medio de su ense:fi.anza, y de comunidad por medio de su fraternidad. Porque si es asi, la gente se acercara a ella anhelosamente en su busqueda y nuestra proc1amaci6n de las buenas nuevas tendra una credibilidad de la que de otro modo carece. .

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CAPITULO QUINCE

La evangelizaci6n POf medio de la iglesia local 1

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eberiamos estarles muy agradecidos a los obispos africanos por haber propuesto, y a los demas obispos [de la Iglesia Anglicana] por haber apoyado la propuesta, que los ultimos diez afios del siglo XX, mas todavfa del segundo milenio d.C., sean dec1arados «decada de la evangelizacion». Esta decision de la Conferencia de 1988 en Lambeth ha colocado a la evangelizacion en la cuspide de la agenda de la Iglesia Anglicana, y nos plantea la necesidad de que nos preguntemos que es 10 que sabemos y que es 10 que creemos acerca de la evangelizacion. Porque la comunion anglicana toda esta obligada a afrontar una responsabilidad que con frecuencia ha eludido, a saber, eillamado a dar testimonio de Cristo Jesus. Otras denominaciones estan dando prioridad a la evangelizacion en la decada del noventa, ya proponer metas para el ano 2000 d.C. Segun la definicion que los primados anglicanos nos han recomendado, evangelizar es «hacer conocer mediante palabras y hechos el amor del Cristo crucificado y resucitado por el poder del Espfritu Santo, de tal manera que la gente se arrepienta, crea y reciba a Cristo como su Salvador, y obedientemente Ie sirva como su Senor en comunion con su iglesia». No es que la evangelizacion sea ajena al genio del anglicanismo. No 10 es. El Segundo libro de homilfas, por ejemplo, escrito por el obispo John Jewel de Salisbury y publicado en 1571, contiene la siguiente admonicion: «Si alguno es un cristiano mudo, que no profesa su fe abiertamente, sino que se disfraza y disimula su persona por temor al peligro en el tiempo venidero, ofrece a los hombres la ocasion, con justicia y con buena conciencia, para que duden de que tenga la gracia del Espfritu Santo dentro de sf, porque tiene trabada la lengua y no habla.» 229


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

LA EVANGELIZACION POR MEDIO DE LA IGLESIA LOCAL

Diversas formas de evangelizaci6n Por supuesto, la evangelizaci6n puede adoptar diversas formas. Desde que Jesus ofreci6 agua viva a la mujer samaritana en el pozo de Jacob 2 y Felipe se sent6 junto al etiope en su carruaje y Ie explic6 las buenas noticias de Jesus,3 la evangelizaci6n personal ha contado con impecables precedentes biblicos. Sigue siendo nuestro deber, cuando se da la oportunidad y en espiritu de humildad, compartir a Cristo con los parientes, amigos, vecinos y compafieros que au.n no 10 conocen. Tambien la evangelizaci6n masiva (la predicaci6n por un evangelista a las multitudes) ha sido sefialadamente bendecida por Dios en el correr de los siglos. El reciente descredito de unos cuantos televangelistas norteamericanos no contradice este hecho. Ademas, Jesus mismo proc1am6 las buenas nuevas del reino a las multitudes en Galilea. Tambien 10 hizo el ap6stol Pablo a los paganos de Listra 4 y a los fil6sofos de Atenas,5 y Wesley y Whitefield en la Gran Bretafia y la Norteamerica del siglo XVIII. Dotados evangelistas de muchas nacionalidades siguen predicando eficazmente a grandes multitudes en el dia de hoy, si bien saben que su ministerio depende de la activa cooperaci6n de iglesias y cristianos individuales. En todo el globe hay pastoresa y laicos que toman en serio su predicaci6n y recuerdan que en su congregaci6n con frecuencia habra tanto no cristianos como cristianos nominales que tienen que escuchar el evangelio. Sin embargo, se puede asegurar que la evangelizaci6n por parte de la iglesia local es el metodo mas normal, natural y productivo de extender el evangelio en nuestros dias. Hay dos razones principales para recomendarlo. Primero, tenemos el argumento basado en la Escritura. Segu.n el ap6stol Pedro, la iglesia es tanto un «real sacerdocio» destinado a ofrecer sacrificios espirituales aDios (10 cual es adoraci6n) como una «naci6n santa» destinada a publicar ampliamente las alabanzas aDios (10 cual es testimonio).6 Es mas, estas responsabilidades de la iglesia universal incumben a cada iglesia local. Toda congregaci6n cristiana ha sido llamada pOl' Dios a constituir una comunidad de adoraci6n y testimonio. De hecho, cada uno de estos dos deberes necesariamente comprende al otro. Si l'ealmente adol'amos aDios, l'econociendo y adol'ando su infinita dignidad, nos sentimos impulsados a hacerlo conocel' a otros, con el fin de

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que ellos tambien 10 adoren. De este modo la adoraci6n lIeva al testimonio, y el testimonio, a su vez, a la adoraci6n, en un drculo perpetuo. . L~~ tesalonicenses sentaron un excelente ejemplo de evangehzaclOn por parte de la iglesia local. Cerca del comienzo de su primera carta a elIos, Pablo sefiala esta notable secuencia: «Nuestro evangelio no lIeg6 a vosotros en palabras solamente ... vosotros [recibisteis] la palabra ... Partiendo de vosotros ha sido divulgada la pal~bra del Sefior.>~7 As!, la iglesia local se convierte en una especie de .caJa de resonanCla que refleja y amplifica las vibraciones que reClbe, 0 en una suerte de satelite de comunicaci6n que primera~ente acepta ~ l,:ego trasmite un mensaje. Toda iglesia que ha 01~0 :1 evangeho hene que trasmitirlo. Este sigue siendo el metodo prm.cIpal d~ ev~ngelizaci6n que Dios emplea. Si todas las iglesias hubIese~ sido fieles, el mundo habria sido evangelizado ya hace mucho hempo. En ~egur:do lugar, t~n~mos el argumento basado en la estrategia. C~da IglesIa local esta situada en un vecindario particular. Su pnmera responsabilidad misionera tiene que ser, por consiguiente, para con.1a gente que vive alIi. La congregaci6n esta estrategica~~nte UbI.c~da para a1canzar a la localidad. Cualquier partido pohhco sentma una tremenda envidia del potencial y los recursos ~um~os.de que disponemos en las iglesias. En muchos paises las IglesIas disponen de amplios recursos para diseminar el evangelic por todo el territorio. Asi, la te~log!~ biblica y la estrategia practica se combinan para hacer de.la I~lesI.a local el agente principal de la evangelizaci6n. Pero.sIla IglesI~ local ha de llevar ala practica el papel que Dios l~ ha aSIgnado, pnmeramente tiene que cumplir cuatro condiciones. TIe~e 9ue entenderse a si misma (1a teologia de la iglesia), organizarse a SI mI~ma (1a~ est~ucturas de la iglesia), expresarse a si misma (el mensaJe de la IglesIa) y ser ella misma (1a vida de la iglesia).

La iglesia debe entenderse a SI misma La teologia de Ia igiesia No me disculpo por comenzar con la teologia. Muchas iglesias estan enfermas porque tienen una autoimagen falsa. No han entendido 10 que son (su identidad), ni 10 que han sido llamadas a sel' (su vocaci6n). Todos sabemos la importancia que tiene para la salud

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mental una autoimagen acertada. Lo que es cierto de las personas es igualmente cierto de las iglesias. Por 10 menos dos imagenes falsas de la iglesia circulan en nuestros dias. La primera imagen falsa es la del club religioso (0 el cristianisrna introvertido). Segun esta perspectiva, la iglesia local se asemeja en alguna medida al club deportivo local, excepto que ocurre que el interes comun de sus miembros es Dios mas bien que el deporte. Se ven a si mismos como personas religiosas a las que les gusta hacer cosas de tipo religioso juntas. Pagan su suabono y consideran que tienen derecho a ciertos privilegios. De hecho, se preocupan por la posici6n que les confiere y por las ventajas que representa el ser miembros del club. Han olvidado, evidentemente - 0 nunca han conocido-, la perceptiva sentencia del arzobispo William Temple de que «la iglesia es la unica sociedad cooperativa en el mundo que existe para el beneficio de los que no son miembros». En lugar de ello, son completamente introvertidas, como una una encarnada. Por cierto que Temple es culpable de cierta exageraci6n, porque los miembros de la iglesia tienen, de todos modos, responsabilidades entre si, como 10 indican los muchos vers1culos neotestamentarios que hablan de ocuparnos «los unos de los otros» (<<amaos unos a otros», «animaos unos a otros», «sobreHevad los unos las cargas de los otros», etc.). No obstante, nuestras responsabilidades primarias son adorar a Dios y ocuparnos de la misi6n en el mundo. En el otro extremo del club religioso tenemos La rnisi6n secular (0 el cristianisrno sin religi6n). En la decada de 1960 algunos pensadores cristianos se sintieron justificadamente exasperados por 10 que veian como un egocentrismo eclesiastico por parte de la iglesia. La iglesia les parecia tan incorregiblemente absorbida por sus propios asuntos nimios y domesticos, que resolvieron abandonarla y alejarse. En lugar del campo del servicio divino adoptaron el concepto de la iglesia para la ciudad secular. Ya no tenian interes en «los servicios 0 cultos de adoraci6n», decian, sino s6lo en «la adoraci6n a traves del servicio». De modo que intentaron elabarar un «cristianismo sin religi6n», en el que reinterpretaron el culto de adoraci6n como misi6n, el amor a Dios como amor al pr6jimo, y la oraci6n dirigida aDios como el encuentro con las personas.

Han pasado treinta anos desde entonces, y ahora, lc6mo hemos de evaluar este movimiento? Seguramente tenemos que estar de acuerdo en que el disgusto que sentian hacia la religi6n egoista estaba bien. Puesto que Ie resulta nauseabundo aDios, tambien deberia enfermarnos a nosotros. Pero el concepto de un «cristianismo sin religi6n» era en realidad una reacci6n negativa muy desequilibrada. No tenemos libertad alguna para confundir la adoraci6n y la misi6n, aun cuando (como hemos visto) ambas se necesitan mutuamente. Hay siempre un elemento de misi6n en la adoraci6n y de adoraci6n en la misi6n, pero no son sin6nimas. Hay un tercer modo de entender la iglesia, que combina 10 que tienen de cierto ambas imagenes falsas, y que reconoce que tenemos la responsabilidad de ofrecer culto de adoraci6n aDios ala vez que de servir al mundo. Este modo es La doble identidad de La iglesia (0 sea, el cristianisrno encarnacional). Por «doble identidad» quiero decir que la iglesia es un pueblo que ha sido Hamado a salir del mundo a fin de adorar aDios y enviado nuevamente al mundo a fin de dar testimonio y servir. Estas son, de hecho, dos de las «marcas» clasicas de la iglesia. De conformidad con la primera, la iglesia es «santa», Hamada a apartarse y pertenecer aDios, y a ofrecerle adoraci6n. De conformidad con la segunda, la iglesia es «apost6lica», enviada al mundo a cumplir su misi6n. Alternativamente, podemos decir que la iglesia ha sido Hamada por Dios a ser simultaneamente «santa» (diferenciada del mundo) y «mundana» (no en el sentido de asimilar los valores y las normas del mundo, sino en el sentido de renunciar a vivir como si viviera en el otro mundo y de sumergirse en la vida del mundo). Alec Vidler capt6 admirablemente la doble identidad de la iglesia cuando se refiri6 a su «santa mundanalidad».B Nadie jamas ha exhibido mejor el significado de la «santa mundanalidad» que nuestro propio Senor Jesucristo. Su encarnaci6n es la perfecta personificaci6n de ella. Par un lado, vino a nuestro encuentro en nuestro propio mundo y asumi6la plena realidad de nuestra humanidad. Se consustanci6 con nosotros en nuestra fragilidad y se expuso a nuestras tentaciones. Fraterniz6 con el pueblo com tin, y el pueblo se aglutin6 a su alrededor ansiosamente. Recibia a todos por igual y no despreciaba a nadie. Se identific6 con nuestros pesares, nuestros pecados y nuestra muerte.

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Par otro lado, al mezc1arse libremente can personas como nosotros, jamas sacrific6, ni por un s6lo momenta comprometi6, su propia identidad unica. La suya fue la perfecci6n de la «santa mundanalidad». Y ahora nos envia al mundo, asi como el fue enviado al mundo. 9 Tenemos que metemas en el mundo de las demas personas, asi como el se adentr6 en el nuestro: el mundo de su pensamiento (para enforzarnos pOl' entender par que entienden mal el evangelio), el mundo de sus sentimientos (para tratar de identificamos con su dolor) y el mundo en el que viven (para sentir la humillaci6n de su situaci6n social, ya sea la pobreza, la falta de hagar, el desempleo 0 la discriminaci6n). E1 arzobispo Michael Ramsey 10 expres6 ajustadamente: «Dec1aramos y recomendamos nuestra fe s6lo en la medida en que salimos y nos introducimos can amorosa simpatia en las dudas del que duda, en las preguntas del que interroga, y en la soledad de los que han perdido el camino.»10 Pero este costasa ingreso en el mundo de los demas no debe encararse a expensas de nuestra propia integridad cristiana. Hemos sido llamados a mantener las elevadas normas de Jesucristo sin macula alguna. Pocas veces en su larga historia ha conseguido la iglesia preservar la doble identidad de la santa mundanalidad que Dios Ie ha dado. Par el contrario, ha tendido a oscilar entre los dos extremos. A veces (pOl' haber enfatizado exageradamente su santidad), la iglesia se ha retirado del mundo y asi ha descuidado su misi6n. Otras veces (par haber enfatizado exageradamente su mundanalidad), se ha conformado al mundo, asimilando sus perspectivas y valores, y asi ha descuidado su santidad. Pero con el objeto de cumplir su misi6n, la iglesia debe responder fielmente, tanto a sus llamados, como a preservar ambas partes de su identidad. La «misi6n» nace, entonces, de la doctrina biblica de la iglesia en el mundo. Si nosotros no somas «la iglesia», el pueblo santo y distintivo de Dios, no tenemos nada que decir porque estamos contemporizando. Si, por otra parte, no estamos «en el mundo», profundamente interesados en su vida y en su sufrimiento, no tenemos a quien servir porque estamos aislados. Nuestro llamado es a ser «santos» y «mundanos» al mismo tiempo. Sin esta equilibrada ec1esiologia biblica jamas recuperaremos ni cumpliremos nuestra misi6n.

Ademas, nuestras estructuras estaticas, inflexibles, autocentradas son «estructuras hen~ticas», porque encaman una doctrina heretica de la iglesia. Algunas iglesias celosas organizan un programa completo de actividades cenh'adas en la iglesia. Se programa alga para todas las naches de la semana. Ellunes por la noche se relinen las comisiones, y el martes par la noche los grupos de comuni6n. Los miercoles por la noche se realizan los estudios biblicos, y los jueves par la noche la reuni6n de oraci6n. Incluso los viemes y los sabados por la noche otras causas ocupan el tiempo y las energias de la gente. jTales iglesias dan la impresi6n de que su meta principal es asegurar que sus iniembros no se metan en lios! jPor cierlo que no les queda tiempo ni oportunidad para meterse en lios por cuanto estan afanosamente atareados en la iglesia todas las naches de la semana, sin excepci6n!

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La iglesia debe organizarse Las estructuras de la iglesia La iglesia debe organizarse de tal modo que exprese su entendimiento de sl misma. Sus estructuras deben reflejar su teologla, especialmente su doble identidad. La falla mas comun es que la iglesia se estrudure para la «santidad» mas que para la «mundanalidad», para la adoraci6n y la comuni6n mas que para la misi6n. Este fue el enfasis del informe The Church for Others [La iglesia para otros] (1968), que llevaba el subtitulo de A Quest for Structures for Missionary Congregations [Una busqueda de estructuras para congregaciones misioneras]. No es necesario estar de acuerdo can todo 10 que se dice en ellibro para apreciar su insistencia en que

la iglesia rnisionera no se ocupa de SI misma: es una iglesia para otros '" Su centro se encuentra fuera de SI misma; tiene que vivir «centrlfugamente» ... La iglesia tiene que volverse hacia afuera, hacia el mundo ... Tenemos que reconocer que las iglesias se han convertido en iglesias de tipo «sala de espera»: se espera que la gente en ellas entre por sl sola. Sus estructuras heredadas destacan y encaman esta perspectiva estatica. Se podria decir que estamos en peligro de perpetuar «estructuras para entrap> en lugar de remplazarlas por «estructuras para iP>. Se podrla decir que la inercia ha remplazado al dinarnismo del evangelio, ya la participaci6n en la misi6n de DiosY


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Pero un programa tan abultado y centrado en la iglesia, por admirable que parezca a primera vista, ofrece muchos inconvenientes y peligros. Para empezar, resulta perjudicial para la vida de la familia cristiana. Los matrimonios se desarman y las familias se desintegran porque el padre y lola madre no eshin en casa casi nunca. Tambien impide que los miembras de la iglesia se interesen en la comunidad local, porque estan preocupados por los asuntos de la iglesia local. De modo que va en contra de un aspecto esencial de la identidad de la iglesia, a saber, su «mundanalidad». Como ha dicho el obispo Richard Wilke, de la Iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos, «nuestra estructura se ha convertido en un fin en si mismo, no en un medio para salvar al mundo»,12 En ese caso se trata de una estructura heretica. A veces me pregunto (aun cuando exagero con el fin de destacar 10 que quiero demostrar) si no seria muy saludable que los miembras de la iglesia se reuniesen los domingos unicamente (para el culto de adoraci6n, la comuni6n y la ensenanza), y no entre semana. Asi nos reuniriamos los domingos y nos disgregariamos el resto de la semana. Nos acercariamos a Cristo para el culto y saldriamos a realizar la misi6n para Cristo. Y en ese ritmo de oponer domingo/dia de semana, reuni6n/separaci6n, venir I ir y culto I misi6n, la iglesia expresaria su santa mundanalidad y su estructura se conform aria a su doble identidad. ~C6mo, entonces, deberia organizarse la iglesia local? Idealmente, tengo para mi, cada cinco 0 diez anos toda iglesia deberia llevar a cabo un sondeo con el fin de evaluarse a si misma y, especialmente, para averiguar hasta que punta sus estructuras reflejan su identidad. De hecho, deberia efectuar dos sondeos, uno de la comunidad local y el otra de la iglesia local, con el fin de saber hasta que punto la iglesia se esta metiendo en la comunidad para Cristo. Esta idea fue adoptada recientemente en Inglaterra por ACUPA (la Comisi6n Arzobispal sobre las Areas Urbanas Prioritarias), cuyo influyente informe se titu16 Faith in the City. Recomendaba 10 que llamaba una «auditoria de la iglesia local», que consistia tanto en un «perfil de la iglesia» (<<elaborar un cuadra acertado de la iglesia local») como un «perfil de la parroquia» (<<elaborar un cuadra acertado de la parroquia» ).13 Tal vez convenga presentarlos en sentido inverso: 236

Sondeo de la comunidad local Cada iglesia se encuentra ubicada en una situaci6n particular, y tiene que familiarizarse con ella y con todas sus facetas. Sera necesario preparar un cuestionario. He aqui algunas de las preguntas que prabablemente induya: 1. l Que c1ase de gente vive en nuestra parroquia 0 localidad? l Cual es

su origen etnico, su nacionalidad, religi6n, cultura; su preferencia en cuanto a los medios de comunicaci6n y su trabajo? lQue proporci6n hay de familias normales, de familias con un solo padre/madre, de personas solas, de ancianos, de gente joven? l Cuales son las principales necesidades sociales, relacionadas con la vivienda, el empleo, la pobreza, la educaci6n en la zona? 2. lTiene la localidad centros educativos, ya sea escuelas, colegios, centros para la educaci6n de adultos 0 parques con juegos infantiles? 3. lQue c1ase de actividades comerciales se desarrollan en ella? lFabricas, granjas, oficinas, negocios; salas, estudios 0 talleres artisticos, de grabaci6n, etc.? lExiste un grade significativo de desempleo? 4. lD6nde vive la gente? l Viven en casas 0 en departamentos, son propietarios 0 alquilan? lHay hoteles, hosterfas, residencias estudiantiles, edificios con bloques de departamentos, u hogares para ancianos? 5.lD6nde se congrega la gente cuando tiene momentos de ocio? lEn cafes 0 restaurantes, bares 0 discotecas, centros comerciales, clubes juveniles 0 de otros tipos, salas de bingo, salas de concierto, teatros 0 cinemat6grafos, campos de deportes, parques 0 las esquinas de las calles? 6. lQue c1ases de servicios publicos existen localmente? lPolida, bomberos, carceles, hospitales, bibliotecas publicas, otros servicios sociales? 7. lExisten otros edificios religiosos: iglesias 0 capillas, sinagogas, mezquitas, templos, salas de lectura de la Ciencia Cristiana? 8. lHa cambiado la comunidad local en los ultimos diez anos, y que cambios se pueden predecir para los pr6ximos diez?

Sondeo de la iglesia local En este segundo sondeo sera preciso hacer preguntas indagatorias. zEsta en realidad la iglesia organizada s6lo para si misma, para su propia supervivencia y conveniencia y p~ra la pr;se:vaci6n de sus privilegios? zEsta organizada para serVlrse a Sl m1sma, 0 para servir aDios ya la comunidad? zCua~es son las. tradiciones y convenciones que atesora que la separan mnecesanamente de la 237


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comunidad? El cuestionario podria comprender las siguientes areas: 1. El edificio de la iglesia. Los miembros de la iglesia tienden a interesarse mas en su interior (su belleza, comodidad e instalaciones). Pero tambien tenemos que caminar a su alrededor y verlo a traves de los ojos de una persona ajena: LQue imagen presenta? LEs una fortaleza (oscura, amenazante y austera), 0 es luminoso, atractivo e invitador? Como ilustraci6n, quisiera mencionar la visita a la enorme plaza central de la ciudad capital de una republica latinoamericana. En el centro se encontraba la estatua del heroe nacional, que habfa librado al pafs a comienzos del siglo pasado de los conquistadores espanoles. Un lado de la plaza estaba enterarnente ocupado por la catedral cat61ica romana. Intente entrar, pero estaba cerrada. En las gradas que conduefan a la entrada principal, sin embargo, habfa tres seres hurnanos: un borracho que habfa vomitado copiosamente, un pordiosero ciego que vendfa f6sforos, y una prostituta que se ofreefa en pleno dfa a los que pasaban. Un borracho, un pordiosero y una prostituta: tres sfmbolos de la tragedia hurnana, y detras de ellos una catedral bajo llave, la que pareefa decir «jAfuera! Aquf no los queremos». Comprendo que pueden haber habido buenas razones por las cuales estaba cerrada la catedral. Mi preocupaci6n es con las «vibraciones» que provocaba la escena. Tambien es necesaria una mirada crftica al interior del edificio de la iglesia, especialmente a traves de ojos de visitantes no cristianos: la decoraci6n y los muebles, la iluminaci6n y la calefacci6n, los transparentes para los avisos, los «posters», la mesa para los libros y los folletos. 2. Los servicios de la iglesia. 19ual que con la sinagoga judfa del primer siglo, asf tambien con la iglesia cristiana del siglo XX, hay «temerosos de Dios» en la periferia de todas las congregaciones, que se han sentido atrafdos pero que no se han comprometido au.n con Cristo. LSon nuestros cultos 0 servicios exclusivamente para los que se han comprometido, ideados unicamente para los iniciados y, por consiguiente, incomprensibles para los extranos? LO tenemos en cuenta a los miembros perifericos ya los que no son miembros que pudieran estar presentes? LC6mo son las formas del culto, la liturgia, ellenguaje, la musica (palabras, melodfas e instrumentos), la disposici6n de los asientos y la forma de vestir tanto de los oficiantes como de la congregaci6n? Es preciso que nos preguntemos que vibraciones emiten todas estas cosas. 3. Los miembros de la iglesia. LEstan los miembros movilizados para la misi6n? LO esta la iglesia tan clericalizada (es decir, dominada por los pastores) como para que esto sea imposible? LHa entendido la doctrina

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neotestamentaria acerca del «ministerio de todos los miembros del cuerpo de Cristo»? L es mas bien una piramide que un cuerpo, con los pastores b en la cuspide y los laicos en sus apretadas filas de inferioridad en la base? LSon los miembros de la iglesia a la vez miembros de la comunidad? LO estan limitados a las actividades de la iglesia, 0 practicando una es ecie de cristianismo via'ero via'ando gran es lstancias ara lle ar a la i lesia 10 cual hace diffcil, incluso ar !Cia, su participaci6n local?, 4. Ef programa de fa igJesia. LEncerramos a los miembros en la iglesia? L liberamos deliberadamente por 10 menos a algunos de eUos (incluidos algunos lfderes) de responsabilidades en la iglesia con el fin de alentarlos a ser activos para Cristo en la comunidad, y luego apoyarlos con nuestro interes y nuestras oraciones cuando 10 hacen? LNos aseguramos de que la doctrina bfblica de la doble identidad de la iglesia se ensene y practique, y que se provea preparaci6n para los que quieran dedicarse al servicio y el testimonio cristianos?

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Elliderazgo de la iglesia (pastores y laicos) tendra que estudiar los dos sondeos (de la comunidad y de la iglesia) tanto separadamente como relacionando el uno con el otro. De esta reflexion surgira la estrategia para la misi6n. Elliderazgo (preferiblemente con otros que pudieran querer participar) fijara las metas, tanto a largo como a corto plazo, y establecera la lista de prioridades. A 10 mejor llegan a la conclusion de que la iglesia padece de una falsa autoimagen y necesita, por sobre toda otra cosa, ensenanza biblica sobre la santa mundanalidad y las consecuencias que esta tiene para la misi6n; 0 que se debe organizar un programa de entrenamiento para preparar a los miembros para la evangelizacion; 0 que se deben reducir las actividades con base en la iglesia con el fin de aumentar el compromiso de los miembros con la comunidad. Puede que se decida restructurar radicaImente el edificio de la iglesia, la decoraci6n, la disposici6n de los asientos 0 la organizaci6n de los servicios 0 cultos; u organizar visitas generales en la zona, si fuera posible en cooperaci6n con otras iglesias locales, 0 formar grupos de especialistas para aIcanzar segmentos seculares particulares de la localidad. Por ejemplo, un grupo de gente joven comprometida podria «adoptar» una discoteca local, no con el fin de hacer ocasionales incursiones de evangelizacion en la misma, sino para visitarIa regularmente (entre dos) por un periodo prolongado, con el proposito de hacerse amigos de otros jovenes que se relinen alli. Por otra parte, la iglesia podria decidir organizar

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reuniones caseras para los vecinos, 0 una serie de charlas apologeticas en un edificio local y neutral, 0 servicios regulares para visitas con un enfoque evangelizador, a los que se podria alentar a los miembros a que traigan a sus amigos. Paralelamente, la iglesia podria resolver ocuparse de alguna necesidad social especial en la zona, necesidad que ha surgido durante los sondeos, y alentar a algun grupo para que la estudie y recomiende las medidas a tomar. Todas estas decisiones tendnln por objeto ayudar a la iglesia a identificarse con la comunidad y a desarrollar estructuras que faciliten una misi6n autenticamente encarnacional.

La iglesia debe expresarse E1 mensaje de 1a ig1esia No es suficiente que la iglesia local se entienda a si misma y se organice de conformidad a ella: debera tambien articular su mensaje, ya que la evangelizaci6n, en su nivel mas simple y basico, equivale a compartir el evangelio. De manera que, a fin de definir la evangelizaci6n, es preciso que tambien definamos 10 que son las buenas nuevas. No cabe duda de que la esencia del evangelio es Jesucristo mismo. Seria imposible predicar las buenas nuevas cristianas sin hablar de Jesus. Por eso leemos que Felipe, cuando hablaba con el etiope, «Ie anunci6las buenas noticias acerca de Jesus»,14 y que el ap6stol Pablo se describi6 a si mismo como «apartado para el evangelio de Dios ... acerca de su Hijo...».15 Atin mas, al dar testimonio de Jesus tenemos que hablar preeminentemente de su muerte y su resurrecci6n. Para citar nuevamente a Pablo en su famosa sintesis del evangelic apost6lico, «primeramente os he ensenado 10 que asimismo recibi: Que Cristo muri6 por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucit6 al tercer dia, conforme a las Escrituras; y que apareci6 ...».16 Simplemente no compartimos el evangelio si no declaramos el amor de Dios en el don de su Hijo para que viviese nuestra vida, para que muriese por nuestros pecados y que se levantase nuevamente, juntamente con su oferta, a traves de Jesucristo, a todo el que se arrepiente y cree, de una nueva vida de perd6n y libertad, y de integraci6n en su nueva sociedad. 240

Pero, Lc6mo hemos de formular estas buenas noticias en las sociedades crecientemente pluralistas de nuestro mundo, de tal modo que ellas resuenen en su seno y tengan sentido? Hay dos extremos opuestos que deben evitarse. Al primer extremo 10 llamare total ftjacion. Algunos cristianos parecen estar esclavizados a ciertas palabras y f6rmulas, y de este modo se convierten en prisioneros de un evangelio estereotipado. Envuelven el mensaje en un paquete bien presentado y bien atado; 10 asegtiran con cinta transparente, Ie ponen un r6tulo y Ie adhieren el precio de venta, como si estuviera destinado al supermercado. Luego, a menos que se emplee su fraseologia favorita (sea el reino de Dios, 0 la sangre de Jesus, 0 la liberaci6n humana, 0 el nuevo nacimiento, 0 la justificaci6n por la fe, 0 el senorio c6smico de Cristo), declaran terminantemente que no se ha predicado el evangelio. Lo que esta gente no parece haber notado es la rica variedad de formulaciones del evangelio que encontramos en el propio Nuevo Testamento. Las opciones que he enumerado son todas biblicas, pero, debido al hecho de que todas elIas contienen un elemento de simbolismo y que cada imagen es diferente, resulta imposible fundirlas en un concepto simple y unico. De modo que es perfectamente legitimo desarrollar una u otra de elIas, de conformidad con 10 que parezca mas apropiado a la ocasi6n. El extremo opuesto es una totaljluidez. Hace algunos afios oi deciJ: a un obispo britanico: «No hay tal cosa como el evangelio en un vado. Uno ni siquiera sabe 10 que es el evangelio hasta que ingresa en cada situaci6n particular. TIene que meterse en la situaci6n primeramente, y entonces descubre el evangelio cuando esta alli.» Ahora bien, si 10 que queria decir era que deseaba un evangelio en contexto, no en el vado, y que tenemos que relacionar el evangelio sensiblemente con cada persona y situaci6n, estoy plenamente de acuerdo con el; pero decir que «no hay tal cosa como el evangelio en un vado» y que «se 10 descubre» en cada situaci6n, es indudablemente una peligrosa exageraci6n. Porque 10 que los defensores de la total fluidez no parecen haber notado es que, a la par de la rica variedad de formulaciones del evangelio en el Nuevo Testamento, hay tambien una unidad subyacente (especialmente con respecto ala muerte y resurrecci6n salvificas de Jesus) que entrelaza entre si las diversas formulaciones. Como escribi6 el profesor A. M. Hunter, «hay ... una profunda unidad en el Nuevo Testamento, que domina y trasciende todas las diversidades»,17 241


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LExiste un curso intermedio que se pueda seguir? Si, 10 hay. Los dos extremos que he descrito expresan importantes aspectos que se deben preservar. El primero (la «total fijaci6n») destaca con toda justicia el hecho de que el evangelio ha sido revelado por Dios y recibido por nosotros. Es tanto una paradosis (una tradici6n a ser conservada) como un paratheke (un dep6sito a ser cuidado). N osotros no 10 inventamos y no tenemos ningtin derecho a recortar10 ni a alterarlo. El segundo (la «total fluidez») destaca con toda justicia el hecho de que el evangelio ha de ser contextualizado, vale decir, relacionado adecuadamente con cada persona 0 situaci6n partICular. De otro modo se 10 considerani como algo irrelevartfe. De algun modo, por 10 tanto, tenemos que aprender a combinar estas dos preocupaciones, indudablemente justificadas. Tenemos que luchar con la dialedica entre la antigua Palabra y el mundo modemo, entre 10 ue se nos ha dado 10 ue se ha de'ado abierto, entre el contenido y el contexto, entre la Escritura y a cu tura, entre la revelaci6n y la contextualizaci6n. Necesitamos mas fidelidad a la Escritura y mas sensibilidad para con la gente. NO una cosa sin la otra, sino ambas.

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La iglesia debe ser ella misma La vida de Ia iglesia Se espera que la iglesia sea la nueva sociedad de Dios, la encarnaci6n viva del evangelio, senal del reino de Dios, demostraci6n de como es la comunidad humana cuando se somete a su misericordiaso gobiemo. En otras palabras, el prop6sito de Dios es que las buenas noticias de Jesucristo se presenten de manera tanto visual como verbal, que se hagan conocer «mediante palabras y hechos». Todo educador sabe que es mucho mas facil que los seres humanos aprendan por medio de 10 que ven y experimentan que por medio de 10 que oyen. 0 mas bien, fundamentalmente la palabra y la acci6n, el escuchar y el ver, van juntos. Como 10 ha expresado John Poulton: «los cristianos ... tienen que parecerse a aquello de 10 cual estan hablando. Son las personas las que comunican en primer termino, no las palabras 0 las ideas ... Lo que comunica hoy es basicamente la autenticidad personal.»18 Inversamente, si nuestra vida contradice nuestro mensaje, a nuestra evangelizaci6n

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Ie faltara toda credibilidad. De hecho, el mayor impedimenta a la evangelizaci6n es la falta de integridad en el evangelista. Ninglin texto me ha ayudado mas que 1 Juan 4.12 a entender las consecuencias de esto para la vida de la iglesia local: «Nadie ha visto jamas aDios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.» Dios es invisible. Nadie 10 ha visto jamas. Todo 10 que los seres humanos han visto de el son destellos de su gloria, del resplandor de su ser. Pues bien, el carader invisible de Dios es un gran problema para la fe. Lo fue para los judios en el Antiguo Testamento. Sus vecinos paganos se les reian porque adoraban a un Dios invisible. «LDeds que creeis en Dios?» les preguntaban en son de burla. «LD6nde esta? Venid a nuestros templos, y os mostraremos nuestros dioses. Tienen oidos y ojos, manos y pies, bocas y narices tambien. LPero d6nde esta vuestro Dios? No 10 podemos ver. iJa, ja, ja!» A los judios les resultaba dificil aguantar estas burlas. De alli la queja del salmista y profeta: «LPor que han de decir las gentes: LD6nde esta ahora su Dios?»19 Desde luego que Israel tenia su propia apologetica. Los idolos de los paganos no eran nada, s6lo artesania de manos humanas. Cierto era que tenian bocas, pero no podian hablar, oidos pero no podian oir, narices pero no podian oler, manos pero no podian palpar, y pies pero no podian caminar. 20 Yahve, en cambio, aunque (siendo espiritu) no tenia boca, habia hablado; aunque no tenia oidos, escuchaba las oraciones de Israel; yaunque no tenia manos, habia creado el universo y redimido a su pueblo mediante su portentoso poder. Al mismo tiempo, el pueblo de Dios ansiaba que se diese a conocer ante las naciones, para que 10 vieran y creyeran en el. El mismo problema del Dios invisible nos desafia hoy, especialmente a la gente joven que se ha criado con el metoda cientlfico. Se les ensena a examinar todo mediante sus cinco sentidos. Se les ensena que deben sospechar de todo 10 que no se preste a la investigaci6n empirica, e inc1uso rechazarlo. De modo que surge la pregunta: LSera razonable en alguna circunstancia creer en un Dios invisible? «Si s6lo pudieramos verlo -dicen- podriamos creer.» LC6mo, entonces, ha resuelto Dios el problema de su ,rropia invisibilidad? Primero y principalmente, 10 ha hecho al enVlar a su Hijo al mundo. «A Dios nadie Ie vio jamas; el unigenito Hijo, que esta en el seno del Padre, el Ie ha dado a conocer.»21 En conse-

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cuencia de esto, Jesus pudo decir, «El que me ha visto ami, ha visto al Padre,»22 y Pablo podia describirlo diciendo que «el es la imagen [visible] del Dios invisible».23 . A esto la gente suele responder: «Eso es realmente maravilloso, pero ocurri6 casi dos mil MOS atnls. LNo hay algtin modo en el cual_~L1?io~invisible se haga visibl~J!QY?»Si, por cierto que 10 hay. «Nadi~ hc:l_yjsto jamas a Dios.»24 Iuan_comi_~nza e~~versi<::-ulo en su primera carta con la misma idea que ha usado en el pr6logo de su Evangelio. 25 Pero ahora conduye la frase de manera diferente. En el Evangelio escribi6 que «el unigenito Hijo ... Ie ha dado a conocer». En la epistola escribe que «si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros». El hecho de que Juan repita deliberadamente la misma afirmaci6n s6lo puede significar una y la misma cosa. El Dios inv~ que una vez se hizo visible en Cristo, ahora se haceVlSlble en los cristianos, si nos amamos unos a ofros. Dios es amor en su misma esencia, ha revelado su amor en el don e su Hijo, enviandolo para que viviese y muriese por nosotros. Ahora nos llama a constituir una comunidad de amor, amandonos unos a otros en la intimidad de su familia -es ecialmente atravesando las barreras de edad y sexo, raza y rango--- y amanda al mun 0 gue el ama en su a ienaci6n, hambre, E9breza y dolor. A traves de la calidad de nuestro amor Dios se hace visible en el dia de hoy. No podemos prodamar el evangelio del arnor de Dios con alguna medida de integridad si no 10 exhibimos en el amor a los demas. Es 2robable que no haya nada tan perjudicial para la causa de Cristo como una iglesia gue esta despedazada por celos, rivalidades, calumnias y malicia, 0 preocupada con sus propios asuntos en forma egois,ta. Una iglesia asi necesita con urgencia ser radicalmente renovada en amor. Como 10 expres6 uno de los informes de grupos de la Conferencia de 1978 en Lambeth: «La misi6n sin renovaci6n es hipocresia.» S6lo si nos amamos unos a otros el mundo ha de creer que Jesus es el Cristo y que nosotros somos sus discipu10s.26

elaborando una estrategia de misi6n que refleje su doble identidad. Tercero, debe expresarse (verbalmente), articulando su evangelio de tal manera que sea tanto fiel a la Escritura como pertinente al mundo contemporaneo. Y cuarto, debe ser ella misma (moral y espiritualmente), transformandose a tal punto en una comunidad de amor que por medio de ella el Dios invisible vuelva a hacerse visible al mundo.

Aqui tenemos, entonces, los cuatro prerrequisitos principales para la evangelizaci6n por medio de la iglesia local. Primero, la iglesia debe entenderse a si misma (teo16gicamente), captando su doble identidad. Segundo, debe organizarse (estructuralmente), 244

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CAPITULO DIECISEIS

Dimensiones de la renovaci6n de la iglesia

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a iglesia del siglo XX se ha caracterizado por toda una serie de movimientos renovadores, cada uno de ellos centrado en algun aspecto particular de la vida ec1esiastica. Podemos mencionar por 10 menos seis. Primero, a comienzos del siglo el movimiento misionero recibi6 un nuevo empuje en la Conferencia Misionera Mundial, celebrada en Edimburgo en 1910. El movimiento de «iglecrecimiento», fundado por el doctor Donald McGavran, y el movimiento de Lausana con sus congresos sobre evangelizaci6n mundial (Lausana 1974 y Manila 1989) Ie han conferido un considerable estimulo adicional. En segundo lugar, tuvimos el movimiento teo16gico biblico, cuyo antecedente fue el enfasis que Ie dieron Karl Barth y Emil Brunner ala «otridad» de Dios y su Palabra, entre las dos guerras mundiales. Floreci6 entre 1945 y 1960 bajo eruditos biblicos como Gerhard von Rad (Antiguo Testamento) y Oscar Cullmann (Nuevo Testamento), quienes recalcaban la unidad interior de la Escritura. Luego, el movimiento ecumenico, si bien surgi6 de la Conferencia de Edimburgo de 1910, adquiri6 forma en la constituci6n del Consejo Mundial de Iglesias en Amsterdam en 1948, y ha puesto el acento en la necesidad de unir a las iglesias en su testimonio hacia el mundo. En cuarto lugar, el movimiento liturgico de posguerra, especialmente (aunque no exc1usivamente) en la Iglesia Cat6lica Romana, destinado a modernizar el culto eucaristico de la congregaci6n. El Segundo Concilio Vaticano Ie dio un impulso adicional.

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Quinto, el movimiento neopentecostal 0 carismatico ha procurado incorporar los rasgos distintivos de las iglesias pentecostales en el senD de las denominaciones tradicionales, y se ha ocupado de la restauraci6n del poder espiritual y de los dones espirituales del cuerpo de Cristo. Sex to, el movimiento que busca la justicia social, que va desde el conjunto de teologfas de la liberaci6n hasta la recuperaci6n de la conciencia social evangelica, ha procurado equilibrar las preocupaciones de la iglesia (tanto las eternas como aquellas relacionadas con el oho mundo), con sus responsabilidades (tanto las temporales como aquellas relacionadas con este mundo). Asf, la misi6n, la teologfa, la unidad, el culto de adoraci6n, el roder y la justicia son seis preocupaciones cristianas legitimas, CDda unD de las cuales ha reunido alrededar de sf a un dedicado conjunto de protagonistas. Sin embargo el resultado ha sido una agenda fragmentada y poco saludable. Lo que parecerfa requerirse es una visi6n integrada u holfstica de renovaci6n en todas las dimensiones de la vida de la iglesia. La palabra cat6lica romana para expresar esto, pOl' 10 menos a partir del Vaticano II (1963-65), ha sido ~iornamento, el proceso de oner al dfa a la i lesi . fr nte a los d saff s el mundo moderno. Esto supone que el mundo esta cambiando l=K"pidamente y que, si la iglesia ha de sobrevivir, tiene que seguir el ritmo de dicho cambio, aunque sin comprometer sus propias normas ni conformarse a las del mundo. Los protestantes usan un vocabulario diferente para describir la incesante necesidad de restauraci6n y remozamiento de la iglesia. Las dos palabras favaritas en nuestros drculos son «reforma», la eual indica la c1ase de reforma de la fe y la vida segun la Escritura que tuvo lugar en el siglo XVI, y «avivamiento», la cual denota una visita enteramente sobrenaturaillevada a cabo pOl' Dios a una iglesia 0 comunidad, 10 que a su vez produce el convencimiento de pecado, el arrepentimiento, la confesi6n y la conversi6n de los pecadores, ademas de la recuperaci6n de los descarriados. La «reforma» generalmente enfatiza el poder de la Palabra de Dios, en su obra de restauraci6n de la iglesia. Tal vez deberiamos reservar el vocablo «renovaci6n» para describir al movimiento que combina el avivamiento pOl' el Espiritu de Dios con la reforma pOl' medio de su Palabra. Puesto que la Palabra es la espada del Espfritu,

es inevitable que haya algun desequilibrio si no se consideran juntos ambos aspectos. Para una visi6n integrada de una renovaci6n continua, no podemos menos que reflexionar sobre la oraci6n de Jesus a favor de su pueblo registrada en Juan 17. Es un error considerar este capitulo como un texto exclusivamente ecumenico, que se concentra en la unidad cristiana. POl' cierto que la unidad esta incluida, pero la preocupaci6n que expres6 Jesus en su oraci6n era considerablemente mas amplia que esto. Juan 17, sin lugar a dudas, es uno de los capitulos mas profundos de la Biblia. Se han escrito libros enteros para exponerlo. Thomas Manton, pOl' ejemplo, el puritano britanico del siglo XVII, quien pOl' un tiempo fue capellan de Oliver Cromwell, predic6 una serie de 45 sermones sobre Juan 17. 1 Luego el c1erigo irlandes Marcus Rainsford, que ocup6 el pulpito de St John's Church, Belgrave Square, en Londres, de 1866 a 1897, predic6 una serie de 41 sermones sobre el mismo capitulo. 2 Ambas series de sennone;fueron publicadas, y ambos libros abarcaban mas de 450 paginas; de modo que, lque esperanza podemos tener de aprender algo en un solo y breve capitulo? Hay aquf profundidades que jamas alcanzaremos a sondear; todo 10 que podemos hacer es conformarnos con remar en las aguas superficiales. Hay aquf alturas que no podemos escalar; tenemos que conformatnos con escalar las laderas. Con todo, debemos perseverar. Porque si el discurso del aposento alto auan 13-17) es el templo de la Escritura, Juan 17 es su santuario de mas adentro, su lugar santfsimo. Aquf se nos pone ante la presencia, la mente y el coraz6n de Dios. Se nos permite escuchar furtivamente, mientras el Hijo entra en comuni6n con su Padre. Es preciso que nos quitemos los zapatos pOl' cuanto se trata de un lugar sagrado. Jesus ora primero pOl' sf mismo (vv. 1-5), porque se acerca a la cruz; en segundo lugar, par sus ap6stoles (vv. 6-19), a quienes ha revelado al Padre, y que estan reunidos alrededor de el mientras ora; y tercero, pOl' toda la iglesia, presente y futura (vv. 20-26), iglesia que consiste en todos aquellos que han de creer en el par medio de la enseftanza de los ap6stoles. Nos concentraremos en la segunda y la tercera secciones (vv. 6-26). El hecho es que Jesus no comienza la araci6n par su pueblo hasta el final del versiculo 11. Antes de esto, a 10 largo de cinco

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ha dado. Es un pedido de que seamos guardados en fidelidad a 10 que somos, a nuestra identidad cristiana esencial, como un pueblo que conace aDios, pertenece a Cristo y vive en el mundo. Mas particularmente, Jesus ora pidiendo que su pueblo tenga cuatro caracteristicas: verdad, santidad, misi6n y unidad.

vers1culos y medio (vv. 6-11a) describe al pueblo por el cual va a orar. Se trata de una descripci6n bastante compleja y, aunque se refiere principalmente a los ap6stoles, los pinta mas bien como disdpulos comunes mas que en su ministerio apost6lico distintivo. La descripci6n consta de tres partes. Primero, pertenecen a Cristo. Tres veces Jesus repite el hecho de que el Padre los ha sacado del mundo y se los ha «dado» a el (vv. 6 y 9), de modo que, como consecuencia de ello, Ie pertenecen. Segun~~L~onocenqlPa4!f. Porque si el Padre l~: ha entr~gado al Hijo, el Hijo les ha revelado al Padre. Esto tamblen se repIte ..«He manifestado [revelado] tu nombre a los que del mundo me dIste» (v. 6). Ademas, «las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron» (v. 8). Por supuesto que esta revelaci6n del nombre de Dios, esta entrega de las palabras de Dios, se hizo en primera instancia a los ap6stoles, pero de ellos ha pasado a todos los disdpulos de Cristo. . Tercero, viven en el mundo. «Ya no estoy en el mundo -dIce JesUS=- mas estos estan en el mundo, y yo voy a ti» (v. 11a). Si bien ellos Ie han sido dados a Cristo, tomandolos «del mundo» (v. 6), sin embargo, permanecen «en el mundo» (v. 11a) del cual han sido tornados. Han de ser espiritualmente distintos, pero no han de vivir socialmente segregados. Jesus los deja tras S1 como sus representantes 0 embajadores. Esta es, entonces, la triple caracterizaci6n que hace Jesus de su pueblo, comenzando con los ap6stoles, pero inc1uyendo a todos los disdpulos posteriores, hasta llegar a nosotros tambien. Primero, el Padre nos ha dado al Hijo. Segundo, el Hijo nos ha revelado a1 Padre. Tercero, vivimos en el mundo. Esta triple orientaci6n (hacia el Padre, hacia el Hijo y hacia el mundo) nos hace la gente «santa» (es decir, distinta) que en verdad somos. Vivimos en el mundo como un pueblo que conoce a Dios y pertenece a Cristo, y, por 10 tanto (se entiende), tenemos la misi6n unica de hacerle conocer. LQue es, entonces, 10 que pide Cristo en oraci6n para ese pueblo suyo al cual ha descrito tan cuidadosamente? Lo fundamental de su intercesi6n consiste en s610 dos palabras, que se repiten: «Padre santo .. , guardalos ... mego ... que los guardes del mal» (vv. 11b y 15). Es un pedido de que el Padre santo nos guarde como el pueblo santo que somos, que nos proteja y nos guarde de toda influencia maligna que podria malograr la posici6n unica que nos

La traducci6n literal del vers1culo 11b seria «Guardalos en tu nombre)) (como en RVR), pero los comentaristas no estan de acuerdo en cuanto a 1a traducci6n de 1a preposici6n «en)). CL vierte aSl: «Proh~gelos con el poder de tu nombre) (d. tambien VP). Pero el contexto pareceria requerir que el nombre de Dios no sea tanto el poder con el cual 0 Eor el cual han de ser guardados 0 protegidos los disdpulos, como la esfera en la cual esto ha de darse. Pienso, por 10 tanto, que la Biblia de Jerusalen [inglesa] tiene raz6n cuando traduce: «Guarda a aquellos que me has dado fieles a tu nombre.)) La revelaci6n del nombre de Dios era «el muro de contenci6n, por aSl decirlo, dentro del cual deblan ser guardados)).3 Porque el nombre de Dios es Dios mismo, 10 que el es, su ser y su caracter. Esto el Padre 10 ha revelado a su Hijo, y el Hijo, a su vez, 10 ha revelado a los ap6stoles (v. 12, literalmente). Ahora, sin embargo, esta a punto de abandonar el mundo, de modo que ora para que el Padre los mantenga leales al nombre que les ha revelado, «para que sean uno, asl como nosotros)) (final del v. 11). Es decir, el medio principal para la unidad sera su lealtad a la verdad divina revelada en Cristo y a traves de el. La verdad, por 10 tanto, era la preocupaci6n fundamental de Jesus para con su pueblo, tal como 10 expres6 en su oraci6n. Habl6 de la revelaci6n, del hecho de haberles dado a conacer el nombre de Dios, que de otro modo permaneda oculto. Dej6 ac1arado el anhelo de que su pueblo se mantuviese leal a dicha revelaci6n, y que su unidad estuviese basada en la comtin fidelidad a ella. En contraste, hoy me temo que algunos lideres ec1esiasticos contemporaneos son culpables de verdadera infidelidad. Unos cuantos son 10 suficientemente temerarios como para negar los fundamentos tanto de la fe cristiana hist6rica como de la moralidad cristiana tradicional, mientras que otros se muestran tan bachomosamente inseguros de sl mismos y de 10 que creen como un joven adolescente.

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La verdad (vv. 11-13)


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No existe la menor posibilidad de que la iglesia se renueve profundamente hasta que, y a menos que, sea renovada en su fe, en su compromiso con la verdad revelada de Dios en Jesucristo, y en el pleno testimonio biblico de el. Tampoco hay posibilidad alguna de que la iglesia recobre su unidad mientras no recupere la unica base autentica de la unidad, que es la verdad. Jesus oro primero por la verdad de la iglesia; nosotros deberiamos hacer 10 propio. Porque Dios pretende que su iglesia sea «columna y baluarte de la verdad».4

La santidad (vv. 14-16) Jesus oro para que su Padre no solo mantuviese a su pueblo fiel a su nombre, sino tambien para «que los [protegiese] del maligno» (v. 15, CL). Es decir, por un lade deseaba que fuesen protegidos del error, en 1a verdad, y por otro, del mal, 0 el maligno, en santidad. E1 destino final de la iglesia, habria de dec1arar mas tarde Pablo, es el de ser presentada a Cristo como «una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha».5 Pero la santidad de la iglesia debe comenzar ahora. Por 10 tanto, lque es 10 que se quiere decir con el termino «santidad» ? En todo el curso de la historia la iglesia ha tendido a irse a los extremos, como vimos en el capitulo anterior. A veces, debido a su propia determinacion a ser santa, se ha retirado del mundo y ha perdido contacto con el. En otros momentos, debido igualmente a su propia determinacion a no perder contacto, se ha adaptado al mundo y se ha vuelto virtualmente indistinguible de el. Pero la vision de Cristo en cuanto a la santidad de la iglesia no tiene nada que ver con la idea del apartamiento ni de la adaptacion al mundo. Los fariseos optaron por la via del retiro. Deseosos de aplicar la ley a los detalles de la vida diaria, adquirieron un concepto falso de la santidad, imaginando que el solo contacto con el mal y los malos podia contaminarlos. Un tipo de fariseismo cristiano, 0 de espiritu separatista, ha perdurado en la iglesia. Con frecuencia se ha debido a un apasionado anhelo de santidad y a un celo por preservar la cultura cristiana y evitar su destruccion por influencia del mundo perverso. Estos motivos persuadieron a los ermitanos a huir al desierto en el siglo IV, y condujeron al desarrollo del monasticismo medieval. Con todo, por nobles que fueran con 252

frecuencia los motivos de monjes y ermitafios, el tipo de monasticismo que exigia el retiro del mundo se ha de considerar un~ traicion a Cri.st~. Tambien 10 es el tipo de piedad modema que enClerra a los cnshanos en una confratemidad semejante a un gueto, sepanindolos efectivamente del contacto con los no cristianos. Porque Jesus oro espedficamente pidiendo que, si bien qu~ria que sus disdpulos fuesen protegidos del maligno, no fuesen retrrados del mundo (v. 15). Si el «retiro» fue el camino adoptado por los fariseos, y atin mas por los esenios que se refugiaron en sus comunidades del desierto a fin de orar y esperar 1a venida del reino de Dios, el «conformismo» fue el camino adoptado por los saduceos. Pertenedan a las familias ricas y aristocraticas, y colaboraban con los romanos, procurando mantener el statu quo politico. Esta tradicion conformista tambien persistio en la iglesia primitiva y se mantiene hasta hoy. Nuevamente podemos decir que la motivacion era buena, a saber, la determinacion de derribar las barreras entre la iglesia y el mundo, y hacerse amigos de publicanos y pecadores, como hizo Jesus. 6 Pero el se mantuvo «apartado de los pecadores»7 a la vez, en 10 que respecta a sus valores y normas. En lugar de estas dos posiciones extremas, Jesus nos llama a vivir «en el mundo» (v. 11), aunque «no [somos] del mundo» (v. 14), como tampoco 10 fue el; es decir, ni perteneciendo a ese mundo ni imitando su comportamiento. Esta es la «santa mundanalidad» de la iglesia, sobre la cual escribi en el capitulo anterior en relacion con la doble identidad de la iglesia. No debemos ceder ni autoexc1uimos. En su lugar, hemos de quedamos en el mundo y mantenernos firmes, como una roca en medio de un rio de montana, como una rosa que florece en pleno inviemo, como un lirio que sale en medio del muladar.

La misi6n (vv. 17-19) Hay diecinueve menciones del termino «mundo» en la oracion de Jesus (en RVR), 10 cual indica que una de sus principales preocupaciones estaba relacionada con la manera en que su pueblo habia de vincularse con el mundo, es decir, con la sociedad no cristiana 0 el secularismo ateo. Jesus dice que ellos Ie habian sido dados, para 10 cual habian sido rescatados del mundo (v. 6), pero que no debian ser sacados de ese mundo (v. 15); que seguian viviendo en el mundo 253


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(v. 11), pero que no pertenedan a el (versiculo 14b); que iban a ~er odiados por el mundo (v. 14a), pero que d~,todos ~o~o~ senan enviados a ese mundo (v. 18). Es esta la relaclOn mulhfacehca de la iglesia can el mundo: vivir en el, sin pertenecer a el, siendo odiada par el, y a la vez enviada a el. Tal vez la mejor manera de comprender esto sea que, en lugar de «retiro» y «conformidad», que son aetitudes incorrectas para can el mundo, pensemos en terminos de «misi6n». En efeeto, la misi6n de la iglesia en el mundo es s6lo posible si ella evita las dos sendas falsas. Si nos retiramos del mundo, es obvio que la misi6n resulta imposible, par cuanto perdemos contacto. Igualmente, si nos adaptamos al mundo, la misi6n resulta imposible, par cuanto perdemos la arista cortante, el fila. . . Resulta particularmente llamativo el que, aunque VlVlmos «en» el mundo (v. 11), es preciso que seamos enviados «al» mundo (v. 18). Pero as! es. Resulta sumamente fi:1cil que los cristianos vivan en el mundo sin participar para nada en la misi6n cristiana. Aqui la oraci6n de Cristo a favor de su pueblo es que el Pad:e nos «santifique» par media de su palabra de verdad (v. !7); mas todavia, que seamos «santificados en la verdad» como Cnsto, que se santific6 par nosotros (v. 19). ~ Que c1ase de santificaci6n se tiene en mente -nos sentimos obligados a preguntar-, si se trata de una santificaci6n en la que Cristo mismo particip6? ~Puede decirse que el Cristo que no tuvo pecado se santific6? La respuesta esta indudablemente en que la santificaci6n tiene dos aspectos complementarios, uno negativo y otro positivo. Ser santificado es ser separado del mal en todas sus formas. Esto es 10 que generalmente entendemos cuando se usa la palabra «s~n~ific~ci6n». Pero ser santificado es tambien ser apartado para el mmlsteno particular al cual Dios nos ha llamado. En este sentido Jesus se apart6 par nosotros, a saber, can el fin de entrar en el mundo a buscamos y salvarnos. Nosotros tambien hem as sido «santificados» a apartados para el cumplimiento de nuestra misi6n en el mundo. De hecho, se nos puede describir como «separados del mundo para el servicio al mundo».8 En el versiculo 18 (como en Juan 20.21) Jesus traza un paralelo deliberado entre su misi6n y la nuestra: «Como tu me enviaste al mundo, asi yo los he enviado al mundo.» ~En que sentido, par 10 tanto, queria Jesus que nuestra misi6n tuviese como modelo la suya? Hay diferencias sustanciales, par supuesto. El que el fuese

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enviado al mundo comprendia tanto la encamaci6n como la expiacion, en tanto que nosotros no somas Dios para que podamos «hacemos came» a morir par los pecadores. No obstante, el hecho de que seamos enviados al mundo igual que el nos ayudara a entender nuestra propia misi6n. Este hecho nos dice que llevar a cabo la mision requiere que nos sometamos a la autoridad de Cristo (somas enviados, no nos ofrecimos voluntariamente); que renunciemos a los privilegios, a la seguridad, a la comodidad y a la indiferencia, a fin de metemos en los mundos de los demas, asi como el hizo can el nuestro; que nos humillemos hasta hacemos siervos, como hizo el;9 que soportemos el dolor de ser odiados par el mundo hostil al cual somas enviados (v. 14) y que compartamos las buenas noticias can la gente donde ella se encuentre. Dire mas acerca de Cristo como el modelo para la misi6n en el capitulo 21, «La cristologia de la mision».

La unidad (vv. 20-26) A continuacion, los ojos profeticos de Jesus se orientaron hacia el futuro, hacia la era posapostolica. Via a las generaciones venideras de disdpulos que no 10 habrian vista ni aida en la came, como fue el caso de los apostoles, pero que no obstante habrian de creer en el por la ensefianza de elIas: «No ruego solamente por estos [los apostoles], sino tambien par los que han de creer en mi par la palabra de elIas» (v. 20). Esto quiere decir todos los cristianos, de todas las epocas y de todos los lugares, inc1uidos nosotros. Cierto es que tal vez hayamos llegado a conocer a Jesus par media del testimonio de nuestros padres, a de un pastor, un evangelista, un maestro a un amigo. Mas su testimonio fue un testimonio secundario, una sancion del testimonio primario de los apostoles sabre la base de su propia experiencia. Los apostoles fueron los testigos oculares, especialmente elegidos par Jesus para andar can el, de modo que pudieran dar testimonio de 10 que habian vista y aida. Hay un solo Cristo autentico, el Cristo del testimonio apostolico (ahara preservado en el Nuevo Testamento), y todos los creyentes de la era apostolica han creido en Jesus «par la palabra de enos». zQue es, par 10 tanto, 10 que Jesus anhela para todo su pueblo creyente, en todo el mundo y a traves de todos los siglos? No puede haber duda sabre esto, porque ella expresa tres veces:

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versiculo 21a: «que todos sean uno» versiculo 22b: «que sean uno» versiculo 23b: «que lleguen a ser perfectamente uno» (VP)

Estas son peticiones muy bien conocidas. Lo que generalmen~eno se sabe, 0 no se entiende tan bien, es la naturaleza .de la urudad por la cual oro Cristo. Destaco dos aspectos de la mls~a. Primero, oro para que su pueblo disfrutase de umd~d can los ap6stoles. Considere atentamente ellector 10 que se reglstra en el versiculo 20 y al comienzo del versiculo 21: «No ru~go solamente por estos, sino tambien por los que han de creer en ~ por la palab:a de elIos, para que todos sean uno.» Ya hemos VIStO que J.esus distingue entre dos grupos de personas. S~ los desl?na convenientemente «estos» (el pequeno grupo de apostoles re.unldos alrededor de el) y «los que han de creer» (la eno~m~ mulhtud de los creyentes que vendrian); 0 sea, los que ensenanan y los que serian ensenados. Luego ora «para que todos», 10 cual seguramente quiere decir «estos» juntamente con «los que han de creer:>, «sean uno». En otras palabras, la oracion de Jesus ~en~a, pru:ne:~ y principalmente, el sent.ido ~e que hubi,e~e contmUldad hl~ton~a entre los apostoles y la IglesIa posapostohca; que la fe rle la 19l~sla no cambiase con el paso de los MOS, sino que se mantuvlese reconociblemente invariable, y que la iglesia de todas las generaciones mereciese el epiteto de «apostolica»'. debid? ~ su lealtad al mensaje y la mision de los apostoles. La unldad cnshana comienza por consiguiente, como unidad con los apostoles (por medio del Nuevo Testamento, que pone a nuestra disposicion la ensenanza de elIos); sin esto, la unidad entre las iglesias no seria distintivamente cristiana. En segundo lugar, Jesus oro para que su p~eblo disfn~tase de unidad can el Padre y el Hijo. Si bien la puntuaClon del verslculo 21 es discutible, la mayoria de las versiones considera qu~ }a segunda c1<lusula indica el comienzo de una ~ueva ora~lOn gramatical. RVR dice: «como tu, oh Padre, en ml, y yo en h, [te ruego] que tambien ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea ... ». Lo que esta peticion insinua resulta.asombroso, porque Jesus pide que la union de su r,ueblo co~ DlOS sea ~om­ parable a la unidad del Padre y el HIJO entr: 51 en ,la Deldad. Prosigue en el versiculo 23: «yo en ellos, y tu en ml, para que sean perfectos en unidad». 256

Asi, entonces, la unidad cristiana por la cual oro Cristo no era en primer lugar la union entre elios, sino la unidad con los apostoles (la verdad sostenida en comlin) y la unidad con el Padre y el Hijo (la vida vivida en comlin). La unidad estructural y visible de la iglesia es una meta acertada. Pero solo Ie resultanl agradable a Dios si es la expresion visible de algo mas profundo, a saber, la unidad en la verdad y en la vida. En nuestro afcin ecumenico, por 10 tanto, nada es mas importante que la busqueda de mas verdad apostolica y mas vida divina, por medio del Espiritu Santo. Como 10 expreso William Temple: «El camino para lIegar a la union de la cristiandad no se encuentra en las reuniones de comision, aun cuando hay que llevar a cabo una tarea de formulacion. Se encuentra en la union personal tan profunda y real con el Senor que sea comparable con la union de el con el Padre.»10 Esta clase de unidad (la verdad y la vida compartidas) hara que el mundo crea en Jesus (vv. 21 y 23). Por cierto que la razon principal por la cual Jesus ora por la unidad de su pueblo es «para que» el mundo crea tanto en el origen divino como en la mision divina de Jesus. Ora para que todos los que en el futuro «han de creer» en el (v. 20) disfruten de una unidad tal en la verdad y la vida que el mundo «crea» en el tambien. De este modo la fe produce fe, y los creyentes se multiplican. En los versiculos finales de su oracion (vv. 24-26), Jesus se proyecta mas ana de la historia, hacia la etemidad, porque es linicamente en el cielo donde la unidad de su pueblo alcanzara la perfeccion. Veran su gloria (v. 24), y el resultado final de la revelacion del Padre por el Hijo sera que experimentarcin en si mismos tanto el mismo amor que tiene el Padre por el Hijo como la presencia misma del Hijo en elIos (v. 26). Por cierto que esta unidad ultima y definitiva, que abarca al Padre, al Hijo y a la iglesia en un mismo amor, esta mas alIa de nuestra imaginacion, pero no esta mas ana de nuestro humilde y ardiente anhelo. La oracion de Jesus, por 10 tanto, es mucho mas abarcativa de 10 que comlinmente se entiende. Es una oracion a favor de la verdad (<<guardalos en tu nombre»), la santidad (<<guardalos del mal» 0 «del maligno»), la mision (<<santiffcalos ... yo los he enviado al mundo») y la unidad (<<que sean uno») de la iglesia. En una notable intervencion en la Tercera Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Nueva Delhi (1961), el arzobispo Michael 257


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Ramse y dijo: «El capitu lo 17 de Juan describe a Jesus Grand a no s610 para que sus disdpu los sean uno, sino tambie n para que sean santos y para que compr endan la verdad . La unidad , la santid ad y la verdad van juntas .»11 jAsi y todo, omiti6 el cuarto tema, la misi6n! Una de las traged ias de la iglesia contem porane a es su tenden cia a atomi zar la visi6n holistica de Cristo, y a seleccionar una u otra de sus preocu pacion es, con exclus i6n de las restan tes. Pero, como tambi en 10 dijo Michael Ramse y en la asamb lea de Nueva Delhi, «un movim iento que se concen tra en la unida d como un concep to aislad o puede desori entar al mund o y desori entam os a nosotr os, como indud ablem ente haria un movim iento que tuvies e el r6tulo exclus ivo de la santid ad 0 el r6tulo exclusivo de la verdad ». La preocu paci6n maxim a de la iglesia del siglo XX ha sido la busqu eda de la unida d estruc tural, pero a menud o sin la busqu eda parale la de la verdad y de la vida que consti tuyen la unida d autentica y que son los medio s por los cuales crece dicha unidad . Otras se han ocupa do de la verdad (la ortodo xia doctrinal), a veces volvie ndose secas, rigidas y carent es de amor en el intento , olvida ndo que la verdad ha de ser adom ada con la bellez a de la santid ad. A otros les parece que la santid ad, es decir, el estado de la vida interio r de la iglesia, tiene primo rdial impor tancia . Pero esas personas a veces se ocupa n de una piedad centra da en si misma s, olvida ndo que hemos sido llamad os a salir del mund o con el fin de ser enviad os de vuelta al mismo , que es 10 que consti tuye la «misi6n». De modo que la misi6n se convie rte en la obsesi 6n de un cuarto grupo , que, sin embar go, a veces olvida que el mund o s610 creera en Jesus cuand o su pueblo sea uno en verdad , santid ad y amor. La verdad , la santid ad, la misi6n y la unida d van juntas en la oraci6 n de Jesus, y es precis o mante nerlas unida s en nuestr a busqu eda de la renova ci6n de la iglesia en el dia de hoy. Creo que podem os detect arlas en esa primit iva iglesia de Jerusa len que estaba llena del Espiri tu, por cuanto se nos dice en Hecho s 2.42 y 47 que «perse veraba n en la doctri na de los ap6sto les» (la verdad ), «en la comun i6n» (la unidad ), y «en el partim iento del pan y en las oraciones» (el culto que expres aba su santid ad), en tanto que «el senor af\.adia cada dia a la iglesia los que habian de ser salvos» (la misi6n ). Me parece legitim o ver tambie n las misma s caracterlsticas en las cuatro «notas» 0 «marcas» de la iglesia, segu.n el Credo

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ella es «una santa cat6lica, y ap ost'l' niceno , a saber, que Olca» " . 1 tT Porq ue, <~ca o.lca» mc uye el concep to de abarca r toda la verdad . «apos.tohca» mcluy e la visi6n de la entreg a a la misi6n apost6li~: Es lmpor tante que no separe mos 10 que Dios ha unido. En su ~~gar, ~ebemo~ procu rar la renova ci6n de la iglesia en las cuatro lmens.l?neS slmult aneam ente, de modo que guard e fielmente la r~velaclO~ 9- ue Ie ha sid~ confiada una vez para siemp re, se santifique y uniflque por medl~ de esa verdad que guarda , y con audaci a v~elvla al mund o a cumph r la misi6n de testim onio y servicio que lOS e ha encom endad o.

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CAPITULO DIECISIETE

Los pastores de la iglesia

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esultaria dificil pensar en la vida, la misi6n y la renovaci6n de la iglesia sin prestar atenci6n a sus ministros ordenados. Porque eshi claro en el Nuevo Testamento que Dios siempre ha considerado que su iglesia ha de tener alguna forma de episkope, es decir, de supervisi6n pastoral. Mas todavia, la condici6n de la iglesia en todas partes depende en buena medida de la calidad del ministerio que recibe. Como 10 expres6 Richard Baxter: «Si Dios se dignara reformar el ministerio, y lanzar [a los pastores] a cumplir sus deberes celosa y fielmente, por cierto que la gente se reformaria. Todas las iglesias se levantan 0 caen en la medida en que se levanta 0 cae el ministerio, no en riquezas 0 grandeza terrenal, sino en conocimiento, celo y capacidad para llevar a cabo su labor.»1 Existe, sin embargo, una gran medida de confusi6n contemporaneamente acerca de la naturaleza y la funci6n del clero o pastorado ordenado. lSon sacerdotes, profetas, pastores, predicadores 0 psicoterapeutas? lSon administradores, facilitadores o trabajadores sociales? Quiza no se haya hecho una revelaci6n maS embarazosa sobre esta incertidumbre, que la obra teatral de David Hare, Racing Demon, que obtuvo tres premios Olivier en 1990. La obra presenta a cuatro c1E~rigos anglicanos en un ministerio compartido en el sur de Londres, juntamente con el obispo diocesano de Southwark (el reverendisimo Charlie Allen) y el obispo sufraganeo de Kingston (el reverendisimo Gilbert Heffernan). Cada uno de ellos tiene una idea distinta sobre el prop6sito del ministerio ordenado. Para Lionel Espy, el cortes, pero basicamente poco efectivo, director del equipo, «nuestra tarea consiste principalmente en aprender de la gente com tin, trabajadora. Deberiamos tratar de comprenderla y servirla.»2 «En buena medida se trata, por cierto, de escuchar el rencor,» 261


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y asimilarlo como si fuesemos un s~co ,d~ a~ena pa~a la pnktica del boxeo. 3 En total contraste, el cansmahco Joven parr~co 0 pas~ tor auxiliar, Tony Ferris, se siente alarma~temente confiado en. 51 mismo. «Tengo este increfule poder -aftrma- que me permlte desparramar confianza ami alrededor», aunque 10 hace a expensas • de otras personas. 4 Los otros personajes son mas modes~o~ en s.~s expeetattvas. El obispo diocesano enfatiza la ad~l1ms:raC1on d~ ~a santa comuni6n. «En definitiva, para esto estas aqUl. Como clen~o/pas~ tor tienes un solo deber, que consiste en ofrecer un espectaculo.» Su sufraganeo, el diplomatico episcopal por excelenCla, ve l~ central de su tarea como la de «impedir que los problemas se convlertan en temas de discusi6n».6 Para Donald Bacon (<<Streaky»), que c~ta tenor, se emborracha y se describe a si mismo com?,un «cura fel1Z», no hay ninguna complicaci6n. «Toda esta cueshon es tan clara. Dios esta alli, en la felicidad de la gente.»7 Harry Henderson, el clerigo homosexual, es un tanto mas ambicioso: «Esta la ger;te tal como es. Y esta la gente como podria ser. La tar~a del parroco consiste en tratar de tironear ambos extremos con el fin de acercarlos un pOCO.»8 Mientras tanto, la sincera pero agn6stica joven Frances Parnell ve el ministerio ordenado como «el derroche de un ser humano .., que se pasa el tiempo sonando».9 .. Sin embargo, esta perplejidad en torno al papel del. rehglOso profesional no es reciente, por cierto. ~ace mas d~ un slglo Mark Twain la expres6 mediante su atrach~o p~rsonaJe,,Huckleberry Finn. Huck Ie dijo a Joanna que en la IglesIa de su ho Harvey, e~ Sheffield, habia «nada menos que 17» clerigos, aunque (agrego) «no todos predican el mismo dia; 5610 uno de ellos». -Pues, entonces -responde Joanna- Lque hacen los demas? -Dh, poco y nada -explica Huck-. Haraganear, pasar el plato; . y esto 0 aquello. Pero mayormente no hacen nada. -Pues, entonces, -exc1ama Joanna maravillada y con los oJos desorbitados- Lpara que estan? -Pues, estan para dar estilo --eontesta Huck-. LAcaso no sabes nada?10 De hecho se han sostenido opiniones contrarias en cuanto a la importancia del ministerio ordenado. Al?unas personas, a1 ver que el clero ha side marginado por la sOCledad sec.~lar y el es.t~~o socializado, y regocijandose ante la recupe~aclOn de la VISIon paulina de un ministerio a cargo de todos los mlembros en el cuerpo 262

de Cristo, se preguntan si todavia hacen falta los ministros ordenados, y sugieren que la iglesia estaria en una posici6n mas sana sin ellos. Otros reaccionan en sentido opuesto. Ya sea sobre bases teo16gicas 0 pragmMicas, ubican a los pastores 0 miembros del clero en un pedestal, 0 por 10 menos aprueban cuando ellos mismos se ubican aUi. Luego, cuando tienen totalmente en sus manos las riendas del ministerio, las consecuencias casi inevitables son la desintegraci6n clerical!pastoral 0 la frustraci6n de los laicos, 0 ambas a la vez. A 10 largo de toda su historia la iglesia ha oscilado entre estos extremos del clericalismo (dominaci6n clerical!pastoral de los laicos) y el anticlericalismo (el desprecio de los laicos por el clero 0 los pastores). No obstante, el Nuevo Testamento pone en alerta contra ambas tendencias. Alos coOOtios, que desarroUaron un culto ala personalidad de diversos ap6stoles, Pablo les hizo el siguiente recl,~mo: «LQue [deliberadamente us6 aqui la forma neutral, pues, creelS que somos, que nos tratan con tan exagerada deferencia? Nosotros no somos mas que siervos, por medio de los cuales Dios obr6 para atraeros a la fe.»]] Sin embargo, a otros que consideraban a sus lideres con desprecio, Pablo les escribi6 que debian «reconocerlos» y tenerlos «en mucha estima y amor por causa de su obra».12 Ademas, esta esta «palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.»13 0 «aspirar alliderazgo es una ambici6n honorable» (NEB). Es preciso que volvamos ahora a la pregunta basica sobre cuales son la naturaleza y la funci6n del clero/pastorado ordenado. En general, las iglesias s6lo han ofrecido dos respuestas, segun hayan visto al ministerio como algo dirigido en primer lugar aDios 0 a la iglesia. Por un lado, esta el modelo sacerdotal, en que el ministerio se ejerce hacia Dios en nombre del pueblo. Por otro lado, esta el modelo pastoral, en que el ministerio se ejerce hacia el pueblo en nombre de Dios.

EI modelo sacerdotal La Iglesia Cat6lica Romana y la Iglesia Ortodoxa yen su clero como sacerdotes, especialmente en relaci6n con su papel en la eucaristia. La Iglesia Luterana y la Iglesia Anglicana tambien han Hamado tradicionalmente a su clero «sacerdotes», a pero por 263


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una raz6n diferente. El Concilio de Trento afirm.6 .que:n la misa se ofrece a Dios un sacrificio verdadero y proplclatono, y que el sacerdote humane que 10 ofrece representa al Cristo que se .o~ece a si mismo. l4 Mas aUn, la esencia de esta ensenanza reclblO el respaldo del Segundo Concilio Vaticano. Asi, a los sace.r~~tes s~ les «otorga el poder de la Orden sag:~d~para o~ecer sacnficlO...». «Ofrecen sacramentalmente el SacnfIclO de Cnsto ~e un modo especial cuando celebran la misa.»l6 Cierto es que se dIce que cuando hacen esto representan al pueblo de Dios, ademas de represent~r a Cristo. Pero se sigue concibiendo la medula de su sacerdoclO como el ofrecimiento del sacrificio eucaristico. . Las iglesias protestantes, que insisten en sub~rdmar todas las tradiciones eclesiasticas a la ensenanza de la Escntura, no pueden aceptar esto. El hecho claro y terminante, es que .el. Nuevo Testamento nunca llama «sacerdotes» a los hderes cnshanos, y jamas se refiere a la eucaristia como un sacri~~i~ ofrecido por ellos. La palabra hiereus, sacerdote que ofrece sacnficlO, aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. Hay una referencia a un sa~erdote paganol7 y varias a los sacerdotes judios en los Evangehos, en Hechos y en Hebreos. Esta palabra se aplica ig~~lme~.te. al Senor Jesus, nuestro gran sumo sac~~d.ote, que se ofreclO al;l mlsmo una vez para siempre como sacnficio por los pecados. Y en cuarto lugar denota a todos los creyentes cristianos que son «sacerdotes para Dios».l9 Este es «el sacerdocio de todos ~os creyen~es» en el que los reformadores pusieron tanto enfasls. Colechva~~~te constituimos un real y santo «sacerdocio», que ofrece «sacnfIclos • 20 S· espirituales aceptables a Dios l?~r. medio de Jesucnsto». I queremos saber ue son estos s~cnfiClos, encontraremos u~ todOS se encua ran bajo el encabezamlento general del cult?,de la Iglesia. En particular, incluyen nuestro cuerro? nuestra23ora~on,alaban~a, YJ?enitencia,22 nuestros dones y la b~ena~,obras, la vI.da entregada al servicio de Dios,24 y la evangehzaclOn por medlO de la cual presentamos nuestros convertidos como ~(ofre~da ~ radable» a ~s. Estos ocho sacrificios l?s ofrece ~ DlOS la Iglesia toda en su capacidad de santo sacerdoClo. Pero m ~a ,sola vez se e~plea l~uaje 0 imagenes sacerdotal~s para mngun grupo partIc1!!.ar de dirigentes cristianos que pudiera corresponder a los sacerdot:s del pacto antiguo. Cuando recordamos que el sacerdocio levitico estuvo. dur~:e siglos centrado en la vida y el culto de Israel, y que fue aSI tamblen 264

en el judaismo palestino de los dias de Jesus, el hecho de que a los lideres cristianos no se los llame ni asemeje nunca a sacerdotes tiene que ~ber sido deliberado. Charles Hodge, el te6logo de Princeton del siglo XIX, expres6 la idea con fuerza: Se les prodiga (a saber, a los ministros cristianos) todos los titulos de honor. Se les llama obispos de almas, pastores, maestros, autoridades, gobemantes y siervos 0 ministros de Dios; rnayordomos de los misterios divinos; guardianes, heraldos, Rem nunca sacerdotes. Como los autores sagrados eran judfos, a quienes nada les era mas familiar que la palabra sacerdote, cu os ministros de reli ion fuemn constantemente asf enominados el hecho de ue ni una sola vez usaran la alabra, ni n.E1guno de los tfrminos relacionados, para referirse a los ministros el evangelio, ... resulta oco menos ue mila oso. Es uno de esos casos en os que el silencio de la Escritura habla de manera abundante. 26

Siendo asi, podemos de inmediato preguntamos por que en el siglo XVI algunas iglesias de la Reforma, incluida la Iglesia de Inglaterra, retuvieron la palabra «sacerdote» [mejor dicho, «priest», como se vera en seguida] como designaci6n para sus ministros. La respuesta tiene que ver fundamentalmente con una cuesti6n etimo16gica. Se sabe que la palabra inglesa actual para sacerdote, «priest», proviene de «presbitero», de la cual es una contracci6n [como tambien 10 es el termino equivalente «preste» en castellano]. Por 10 tanto, era la traducci6n de presbyteros (<<anciano»), no de hiereus (<<sacerdote»). De manera que «priest» se mantuvo solamente porque su significado era inobjetable teol6gicamente, y porque «presbitero» no era todavia un vocablo de usa comun en ingles. Al mismo tiempo, hay pruebas de que los reformadores hubieran preferido el termino «presbitero», que no ofreda ambiguedad, por cuanto «aun en asuntos de nomenclatura -ha escrito el profesor Norman Sykes- habia un grade considerable de acuerdo» entre ellos. 27 Por ejemplo, Calvino se quej6 en Instituci6n de que los obispos romanos «ordenan sus presbiteros, no para ensenar, sino para sacrificar».28 En Inglaterra, Richard Hooker, contestando a los puritanos que criticaban la retenci6n del termino «priest» (<<sacerdote») en el Libro de Oraci6n ComUn, expres6 su lisa y llana preferencia por «presbitero», ya que «en rigor la palabra presbitero parece ser mas apropiada, y en cuanto a propiedad lingiiistica, mas aceptable que priest, teniendo en cuenta el sentido de todo el evangelio de Jesucristo».29 Si esto era asi a fines 265


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del siglo XVI, 10 es mucho mas a fines del XX. Porque hoy pocas personas saben que «priest» (<<preste», «sacerdote») es contracci6n de «presbitero», y menos todavia son los que pueden realizar la gimnasia mental de decir «priest» y pensar «presbitero». Por consiguiente, seria consecuente, tanto con la claridad teo16gica como con la fidelidad biblica, eliminar la palabra «priest» totalmente de nuestro vocabulario. No todos los lideres protestantes estan dispuestos a resolver el dilema de este modo audaz, sin embargo. Algunos han hecho intentos valientes en los ultimos anos, no s6lo para rehabilitar el vocablo «priest», sino para defender el caracter sacerdotal del ministerio ordenado. Aun cuando admiten francamente que a los mmlStfosnos;!os llama nunca sacerdotes en el Nuevo Testamento, y no fueron llamados asi hasta la epoca de Tertuliano, alrededor del 200 d.C, no estan dispuestos a renunciar ni a la palabra ni al concepto. E1 intento mas aclamado se encuentra en Baptism, Eucharist and Ministry, con frecuencia mencionado como «el texto de Lima», y que es fruto de cincuenta anos de discusi6n ecumenica. 30 Este documento resume «la responsabilidad principal del ministerio ordenado» de la siguiente manera: «reunir y edificar el cuerpo de Cristo mediante la proc1amaci6n y ensenanza de la Palabra de Dios, mediante la celebraci6n de los sacramentos, y mediante la guia de la vida de la comunidad en su culto, su misi6n, y su ministerio de amor».31 El comentario agrega que estas tareas no se l1evan a cabo por el ministerio ordenado «de un 'modo exclusivo» (dado que todo el pueblo cristiano puede participar en el1os) sino «de un modo representativo». No s6lo no hay nada distintivo en estos ministerios (que pudiera separar al clero [0 a los pastores] de los laicos) sino, podemos agregar, no hay nada necesariamente «sacerdotal» en ellos tampoco. Sin embargo, el texto de Lima afirma mas adelante que a los ministros ordenados «se los puede lIamar apropiadamente sacerdotes porque cumplen un servicio sacerdotal particular al fortalecer y edificar el sacerdocio real y profetico de los fieles mediante palabra y sacramentos, mediante sus oraciones y su intercesi6n, y mediante su direcci6n pastoral de la comunidad»,32 El comentario agrega que los terminos sacerdotales «subrayan el hecho de que el ministerio ordenado se relaciona con la realidad sacer9-2tal deJ~sucr!sto y toda la

comunidad», si bien el sacerdocio del ministerio ordenado «difiere de modos adecuados» del de Cristo y la comunidad. Confieso que estas declaraciones me desconciertan. 2,C6mo se puede decir que el fortalecimiento del sacerdocio de la comunidad sea ipso facto un «servicio sacerdotal»? 2,Yen que formas difiere el proclamado caracter sacerdotal del ministerio ordenado, del de Cristo y la comunidad? El texto no hace ningun intento de dar respuesta a estos interrogantes. En 1986 el «Grupo Asesor de Fe y Orden» de la Iglesia de Inglaterra dio a conocer un documento titulado The Priesthood of the Ordained Ministry. «No se discute», confesaban sus autores, el que hiereus se usa en el Nuevo Testamento para el sacerdocio de Cristo y el sacerdocio de todo el pueblo de Dios, y «jamas ... para un ministro cristiano designado como tal».33 Pero no llevan el razonamiento a partir de estas confesiones hasta su conclusi6n l6gica. En cambio, afirman que «el sacerdocio en comlin de la comunidad, y el sacerdocio especial del ministerio ordenado, se derivan ambos del sacerdocio de Cristo». No obstante, este ultimo difiere del anterior en el sentido de que el ministerio sacerdotal de los ordenados «es un medio senalado por el cual Cristo hace presente y efectivo su sacerdocio a su pueblo».34 Esta afirmaci6n me lleva a hacer las mismas preguntas que hice anteriormente: 2,Por que un ministerio que hace efectivo a su pueblo el sacerdocio (y sacrificio) de Cristo habria de ser ipso facto un ministerio sacerdotal? Ademas, Lpor que un ministerio que ayuda al pueblo de Dios «a comprender su caracter sacerdotal» habria de llamarse tambien sacerdotal?35 Tengo la impresi6n de que todo este embrollo se debe a que no hemos sabido, primero, definir 10 que es (segun la Escritura) la esencia del «sacerdocio», y segundo, recordar ue los sacerdotes e Antiguo Testamento eran tambien pastores. Ejerdan una doble fiiilcion. Por un lado, como sacerdotes cumplian un ministerio para con Dios: «Todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en 10 que aDios se refiere... »36 En cumplimiento de esta funci6n tenian el privilegio de aproximarse 0 acercarse a Dios;37 de ofrecer sacrificios,38 y de hacer intercesi6n. 39 Por otra parte, como pastores cumplian un ministerio para con el pueblo. En el cumplimiento de esta funci6n se ocupaban del bienestar del pueblo; Ie ensenaban la ley;40 bendedan al pueblo,

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es decir, buscaban la bendici6n de Dios en nombre de ellos 0 la pronunciaban sobre ellos,41 y actuaban como jueces y tomaban decisiones. 42 En los dias del Nuevo Testamento, apartir de la cruz, ya no se pu_~d~n()fr~ceLm4s~sac:rlHC:IQ~pQr~elp:e~a~o-.-Yl~s·-~e~!~!es privil~gios del sacerdocio para con Dios han sido. heredad()sLJ.!lediante l<;\obradeCristo, p()rtod2~lpll_~QkL~eplOs.Todos podemos acercamos a Dios,43 «teniendo libertad para entrar en el Lugar Santisimo por la sangre de Jesucristo».44 Somos todos invitados a ofrecer los «sacrificios espirituales» de nuestro cultO. 45 Debemos todos orar unos por otros. Ninguno de estos mip.isterios£~~~nece ahora, como en los dias del Antiguo Testamento, a una casta privilegiada, al clero [a los pastores 1a diferencia de los ~s. Se podrfa argumentar que la intercesi6n es un ministerio que pertenece de modo peculiar al clero [a los pastores). Por cierto que este parece haber sido el sentido en el cual el arzobispo Michael Ramsey consideraba al ministerio ordenado como «sacerdotal». «Somos llamados -Ie dijo a un grupo de hombres en la vispera de su ordenaci6n- cerca de Jesus y con Jesus y en Jesus, a estar can Dios can el pueblo en nuestro corazon. Esto es 10 que prometereis cuando yo os diga: 'zSereis diligentes en oraciones?' Prometereis estar diariamente con Dios con el pueblo en vuestro coraz6n.»46 Si bien este ministerio de intercesi6n puede, de este modo, considerarse como una responsabilidad especial del clero [de los pastores], ~ ~ede, sin embargo, considerarse como una tarea distintivamente «sacerdotal» restringida a ellos. Tambien es preciso decir algo acerca de los profetas en los dias del Antiguo Testamento. Los sacerdotes y los profetas se complementaban mutuamente, en el sentido de que ambos ministerios eran representativos, aunque en direcciones opuestas. Los sacerdotes representaban al pueblo ante Dios, especialmente en el ofrecimiento de sacrificios; los profetas eran portavoces de Dios al pueblo, especialmente en la proclamaci6n de onkulos. ZNo forma parte, acaso, de la esencia de la relaci6n que establece el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, el que este doble ministerio mediador sea ejercido actualmente solamente por Jesucristo? Por medio de el nos acercamos aDios. Por medio de el Dios nos habla. El es el u.nico sacerdote a traves del cual disfrutamos de acceso a Dios, y el u.nico profeta por medio del cual tenemos conocimiento de Dios. Ya no hacen falta mediadores humanos. 'I 268

Mas bien, 10 que ha recaido sobre el clero/pastorado en los dfas del Nuevo Testamento es el ministerio pastoral de los sacerdotes del Antiguo Testamento, como tambien la responsabilidad de ocuparse del bienestar espiritual del pueblo de Dios, y en particular su papel docente. En la medida en que los sacerdotes eran pastores en el Antiguo Testamento, supongo que se podria decir que los pastores son sacerdotes en el Nuevo Testamento. Pero las ~QJ:les P-'!?JQ!C\~~_I1:QJj~D~Il.IlC\<J.C\_~<.l.r<:\c:!~ri~t!C:<.l.!!l~Ilt~.~a.c_~r­

~otC1J~xcepto~'y~:Z!a.~!~~c~si6n), y de hecho, como hemos visto, ni Jes~?~!_!i1l_~ap6stolesser~Ii!!~.~()nj<:\Il1.a.s<ll()!3c!irlg~I1tes p~~!or~le~.<;:9JnQsLf.ue~eIlsac:e!9:()te~. -Sf indicaron, sin embargo, que Dios quiere que su iglesia cuente con ~stores. Cierto es que las responsabilidades pastorales de ~uidar y adoctrinar pertenecen en alguna medida a todo el pueblo de Dios, por cuanto somos llamados a «[ensenarnos) y [exhortamos) unos a otros», y a «[sobrellevar) los unos las cargas de los otroS».47 No obstante, 10 que claramente da a entender el Nuevo Testamento es que cada iglesia ha de tener un grupo de ancianos 0 lideres, cuya tarea pr~cipal ha de. ser p_astoJ:'~ar~rebano deDios, especialmente alimentandolo, 0 sea, ensenandole. 48~

El modelo pastoral Teniendo en cuenta que «pastor» proporciona a la mente la imagen de un contexto rural extrano a las florecientes comunidades urbanas actuales, se sugiere a veces que es preciso encontrar un termino mas apropiado para los lideres de la iglesia. Los habitantes de los departamentos en las ciudades, encaramados en las comisas de sus perpendiculares acantilados de vidrio y cemento, poco saben acerca de las ovejas y sus pastores. Con todo, dudo que estemos preparados para descartar el autorretrato de Jesucristo como el «buen pastor» que vino a buscar y a salvar a las ovejas perdidas, y a dar su vida por nosotros, 0 para dejar de cantar himnos populares que incorporan esta simbologia, himnos tales como «Jehova es mi pastor, nada me faltara» y «El amoroso Rey, mi pastor es». Se nos dice que Jesus se conmovi6 por la compasi6n que Ie produjo la visi6n de las multitudes que «estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor».49 Seguramente que las ovejas sin pastor 10 siguen conmoviendo y preocupando. 269


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En ultima instancia, el mismo es el pastor de las ovejas. Pero delega parte de su responsabilidad en los pastores subalternos;50 los «pastores y maestros» se encuentran entre los principales dones con los cuales el Senor sigue enriqueciendo a la iglesia. 51 De hecho, todo el ministerio cristiano se deriva de Cristo. Su propio ministerio es el prototipo. El es el verdadero siervo, que «no vino para ser servido, sino para servir».52 Y ahora nos llama a seguirle en la senda del servicio y a ser siervos de otros por amor a el. 53 Mas aun, 10 que es cierto del siervo, es cierto del pastor tambien. Jesus se describio a si mismo como el «buen pastor».54 En otras partes del Nuevo Testamento se 10 llama «el Principe de los pastores», «el gran pastor de las ovejas» y «Pastor y Obispo de vuestras almas».55 Luego, entonces, si los pastores son pastores subaltemos, hariamos bien en aprender del buen pastor, el gran pastor, el principe de los pastores. Es acertado que la parte del Evangelio designada para el servicio anglicano de ordenacion sea Juan 10.1-16, porque alIi el Senor describe en que consiste su ministerio, y como deberia ser el nuestro. El buen pastor, que moldea su ministerio teniendo en cuenta al buen pastor de ovejas, tiene por 10 menos siete caracteristicas. Primero, el buenpastor conace a sus ovejas. «A sus ovejas llama por nombre ... Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mias me conocen, asi como el Padre me conoce.»56 Claro que el antiguo pastor oriental era diferente en muchos sentidos de los pastores modemos en otras partes del mundo. La diferencia principal se debe al destino de las ovejas: para ser mantenidas por su lana, 0 para ser sacrificadas por su came. Debido a que en Occidente se las cria mayormente para la came, viven poco tiempo y no se establece ninguna relacion personal con el granjero. En Palestina, en cambio, dado que las ovejas se criaban para aprovechar la lana, y que se las esquilaba anualmente, el pastor las tenia a su cargo durante muchos anos, y, en consecuencia, se desarrollaba entre ellos una relacion de confianza e intimidad. El pastor llegaba a conocer a cada una y a llamarla por su nombre. Esta era por cierto la relacion entre Jesus y sus disdpulos. Conoda a sus ovejas personalmente. Como en el Antiguo Testamento Yahve llamaba a Abraham, Moises, Samuel y otros por su nombre, asi Jesus conoda y llamaba a la gente en forma personal. Cuando vio a Natanael que se acercaba y Ie dijo:

«He aqui un verdadero israelita, en quien no hay engano», Natanael Ie pregunto sorprendido: «LDe donde me conoces?»57 Jesus tambien llama a Zaqueo por nombre para que bajara del arbol sicomoro donde se ocultaba, y despues de la ascension llama a Saulo de Tarso por nombre en el camino a Damasco. 58 Y si bien en nuestra propia conversion no oimos ninguna voz audible, nosotros tambien podemos decir con sinceridad que nos llama personalmente. Quiza la primera y la mas basica caracteristica de los pastores subaltemos de Cristo sea la relacion personal que se crea entre el pastor y los miembros de nuestra iglesia local. Ellos no son nuestros clientes, pacientes, parroquianos, 0 los que nos votan. Tampoco podemos considerarlos (menos todavia) como nombres en un registro, 0 (peor aun) como numeros en tarjetas de computacion. Todo 10 contrario: son personas individuales, a quienes conocemos y quienes nos conocen a nosotros. Ademas, cada una de elIas tiene su nombre «propio», simbolo de su identidad personal, y los pastores genuinos se esfuerzan por recordar sus nombres. Hace muchos anos tenia yo dificultad para recordar los nombres de dos mujeres que concurrian juntas al servicio de la iglesia todos los domingos. En consecuencia, cuando las saludaba despues del culto, 10 mejor que podia hacer era saludarlas diciendo «ustedes dos». Esto se convirtio en una broma entre nosotros, con el agregado de que en esa misma epoca se Ie estaba dando bastante publicidad al avian norteamericano de reconocimiento «U2»b que fue abatido por la Union Sovietica. De modo que cuando estas mujeres comenzaron a firmar con «U2» sus cartas, puede imaginar ellector la vergiienza que senti. «Saluda a los amigos, a cada uno por nombre,» escribio Juan. 59 LQue pasos se pueden adoptar para solucionar el problema de la mala memoria? Yo he encontrado utiles dos metodos. Primero, es inutil preguntarles a las personas su nombre si no las reconocemos por el rostro, porque en ese caso nos quedamos con un eu.mulo de nombres en la mente sin rostros que los representen. En esta situacion nos parecemos al doctor W. A. Spooner,c del que se dice que se acerco a alguien en una fiesta y Ie dijo: «jRecuerdo perfectamente como se llama usted, pero no puedo recordar su rostro!» En lugar de proceder asi, es preferible aprender a reconocer el rostro primero, y entonces estaremos en condiciones de descubrir el nombre que Ie corresponde.

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El segundo metodo para recordar el nombre de las personas consiste en anotarlo y orar por ellas. Cuando Pablo les dijo a los tesalonicenses: «damos siempre gracias aDios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones,»60 nos queda la impresion de que tenia alglin tipo de lista. Es, indudablemente, la mencion sistematica de nombres de personas en oracion 10 que -de manera mas rapida y segura que cualquier otra- los fija en la mente y en la memoria. Olvidar el nombre de alguien es, muy probablemente, indicacion de que no 10 tenemos en cuenta en oracion. Jesus tambien indica que su relacion con su pueblo seria tanto redproca (<<conozco mis ovejas, y las mias me conocen»)61 como intima (<<asi como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre»).62 Habia algo transparentemente llano y franco en Jesus. No tenia nada que ocultar. Les dijo a sus disdpulos que el darse a conocer a ellos era senal de su genuina amistad. 63 Por supuesto que esto no significa que los pastores tienen que dar a conocer todos sus secretos a la congregacion; pero por 10 menos deberian estar dispuestos a dar el costoso y humillante paso de ceder parte de su intimidad y de permitir que se sepa que son seres humanos fragiles y vulnerables como todos los demas. Al mismo tiempo, en algunas culturas es posible aparecer como excesivamente atrevidos, e inc1uso presuntuosos, al pretender intercambiar nombres con la gente, porque el nombre simboliza la identidad personal y privada. Vincent Donovan descubri6 esto cuando estaba trabajando entre los masai en Tanzania. Al principio, ha escrito, «actue, naturalmente, sobre la base de mi trasfondo norteamericano, y no veia nada malo en el hecho de decirles mi nombre y preguntarles el de elIos.» Se Ie advirti6, sin embargo, que los masai consideraban que proceder asi era muy descortes. En publico, y ante los extranos, se vaHan de titulos 0 designaciones, no de nombres. Cierto dia un hombre de la tribu masai Ie dijo: «No ande esparciendo mi nombre. Mi nombre es importante. Mi nombre soy yo. Mi nombre es para mis amigos.»64 De modo que, cuando Vmcent Donovan se mudo a una zona nueva, adopto la costumbre de no averiguar el nombre de las personas ni dar a conocer el suyo. Luego, «despues de trabajar entre ellos un buen tiempo, y, quiza como regale de despedida, uno de los ancianos me dijo su nombre, y yo Ie dije el mio. Este intercambio me resulto gratificante. 'Mi nombre es para mis amigos' .»65 Pienso que en

Occidente tambien seria bueno cultivar algo de este respeto por las personas y sus nombres. Divulgar nuestro propio nombre y descubrir el de otra persona es algo que no deberiamos hacer ligeramente; porque equivale a dar por sentada una intimidad de relacion que, de hecho, en realidad corresponde a la familia de Dios. Segundo, el buen pastor sirve a sus ovejas. «Yo soy el buen pasto~ijo Jesus-. El buen pastor su vida da por las ovejas.»66 Esto es asf porque se dedica a su bienestar, y su vida toda esta dominada por las necesidades de elIas. La principal queja de Dios contra los Hderes de Israel era esta: «jAy de los pastores de Israel, que se apacientan a si mismos! lNo apacientan los pastores a los rebanos?»67 Ahora bien, las ovejas no son animales particularmente agradables. Nos hacemos un cuadro mas bien romantico de unas ovejitas lanudas y mimosas. Pero en su estado natural las ovejas no son nada limpias y padecen una diversidad de pestes. De alIi la necesidad de sumergirlas varias veces al ano en potentes soluciones qufmicas. Tambien tienen la reputaci6n de ser tontas. De modo que hay bastante trabajo sucio y servil en relaci6n con la tarea de pastorear; inc1uye la tarea de fortalecer a las mas debiles, de curar a las enfermas, de entablillar a las quebradas y de buscar a las extraviadas. 68 Jesus mismo entrego su vida por sus ovejas. No era ningun peon asalariado que hacia el trabajo por dinero. A elle interesaban genuinamente las ovejas, inc1uso hasta el punto de estar dispuesto a morir por elIas. Su gran amor 10 revelo su sacrificio y su servicio, ya que se sacrifico para servir a otros. Hoy los pastores necesitan este amor sacrificado y servicial en su ministerio, porque, al igual que las ovejas, los seres humanos pueden obrar con «perversidad y estupidez» y alejarse de la senda. Algunos pueden ser exigentes y desagradecidos, y nos resultara dificil amarlos. Pero entonces recordaremos que elIos constituyen el rebano de Dios, comprado con la sangre de Cristo y entregado a nuestro cuidado por el Espiritu Santo. 69 Y si las tres personas de la Trinidad estan dedicadas a lograr su bienestar, lcomo no hemos de hacer 10 propio nosotros? Es necesario que escuchemos las palabras que nos dedica Cristo, tal como las imagino Richard Baxter: «lAcaso no mOrl yo por elIas, y tu no las cuidaras? lEran dignas de mi sangre, yacaso no son dignas de tu esfuerzo? ... lTanto he hecho y sufrido yo

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por su salvaei6n, y estuve dispuesto a hacerte colaborador mio, y rechazanls esa pequena porei6n que esta en tus manos?»70 Tercero, el buen pastor guia a sus oveias. He aqui otra diferencia entre los pastores orientales y los occidentales. En Occidente los pastores raras veces guian 0 conducen a sus ovejas: las arrean desde atras con el uso de perros ovejeros preparados para ese fin. En contraste, el pastor palestino, dada su intima relaci6n con sus ovejas, puede caminar delante de elias, llamarlas, tal vez silbar 0 tocar una flauta, y elias 10 siguen. Chua Wee Hian, ex Secretario General de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangelicos, nos cuenta en su libro Learning to Lead sobre un guia arabe que estaba explicando esta tradici6n a unos turistas, quienes luego «vieron a un hombre a la distancia arreando a un pequeno rebano con un palo bastante amenazador». LEstaba equivocado el guia, por 10 tanto? «De inmediato detuvo al 6mnibus y ech6 a correr por el campo. Pocos minutos despues regres6, con una amplia sonrisa en la cara, y anunei6lo siguiente: 'Acabo de hablar con el hombre. Senoras y senores, el no es el pastor. jLa verdad es que es el camicero!'»71 La relaci6n de Israel con Yahve, especialmente cuando pasaron por el desierto, se asemeja al movimiento de las ovejas que siguen a su pastor: «Oh Pastor de Israel, escucha: Tu que pastoreas como a ovejas a Jose.»72 El israelita piadoso pensaba 10 mismo sobre Yahve: «Jehova es mi pastor; nada me faltara ... Junto a aguas de reposo me pastoreara...»?3 Jesus, el buen pastor, hizo suyo el mismo cuadro y 10 desarroll6: «Las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas liama por su nombre y las saca. Y cuando ha sacado afuera todas las propias, va delante de elias; y las ovejas Ie siguen, porque conocen su VOZ.»74 La reciprocidad esta clara. Si el buen pastor conoce los nombres de sus ovejas, elias, a su vez, llegan a conocer la voz de el. Los oidos cristianos estan sintonizados para oir la voz de Cristo. Desarroliamos una cierta sensibilidad hacia su mente y su voluntad. Gradualmente liegamos a conocer instintivamente 10 que Ie agrada y 10 que Ie desagrada. Y de este modo nos encaminamos por donde el guia y hacia donde eillama. Algo semejante vale para los pastores cristianos. Es nuestra solemne responsabilidad dirigir a la gente de tal modo que les resulte seguro seguimos. Es decir, tenemos que darles el ejemplo de manera consecuente y confiable. Es preciso que recordemos que Jesus trajo al mundo un nuevo estilo de liderazgo, a saber,

elliderazgo basado en el servicio y el ejemplo, no impuesto por la fuerza. El ap6stol Pedro capt6 esto y Ie hizo eco en su ensenanza: «Apacentad la grey de Dios que esta entre vosotros ... no como teniendo senorio sobre los que estan a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.»75 Lo cierto es que, para bien 0 para mal, nos guste 0 no, la gente va a seguimos. jEs aterrador pensar cuan poco discemimiento tienen muchas ovejas! Es por ello que es esencial guiar bien, ofrecer un buen ejemplo, sin dicotomia alguna entre 10 que predicamos y 10 que practicamos, a fin de no descarriarlas. En cuarto lugar, el buen pastor alimenta a sus ovejas. «Yo soy la puerta -dijo Jesus-. El que por mi entrare, sera salvo; yentrara, y saldra, y hallara pastos.»76 La preocupaci6n principal de los pastores es siempre que sus ovejas tengan suficiente alimento. Sea que se las crie para proporcionar lana 0 para dar came, la salud de las ovejas depende de que tengan pastos nutritivos. Por eso Jesus mismo como el buen pastor fue preeminentemente un maestro. Alimentaba a sus disdpulos con la buena comida de su instrucci6n. Hoy los pastores tienen la misma responsabilidad suprema. El ministerio ordenado es esencialmente un ministerio de la Palabra, en el que los sacramentos se entienden como «palabras visibles» (como los llam6 Agustin), que dramatizan las promesas del evangelio. El pastor es en primer lugar un maestro. Esta es la raz6n de las dos condiciones para el presbiterado, que se priorizan en las epistolas pastorales. Primero, el candidato debe ser «apto para ensenar».77 Segundo, debe ser «retenedor de la palabra fiel tal como ha sido ensenada, para que tambien pueda exhortar con sana ensenanza y convencer a los que contradicen».78 Estas dos condiciones van juntas. Los pastores han de ser tanto leales a la ensenanza apost6lica (la didaje) como tener el don necesario para ensenarla (didaktikos). Y ya sea que ensenen a una multitud 0 a una congregaci6n, a un grupo 0 a un individuo Oesus mismo ensen6 en estos tres contextos), 10 que distingue su labor pastoral es que se trata siempre de un ministerio de la Palabra. No hay nada que sea tan necesario hoy en dia, sea en las cansadas iglesias de Occidente 0 en las vibrantes iglesias de muchos paises del Tercer Mundo, como una exposici6n fiel y sistematica de la Escritura hecha desde el pulpito. «LMe amas?» pregunt6le Jesus a Pedro. Luego, «apaeienta mis ovejas».79 Demasiadas son las congregaciones que estan enfermas, e incluso famelicas, por falta del «alimento s6lido»80 de la Palabra de Dios. Mas aun, la meta

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ultima de nuestro ministerio pastoral es la de «presentar perfecto [mejor, «maduro»] en Cristo Jesus a todo hombre»81 como tambien «perfeccionar a los santos para la obra del ministerio».82 Seria diffcil imaginar una ambici6n mas noble que la de llevar al pueblo de Dios hacia la madurez y el ejercicio del ministerio, mediante nuestro ministerio de enseftanza. lC6mo, entonces, hacen los pastores para alimentar a sus ovejas? Hablando estrictamente, no las alimentan en absoluto. Por cierto que si un corderito que acaba de nacer resulta ser enfermizo, es posible que el pastor 10 tome en sus brazos y 10 alimente artificialmente con un biber6n. Pero normalmente el modo de obrar del pastor consiste en guiar a sus ovejas hacia los «buenos pastos» o hacia los <<pastizales de las altas montaftas» (VP),83 donde pueden pacer y alimentarse por su cuenta. Creo que no es traido de los cabellos ver en esto una parabola sobre una educaci6n pastoral s6lida. La alimentaci6n con cuchara 0 biber6n es para los nmos en Cristo. Para adquirir madurez en Cristo es preciso pasar a la alimentaci6n con pasturas. Cuando el predicador abre y expone las Escrituras, invita a la feligresia a entrar en ellas, con el fin de que se alimenten en este rico pastizal. Quinto, el buen pastor gobierna a sus ovejas, aceptando el hec~o de que tiene cierta autoridad sobre ellas. Me siento tentado a omitir esta dimensi6n, pero hacerlo indicaria falta de integridad. Elobispo Lesslie Newbigin tiene raz6n en su libro The Good Shepherd, cuando se queja de que «la figura del buen pastor se ha sentimentalizado».84 En el griego clasico se conoda al rey como el «pastor» de su pueblo, y la analogia del rey-pastor aparece con cierta frecuencia en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el pueblo Ie record6 a David que Dios Ie habia dicho: «Til apacentaras a mi pueblo Israel, y tu seras principe [«quien dirija y gobieme», VP] sobre Israel.»85 Mas todavia, con el tiempo el verbo griego GREEK WORD, que significa «pastorear un rebafto», se comenz6 a usar para un gobemante duro: «Los quebrantaras (0 «gobemaras», BAmg; LXX GREEK WORD) con vara de hierro.»86 Este versiculo se aplica en Apocalipsis a la autoridad de Jesus sobre las naciones como juez de ellas. 87 Esta claro que no tenemos libertad alguna para deducir de esto que los pastores han de ser autocraticos, ni para justificar el concepto medieval del obispo-principe. Por cierto que no; el lenguaje de la realeza (<<palacios», «tronos» y «reinados») es totalmente inadecuado con referencia al obispo-presbitero biblico. No obstante,

a la par del enfasis neotestamentario sobre el servicio humilde de los presbiteros, estan tambien las alusiones a su papel de liderazgo; al hecho de que, «en el Sefior», «os presiden», 0 «dirigen» (BA), en la iglesia local,88 y a la necesidad de que los fieles les «obedezcan» y se «sujeten a ellos»,89 si bien su autoridad se ha de ejercer por medio del ministerio de la Palabra y el ejemplo.90 Tambien resulta claro, por varios pasajes del Nuevo Testamento, que si se hace necesario ejercer disciplina, tiene que ser a traves de la congregaci6n local colectivamente, y no por medio de un pastor por su sola cuenta. 91 ~xto lugar, el buen pastor cuida a sus oYrias. El principal enemigo de las ovejas en la antigua Palestina era ellobo, feroz y depredador, ya sea que obrase solo 0 en manadas. Las ovejas no tenian defensa contra elios. Si el pastor era un mero asalariado, veia venir allobo y abandonaba a las ovejas a fin de escapar, de modo que ellobo podia atacar y desparramar a las ovejas. 92 S6lo el buen pastor se quedaba y arriesgaba su propia vida para defender y rescatar sus ovejas. No resulta diffcil interpretar la alegoria de Jesus. «Guardaos de los falsos profetas -habia dicho en otro lugar-. Vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.»93 Si las ovejas constituyen el pueblo de Dios, y los pastores son sus fieles pastores espirituales, luego los lobos son maestros falsos, y los peones asalariados los pastores infieles que no hacen nada por proteger al pueblo de Dios del error. Lamentablemente sigue habiendo lobos en el rebafto de Cristo en el dia de hoy, engaftadores que niegan algunas de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana hist6rica. Los pastores genuinos no se comportan como asalariados que se escapan. Les hacen frente a los lobos. Es una tarea costosa. Porque los pastores no pueden ahuyentar a los lobos gritandoles o agitando los brazos. Tienen que luchar con ellos, como hizo el joven David, tanto con un le6n como con un 050. 94 De modo semejante, es preciso que los pastores acepten el dolor y el peligro del combate cuerpo a cuerpo con los falsos maestros. Las denuncias vagas no bastan. En cambio, tenemos que estudiar su literatura, escuchar su enseftanza, lidiar con las cuestiones que plantean, con el fin de enfrentar sus argumentaciones en forma efectiva en nuestra propia enseftanza. Con todo, si bien se trata de un ministerio riesgoso, es a la vez un ministerio necesario y misericordioso. Las controversias no

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candidatos a buscar «a las ovejas de Cristo dispersas por doquier ... para que por Cristo puedan obtener su etema salvaci6n». Si fueramos a evitar esta responsabilidad, Dios volveria a expresar su queja de que «en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.»100 Y Jesus mismo nos diria a nosotros: «zBaje del delo a la tierra, para buscar y salvar 10 que se habia perdido, y hi no iras a la puerta vecina, 0 la pr6xima calle 0 aIdea a buscarlo?»lOl Por otra parte, si realmente salimos a buscar a la gente para acercarla a Cristo, estaremos participando en el regocijo celestial «por un pecador que se arrepiente».102

deberian deleitamos. No debe ser nunca mas que una obligaci6n desagradable. La Unica raz6n para enfrascamos en elias deberia ser la compasi6n para con las ovejas. El asalariado pone pies en polvorosa porque «no Ie importan las ovejas».95 S6lo porque el buen pastor se preocupa, y se preocupa profundamente, por el bienestar del pueblo al cual sirve, procurani tener la gracia y el valor necesarios para oponerse al error en la iglesia. Las ovejas sin pastor son f.kil presa de los lobos. zSe ha de decir del rebano de Dios en la adualidad que «andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo»?96 Por el contrario, si nos preocupan las ovejas, seremos vigilantes como aquellos pastores que «velaban y guardaban ... su rebafto» en los campos cerca de Belen. Cierto es que se dice a veces que debemos ser siempre positivos en nuestra ensenanza, jamas negativos. Pero no es asi. El mismo Jesus se opuso a los falsos maestros. Y los deberes del pastor no consisten solamente en ensenar «sana ensenanza» sino tambien en «convencer [0 «refutar»] a los que contradicen» [0 «se oponen» a ella].97 La tarea de alimentar a las ovejas y la de eliminar a los lobos no se pueden separar. En septimo lugar, el buen pastor busca a sus ovejas. «Tengo otras ovejas -dijo Jesus- que no son de este redi1; aquellas tambien debe traer, y oiran mi voz; y habra un rebafto, y un pastor.»98 Esta claro que por estas «otras ovejas» Jesus se referia a los extranjeros gentiles. Con todo, podia decir de ellas, las «tengo» y las «debo traer» al redil. Nosotros debemos emplear esa misma clase de seguridad en la tarea evangelizadora. Dondequiera que vivamos y trabajemos, podemos tener la seguridad que hay alli «otras ovejas» de Cristo, que ya pertenecen a el en los prop6sitos de Dios, y que elIas «[debe] traer», y esta resuelto a hacerlo. Esta manera de alcanzar a las personas que se encuentran alienadas y perdidas forma parte esencial del ministerio del pastor, aun cuando sea una tarea que corresponda mas propiamente a los miembros de la iglesia que viven y trabajan entre ellas. Cierto es que com1inmente distinguimos entre «evangelistas», que buscan a las ovejas perdidas, y «pastores», que se ocupan de alimentar a las que han sido encontradas. Pero estos ministerios se superponen parcialmente. Si Jesus, el buen pastor, no s6lo alimenta a las ovejas en su redil sino que se ocupa tambien de las que estan afuera,99los pastores subaltemos que aprenden de el deben hacer 10 propio. En el servicio de ordenaci6n anglicano el obispo exhorta a los

He aqui, entonces, el hermoso ideal del ministerio pastoral que pint6 Jesus. Dondequiera haya ovejas, ya sea perdidas 0 halladas, hacen falta pastores que las busquen y las pastoreen. Siguiendo el ejemplo del buen pastor de ovejas, los pastores espirituales se esforzaran por conocer y servir, guiar, alimentar, y gobemar a las ovejas del rebano de Cristo, para protegerlas de los lobos merodeadores y para buscarlas cuando se extravien. Y luego, por poco que hayan sido reconocidos, apreciados u honrados en la tierra, 0 que hayan querido serlo, recibiran del Principe de los pastores, cuando aparezca, «la corona incorruptible de gloria».103 El ideal pastoral ejemplificado en Jesus el buen pastor, ideal que el queria que fuese imitado por los lideres de las iglesias, se ha de complementar con dos modelos mas que, les dijo, debian evitar. Primero, estan los gobemantes seculares que «se creen con derecho a gobemar con tirania a sus subditos» y a hacer «sentir su autoridad sobre ellos». «Pero entre ustedes no debe ser asi -declar6 enfaticamente el Senor-, Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, debera servir a los demas.»104 Como 10 dijo T. W. Manson: «en el reino de Dios el servicio no es un esca16n para llegar a la nobleza; es la nobleza, la unica c1ase de nobleza ue se reconoce».105 egun 0, esus mst6 a sus disdpulos a no imitar a los fariseos. Los fariseos amaban tanto los lugares de honor (en los banquetes yen las sinagogas) como los titulos honorificos, porque estos eran senal del respeto servil del pueblo. «No hagan 10 que hacen ellos», dijo Jesus. A los lideres cristianos no se los ha de llamar «rabi» (maestro), «padre», 0 «amo». Es decir, no debemos adoptar hacia ningun ser humane en la iglesia, ni permitir que nadie adopte para con nosotros, una aditud de impotente dependencia, como

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hace el nmo con su padre, ni de servil obediencia, como el siervo con su amo, ni de acritico asentimiento, como el alumno con su maestro. Proceder asi, dio a entender Jesus, seria equivalente a usurpar las prerrogativas de la santa Trinidad (Dios nuestro padre, Jesus nuestro amo, y el Espiritu Santo nuestro maestro) y entorpecer las relaciones hermanables de la familia cristiana. 106 He aqui dos modelos contempoHlneos de liderazgo, uno secular (gobemantes) y el otro religioso (fariseos), que, no obstante, compartian la misma caracteristica basica: el hambre de poder y prestigio. Actualmente el modelo mas probable que se nos presenta para su emulaci6n es el de la dirigencia empresarial. Tambien ella es, con frecuencia, y a pesar de algunos paralelos aceptables, mas mundana que cristiana. Tenemos que estar prevenidos para que, a medida que declina en la sociedad la posici6n de los pastores, no procuremos compensarla exigiendo mas poder y honor en la iglesia. La marca esencial delliderazgo cristiano es la humildad, no la autoridad; el espiritu de servicio, no el sefiorio, y «la mansedumbre y ternura de Cristo».107 Cedere las ultimas palabras a Chuck Colson, el que antes de su conversi6n a Cristo prob6 en su propia persona el embriagador vino del poder: «La seducci6n del poder puede separar al mas r~suelto de los crisKanos de la verdadera naturaleza delliderazgo cristiano, el cual consiste en el servicio a los demas. Es dificil ararse ep un re esta para lavarles los pies a los que estan abajo.»108 Ademas, «nada distingue mas el reino del hombre del reino de Dios, que sus puntos de vista diametralmente opuestos sobre el ejercicio del poder. El primero procura ejercer control sobre la gente, el segundo servir a la gente; el rrimero rromueve el egocentrismo, el segundo rostra al yo; el primero busca prestigio y posicion, el segundo se ocupa de elevar al humilde y al despreciado.»109

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PARTE

V

EI mundo E

n la Parte IV nos ocupamos de la iglesia; en la Parte V vamos a ocuparnos del mundo. Es frecuente ubicar a «la iglesia» y «el mundo» en la misma categoria y, con mayor frecuencia todavia, se los contrapone entre sf. En todo caso, resulta difkil pensar en uno de estos h~rminos sin simultaneamente recordar el otro, porque, cuando menos en teoria, el mundo es la antigua comunidad caida, en tanto que la iglesia constituye la nueva sociedad redimida. lDe que modo, entonces, se relacionan entre sl estas dos comunidades? Se han propuesto varias opciones. Algunos te610gos, ansiosos por reducir las diferencias entre elIas, lIegan a identificarlas mediante el recurso de aplicar a todos los seres humanos indiscriminadamente el epiteto de «pueblo de Dios». Otros Began practicamente a la misma soluci6n siguiendo una ruta diferente. Permiten que el mundo Ie dicte a la iglesia los puntos de vista y los valores que deberia ostentar, hasta que la iglesia se parece al mundo y ambas entidades se vuelven virtualmente indistinguibles. Un tercer grupo se conforma con que la iglesia y el mundo vivan juntos, coexistiendo amigablemente, sin que la una invada el t~rritorio del otro 0 se inmiscuya en los asuntos del otro y Vlceversa. La cuarta posibilidad, sin embargo, es aquella que concibieron Jesus y sus disdpulos. Es que la iglesia tiene la responsabilidad impuesta por Dios de infiltrarse en el mundo, prestando 281


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EL MUNDO

atencion, por cierto, a los desaffos del mundo, pero a la vez ofreciendo su propio desaffo al mundo mediante la difusion de las buenas noticias en ese mundo, tanto con palabras como con hechos. El termino acertado para esta actividad es «mision». La «mision» es precisamente aquello para 10 cual Dios manda a la iglesia a infiltrarse en el mundo. Vamos a considerar cuatro aspectos importantes de ella. Primero (en el capitulo 18), nos ocupamos del tema del canicter unico de Cristo Jesus, indiscutiblemente el asunto mas importante y mas urgente que tiene ante sf la iglesia en todo el mundo en el dfa de hoy. LEs posible seguir aplicando a Jesus, y a la revelacion y redencion que segun Dios se dan a traves de el, vocablos tradicionales como «linico», «absoluto» y «final» 0 «definitivo»? LO hemos de rendirnos ante la presion de ese «pluralismo» que insiste en que Jesus no era mas que uno de una cantidad de Hderes religiosos, y que todas las religiones tienen su propia validez independientemente de las demas? Si es que Jesus era y es en su persona y obra ese ser unico, entonces estamos obligados a hacerlo conocer. Si no 10 es, luego se desmorona el principal fundamento de la mision cristiana y tendremos que abandonar nuestra ambicion de ganar al mundo para Cristo. En el capitulo siguiente (capitulo 19) procuraremos proponer toda la base biblica necesaria para la realizacion de la mision cristiana. Esto va mas alIa del caracter unico de Cristo, para llegar a ocuparse de la naturaleza de Dios mismo. Esto es asf porque la mision comienza en el corazon de Dios. El Dios vivo de la revelacion biblica es un Dios misionero. Un rapido vistazo a toda la Escritura demuestra que cada una de sus cinco secciones tiene un enfasis inevitablemente misionero. En el capitulo 20, titulado «Mision hoHstica», veremos que la comunicacion del evangelio por parte de la iglesia no puede hacerse en palabras unicamente, sino que tambien tiene que hacerse con obras. En la mision de la iglesia, como en la de 282

Cristo, las buenas noticias y las buenas obras van juntas.! Se desarrollara una argumentacion multiple en relacion con el concepto de que la responsabilidad evangelizadora y la social estan entrelazadas en los propositos de Dios; no deben ser divorciadas. En el ultimo capitulo de la Parte V (capitulo 21) volveremos a ocuparnos de Cristo, por cuanto no hay nada mas irnportante en 10 tocante a la mision cristiana, que una vision clara y fresca de el. Bajo el titulo de «La cristologfa de la mision», hemos de repasar los cinco eventos principales en la carrera salvifica de Jesus, de modo tal que comprendamos que cada uno de ellos tiene una dimension misionera. De ellos aprenderemos el modelo, el alto costo, el mandato, la motivacion y la urgencia de la mision a la cual hemos sido llamados.

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CAPITULO DIECIOCHO

La singularidad de Jesucristo

U

n asistente social en Nigeria visito en cierta oportunidad a un joven en una callejuela de la ciudad de Lagos. En su mesa de luz encontro los siguientes libros: la Biblia, EI libra de oraci6n comun, el Conin, tres ejemplares de La atalaya (la revista de los Testigos de Jehova), una biografia de Karl Marx, un libro de ejercicios de yoga y -10 que evidentemente necesitaba con mayor urgencia el pobre muchacho- un tomo en rustica titulado How to Stop Worrying [Como dejar de preocuparse].1 En 1966, en el dia en que se celebra la formacion de la Comunidad Britanica de Naciones (24 de mayo), se llevo a cabo el primer servicio multirreligioso en la iglesia de Saint Martin-in-the-Fields en Londres. En dicho servicio, hindues, budistas, musulmanes y cristianos participaron en igualdad de condiciones, haciendo cuatro afirmaciones en tomo a una supuesta fe comun. Ofrecieron cuatro lecturas de sus respectivas escrituras sagradas (el Tripitaka budista, el Bhagavad Gita, el Coran y la Biblia), y pronunciaron cuatro bendiciones, en una sola de las cuales se menciono el nombre de Jesus, por primera y ultima vez. La prensa secular se mostro entusiasta, anunciando el hecho como «un hito significativo en la historia religiosa». Pero los periodicos cristianos describieron el acto como «una traicion a la fe cristiana». Es poco probable que escribieran algo semejante en el ilia de hoy, porque en la actualidad se llevan a cabo servicios multirreligiosos de manera regular. Estos dos incidentes, el de Lagos y el de Londres, son ejemplos del espiritu de sincretismo. El doctor W. A. Visser't Hooft, el primer secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, ha definido el sincretismo como el punto de vista de «que no hay ninguna revelacion de caracter tinico en la historia, que hay muchos modos diferentes de a1canzar la realidad divina, que todas las formulaciones de la verdad 0 la experiencia religiosa son por su 285


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s610 una religi6n entre muchas, y a Jesus como s610 un salvador entre otros. Este es eillamado «ecumenismo mas profundo y mas grande, que abraza a toda la humanidad», de 10 cual el arco iris permanece como «un simbolo temporalmente ilimitado»,7

misma naturaleza, expresiones inadecuadas de esa verdad, y que es necesario armonizar hasta donde sea posible todas las ideas y experiencias religiosas con el fin de crear una religi6n universal para la humanidad».2 El doctor Visser't Hooft hab16 claramente al expresar su rechazo de este punto de vista. «Es hora de que los cristianos redescubran -prosigui6- que la medula misma de su fe es que Jesucristo no vino con el objeto de hacer una contribuci6n mas a los tesoros de la humanidad, sino que en el Dios reconcili6 al mundo consigo ... ».3 Sin embargo, desde la decada de 1960 el debate ha ido mas lejos. Hoy el desafio principal al entendimiento tradicional acerc~ de la singularidad de Cristo no es el «sincretismo», sino el «plurahsmo»; ya no es el intento de fundir las religiones del mundo en una sola creencia universal, sino el reconocimiento de la integridad de cada una de ellas en todas sus diversas particularidades. Las opciones que tenemos ante nosotros actualmente se sintetizan generalmente con los terminos «exclusivismo», «inclusivismo» y «pluralismo».4 El «exclusivismo» (desafortunado termino negativo, que da la impresi6n de querer excluir personas del reino de Dios) se usa para denotar el hist6rico punto de vista cristiano de que la salvaci6n no puede encontrarse en otras religiones, sino solamente en Cristo Jesus. El «inclusivismo» sostiene que la salvaci6n es posible para los adherentes de otras creencias, pero la atribuye a la obra secreta, y con frecuencia no reconocida, de Cristo. El Vaticano II abraz6 este punto de vista en su declaraci6n de que la obra salvifica de Cristo alcanza «no solamente a los cristianos, sino a todos los hombres de buena voluntad en cuyo coraz6n la gracia obra de modo invisible».5 El «pluralismo» va mas alla todavia, por cuanto sus defensores rechazan el exclusivismo como «presuntuoso» y «arrogante», y el inclusivismo como expresi6n de «superioridad» 0 «condescendencia». Mientras que la «pluralidad» simplemente expresa el hecho de que existen muchas religiones, el «pluralismo» afirma su validez independiente. Rechaza toda afirmaci6n de que el cristianismo sea «absoluto», «linico», «definitivo», «final», «normativo», «ultimo» o «universal». «El crecimiento ilimitado es un cancer, y asi seria una sola religi6~ cristiana que creciera incesantemente hasta abarcar a todo el orbe.»6 En contraste, el cristianismo se ha de ver como

lQue es 10 que tantas personas encuentran atractivo en el «pluralismo»? No estaremos en condiciones de contestarles hasta que los hayamos escuchado y hayamos luchado para comprender y palpar la fuerza de sus argumentos. Primero, esta la nueva conciencia global. Las amenazas al entomo natural, los mmores de un conflicto nuclear, y la incesante situaci6n provocada por la injusticia econ6mica entre el Norte y el Sur son factores que estimulan a la gente a desarrollar una perspectiva planetaria. La supervivencia misma de la raza humana pareceria depender de que aprendamos a vivir juntos y en armonia, y de que cooperemos para lograr el bien comlin. Todo 10 que nos divide, por consiguiente, incluidas nuestras religiones, se considera, comprensiblemente, de manera cada vez mas desfavorable. Como respuesta, los cristianos deberian encontrarse, por cierto, ala vanguardia de los que buscan la armonia global. Constituimos, por la creaci6n de Dios, un solo pueblo en el mundo. Deberiamos dedicamos a afianzar la paz intemacional, la democracia participativa, los derechos humanos, las relaciones comunitarias, la responsabilidad ambiental y la busqueda de un nuevo orden econ6mico intemacional. Mas todavia, los que pertenecen a razas y a religiones diferentes pueden y deberian cooperar en estos tipos de testimonio y acci6n social, y algunos 10 hacen. Con el fin de hacedo, sin embargo, no es necesario renunciar a nuestra creencia en la singularidad de Jesucristo. Seria necio buscar la unidad a expensas de la verdad, 0 la reconciliaci6n sin Cristo el mediador. Ademas, Cristo inevitablemente divide y a la vez une a la gente. Cristo dijo que no habia «venido para traer paz, sino espada».8 Comprendi6 que seguiria habiendo conflictos en tanto la gente se pronunciaba a favor 0 en contra de el. Segundo, esta la nueva valoraci6n de otras religiones. Las comunicaciones modernas (especialmente la televisi6n y los viajes) han hecho que el mundo se encoja. Actualmente tenemos como vecinas a personas con creencias y costumbres extranas,

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Argumentos a favor del pluralismo


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que hasta hace poco vivian en lugares remotos; incluso entran en nuestras casas ... en la pantalla, si no en persona. Esta es «para muchos hoy en dia, una nueva experiencia de la realidad».9 Los libros sagrados de otras creencias, traducidos a nuestras lenguas, estan f.kilmente a nuestra disposici6n en la actualidad. Ya medida que nos vamos familiarizando con las religiones del mundo, 10 que el profesor John Hick ha llamado sus «inmensas riquezas espirituales» han «tendido a corroer la credibilidad. del an~iguo exclusivismo cristiano».l0 Mas min, algunas creenClas anhguas estan dando muestras de un resurgimiento, justamente cuando se comienza a percibir que el cristianismo, que declina en Occidente, «no ha logrado quebrar el poder de las grandes religiones hist6ricas» .11 Deberiamos congratulamos por el conocimiento mas completo que se tiene actualmente sobre las creencias del mundo, incluso el conocimiento adquirido mediante el estudio comparativo de las religiones en las escuelas. Pero si descubrimos «riquezas» en otras religiones, tambien discernimos mas claramente el caracter absolutamente tinico de Jesucristo, como veremos mas adelante. «El hacer afirmaciones exclusivas a favor de nuestra tradici6n particular --escribe Stanley Samartha- no es la mejor forma de amar a nuestro pr6jimo como a nosotros mismos.»12 Pero todo 10 contrario, es la mejor y mas elevada forma de expresar el amor al pr6jimo, si el evangelio es la verdad. Si 10 es, no podemos decir que amamos a nuestro pr6jimo si 10 dejamos en la ignorancia en cuanto a Cristo. En relaci6n con la vitalidad de otras religiones y el relativo fracaso del cristianismo, estas cuestiones no deberian llevamos a la conclusi6n de que el evangelio no es verdad, sino mas bien al autoexamen, al arrepentimiento, a la enmienda de la vida y ala adopci6n de mejores formas de compartir con otros las buenas nuevas. Tercero, esta la nueva modestia poscolonial. Durante cuatro siglos Occidente domin6 al mundo en 10 que concieme a 10 politico, 10 militar, 10 econ6mico y 10 cientifico, y, por aftadidura, dio por sentada su superioridad moral y espiritual. De hecho, «la actitud [cristiana] hacia otras religiones ha sido moldeada por la mentalidad colonial».13 El fin de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, anunci6 el fin de la era colonial. Cuando Occidente experiment6 un profundo cambio cultural, «de una posici6n de clara superioridad a otra de abrupta paridad», se dio un cambio 288

paralelo de la conciencia teo16gica. «Esta situaci6n dramatica ha impuesto ... una nueva comprensi6n de las interrelaciones de, las ~eligiones, un nuevo eq~ilibrio de poder espiritual, por aSl deClrlo, en ~odas», ha escnto el profesor Langdon Gilkey. Nos ha empuJado a todos de la «superioridad» hacia la «paridad».14 Por 10 tanto, seguir sosteniendo la universalidad cristiana, se afirma, equivale a volver a la antigua mentalidad imperialista. Por cierto que resulta embarazoso para nosotros en Occidente tener que reconocer que durante estos siglos de expansi6n colonia!, la co~q~ista territorial y espiritual, la politica y la religi6n, el fusI1 y la Blbha,la bandera y la cruz, anduvieron de la mano, y que los representantes del poder imperial con frecuencia desarrollaron actitudes de soberbia superioridad hacia aqueHos a quienes gobernaban. Pero el termino «superioridad» es bastante escurri~izo. Puede describir un aire de intolerable engreimiento, y es preCIso que nos arrepintamos de todo vestigio de esta actitud. Pero la empresa misionera cristiana, al procurar ganar para Cristo adherentes de otras religiones, no expresa en si misma una actitud de arrogancia; mas bien, indica una profunda y humilde convicci6n de que el evangelio es superior a otras creencias, porque es la verdad revelada de Dios. La atracci6n del pluralismo es mas, sin embargo, que una preocupaci6n por la armonia global, una valorizaci6n de otras religiones, y un deseo de demostrar modestia poscolonial. Tiene rakes mas profundas todavia, que los doce colaboradores de The Myth of Christian Uniqueness han examinado. Estos estudiosos se han descrito a si mismos como quienes han «cruzado un Rubic6n teo16gico», no s6lo del exclusivismo al inclusivismo, sino del inclusivismo al pluralismo,15 y nos hablan sobre los tres «puentes» que los han llevado a efectuar el cruce. Al primero 10 Haman el puente hist6rico-cultural, 0 de la relatividad. Desde que la gente comenz6 a aplicar la teoria general de la relatividad de Einstein, mas aHa de la ffsica, a otras esferas (incluida la religi6n), no parece haber quedado nada con caracter absoluto. Un estudio hist6rico y comparativo de las religiones, sostiene el profesor Gordon Kaufman, sugiere que estas son simplemente «creaciones de la imaginaci6n humana»,16 cada cual desde su particular perspectiva cultural. Siendo esto asi, la teologia cristiana debe abandonar toda afirmaci6n de poseer la verdad absoluta 0 289


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final, y entenderse, en cambio, como «~a im~?inativa resl?uesta humana a la necesidad de encontrar onentaclOn para la ~lda en una situaci6n hist6rica particular» Y El profes.or Tom Dnver. ~a mas alIa todavia, y dec1ara que «inc1uso la Escntura ... es creaClOn de nosotros los seres humanos».18 Pues bien, por supuesto que nosotros tambien afirmam~s que la Biblia es un libro culturalmente condicionado, :n el senhdo d~ que cada uno de sus autores perteneda a su propla c/ultur.a partIcular y hab16 a partir de ella. LPero acaso es :st~ enfasls e~ el trasfondo humano, hist6rico, y cultural de la BlblIa una eXI:lIcaci6n completa de su naturaleza? iPor cierto que no! Como Vl?,OS en el capitulo 10, hay buenas razones par~ creer en la patemldad dual de la Escritura, a saber, que por detras de los autores hum~­ nos estaba el autor divino, quien dio a conacer su Palabra por ~ed~o de las palabras de ellos, y que su Palabra trasciende tanto la hlstona como la cultura. Puede ser que otras religiones pudiesen ser descritas (cualesquiera sean sus pretensiones) c~mo «productos de la imaginaci6n humana». Pero 10 que sos~lenen la fe y la afirmaci6n cristianas hist6ricas es que el evangelIo es producto de la revelaci6n divina, si bien mediada por la mente y la boca de los autores humanos. El segundo «puente» que atr~vie~a el «Ru?ic6n teo16gico» s~ designa teo16gico-mistico 0 del mlsteno. Es dec~r, h~y en t?da relIgi6n algu.n sentido de 10 Trascendente 0 ex~er~encla de !?lOS. ~ero siendo Dios mismo infinito e inefable, esta slempre mas alIa de nuestras aprehensiones de el. Nuestras teo~og~as son s6lo «imagenes conceptuales de Dios», y «como otra~ Imagene~, cada una de elIas puede ser maS 0 menos digna de~ S~Je~o», esc:lbe el p:ofesor Wilfred Cantwell Smith. No hay, en prmClplo, proslgue, «nmguna diferencia fundamental ... entre una doctrina y una estatua». Aquella es una imagen intelectual de Dios, es~a una imagen visual. «Esta mal que nuestro intelecto absoluhce la obra de sus propias manos,» po:que «ta~to la teologia co~o el ~rte proporcionan aprehe~slOn~srelati/vas de 10 ~bso~uto», a?~olUhZar nuestra imagen de DIOS es Idolatna. 19 Va mas alIa todavla. (:E~ 9ue los cristianos piensen que el cristianismo es verda~e.ro, 0 ~efinl~lvo, o salvifico, es una fonna de idolatria. El que los cnshanos lffiagmen que Dios ha construido el cristianismo ..., antes q~e pensar que ell ella/ ello nos ha inspirado a nosotros a constrUlrlo ... esto es idolatria. »20 290

Como respuesta, por cierto que estamos de acuerdo en que Dios es la Realidad Trascendente mas alIa de toda posible imaginaci6n, aprehensi6n 0 descripci6n humana. Las palabras no pueden capturar, y menos contener, a Dios. Dado que el es infinito, jamas llegaremos a conocerle plenamente, sino que pasaremos la etemidad explorando y adorando su insondable ser. No obstante, el decir que continua siendo un misterio es hacer una afirmaci6n incompatible con la afirmaci6n de que el se ha revelado a si mismo. Mas alin, su Palabra encamada en Jesus, y su Palabra escrita en la Escritura, tienen una posici6n normativa para todos los creyentes cristianos. jEs un tanto extraordinario que los colaboradores de The Myth [ellibro que esta comentando el autor] consideren a todos los cristianos de todas las iglesias a 10 largo de dos milenios, que han creido en la singularidad de Jesus, como id6latras! Si se refieren al «cristianismo» como una construcci6n humana, entonces, quiza, absolutizarla podria convertirse en idolatria. Reconocer el caracter final y absoluto de Cristo mismo, sin embargo, no es idolatria sino autentico cuIto de adoraci6n. Tercero, esta el puente etico-practico, 0 el de la justicia. Los cuatro colaboradores de la Parte III de The Myth ofChristian Uniqueness se sienten indignados por los sufrimientos de los oprimidos y unidos en su compromiso con la justicia social. Tomando una serie de conceptos de la teologia de la liberaci6n, el profesor Paul Knitter escribe que «una opci6n preferencial por los pobres y los que no son considerados personas 0 seres humanos, constituye la necesidad y el prop6sito principal del dialogo interreligioso». En otras palabras, el pluralismo no es un fin en si mismo, sino un medio para llegar al fin, que consiste en liberar a los oprimidos. Esta es una tarea demasiado grande como para que la cumpla una sola religi6n, raz6n por la cual «un movimiento mundial de liberaci6n requiere un dialogo interreligioso mundial».21 Los colaboradores de The Myth tambien creen que el unico criterio posible mediante el cual juzgar 0 «c1asificar» las religiones no tiene que ser ni doctrinal ni mistico, sino etico, vale decir, considerando su efectividad para promover el bienestar humano. Hemos de estar de acuerdo en que las cuestiones contemp0f<1.neas de la justicia social deberian constituir una tremenda preocupaci6n para todos los cristianos, dado que reconocemos la dignidad de los seres humanos como personas hechas a imagen de Dios. Por 10 tanto, deberiamos avergonzamos de que los cristianos 291


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evangelicos hayan tendido, en el curso del presente siglo,. a mantenerse en la retaguardia, en lugar de ocupar la vanguardla, entre los reformadores sociales. No tenemos mohvo para ?ponem?s a la propuesta de que se evalue a las religione~, inc1mdo el cnstianismo de conformidad con sus logros sOClales, por cuanto sostene~os que el evangelio es el poder ~e Dios para transformar tanto a los individuos como a las comumdades. ~l h~cho de que hemos experimentado este poder en nue~tra propla vIda y hemos visto que obra constructivamente en la hlstona humana, hace que no podamos estar de acuerdo con la evalua.cion dec.idid~m~nte negativa del profesor Hick en cuanto al re 9lstro sOCl~l C~l~hano como «una compleja mezc1a de elementos vahosos y pefJudlClales», ·, 22 ni mejor ni peor que el de otras re1IgIOnes. . En suma, nuestra respuesta a las seis raz?nes que exphcan por que a algunos les resulta atractivo el plurahsmo es, en cada ~aso, fundamentalmente la misma. Dan por sentado 10 que en reahd~d hay que probar en relacion con la verdad; nosotros, en camb.IO, queremos recalcar la cuestion de la verdad. lS~ ha revelado ~IOS en forma plena y definitiva en la persona de Cnsto y en el teshmonio bfulico total sobre Cristo, 0 no? (1) Estamos de acuerdo en cuanto a la busqueda de armonia global pero no a expensas de la verdad. (2) Estamos de acuerdo en que un mayor conocimiento de otras religiones resulta enriqu~cedor: pero al compararlas no podemos dejar de sostener que Cnsto aflfma ser la verdad. ., (3) Estamos de acuerdo en que ~as actit~de~ ~olomahstas de superioridad constituyen arroga~C1a, pero mSlshmos, de todos modos, en que la verdad es supenor a la falsedad., .. (4) Estamos de acuerdo en que la Escr~tura esta ~ondlclonada culturalmente, pero afirmamos que a traves de ella DIOs ha dado a conocer su Palabra de verdad. (5) Estamos de acuerdo en que el misterio ultimo de Dios e~ta mas alIa de la aprehension humana, pero sostenemos que DlOS realmente se ha revelado en Cristo. (6) Estamos de acuerdo en que el servir a los pobres forma parte esencial de nuestro llamado cristiano, pero tamblen somos llamados a dar testimonio de la verdad. Seglin la profesora Rosemary Radford. Ruet~er, «la idea de que el cristianismo, 0 inc1uso los credos bfuhcos, e~e~cen un ~~no­ polio de la verdad religiosa equivale a un chauvmlsmo rehgIOso 292

absurdo.y.atroz».23 Si por «~onopolio» la autora quiere decir que otras rehgIOnes no poseen nmguna verdad, 0 que los cristianos se guar~an la revelacion de Dios para ellos y no la comparten, tal vez podn~mos ac:ptar sus estridentes palabras. Pero si por «mono~o~?» se refiere ala. creencia de que Dios se ha revelado plena y defimhvamente en Cnsto, entonces esto no es ni atroz ni absurdo sino por el contrario, una fe cristiana humilde, sabia, sobria ~ debidamente meditada. Por cierto que serra arrogante, inc1uso «atroz», si pretendieramos que. nuestras propias opiniones falibles y experiencias limitadas tuvle:an caracte: linico 0 ~e.finitivo. Pero no es asi. Como 10 expreso el ObISpO Lesshe Newblgm en su sermon al conmemorarse el quincuagesimo aniversario de la Conferencia Misionera de Tambaram en 1988: 5i, en efecto, es cierto que el todopoderoso Dios, creador y sustentador de todo cuanto existe en el cielo y en la tierra, se ha humillado -en un momenta y lugar conocidos de la historia humana- de tal modo que se ha hech~ parte de nuestra humanidad pecaminosa, y que ha sufrido y ha padeCldo una muerte vergonzosa para quitar nuestro pecado, y se ha levantado de entre los muertos como primicias de una nueva creacion, si esto es un hecho, entonces sostenerlo no es arrogancia. P~rmanecer cal1a~o sabre todo esto es traicion a nuestros semejantes. 51 realmente es clerto, como que 10 es, que «el Hijo de Dios amo al mundo y se entrego par n:i», Lcomo puedo estar de acuerdo en que este sorprendente acto de Incomparable gracia se incluya meramente como parte de un programa para el «estudio comparativo de las religiones» ?24

La singularidad de Jesucristo . Resulta :sencial ac1arar, desde el comienzo mismo, que los crishanDs soshe~e.n e.l caracter ~ico y definitivo solo para Cristo, y no para el cnsharusmo (en nmguna de sus muchas formas institucionales 0 culturales). Presento tres testigos para fundamentar esta dec1aracior:, que provienen respectivamente de Africa, Asia, y Europa. Pnmeramente, el profesor John Mbiti de Kenia ha escrito como sigue: «El caraeter unico del cristianismo reside en JesucristO.»25 Mi testigo asiatico es el sadhu Sundar Singh, el mistico y evangelista cristiano de la India. Criado en un hogar sikh, 293


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se convirtio a Cristo en la adolescencia, y posteriormente se hizo sadhu 0 sea santo itinerante. Estando de visita cierto dia en un colegio hindu, un profesor agnostico que ensenaba .re~igi?nes comparadas Ie pregunto que fue 10 q.ue er:c?~tro en el c~lstianIS~O que no habia encontrado en su propla relIgIOn de la antigua India. «Tengo a Cristo», contesto. «Si, ya 10 se -dijo el p~ofesor, algo impaciente-. Pero, lque principio 0 ~octrina en espeCIal ha encontrado que no tenia antes?» «Lo espeCIal que he encontrado --contest6-- es Cristo.»26 El testigo europeo que ofrezco es e~e muy viajer~ y eru~ito anglicano, el fallecido obispo Stephen NellI. Neill enfahzab.a vlvamente la centralidad de Cristo en el debate con el plurahsmo. En su excelente libro Christian Faith and Other Faiths,v que fue remplazado por Crises ofBelief, escribio: «El an:iguo dich? de qu~ '~l ~ristianis~o es Cristo' es casi exactamente clerto. La figura hlstonca de Jesus de Nazaret es el criterio por el cual se ha de juzgar toda afirmacion • • 28 L cristiana y a la luz de la cual se mantie~e en PI~ ? cae.» uego, cuando se acercaba al final de su ampha y sensltiva respuesta al judaismo, al islam, al hinduismo, al budismo, a las religiones pri~~­ tivas y al secularismo, respuesta en la qu~ se enfr~ntaba a.los.cnticos del cristianismo con toda honeshdad, hlZO la slgUlente pregunta:

P~r 10 tanto, lque pensaban sobre ellos cristianos primitivos? Le dIeron ~uchos no~bres y titulos. Con frecuencia es simplemente «Jesus» 0 «Cnsto», 0, cuando se combinan su nombre humane y su titulo divino, «Jesus (el) Cristo». A menudo, por otra parte, se agrega «el Senor», ya sea «el Senor Jesus», 0 «Cristo el Senon>,o «el Senor Jesucristo». Pero cuando se menciona su titulo completo, es «nuestro Senor y Salvador Jesucristo». Aparece, por ejemplo, en la conclusion de la segunda Calia de Pedro: «Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Senor y Salvador Jesucristo.»31 Con esta designacion completa se dan a entender tres afirmaciones claras y distintivas; a saber, que Jesus es Senor, que Jesus es Salvador, y que Jesus es nuestro. Todas estas afirmaciones declaran su cankter unico.

Jesus es Senor Ya hemos considerado en el capitulo 5 el hecho de que Kyrios Jesous (<<Senor Jesus») es el mas antiguo de todos los credos

Lo que sostenemos, por 10 tanto, no es solo que Jesus fue uno de los grandes lideres espirituales del mundo. Resultaria totalmente grotesco referi~os a el como «Jesus el Grande», comparable a Alejandro Magno (0 el Grande), Carlomagno (0 el ~~an~;) 0 N~po­ leon el Grande. Jesus no es «el Grande»; es el unlCO. No tiene pares, ni rivales, ni sucesores.

cristianos. Da testimonio fehaciente de la encarnacion, por cu~nto :s .una afirmacion de !a identidad del Jesus humane y el Sen~r d~v.mo. La palabra kyrlOs se usaba con una gran variedad de slgmflcados. Por una parte, se usaba simple mente como titulo de cortesia (<<senor»), 0 para designar al dueno de cualquier tipo de propiedad. Por otra parte, se uso en todo el periodo griego clasico con referencia a los dioses, a quienes de e~te m.odo se les reconocia autoridad sobre la naturaleza y la hlstona. Luego se comenzo a usar para los gobernantes hun;ano~, esp:cialmente el emperador (Kyrios Kaisar), y era la paraf~asls corr~er:te que emplearon para Yahve los eruditos que traduJeron la Blbha hebrea al griego. El hecho de que se comenzo a usar en el Nuevo Testamento para el Cristo resucitado,32 con la idea de que sus seguidores eran sus esclavos destinados a adora~lo y obedecerlo, es una indicacion clara de que reconocian su deldad. Resulta tanto mas sorprendente que sus primeros disdpulos judios usaran este epiteto, por cuanto eran tan decididamente monoteistas como 10 es cualquier musulman en el dia de hoy. Recitaban diariamente el Shema, confesando que «el Senor nuestro Dios es el unico Senor».33 Y a pesar de esto, intrepidamente llamaban a Jesus Senor y 10 adoraban como aDios.

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.Alguna vez han contemplado realmente a Jesucristo nuestros rnterlocutores, tratando de verlo tal cual es? Porque, si tomarnos en serio los Evangelios ... Jesus no se parece en absolu~o a ninguna otra persona que jamas haya vivido. Las cosas que dIce ac~r~a de Dios no son iguales a los dichos de ningun otro maestro relIgIOso. Las afirmaciones sobre sf mismo no son iguales a las que se han hecho en relaci6n con ningun otro maestro religioso. Sus crfticas a la vida y la sociedad humanas son mucho mas drasticas .que las que jamas hayan hecho otras personas. Las demandas que .lmpuso a sus seguidores son mas exigentes que las de cualqUler otro maestro religioso. 29


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No hay nada semejante en ninguna otra religi6n. Los );tdios siguen negando la deidad de Jesus, por supu~~to. Tam~le~ los musulmanes. Entendiendo mal la encarnaClOn en termm?s en el Coran: «No permlta g roseramente ffsicos, Mahoma escribi6 ·· 34 h Ala que el mismo engen d re un 1)0.» .,., El budismo primitivo 0 c1asico no tenia n~gun.~l,OS, ~l culto alguno de adoraci6n. Al Buda no se Ie acordo posICIon ~l ~onor divino hasta unos 500 aftos despues de su muerte. Por conslgUlente, no podemos aceptar el paralelo que traza el profesor Hick cuando escribe: «La 'budalogia' y la cristologia se desarrollaron de n:odos semejantes.»35 Es decir, Buda y Cristo «lIegaron ~,ser c~r:sldera­ dos» encamaciones, como resultado de la devoClOn rehglOsa de sus seguidores. La comparaci6n no es a~ecuada, sin emb~rgo, porque los propios contemporaneos de Jesus 10 llamaban «Senor», mientras que transcurri6 medio milenio antes de que se comenzara a adorar a Buda como Dios. El hinduismo, por cierto, afirma tener una ca~tidad de ava.tara 0 «descendientes» divinos, en los que se dIce que el dlOS Visnu apareci6 en la persona de Rama, Krisna y otr.os. En el Bhagavad Gita Krisna Ie dice a Arjuna que con f.recuenCl~ a.dopta forma humana: «He nacido muchas veces, AfJuna .. , Sl bIen no he nacido, soy imperecedero, y soy el Senor de todo, acudo a mi reino de la naturaleza mediante mi maravilloso poder y aparezco en forma humana.»36 Quizas se~ m~s llan: ativa la afirmaci6n de Ramakrisna, el reformador hmdu del slglo XIX, quien dijo de si mismo que era «la misma alma que habia nacido antes como Rama, como Krisna, como Jesus 0 como Buda, . 37 nacido nuevamente como Rama k nsna». Pero «encamaci6n» no es una versi6n adecuada 0 acertada del vocablo sanscrito avatar: tiende a ocultar las dos diferencias fundamentales entre la afirmaci6n hindu y la cristiana. Primero, tenemos la cuesti6n de la historicidad. Los avatara de Visnu pertenecen ala mitologia hindu. El hin~uis,mo es un~ religi~n etica, mistica y filos6fica, y para los hmdues r:o hene mngu~a importancia el que los avatara re~lmente ocurner~n.~ no.. El, C~lS­ tianismo, sin embargo, es esenClalmente una rehglOn hlstor~ca, basada en la afirmaci6n de que la encamaci6n de Dios en Jesucn~to fue un acontecimiento de la historia, que tuvo lugar en Palestma cuando Augusto era emperador de Roma. Si se pudiera negar su historicidad, se destruiria el cristianismo.

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La segunda diferencia radica en la pluralidad de los avatara. Krisna hablaba de sus multiples, inc1uso «frecuentes», renacimientos. Pero la «encarnaci6n» y la «reencarnaci6n» son dos conceptos fundamentalmente distintos. Los avatara eran manifestaciones temporarias 0 corporizaciones de Visnu en seres humanos. Pero ninguno de ellos comprendia una real asunci6n de humanidad por la divinidad, ni es central para el hinduismo en modo alguno. Lo que sostiene el cristianismo, por contraste, es que en Jesus de Nazaret Dios adopt6la naturaleza humana para si una vez para siempre y por todos; que su encamaci6n en Jesus fue un acto decisivo, permanente e irrepetible, el momento crucial de la historia humana y el comienzo de una nueva era; y que a la diestra de Dios «Jesucristo hombre» se encuentra reinando hoy, todavia ser humane a la vez que divino, si bien actualmente su humanidad ha sido glorificada. Habiendo asumido nuestra naturaleza, jamas la ha abandonado y jamas 10 hara. De modo que el primer aspecto del canicter unico de Jesus es que el es Senor. Es la «Palabra» 0 el «Hijo» etemo y personal de Dios, que se hizo ser humano. Consecuentemente, «en el [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad».38 El es el soberano regidor del universo y de la iglesia. Cierto es que ejerce su gobiemo sobre la base de su humilde amor, por cuanto el Senor se hizo siervo y les lav6 los pies a sus disdpulos. Con todo, el lugar que nos corresponde a nosotros es postrados a sus pies.

Jesus es Salvador La segunda afirmaci6n que esta inc1uida en el titulo completo de Jesus es que es Salvador. Por cierto que el divino Senor es el divino Salvador. Ademas, si bien a muchas personas hoy en dia les resulta desagradable el vocabulario de la salvaci6n, de ningtin modo podemos deshacemos de el, porque el cristianismo es en esencia una religi6n de rescate: anuncia las buenas noticias de salvaci6n. Como 10 vienen expresando desde hace siglos las iglesias en el Credo niceno, «por nosotros los hombres (seres humanos) y por nuestra salvaci6n baj6 del cielo...». Ahora bien, «salvaci6n» es una palabra abarcadora, que comprende la totalidad del prop6sito redentor de Dios para sus criaturas alienadas. En una palabra, como vimos en el capitulo 2, salvaci6n es libertad, con los correspondientes aspectos positivos y negativos.

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Induye liberaci6n del justo juicio de Dios sobre nuestros pecados, de nuestra culpa y de nuestra conciencia de culpabilidad, para iniciar una nueva relaci6n con el, por la que nos convertimos en hijos reconciliados y perdonados, y por la que llegamos a conocerle como nuestro Padre. Es liberaci6n de la amarga esdavitud del sinsentido, para adquirir un nuevo sentido de prop6sito en la nueva sociedad de amor instituida por Dios, en la que los postreros son los primeros, los pobres son los ricos, y los mans os son los herederos. Es liberaci6n de la tenebrosa prisi6n de nuestro propio egocentrismo, para entrar en una nueva vida de realizaci6n propia mediante el servicio desprendido. Y algun dia ha de induir la liberaci6n de la futilidad del dolor, la desintegraci6n, la muerte y la disoluci6n, para ingresar en un nuevo mundo de inmortalidad, hermosura, e inimaginable gozo. Todo esto -iY mucho mas!- es 10 que comprende el termino «salvaci6n». Con el objeto de asegurar estas grandes bendiciones, Jesucristo vino al mundo, muri6 en la cruz y volvi6 a vivir. El, y no nosotros, tom6la iniciativa: «el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar 10 que se habia perdido.»39 Se asemej6 a un pastor de ovejas, a las que dej6 solas con el fin de buscar la que se habia perdido. Lejos de abandonarla, basandose en la esperanza de que regresara por su cuenta, balando y tropezando, arriesg6 su propia vida para salir a buscarla. 40 De hecho, «el buen pastor» realmente dio su vida por sus ovejasY Deliberada y voluntariamente Jesus fue hacia la cruz con el prop6sito de identificarse con nosotros. Dios en Cristo ocup6 nuestro lugar, llev6 nuestros pecados, asumi6 nuestra culpa, cumpli6 nuestra pena, muri6 nuestra muerte, con el fin de que nosotros fuesemos perdonados y re-creados. Y luego fue levantado de la muerte en un acto sobrenatural, con el fin de revertir el veredicto humano que pesaba sobre el y de vindicar su persona divina-humana y su obra salvifica. Tambien esto es unico. No s6lo en su encarnaci6n, sino tambien en su muerte expiatoria y su resurrecci6n hist6rica, se deja ver su singularidad. Todo este concepto de un Dios de gracia (que se neg6 a condonar nuestros pecados, y tampoco quiso imponer sobre nosatros el castigo correspondiente, que, en cambio, tom6la iniciativa de rescatarnos, se entreg6 a si mismo a sufrir la vergiienza y el dolor de la muerte en la cruz, y quebr6 el poder de la muerte mediante su resurrecci6n), carece de paralelo alguno en otras creencias. «Si alguna otra religi6n tiene algo remotamente semejante a 298

las doctrina~ de la enc~rnaci6ny la expiaci6n... -escribi6 el obispo Stephen Neill- todavIa me falta descubrirla.»42 Pero no es posible encontrar ninguna. Emil Brunner tenia raz6n de referirse al «confiado optimismo de todas las religiones no cristianas», que ensen~ diversas ~orm~s de autosalvaci6n, en tanto que en el evangelio todo el enfasls recae sobre el «movimiento» de gracia pr~~iciadopor Dios mismo para con los pecadores, y en la desesperaClon humana como «la antecamara de la fe».43 El budismo ve la situaci6n humana no tanto en relaci6n con el pecado, sino en relaci6n con el sufrimiento y el «deseo», en el que ve la raiz del sufrimiento. La liberaci6n llega solamente por medio de la abolici6n del deseo, sobre la base del esfuerzo propio. No hay Dios ni Salvador. «Esfuercense sin cesar», fueron las ultimas palabras del Buda a sus disdpulos antes de morir. El h~duismo filos6fico ubica nuestro problema en la maya, entendlda generalmente como la «ilusi6n» de nuestra experiencia de espacio y tiempo. El hinduismo popular, por otra parte, ensena la doctrina inflexible de la karma, la retribuci6n mediante la reencarnaci6n. Cada cual ha de comerse el fruto de sus propios errores, en vidas futuras si no en la presente. De este cido interminable (samsara) de renacimientos 0 reencarnaciones, no hay escape por medio del perd6n, sino s6lo mediante esa liberaci6n final denominada nirvana, que comprende la extinci6n del ser individual y la absorci6n porIa realidad divina e impersonal (brahman). El judaismo sigue, naturalmente, ensenando la posibilidad del perd6n para el penitente, 10 cual se promete en el Antiguo Testamento, pero mega tanto que Jesus sea el Mesias como que su muerte portadora de los pecados sea la unica base sobre la cual Dios perdona. El dedicado y honesto erudito judio, C. G. Montefiore, vio la «grandeza y originalidad» de Jesus en su nueva actitud hacia los pecadores. En lugar de evitar a estos, los busc6 activamente. Los rabinos habian dicho que Dios recibe a los pecadores que se vuelven a el; no hablaron del amor divino que da el primer paso para buscarlos y salvarlos: Esta busqueda directa del pecador, y este interes en el, son notas nuevas y conmovedoras, de gran importancia y significaci6n. EI buen pastor que busca a la oveja perdida, la recupera y se regocija en ella, es una

figura nueva...44 299


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El islam proclama claramente la misericordia de Dios. Cada uno de los 114 suras (capitulos) del Coran se inicia con las palabras «En el Nombre de Ala, el Compasivo, el Misericordioso». Pero no da a conocer ningun despliegue hist6rico y costoso de su misericordia. Y cuando investigamos 10 que practica, descubrimos que Ala es misericordioso para con los meritorios, para con los que oran, dan limosnas y ayudan en Ramadan. No hay mensaje alguno para los pecadores que merecen el juicio, excepto el de que han de recibir el castigo que merecen.

El titulo completo de Jesus no es «el Senor y Salvador» sino «nuestro Senor y Salvador». No debemos perder de vista este adjetivo posesivo personal. Se trata de un termino sumamente

significativo. Indica que hay una tercera afirmaci6n oculta en su titulo, a saber, que Jesus nos pertenece. Ya en el Antiguo Testamento el adjetivo posesivo «mi» expresaba regularmente la relaci6n personal que el pueblo del pacto disfrutaba con Dios, especialmente cuando se dirigian a el en oraci6n, como en los Salmos. Por ejemplo, «Senor, mi Roca y mi redentor,» «Jehova es mi pastor,» «Jehova es mi luz y mi salvaci6n, ... la fortaleza de mi vida,» «El solamente es mi roca y mi salvaci6n; es mi refugio» y «Senor, tu eres mi Dios.»47 El Nuevo Testamento sostiene una relaci6n personal similar con Jesucristo. Tanto Pablo como Pedro ofrecen ejemplos notables. He aqui 10 que dice Pablo: «Estimo todas las cosas como perdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesus, mi Senor.»48 En cuanto a Pedro, afirma esta relaci6n intima no s6lo para si mismo, sino tambien para sus lectores: «A quien [es decir, Cristo] amais sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no 10 veais, os alegrais con gozo inefable y glorioso.»49 Estas son aseveraciones de que Cristo es nuestro contemporaneo. El Jesus que naci6 e ingres6 en este mundo nuestro, que vivi6 y muri6 en la Palestina del primer siglo, tambien resucit6 de los muertos, ahora vive para siempre y esta disponible y accesible a su pueblo. Jesucristo no ha de ser relegado, como otros lideres religiosos, a la historia ya los libros de historia. Jesucristo no esta muerto y desaparecido, liquidado 0 fosilizado. Est.i vivo y activo. Nos llama a seguirle, y el se nos ofrece a nosotros como el Salvador que mora en nosotros y nos transforma. Con frecuencia se expresa esto en el Nuevo Testamento en el sentido de que esta a disposici6n de nosotros en la persona del Espiritu Santo, el que es a la vez su Espiritu. 50 Esto es 10 que Pablo indica cuando ora por los efesios, para que el (vale decir el Padre) «os de ... el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espiritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones».51 De hecho, la fe cristiana es esencialmente trinitaria. Acudimos al Padre mediante el Hijo y el Espiritu,52 y el Padre llega hasta nosotros mediante el Hijo por el Espiritu. 53 Nuevamente tenemos que reconocer que esto es algo unico. No hay nada comparable a esto en las otras religiones. El budista no pretende conocer al Buda, tampoco el confucianista a Confucio, ni el musulman a Mahoma, como tampoco el marxista a Karl Marx. Todos ellos reverencian al fundador de su religi6n

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Mas todavfa, aquello que Ie pedimos al musulman que busque en Jesus, es en sf mismo causa de gran ofensa para el orgullo musulman. Sugerimos -no podemos hacer de otro modo- que busque un Salvador. El musulman afirma que no tiene ninguna necesidad de cosa semejante.45 No cabe duda de que la principal diferencia entre el cristianismo y las religiones del mundo, y la principal piedra de tropiezo que encuentran en el, es la cruz. Esta resulta humillante para el orgullo humane y da por tierra con todas las esperanzas de autosalvaci6n. Tambien da cuenta de la incalculable generosidad del amor de Dios al proveer este medio de salvaci6n. Aqui Toyohiko Kagawa, el lider cristiano japones fallecido en 1960, descubri6 el caracter unico del cristianismo: Le estoy agradecido al sintofsmo, al budismo, y al confucianismo. Mucho les debo a estas creencias ... Pero estas tres creencias fracasaron totalmente en el intento de satisfacer las necesidades mas profundas de mi coraz6n. Yo era un peregrino que transitaba un largo camino que no tenfa ningun regreso. Estaba cansado. Me dolfanlos pies. Vagaba por unmundo oscuro y desalentador donde abundaban las tragedias ... EI budismo ensena una gran compasi6n ... pero desde el comienzo del tiempo, lquien ha declarado, «esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisi6n de los pecados» ?46

Jesus es nuestro


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o ideologia como un maestro del pasado. Tambien para los cristianos Jesus es un maestro, pero, mas todavia, es su Senor y Salvador viviente. Frases que afirman esto «aparecen en todas las paginas del Nuevo Testamento, y dejan en claro el hecho de que esta relacion intima y personal de confianza, devocion y comunion constituye la medula misma de la fe cristiana».54 Lord Coggan, cuando era arzobispo de Cantorbery, llama la atencion a esto cuando hizo referencia a las 164 veces que aparece la formula favorita de Pablo, «en Cristo»: Es una frase extrana. Diffcilmente podamos encontrar un uso paralelo a ella en la vida ordinaria. Si, digamos, un amigo Intimo de Churchill que hubiese pasado muchos anos con el, y que luego hubiera dedicado una decada a escribir su vida, estuviera hablando con nosotros acerca de ese gran hombre, quiza resumiria su relaci6n con el en una gran variedad de formas. A 10 mejor diria que Ie temIa, que 10 admiraba, que 10 reverenciaba, 0, incluso, que 10 amaba. Pero jamas diria, «soy un hombre en Churchill». Sin embargo, Pablo era, por sobre todas las cosas, «un hombre en Cristo».55

persona que posea estas cualidades, como consecuencia de las cuales sea competente para salvar. Hendrik Kraemer, el teologo holandes que dominola Conferencia Misionera de Tambaram en 1938, puso el enfasis en el canieter Unico de los acontecimientos en torno a Cristo. Cincuenta MOS mas tarde, el obispo Lesslie Newbigin dijo: Kraemer no sostuvo el cadder Unico del cristianismo, el cual constituye un fen6meno humano cambiante, abigarrado y ambiguo: sostuvo el carader linico de los acontecimientos que forman la sustancia del evangelio. En la frase favorita de Kraemer, estos eventos son sui generis. Puede haber ideas, relatos, mitos, leyendas, que reflejen los mismos temas, pero si estamos hablando de la historia ... no hay nada para colocar a la par de este relato. El evangelio es, estridamente, sui generis, linieo.58

Si bien es correcto destacar de este modo la relacion personal e individual del creyente con Cristo, indicada por el posesivo singular «mi», en realidad su titulo completo incluye el posesivo plural «nuestro», porque Dios esta formando un pueblo para si, y el punto central de la unidad de ese pueblo es Jesucristo. El se hace presente entre nosotros cuando nos reunimos para adorar. «Yo estoy con ustedes», dice, aun cuando solo dos 0 tres se reUnan en su nombre. 56 Y repite la promesa que nos hace cuando salimos a hacer disdpulos en todas las naciones: «Yo estoy con vosotros todos los dias, hasta el fin del mundo.>P Estos son, entonces, tres aspectos principales de la singularidad de Jesucristo. Es Senor. Es Salvador. Es nuestro. Porque el es «nuestro Senor y Salvador, Jesucristo». Hablando historicamente, estas son alusiones a su nacimiento, muerte y resurreccion. Hablando teologicamente, se refieren a la encarnacion, la expiacion y el don del Espiritu del Senor resucitado. De hecho, por cuanto en ninguna otra persona, sino en el historico Jesus de Nazaret, Dios se ha hecho ser humano, ha vivido en la tierra, ha muerto por nuestros pecados, ha vencido a la muerte, ha sido exaltado al cielo y ha enviado al Espiritu Santo, no hay, por consiguiente, ningun otro Salvador. Porque no hay ninguna otra

No es suficiente, por 10 tanto, declarar que Jesus es unico en el sentido de que todo ser humano es Unico, como es Unico, por cierto, cada copo de nieve y cada hoja de hierba. Tampoco podemos seguir al profesor Paul Knitter en su intento de interpretar la fraseologia «solo y Unico» del Nuevo Testamento en relacion con Cristo: es, segUn el, ellenguaje del testimonio, no de la teologia; del amor, no de la ciencia; de la fe entusiasta, no de la filosoffa analitica. Es, prosigue, «semejante allenguaje que el marido usa para hablar de su mujer ...: 'eres la mujer mas hermosa del mundo ... para mi tu eres la unica mujer'».59 Se trata de poesia, de hiperbole, no de la verdad literal. Mas adelante, el profesor Knitter argumenta que se trata de «lenguaje de accion», cuyo proposito primario no era definir doetrina ni excluir a otros, sino, mas bien, urgir a la accion a favor de Cristo en «total entrega a su vision y su senda».60 Pero no. Esta apelacion a diversos usos dellenguaje, si bien es ingeniosa, es indudablemente tendenciosa. Un estudio cuidadoso de los textos que contienen la frase «solo y unico», en su propio contexto, deberia convencernos de que no se trata de expresiones puramente poeticas de fe y amor, que se han de aceptar con reservas. Todo 10 contrario, son solemnes afirmaciones de la verdad, que tienen consecuencias eternas en relacion con la salvacion. Mas aun, todas ellas, implicita si no explicitamente, elaboran su conclusion negativa (<<ningun otro») a partir de su afirmacion positiva (solo el). Asi, porque solo el conace al Padre, solo el p~ede darlo a conocer,61 y porque el es «el camino, y la verdad, y la vIda»,

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nadie puede llegar al Padre excepto por medio de e1. 62 De modo semejante, porque el nombre de Jesucristo, a quien Dios ha levantado de los muertos, es poderoso para salvar, no hay otro nombre que salve. 63 Asi tambien (aun en el riguroso sincretismo del mundo grecorromano), «s6lo hay un Dios, el Padre ... y un Senor, Jesucristo... »;64 s6lo hay un sumo sacerdote que ofreci6 un solo sacrificio (de si mismo) como ofrenda por el pecado una vez por todas;65 y, como consecuencia de su m uerte en rescate por todos, «hay '" un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre».66 Un solo camino, un solo nombre, un solo Dios, un solo Senor, un solo Mediador. La declaraci6n es exclusiva, y la consecuencia ineludible. Lo que es genuinamente tinico tiene significaci6n universal, y se debe dar a conocer universalmente, mientras que, para citar a Visser't Hooft otra vez, «no hay universalidad alguna si no existe ningtin evento tiniCO».67 De manera que el canicter tinico y la universalidad van juntos. Dado que Dios ha exaltado en forma suprema a Jesus, y Ie ha dado el nombre tinico de «Senor», nombre que se yergue por encima de todo otro nombre, toda rodilla ha de doblarse delante de el. Dado que Jesucristo es el tinico Salvador, nosotros tenemos la obligaci6n de proclamarlo en todas partes. El «inc1usivismo» de la misi6n se debe, precisamente, al «exclusivismo» del Mediador. Como agregado, se Ie ha dado autoridad universal sobre las naciones; por ello el nos comisiona para salir a discipular a las naciones. 68 En conclusi6n, me gustaria tratar de contestar dos preguntas que bien pueden surgir en la mente del lector, porque han surgido en mi propia mente tambien. Ambas se refieren a nuestras relaciones con los adherentes de otras creencias. La primera pregunta podria ser esta: «zEsta sugiriendo usted una total discontinuidad entre el cristianismo y otras religiones, de modo que toda la verdad esta contenida en aquel, y que no hay ninguna verdad en estas? No. Por cierto que los cristianos creen que Dios se ha revelado a la humanidad en Jesucristo, como 10 testimonia la Escritura, de un modo unico y definitivo, de manera que, en esta vida Dios no tiene nada mas que revelar que 10 ya revelado, si bien, naturalmente, tenemos mucho mas que aprender. Pero no estamos sugiriendo que entendemos que fuera de la iglesia Dios esta inactivo y la verdad ausente. jOe ninguna manera! Dios

sustenta a todas sus criaturas, y, por consiguiente, no esta lejos de cada una de elIas. Por creaci6n son «linaje» suyo, en el viven, y se mueven, y son. 69 Tambien, Jesus el Cristo, como ellogos de Dios y la luz de los hombres,7° esta el mismo incesantemente activo en el mundo. Dado que se 10 describe como «la luz verdadera, que alumbra a todo hombre»,71 nos atrevemos a afirmar que toda la hermosura y la verdad, y todo el bien, dondequiera que se los encuentre entre los seres humanos, derivan de el, sea que la gente tenga conciencia de ello 0 no. Este es un aspecto de la denominada «gracia comtin» de Dios, 0 sea, el amor que muestra a toda la humanidad; no es, sin embargo, su «gracia salvifica», que se extiende a quienes claman humildemente ante el en busca de misericordia. La segunda pregunta bien podria surgir a continuaci6n de la anterior: «ZNo hay esperanza de salvaci6n, entonces, para quienes pertenecen a otras religiones, quienes pueden no haber oido nunca acerca de Jesus?» Al procurar dar respuesta a esta pregunta extremadamente importante, tratare de hacerlo biblicamente. Es preciso que combinemos confianza con agnosticismo, 10 que sabemos (porque la Escritura 10 ensena claramente) y 10 que no sabemos (porque la Escritura no es clara 0 guarda silencio al respecto). Lo que sabemos por la Escritura es el hecho de que no hay posibilidad de salvaci6n por medios propios. Porque todos los seres humanos, debido a la revelaci6n general por parte de Dios, tienen algtin conocimiento acerca de Dios y del bien; ninguno ha vivido a la altura de ese conocimiento, y, por consiguiente, todos son culpables delante de Dios y se encuentran en estado de «perdici6n» (a menos que Dios intervenga). Este es el argumento de Romanos 1-3. Nadie puede lograr la salvaci6n por medio de la religi6n, la sinceridad 0 la filantropia. No pueden los que afirman ser cristianos, como tampoco pueden otros. Todavia mas: Cornelio, el centuri6n, no es una excepci6n a esta regIa, como a veces se ha sugerido. El relato no ensena que la salvaci6n este a disposici6n tanto de los gentiles como de los judios, sobre la misma base; no ensena que el centuri6n 10gr6 la salvaci6n por su propia justicia, piedad 0 generosidad. Por el contrario, tuvo que escuchar el evangelio y responder al mismo con el fin de recibir la salvaci6n, la vida, la purificaci6n y el Espiritu Santo. 72 De modo que lograr la salvaci6n por uno mismo es imposible. Tambien sabemos que Jesucristo es el unico Salvador (porque s6lo el cumple los requisitos

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correspondientes, como hemos visto), y que la salvaci6n se da solamente por la gracia de Dios, sobre la base de la cruz de Cristo exdusivamente, y por la fe sola. Lo que no sabemos, no obstante, es exactamente cuanto conocimiento y comprensi6n del evangelio se requiere para que la gente este en condiciones de damar aDios pidiendo misericordia, para obtener la salvaci6n. Por cierto que en el Antiguo Testamento el pueblo se «justificaba por gracia mediante la fe», aun cuando tuviesen poco conocimiento 0 expectativa en cuanto a Cristo. Quiza haya otros en el dia de hoy que se encuentren en una posici6n algo similar. Saben que son pecadores y culpables delante de Dios, y que no pueden hacer nada para ganar su favor, de modo que sintiendose desesperados daman al Dios, a quien perciben oscuramente, en busca de salvaci6n. Si Dios realmente salva a tales personas, como creen much os cristianos evangelicos tentativamente, su salvaci6n sigue siendo s6lo por gracia, s6lo por medio de Cristo, s6lo por fe. Algo mas que sabemos es que el numero definitivo del pueblo redimido de Dios sera incontable,73 como cumplimiento final de la promesa de Dios a Abraham, de que su posteridad (espiritual tanto como fisica) sera «como las estrellas del cielo y como la arena que esta a la orilla del mar».74 En un sentido semejante, pareceria que Pablo nos asegura que seran muchos mas los que se salvan que los que se pierden, porque la obra de Cristo al proporcionar la salvaci6n sera mas exitosa que la de Adan al provocar la ruina, y porque la gracia de Dios al proporcionar vida abarcara «mucho mas» que la transgresi6n de Adan al provocar la muerte. 75 Aun cuando tenemos s6lidos fundamentos biblicos para acariciar esta expectativa, no se nos dice c6mo Dios va a llevarlo a cabo. Pero mientras nos mantenemos agn6sticos en cuanto a este tema, no podemos abrigar ninguna duda can respecto a nuestro deber. Hemos sido comisionados, par aquel que tiene autoridad para hacerlo, para predicar el evangelio y hacer disdpulos. Es diffcil que la gente pueda damar a alguien en el cual no creen, a creer en alguien del cual no han oido hablar, u air si nadie les predica. 76 Es mucho mas facil que la gente crea una vez que ha oido las buenas noticias del Cristo crucificado. Cuando aprenden, a partir de la cruz, acerca de la misericordia de Dios para can los pecadores, es cuando exdaman, «jDios, se propicio ami, pecador!» Como 10

expres6 Pablo, «la fe es par el oir, y el air, par la palabra de Dios»/7 que es «el mensaje de Cristo» (VP)>>. Luego, entonces, negar la singularidad de Cristo equivale a restarle toda fuerza a la misi6n y hacer que resulte superflua. Afirmar su singularidad, por otra parte, es reconocer la urgencia de hacer conocer universalmente a Cristo.

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CAPtTULO DIECINUEVE

Nuestro Dios es un Dios misionero

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odo el concepto de «mision» ha perdido vigencia en el mundo de hoy, y crece la hostilidad. La evangelizacion, el celo misionero, los intentos de convertir a otros, son todas actividades que se rechazan como «incompatibles con el espiritu de tolerancia», como «un torpe atropello a las libertades individuales» y como «la forma mas desagradable de arrogancia». Aun en la iglesia algunos miembros evidencian una total indiferencia hacia la mision, mientras que otros se muestran activamente opuestos a ella. «lComo puede una religion pretender tener el monopolio de la verdad?» pregunta la gente. «lNo hay acaso muchas maneras diferentes de llegar aDios?» «lQue derecho tenemos de inmiscuirnos en la vida privada de otros, 0 de intentar imponerles nuestros puntos de vista? Mas bien ocupemonos de nuestros propios asuntos y esperemos piadosamente que los demas se ocupen de los suyos.» Semiocultas en esta retorica negativa yacen tres objeciones principales a la mision cristiana, a saber, que es culpable de intolerancia, arrogancia y agresividad. lComo hemos de responder a estas criticas? Actualmente la tolerancia es quiza la mas preciada de las virtudes en la cultura occidental. Pero no siempre quienes emplean el termino definen 10 que el mismo significa para ellos. Contribuye a la claridad el que diferenciemos entre tres tipos distintos de tolerancia. £1 primero podria llamarse tolerancia legal, que procura asegurar que la ley proteja adecuadamente los derechos religiosos de todas las minorias (sintetizadas generalmente como la libertad de «profesar, practicar y propagar» la religion). Los cristianos deberian estar a la vanguardia de los que exigen este tipo de tolerancia. Otro es la 309


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tolerancia social, que alienta el respeto para todas las personas (cualesquiera sean los puntos de vista que sustenten), procura comprender y apreciar su posici6n, y promueve las buenas relaciones vecinales. Tambien esta es una virtud que los cristianos desean cultivar; nace, naturalmente, de nuestro reconocimiento de que todos los seres humanos son creaci6n de Dios, que llevan su impronta y que Dios quiere que vivamos juntos en armonia. zPero que pasa con la tolerancia intelectual, que es el tercer tipo de tolerancia? El cultivar una mentalidad tan amplia que pueda acomodar todas las opiniones, por falsas 0 perversas que sean, sin detectar jamas algo que se deba rechazar, no es una virtud: es el vicio de los debiles y los amorales. Da por resultado finalla confusi6n de la verdad con el error, y del bien con el mal, en una posici6n totalmente carente de principios. Los cristianos que piensan que la verdad y el bien han sido revelados en Cristo no pueden aceptar esto. Estamos decididos a dar testimonio de Cristo, aquel que es la encamaci6n de ambos. Esta convicci6n llev6 a William Temple, cuando era arzobispo de Cant6rbery, a rechazar invitaciones a vincularse con el Congreso Mundial de Credos, ya escribir que «el cristianismo es, estoy persuadido, una religi6n profundamente intolerante».l 5i la misi6n no es intolerante en el sentido incorrecto, zsera arrogante? Pienso que deberiamos comenzar poniendonos de acuerdo en que algunas actitudes cristianas y algunos metodos de evangelizaci6n podrian justificadamente describirse como «arrogantes», porque ponen de manifiesto un «aire de superioridad». Es preciso que seamos sensibles a estas fallas cristianas que otros yen en nosotros, a fin de arrepentimos. Los evangelistas jamas deben ser imperialistas y ambicionar el crecimiento de su imperio personal, 0 el prestigio de su iglesia 0 su organizaci6n, sino s610 los del reino de Dios. El espiritu de cruzada, la mentalidad triunfalista y el estilo agresivo son todos inapropiados para los embajadores de Cristo. La humildad es la virtud cristiana preeminente que deberia caracterizar todos nuestros pensamientos, palabras y acciones. El informe de Willowbank, que sintetiza los resultados de una consulta intemacional sobre «Evangelio y cultura», celebrada en enero de 1978, induye toda una secci6n titulada «j5e buscan mensajeros humildes del evangelio!» La mitad de la secci6n es «un analisis de la humildad misionera»; se centra en la necesidad

de tener en cuenta la humildad cultural. Algunos misioneros occidentales han cometido el error de confundir a Cristo con la cultura. Y entonces se han hecho «culpables de un imperialismo cultural que socava innecesariamente la cultura local y al mismo tiempo procura imponer en su lugar una cultura foranea».2 El informe sigue diciendo:

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Sabemos que jamas debemos condenar 0 despreciar otra cultura, sino mas bien respetarla. No defendemos la arrogancia que pretende imponer a otros nuestra cultura, ni el sincretismo que pretende mezclar el evangelio con elementos culturales incompatibles con el, sino mas bien un hurnilde compartir de las buenas noticias, posibilitado por el mutuo respeto de una genuina amistad. 3

Aceptando el que tengamos que arrepentimos tanto de la arrogancia personal como cultural, lsera arrogante el concepto mismo de la misi6n? El obispo Kenneth Cragg, reconocido experto cristiano en el tema del islam, sostiene que es todo 10 contrario: La descripci6n de la misi6n como egofsmo religioso puede tener alguna validez en relaci6n con algunas de sus deslealtades. Pero en definitiva es la suspensi6n de la misi6n 10 que constituirfa un egofsmo extremadamente condenable, porque supondrfa un derecho de propiedad sobre aquello que es demasiado grande para pertenecer a unos cuantos, y demasiado inclusivo como para tener como destino solamente a algunos ... Creer en Cristo equivale a reconocerlo como un Cristo universal. Porque Cristo es requisito para todos, y no es privilegio de nadie. La rnisi6n cristiana es simplemente un reconocimiento activo de las dimensiones del amor de DiOS.4

La tercera objeci6n a la misi6n cristiana es que se trata de una actitud agresiva hacia otros. La evangelizaci6n les parece tanto agresiva como intrusa, algo que requiere una indeseada invasi6n de territorio privado. Una vez mas tenemos que admitir que esto es cierto en algunas circunstancias. Pero la Gran Comisi6n no nos proporciona ninguna autorizaci6n para invadir el espacio personal de otros, 0 asaltar las barreras con las que procuran protegerse. Hablando personaimente, desearia que nos pusiesemos de acuerdo para purgar de todas las metaforas violentas nuestro vocabulario relativo a la evangelizaci6n. Las «cruzadas» son demasiado reminiscentes de las expediciones militares medievales a la Tierra


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Santa; las «campanas» hablan de operaciones armadas; incluso las «misiones» nos recuerdan los bombardeos de tiempos de guerra, en tanto que hablar de «objetivo» en relacion con las comunidades que se quiere evangelizar sugiere mas la idea de bombas y proyectiles que del evangelio de paz. LComo podemos evangelizar con integridad si no evidenciamos la «mansedumbre y temura» del Cristo que proc1amamos?5 Cuando la gente habla despectivamente sobre el «proselitisrno», generalmente pareciera que tiene en mente algun tipo de conversion por la fuerza. Siendo esto asi, es preciso distinguir10 claramente de la verdadera evangelizacion. De hecho, existe una considerable medida de acuerdo entre las iglesias de que «proselitisrno» es sinonimo de «testimonio indigno».6 Mas aun, el caracter «indigno» de un testimonio proselitista puede estar referido a nuestras motivaciones (preocupacion por obtener gloria para nosotros mismos, en lugar de la gloria de Cristo), o a nuestros metodos (confianza en las tecnicas de presion psicologica, 0 en el ofrecimiento de beneficios con la condicion de convertirse, en lugar de la confianza en el poder del Espiritu Santo) 0 a nuestro mensaje (centrandolo en la supuesta falsedad y fracaso de otros, en lugar de centrarlo en la verdad y la perfeccion de Jesucristo). Ademas, no hay necesidad de recurrir a ninguna clase de «testimonio indigno», por cuanto la verdad va a prevalecer en ultima instancia. Como 10 expreso Pablo, <<nada podemos contra la verdad, sino poria verdad»,7 Los que se valen de presiones impropias admiten de ese modo la debilidad de su propia posicion. La misi6n cristiana autentica, por 10 tanto, es plenamente compatible con una verdadera tolerancia, una genuina humildad y una temura semejante a la de Cristo. Al mismo tiempo es parte integral del cristianismo historico. El cristianismo sin mision deja de ser cristianismo. En parte esto es asi porque, como vimos en el capitulo anterior, el cristianismo sostiene tanto el caracter final de Cristo (no tiene sucesores) como su caracter unico (no tiene pares ni rivales). Su cankter unico Ie da significacion universal; es preciso darlo a conocer en todo el mundo. Mas que esto. La mision cristiana tiene su origen en la naturaleza de Dios mismo. La Biblia 10 revela como un Dios misionero (Padre, Hijo, y Espiritu Santo), quien crea un pueblo misionero y orienta su obra hacia una consumacion misionera. jSi este capitulo

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fuese un sermon, tendria que anunciar el texto en que pienso basarlo, aclarando que el mismo abarca toda la Biblia! No seria posible elegir un texto mas breve, si hemos de poner un fundamento biblico adecuado para la mision cristiana. Me propongo, por 10 tanto, hacer un rapido repaso 0 analisis de la Biblia, dividiendola en sus cinco secciones principales. Primeramente vamos a ocupamos del Antiguo Testamento y de Dios Padre, el Creador del mundo, el Dios del pacto con Israel; en segundo lugar nos ocuparemos de los Evangelios y de nuestro Senor Jesucristo, el Salvador de los pecadores; tercero de Hechos y del Espiritu Santo que obraba en los discipulos y a traves de ellos; en cuarto lugar nos ocuparemos de las Cartas y de la iglesia que ellas describen, que vivian y testificaban responsablemente en el mundo; y quinto de Apocalipsis y la culminacion de la historia, cuando el pueblo redimido de Dios sera reunido de entre todas las naciones. Cada etapa sucesiva ofrece una nueva revelacion de la actividad misionera.

EI Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero El concepto de que el Antiguo Testamento es un libro misionero y de que su Dios es un Dios misionero sorprende a muchas personas. Siempre han pensado que el Dios del Antiguo Testamento era exclusivamente el Dios de Israel. Recuerdan como llama a Abraham y concerto un pacto con el y sus descendientes; como renovo su pacto con Isaac y Jacob, y luego con las doce tribus que rescato de su esclavitud egipcia y llevo al monte Sinai, donde prometio ser el Dios de ellos y reconocerlos como su pueblo; como los ubico en la tierra prometida y los bendijo con reyes, sacerdotes y profetas, preparandolos para la venida del Mesias. Todo esto es cierto. Pero es solo parte de la verdad. Porque el Antiguo Testamento no comienza con Abraham sino con Adan, no comienza con el pacto sino con la creacion, no comienza con la raza elegida sino con la raza humana. Declara enfliticamente que Yahve, el Dios de Israel, no era un pequeno dios tribal como Quemos, el dios de los moabitas, 0 Mi1com, el dios de los amonitas, sino el Creador de cielos y tierra, el Senor de las naciones,

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y el «Dios de los espiritus de toda carne».8 Esa es su perspectiva en toda su extensi6n. Ademas, el llamado de Abraham no estaba en contradicci6n con esta perspectiva mundial; en realidad la estableda. Yahve Ie habia dicho a Abraham que saliera de su tierra, de en medio de su pueblo, y se fuera a otra tierra que elle mostraria. Entonces Dios Ie dijo: Hare de ti una nacion grande, y te bendecire, y engrandecere tu nombre, y senis bendicion. Bendecire a los que te bendijeren, y a 1.0.5 que te maldijeren maldecire; y senin benditas en ti todas las famlhas de la tierra. 9

doctrina de la elecci6n divina, cambiandola por el error del favoritismo divino, 10 cuallos llev6 a jactarse de su posici6n privilegiada, y a suponer que eran inmunes al juicio de Dios. De manera que los profetas tuvieron que tratar constantemente de ampliar la perspectiva del pueblo, y recordarles que el prop6sito de Dios a traves de los descendientes de Abraham era el de bendecir a las naciones. Por ejemplo, Dios haria de las naciones la «herencia» y «posesi6n» del Mesias;13 todas las naciones Ie servirian;14 el seria una luz para las naciones gentiles,15 y en ese dia todas las naciones se encaminarian hacia el monte del templo, 0 casa de Jehova, el Sefior. 16

EI Cristo de los Evangelios es un Cristo misionero

Asi, Abraham debia abandonar su propio pais, y se Ie mostraria otro; debia abandonar a su pueblo y se convertiria en otro pueblo. Dios prometi6 no s6lo bendecirlo, sino hacer que el fuese de bendici6n a otros; no s6lo que Ie daria posteridad, sino que a traves de ella bendeciria a «todas las familias de la tierra». No es exageraci6n decir que Genesis 12.1-4 es el texto mas unificador de toda la Biblia. Porque el prop6sito salvifico de Dios se encuentra encapsulado alIi, a saber, el de bendecir a todo el mundo por medio de Cristo, que era la simiente de Abraham. El resto de la Biblia es un desarrollo de este tema, y la historia subsiguiente ha sido el cumplimiento del mismo. Porque Dios primeramente prepar6 a Israel para la venida de Cristo, y, luego, por medio de su venida, ha bendecido al mundo a partir de entonces. N osotros mismos no seriamos hoy seguidores de Jesus si no fuera por este texto: nosotros somos beneficiarios de la promesa que Dios Ie hizo a Abraham hace unos cuatro mil afios. «Si vosotros sois de Cristo -escribi6 Pablo- ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos segun la promesa.»10 Ademas, si compartimos su fe, el «es padre de todos nosotros»,ll porque la promesa de Dios fue un anuncio anticipado del evangelio a Abraham, a saber, que el iba a «justificar por la fe a los gentiles»,12 La tragedia del Antiguo Testamento es que Israel olvidaba continuamente el alcance universal de la promesa de Dios. Pasaba por alto el hecho de que Dios habia elegido una familia con el fin de que beneficiara a todas las familias. Se ocuparon de si mismos y de su propia historia. Inc1uso pervirtieron la

Algunos afios despues, Robert Speer, secretario viajero del Movimiento Estudiantil Voluntario en los Estados Unidos, escribi6 en su diario personal: «Si quereis seguir a Jesucristo, debeis seguirlo hasta los confines de la tierra, porque alIi es donde va el ... No podemos pensar en Dios sin pensar en el como un Dios misionero.» Cierto es que dos veces Mateo registra que Jesus restringi6 su misi6n a «las ovejas perdidas de la casa de Israel». Les dijo a los Doce que no evangelizaran las regiones de los gentiles 0 los samaritanos, sino que fueran «antes» a las ovejas perdidas de Israel;18 y luego Ie dijo a la mujer cananea, que Ie habia pedido que sanara a su hija endemoniada, que el no habia sido enviado sino a las ovejas perdidas de Israel,19 Esto resulta perturbador, inc1uso desconcertante, hasta que recordamos que se trataba simplemente de una limitaci6n hist6rica temporaria, relacionada s6lo con el ministerio terrenal de Jesus. Jesus agreg6 que mediante su muerte,

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En 1850 David Livingstone, el intrepido pionero de los misioneros en Africa, escribi6 a su hermana Agnes: Espero que nunca consideremos que el tener una comision de parte del Rey de reyes sea un sacrificio, en tanto que orros hombres estimen el servicio de un gobiemo terrenal un honor ... Yo tengo un corazon y un alma misioneros. Dios tuvo un solo hijo, y el era misionero y medico. Una muy pobre imitacion de el soy yo ... En este servicio espero vivir; en el deseo morirP


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Roland Allen, ese notable misionero de la Iglesia Anglicana Alta en el norte de la China entre 1895 y 1903, sentia un apasionado anhelo de que la iglesia recuperase los tres principios aut6ctonos

(autogobiemo, autososten, autopropagacion) que caracterizaron la politica misionera del apostol Pablo. Sus libros mas conocidos son Missionary Methods, St Paul's or Ours? [Metodos misioneros: LLos de Pablo 0 los nuestros?] (1912) y The Spontaneous Expansion ofthe Church (l927)a. Menos conocido es su pequeno estudio sobre Hechos, The Revelation of the Holy Spirit in the Acts of the Apostles [La revelacion del Espiritu Santo en Hechos de los Apostoles]. En este libro Allen escribe: «Ellibro de 'Hechos' es estrictamente un libro misionero ... La conclusion es irresistible de que el Espiritu que se clio era ... de hecho, un Espiritu misionero.»24 Esta, continua, es «la gran ensenanza, inconfundible y fundamental dellibro [de Hechos] ... Es en el hecho de que revela al Espiritu Santo como un Espiritu misionero que 'Hechos' aparece solo en el Nuevo Testamento».25 Roland Allen tenia razon. E1 Espiritu Santo es el actor principal en Hechos. Este libro comienza con los 120 discfpulos a la espera. En el aposento alto, durante su ultima noche con los Doce, Jesus habia prometido la venida del Espiritu y habia descrito el futuro ministerio del Espiritu de convencer, ensenar y testificar. Durante los cuarenta dias que transcurrieron entre la resurreccion y la ascension, el mensaje repetido fue que el Espiritu les daria «poder» para testificar,26 y que debian esperar que viniera. 27 De modo que Pentecostes fue un acontecimiento misionero. Fue el cumplimiento de la promesa de Dios, a traves del profeta Joel, de derramar su Espiritu «sobre toda came»,28 cualquiera fuese su raza, sexo, edad, 0 posicion social. Y las lenguas extranjeras que hablaron los discfpulos (10 que claramente parecen haber sido las «lenguas», por 10 menos en el dia de Pentecostes) fueron una senal dramatica del caracter intemacional del reino del Mesias que el Espiritu Santo habia venido a establecer. El resto del libro de Hechos es un desarrollo logico de ese comienzo. Contemplamos cautivados la manera en que el Espiritu misionero crea un pueblo misionero y 10 lanza a cumplir su tarea misionera. Comenzaron a dar testimonio a sus compatriotas judios en JerusaIen (donde estaba el cuartel general judio) yalrededores. Luego, Felipe tome la audaz iniciativa de testificar a los samaritanos, los que constituian un paso intermedio entre los judios y los gentiles. 29 Seguidamente vino la conversion del centurion Cornelio, uno de esos gentiles «temerosos de Dios», que aceptaba el monoteismo y las normas eticas de los judios, pero seguia siendo

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resurreccion y don del Espiritu la salvacion seria ofrecida a todas las naciones, a las que posteriormente instruyo a sus disdpulos que llevaran las buenas nuevas. Hasta el Evangelio de Mateo, que es el mas judaico de los cuatro y es el Unico Evangelio que incluye dos referencias a las ovejas perdidas de la casa de Israel, deja en claro este horizonte global. Comienza con la genealogia de Jesus, que rastrea hasta Abraham, indudablemente con la intencion de indicar que la promesa por fin se ha de cumplir. 20 Seguidamente, despues del nacimiento de Jesus, describe la visita de los misteriosos magos, los que quiza fueran astrologos zoroastrianos de Persia, que llevaron tesoros al «rey de los judios», y a los cuales Mateo entiende como precursores de las multitudes gentiles que posteriormente rendiran homenaje a Jesus,21 Mateo, igualmente, registra la notable prediccion de Jesus de que «vendran muchos del oriente y del occidente, y se sentaran con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos».22 Finalmente, el Evangelio de Mateo termina con la version mas completa que tenemos de la llamada «gran» comision 0 comision «universal». La mision de los Doce durante el ministerio publico de Jesus puede haberse restringido a «las ovejas perdidas de la casa de Israel», pero la mision de la iglesia no tiene esta limitacion. Los seguidores de Jesus han de «[ir], y [hacer] discfpulos a todas las naciones», recibiendolos por el bautismo en el seno de la comunidad cristiana, y ensenandoles a obedecer todas las instrucciones de su Maestro. 23 Esta comision a las naciones nunca ha sido rescindida; sigue siendo obligatoria para el pueblo de Dios. Fue emitida por el Cristo resucitado, quien pudo afirmar que «toda potestad [autoridad]» Ie habia sido conferida «en el cielo y en la tierra». Se entiende claramente que existe un vinculo entre esa «toda potestad» que hada suya, y «todas las naciones» a las que comisiono a sus seguidores para que las discipularan. La mision universal de la iglesia surge de la autoridad 0 potestad universal de Jesus.

E1 Espiritu Santo de Hechos es un Espiritu misionero


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Con frecuencia se considera a los miembros de la iglesia local (ya sea en la imaginaci6n 0 en la realidad) como si estuviesen sentados en un drculo, mirandose unos a otros. Este cuadro no es

incorrecto, ya que nos pertenecemos los unos a los otros y necesitamos el mutuo apoyo. De hecho, a menudo se nos urge en el Nuevo Testamento a amarnos los unos a los otros, a alentarnos, consolarnos y exhortarnos unos a otros, y a llevar los unos las cargas de los otros. Y este ocuparnos «los unos de los otros» de la confraternidad cristiana s6lo puede disfrutarse y desarrollarse cuando estamos unos frente a otros. Si bien es legitimo, sin embargo, el «reunirnos formando un circulo» es peligroso tambien. Porque toda vez que nos volvemos hacia adentro del drculo, damos las espaldas al mundo. Con el fin de disfrutar de la mutua compania, al mismo tiempo nos hemos librado del mundo. Esto es permisible ... pero s6lo si es temporario. Nos apartamos del mundo para adorar y tener comuni6n entre nosotros, con el fin de regresar a ese mundo fortalecidos, para vivir como testigos y siervos de Cristo. Ahora bien, las veintid6s Cartas del Nuevo Testamento, inc1uyendo las que estan dirigidas a individuos, tienen todas, en sus diversas circunstancias, la intenci6n de contribuir a la edificaci6n de la iglesia, y de asegurar su crecimiento tanto en madurez como en extensi6n. Cierto es que las Cartas se ocupan de los asuntos domesticos de la iglesia, de su doctrina, su culto, su ministerio, su unidad y su santidad. Pero tambien suponen, todas elIas, que la iglesia vive en el mundo y es responsable de acercarse a ese mundo con su compasi6n. Para empezar, Pablo da por sentado que las iglesias van a compartir su propio ministerio apost6lico mediante su apoyo, sus donaciones, y sobre todo con sus oraciones. Agradece aDios por la «comuni6n en el evangelio» por parte de los filipenses. 36 Pide a los tesalonicenses que oren para que a traves de el «la palabra del Senor corra y sea glorificada»;37 a los colosenses, que Dios «ahra puerta para la palabra»,38 y a los efesios, que Ie sea dada palabra, c1aridad y denuedo en su predicaci6n. 39 Los ap6stoles tambien dan por descontado que la iglesia misma se comprometera a difundir la fe. Pablo la llama «columna y baluarte de la fe»,40 10 cual sugiere que tiene que mantener en alto la verdad (asi como las columnas proyectan hacia arriba el edificio) y afirmarlo (actuando como el fundamento de la, estructura). Pedro llama a la iglesia «linaje escogido, real sacerdocio, naci6n santa, pueblo adquirido por Dios», con el objeto de que sus miembros «[anuncien] las

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gentil, en la periferia de la sinagoga, sin aceptar plenamente la conversi6n. El Espiritu Santo ofreci6la prueba contundente de que Cornelio era ahora un miembro plenamente acreditado de la iglesia. 30 Poco despues, algunos ereyentes desconocidos se lanzaron a la tarea y «hablaron tambien a los griegos, anunciando el evangelio del Senor Jestis»,31 Siguieron a esto los tres viajes misioneros de Pablo, el ap6stol a los gentiles, en los que evangeliz6 las provincias de Galacia, Asia, Macedonia, y Acaya, y en cuyo transcurso el Espiritu 10 limitaba y a la vez 10 dirigia. 32 El libro termina con Pablo en Roma, la capital del mundo, y la ciudad de sus suenos, no como un hombre libre sino como prisionero, mas atin, un evangelista infatigable que predicaba acerca de Jesus y del reino a todos los que 10 visitaban, «abiertamente y sin impedimento».33 En todo ellibro de Hechos, Lucas deja ac1arado que el impetu para la misi6n provenia del Espiritu Santo. Este es el tema de Harry R. Boer en su libro Pentecost and Missions. Hechos, escribe, esta determinado por un tema dominante y avasallador que todo 10 controla. Este tema es la expansion de la fe mediante el testimonio misionero en el poder del Espiritu ... Animadamente el Espiritu Santo impele a la iglesia a testificar, y continuamente surgen iglesias como consecuencia del testimonio. 34 Harry Boer destaca la importante cuesti6n adicional de que el impulso para esta evangelizaci6n vino del Espiritu Santo, no de la Gran Comisi6n, la que, de hecho, no se vuelve a mencionar despues de Hechos 1. Escribe Boer: Debemos dejar de predicar la Gran Comision como un mandamiento a ser obedecido, para presentarla, en cambio, como UIUl ley que expresa la IUlturaleza, y que gobierlUl la vida, de la iglesia ... EI derramamiento del Espiritu radica, por razon de su misma naturaleza, en la efectivizacion de la Gran Comision en la vida de la iglesia.3S

La iglesia de las Cartas es una iglesia misionera


NUESTRO OIOS ES EN OIOS MISIONERO

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virtudes» 0 «proclamen sus triunfos» (NEB) del Salvador que los ha llamado «de las tinieblas a su luz admirable»,4l Cada iglesia local ha de exhibir el canicter ~isionero de 1a igl~s,ia toda. A los filipenses, que vivian «en medlO de una generaclOn maligna y perversa,» se les dijo que debian «[resplandecer] ~omo luminares en el mundo» y «[asirse] de la palabra de vIda», exponiendola como hace el mercader con sus productos, 0 como hace el camarero con los platos en una fiesta. 42 De los tesalonicenses se dice que no s6lo «recibieron» el mensaje del Senor, sino que 43 . . 10 divulgaron en 1as reglOnes vecmas. Los miembros individuales de la iglesia tambien se han de ocupar del testimonio cristiano. Los ap6stoles los a~ient~ a ser conscientes de «los de afuera», que observan. He aqUl un eJemplo: «Andad sabiamente para con los de afuera, rendimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepais c6mo debeis responder a cada unO.»44 Se trata de instrucciones muy practicas. Hemos de ser sensibles en nuestras relaciones con los de afuera, procurando aprovechar toda oportunidad para testificar, combinando gracia con sal (tal vez integridad 0, incluso, ingenio) en nuestra conversaci6n, y estar preparados para responder todas las preguntas que se nos hagan. Este ultimo punto nos recuerda las instrucciones parecidas que dio Pedro: «Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande raz6n de la esperanza que hay en vosotroS.»45 ., .. De modo que la iglesia de las Cartas es una Iglesia misionera, sea que estemos pensando en 1a iglesia universal, en 1a iglesia local, o en los miembros individuales. Como vimos en el capitulo 15, la misi6n forma parte esencial de la identidad de la iglesia. En las palabras directas del obispo Lesslie Newbigin, «la comisi6n a discipular a todas las naciones se encuentra en el centro del mandato de la iglesia, y una iglesia que olvida esto, 0 10 margina, pierde el derecho a los titulos de 'cat6lica' y'apost6lica'».46

del trono de Dios. Vestian ropas blancas (simbolo de justicia) y se unian a un gran coro de adoraci6n, atribuyendo su salvaci6n aDios y al Cordero. Juan dice, ademas, que esta gran multitud procedia «de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas».48 De manera que la misi6n de la iglesia no sera infructuosa. Por el contrario, dara como resultado una enorme congregaci6n de gente, una muchedumbre multirracial y multinacional, cuyas lenguas y culturas no impediran, sino que mas bien enriqueceran, su incesante celebraci6n de la gracia de Dios. Esa multitud redimida tambien sera incontable. S6lo entonces se cumplira acabadamente la antigua promesa de Dios a Abraham. Con el fin de destacar el numero ilimitado de la posteridad de Abraham, tanto ffsica (los judios) como espiritual (los creyentes, sean judios 0 gentiles), Dios prometi6 que serian tan numerosos como el polvo de la tierra,49 las estrellas del ciel050 y la arena de la playa.51 Cada una de estas metaforas simboliza su naturaleza incontable. «Hare tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polva de la tierra, tambien tu descendencia sera contada.»52 «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar.»53 Con la comprensi6n del universo que nos proporciona nuestro siglo XX, parece que las miriadas de miriadas de estre,llas en los billones de galaxias quiza realmente sean tantas como los granos de arena y las particulas de polvo alrededor del mundo. Si bien hemos de conformamos con ser agn6sticos acerca de la cantidad de personas que alcanzaran este fin, mientras tanto podemos regocijamos de que las labores misioneras de la iglesia culminaran con un climax tan glorioso y honroso para Dios.

Cuando a Juan se Ie permiti6 vislumbrar «la puerta abierta en el cielo»,47 vio una gran cantidad de personas de pie delante

Sobre la base de este rapido repaso de la Escritura, hemos visto que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero (llam6 a una familia con el fin de bendecir a todas las familias de la tierra); que el Cristo de los Evangelios es un Cristo misionero (comision6 a la iglesia para que saliese a hacer discipulos de las naciones); que el Espiritu Santo de Hechos es un Espiritu misionero (impuls6 a la iglesia a testificar); que la iglesia de las Cartas es una iglesia misionera (una comunidad mundial con vocaci6n mundial); y que la culminaci6n de Apocalipsis sera un climax misionero (una multitud intemacional e incontable). De modo que la religi6n de la Biblia es una religi6n misionera. Las pruebas son abrumadoras e irrefutables. La misi6n no puede

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La culminacion del Apocalipsis es una culminacion misionera


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considerarse como una lamentable desviacion del concepto de la tolerancia religiosa, 0 como el pasatiempo de unos, cua~tos entusiastas excentricos. Por el contrario, surge del coraz~~~IUsmo de Dios y se comunica del corazon de el al nuestro. La mlSlon es el alcance global, del pueblo gl~b~l, de un. Dios ?,lobal: . Por 10 tanto, si hemos reslstldo la dlmenslO~ mlSlonera ~e l~ vida de la iglesia, 0 la hemos desc~rtadocom~ Sl fuese prescmdlble, 0 la hemos atendido a regailadlentes ofreClendo unas cuantas oraciones de rutina y unas cuantas monedas de mala g~na, o si nos hemos ocupado de nuestros propios a~untos con mlf~s estrechas y limitadas, es necesario que arrepmtamos; es declf, que cambiemos de mentalidad y de a~tltud. 2,Profesamos cree~ ~n Dios? Dios es un Dios misionero. LDeClmos que estamos al servlclO de Cristo? Cristo es un Cristo misionero.2,Afirmamos que estamos Ilenos del Espiritu? El Espiritu es. un Espirit~ misionero..LNos deleitamos en pertenecer a la iglesla? ~a 19le~la es u.,na sOCledad misionera. 2,Esperamos ir al cielo al morlf? ~l clel~ esta Ileno de los frutos de la empresa misionera. No es poslbl~ eVltar estas cosas. Si algunos tenemos nece~i~ad.de arrep~nt~os,tod~s t~nemos que entrar en accion. El cnstlanlsmo autentlco de la Blblia ~o es una pequena religion escapista, egoista, comoda, autocomplaclente y segura. Todo 10 contrario, resulta profundamente perturbad~ra para el que busca seguridad y proteccion. Es una ~erza explos1\:a y centrifuga, que nos arranca del e~trech? egocent~lSmo y nos arroJa al mundo de Dios para dar testlmoIUO y serVlf. De modo, que debemos buscar formas pnkticas, individualmente. y a traves de nuestra iglesia local, de expresar nuestro compro~:so. . En 1885 el general William Booth, «con un gumo ~n ~os 0Jos, desafio asi a una concentracion masiva de salvaclOIUstas de Londres: 'LQue longitud tiene la circunferencia d~l n;~d~?'. De las apretadas filas Ilegola respuesta a pleno pulmon: Vemtlc~co mil millas'. 'Luego -dijo Booth a gran voz, con los brazos ablertos- es preciso que crezcamos hasta que nuestros brazos den la vuelta completa' .»54

r:os

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CAPITULO VEINTE

La misi6n holistica

«H

olistico» (de «holismo», la nocion filosofica de que «el todo es mayor que la suma de sus partes») tal vez no sea un epiteto muy adecuado para aplicar a la mision cristiana. Con todo, tiene por objeto destacar el hecho de que la mision autentica es una actividad abarcadora que abraza la evangelizacion y la accion social, y se niega a permitir que se las mantenga divorciadas. Durante por 10 menos los ultimos treinta ailos, comenzando en l~ comuni~~decumenica, pero mas recientemente entre los evange11.cos. t~mblen, se ha dado un desacuerdo considerable respecto al sl~IUficado de estas dos responsabilidades. Se 10 ha expresado de dlVersas maneras: como la tension «entre la accion de Dios en la iglesia y por medio de ella, y todo 10 que Dios esta haciendo en el mundo en forma aparentemente independiente de la comunidad cristiana»;! «entre la interpretacion vertical del evangelio, como algo esencialmente relacionado con la accion salvadora de Dios en la vida de los individuos, y la interpretacion horizontal, como algo principalmente vinculado con las relaciones humanas en el mundO»;2 entre el Dios que busca la justificacion de los pecadores, y el Dios que busca la justicia en las naciones y entre eIlas; entre la redencion y la providencia, la salvacion del alma y el mejoramiento de la sociedad. Algunas veces la diferencia entre estas perspectivas no ha sido solamente una tension, sino una esteril polarizacion, generalmente siguiendo las lineas de la division evangelica-liberal, cada lade reaccionando exageradamente ante la posicion de la otra. Los primeros han tendido a centrarse exclusivamente en la evangelizacion y a descuidar la necesidad social, ya sea de ayuda a los necesitados, especialmente los hambrientos, 0 de libertad y justicia para los oprimidos. Los ultimos se han ido al extremo opuesto y 323


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han tendido a descuidar la evangelizacion, 0 ~an intentado reinterpretarla en funcion de la accion. socio~polihca tal c.o~o la humanizacion de las comunidades 0 la libera??n d~ los opnnudo~. El estereotipo evangelico ha co~istidoe~ espmtualizar el evang~lio y negar sus implicancias SOClale~; .mlentras que el estereohpo ecumenico ha consistido en pohhzarlo y negar su oferta de salvacion a los pecadores. Esta polarizacion ha sido ,un desastre. La mayoria de los cristianos (aunque no todos) estan de a~ue~~o en que nuestras responsabilidades son tanto en la evangelizaclOn como en el trabajo social. Por ejem~lo,~t; sus palabras de apertura del Congreso Mundial de EvangehzaclOn en 1966 en Berlin, Carl Henry destaco que los cristianos evangelicos tienen un mensaje dobl.emente per?~ente para la presente crisis social ... Porque conocen.al DlOS de la JUStl~ta y la justificacion ." Toda vez que el cristianismo ha sido fuerte en la vIda ~e una naci6n ha mantenido el interes tanto en la ley como en el evangeho, en el estado como en la iglesia, en la jurisprudencia como en la evangelizaci6n.3

o

valiendonos de una imagen mas llamativa, Raymond Bakke ha e;crito que «nosotros los cristi~os somo~ las ~icas personas e.n esta tierra que tienen la perspectiva mundlal que mtegra la ~atena y el espiritu y que nos permite ocupamos d~l desarrollo de} s~te~a cloacal y de la salvacion d~ almas c.on Igual placer». 51 bIen podemos aceptar las afirmaclOnes de hp~ «~anto-com?:>,tenemos problemas, en primer lugar,yara def~mr la relaclOn entre la evangelizacion y la responsablhdad SOCial, y, en segundo lu.gar, en cuanto al vocabulario que hemos de usar para expresar dlcha

tipo «tant?~como»..Los parrafos sobre la evangelizacion y la responsablhdad sOCIal aparecen a la par sin intento alguno de relacionarlos entre 51. 0 mas bien, mas acertadamente, la {mica mencion de una relacion entre ellas es la afirmacion en el parrafo 6 de que «en la mision del servicio sacrificial de la iglesia la evangelizacion ocupa ellugar primario». El movimiento de Lausana se ha mantenido fiel a esta declaracion de la primacia de la evangelizacion, y su «Consulta sobre la relacion entre la evangelizacion y la responsabilidad social», celebrada en Grand Rapids en 1982, respaldo y explico esta primacia de dos maneras. Primero, la evangelizacion tiene una cierta prioridad logica: «El hecho mismo de la responsabilidad social cristiana presupone cristianos socialmente responsables, y solo es posible serlo mediante la evangelizacion y el discipulado.» En segundo lugar, la evangelizaci6n se relaciona con el destino etemo de las personas, y, aillevarles las buenas noticias de salvaci6n, los cristianos estan haciendo 10 que nadie mas puede hacer. Pocas veces, si es que alguna, deberiarnos tener que elegir entre ... curar cuerpos y salvar almas ... No obstante, si debemos elegir, entonces tenemos que decir que la necesidad suprema y ultima de toda la humanidad es de la gracia salvadora de Jesucristo, y que, por consiguiente, la salvaci6n etema y espiritual de la persona tiene mayor importancia que su bienestar temporal y materia1. 6

Amplio recibimiento tuvo el Pacto de Lausana (1974), qu.e co~tenia claras afirmaciones sobre «La naturaleza de la evangehzaClon» y «La responsabilidad social cristiana».5 E~ta ~~tima inc1uia ta~?ien la afirmacion de «que tanto la evangehzaclOn como la aetlvldad socio-politica forman parte de nuestra re~ponsabilida~crist~~a». Nuevamente, sin embargo, esta no es mas que una afIrmaclOn de

El Manifiesto de Manila (1989) hizo una declaracion semejante: «La evangelizacion es primaria porque nuestra principal preocupacion es con el evangelio; que todas las personas tengan la oportunidad de aceptar a Jesucristo como su Senor y Salvador.»7 El reafirmar la primacia de la evangelizacion no resuelve el problema, sin embargo. Todavia deja las relaciones entre la evangelizacion y la responsabilidad social sin definir. Con el objeto de elaborar estas relaciones se llevo a cabo la Consulta de Grand Rapids en 1982. Sus miembros ac1araron tres de los problemas. Primero, «la aetividad social es una consecuencia de la evangelizacion». Porque la evangelizacion acerca ala gente a la fe, «la fe obra par el amor», y el amor produce el servicio. 8 De hecho, «la responsabilidad social es mas que una consecuencia de la evangelizacion; es tambien uno de sus principales objetivos»,

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relacion.

La relaci6n entre la evangelizaci6n y la responsabilidad social


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dado que somos salvos «para buenas ?br~s».9 En segundo lugar, «la aetividad social puede conshtmr un ,Puen.te. para la evangelizacion». A pesar del peligro de produclr «cnshanos pOl' conveniencia»,a es decir, de atraer a las personas que apare~tan convertirse, pOl' los beneficios materiales que pueden obter:er~ ~lgue siendo cierto que el amor en accion «puede demoler preJUlclos y sospechas, abrir puertas cer~'a~as y lo~rar que, se e~cuche el evangelio». Tercero, «la aChvlda.d soc~a~ no solo slgue a la evangelizacion, como su consecuenCla y obJeh~o, y la precede c~mo su puente, sino que a la vez la acompana co~o su SOCla 0 colaboradora. Son como las dos hojas de un par de hJeras 0 las dos alas de un ave», como 10 fueron en el ministerio publico de Jesus. «La asociacion es, en realidad, un matrimonio.»10 Esta colaboracion se aplica tanto al cristiano indi.vidua~ como a la iglesia local. POl' supuesto, cristianos diversos reClben dlferentes llamados y dones especializados (vel' ~l c~ritulo 8): 9. ue ~os capacitan para concentrarse en la reahzaclOn de mlr:ls.ten~s especializados, asi como los ~o~e fu~ron ll~m~dos a un mmlsteno pastoral y los Siete a un mmlsteno sOCl~l. Des~e lu.ego que diferentes cristianos se encuentran en dlversas sltuaClones de urgencia 0 emergencia que exigen respuestas especia~izadas. No culpamos al buen samar.itano.ror ocuparse de .las her~das del viajero sin averiguar su sltu~clOn.espm~ual, 111 a FehI?e pOl' compartir el evangelio con el ehope sm avenguar sus necesldades sociales. No obstante, estos son llamados y situaciones particulares. Hablando en general, todos los seguidores de Jesucristo tienen la responsabilidad, segu.n las oportunidades que se les presenten, tanto de testificar como de servir. Algo similar ocurre cuando se trata de cada iglesia .local. Las necesidades de su comunidad local seran muchas y vanadas. Pero no pueden todos hacer todo. Consecuentemente, en una iglesia de regular tamano, sus miembros deberian ser alentados a formal' «grupos de estudio y accion», segu.n sus dones,.namad~se intereses, para que cada grupo se ocupe de una r:ecesl~ad SOCIal, pastoral, 0 de evangelizacion particular ~n el veCmdal~lO. ~e este modo sera posible responder a una canh~ad ~e desaflOs dlferentes. No obstante, sera importante que la IgleSIa local reconozca a sus grupos especializados, que los apoye alentandol~s, ofreciendoles consejo, oracion y dinero, segun la necesldad, y brindandoles la oportunidad de informal' sobre sus logros de tanto 326

en tanto. Este modo de «hacer suyos» a los grupos Ie permitira a la iglesia llegar a la comunidad con su compasion, y servir cubriendo una cantidad de sus diversas necesidades. Hasta aqui hemos venido pensando acerca de las relaciones entre la evangelizacion y la responsabilidad social. El segundo problema que tenemos se refiere al vocabulario que deberiamos usar para expresar la asociacion entre ellas. Segun el informe del primer Congreso Anglicano Evangelico Nacional, efectuado en la Universidad de Keele en 1967, «la evangelizacion y el servicio misericordioso van juntos en la mision de Dios»,12 Yo mismo intente posteriormente desarrollar esto cuando escribi: «El termino 'mision' describe todo 10 que se Ie ha encomendado a la iglesia en el mundo», a saber, el «servicio cristiano en el mundo, que comprende tanto la evangelizacion como la accion social».13 Algunos lideres evangelicos han criticado esta definicion de la «mision». Creen que es potencialmente perjudicial para la mision cristiana, porque apartara a los misioneros de sus tareas prioritarias de evangelizar, discipular y plantar iglesias. POl' 10 tanto, proponen que mantengamos 10 que entendemos tradicionalmente como «mision» y «misionero», para hacer referencia unicamente a estas actividades de evangelizacion, aun cuando admiten que todos los cristianos tienen al mismo tiempo responsabilidades sociales y politicas. iPor cierto que 10 ultimo de 10 cual desearia ser culpable es de estorbar la mision de la iglesia! Tambien es cierto que la palabra «mision» misma no es un termino biblico, como tampoco 10 son «Trinidad» y «sacramento». Sin embargo, se trata de una expresion abreviada, util para hacer referencia a un concepto biblico de 10 que Cristo envia a su pueblo a hacer en el mundo. Todavia insisto en que esto no puede quedar limitado a la evangelizacion que proclama el mensaje, aun cuando ya he dicho que esta tiene prioridad en la iglesia. No es simplemente una cuestion de semantica (LQue significa la palabra «mision»?), sino de sustancia (LPor que somos enviados al mundo?). Aun si aceptaramos que la palabra «mision» no puede tener toda la carga de significado que Ie ha asignado, no haria ninguna diferencia al argumento de que somos enviados al mundo tanto para testificar como para servir. Tampoco me siento capaz de retirar la conviccion de que huestra mision ha de modelarse segun la de Cristo. Asi como su amor pOl' nosotros es como el amor del Padre hacia 327


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Los cristianos evangelicos no son nada si no son al mismo tiempo cristianos biblicos. Por 10 menos nuestro supremo anhelo (sea que tengamos exito 0 no) es vivir «sometidos» y «de conformidad» a la Escritura. LHay, por 10 tanto, buenas garantias biblicas para mantener juntas la evangelizaci6n y la acci6n social? Las hay. Se han expresado de diferentes maneras, pero me conformare con tres argumentos fundamentales. Primero, esta el caracter de Dios. El Dios de la revelaci6n biblica, que es tanto Creador como Redentor, es un Dios que se preocupa por el bienestar (espiritual y material) de todos los seres humanos que ha creado. Habiendolos creado a su propia imagen, anhela que descubran su verdadera humanidad en sus relaciones con el y entre S1. Por un lado, a Dios Ie preocupa vivamente la situaci6n de

sus criaturas en su alejamiento de el. No se complace en absoluto por la muerte de los malos, y no quiere que nadie se pierda. De modo que les ruega que escuchen su palabra, que se vuelvan a el en actitud de arrepentimiento y que reciban su perd6n. Por otro lado, a Dios Ie preocupan los pobres y los hambrientos, los extranjeros, las viudas y los huerfanos. Denuncia la opresi6n y la tirania, y pide justicia. Le dice a su pueblo que sea la voz de los que no tienen voz, y defensor de los impotentes, y que de ese modo exprese su amor por ellos. No es accidental ni una sorpresa, por 10 tanto, que los dos grandes mandamientos de Dios sean que Ie amemos a el con todo nuestro ser y a nuestro pr6jimo como a nosotros mismos. El funcionamiento de estos mandamientos se adara perfectamente en la ley. Por ejemplo, su pueblo debia «temer», «amar» y «servir» aDios. LC6mo? En parte «[andando] en todos sus caminos» y «[guardando] sus mandamientos», porque el es «Dios de dioses, y Senor de senores», quien por ello ha de ser adorado; y en parte siguiendo su ejemplo, por cuanto el «hace justicia al huerfano y a la viuda ... ama tambien al extranjero dandole pan y vestido».16 Asi, la adoraci6n y la obediencia, por un lado, la filantropia y la justicia, por otro, van juntas como la doble obligaci6n del pueblo de Dios. Luego vinieron los profetas, que recordaban constantemente al pueblo la ley, y exhortaban a cada cual a obedecerla. «Oh hombre, el te ha dedarado 10 que es bueno, y que pide Jehova de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.»17 Una vez mas, la justicia y la misericordia para con el pr6jimo y la humildad ante Dios estan unidas. A la par de este testimonio profetico sobre la ley de Dios iban las valientes denuncias contra quienes la escarnecian. Elias constituye un ejemplo destacado. En una epoca de apostasia nacional, su ministerio aparece centrado en sus dos enfrentamientos principales, primero en el monte Carmelo, cuando desafi6 al pueblo a escoger entre Yahve y Baal,ls y luego en Jezreel, cuando acus6 al rey Acab de asesinar a Nabot y confiscar su propiedad, y Ie advirti6 acerca del juicio de Dios. 19 Resulta llamativo descubrir al mismo profeta actuando como defensor tanto de la lealtad religiosa como de la justicia social. Luego, ciento cincuenta anos mas tarde, encontramos a los dos grandes profetas exilicos, Jeremias y Ezequiel, continuando la

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el,14 asi tambien el nos envia al mundo en la forma en que el Padre 10 envi6 a el al mundo. 1S Si las palabras y las obras estuvieron reunidas en su ministerio, tambien deberian estarlo en el nuestro. El temor principal de mis criticos parece ser que los misioneros se desvien de su misi6n. La mejor manera de evitar esto, en mi opini6n, no es negar que la «misi6n» sea mas amplia que la evangelizaci6n, sino en todo caso insistir en que cada «misionero» o «misionera» ha de ser fiel a su llamado particular. Ya he sugerido que en la iglesia local, si bien algunos miembros son llamados a este ministerio y otros a aquel, la iglesia misma sufrira un desequilibrio si no induye una variedad de ministerios. De modo semejante, si bien algunos misioneros son llamados primariamente a la evangelizaci6n, el discipulado, la formaci6n de iglesias, la traducci6n biblica, mientras otros son llamados a ministerios especializados como la medicina, la educaci6n 0 el desarrollo, no obstante, la iglesia nacional (y las agencias misioneras que colaboran con ella) sufririan un desequilibrio si juntas no induyeran una amplia variedad semejante de ministerios. De hecho, mucho se puede decir a favor de los equipos misioneros multinacionales y multifuncionales, compuestos de nacionales y extranjeros, hombres y mujeres, evangelistas y trabajadores sociales, especialistas en la formaci6n de iglesias y expertos en desarrollo, pastores y maestros.

La base biblica para esta colaboraci6n


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misma tradici6n de protesta. LPor que cay6 sobre Jerusalen el desastre? SegUnJeremias, porque el pueblo habia «dejado» a Yahve para seguir a «dioses ajenos», y habia llenado Jerusalen de «sangre de inocentes».20 Segtin Ezequiel, la ciudad habrfa de acarrear juicio sobre si misma por ser «derramadora de sangre en medio de si», y porque «hizo idolos».21 En ambos casos el colmo del pecado de Israel fue la combinaci6n de «fdolos» y «sangre», ya que la idolatria era el peor pecado contra Dios, y el asesinato el peor contra el pr6jimo. La ley y los profetas, por 10 tanto, reflejan el cankter de Dios. Lo que el es, debe serlo tambien su pueblo, compartiendo y reflejando sus intereses. En particular, no hay ningun dualismo en el pensamiento de Dios. Tendemos a contraponer entre SI de un modo malsano el alma y el cuerpo, el individuo y la sociedad, la redencion y la creacion, la gracia y la naturaleza, el cielo y la tierra, la justificacion y la justicia, la fe y las obras. La Biblia ciertamente distingue entre ellos, pero tambien los relaciona entre S1, y nos instruye a mantener cada par de conceptos en una tension dimimica y creativa. 22

La segunda raz6n para mantener juntas la evangelizaci6n y la preocupaci6n social la tenemos en el ministerio y la ensefianza de Jesus. No puede haber dudas de que las palabras y los hechos marchaban juntos en su ministerio publico. Cierto es que era un predicador. Anunciaba la venida del reino de Dios. Pero tambien demostraba su arribo mediante sus obras de compasi6n y poder. Asi, leemos que «recorda las aldeas de alrededor, ensenando»/3 y que «anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos».24 La semejanza entre estas dos afirmaciones es el hecho de que «andaba» 0 «recorda»; tenia un ministerio itinerante y recorria en todas las direcciones la campifia palestina. La diferencia se refiere a 10 que hacia cuando andaba 0 recorda. Segun Marcos, andaba «ensenando»; segun Lucas, «haciendo bienes y sanando». Habia en su ministerio un indisoluble lazo entre la evangelizaci6n y el servicio misericordioso. Jesus exhibi6 en acci6n el amor de Dios que proclamaba. «Estaba ocupado -ha escrito Chuck Colsonno s6lo en salvar al hombre del infierno en el otro mundo, sino en liberarlo del infierno de este mundo.»25 De modo, entonces, que sus palabras explicaban sus obras, y sus obras dramatizaban sus palabras. El ofr y el ver, la voz y la 330

visi6n, iban juntos. Se apoyaban mutuamente. Porque las palabras se mantienen abstractas hasta que se vuelven concretas en actos de a~or, mientras que las obras se mantienen ambiguas hasta que s?n mterpreta~aspor la pr.o~lamaci6n del evangelio. Las palabras sm las obras plerden credibilidad; las obras sin palabras carecen de claridad. De modo que las obras de Jesus hadan visibles sus palabras, y sus palabras hadan inteligibles sus obras. Lo que Jesus exhibi6 en su vida y ministerio tambien esta incluido en su ensenanza. Quiero compartir con ellector una reflexi6n sobre dos de sus parabolas mas conocidas y atesoradas, a saber, la del hijo pr6~ig026 (que destaca el tema de la conversi6n), y la del buen samantan027 (que destaca el tema de la acci6n social). Existen se~ejanzas obvias entre ellas. Ambas, por ejemplo, han sido registradas solamente por el doctor Lucas, a quien Ie interesaba represen~ar a Jesus (y~ asi, aDios) c.omo el que amaba al extrano y al desvahdo; en el pnmer caso, el Joven porfiado, y en el otro, la victima de los malhechores. Tambien vemos que ambas pintan si~uacio.nes tragi~as que, se da a entender, no son del agrado de DIOS. DIOS no qUlere que los seres humanos hechos a su imagen se desmoralicen y se pierdan en un pais lejano 0 que sean asaltados y abandonados medio muertos a la orilla del camino. Su deseo es que tanto el perdido como el apaleado vuelvan a su casa. Mas i~porta~te para mis fines en este momento, sin embargo, son las diferenclas entre estas dos parabolas. Si las mantenemos junta~',ellas ~efuer~an el necesario nexo entre la evangelizaci6n y la aCClOn sOClal. Pnmero, en ambas hay una victima: un hombre que se encuentra en una situaci6n desesperada. En la parabola del hijo pr6digo este es victima de su propio pecado; en la parabola del buen samaritano este es victima de los pecados de otras personas, es decir, es «aque1contra el cual se ha pecado» (para valernos de una expresi6n popularizada por Raymond Fung en la Consulta de Melbourne en 1980). Mas todavia, en la primera parabola se describe un pecado personal; en la segunda, un pecado social, como 10 es el mal de la desorganizaci6n publica. Ambas debedan despertar nuestra misericordia. Nos debe preocupar tanto el que ha pecado, como aquel contra el cual se ha pecado. En segundo lugar, en ambas parabolas hay un rescate: de la alienaci6n en tierra distante, en un caso, y de un asalto violento, en el otro. En la primera parabola el pecador se arrepiente, vuelve yes perdonado (se trata de salvaci6n por la fe); en la segunda, la 331


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victima no puede hacer nada: debe su rescate a la caridad del samaritano (se trata de un rescate por medio de las buenas obras). Tercero, en ambas se ve un despliegue de amor. En la parabola del hijo pr6digo vemos el amor de Dios, cuando el padre recibe al joven en su casa; en la parabola del buen samaritano vemos el amor del pr6jimo hacia el pr6jimo, cuando el samaritano venda las heridas de la victima. Ademas, en ambos casas el amor triunfa sobre el prejuicio. El pr6digo es perdonado a pesar de que no merece ese tratamiento; el samaritano se compadece de la victima de los ladrones, a pesar de que se trata de un judio desconocido que no tiene derecho al bien que recibe. Cuarto, en ambas parabolas hay una segunda trama, que dramatiza una alternativa distinta de 10 que aqui se ensalza. En la parabola del hijo perdido, su hermano mayor se niega a regocijarse por su arrepentimiento y su regreso. En la parabola del samaritano, el sacerdote y ellevita evaden el compromiso con la situaci6n del hombre apaleado. Podriamos decir que los que resisten eillamado a la evangelizaci6n, y dejan a la gente sola en su pecado, se asemejan al hermano mayor, mientras que los que resisten el llamado a la acci6n social, y dejan a la gente sola en medio de sus sufrimientos, se asemejan al sacerdote y allevita, que «[pasaron] de largo». De este modo, cada una de estas parabolas enfatiza un aspecto vital del discipulado cristiano; comienza cuando, como el hijo pr6digo, volvemos a casa en busca de salvaci6n, y continua cuando, como el buen samaritano, salimos a cumplir una misi6n. Cada uno de nosotros se parece al pr6digo; cada uno de nosotros deberia parecerse al samaritano. Primero enfrentamos nuestros propios pecados, y luego enfrentamos los sufrimientos del mundo. Primero entramos y recibimos misericordia, y luego salimos a mostrar misericordia. No podemos mostrar misericordia mientras no la hemos recibido; pero una vez que la hemos recibido debemos mostrarla a otros. No divorciemos 10 que Cristo ha unido en matrimonio. Todos hemos sino pr6digos: Dios quiere que todos seamos samaritanos tambien. Ademas del ejemplo y la ensenanza de Jesucristo, me gustaria mencionar sus emociones. En el capitulo 7 consideramos la manera en que, frente al «postrer enemigo», la muerte, que el habia venido a destruir, Jesus «resop16» 0 «buf6» de ira por este mal, y luego «lior6» de compasi6n por sus victimas. Luego prosegui con el tema,

sugiriendo que esas mismas emociones deberian motivarnos a nosotros, dondequiera que nos encontremos enfrentando el mal, sea el mal del alejamiento humano de Dios, 0 los males sociales de nuestros dias. Recientemente he leido por primera vez ellibro del general William Booth In Darkest England and the Way Out. Publicado en 1890, su titulo fue copiado deliberadamente del de H. M. Stanley, In Darkest Africa (que habia aparecido poco antes ese mismo ano), con el fin de trazar un paralelo. La Parte I se denomina «Las tinieblas» y la Parte II «Liberaci6n». Booth escribia con gran sentimiento sobre las miserias ocasionadas por la pobreza, el desempleo, la falta de techo, el hambre, la explotaci6n laboral, la ebriedad, la enfermedad, los bajos fondos, la trata de blancas y la prostituci6n. «La sangre hierve impotentemente de ira a la vista de estas enormidades -eonfesaba- insensiblemente infligidas y silenciosamente soportadas por estas miserables victimas.»28 Por supuesto que Booth anhelaba la conversi6n de esta gente y sostenia que siempre ponia primero la salvaci6n. Pero, «Lde que vale predicar el evangelio -preguntaba- a gente cuya atenci6n estaba totalmente centrada en una lucha loca y desesperada para mantenerse viva?»29 «AI proporcionar alivio de la miseria temporaria -agregaba- considero que 5610 estoy haciendo mas facil donde ahora es dificil, y posible donde ahora es practicamente imposible, que los hombres y las mujeres descubran el camino a la cruz de nuestro Senor Jesucristo.»30 Siguiendo esta politica, la segunda parte dellibro contiene un sorprendente conjunto de propuestas: de una colonia granjera, una colonia ultramarina, un hospital ambulante, «la brigada ante la puerta de la prisi6n», hogares de rescate para prostitutas y «hogares preventivos para nmas virgenes en peligro»; de una «oficina informativa para personas extraviadas», «refugios para los nmos de la calle», «escuelas industriales», «pueblos suburbanos modelo», «el banco del pobre», un plan de ayuda legal para los pobres, etc. Cuando se comenz6 a conocer esta notable combinaci6n de preocupaciones sociales y espirituales, «inevitablemente la imaginaci6n publica dot6 al Ejercito de Salvaci6n de una consigna que ha perdurado hasta hoy, y que en ingIes reza: 'soup, soap and salvation'», 0 sea, «sopa, jab6n y salvaci6n».31 b El tercer argumento biblico a favor de la asociaci6n. de.~a evangelizaci6n y la acci6n social se relaciona con La comumcaClOn

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Si bien la base biblica para la asociacion entre evangelizacion y responsabilidad social parece estar bien afirmada, se han planteado algunas objeciones. Primero, l,no deberian los cristianos mantenerse alejados de la polftica? A esta objecion frecuentemente Ie sigue el comentario de que, aun cuando todos los cristianos estan de acuerdo con el servicio social (es decir, la filantropia), no estamos tan seguros en cuanto a la accion social (es decir, el compromiso politico). Nuestra respuesta a esta primera objecion dependera, en buena medida, de la connotacion que Ie demos al termino «politica». Si tomamos la definicion estrecha (referida a las politicas y los

programas para el cambio legislativo, desarrollados por los partidos politicos), entonces los cristianos no deberian mezc1arse, a menos que esten dispuestos a hacer los deberes correspondientes. La politica es para los politicos que han obtenido la necesaria prcktica y experiencia. Hay pocas circunstancias mas embarazosas que el espectaculo de esos cristianos que pontifican sobre cuestiones politicas desde posiciones de ignorancia. La definicion mas amplia del vocablo «politica», sin embargo, se refiere a la vida de la polis, la ciudad, y al arte de vivir conjuntamente en comunidad. En este sentido, todos estamos incluidos en la politica, ya que Jesus nos llama a vivir en un mundo secular. Tambien tenemos que estar de acuerdo en que el servicio social no es suficiente. Trabajar -inc1uso promover la agitacion publica- en pro del cambio legislativo es una expresion esencial del amor al projimo. Por ejemplo, tenemos que ir mas aHa de la curacion de individuos, ala construccion de hospitales, donde se concentran las diversas especialidades de la medicina; mas aHa de alimentar a los hambrientos, al establecimiento de un nuevo orden economico internacional en el cual se suprima el hambre; mas aHa de vendar a los heridos como el buen samaritano, a la tarea de librar el camino de Jerico de malhechores; y mas aHa del tratamiento justo a los esc1avos, a la abolicion de la institucion de la esc1avitud misma. Puede que no haya ninguna garantia biblica explfcita para estas cosas, y por cierto que Jesus nunca hizo un Hamado para que se emancipara a los esclavos. LPero acaso no estamos profundamente agradecidos de que sus seguidores 10 hicieron siglos despues? La accion politica (que podria definirse como el amor en busca de la justicia para los oprimidos) es una extrapolacion legitima del enfasis biblico en las prioridades practicas del amor. Segundo, l,no es esto volver al antiguo «evangelio social»? No, no 10 es. Tenemos que distinguir entre el evangelio social delliberalismo teologico, desarrollado por Walter Rauschenbusch y sus amigos a comienzos de este siglo, y las implicancias sociales del evangelio biblico. El «evangelio social» intentaba identificar al reino de Dios con la sociedad socializada, y luego hablaba de la accion socio-politica en funcion de «construir el reino de Dios en la tierra». La vision

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del evangelio. LeomO hemos de dar a conocer el evangelio? Para comenzar, tiene que ser articulado. Puesto que Dios mismo eligio hablar, es decir, comunicarse con los seres humanos con palabras, los cristianos no deberian despreciarlas, ni compartir el actual desencanto con el habla como medio de comunicacion. Hay tal precision en la comunicacion verbal, ya se trate de que las palabras sean habladas 0 escritas, como no se encuentra en ningun otro medio. Al mismo tiempo, la Palabra de Dios en persona «se hizo carne», como consecuencia de 10 cual hay quienes han «[visto] su gloria».32 Si la Palabra de Dios se hizo visible, tambien deben hacerlo nuestras palabras. No podemos anunciar el amer de Dios concredibilidad a menos que tambien 10 exhibamos en accion. De manera que no podemos mantenernos apartados de aquellos a quienes hablamos el evangelio, 0 ignorar su situacion y su contexto. Tenemos que meternos en su realidad social y participar de sus sufrimientos y sus luchas. En ese momento, dice J. H. Bavinck, nuestras acciones «se vuelven predicacion».33 Esto nos retrotrae al ministerio de Jesus. Se nos llama hoy (dice el Manifiesto de Manila) a una integraci6n similar de palabras y hechos. En un espfritu de humildad, hemos de predicar y ensenar, ministrar a los enfermos, alimentar a los hambrientos, ocupamos de los presos, ayudar a los impedidos y discapacitados, y liberar a los oprimidos. Mientras reconocemos la diversidad de dones, llamados y contextos espirituales, al mismo tiempo sostenemos que las buenas noticias y las buenas obras son inseparables. 34

Consideraci6n de cinco objeciones


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era arrogante, muy confiada en si misma y ut6pica. Las consecuencias sociales del evangelio biblico son diferentes, sin embargo.Una vez que somos nuevas criaturas en Cristo y miembros de su nueva sociedad, debemos aceptar la responsabilidad que nos da el de impregnar la antigua sociedad con su sal y su luz. En tercer lugar, "no es esta preocupaci6n social igual que la «teologia de la liberaci6n»? No, por cierto que no. Nuestra principal critica evangelica a la teologia de la liberaci6n es que ella intenta equiparar la liberaci6n social, politica y econ6mica de los seres humanos, con la «salvaci6n», para lograr la cual Cristo vino, muri6 y resucit6. Tambien ha tendido a respaldar las teorias marxistas (especialmente su analisis social) y a adoptar la violencia. Habiendo dicho esto, la liberaci6n total de los seres humanos de todo aquello que los oprime, degrada 0 deshumaniza seguramente es del agrado de Dios su Creador. Yo habria deseado que los cristianos hubiesen sido los primeros en llegar con una teologia de liberaci6n realmente biblica. Pero equiparar la «liberaci6n» material con la «salvaci6n» es no entender, y al mismo tiempo tergiversar, la Escritura. Cuarto, "no es imposible esperar un cambio social a menos que la gente se convierta? Una vez mas, no es as!. Desde luego que anhelamos que la gente se convierta. Pero Jesucristo, por medio de su pueblo, ha ejercido una influencia enorme para el bien de la sociedad en general. Pensemos, por ejemplo, en los mejores niveles de salud e higiene, la mayor difusi6n de la educaci6n, el creciente respeto hacia la mujer y el nifto, la preocupaci6n por los derechos humanos y las libertades civiles, las mejores condiciones en fabricas, minas y circeles, y la abolici6n de la esclavitud y el tnmco de esc1avos. La legislaci6n puede asegurar mejoras sociales, aun cuando no convierte a la gente ni las transforma en personas de bien. Inc1uso, los seres humanos caidos retienen suficientes vestigios de su imagen divina como para preferir la justicia antes que la injusticia, la libertad antes que la opresi6n, y la paz antes que la violencia. Martin Luther King tenia raz6n cuando dijo: La moralidad no se puede legislar, pero se puede regular el comportarniento. Los decretos judiciales pueden no carnbiar el coraz6n, pero pueden restringir a los que no tienen corazon ... La ley no puede hacer que el empleador me arne, pero puede impedir que se niegue a emplearme debido al color de mi piel.35 336

Quinto, "no nos distraera de la evangelizaci6n el compromiso con la acci6n social? 5i podda, pero no tiene por que hacerlo. Por cierto, deberiamos ponemos en alerta ante esta posibilidad. Debedamos estarles agradecidos a los guardianes evangelicos que ladran fuerte y mucho, si yen en nosotros alguna senal de disminuci6n del compromiso con la evangelizaci6n. Pero si vivimos a la luz de la muerte, resurrecci6n y ascensi6n de Jesus, nuestros incentivos para evangelizar se renovaran continuamente en ese manantial perenne. En particular, su exaltaci6n al supremo lugar de honor nos inspirara de tal modo que anhelemos que reciba la gloria debida a su nombre. Entonces la acci6n social, lejos de desviamos de la evangelizaci6n, la hara mas efectiva, al hacer mas visible y mas creible el evangelio.

Algunos ejemplos de esta colaboraci6n «La acci6n social en la misi6n ~scribi6 el mision6logo norteamericano R. Pierce Beaver- puede trazarse desde la epoca de los ap6stoles.» Mas aUn, «la preocupaci6n nunca estuvo limitada al socorro»; inc1uia 10 que hoy llamamos «desarrollo», contribuir a que las comunidades adquiriesen confianza en si mismas, ya sea ofreciendo plantas y animales mejorados, eliminando enfermedades, cavando pozos mas profundos para obtener agua pura y constante, 0 estableciendo escuelas industriales. Ademas, los misioneros defendian la justicia social. Fueron constantemente los protectores de los pueblos nativos contra la explotacion y la injusticia por parte del gobiemo y las companfas comerciales ... Representaron un papel muy importante en la abolici6n del trabajo forzado en el Congo. Resistieron el trafico de esclavos en el Pacifico del Sud. Lucharondenodadarnente por los derechos humanos al combatir el opio, la costumbre de ligar los pies de las mujeres para evitar su crecimiento normal, y el abandono de los bebes de sexo femenino en la China. Hicieron la guerra a la quema de viudas, al infanticidio y a la prostituci6n religiosa en la India, y, por sobre todas las cosas, quebraron la esclavitud social y econ6mica del sistema de castas para la gente humilde y los parias... 36 La diferencia principal entre aquellos dias y la actualidad es que la responsabilidad del testimonio social ha pasado ahora, en muchas partes, de los misioneros a la iglesia nacional. Los extranjeros s6lo

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deberfan ocuparse de ella si los invitan a hacerlo los dirigentes de la iglesia. Habia, de hecho, una cierta inevitabilidad en torno a estas preocupaciones. Resultaba literalmente imposible que los primeros misioneros proc1amasen el mensaje del amor de Dios en Cristo para la salvaci6n de los pecadores, y al mismo tiempo ignorasen las condiciones sociales de la gente. El evangelio mismo, cuyos mensajeros eran, los obligaba a oponerse a todo 10 que fuese incompatible con el mismo, ya fuese la esc1avitud en el Africa, la intocabilidad y otros males en la India, 0 la explotaci6n de los pueblos tribales y la degradante pobreza en las masas, en America Latina. De la misma manera, es imposible evangelizar en Occidente y simplemente hacer la vista gorda a la dificil situaci6n de los desempleados y de los que no tienen techo, de la juventud alienada y de las familias con un solo padre en las zonas pobres y superpobladas, decadentes y descuidadas de las ciudades. LNo tiene el evangelio nada que decir sobre estas cosas? LTiene nuestro Dios interes s6lo en llevar gente al cielo, y no en mejorar sus circunstancias en la tierra? No; ignorar los deshumanizantes males de la sociedad, mientras predicamos la humanizante influencia de la salvaci6n, es ser culpable de una contradicci6n interior que desfigura aDios y distorsiona el evangelio. El compromiso misericordioso con las «necesidades sentidas» de otras personas forma parte integral de la misi6n encamacional y 10 demanda el evangelio de Cristo. David Howard, secretario general de la World Evangelical Fellowship (Alianza Evangelica Mundial) entre 1982 y 1992, ha escrito acerca del ministerio de su amigo Gregorio Landero. Describiendolo como «uno de los evangelistas mas dotados que jamas he conocido», prosigue: Mientras viajaba llevando el evangelio a muchas partes del norte de Colombia, comenzo a sentir como una pesada carga el hecho de que la gente a la que procuraba ministrar con respecto a su alma sufria por falta de alimentos. Agonizaba pensando como podia predicar un evangelio de salvacion cuando ellos se estaban muriendo de hambre y padeciendo enfermedades que podian evitarse con ayuda adecuada. Comenzo a estudiar las posibilidades de una presentacion mas plena del evangelio. El resultado, a 10 largo de varios afios de mucha dedicacion, fue el desarrollo de Accion Unida, un programa de extension total para las necesidades de la gente. Gregorio es ellfder 338

de Accion Unida y ha proporcionado la vision y el impulso a todo el desarrollo del programa. Hoy, a la par de su predicacion evangelizadora, el y sus colegas estan ayudando a la gente a mejorar los metodos agricolas, desarrollando proyectos familiares para la cria de aves de corral, 10 que proporcionara mas proteinas a su dieta, ensefiando higiene domestica, llevando a cabo tareas dentales, tareas de alfabetizacion, y otras cosas que contribuiran a desarrollar la familia y mejoraran la vida comunitaria de la gente. Tambien se han hecho esfuerzos por ayudar a conservar los recursos naturales, que son parte de la creacion total,37 Festo Kivengere, de Uganda, tuvo una visi6n y compromiso holistico similar. Era, primero y principalmente, un evangelista. Y cuando 10 designaron obispo de la di6cesis de Kigezi, prosigui6 con su ministerio de evangelizaci6n extraordinariamente efectivo y de alcance mundial, durante el cual muchos fueron ganados para Cristo. Pero tambien se ocupaba del desarrollo en su di6cesis, y especialmente del perfeccionamiento de la educaci6n, la salud y la agricultura. Su mensaje estaba centrado en el amor y la reconciliaci6n por medio de Cristo, pero tambien imploraba a favor de la justicia. Si bien no era un obispo politico, en el sentido de que no participaba en las actividades legislativas, judiciales 0 ejecutivas del estado, no obstante, represent6 un papel importante en el derrocamiento de Idi Amin. Varias veces arriesg6 su vida al enfrentar a Amin en privado, y al protestar contra su reino de terror. «Festo era tan valiente -recordaban sus colegas-. Mientras los arrestos continuaban, seguia acudiendo a Amin para enfrentarlo con la enormidad de 10 que estaba haciendo.»38 El obispo Festo no veia ninguna inconsecuencia entre estos diferentes aspectos de su ministerio. En un seminario que dirigi6 en una convenci6n en Amsterdam en 1987, habl6 sobre «la tragica divisi6n entre 10 que, segun el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, son los dos lados de la misma moneda: la salvaci6n de

las almas perdidas de las personas ... y la preocupaci6n par.sus n~cesida.des sociales».39 Y el obispo Shannon Mallory, de CalIforma, qUlen presidi61a Consulta de «Partners in Mission» [Socios en la misi6n] en Uganda en 1985, dijo de el: Nuestro amado Festo era un fogoso profeta en medio de ese debate (a saber, acerca de las violaciones de los derechos humanos que se estaban perpetrando en esa epoca), al hacer llamados, por un lado a la 339


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renovaci6n espiritual y la reconciliaci6n de la Iglesia de Uganda, y al mismo tiempo plantandose denodadamente (casi solo, parecfa) para hablar y condenar la tirania politica y militar que todavia continuaba en el pais.40 Por 10 tanto, el testimonio evangelizador y la protesta politica, lejos de ser incompatibles, eran y son gemelos naturales. Si bien pocos cristianos seran llamados a ocuparse de ellos simultaneamente, ya que diferentes personas son llamadas para diferentes ministerios, no obstante, la iglesia en su conjunto debe ocuparse de ambos, por cuanto ambos pertenecen a la mision que Dios Ie ha encomendado en el mundo.

CAPITULO VEINTIUNO

La cristologia de la misi6n

L

a «misionologia» es una disciplina a la que se Ie reconocen parametros cada vez mas amplios. Incluye la historia de las misiones cristianas; el estudio comparativo de las religiones, la teologia de las religiones, y el caracter unico de Cristo; la base biblica de la mision; las estrategias misioneras y el crecimiento de las iglesias; las motivaciones y los metodos misioneros; cuestiones de cultura, contextualizacion, la formacion de iglesias; la relacion entre la evangelizacion y la responsabilidad social, y la renovacion de la iglesia. Con todo, algunas veces falta en esta lista 10 que podria llamarse la «cristologia» de la mision, que reconoce a Cristo como la fuente y el camino, el corazon y el alma, la base y la meta, de toda mision. No hay nada tan importante para la recuperacion de la mision de la iglesia (donde ella se ha perdido), 0 su desarrollo (donde ella es debil), como una vision nueva, clara y completa de Cristo Jesus. Cuando se 10 rebaja, y especialmente cuando se 10 niega, en la plenitud de su persona y sus obras unicas, la iglesia carece de la motivacion y la direccion necesarias, nuestro animo decae y la mision se desintegra. En cambio, el solo ver a Jesus es suficiente. Adquirimos toda la inspiracion, el incentivo, la autoridad y el poder que necesitamos. En este capitulo propongo, por 10 tanto, que miremos nuevamente a nuestro Senor y Salvador, que repasemos los seis acontecimientos principales en su carrera (la encarnacion, la cruz, la resurreccion, la exaltacion, el don del Espiritu y la parusia), y que tomemos nota de la ineludible (si bien con frecuencia descuidada) dimension de cada uno de ellos. 340

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De conformidad con el Informe de Willowbank sobre Ef evangefio y fa cultura (1978), ya mencionado varias veces, la encarnaci6n fue «la instancia mas espectacular de identificaci6n cultural en la historia de la humanidad»,l porque el Hijo no se mantuvo en la segura inmunidad de su cielo, remota mente alejado del pecado y la tragedia humanos. Ingres6 efectivamente en nuestro mundo. Se vaci6 a si mismo de su gloria y se humi116 para servir. Adopt6 nuestra naturaleza, vivi6 nuestra vida, soport6 nuestras tentaciones, experiment6 nuestros sufrimientos, sinti6 nuestros dolores, llev6 nuestros pecados y muri6 nuestra muerte. Penetr6 profundamente en nuestra humanidad. Jamas se mantuvo apartado de gente de la que se podria haber esperado que trataria de evitar. Se hizo amigo de los desahuciados por la sociedad. Hasta tocaba a los intocables. No podria haberse aunado mas con nosotros de 10 que 10 hizo. Se trataba de una total identificaci6n por amor. Reflexionando sobre el significado de la misi6n, a veces he comparado, y contrastado, en mi mente la misi6n de Cristo a la tierra con la misi6n Apolo a la luna. La analogia es floja, indudablemente, pero al mismo tiempo es instructiva, por cuanto ofrece tanto semejanzas como desemejanzas. Son similares, podria decirse, en que ambas se describen como una «misi6n» y en que la misi6n consistia en un sensacional viaje transcultural; en el caso de Cristo, del cielo a la tierra, y en el de los astronautas, de la tierra a la luna. Son diferentes, sin embargo, en el grade y la profundidad de la identificaci6n que requerian las misiones. Los astronautas de la Apolo nunca se identificaron con la luna; si hubiesen intentado hacerlo, habrian muerto de inmediato. En cambio, llevaban consigo los avios necesarios de la tierra: oxigeno, equipos, vestiduras y alimentos de la tierra. Pero cuando Jesus vino del cielo a la tierra, dej6 el cielo atras y no trajo nada consigo. El suyo no fue un aterrizaje superficial. Se hizo ser humane como nosotros, y de este modo se hizo vulnerable como nosotros. Sin embargo, como vimos en el capitulo IS, cuando Cristo se identific6 con nosotros, no abandon6 ni modific6 de modo alguno su propia identidad. Al hacerse uno de nosotros se mantuvo,

con todo, genuino y fiel a si mismo. Se hizo ser humano, pero sin dejar de ser Dios. Ahora bien, Cristo nos manda a nosotros al mundo, asi como el Padre 10 mand6 a el al mundo. 2 En otras palabras, nuestra misi6n se ha de modelar en la de el. Mas mill, toda misi6n autentica es una misi6n encarnacional. Exige la identificaci6n sin perdida de la identidad propia. Significa entrar en el mundo de los demas, asi como el entr6 en el nuestro, aunque sin comprometer nuestras convicciones, valores 0 normas cristianos. Torno al ap6stol Pablo como ejemplo. Podria argumentarse, y algunos 10 han hecho, que Pablo no se metia personalmente en la vida de la gente a la que procuraba evangelizar; que esencialmente fue un predicador que se dirigia a rostros an6nimos, en la sinagoga 0 al aire libre, y que guardaba distancia de la gente a la que se dirigia. Pero no; esta no es la manera en que el mismo veia su ministerio. Por el contrario, si bien era libre, se hada esc1avo de todos. «Me he hecho a los judios como judio, para ganar a los judios ... a los que estan sin ley, como si yo estuviera sin ley ... para ganar a los que estan sin ley. Me he hecho debil a los debiles, para ganar a los debiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. »3 Ese es el principio de la encarnaci6n. Es identificaci6n con la gente donde esta. En la historia de las misiones ha habido muchos ejemplos dramaticos de cristianos que han tratado de aplicar este principio. Menciono tres, tornados de los ultimos tres siglos. En 1732 el conde Zinzendorf, lider moravo, mand6 a dos de sus misioneros a las plantaciones de azucar de las Indias Occidentales. Estos mision~ros descubrieron que la tinica manera de alcanzar a los esc1avos afncanos era unirse a las cuadrillas de encadenados y compartir sus viviendas. En 1882 el mayor Frederick Tucker inici6las actividades del Ejercito de Salvaci6n en la India. Las ultimas palabras que Ie dirigi6 el general Booth fueron: «Metase en la piel de ell~s, T~~ker.» El mayor 10 hizo. Profundamente preocupado por la SituaclOn de los parias, decidi6 que el y sus soldados debian vivir como ellos. De modo que se vistieron la ropa caracteristica, a~optaron nombr~s indios, caminaban descalzos, se limpiaban los dlentes con carbon de lena, y comian su curry con agua, sentados en el suelo con las piernas cruzadas. 4 . . , • Luego, en 1950, un joven sacerdote ItalIano catolIco r~m.ano, Mario Borelli, horrorizado por la situaci6n de los sCUgnzZZ1, los

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La encarnaci6n de Cristo EI madeIa para Ia misi6n


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nifios de las calles de Napoles, sin amor y sin techo, decidi6 que la unica manera de a1canzarlos era haciendose uno de ellos. Adopt6 «su manera de vestir, su manera de hablar, sus habitos». Es muy posible que se haya extralimitado. 5 Ademas, no siempre resulta sabio que los misioneros se equiparen con la gente a la que se dirigen, «principalmente porque cuando el extranjero intenta hacerlo, esto puede no aparecer como algo autentico sino como teatralidad».(' No obstante, no se puede hacer menos que admirar estos audaces intentos de seguir el ejemplo de la encarnaci6n de Cristo. Para la mayoda de nosotros, sin embargo, el modele encarnacional envolvera una lucha mas prosaica. Primero, esta la necesidad de entrar en el mundo intelectual de otras personas. En relaci6n con esto siempre me ha gustado el titulo del libro de Jim Sire, The Universe Next Door. 7 Su subtitulo es A Basic World View Catalogue [Un catalogo basico de visiones del mundo], y en el esboza el significado del deismo, el naturalismo, el nihilismo, el existencialismo, el monismo panteista oriental, etc. Lo que piensa el autor es que tales personas viven en otro universo pensante; por 10 tanto, se requiere una especie de encarnaci6n para alcanzarlas. De modo semejante, en la conferencia misionera ecumenica en Melbourne, en mayo de 1980, John V. Taylor, entonces obispo de Winchester, enfatiz6 el hecho de que jamas podremos ofrecer exitosa mente el evangelio a los escepticos modernos «mientras permanezcamos dentro de nuestras propias empalizadas culturales. Los que estan genuinamente afuera -continua- s6lo pueden ser a1canzados afuera ... Si no pertenecemos naturalmente al mundo de "los de afuera" que queremos a1canzar, algunos de nosotros tendremos que molestarnos en cruzar la frontera y aprender a sentirnos c6modos en ese territorio extrano ... ».8 Creo que deberiamos estar orando y trabajando para que surja toda una nueva generaci6n de pensadores y apologistas cristianos que dediquen a Cristo la mente que Dios les ha dado, penetren con agrado en los dilemas de sus contemporaneos, desenmascaren las falsas ideologias y presenten el evangelio de Jesucristo de modo tal que se yea que el ofrece 10 que otros sistemas religiosos no pueden ofrecer, porque el, y s6lo el, puede cumplir nuestras mas profundas aspiraciones. Por 10 menos en Occidente, donde la Ilustraci6n ha perdido vigencia, ha llegado la hora, sostiene el obispo 344

Lesslie Newbigin, de «un encuentro genuinamente misionero con la cultura del posiluminismo».9 Segundo, es precise que entremos en el mundo animico de los demas, el mundo de su Angst y su alienaci6n, y lloremos con los que lloran. lO En todo no cristiano (yen muchos cristianos tambien), incluso en los mas joviales y extrovertidos, hay profundidades ocultas de dolor. S6lo podemos alcanzarlos si estamos dispuestos a ingresar en su sufrimiento. Esto incluira, a la vez, ingresar en la realidad social de las personas, como vimos en el capitulo anterior, por cuanto es imposible compartir el evangelio con la gente en un vado social, aislandola de su contexto real e ignorando su sufrimiento.

La cruz de Cristo El costo de la misi6n Uno de los aspectos mas descuidados de la misi6n biblica en el dia de hoy es ellugar indispensable en ella del sufrimiento, incluso de la muerte. Esto, a pesar de que es algo que esta muy claro en la Escritura. Quisiera ofrecer tres ejemplos. Primero, 10 vemos claramente en el siervo sufriente de Isaias. Antes de que el siervo pueda ser una luz para las naciones y llevar la salvaci6n a los extremos de la tierra,ll les ofrece las espaldas a quienes 10 hieren, las mejillas a los que Ie arrancan la barba, y el rostro a la mofa y los escupitajosY Antes de que pueda «[asombrar] ... a muchas naciones»,13 tiene que ser «despreciado y desechado entre los hombres, var6n de dolores, experimentado en quebranto».14 Mas todavia, lleva nuestros pecados y muere por nosotros como ofrenda por la culpa. 15 Douglas Webster indic6 el enfasis adecuado sobre esto. Escribi6 asi: La misi6n, tarde 0 temprano, nos encamina a la pasi6n. En categorfas bfblicas el siervo tiene que sufrir ... tiene aquello que hace efectiva la misi6n Todas las formas de misi6n llevan a alguna forma de cruz. La forma misma de la misi6n es cruciforme... ».16

En segundo lugal~ el Sellor Jesus mismo ensen6 y exhibi6 este principio, y 10 extendi6 a sus seguidores. Cuando aquellos griegos quisieron verlo, dijo: «Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado [vale decir en la cruz]. De cierto, de cierto 345


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OS digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho frutO.»17 En otras palabras, 5610 por medio de su muerte habia de extenderse el evangelio al mundo gentil. De manera que la muerte es mas que el camino a la vida; es la condici6n para ser fructifero. A menos que muera,la simiente queda sola. Pero si muere, se multiplica. Asi fue con el Mesias; y es igual para la comunidad mesianica. Porque «si alguno me sirve, sigame», dijo Jesus. 18 Tercero, el ap6stol Pablo aplicaba este principio a si mismo. Considere ellector estos extraordinarios textos: Por 10 cual pido que no desmayeis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria. 19 Por tanto, todo 10 soporto por amor de los escogidos, para que ellos tambien obtengan la salvaci6n que es en Cristo Jesus con gloria etema. 20 De manera que la muerte acma en nosotros, y en vosotros la vida. 21 Estos tres versiculos contienen unas afirmaciones verdaderamente sorprendentes. Pablo se atreve a afirmar que por sus sufrimientos, otros entraran en la gloria; que por su capacidad para soportar, otros seran salvos, y que por su muerte, otros viviran. 2,Esta loco el ap6stol? iPor cierto que no! 2,Realmente piensa 10 que dice? iPor cierto que si! No es, por supuesto, que atribuya alguna eficacia expiatoria a sus propios sufrimientos y su propia muerte, como 10 hace al referirse a los sufrimientos y la muerte de Jesucristo. Esto mas bien tiene la siguiente explicaci6n. La gente 5610 puede recibir la salvaci6n, la vida y la gloria cuando se Ie predica el evangelio, y quienes predican el evangelio con fide lidad invariablemente sufren par ello. Pablo sabia de 10 que estaba hablando. La raz6n que explica por que 10 encarcelaron y encadenaron es que habia sido fiel a la «visi6n celestial» de que los gentiles sedan recibidos en la comunidad cristiana en exactamente las mismas condiciones que los judios. Era este aspecto del evangelio 10 que despertaba una oposici6n casi fanatica contra el. Y los gentiles debian su salvaci6n a su disposici6n a sufrir par la proclamaci6n de estas buenas noticias. Muchos ejemplos de sufrimiento por el evangelio se han dado desde la epoca de Pablo. No es accidental que la palabra griega para «testigo» sea martys. Las paginas de la historia de la iglesia estan repletas de relatos de persecuci6n. Algunas veces ha sido

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flsica. En 1880, poco despues de haberse fundado el Ejercito de Salvaci6n en la Gran Bretafia, «los tabemeros y los propietarios de prostiliulos lanzaban un salvaje contraataque total ... El Ejercito aprendi6 la triste verdad del proverbio espaii.ol: 'El que quiera ser cristiano tiene que esperar la crucifixi6n.' ... En un ano --1882-- 669 oficiales del Ejercito de Salvaci6n fueron derribados al suelo 0 brutalmente agredidos.» En la decada de 1880, cuando los salvacionistas dedicaban sus hijos aDios, declaraban que estaban dispuestos a aceptar que sus hijos fueran «despreciados, odiados, maldecidos, apaleados, pateados, encarcelados 0 muertos por amor a Cristo».22 En otros momentos el sufrimiento era mas mental que fisico. La Marechale, por ejemplo, como se Ie deda siempre a la hija mayor del general Booth, escribi6 un articulo en 1883 para la revista War Cry [El Grito de guerra] desde su celda en la prisi6n en Neuchatel, Suiza, en el que hada reflexiones sobre la crucifixi6n interior. Jesus fue crucificado ... Desde ese dia, los hombres vienen tratando de encontrar un modo mas facil, pero las formas mas faciles fallan. Si quereis ganar a miles de personas que no tienen aDios, teneis que estar dispuestos a ser crucificados: vuestros planes, vuestras ideas, vuestros gustos y vuestras inclinaciones. Las cosas han cambiado, decfs, ahora hay libertad. lLa hay? Id y vivid la vida de Cristo, hablad como hablaba el, ensenad 10 que ensenaba el, denunciad el pecado dondequiera que 10 encontreis, y ved si el enemigo no se volvera contra vosotros con todo el furor del infiemo ... Cristo no fue crucificado en la sala de estar. El suyo no era un asunto a observar desde un sill6n ... lEvadis el ser reprimidos, descritos falsamente, y que se hable mal de vosotros? Es hora de que seais crucificados...23 Un tercer tipo de sufrimiento es social. Vincent Donovan, un sacerdote cat6lico romano norteamericano que trabaj6 durante diecisiete afios entre los masai de Tanzania, se pregunt6 una vez cuM seria la marca distintiva del misionero. Esta es la respuesta que el mismo se dio: El misionero es esencialmente un martir social, separado de sus rakes, su raza, su sangre, su tierra, su trasfondo, su cultura ... Ha de ser desnudado del modo mas total en que puede serlo un ser hu~ano, hasta la fibra misma de su ser ... [debe] desembarazarse de su mlsma

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cultura, a fin de que pueda ser un instrumento desnudo del evangelio para las culturas del mund0 24

martirizado y muerto por asesinos pagados. En la epoca en que murio su padre, agrego, habia solo doce iglesias en la region; cuando me hablaba habia ciento cincuenta.

Este llamado al sufrimiento y la muerte, como condicion para la mision fructifera, suena muy extrano a nuestros oidos occidentales contemponineos. La respetable cautividad de c1ase media de la iglesia no es exactamente el campo para la persecucion. zDonde esta la voluntad de sufrir por Cristo hoy? En la tendencia evangelica al triunfalismo pareceria haber poco lugar para la tribulacion. Y el falso «evangelio de la prosperidad», que promete salud y riqueza ilimitadas, enceguese a la gente a las advertencias biblicas sobre la adversidad. Con todo, queda el hecho de que si nos acomodaramos menos al entomo, con seguridad que sufririamos mas. Hay tres razones principales para que haya oposicion; pertenecen ellas a las esferas de la doctrina, la etica, y la disciplina. En cuanto a la doctrina, el evangelio del Cristo crucificado sigue siendo necedad para los intelectualmente orgullosos, y piedra de tropiezo para los que se creen justos; ambos grupos 10 encuentran humillante. En cuanto a la etica, eillamado de Cristo es a la negacion de uno mismo y al autocontrol; los indulgentes consigo mismos encuentran inaceptable su desafio. En cuanto a la disciplina, tanto el bautismo como la Cena del Senor pre.s~ponen el arrepentimiento y la fe de parte los que desean reClblr~os; ~o obstante, el negarle estos sacramentos evangelicos a algmen, mc1uso a los que abiertamente admiten que no se arrepienten ni creen, los mueve a ira. De modo que los que procuran ser fieles en doctrina, etica y disciplina, con seguridad que provocaran la persecucion, tanto en la iglesia como en el mundo. zEstamos listos, entonces, para soportar el sufrimiento de ser ridiculizados, la soledad de sentimos aislados, el dolor de que se h~ble en cont:a de nosotros y se nos difame? Mas todavia,zestamos dlspuestos, .SI fuese necesario, a morir con Cristo a la popularidad y la promoCl6n, a la comodidad y el exito, a nuestro innato sentido de superioridad personal y cultural, a nuestra egoista ambici6n de ser ricos, famosos 0 poderosos? Es la semilla que muere, la que se multiplica. lfn herma:,o de Orissa, India, me dijo una vez que, cuando el tema ocho anos de edad, su padre, que era un evangelista, fue

Es de la mayor importancia recordar que la resurrecci6n precedi6 a la Gran Comisi6n. El Senor resucitado fue quien emiti6 la comisi6n a sus seguidores para que salieran a hacer disdpulos a todas las naciones. No podia emitirla antes de haber resucitado y de haber sido revestido de poder y autoridad. «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra -podia decir ahora -. Por tanto, id, y haced disdpulos ... »25 Este es uno de los temas principales de un libro por Johannes Blauw, un ex·secretario del Consejo Misionero de los Paises Bajos. Lleva por titulo The Missionary Nature of the Church, y como subtitulo, A Survey ofthe Biblical Theology ofMission [Un panorama de la teologia biblica de la misi6n]. Su tesis es que la perspectiva del Antiguo Testamento era una perspectiva de «universalismo» (Dios prometia que todas las naciones que habia formado acudirian a adorarlo),26 pero no de «misi6n» (en el sentido de que Israel debia salir a ganar las naciones). La visi6n profetica de los ultimos dias era la visi6n de un «peregrinaje de las naciones» hacia Jerusalen. El monte Si6n seria exaltado como la cima culminante entre las montanas, «y correran a el todas las naciones».27 En el Nuevo Testamento, en cambio, esta «conciencia misionera centripeta» es remplazada por una «actividad misionera centrifuga».28 Es decir, en lugar de que las naciones corran hacia la iglesia, la iglesia va hacia las naciones. ZY cual fue el momento en que se dio el cambia? «El Gran momenta crucial»29 sostiene Johannes Blauw, fue el de la resurrecci6n. La resurrecci6n precedi6 a la Gran Comisi6n de salir, cuando se Ie dio a Cristo toda autoridad y potestad en cumplimiento de Daniel 7.13-14. «Con la pascua ha comenzado una nueva era, la entronizaci6n de un nuevo gobemante del mundo, y la proc1amaci6n de este nuevo gobemante entre las naciones. La misi6n es la notificaci6n del sefiorfo de Cristo.»3o «Si la misi6n del Nuevo Testamento pareciera ser a primera vista centrifuga -dice Johannes Blauw desarrollando posteriormente el

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La resurrecci6n de Cristo El mandata para la misi6n


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tema- es con el fin de que se vuelva centripeta. Salimos al mundo con el fin de juntarlo y reunirlo; tiramos la red para luego recogerla; sembramos para cosechar.»31 Aun mas, «en la propia persona de Pablo los aspectos centripeto y centrifugo de la predicaci6n se encuentran reunidos».32 Es decir, al salir a predicar el evangelio, Pablo reune tanto a gentiles como a israelitas, y los vuelve a su ongen. Sin embargo, la resurrecci6n es la clave para ambos movimientos. El Senor resucitado nos manda al mundo, y el mismo Senor resucitado reune a su pueblo en la iglesia. La misi6n universal de la iglesia deriva su legitimidad del senorio universal de Cristo. De este modo la resurrecci6n proporciona el mandato para la misi6n.

La exaltaci6n de Cristo El incentivo para la misi6n La motivaci6n constituye un aspecto sumamente importante de toda empresa humana. Es necesario saber no s6lo que es 10 que tenemos que hacer, sino por que tenemos que hacerlo. Cuando nuestros motivos son sanos y fuertes, podemos persistir en la realizaci6n de cualquier tarea casi indefinidamente. Pero cuando la motivaci6n es falsa, inmediatamente comenzamos a flaquear. Esto es cierto, indudablemente, de la misi6n cristiana. Procurar ganar gente para Cristo es una tarea pesada, ampliamente despreciada e impopular, y, como acabamos de ver, con frecuencia provoca una activa oposici6n. La iglesia ha de requerir poderosos incentivos, por consiguiente, si quiere perseverar. Mi argumento en esta secci6n es que la exaltaci6n de Jesucristo a la diestra del Padre, es decir, ala posici6n de supremo honor, proporciona el mas fuerte de todos los incentivos misioneros. Es mejor, en este contexto, referirnos a la «exaltaci6n» de Cristo que a su «ascensi6n», porque, si bien es cierto que «subi6 al cielo», decir que due exaltado» indica que fue Dios Padre quien de este modo vindic6, promovi6, entroniz6 e invisti6 a su Hijo. Todavia mas, las declaraciones apost6licas sobre la exaltaci6n de Jesus se empenan en destacar que fue elevado por encima de todo posible rival, de hecho «sobre todo [muy por el1cima de todo] principado y autoridad y poder y senorio, y sobre 350

todo nombre que se nombra, no s6lo en este siglo sino tambien en el venidero».33 Esto es 10 que significa que Dios l~ exalt6 «hasta 10 sumo»,34 y la «preeminencia» que quiere que disfrute. 35 Esto arroja luz sobre el uso del vocablo «superioridad», que consider~ c?n de~a?rado quienes abandonan el viejo exclusivismo y el vIeJo m~lusIvIsmo a favor del nuevo pluralismo (ver el capitulo 18). Por clerto que adoptar un «aire de superioridad» hacia los adherentes de otras creencias es una forma desagradable de descortesia y arrogancia. Cierto es, tambien, como 10 senala el pro~e.sor Hick~ q,:e «en los siglos XVIII Y XIX la convicci6n de la declSIva sUI?~n~ndad. del cristia.rusmo» Ie dio un impulso poderoso a la expanSIon Impenal de OCCldente. 36 Pero no es para el «cristianismo» como instituci6n 0 como sistema que los cristianos deberian reclamar la superioridad. Es para Cristo, y s610 para Cristo. Debe,riamos afir~ar sin ninglin sentido de turbaci6n 0 vergiienza que el es «supenor» a todos los demas lideres religiosos, precisamente porque s610 el se humill6 en expresi6n de amor hasta la cruz, y, por consiguiente, Dios 10 ha elevado por «sobre» toda otra persona, rango 0 titulo. Consecu~ntemente con su elevaci6n 0 exaltaci6n al lugar supremo, DlOS de~ea que «toda rodilla» se doble ante el y que «toda lengua» conflese. su sefiorio.37 El termino «toda», que se repite, es absoluto; no admIte excepciones. Si Dios ha otorgado este supremo honor a Jesus y desea que todos los demas 10 honren, luego el pueblo de Dios deberia compartir su deseo. En la Escritura, a. veces se menciona esto en terminos de «celo», incluso en el senhdo de «tener celos». El profeta Elias, por ejemplo, profundamente afligido por la apostasia de Israel, en particular por su culto a los baales de los cananeos, dijo: «He sentido un vivo celo por Jehova Dios de los ejercitos.»38 El ap6stol Pablo dijo de si mismo, hablan~o de los corintios, que «os celo con celo de Dios», porque los habla despo~ado con Cristo como su unico esposo, pero temia que ahora se aleJaran de la «sincera fidelidad a CristO».39 De manera semejante, Henry Martyn, ese brillante y fiel misionero cristiano e~tre los musulmanes de Iran, hacia comienzos del siglo XIX, dijo Clerta vez: «No podria soportar la existencia siJesus no fuese glorificado; seria un infiemo para mi si el fuese siempre deshonrado de esta manera.»40 Este mismo sentido de dolor toda vez que Cristo es deshonrado, y este mismo sentido de celo de que se Ie rinda el honor que Ie 351


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corresponde, deberian agitarse dentro de nosotros a finales del siglo XX, cualquiera sea la cultura particular en la que vivamos. La motivaci6n primaria para la misi6n no es la obediencia a la Gran Comisi6n, ni siquiera el amor por los oprimidos, los solitarios, los perdidos y los que perecen, por importantes que sean dichos incentivos, sino mas bien el «celo» por la gloria de Cristo. «Por amor de su nombre»,41 con el fin de que recibiese el honor que mereda, salieron los primeros misioneros. Ese mismo anhelo apasionado deberia motivamos a nosotros hoy. Esta, seguramente, es la respuesta que debemos darles a quienes nos dicen que ya no deberiamos evangelizar ni procurar que haya conversiones. El profesor Gregory Baum, de la Universidad de Toronto, par ejemplo, ha dicho que «despues de Auschwitz las iglesias cristianas ya no desean convertir a los judios», porque «las iglesias han llegado a comprender que el judaismo es una religi6n autentica delante de Dios, can valor y significaci6n independientes, no como una etapa del camino hacia el cristianismo»,42 De manera parecida, un obispo cat6lico griego, al renunciar, escribi6 asi a sus amigos: «Como obispo, y como predicador del evangelio, nunca trate de convertir a un judio 0 a un arabe musulman al cristianismo; mas bien, de convertirlos para que sean mejores judios, mejores musulmanes.»43 Luego, Lacaso no tienen estos hombres ningun celo pOl' el honor de Jesucristo? LNo les molesta cuando es despreciado y rechazado? LNo anhelan, como anhela Dios, que todos los seres humanos, cualquiera sea su cultura 0 su religi6n, doblen sus rodillas ante Jesus y se sometan a el como su Senor? Es este celo pOI' Cristo 10 que integra el culto y el testimonio de la iglesia. LC6mo podemos adoral' a Cristo y, al mismo tiempo, no importamos que no 10 hagan otros? Es nuestra adoraci6n de Cristo 10 que nos impele a testificar sobre Cristo, con el fin de que otros tambien acudan y 10 adoren.

El don del Espiritu de Cristo El poder para la misi6n La Conferencia Misionera Mundial, celebrada en Edimburgo en 1910, fue descrita pOI' John R. Mott, su figura principal, como «la reuni6n mas significativa jamas celebrada en pro de la evangelizaci6n del mundo».44 Despues de analizar las oportuni352

dades, los problemas y los estimulos, en relaci6n con la evangelizaci6n mundial, John Mott enumer6 cuatro «requisitos de la situaci6n actual». Comenz6 con (1) un plan adecuado, (2) una base adecuada en el lugar de origen y (3) una iglesia eficiente en el campo misionero. Luego, al cuarto requisito 10 llam6 «el factor sobrehumano». Sigui6 expresando que, si bien los misioneros, los nacionales y los lideres de la misi6n difieren sustancialmente con respecto a los planes, los medios y los metodos, estan absolutamente unidos en la convicci6n de que la evangelizaci6n del mundo es una empresa divina, que el EspIritu de Dios es el gran Misionador, y que, s6lo en la medida en que el domine la obra y a los obreros, podemos esperar que haya exito en la tarea de llevar el conocimiento de Cristo a todos los pueblos. Creen que el EspIritu dio el impulso misionero a la iglesia primitiva, y que hoy toda verdadera obra misionera debe inaugurarse, dirigirse y sostenerse por media de el. 45 Ya durante su ministerio publico Jesus habia llamado la atencion a la naturaleza y el prop6sito misioneros del Espiritu Santo. Lo habia asemejado a «rios de agua viva» que riegan el desierto, y habia prometido que esos rios habrian de fIuir del interior de cada creyente. 46 «Nadie puede ... pretender que el Espiritu de Dios more en el--comenta William Temple-- y guardarse a ese Espiritu para 51. Donde esta el Espiritu, desde alIi fIuye hacia afuera; si no se da ese fIuir hacia afuera, es que el no esta alli.»47 Y asi result6 ser en la iglesia primitiva, desde el dia de Pentecostes en adelante, como vimos en el capitulo 19. Hay diferencias, por supuesto, entre las iglesias, yen el senD de las mismas, con respecto al movimiento carismatico 0 neopentecostal, aillamado «bautismo del Espiritu», a la diversidad de los dones espirituales, y al lugar de las «senales y prodigios» en la evangelizaci6n y el crecimiento de las iglesias. Pero todos deberiamos poder afirmar juntos que la evangelizaci6n es imposible sin el Espiritu Santo, sin Dios el Evangelista, como 10 llama el profesor David Wells en un libro de ese titulo. 48 Para sintetizar el indispensable ministerio del Espiritu, creo que no puedo hacer nada mejor que citar algo del Manifiesto de Manila (1989): Las Escrituras declaran que Dios mismo es el principal evangelista. Porque el EspIritu de Dios es el EspIritu de la verdad, el amo~, la santidad y el poder, y la evangelizaci6n es imposible sin el. Es el 353


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quien unge al mensajero, con~irma la .palabra, prepara al oye~~e, convence al pecador, ilumina al Clego, da vida a los muertos, nos ha~lhta para que nos arrepintamos y creamos, nos un~ al Cu~rpo de ~nsto, nos asegura que somos hijos de Dios, nos encamma haCia un car~cter y un servicio semejantes a los de Cristo: y'. a su vez, nos ~ace sahr ~~ra ser testigos de Cristo. En todo esto la pnnClpal preocupaClon del Espmtu Santo es glorificar a Jesucristo manifestandolo y forman~o~o en nosotros. Toda evangelizacion comprende una gu~rra espmtual .c?n los principados y potestades del mal, en la que sO,I~ las armas e~rmtuales prevalecen, especialmente la Palabra y el Espmtu, con orac~~n. Por 10 tanto, hacemos un llamado a todo el pueblo cristiano a ser dlhgente en sus oraciones, tanto en pro de la renovacion de la iglesia como de la evangelizacion del mundo. Toda conversion verdadera comprende un encuentro entre poderes, en el que se demuestra la superior autoridad de Jesucristo. No hay milagro mas grande que este, en el cual el creye~~e es liber~~o de la esc1avitud a Satamis y el pecado, el temor y la fuhhdad, las hmeblas y la muerte. Si bien los milagros de Jesus fueron especiales, porque eran senales de su mesiazgo y anticipos de su reino p~rfecto, ~uando toda la natu~al~za Ie estara sujeta, nosotros no tenemos nmgun~ hbertad para poner hffiltes al poder del Creador viviente en la actuahdad. Rechaza~os tanto el escepticismo que niega los milagros como la ~resunclOn que. los demanda, tanto la timidez que se retrae de expenmentar l~ plemtud del Espiritu como el triunfalismo que se retrae de expenmentar la debilidad en la que el poder de Cristo se hace perf~c.to. Nos arrepentimos de todos los intentos autosufICl~ntes, ya se~ ~e evangelizar segu.n nuestras propias fuerzas, como de dlctarle al ~spmtu Santo 10 que tiene que hacer. Resolvemos en el futu~o no ~<entrlstecer» ni «apagar» al Espiritu, sino ~as bien procurar dlfundlr la~ b~ena~ noticias «con poder, con el Espfntu Santo y con profunda conVlCClon».

oidos de los sordos para que oigan su voz, y soltar la lengua de los mudos para que confiesen que el es Senor. El Espiritu Santo es el principal testigo; «sin el testimonio de ez nuestro testimonio es vano».51

La parusia de Cristo La urgencia de fa misi6n

Se hace urgentemente necesario que nos hu~ill~mos an~e ~l soberano Espiritu Santo en la actualidad. El conoClmlento soclOlogico y la experiencia en las con:unicaciones tienen in:~ortancia. Por cierto que son dones de DlOS que se han de utthzar en la evangelizaci6n. Pero tenemos que estar ~~erta para q;te no re~~z­ can nuestra confianza en el poder del Espmtu Santo. Solo el Espmtu Santo de Dios puede tomar las palabras dichas en debilidad humana y hacer que lleguen con poder a la men~e, la c~nciencia, y la voluntad de los oyentes. 50 S6lo el puede abrn~ los O)OS de los ciegos para que yean la verdad tal como es en Jesus, destapar los

Hubo algo fundamentalmente anormal en la actitud de los Doce inmediatamente despues de 1'1 ascensi6n. Habian sido comisionados para llegar «hasta 10 ultimo de la tierra», ipero elios se quedaron en el monte de los Olivos «mirando al cielo»!52 Entonces se les prometi6 que el Jesus que acababa de desaparecer, a su debido tiempo reapareceria. Debian esperar este acontecimiento; por mas que miraran al cielo el regreso no se adelantaria. Mientras tanto, una vez que hubiesen sido revestidos del poder del Espiritu, debian emprender la tarea encomendada. La tierra, no el cielo, habia de ser su preocupaci6n. De este modo quedaban en claro cuatro etapas del programa divino. Primero, Jesus volvi6 al Padre (la ascensi6n). Segundo, vino el Espiritu (Pentecostes). Tercero, la iglesia sale a hacer discipulos (la misi6n). Cuarto, Jesus ha de volver (la parusia). Entre el primer evento y el cuarto, la ascensi6n y la parusia, la desaparici6n y la reaparici6n de Jesus, habia de darse un periodo «inter-adventual» no especificado. Durante dicho periodo no habria ningun evento salvifico adicional. La brecha habria de ser llenada con el testimonio mundial de la iglesia. De modo que el mensaje implicito de los angeles, despues de la ascensi6n era este: «Le habeis visto irse. Le vereis volver. Pero entre ese irse y volver tiene que hacerse presente otro. Tiene que venir el Espiritu, y vosotros debeis dirigiros ... al mundo para Cristo.>,53 De esta manera la parusia de Jesus esta ligada con la misi6n de la iglesia. La parusia terminara el periodo misionero que comenz6 con Pentecostes. S6lo tenemos un tiempo limitado en el cual completar la responsabilidad que nos ha dado Dios. Es preciso, por 10 tanto, que recuperemos la ferviente expectativa escato16gica de los primeros cristianos, juntamente con el sentido de urgencia que ella les proporcion6. Jesus habia prometido que el fin no vendria hasta que el evangelio del reino hubiese sido predicado por todo el mundo a todas las naciones. 54 Pero nosotros no tenemos

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libertad para suponer que tenemos mucho tiempo por delante, y por ello arrastrar los pies 0 aminorar el paso en la tarea misionera. Por el contrario, la iglesia «esta en marcha, apresurandose a llegar hasta 10 ultimo de la tierra para implorar a todos los hombres que se reconcilien con Dios, y apresurandose para llegar a los ultimos tiempos y encontrarse con su Senor, quien reunira a todos para formar un solo pueblo».55 Los dos momentos finales coincidiran. Otro lazo importante entre la mision de la iglesia y el regreso del Senor tiene que vel' con el juicio. «Es necesario que nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo --escribio Pablo-- para que cada uno reciba segun 10 que haya hecho... »56 Esto, evidentemente, no es el juicio universal relacionado con nuestro destino eterno, sino un juicio especial del pueblo de Dios relacionado con nuestra vida y ministerio cristianos. Se refiere a la promesa de reconocimiento y recompensa de algun tipo (0 10 opuesto). El verslculo siguiente dice: «Conociendo, pues, el temor del Senor, persuadimos a los hombres.>P Vale decir, la razon por la cual procuramos persuadir a la gente acerca de la verdad del evangelio es el temor reverente que nos inspira el Senor Jesus y su tribunal, ante el cual algun dia tendremos que rendir cuentas. Me vienen a la memoria esos solemnes pasajes en la profecia de Ezequiel,58 en los cuales Dios 10 designa «atalaya a la casa de Israel», y 10 hace responsable de advertirles del juicio que vendria. Si no Ie hace a la persona impia una advertencia adecuada, y no habla para disuadirlo de seguir sus malos caminos, dice Dios, «su sangre yo la demandare de tu mano».59 En forma semejante, el apostol apoyo su encargo a Timoteo a «[predicar] la palabra» con urgencia, no solo «delante de Dios y del Senor Jesucristo», sino tambien en vista de «su manifestacion y ... su reino», quien «juzgara a los vivos y a los muertos».60 Vivir, trabajar, y testificar en consciente anticipacion de la parusia y el juicio de Cristo, ofrece un sana estfmulo a la fidelidad. La Escritura nos insta a recordar que, desde la perspectiva de Dios, el tiempo es corto, la necesidad es grande y la tarea es urgente.

resurrecclOn (toda autoridad y potestad es suya ahora), la motivaci6n es su exaltacion (el honor y la gloria de su nombre), el poder es el don del Espiritu (quien constituye el testigo maximo), y la urgencia es su parusia (tendremos que dar cuenta ante el cuando vuelva). Tengo la impresion de que la iglesia tiene que seguir volviendo, para su inspiracion y direccion, a esta base cristologica de la mision. El desafio que tenemos por delante es vel' a Jesucristo como aquel que es adecuado para nuestra tarea. Tenemos que arrepentirnos de nuestro pesimismo (especialmente en Occidente), de nuestras bajas expectativas, de nuestra cinica incredulidad en cuanto a que, aunque la iglesia crezca en otras partes, entre nosotros no pueda crecer. iTonterias! jSi solo pudieramos obtener una vision nueva y arrolladora de Jesucristo, y este encarnado y crucificado, resucitado y reinante, impartiendo el Espiritu y retornando! Entonces tendriamos la c1aridad de proposito, la fuerza de la motivacion, el coraje, la autoridad, el poder y la pasion necesarios para la evangelizacion del mundo en nuestros tiempos. En un sermon para celebrar uno de los primeros aniversarios de la Sociedad Misionera de la Iglesia [Anglicana] (creo que en 1805), John Venn, rector de Clapham, describio al misionero en los siguientes terminos. Su elocuente retrato es igualmente aplicable a todo tipo de testimonio cristiano: Con el mundo bajo sus pies, con el cielo en la mirada, con el evangelio en la mano y Cristo en su coraz6n, ruega como un embajador de Dios, no conociencfo nada sino a Jesucristo, no gozandose en nada sino en la conversi6n de los pecadores, no esperando nada sino la promoci6n del reino de Dios, y no gloriandose en nada sino en la cruz de Cristo Jesus, por la cual el es crucificado al mundo y el murlclo a el..61

Permltaseme recapitular 10 que la carrera salvifica de Cristo nos dice a nosotros acerca de la mision. El modeIo para la mision es su encarnacion (la identificaci6n sin perdida de la identidad), el costa es su cruz (la semilla que muere se multiplica), el mandata es su

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CONCLUSION

El ahora y el todavia no

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omence en la Introducci6n con la tensi6n entre el «entonces» (pasado) y el «ahora» (presente); termino con otra tensi6n: entre el «ahora» (presente) y el «todavia no» (futuro). La primera concieme a la conexi6n entre 10 hist6rico y 10 contemporaneo; 1a segunda entre 10 contemporaneo y 10 escato16gico. Pero las dos tensiones van juntas. Porque en Jesucristo y a traves de el, el entonces, el ahora y el todavia no, es decir, el pasado, el presente y el futuro, entran en una relaci6n creadora. Los cristianos viven en el presente, pero 10 hacen con gratitud por el pasado y en anticipaci6n del futuro. Este capitulo final es un ensayo en 10 que me gustaria llamar un «BBC». Estas letras no representan, en este contexto, ni a la British Broadcasting Corporation, ni a la Beautiful British Columbia [la hermosa Columbia Britanica], ni al Bangkok Bible College [Colegio Biblico de Bangkok], sino al Balanced Biblical Christianity [Cristianismo Biblico Equilibrado]. En estos dias, yen cualquier esfera, practicamente, el equilibrio es un producto raro, y no menos entre nosotros los que profesamos seguir a Cristo. No pretendo tener ninguna relaci6n personal estrecha con el diablo: jinc1uso es posible que algunos de mis lectores 10 conozcan mejor que yo! Pero 10 que si se es que se trata de un fanatico, y el enemigo de todo 10 que sea sentido com un, moderaci6n y equilibrio. Uno de sus pasatiempos favoritos consiste en perturbar el equilibrio y 10grar que los cristianos (especialmente los cristianos evange1icos) pierdan e1 equilibrio. Si no puede inducimos a negar a Cristo, en cambio procurara que distorsionemos a Cristo. En consecuencia, e1 cristianismo desequi1ibrado esta muy difundido, un cristianismo en e1 cual exageramos un aspedo de una verdad, mientras desvalorizamos otro. Gracias a Dios, sin embargo, que nos ha dado dos oidos, para que nos ocupemos de

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EL AHORA Y EL TODAVIA NO

oir con ambos y prestemos atencion cuidadosa a ambos lados de toda cuestion; dos ojos, a fin de que veamos derecho y no torcido; dos manos, para que captemos ambos extremos de toda antinomia biblica; y dos pies, con el objeto de que caminemos firmemente y no atravesemos la vida cojeando. Una equilibrada comprension de la tension entre el «ahora» y el «todavia no» conduciria eficazmente a la unidad cristiana yespecialmente a una mayor armonia entre los creyentes evangelicos. Confieso que me perturban profundamente las barreras que nos separan a los que compartimos la misma fe biblica fundamental. No estoy pensando ahora ni en la division entre Roma y las iglesias de la Reforma, ni en la brecha entre cristianos conservadores y liberales, vale decir, entre los que creen que la verdad ya ha sido revelada y aquellos cuya principal autoridad es 10 que llaman «el clima de la opinion modema». Me estoy refiriendo mas bien a la desunion dentro del movimiento evangelico mismo. Va sin decir que creemos el Credo de los Apostoles y el Credo Niceno, y 10 fundamental de las principales confesiones reformadas tambien. Mas todavia, recientemente hemos encontrado un util punto de encuentro teologico en el Pacto de Lausana (1974), y su desarrollo en el Manifiesto de Manila (1989). De modo que estamos de acuerdo en los fundamentos doctrinales y eticos de la fe. Con todo, pareceria que somos constitucionalmente propensos a peleamos y dividirnos, 0 simplemente a seguir nuestro propio camino y levantar nuestro propio imperio. Pareceria que padecemos una incapacidad patologica de andar de acuerdo 0 de cooperar en la causa del reino de Dios. No deberiamos tomar a la ligera esta deplorable situacion. LConoce ellector el maravilloso cuento corto de Saki titulado The Secret Sin of Septimus Brope 1 [El pecado secreto de Septimus Brope]? En este cuento la senora de Troyle expresa constemacion ante el pensamiento de perder a su empleada domestica, Florinda. «Te aseguro que no se que haria sin Florinda ... Ella entiende mi cabello. Ya hace mucho que he dejado de intentar hacer algo con el yo misma. Considero el cabello de la misma manera que considero a los esposos; siempre que se nos yea juntos en publico, las divergencias privadas no tienen importancia.» Pero no tenemos ninguna libertad para consideramos unos a otros de la manera que la senora de Troyle consideraba su cabello y a su esposo. Tanto nuestras divergencias publicas como las privadas tienen importan-

Fundamental para el cristianismo neotestamentario es la perspectiva de que vivimos «entre los tiempos»: entre el pasado y el futuro, entre la primera y la segunda venidas de Cristo, entre 10 que se ha hecho y 10 que falta hacer, entre la realidad presente yel destino futuro, entre el ruego «venga tu reino» y el reino venidero, entre el «ya» en relacion con la inauguracion del reino y el «todavia no» en relacion con su consumacion. Fisicamente, por supuesto, es imposible tener el rostro vuelto en dos direcciones a la vez; pero espiritualmente, resulta esencial proceder as!, mirando hacia atras, a la encamacion y todo 10 que ella comprendia, y mirando hacia adelante, hacia la parusia y todo 10 que ella traera aparejado. Un texto de muestra, si se me permite desarrollarlo un poco, seria este: «Queridos amigos, ahora ya somos hijos de Dios, pero todavia no se ha revelado 10 que hemos de ser. »2 La base teologica para esta tension se ha de encontrar en la ensenanza del propio Jesus tocante el reino de Dios. Se acepta universalmente tanto que el tema del reino aparece en forma prominente en su ensenanza, como que anuncio la venida del reino. Donde los entendidos no se ponen de acuerdo, sin embargo, es

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cia, porque son doblemente desagradables para Dios, y perjudiciales para nuestra mision en el mundo. Un ejemplo se relaciona con el extraordinario desarrollo mundial de las iglesias pentecostales y el movimiento carismatico. Crecen mas rapido que cualquier otro grupo cristiano. Sin embargo, algunos cristianos adoptan hacia ellos una posicion tan completamente negativa que parecerian estar en peligro de apagar el Espiritu, mientras que algunos carismaticos son tan triunfalistas que les resulta dificil escuchar a los que tienen serios interrogantes teologicos acerca de sus creencias y practicas pentecostales distintivas. LEs posible, por 10 tanto, que los evangelicos carismaticos y no carismaticos se respeten y se acepten 10 suficiente como para admitir una genuina com union y una activa colaboracion? Personalmente creo que si es posible, si bien problematico, y que una consideracion de la tension entre el «ya» y el «todavia no» deberia contribuir considerablemente al discernimiento y al mutuo entendimiento.

El reino que ha venido y el reino venidero


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sob:e el m?ment~ de su venida. ~ Ya ha llegado el reino porque Jesus 10 traJo conslgo? ~O su venida sigue siendo futura, de modo que la esperamos con expectativa? ~O esta la verdad entre estas dos posiciones, y las combina? Albert Schweitzer, el sorprendentemente versatil musico, medico, te6logo y misionero aleman (que falleci6 en 1965), sostuvo en s~ fa:n0,s~ libro The Quest of the Historical Jesus [La busqueda del Jesus hlstonco] (1906) que, segun Jesus, el reino se encontraba totalmente en el futuro. Era un profeta apocaliptico, que ensen6 ~err6nea~ente)que en cualquier momento Dios estaba a punto de mtervemr sobrenaturalmente para establecer su reino. Las radicales demandas qu.e hizo Jesus a sus discfpulos (pOl' ejemplo, la de vender sus benes, volver la otra mejilla y no resistir el mal) constitufan una «etica interina» a la luz del inminente arribo del r~ino. La posici6n de Schweitzer ha sido llamada «escatologfa ngurosa>~ 0 «coherente», porque elabor6 su unica tesis con rigor y coherenCla. En el.extremo opuesto estaba C. H. Dodd (que falleci6 en 1973). En su lIbro The Parables of the Kingdom [Las parabolas del reino] (1934). desarro1l6 su «escatologfa realizada», a saber, que la venida d~l remo es un. hecho. t?talmente pasado. Si bien el gobiemo de DlO,S es eterno, urumplO en el espacio y el tiempo en la persona de Jes,:s. Do~d puso mucho enfasis en dos verskulos cuyos verbos estan en tlempo perfecto, a saber, «el reino de Dios ha llegado»3 y «ha lleg~do a vosotros el reino de Dios».4 Ademas, segun Dodd, no hay ~gun f~turo venidero del reino. Los vers1culos que hablan de un remo vemdero se han de entender como concesiones a una escatologfa cristiana popular, primitiva; no formaban parte de la ensenanza del propio Jesus. En lugar de. estas pol~rizaciones extremas (Schweitzer que declar~ que la vemda del remo es totalmente futura, y Dodd que sosbene que es algo enteramente pasado), la mayorfa de los entendidos h~ tornado una pos~ci6n intermedia segun la cual Jesus hablaba del remo como una reahdad presente y como una expectativa futura. POl' u~ lado, el mismo 10 habfa inaugurado, y por otro, cuando s~ produJese. s~, parusf~, 10 consu~arfa. Joachim Jeremias, pOl' eJemplo, e~cnblO en su lIbro Las parabolas de Jesl1s (1947) sobre una «escatologia en proceso de realizaci6n». A. M. Hunter en su Interp~etil~g the Parables F~terpretando las parabolas] (1960) prefiri6 el termmo «escatologla maugurada». Una posici6n similar adopt6 el

De modo que el reino vino con Jesus. «Pero no vino sin saldo restante: la consumaci6n todavfa yacia en el futuro indeterminado.»6 Es indudable que Jesus consideraba y describia al reino como un fen6meno presente. Ensenaba que el tiempo del cumplimiento habia llegado;7 9-~e «el hombre fuerte» ya estaba encadenado y desarmado, facihtando el saqueo de sus bienes, como resultaba evidente pOl' sus exorcismos;B que el reino ya estaba «dentro de la gente» 0 «entre» el pueblo;9 que ahora se «entraria» en el 0 se 10 «recibiria»;10 y que, desde la epoca de Juan el Bautista, su precursor, que habia anunciado su inminente llegada, hombres «violentos» de hecho habfan podido «arrebatarlo» 0 entrar con «esfuerzo» en elY No obstante, en la perspectiva de Jesus el reino era, a la vez, una expectativa futura. No seria perfeccionado hasta el ultimo dfa. POl' ello esperaba anhelosamente el fin, y a la vez ensenaba a sus discipulos a hacerlo. Debian oral' «Venga tu reino»12 y «buscarlo» primeramente,13 dando prioridad a su expectativa. Algunas veces tambien describia el estado final de sus seguidores como su «entrar» en el rein0 14 0 «heredarlo».15 En particular, sus parabolas agricolas (pOl' ejemplo, la de la semilla que crece secretamente, la del grano de mostaza, y la del trigo y la cizana)16 reunen los procesos de plantar, del crecimiento y de la cosecha. Como la semilla, el reino ya habia sido sembrado en el mundo; ahora creceria mediante la actividad divina e invisible hasta el final. Esto parece ser 10 que Jesus quiso decir al hablar del «misterio (0 secreto) del reino» .17 Su presencia era discreta, pero a la vez revolucionaria, porque el poder de Dios la haria crecer hasta que finalmente se haria manifiesta a todos.

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te6logo holand.es Herman Ridderbos en La venida del reino (1950), y el ~orteamencanoGeorge Eldon Ladd, tanto en su El evangelio del remo (1959), como en su tratamiento maduro del tema, The Presence of the Future [La presencia del futuro] (1974). La tesis central de Ladd era que el reino de Dios, es decir el gobiemo dinamico y redentor de Dios, que apareceni como un acto apocaliptico al final de la era, ya ha entrado en la historia ~umana en la persona y la misi6n de Jesus, para veneer ~~ara lIberal' a los hombres de su roder, y rara conducirlos a las bendiciones del reino de Dios.s ,-.----


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Otro modo por el cual la Escritura expresa la tensi6n entre el «ahora» y el «todavia no», el presente y el futuro, es por medio de la terminologia de las dos «eras» 0 «siglos». Desde la perspectiva del Antiguo Testamento, la historia se divide en «este siglo» y «aquel siglo»,18 entre «este siglo» (que es malo) y «el venidero» 0 «los ultimos dias», a saber, el reino de justicia que ha de ser introducido por el Mesias. 19 A veces este siglo, 0 era, se asemeja a una noche larga y oscura, a ser seguida por el amanecer de un nuevo dia. Esta estructura simple de dos eras consecutivas se cambi6, decididamente, sin embargo, por la venida de Jesus. Porque el trajo consigo la nueva era y muri6 por nosotros con el objeto de «libramos del presente siglo malo».20 En consecuencia, por medio de Jesus, el Padre ya «nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado HijO».21 Hasta hemos sido levantados de entre los muertos y sentados con Cristo en el reino celestial. 22 Al mismo tiempo, la era antigua persiste, de modo que las dos se superponen parcialmente. «Las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.»23 «Lado a lado ... con la continuaci6n de este esquema mas antiguo (a saber la nueva era sucediendo a la antigua), puede observarse el surgimiento de uno nuevo, que involucra la coexistencia de los dos mundos 0 estados.»24 Un dia la era antigua se dara por terminada (10 cual constituira «el fin del siglo»),25 y la nueva era, que fue inaugurada por la primera venida de Cristo, sera consumada en su segunda venida. Mientras tanto, prosiguen las dos eras, y nosotros nos sentimos atrapados por la tensi6n entre ellas, en tanto que se nos invita a no «[conformarnos] a este siglo», sino mas bien a ser «transformados» segun la voluntad de Dios; de hecho, a vivir coherentemente, como hijos de la luz. 26 No obstante, la tensi6n se mantiene. De hecho, aparece en casi todas las metMoras que el Nuevo Testamento usa para referirse a la bendici6n de pertenecer a Cristo. Asi, ya hemos sido salvados; sin embargo, seremos salvos algun diaY Ya «tenemos redenci6n», pero el dia de la redenci6n esta todavia en el futuro. 28 Ya somos los hijos adoptados por Dios, pero tambien estamos a la espera de nuestra adopci6n. 29 Ya hemos «pasado de muerte a vida», aunque la vida etema sigue siendo un don futuro. 30 Ya somos una nueva creaci6n, aunque todavia Dios no ha hecho nuevas todas las cosas. 31 Ya estamos «completos», pero no todavia hasta el grado de la 364

plenitud de Dios. 32 Cristo ya reina, aunque sus enemigos no han sido puestos como estrado de sus pies. 33 Atrapados entre el presente y el futuro, la posici6n caractenstica de los cristianos se describe diversamente como de esperanza,34 de espera,35 de anhel036 y de gemir,37 porque seguimos sufriendo penosas pruebas y tribulaciones. 38 En realidad, «debemos ver la realidad de este sufrimiento como una manifestaci6n concreta del 'todavia no'».39 Mientras tanto, debemos aguardar anhelosamente,40 como tambien «pacientemente».41 Como ha escrito John Murray: Intentos de exigir para la vida presente elementos que pertenecen a la perfecci6n consumada ... no son sino sfntomas de esa impaciencia que desgarrarfa el orden divino. La expectativa y la esperanza no deben cruzar las fronteras de la historia: deben esperar la llegada del fin, «la libertad gloriosa de los hijos de Dios».42 La esencia del penodo interino entre el «ahora» y el «todavia no», entre el «venga tu reino» y el reino venidero, es la presencia del Espiritu Santo en el pueblo de Dios. Por una pade, el don del Espiritu es la bendici6n distintiva del reino de Dios, y por ende la principal senal de que la nueva era ha amanecido. 43 Por otra parte, dado que la morada del Espiritu en el creyente es s6lo el comienzo de nuestra herencia real, es tambien la garantia de que 10 demas sera nuestro algun dia. El Nuevo Testamento usa tres metMoras para ilustrar esto. El Espiritu Santo es las «primicias» que garantizan que la cosecha total vendra despues,44 el «dep6sito» 0 primera cuota que garantiza que el pago total se ha de efectuar,45 y el anticipo que garantiza que vendra el dia cuando se disfrutara de la fiesta plena. 46 De esta manera, el Espiritu Santo es «tanto el cumplimiento de la promesa como la promesa del cumplimiento: el es la garantia de que el nuevo mundo de Dios ya ha comenzado, como tambien la senal de que este nuevo mundo todavia ha de venir».47 Es hora ya de presentar algunos ejemplos de la tensi6n entre el «ahora» y el «todavia no».

La revelaci6n, la santidad y la sanidad E1 primer ejemplo se encuentra en la esfera intelectual, 365

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sea, la


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cuesti6n de la revelaci6n. Afirmamos con gozosa confianza que Dios ya se ha revelado a los seres humanos, no s6lo en el universo creado, en nuestra raz6n yen nuestra conciencia, sino de manera suprema, en su Hijo Jesucristo y en la totalidad del testimonio biblico. «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros dias nos ha hablado por el Hijo.»48 Ya nos atrevemos, por 10 tanto, a decir que conocemos aDios, porque el se ha dado a conocer a nosotros. El mismo ha tomado la iniciativa de descorrer el velo que, de otro modo, 10 ocultaria de nosotros. Nos regocijamos grandemente en las glorias de la autorrevelaci6n de Dios. Verdaderamente, su Palabra arroja luz sobre nuestra senda. 49 Todavia, sin embargo, no conocemos a Dios como nos conoce el a nosotros. Nuestro conocimiento es parcial, porque su revelaci6n ha sido parcial. Esto es 10 que debe querer decir el proverbio de que «gloria de Dios es encubrir un asunto».50 Nos ha revelado todo 10 que quiere revelamos, 10 que considera que es para nuestro bien, pero no todo 10 que hay para revelar. Quedan muchos misterios en los que no deberiamos tratar de penetrar, porque Dios no ha querido darios a conocer. «Por fe andamos, no por vista.»51 En particular, para tomar la llamativa imagen que us6 Lutero cuando se dirigia a sus colegas, los monjes agustinos, en Heidelberg en 1518, todo 10 que podemos ver hasta aqui son «las espaldas visibles de Dios, tal como nos fueron reveladas en el sufrimiento y la cruz», no su rostro. Como 10 ha expresado el doctor Alister McGrath, «el Dios que nos habla en la cruz es --para valemos de la asombrosamente audaz frase de Lutero-- 'el Dios crucificado y oculto'».52 Deberia servirnos como advertencia el caso de Eunomio, que fue obispo de Cizico en Misia en el siglo IV. Era uno de los lideres de un grupo hereje denominado los «anomeos», arrianos extremos que ensenaban que el Hijo era «distinto» (anomoios) del Padre, y que en realidad habia sido creado por el Padre. Eunomio tuvo una vez la osadia de afirmar: «Yo conozco a Dios tan bien como el mismo». Unequivalente modemo (si bien mas humoristico) podria ser el entusiasta predicador de los viejos avivamientos en los Estados Unidos, que en una oportunidad dijo: «Hoy les voy a explicar 10 inexplicable. Voya definir 10 indefinible. Voy ponderar 10 imponderable. Voy a escrutar 10 inescrutable.»53 Seria mucho

mas sabio de nuestra parte ponemos dellado de aquellos autores biblicos que, si bien sabian que eran vehiculos de revelaci6n divina, no obstante confesaban humildemente que su conocimiento seguia siendo limitado. Moises, a quien Dios conoda «cara a cara», admiti6: «Senor Jehova, ttl [solo, RSV] has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mana poderosa.»54 Luego el ap6stol Pablo, con quien la iglesia tiene una deuda permanente por su profunda ensenanza, consideraba, no obstante, que su conocimiento era parcial e imperfecto, y 10 comparaba con los pensamientos inmaduros de un nino y las deformes imagenes que refleja un espejo.55 Y el ap6stol Juan, que habia penetrado profundamente en la mente de Cristo, admitia que «alin no se ha manifestado 10 que hemos de ser».56 Asi que, si bien es correcto que nos gloriamos en 10 que se nos ha dado en la revelaci6n divina, como tambien en su caracter definitivo, al mismo tiempo es correcto confesar nuestra ignorancia en cuanto a muchas cosas. Sabemos y no sabemos. «Las cosas secretas pertenecen a Jehova nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.»57Es muy importante mantener esta distinci6n entre las cosas reveladas y las cosas secretas, porque entonces podremos estar seguros, incluso ser categ6ricos en cuanto a 10 primero, que nos pertenece, a la vez que permanecer agn6sticos tocante a 10 segundo, que pertenece aDios. Entonces, tambien, estaremos libres para explorar las cosas reveladas y ser firmes en cuanto a no violar los secretos de Dios. Ala inversa, mientras nos refrenamos ante las cosas secretas, no debemos ser timidos para creer, exponer y defender 10 que Dios ya ha dado a conocer. Me gustaria ver entre nosotros mas audacia en proclamar 10 que ha sido revelado, y mas reticencia ante 10 que se ha mantenido secreto. El comlin acuerdo en 10 concemiente a la verdad c1aramente revelada es necesario para la unidad, aun cuando nos dejemos mutuamente en libertad en el area de las adiafora, 0 sea, las «cuestiones indiferentes». El criterio para discemir cuales son estas cuestiones indiferentes sera que los cristianos que estan igualmente ansiosos por someterse a la Escritura llegan, no obstante, a conc1usiones diferentes acerca de elias. Estoy pensando, por ejemplo, acerca de las controversias sobre el bautismo, el.gobiemo de la iglesia, la liturgia y el ceremonial, 10 que soshenen los carismaticos y el cumplimiento de las profedas.

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La segunda tension es en La esfera moraL,

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sea, la cuestion de la

santidad. Dios ya ha puesto su Espiritu Santo dentro de nosotros con el fin de lograr que seamos santos. 58 El Espiritu ya esta trabajando activamente dentro de nosotros, subyugando nuestra naturaleza humana caida y egoista, y haciendo que los nueve aspectos del fruto maduren en nuestro caracter. 59 Podemos afirmar que el Espiritu ya esta transformandonos por grados a la imagen de Cristo. 60 Sin embargo, todavia no ha sido erradicada nuestra naturaleza caida, porque todavia «el deseo de la came es contra el Espiritu»,61 de modo que «si decimos que no tenemos pecado, nos enganamos a nosotros mismos».62 Todavia no hemos sido completamente hechos conformes a la perfecta voluntad de Dios, porque todavia no amamos a Dios con todo nuestro ser, 0 a nuestro projimo como a nosotros mismos. Estas cosas esperan la llegada de Cristo. Como 10 expreso Pablo, todavia no somos «perfectos», sino que «proseguimos», confiados en que «el que comenzoen [nosotros] la buena obra, la perfeccionara hasta el dia de Jesucristo».63 Luego, entonces, nos vemos atrapados en una dolorosa dialectica entre el «ahora» y el «todavia no», entre la derrota y la victoria, entre el desaliento debido a nuestros constantes fracasos, y la promesa de liberacion ultima, entre el anheloso grito: «2,Quien me librara de este cuerpo de muerte?», y la exc1amacion de certidumbre: «Gracias doy aDios, por Jesucristo Senor nuestro.»64 Por un lado, hemos de tomar con la mayor seriedad el mandamiento de Dios: «Sereis santos, porque santo soy yO»,65 el mandato de Jesus: «Vete, y no peques mas»,66 y la manifestacion de Juan de que escribe para que sus lectores «no [pequen]», y que «todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado».67 Por otro lado, tenemos que reconocer la realidad del pecado que mora en nosotros, a la vez que la realidad de que el Espiritu tambien mora en nosotros. 68 La perfecta impecabilidad que anhelamos sigue eludiendonos, pero, al rechazar el perfeccionismo, nos negamos a abrazar el reduccionismo, es decir, a aceptar niveles bajos de comportamiento. El obispo Handley Moule resumio esta tension en el primer capitulo de su libro Thoughts on Christian Sanctity [Pensamientos sobre la santidad cristiana] (1888), titulado «Aims, Limits, Possibilities» [Objetivos, limites, posibilidades]. Bajo «objetivos» escribio: «Nos proponemos nada menos que caminar con Dios a 10 largo de todo el din; permanecer todas las horas en Cristo ... amar 368

a Dios con todo el corazon, y a nuestro projimo como a nosotros mismos ... 'entregamos aDios' ... romper con toda forma de mal, y seguir todo 10 bueno.»69 Siguio asi: «Estamos totalmente comprometidos a hacer a un lado todos los propositos secretos de entrar en componendas en 10 moral, toda tolerancia de pecados habituales ... De ningu.n modo podemos hacer menos que caminar con Dios, en Cristo, por la gracia del Espiritu Santo diariamente, cada hora, continuamente.»70 Pero luego, bajo «limites» (no en los objetivos sino en los logros) agrego: «Sostengo con absoluta conviccion, tanto por la experiencia de la Iglesia como por la infalible Palabra, que, de conformidad con el misterio de las cosas, habra limites hasta el final, y limites muy humillantes, fracasos muy reales. Hasta el final ha de ser un pecador el que camina con Dios.»71 Del mismo modo, segu.n el obispo J. C. Ryle: «el viejo John Newton», el traficante de esclavos que se convirtio, dijo: «No soy 10 que tendria que ser, no soy 10 que quiero ser, no soy 10 que espero ser en otro mundo, pero tampoco soy 10 que solia ser, y por la gracia de Dios soy 10 que soy».72 La tercera tension entre el «ya» y el «todavia no» la encontramos en La esfera fisica, 0 sea, la cuestion de la sanidad. Ya, afirmamos, el largamente prometido reino de Dios ha side inaugurado, por cuanto ingreso en la historia con Jesucristo. Mas au.n, Jesus no se conformo meramente con proclamar el reino; prosiguio a demostrar su llegada mediante sus poderosas obras en el reino fisico. Camino sobre el agua y convirtio agua en vino. Reprendio al viento, aquietola tormenta y multiplico hogazas de pan y pescados. La naturaleza Ie estaba subordinada. Su poder se mostraba particularmente evidente en el cuerpo humano, cuando sanaba a los enfermos, expulsaba demonios y levantaba a los muertos. Tambien dio autoridad y poder, tanto a los Doce como a los Setenta, para ampliar su mision mesianica en Israel y para realizar milagros. La medida en que considero que debia ampliar. su autoridad es cuestion de disputa. Hablando en general, los mI1agros eran «las senales de [un verdadero] apostol».73 No obsta~te, seria ridiculo intentar limitar 0 domesticar al todopoderoso DlQs. El Dios que creo el universo y que por medio de Jesu~ acerco el reino hasta nosotros, de ningu.n modo puede ser metldo en un chaleco de fuerza por nosotros. Es preciso que tenga el pl~no uso de su libertad soberania, ue estemos enteramente ab1ertos a la POSl 1 idad de los milagros fisicos en el dia de hoy. 369


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Sin embargo, todavia no ha llegado el reino de Dios en su plenitud. Porque «los reinos del mundo» au.n no «han venido a ser de nuestro Senor y de su 'Cristo», cuando «reinara por los siglos de los siglos».74 Ese dia sigue siendo futuro. En particular, nuestros cuerpos aun no han sido redirnidos. La naturaleza tampoco ha sido enteramente subyugada al gobiemo de Cristo. En cambio, «toda la creaci6n gime a una, y a una esta con dolores de parto hasta ahora», a la espera del nacimiento del nuevo mundo. «Y no s6lo ella, sino que tambien nosotros mismos ... tambien gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopci6n, la redenci6n de nuestro cuerpo.»75 De modo, entonces, que tenemos que reconocer la tensi6n entre el «ya» y el «todavia no» en esta esfera tambien. De cierto, hemos gustado «los poderes del siglo venidero»,76 pero hasta ahora no ha sido sino un anticipo. Ademas, forma parte de nuestra experiencia cristiana que la vida de resurrecci6n de Jesus se «manifieste en nuestra came mortal»,77 su vida en medio de nuestra muerte, su fortaleza en nuestra debilidad, proporcionandonos un cierto vigor y vitalidad fisicos, que de otro modo no conoceriamos. Al mismo tiempo, nuestro cuerpo se mantiene debil y mortal, y exigir plena salud ahora es anticipar la resurrecci6n. La resurrecci6n corporal de Jesus fue la garantia, y de hecho el comienzo, de la nueva creaci6n de Dios. No obstante, Dios todavia no se ha levantado de su trono para pronunciar la palabra decisiva: «He aqui, yo hago nuevas todas las cosas.»78 Para resumir, quienes desechan la posibilidad misma de los milagros en el dia de hoy, olvidan el «ya» del reina, mientras que quienes los esperan como 10 que se ha dado en llamar «la vida cristiana normal», olvidan el «todavia no» del reino.

La iglesia y la sociedad En cuarto lugar, la misma tensi6n se experimenta en la esfera 0 sea, la cuesti6n de la disciplina de la iglesia. Desde ya, sostenemos acertadamente, Jesus el Mesias esta reuniendo un pueblo para s1. Y ya la comunidad mesianica se caracteriza por la verdad, el amor y la santidad, a los cuales ha sido Hamada. La iglesia es «columna y baluarte de la verdad»,79 vale decir, el fundamento para mantenerla firme y la columna para

cclcsiastica,

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mantenerla erguida. En cuanto al amor, Cristo, mediante su cruz, ha «[derribado] la pared intermedia de separaci6n» entre gente de diferentes razas, naciones, tribus y c1ases, con el fin de «crear en si mismo ... un solo y nuevo hombre».80 En cuanto a la santidad, su nueva sociedad recibe diversos nombres: naci6n santa, sacerdocio santo y pueblo santo. 81 De modo que la verdad, el amor y la santidad son esencialmente marcas de la nueva sociedad en Jesucristo. Sin embargo, todavia no ha recibido Cristo a su esposa como «una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha».82 Todo 10 contrario,la vida y el testimonio presentes de la iglesia eshin estropeados por muchas manchas, por errores, discordias y pecado. La historia de la iglesia es la historia de la increible paciencia de Dios para con su discolo pueblo. Asi, entonces, toda vez que pensamos en la iglesia, tenemos que tener presentes el ideal y la realidad. La iglesia esta comprometida con la verdad, pero tambien es propensa a cometer errores; esta unida y tambien dividida; es pura y tambien impura. No es que tengamos que consentir sus fracasos. «El innegable 'todavia no' jamas puede servir como coartada para cubrir nuestras derrotas.»83 Hemos de alirnentar la visi6n de la pureza tanto como la unidad de la iglesia; en otras palabras, su pureza doctrinal y etica, y su unidad visible. Dado que estas cosas constituyen la voluntad de Dios, ellas deben ser nuestra meta. En consecuencia, somos llamados a pelear «la buena batalla de la fe».84 Tambien tenemos que ser «solicitos en guardar la unidad del Espiritu en el vinculo de la paz».85 Y en tanto buscamos estas cosas, hay lugar para la disciplina en casos de herejia 0 pecados serios. Y con todo, el error y el mal no van a ser completamente erradicados de la iglesia en este mundo. Seguiran coexistiendo con la verdad y el bien. «Dejad crecer juntamente 10 uno y 10 otro hasta la 86 siega», dijo Jesus en la parabola del trigo y la cizana. Algunos argumentan que, dado que en esta parabola «el campo es el mundo»,87 la coexistencia a que se refiere Jesus es en el m~do, no en la iglesia. Pero el enemigo siembra malezas «en~:e el tngo»,88 y en ultima instancia es «de su reino»89 de donde el HiJo del Hombre va a eliminar el mal. Ni la Escritura ni la historia de la iglesia justifican el uso de severas medidas disciplinarias en un intento de asegurar una iglesia perfectamente pura en este mundo.

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Desde ya, sostenemos, Dios esta obrando en la sociedad humana. Esto se da, en parte, en su «gracia comUn», en el sentido de que proporciona al mundo las bendiciones de la familia y el gobiemo, por medio de los cuales se restringe el mal y se controlan las relaciones. Pero tambien se da a traves de miembros de su comunidad redimida, que mantienen sin concesiones los valores de su reino. Han de penetrar la sociedad, ensefi6 Jesus, como la sal y la luz. Es legitimo deducir de estos modelos que Jesus queria que sus seguidores influyeran para bien en el mundo. Porque ambos elementos son productos efectivos. Hacen una gran diferencia en el entomo en el cual se los coloca; la sal impidiendo la descomposici6n, y la luz despejando la oscuridad. En consecuencia, a traves de los siglos, a la par de la descomposici6n social, ha habido un mensurable progreso social: mayor disponibilidad de atenci6n para la salud, ampliaci6n de la alfabetizaci6n y la educaci6n, la defensa de los derechos humanos, mejores condiciones laborales, la abolici6n de la esclavitud y el comercio de esc1avos, y la protecci6n de los debiles y los vulnerables. Todavia no ha creado Dios, sin embargo, los prometidos «cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia».90 La justicia del reino todavia no ha extirpado todo vestigio de opresi6n, y la paz del reino todo vestigio de violencia. Todavia existen las «guerras y .., [los] rumores de guerras».91 Todavia no han sido convertidas en rejas de arados las espadas y las lanzas en hoces. 92 Las naciones todavia no han renunciado a la guerra como metodo para solucionar sus disputas. El egoismo, la crueldad y el temor continuan. Asi, entonces, si bien es correcto hacer campafias en pro de la justicia social, y procurar mejorar todavia mas la sociedad, con el fin de convertirla en algo mas agradable para Dios, sabemos que nunca lograremos perfeccionarla. Los cristianos no son personas ut6picas. Si bien conocemos el poder transformador del evangelio y los saludables efectos de la sal y la luz del cristianismo, sabemos tambien que el mal esta instalado en la naturaleza humana y en la sociedad humana. No nos hacemos ilusiones. 5610 Cristo en su segunda venida va a erradicar el mal y entronizar la justicia para siempre. A ese dia 10 esperamos con gran ansiedad.

He aqui, entonces, cinco areas (intelectual, moral, ffsica, eclesiastica y social) en las que es vital preservar la tensi6n entre el «ya» y el «todavia no». Podriamos decir que hay tres tipos distintos de cristianos, segun el grado con el cual logran mantener este equilibrio biblico. Primero, estan los cristianos del «ya». Estos son los optimistas risuefios. Con justicia enfatizan 10 que Dios ya ha hecho por nosotros por medio de Cristo, y 10 que nos ha conferido en Cristo. Pero dan la impresi6n de que, en consecuencia, ya no quedan misterios, no quedan pecados que no se puedan vencer, enfermedades que no se puedan curar y males que no se puedan erradicar de la iglesia 0, incluso, del mundo. En una palabra, parecen creer que la perfecci6n es alcanzable ya. Me recuerdan a esos creyentes corintios a quienes escribi6 Pablo: «Ya estais saciados, ya estais ricas, sin nosotros reinais. jY ojala reinaseis, para que nosotros reinasemos tambien juntamente con vosotroS!»93 La motivaci6n de los cristianos del «ya» es irreprochable. Quieren glorificar a Cristo. De modo que se niegan a poner limites a 10 que el es capaz de hacer. Consideran que resulta despreciativo no sostener la posibilidad de la perfecci6n ahora. Pero su optimismo puede facilmente convertirse en presunci6n y terminar produciendo desilusi6n. Olvidan el «todavia no» del Nuevo Testamento y que la perfecci6n espera la llegada de la parusia. En segundo lugar, estan los cristianos del «todavia no». A estos se podria calificarlos, con cierta justicia, de los pesimistas sombrios. Con justicia enfatizan 10 incompleta que por el momento es la obra de Cristo, y con justicia se proyectan hacia la parusia, cuando Cristo completara 10 que ha comenzado. Pero dan la impresi6n de ser extremadamente negativos en sus actitudes. Parece preocuparles nuestra ignorancia y fracaso humanos, el dilatado reino de la enfermedad y la muerte, y la imposibilidad de lograr una iglesia pura 0 una sociedad perfecta. Arrojan un balde de agua fria sobre todo intento de afirmar que Cristo pudiera estar victoriosamente activo en cualquiera de estas areas. La motivaci6n de estas personas tambien es excelente. Si los cristianos del «ya» quieren glorificar a Cristo, los cristianos del «todavia no» quieren hacer que los pecadores se humillen. Es~~n decididos a ser fieles a la Escritura en su enfasis en la depravaclOn humana. Pero su pesimismo puede facilmente convertirse en complacencia; tambien puede conducir a una aceptaci6n del statu

372

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La quinta area de tensi6n entre el «ahora» y el «entonces», el «ya» y el «todavia no», es la esfera social, 0 sea, la cuesti6n del

progreso.


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quo y apatia ante la presencia de mal. Olvidan el «ya» de 10 que Cristo ha hecho por medio de su muerte, resurreccion y don del Espiritu, y de 10 que puede hacer en nuestra vida, en la iglesia y la sociedad, como resultado. Tercero, eshln los cristianos del «ya-todavia no». Estos son los realistasJ?iblkos. Porque quieren otorgar igual peso a las dos venidas de Jesus, a 10 que ya ha hecho y a 10 que todavia va a hacer. Se regocijan en 10 primero y esperan anhelantemente 10 segundo. Quieren glorificar aDios y simultaneamente hacer que el pecador se humille. Por un lade, depositan gran confianza en el «ya», en 10 que Dios ha dicho y hecho a traves de Cristo, y demuestran gran determinacion por explorar y experimentar en la mayor medida posible una genuina humildad ante el «todavia no»; humildad para confesar que habra mucha ignorancia y pecaminosidad, mucha flaqueza fisica, infidelidad eclesiastica y decadencia social; realidades que quedaran como smtomas de un mundo caido y parcialmente salvo hasta que Cristo perfeccione en su segunda venida 10 que comenzo en su primera. Es esta combinacion del «ya» con el «todavia no», del reino inaugurado y el reino consumado, de la confianza cristiana y la humildad cristiana, 10 que caracteriza al verdadero evangelicalismo biblico, y que ejemplifica ese «BBC» que tan urgentemente se requiere en el dia de hoy. Las tres grandes aclamaciones acerca de Cristo resumen nuestra posicion como «cristianos contemporaneos»:

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GUfA DE ESTUDIO El proposito de esta guia de estudio es ayudar allector a llegar a la medula de 10 que ha escrito John Stott, y desafiarlo a que aplique 10 que aprenda a su propia vida. Las preguntas se han ideado para el uso tanto de individuos como de pequenos grupos de cristianos que se retinan, tal vez durante una 0 dos horas por semana, a fin de estudiar, considerar el material y orar juntos. La guia proporciona material para la Introduccion, la Conclusion y cada uno de los veintitin capitulos dellibro. Cuando 10 use un grupo con tiempo limitado, ellider deberia decidir de antemano cuales serian las preguntas mas adecuadas para que el grupo discuta durante la reunion. Las restantes tal vez deberian dejarse para que los miembros del grupo las consideren por su cuenta, 0 en grupos mas pequenos, durante la semana. Con el fin de contribuir plenamente y aprender sobre la base de las reuniones del grupo, cada miembro del grupo tiene que leer todo el capitulo, 0 todos los capitulos, bajo consideracion.

iCristo ha rnuerto! iCristo ha resucitado! iCristo vendni otra vez!

Su muerte y resurreccion pertenecen al «ya» del pasado, su gloriosa parusia al «todavia no» del futuro. Su triunfo final no es menos seguro por ello. De hecho, «la esperanza de la victoria final --escribio el profesor Oscar Cullmann-- es tanto mas intensa cuanto se funda en la conviccion inconmovible de que la victoria decisiva ya ha sido ganada».94

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Es importante que no se permita que estos estudios se conviertan en meros ejercicios academicos. Ellector 0 los participantes del grupo deben cuidar este aspecto, dandose tiempo para pensar y discutir de que manera 10 que se descubre funciona en la practica en cada caso. Es preciso asegurarse de que cada estudio comience y termine con un momento para centrar la atencion en Dios mediante la alabanza y la oracion. Se ha de pedir al Espiritu Santo que hable a cada uno de los integrantes a traves de la discusion en conjunto. 375


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INTRODUCCION

EI entonces y el ahora Cristianismo hist6rico y contemporaneo 1 LPor que es que el cristianismo «hace una afirmacion mas fuerte todavfa de ser historico» que otras religiones (p. 15)? LPor que es importante esto? 2 «Quienes pertenecen a la generacion mas joven nos dicen

que no les interesa la historia» (p. 16). LPor que piensa usted que ocurre esto? LQue se puede hacer para remediar esta situacion? 3 «A h'aves de toda la historia de la iglesia Jesucristo ha

sufrido un proceso de repetida crucifixion» (Thielicke, citado en p. 18). LDe que maneras ha ocurrido esto?

Intentos de modernizar a Jesus 4 Enumere los doce intentos de «modemizar a Jesus» que considera el autor (pp. 19-23). LQue es 10 que tienen de malo? LPor que?

Parte I: E1 evange1io CAPiTULO 1

La paradoja humana 1 LPor que es tan importante la pregunta «LQue es el hombre?»? (pp. 31-32)? 2 En el punto de vista que tienen sobre la humanidad, Lde que maneras tienden los pensadores modemos a ser ingenuos «en su optimismo, 0 demasiado negativos en su pesimismo» (p. 32)? LPor que?

La dignidad humana 3 LQue significa que los seres humanos Heven la «imagen»

divina (pp. 33-37)? LCuales son los cinco rasgos que elabora el autor? Explique sus bases bfblicas.

La depravaci6n humana 4 Lea Marcos 7.14-21. LQue ensefia Jesus acerca de la maldad humana (pp. 37-40)?

EI desafto que tenemos por delante consiste en presentar a Jesus a nuestra generaci6n de un modo que sea ... nuevo en el sentido de «fresco», no en el sentido de constituir una novedad (p. 23).

5 «Todo aquel que ha captado el minimo desteHo de la

5 LPor que tendemos a traicionar al Jesus autentico (p. 23)? LHasta que punto hacen esto usted y su iglesia? lCual es la solucion?

La paradoj a resuItante

Eillamado a escuchar con ambos oidos 6 lQue quiere decir el autor con la frase clave «escuchar con ambos ofdos» (pp. 25-28)? LPor que resulta «indispensable para el discipulado cristiano y la mision cristiana» (p. 28)?

376

santidad de Dios se ha visto imposibilitado de aguantar la escena...» (p. 39). LPor que? LEn que ejemplos puede pensar usted? LLe ha ocurrido algo semejante a usted?

6 LQue aspectos de su propia experiencia ilustra la paradoja de la dignidad y la depravacion humanas (pp. 40-41)? 7 «De modo que nuestra necesidad mas urgente es...» Lque (pp. 41-42)? LEs asf como 10 ve usted? LPor que? 8 LQue consecuencias hay para el progreso social en el hecho de que que los seres humanos retienen «vestigios de la 377


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imagen divina» (p. 42)? zOe que modo afecta esto su parecer sobre la sociedad, y el valor de trabajar para cambiar las cosas favorablemente?

Cristo Y su cruz Comience leyendo 1 Corintios 2.1-5.

CAPiTULO 2

La libertad

CAPiTULO 3

auh~ntica

1 «Una de las mejores formas de compartir el evangelio con los hombres y mujeres de hoy consiste en presentarlo en funci6n de la libertad» (p. 43).ZCual es la experiencia suya en cuanto a esto? zOe que manera apoya el autor esta afirmaci6n?

La Palabra de Dios 1 zD6nde ha de comenzar toda verdadera evangelizaci6n (p. 56)? lPor que? 2 zC6mo sabemos que Pablo no renunciaba «ni a la sustancia doctrinal, ni a la argumentaci6n racional» (p. 56)? lQUe importancia tienen estas cosas para usted?

El aspecto negativo: liberados de

La cruz de Cristo 2 lCuaIes son las fuerzas «que nos tiranizan y de este modo

inhiben nuestra libertad» (pp. 45-48)? 3 zPor que es un error afirmar que toda culpa es culpa falsa (p. 45)?

4 lQue es el «pecado» para la Biblia (pp. 46-47)? zOe que manera difiere esto de 10 que tiende a pensar la gente? 5 l Que temores ensombrecen la vida de algunos de los hombres y mujeres que usted conoce (pp. 47-48)?

El aspecto positivo: liberados para 6 lPor que constituye «un serio error» definir la libertad en terminos puramente negativos (p. 49)?

La verdadera libertad es libertad para asumir nuestro verdadero yo, tal como Dios nos hizo y quiso que fuesemos (p. 50). 7 lPor que la verdadera libertad «es ... exactamente 10 opuesto de 10 que muchos piensan» (p. 52)? 378

EI evangelio no se predica si se proclama el poder salviftco y se omiten los hechos salviftcos, particularmente la cruz (p. 55). 3 lC6mo Ie contestaria a alguien que sugiriese que todo 10 que necesitamos para la evangelizaci6n efectiva es el Espiritu Santo? 4 lQue tiene de malo el punto de vista de que «Pablo se arrepinti6 del evangelio distorsionado que habia predicado en Atenas y resolvi6 limitar su mensaje en Corinto a la cruz» (p.58)?

5 lPor que «se desprecia profundamente» el mensaje de la cruz (p. 60)? lSe ha enfrentado usted con la elecci6n entre la fidelidad y la popularidad en relaci6n con esta cuesti6n? 6 lPor que el mensaje de la cruz es incompatible con «una tregua en la competencia interreligiosa» (p. 61)? 7 «Hasta el dia de hoy no hay nada que excluya a la gente del reino de Dios mas que ...» lque (p. 63)? lDe que manera destaca esto el mensaje de la cruz? 379


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8 John Stott menciona dos objeciones adicionales al mensaje de Cristo y la cruz (pp. 63-64). ~CUi.iles son? ~En que sentidos son pertinentes hoy?

,Realmente tuvo Iugar Ia resurrecci6n? 6

~Que explicaci6n hay para la desaparici6n del cuerpo de Jesus de la tumba? ~Por que es que su resurrecci6n es la unica explicaci6n satisfactoria (pp. 75-76)?

7

~Que explicaciones hay para los informes sobre las apari ciones de Jesus el primer dia de la Pascua y despues? ~Por que es que su resurrecci6n es la linica explicaci6n satisfactoria (pp. 76-77)?

El poder del Espiritu 9 «Pero Pablo no temia admitir que tenia miedo» (p. 65). LPor que no? LQue puede aprender usted de su perspectiva?

CAPiTULO 4

La pertinencia de la resurrecci6n

8 ~De que manera se relaciona la resurrecci6n con la historia de los comienzos de la iglesia (pp. 76-77)?

;"Que significa Ia resurrecci6n?

;"Por que tiene importancia la resurrecci6n?

1

La resurrecci6n «no significa la mera supervivencia de una influencia» (p. 69). ~Por que no?

2

El Senor resucitado «no es un cadaver vuelto a la vida» (p. 70). Explique la diferencia entre resurrecci6n y resucitaci6n.

Mas la tremenda aftrmaci6n del Nuevo Testamento no es que «vive», sino que «ha resucitado». La resurrecci6n se vuelve experiencia para nosotros s610 porque fue primeramente un hecho que en verdad inaugur6 un nuevo orden de la realidad (p. 70).

9

~C6mo contestaria usted a alguien que dijera que «la resu rrecci6n sucedi6 hace tanto tiempo que no tiene importancia para nosotros en el dia de hoy» (pp. 77-81)?

10 Ala luz del analisis del autor, ~que areas de su vida y su pensamiento deben ser modificadas por la doctrina de la resurrecci6n?

CAPiTULO 5

Jesucristo es Senor La convicci6n teoI6gica

~ Que

3

es la «reconstrucci6n desmitologizada » de Bultmann (p. 71)? ~Por que esta equivocada?

4

~Por que es un error decir que «el Senor resucitado es una personalidad expandida» 0 «una experiencia viviente del Espiritu» (p. 72)?

5

lf

If

1 Lea Filipenses 2.9-11. ~Cuales son las tres cosas que nos muestra este pasaje acerca de 10 que los cristianos del primer siglo pensaban sobre Jesus (pp. 84-87)? que es que los escritores del Nuevo Testamento dan por sentado, en lugar de poner en duda, el senorio divino de Jesus (p. 86)?

3

~Por que esta mal «distinguir netamente entre Jesus Salvador y Jesus Senor» (p. 86)? ~Que verdad tiene como fin preservar esta separaci6n?

~Que

hemos de entender, entonces, por la resurrecci6n de Jesus (pp. 73-75)?

380

~Por

2

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El comprorniso radical

Parte II: E1 discipu10

4 zSe considera usted un «esclavo de Jesucristo» (p. 87)? zComo se siente usted ante esto? John Stott pasa a explorar 10 que significa en la pnictica la propiedad personal por parte de Jesus.

CAPiTULO 6

El oido atento

5 «Los disdpulos no tienen libertad para estar en desacuerdo con su divino maestro» (p. 88). LEn que areas cumple esto usted?

La sordera involuntaria es un impedimento penoso; la sordera deliberada es tanto un pecado como una estupidez (p. 98).

6 LCua! es ellugar de la ley de Dios en la vida cristiana?

Escuchar aDios

LEstamos libres para desobedecerla (pp. 88-90)? LHay areas en las que usted se vale de una perspectiva equivocada de la ley para justificar su desobediencia?

1 zLe habla Dios a usted (pp. 99-101)? LComo? 2 LDe que maneras separamos «la Palabra del Espiritu

7 LQue significa el termino «ministerio» (p. 89)? LHasta que

punto es usted un ministro?

0 al Espiritu de la Palabra» (p. 100)? LPor que esta mal hacer esto?

8 En vista del estado del mundo en la actualidad, Lcomo es

3 LQue es 10 que el autor identifica como «la causa principal

posible que afirmemos que Jesus es Senor de la sociedad (pp.90-93)?

del estancamiento espiritual que a veces experimentamos» (p. 101)? LDe que manera se aplica esto a usted? LQue puede hacer para resolverlo?

9 LQue conflictos enfrenta usted entre Cristo y el

equivalente modemo de «Cesar» (pp. 92-93)? LEn que momento exige el discipulado la desobediencia al estado?

Escuchamos unos a otros 4 En su propia experiencia de las diferentes relaciones que

10 ZCualesson las consecuencias de decir que Jesus posee el

senorio universal (pp. 93-94)?

considera John Stott, Zque lugar hay para una mejora en las comunicaciones (pp. 101-103)? 5 zPor que es que la disciplina de escuchar a veces «puede

La misi6n ... es ... una deducci6n inevitable del sefLOrfo universal de fesucristo (p. 94).

ocasionar un agudo dolor mental» (p. 104)? LEn que situaciones puede usted pensar donde esto Ie resulta importante?

Escuchar al mundo 6 zQue significa la palabra «contextualizaci6n» (p.106)? zQue ejemplos ofrece el autor? 382

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Las emociones

Dios nos ha dado dos oidos, pero solo una boca, por 10 que evidentemente quiso que escuchemos dos veces mas que 10 que hablamos (citado en p. 108).

6 «De todo esto resulta claro que no debemos suprimir las emociones» (p. 116). lQue es «todo esto»?

CAPiTULO 7 La mente y las emociones

7 ?Cuando fue l~ ultima vez que tuvo conciencia de «un gozo mefable y glonoso» (p. 116)? lEs importante este tipo de experiencia? lDe d6nde procede? 8 Explique ellugar de la emoci6n en la predicaci6n del evangelio (pp. 116-118).

La mente 1

«El usa responsable de la mente glorifica a nuestro Creador» (p. 110). lC6mo? lLo hace la suya?

2 l C6mo Ie responderia usted a alguien que afirmara que «la fe y la raz6n son incompatibles» (p. Ill)? 3 «Esperan que Dios proyecte sobre su pantalla interior respuestas a sus interrogantes, y soluciones para sus problemas, de modo que puedan evitarse la tarea mental» (p. 112).lQUe es 10 que tiene de malo este tipo de expectativa? 4 «Elllamado evangelizador que hacemos jamas deberia pedirle a la gente que anule 0 suspenda sus facultades mentales» (p. 112). lHa experimentado usted apelaciones como esta? lPor que esta mal?

9 lQue er~,lo que mov,ia a Jesus a experimentar (a) ira y (b) compaslOn? lPor que? lSon cosas similares las que 10 mueven a usted de la misma manera?

La mente y las emociones 10 lC6mo se han de relacionar la mente y las emociones de

usted e~tre si (pp. 120-122)? lPuede pensar en ejemplos en su propla vida donde esta relaci6n no es la que deberia ser? T~ned cuidado tanto de una teologia sin devocion (es decir, la mente s~n el corazon) como de una devocion sin teologia (es decir, el corazon

sm la mente) (Handley Moule, citado en p. 122).

CAPiTULO 8 Siendo el Espiritu de verdad, el Espiritu Santo lleva a la gente a depositar fe en Cristo como consecuencia de las pruebas y no a pesar de ellas (p. 113). 5 l Que significan «elitismo» e «intelectualismo» (pp. 113-114)? lPor que es preciso que estemos en guardia contra estas cosas? lC6mo podemos hacerlo?

Guia, vocaci6n, y ministerio La guia 1 Explique la distinci6n entre la voluntad «general» de Dios y su voluntad «particular» (p. 124). lPor que es importante esto? 2 lCua! es la voluntad general de Dios para nosotros (p. 124)? lC6mo 10 sabemos?

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3 LQUe lugar ocupa la Biblia en ayudamos a descubrir la voluntad de Dios para nuestra vida (p. 124)? 4 El autor sugiere cinco pasos para descubrir la voluntad particular de Dios (pp. 125-126). LCwiles son? LPor que es importante cada uno de ellos?

La vocaci6n 5 LCmll es la diferencia entre el significado modemo y popillar del vocablo «vocacion», y su significado en la Biblia (pp.126-127)? 6 LA que llama Dios a cada uno de nosotros (pp. 126-128)?

LQue comprende esto? 7 LVe usted la situacion en la que se encontraba cuando

primeramente se hizo cristiano como algo a 10 cual Dios 10 ha llamado (pp. 129-134)? 8 En su pensamiento tocante ala vocacion, Len contra de que aspecto particular reaccionaron los reformadores (pp. 131-134)? LEn que medida distorsiona 10 que usted piensa sobre S1 mismo la distincion entre 10 sagrado y 10 secular? 9 «El Dios al cual muchos de nosotros adoramos es exageradamente religioso» (p. 134). LEs cierto esto de usted mismo?

Hay, una clamoros,a ~ecesida~ ~e hombres y mujeres cristianos que en,tze.ndan su actz,vzdad cotzdzana como su principal ministerio crzstzano y que esten resueltos a penetrar en el entorno secular en el cual se desenvuelven para dar a conocer a Cristo (p. 137). 12 LComo puede usted «entregarse» al servicio de Cristo y de la gente, de tal manera que nada de 10 que elle ha dado se malgaste, y que todo 10 que Ie ha dado sea utilizado (p.138)? 13 LTeme ust~d,a la voluntad de Dios para su vida, 0 que jamas la descubnra? LPor que no es necesario que aS1 sea (pp. 138-139)?

CAPiTULO 9

EI primer fruto del Espiritu El arnor, el gozo y la paz 1 LQue cl~se.s ~e cosas identifica la gente como la principal ma;ca dlstmhva del cris.tiano (pp. 141-143)? LPor que? LPor que ocupa lugar preemmente el amor? 2 .«Los qU,e buscm:,la feli~idad jamas la encuentran» (p. 143). "Por que? LDe donde Vlene, entonces, la felicidad?

3 LComo contestaria usted a alguien que dijera que «para amar a otros debemos amamos a nosotros mismos» (pp. 144-145)?

El ntinisterio 10 LComo puede el autor ser tan «dogmatico» al afirmar que

<<fodos los cristianos sin excepcion alguna son llamados al ministerio» (pp. 134-135)? 11 LPor que es «esencial que notemos que tanto la distribucion de alimentos como la enseftanza de la palabra reciben el nombre de ministerio» (p. 136)? LEs aS1 como 10 ve usted? LEn que sentido es «ministerio» 10 que hace usted?

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EI arnor en acci6n 4 LA que «actitudes positivas y acciones concretas» conduce el amor (p. 145)? LQue significan estas cosas en la pnlctica para usted? 5 LPor que sugiere John Stott que «el amor recibe el contrapeso del autocontrol» (p. 146)7 LA que cualidades se refiere?

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EI amor es el fruto del Espiritu 6 zExactamente que es 10 que quiere decir Pablo can la «came» y el «Espiritu» (pp. 147-148)? zOe que maneras se entienden mal estas palabras a veces? 7 zQue tres verdades destaca Pablo acerca del conflicto entre la came y el Espiritu (pp. 147-150)? LCuaI de los dos lleva la delantera en su vida? LPor que?

La nueva naturaleza obtendrti la victoria contra la naturaleza vieja en la medida en que alimentemos a la nueva y dejemos que la vieja pase hambre (p. 150).

3

zPara que es la Escritura (pp. 160, 163)? ZEs esta la forma en que la utiliza usted? 4 zOe que manera la gente expresa «malla doctrina de la inspiraci6n» (p. 161)? zC6mo se entiende mejor la idea?

Predicar la Palabra 5 «Una de las mayores necesidades de la iglesia contemponmea es la de la exposici6n biblica hecha conscientemente desde el pulpito» (p. 164). LPor que? LEn que medida es prioritario esto en su vida y en la de su iglesia?

CAPiTULO 11 8 LCual es su ambici6n dominante (p. lSI)?

Responder a la Palabra

Parte III: La Biblia

EI discipulado maduro

CAPiTULO 10

Perseverar en la Palabra Comience leyendo 2 Timoteo 3.1-4.8.

Afirmarse en la Palabra 1 Explique 10 que quiere decir Pablo can la expresi6n «los postreros dias» (pp. 157-159). LA que conduce el mantenemos firmes y resistir las tendencias de nuestros dias?

Perseverar en la Palabra 2 Pablo prosigue a destacar la importancia de la ensenanza (a) del Antigua Testamento y (b) la suya propia como ap6stol (p. 160). LPor que? LQue tienen de especial estas cosas?

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1 LCuaIes son las cuatro areas que menciona el autor en las que nuestro discipulado depende de que podamos responder a la revelaci6n de Oios (pp. 168-170)? LOe que manera ayudaria a usted en estas areas una dieta biblica mas adecuada?

La integridad intelectual 2 zC6mo puede «haber cristianos aparentemente inteligentes a fines del siglo XX que sean tan ingenuos como para creer en la inspiraci6n y la autoridad de la Biblia» (p. 171)? 3 LC6mo maneja usted los problemas que aparecen en la Biblia (pp. 172-174)? LOe que manera 10 ayuda 10 que dice aqui el autor?

EI progreso ecumenico 4 LCual es su actitud ante el progreso ecumenico (pp. 174-176)? Segtin John Stott, Lcual deberia ser? L06nde entra la Biblia?

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La evangelizaci6n eficaz

6 lQue quiere decir el autor por «trasposici6n cultural» (p. 188)? lPor que es importante?

5 lPor que «no hay ninguna posibilidad de que la iglesia tome en serio su tarea de evangelizaci6n» (pp. 176-177) a menos que volvamos a la Biblia?

Ejemplos de trasposici6n cultural

La humildad personal

7 lCua! es el «desafio planteado por el programa de "desmitologizaci6n" de Bultmann» (p. 190)? lEn que aspecto va demasiado lejos?

6 «Quiza la necesidad mas grande de todas nuestras

necesidades sea... » lque? lPor que?

CAPiTULO 12

La trasposici6n de la Palabra EI problema hermeneutico 1 lQue significa «hermeneutica biblica» (pp. 180-182)? lPor que existe un «problema hermeneutico»? lCual es la diferencia entre la «antigua» y la «nueva» hermeneutica? lPor que necesitamos ambas?

Nuestro propio encierro cultural 2 Cuando lee la Biblia, lhasta que punto es inevitable el

encierro cultural (pp. 183-184)? lA que conduce? 3

«lQue verala posteridad como el [los] principal[es] punto[s] debil[es] de los cristianos al final del siglo XX?» (p. 185) lQue piensa usted?

4 lEs posible hacer algo para reducir la barrera cultural que

entorpece la comunicaci6n de Dios por medio de la Biblia (pp. 185-186)?

EI condicionamiento cultural de la Biblia 5 lC6mo Ie contestaria usted a alguien que dijera que «ya que la Biblia es un libro culturalmente condicionado, por consiguiente, esta atrasado» (pp. 186-188)?

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8 lC6mo traspondria usted culturalmente el mandamiento de Jesus de que los discipulos se lavaran los pies unos a otros (pp. 192-193)? Mencione ejemplos.

9 l Que equivalentes modemos al problema de comer came que previamente habia sido sacrificada a idolos puede mencionar (pp. 193-194)? lQue principios ofrece la Biblia para aplicar en una situaci6n asi?

10 lC6mo aplica John Stott la tecnica de la trasposici6n cultural a la posici6n y el papel de las mujeres (pp. 194-196)? lEsta usted de acuerdo con su metodo y su conclusi6n? lPor que 0 por que no? 11 lQue tiene de malo emplear la trasposici6n cultural para justificar las parejas homosexuales (p. 197)?

CAPiTULO 13

La exposici6n de la Palabra 1 lEs importante la predicaci6n para usted (pp. 199-200)? lPor que?

No hay nada mas importante ... para La vida y el crecimiento, La saLud y La profundidad de La igLesia contemporanea que In recuperaci6n de una predicaci6n bibLica seria (p. 200).

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

Dos convicciones

lCree usted que est.i mas extendida hoy que antes? lPor que?

2 lPor que la «predicaci6n autentica» necesita «un punta de vista elevado respecto al texto biblico» (p. 201)? 3 lQue significan las palabras «revelaci6n», «inspiraci6n» y «providencia» (pp. 201-202)? lPor que son importantes cuando pensamos en la Biblia y en la predicaci6n (p. 202)?

2 lQue indicios de la busqueda de la trascendencia tiene usted sobre la base de su propia experiencia 0 la de otros? lQue ejemplos ofrece John Stott (pp. 214-217)?

4 lHasta que punto es la Biblia un texto «parcialmente cerrado» para usted (pp. 202-203)? A la luz de esto, lcual es el papel de la predicaci6n?

3 lA que aspecto de la vida de la iglesia ofrece un desafio esta busqueda (pp. 218-219)? lEn que medida resuelve esta cuesti6n la iglesia a la cual pertenece usted? lQue pasos puede adoptar usted para mejorar las cosas?

Dos obligaciones

La busqueda de significaci6n

5 lPor que es tan importante «darles a los autores biblicos la libertad de decir 10 que realmente dicen» (p. 204)?

Cuando los seres humanos son desvalorizados, todo en la sociedad se descompone (p. 222).

6 l Que pasos podemos dar para asegurar que no perdamos «sensibilidad al mundo» (pp. 204-205)?

7 lCuales son las dos preguntas que debemos formular ineludiblemente si hemos de exponer la Biblia adecuadamente (pp. 205-207)?

4 lQue rasgos de nuestro mundo modemo tienden a socavar nuestro sentido de significaci6n (pp. 219-222)? lQue efecto tiene esto en la sociedad? 5 lQue Ie hace pensar que es usted significativo?

Dos expectativas 8 lCuales son las dos expectativas que deberiamos tener con respecto ala predicaci6n (pp. 208-210)? lEn que medida esta usted convencido de estas expectativas?

Parte IV: La iglesia

6 lA que aspecto de la vida de la iglesia ofrece un desafio esta busqueda de significaci6n (pp. 221-222)? lEn que medida hace frente su iglesia a este desafio? lQue pasos puede adoptar usted para mejorar las cosas?

La busqueda de comunidad 7 lEn que medida constituyen prioridad las relaciones de amor en su vida? lPor que?

CAPiTULO 14

Desafios seculares a la iglesia Las busqueda de la trascendencia 1 Describa la «busqueda de la trascendencia» (p. 214). 392

8 lA que aspecto de la vida de la iglesia plantea un desafio esta busqueda de comunidad (pp. 257-258)? lEn que medida resuelve su iglesia este desafio? lQue pasos puede adoptar usted para mejorar las cosas?

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

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La busqueda secular contemporanea constituye, me parece ami, uno de los desafios mas grandes --y una de las mas grandes oportunidades-- que jamas se hayan presentado a la iglesia: jque la gente estti abiertamente dedicada a buscar justamente 10 que Jesucristo ofrece! (p. 227).

La iglesia debe expresarse (EI mensaje de la iglesia) 6 lC6mo definiria usted el mensaje basico del evangelio (pp.240-241)? 7 l C6mo contestaria usted a alguien que insistiera en una presentaci6n estereotipada particular del evangelio (p. 241)?

CAPiTULO 15

La evangelizaci6n por medio de la iglesia local Diversas formas de evangelizaci6n

8 lC6mo Ie contestaria usted a alguien que sugiriese que «usted s6lo puede descubrir que es el evangelio una vez que este en la situaci6n» (p. 241)? La iglesia debe ser ella misma (La vida de la iglesia)

1 lQue formas de evangelizaci6n menciona el autor (pp. 230-231)? lCuales de elIas Ie ayudaron a usted a iniciar el camino de la fe?

9

2 lC6mo puede la evangelizaci6n de la iglesia local ser «el metoda mas normal, natural y productivo de extender el evangelio en nuestros dias» (p. 230)?

10 lEn que medida resulta ser una dificultad para usted la invisibilidad de Dios (pp. 243-244)? lC6mo ha resuelto Dios este problema?

La iglesia debe entenderse a SI misma (La teologla de la iglesia)

l1lQue impide aDios hacerse mas visible por intermedio de usted y de su iglesia?

3 lQue imagenes falsas de la iglesia menciona el auter (pp. 231-233)? lEn cuMes de elIas tiende a caer usted?

CAPiTULO 16

4 lC6mo, entonces, deberiamos entender la naturaleza de la iglesia (pp. 233-234)? lPor que es tan importante esto? La iglesia debe organizarse (Las estructuras de la iglesia) 5 lSon «hereticas» en algun sentido las estructuras de su iglesia (pp. 235-236)? lPor que? lQue es preciso hacer para corregir esto?

394

lCual es «el mayor impedimento a la evangelizaci6n» (p.243)?

Dimensiones de la renovaci6n de la iglesia 1 John Stott menciona seis movimientos de renovaci6n en la vida de la iglesia del siglo XX (pp. 247-248). lCual de ellos ha ejercido influencia en su iglesia? 2 lQue significan las palabras «reforma», «avivamiento» y «renovaci6n» (p. 248)? 3 Lea Juan 17. Explique la significaci6n de «la triple caracterizaci6n que hace Jesus de su pueblo» (p. 250).

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

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La verdad (vv.11-13)

CAPITULO 17

4 «No existe la menor posibilidad de que la iglesia se renueve profundamente hasta que, y a menos que... » lque (p. 252)? lPor que? lD6nde esta ubicada su iglesia?

La santidad (vv.14-16) 5 lQue es «santidad» (pp. 252-253)? 6 lA cual se parece mas usted, a un fariseo (pp. 252-253)? lDe que manera?

0

a un saduceo

La misi6n (vv.17-19) 7 lC6mo deberia relacionarse la iglesia con una sociedad impia (pp. 253-254)? lQue ocurre cuando la iglesia obra como deberia hacerlo? 8 lQue significa ser «santificados en la verdad» (p. 254)?

9lDe que manera somos «santificados en la verdad» (p. 254)?

La unidad (vv. 20-26) 10 lCual es «la naturaleza de la unidad por la cual or6 Cristo» (pp. 256-257)? lC6mo afecta esto su modo de encarar la cuesti6n de las relaciones ecumenicas?

La unidad estructural y visible de la iglesia es una meta acertada. Pero solo Ie resultara agradable aDios si es la expresion visible de alga mas profunda, a saber, la unidad en la verdad y en la vida (p.257).

Los pastores de la iglesia 1 l C6mo describiria usted el prop6sito del ministerio ordenado (pp. 261-263)?

2 lPuede usted definir y decir 10 que esta mal con (a) el clericalismo (0 el pastorado profesional) y (b) el anticlericalismo, 0 sea, la posici6n contraria (pp. 262-263)?

EI modelo sacerdotal 3 lPor que la Iglesia Cat6lica Romana y la Ortodoxa yen a su clero como sacerdotes (pp. 263-264)? lQue tiene de malo esto?

4 lQue justificativo hay, entonces, para que las iglesias reformadas retengan la palabra «sacerdote» como designaci6n de sus ministros (pp. 265-268)?

EI modelo pastoral 5 lQue significa «pastor» (pp. 269-270)? lPor que es un modo tan apropiado de describir a los lideres de la iglesia? 6 £1 autor enumera siete caracteristicas del pastor (pp. 270-279). Identifique cada una y exprese 10 que elIas ensenan acerca delliderazgo cristiano. lC6mo ha sido su propia experiencia (de dirigir y de ser dirigido) frente a estas cualidades? 7 Jesus advirti6 a sus discipulos sobre la necesidad de evitar dos modelos particulares de liderazgo (pp. 279-280). z.Cuales? z.Por que?

11 Dedique algUn tiempo a orar por la iglesia a la luz de 10 que ha ~~scubierto acerca de las prioridades para la renovaClOn expresadas por Jesus en Juan 17.

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Parte V: El mundo

Jesus es nuestro 8 LQue significaci6n tiene la afirmaci6n de los cristianos de que «Jesus es mi Senor y Salvador» (pp. 300-304)?

CAPITULO 18

La singularidad de Jesucristo 1 LQue sonel «sincretismo», el «pluralismo», el «exclusivismo» y el «inclusivismo» (pp. 286-287)? Argumentos a favor del pluralismo 2 LQue es 10 que tiene el pluralismo que Ie resulta atractivo a la gente (pp. 287-293)?

La singularidad de Jesucristo 3 LPor que es «esencial aclarar, desde el comienzo mismo, que los cristianos sostienen el canicter linico y definitivo s6lo para Cristo, y no para el cristianismo» (p. 293)? LHasta que punto refleja esta distinci6n su propia experiencia de la evangelizaci6n?

9 LEs que no hay, entonces, nada verdadero en otras religiones, salvo en el cristianismo (pp. 304-305)? 10 LPueden los que pertenecen a otras religiones, y tal vez

nunca hayan oido hablar de Jesus, ser salvos (pp. 305-306)? LC6mo 10 sabel

Negar la singularidad de Cristo equivale a restarle toda juerza a Ia misi6n y haeer que resulte superflua. Aftrmar su singularidad, por otra parte, es reeonoeer fa emergeneia de haeer eonoeer universalmente a Cristo (p. 307).

CAPITULO 19

Nuestro Dios es un Dios misionero

Jesus es Senor 4 LDe que modo sirve de apoyo al canicter linico de Jesus la afirmaci6n de que el es Senor (pp. 295-297)?

1 LCuales son las tres principales objeciones a la misi6n cristiana que identifica John Stott (pp. 309-312)? LC6mo las contesta usted?

5 LQue diferencias cruciales hay entre el hinduismo y el cristianismo en cuanto a la idea de que Dios ha asumido forma humana (pp. 296-297)?

2 «El cristianismo sin misi6n deja de ser cristianismo» (p. 312). LPor que?

EI Dios del Antiguo Testamento es un Dios misionero

Jesus es Salvador 6 LQue significa el vocablo «salvaci6n» (pp. 297-298)? 7 LDe que manera las afirmaciones cristianas sobre la salvaci6n apoyan la singularidad de Jesus (pp. 298-300)?

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3 LPor que Genesis 12.1-4 «es el texto mas unificador de toda la Biblia» (p. 314)? 4 «La tragedia del Antiguo Testamento es que Israel olvidaba continuamente el alcance universal de la promesa de Dios» (p. 314). LHasta que punto es su tragedia tambien?

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

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El Cristo de los Evangelios es un Cristo misionero

CAPiTULO 20

5 l Que pruebas hay del «horizonte global» de la preocupaci6n misionera de Jesus (pp. 315-316)?

1 .Cual es el concepto que se entiende que debe trasmitir la ~xpresi6n «misi6n holistica» (p. 323)?

El Espiritu Santo de Hechos es un Espiritu misionero

2 'Que cosa Ie parece mas importante: la salvaci6n de un ~lma 0 el mejoramiento de la sociedad (p. 323)? lPor que?

6

lCual es el «tema dominante y avasallador que todo 10 controla» en Hechos (p. 317)?

7 «Debemos dejar de predicar la Gran Comisi6n como un mandamiento a ser obedecido» (p. 318). lPor que?

La iglesia de las Cartas es una iglesia misionera 8 l Que prueba existe de que los primeros cristianos eran miembros de iglesias «misioneras» (p. 318-320)?

La culminaci6n del Apocalipsis es una culminaci6n misionera 9 lQue perspectivas sobre la misi6n agrega Apocalipsis (p.321)?

La misi6n no puede considerarse como una lamentable desviaci6n del concepto de la tolerancia religiosa, 0 como el pasatiempo de unos cuantos entusiastas excentricos. Por el contrario, surge del coraz6n mismo de Dios y se comunica del coraz6n de el al nuestro (pp.321-322).

La misi6n hoHstica

La relaci6n entre la evangelizaci6n y la responsabilidad social 3 'Cual es en su opini6n la relaci6n entre la evangelizaei6n y fa responsabilidad social (pp. 324-328)? lC6m? puede la iglesia responder a la necesidad de mantener Juntas estas dos cosas?

4 lPor que es que algunas perso~as.se s,ier:t~~ i~c6m~das con la declaraci6n de que «el termmo mlSlOn descnbe todo 10 que se Ie ha encomendado ala iglesia. e~ el mundo» (p. 327)? lC6mo se podrian contestar sus obJeclOnes?

La base biblica para esta colaboraci6n 5 .Hay «buenas garantias biblicas para mantener juntas la ~vangelizaci6n y la acci6n social» (p. 327)? lCuales son los tres aspectos de los cuales se ocupa John Stott?

[Jesus] estaba ocupado no s610 en salvar al hombre del infierno en el otro mundo, sino en liberarlo del infierno de este mundo (Charles Colson, citado en p. 330).

10 Ala luz de este capitulo, lque acciones debe usted encarar?

400

6 lDe que manera las parabolas del hijo pr~~igo y el bue~ samaritano nos ayudan a resolver la cuestlon de la relaclOn entre la evangelizaci6n y la acci6n social (pp. 331-332)?

401


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

Consideraci6n de cinco objeciones

La resurrecci6n de Cristo (El mandato para la misi6n)

7 LC6mo Ie contestaria usted a alguien que dijera que «los cristianos deberian mantenerse alejados de la polltica» (p.334)7

5 «Es de la mayor importancia recordar que la resurrecci6n precedi6 a la Gran Comisi6n» (p. 349). LPor que?

La exaltaci6n de Cristo (El incentivo para la misi6n) 8 LC6mo responderia usted al punto de vista de que «es imposible esperar un cambio social a menos que la gente se convierta» (p. 336)7 9 LC6mo podemos protegemos del peligro de que «el compromiso con la acci6n social nos distraera de la evangelizaci6n» (p. 337)7

6 LC6mo proporciona la exaltaci6n de Cristo «el mas fuerte de todos los incentivos misioneros» (p. 350)? LLo hace en el caso suyo?

No podria soportar la existencia si Jesus no fuese glorificado; serfa un infierno para m{ si el fuese siempre deshonrado de esta manera

Algunos ejemplos de esta colaboraci6n

(Henry Martyn, citado en p. 351).

10 LQue podria agregar usted a los que ofrece John Stott (pp. 337-340)7

El don del Espiritu de Cristo (El poder para la misi6n)

CAPiTULO 21

La cristologia de la misi6n 1 «No hay nada tan importante para la recuperaci6n de la misi6n de la iglesia (donde ella se ha perdido), 0 su desarrollo (donde ella es debil), como...» Lque (p. 341)7 LPor que?

7 LPor que es que la evangelizaci6n es «imposible sin el Espiritu Santo» (p. 353)? 8 LQue dones de Dios, que de otro modo son dones buenos, tienden a reducir su confianza en el Espiritu Santo (p. 354)7

La parusia de Cristo (La urgencia de la misi6n)

La encamaci6n de Cristo (El modelo para la misi6n)

9 LC6mo se vincula el regreso de Jesus con la misi6n de la iglesia (pp. 355-357)?

2 LQue nos dice la encamaci6n acerca de la misi6n (pp. 342-345)7 LDe que manera se aplica este principio a usted?

CONCLUSI6N

La cruz de Cristo (El costo de la misi6n) 3 LPor que sera el sufrimiento un aspecto «indispensable» de la misi6n biblica (pp. 345-349)? LA que «forma de cruz» 10 conduce a usted la misi6n? 4 LPor que se Ie hace tanta oposici6n al concepto de misi6n (p.350)? 402

EI ahora y el todavia no 1 «Una equilibrada comprensi6n de la tensi6n entre el 'ahora' y el'todavia no' conduciria eficazmente a la unidad cristiana» (p. 360). LC6mo?

El reino que ha venido y el reino venidero 2 Describa la «escatologia coherente», la «escatologia realizada» y la «escatologia inaugurada» (pp. 362-363). 403


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

3 zQue prueba hay de que Jesus consideraba al reino de Oios como un fenomeno presente y a la vez como una futura expectativa (pp. 363-365)? zQue ocune cuando se sostiene una de estas perspectivas con exclusion de la otra?

La revelaci6n, la santidad y la sanidad 4 zOe que manera es la revelacion una area donde vemos la tension del «ahora» y el «todavia no» (pp. 366-367)? 5 zOe que manera nos ayuda la tension del «ahora» y el «todavia no» a encarar las cuestiones en las que los cristianos estan en desacuerdo (pp. 366-367)? 6 zPor que es que la «perfecta impecabilidad que anhelamos»

nos sigue eludiendo (p. 368)? ZCual deberia ser nuestra actitud con respecto a la santidad? 7 zComo Ie contestaria usted a alguien que sugiriese ya sea

(a) que «no debemos esperar ver milagros de sanidad hoy» o (b) que «la sanidad milagrosa debe ser nuestra experiencia normal» (pp. 369-370)?

La iglesia y la sociedad 8 «Toda vez que pensamos en la iglesia, tenemos que tener

presentes el ideal y la realidad» (p. 371). zQue ideal y que realidad? zMantiene unidos los dos usted? 9 zComo puede la tension del «ahora» y el «todavia no»

ayudamos a elaborar una actitud biblica para con la sociedad (pp. 371-372)? 10 En esta area del «ahara» y el «todavia no» John Stott

sugiere que los cristianos se agrupan en tres sectores (pp. 373-374). zEn cual de elios se encuentra usted, y en que medida necesita cambiar?

404

Notas PREFACIO 1 Ap.1.8 2 He. 13.8 3 E. M. Forster, A Passage to India [Pasaje a la India] (1924; Penguin, 1985), p. 144. Hay versi6n en castellano.

INTRODUCCI6N a EI «Instituto para el cristianismo contemporaneo» de Londres, del cual el autor es presidente (N. del T.). 1 Mark Twain, The Adventures of Huckleberry Finn [Las aventuras de Huckleberry Finn] (1884; Pan, 1968), p. 202. Hay versi6n en castellano. 2 John Stott, I Believe in Preaching [Creo en la predicaci6n] (Hodder & Stoughton, 1982), pp. 138-139. 3 Sal. 119.105; cf. 2 P. 1.19. 4 Henry J. Cadbury, The Peril of Modernizing Jesus [EI peligro de modernizar a Jesus] (Macmillan, 1937; SPCK, 1962), p. 28. 5 Ibid., p. 42. 6 Dietrich Bonhoeffer, Letters and Papers from Prison [Cartas y trabajos desde la prisi6n] (SCM, edici6n ampliada, 1971), p. 279. 7 Helmut Thielicke, How Modern Should Theology Be? [LCuan moderna debe ser la teologfa?] (1967; trad. ing. Fortress, 1969 y Collins, 1970), pp. 18-19. Ver tambien su Modern Faith and Thought [Fe y pensamiento modernos] (1983; trad. ing. Eerdmans, 1990), p. 78. 8 Mt. 11.19 9 Ver Jaroslav Pelikan, Jesus Through the Centuries Uesus a traves de los siglos] (Yale University Press, 1985), pp. 182-193. 10 Prefacio a Androcles and the Lion (1912; Constable, 1916), p. lxx. Versi6n castellana de Julio Brouta, Androcles y elle6n, en el tomo titulado La otra isla de John Bull (Editorial Americana, 1944), p. 335. 11 Citado par H. J. Cadbury, The Peril of Modernizing Jesus, pp. 12-14. 12 Entrevista can Terry Coleman, publicada en el peri6dico Guardian Weekly, el20 de diciembre de 1981. 13 Upton Sinclair, They Call Me Carpenter [Me llaman carpintero] (Werner Laurie, 1922). 14 Ibid., pp. 127-128. 15 Morton Smith, Jesus the Magician Uesus el mago] (1978; Aquarian Press, 1985), p. 67. 16 Ibid., p. 146.

405


NOTAS

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

17 Ibid" p. 152. 182 Co. 11.4. 19 H. Thielicke, Modem Faith and Thought [Fe y pensamiento modernos], p. 5. 20 Ibid., p. 7. 21 Ibid., p. 563. 22 Peter 1. Berger, Facing Up to Modernity [Enfrentando la modernidad] (1977; Penguin, 1979), p. 232. 23 Ibid., p. 233. 24 Idem. 25 Lv. 18.3-4a. 26 1 S. 8.5. 27 Ez. 20.32. 28 Mt. 6.8. 29 Ro. 12.2. 30 1 Ts. 4.5; d. 1 Co. 5.1; Ef. 4.17. 31 Para valientes desafios cristianos a la Iglesia a fin de que se plante firmemente en contra de las tendencias culturales y morales del dia de hoy, ver, por ejemplo, Christianity Confronts Modernity [El cristianismo enfrenta la modernidad], ed. Peter Williamson y Kevin Perrotta (Servant, 1981) y The Gravedigger File: Papers on the Subversion of the Modem Church [El fichero del sepulturero: Trabajos sobre la subversi6n de la Iglesia moderna], por Os Guinness (IVP USA,1983). . 322 Ti. 1.15; d. 4.11, 16. 33 De la Introducci6n de C. S. Lewis a St Athanasius on the Incarnation [San Atanasio sobre la encarnaci6n] (Mowbray, 1953), p. 9. 34 Hch. 26.25. 35 Ez. 2.6-7.

PARTE I. EL EVANGELIO

1. 1 2 3 4 5

6 7 8 9 10 11 12 13

LA PARADOJA HUMANA

Job 7.17; 25.4-6, BA; Sal. 8.3-4 J. S. Whale, Christian Doctrine [Doctrina cristiana] (1941; Fontana, 1957), p.33. Ibid., p. 41. Gn. 1.26-28. Keith Thomas, Man in the Natural World: Changing Attitudes in England 15001806 [El hombre en el mundo natural: actitudes cambiantes en Inglaterra 1500-1806] (1983; Penguin, 1984). Ibid., p. 31. Idem. Ibid., p. 32. Ver tambien pp. 37-39, 43, 166 Y 177. Gn. 1.26, 28; Sal. 8.5-8. Gn. 2.7; 7.22. Gn. 1.22, 28. Sal. 73.22; 32.9. Is. 1.3.

406

14 15 16 17 18

19 20 21 22 23 24 25 26

Jer.8.7. Pr.6.6-8 Gn. 2.8, 15. In. 17.21. Emil Brunner, Man in Revolt [El hombre en rebeldfa] (1937; trad. ing. Lutterworth 1939), pp. 419-420. Acto II, escena 2 en Hamlet, traducci6n de Guillermo Macpherson (Editorial Losada, 2da. ed., 1964). Mr. 7.14-15, 21-23. Mt. 7.11. Dag Hammarskjold, Markings [Marcaciones], traducido al Ingles por Leif SjobergyW. H. Auden (Faber, 1964), pp. 128-129. Mr. 7.23. Ex. 3.1-6; Is. 6.1-5; Ez. 1, especialmente v. 28. C. S. Lewis, El principe Caspian (Caribe, 1977), p. 218. 2 P. 3.13.

2.

LA LIBERTAD AUTENTICA

London Magazine, marzo de 1971. Lc. 4.18-19, citando Is. 61.1-2. In.8.36. Ga. 5.1. Following the Ecuator [Siguiendo el ecuador] (1897), t. 1, cap. 27. Cf. Sal. 130.4. In. 8.31-34. Fil. 3.10. Ef.1.22. Michael Ramsey, Freedom, Faith and the Future [La libertad, la fe y el futuro] (SPCK, 1970), p. 12. 11 P. ej., He. 6.18; Stg. 1.13; Hab. 1.13. 12 2 Ti. 2.13. 13 Morris West, Children of the Sun [Hijos del sol] (1957; Pan, 1958), pp. 94-95. 14 La entrevista apareci6 en Le Mondey una traducci6n inglesa se public6 en el Guardian Weekly, el23 de junio de 1985. 15 Mr. 8.35. 16 Mt. 11.28-30.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

3. CRISTO Y SU 1 2 3

CRUZ

1 Co. 2.1-5. 1 Co. 1.20-21. C. H. Hodge, La primera epistola a los Corintios (1857; The Banner of Truth, 1969), p. 27. 4 2 Co. 5.11; Hch. 18.13. 5 J. Gresham Machen, The Christian Faith in the Modem World [La fe cristiana en el mundo modemo] (1936; Eerdmans, 1947), p. 63.

407


6 7 8

Hch.17.34. Hch.17.18. Para lma refutaei6n mas completa de la popular reconstrucei6n, ver mi The Message of Acts [El mensaje de Hechos] en la serie The Bible Speaks Today [La Biblia habla hoy) (NP, 1990), pp. 289-290. 9 Hch. 17.18, 21. 10 Hch. 17.32. 11 1 Co. 1.23. 12 Ga. 3.13. 13 Orfgenes, Contra Celso, III.34. 141 Co. 1.25. 15 Guardian Weekly, 30 de agosto de 1979. a Apareceni pr6ximamente en castellano (N. del T.). 162 Co. 5.21; Ga. 3.13. 17 Hch. 17.16. 18 Hch. 17.22. 191 Co. 8.5-6. 20 2 Co. 11.2-3. 21 1 Ti. 2.5. 22 1 Co. 1.26-29. 23 Emil Brunner, The Mediator [El mediador] (1927; Westminster, 1947), p. 474. 24 1 Co. 6.9-10. 25 Hch. 16.21. 26 Hch. 17.7. 27 1 Co. 2.3 (VP) 28 2 Co. 10.10. 29 2 Co. 12.7. 30 P. ej., Ga. 4.13-14. 31 Ver hina «<a fin de que») en 2 Co. 4.7 Y 12.9-10. 32 1 Co. 1.29-31 (CL).

4.

LA PERTINENCIA DE LA RESURRECCI6N

1 2 3 4 5 6 7 8 9

In. 11.25-26. Ap. 1.17-18. Hch.4.2. P. ej., Hch. 2.23-24, 32; 3.13-15; 5.30-32. P. ej., Hch. 13.28-31. Hch. 17.18. 1 Co. 15.3-8. (SCM, edici6n nueva, 1971), p. 99. (SCM, 1976), p. 154. (Geoffrey Bles, 1966), p. 307. 10 Lc. 24.39. 11 Ver Andrew Sinclair, Guevara (Fontana, 1970), espeeialmente pp. 70 Y 88. 12 Letters of C. S. Lewis [Cartas de C. S. Lewis], W. H. Lewis, ed. (Geoffrey Bles, 1966), p. 307. 13 Ap. 1.18. 14 Rudolf Bultmann, Kerigma and Myth [Kerigma y mito] (1941; trad. ing. SPCK, 1953), pp. 38-42.

408

15 David Jenkins, Living with Questions [Viviendo con interrogantes] (SCM, 1969), pp. 138-139. Ver tambien la critica de J. Murray Harris titulada Easter in Durham [La pascua en Durham] (Paternoster, 1985). 16 Del programa de televisi6n Credo, en abril de 1984. 17 Peter Carnley, The Structure of Resurrection Belief [La estructura de la creeneia en la resurrecei6n] (Clarendon, 1987), pp. 17ss. 18 Ibid., p. 164. 19 Ibid., pp. 200, 266. 20 Ibid., p. 368. 21 Lc. 24.39. 22 Hch. 2.27. 23 Si bien no puedo ubicar exactamente esta eita, el obispo Jenkins ha escrito en forma semejante: «Comparto la fe de los ap6stoles y sigo el relato de san Pablo sobre la resurrecei6n» (Free to Believe [Libre para creer] por David Jenkins y su hija Rebecca, BBC Enterprises, 1991, p. 44). 24 P. ej., Hch. 2.23-32; 23.28-31, 37. 25 Ver por ejemplo Frank Morison, Who Moved the Stone? [lQuien movi6 la piedra?] (Faber, 1930), obra de la que ha versi6n en castellanO]; J. N. D. Ander son, The Evidence for the Resurrec IOn as prue as e la resurrecci6n] (NP, 1950); Stuart Jackman, The Davidson File [El archivode Davidson] (Lutterworth, 1982); E. M. B. Green, The Day Death Died [El dfa que muri6 la muerte] (NP, 1982); J. W. Wenham, Easter Enigma [El enigma de la pascua] (Paternoster, 1984). 26 Hch. 4.2. 27 1 Co. 15.6. 28 Jack C. Winslow, Confession and Absolution [La confesi6n y la absoluci6n] (Hodder and Stoughton, 1960), p. 22. 29 Mt. 26.28. 30 Ro. 6.23. 311 Co. 15.14, 17-18. 32 Ef. 1.18-20. 33 Bertrand Russell, A Free Man's Worship [El cuHo de un hombre libre] (1902; Unwin Paperbacks, 1976), pp. 10-17. 34 Graham McCann, Woody Allen, New Yorker [Woody Allen, neoyorquino] (Polity Press, 1990), pp. 43 Y 83. 35 P. ej., Fil. 3.21. 36 1 Co. 15.42-44. 37 1 Co. 15.20, 23. 38 Ro. 8.29; Col. 1.18; Ap. 1.5. 391 Co. 15.49. 40 Mt. 19.28. 41 Ap. 21.5. 42 Ro. 8.20-23. 43 2 P. 3.13; Ap. 21.1. 441 P.1.3. 45 El profesor Oliver O'Donovan va mucho mas alla que esto en su formativo libra Resurrection and Moral Order: An Outline for Evangelical Ethics [La resurrecci6n y el orden moral: Un bosquejo para la etica evangelical (rvp y Eerdmans, 1986). Sostiene O'Donovan que la resurrecei6n de JesUs es el fundamento sobre el cual descansa la etica cristiana, porque ella proclama el

409


NOTAS

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO hecho de que e1 mundo creado ha sido reivindicado y reafirmado P?r Dios; de hecho, redimido, renovado, y transformado. «Desde 1a res~r~ecc~6n no s610 vo1vemos 1a mirada hacia atras, a1 orden creado que es relvmdlcado, sino hacia ade1ante, hacia nuestra participaci6n . , escato16gica en ese orden» (p. 22), no s610 «~acia atr?s, hacla 10 que .a111 se reafirma, e1 orden de 1a creaci6n», sino tambu~n «haCla ade1ante, haCla 10 que a11f se anticipa, e1 reino de Dios» (p. 26).

5. JESUCRISTO

39 Fil. 2.9. 40 Walter Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature [Lexico griego-ing1es del Nuevo Testamento y demas literatura cristiana primitiva], traducido a1 ing1es y adaptado por W. F. Arndt y F. W. Gingrich (University of Chicago Press, segunda edici6n, 1979).

PARTE II. EL DISCIPULADO

ES SENOR

6. El Dido atento 1 Ro. 14.9 (VP). 2 Ro.1O.9. 3 1 Co. 12.3. 4 In.20.15. 5 Mt. 27.62-63. 6 Hch. 2.21, 38. 7 Ro. 10.12-13. 8 P. ej., 1 Ts. 1.1; 3.11; 2 Ts. 1.2, 12; 2.16. 9 1 Co. 8.6. 10 Cf. Hch. 2.33-39. 11 Mt. 11.29. 122 Co. 10.5. 13 Dietrich Bonhoeffer, El precio de la gracia (Sfgueme, 1968), p. 11. 14 Ro. 10.4 (BA). 15 Ro. 6.14. 16 Ro. 8.3-4. 172 Co. 3.3, 6. 18 Jer. 31.33. 19 Ez. 36.27. 20 In. 14.21. 21 Fil. 2.7. 22 Mr. 10.45. 23 Lc. 22.27. 24 Col. 3.23-24. 25 Col. 2.15. 26 Ef. 1.20-22. 27 Mt. 28.18. 28 Ef. 6.11-18. 291 In. 5.19. ... d 1 30 David W. Gill, The Opening of the Chrzstlan Mznd [La apertura e a mentecristiana] (IVP, Estados Unidos, 1989), p. 131. 31 Mr. 12.17. 32 Hch. 17.7. 33 Ap. 1.5. 34 Epfstolas 10.96. 35 P. ej., Ex. 1.15-17; Dn. 3 y 6; Hch. 4.19; 5.29. 36 Ro. 13.1-7. 37 Hch. 5.29. 38 Institucion IV.xx.32.

410

1 Stg.3.8. 2 Stg.1.19-20. 3 Ver Alan E. Nourse, The Body lEI euerpo] (Time Life, 1968); tambien dos libros por Paul Brand y Philip Yancey titulados In His Image [A su imagen] (Hodder and Stoughton, 1984) y Fearfully and Wonderfully Made [Tremenda y maravillosamente heehos] (Hodder and Stoughton, 1981). 4 Dt. 30.20. 5 Sal. 95.7 (BA). 6 Jer. 13.10; d. Is. 30.9. 7 Zae. 7.13; d. Jer. 21.10-11. 8 Gn.22.1. 9 1 S. 3.4, 6, 8, 10. 10 Hch. 9.3-7. 11 Ex. 33.11. 12 Dt. 34.10. 13 In. 10.3-5. 14 Ef. 2.20. 15 Mt. 7.16; 1 Ts. 5.20-22. 16 He. 4.12. 17 Ef. 6.17. 18 P. ej., Le. 10.26. 19 P. ej., Mt. 19.4; 21.42. 20 P. ej., Ro. 4.3; Ga. 4.30. 21 P. ej., Ap. 2.7. 22 1 S. 3.9-10 (VP). 23 Is. 50.4 (VP). 24 Le. 10.39. 25 Lc. 10.42. 26 Pro 12.15 (VP); d. 13.10; 15.12, 22; 20.18. 27 Pr. 15.31; d. 9.8; 17.10; 25.12; 27.5. 28 Pro 18.15. 29 Pro 1.8. 30 Reader's Digest (ediei6n en ingles), setiembre de 1937. 31 Arthur Robertson, The Language ofEffective Listening [Ellenguaje para eseuchar en forma efectiva] (Scott Foresman Professional Books, 1991). 32 Ibid., p. xv. 33 Stephen B. Oates, Abraham Lincoln: The Man Behind the Myths [Abraham

411


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO NOTAS

Lincoln: El hombre por detnis de los mitos] (New American Library, 1984), pp.125-126. . a Traducido al castellano con el titulo Honesto para con DIOS. 34 Ver, por ejemplo, Evangelism and Social Responsibi!ity: An Evangelic~l Commit ment [La evangelizaci6n y la responsabilida? sOClal: Un co~promiso evangelico], conocido como «The Grand RapIds Report» [ElI~forme de Grand Rapids, Michigan, Estados Unidos] (Paternoster, 1982), espeClalmente pp. 5-7. 35 Dietrich Bonhoeffer, Vida en comunidad (Sfgueme, 1992), pp. 103-105. 36 Pro 18.13. 37 De un trabajo titulado Presence and Proclamation [Presencia y prodamaci6nJ, lefdo en una consulta europea sobre estudios misionales, en abril de 1968. 38 M. A. C. Warren, Crowded Canvas [Lienzo abarrotado] (Hodder and Stoughton, 1974), pp. 16, 18. 39 Pro 12.16.

7. LA MENTE Y LAS 1 2 3 4 5 6 7

EMOCIONES

Mr. 12.30. Ro. 12.2; Ef. 4.23. P. ej., Ef. 4.26; 1 P. 1.22. Hch. 24.16 (CL). P. ej., Mr. 14.36; Mt. 6.10; Col. 4.12. 1 Co. 14.20 (CL). Lesslie Newbigin, Foolishness to the Greeks [Necedad para los griegos] (SPCK, 1986), p. 70. . " . 8 D. Martyn Lloyd-Jones, The Christzan Warfare [La contienda cnstiana] (Banner of Truth, 1976), p. 114. 9 2 Co. 5.7. 10 H. L. Mencken, quien escribfa para el peri6dico Baltimore Sun, y de quien a veces se deda que era «el sabio de Baltimore». 11 1 Co. 2.1-5. 12 Hch. 18.4. 13 Hch. 19.9-10. 14 Hch. 26.25. 15 Fil. 1.7. 16 Chaim Potok, The Chosen [Los elegidos] (1967; Penguin, 1970). 17 Ibid., p. 200. 18 Ibid., p. 273. 19 Ibid., p. 274. 20 Ibid., p. 277. 21 P. ej., Os. 11.8-9. 22 Ro. 5.5. 23 Ro. 8.15-16. 241 In. 3.1. 251 P. 1.8. 26 Ro. 8.22-25; 2 Co. 5.2-4. 272 Co. 5.19-20. 28 P. ej., Hch. 20.19, 31; Fil. 3.18. 29 D. Martyn Lloyd-Jones, Preaching and Preachers [Predicaci6n y predicadores]

412

(Hodder and Stoughton, 1971), p. 97. 30 1 Co. 15.26. 31 Cf. Mr. 14.5. 32 B. B. Warfield, The Person and Work of Christ [La persona y obra de Cristo] (Presbyterian and Reformed, 1950), pp. 115-117. 33 Bob Geldof con Paul Vallely, Is That It? [lDe esto se trata?] (Penguin, 1986), p.269. 34 Ibid., p. 271. 35 Ibid., p. 386. 36 Ef. 4.26. 37 Ga. 5.19-21. 38 Lc. 24.32. 39 Citado por Ralph G. Turnbull en A Minister's Obstacles [Los obstaculos del ministro] (1946; Baker, 1972), p. 97. 402 Co. 5.14.

8.

GUfA, VOCACI6N Y MINISTERIO

1 Ef.2.10. 2 Ef.5.17. 3 Col. 1.9. 4 Col. 4.12. 5 Ro.8.29. 6 Sal. 25.9 (VP). 7 Mt. 7.7; Stg. 4.2. 8 Pro 13.10 (VP mg) 8 Sal. 32.8-9. 10 Mt. 2.13. 11 P. ej., Ga. 5.8; 1 P. 1.15. 12 P. ej., Ro. 8.28; He. 9.15. 13 Ro. 1.6. 141 P. 3.9. 151 Co. 1.9. 16 Mr. 3.14. 17 In. 17.3. 18 Ga. 5.13. 19 Col. 3.15. 201 Co. 1.2. 21 Ro. 1.7. 22 P. ej., 1 P. 1.15; 1 Ts. 4.7; 2 Ti. 1.9. 231 P. 2.9. 24 1 P. 2.20-21. 25 In. 15.18, 20. 26 He. 3.1; d. Fil. 3.14. 271 P. 5.10 (VP). 28 Ro. 8.17. 29 Ef. 4.1. 30 1 Co. 7.20. 31 1 Co. 7.20, 17. 321 Co. 7.17, 20, 24.

413


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO NOTAS 332 Co. 5.17. 341 Co. 7.14. 351 Co. 7.21. 36 Lutero, Weimarer Ausgabe (1833-), t. 44, pp. 130-131. Hay versi6n en castellano. 37 IbId., t. 52, p. 124. 38 IbId., t. 46, p. 166. 39 Calvina, Instituci6n, III.x.6. 40 William Perkins, A Treatise of the Vocations or Callings of Men [Un tratado sabre las vocaciones y llamados de los hombres] en The Work of William Perkins [La obra de William Perkins], Ian Breward, ed., The Courtenay Library of Reformation Classics (Sutton Courtenay Press, 1970), p. 458. 41 Cotton Mather, A Christian at his Calling [EI cristiano en su llamamiento] (1701), p.37. 42 Ibid., pp. 37-38. 43 Ver el Informe de la Consulta de Willowbank: el evangelio y la cultura, especialmente el capitulo 6: <liSe buscan mensajeros humildes del evangelio!» (Comite de Lausana para la Evangelizaci6n Mundial, 1978). 44 Mt. 7.11. 45 Ro. 12.2.

9.

EL PRIMER FRUTO DEL ESpiRITU

1 Ga. 5.22-23. 2 1 Ti. 6.12. 3 1 Ti. 6.20, literalmente; d. 2 Ti. 1.14. 4 2 Ts. 2.15. 5 Jud.3. 6 1 Co. 13.2. 71Co.8.1. 8 Ro.3.28. 9 Lutero, Comentario de la Carta a los Galatas (1531; La Aurora, 1982), pp. 96, 138. 10 Del «Sermon on Salvation» [Serm6n sabre la salvaci6n] en el First Book of Homilies [Primer libra de homilias] (1547). 11 R. T. Beckwith, G. E. Duffield y J.1. Packer, Across the Divide [A traves de la divisoria] (Lyttleton Press, 1977), p. 58. 121 Co. 13.2. 13 1 P.1.8. 14 Fi!. 3.8. 151 Co. 13.1-2. 161 In. 3.17. 171 Co. 13.3. 181 In. 4.8, 16. 191 In. 4.19 (VP). 20 Eerdmans, 1977. 21 David Wells, No Place for Truth [No hay lugar para la verdad] (Eerdmans, 1993). 221 Ti. 1.16. 23 1 Co. 13.4.

414

24 Ga. 5.13. 25 Del articulo sabre el vocablo egkrateia, par Walter Grundmann en TDNT 26 Ro. 8.9. ' . 27 Ga. 5.17. 28 Ga. 5.16. 29 Ga. 5.17. 30 Ga. 5.17. 31 J. ~. Lightfoot, Galatians [Galatas] (1865), p. 209. 32 Ga. 5.19-21. 33 Ga. 5.22-23. 34 Ga. 5.22-23. 35 Ga. 5.24. 36 Ga. 5.16, 18, 25. 37 Lc. 9.23. 38 Ef. 5.18. 39 Ga. 6.8. 40 Ga. 6.7. 41 P. ej., In. 15.11; 14.27. 42 Mt. 11.29. 431 P.2.23. 44 Ro. 8.29. 452 Co. 3.18 (CL). 461 In. 3.2. 47 P. ej., He. 12.4-11.

PARTE III. LA BIBLIA 1 Sa!. 19.10 a Referencia a Inglaterra (N. del T.)

10. PERSEVERAR 1 2 3 4 5 6 7 8

EN LA PALABRA

2 Ts. 2.15. He. 2.1. 1 In. 2.24. 2 In. 9. P. ej., 1 Ti. 6.20; 2 Ti. 1.14. Cf. Mr. 1.15; 1 Co. 10.11. P. ej., Mt. 6.1-18. C. S. Lewis, Su~rised by Joy [Sorprendido par el gozo] (Geoffrey Bles, 1955), p. 63. Hay versIOn en castellano. 9 Allan Bloom, The Closing of the American Mind [La c1ausura de la mente norteamericana] (Simon and Schuster), 1987), p. 41. 10 Cf. In. 5.39; 20.31. 11 J.-J. vonAllmen, Preaching and Congregation [La predicaci6n y la congregaci6n] (Lutterworth, 1962), p. 24. 12 P. ej., Is. 1.20. 13 P. ej., Hch. 3.18, 21.

415


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

NOTAS

14 He. 1.1. 152 P. 1.21. 16 J. 1. Packer, «Fundamentalism» and the Word of God [EI 'fundamentalismo' y la Palabra de Dios] (IVP, 1958), pp. 81-82. 170.2 Ti. 2.7. 18 Flm. 9. 19 Sal. 90.10.

11. RESPONDER A

LA

PALABRA

1 Hch. 17.23. 2 Mr. 12.30. 3 In.4.24. 4 Sal. 105.3. 5 Lc. 8.25; Mr. 11.22. 6 In.14.15. 7 In. 14.21. 8 He. 10.23. 9 Mr. 13.26; 14.62. 102 P. 3.13. 11 2 Co. 10.5. 12 Lc. 10.16. 13 In. 17.20-23. 14 Ef. 4.3. 15 Op. Calvo XIV, pp. 312-314, citado por Jean Cadier en The Man God Mastered [El hombre a quien Dios domin6] (trad. ing. IVF, 1960), pp. 172-173. 16 Ef. 2.20. 17 The New Delhi Report [El informe de Nueva Delhi] (SCM, 1962), p. 116. 18 P. ej., Mr. 7.5-13. 19 David H. C. Read, Go and Make Disciples [Id y haced disdpulos] (Abingdon, 1978), pp. 94-95.

12. LA TRASPOSICI6N DE LA PALABRA 1 Anthony C. Thiselton, The Two Horizons: New Testament Hermeneutics and Philosophical Description with Special Reference to Heidegger, Bultmann, Gadamer and Wittgenstein [Los dos horizontes: La hermeneutica y la descripci6n filos6fica con especial referenda a Heidegger, Bultmann, Gadamer y Wittgenstein] (Paternoster, 1980). Dos ensayos mas breves han puesto este debate al alcance de los mortales comunes, a saber, «Understanding God's Word Today» [Comprendiendo la Palabra de Dios hoy], del propio Thiselton, en John Stott, ed., Obeying Christ in a Changing World [Obedeciendo a Cristo en un mundo cambiantel, t. 1 (Collins, 1977), pp. 90-122, e «Infal lible Scripture and the Role of Hermeneutics» [Escritura infalible y el papel de la hermeneutical, por el doctor J. 1. Packer, en Scripture and Truth [Escritura y verdad], D. A. Carson y John D. Woodbridge, eds. (Zondervan e IVp, 1983), pp. 323-356.

416

A. C. Thiselton, The Two Horizons, p. 103. Obeying Christ in a Changing World, t. 1, p. 118. A. C. Thiselton, The Two Horizons, p. 326. Ver, p. ej., Informe de la Consulta de Willowbank: el evangelio y la cultura (Comite de Lausana para la Evangelizaci6n Mundial, 1978), pp. 10-11. 6 Sal. 119.18. 7 Is. 42.18-19. 8 Ro.12.2. 9 De una recensi6n bibliografica en el Church Times. 10 Ver el Informe de la Consulta de Willowbank: el evangelio y la cultura, especialmente el cap. 5. 11 Ver E. Stanley Jones, The Christ of the Indian Road [El Cristo del camino hindu] (Hodder and Stoughton, 1926), p. ej., p. 186. 12 V. 3. 13 Vv. 4, 5, 10 (VM). 14 V. 8. 15 P. "j., Sal. 74.14; Is. 27.1. 16 Sal. 19.1-6. 17 In. 13.14. 18 Pablo se ocupa de esta cuesti6n en forma bastante detallada tanto en Ro. 14 como en 1 Co. 8. 191 Co. 8.4-6. 20 1 n. 2.12. 211 Co. 11.4-10; 14.34-35; 1 Ti. 2.11-12. 22 Ga. 3.28. 231 Ti. 2.11-12. 24 G~. 2:24, ~itado por Jesus en Mr. 10.7-9, con el agregado: «Por tanto, 10 que DIOS Junto, no 10 separe el hombre».

2 3 4 5

13. LA EXPOSICI6N

DE LA

PALABRA

1 George Target, Words That Have Moved the World [Palabras que han conmovido al mundo] (Bishopsgate, 1987), p. 13. 2 Mt. 4.4; Dt. 8.3. 3 D. Martyn Lloyd-Jones, Preaching and Preachers [La predicaci6n y los predicadores] (Hodder and Stoughton, 1971), p. 24. 4 Ef.6.17. 5 Is. 55.9. 6 Hch. 17.23. 7 Articulo XX de los Treinta y nueve articulos, de la Iglesia de Inglaterra (1563). 8 Am. 3.8. 9 2 Co. 4.13; Sal. 116.10. 10 2 P. 3.16. 11 Ef.4.11. 12 Hch. 8.26-39. 13 Citado por F. W. Farrer en el curso de las Conferencias Bampton de 1885, publicadas con el titulo de History of Interpretation [Historia de la in~erpretaci6n], (Macmillan, 1886), p. 347. 14 CItado por Hugh Evan Hopkins en Charles Simeon ofCambridge [Carlos Simeon

417


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

NOTAS

de Cambridge] (Hodder and Stoughton, 1977), p. 57. 15 E. D. Hirsch, Validity in Interpretation [Validez en la interpretacion] (Yale Uni versity Press, 1967), p. 1. 16 Ibid., p. viii. 17 Ibid., p. 5. 18 Ibid., pp. 8, 255. 0. tambien E. D. Hirsch, The Aims of Interpretation [Los objetivos de la interpretacion] (University of Chicago Press, 1976), pp. 2-3, 79. 19 Del ensayo del doctor David Wells titulado «Word and World» [Palabra y mundo] en Evangelical Affirmations [Afirmaciones evangelicas], ed. Kenneth S. Kantzer y Carl F. H. Henry (Academie, Zondervan, 1990), pp. 161-162. 20 Hch. 10.33. 21 Stg. 1.22-25. 22 P. ej., Sal. 95.7-10 (VM). 232 Cr. 36.16.

PARTE IV. LA IGLESIA 1 Tit. 2.14. 2 P. T. Forsyth, The Work of Christ [La obra de Cristo] (Hodder and Stoughton, 1910), p. 5. 3 J. R. H. Moorman, A History of the Church of England [Una historia de la Iglesia de Inglaterra] (A. and C. Black, 1953), pp. 329, 331.

14. DESAFfos

SECULARES A LA IGLESIA

haber una gran masa de religiones nuevas que no han sido localizadas ni medidas con mayor precision.» 14 Alvin Toffler, Third Wave [La tercera ola] (Collins, 1980), p. 385. Hay version castellana. 15 The Economist, 25 de noviembre de 1978. 16 Peter L. Berger, Facing Up to Modernity [Afrontando la modernidad] (1977' Penguin, 1979), p. 255. ' 17 Davi~ Spangler, Emergence: The Rebirth of the Sacred [Surgimiento: EI renaclmlento de 10 sagrado] (Dell Publishing, 1984), pp. 12, 41. 18 Agustin, Confesiones (Libro 1, cap. 1). 19 ~itad~ por Jonathon Porritt y David Winner en The Coming of the Greens [La IrrUpClOn de los verdes] (Collins, 1988), pp. 251-252. 20 Is. 29.13; Mr. 7.6. 21 Gn. 28.16. 22 1 Co. 14.24-25. 23 Arnol~ To~nbee, citado en The Times del 5 de abril de 1969. Ver su Experiences [ExpenenClas] (Oxford Umversity Press,1969). 24 Victor Frankl, El hombre en busca de sentido (Herder, 1980), p. 104. 25 IMd., p. 98. 26 Ibid., pp. 105, 125. 27 Del c~pi~~o «Rebellion in a Vacuum» [Rebelion en el vado], que fue la contnbuclOn de Arthur Koestler al simposio Protest and Discontent [Protesta y desc?ntento], B.ernard C::rick y Willi~m Robson, eds. (Penguin, 1970), p. 22. 28 EmIle Durkhelm, SlIlclde: A Study In Sociology [El suicidio: Un estudio en sociologia] (1897; trad. ing. 1952; Routledge and Kegan Paul, 1975), p. 246. 29 Desmond Doig, Moth~r Teresa, Her People and Her Work [La madre Teresa, su gente y su obra] (CollIns, 1976), p. 159. 30 The Autobiography of Bertrand Russell [La autobiograffa de Bertrand Russell] (George Allen and Unwin, 1967), p. 13. 31 Jack Kroll en la revista Newsweek, 24 de abril de 1978. 32 Graham McCann, Woody Allen, New Yorker [Woody Allen, neoyorquino] (Polity Press, 1990), p. 222. 33 Ibid., p. 248. 34 Mel White, Deceived [Enganados] (Spire Books, Revell, 1979), p. 19. 35 Idem. 36 Ibid., p. 184. 37 Stephen C. Neill, Christian Faith Today [La fe cristiana hoy] (Pelican, 1955), p.174.

1 Trevor Beeson, Discretion and Valour [Discrecion y valor] (Collins, 1974), p.24. 2 De un discurso de Solzhenitsyn, cuando acepto el premio Templeton en Londres en mayo de 1983. 3 Theodore Roszak, Where the Wasteland Ends [Donde termina el erial] (1972; Anchor, 1973). 4 Ibid., p. 22. 5 Ibid., p. 66. 6 Ibid., pp. 227-228. 7 Ibid., p. 67. 8 Ibid., p. 70. 9 Ibfd., p. xxi. 10 Theodore Roszak, The Making of a Counter Culture [La elaboracion de una contra cultural (Anchor, 1969), p. 235. 11 Carlos Castaneda, The Teachings of Don Juan [Las ensenanzas de Don Juan] (1968; Penguin, 1970), p. 182. 12 Ibid., pp. 54, 199. 13 Segun el doctor Peter Clarke, profesor de historia y sociologia de la religion en el King's College, Londres, tal como se informo en The Times el26 de octubre de 1990. Agrego que los que habian sido documentados hasta el momento constituian solo la punta visible del iceberg. «Debajo de la superficie parecerfa

1 Este capitulo .fue escri~o antes de que se publicara y llegara a mis manos el volummoso IIbro de MIchael Green titulado Evangelism through the Local Church [La evan.gelizacion por medio de la iglesia local] (Hodder and Stoughton, 199,0). MIchael G:ee~ es una rara combinacion de teologo yevangelista, y ha temd? una expenencla en el campo de la evangelizacion inusualmente amplia y.v~nada. Con ese alborozador y contagiante entusiasmo con que escribe, dIVIde su tema en cuatro partes: (1) «Asuntos para la iglesia» (la naturaleza,

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15. LA

EVANGELIZACI6N

POR MEDIO DE LA IGLESIA LOCAL


NOTAS

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO la necesidad, la base y la esfera de la evangelizacion en una sociedad multifacetica), (2) «El desaffo secular» (cuatra valiosos capitulos sobre apologetica), (3) «La evang~liza~~oncon la iglesia como centro» (l~ p~edicacion evangelizadora, la evangehzaclOn personal, grupos de descubnmlento para cristianos nuevos, la preparacion de equipos de personas, el uso del arte dramatico, la conduccion del culto, etc.). Hay aqui casi 600 paginas de orientacion -teologica, personal y practica- escritas par alguien cuya cabeza, corazon y manos estan totalmente dedicados a la tarea de evangelizacion por medio de la iglesia local. Este libra sera publicado proximamente por Nueva Creacion. 2 In.4.4-15. 3 Hch. 8.26-35. 4 Hch. 14.14-18. 5 Hch. 17.22-23. a En el original «clerigos», de acuerdo con el vocabulario corriente en la Iglesia Anglicana (N. del 1.). 6 1 P. 2.5, 9. 7 1 Ts. 1.5, 6, 8. 8 Alec Vidler, Essays in Liberality [Ensayos sobre la liberalidad] (SCM, 1957), cap.5. 9 In. 17.18; 20.21. 10 Michael Ramsey, Images Old and New [Imagenes antiguas y modernas] (SPCK, 1963), p. 14. 11 The Church for Others [La iglesia para otros] (WCC, Ginebra, 1967), pp. 7,18-19. 12 Richard Wilke, And Are We Yet Alive? U.Y todavia estamos vivos?] (Abingdon, 1986). 13 Faith in the City [La fe en la ciudad] (Church House, 1985). b En el original, «los clerigos» (N. del T.). 14 Hch. 8.35 (VP). 15 Ro. 1.1, 3. 16 1 Co. 15.3-5. 17 A. M. Hunter, The Unity of the New Testament [La unidad del Nuevo Testamento] (SCM, 1943). 18 John Poulton, A Today Sort of Evangelism [Una suerte de evangelizacion para hoy] (Lutterworth, 1972), pp. 60-61, 79. 19 P. ej., Sal. 115.2. 20 P. ej., Sal. 115.4-7. 21 In. 1.18. 22 In. 14.9. 23 Col. 1.15. 241 In 4.12. 25 In. 1.18. 26 In. 13.35; 17.21.

16. DIMENSIONES DE LA

RENOVACI6N DE LA IGLESIA

1 Publicados nuevamente en 1958 por el Sovereign Grace Book Club bajo el titulo de An Exposition ofJohn Seventeen [Una exposicion sobre Juan diecisiete]. 2 Publicados nuevamente en 1950 por Moody Press bajo el titulo de Our Lord

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Prays for His Own [Nuestro Senor ora por los suyos]. 3 Charles Ross, The Inner Sanctuary, An Exposition of John 13-17 [EI santuario de mas adentro. Una exposicionde Juan 13-17] (1888; Banner of Truth, 1967), p.216. 4 1 Ti. 3.15. 5 Ef. 5.27. 6 Mt. 11.19 = Lc. 7.34. 7 He. 7.26. 8 Leon Morris, The Gospel According to John [EI Evangelio segun Juan], en el New London Commentary on the New Testament (Marshall, Morgan and Scott, 1971), p. 730. 9 Fi!. 2.7-8. 10 William Ter:nple, Readin,gs in St John's Gospel [Lecturas en el Evangelio de san Juan] (pubhcado por pnmera vez en dos tomos, 1939 y 1940; Macmillan, 1947), p.327. 11 Michael Ramsey afirmolo mismo durante el epilogo a su discurso sobre «The Church, its Scandal and Glory» [La iglesia, su escandalo, y su gloria] en el transcurso de su mision 0 campana de evangelizacion en la Universidad de Oxf?r? en f~brero de 1960. Su discurso fue publicado como Introducing the Chrzstlan Faith [Presentando la fe cristiana] (1961; SCM, edicion revisada, 1970), p.76.

17. Los

PASTORES DE LA IGLESIA

1 Richard Baxter, The Reformed Pastor [EI pastor reformado] (1656; Epworth, segunda edicion, 1950), p. 24. 2 David Hare, Racing Demon [Demonio embalado] (Faber and Faber, 1990), p.3. 3 Ibid., pp. 34-35. 4 Ibid., pp. 75, 97. 5 Ibid., pp. 3-4. 6 Ibid., p. 43. 7 Ibid., p. 63. 8 Ibid., p. 71. 9 Ibid., pp. 66, 69. 10 Mark Twain, The Adventures of Huckleberry Finn [Las aventuras de Huckle berry Finn] (1884; Pan, 1968), p. 343. Hay version en castellano. 11 1 Co. 3.5, parafraseado y ampliado. 121 Ts. 5.12-13. 131 Ti. 3.1. a En el original «priest», termino que se explica mas abajo (N. del T.). 14 Sesion 22, 1562. 15 Decreto sobre el ministerio y la vida sacerdotales, 1965, 1.2. 16 Ibid., p. 1.5. 17 Hch. 14.13. 18 P. ej., He. 10.12. 19 Ap. 1.6; 5.10; 20.6. 201 P. 2.5, 9. 21 Ro. 12.1.

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NOTAS

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO Ap. 5.8; He. 13.15; Sal. 51.17. Fil. 4.18; He. 13.16. Fil. 2.17; 2 Ti. 4.6. Ro. 15.16. C. H. Hodge, Systematic Theology [Teologia sistematica] (Thomas Nelson and Sons/Charles Scribner and Co., 1875), t. II, p. 467. 27 Norman Sykes, Old Priest, New Presbyter [Antiguo sacerdote, nuevo presbftero] (CUP, 1956), p. 43. 28 Calvino, Instilucion, IY.vA. 29 Richard Hooker, Laws of Ecclesiastical Polity [Leyes de polftica eclesiastica] (1593-97), Libro V.lxxviii.3. 30 Baptism, Eucharist and Ministry [Bautismo, eucaristfa y ministeriol, Faith and Order Paper no. 111 (WCe, 1982). 31 Ibfd., «Ministry» [Ministeriol, II.A.13. 32 Ibfd., II.C.17. 33 The Priesthood of the Ordained Ministry [EI sacerdocio del ministerio ordenadol, parrafo 44. 34 Ibfd., parrafo 142. 35 Ibfd., parrafo 143. Otros documentos relativos a este debate son los siguientes: R. T. Beckwith, Priesthood and Sacraments, A Study of the AnglicanMethodist Report [Sacerdocio y sacramentos, estudio sobre el informe anglicano-metodista] (Marsham Manor Press, 1964), cap. 2; George Carey, «Reflections upon the Nature of Ministry and Priesthood in the Light of the Lima Report» [Reflexiones sobre la naturaleza del sacerdocio a la luz del Informe de Lima] (Anvil, t. 3, no. 1, 1986), Y una respuesta a este por David Wright titulada «Ministry and Priesthood: Further Reflections» [Ministerio y sacerdocio: Mas reflexiones] (Anvil, t. 3, no. 3, 1986). La disputa entre estos autores gira en torno a la tesis sostenida por R. C. Moberly en su Ministerial Priesthood [Sacerdocio ministerial] Oohn Murray, segunda edici6n, 1899). Este autor destacaba que los ministros ordenados estan autorizados para representar a toda la comunidad sacerdotal y que, por 10 tanto, ejercen un ministerio sacerdotal de parte de ellos. En particular, Moberly sostenfa que, al ofrecer el sacrificio eucarfstico, ofrecen en la tierra el mismo sacrificio que Cristo ofrece en el cielo. Sin embargo, respondemos nosotros, el ofrecimiento que Cristo hizo de sf mismo termin6 en la cruz. Por 10 tanto, no es posible que la iglesia ofrezca en la tierra 10 que Cristo no ofrece en el cielo. 36 He. 5.1. 37 P. ej., Ex. 19.22; Lv. 10.3; 16.2. 38 P. ej., Ex. 30.20; He. 8.3-6. 39 P. ej., Ex. 28.9-14, 29-30; JI. 2.17. 40 P. ej., Lv. 10.11; Dt. 17.11; 2 Cr. 15.3; 17.8-9; 35.3; Jer. 2.8; Mal. 2.1, 4-9. 41 P. ej., Lv. 9.22-23; Nm. 6.22-27; Dt. 21.5. 42 P. ej., Ex. 28.30; Dt. 21.5. 43 Ef. 2.18; Stg. 4.8. 44 He. 10.19. 45 P. ej., 1 P. 2.5; Ro. 12.1. 46 A. M. Ramsey, The Christian Priest Today [EI sacerdote cristiano hoy] (SPCK, 1972), p. 14. 47 P. ej., Col. 3.16; Ga. 6.2. 48 P. ej., Hch. 14.23; 20.17, 28; 1 Ti. 3.1-2; Tit. 1.5-9.

49 Mt. 9.36. 50 Hch. 20.28. 51 Ef. 4.11. 52 Mr. 10.45. 532 Co. 4.5. 54 In. 10.11, 14. 55 1 P. 5.4; He. 13.20; 1 P. 2.25. 56 In. 10.3, 14-15. 57 In. 1.47-48. 58 Lc. 19.5; Hch. 9.4. b C6digo que ingles se pronuncia igual que «ustedes dos» (N. del T.). 593 In. 14 (BA). c Spooner dio origen al terminG «spoonerism» para hacer referencia a un trastocamiento lingiHstico por el que se distorsiona el sentido de una frase. 601 Ts. 1.2. 61 In. 10.14. 62 In. 10.15. 63 P. ej., In. 14.21; 15.15. 64 Vincent J. Donovan, Christianity Rediscovered: An Epistle from the Masai [EI cristianismo redescubierto: Una epfstola de los masai] (1978; SCM, 1982), p. 187. 65 Ibfd., p. 188. 66 In. 10.11. 67 Ez. 34.2. EI equivalente neotestamentario es Judas 12, que habla de pastores que «se apacientan a sf mismos». Es decir, se valen de su posici6n para satisfacer su propio ego, antes que al pueblo encomendado a su cuidado. 68 Ver Ez. 34.4. 69 Hch. 20.28. 70 Richard Baxter, The Reformed Pastor (1656; Epworth, 1939), pp. 121-122. 71 Chua Wee Hian, Learning to Lead [Aprendiendo a dirigir] (IVP, 1987), p. 35. 72 Sal. 80.1. 73 Sal. 23.1-2. 74 In. 10.3-4. 75 1 P. 5.2-3. 76 In. 10.9. 771 TI. 3.2. 78 Tit. 1.9. 79 In. 21.17. 80 1 Co. 3.2; He. 5.12. 81 Col. 1.28. 82 Ef. 4.12. 83 Ez. 34.14. 84 Lesslie Newbigin, The Good Shepherd, Meditations on Christian Ministry in Today's World [EI buen pastor, meditaciones sobre el ministerio cristiano en el mundo de hoy] (Faith Press, 1977), p. 14. 852 S. 5.2. 86 Sal. 2.9. 87 Ap. 2.27; 12.5; 19.15. 88 1 Ts. 5.12. 89 He. 13.17.

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

NOTAS

1 Douglas Webster 10 relata en Not Ashamed [Sin vergiienza] (Hodder and Stoughton, 1970), p. 66. 2 W. A. Visser't Hooft, No Other Name [Ningun otro nombre] (SCM, 1963), p.11. 3 Ibid., p. 95. 4 Estas categorfas las empleo primeramente Alan Race en Christians and Religious Pluralism [Los cristianos y el pluralismo religioso] (Orbis, 1982), las popularizo la Comisi6n para la Misi6n y la Unidad del Sfnodo General de la Iglesia de Inglaterra en su informe Towards a Theology for Inter-Faith Dialogue [Hacia una teologfa para el dialogo interconfesional] (Anglican Consultative Council, 1984, segunda edici6n, 1986), y adquirieron mayor desarrollo en No Other Name? [lNingun otro nombre?] (SCM, 1985) por Paul F. Knitter, mientras que las implicancias del ÂŤpluralismoÂť fueron exploradas en The Myth of Chris tian Uniqueness [El mito del caracter unico del cristianismo], John Hick y Paul F. Knitter, eds. (SCM, 1987). Una crftica sensata por Christopher Wright a la obra Towards a Theology of Inter-Faith Dialogue apareci6 en Anvil (t. I, no. 3,

1984), Yeste material ha sido incorporado ahora en su folleto What's so Unique about Jesus? [lQue tiene de unico Jesus?] (MARC, 1990). Luego, en 1991 (demasiado tarde para ser considerado en el presente libro), aparecio una aguda replica a The Myth of Christian Uniqueness titulada Christian Uniqueness Reconsidered: The Myth of a Pluralist Theology of Religions [La singularidad del cristianismo reconsiderada: el mito de la teologfa pluralista de las religiones], Gavin D'Costa, ed. (Fowler Wright). Es otro simposio, e incluye colaboraciones por prestigiosos teologos contempofllneos tales ~o~o Jiirgen Moltmann, Lesslie Newbigin, Wolfhart Pannenberg, Rowan Williams y M. M. Thomas. 5 Gaudium et Spes, parrafo 22. 6 Esta es una de las posiciones posibles descrita por Raimundo Panikkar en su trabajo en The Myth of Christian Uniqueness, p. 91. 7 Stanley J. Samartha en The Myth of Christian Uniqueness, pp. 79-80. 8 Mt. 10.34. 9 Paul F. Knitter, No Other Name? (SCM, 1985), p. 2. 10 The Myth of Christian Uniqueness, p. 17. 11 Rosemary Radford Ruether en The Myth of Christian Uniqueness, p. 139. 12 Ibid., p. 76. 13 Tom F. Driver en The Myth of Christian Uniqueness, p. 207. 14 The Myth of Christian Uniqueness, pp. 39-40. 15 Ibid., p. viii. 16 Ibid., p. 8. 17 Ibid., pp. 12-13. 18 Ibid., p. 211. 19 Ibid., pp. 56-57. 20 Ibid., p. 59. 21 Ibid., p. 180. 22 Ibid., pp. 23-30. 23 Ibid., p. 141. 24 El texto completo de este sermon aparece en la revista International Review of Mission, julio de 1988, pp. 325-331. 25 John Mbiti, African Religions and Philosophy (Heinemann, 1969), p. 277. 26 Stanley Jones, The Christ of the Indian Road [El Cristo del camino hindu] (1925; Hodder and Stoughton, 1926), p. 64. 27 (OUP, 1961). 28 Stephen C. Neill, Crises of Belief [Crisis de fe] (Hodder and Stoughton, 1984), publicado en los Estados Unidos con el titulo de Christian Faith and Other Faiths [La fe cristiana y otras creencias] (IVP USA, 1984), p. 23. 29 Ibid., p. 286. 30 Ver P. Carnegie Simpson, The Fact of Christ [Ei hecho de Cristo] (1930; James Clarke, 1952), pp. 19-22. 312 P. 3.18. 32 P. ej., Hch. 2.36; Ro. 10.9; d. Mt. 28.18. 33 Dt. 6.4 (VP). 34 Capftulo sobre Marfa, en EI Cortin, traducido (al ingles) por N. J. Dawood (Penguin, 1968), p. 34. 35 John Hick, ed., The Myth of God Incarnate [El mito de Dios encarnado] (SCM, 1977), p. 169. . . 36 Traducido (al ingles) por Juan Mascaro, Bhagavad Gzta (Pengum, 1962), pp. 61-62.

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90 He. 13.7. 91 P. ej., Mt. 18.15-20; 1 Co. 5.4-5, 13. 92 In. 10.12-13. 93 Mt. 7.15; d. Hch. 20.29-30. 94 1 S. 17.34-35. 95 In. 10.13. 96 Ez. 34.5. 97 Tit. 1.9. 98 In. 10.16. 99 Lc. 19.10; d. 15.3-7. 100 Ez. 34.6. 101 Richard Baxter, The Reformed Pastor (1656; Epworth, 1939), pp. 121-122. 102 Lc. 15.7. 1031 P.5.4. 104 Mr. 10.42-45. 105 T. W. Manson, The Church's Ministry [El ministerio de la iglesia] (Hodder and Stoughton, 1948), p. 27. 106 Mt. 23.1-12. 1072 Co. 10.1; d. 2 Ti. 2.24. 108 Charles W. Colson, Kingdoms in Conflict: An Insider's Challenging View of Politics, Power and the Pulpit [Reinos en conflicto: Una desafiante perspectiva sobre la polftica, el poder y el pUlpito vistos desde dentro] (MorrowZondervan, 1987), p. 272. 109 Ibid., p. 274.

PARTE V. EL MUNDO 1 Cf. Mt. 5.16.

18. LA SINGULARIDAD

DE JESUS


EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

NOTAS

37 Citado par W. A. Visser't Hooft, No Other Name (SCM, 1963), pp. 36-37. 38 Col. 2.9. 39 Lc. 19.10. 40 Lc. 15.1-7. 41 In. 10.11, 15. 42 De un articulo en el peri6dico Church of England Newspaper del 28 de mayo de 1976. 43 Emil Brunner, The Mediator [EI mediador] (1927; trad. ing. Westminster, 1947), pp.291-299. 44 C. G. Montefiore, The Synoptic Gospels [Los Evangelios sin6pticos] (Macmillan, segunda edician, 1927), t. I, pp. cxviii, 55; t. II, pp. 520-521. 45 S. C. Neill, Crises of Belief/Christian Faith and Other Faiths, p. 87. 46 T. Kagawa, Christ and Japan [Cristo y Japan] (SCM, 1934), pp. 108, 113. 47 Sal. 19.14 (LPD); 23.1; 27.1; 62.2; 63.1 (LPD). 48 Fil. 3.8. 491 P.1.8. 50 P. ej., In. 14.16-18,21; Ro. 8.9-10. 51 Ef. 3.16-17. 52 Ef. 2.18. 53 In. 14.16-23. 54 Stephen C. Neill, Christian Faith Today [La fe cristiana hoy] (Penguin, 1955), pp. 17-18. 55 Donald Coggan, Paul - Portrait of a Revolutionary [Pablo: Retrato de un revolucionario] (Hodder and Stoughton, 1984), p. 75. 56 Cf. Mt. 18.20. 57 Mt. 28.20. 58 International Review of Mission, julio de 1988, p. 327. 59 P. F. Knitter, No Other Name?, p. 185. 60 The Myth of Christian Uniqueness, p. 196. 61 Mt. 11.25-27. 62 In. 14.6. 63 Hch. 4.10-12. 64 1 Co. 8.5-6. 65 He. 10.12-14. 66 1 Ti. 2.5-6. 67 W. A. Visser't Hooft, No Other Name, p. 102. 68 Mt. 28.18-20. 69 Hch. 17.27-28. 70 In. 1.1-5. 71 In. 1.9. 72 Hch. 11.14, 18; 15.9. 73 Ap. 7.9. 74 Gn. 22.17. 75 Ro. 5.15-21. 76 Ro. 10.14. 77 Ro. 10.17.

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19. NUESTRO

DIOS ES UN DIOS MISIONERO

1 De una carta a Lord Samuel, fechada el 26 de noviembre de 1942, publicada en Some Lambeth Letters [Algunas cartas desde Lambeth], F. S. Temple, ed. (OUP, 1963), pp. 40-41. 2 Informe de la Consulta de Willowbank: el evangelio y la cultura (Comite de Lausana para la Evangelizacian Mundial, 1978), p. 15. 3 Ibid., p. 19. 4 Kenneth Cragg, The Call of the Minaret [Eillamado del alminar] (OUP, 1956), pp. 182-183. 5 2 Co. 10.1. 6 Ver, por ejemplo, el documento de trabajo elaborado en conjunto entre representantes del catolicismo romano y del Consejo Mundial de Iglesias con el tHulo de Common Witness and Proselytism [Testimonio comun y proselitismo] (1970). 7 2 Co. 13.8. 8 Nm. 16.22; 27.16. 9 Gn. 12.1-4. 10 Ga. 3.29. 11 Ro. 4.16-17. 12 Ga. 3.8. 13 Sal. 2.8. 14 Sal. 72.11. 15 Is. 49.6. 16 Is. 2.2. 17 W. G. Blaikie, David Livingstone (1908). 18 Mt. 10.6. 19 Mt. 15.24. 20 Mt. 1.2. 21 Mt. 2.1-12. 22 Mt. 8.11. 23 Mt. 28.19-20. a Hay versi6n en castellano: La expansion espontlinea de la Iglesia (La Aurora, 1970) (N. del T.). 24 Roland Allen, Pentecost and the World [Pentecostes y el mundo] (OUP, 1917), p.36. 25 Ibid., p. 40 26 P. ej., Lc. 24.49; Hch. 1.8. 27 Hch. 1.4. 28 JI. 2.28; Hch. 2.17. 29 Hch. 8.5-8. 30 Hch. 10 Y 11. 31 Hch. 11.20. 32 Hch. 16.6-10. 33 Hch. 28.31. 34 Harry R. Boer, Pentecost and Missions [Pentecostes y las misiones] (Lutterworth, 1961), pp. 161-162. 35 Ibid., p. 217.

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NOTAS

EL CRISTIANO CONTEMPORANEU 36 Fil. 1.5. 372 Ts. 3.1. 38 Col. 4.3. 39 Ef. 6.19-20. 40 1 Ti. 3.15. 41 1 P.2.9. 42 Fi!. 2.15-16. 431 Ts. 1.6,8. 44 Col. 4.5-6. 45 1 P. 3.15. 46 De su conferencia, «The Enduring Validity of Cross-Cultural Mission» [La imperecedera validez de la misi6n transcultural], ofrecida en la inauguraci6n del nuevo edificio de la Overseas Ministries Study Center en New Haven, Connecticut, el 5 de octubre de 1987, y publicada en la revista International Review of Missionary Research, en abril de 1988. 47 Ap. 4.1. 48 Ap. 7.9-10. 49 Gn. 13.16. 50 Gn. 15.5. 51 Gn. 22.17. 52 Gn. 13.16. 53 Gn. 15.5. 54 Richard Collier, The General Next to God [EI general pr6ximo a Dios] (Collins, 1965), p. 146.

20.

LA MISI6N HOLISTICA

1 Ver R. K. Orchard, ed., Witness in Six Continents [Testimonio en seis continentes] (Edinburgh House Press, 1964), p. 157. 2 W. A. Visser't Hooft, en Norman Goodall, ed., The Uppsala 1968 Report [EI informe 1968 de Uppsala] (WCe, 1968). 3 Carl F. H. Henry, Evangelicals at the Brink of Crisis [Los evangelicos al borde de la crisis] (Word Books, 1967), pp. 71-72. 4 Raymond Bakke, Urban Mission [Misi6n urbana], setiembre de 1986, p. 7. 5 Pacto de Lausana, parrafos 4 y 5. 6 Evangelism and Social Responsibility: An Evangelical Commitment, The Grand Rapids Report [La evangelizacion y la responsabilidad social: Un compromiso evangelico, EI informe de Grand Rapids] (Paternoster, 1982), pp. 24-25. 7 The Manila Manifesto: An Elaboration of the Lausanne Covenant 15 Years Later [EI manifiesto de Manila: Una elaboraci6n del Pacto de Lausana 15 aftos mas tarde] (Lausanne Committee for World Evangelization, 1989), parrafo 4, p.15. 8 0. Ga. 5.6, 13. 9 0. Ef. 2.10; Tit. 2.14. a En ingles la frase es «cristianos arroceros», por cuanto tuvo su origen entre los ~isioneros cristi~~os en el Asia. «Cristianos arroceros» eran los que les haClan creer a los mlSlOneros que se habian convertido al cristianismo con el fin de conseguir beneficios materiales, especialmente el arroz (N. del'T.). 10 Evangelism and Social Responsibility, pp. 21-24.

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11 Hch. 6.1-7. 12 Keele '67, the National Evangelical Anglican Congress Statement [Keele '67, la Dec1aracion del Congreso Anglicano Evangelico Nacionalt Philip Crowe, ed. (Falcon, 1967), parrafo 2.20, p. 23. 13 La mision cristiana hoy (Certeza, 1990), pp. 42-43, 49. 14 In. 15.9. 15 In. 17.18; 20.21. 16 Dt. 10.12-20. 17 Mi. 6.8. 181 R. 18. 191 R. 21. 20 Jer. 19.4. 21 Ez. 22.3-4; d. 36.18-19. 22 Evangelism and Social Responsibility, p. 20. 23 Mr. 6.6. 24 Hch. 10.38. 25 Charles Colson, Loving God [Amando aDios] (Zondervan, 1983), p. 145. 26 Lc. 15.11-32. 27 Lc. 10.30-37. 28 William Booth, In Darkest England and the Way Qut [En la Inglaterra mas tenebrosa y como salir] (Salvation Army, 1890), p. 14. 29 Ibid., p. 45. 30 Ibid., Prefacio, p. 4. Cf. p. 257. 31 Richard Collier, The General Next to God (Collins, 1965), p. 199. b En la expresion inglesa se aprovecha la aliteracion que ofrecen las palabras, las que tienen todas una «S» inicia!' 32 In. 1.14. 33 J. Herman Bavinck, An Introduction to the Science of Missions [Una introduccion ala ciencia de las misiones] (1954; trad. ing. Presbyterian and Reformed, 1960), p.113. 34 The Manila Manifesto, parrafo 4: «The Gospel and Social Responsibility», p.15. 35 Martin Luther King, en Strength to Love [Fuerza para amar] (Collins, 1963), p. 34, Y en Stride Toward Freedom: The Montgomery Story [Paso hacia la libertad: La historia de Montgomery] (Harper and Row, 1958), p. 198. 36 De su introducci6n a Christian Mission and Social Justice [La mision cristiana y la justicia social] por Samuel Escobar y John Driver (Herald, 1978), pp. 7-9. 37 David Howard, The Great Commission for Today [La Gran Comision para el dia de hoy] (IVP USA, 1976), pp. 84-85. 38 Anne Coomes, Festo Kivengere: The Authorized Biography [Festo Kivengere: La biografia autorizada] (Monarch, 1990), p. 318. 39 Ibfd., p. 455. 40 Ibid., p. 434.

21. LA CRISTOLOGfA DE LA MISI6N 1 P.20. 2 In. 17.18; 20.21.

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EL CRISTIANO CONTEMPORANEO

NOTAS

31 Co. 9.19-22. 4 Richard Collier, The General Next to God (Collins, 1965), pp. 91-98. 5 Morris West, Children of the Sun [Hijos del sol] (1957; Pan, 1958), especialmente pp.82-104. 6 Informe de la ConsuIta de Willowbank: el evangelio y la cultura (Comite de Lausana para la Evangelizaci6n Mundial, 1978), parrafo 6 (b), p. 22. 7 James Sire, The Universe Next Door [EI universo de allado](IVP, 1976; segunda edici6n, 1990). 8 Your Kingdom Come [Venga tu reino] (WCC, 1980), p. 143. 9 Lesslie Newbigin, The Other Side of 1984 [EI otro lado de 1984] (WCC, 1983), especialmente pp. 22 Y 31. Ver tambien su Foolishness to the Greeks [Necedad para los griegos] (SPCK, 1986), en el que apela allector para que desaffe tanto «Ia cosmovisi6n cientifica» como «el materialismo ateo». 10 Ro. 12.15. 11 Is. 49.6; d. 42.1-4. 12 Is. 50.6-7. 13 Is. 52.15. 14 Is. 53.3. 15 Is. 53.4-12. 16 Douglas Webster, Yes to Mission [Sf a la misi6n] (SCM, 1966), pp. 101-102. 17 In. 12.23-24. 18 In. 12.26. 19 Ef. 3.13. 20 2 Ti. 2.10. 21 2 Co. 4.12. 22 Richard Collier, The General Next to God (Collins, 1965), pp. 104-109. 23 Carolyn Scott, The Heavenly Witch: The Story of the Marechale [La bruja celestial: La historia de la Marechale] (Hamish Hamilton, 1981), p. 113. 24 Vincent Donovan, Christianity Rediscovered: An Epistle from the Masai [EI cristianismo redescubierto: Una epfstola de los masai] (1978; SCM, 1982), pp. 193-194. 25 Mt. 28.18-19. 26 P. ej., Sal. 86.9. 27 P. ej., Is. 2.1-3. 28 Johannes Blauw, The Missionary Nature of the Church [La naturaleza misionera de la iglesia] (1962; Eerdmans, 1974), pp. 34, 54, 66. Ver tambienJoachim Jeremias, Jesus' Promise to the Nations [La promesa de Jesus a las naciones] (1956; trad. ing. SCM 1958), especialmente pp. 58-67, que enfatizan la peregrinaci6n centrfpeta. 29 Ibid., p. 83. 30 Ibid., p. 84. 31 Ibid., p. 166. 32 Ibid., p. 101. 33 Ef. 1.21. 34 Fil. 2.9. 35 Col. 1.18. 36 John Hick y Paul F. Knitter, eds., The Myth of Christian Uniqueness (SCM, 1987), p. 20. 37 Fil. 2.9-11. 381 R. 19.10.

Saki (H. H. Munro), The Chronicles of Clovis [Las cr6nicas de Clovis] (1911). 1 In. 3.2; parafrasis mfa. Mr. 1.15, como traduda el eengiken. Mt. 12.28, ephthasen. G. E. Ladd, The Presence of the Future [La presencia del futuro] (1974; SPCK, 1980), p. 218. 6 Ibid., p. 323. 7 P. ej., Mr. 1.14; Mt. 13.16-17. 8 Mt. 12.28-29; d. Lc. 10.17-18. 9 Lc. 17.20-21. 10 P. ej., Mr. 10.15.

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39 2 Co. 11.2-3. 40 Constance E. Padwick, Henry Martyn: Confessor of the Faith [Henry Martyn: Confesor de la fe] (1922; IVP, 1953), p. 146. 41 Ro. 1.5; d. 3 In. 7. 42 Citado en Gerald H. Anderson y Thomas F. Stransky, eds., Christ's Lordship and Religious Pluralism [EI senorfo de Cristo y el pluralismo religioso] (Orbis, 1981), pp. 115-117. Ver tambien A Theological Understanding of the Relationship between Christians and Jews [Un entendimiento teol6gico de la relaci6n entre los cristianos y los judfosJ, trabajo recomendado para su estudio par la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana, EE.UU., en 1987. 43 Citado par Cormac Murphy-O'Connor, obispo de Arundel y Brighton, en The Family of the Church [La familia de la iglesia] (DLT, 1984), p. 41. 44 De su Prefacio a The Decisive Hour of Christian Missions [La hora decisiva de las misiones cristianas] (Church Missionary Society, 1910). 45 Ibid., p. 193. 46 In. 7.37-39. 47 William Temple, Readings in St. John's Gospel [Conferencias sobre el Evangelio de san Juan] (1945; Macmillan, 1955), p. 130. 48 David Wells, God the Evangelist (Eerdmans and Paternoster, 1987). 49 The Manila Manifesto: An Elaboration of the Lausanne Covenant 15 Years Later (Lausanne Committee far World Evangelization, 1989), parrafo B.5. 50 Ver 1 Co. 2.1-5; 1 Ts. 1.5. 51 «Pacto de Lausana», parrafo 14. 52 Hch. 1.8, 11. 53 Ver John Stott, The Message of Acts [EI mensaje de Hechos] (IVP, 1990), p. 51. 54 Mt. 24.14; d. Mr. 13.10. 55 Lesslie Newbigin, The Household of God (SCM, 1953), p. 25. 562 Co. 5.10. 57 2 Co. 5.11. 58 Ez. 3 Y33. 59 Ez. 33.8. 602 Ti. 4.1-2. 61 Michael Hennell, John Venn and the Clapham Sect Oohn Venn y la secta de Clapham] (Lutterworth, 1958), p. 245.

CONCLUSI6N 1 2 3 4 5


NOTAS

EL CRISTIANO CONTEMPORANEO Mt. 11.12; Lc. 16.16. Mt. 6.10. Mt. 6.33. Mr. 9.47; d. Mt. 8.11. Mt. 25.34. Mr. 4.26-29; Mt. 13.31-32, 24-29, 36-42. Mr. 4.11. Lc. 20.34-35. P. ej., Is. 2.2; Mt. 12.32; Mr. 10.30. Ga. 1.4. Col. 1.13; d. Hch. 26.18; 1 P.2.9. 22 Et. 2.6; Col. 3.1. 23 1 In. 2.8. 24 Geerhardus Vos, The Pauline Eschatology [La escatologia paulina] (1930; Baker, 1979), p. 37; cf. Oscar Cullmann, Cristo y el tiempo (1946; Estela, 1968) y Stephen H. Travis, I Believe in the Second Coming ofJesus [Creo en la segunda venida de Jesus] (Hodder, 1982). 25 P. ej., Mt. 13.39; 28.20. 26 Ro. 12.2; 13.11-14; 1 Ts. 5.4-8. 27 Ro. 8.24; 5.9-10; 13.11. 28 Col. 1.14; Et. 4.30. 29 Ro. 8.15, 23. 30 In. 5.24; 11.25-26; Ro. 8.10-11. 312 Co. 5.17; Ap. 21.5. 32 Col. 2.10; Et. 5.18; 3.19. 33 Sal. 110.1; Ef. 1.22; He. 2.8. 34 Ro. 8.24. 35 Fil. 3.20-21; 1 Ts. 1.9-10. 36 Ro. 8.19. 37 Ro. 8.22-23, 26; 2 Co. 5.2, 4. 38 Mr. 10.30; Hch. 14.22; Ro. 8.17; 1 P.4.12. 39 G. C. Berkouwer, The Return of Christ [EI regreso de Cristo] (1961 y 1963; Eerdmans, 1972), p. 116. 40 Ro. 8.23; 1 Co. 1.7. 41 Ro. 8.25. 42 John M. Murray, The Epistle to the Romans, the New International Commentary on the New Testament [La epistola a los romanos, el Nuevo Comentario Int~rnacional del Nuevo Testamento] (Eerdmans, 1959 y 1965), t. I, p. 310. 43 P. eJ., Is. 32.15; 44.3; Ez. 39.29; Jl. 2.28; Mr. 1.8; He. 6.4-5. 44 Ro. 8.23. 452 Co. 5.5; Ef. 1.14. 46 He. 6.4-5. 47 Johannes Blauw, The Missionary Nature of the Church [La naturaleza misionera de la iglesia] (1962; Eerdmans, 1974), p. 89. 48 He. 1.1-2. 49 Sal. 119.105. 50 Pro 25.2. 512 Co. 5.7. 52 Alister McGrath, The Enigma of the Cross [El enigma de la cruz] (Hodder and Stoughton, 1987), pp. 103-105.

53 Citado por Bruce Larson en Wind and Fire: Living Out the Book of the Acts [Viento y fuego: Reproduciendo ellibro de Hechos] (Word, 1984), p. 11. [Lo jocoso (que en buena medida se pierde en la traducci6n) esta principalmente en la ultima trase (<<I'm going to unscrew the inscrutable»: «voy a destornillar 10 inescrutable»), que pierde sentido si se tradujese <<Voy a escrutar 10 inescrutable» (N. del T.).] 54 Dt. 34.10; d. Nm. 12.8; Dt. 3.24. 551 Co. 13.9-12. 561 In. 3.2. 57 Dt. 29.29. 58 1 Ts. 4.7-8. 59 Ga. 5.16-26. 602 Co. 3.18. 61 Ga. 5.17. 621 In. 1.8. 63 Fil. 3.12-14; 1.6. 64 Ro. 7.24-25. 65 P. ej., Lv. 19.2. 66 In. 8.11. 671 In. 2.1; 3.9. 68 P. ej., Ro. 7.17, 20; 8.9,11. 69 H. C. G. Moule, Thoughts on Christian Sanctity [Pensamientos sobre la santidad cristiana] (Seeley, 1888), p. 13. 70 Ibid., p. 15. 71 Ibid., p. 16. 72 J. C. Ryle, Home Truths [Verdades domesticas] (Charles Thynne, novena edici6n, sin fecha), pp. 94-95. 73 2 Co. 12.12. 74 Ap. 11.15. 75 Ro. 8.22-23. 76 He. 6.5. 772 Co. 4.10-11. 78 Ap. 21.5. 79 1 Ti. 3.15.

432

433

11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21

80 Et. 2.14-15.

81 P. ej., 1 P. 2.5, 9. 82 Ef. 5.27; d. Ap. 21.2. 83 G. C. Berkouwer, op. cit., p. 138. 84 1 n. 6.12. 85 Ef. 4.3. 86 Mt. 13.30. 87 Mt. 13.38. 88 Mt. 13.25. 89 Mt. 13.41. 902 P. 3.13; Ap. 21.1. 91 Mr. 13.7. 92 Is. 2.4. 931 Co. 4.8. 94 Oscar Cullmann, Cristo y el tiempo, p. 71.


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