3 minute read

Eres lo que dices, Por: Elias Rubio

Next Article
Fernanda Irigoyen

Fernanda Irigoyen

ERES LO QUE DICES

El poder de la atracción de tus palabras no tiene nada que ver con los oídos del universo con lo que repite todos los días. Cuando pronuncias mucho una palabra o una frase, termina siendo la realidad para ti y todos los que te escuchan. ¿Crees que debes repetir tus tragedias sin parar no convertir tu vida en una tragedia peor? Es cuestión de lógica: tu atención se centra en lo que más repite y lo que más repites tiene el poder de convertir en realidad. Haz de tus palabras para imitar lo bueno de la vida con estos cuatro ejercicios:

Advertisement

AFIRMA EN POSITIVO

Igual te sientes medio menso al principio, pero keep going. Di en voz alta todo lo que quieres atraer para centrar en eso tu atención; siempre empieza con “yo”, para focalizar la afirmación. En lugar de decir “yo estoy gorda”, “yo soy un anticristo del amor”, regálate frases como: “Yo estoy sana”, “yo merezco ser amado”. Cuando lo haces en voz alta tu cerebro, además de crear esta información, la escucha y la registra.

DEJA DE CHINGARTE

En la medida de lo posible, deja de decirte cosas feas; si te la pasas usando palabras negativas para describir tu cuerpo, tu trabajo, tus relaciones, tu vida entera, te acostumbrarás a ellas y a los sentimientos negativos y estresantes que provocan. Las palabras generan emociones y las emociones invaden la realidad, así que, si quieres que tu realidad sea un purgatorio, sigue por el camino de la queja. Cada que te veas al espejo, aunque no seas Gisele Bündchen o Ryan Gosling di: “I love you”, para empezar a acostumbrarte.

REVISA TUS EMOCIONES

Cuenta las palabras negativas que usas todos los días. Si son demasiadas, probablemente vienen del miedo, el enojo y la inseguridad así que trabaja con esas emociones de raíz siendo más selectivo con tu vocabulario. Es fácil, la próxima vez que vayas a abrir la boca pregúntate: ¿esto que voy a decir le suma o le resta a mi felicidad? ¿Trae buena ondita o es una verborrea egoísta que me hará daño?

ELIGE CONSIENTEMENTE

Presta más atención a las palabras que escoges y por favor, echa a un lado los “nunca” y el “no” Estas palabras namás evitan que digas lo que “sí” quieres.

ELIGE CONSIENTEMENTE

Si te la vives diciendo “¡es que nunca me escuchas!”, en una de esas eres tú el que no sabe hablar para comunicar. Si quieres que tus palabras tengan poder, sigue este manual rapidísimo que armamos basados en las ideas de Julian Treasure, conferencista internacional que tiene más de 30 millones de vistas en sus pláticas TED.

Por cierto, tu voz es como una caja herramientas, si no sabes que las tienes, pues no puedes usarlas.

Registro: Estar en falsetto puede servirte en la ópera, pero no mucho en la vida real. Aprende la diferencia entre hablar con la nariz, con la garganta o con el pecho. Timbre: Si hablas a gritos, nadie escucha. La gente quiere oír una voz que le dé paz. Prosodia: Es eso que usamos para darle significado a las palabras. Aprende. A Modular. Tu. Voz. Para. No. Sonar. Monótono. Ritmo: Si te emocionas hablas en friega, así que aunque mueras de amor por algo, bájale velocidad para dar énfasis. Tono: Todo el significado cambia si gritas como quinceañera o si imitas a Terminator. Volumen: Aprende cómo llamar la atención bajando o subiendo la voz.

LOS 4 PILARES QUE LE DAN PODER A TUS PALABRAS

1. Honestidad: Sé claro y directo. 2. Autenticidad: Sé tu mismo y siéntete orgulloso de lo que consideras verdadero. 3. Integridad: Honra tu palabra. 4. Amor: No se trata de ser romántico sino de desear el bien. Nadie quiere honestidad brutal y descarada “¿Cómo me veo hoy, amor?” - “De la fruta”. Cero.

LOS 7 PECADOS CAPITALES QUE MATAN EL MENSAJE

Chismes: No hay manera más fácil de perder credibilidad. Juicios: Porque no inspiras confianza en la gente. Negatividad: Nadie quiere bajonearse cada vez que habla contigo. Quejas: Qué flojera, neta, que uses tu voz para eso. Excusas: La segunda manera más fácil de perder credibilidad. Exageración: ¿Te suena Pedro y el lobo? Dogmas: Encima de que confundes los hechos con opiniones, te aferras con necedad.

This article is from: