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El patriarcado en la sexualidad
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Yeimy Natalia Dorronsoro Villarreal ydorrronsorov@ut.edu.co
El siguiente escrito aborda el control de la sexualidad femenina y la aceptación generalizada producida por la socialización de género, identificando a la mujer nombrada y construida en un lugar de inferioridad. Con el objetivo de cuestionar todo aquello que es naturalmente cultural e impuesto, deconstruyendo y desnaturalizando la hegemonía patriarcal para resignificar la realidad y generar la posibilidad del cambio. A fin de reeducar a nivel sociocultural a las personas, de modo que los conceptos sociales como el comportamiento, las actividades, la personalidad, los gustos, etc., no se impongan en función del sexo con el que cada uno nace.
Para Kate Millet, el patriarcado incluye dos componentes básicos: una estructura social, que es el sistema de organización social que crea y mantiene una situación en la que los hombres tienen más poder y privilegios que las mujeres, y una ideología o conjunto de creencias acompañantes que legitima y mantiene esta situación. (Akerrale Alkarreño, 2021).
Aunque se fundamenta en una base común de dominación masculina, es sumamente diverso. Se ajusta a todos los sistemas económico-políticos y a todos los periodos históricos. Por esta razón, determina lo estético, lo saludable y lo aceptado en la formación de la sociedad.
En consecuencia, a través del sistema patriarcal, los roles de género continúan formando parte del desarrollo de las mujeres, quienes son cosificadas y tipificadas en el mismo. Los resultados de la interiorización de estas creencias son el control de la sexualidad, desde dos ejes fundamentales: La visión del cuerpo como objeto de consumo disponible para la satisfacción del hombre y la imposición de modelos de familia tradicional que, como principal agente socializador, perpetúa todos los mandatos de género femenino y masculino. De manera que, siguen estableciendo una visión hegemónica centrada en dominar la corporalidad de la mujer.
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Todo lo anterior se ve reflejado en temas como la “castidad”, que a su vez implica la virginidad y cuestiones morales o religiosas, las cuales tradicionalmente han incentivado la abstinencia sexual y el desconocimiento sobre la sexualidad. Por ejemplo, la expresión «perder la virginidad» para describir la primera relación sexual incide en un rol pasivo de las mujeres en el sexo y la reconstrucción del himen entendida como «la recuperación de la dignidad perdida». Con el propósito de definir la virtud y el decoro, debilitando los derechos sexuales y reproductivos y la integridad de las mujeres, que son las únicas cuestionadas por su actividad sexual o ausencia de ella.
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También, refuerzan la construcción estereotipada y violenta de la identidad mediante la hipersexualización, lo que supone que las niñas representen roles y manifiesten conductas adultizadas que son consecuencia de la introducción precoz en mandatos y arquetipos “femeninos” que responden a estereotipos y roles de género. A través de contenidos que pretenden proyectar una imagen ideal para aprobación social, medios que influyen y definen referentes de belleza, y expresiones como el lenguaje o vestuario que vienen siendo criterios para evaluar y juzgar la transición de la “verdadera mujer”.
Además, en función de la generación de cada mujer, experimentan de una manera diferenciada la sexualidad. Por consiguiente, el control de la sexualidad femenina se establece en tres modelos diferentes: El modelo conservador tradicional patriarcal (reproducción), el modelo liberal (derechos sexuales) y el modelo posmoderno o progresista (mercantilización del sexo). (Escuelaesen, 2020). Lo común entre todos es que equiparan el dominio y sometimiento con violencia, reduciendo la condición de la mujer a algo sexual, siendo perjudicial para vivir la sexualidad de manera plena y satisfactoria.
Finalmente, las mujeres son condenadas por cualquier comportamiento que no cumpla con la normatividad moral de la sociedad, agredidas por el sistema capitalista, marginadas por el machismo, y si fuera poco, privadas del goce sexual. Las mujeres debemos intentar acabar con la sexualidad complaciente y poder acceder a una educación sexual que nos permita tomar decisiones informadas. Iniciemos una gran lucha contra el sistema que sostiene y reproduce todas las miserias sexistas, heteronormativas, clericales y patriarcales.
Referencias
Escuelaesen. (10 de noviembre de 2022). El cuerpo de las mujeres, la sexualidad patriarcal y sus exponentes actuales: el neoliberalismo sexual y la prostitución. e-ESEN. https://www.escuelaesen.org utm source=ig web copy link
Akerrale Alkarreño. [@radfem guada]. (20 de diciembre de 2021). ¿Qué es el patriarcado?. [Imagen de Instagram].
Recuperado de https://www.instagram.com/p/CXtR0X NsORM/?
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Bibliografía
Púrpura A. [@agorapurpura]. (25 de septiembre de 2020). De la hipersexulización de niñas y adolescentes. [Imagen de Instagram].
Recuperado de https://www.instagram.com/p/CFkmOx ojJmu/?igshid=MDJmNzVkMjY%3D
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