TRANSFORMACIÓN POSCONSUMO DEL TERGOPOL DESDE Y PARA... ¿CARTONEROS?
Transformación de “basura” en “insumos reciclados”: ¿Cómo? Existen múltiples prácticas de diseño, experimentación, fabricación y sistematización de procesos y artefactos destinados a la transformación de “basura” en “insumos reciclados”. Esto es, materiales que luego de ser recolectados, clasificados y procesados son reutilizados para fabricar nuevos objetos de consumo. Este poster presenta algunos resultados de una investigación etnográfica desde el análisis socio-técnico.
¿Cuál es la visión dominante sobre el reciclaje? La visión dominante en el campo de la gestión de residuos establece que estos procesos resultan de la vinculación virtuosa de tres componentes: “innovación tecnológica” + “agregado de valor” + “actores económicos dinámicos”. De este modo se prefigura un escenario excluyente, estático y normativo respecto al “qué”, “quiénes” y “cómo” resultan socialmente legitimados para intervenir y accionar en este terreno. ¿QUÉ? Las iniciativas existentes focalizan en la transformación de materiales “con mercado” y pueden comercializarse “en bruto” (p.e. envases plásticos). ¿CÓMO? Se prioriza el desarrollo de tecnologías basadas en maquinaria de porte para procesar grandes volúmenes y así “agregar” valor al transformarlos en “insumos reciclados” (p.e. “pellets” obtenidos del molido/extrudado de envases plásticos) ¿QUIÉNES? Se diferencia entre un sector “demandante” identificado con el “empresario/emprendedor” que puede invertir en “innovación” para luego maximizar la rentabilidad de su empresa. En forma complementaria, un sector “oferente” constituido por instituciones del complejo de Ciencia y Tecnología que realizan labor de “transferencia tecnológica (Universidades, INTI, CONICET).
Opciones de reciclaje: el caso de la experimentación “cartonera” Las imágenes que siguen sistematizan un ejemplo de experimentación “cartonera” para procesar envases de poliestireno expandido (telgopor), un material plástico que en su fase posconsumo no puede ser comercializado aunque el supuesto extendido es que puede ser reciclado, razón por la cual llega frecuentemente a las manos de los recuperadores.
Este caso nos obliga a (re)pensar esta caracterización de actores y procesos involucrados en acciones de “innovación tecnológica” en este campo. Para comenzar es preciso invertir el orden jerárquico de nuestros interrogantes:
¿QUIÉNES?: El primer desplazamiento implica reconocer y valorizar las destrezas y capacidades ya existentes en el sector “cartonero” para desarrollar procesos de experimentación, resignificación y desarrollo de tecnologías de “procesamiento” y no solo de “recolección y clasificación”. es preciso señalar que hasta el momento se ha desarrollado con autonomía de las instituciones de ciencia y tecnología, si bien esto no excluye a priori una posible vinculación con centros de conocimiento especializado.
Los envases de poliestireno expandido representan un desafío socio-ambiental: no se reciclan y ocupan mucho volumen.
Al enfriarlo gana consistencia formando una pieza dura susceptible de ser molida y luego comercializada como “scrap” de polietileno.
En la Cooperativa Reciclando Sueños de La Matanza se experimentan formas de procesamiento, incluyendo la fabricación de un “horno” con materiales recuperados de la “basura”.
Es posible apreciar la sensible reducción del volúmen resultante, un hallazgo clave no solo en términos productivos sino también ambientales.
Creando una atmósfera con temperatura controlada el “poliestireno expandido” se transforma en “poliestireno” perdiendo volumen al quitar el aire.
El desafío por delante es desarrollar un prototipo -ya no testimonial- que permita adecuar esta tecnología a los usos y demandas de las cooperativas de cartoneros.
¿QUÉ?: Un segundo desplazamiento esta dado por el tipo de materiales sometidos a experimentación en función de hallar un posible procesamiento. No solo se diseñan procesos para “agregar” valor a materiales comercializados “en bruto”, sino que también se experimenta con aquellos que hoy carecen de un mercado consolidado. Esta diferencia es clave para una reducción sustantiva del volumen de residuos que resultan enterrados en rellenos sanitarios, ya que son escasos los procesos de reciclado industrial que se alimenten de materiales recuperados del posconsumo domiciliario (material “sucio”), siendo que en su mayoría procesan materiales derivados de otros procesos productivos fabriles (material “limpio”). ¿CÓMO?: Esta práctica experimental “cartonera” mixtura saberes y destrezas de experiencias laborales previas (p.e. saber soldar) con otras aprendidas desde el nuevo oficio (p.e. clasificar los más de 17 tipos de plástico empleados en la fabricación de envases) e incluso búsquedas autodidactas sobre conocimiento “experto” (p.e. transformaciones físico-químicas de los materiales). Los procedimientos experimentales se desarrollan en forma imbricada a la práctica laboral cotidiana, al igual que el diseño de procesos y la fabricación de artefactos, resultando de bajo costo y adecuado a la escala de cooperativas de trabajo.
Entonces, ¿qué sucede cuando un proceso de “innovación”, no resulta del aporte de cuadros “técnicos” especializados, sino de la práctica experimental de “cartoneros/as”? • Permite cambiar la concepción que inscribe a los “cartoneros” en el plano de la supervivencia, y por ende incapaces de producir y/o lidiar con procesos tecnológicos que siempre serían “externos”. • Y en forma complementaria al recuperar esta práxis creativa y experimental nos obliga a reflexionar sobre lo que aún resulta socialmente (im)pensable, como el reciclado posconsumo de todos los materiales, no solo aquellos considerados valiosos en términos de mercado.
Para mayor información:
www.redtisa.org / info@redtisa.org Red de Tecnologías para la Inclusión Social Argentina (REDTISA)